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VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés

Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 87

Capítulo III
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
TRANSNACIONAL
EL PROCESO ANTE LA CORTE INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS

Eduardo Andrés VELANDIA CANOSA*

1.INTRODUCCIÓN

El derecho procesal constitucional transnacional (i) es uno de los sectores de


la teoría constitucional del proceso, donde además debemos ubicar el derecho
constitucional procesal (ii) y el derecho procesal constitucional (iii)1. Por lo expuesto,
preliminarmente se debe concluir que tales sectores, corresponden a instrumentos de la
justicia constitucional.

Hablar de derecho procesal constitucional transnacional, corresponde al estudio de


un nivel supranacional de la justicia constitucional, el cual debe fundamentarse en lo que
Ramiro Podetti2 y Niceto Alcalá-Zamora y Castillo3 denominaron “trilogía estructural
del proceso”, que en esta disciplina científica serían: (i) acceso a la jurisdicción
constitucional transnacional; (ii) jurisdicción constitucional transnacional; y, (iii) el
proceso constitucional transnacional; ejes temáticos imprescindibles en el estudio de
esta rama del derecho
.
En efecto, investigar sobre el derecho procesal constitucional transnacional, impone
conocer el sentido de tal definición, sus fuentes y por supuesto, evidenciar por qué existe
derecho de acción ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (en adelante
SIDH), lo que a su vez implica precisar cómo se accede a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante la Comisión) y a la Corte Interamericana de Derechos

*
Presidente de la Asociación Colombiana de Derecho Procesal Constitucional; Presidente de la Asociación
Mundial de Justicia Constitucional; tratadista en derecho procesal constitucional; profesor de maestrías y
especializaciones en derecho constitucional, derecho procesal constitucional, justicia constitucional y derecho
procesal, ofrecidas en las universidades Libre (Colombia), Gran Colombia, de Pisa (Italia), Nacional de
Lomas de Zamora (Argentina), UEES (Ecuador) y de Buenos Aires (Argentina): presidencia@acdpc.co.
1
Cfr. VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés. Teoría constitucional del proceso. Derecho procesal
constitucional. Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley Ltda. y ACDPC, 2009.
2
Cfr. PODETTI, Ramiro. Trilogía estructural de la ciencia del proceso civil. En: Revista de derecho
procesal, T. 2, I. Puede consultarse a VALDEZ, Carlos Hugo. Las X Jornadas de Derecho Procesal
Constitucional. En: MAYOR, Armando, MORONI ROMERO, Lucas L. (Editores). Derecho Procesal
Constitucional. Volumen 1. Córdoba: Editorial Universidad Católica de Córdoba “EDUCC”, 2009, p. 33.
3
Cfr. ALCALÁ-ZAMORA Y CASTILLO, Niceto. Estudios de teoría general e historia del proceso
(1945-1962). T. I. 2ª Ed. México: UNAM, 1992, p. 516.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
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Humanos (en adelante la Corte), así como los presupuestos necesarios para ejercer tal
derecho. Así mismo, deberá precisarse en qué consiste la jurisdicción y competencia
transnacional y la manera de adelantar un procesal ante el mencionado sistema. No
obstante, en el presente escrito solamente se abordará el tema relacionado con el proceso
constitucional transnacional adelantado ante la Corte, como respuesta a la siguiente
pregunta: ¿existe en realidad un proceso jurisdiccional ante la Corte?

La respuesta es positiva por lo que debe implementarse su estudio como asignatura


en las especializaciones y maestría sobre la materia. Con fundamento en lo anterior,
procederemos a presentar una introducción al estudio de esta disciplina, la cual nace en
aquellas disposiciones (principios, reglas y sub-reglas) que indican la manera cómo ha
de adelantarse el proceso ante la Corte, entre las cuales podemos citar como fuentes4:

(i) La Convención Americana de Derechos Humanos (en adelante CADH),


particularmente los artículos 52 a 69;
(ii) El Estatuto de la Corte, aprobado mediante Resolución N° 448, adoptada por
la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (en adelante
OEA), en su noveno período de sesiones, celebrado en La Paz, Bolivia, en
octubre de 1979.
(iii) El Reglamento Interno de la Corte. En la actualidad se encuentra vigente
el promulgado en el LXXXII Período Ordinario de Sesiones de la Corte,
llevado a cabo entre el 19 y 31 de enero de 20095.
(iv) Las sub-reglas emanadas o contenidas en la jurisprudencia de la Corte.

No obstante lo anterior, para poder acceder al SIDH (ejercicio del derecho de acción)6,
se requiere de una estimulación externa, la cual permite activar el poder jurisdiccional de
la Corte, con el fin de iniciar un verdadero proceso jurisdiccional en sentido lato, el que
deberá culminar con una sentencia jurisdiccional (decisión de fondo o definitiva)7. De
conformidad con el numeral primero del artículo 61 de la CADH, únicamente pueden
ejercer el derecho de acción frente a la Corte: (i) los Estados partes; y, (ii) la Comisión8.

4
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. En
MANILI, Pablo Luis (Director). Tratado de derecho procesal constitucional. T. III. Buenos Aires: La Ley,
2010, p. 786. Allí se indica que el Estatuto y Reglamento de la Corte pueden considerarse como el “Código
Procesal” y nosotros agregamos “Constitucional Transnacional”
5
Históricamente se conocen los reglamentos promulgados en el: (i) III Período Ordinario de Sesiones,
celebrado del 30 de junio al 9 de agosto de 1980; (ii) XXIII Período Ordinario de Sesiones, celebrado del 9 al
18 de enero de 1991; (iii) XXXIV Período Ordinario de Sesiones, celebrado del 9 al 20 de septiembre de 1996;
(iv) XLIX Período Ordinario de Sesiones, celebrado del 16 al 25 de noviembre de 2000, reformado en su LXI
Período Ordinario de Sesiones, celebrado del 20 de noviembre al 4 de diciembre de 2003. Cfr. CANÇADO
TRINDADE, Antonio. El futuro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. San José: Corte IDH-
ACNUR, 2003, p. 32 y ss.
6
Cfr. REY CANTOR, Ernesto. “Acceso Sistema Interamericano de Derechos Humanos”. En VELANDIA
CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico). Derecho procesal constitucional. T. III. Vol. III. Bogotá: VC
Editores Ltda. y ACDPC, 2012, pp. 33-46.
7
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 785.
8
Numeral segundo del artículo 63 de la CADH.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 89

Este sistema restringe el ejercicio del derecho de acción ante la Corte a cualquier
persona, lo cual ya no sucede en el Sistema Europeo de Derechos Humanos (en adelante
SEDH), por ello se considera más ajustado al discurso jurídico, el modelo adoptado en
el viejo continente, al cual debe adaptarse el SIDH.

Por jurisdicción debe entenderse el poder de decisión que ostenta la Corte en los
casos que se le someten en ejercicio del derecho de acción, es decir, se trata de un
poder que faculta a la Corte para “decir el derecho que es en un caso concreto”, para
consolidar el derecho en sus decisiones y correlativamente imponer a sus destinatarios
el cumplimiento de las sentencias proferidas9.

