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Cuentos 002

FÉLIX BRUZZONE

o2 76
Con dos nuevos relatos agregados. esta reedici ón de 76 de Félix Un clásico + dos nuevos cuentos
Bruzzone vuelve a instalar preguntas y desafíos a la hora de contar
cómo se experimentan los efectos de la última dictadura militar
argentina en los cuerpos y en los afectos. Bruzzone se desdobla , y su
dolor perplejo es un virus o una nube sanadora que adquiere la forma
de raras congregaciones domésticas. encuentros efímeros, amores
descascarados y pequeñas cargas de dinamita sobre los dilemas de
la identidad . Un niño que evoca el cuerpo de su madre desaparecida
en gastadas revistas eróticas luego es un hombre dejado a pie en
medio de la ruta por un camión Unimog que bien pudo haber sido
vehículo de las epopeyas transformadoras de sus padres. Y es otro:
la historia tiene una estructura curva y agujereada . Un parque de
diversiones futurista anuncia la imposible reconciliación entre verdad ,
memoria y futuro. Dos señoras escapadas de un cuento de Puig tejen
un relato con aroma a vermouth y a sueños borrosos. Chicas que
evocan a los muertos como si fuesen estrellas de rack , hijos que se
enamoran de travestís que intuyen sangre de su sangre. Una atmósfera
inquietante sobrevuela a este libro. algo que se opone a la melancolía.

Ganador del prestigioso premio Anna Seghers en Alemania, 76 es un


libro imprescindible para rastrear las torsiones con las que el cruce
entre literatura y política vuelve a irrumpir en la narrativa argentina.

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76

Félix Bruzzone
76

Félix Bruzzone
ÍNDICE

En una casa en la playa 7

Unimog 31
76 + dos nuevos cuentos! Bruzzone, Félix - Nueva Ed.
Buenos Aires: Momofuku, 2014.
209 pp.; 12 x 19 cm. Otras fotos de mamá 47
ISBN 978-987-33-5511-0
Lo que caber en un vaso de papel 61

Chica oxidada 77

Sueño con medusas 89

El orden de todas las cosas 109


www.momofuku.com.ar
www.facebook.com!momofukulibros Susana está en Uruguay 137
@momofukulibros

Fumar abajo del agua 167


:g 2014, Momofuku Libros.

Diseño de colección: Momofuku + willyweiss.com.ar 2073 177


Collage de tapa: SfT - Collage 2011
Ana Clara Soler y Juan Goicochea

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723


Impreso en Argentina, Buenos Aires, 2014.
Printed in Argentina.
EN UNA CASA EN LA PLAYA
EN UNA CASA EN LA PLAYA

Después de almorzar, las viejas ya se duermen,


decimos que vamos a comprar helados y
salimos los tres para el lugar donde Ramiro vio
la revista que quiere que compremos. Nahuel
también quiere comprarla, pero dice que esas
las venden en cualquier kiosco, ¿por qué no
vamos a uno más lejos?, que no nos reconozcan,
y quiere, igual que Ramiro, que la revista la
pida yo. Decile al kiosquero que es para tu
papá. No, mejor decile que te la pidió uno de
tus tíos para mirar en la playa, que no quería
ir a comprarla y perderse las mejores horas
de sol. Un tío, eso puede ser, dice Nahuel. Se
ríe, yo tengo un tío que tiene el revistero lleno
de esas revistas, no sé por qué no se pone un
kiosco. Ramiro también se ríe. ¿Entendiste?,
enano, dice después, es para tu tío, y poné cara
de tonto, así te creen, y si no te creen insistí, es
para mi tío, decile, que te la vendan.
El centro comercial es chico y a pesar de la
hora está lleno de gente. ¿Por qué no vamos
a otra parte?, allá, señala N ahuel, pasando el
médano, antes de la curva. Pero Ramiro no
se mueve, mira alrededor, espanta una mosca
que se le acerca a la nariz, mosca verde de ojos
saltones que pronto vuela a la espalda roja de
un hombre que se quemó demasiado, estas
moscas, y me dice que ahí están la vendedora
y el dueño, ¿los ves?, pedísela a ella que seguro
te la vende. Después saca monedas de un
bolsillo, me las entrega y codea a Nahuel, dale,

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FÉLIX BRUZZONE
EN UNA CASA EN LA PLAYA

vos también, dale un poco más que no alcanza. voz de la vendedora, ¿qué ibas a llevar? Play...
La voz de Ramiro, en un momento, se quiebra. Play... para mi tío, me la pidió para... una
¿Duda? No, tienen miedo, ¿por qué no la revista para la playa. La vendedora pone cara
compran ellos? Pero ellos enseguida me miran, de no saber de qué hablo y se acerca al dueño.
ojos abiertos, amenaza, y Ramiro dice sos un Le habla al oído. El hombre me mira. Vení, me
cagón, si no volvés con esa revista te matamos. dice. Me hace pasar atrás del mostrador. Se
No creo que vayan a matarme, pero si la acuclilla. ¿Qué querés?, pregunta. Play... repito,
compro seguro que me dejan verla, por lo idiota, así no te van a vender ni un chocolate,
menos un poco, son más grandes que yo pero mi tío me dijo que... Y como ya no me salen más
seguro que me van a dejar. Además es mejor palabras él estira un brazo, mete la mano entre
pedirla entre toda esta gente, ese marica de una pila de revistas y saca una que no puedo
Nahuel, cuanta más gente menos te miran, ver bien; la enrosca, la mete en una bolsa y me
como cuando esa ola me hizo perder el dice andá, llevala, y cuando le pago sigue: te la
barrenador y nadé tanto para buscarlo que casi doy para vos, que no la miren esos dos que te
me ahogo. La playa y el mar llenos de gente esperan afuera.
y casi nadie se dio cuenta de nada. Sólo una
señora llamó al bañero, pero cuando el tipo ***
bajó de la sillita yo ya empezaba a volver sin la
ayuda de nadie, eso es arreglárselas solo. Mientras volvemos a la casa nadie habla.
Hay que esperar. En la cola, delante de mí, Ramiro y Nahuel ya tienen la revista, caminan
una mujer joven que lleva a su hija de la mano rápido, y yo tengo que dar algunos saltitos
me pisa sin querer. Perdón, dice. La nena me para no quedarme atrás. Al llegar entramos sin
mira. Qué linda nena. ¿Cuántos años tendrá? hacer ruido. Subimos las escaleras, ¿las viejas
¿Lo pisaste?, le pregunta la mamá. No es nada, todavía duermen?, y caminamos en puntas
digo, y mientras la mujer pide un diario y un de pie sobre el piso de madera: si cruje mucho
chupetín, miro la revista que tengo que pedir y se despiertan, si se despiertan nos descubren.
practico en silencio, mi tío me pidió una revista Llegamos a la cama de Ramiro y nos sentamos.
Play... Play algo, para ver en la playa. Ramiro me mira sin decir nada. Abro bien
Afuera, Ramiro y Nahuel esperan apoyados grandes los ojos. ¿Qué mirás?, vos no pusiste
contra un poste. Ramiro me vigila, atento, ahora, plata, dice, ¿vas a poner algo?, si no... Yo sabía.
dice con los labios, te toca a vos, y escucho la Nahuel, desde atrás, dice que es cierto, y que

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

no sólo no puse plata sino que seguro le dije al algo más? Pero entonces Ramiro estira un
dueño del kiosco que la revista era para ellos, brazo y coloca la revista frente a mí. ¿Ves?, ¿te
que algo raro le dije. No dije nada, lo prometo, gusta?, y mientras la da vuelta sigue: bueno, ya
lo juro por mi mamá, digo. No grités, dice la viste, para vos por hoy ya es bastante, ahora
Ramiro, y no jures por algo que no tenés. Hijo andate que Nahuel y yo vamos a ver el resto.
de puta, me dan ganas de pegarle. No, mejor
morderlo, total si después se vengan el dolor ***
de la mordedura no se lo saca nadie y la marca
le queda para siempre. Además él tampoco Al día siguiente está nublado y nadie quiere ir
tiene mamá, pero N ahuel sí. Igual, si llego a a la playa. Mi abuela propone ir al Centro y la
decir algo como eso me pegan, seguro. Ahora de Ramiro dice que a ella le duelen un poco las
no porque tendrían que hacer mucho ruido y piernas y que prefiere quedarse. Juguemos a las
mi abuela podría despertarse, y la de Ramiro, cartas, dice, y al principio nadie quiere jugar pero
pero después en la playa me matan. También después Ramiro y Nahuel sí quieren y entonces
pienso: yo compré la revista, tendrían que dejar mi abuela y yo nos quedamos en el sillón del
que la mire, aunque sea un poco. living y miramos cómo el viento mueve las
Ramiro se levanta la remera, saca la bolsa, de copas de los árboles. Al rato ella me dice: ¿por
la bolsa saca la revista, envuelta en otra bolsa qué no vamos nosotros? Después me mira y no
que no deja ver nada, y la abre. En la tapa, una habla más, como si repitiera en silencio muchas
chica casi desnuda, morocha, labios gruesos veces esa misma pregunta. Bueno, vamos, digo,
y brillantes, toda la piel como de damasco, y ella agrega que de paso podemos comprar
suavecita, los ojos estirados que te miran, algo rico para antes del almuerzo.
grandes como los de los dibujitos japoneses, En el camino me pregunta por qué ayer a
recostada sobre una cama de barrotes dorados, la tarde, después de la siesta, no fui a la playa.
brillantes como ella, sábanas plateadas y todas Tenés que hacerte amigo de los chicos, si no te
revueltas. ¿Quién destendió la cama?, alguien vas a quedar solo el resto de las vacaciones.
tiene que haberla destendido. Y ella, ¿recién se No contesto. Ella vuelve a hablar. Trato de no
despierta? No, te mira a los ojos y los de ella escucharla pero no puedo. En un momento
son grandes, no son de recién despierta, qué dice escuchame, sordo, vos siempre igual,
ojos, qué tetas. ¿Habrá más fotos adentro?, y habla de los vecinos de carpa, también
porque acá sólo se ven las tetas, ¿mostrarán podrías hacerte amigo de ellos. Y después dice

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

que Ramiro es tan parecido a mí que él y yo cosas mucho más lindas, digo. Esperá un poco,
deberíamos llevarnos mejor. Sí, claro, llevarnos ¿por qué no te comprás algo en el kiosco?, y
mejor, digo, pero su amigo es Nahuel, por algo de paso traeme cigarrillos, andá que mientras
lo invitó. No seas así, insiste, y vuelve con eso tanto yo pregunto algunas cosas en este local,
de que Ramiro y yo tenemos tantas cosas en mirá qué lindas lámparas. Ella abre la cartera,
común que es una lástima que nos peleemos saca un billete, Parliament, dice, no te olvidés,
por cualquier cosa. Una lástima, repite, y se y antes de que yo diga algo para no ir al kiosco,
para en una esquina desde donde pueden verse tengo ganas de hacer pis, me clavé una astilla,
el mar y la banderita roja de prohibido bañarse. ella entra al local de artesanías y empieza a
Mirá, dice, el año en que murió José Luis hablar con la chica que atiende.
alquilamos aquella casa, y señala una casa de Para colmo hay poca gente. ¿Por qué un día
techos bajos, o que se ve baja porque está cerca de sol esto se llena y un día feo no viene nadie?
del fondo del médano, vos no debés acordarte Debe ser por la hora. Cuando la gente está de
porque eras muy chico, los cuartos tenían vista vacaciones siempre hace todo al revés. Tendría
al mar. Después habla de mi abuelo: ese verano que haberme quedado. Las cartas no son tan
él te llevaba en la moto para todos lados, te aburridas y siempre quedaba la esperanza de
compraba barquillos, te llevaba al mar sobre los que la abuela de Ramiro saliera a comprar algo,
hombros, ¿te acordás?, y yo digo que lo único a regar, cualquier cosa, y entonces los chicos se
que me acuerdo del abuelo José Luis es de una pusieran a ver la revista y me dejaran ver un
vez en que me llevó a comprar un helado, o poco más, o al menos que pudiera ver dónde la
garrapiñadas, algo rico, yo iba en el triciclo y tienen escondida.
él venía atrás, o al costado, y yo no podía verlo Entro al kiosco. Por suerte el dueño no está.
pero igual sabía que él estaba conmigo. La vendedora, subida a una caja, cuelga pistolas
de agua y barrenadores de un piolín que va de
*** una pared hasta la otra. Un alfajor y un paquete
de Parliament, le digo rápido antes de que ella
Seguimos caminando y al poco tiempo se de cuenta de que soy el de la revista. ¿Vos
llegamos al centro comercial donde compré fumás?, pregunta sonriente. Y cuando estoy por
la revista. Mi abuela para a mirar artesanías explicar que los cigarrillos son para mi abuela,
frente a una vidriera. No paremos acá, ma, desde abajo del mostrador, ¿también acomo-
sigamos, seguro que en el Centro encontramos daba mercadería?, sale el dueño y me saluda.

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

¡Hola!, ¿cón10 te va?, así que esos amigos ***


tuyos también fuman ... No sé qué contestar.
Al final digo: bueno, no sé, estos son para mi Al mediodía empieza a llover y la abuela de
abuela. ¿Y la revista de ayer también era para Ramiro, que sigue mal, se va a dormir sin comer
ella? Para el tío, dice la empleada. Cierto, era el postre. Me gustaría ir a los videojuegos, pero
para el tío, repite el dueño, y los dos empiezan ahora las calles van a llenarse de barro, se va
a mirarme fijo, él sonriente y ella de brazos a inundar todo y tendríamos que usar botas y
cruzados hasta que él le ordena seguir con lo caminar con mucho cuidado: si nadie agarra el
que hacía, ahí abajo tenés más pistolitas, y fijate auto y nos lleva no se puede. Ramiro y Nahuel
cómo podés hacer para acomodar los frisbees ponen cara de aburridos. Mi abuela los hace
del oso panda, que se vean bien. Después me lavar los platos, ayer ustedes no lavaron nada,
dice tomá, Parliament, para vos, acordate. Y el y dice que ella también necesita acostarse.
alfajor, digo. Sí, ¿cuál te gusta?, ¿este?, tomá, Bueno, dice Ramiro. Bueno, dice Nahuel. Y
y deciles a esos otros que si quieren algo que cuando ella sale del comedor me encaran:
vengan a dar la cara ellos, ¿clarito?, y si te ¿querés ver más de la revista? No digo nada,
molestan vení a contarme que yo voy y hablo pero ellos entienden que sí, que quiero verla.
con las madres, no tengo ningún problema. Bueno, enano, la vas a ver, pero lavá vos.
Salgo dando pasitos para atrás. Podría decir Lavo hasta que el agua fría me da ganas de
que Ramiro no tiene mamá y que yo tampoco hacer pis y voy al baño. Apurate, dice Ramiro
tengo mamá, y que Nahuel sí pero que ella está desde afuera, cuanto más tardés menos revista,
en Buenos Aires, que Ramiro lo invitó, explicar empiezo a contar: uno, dos, tres... ¿Qué cuentas
todo, que con lo de la revista él tiene razón pero hace? Ojalá que se enferme y tenga que pasar el
que con 10 de los cigarrillos no, que mi abuela resto de las vacaciones en cama, que cuente sus
se desespera por fumar, que todos le dicen horas de enfermedad. Cuando salgo del baño
que no fume pero ella no los escucha, que mi me apuro. Dale, dice Nahuel, apurate. Ese
abuelo José Luis se murió por el cigarrillo, que idiota, lo único que sabe hacer es repetir lo que
para mí fumar es algo asqueroso, que el humo dice Ramiro. Idiota. Entonces cambio de idea.
me hace mal; pero sería mucho, el kiosquero Mejor tardo más, que se cansen de esperarme,
no entendería nada. Además, siempre es difícil que suban y empiecen a mirar la revista solos.
contarle a un desconocido que uno no tiene Sí, que no me muestren nada, no me importa,
mamá. total yo dejo todo sin lavar y que las viejas los

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

reten a ellos; y después les saco la revista, sí, la levanta los hombros. ¿Qué te pensás que
escondo, toda la revista para mí, el kiosquero somos?, dice Ramiro, decí dónde está la revista
me dijo que era para mí. o vas a escupir arena el resto de las vacaciones.
No digo nada pero pienso que no creo, hoy
*** va a ser el último día de sol así que a la playa
no volvemos, eso seguro, y en la casa mucha
Como hoy el viento molesta mucho para arena no hay, van a tener que amenazarme con
tomar sol en las reposeras o para leer, las viejas otra cosa. Además, aunque el tiempo mejore,
deciden salir a caminar por la playa. Vamos que igual va a seguir mal una semana, y en
nosotras solas, dice mi abuela, vos quedate una semana ya nos tenemos que ir, no pienso
con los chicos, dale, pórtense bien que después decir nada. O sí, mejor les miento: está en el
llamamos al barquillero. Se ve que la abuela cuartito del fondo, el de las herramientas, digo
de Ramiro ya se siente bien. Hoy, después de y Nahuel pone cara de que no me cree. ¿Vos
desayunar, nos hizo un truco con las cartas, sos mogólico?, dice Ramiro, ¿no sabés que ese
elegíamos una cada uno, ella las metía en el cuartito se llueve?, ¿y si la revista se moja?
mazo, mezclaba, y nos hacía sacar tres, sin Después dice que los tengo que acompañar,
mirar, y entonces sacábamos las que habíamos vamos, y al principio no me larga pero cerca
elegido, se la veía contenta. Y ahora, antes de del restarán hay que subir un poco y Ramiro
salir a caminar, estira las piernas, mueve la sin querer me suelta el cuello y afloja la otra
cintura en redondo y me mira: tiene cara de mano: me zafo, corro al mar y llego a la orilla
ángel guardián, como mi abuela, pero no tanto. más agitado que cuando estuve por perder el
Cuando se van trato de acercarme a los de barrenador. El pecho me hace cosquillas y des-
la carpa de enfrente, que juegan a enterrarse en pués me duele, tendría que seguir corriendo
la arena, pero antes de eso Ramiro me agarra pero ellos al final seguro que me alcanzan, y
del cuello y me aprieta fuerte abajo de la nuca. en cambio si me meto al mar ellos no van a
¿Dónde está la revista?, dice mientras con la animarse, tan adentro como yo no se animan,
otra mano me dobla un brazo sobre la espalda. puedo esperar entre las olas hasta que vuelvan
No contesto. Decinos o te hacemos comer las viejas.
arena, dice Nahuel. ¿Aprendió a hablar? Yo
qué sé, digo, si se la esconden entre ustedes yo ***
qué vaya saber. Se miran entre ellos. Nahuel

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

Los días pasan y apenas puedo levantarme en el agua tanto tiempo, y peor: por qué me
para ir al baño. Ramiro, cada tanto, se sienta en metí al mar si ella ya me dijo mil veces que para
su cama y me mira. No dice nada pero es como meterme con la bandera de mar dudoso tenía
si me pidiera perdón o como si hablara con que pedir permiso. Entonces hace silencio y
él mismo durante horas; después se levanta pone cara de qué mal, qué mal, y después me
y se va. Al rato vuelve y otra vez lo mismo. dice: ¿no te habrán obligado los chicos, no?, no
Nahuel, en cambio, no siente lástima ni nada, tengas miedo, a mí podés decirme. No, má, no
creo que si hubiera sido por él yo no salía del pasó nada. Ella dice: pero ellos se reían, ellos
agua en dos días enteros. Yo estaba ahí, en lo te veían temblar y se reían, ¿podés decirme lo
hondo, muerto de frío y ellos en la orilla con que pasó? Digo: sí, se reían, supongo que fue
los brazos cruzados. ¿Cuánto tiempo pasó?, algo gracioso. Pero ella vuelve a hacer silencio
¿dos horas? Yo me hacía masajes con los dedos y repite qué mal, qué mal, y no me cree.
arrugados para no tener calambres, que igual
tuve, y trataba de no tragar agua salada, que ***
igual tragué y no sé qué es peor, si tragar o
que sea salada. Y yo quería salir pero las viejas Llueve. Además del ruido de la lluvia en el
no volvían nunca. Y Nahuel también viene, techo y en las copas de los árboles sólo puedo
pesado, y se sienta al lado mío. No habla, lo oír que abajo todos juegan a las cartas. Cada
único que quiere es que le diga dónde está la tanto enciendo la tele pero se ve que la tor-
revista. Me mira como diciendo dale, si nos menta hace difícil la transmisión o rompió la
decís dónde está nosotros te dejamos verla. Y antena porque apenas se ven manchas y rayas
en un momento lo dice, pero Ramiro le pega de colores, no se escucha nada. Cuando mi
en la cabeza, callate, ¿no te das cuenta de que abuela sube a traerme la comida me toma la
si las viejas nos escuchan se van a dar cuenta fiebre y dice que mañana ya voy a estar bien,
de todo? Y decirles no es mala idea, a la revista ojalá, pero que igual debería quedarme en la
al final tuve que esconderla rápido entre los cama hasta que me cure del todo, me da un beso
troncos de la parrilla y no pude ver nada, sólo en la frente y vuelve a bajar. Ramiro, no sé por
la tapa, esa morocha que... y si llega a llover, qué, también sube, habrá quedado eliminado
como dijeron en la tele, seguro que se arruina. en el partido de cartas, y se sienta al lado mío y
Mi abuela, antes de acostarse, se acerca y empieza a hablar. Dice que el día está horrible,
me pregunta una vez más por qué me quedé que el agua se junta en las bocacalles y que

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FÉLIX BRUZZONE
EN UNA CASA EN LA PLAYA

hasta que pare de llover es imposible salir de


!a llevo. Va a estar un poco mojada, sí, pero qué
la casa, que estamos encerrados pero que él
Importa: 10 más importante es que ellos sepan
puede contarme todo lo que pasa: que ayer
que al final me la quedé yo. Además, seguro
fueron a los videojuegos y jugaron al del auto,
que igual algo va a poder verse, hasta ahora
que Nahuelle ganó pero que en c~anto vu~lvan llovió pero no tanto, ¿cuánta agua puede pasar
a ir él va a ganarle porque ya esta aprendiendo
entre los troncos donde la escondí?, no mucha,
cómo agarrar la curva donde el auto siempre se y encima la tapa es como plastificada.
le vuelca. Hay que soltar el acelerador y girar
Ramiro vuelve a sentarse en su cama y
todo el volante, dice, y no frenar mucho porque
vuelve a hablarme, pesado, ¿quién 10 manda?
si no después tenés que volver a acelerar y. se
La abuela, seguro. Ella debe saber todo, como
pierde tiempo, es mejor apretar el freno vanas
la mía, por algo son viejas. A Nahuel no pueden
veces y soltarlo rápido, bombear, ¿entendés?;
hacerle nada porque es el invitado, pero a
y habla como cinco minutos seguidos pero
Ramiro sí. Igual, la penitencia seguro es para
no me importa lo que dice y en un momento
los dos, que se jodan. Y el que más se jode es
hago como que me quedo dormido pero él no Ramiro, pobre Ramiro, que se joda.
se da cuenta, o sí, se da cuenta pero tampoco
Ahora es más directo y dice perdón muchas
le importa porque debe pensar que hablarme y
veces. Al principio cuento las veces que dice
que yo lo deje hablar es como que lo perdono,
perdón y al final, como no para de llover, se me
pero no lo perdono, que hable solo.
ocurre que hagamos un trato. Le digo hagamos
un trato y como él no se calla, me parece que no
***
me escuchó, repito, ahora un poco más fuerte:
hagamos un trato. Él hace silencio. Entre vos
Ramiro no va a venir más. Se dio cuenta de
y yo, digo, con Nahuel no quiero saber nada.
que conmigo no va a conseguir nada. Le hice
Ramiro deja su cama y se sienta en la mía. Si vos
la cruz. Cuando nos vayamos puede ser que le
querés yo te perdono, digo, y si querés también
diga que lo perdono o que le diga que puede ser
te digo dónde está la revista. Ramiro cruza los
que alguna vez lo perdone, pero a Nahuel no,
brazos. Cuando se pone nervioso siempre es
y a él por ahora tampoco. Y entonces, cuando
así: cruza los brazos y mira para otro lado. Yo
estemos a punto de irnos, el baúl abierto del
me doy cuenta porque a mí me pasa lo mismo.
auto, los bolsos a medio hacer, las viejas con el
A lo mejor todos los chicos que no tenemos
recuento del inventario, agarro la revista y me
mamá somos iguales. Cuando mi abuela me

