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TUS TALENTOS!
Es indudable que mirar profundamente en nuestro interior, representa una decisión de
mucho peso en momentos determinados de nuestra vida. Después de todo, no es
fácil conocerse a uno mismo, ni desde el punto de vista más íntimo (cómo nos vemos
desde nuestra perspectiva) ni en la forma en que interactuamos con los demás (cómo
las personas que nos rodean perciben nuestras acciones).
Ver hacia dentro puede revelar información que, para algunos, resulta algo chocante y
hasta perturbadora: vicios, defectos, debilidades de carácter, sentimientos negativo,
etc., una lista bastante larga que podría desmotivarnos.
Esas cualidades especiales son los llamados “talentos”, los que parece confiarnos la
naturaleza para que les saquemos provecho y jamás los ocultemos. De allí que se
vincule el sustantivo talento, antigua unidad de peso y una cantidad de dinero, al
nombre de los dones que hemos recibido para cultivarlos.
Solo el tiempo nos hace detectar (a nosotros o a quienes nos rodean) “para qué
somos buenos”: algunos tienen talento para los números (matemáticas), otros exhiben
una habilidad innata para la música (voz o instrumentos), hay quienes nacen hechos
para liderar (jefes de empresas o políticos) mientras otros se convierten en verdaderos
expertos de las máquinas (mecánicos, inventores, etc.) y pare usted de contar.
ALEX KEI
Da la impresión de que el hallazgo de las propias capacidades naturales se lleva a
cabo así precisamente, de manera natural, “como venga”, más allá de una búsqueda
que nos lleve a revelar cuál es el arte secreta en la que seremos maestros legendarios.
Por lo tanto, surge como nuestra misión de vida entablar un diálogo con nuestro yo
interior que tenga como efecto descubrir en qué formas exactas podemos contribuir a
la comunidad y la sociedad a las que pertenecemos, gracias a ese poder casi
sobrenatural que llevamos escondido y que nos causa gran placer de hacer realidad,
aun cuando no siempre implique un beneficio económico.
Y ¿qué sucede con los “destalentados”; es decir, quienes no pueden determinar con
exactitud para qué vinieron al mundo? Pues, a todos ellos los invitamos a atreverse y
dar los pasos necesarios hacia el tesoro que portamos cada uno bien dentro y que ya
no parecerá fuera del alcance con esta guía práctica para encontrar tus talentos.
Cabe destacar que no te hará falta acudir a libros de texto ni a la ayuda de expertos
en materia de psicología o relaciones sociales para completarla: bastarán tu sinceridad
y tus recuerdos más lejanos.
ALEX KEI
PASO N° 1:
“¿QUÉ SÉ DE MÍ MISMO?”
Párate frente a un espejo en un lugar con suficiente luz (mejor si es natural). Mientras
observas tu reflejo, respira profundo por algunos minutos y mira directo hacia tus ojos.
Con esos datos, dibuja un cuadro parecido al que se muestra a continuación para ir
revelando quién eres, quién es tu familia y cómo ha sido tu relación con ellos, tus
amistades, tus problemas, tus gustos y cómo te ves a ti mismo. Todo esto servirá como
una clave de primer orden para llegar posteriormente a tus talentos:
ALEX KEI
PASO N° 2:
“¿QUÉ HE HECHO POR MÍ MISMO?”
Una vez puestos sobre el papel los elementos que influyeron en tu origen, es hora de
poner la memoria a trabajar de nuevo, esta vez sobre la calidad de tus decisiones y las
consecuencias de tus acciones.
Repite el dibujo planteado en el paso anterior, pero cambia los nombres de las casillas
como se muestra a continuación:
Al comparar lo que has hecho desde tu infancia (por ejemplo, desde los siete años
en adelante) hasta el presente (ya sea con proyectos formales o actividades de
poco alcance) con los resultados obtenidos, será más fácil dar con las pistas que
ha ido dejando en tu vida tu potencial interior.