La Corte adquiere jurisdicción, es decir, poder de decisión o la facultad de “decir


el derecho que es en casos concretos”, cuando los Estados partes reconozcan como
obligatoria de pleno derecho y sin convención especial su competencia. Esto puede
realizarse cuando el Estado Parte deposite su instrumento de ratificación o adhesión a la
CADH, o en cualquier otro momento posterior10.

Lo expuesto significa que a pesar de existir otros dos sistemas regionales de


protección de los Derechos Humanos, como son el SEDH y el Sistema Africano DE
Derechos Humanos y de los Pueblos (en adelante SADHP), sus respectivas cortes no
tienen jurisdicción o poder para proferir sentencias en contra de los Estados Americanos
integrantes de la OEA.

Por competencia debe entenderse, la atribución de las funciones que a la Corte le


impone la CADH, su Estatuto, Reglamento interno o su propia jurisprudencia. Según el
artículo 62 de la citada convención, la Corte tiene competencia para: (i) interpretar las
disposiciones incorporadas en la CADH; y para, (ii) aplicar dicha Convención.

Por lo expuesto, la Corte puede conocer cualquier caso relativo a la interpretación y


aplicación de las disposiciones de la CADH que llegue a su conocimiento por demanda
efectuada por la Comisión o por alguno de los Estados Parte, siempre que se haya
reconocido su jurisdicción y competencia por declaración expresa.

En virtud de la competencia contenciosa, la Corte resuelve procesos de


responsabilidad internacional del Estado por violación de derechos humanos (hecho
internacionalmente ilícito). Por su parte, el numeral primero del artículo 64 de la CADH
faculta a los Estados Parte, para consultar a la Corte sobre la interpretación de la citada
convención e incluso de otros tratados relativos a la protección de los derechos humanos
en nuestro continente.

9
Cfr. AYALA CORAO, Carlos M. “Las modalidades de las sentencias de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos”. En FERRER MAC-GREGOR, Eduardo y ZALDÍVAR LELO DE LARREA, Arturo
(Coordinadores). La ciencia del derecho procesal constitucional. Tomo IX. Madrid: Marcial Pons, UNAM,
IIJ de la UNAM e IMDPC, 2008, p. 293 a la 342.
10
Numeral primero del artículo 62 de la CADH.
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90 Derecho Procesal Constitucional

Derivada de la anterior competencia, ha surgido el denominado control de


convencionalidad, el cual corresponde a un control normativo que realiza la Corte cuando
la causa de la violación de un derecho humano sea una disposición del derecho interno,
en virtud de la cual se realiza una confrontación entre la CADH y una disposición del
derecho interno, tal como la Constitución Política, un acto legislativo, una ley, un decreto-
ley, un decreto legislativo, un decreto reglamentario, una ordenanza departamenta, un
decreto expedido por el gobernador departamental, un acuerdo municipal, un decreto
emanado del alcalde municipal, una sentencia o un acto administrativo (se tomó como
referencia el modelo colombiano)11.

Puede afirmarse que esta competencia tiene su fundamento normativo en el artículo


segundo de la CADH, según la cual los Estados Parte, tienen el deber de adaptar sus
disposiciones de derecho interno a la referida convención. La citada norma literalmente
indica:

“Si en el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no


estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados
partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales
y a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter
que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades”.

En conclusión, el control de convencionalidad es un mecanismo de protección


procesal transnacional que ejerce la Corte cuándo el derecho interno (Constitución,
ley, acto administrativo, jurisprudencia, prácticas administrativas o judiciales), es
incompatible con la CADH, con el objeto de garantizar la supremacía de la citada
convención, mediante un examen de confrontación normativo (derecho interno con el
tratado), en un caso concreto12. El citado control se concreta en una sentencia proferida
por la Corte, donde se ordena la modificación, derogación, anulación o reforma de las
normas o prácticas internas, para proteger los derechos humanos o la expedición de
normas, cuando la causa de la violación de los derechos humanos sea la omisión en el
cumplimiento del artículo 2º de la CADH13.

Como se indicó, está hipótesis se presenta cuando el Estado no cumple con el deber
de adoptar disposiciones de derecho interno que cumplan el artículo segundo de la
CADH, que garanticen la efectividad de los derechos humanos allí reconocidos14.

11
Para estudiar a fondo el control de convencionalidad recomendamos los escritos del profesor Ernesto
Rey Cantor, en particular: REY CANTOR, Ernesto. Control de Convencionalidad de las Leyes y Derechos
Humanos. México: Editorial Porrúa, 2008.
12
Cfr. AYALA CORAO, Carlos. Del diálogo jurisprudencial al control de convencionalidad. México:
Editorial Porrúa e IMDPC, 2013.
13
Cfr. VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés. “Control jurisdiccional de la inconstitucionalidad
e inconvencionalidad por omisión”. En MARTÍNEZ LAZCANO, Alfonso Jaime (Director Científico).
CARRASCO SOULÉ, Hugo (Coordinador). Sistema Interamericano de protección de Derechos Humanos.
Tuxtla Gutiérrez, México, 2012, pp. 193-220.
14
Cfr. SALGADO PESANTES, Hernán. “Justicia constitucional transnacional: el modelo de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Control de constitucionalidad vs. Control de convencionalidad”.
En: BOGDANDY, Armin Von, FERRER MAC-GREGOR, Eduardo y MORALES ANTONIAZZI
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El control de convencionalidad es dual y paralelo, toda vez que existe uno


concentrado, (i), y otro difuso (ii), que funcionan al mismo tiempo sin mezclarse entre
sí15. Veamos:

(i) Control concentrado de convencionalidad (por vía de acción). Es el que se


ejerce en el proceso constitucional transnacional, es decir, únicamente en los procesos
adelantados ante la Corte. Lo denominamos de acción, toda vez que debe existir una
excitación externa, que ponga en movimiento la jurisdicción constitucional transnacional,
lo cual generalmente corresponde al informe presentado por la Comisión ante la Corte.
Las sentencias proferidas en ejercicio de tal control, constituyen precedente vinculante,
en la medida que la razón para decidir un caso concreto, sirva como sub-regla para
decidir casos futuros, por lo que tales decisiones deben ser acogidas por todos los
Estados Parte, o dicho en otras palabras, las sentencias de la Corte constituyen fuente
de derecho en la categoría de sub-reglas en el derecho internacional de los derechos
humanos.

(ii) Control difuso de convencionalidad (por vía incidental o de excepción). Es


aquel que se ejerce en los procesos judiciales o administrativos adelantados en el derecho
interno. En virtud de este tipo de control, cualquier juez nacional o funcionario ante el
cual se adelante un debido proceso, puede inaplicar una disposición constitucional, legal
o reglamentaria, cuando encuentre que choca, vulnera, quebranta o viola la CADH,
dando aplicación directa al tratado. Se trata de un control concreto, como quiera que se
presenta en procesos civiles, penales, administrativos, constitucionales, etc., razón por
la cual sus efectos son inter partes. En efecto, el juez nacional inaplica el derecho interno
y en su lugar aplica la convención u otro tratado, mediante un examen de confrontación
normativo (derecho interno con el tratado) en un caso concreto y adopta una decisión
judicial protegiendo los derechos humanos. Como lo puede realizar cualquier juez o
funcionario que instruya un proceso administrativo, puede denominarse control difuso
de convencionalidad16 o excepción de inconvencionalidad, ya que por regla general un
juez debe aplicar el derecho interno, so pena de incurrir en prevaricato por omisión, pero
por excepción podrá inaplicar el derecho interno para aplicar directamente la CADH.