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

contó lo de mamá, que ella y la mamá de partes pegadas, pedazos de cuerpos desnudos
Ramiro eran tan amigas, que averiguar lo que sin cara, sin piernas.
les pasó es muy difícil pero hay que hacerlo, Ramiro pasa las páginas y dice lo que
que hay tiempo, que tengo toda la vida para había en cada una hasta que llegamos a una
eso, yo me puse así, nervioso, porque toda la con muchos colores y dibujos. Acá había una
vida puede ser algo muy largo. Y ahora Ramiro historieta, dice, ¿ves?, todavía se ven algunos
así, cruzado de brazos, no sólo está nervioso cuadritos. Mira de cerca lo que queda y sigue:
sino que es como si me volviera a decir lo que Nahuel dice que para que las minas de los
me dijo esa vez que hablamos de mi mamá y de dibujos te calienten tenés que pensar que
la de él: callate, enano, mi mamá se murió en son las mismas minas de las fotos. Después
un accidente, la tuya no sé. Así que me quedo empieza a contarme: una mina conoce a un
callado un rato. Él se rasca una pierna, se frota tipo en la calle, es de noche, llueve, ella le
un brazo, y al final le digo el trato es que te pregunta por una dirección y el tipo le dice
digo donde está la revista pero vos tenés que cómo ir y después la acompaña porque va
dejarme verla porque la revista también es mía, para el mismo lado y al final resulta que van
no la pagué pero es mía, vos sabés... Sí, dice al mismo edificio. Cuando llegan no hay luz
rápido, está bien. Y por cómo lo dice habría que y él tiene que forzar la puerta para entrar. Ella
creerle, está más pálido que la remera blanca en el camino ya se fijó en él, había globitos de
que se puso. Igual, le doy un minuto, si tardás pensamiento donde ella pensaba qué brazos
más le cuento a mi abuela y chau revista, digo. fuertes, qué ojos. Y él también se fijó en ella,
Entonces señalo el despertador de la mesita de pero pensaba en cómo el vestido aguantaba el
luz y digo empiezo a contar, corré. tamaño, la presión de las tetas, todas cosas así.
Cuando entran justo vuelve la luz y para ellos
*** es como una señal. Ella está a punto de volver
a salir para tocar el portero eléctrico de la casa
La tapa se borró casi toda. De la morocha de la amiga adonde iba pero él abre la puerta
quedan sólo los ojos, el pelo y parte de una del ascensor y le pregunta a qué piso y suben
teta. El pelo ya no está revuelto sino que parece juntos. Después vuelve a cortarse la luz y el
lavado y lacio, como el de mamá en las fotos ascensor se queda entre dos pisos. Mientras
que hay en casa. Adentro hay muchas hojas subían ya se habían mirado fijo y entonces
arruinadas: fotos con chorreaduras de tinta, cuando quedan atrapados él se acerca y le dice

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FÉLIX BRUZZONE
EN UN A CASA EN LA PLAYA

no tengas miedo y le da un beso, la empieza algo se ve. ¿Ves?, dice, imaginate a la morocha
a acariciar, primero en los hombros y después en esa posición, en cuatro patas pero en el
mete las manos entre la ropa. Después ascensor con el tipo ese, una locura, ¿no? Y
empiezan a desvestirse y ahí pasa todo, en el la verdad es que yo entiendo todo y digo sí,
ascensor, ¿te cuento más? sí, pero llega un momento en el que no hace
Ramiro me mira, ¿te gusta, no?, y cuando falta revista ni nada y cierro los ojos y un
mira las sábanas dice: mirá cómo se te paró, tren supersónico pasa por mi cabeza y borra
enano. Y a mí me da un poco de vergüenza pero todo, y cuando vuelvo a abrirlos Ramiro, con
entonces Ramiro dice que a él también, mirá, el pantalón un poco manchado y la cara algo
y se baja un poco el pantalón y me muestra el desencajada, dice guardá, guardá todo que
pito: enorme, duro y... doblado. A mí nunca sube Nahuel.
se me dobló, ¿será así mi pito cuando sea más
grande? Después él se empieza a tocar, tocate, ***
dale, ¿nunca te hiciste la paja? Y no, la verdad
que no, aunque en las trepadoras de la plaza Dos días después llega el momento de irse y
muchas veces se me paró y tuve una sensación hay que preparar todo para dejar la casa como
que por lo que sé debe ser como hacerse una la recibimos. Ayer mi abuela dijo que hoy se
paja. Así, mirá, dice Ramiro, que con una mano terminaban las vacaciones y hoy ya lo repitió
se sacude el pito y con la otra pasa unas páginas dos veces más. Igual la que más insiste con
y encuentra una foto en bastante buen estado. eso es la abuela de Ramiro: hay que dejar todo
¿Esa es la morocha de la tapa?, pregunto. limpio y ordenado, dice, acá va a venir otra
Claro, dice él, y el pito se me pone tan duro que familia. Y yo, que todavía no me curé del todo,
nccesi to mover un poco las sábanas. Tocate así, por lo menos ayudo haciendo mi bolso.
dice, y me muestra cómo mover la mano. Lo Ramiro y Nahuel casi no se hablan y
tengo muy chico, digo. Entonces tocate con los tampoco me hablan a mí. Cuando me lo cruzo,
dedos, enano, mirá, la mejor parte para tocar Nahuel pone cara de odio y yo lo miro con la
es esta, dice, y me muestra un lugar cerca de cara de no me importa que estos días practiqué
la punta que en el pito de él es bastante visible en el espejo del baño. Igual me gustaría que
pero en el mío casi no se ve. Después pasa la Ramiro me dijera algo, pero él sólo habla con
página y aparece el póster de la morocha, que su abuela o con la mía: ellas le dicen todo lo
no está tan bien como la otra foto pero igual que hay que hacer y él va y lo hace.

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FÉLIX BRUZZONE EN UNA CASA EN LA PLAYA

Al mediodía ya casi estamos listos y por hay que visitar a no sé quién que acaba de tener
suerte empieza a salir el sol: a las viejas no les un hijo. Sí, dice Ramiro, que después empuja
gusta manejar con lluvia. Vos andá al auto, dice a Nahuel y le dice correteo Correte vos, dice
mi abuela, y cuando ya tengo el bolso cargado Nahuel. Chicos... En ese momento vuelve mi
en la espalda y empiezo a bajar las escaleras abuela, se sienta, mira por el espejo retrovisor y
Ramiro se acerca y me dice tomá, enano, la me hace una seña para que vaya al medio. Dale,
revista quedátela vos. Pero ya no sirve para insiste, en la ventana vas volver a resfriarte.
nada, digo. Él se ríe: ¿estás seguro...? Y mien- Paso sobre las piernas de Ramiro y me siento
tras mete la revista en un lugar del bolso que entre los dos. Ahora sí, dice mi abuela, y
no alcanzo a ver sigue: vos fijate. ustedes no abran mucho las ventanas, ¿eh? Y
Bajo, llego al auto, dejo el bolso en el baúl y pone marcha atrás y salimos. Mientras el auto
me siento atrás. Pienso en todo lo que podría retrocede trato de reconocer, entre el ruido
hacer con la revista. Podría ir a otro kiosco, de cuando pasamos sobre el barro y las hojas
mostrársela al kiosquero y pedirle la misma. húmedas, el de la revista, pero no se puede.
Pero no sé si volvería a animarme. También Cuando llegamos a la calle Ramiro se baja para
podría pedirle al portero de casa que me cerrar el portón. Me fijo si se dio cuenta que
compre una, con él me llevo bien. Aunque allá adelante quedó la revista y si la va a buscar
el tipo puede contarle a alguien, mejor no le pero no. Cuando vuelve al asiento, sin dejar de
pido nada. Además en casa alguien puede mirar para afuera, me da dos palmadas en la
descubrirme, no sé. Lo pienso bastante, pero rodilla.
como no me decido salgo, abro el baúl, busco
la revista, la saco del bolso y la dejo abajo, entre
las ruedas, con las agujas de los pinos nadie la
va a ver y encima cuando arranquemos el auto
va a terminar de destrozarla.
Al rato todos están listos. Mi abuela ya está
al volante y acelera para calentar el motor. Hace
un poco de frío y el auto suena más ruidoso que
de costumbre. Me olvidé los cigarrillos, dice mi
abuela, ahora vengo. Mientras la esperamos, la
abuela de Ramiro dice que cuando lleguemos

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UNIMOG
UNlMOC

Cuando Mota recibió los bonos que el gobierno


le dio por la desaparición de su padre decidió
venderlos e invertir el dinero en la compra
de un camión. Desde hacía tiempo pensaba
ampliar el negocio de reparto de productos de
limpieza y suponía que con un vehículo más
grande que su vieja F-100 sería posible cargar
de a dos o de a tres cisternas llenas, extender
los recorridos y así ganar clientes en zonas
alejadas.
Vicky le dijo:
-No deberías gastar todo en un camión. ¿No
íbamos a terminar de construir la casa?
Es cierto, pensó él. Pero también pensó
que el camión generaría una nueva fuente de
ingresos y no prestó atención a las palabras de
su esposa. Además, pensó que para las mu-
jeres -o al menos para las mujeres como Vicky,
siempre pendientes de los mínimos detalles-,
una casa nunca llega a estar terminada.
Así, una mañana extraña en la que las
nubes cubrían el sol, lo descubrían, oscurecían
el cielo, arrojaban algo de agua y luego
continuaban su marcha, Mota salió a averiguar
dónde conseguir camiones buenos y baratos.
Le hablaron de algunas concesionarias en la
Ruta 8, en la 197, en la 202 camino a Bancalari,
en el Acceso Oeste; pero sólo en un galpón de
Ramos Mejía encontró algo acorde a lo que
buscaba. Allí, un tal Saba administraba una
agencia. Varios camiones casi nuevos y otros

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FÉLIX BRUZZONE UNIMOG

no tan viejos se alineaban en hileras desiguales. usa el ejército? Y son irrompibles: este estuvo
¿Cómo habían podido meter tantos camiones en la guerra, sí, fue a Malvinas y volvió así
ahí adentro? Saba guió a Mota entre el apiñado como lo ves, una joya.
lote y le mostró cada camión. Daba algunas Mota miró el camión con detenimiento.
explicaciones: este es una nave, vuela; este no Luego entró en la cabina, se subió a la parte de
gasta nada, una escupida de gasoil y llegás atrás, se tiró abajo. Mientras tanto, Saba decía:
a Brasil; este no se rompe ni aunque lo tires -Acá adentro se salvaron todos, es un camión
montaña abajo; este, en cambio, es un poco encantado. Las bombas caían cerca pero no
más liviano, pero igual anda una barbaridad, le hacían nada. Sólo le quedó esto, ¿ves?, este
hasta podés hacer jetski, ja. En tanto, Saba le agujero de acá que debe ser de alguna bala, la
daba a cada camión unos golpes con la palma única que lo tocó.
de la mano o con los nudillos, lo que al parecer El vendedor hablaba y Mota pensaba en
demostraba la resistencia de cada vehículo. su padre, quien cuando era conscripto -y
O quizá a Saba le gustaba sentir el metal miembro de "Los Decididos de Córdoba",
en la mano, el ruido del metal de todos esos un grupo del ERP- había participado en la
camiones que tenía que vender. toma del Comando 141 de Comunicaciones
Pero Mota no quería gastar tanto, y cuando del Ejército. En esa ocasión él y algunos otros
el vendedor notó que su cliente empezaba habían robado varias ametralladoras, un cañón
a desilusionarse lo hizo pasar a un pequeño antiaéreo, municiones y algunos fusiles; y un
depósito que se ubicaba un poco más atrás. Unimog, que fue lo que usaron para cargar las
Un desarmadero, pensó Mota mientras cosas y huir.
sorteaba pedazos de cigueñal y restos de viejas Mota preguntó:
carrocerías. Entonces Saba abrió un portón y -¿ y antes de Malvinas? ¿Sabe algo más de
señaló hacia adentro: este camión?
-Este no se lo muestro a nadie, eh, -dijo-, y Saba levantó los hombros.
está a muy buen precio. -Una joya -repitió.
Mota se sintió paralizado por un momento. y todavía no empezaba a hablar de otras
Después dijo: características del Unimog cuando Mota dijo:
-Un... un Unimog... -Creo que vaya comprar este.
-Sí, estos los arreglás con un destornillador
y una pico de loro, ¿por qué te pensás que los ***

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FÉLIX BRUZZONE UNIMOC

Vicky, desde un principio, miró el Unimog con Mota pensó en todo esto durante varios días.
recelo. Pero es cierto que durantre el primer mes Cuando Vicky mencionaba el tema él intentaba
el camión funcionó muy bien. Mota, como Saba no escucharla y ella, que se daba cuenta, dejó
lo había anticipado, arreglaba los pequeños que el asunto empezara a consumirlo. Ya va
desperfectos o desajustes con algunas pocas a pedirme consejos, se decía, y esperaba en
herramientas. El reparto, en efecto, empezaba silencio que él al fin se decidiese a darle la
a crecer. Sólo en el segundo mes empezaron razón.
los verdaderos problemas. Primero el motor Por ese tiempo Mota volvió a relacionar al
se recalentó y hubo que rectificar la tapa camión con su padre. En definitiva, todo lo
de cilindros, limpiar el radiador y cambiar que había averiguado sobre la desaparición
todas las mangueras. Después se quebró lo llevaba, de una u otra manera, a la ciudad
un amortiguador y hubo que reemplazarlo de Córdoba. Le habían hablado del ER~ de
junto a buena parte del tren delantero. Y más: "Los Decididos de Córdoba", de la toma del
problemas con el cardan, la transmisión y otra Comando, de la clandestinidad, del cruce
vez el radiador, que por suerte Mota cambió de calles donde se lo habían llevado. En la
antes de que el motor volviera a recalentarse. adolescencia, cuando empezó a investigar todo
Además, durante todos esos arreglos que aquello, Mota había encontrado con quién
parecían no tener fin, uno de los mecánicos le hablar y con quién no hablar. Había conocido
dijo que la bomba inyectora no iba a aguantar a gente amable, a nostálgicos, a fabuladores; y
demasiado. si bien muchos le habían sugerido que viajara
-El corazón del motor -dijo el hombre-, el a Córdoba, que conociera dónde había estado
corazón de este motor empieza a pedir ayuda. su padre, que exigiera que le dejaran ver los
A partir de ahí Mota empezó a sentir que, supuestos lugares en los que lo habían tenido
por más reparaciones que se hicieran, el secuestrado, él nunca lo había hecho y siempre
camión siempre volvería a fallar, como si el se prometía hacerlo alguna vez. Incluso Vicky,
encantamiento del que había hablado Saba, el ajena a toda esa historia, esperaba que él
que había salvado al Unimog de las bombas, se cerrase esa parte de sus averiguaciones, que
hubiera convertido en un feroz maleficio capaz viera lo que tenía que ver, que borrara lo que
de echarlo todo a perder: como si el Unimog, había que borrar.
después de su aventura en Malvinas, pidiera Una noche, Mota dijo:
descansar para siempre. -Voy a ir a Córdoba con el camión.

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FÉLIX BRUZZONE UNIMOC

Vicky no dijo nada. -¿El Unimog es suyo? -le preguntó un


Después, él intentó explicar que su padre hombre de campera verde y tan gordo que
había manejado un Unimog y que el Unimog apenas pasaba entre las mesas del local.
que él había comprado era, en cierto sentido, el -Ahora lo muevo -dijo Mota, algo molesto
que había manejado su padre. Dijo que había porque todavía no terminaba el café.
que abrir la puerta a los demonios del camión El hombre extendió uno de sus grandes
y dijo que viajar a Córdoba, recorrer las calles brazos:
que con seguridad había recorrido su padre al -No, no es para que lo mueva: es que yo
volante de un camión como ese, ayudaría. manejé uno de esos, yo ...
Vicky, sin comprender, lo abrazó. -¿Usted es militar?
-Yo pienso en la casa -dijo-, ¿qué va a pasar -Ya no -dijo el gordo-, después de Malvinas
con la casa? ya no -y mostró una mano a la que le faltaban
Mota la apartó y prometió que a su regreso dos dedos-o Me dieron una medalla, sí. Esos
todo iba ser como ella quería. camiones son una locura, ¿no es cierto?
-Siempre decís lo mismo -dijo Vicky. Mota asintió y el hombre, sin más, se sentó
-Vos también decís siempre lo mismo. a la mesa y empezó a contar anécdotas con
Esa noche, en la cama, encendieron la TV Unimogs. No se cansaba de decir que esos
pero no la miraron. O la miraron, pero mientras camiones eran una locura, un milagro de la in-
en la pantalla se repasaban las últimas gracias geniería, decía, indestructibles. También dijo
de un cómico recién fallecido, Vicky pensaba que no eran camiones fáciles, que tenían sus
en la casa y Mota pensaba en el camión. La secretos. En un momento dijo:
casa encantada y el camión maldito, o al revés. -Mi Unimog estuvo en Malvinas.
El camión y la casa. Y es seguro que, de haber -¿Cómo sabe?
hablado, no se hubieran puesto de acuerdo en -Me contó el que me lo vendió, me contó
cuál de las dos cosas era más importante. que...
-Lo veo difícil -dijo el gordo-, pero si le
*** dijeron... Igual, todo lo que fue a Mal vinas
se quedó allá, de esas islas no volvió nadie.
Mota viajó durante casi toda la noche, hasta que Míreme a mí, manejo camiones, ¿usted vio
paró a cargar gasoil en una estación de servicio, el camión que manejo? Mejor no lo vea, un
donde además se sentó a tomar un café. cachivache.

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FÉLIX BRUZZONE UNIMOC

El gordo siguió hablando y Mota empezó empezó a hacer ruido a turbina de avión y al
a preguntarse si su Unimog no habría muerto final dejó de responder y hubo que parar a
en Malvinas. Eso podía ser. Las bombas, como revisarlo. Esperaba que no fuera algo grave.
había dicho Saba, no lo habían alcanzado. ¿Pero N ada roto, ningún desajuste visible: todo,
qué significaba ese orificio, esa marca de bala hasta donde él entendía, estaba bien. Sin
que el camión todavía conservaba en la chapa? embargo, cuando quiso volver a poner el
Sólo cuando el gordo volvió a insistir con que camión en marcha se escuchó un largo chirrido
los Unimogs eran una locura, que esos sí que de bisagra oxidada y algunos golpes como de
eran verdaderos camiones, Mota sintió que el puerta golpeada por el viento. Mota estuvo
de él era uno de esos, que Córdoba estaba a varios minutos así, escuchando el chirrido
unos pocos pasos y que no sería necesario más y los golpes, hasta que alguien se acercó a
que un último impulso para llegar hasta donde preguntarle si necesitaba ayuda.
se había propuesto llegar. Y con esta convicción -Gracias -dijo él, sin advertir que el que se
volvió a la ruta, a la aventura, a la imagen de había acercado era el gordo de la estación de
su padre, ahora frente a él como un gran frasco servicio.
de dulce casero o mejor: casas llenas de dulce. -¡Eh!, ¿no me reconoce? -dijo el gordo-o
Todos los que me vieron una vez después me
*** reconocen.
-Perdone -dijo Mota-, es que este camión a
Al amanecer, a no más de cien kilómetros de veces ...
Villa María, empezaron a iluminarse unas Después el gordo revisó el motor, dio
nubes grandes y oscuras sobre el horizonte. arranque, otra vez el ruido agudo, y sentenció:
Mota podía verlas en el espejo retrovisor: avan- -Es una lástima. Creo que es un problema de
zaban hacia él y amenazaban con desatar una la bomba inyectora, y del arranque, va a haber
lluvia furiosa sobre el camino. Van más rápido que remolcarlo.
que yo, pensó antes de empezar a acelerar. y mientras el gordo explicaba los detalles
También pensó: este camión va a poder, si de una posible reparación Mota recordó las
pudo hasta acá no tiene por qué fallar ahora. palabras del mecánico: "la bomba inyectora,
Pero falló. Al principio Mota aceleraba y el corazón del motor"; las de Vicky: "terminar
el camión respondía. Las nubes no se movían la casa, siempre decís lo mismo, la casa,
o incluso parecían alejarse. Después el motor siempre lo mismo"; y las de Saba: "pico de

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FÉLIX BRUZZONE UNIMOC

loro, destornillador". Sí, una pico de loro y un sentía la cabeza lastimada contra unas piedras.
destornillador para desarmar todo el camión, No se podía levantar. Hacía frío. Lo señaló con
dos, tres herramientas para ver cada parte por el índice, amenaza. El gordo sonrió.
separado, ver todo lo que le pasa ahí adentro, Cuando Mota logró darse vuelta y empezó
lo que pasó, lo que va a pasar. En ese estado a levantarse el gordo ya no estaba. Escuchó el
encaró al gordo y le dijo que se fuera, que él ya ruido del motor del camión, respiró el humo
iba a ver cómo se las arreglaba. Pero como el del escape, lo vio alejarse. Después escuchó los
gordo insistió en ayudarlo y se ofreció a llamar primeros truenos.
a un remolque y a conseguir un buen bombista Otra vez solo, Mota volvió a abrir el capot y
que pudiera solucionar las cosas Mota le dijo: volvió a cerrarlo. Nada. O sí: empezó a atacar
-No, vayasé, no lo necesito, vayasé. al camión con un martillo. Después siguió con
-Mal parido -dijo el gordo por lo bajo. una maza: golpeó el motor, la carrocería, arrojó
-¿Cómo? una por una todas las herramientas contra el
-Eso, eso, malparido Unimog y empezó a gritar:
Mota pensó en una vaca. Él salía de adentro -¡No tenés nada para decir!, ¿eh?- y repetía-
de la vaca y era un ternero, un torito que la vaca ¿Nada...?
dejaba en el pasto y entonces él, ensangrentado, Pero después decidió que era inútil y que
respiraba la bruma de la mañana y un hilito había que terminar de una vez con todo el plan.
violeta, mezcla de sangre y placenta, que le ¿Qué iba a decir Vicky? Nada, ella no podía
colgaba del hocico. Le dolieron los ojos y saltó decir nada porque sobre todo eso nadie podía
sobre el gordo. Se le prendió del cuello, trató de decir nada. Subió atrás y buscó una manguera
voltearlo pero el gordo se lo sacó de encima de y un bidón. Abrió el tanque de gasoil, intentó
un manotazo. sacar un poco. No había mucho, o él no sabía
-¿Qué hacés? cómo sacarlo, así que sólo pudo llenar el fondo
Mota volvió a la carga. Había quedado frente del tacho y rociar con ese poco el motor.
al gordo y ahora lo golpeaba con los puños Las llamas, al principio pequeñas, hacían
cerrados, golpes desordenados sobre el cuerpo pensar que el fuego se iba a apagar rápido.
blando, inmenso. El gordo no tardó en agarrarlo Pero crecieron, ocuparon la cabina y se
de la ropa, levantarlo algunos centímetros del extendieron hacia atrás. Mota sentía la ausencia
piso y dejarlo tirado de espaldas en el asfalto. que se siente frente al espectáculo del fuego,
Mota lo veía desde abajo, respiraba rápido y esperaba que las llamas alcanzaran el tanque y

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FÉLIX BRUZZONE UNIMOC

anticipaba una explosión magnífica que diese -¿A quién?


por terminado su estúpido viaje a Córdoba y la -Al que me vendió el camión. Que lo vaya
tontería de haberse comprado el camión. Pero a buscar y que me devuelva parte de la plata.
entonces empezó a llover y comprendió que el Algo me va a devolver...
fuego se iba a apagar. -¿y si no te devuelve nada?
Fue así: Mota, durante el resto de la -No me importa, empezamos de nuevo.
tormenta, tuvo que refugiarse en la parte de Se abrazaron.
atrás, la única donde el fuego no había llegado Después Vicky preguntó:
y, sin poder hacer nada, escuchar la lluvia y ver, -¿y vamos a terminar la casa?
en los recorridos del agua que se filtraba por el -Sí, a ver hasta dónde llegamos.
techo de lona, los recorridos que para él ahora Ella dijo que la esperara y más tarde volvió
estaban cerrados; y abajo, en los charcos que se con una botella de vino, un pollo y algunas
formaban en el piso, los lugares a los que ahora verduras. Cocinaron, comieron y, antes de
nunca podría llegar. acostarse -no había tiempo que perder-, Mota
se ofreció a ayudar con los platos sucios y las
*** sobras de la cena.