Las frases que redactes en esas cinco figuras serán primordiales para llegar al
tercero y último paso.
ALEX KEI
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PASO N° 3:
“¿POR QUÉ HE CONSEGUIDO LO QUE
HE CONSEGUIDO HASTA AHORA?”
A estas alturas, ya debes tener conciencia de quién eres en tus propias palabras y qué
acciones vienen de ti son las que más peso tienen para ti mismo.
A tu alrededor se hallan tu familia, tus amigos, tus gustos y lo que te desagrada, tus
éxitos individuales y colectivos, junto con todas tus decisiones (desde las más
acertadas hasta las que puedas catalogar de desastrosas).
Considera ahora comparar las dos imágenes de tal forma que se junten los
enunciados de los dos círculos centrales y cada uno de los cuatro cuadros laterales.
Así, podrás unir las ideas entre sí hasta obtener líneas de texto enteras que aporten luz
sobre ti mismo.
Mi familia o mi círculo más íntimo ha sido un factor clave para mis logros personales
porque me demostró que:
Mis gustos tienen que ver con mis mejores logros, ya que me inspiraron a:
Mis amistades influyeron en mis logros colectivos porque me enseñaron que soy
competente para:
ALEX KEI
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Mis problemas se vinculan a mis peores decisiones, pero he sido capaz de superarme
porque:
Mi identidad propia tuvo como efecto acciones de importancia para mí y los míos
gracias a mi(s) capacidad(es) de:
Después, tus gustos constituirán el indicio de las habilidades en las que tu mente se
ha sentido (o no deja de sentirse) atraída de manera continua. Esas primeras pistas se
revelan desde la infancia: “quiero ser astronauta/bombero/doctor”; “Me encanta la
clase de matemáticas/biología/literatura”, etc.
Con el desarrollo de las competencias sociales, surgen las amistades, y con ellas,
nuevas oportunidades de conocer nuestros talentos, al acometer colectivamente las
más variadas “aventuras” (travesuras, juegos o como quieras llamarle). Se trata de
ocasiones para brillar con luz propia como miembro de un grupo.
Por otro lado, no todo te ha salido ni te sale como has querido en la vida. Golpes,
caídas y fracasos causados por tus defectos o debilidades (aquellos que aparecen
desde la infancia) se manifiestan dolorosamente durante tu vida, la cual te obliga a
hacerles frente, controlando tu temperamento hasta retomar el aliento y continuar.
He allí la lección esencial que enseñan los errores: las malas experiencias arrastradas
desde la toma de tus peores decisiones despejan el rumbo hacia tus momentos de
logro, aquellos en que, a pesar de sentirte derrotado, terminas recobrando el
entusiasmo por la motivación de tu propia superación
ALEX KEI
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Ahora, haz alcanzado la esperada conclusión: 1) darles nombres a tus talentos según
los vas identificando; 2) así como las habilidades que tu círculo social ha señalado;
3) las actividades que te han atraído desde siempre; 4) los retos que se te han
presentado en el camino y 5) cómo te has levantado de los momentos más
difíciles en tu vida.
“Mi nombre es Natalia García, una mujer que no teme a las dificultades.
Me nace ayudar a los demás cuando de dolencias o enfermedades se trata”.
“Soy José Luis Herrera, un eterno joven de corazón a quien le encanta escuchar
anécdotas, y mi talento me hace juntar palabras, unas con otras, para narrar
historias emocionantes”.
Es comprensible que los tres pasos aquí formulados puedan ser intimidantes, ya que,
no a todas las personas les gusta reabrir el baúl de los recuerdos, sea por experiencias
particularmente dolorosas, una elección personal o un olvido inesperado.
En cualquier caso, este esfuerzo no hace sino moverte de la manera menos traumática
posible a cambiar esa actitud de pasividad que te hace sentir sin energía física o
intelectual desde el mismo momento de ponerte frente al espejo y realizar los dibujos
planteados aquí.
ALEX KEI