Se dice que el control de convencionalidad, tiene su fundamento cuando “un Estado


que ha contraído válidamente obligaciones internacionales está obligado a introducir a
su legislación las modificaciones que sean necesarias para asegurar la ejecución de los
compromisos contraídos. (…) es un principio generalmente reconocido del derecho de
gentes que, en las relaciones entre contratantes de un tratado, las disposiciones de una
ley interna no pueden prevalecer sobre un tratado”17.

(Coordinadores). La justicia constitucional y su internacionalización. Tomo II. México: IIJ de la UNAM,


2010, p. 472.
15
Cfr. HERRERÍAS CUEVAS, Ignacio F. y DEL ROSARIO RODRÍGUEZ, Marcos. El control de
constitucionalidad y convencionalidad. México: Editorial Ubijos, 2012.
16
Al respecto puede consultarse: FERRER MAC-GREGOR, Eduardo (Coordinador). El control difuso de
convencionalidad. Santiago de Querétaro: Fundap, 2012.
17
Corte Internacional de Justicia. Caso del intercambio de poblaciones griegas y turcas.
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92 Derecho Procesal Constitucional

La citada doctrina fue ratificada al indicarse que “según los principios generales
admitidos un Estado no puede, con respecto a otro Estado, valerse de las disposiciones
constitucionales de éste, sino únicamente del derecho internacional y de las obligaciones
internacionales debidamente aceptadas. A la inversa, un Estado no puede alegar contra
otro Estado su propia Constitución con el fin de eludir obligaciones que le incumben
en virtud del derecho internacional o tratados en vigencia”18. La misma regla se aplica
cuando se violan los derechos humanos.

En igual sentido, la Corte ha dicho que existe responsabilidad internacional del


Estado por expedición y aplicación de leyes violatorias de la CADH (artículos 1 y 2)19.

2. EL PROCESO CONSTITUCIONAL TRANSNACIONAL TRAMITADO


ANTE LA CORTE20

Por proceso jurisdiccional debemos entender, un conjunto de actos sucesivos y pre-


ordenados, encaminados a proferir una sentencia de fondo que solucione definitivamente
el conflicto. En el SIDH se adelanta un típico proceso jurisdiccional ante la Corte, con
una etapa escrita, una intermedia oral y una final escrita, toda vez que se inicia con una
demanda, a pesar de que en la CADH, y el Reglamento Interno de la Corte hablan de
presentación de informes, “desplazando la idea de demanda”21.

Si el Estado denunciado aceptó la jurisdicción y competencia de la Corte de


conformidad con el artículo 62 de la CADH y la Comisión considera que no ha cumplido
las recomendaciones del informe aprobado, se someterá el caso ante la Corte22. Para
que un caso se someta a la Corte, “deberá verificarse la competencia en tres órdenes:
respecto de las personas, el tiempo y la materia”23.

De conformidad con el artículo 61.1 de la CADH la legitimación por activa solamente


la tiene la Comisión y el Estado interesado, facultad restringida a las víctimas, quienes
podrán sin embargo, actuar en cualquier etapa del proceso (a la fecha ningún país ha
ejercido su derecho de acción ante la Corte)24. No obstante lo expuesto, la Comisión
podrá considerar a solicitud del Estado denunciado, el sometimiento del caso a la Corte,
si se reúnen las siguientes condiciones:
18
Corte Internacional de Justicia. Caso del trato de los nacionales polacos.
19
Cfr. Corte OC-14/94 y casos Lacayo contra Nicaragua, El Amparo contra Venezuela, Caballero Delgado
contra Colombia, Castillo Páez contra Perú, Suarez Rosero contra Ecuador, Castillo Petruzzi y Otros contra
Perú, Las Palmeras contra Colombia, “La Última Tentación de Cristo” contra Chile, “Barrios Altos” contra
Perú, Periódico “La Nación” contra Costa Rica, Caesar contra Trinidad y Tobago, Fermín Ramírez contra
Guatemala, Raxcacó Reyes contra Guatemala, Almonacid Arellano contra Chile, entre otros.
20
Se regula por el Título II del Reglamento de la Corte (artículo 20 y ss.), aprobado por la Corte en su
LXXXV Período Ordinario de Sesiones, celebrado del 16 al 28 de noviembre de 2009, vigente a partir del 1
de enero 2010.
21
Cfr. GOZAÍNI, Osvaldo Alfredo. El proceso transnacional. Buenos Aires: Ediar, 1992, p. 41.
22
Cfr. MONTERESI, Ricardo D. Actuación y procedimiento ante la Comisión y Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Ob. Cit., 2009, p. 230.
23
LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. cit., p.
790-796.
24
Cfr. LOIANNO, Adelina. Ibidem, p. 787 y 788.
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(i) que el Estado haya demostrado su voluntad de implementar las


recomendaciones contenidas en el informe sobre el fondo, mediante la
adopción de acciones concretas e idóneas orientadas a su cumplimiento; y,
(ii) que en su solicitud el Estado acepte en forma expresa e irrevocable la
suspensión del plazo para el sometimiento del caso ante la Corte y, en
consecuencia, renuncie expresamente a interponer excepciones preliminares
respecto del cumplimiento con dicho plazo, en la eventualidad de que el
asunto sea remitido a tal Corte.

Si dentro del plazo de tres meses, contados a partir de la transmisión del informe
preliminar al Estado denunciado, el asunto no ha sido solucionado o en el caso de los
Estados que hubieran aceptado la jurisdicción de la Corte, no ha sido sometido a la
decisión de ésta por la Comisión o por el propio Estado, tal Comisión podrá emitir por
mayoría absoluta de votos, un informe definitivo que contenga su opinión, conclusiones
finales y recomendaciones.

El informe definitivo será transmitido a las partes, quienes podrán presentar en el


plazo fijado por la Comisión, información sobre el cumplimiento de las recomendaciones.

La Comisión evaluará el cumplimiento de sus recomendaciones con base en la


información disponible y decidirá por mayoría absoluta de votos de sus miembros,
sobre la publicación del informe definitivo. La Comisión decidirá asimismo sobre su
inclusión en el Informe Anual a la Asamblea General de la OEA o su publicación en
cualquier otro medio que considere apropiado.

Publicado el informe sobre la solución amistosa o sobre el fondo, donde se han


formulado recomendaciones, la Comisión podrá tomar medidas de seguimiento, tales
como solicitar información a las partes y celebrar audiencias, con el fin de verificar su
cumplimiento e informará sus avances25.