Tardó un día entero en volver. Alguien lo llevó


hasta Rosario y de ahí logró que lo dejaran en
Zárate, desde donde llamó por teléfono a Vicky.
-Estoy en Zárate -dijo.
-Voy para allá -dijo ella.
Durante el viaje casi no hablaron. El motor
de la vieja F-IOO sonaba parejo en medio de la
noche y Mota imaginó que a los costados del
camino se extendía una laguna. No era muy
profunda y él pensó en detenerse, en tomar a
Vicky de la mano y atravesar la laguna a pie en
medio de la oscuridad.
Ya en la casa, dijo:
-Voy a llamar aSaba.

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OTRAS FOTOS DE MAMÁ
OTRAS FOTOS DE MAMÁ

Ayer, sábado, conocí a Roberto, un ex novio de


mamá que militó en el PC y que logró escapar
del país justo antes de que ella desapareciera.
Yo había hecho el contacto por un tío mío que
fue compañero de él en la secundaria, así que
en la semana lo llamé y él me invitó a su casa,
donde me recibió emocionado.
La casa, bastante cómoda, parecía muy
grande, pero no sé si en verdad lo era o si
la impresión se debía a la gran cantidad de
luz que entraba por un techo de vidrio. Nos
sentamos en el living y al principio Roberto
habló de mamá y me mostró dos fotos: en una
están los dos abrazados en la orilla de un canal;
en la otra, ella fuma en un balcón y mira hacia
abajo. Cuando le pregunté si tenía copias dijo
que podía hacerlas y prometió que iba a buscar
más fotos. Después me invitó a almorzar y
acepté. La mujer de Roberto, Cecilia, dijo que
había preparado una salsa de tomates y nueces,
y antes de que la probáramos ya hablaba de su
exquisito sabor.
Durante el almuerzo Roberto habló de
su exilio. Supongo que le gusta contar esas
historias. Cecilia no dijo casi nada y yo sólo
intervine para asentir o para que Roberto
siguiera con su relato: habló de Roma, de una
novia italiana y del hijo que tuvieron juntos,
que ahora vive en Turín y cada vez que viaja
le envía postales desde lugares insólitos. De
mamá, en cambio, dijo bastante poco. No tenía

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FÉLIX BRUZZONE OTRAS FOTOS DE MAivlÁ

claro cuándo habían estado juntos por última ella. En realidad, nada de lo que decía me
vez ni por qué habían dejado de verse. importaba mucho, y me sentía algo inquie-
Más tarde, mientras me alentaba en mi to. Me preguntaba cuántos años podía tener
búsqueda y prometía averiguar entre algunos Cecilia, pero más me preocupaba saber nuevos
conocidos, recordó que una mañana, poco detalles de la mañana en que Roberto había
antes de que nadie supiera más de mamá, se visto a mamá por última vez. ¿Dónde había
habían cruzado por casualidad en una esquina. sido? ¿Cuánto antes de la desaparición? ¿Sería
Él esperaba el colectivo -era invierno pero esa la última noticia que yo tendría de ella o
hacía calor- y cuando de pronto la vio acercarse alguna vez lograría saber algo más? Por otra
su primera intención fue saludarla, pero ella parte, me daba la sensación de que el encuentro
le hizo un ademán para que no lo hiciera y con Roberto había generado más cosas para él
entonces él se quedó en el lugar, casi inmóvil, que para mí. Él, antes de hablar de la tormenta
y se limitó a devolver el gesto. Eso era todo. próxima, había dicho que quería caminar, y
No sabe si ya entonces la perseguían, pero sí yo supongo que sí, que quería, pero también
que él no había tardado mucho en abandonar estoy casi seguro de que caminar, para él, era
el país porque las cosas, para todos, se habían una especie de necesidad, una urgencia tibia
complicado más de lo que esperaban. antes de volver a su casa y organizar algo para
Nos despedimos alrededor de las cuatro. la noche.
Parte del cielo, antes despejado, se había El auto avanzaba lento, así que hablamos
cubierto de nubes negras. Lo último que dijo bastante pero no sé bien de qué porque mientras
Roberto -miraba el techo de vidrio como si Cecilia hablaba yo pensaba en mamá y en esas
sobre él fuera a ocurrir algo importante-, fue cosas que pienso cuando me pongo triste: los
que pronto empezaría a llover. parques llenos de gente, el sol, las sombrillas
Como Cecilia también tenía que salir que tapan el sol y yo que llego cuando ya no
me ofrecí a llevarla. Ella tenía una clase de hay lugar ni sombrilla y que entonces me tengo
pintura y el lugar me quedaba de paso. En que quedar solo a un costado.
el camino hablamos de cualquier cosa. Ella Antes de doblar en la calle donde quedaba
había conocido a Roberto en un corso y vivían el lugar en que Cecilia toma sus clases, ella
juntos desde hacía dos años. Tenía dos hijos recordó que tenía que comprar algo para su
de su primer matrimonio, uno de mi edad hijo menor. Dijo que él jugaba al rugby y que
y el otro, más chico, que todavía vivía con le había pedido el favor de comprar tapones

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FÉLIX BRUZZONE OTRAS FOTOS DE MATv1A

para los botines: el domingo tenía un partido café ocupaba una mesa junto a la ventana, que
importante. Y ahora el problema era que ella, al pedía un trago, que el agua sobre el vidrio le
salir, no iba a encontrar nada abierto. Le daba traía recuerdos de sus años en Europa. Roma
pena defraudarlo, él no se merecía algo así. -yo siempre quise ir a Roma-, novia romana,
Entonces le dije que yo podía comprarlos y que pequeña habitación con vista a edificios
ella, después, pasara a buscarlos por casa. Al desteñidos por la luz -yo una vez vi fotos
principio se negó, dijo que ya iba a ver cómo así, la luz odiosa contra las paredes-, amigos
se arreglaba, que con acercarla a su clase era exiliados y, de a poco, la impresión de haber
suficiente, todas cosas así, muy amables, pero salido de una pesadilla en el momento en que
cuando insistí no tardamos en ponernos de despertar sólo añade dolor al dolor, terror a un
acuerdo. Yo iba a estar en casa hasta tarde, pen- terror sin límite.
saba escribir en mi cuaderno de cosas de mamá También recordé mis propias pesadillas.
todo lo que había dicho Roberto y después Mejor dicho, la pesadilla persecutoria que se
emborracharme. Siempre que averiguo algo había repetido durante años. En ella siempre
sobre mamá compro dos o tres botellas de vino alguien, o algo -algo que quizá sólo era la
y las tomo solo en el patio. sensación de ser perseguido-, me acechaba
Pero no hice nada de eso. Sólo compré los desde un lugar invisible. Las calles familiares
tapones, recordé el tiempo en que los compraba se convertían en pasajes estrechos donde los
para mis propios botines de rugby, y esperé edificios, huecos, eran iluminados por una
que llegara Cecilia. oculta fuente de luz. Y yo, en medio de aquella
Cerca de las seis la tormenta adelantó la resolana deforme, corría -mis pasos no hacían
noche. Hubiera sido necesario encender alguna ruido- y nunca giraba para ver si mi perse-
luz pero preferí dejar todo a oscuras. Los dos guidor estaba cerca o lejos. Y por raro que
amigos que viven conmigo habían avisado que parezca, lo que me producía mayor terror no
no iban a dormir en casa y me gustaba oír los era la proximidad sino la distancia. Y entonces,
golpes de las gotas contra el techo sin nada que antes de ser atrapado, y antes de lograr escapar,
me distrajera. Me pregunté en qué pensaría despertaba y me quedaba inmóvil en la cama
Roberto y si él se preguntaría algo sobre mamá durante algunos segundos hasta que me
o incluso sobre mí. Supuse que si él había salido levantaba para ir a la habitación de mi abuela.
a caminar era probable que hubiera tenido que Todo lo que ocurría entre mi cama y la de ella
refugiarse de la lluvia. Imaginé que en algún -mis pasos sobre la alfombra, mi dedo sobre la

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FÉLIX BRUZZONE OTRAS FOTOS DE MAMA

llave de luz, mi mano al abrir la puerta de mi se lo alcancé. Y mientras ella empezaba a


habitación y al abrir la puerta de la habitación secarse noté el cambio: la que estaba ahí no
de ella- producían el mismo silencio que mis era Cecilia, o era la Cecilia de muchos años
pasos en el sueño. antes. Todo, incluso la situación de estar en
No sé durante cuánto tiempo pensé en mis una casa donde vivían tres personas jóvenes,
pesadillas, pero cuando Cecilia tocó el timbre la rejuvenecía: los zapatos salpicados con la
yo todavía intentaba recordar las palabras suciedad de la calle, las medias arrugadas
de mi abuela cada vez que me hacía volver a sobre las rodillas, el perfume mezclado con
dormir; y quizá por eso, de alguna manera, me el olor del agua, la cara algo enrojecida por
pareció que no era Cecilia la que llegaba ~ casa la agitación de haber caminado rápido; todo
sino mi abuela, o mamá, o que las dos Juntas eso y además el pelo, inflado por la humedad
llegaban después de haber ido a comprar algo y cubierto por una especie de corona de
para la cena. .~ pequeñas gotas que brillaban a la luz de la
El timbre volvió a sonar dos veces y recten lámpara del comedor.
entonces tanteé sobre la mesa en busca de Mientras yo preparaba café Cecilia preguntó
los tapones. Cuando los encontré fui hasta la si podía llamar a Roberto para avisarle que iba
puerta, pensaba entregárselos a Cecilia y despe- a llegar más tarde, pero la lluvia había dejado
dirla con alguna frase cordial y la promesa de el teléfono sin tono. Le dije que podía ser que
volver a hablar con Roberto por lo de las fotos. él tampoco hubiera vuelto y ella, como yo,
Pero al abrir y verla afuera, mojada, me pareció supuso que debía haberse refugiado en un bar
mejor hacerla pasar. hasta que pasara la tormenta.
Mientras entrábamos encendí varias luces Cuando el café estuvo listo ella lo tomó de
v ella explicó que había querido caminar a pequeños sorbos y yo pensé en uno de los
porque mi casa no quedaba lejos, pero que chicos que alquilan conmigo, que viajó a París,
no había pensado que iba a llover tanto y trabajó en una cafetería y se trajo de allá todas
que en la última cuadra, toda de casas bajas las clases de café que uno se pueda imaginar.
y sin balcones, se había empapado. Le ofrecí Ahora es un fanático, colecciona frascos de las
una toalla y le pregunté si quería tomar algo variedades más insólitas y los guarda como si
caliente. Ella aceptó. en cada uno hubiera un gran secreto. Así que
En el baño sólo encontré el toallón que uso ver a Cecilia sentada a la mesa, en silencio, el
después de bañarme y como no estaba húmedo café humeante en el pocillo que se llevaba a la

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OTRAS FOTOS DE MAt-v1Á
FÉLIX BRUZZONE

boca, me hizo creer que ella también guardaba uno llega de afuera, mojado y después de
algún secreto, y que si la dejaba hablar podía haberla pasado mal bajo la lluvia, cualquier
llegar a contármelo. café puede ser delicioso.
y habló, pero no de mamá ni de Roberto Ella, quizá algo incómoda, cambió de tema:
ni de nada de lo que yo esperaba. Por un empezó a hablar de los tapones para los botines
momento yo había llegado a pensar que ella de su hijo. Nunca me hubiera imaginado que
podría revelarme algo fuerte, algo como que una mujer pudiera interesarse por algo como
Roberto era mi padre o que él había tenido eso. Sabía tanto de botines que estuve a punto
algo que ver con la muerte de mamá. Siempre de preguntarle si trabajaba en alguna casa de
que un desconocido me habla de mamá ropa deportiva. Después dijo que estaba feliz
espero ese tipo de historias. Hace poco me por haber podido cumplir con la promesa
contaron una en la que dos policías, por una de comprarlos y habló de su separación, de
denuncia accidental, llegaban a la casa donde cuánto había significado para su hijo, habló
se ocultaban mamá y algunos de los de su de problemas escolares y de la no muy buena
grupo. El temor, el nerviosismo, la estupidez, relación que el chico tenía con Roberto. Supongo
hacían que uno de los de adentro ametrallara al que ella es capaz de hablar de eso por mucho
policía que había tocado el timbre; el otro, que tiempo. En realidad, no sé cuánto tiempo lo
lograba esquivar las balas, pedía refuerzos y hizo, pero sí que en un momento preferí volver
acudían al lugar un carro de asalto, un camión a hablar del café, y en cuanto la lluvia se hizo
lleno de soldados y un helicóptero. La tarea era más débil la acompañé a buscar un taxi.
sencilla: mientras un grupo abría fuego sobre Caminamos hasta la avenida cubriéndonos
la casa, dos o tres se acercaban un poco más bajo las copas de los árboles, aunque a veces
v arrojaban varias granadas que, al explotar, con el viento era peor. En las calles oscuras
dejaban una nube de polvo y humo negro, una la lluvia era un ataque invisible, irreal, del
montaña de escombros y, bajo esos escombros, que no había manera de defenderse. Cuando
los desafortunados cuerpos sin vida de mamá logramos cubrirnos abajo de un toldo estuve
y de sus amigos. por decirle esto a Cecilia, pero en lugar de eso
En lugar de contar algo así Cecilia dijo que el dije que iba a llover el resto de la noche. Ella
café era una delicia y quiso saber cómo estaba esperaba que no, y dijo que no le gusta cuando
preparado. Dije que no era nada especial, que su hijo juega con la cancha llena de charcos y
quizá lo especial era la variedad; y que cuando de barro.

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FÉLIX BRUZZONE
OTRAS FOTOS DE MA!'vIÁ

Abajo de ese toldo tuvimos que esperar mitad estuvo afuera él terminó de sacarlo con
bastante. Hablamos de lo inestable del tiempo los dedos. Sonreí. Él sonrió, le ofrecí que tomara
en esta época del año y de lo difícil que resulta y tomó. Después tomó un poco más y volvió a
encontrar un taxi libre los días de lluvia. sonreír. Dijo otras palabras incomprensibles y
Cuando al fin uno se detuvo, nos despedimos me pasó la botella. Tomé un poco, él me miró
y todo fue tan rápido que me olvidé de pedirle como en busca de aprobación. Asentí, tomé
que le recordara a Roberto lo de las fotos. El varios tragos seguidos y él aplaudió. Después
taxista giró en U en medio de la avenida y pen- señaló hacia la calle, supongo que para decir
sé que cuando llueve es más fácil violar las que me quedara hasta que pasara la tormenta.
leyes de tránsito. Luego el taxi se alejó veloz y Entonces fue hasta el fondo del supermercado
antes de que llegara a la plaza lo perdí de vista. y volvió con una silla. Me senté, él bajó las
Debían ser las nueve y la lluvia se hacía más persianas y también se sentó y pronto tomamos
fuerte. Enfrente, a mitad de cuadra, las luces el resto de la botella. Después tomamos la otra
encendidas del supermercado de los chinos me y cuando la terminamos él, siempre sonriente,
hicieron suponer que el lugar seguía abierto. trajo cuatro o cinco más. Supongo que en algún
Crucé y avancé hacia las luces. A esas horas la momento me quedé dormido, que vomité, que
caja la atiende el dueño, un chino bastante gordo me sentí bien y que me sentí mal, muy mal,
que mientras yo elegía los dos vinos que ahora que lloré; y creo que cuando me fui -empezaba
sí quería tomar, me miró con desconfianza. a amanecer y del temporal quedaba sólo una
Después, cuando estaba por pagar, me dijo lluvia suave- el chino, sentado en el suelo,
algo incomprensible, quizá el precio, y como vi apoyado contra una de las góndolas, aún
que afuera la tormenta arreciaba se me ocurrió sonreía.
que tomar algo de vino iba a facilitar el regreso.
Le pedí al chino si tenía algo para abrir una de
las botellas y él metió la mano en un cajón lleno
de papeles, tapitas y corchos. Por un momento
creí que no me había entendido, pero entonces
sacó un trapo, 10 colocó sobre el fondo de la
botella y, luego de sacar el papel de aluminio,
empezó a golpearla contra una columna. El
corcho no tardó en asomar, y cuando más de la

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PRIMAVERA NINJA
FÉLIX BRUZZONE

LO QUE CABE EN UN
VASO DE PAPEL
LO QUE CABE EN UN VASO DE PAPEL

Bárbara fue la chica más flaca que conocí. Vivía


cerca de la Facultad y los del grupo de Didáctica
siempre nos juntábamos en su departamento
para hacer la monografía que teníamos que
aprobar para ser profesores. Ella estaba por
irse de donde vivía, creo que se terminaba el
contrato de alquiler, o que sus compañeros de
vivienda tenían problemas económicos o que
todo era por la tesis que ella tenía que hacer
para recibirse de antropóloga. Sí, era eso y
también algo de lo otro. Bárbara tenía que irse
al Norte, a una excavación cerca de un pueblo
con un nombre parecido a Calavera pero que
empezaba con otra letra: Salavera, Talavera,
Dalavera o algo así; ella sólo tenía que rendir
algunos finales y después se iría.
Una tarde en que íbamos a juntarnos a
estudiar llegué antes que los otros del grupo
-uno no podía ir y los demás estaban retrasados-,
así que Bárbara me pidió de acompañarla a
consultar a su directora de tesis o a alguien
que tenía que ver con su viaje al Norte, no me
acuerdo, y entonces la acompañé. Mientras
caminamos hasta la Facultad me habló de becas
y de posibles viajes al exterior, de todas esas
cosas académicas que a mí nunca me atrajeron
demasiado pero que al escuchar a Bárbara -ella
decía todo con mucho énfasis- me interesaban.
Yaen la oficina, la mujer que habíamos ido a ver
habló de las mismas cosas que había hablado
Bárbara. Tenía unos cincuenta años y se la veía

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LO QUE CABE EN UN VASO DE PAPEL
FÉLIX BRUZZONE

muy cómoda en su escritorio lleno de papeles. eso facilitaba el que pudiéramos hablar sin que
y mientras hablaba, las pequeñas ilusiones que nos importara lo que el otro pudiera pensar.
me habían provocado las palabras de Bárbara Además, cerca de Bárbara yo estaba bien, y
empezaron a caer, una por una: pájaros suici~as creo que ella sentía algo parecido. Quizá los
en un mediodía lento, lleno de sol. La mujer dos teníamos alguna esperanza de llegar a
decía que todo era muy difícil y mencionaba la convertirnos en algo más que compañeros de
lista de asuntos burocráticos que siempre me aquel grupo y quizá todos se daban cuenta
habían desanimado y que ahora afirmaban mi de aquella posibilidad. Yo incluso notaba que
decisión de terminar la carrera cuanto antes algunos, en cierta forma, nos alentaban para
para poder dedicarme a cualquier otra cosa. que concretáramos algo. Pero siempre estaba
Yo asentía, qué más podía hacer, y cada tanto eso de que ella tenía que irse al Narte, a ese
miraba a Bárbara, que se concentraba en las lugar, y que yo, que recién venía de terminar
palabras de la mujer como si fueran el camino una relación de varios años con otra chica, no
o el principio del camino hacia algo muy pero estaba en condiciones de empezar nada nuevo;
y Bárbara, se entiende, era de esas chicas con
muy importante.
Más tarde, mientras esperábamos a los que las que yo hubiera empezado algo serio y si no
se habían retrasado -tomábamos mate en el nada.
balcón, un piso ocho, creo, y mirábamos hacia Bárbara siempre hablaba mucho, contaba
enfrente: muchos obreros construían una torre- cosas de todo tipo y a mí me gustaba escuchar
Bárbara, con la misma expresión concentrada todas esas historias en silencio. Una vez, por
de antes, dijo que era un buen momento para ejemplo, me contó cómo había muerto su pa-
irse. No sólo por la carrera, dijo, sino también dre. Un accidente horrible. Ella sabía que mis
por esa torre que en poco tiempo más iba a tapar padres habían desaparecido en la dictadura
la vista a todas las ventanas del departamento. -decir eso suele ser mi carta de presentación-
La monografía avanzó sin dificultades y la y supongo que me contó lo de su padre para
terminamos bastante rápido, incluso antes del que yo sintiera que teníamos algo en común. Y
plazo estipulado por la profesora. Los días de lo teníamos. Yo a papá no lo había conocido, y
reunión la pasábamos muy bien y todos los Bárbara tampoco al de ella. Además, por cómo
del grupo llegamos a tener bastante confianza contaba las cosas, el hombre había sido víctima
entre nosotros. Teníamos edades diferentes y de una especie de asesinato. Él volvía de un
éramos de carreras distintas, y supongo que supuesto viaje de negocios, era de noche, llovía,

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LO QUE CABE EN UN VASO DE PAPEL
FÉLIX BRUZZONE

y en un momento, mientras bajaba la velocidad hombre era alguien de aptitudes envidiables,


para parar en un retén policial, un camión que en verdad asombrosas, y que todo eso no
venía atrás de él, muy rápido, muy cargado, parecía tener mucho que ver con la muerte de
se quedó sin frenos y lo pasó literalmente por nadie, aunque ella sabía que algo tenía que
encima. Bárbara decía que el accidente había ver y se la notaba bastante enojada con toda
sido provocado por un trabajo umbanda: su la situación. Dijo que trabajó con herramien-
padre, en supuesto viaje de negocios, ha?!a tas etnolingüísticas, mencionó autores que yo
viajado, en realidad, a terminar su relación no conocía, y que algunas conclusiones habían
con su amante; y aquella mujer, despechada, le sido sorprendentes, aunque no me las explicó
porque todavía no estaba muy segura de haber
había tendido una maldición.
Cuando Bárbara me contó esa historia le llegado a algo definitivo, o porque yo no iba a
pregunté por qué no investigaba algo sobre los entender absolutamente nada.
umbanda, que en su tesis podía trabajar sobre Creo que después de eso estudiamos una o
eso, que muchas de las cosas que yo hacía, dos veces juntos para el último examen, o que
la mayoría de las veces sin darme cuenta, nos encontramos para intercambiar apuntes y
tenían que ver con averiguar algo sobre la fotocopias. Empezaba el verano y no sé si por
desaparición de mis padres. Estábamos otra el calor o porque la relación entre Bárbara y sus
vez solos en el balcón, no sé por qué, no me compañeros de vivienda era cada vez más tensa
acuerdo, y los obreros de enfrente trabajaban -lo que la ponía de muy mal humor- hablar con
con máquinas ruidosas que a pesar de la ella empezaba a parecerme algo pesado, como
distancia se oían nítidas, insistentes. Esa torre, si sobre ella girara una nube de mercurio o de
como decía Bárbara, crecía rápido. plomo que se había evaporado, condensado, y
Como ella al principio no dijo nada, pensé que nunca terminaba de caer.
que elaboraba en silencio la posibilidad ~e Después del examen, por fin libres, todos
estudiar a los asesinos de su padre. Oespues los del grupo fuimos a comer a una parrilla y
dijo que en cierta forma ya había hecho al~o la pasamos muy bien. Primero hablamos de
de eso pero que se trataba de un trabajo lo que pensábamos hacer en las vacaciones y
inconcluso, que había frecuentado un templo tratamos de coincidir en alguna materia el año
umbanda, que había aprendido algunos ritos siguiente, pero nadie coincidió con nadie y a
y había entrevistado a algunos. fiel~s y que medida que tomábamos cerveza los temas de
incluso había hablado con un Pai, DIJO que el conversación eran cada vez más desopilantes.