El proceso tramitado ante la Corte contempla las siguientes tres fases: (i) una inicial
escrita; (ii) una intermedia oral; y, iii) una final escrita. Se examinarán por separado.

A) Procedimiento inicial escrito

El proceso en la Corte comienza en esta fase, específicamente con la presentación de


la causa ante la Secretaría de la Corte, tal como lo prevé el artículo 61 de la CADH (a la
fecha todos los casos tramitados por la Corte, han sido promovidos por la Comisión)26.

a) Informe preliminar

En el reglamento actual de la Corte (vigente desde el 1º de enero de 2010), se le


25
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El procedimiento ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
Ob. Cit., p. 663.
26
Cfr. LOIANNO, Adelina. Ibidem, p. 789.
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denomina sometimiento del caso por parte de la Comisión o de un Estado. Sin embargo,
creemos que es más técnico el término demanda27, toda vez que su significado es
“petición” y en efecto es lo que se pretende por quien activa la función jurisdiccional de
la Corte. También se considera que se trata de un mismo proceso; solo que desarrolla un
procedimiento cuasi-jurisdiccional anta la Comisión y otro jurisdiccional ante la Corte.
En esencia, el informe de que trata el artículo 50 de la CADH debe contener28:

(i) los hechos supuestamente violatorios de los derechos humanos;


(ii) cuáles de los hechos contenidos en el informe, se somete a la jurisdicción de
la Corte;
(iii) la identificación de las presuntas víctimas. Si no es posible su identificación,
por tratarse de violaciones masivas a los derechos humanos, la Corte decidirá
en su oportunidad a quienes considera víctimas.

Ahora, la Comisión deberá remitir a la Corte la siguiente información, para que el


caso pueda tramitarse:

(i) los nombres de los Delegados de la Comisión;


(ii) los nombres, dirección, teléfono, correo electrónico y facsímile de los
representantes de las presuntas víctimas debidamente acreditados;
(iii) los motivos que llevaron a la Comisión a presentar el caso ante la Corte y sus
observaciones a la respuesta del Estado demandado a las recomendaciones
del informe de que trata el artículo 50 de la CADH;
(iv) copia de la totalidad del expediente tramitado ante la Comisión, incluyendo
las comunicaciones realizadas con posterioridad al citado informe;
(v) las pruebas recaudadas. Si se trata de audio y/o transcripción, con indicación
de los hechos y argumentos sobre los que versan y deberá indicarse que
pruebas se recibieron en procedimiento contradictorio;
(vi) cuando se afecte de manera relevante el orden público interamericano de los
derechos humanos, la hipotética designación de peritos, indicando el objeto
de sus declaraciones y anexando su hoja de vida;
(vii) las pretensiones que se pretenda hacer valer, incluyendo las referidas a
reparaciones. Si el caso es sometido a la Corte por un Estado29, deberá remitir
un escrito motivado que contenga la siguiente información:
(viii) los nombres de los Agentes alternos del Estado, así como la dirección donde
se tendrán por recibidas oficialmente las comunicaciones pertinentes;
(ix) los nombres, dirección, teléfono, correo electrónico y facsímile de los
representantes de las presuntas víctimas debidamente acreditados, si es del
caso;
(x) los motivos que llevaron al Estado a presentar el caso ante la Corte;

27
Nótese que el literal c del artículo 35 del Reglamento de la Corte IDH habla del “Estado demandado”
y el literal g del mismo artículo se refiere a pretensiones.
28
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 803.
29
Artículo 61 de la CADH y 36 del Reglamento de la Corte IDH.
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(xi) copia del expediente tramitado ante la Comisión, incluyendo el informe de


que trata el artículo 50 de la CADH y las comunicaciones posteriores a tal
informe;
(xii) las pruebas ofrecidas con indicación de los hechos y argumentos sobre
su utilidad; la individualización de los declarantes y el objeto de sus
declaraciones. Si se trata de peritos, deberá anexarse su hoja de vida y sus
datos de contacto.

Si alguna de las presuntas víctimas no tienen representación legal debidamente


acreditada, la Corte podrá de oficio designarles un Defensor Interamericano para que las
represente durante el proceso.

Si el caso es sometido a la Corte por un Estado, deberá presentar un escrito motivado,


cumpliendo los mismos requisitos exigidos a la Comisión30.

b) Subsanación de los defectos formales del informe preliminar

Si de la demanda presentada se evidencia que no se ha cumplido con la formalidad


exigida, de conformidad con el artículo 38 del Reglamento de la Corte, el Presidente
deberá otorgar al actor un plazo de veinte días para que sean subsanados31. Si no se acata
lo dispuesto por el Presidente o se realiza fuera del término indicado, deberá devolverse
la petición a la Comisión o Estado demandante.

c) Notificaciones32

Son responsabilidad del Secretario de la Corte, quien producto de recibir el informe


comunicará la existencia del caso a los siguientes sujetos de derecho33:

(i) Presidente y demás jueces de la Corte;


(ii) Estado demandado;
(iii) Comisión, cuando ella no presenta el informe. Mientras la Comisión nombra
sus delegados, la representará su Presidente. Lo expuesto significa que
cuando la Comisión es la demandante, no se le realiza tal notificación;
(iv) Presuntas víctimas, sus representantes o el Defensor Interamericano;
(v) Los otros Estados partes;
(vi) Consejo Permanente a través de su Presidencia; y,
(vii) Secretario General de la OEA.

30
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 804.
31
Cfr. LOIANNO, Adelina. Ibidem, p. 804.
32
Cfr. Art. 39 del Reglamento de la Corte.
33
Cfr. MONTERESI, Ricardo D. Actuación y procedimiento ante la Comisión y Corte Interamericana
de Derechos Humanos. Ob. Cit., p. 315.
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96 Derecho Procesal Constitucional

d) Aptitudes del demandado luego de la notificación

En la notificación debe solicitarse a su destinatario que dentro del término de 30 días


contados a partir del día siguiente al de tal acto, lo siguiente:

(i) Al Estado demandado: designar a sus Agentes respectivos. Una vez


acreditados, deberá informarse la dirección en la cual se tendrán por recibidas
oficialmente las notificaciones.
(ii) A los representantes de las presuntas víctimas: confirmar la dirección en la
cual tendrán por recibidas oficialmente las notificaciones

e) Solicitudes, argumentos y pruebas

Desde la notificación de la existencia del caso, la presunta víctima o sus


representantes, dispondrán de dos meses para presentar directamente ante la Corte, un
escrito de solicitudes, argumentos y pruebas, el que deberá contener:

(i) descripción de los hechos. Dentro del marco fáctico fijado en el informe
presentado por la Comisión;
(ii) las pruebas documentales ofrecidas, debidamente ordenadas, con indicación
de los hechos y argumentos sobre lo que versan;
(iii) si se trata de declarantes, su individualización y la indicación del objeto de su
declaración;
(iv) en el caso de los peritos, deberán anexarse su hoja de vida y sus datos de
contacto;
(v) las pretensiones, incluidas las referidas a reparaciones y costas34.

f) Derecho de contradicción

También podemos hablar del ejercicio de un derecho de contradicción por la Parte


demandada. En efecto, notificado el caso, el Estado demandado podrá contestar la
demanda o proponer excepciones preliminares dentro del término de dos meses.

Este término será determinado por la Presidencia cuando exista pluralidad de


presuntas víctimas o representantes y no logren designar un interviniente común para
todas, ya que en tal evento la Corte o su Presidencia podrán otorgar plazo a las partes
para designar máximo a tres representantes que actúen como intervinientes comunes, lo
cual naturalmente, amerita la prorroga o aumento de los plazos.

g) Contestación por el Estado demandado

Es deber del Estado demandado presentar por escrito su posición sobre el caso
presentado ante la Corte.
34
Cfr. TRUCCO, Marcelo F. “La protección transnacional de los derechos humanos. El valioso aporte
de la Corte Interamericana”. En CARNOTA, Walter F. y MARANIELLO, Patricio Alejandro (Directores),
LEONTINA SOSA, Guillermina (Coordinadora). Tratado de los tratados internacionales. Tomo II. Ob. Cit.,
p. 515.
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También se podrá presentar un escrito de solicitudes, argumentos y pruebas, dentro


del término improrrogable de dos meses, contados a partir de la radicación del escrito
donde el Estado sienta su posición frente al caso, junto con sus anexos35.

En la contestación el Estado indicará:

(i) Si se aceptan los hechos y las pretensiones o si los contradice.


(ii) Frente al ofrecimiento de las pruebas, debe tenerse en cuenta:
a. Si se trata de prueba documental, deberán aportarse debidamente ordenadas,
con indicación de los hechos y argumentos sobre los cuales versan;
b. Si se trata de declaraciones, la propuesta e identificación de los declarantes
y el objeto de su declaración;
c. Si se trata de prueba pericial, debe anexarse la hoja de vida del perito y sus
datos de contacto.
(iii) Los fundamentos de derecho.
(iv) Las observaciones a las reparaciones y costas solicitadas.
(v) Las conclusiones pertinentes.

Esta contestación se comunicará por el Secretario a los siguientes sujetos:

(i) Presidente y demás jueces de la Corte IDH;


(ii) Comisión IDH;
(iii) Presuntas víctimas, sus representantes o el Defensor Interamericano;
(iv) Los demás Estados Parte;
(v) Consejo Permanente a través de su Presidencia;
(vi) Secretario General de la OEA;
(vii) Estado demandante, en los casos a los que hace referencia el artículo 45 de la
Convención; y,
(viii) Estado demandado.

En estos procesos, la Corte puede tener por aceptados los hechos que no hayan sido
expresamente negados, así como las pretensiones que no hayan sido expresamente
controvertidas.

h) Excepciones preliminares

Estas excepciones corresponden a las que en el derecho interno colombiano, regula


el artículo 97 del Código de Procedimiento Civil, bajo la denominación “excepciones
previas”, más conocidas en el derecho comparado como excepciones procesales; se
tramitan y deciden previamente a las excepciones de fondo o de mérito mediante trámite
incidental y de prosperar le ponen fin al proceso evitando el enjuiciamiento del Estado
por la Corte36. Deberán formularse en el escrito de contestación. Al formularse este tipo
de excepciones, se deberán indicar:

35
Cfr. TRUCCO, Marcelo F. “La protección transnacional de los derechos humanos. El valioso aporte
de la Corte Interamericana”. Ob. Cit., p. 516.
36
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit., p. 798.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
98 Derecho Procesal Constitucional

(i) los hechos referentes a las mismas;


(ii) los fundamentos de derecho;
(iii) las conclusiones; y,
(iv) el ofrecimiento de pruebas, anexando los documentos que las apoyen.

La presentación de estas excepciones no suspende el procedimiento de fondo, ni


interrumpe los términos establecidos. Empero, la parte actora37, podrá presentar sus
observaciones a las excepciones preliminares dentro de un término de 30 días contados
a partir de la recepción de tales excepciones38.

Antes de resolver las excepciones preliminares, la Corte podrá señalar fecha y hora
para que se lleve a cabo una audiencia especial, para analizarlas. Sin embargo, podrá
resolverse en una sola sentencia todo el tema objeto de litigio39.

B) Fase intermedia oral

Corresponde a una etapa adelantada por audiencias, donde la parte probatoria


juega un importantísimo papel. En efecto, inicia con un señalamiento de fecha de las
audiencias necesarias. En tales audiencias el Presidente de la Corte debe dirigir el debate,
lo que implica determinar el orden en que se hará uso de la palabra por quienes pueden
intervenir y tomar las medidas pertinentes para su buen desarrollo. En esta audiencia
cualquiera de los jueces de la Corte podrá interrogar a los sujetos procesales, testigos o
anicus curiae.

Las intervenciones tendrán el siguiente orden:

(i) la Comisión presentará el caso ante la Corte y expondrá los argumentos de su


informe preliminar;
(ii) luego intervendrán los testigos y peritos bajo juramentos. Eventualmente
podrán intervenir a través de medios tecnológico40.
(iii) posteriormente intervendrán las presuntas víctimas o a sus representantes;
(iv) A continuación intervendrá el Estado demandado; y,
(v) Finalmente los jueces podrán formular nuevas preguntas.

También podrán realizarse audiencias públicas con otros fines por decisión del
Presidente, quien también podrá fijar audiencias privadas.

Dichas audiencias deberán realizarse en San José de Costa Rica, por ser la sede de la

37
Dentro de la cual incluimos: i) la Comisión; ii) las presuntas víctimas o sus representantes; y, iii) el
Estado, cuando es quién presenta la demanda ante la Corte.
38
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. En:
MANILI, Pablo Luis (Director). Tratado de Derecho Procesal Constitucional. Ob. Cit., p. 797.
39
i) excepciones preliminares; ii) el fondo; y, iii) las reparaciones y las costas del caso.
40
Par profundizar en los medios tecnológicos en materia probatoria, sugerimos: Cfr. ISAZA, Henry
Eyner. La prueba electrónica en Panamá y en el Sistema Interamericano de Derechos. Panamá: Universal
Books, 2013.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 99

Corte. Empero, de conformidad con el art. 13 del Reglamento de la Corte puede realizar
audiencias fuera de su sede, siempre que la mayoría de los jueces lo aprueben y sea
aceptado por el Estado donde se han de realizar.

a) Régimen probatorio

En principio debe precisarse que existe un orden para la petición u ofrecimiento,


recepción y valoración probatoria41.

El ofrecimiento probatorio deberá concretarse en los escritos introductorios. Sin


embargo, la Corte podrá admitir nuevas pruebas, siempre que se refieran a un hecho
que haya ocurrido posteriormente42, luego se prescribe una etapa de admisibilidad de
algunas pruebas, tal como ocurre con los declarantes y peritos.

En efecto, inicialmente y previo a la audiencia, la Corte debe solicitar a las partes su


lista definitiva de declarantes43, en la que deberán confirmar o desistir del ofrecimiento
de las declaraciones de las presuntas víctimas, testigos y peritos. Igualmente, deberá
indicarse cuales de los declarantes deben ser llamados a audiencia y quienes pueden
rendir declaración ante fedatario o notario público (affidávit).