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FÉLIX BRUZZONE
LO QUE CABE EN UN VASO DE PAPEL

Una compañera habló de cómo su hijo, por casi nos besamos. O nos dimos un beso corto
accidente, se había cortado el prepucio y que no entraba en la categoría de beso. Fue
habían tenido que sacárselo. Dijo que ahora eso y un abrazo largo que por cómo ella me
todos los que lo vieran desnudo iban a pensar apretaba contra su cuerpo quizá significaba
que era judío y ella estaba muy orgullosa. Un que quería invitarme a subir. Era como si
compañero que trabajaba en un instituto para Bárbara, con el abrazo, quisiera arrastrarme, y
chicos mogólicos contó de la vez en que uno de hecho perdimos el equilibrio, trastabillamos
de los chicos había aparecido con un perro del y si yo no pongo la mano en el piso nos caemos.
cual no se desprendía por nada del mundo. Después nos quedamos ahí, sentados. Nos
Dijo que el mogólico decía que amaba al animal miramos un buen rato. O no, a lo mejor pareció
y que le hablaba más que a cualquiera de sus un rato largo porque cuando me fui -ya era
compañeros, y que todo anduvo bien hasta que tarde-, el colectivo tardó casi una hora en llegar
descubrieron que la intensidad de la relación a la parada.
tenía que ver con que el chico había descubierto Dos meses después nos encontramos en
algo para él antes desconocido: a espaldas de la Facultad. Yo había empezado un curso de
todos, el mogólico mantenía relaciones sexuales verano y ella iba a buscar libros en la biblioteca
con el perro. Bárbara casi no hablaba, y yo, para apurar lo de la tesis. Nos saludamos como
que veía mi caudal de anécdotas ampliamente amigos de muchos años y fuimos a tomar
superado por todas aquellas historias -y que cerveza a una plaza. Ella me dijo que antes iba
además no iba a inventar ninguna, no miento-, a esa plaza con su ex novio, que iban de noche y
no terminaba de explicarme cómo habíamos que a veces veían parejas que hacían el amor en
llegado a hablar de cosas como esas. lugares oscuros. Bárbara señalaba esos lugares
Lo cierto es que cuando terminamos de que aún a pleno sol parecían oscuros y me
cenar nos despedimos y cada uno se fue para invitó a sentarme en el pasto a la sombra de un
su lado. Yo estaba algo borracho, acompañé a árbol. Empezamos con la cerveza. Hablamos
Bárbara hasta la puerta de su edificio y antes de muchísimo. Todo volvía a fluir y a mí lo del
saludarla hablamos bastante, no sé de qué pero viaje al Norte ya no me importaba. Incluso
mientras tanto nos tocábamos los hombros mientras tomábamos la segunda botella pensé
como empujándonos. Decíamos cosas que nos que podría acompañarla o compartir, al menos,
hacían reír y ella en un momento me agarró la una parte de su estadía allá. Así que poco a
mano, qué tirás, tiro, no tirés. Nos besamos. O poco me acerqué, le acaricié el pelo, las manos

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FÉLIX BRUZZONE

y terminamos tendidos en el pasto, ella sobre conocí en la calle y salimos dos o tres veces;
mí, y con ganas de que la noche llegara rápido le encantaba dormir sobre mi pecho, era muy
para ir a uno de esos lugares oscuros dónde buena conmigo, pero la relación no prosperó
escondernos de los que pasaban. Igual, después porque roncaba demasiado y yo odio que algo
de besarnos fuimos a su departamento y me me despierte en la mitad de la noche. A una
quedé hasta el día siguiente. Varias veces uno de las dos le hablé de mis padres y ella llegó a
de sus compañeros golpeó fuerte la puerta del confiarme alguna tragedia familiar, algo como
cuarto, como si quisiera asustarnos, y también que su hermano había estado en una granja
escuché una voz de mujer que decía algo así de rehabilitación o que su madre intentaba
como "yo no sé cómo alguien puede estar reestablecer su relación con los hijos de su
con esa escuálida". Después de eso le conté primer matrimonio. Yo estaba con ellas, y la
a Bárbara de unos conocidos que buscaban a pasaba bien, pero sentía que no era suficiente.
alguien para que fuera a vivir con ellos: ella Hasta que un día -de esto me acuerdo muy
se mostró bastante interesada. Le dije que me bien, debe ser mi recuerdo más intenso de
llamara, que yo iba a averiguar el número y aquellos meses-, mientras trabajaba en Once -
que llamara, que no dejara de llamar. Insistí un vecino me pagaba por repartir unos volantes
con eso, claro, y con otras cosas sobre nuestro o panfletos: no sé cómo llamarlos porque por
futuro que ella, sonriente, la luz de la mañana el tamaño eran volantes pero el contenido era
en los ojos, escuchaba. panfletario, algo relacionado con promover
Pero pasó el tiempo y Bárbara no llamó. Yo una nueva religión similar al cristianismo
lo hice varias veces pero siempre contestaba pero basada en una mezcla de doctrinas del
alguien que decía que iba a dejarle un mensaje cercano y del lejano oriente-, sentí mucha sed.
pero que evidentemente nunca se lo dejaba. Hacía frío y recién empezaba mi día de trabajo,
Me cansé. Terminé el curso de verano y decidí pero por alguna razón mi cuerpo pedía algo
no volver a la Facultad hasta el cuatrimestre refrescante, como si de golpe mi estómago o
siguiente, necesitaba trabajar y ganar algo de todo mi aparato digestivo -la sensación era
muy extendida- hubiera empezado a arder y
plata.
En todo ese tiempo estuve con otras dos necesitara ser sofocado cuanto antes. Camino a
chicas, una era la amiga de un amigo que un kiosco escuché la sirena de una autobomba:
desde mi pelea con mi novia llamaba, cada tuve ganas de que alguien descargara un
tanto, para vernos. A la otra, casi gorda, la matafuegos en mi garganta; a los pocos

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segundos, cuando vi pasar el ruidoso camión y sonrió. Entonces le di toda la plata que tenía,
rojo -dos o tres bomberos viajaban colgados le dije que se quedara con lo que sobraba _
de la parte de atrás- quise que pararan y alguna moneda- y salí, rápido, a tomar mi vaso
abrieran varias mangueras en mi boca. Pero de naranja en algún lugar tranquilo.
el camión pasó y yo, ya en el kiosco, pedí un A pocos metros del kiosco me senté sobre
refresco grande, lo más grande que tuvie- un cantero ubicado en la entrada de un
ran, y me ofrecieron botellas de plástico o de edificio. El lugar estaba sucio, oscuro, y parecía
vidrio de hasta dos litros y medio de gaseosas abandonado. Pero no: desde adentro venían
casi congeladas, pero como el dinero no me voces y ruidos de máquinas. Pensé que el
alcanzaba pregunté si no tenían algo suelto, edificio podía estar tomado o que adentro
algo que me pudieran dar en vasos de plástico funcionaba un taller o una fábrica clandestina.
o papel. Y sí, tenían: la empleada me ofreció Sí, eso podía ser, y en eso estaba -yo ya había
cualquiera de los tres tamaños de vasos de papel empezado a tomar mi naranja- cuando creí
que se alineaban sobre una repisa. Elegí el más escuchar la voz de Bárbara. ¿De dónde venía?
grande y pedí que lo llenaran con la gaseosa ¿Bárbara trabajaba en aquel lugar o ... ? Imposi-
que estuviera más fría. La chica sacó de una ble: la voz no parecía venir del edificio sino del
heladera una botella de Tai o Pritty o Sweety vaso. Dejé de tomar -quedaba muy poco-, y me
de naranja -no Mirinda, no Fanta- y empezó a dediqué a prestar atención. ¿Qué podía haber
llenar el vaso. No sé cuánto tiempo tardó, no hecho que la voz de Bárbara sonara como en el
mucho, pero mientras ella trabajaba me pareció interior de aquel vaso? Las palabras, confusas,
que en el vaso podía entrar todo el contenido habían sido suaves y ásperas, como de alcaucil,
de esa botella y el de todas las botellas del dóciles en el centro y duras por fuera; y al
local. Y también podían entrar otras gaseosas, escucharlas yo había captado el sentido de
todas las demás gaseosas y también todos la voz: avanzaba desde adentro hacia afuera
los jugos, cervezas con y sin alcohol, leches partía del suave corazón y llegaba a la rigidez
enteras, descremadas, cultivadas, chocolata- de las hojitas de la superficie.
das, yogures y hasta shampooes, cremas de Estuve algunos instantes sin saber qué hacer.
enjuague, no sé. En un momento me pareció Bárbara podía estar cerca, el vaso podía ser
que la chica se había dado cuenta de lo que una especie de antena. N o, eso era ilógico. Pero
yo pensaba: antes de que le pagara dijo que el también mi sed había sido ilógica, y muchas
vaso estaba bien lleno, que no podía quejarme, otras cosas: ¿qué hacía repartiendo volantes

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de una nueva religión? Volví a escuchar la voz sueño; pero después de desayunar las ganas
de Bárbara y volvió la sed, mucha sed, y de un se me habían ido y encima llegó mi vecino -el
solo trago vacié el resto del vaso y me fui. de los volantes- y me dijo que iba a ampliar el
Al llegar a casa, tarde, habían cortado la luz reparto y quería que yo fuera algo así como
así que cociné y comí en silencio, sin el ruido coordinador de volanteros. Habló de cosas
de la TV ni el de los chamamés que escuchan espirituales y de que la lluvia de anoche había
los formoseños de al lado: y pensé, a pesar del sido una señal, como el cometa para los Reyes
silencio -o a causa del silencio-, que Bárbara Magos o la zarza incendiada para Moisés. Me
estaba conmigo. Después me fui a dormir asomé a la ventana: en efecto, había llovido.
-creo que nunca necesité tanto de un buen Supongo que él pensó que mi verificación tenía
descanso- y soñé que afuera estaba nublado que ver con que yo creía en su plan mesiánico.
y que empezaba a llover. Todo era mu? real: Pero cuando le dije que no quería saber nada
sacaba la mano afuera, el agua me mojaba, y más con sus volantes se sorprendió tanto que
la sensación era la misma a la de cuando era empezó a hablar, como poseído por una fuerza
chico y me hacía pis dormido: el agua bajaba extraña, y a decir muchísimas cosas sin sentido.
desde la mano hacia todo el cuerpo y no me Quizá él era el Salvador, sí, pero como no me
molestaba estar ahí, tan húmedo, a la espera de importaba lo acompañé hasta la puerta y le dije
que llegara mi abuela para bañarme con agua que en la semana iba a pasar a buscar la plata
caliente. y cuando me sentí mojado empecé a que me debía.
llorar, y todo era tan real que no sabía si lloraba . Por fin, una mañana, justo antes de algo
de verdad o si el llanto era parte del sueño. Lo Importante, creo que antes de una reunión con
que sí estaba claro era que el llanto era a causa de alguien que podía darme un trabajo bien pago,
la lluvia, y que era un llanto de felicidad, como Bárbara llamó. Escucharla en el teléfono me
esas veces que uno llora porque después de pareció algo lejano: la voz de un explorador
mucho tiempo se encuentra con alguien al que en el Polo o en la luna o en cualquier planeta
no ve hace mucho, como si esa lluvia hubiera de cualquier galaxia que no fuera la nuestra.
caído después de un verano pesado, pastoso, ¿Llamaba desde su excavación en el Norte
del que algo o alguien venía a rescatarme. desde el pozo donde ya había empezado ~
Al día siguiente -la luz ya había vuelto- me trabajar? No, Bárbara había terminado de
sentía liviano, limpio, y tenía ganas de llamar pelearse con sus compañeros de vivienda
a Bárbara para contarle lo del vaso y lo del y quería el número de esos conocidos míos

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que tenían lugar disponible. ¿Y lo del viaje al


Norte? Dijo que eso se había atrasado y que
tenía que esperar unos meses. Así que mientras
yo buscaba el número en mi agenda, pensé que
ella podía querer algo más y estuve por decirle
de las veces que la había llamado, contarle lo
del vaso y... Pero no le dije nada, sólo le di el
número y le pregunté cómo andaba todo. Dijo
que bien. Le dije que creía que estos conocidos CHICA OXIDADA
ya habían conseguido a alguien, pero que igual
probara. Bárbara dijo que necesitaba encontrar
algo rápido, que si yo conocía a alguien más
me lo agradecería muchísimo. Y mientras yo
pensaba en alguien más tuve la seguridad de
que ella sólo había llamado para conseguir
dónde vivir así que le di dos o tres números de
amigos y le dije que los llamara de parte mía.
Ella me agradeció por los datos, dijo gracias
muchas veces, como si no supiera qué otra
cosa decir, incluso hizo alguna pausa entre
un "gracias" y otro, y durante aquel largo
agradecimiento volví a pensar que ella había
llamado para algo más, seguro que había
llamado para algo más, pero mientras vol vía a
pensar en eso, en el cuerpo flaco de Bárbara, en
cómo sería verla otra vez desnuda, blanca, en
todo eso, dije bueno, que tengas mucha suerte,
y colgué.

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CHICA OXIDADA

En el último año con F cogíamos, con suerte,


cada quince días. Eran cogidas desesperadas, o
malas; o desesperadas y malas. Lo bueno, para
mí, fue que el gasto en telas bajó bastante. Yo
era tan avaro que hasta llevaba una lista con
todo lo que gastaba. Una cosa muy obsesiva.
Pero a lo mejor eso tenía que ver con F, porque
cuando ella me dejó, dejé la lista. O quizá fue
que, en mi necesidad de enfocar todo en "me
abandonaron", decidí también "abandonar",
aunque sea abandonar mi lista: una especie de
revancha.
Una de las últimas veces fue en su casa.
Habíamos almorzado con su papá, su mamá y
un tío de ella que el año anterior había perdido
a su único hijo: un chico mogólico que se había
ahogado con sus mocos en el instituto al que
lo mandaban. El tío todavía estaba bastante
conmocionado. Se la pasaba haciendo muecas
indescifrables, y cada tanto se ponía a hablar
solo. Después de comer, el papá de F se fue a
trabajar, como siempre, y la mamá a dormir
la siesta; y mientras el tío regaba las plantas
del balcón terraza adonde daba el cuarto de F
bajamos un poco la persiana y nos tiramos a
dormir.
Todavía me acuerdo del ruido del agua,
tan fresco en esa tarde de sol. Y de F, algo
cansada, pero no tanto como para esquivar
mis toqueteas, o lo que vino después; así que
cogimos ahí, vestidos, yo arriba y ella atenta a

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CHICA OXIDADA
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que el tío no se asomara. Primero en la cama, del living eso se veía bien; más que nada en el
pegada a la ventana, y después en el piso. portarretratos grande, que era el testimonio
Mientras estábamos en el piso la agarré del más visible de sus años de modelo. Varias fotos
pelo. Pará, me dijo, me despeinás, ahora tengo con vestidos y sombreros y peinados onda
años setentas. Las fotos de esa época de mi
una reunión.
A los pocos días el tío se murió. En el velorio, mamá eran más bolche. Ella había sido cheta
su mujer, que siempre le decía: vos sos más pero la militancia en agrupaciones guevaristas:
boludo que tu hijo, estaba rodeada de amigas hasta terminar en el ERB habían cambiado su
que se sentaban en una suerte de ronda. Ell~, vestuario radicalmente. Yo no sé: la mamá de
en el centro, estaba eufórica, casi feliz, en medio F era demasiado amable conmigo, yeso a lo
de una reunión que era triste, pero apenas. mejor tenía que ver con que yo no tenía mamá,
La única que lloraba, de hecho, era la mamá ni papá, y entonces bueno, la compasión.
de F (hermana del tío, únicos hermanos). La Eso pensaba. Como si ella se propusiera
consolaban su marido y un gordito simpático, venir a reemplazar algo. En ese caso, F y yo
amigo de toda la vida. Yyo, que en un momento habríamos si?o hermanos. Y algo así pasaba,
le di la mano y ella entonces me la acarició un en realidad. Eramos como hermanos y por eso
nos peleábamos todo el tiempo; y las cosas,
buen rato.
La mamá de F era maestra, como F y como después de casi cinco años de novios, iban
yo. Cada tanto nos daba consejos para manejar mal. Pero ahora, en retrospectiva, supongo que
a nuestros respectivos grupos de alumnos, y podría haber pasado algo con la mamá. Unos
siempre que lo hacía me miraba fijo, una mirada besos, unas tocaditas. Después podíamos ver.
que no era intensa pero sí pegajosa, como de A veces me imagino llegando una de esas veces
dulce de leche entre los dedos, o de miel. Sus en que F no estaba, la mamá duerme la siesta
ojos eran los que había heredado F, enormes y yo me meto en la cama. ¿Qué hacés?, dice.
y azules, y tenía la voz ronca por los años de Dale, dale, digo. Entonces empezamos, le meto
docencia. Creo que yo le gustaba. Alguna vez los dedos, la chupo toda.
me hizo subir cuando F no estaba. Esperala Pero no, yo a F la amaba. Un amor para
acá, nos tomamos unos mates mientras ella siempre. De hermanos, ya dije. De hecho,
llega. Era alta, ni flaca ni gorda, una mujer con cuando al final me dejó, le escribí una hoja en
curvas, como se dice, y todavía se notaba que la que todo lo que decía era "te amo te amo
de joven había tenido buen cuerpo. En las fotos te amo", de un lado y del otro del papel, dos

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CHICA OXIDADA

páginas completas de "te amo te amo te amo",


¿por qué no? Cada una en una en su vereda
todo con letra apretada en esa hoja que metí
pasándose clientes a los gritos. La de F era alta:
en un sobre y le mandé por correo. Nunca me
de hombros más bien gruesos y labios como
contestó, lógico. y aunque después nos vimos
hinchados. y estaba lo de la voz medio ronca
y cogimos dos o tres veces más (bastante bien,
y las piernas largas, bien cuidadas; y lo del
supongo que ella ya andaba con otro) nunca
maquillaje y toda la coquetería que seguro le
me dijo nada sobre la "carta", que por otra
había quedado de sus años de modelo. Y mi
parte espero que nunca le haya llegado. mamá... Bueno, como no sé bien cómo era
Pero lo que quería contar, más allá de
podía ser muchas cosas, como los animales del
algunas fantasías que ahora se me ocurren
monte, o los que se esconden entre el cielorraso
alrededor de la mamá de F, es que en todo ese
y el techo, formas difíciles de precisar, quiero
año en que ella estaba por dejarme yo empecé a decir, más en la noche, en medio del ruido.
tener fantasías con chicas travestis. N o fue algo
Pasaba por ahí, de ida y de vuelta, varias
casual. Para ir a lo de F tenía que pasar por la
veces, y nunca me animaba a bajar la ventanilla
calle Thames, y ellas siempre estaban ahí, desde
para preguntar, ni a pasar demasiado despacio,
temprano. A veces daba varias vueltas por la
como iban todos. Y cuando me encontraba con
zona. Cuerpos perfectos, esas tetas, esos culos,
F, después de ir al cine o al cumpleaños al que
y bocas gigantes: todo eso, hecho para ll~mar había que ir, o a la fiesta o adonde fuera que
la atención de los que pasaban, me electrizaba
íbamos esa noche, mientras nos desvestíamos
bastante. Cuando las veía el corazón me daba
en el tela, a veces me imaginaba que estaba con
un vuelco: empezaba a latir más fuerte, quiero una de esas chicas.
decir, algo incontrolable, como el amor. ¿Y s~
En esa época tenía un amigo que estaba de
F fuera una de estas chicas?, pensaba. ¿Y SI
novio con una puta, y cuando nos juntábamos
se olvidara de sus reuniones de padres, de contaba historias de putas. Una vez contó que
sus reuniones de equipo docente, bla, bla,
había estado con dos a la vez. No se puede,
bla, y se volvía una chica así, exótica, bestial,
decía, con dos no se puede, ves cuatro tetas, se
capaz de comerse todo de un sólo bocado?
te van los ojos, ¿cómo hacés para agarrarlas?
Imaginaba también a su mamá como guía: ella Con travestis nunca, decía. Pero sí contaba de
abandonaba sus clases y se ponía a desfilar
un amigo de él que le había prestado el auto
por esas cuadras vibrantes. Sí, la mamá de F
a otro amigo, y que este se lo había devuelto
podía estar desfilando en esas calles. Y la mía,
con un olor mezcla de perfume barato y rancio