Cumplido lo anterior, la Corte comunicará la lista definitiva de declarantes a la


contraparte y concederá un plazo de diez días desde su recepción, para que se presenten
observaciones, objeciones o recusaciones. El valor de las declaraciones y el de las
objeciones serán apreciados por la Corte o por la Presidencia, según sea el caso. También
podrá recusarse a los peritos44.

Se prevé una posibilidad excepcional, en virtud de la cual la Corte podrá aceptar que
se sustituya un declarante, siempre que se individualice al sustituto y se respete el objeto
de la declaración, testimonio o peritaje ofrecido, dependiendo de la solicitud fundada y
oído el parecer de la contraparte.

Cumplido lo anterior, la Corte o su Presidencia, mediante resolución, decidirá sobre


las observaciones, objeciones o recusaciones; definirá el objeto de la declaración de cada
declarante; requerirá la remisión de las declaraciones ante fedatario público (affidávit)
y convocará a audiencia.

Las declaraciones versarán únicamente sobre el objeto definido por la Corte en tal
resolución. Previa solicitud fundada o motivada y oída la contraparte, la Corte podrá
modificar el objeto de la declaración o aceptar que exceda el objeto fijado.

41
Cfr. FIX-ZAMUDIO, Héctor. Los derechos humanos y su protección internacional. Especialmente el
capítulo titulado: “Orden y valoración de las pruebas en la función contenciosa de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos”. Lima: Grijley, 2009, p. 149 y ss.
42
Cfr. LOIANNO, Adelina. Ibidem, p. 805 y 807.
43
Comisión, presuntas víctimas o sus representantes, Estado demandado y Estado demandante.
44
Cfr. Artículo 48 del Reglamento de la Corte IDH.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
100 Derecho Procesal Constitucional

Quien ofreció la declaración, tiene la carga de notificar al declarante y de asegurar


su comparecencia ante la Corte. Las partes podrán formular preguntas por escrito a los
declarantes ofrecidos por la contraparte o por la Comisión, siempre que hayan sido
llamados a declarar45.

Técnica de las preguntas: la pertinencia de las preguntas será calificada por la


Presidencia de la Corte y no serán admitidas las que induzcan las respuestas y que no se
refieran al objeto determinado oportunamente.

Recibida la declaración rendida ante fedatario público (affidávit), se dará traslado a


la contraparte y, en su caso a la Comisión, para que presenten sus observaciones dentro
del plazo que fije la Corte o su Presidencia.

Ahora bien, las pruebas rendidas ante la Comisión se incorporaran al expediente,


siempre que hayan sido recibidas en procedimientos contradictorios. La Corte podrá
repetirlas.

De manera extraordinaria, una vez oído el parecer de todos los intervinientes en


el proceso, la Corte podrá admitir una prueba adicional, si el que la ofrece justificare
que por fuerza mayor o impedimento grave no presentó u ofreció dicha prueba en la
oportunidad procesal pertinente46. La Corte podrá también, admitir pruebas referidas a
hechos ocurridos con posterioridad a las oportunidades procesales.

La Corte podrá en cualquier estado del proceso:

(i) Decretar de oficio las pruebas que considere útiles y necesarias, para lo
cual podrá oír en cualquier calidad a cualquier persona cuya declaración,
testimonio, u opinión estime pertinente.
(ii) Requerir de los sujetos procesales el suministro de las pruebas que estén
en condiciones de aportar o de explicaciones o declaraciones que pueda ser
útiles.
(iii) Solicitar informes a cualquier entidad, oficina, órgano o autoridad que
expresen una opinión o dictamen. Los documentos correspondientes no se
publicaran, mientras la Corte no lo autorice.
(iv) Comisionar a uno o varios de sus miembros para desarrollar cualquier medida
de instrucción, incluyendo audiencias. Los Jueces podrán comisionar a la
Secretaría para que lleve a cabo tales medidas de instrucción.
(v) Ordena que los instrumentos probatorios presentados ante la Corte, se
remitan de forma completa y plenamente inteligible. En caso contrario, se
dará a la parte que la presentó, un plazo para que corrija los defectos o remita
las aclaraciones pertinentes.
(vi) Imponer a la parte que ofreció una prueba, cubrirá los gastos que ella ocasione.
45
Cfr. TRUCCO, Marcelo F. “La protección transnacional de los derechos humanos. El valioso aporte
de la Corte Interamericana”. Ob. Cit., p. 536.
46
Cfr. Artículos 35.1, 36.1, 40.2 y 41.1 del Reglamento de la Corte.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 101

b) El Afidávit

El affidávit es un documento escrito que pretende tener la vocación de ser la


declaración voluntaria y verdadera del declarante o de quien firma el documento.
Requisitos que debe contener un affidávit.

(i) nombre del declarante;


(ii) su dirección física; y,
(iii) la firma del declarante o testimoniado y notariado.
(iv) Sustantivamente debe limitarse a que le consta que es cierto lo que declara,
debido a la observación o experiencia.

Es importante advertir que por definición, un affidávit es una declaración voluntaria.


Lo que significa que a una persona no se le puede exigir que firme un affidávit por la
Corte, alguna de las partes, un juez del derecho interno o algún tercero47.

Iniciada la audiencia, la Presidencia de la Corte deberá llamar a los declarantes a


fin de que sean interrogados e intervendrá en la audiencia quien ha solicitado la prueba.
Debe advertirse que no podrá estar presente ninguno de los declarantes, mientras se
realiza la audiencia. No obstante lo anterior, podrá recibirse declaraciones testimoniales,
periciales o de presuntas víctimas haciendo uso de medios electrónicos audiovisuales.

Cuando se trate de testigos, se verificará su identidad y antes de declarar prestará


juramento o declarará que dirá la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

De la prueba pericial: tratándose de peritos, se verificará su identidad y antes de


desempeñar su oficio, prestará juramento o declarará que ejercerá sus funciones con
todo honor y con toda conciencia.

De las presuntas víctimas: si se trata de las presuntas víctimas, se verificará su


identidad y no será necesario que presten juramento ni que realicen declaración alguna.

Escuchados los declarantes y una vez los Jueces han formulado preguntas, la
Presidencia concederá la palabra a las presuntas víctimas o a sus representantes y al
Estado demandado para que expongan sus alegatos. Luego se otorgará a los mismos
intervinientes la posibilidad de una réplica y una dúplica. Concluidos los alegatos, la
Comisión presentará sus observaciones.

Finalmente, la Presidencia dará la palabra a los Jueces de la Corte para que formulen
preguntas a la Comisión, a las presuntas víctimas o a sus representantes y al Estado
demandado. En los casos no presentados por un Estado, la Presidencia determinará el
orden en que tomarán la palabra48.

Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit., p. 810.
47
48
Cfr. MONTERESI, Ricardo D. Actuación y procedimiento ante la Comisión y Corte Interamericana
de Derechos Humanos. Ob. Cit., p. 333.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
102 Derecho Procesal Constitucional

C) Fase final escrita

Esta etapa inicia con los alegatos finales escritos, donde las partes procesales tendrán
la oportunidad de presentarlos dentro del término que establezca la Presidencia. La
Comisión podrá dentro del mismo término, presentar observaciones finales escritas.

a) La sentencia

En principio debemos advertir que la CADH establece las siguientes reglas sobre
la sentencia que debe proferir la Corte: (i) que el fallo deberá motivarse; (ii) que la
sentencia es definitiva e irrecurrible; y, (iii) la Corte es su intérprete auténtico49. No
obstante lo anterior, el artículo 65 del Reglamento de la Corte indica que la sentencia
debe contener:

(i) el nombre de los Jueces que dictan la sentencia; precisando quien es el


presidente, el Secretario y el Secretario Adjunto de la Corte;
(ii) la identificación de los intervinientes en el proceso y sus representantes;
(iii) una relación de los actos del procedimiento;
(iv) la determinación de los hechos;
(v) las conclusiones de las partes;
(vi) los fundamentos de derecho;
(vii) la decisión sobre el caso;
(viii) el pronunciamiento sobre las reparaciones y costas;
(ix) el resultado de la votación; el Juez que ha participado en el caso, tiene
derecho a emitir un voto concurrente o disidente; el cual deberá ser razonado.
Estos votos deben presentarse dentro del plazo fijado por la Presidencia, de
modo que puedan ser conocidos por los Jueces antes de la notificación de la
sentencia. Dichos votos sólo podrán referirse a lo tratado en las sentencias;
(x) la indicación sobre cuál es la versión auténtica de la sentencia.

La sentencia debe responder a la verdad real, es decir, a aquella que se haya


incorporado al expediente a través de los medios probatorios, y debe ser el resultado
de la deliberación de los jueces de la Corte, la cual puede traer como resultado la
unanimidad en la decisión o podrá suceder que algún o algunos jueces emitan un voto
concurrente o disidente, por lo que deberá ser razonado.

b) Sentencia adicional de reparaciones y costas

Sí la sentencia de fondo no decidió sobre reparaciones y costas, la Corte fijará la


oportunidad para su posterior decisión, para lo cual determinará el procedimiento.

49
Cfr. MORELO, Augusto Mario. “La eficacia de la justicia, valor supremo del procedimiento en el área
de la cautela. En Revista Uruguaya de Derecho Procesal, núm. 4, 1984, p. 543. Citado por Cfr. LOIANNO,
Adelina. Ibidem, p. 812.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 103

Cuando se informe a la Corte de que las partes llegaron a un acuerdo sobre el


cumplimiento de la sentencia sobre el fondo, verificará que sea conforme con la CADH
y dispondrá lo pertinente. En estas sentencias se pueden imponer las siguientes medidas:

(i) de reparación pecuniaria (daño emergente, lucro cesante y perjuicio moral;)


(ii) de restitución;
(iii) de rehabilitación;
(iv) de satisfacción; y,
(v) de garantía de no repetición50.

c) Pronunciamiento y comunicación de la sentencia

La Corte deliberará en privado y una vez aprobada concluirá con una orden de
comunicación y ejecución firmada por el Presidente y Secretario; luego se notificará
por la Secretaría a los sujetos procesales; mientras no se haya notificado, los textos,
razonamientos y votaciones se mantendrán en reserva.

La sentencia original se agregará al archivo de la Corte, pero el Secretario expedirá


copias selladas y certificadas a:

(i) los demás Estados Parte;


(ii) la Comisión;
(iii) las víctimas o presuntas víctimas, sus representantes, o el Defensor
Interamericano;
(iv) Estado demandado;
(v) Consejo Permanente a través de su Presidencia;
(vi) Secretario General de la OEA;
(vii) Estado demandante, en los casos a los que hace referencia el artículo 45 de la
Convención; y,
(viii) en general a quien lo solicite.

d) Solicitud de interpretación

De conformidad con el artículo 67 de la CADH, el fallo de la Corte es definitivo,


es decir, hace tránsito a cosa juzgada transnacional, razón por la cual es inimpugnable,
irrecurrible e inapelable. No obstante, si existe desacuerdo sobre el sentido o alcance
de la sentencia, las partes podrán solicitar a la Corte que la interprete, para lo cual se
cuenta con un término improrrogable de noventa días, contados a partir de la fecha de
su notificación. Técnicamente no se trata de un recurso

Dicha solicitud puede versar sobre cualquiera de las sentencias proferidas por la
Corte y no suspende su ejecución. En la petición deberá indicarse con precisión, las
cuestiones relativas al sentido o alcance de la sentencia cuya interpretación se pide51.

50
Cfr. CANÇADO TRINDADE, Antonio Augusto. “Prólogo”. Ob. Cit., p. XIX.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
104 Derecho Procesal Constitucional

El Secretario notificará la solicitud a los intervinientes en el caso y los invitará a


presentar alegaciones escritas dentro del plazo fijado por la Presidencia.

Para examinar la solicitud, la Corte decidirá el trámite, se reunirá con la composición


que tenía al dictar la sentencia objeto de interpretación, pero si ha fallecido, renunciado o
terminado el periodo de algún juez, se sustituirá de la manera establecida por el artículo
17 del Reglamento de la Corte y resolverá mediante otra sentencia.

e) Supervisión de cumplimiento de sentencias

El proceso de supervisión de las decisiones de la Corte consta de:

(i) los informes presentados por los intervinientes;


(ii) las observaciones a tales informes presentados por las víctimas o sus
representantes;
(iii) las observaciones presentadas por la Comisión sobre los informes y
observaciones referidos;
(iv) los informes de otras fuentes, a petición de la Corte, que permitan apreciar el
cumplimiento; y,
(v) los peritajes que considere oportunos.

También se podrá convocar al Estado y a los representantes de las víctimas a una


audiencia de supervisión del cumplimiento de sus decisiones, donde escuchará el
parecer de la Comisión. Finalmente la Corte determinará el estado del cumplimiento de
lo resuelto y emitirá las resoluciones que estime pertinentes.

D) Amicus curiae

Se reguló de la siguiente manera:

“La expresión “amicus curiae” significa la persona o institución ajena al


litigio y al proceso que presenta a la Corte razonamientos en torno a los hechos
contenidos en el sometimiento del caso o formula consideraciones jurídicas sobre
la materia del proceso, a través de un documento o de un alegato en audiencia”.

Esta institución jurídica conocida como “amigos de la Corte”, fue incorporada al


proceso constitucional transnacional en el último reglamento de la Corte, con el objeto
de fijar las reglas sobre la presentación de escritos por terceros procesales que pretendan
coadyuvar las posiciones de alguna de las partes, tales personas físicas, organizaciones
no gubernamentales (en adelante ONG) o entidades gubernamentales52.

51
Cfr. REY CANTOR, Ernesto. “Acceso Sistema Interamericano de Derechos Humanos”. En
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico). Derecho procesal constitucional. Ob. Cit.,
p. 46.
52
Artículo 2.3 del Reglamento vigente de la Corte.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 105

El amicus criae corresponde a un tercero que comparece voluntariamente ante la


Corte, intervención que precluye 15 días después de la celebración de la audiencia
pública o de la resolución que señala el plazo para la remisión de los alegatos finales,
con el fin de aportar razonamientos, consideraciones jurídicas, informaciones que
tengan por objeto la presentación de elementos que contribuyan a la solución del litigio,
por medio de un documento o en audiencia, mediante un alegato.