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CHICA OXIDADA
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intenso, porque parece que se había cogido a una zona bastante oscura y despoblada, vi a
su chica travesti en el asiento de atrás y ella se la chica de mis sueños. Yo venía en velocidad,
había cagado encima. El pibe la había sacado a pero frené. Ella era flaca, casi sin tetas, con
las patadas, y se había tenido que enjuagar en curvas suaves. La piel, blanquísima; y los ojos
el lago del Rosedal. También contaba de otro pintados de gris, terminaciones en punta, y en
amigo, uno que había ido un par de veces a un los párpados un celeste pastel iluminado por
boliche fiestero donde parece que los sillones un poco de brillantina que se escondía entre las
estaban cubiertos con unos plásticos, y donde cejas. Todo era muy delicado, como virgen, y
todo era resbaloso. Ese sí había estado dos o ella salía así, de la oscuridad, alumbrada por
tres veces con travestis, y cada vez que hablaba las luces del auto. Iba a seguir para lo de F pero
del tema parecía más grande, como hinchado, no pude, y me quedé ahí. Es decir: me quedé en
y otro amigo le decía, pero es un chabón, igual esas cuadras, dando vueltas, sorteando autos y
es un chabón. Y bueno, decía él, en pedo no te chicas, para asegurarme de volver a encontrar
a mi sirena, piernas de alquitrán, pegajosas, y
das cuenta.
Así que entre la homofobia de mis amigos torso de bella durmiente, antes de que alguien
y el amor a F, la calle Thames y toda esa zona la levantara, porque era obvio que alguien la
eran, para mí, como una vidriera: intocable. iba a levantar. Era hermosa, una especie de
Una tarde, al final, F vino a casa y me dijo ángel de la ciudad: líquida como las napas
de tomarse un tiempo. Lo normal. Bueno, me subterráneas, los arroyos entubados, el mismo
desesperé. Hice lo de la carta, siempre que podía río de la Plata, no tan distante, y dura, maciza
pasaba por su casa para ver si la encontraba, y bien moldeada con el cemento de las torres
todas esas cosas. Hasta que una noche que vecinas, en constante crecimiento. No sé cuánto
volvía de no me acuerdo dónde pasé otra vez tiempo estuve dando vueltas, pero después de
por Thames, como para ir a lo de F, llegar a la varias pasadas me puse atrás de los dos o tres
esquina de su edificio, esperar un rato para autos que ya paraban a preguntarle, y cuando
verla llegar, o salir. Hacía tiempo que no pasaba llegó mi turno bajé la ventanilla.
por ahí y el paisaje me sorprendió un poco. Al Bucal veinte pesos, completa cincuenta, dijo.
principio incluso me molestó tener que esperar Hasta ese momento, por dos o tres segundos,
en los cuellos de botella que se formaban en estuve a punto de hacerla subir, aunque fuera
las esquinas. Pero después, más adelante, para pasear, hablar un poco. Pero me quedé
pasando Córdoba, a una o dos cuadras, en mirándola un rato. Era una chica en verdad

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FÉLIX BRUZZONE
CHICA OXIDADA

preciosa. De lejos era preciosa y de cerca tenía


más, muchas
" noches' y nunca la VI". Pe nse" que
el aura de una primera novia, hasta de un
todavía estaba con esos tipos que se la habían
primer beso. Ella enseguida redobló la apuesta:
por diez, un bucal rapidito acá. Me atraganté
Ilev~do en el auto de luces violetas en el chasis.
Ten.Ia que averiguar, había muchas chicas que
con saliva y tosí. Está bien, no, gracias,
tenían qu.e conocerla y saber algo de eIla. Pero
tartamudeé, y antes de que pudiera hacerle
no me animé a preguntar; y todo quedó así.
algún gesto como de disculpas ella ya estaba
con las manos apoyadas en el capo del auto
de atrás, arqueando la espalda, levantando el
culo y haciendo un mini show para los dos o
tres tipos que iban adentro, que se ve que la
conocían de antes.
Avancé despacio cuando ya todos tocaban
bocina. Por el espejo retrovisor vi que los del
auto de atrás le abrían la puerta. Ella entró,
rápido, y el auto enseguida me pasó. Por el
ruido que hacía el motor me pareció que estaba
preparado. También tenía unas luces violetas
abajo del chasis.
Pasó un tiempo. Pensaba en esa chica,
bastante. Y en F. Pero en realidad, pensaba en F
a través de esa chica, como si de alguna forma
F ahora fuera esa chica, y la otra F, la que había
sido mi novia, hubiera quedado en otra parte;
como si yo hubiera viajado, quiero decir, y F se
hubiera quedado en su casa, oxidada con sus
cosas de siempre, mientras yo me daba baños
de ácido sulfúrico en las nubes de Venus o de
esos planetas tormentosos.
Una noche volví a buscar a esa chica, de
hecho. Pero no la encontré. Volví varias veces

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SUEÑO CON MEDUSAS
SUEÑO CON MEDUSAS

Mi abuela Lela decía que cuando la llamaron


para avisarle lo de mamá y papá el cielo estaba
despejado y la luz del sol, que era fuerte y
caliente porque era verano, se convirtió en una
especie de medusa que empezó a chocar contra
los vidrios hasta deshacerse en medusas más
pequeñas o en pedazos de medusa que primero
atravesaban las ventanas y después rebotaban
contra el suelo y los muebles y todo, como una
lluvia débil pero insistente, y pegajosa, que no
dejaba pensar. Mucho después, cuando Lela
murió y revisé los diarios de la época para
saber cómo había sido el día en que mamá y
papá desaparecieron, vi que en realidad el
tiempo había sido inestable y que hasta habían
caído tormentas de intensidad en buena parte
del conurbano. Así que pensé que mi abuela,
por alguna razón, había invertido las cosas: el
agua había estado afuera, la luz adentro, y ella
había sacado la luz hasta atrás de las ventanas
y había hecho entrar toda el agua. Después
también pensé que ella, aquel día, había salido
a llorar al patio.
Igual, eso de las medusas siempre fue algo
importante. Ellas me acompañan en pesadillas
persecutorias y en fantasías de liberación. A
veces son negras, bañadas en salsa de calamar,
y otras brillantes: médanos al mediodía,
paredes recién pintadas, lentes de sol al sol. Y
siempre, de una forma o de otra, pican, irritan,
adormecen; tanto que a veces me dan ganas

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FÉLIX BRUZZONE
SUEÑO CON NIEDUSAS

de que se vayan, pero como siempre :uelve~


Las cosas tristes son más tristes cuando
debe ser mejor así, un recuerdo necesario de rru
pudieron ser evitadas. Después del velorio y
abuela, y de papá, y de mamá.
un breve duelo que me aisló en casa por unos
La primera vez que hablé de las medusas
días fui a buscar la ropa a la tintorería. No
fue en una reunión de HIJOS. Romina me
tenía el ticket de devolución porque alguien
había insistido para que fuera y yo se lo había
se había robado la cartera de Lela mientras
prometido tantas veces que al final tuve que
ella estaba muerta en la calle, pero el señor Lee
ir. Supongo que tenía miedo de per~~rla o me conocía. Igual, la ropa no estaba. Supongo
de mostrarme demasiado autosuficiente.
que la misma persona que se había robado la
Éramos vecinos en Moreno, habíamos ido
cartera la había retirado el día anterior y una
juntos a la primaria y nos reencontramos
empleada nueva, sin saber que era la ropa que
en una fiesta de egresados. Después de eso
Lela llevaba todos los años, se la había dado.
empezamos a salir con amigos en común y
El señor Lee me pidió disculpas, se agarraba la
al poco tiempo ya éramos inseparabl~s. Yo cabeza y señalaba a la empleada pidiéndome
pensaba estudiar gastronomía y seguIr ~on
que también la disculpara, que era nueva, que
el oficio de mi abuela repostera, y Rornina
ella cómo iba a saber, y hasta me ofreció reponer,
siempre me decía que, cuando nos casáramos,
de alguna forma, todas las prendas. Creo que
como regalo sus padres podían ponernos
hasta lagrimeó y me dijo, en su idioma, cuánto
un restorán. La idea era muy buena: hasta
lamentaba 10 de mi abuela. Mientras me iba
podíamos hacer la fiesta ahí. Pero antes él todavía decía siento mucho mucho no no
de eso mi abuela empezó con problemas
perdón, señor, perdón; y la chica nuev~, quiet~
respiratorios que al final resultaron ser
en la otra punta del mostrador, no sabía qué
consecuencia de una falla en el corazón. Un hacer.
día logré llevarla a lo de un cirujano que le
Esa fue la primera consecuencia de la
dijo que tenía que operarse cuanto ~ntes y ~e muerte de Lela. Dos semanas después -no
dije viste, mamá, cuanto antes. Y el tipo tenía
más- dejé mi carrera de chef. Y como si fuera
razón: a la semana siguiente, cuando Lela poco, por esos días Ramina vino a verme y me
salía de la tintorería después de dejar la ropa
contó que la fábrica de juguetes del padre se
de invierno -ella, al comienzo del verano,
había presentado en quiebra. No pasó mucho
mandaba a lavar toda la ropa de invierno
antes de que todo el patrimonio familiar pasara
para guardarla hasta el otro año-, se murió.
a ser la casa donde vivían -bien de familia- y el

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SUEÑO CON [\¡1EDUSAS
FÉLIX BRUZZONE

auto de la madre, que como estaba a nombre de nos desnudábamos yo pensaba puede ser,
un hermano de ella no fue a remate y entonces sí, puede ser, pero la verdad era que lo único
el padre empezó a usarlo para trabajar de que yo quería era estar solo con ella, juntos
para siempre. Ella, yo, mis pasteles. Nuestros
remisero. pasteles. Nuestra pastelería que podía llamarse
Ahora que lo pienso, todo cambió tan
rápido que fue como acostarse feliz despu~s así: "Nuestros pasteles". Pero al día siguiente,
de regar las plantas y despertarse en medio cuando nos despertamos y ella me preparó el
de una inundación. Igual, como me resultaba desayuno, tostadas calientes que al principio
difícil saber por dónde empezar a deprimirme, quemaban y después no, era obvio que para
seguí adelante. Mi abuela siempre me .h~bía Ramina, si íbamos a seguir, teníamos que
dicho: vos, nene, con todo lo que viviste, compartir algo más.
tenés que mirar siempre para adelante. A~í Ella me decía: ellos te van a ayudar, haceme
que para sobrevivir me dediqué a lo ~ue tenIa caso, son buenos, ¿por qué te creés que voy?,
más cerca: conservar los clientes de mi abuela. para ayudarte, ¿no te das cuenta? Y era verdad:
Tenía su agenda de trabajo, sus equipos, sabía Ramina me quería tanto que, teniendo padres a
usar las mangas, enharinar los moldes, hacer los que quería, militaba en una organización de
las mezclas, el mazapán y el glasé, tiempos personas sin padres. El dato no es menor, claro.
de cocción, horno en mínimo, en máximo, En su casa, con todos los problemas que tenían,
sólo faltaba recorrer las confiterías donde ella la noticia debe haber caído bastante mal. Y
entregaba los pedidos, presentarme, soy el hijo aunque ella dijera que no, supongo que buena
de Lela, decir, la de las tortas, y listo. N o fue parte de su decisión de irse a vivir con Ludo, su
mejor amiga en HIJOS, tuvo que ver con eso. O
difícil. a lo mejor no. El papá de Ramina, después de
Ramina también estaba bastante mal.
Nos veíamos poco. Un día hablamos de eso un tiempo de ir y venir con su remís, se cansó y,
y ella me dijo que me quería.. ayu~ar, que casi sin avisar, se fue a Miami. Para la mamá de
ayudarme era ayudarnos. Lo dIJO aSI: te voy Ramina el tipo, cuando llamó desde Ezeiza, ya
a ayudar para ayudarnos. Lo de tu abuela te estaba muerto. Para Ramina no tanto.
hace mal, dijo, estás muy solo, ya vas a ver. Era una ronda de nueve o diez personas.
y al día siguiente trajo papeles y libros y me Todos, menos uno, hablaban bastante y
dijo que había empezado a militar en HIJOS. discutían sobre cosas organizativas. Yo me
Es por vos, porque te amo, dijo, y mientras quedé mirando al que no hablaba: tenía unas

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FÉLIX BRUZZONE
SUEÑO CON lvlEDUSAS

manchitas blancas en la parte blanca del ojo y,


Pero también las cosas fueron cambiando.
cada tanto, por el efecto de la luz, las manchitas,
~or ejemplo mi relación con Ludo, que al
que eran más opacas que el resto, se iluminaban
Igual que Ramina tampoco tenía padres
y brillaban más. Me entretuve un rato con eso desaparecidos pero sí una tía segunda con
hasta que me preguntaron algo y lo primero que cuya cara había mandado a estampar una
se me ocurrió fue lo de las medusas. Yo sueño remera. Las primeras veces que la vi, siempre
con medusas, dije, y como todos me miraron
!lena. de fe revolucionaria, me causaba gracia
con interés, seguí. Misteriosamente había ImagInarlas, a ella y a Ramina, como líderes
logrado captar la atención y entonces hablé de
de nuevas organizaciones -SOBRINOS,
distintas clases de medusas, de cómo durante
NUERAS, no sé- en las que todos usaban
un tiempo me había dedicado a estudiarlas y
esas remeras estampadas con desaparecidos
a diferenciarlas, ninguna es agresiva, dije, y que de tan lejanos parecían estrellas de rack.
no todas son venenosas, pero siempre hay que Ludo, llevaba su remera con un orgullo muy
tener cuidado. Y en mis sueños, obviamente,
especial, la foto era muy buena, casi irreal, y
estaban las que me perseguían con ruido a entonces, entre los que la veían por primera
hierros viejos y a óxido, las que me provocaban vez, estaban los que le preguntaban quién era
náuseas al tocarlas, las que me despertaban y los que directamente le decían ah, vos sos fan
en medio de la noche y me hacían sentir que de Nirvana. La tía se parecía bastante a Cobain.
todo alrededor era el sistema digestivo de una y si bien no era Cobain, Ludo tenía una actitud
medusa, yo el alimento, yo el rehén-alimento rockera que a muchos de nosotros, a pesar de
que corría a lavarse la cara y se encontraba que ir juntos a recitales de bandas que elogiaban
el agua era sal, espuma, ruido, ardor. Otras, en a la organización, nos faltaba. Eso en ella me
cambio, eran tan buenas como los delfines. entusiasmaba: rockera y comprometida. En
Con el tiempo me di cuenta de que, si bien cierta forma, estar cerca de Ludo era como estar
la militancia no era lo que más me gustaba, con la novia de Cobain o con la musa de Cobain
tampoco estaba mal. Acompañaba a Ramina, alguien tan cercano a aquel músico golpeado, a
conocía gente y poco a poco encontré un lugar aquel artista verdadero, que todo cobraba otra
donde hablar de cualquier cosa -como lo de dimensión. Tanto que al poco tiempo empecé a
las medusas- sin tener que dar explicaciones. verla a escondidas de Ramina.
Como decían ellos, las explicaciones ya iban a Por suerte no duró mucho: si bien Ramina
llegar. tenía cierta obsesión con el tema de mis padres

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SUEÑO CON MEDUSAS

desaparecidos, lo de Ludo era bastan~e peor -o


do. Después sí. Ludo estaba ahí pero sus encan-
mejor, no sé, para mí peor-: al poco tiempo de
tos no iban a hacerme perder la razón. Agarré la
haber empezado a vernos, una tarde, me llevó
remera, mis cosas, y salí a la calle. Había refres-
a su casa y me mostró una remera no con la
cado. Tenía la remera en una mano y no sabía
cara de su tía sino con la de mamá y papá: una
si ponérmela o no. Antes de tirarla pensé que
especie de dúo Pimpinela un poco más hippie
podía llegar a abrigarme. Pero no. Tenía que ti-
o de Sui Generis donde no era fácil reconocer
rarla. Tenía que dejar de verme con Ludo.
quién era el hombre y quién l~ .mujer. ¿~e
Las cosas pudieron terminar ahí. O no
dónde sacaste una foto de mis VIeJOS?, le dije.
exactamente ahí: aquel momento podía ser el
Me la dio Ramina, dijo, se la pedí para hacer
núcleo del final. En el falso desenlace yo volvía
un cartel para las marchas, ya que vos nunca
con Romina y ella sospechaba algo -o Ludo le
hiciste ninguno ... La miré sin decir nada. Ella
contaba- y entonces me dejaba, yo me iba de
siguió: para darte una sorpresa... y cuando se
HIJOS, ellas se peleaban y Romina -que en el
acercó para abrazarme -como hacía siempre
fondo era, como muchos, una chica idealista-
que me esperaba con una de sus sor~resas­
militaba un tiempo más pero al final volvía con
la rechacé y le dije bueno, yo no querla una
su familia. Pero los de HIJOS tenían razón. Estas
sorpresa así, ¿cómo se te ocurre que yo ... ?
cosas nunca terminan, siempre siguen, hay que
Dale, tontito, ratoncito -así me decía ella:
e~perar y están ahí, como las verrugas, que
ratoncito, conejito, pollito-, vení. Las palabras
SIempre vuelven. y si no vuelven, desconfiar,
eran mágicas. Los brazos y la boca de Lud?, aparecerán de una forma o de otra.
jóvenes, suaves. Imposible resistirse en medio
Al día siguiente había asamblea. Se definían
de la tarde y del calor.
algunos detalles del escrache a no me acuerdo
Esa vez pasamos bastante tiempo encerra-
quién y había que decidir. Confieso que estu ve
dos. Tanto que en un momento Romina entró al
tentado de hablar de las medusas, comparar al
departamento -ya vivían juntas- y, suponiendo
que íbamos a escarchar con una de ellas y bla
que Ludo estaba con alguien, se fue. D~spués
bla bla. Pero al final no dije nada, me abstuve en
nos quedamos dormidos y soñé con mIS me-
todas las votaciones y dejé que decidieran por
dusas, un sueño calmo que igual me despertó
mí. Cuando salimos, Romina estaba distante.
en medio de la noche. Ludo, todavía desnuda,
Creo que antes de la reunión me había visto
dormía. Al principio, concentrado en no ser ata-
hablar con Ludo -yo acababa de decirle que
cado por las medusas, no supe qué había pasa-
no quería estar más con ella, que Ramina no

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SUEÑO CON MEDUSAS

se lo merecía-, así que mientras caminábamos


que entrábamos en el terreno de matar o morir
me miraba raro. Fuimos hasta el Bajo,
volvió a ponerse a la defensiva y a decirme que
pasamos por los restoranes que empezaban
tenía que buscar ayuda, que HIJOS estaba para
a abrirse al borde de los diques y llegamos a
eso y que ella era mi ángel guardián, mi tesoro,
la Costanera. Yo había empezado a hablar de
fuente de fidelidad, compromiso, futuro,
mi necesidad de irme de HIJOS, de ver las
sueños compartidos, y entonces me besó y yo
cosas de otra manera, con esperanzas de que no supe qué hacer.
ella pudiera entenderme. Pero durante todo
Esa noche hicimos el amor durante horas.
el camino Ramina se empecinaba en ponerse
Ramina, cada vez que terminábamos, me
por encima de mí, superior, ella mi salv~dora
decía que quería más, y yo, que nunca había
y yo el idiota, el ciego que negaba trescientas
tenido el desempeño de un semental, pude
veces la única verdad. Y en un momento se lo
responder algunos de sus pedidos. Incluso
dije. No podría decir cuánto tardé en arti~ular
en los días siguientes volvimos a lo mismo.
todas esas ideas, ni de qué forma, pero SI que
Todo aquel renovado romance duró cerca de
discutimos sobre eso y que antes de llegar a la
una semana en la que no hubo reproches de
Reserva fumamos, y que después seguimos
ningún tipo, sólo palabras de amor, hasta que
discutiendo como adolescentes sobre cosas que
ella, en un momento, me dijo que me amaba
no eran de adolescentes. Fuimos hasta el río.
profundamente. Yo estaba tirado en la cama
La vegetación, el cielo que empezaba a ponerse
boca arriba, las sábanas me cubrían casi hasta el
rosado, el humo de los cigarrillos, el aire fresco,
cuello y las palabras de Romina sonaron nítidas
los sapos, los grillos, me hacían pensar en el
sí, pero en medio de una especie de distorsió~
campo, en el monte, lugares donde estar en paz
o irregularidad, manchadas. Después de eso se
v deshacerse entre las plantas, ser hoja, tallo,
sentó. Amanecía. Me dio la espalda y encendió
tierra, agua, pez, paisaje, olor, volar con el aire
un cigarrillo. Te amo profundamente, repitió,
manso, radiante, cargado de agua o de polvo, o
yeso a vos no te importa. Después se levantó,
de aire. Pero en un momento la discusión pasó
apagó el cigarrillo y fue al baño. Se duchó, se
a temas de vida y muerte, razones para vivir
lavó los dientes y al salir, antes de empezar
y para morir. Si no nos ponemos d~ acuer~o, a vestirse, dijo que lo mejor iba a ser que nos
dije, algo o alguien se tiene que morir. Romina
distanciáramos por un tiempo. Analizado en
estaba ofendida. Yono había sido muy delicado
retrospectiva, creo que desde que ella dijo que
al plantearle las cosas. Pero en cuanto ella vio
me amaba "profundamente", con esa voz tan

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SUEÑO CON MEDUSAS
FÉLIX BRUZZONE

no decía nada o decía en esa casa están todos


poco habitual, tuve varias. oportunidades de
l~cos, no los quiero ver más. A lo mejor tanto
revertir su decisión, Y que Incluso fue ella, de
tiempo de militancia en HIJOS le había hecho
alguna manera, quien me las ofreció. y quizá
creer que sus padres estaban desaparecidos o
yo sospeché que podía a~rove~harlas, claro,
que podían llegar a desaparecer, pensé. Y tan
pero no sé por qué no lo hice. Mientras ella se
difícil era hacer que esta nueva Ramina hablara
vestía, por ejemplo, estuve a punto de saltar de
que una vez se lo dije. Pero ella no se defendió
la cama y abrazarla o ponerme de rodillas fr~nte
siguió caminando un poco más hasta que parÓ
a ella o algo así, esperar sus golpes, sentirlos
y se agarró la panza. Me asusté. Ella se sentó
duros contra mis huesos, llorar y dejarla llorar
en el cordón de la vereda. Me duele, dijo an-
y todo eso pero no, ella se vistió, guardó sus
t~s d~ vomitar. Y cuando terminé de ayudarla a
cosas en su bolso y se fue. lImpIarse -se había manchado un poco las san-
Sólo algunos días después caí en la cu~nta
dalIa~- me dijo mirá, vaya hacerme un aborto,
de que alguien como ella significaba dem~slado
necesito plata.
para alguien como yo y que entonces terna que
Es~ noche, en los pocos ratos que me quedé
recuperarla. Pero eso fue al principio. Pronto
dormido, soñé con distintas versiones del
supuse que, por cómo se habían dado las cosas,
part? En uno la panza se abría como un girasol
yo ya no significaba nada para el~a y que es,o
de ZInc y de adentro salían pedazos de vidrio o
había sido todo y que ya no habla nada mas
piedra partida que, según cómo les daba la luz
por hacer. y los días pasaron, no sé si.muchos ,o
que venía de una claraboya invisible -o de un
pocos pero sí lentos, hasta que Romma un día
reflector- parecían espejos o gotas de agua. En
llamó para decirme que estaba embarazada. ,
otro, las piedras eran huecas y volaban de un
Lo del embarazo hizo que nos reencontra-
lado a otro hasta apoyarse, livianas, sobre cada
ramos varias veces. Yo la pasaba a buscar por
uno de los pasteles que yo tenía listos para
donde ella me decía y caminábamos. No sé si
e~tregar. Medusas había en dos o tres, pero
alguno de los dos tenía la ilusión de volver a
SIempre aplastadas por la panza de Ramina,
estar juntos. A mí me hubiera gustado, claro,
que era enorme y que seguía creciendo incluso
pero ella a veces se quedaba sin hablar durante
después del parto. El único que era normal
cuadras enteras y su expresión se volvía como
~d~ la panza salía un bebé- era muy lindo,
de piedra, o lata, una especie de reproche silen-
tIbIO~ lleno de plantas aromáticas y música
cioso en el que era imposible entrar. Cuando le
de xilofones en medio de una nube de humo
preguntaba por su familia, qué pensaban ellos,

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SUEÑO CON MEDUSAS
FÉLIX BRUZZONE

celeste -el bebé, cuando salía, era varón-; pero podía hacer nada. Entonces, para despejarme
igual todo terminaba mal-mal para m~- cu.ando un poco, contraté a alguien que pudiera
a la cama de Ramina se acercaba un tipo Joven ocuparse de mi trabajo al frente de la pastelería
_y canoso- a quien el bebé le estiraba los brazos -una especie de gerente- y me dediqué a
viajar. Recorrí Latinoamérica. En cada lugar
y, con total claridad, le decía ho~a papá. /
Al día siguiente, algo nerVIOSO, desayune investigaba sobre la repostería de la región con
tres cafés seguidos y estuve por llamar a la idea de volver y abrir una cadena de pasteles
Ramina para decirle que si tanto quería abortar multiétnica con capacidad de distribución en
que llamara al verdadero padre del bebé y qu~ toda la capital. Pero la variedad de recetas,
le pidiera la plata a él. Pero en vez de eso fUI ingredientes y pequeños trucos resultó ser tan
al banco, saqué lo que ella iba a necesitar y la grande que iba a ser imposible hacer justicia
llamé para encontrarnos en un bar. Sentados a con todos, así que abandoné el proyecto antes
una mesa que daba afuera ella pidió agua y yo de la mitad del camino. Igual, por lo que pasó
más café. No me sentía bien y fui varias veces después, llevarlo a cabo hubiera sido imposible.
al baño, sin éxito. A ella en cambio se la veía Fue así: en Honduras conocí a una chica
contenta y hasta pudimos hablar del pronóstico del lugar que al tiempo de andar juntos por
del tiempo. Todavía me lo acuerdo: templado playas de arena blanca y ruinas precolombinas,
en la mañana y desmejorando hacia tarde, con en su dialecto apenas comprensible para
descenso de temperatura Y probabilidad de mí, me dio a entender que Ramina podía no
lluvias de variada intensidad. Poco alentador, haberse hecho el aborto. Pesadillas. Medusas,
algas, montañas de animales acuáticos se
pero al final había estado lindo. ..
Por ese tiempo salieron las indemnIzacIones acumularon cada noche sobre mi espalda,
de papá y mamá. Yolas había tramitado cuando herida contra una barrera de coral. Eso V el
mi abuela vivía y los años habían pasado efecto de la distancia, que me traía recuerdos
sin novedades hasta que un día llegaron los de Lela, de mi infancia en Moreno, de lo que
papeles, firmé, y todo estaba terminado. Como Lela me contaba de papá y mamá, cosas así,
ya no iba más a HIJOS no tuve que enfrentarme me hicieron volver. Y al llegar, malas noticias:
a los que no estaban de acuerdo con cobrarlas, y mi gerente había desmontado la pastelería y se
los pocos a los que seguía viendo pensaban que la había llevado a otro lado: todos mis clientes
aceptarlas estaba bien o que, en todo caso, era le compraban a él. Esto podía pasar, pensé.
una decisión personal y que contra eso no se Igual, más importante era encontrar a Ramina.

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SUEÑO CON ~lEDUSAS
FÉLIX BRUZZONE

Llamo a su casa, no contesta. Voy a su casa: voy a ir a buscar a Ramina? Curzar el océano
cerrada y en venta. Voy a HIJOS. El tipo de sí, hundirse y flotar, miles de medusas intenta~
los ojos con manchitas blancas me dice hola, pegarse al casco recién pintado pero no pueden,
tanto tiempo, qué sorpresa, pasá, y otras cosas el espejo negro y brillante las ahuyenta y quedan
amables, muchas cosas -se ve que los ratones atrás, mareadas por la velocidad y los remolinos
le devolvieron la lengua y no puede parar de de las hélices. Antes de quedarme dormido
hablar, y hasta las manchitas de los ojos parecen -o desmayarme, no sé- yo también me mareo.
más chicas, o tenues-, y cuando entramos, en un Después sueño con cosas que no todavía no
pasaron pero que van a pasar, seguro. Ramina
pasillo, me encuentro con Ludo y le ~regu~to
por Ramina. Ramina se fue a Espana~ dice. es mesera en un restarán que da al mar y cuando
llego en mi barco todos los comensales se
¿España? Sí, alguien le dio para el pasaje y se
asoman a ver. Me siento un héroe. Soy un héroe.
fue. Estiro un brazo, le apoyo una mano en un
hombro. Ella cree que la vaya abrazar y me la Ella me tiende una mesa y me sirve algo fresco:
saca. España o Italia, dice, no sé, el avión hacía debés estar cansado, mi navegante. Sí, fue un
escala en Madrid y cuando fui a despedirla ella largo viaje. Después cenamos juntos y ella me
no se decidía por dónde quedarse. No te iba a cuenta todo lo que pasó como si fuera una gran
abrazar, digo. ¿Qué?, dice, no jodas, nene, ya aventura, habla de la suerte que tuvimos de
volver a encontrarnos y de muchas otras cosas
jodiste bastante.
Salgo lo más rápido que puedo. El de las que como las dice en otros idiomas --ella en el
manchitas, mientras me voy, me pregunta, ¿y?, sueño tiene don de lenguas, yo no- no entiendo
¿volvés? Sí, sí, digo. Al principio camino rápido pero que por cómo las dice son cosas buenas,
pero después no: trote, carrera, como si con eso seguro. y mi hijo no está pero en alguna parte
fuera a encontrar a Ramina, a mi hiio, a alguien. tiene que estar, claro, de un momento a otro se
Sin darme cuenta llego al Puerto y a unos va a oír su llanto, sus primeras palabras, ta, ta,
astilleros y a un submarino en reparaciones que ta, tao Y como el restarán está en venta pienso
por alguna razón me detiene, o es el cansancio. rápido y le vendo el submarino a la parejita de
El casco del submarino es negro, recién pintado, la mesa de alIado -nos vamos de luna de miel
y se escuchan los ruidos de los martillos y las dicen al unísono antes de hacerse a la mar-.
soldadoras que trabajan adentro. ¿Cuántos compro el restarán, y nos quedamos a vivir ahÍ,
son?, ¿cuánta gente trabaja a jornada completa, a una familia de tres, de cuatro, de cinco, de seis,
doble jornada, para dejar listo el barco en el que todo siempre crece, todo siempre puede crecer.

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EL ORDEN DE TODAS
LAS COSAS
EL ORDEN DE TODAS LAS COSAS

No hace mucho encontré una agenda de hace


años, y como no tenía nada que hacer empecé
a revisarla. Algunas páginas estaban un poco
borrosas -supongo que por la humedad- y en
otras podían leerse muy bien los nombres,
los teléfonos y hasta las direcciones de gente
a la que ya no veo más: ex compañeros del
secundario o personas a las que conocí durante
el tiempo en que averiguaba cosas sobre la
desaparición de mis padres.
Abrí al azar en la letra C y llamé a Cides,
Rodrigo Cides: en el secundario le decíamos
Roma, pero en esa época yo, salvo en casos
especiales, todavía ordenaba las agendas por
apellido. Atendió la madre y le pregunté por
Rodrigo, y al decir "Rodrigo" me sentí lejano,
desconocido, pero pedir por Roma hubiera
sido tener que dar explicaciones, tener que
decir soy Primo, ¿se acuerda?, ¿cómo le va?, y
contar cosas de mi vida de las que no quería
hablar. Rodrigo vive en Italia, dijo ella, se fue
hace un año. Colgué y volví a la agenda, la
abrí en la L -esto no fue tan al azar- y llamé
a Lupe. Acá no vive ninguna Lupe, dijeron
antes de colgar. Yo sabía: la última vez que la
vi estaba por irse a un pueblo de España. Vino
a casa y mientras nos desvestíamos me dijo
Primo, Primito, imaginate que somos primos,
un amor imposible; y después me contó que su
novio tenía amigos cerca de Sevilla que hacían
instalaciones eléctricas y les iba muy bien,

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que él quería probar suerte allá y ella también pasillo al fondo, y fui a lavarme las manos y
porque las meseras allá ganan bastante. Bueno, la cara. Hacía mucho calor y yo había ido en
dije, que les vaya bien, y antes de que se fu~~a bicicleta. Exterminados, pensé. Esa palabra
pensé en ofrecerle algo mejor que aquel VIaje la había escuchado en referencia a los judíos,
pero qué, yo no tenía nada y además nunca nunca para hablar de alguien de mi familia,
miento, no me gusta, si miento es sin querer, pero por lo que dijo Daría mis padres habían
sin darme cuenta. De hecho, la mayoría de las sido exterminados. ¿Cuántos en el ERP eran
veces sólo me miento a mí mismo. judíos?, ¿cuántas cosas idiotas pensé mientras
Volví al azar, letra O: Ojo, Daría. ¿Quién era? intentaba refrescarme? Después levanté la tapa
Una anotación entre paréntesis, algo borrosa, del inodoro, me incliné, di dos o tres arcadas
derivaba a otra página: "(ver Antrop...)". que no llegaron a impulsar lo poco que había
Antropólogos Forenses, supuse mientras re- almorzado ese día hasta que un baboso líquido
trocedía hasta la A. Sí, era eso, Daría Ojo era transparente se deshilachó desde los labios
el hombre de Antropólogos Forenses a quien hasta la losa; tuve que usar las manos para
yo había recurrido para conseguir alguna terminar de desprenderlo.
información sobre los años de mis padres en
el ERP. Cuando llegué a la A lo confirmé: ahí ***
estaba el número de teléfono, la dirección, la
flecha que iba desde el recuadro subrayado al Durante los días siguientes la agenda quedó
nombre y los datos de la persona que me había sobre una pila de ropa sucia y pensé en todo
hablado de ellos. Un departamento antiguo ese asunto del exterminio de mis padres, en lo
sobre avenida Rivadavia. Puertas y ventanas poco que sé, y pensé en mi tía Rita, que habla
y pisos de madera. Techos altos, blancos. con los animales y dice que nada sucede porque
Luz de sol hasta en el baño. Grandes mesas sí. Una vez me prestó un libro: El éxito no llega
como de arquitectos. Posters en las paredes. por casualidad. También tiene varios de Arme
Música de fondo, del altiplano. Una secretaria Crysler y uno de Cony Mendez: Piensa lo bueno
delgada, anteojos redondos y vestido negro y se te dará, que una vez hojeé y me pareció
y en un momento Daría que me dice: los que amable pero demasiado optimista. Cuando yo
estaban en el ERP fueron muy exterminados, estudiaba en la facultad un profesor siempre
siempre es difícil encontrar algo, y mientras él empezaba sus clases diciendo que para ser
anotaba algunos datos yo pedí de ir al baño, optimista hay que estar mal informado. Igual,

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esta vez seguí la línea de mi tía y fui a visitarla.


No le dije nada de la agenda pero ella algo ***
intuyó. Debe tener un sexto sentido; o un tercer
Al día siguiente pedí permiso para salir de la
ojo.
-¿Sabés en quién pensaba ayer a la tarde? panadería un poco antes de cumplir mi turno.
Me llevé una docena de facturas -siempre
-dijo.
pueden olvidarse de descontármelas- y vol-
-No.
-En Lupe, qué buena chica esa ... ví a lo de Rita. Cuando llegué ella intentaba
-Antes no te gustaba. adiestrar a su perra para que no le hiciera pis
-Puede ser, pero tuve una visión, ¿sabés? Sí, en los malvones del patio. Le hablaba con una
la vi en un pueblito. Ella estaba bien. Digo, bien dedicación que hacía parecer que la perra la
vestida, peinada, pintada, ¿entendés lo que adiestraba a ella y no al revés, pero esa era su
quiero decir? Y entonces se acercaba una n~na manera de hipnotizar al animal.
de tres o cuatro años, una nena muy parecida -¿Vos tenés llaves de casa? -dijo al verme.
a ella que ... bueno, qué te puedo decir, era ella -Dejaste abierto, tía -extendí la mano con
la bolsa de facturas-o Mirá lo que traje para la
misma.
hora del té.
-¿Y... ?
-Bueno, ahí termina, ¿no te parece que eso -Bueno, vení, tenés que ver esto.
Dejé las facturas sobre la mesa del patio
es algo bueno?
-Sí, puede ser -dije. pero la verdad es que no y seguí a Rita por su casa, que si bien nunca
entiendo los simbolismos de las visiones y no estaba ordenada, o al menos limpia, estaba
tenía ganas de interiorizarme en el tema. más desordenada y sucia que siempre: sillas
De todas maneras, el que Rita hubiera tiradas, bolsas de supermercado y diarios viejos
pensado en Lupe me llamaba la atención, no desparramados por todas partes. El viento,
era para menos. Después dijo: con las ventanas abiertas por el calor, formaba
-También vi a un amigo tuyo, ese que vivía pequeños remolinos de polvo. Faltaban los
con la madre porque el padre había muerto de cardos rusos y aquello podía ser la casa de un
cáncer, ese que a veces venía a casa, un amigo pueblo fantasma en una de cowboys.
de cuando vos eras chico, ¿cómo se llamaba? En la terraza Rita armó una de las escaleras
-¿Rodrigo Cides? que mi difunto tío usaba para pintar lugares
-Ese: Rodrigo Cides. altos, y subimos -usar una de esas escaleras

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debe ser un desafío incluso para un monta- A esa hora el sol empezaba a bajar y ya
ñista experimentado- hasta el tanque de no era tan fuerte. Además, el hecho de haber
agua. Yo no lo sabía, pero junto al tanque mi estado junto al tanque de agua -a pesar de
tío había construido una pequeña pieza con que entonces nos encontrábamos sobre la
conexión de agua y letrina. En el lugar, ahora membrana caliente- daba idea de frescura, de
invadido por cajas llenas de cosas inútiles, que la casa y el barrio, de un momento a otro,
podían entrar fácil una cama y algunas otras podían convertirse en algo líquido, cosas que
cosas: una garrafa con calentador, una mesa. por esos días eran más que suficientes para
Rita señaló la letrina, la canilla, el desagote: sentirse bien.
si alguien recibía comida desde afuera podía En la caja había fotos. Rita la abrió, buscó
pasar ahí adentro todo el tiempo que quisiera. adentro como si buscara restos de carne entre
El lugar me resultaba familiar pero Rita me lo los huesos de un pollo, una tarea muy trabajosa
mostraba como si yo nunca lo hubiera visto. pero que a ella le gustaba. Cada tanto hablaba
Abrí una caja: una bonita araña de bronce sin de alguna, nombraba a los que se veían en ella,
cables ni bombitas, y una lámpara de aceite a los que habían estado ese día, al que había
que yo, fuera de los dibujos de Aladino, jamás hecho el asado. En algunas estaba mamá y
había visto. De hecho, siempre había pensado Rita dijo que mi tío las había guardado porque
que la lámpara del Genio era una tetera y que para él eran algo valioso, que hasta el día de
llamarla lámpara podía ser uno de esos errores su muerte había preguntado por ellas y que
de traducción que se cometen con los cuentos conservarlas, para él, había sido una forma de
orientales. Rita, de pronto, se subió a una de las conservar a su hermana viva en aquella pieza
cajas, la aplastó -algo crujió adentro-, y alcanzó junto al tanque de agua.
otra que había entre las tablas de lo que debió Yo las conocía todas. También la que Rita
haber sido una biblioteca. buscaba y quería mostrarme: un borde de luz
La caja, de madera, tenía una cerradura que brillaba sobre las caras de mamá y papá, él
ya no funcionaba, así que se abría con cada tenía la piel quemada por el sol y ella los ojos
golpecito que Rita le daba al moverla. algo caídos, como de recién despierta.
-Bajemos -dijo-, esto es un desorden. -Mirá esta -dijo, y me pareció que iba a decir
y aunque el resto de la casa no era mucho algo más pero no.
mejor, bajamos. -Ya la conozco.
-Acá -dijo otra vez en la terraza. La foto era de cuando ellos vivían en Paso

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EL ORDEN DE TODAS LAS COSAS

del Rey, Moreno, nadie sabe dónde vivían pero


hasta el cantero de los malvones, donde hizo
era por ahí porque una vez a mamá le habían pis. -Esta perra no aprende más.
encontrado un pasaje Moreno-Once, ida y
Después salimos a la calle. Rita levantó la
vuelta, y un ticket de tintorería que era de una
foto hacia el sol y la miró durante un rato.
calle de por allá.
-Acá no se puede ver nada -dijo-, tenemos
-¿No sabías que ellos vivieron allá?, ¿nadie
que ir allá. ¿Vos mañana tenés algo que
te contó? ¿Y del ataque con granadas no te hacer?
hablaron?
Dudé.
***
-Puede ser -dije-, vos sabés que en estos
años yo ...
Desde que dejé el cigarrillo calmo la ansiedad
Rita siguió: según ella, la foto también
con café o dulce, cualquier dulce, ninguno
tenían que haberla sacado en Moreno. El sol
me empalaga, así que ese día en que íbamos
era muy fuerte y atrás había un descampado
a ir con Rita a Moreno casi no me alcanza el
y un paisaje de casas chatas, antenas de TV
dulce de leche para rellenar los churros. En
más altas que las de acá y un cerco de chapas y
la mañana había llamado a Antropólogos
paños de alambre. Forenses. Pedí por Daría y me pasaron.
-Tenemos que ir a Moreno -dijo después.
-Hola -dije, y dije mi nombre y el de mis
-¿Para qué?
padres: quería recordarle algunas de las
-No sé para qué, pero hay que ir.
cosas que le había dicho en la entrevista, y al
-Traje facturas, tía, ¿no querés que... ? Yo te
principio no pude pero después sí: hablaba
puedo contar otras cosas. Una vez hablé con
sin pensar y las palabras, misteriosamente,
Antropólogos Forenses.
salían una atrás de la otra, limpias a pesar de
Intenté recordar lo que me había dicho
haber estado como guardadas en algún lugar
Daría Ojo pero no pude. lleno de polvo.
Rita miró otra vez la foto, después me miró.
Supongo que en ese momento Daría
-Tenés los ojos de tu papá -dijo.
buscaba en su base de datos, o algo así, porque
-Tía ...
enseguida me dijo que sí, que claro, que ¿cómo
-Vení -dijo y se apuró escaleras abajo hasta te va?, a vos te dicen Primo, ¿no? La memoria
llegar al patio. -Salga de acá -le ordenó a la
de Ojo me sorprendió, aunque también mi
perra, que con una medialuna en la boca saltó apodo debía figurar en la computadora.