Cuando se trate de procedimientos de supervisión de cumplimiento de sentencias


y/o de medidas provisionales, también podrán presentarse escritos del amicus curiae.

Si la actuación es por escrito, el amicus curiae deberá presentado debidamente


firmado ante la Corte, con sus respectivos anexos en el idioma de trabajo. Empero,
también podrá hacerse a través de los siguientes medios53:

(i) vía courier,


(ii) facsímile, o
(iii) correo postal o electrónico.

En todo caso, los originales y la totalidad de los anexos, deberán recibirse en la


Corte dentro del término de 7 días, contados a partir de la fecha de su presentación,
acompañados de dos copias, en papel o digitalizadas, idénticas a la original. Los escritos
extemporáneos serán rechazados y archivados sin más trámites.

Este escrito junto con sus anexos, se pondrá de inmediato en conocimiento de las
partes para que se pronuncien sobre él, previa consulta con la Presidencia54.

E) Terminación anormal del proceso

Normalmente un proceso jurisdiccional termina cuando se profiere una sentencia


de fondo. Sin embargo, este proceso podrá terminar antes de la sentencia, por lo cual
alguna parte de la doctrina titula esta manera de finalizar el proceso como “terminación
anticipada del proceso”55, lo cual puede ocurrir en los siguientes eventos:

(i) Por desistimiento. Se presenta cuando la parte actora manifieste su intención


de desistir, la que se resolverá, una vez oída la opinión de las otras partes, así
como la de los representantes de las víctimas o de sus familiares.
(ii) Por allanamiento o reconocimiento. Se presenta cuando el demandado
comunica a la Corte que se allana a las pretensiones de la demanda. La
Corte, oído el parecer de ésta y de los representantes de las víctimas o de sus

53
Cfr. artículo 28.1 del Reglamento de la Corte.
54
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 805 y 806.
55
Cfr. Artículos 35.1, 36.1, 40.2 y 41.1 del Reglamento de la Corte.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés (Director Científico)
106 Derecho Procesal Constitucional

representantes, resolverá sobre la procedencia del allanamiento y sus efectos


jurídicos. En esta hipótesis, la Corte fija las reparaciones e indemnizaciones
correspondientes en el momento procesal oportuno.
(iii) Por solución amistosa. Se presenta cuando las partes comunican a la Corte la
existencia de una solución amistosa, de un avenimiento o de otro hecho idóneo
para la solución del litigio transnacional. En este supuesto, la Corte podrá
después de escuchar a los representantes de las víctimas o sus familiares,
declarar terminado el proceso.

No obstante lo expuesto, la Corte de conformidad con su obligación de proteger los


derechos humanos, podrá decidir que prosiga el trámite del proceso56.

F) Medidas provisionales

Estas medidas preventivas están encaminadas a garantizar el cumplimiento de la


sentencia que hipotéticamente se profiera en favor de las víctimas, tal como ocurre en
el derecho interno con las medidas cautelares en el cual se inspiraron57. En efecto, esta
función jurisdiccional se impone debido al tiempo que invierte en el proceso.

No obstante lo anterior, tal como lo advierte la doctrina, en el derecho internacional


se diferencian las medidas provisionales de las medidas cautelares, indicando que
aquellas son las contempladas en el artículo 63.2 de la CADH, mientras que estas son
las decretadas por la Comisión de conformidad con el artículo 25 de su Regalmento58.
Sin embargo, consideramos que tal distinción no existe o por lo menos no amerita un
análisis científico de fondo59.

Dichas medidas provisionales garantizan la actividad jurisdiccional de la Corte,


como quiera que están diseñadas para evitar un daño irreparable y preservar los derechos
humanos, como una transposición del ordenamiento jurídico internacional relacionado
con el contencioso entre Estados tramitado ante la Corte Internacional de Justicia, al
derecho internacional de los derechos humanos tramitado ante la Corte60.

En efecto, de conformidad con el artículo 63(2) de la CADH, las medidas


provisionales son procedentes cuando:

56
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 810.
57
Cfr. MONTERESI, Ricardo D. Actuación y procedimiento ante la Comisión y Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Ob. Cit., p. 333.
58
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 810 y 811.
59
Cfr. TRUCCO, Marcelo F. “La protección transnacional de los derechos humanos. El valioso aporte
de la Corte Interamericana”. Ob. Cit., p. 528.
60
Cfr. CANÇADO TRINDADE, Antonio Augusto. “Prólogo”. En REY CANTOR, Ernesto y REY
ANAYA, Ángela Margarita. Medidas provisionales y medidas cautelares en el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos. Bogotá: Temis, 2005, p. XVI.
VELANDIA CANOSA, Eduardo Andrés
Derecho procesal constitucional transnacional. El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos 107

“En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar


daños irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo,
podrá tomar las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare
de asuntos que aún no estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a
solicitud de la Comisión”.

De conformidad con lo expuesto, las medidas provisionales pueden decretarse en


cualquier estado del proceso, así: (i) de oficio por la Corte; (ii) a petición de las víctimas;
(iii) a petición de la Comisión cuando el asunto aún no ha sido sometido ante la Corte; o,
(iv) por el Presidente de la Corte, cuando esta no se encuentra en sesiones ordinarias61.

Tales medidas provisionales podrán levantarse cuando desaparezcan las causas de


amenaza o violación de los derechos humanos.

3. CONCLUSIONES

(i) Ante la Corte se tramita un verdadero proceso jurisdiccional de partes. Este tipo
de proceso es acusatorio, como quiera que se refleja una “igualdad de armas” entre
accionante y accionado.

(ii) En esencia se trata de un derecho de casos, por lo cual el estudio del proceso
deberá complementarse con la jurisprudencia emitida por la Corte.

(iii) Entre el Estatuto y Reglamento de la Corte, podemos estructurar un verdadero


Código Procesal Constitucional Transnacional, toda vez que ha precisado las reglas
procesales que rigen el proceso adelantado ante la Corte.

(iv) Este proceso no refleja un verdadero derecho fundamental de acción, toda vez
que las víctimas solo pueden acceder a la Comisión, pero no a la Corte, con lo cual se
puede estar vulnerando uno de los derechos humanos protegidos por la propia CADH,
razón por la que se considera oportuno adoptar un modelo similar al adoptado en el
SEDH, lo que implicaría reformar el SIDH, para que las víctimas puedan presentar
directamente sus demandas ante la Corte, haciendo realmente efectivo el acceso a la
justicia supranacional.

(v) La Corte deberá convertirse en un Tribunal que sesione permanentemente y


por sesiones periódicas, lo cual le permitirá solucionar más litigios que versen sobre
derechos humanos y por ende reflejar una mejor justicia constitucional supranacional.

61
Cfr. LOIANNO, Adelina. “El proceso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ob. Cit.,
p. 812.

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