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EL ORDEN DE TODAS LAS COSAS

-Sí, sí -dije-, estuve ahí hace mucho pero... me hacían recordar que esos números ya los
-Claro, no pudimos ayudarte, me acuerdo había escrito.
que... -Esperá -dije antes de escribir el último
-Sí -dije-, igual quedó pendiente lo de las número-, tengo más información.
fotos, vos me habías hablado de una mujer
que vive en Bahía Blanca, que iban a darle ***
unas fotos de mamá, que pudieron estar presas
juntas en Campo de Mayo ... L~ tarde era fría, soplaba viento del sur y habían
Daría me pidió que lo esperara. En el ?Icho q~e a partir de la noche la temperatura
teléfono, la música del altiplano. Iba a bajar todavía más.
-Bueno -dijo después de unos minutos-, acá -Vamos en el auto -dijo Rita-, manejá vos _y
está todo, ¿no te habíamos confirmado lo de las en menos de media hora ya estábamos en la
fotos? autopista rumbo a Moreno.
-No sé, ustedes iban a mandárselas a esa Durante el viaje volví a hablarle de
mujer y si ella reconocía a mi mamá iba a Antropólogos Forenses, le dije que al llamar a
llamarme. Yo ahora sólo quiero saber si ustedes Daría me había acordado de algunas cosas, le
tienen algo nuevo, pasó mucho tiempo pero hablé de la supuesta compañera de cautiverio
bueno, estas cosas, ustedes ya saben. de mamá y de que Daría iba a averiguar sobre
-Sí, lo que acá figura es que ustedes ya las granadas pero que ellos sobre eso no tenían
tendrían que haberse encontrado -carraspeó nada y la verdad era que no lo veían como un
un poco, ruido a boca reseca, o dientes sucios-o hecho demasiado probable.
Ella vio las fotos de tu mamá y la reconoció, -Igual tiene que ser -dijo Rita-, la visión fue
supuestamente iba a llamarte, ¿no llamó? Acá muy real, muy impresionante, cuando es así no
también dice que te pasamos el número de ella, puede fallar.
¿no lo tenés? La ruta, algo congestionada, me hacía sentir
-No sé, que yo me acuerde no -dije mientras que las palabras de Rita rebotaban contra los
revisaba el margen de la agenda en busca de autos de alrededor, mezcladas con el eco de
alguna anotación adicional. las bocinas y los motores en marcha. En un
-Te lo paso. momento hubo que parar y vi que ella miraba
y mientras yo lo anotaba, cada curva de la el parabrisas como si afuera, pegado al vidrio,
birome en el papel, cada rayita, cada espacio, hubiera algo sorprendente, un pájaro, las

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vísceras de un pájaro estrellado contra el vidrio volantes y los recibos y facturas del comercio.
y especialmente dispuestas para que Rita La empleada también nos dijo que el primer
leyera el futuro, el pasado, lo que haríamos al dueño había muerto y que uno de los hijos
llegar a Moreno y lo que había ocurrido en el del señor Lee había heredado el negocio.
lugar donde ese supuesto ataque con granadas Podría habernos preguntado si veníamos
había matado a mamá. de la Municipalidad, de Rentas o de alguna
Después de pasar la casilla del peaje le inmobiliaria, pero supongo que ni Rita ni yo
pregunté por la pieza junto al tanque de agua. parecíamos funcionarios ni empleados, y la
Ella dijo: mujer entonces nos preguntó si veníamos por
-Primo, toda tu vida jugaste a esconderte en lo del agua. Lo dijo así: "por lo del agua", como
ese cuarto. A tu tío le enfermaba que te metieras si aquél fuera un tema conocido en el barrio y
ahí. ¿También te olvidaste de eso? su tintorería siempre tuviera problemas con los
y después me contó la historia del lugar: vecinos por ese motivo.
que lo había hecho mi tío para que mamá y -No -dijo Rita, que para ese momento
papá se escondieran pero que ellos nunca ya había tomado de la mesada un ticket de
lo usaron, que mamá era una cabezadura y devolución de ropa y empezaba a frotarlo
que papá se dejaba llevar, que a veces mi tío, como si de él fuera a desprenderse algo que
cuando se bañaba, por la desesperación, daba nos llevara adonde queríamos llegar. Después
golpes contra los azulejos o contra la pared, y preguntó: -¿Dónde mandan a imprimir los
que después se sentaba a comer con las manos tickets?, ¿siempre los mandaron al mismo lu-
rojas, inflamadas. gar?
Sin darme cuenta bajé de la autopista, tomé
una avenida y doblé en varias calles como si ***
siguiera un itinerario conocido.
-Doblá acá -dijo Rita en un cruce de calles. Mientras Rita frotaba el ticket y seguía lo que ella
A mitad de cuadra, atrás de un tilo apestado llamaba "el rastro de la tinta" yo me pregunté
que había levantado parte de la vereda, una si lo que hacíamos tenía alguna relación con
tintorería. Bajamos. Rita dijo que no iba a hacer mis padres. ¿Por qué Rita recién en aquella
falta preguntar nada pero igual preguntamos. tarde, y en la anterior, se había preocupado por
El lugar atendía desde hacía treinta años. acompañarme en esto? Sincronicidad, pensé.
Nos lo dijo la empleada y lo decían todos los Uno de los libros de Anne Crysler que ella lee

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tiene un capítulo sobre eso: las cosas no pasan Después me hizo una indicación y paramos
porque sí, y un caso especial de sincronicidad en la mitad de una cuadra sin árboles. A un
se produce cuando uno, sin saberlo, hace o lado, galpones. Al otro, la parte de atrás de
piensa lo mismo que otro. Hay muchos casos un supermercado que ocupaba casi toda la
célebres. Crysler cita algunos y demuestra con manzana. Rita dijo que diéramos la vuelta
detalles reveladores la imposibilidad de que y avancé lento -la cuadra estaba llena de
esas personas que desarrollaron pensamientos pozos- hasta dejar el auto en la playa de
iguales se hayan conocido entre sí. ¿Por qué estacionamiento.
Rita no me había hablado antes del ticket, de -Artículos de limpieza -dijo mi tía mientras
Moreno? ¿O sí me había hablado? ¿Cuántas cruzábamos las puertas corredizas de la
veces habíamos ido a Moreno? entrada.
En la mañana yo le había contado a Daría
lo de las granadas y él, cada tanto, volvía a ***
preguntarme cosas que ya le había dicho. Yo, de
hecho, escuchaba mejor la música del altipla- -Esperá -dije.
no, el ruido de las teclas que almacenaban la -¿Qué pasa?
información, que lo que yo mismo decía. Todo Una promotora me había dado un volante
era así, capaz que lo del ataque con granadas con ofertas de servicios telefónicos.
no lo anotó, o que lo anotó dos veces. Supongo -Allá hay unas cabinas -dije-, vení.
que mi adicción al café y a los dulces no lo Pedí un teléfono y me habilitaron uno, me
anotó, eso es algo mío, lo repetí varias veces, encerré en la cabina, y mientras Rita mantenía
en una hasta me reí, pero no creo que a él le los ojos cerrados y presionaba los dedos contra
importe demasiado. el vidrio llamé al número que me había dado
-Doblá en esta -dijo Rita, y empezamos a Daría.
andar por el límite de una villa: un videoclub, Atendió un hombre.
una gomería, un restarán con piso de tierra -Soy Primo -dije-, busco a Claudia.
y una nena jugando al Tetris en un televisor y mientras el hombre empezaba a decir
apoyado sobre cajones de leche y cerveza; a que Claudia ya no vivía más en esa casa, que
lo lejos, una camioneta de la gendarmería. estaba internada en no sé qué lugar, recordé, de
-Acá antes había un baldío -dijo con los ojos golpe, la primera vez en que yo había hablado
cerrados. -Doblá en la próxima. por teléfono con ella. Claudia recién se había

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levantado de una siesta y sus palabras tenían donde un matrimonio discutía con el empleado
la luz que debía entrar por la ventana de su que les había cortado demasiado grueso el
habitación. Habló de los meses de mamá en salchichón primavera y entonces las fetas no
Córdoba, de su participación en la toma del iban a alcanzar para el picnic del día siguiente.
Batallón 141 y de que nadie sabía cómo ella Para mañana está anunciado lluvia, pensé,
había terminado en Campo de Mayo cuando los pero cuando un cliente quiere pelearse con el
secuestrados en Córdoba se quedaban allá, no empleado no hay nada que hacer.
había motivos para traerlos. También recordé Rita caminaba con los brazos extendidos
un segundo llamado: habíamos quedado hacia adelante, las manos abiertas, ni el
encontrarnos en Bahía Blanca porque ella no mínimo temblor, hasta que se paró frente a los
se movía de su casa, estaba enferma; habíamos suavizantes.
dicho que encontrarnos iba a ser importante, -Acá no es -dijo, la mirada perdida en alguna
sí, de lo más importante que podía haber. Pero de las flores o en la boca sonriente o en los
después de colgar yo había leído muchas veces ojos negros del nene de un sachet de recarga
la dirección, anotada en un papel, y había económica.
empezado a sentir frío, a temblar, a frotarme Después siguió hasta el final del pasillo, dio
los brazos, el cuerpo, y en poco tiempo ya me la vuelta y volvió a parar, esta vez, frente a un
había olvidado de todo. conjunto de escobillones colgados.
Ahora intentaba averiguar algo del lugar -Me perdí -dijo-, pero tiene que ser por acá.
donde podía estar Claudia, pero el hombre no La seguí por el resto de los pasillos de la
sabía casi nada. sección -aquel supermercado era enorme-, tomé
-Ella estaba enferma -dijo-, eso es todo lo algunos productos, los cambié de lugar sin
que sé. querer, y mientras tanto Rita se detenía en uno
y como no dije nada más, él, después de y en otro lugar, repetía que se había perdido y
algunos segundos de silencio, colgó. que era necesario seguir con la búsqueda.
Pero al final, después de un período de
*** tiempo difícil de precisar: una hora, quizá
más, no encontramos nada. Yo, mientras Rita
Las góndolas con los artículos de limpieza iba y venía por los pasillos, pensaba en llamar
se ubicaban después del sector de frutas y otra vez a Claudia, podía atender alguien
verduras y de la fiambrería personalizada, que supiera algo más o podían ocurrírseme

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preguntas que antes no se me habían ocurri?o. intenté llamarla por teléfono una operadora me
Antes de irnos, Rita preguntó por alguien decía que la línea estaba fuera de servicio, cosa
que pudiera decirnos algo sobre el lugar de que me hizo repasar varias veces el número
emplazamiento del supermercado. Y como y marcarlo con la mayor lentitud y precisión
nadie sabía nada le dije que podíamos ir a posibles, diciendo en voz alta los números
la Municipalidad o a la Comisaría, que en la anotados, uno por uno, antes de marcar. Pero
Municipalidad seguro tenían los viejos planos siempre contestaba la operadora.
catastrales y que en la Comisaría podría haber No sabía qué hacer. Por momentos me daba
registros del ataque con granadas. la sensación de que Rita se había ido de viaje
-No -dijo Rita- ya es tarde. o que por algún motivo no quería atenderme.
-En la Comisaría pueden atendernos. No sé cuántos días pasaron, pero sí que llamé a
-No. Daría -estaba de vacaciones- y a Claudia, pero
Quizá tenía razón, afuera ya estaba como siempre atendía el hombre con el que
oscuro -una oscuridad densa, grumosa-, la había hablado antes -y yo no sabía qué más
temperatura había bajado bastante y el viento decirle-, le colgaba sin decir nada. Al quinto o
soplaba fuerte. Además, mientras subíamos sexto llamado el hombre, cansado, me insultó,
al auto Rita dijo que en la Comisaría íbamos a pero yo tampoco dije nada y al colgar decidí
perder el tiempo, que no iba a servir de nada que lo mejor iba a ser no llamar más.
-supongo que ella ya había ido- y que era Empecé a fantasear con que nada de lo
mejor volver rápido: había que darle de comer ocurrido desde el encuentro de la agenda había
a la perra y cerrar las ventanas para que el sido cierto. Viajé otra vez a Moreno -esta vez
viento no rompiera los vidrios al golpearlas. en tren- y no me costó encontrar otra vez el
Además, pensé, había que anotar todo lo que supermercado. Claro que ahora había algunas
había pasado, llamar a Daría, decirle lo del modificaciones. Los artículos de limpieza
supermercado, todo, seguro que él iba a saber estaban casi en la entrada y todo el sector carnes
qué hacer. había sido cerrado por refacciones. Al pasar
por la zona tapiada por las obras escuché que
*** una mujer le comentaba a otra de la velocidad
con la que habían reabierto ellugar después de
En los días siguientes pasé varias veces por la la clausura por peligro de derrumbe.
casa de Rita pero ella nunca estaba; y cuando -Ahora pusieron unas vigas nuevas acá

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-dijo señalando una parte del cielorraso, ahora Cuando llegué toqué la puerta y Rita atendió
desmantelado-, Ydicen que reforzaron algunas enseguida.
columnas y los cimientos. Quieren ampliar -Por fin viniste -dijo.
para allá, donde van los autos, y hacer un Me hizo pasar.
estacionamiento subterráneo. En la cocina, varios platos sucios se
amontonaban en la bacha, y por el aspecto de
*** los fideos pegados al fondo de una cacerola las
cosas parecían estar así desde hacía bastante.
Pasaron varios días, y una mañana me quedé -¿Tuviste gente a comer? -pregunté.
dormido y llamaron de la panadería para saber -N o -dijo mientras abría el congelador para
sacar una bolsa llena de pancitos negros-.
si me había pasado algo.
-Me quedé dormido -dije. Estuve de viaje.
_¿y ayer? ¿Y antes de ayer? Rita abrió la bolsa, sacó algunos pancitos
-Ayer ... Bueno, ayer no sé. Y antes de ayer ... y guardó los demás donde los había sacado.
-Primo, por ahora no vengas más. Cualquier Empezó a cortar rebanadas y las puso a tostar.
-¿Querés tostadas?
cosa te llamamos.
Me levanté. Tenía la cara sucia y las uñas -Perdón, no traje nada para comer porque ...
llenas de tierra. En el lavatorio no había -Estuve en Bahía Blanca -dijo-, linda ciudad,
jabón y cuando abrí la canilla el agua salió playa, acantilados, linda gente por allá.
roja, como oxidada. También la losa de la Por un momento me pregunté si Rita en
bañadera estaba manchada de ese color por verdad había estado de viaje o si durante
el goteo de la ducha. Me lavé como pude y las últimas noches se había reunido con sus
fui a lo de Rita. Eran las nueve o las diez. El amigos del grupo de meditación para hacer
cielo estaba despejado, hacía calor y la calle un viaje astral. Y si en verdad se había ido: ¿dé
estaba casi vacía, como si fuera un domingo o dónde había sacado dinero para el pasaje?,
un feriado. ¿Desde cuándo me tocaba trabajar ¿había dejado de pagar el teléfono? Eso podía
domingos o feriados? Igual, se escuchaban ser. Además, por los detalles que daba de la
ruidos de camiones y de motos que pasaban ciudad era posible pensar que sí había estado
rápido, y hasta algunos gritos de gente que yo allá, que sí había visto todos los lugares de
no llegaba a ver pero que estaba ahí haciendo los que hablaba, porque para inventar tantas
sus cosas de todos los días. cosas ... En un momento me preguntó:

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-¿Nunca estuviste en Bahía Blanca? -¿Y si no aparecen?, ¿si justo ese día está
_Yo era muy chico, casi no me acuerdo. nublado?
Mientras ella siguió hablando volví a aquel -No importa, es la "Vigilia OVNI mundial"
verano. Habíamos ido mi abuela, una sobrina -dijo-, si no los vemos ese día los vamos a ver
de ella y sus dos hijos. Mi abuela era muy en la próxima fecha, hay todo un calendario
cuidadosa, tanto que un día de lluvia mis pri- de vigilias, hay que tener paciencia, y fe. Vos
mos y yo salimos a jugar en la zanja que pasaba tenés que pensar que los lugares elegidos son
junto a la casa y ella me obligó a ponerme botas los lugares donde más avistamientos hubo en
de goma. Mis primos, en cambio, salieron toda la historia, eso no es poca cosa.
descalzos y chapotearon felices en los char- Me impresionaba la cantidad de temas que
cos. Y yo al principio también, pero las botas Rita podía manejar. Pero más que la cantidad,
enseguida se llenaron de agua y no pude la manera en que lograba relacionarlos. Ella,
seguir. Y al final yo me resfrié y ellos no y me en cierta forma, era una especie de reunión de
dieron ganas de que mi abuela no fuera más mi todos esos temas. Antes de que me fuera, dijo
mamá, que mi mamá fuera mi tía. que había ido a Bahía Blanca porque una amiga
También me acordé de una casa abandonada de una amiga de ella tenía unas tortugas que
que estaba al lado de la nuestra. Tenía los podían comunicarse con las personas, tortugas
vidrios rotos y los postigones se golpeaban ancestrales que aquella mujer usaba para en-
con el viento; y cuando yo a la noche me tablar contacto con el pasado, con el futuro
despertaba me daba miedo pensar que en ese -porque el pasado, el presente y el futuro, para
lugar pudiera vivir alguien. ¿Quién podía vivir Rita, forman parte de un espacio que algunos
en un lugar así? Sólo un monstruo, pensaba yo, individuos pueden comprender en un mismo
momento, como visto desde arriba- y con los
o alguien muy malo.
Pero después Rita cambió de tema y empezó seres extraterrestres que desde siempre habían
a hablar de vida extraterrestre y de un día sido una especie de custodios de la vida en la
internacional de avistamiento de OVNIS. Tierra.
-Eso va a ser en Atalaya o Magdalena, por No sé por qué pero en ningún momento
le pregunté por Claudia. Tampoco sé por qué
ahí, cerca de La Plata.
Dijo que en varios puntos específicos del ella no me dijo nada sobre eso: supongo que
planeta la gente iba a reunirse para esperar la las tortugas la tenían concentrada en otra cosa.
Pero quizá lo de las tortugas tenía algo que ver.
aparición de OVNIS.

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-Vení -dijo en un momento-, no te vayas que nada, guardarla en un lugar seguro, lejos de
quiero mostrarte algo. la humedad, de los insectos que pudieran
Subimos a la terraza. Ahí todavía estaba atacarla, dejar pasar un tiempo y más adelante
la escalera que habíamos usado para ir a la volver a insistir. Pero mientras caminaba
pequeña pieza junto al tanque de agua: las hasta casa, no eran muchas cuadras -el sol
lluvias de los últimos días no parecían haberle pegaba duro-, me dio la impresión de que las
hecho nada. Rita subió primero. baldosas de la vereda, casi blancas, empezaban
-Despacio -dijo. a moverse, como a hundirse, hasta dejar a la
-Sí, despacio. vista sólo el cemento de abajo, manchado,
En la pieza, en una de las cajas, ahora vacías, medio roto. En el cielo, mientras tanto, el brillo
una sábana con restos de lechuga. del sol, quizá algo de humo, formaban una
-Su-sí. .. Su-sí. .. Su-sí. .. -dijo Rita justo antes masa homogénea y brillante, como de cielo
de que, por el caño del desagote, asomara la plomizo que junta calor para una lluvia que no
cabeza una pequeña tortuga. viene nunca. Todo el cielo era una especie de
La caparazón del animal era de un color radiación, como en la época en que fumaba y
cercano al negro y con vetas casi azules, las patas todo mi cuerpo se volvía humo. Corrí, llegué,
chuecas y la cabeza bastante desproporcionada abrí la puerta, entré, di un portazo sin querer y
con relación al resto del cuerpo. las ventanas retumbaron, las paredes creo que
-Su-sí es hija de una de las tortugas de las que también.
te hablé -dijo. -La mujer me la regaló porque y cuando entré a mi cuarto resultó que la
esta nació justo el día de mi cumpleaños. Yeso agenda no estaba por ningún lado. Busqué
no puede ser porque sí, vos lo sabés. entre la pila de la ropa sucia -bastante más baja
Asentí. que la última vez que la había visto-. y traté de
Después bajamos, y mientras estábamos acordarme cuándo había ido al lavadero. Me
con la tortuga casi le digo a Rita algo de lo tiré al piso para ver abajo de los muebles. Nada.
del supermercado, de volver a intentar ir allá, ¿La habría llevado por error a lavar junto con
quizá llevar la tortuga; pero como ella estaba la ropa que faltaba? N o creo, en el lavadero me
tan feliz con su tortuga pensé que mejor no. hubieran dicho algo. ¿Y si no se habían dado
Nos despedimos. Yo quería volver a casa, cuenta?
revisar la agenda una última vez para intentar Revisé la ropa tendida en busca de restos de
sacar algo en limpio; y si no encontraba papel y, en el bolsillo de una camisa de mangas

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FÉLIX BRUZZONE

cortas -la que había usado para ir a Moreno-,


encontré unos restos: podía ser el boleto del
tren, el ticket de la tintorería, el recibo del peaje.
O las tres cosas juntas. No pude acordarme si
en los dos viajes había usado la misma camisa.
Después pensé que la agenda tenía que
aparecer, y que si no aparecía esa tenía que
aparecer otra, una con más información,
muchos más datos en muchas otras agendas. SUSANA ESTÁ EN
URUGUAY

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SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-¿Vas a pedir otro Gancia?


-Los hacen tan ricos ...
-Como quieras. Por qué no pedís también
otra de esas reposeras, estas sillas son un poco
incómodas.
-Eso podría ser. ¿No la viste a Noemí? Hace
como una hora que no la veo por ningún lado.
-¿Tanto? Yava a venir, debe haberse quedado
hablando con el mozo.
-¿Y los chicos?, ¿para qué le pagás si no te
los cuida?
-Desde acá los miro lo más bien, tía, están
allá, en el charco. A Camila el charco ese
le encanta, y Pablo se vuelve loco con los
caracoles.
-Sí, tené cuidado que no se vaya a comer
ninguno, el diario dice que hay marea roja.
-Mirá, ahí llega Federico, ¿vos le diste plata
para un helado?
-Sí.
-Federico, los chicos están allá, ¿los ves?
-Vení acá, a ver, ¿cuándo vas a aprender a no
ensuciarte con el helado?, ¿no te diie un millón
de veces que pidas servilletas?, ¡qué cosa! Ahí
está, andá con tus primos, convidales un poco,
eh, y no se acerquen al mar hasta que Noemí
los acompañe.
-¿Qué leés, tía?
-Pavadas, falta que digan que habría que
hacer otra guerra... como si hubiéramos
ganado.

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FÉLIXBRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-Hugo dice lo mismo, yeso que él fue a la estaba en Flota. Claro, vos eras muy chica,
plaza, todo. te lo debés acordar con la pelada completa.
-¿Cuándo viene Hugo? Fijate vos: en una reunión, no me acuerdo
-Y, está trabajando. Si no viene él vienen los dónde, supongo que también estaba tu padre,
Bedel, esos amigos de ... no sé si no fue en Brasil, a lo mejor era en el
-Sí, Carlos los conoció, decía que eran Consulado... ¿Te acordás de cuando fuimos de
encantadores. visita? Carlos quería hacer unos negocios, ¿te
-Supongo que el fin de .semana, a lo mejor acordás?
un poco antes. -Me acuerdo de la Embajada.
-Me parece bien, así no estamos tan solas, con -No, eso fue un poco después, en Panamá:
estos chicos... Tendrías que decirle a Noemí, ahí también fuimos, pero esto que te digo
imaginate, si sigue así de despistada cuando tiene que ser antes. Tu padre en Brasil recién
llegue esta gente va a ser un papelón, ¿ellos no empezaba la carrera: era agregado naval y ...
tienen chicos? Y si además viene Hugo la mata, Bueno, me acuerdo que hubo una reunión, tiene
directamente. que haber sido ahí, sí, la recepción de alguien,
-Qué exagerada. Ahora porque no hay nada a lo mejor había llegado el nuevo embajador,
para hacer, si no ... una cosa por el estilo. Yohabía tomado un poco
-Es que si fuera por ella nunca habría nada de más, para qué te voy a mentir, y estaba en
para hacer, ¿cuál es ese mozo que decís que le una ronda con Carlos y otros invitados con sus
gusta?, ¿el morocho?, ¿el flaquito? mujeres, y en un momento me fui a servir algo
-No, tía, ese es el que atiende el kiosco, el a una mesa que estaba cerca.
amigo del bañero, yo te hablo del que... -¿No pasaban los mozos ofreciendo?
-Ahora me acuerdo, el pelado. -Sí, pero se ve que yo no había podido
-Sí, y que por eso a Noemí no le gusta, por esperar y el asunto fue que cuando volví a
la pelada. Igual se ve que algo debe gustarle, buscar a Carlos no lo podía encontrar. Claro, de
el otro día en la peatonal preguntó por unos espaldas, tan pelado, no lo reconocía. Tuve que
peluquines, ¿no te fijaste? dar la vuelta a la ronda, imaginate. Después
-¡Qué horror!, un peluquín, ¿no es de otra pensé: qué pelado, y cuando volvimos se
época? lo dije. Pero él nunca usó peluquín, ni se le
-Sí, de la tuya. ocurrió. Estaba orgulloso de tener poco pelo, y
-No te creas, eh, acordate de cuando Carlos de las canas.

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SUSANA ESTÁ EN URUGUAY
FÉLIX BRUZZONE

-Sí, igual en esa época se usaban más en Salto Grande nos explicaron todo. Uno está
ahí y lo que menos se imagina es que algún
peluquines que ahora.
-Supongo que sí, son de otra época. Carlos día semejante monstruo no va a servir más. Te
digo, son unas obras faraónicas.
igual no usaba.
-Ahí llega, ¿no te dije?, es una chica -Sí, faraónicas.
-¿Te acordás, Fede, de cuando fuimos a Salto
responsable.
-Perdone, señora, es que tuve que ir al baño Grande?
-Dejalo, tía, están jugando.
para ...
-Si necesitás algo decime, eh, no te sientas -¿Qué jugando?, este se agita todo, come al-
incómoda. Mirá que ahora los chicos van a guna pavada y después en la cena no tiene ham-
bre. Vení acá Federico, dejá de molestar a Pablo.
querer que los acompañes al agua.
-La empezó él, mirá cómo me dejó los
-¿No están en el charco ese?
-Sí, pero viste cómo es Federico, siempre le tobillos.
gusta que lo revuelques un poco en las olas, en -Son unos bestias, basta, Pablo, dejá a tu
primo en paz y andá a guardar los juguetes. Si
la orillitao
no está todo ordenado para dentro de un rato
-Bueno, señora, yo ...
-Está bien, a ver, ayudame a levantarme que no hay papas fritas.
-y vos ayudá, Federico, no te hagás el opa.
si no me mareo, este sol ...
Al final acá la única que se porta bien es Camila,
-Cuidado, señora.
-Bueno, allá están. Vení, Noemí, vamos miren cómo ayuda a Noemí con los platos.
-Tía ...
juntas.
-Te juro, ya no sé cómo decirle a este chico
*** que no moleste, es un hincha, yeso que es el
más grande, debería dar el ejemplo. Pero lo
-¿Hugo ahora trabaja en una represa? peor es que nunca se acuerda de nada, hay
-Sí, en La Pampa, una que tuvo problemas veces que me dan ganas de acogotarlo, no sé
de materiales y hay que reforzarla. para qué uno se esfuerza en que aprenda, en
-¿Cuánto puede durar una represa? que se cultive un poco, si después se olvida la
-No sé. Lo que sé es que tienen una vida útil, mi tad de las cosas.
-Dejalo, tía, es chico.
después no sirven más.
-Qué bárbaro, pensar que cuando estuvimos -Yo averigüé, a lo mejor tiene algún

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SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

problema. Te digo que cuando volvamos a casa ***


vaya averiguar por algún neurólogo, yo ya no
sé qué hacer. -¿Ya se durmieron?
-Yo esperaría, a lo mejor es que no presta -Noemí les cuenta historias del campo.
atención, a los chicos a veces eso les cuesta. -¿Pero ella no es de Merlo?, ¿no habla
-En el Hospital Naval hay un neurólogo siempre de Merlo?
muy bueno. Él atendió a Carlos cuando le -Sí, pero de Merlo de San Juan, o de San
descubrieron el tumor en la cabeza. Luis, una de esas.
-¡Qué horror!, no pienses en eso. Además, -Tenés razón, qué memoria, si siempre habla
ahí tenés, este chico vivió cosas muy fuertes, del arroyo, de las sierras, qué tonta.
hay que darle tiempo. -¿Te tomaste media botella?
-Eso mismo dice el psicólogo, debe ser -No tanto, vos también tomaste...
que no le tengo paciencia. Igual una consulta -Pero apenas, tía, me parece que esta noche
nunca viene mal, pensá que ese neurólogo fue te vas a llevar el premio.
el único que pudo darle un diagnóstico a Car- -Bueno, igual que ayer. También, ¿cómo se
los, el único. ¿Te acordás? Tu padre tiene que te ocurre traer semejante whisky? La última
acordarse, él se lo recomendó. Lo que pasa es vez que tomé algo así fue ... ya ni me acuerdo.
que ese año estaban todos los médicos en el Carlos lo adoraba. Es el de la etiqueta roja,
sur, todos los más importantes estaban allá por ¿no?
la guerra. Yo creo que si no hubiera sido por -Negra.
eso Carlos se salvaba. -Ese, sí, vale la pena. Imaginate que ahora
-No te pongas así, ahora hay que pensar, con la pensión qué voy a comprar, a duras
sobre todo de todo, en este chico. penas alcanza para que limpien una vez por
-Sí, tenés razón, querida. ¿Cuándo era que semana. y si no fuera que Federico da tanto tra-
venían esos amigos de ustedes? Sabés, estuve bajo te digo que ni siquiera eso, me las arreglo
pensando, creo que yo también los conocí, sola y listo.
tengo que haberlos conocido ... -¿Pero Carlos no tenía un seguro de vida?
-Puede ser, sí, ¿por qué no vamos a comprar -No quedó nada, puras deudas. Y ahora
un vino para esta noche? Para la comida debe al departamento hay que mantenerlo, ¿eh?
faltar como media hora. Ya pensé en mudarnos a uno más chico así
-Dale, vamos. también puedo arreglar el auto, que ya ni uso.

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SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-Entonces vendelo, ¿para qué lo querés? -La verdad es que de toda esa etapa me
-Ni loca, es un auto... Es un muy buen acuerdo bastante poco, de joven las cosas de la
auto y además cuando los Riggio nos invitan familia mucho no me importaban. Además era
al campo puedo manejar. Eso sí, despacio: la época de Irán. ¿Qué contacto podía tener yo
Federico se marea, y si no le doy una pastillita con todo eso?
para que no se descomponga se descompone -¿Pero vos no empezaste a trabajar en esa
seguro. Pero él con tal de ir allá cualquier cosa: época?
no sabés cómo lo enloquecen los caballos. -Sí, pero después.
-Susana cabalgaba, ¿no? -Claro, vos te viniste antes, todavía me
-Igual que Carlos, debe ser hereditario. acuerdo de la carta de tu padre. Me pedía
Iban los dos a Palermo con la yegüita Dolores encarecidamente que te consiguiera trabajo. Me
y paseaban por los bosques. Y después en el acuerdo que escribió esa palabra como cinco
Hípico. Susana llegó a campeona juvenil, le veces, encarecidamente, encarecidamente, qué
encantaba. gracioso ... La carta debe estar por ahí. ¿Sabés
-Sí, yo algo de eso sabía. ¿Otra copa? lo que le insistí a Carlos para que te hiciera
-Por favor, querida. Campeona nacional, entrar en el diario?
mirá cómo son las cosas, ¿no? Y pensá que -Y sí, bueno ...
después ya no pudo seguir porque había que -Él se preocupó muchísimo. Fue dos o tres
tener un caballo mejor, mantenerlo, y todo eso veces a hablar con el director y de paso se fijaba
es muy caro. cómo era el ambiente, todo eso que a tu padre
-Pero los Riggio tienen caballos... tanto le preocupaba, y a Carlos, eso de que no
-En esa época no los conocíamos, y además te fueran a... qué se yo, vos viste cómo son los
se hicieron ricos después, creo que fue con periodistas.
Onganía. Yeso gracias a Carlos y a tu padre. -Ay, tía, a Hugo lo conocí en el diario.
Este Riggio es muy hábil. En cuanto tuvo las -¿Pero él no es ingeniero?
relaciones hizo negocios con esos brasileros, -Bueno, no pasaba por un buen momento, se
eso de la maderera, del papel, ¿te acordás? Tu había divorciado, estaba fundido. Esa historia
padre seguro que se acuerda. alguna vez tengo que habértela contado. ¿No
-Seguro. Tendría que preguntarle, pero él hablamos ayer de eso?
siempre se acuerda de todo. Buen vino, ¿no? -Ya ni me acuerdo. Pero bueno, lo cierto es
-Delicioso. que ... ¿de qué hablábamos?

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FÉLIX BRUZZONE
SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-No sé, de Susana ... que ella estaba en ... -Sí, eso. Y entonces ... ¿cómo entra Susana?
que tío Carlos no quería que ... -Servime un poco, por favor.
-¿Hablábamos de eso? -¿Ahí está bien? 1

-Algo de eso, sí. ¿Vos sabés cómo entra -Sí, no mucho que ya me está dando sueño.
Susana en todo ese asunto? -¿Estás muy cansada?
-Bueno, eh... ¿cómo te puedo decir? Vos -Un poco.
viste cómo era Susana, muy idealista, de -Mucha playa para nuestra edad, ¿no es
luchar por las ideas, contra la injusticia, Carlos cierto?
eso nunca lo entendió. A él ponele un caballo -y, yo ya soy una vieja.
adelante y era feliz. Un caballo o un barco. -Tampoco tanto, tía, mirá cómo te mantenés.
¿Sabías que entraba al puerto de Buenos Aires ¿Qué hora será?
sin remolcador? Le fascinaba navegar. Se le -A ver... como la una. ¿Mañana venía Hugo?
notaba en todo el cuerpo. Antes de embarcarse -No... bueno, puede ser.
siempre tenía las manos más firmes, los ojos -Entonces ya podríamos irnos a dormir,
brillosos, respiraba con ruido, te juro, como mirá si llega temprano, o si llegan los Bedel.
un ronquido pero más tranquilo, ¿entendés?, -Antes van a llamar.
para él todo eso era un sueño. Pero que no le -Bueno, por las dudas, es un suponer.
hablaran de política ni de negocios, que no le -Más vino no, entonces...
hablaran de nada. Para él era sólo la Marina -Así está bien.
y nada más. Y en Flota Mercante lo mismo.
Todos esos cocktails lo enfermaban. Siempre ***
eran para pedir o devolver favores, más que
nada para pedir. Tu padre mil veces intentó -¿Un oso?
hacerle ganar dinero con negocios de exportar, -Un oso.
importar, la mar en coche. Pero a Carlos ni le -¿y qué pasó?
interesaba. Y bueno... -Era mi mascota. Se llamaba Coca-Cola.
-Y bueno ... -Tu padre siempre fue un loco, ¿eh?, qué
-Hay otro vino, ¿no? hombre tan especial. ..
-Sí, sí, a ver, acá, mirá este, un Chablis, que -Pero no era para menos, el oso se acostaba
no será gran cosa pero ... y tomaba Coca-Cola del pico de la botella. Se
-Pero es Chablis, para bajar un poco ... acostaba y agarraba el pico entre las manos,

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así, y con las patas levantaba así, ¿ves?, y se la -Bueno, querida, por favor, mi sobrina y yo
iba tomando. Hugo dice que tendríamos que sabemos de sobra que ...
haberlo llevado para hacer una propaganda, -N o seas así, tía.
¿sabés la plata que me hubiera ganado? -Bueno, pero que no te mientan, qué
Imaginate, un oso que toma Coca-Cola. descarada, tan chiquita y ...
-¡Qué maravilla!, ¡qué maravilla! -Mirá, se fue, ¿a vos te parece?
-En Irán era todo así, de lo más insólito. -Y, si no dicen las cosas como son... qué
-¿y qué fue de la vida del oso? vergüenza. Te juro que estas cosas me dan
-Bueno, terminó en un zoológico. vergüenza ajena. Por lo menos que te digan
-Claro, no te lo ibas a traer ... las cosas como son o por lo menos que ...
-Yo estaba chocha con mi oso, el problema como en N ápoles, esos jarrones que tiran al
fue cuando casi se come al Sha. mar y que parecen romanos, unas cosas ... Y
-¡Pero qué disparate! en Grecia ni te cuento, a mí la primera vez
-En serio. Se quiso comer al Shá y lo casi me convencen de comprar una piedra
mandaron a un zoológico. Y suerte que no lo del Partenón, el tipo ya me la había vendido,
mataron, dijeron que era un animal peligroso. si no era por la guía... Es que también, tan
En realidad ahí el sonso fue el Shá. Yo le dije buen mozo, hay que reconocer que estos grie-
que no se acercara, que Coca-Cola sólo dejaba gos tienen una mezcla ... son tan ... Porque
que se acerque la dueña, o sea yo, pero él era el los italianos tienen algo que no termina de ...
Shá. ¿viste?, ¿cómo una nena, porque yo para ¿cómo te puedo decir?
el Shá era una nena, iba a poder acercarse y él -Vos tendrías que haber ido a Irán, tía,
no? Y bueno, casi se lo ... Uy, mirá eso ... allá hay una raza única. Los arios puros, creo
-Bijouterie. que son los soroastros, soroástricos, no me
-Pero son tan reales ... acuerdo.
-Hija, se nota a la legua que son de fantasía. -¿Los arios puros?
-Tienen piedras auténticas, se las dan a mi -No sabés lo que son esos tipos, unos rasgos
mamá y ella hace estos aros y estos anillos y tan finos, tienen la piel así medio cobriza, y los
estos colgantes, todos a muy buen precio, ojos verde ... un verde raro, brillante, y el pelo
pueden probarse y preguntar sin compromiso. es así medio castaño rojizo, así medio ... como
-¿y esto es un diamante? pelirrojo, ¿viste? Y nunca se mezclaron, como
-Un diamante. desde el año ... qué se yo, están así como desde

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

el año quinientos; dicen que son los famosos -Miralo a Federico, ¿no es medio peligroso
descendientes de Zaratustra. Zaratustra era de eso que hace con Camila?
por ahí, ¿no es cierto?, como del quinientos. -Vamos a ver, vení, vamos a ver qué pasa,
-¿Antes de Cristo? ponete las sandalias que hasta llegar al mar la
-Y ... arena te mata.
-A Carlos una vez le regalaron un libro, La
raza cósmica, capaz que hablaba de todo eso. ***
-No lo conozco.
-Pero... en realidad no sé, se lo había traído -¿Qué hay para cenar?
un mexicano interesado en no sé que asunto -Le dije a Noemí que comprara espárragos.
de esos de Flota. Una edición bárbara. Pero A los chicos los enloquecen. Y después de
Zaratustra no tiene nada que ver con Mexico, anoche quedó un pan de carne entero y les
¿no es verdad? hacemos un puré, igual cuando llegue Noemí
-Es que ... A ver, a América llegaron desde ella se las arregla.
allá, claro, el hombre llegó desde Asia, así que a -Mirá que a Federico los espárragos...
lo mejor algo que ver tiene, porque si cruzaron -Pero cómo, ¿no era que comía de todo?
el mar ... No sé. Igual te digo que sería una -Espárragos no, no le gustan, y morrón
distancia enorme, eso tiene que haber sido un tampoco porque dice que le da náuseas. Lo de
viaje ... los espárragos es por la vez que tragó vidrio.
- Sí, habría que ver, ¿no es cierto? Y bueno, Eso fue el verano pasado, habíamos alquilado
por eso que Carlos nunca quiso ir, era un viaje esa casa en La Falda y él se llevó por delante
tan largo, mucho lío, los chicos todavía eran un ventanal. Se cortó acá, no sabés la cantidad
chicos. de sangre que le salía... y después en el
-Te digo que si es por raza cósmica esta era hospital nos dijeron que por los vidrios que se
algo muy ... desde el punto de vista energético pudo haber tragado tenía que comer muchos
estos tipos eran algo ... imaginate. Más que nada espárragos porque tienen esa fibra, ¿viste?, Y
por esos rasgos, tan finos, allá que todos tienen se ve que ayuda a que los vidrios no te lasti-
la cara como refregada contra las piedras, con men adentro. Comió espárragos como un mes
tanto desierto ... y medio o dos.
-Me imagino. -¿No será un poco exagerado?
-Sí, emanan una energía que ... -Le encantaban. El primer mes se los comía

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

de lo más contento y el médico había dicho mí. Y Carlos, siempre tan preocupado ... Me
dos meses. Después se asqueó y empecé a parece que nos debíamos un reencuentro como
darle zapallo, zapallito, todas cosas con fibra. este. Porque ahora con los chicos, tanta cosa,
Pero de los espárragos quedó asqueado para una no puede moverse, estás como atada.
siempre, no se los come ni loco. -Con los chicos uno no termina nunca.
-Además le deben hacer acordar del día del Desde que me casé que cuido chicos. Es decir,
accidente. desde que nació Cristina, después Susana,
-Puede ser. A ver, Federico, mostrale a tu tía después Horacito. Y ahora este, ¿a vos qué te
dónde te lastimaste. parece?
-¿Ves?, todo acá. -Tomalo como una misión, tía, también me
-Me dieron cinco puntos. cuidaste a mí, acordate de ese año que estuve
-¿Cinco puntos en la cabeza?, ¡qué valiente! en tu casa, y yo que encima venía de ser la
-Sí, igual lloré. hija del embajador... debe haber sido algo in-
-Bueno, ¿quién no llora con cinco puntos? soportable.
Cuando nació Camila me dieron tres y no sabés -Peor fue con tu hermano. En comparación
cómo me dolieron. a los desastres de Daniel los tuyos eran una
-¿y lloraste? delicia. Además vos ya eras grande. Cuando
-Cómo va a llorar, ella ya es grande; Daniel estuvo en casa él apenas tenía doce,
además ... Bueno, andá para allá, andá que te trece, iba a empezar el secundario, ¿sabés lo
llama Camila, y ojo con revolcarla como hoy en que fue eso?
la playa, eh, que se pueden lastimar. -Me imagino.
-¿Te conté que hoy llamaron los Bedel? Al -No te podés imaginar. A veces pienso si
final no vienen. Recién van a poder la semana no ...
que viene y nosotras ya nos vamos. -Yo creo que es tu misión, tía, si no no tiene
-Qué picardía. explicación.
-La verdad. Pero hay que pensar que por algo -y sí, tiene que ser.
debe ser. A lo mejor solas estamos mejor. Nunca
te lo dije, tía, pero desde que estuve aquellos ***
meses en tu casa, cuando volví de Irán, no sé,
siempre sentí que ... ¿cómo te puedo decir? Vos -¿No estudiaba Filosofía y Letras?
en ese momento fuiste como una madre para -Sociología.

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-Ah, yo pensaba que ... está en Uruguay, dicen que allá esta lleno de
-Ni loca, ella decía que eso era para exiliados.
melindres, para debiluchos, como esa amiga -Tía, allá matan gente, igual que acá.
que tenía que venía a casa y hablaba todo en -Bueno, Uruguay, Paraguay, Brasil, a lo
diminutivo, carita, manecita, eso a Susana le mejor se fue a España. Vos pensá que igual si
enfermaba. es en Uruguay tiene que ser diferente, nadie los
-Era más dura, no la convencías fácil. Muy conoce. Además cómo los van a matar. Eso decía
idealista, ¿no? Susana, hablaba de campos de concentración y
-Idealista y cabezadura. Decía que en la qué se yo cuánta cosa, ¿a vos te parece? Hay
organización aprendía más que en la facultad, campos de exterminio, decía.
y por eso dejó. -Tía, al diario llegaban muchas denuncias,
-Bueno, supongo que algo les enseñarían. yo a veces tenía que ... Bueno, una vez que
Yo la última vez que vi a Susana la noté tan llamaron del ERP y dijeron un código yo tuve
cambiada ... que ir a un bar, por el Centro, y en el baño de
-Pero cómo iba a ser así si ni siquiera mujeres habían dejado una nota y una lista de
conocía cosas como... Una vez me preguntó nombres. Todos nombres de gente que había
qué significaba la plusvalía. Eso tiene que ser sido secuestrada. Siempre llegaban cosas así.
algo importante. Vos imagínate que yo mucho -Pero hija, Carlos entendía muy bien todo
más que decirle que ... algo de un plus, de un este asunto. Si hasta habló con ese Almirante ...
plus del valor, pero eso debe ser algo mucho nunca me acuerdo el nombre, le dijeron que
más complejo, ¿cómo no se lo iban a enseñar? nadie sabía nada. Imaginate que si nadie sabía
-Plusvalía, eso es de Marx. nada era porque Susana debe haberse ido.
-Me imagino que sí. Peronistas no eran, ni Además, ¿por qué vamos a pensar lo peor?
locos. Pero en el setenta y tres votaron a Perón, No, eso no hay que pensarlo nunca. Además lo
eh, eso sí. Lo que pasa es que Susana siempre peor sería que esté presa, y si es así por qué no
quiso ser más que los otros, más radical, ¿me nos van a decir el lugar, si es tan fácil. ..
entendés? Sus hermanos eran peronistas y ella -En el diario nos enterábamos de muchas
no, ella tenía que ser algo más, ¿viste?, y les cosas, tía, nos debían muchos favores, de los
lavaban la cabeza y bueno, ahora andá a saber. dos lados.
Desde que llamó ese tal Elsio, Elvio, qué se yo, -Ah sf, fijate un poco. ¿Y vos eras de
nunca supimos nada más. Pero para mí que policiales?

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-No, pero a veces una podía ... -¿Cómo?


-Hija, yo a veces leía tus notas de cuando ya -Sí, para qué te vaya contar. Ese chico es un
eras cronista, eran todas de ... sol. Me encontró las llaves por el olor, increíble.
-Hugo también trabajaba en el diario. Te digo, esa noche no sé cómo salía de casa, eh.
-¿No iba a venir Hugo? Estaban debajo de esa alfombra que nos regaló
-Puede ser. tu padre, de allá de Irán.
-Podemos preguntarle cuando venga ... -Y sí, son unas alfombras bárbaras.
-Bueno, yo nada más quería ... Tampoco es -Bárbaras, sí. Y decime: ¿con qué se compra
que ... Noemí esos tragos?, ¿vos cuánto le pagás?
-Está bien, querida, ayer el vino estaba -No sé, se los debe regalar el mozo. No se va
mejor, eh, mañana si Hugo no llega vamos a a gastar la plata en eso, menos acá que todo es
tener que comprar uno como ese. carísimo.
-Sí, aprovechemos que hay que ir al -Así que ya anda noviando con el mozo ...
supermercado y compremos uno bueno. -Parece ...
-Son rápidas estas, eh ...
*** -Rápida para todo. ¿Viste cómo se puso en
el bolsillo a los chicos? Y mirá que para ponerse
-¿Otro Gancia? en el bolsillo a Camila...
-No sé, hoy estoy un poco... un poco nerviosa. -Tené cuidado, no vaya a ser que de tan
-¿Preferís tomar otra cosa? rápida termines por llevarte una sorpresa.
-Puede ser, sí, a lo mejor me pido uno de -Viene recomendada, tía, no va a ser así de
esos tragos que ... idiota.
-¿Uno como el de Noemí? -Me parece que el que también se puso en el
-Deben ponerle mandarina, ¿no? Tiene un bolsillo a Camila es Federico.
olor tan fuerte. -Se llevan bien, ¿no? Lástima Pablo, siempre
-Vos tenés la nariz tapada, tía, si hasta lo pelean tanto. Decí que él es tan bueno ...
Federico vino a preguntar si había mandarinas Además es un chico muy independiente. ¿No
después de sentirle el aliento a Noemí. .. lo viste ayer, en la zanja? Se ve que los de al lado
-Es que Federico tiene muy buen olfato. ¿Te habían vaciado la pileta y la zanja estaba llena
conté de la vez que encontró mis llaves por el de agua y él se puso a jugar ahí solito, ponía
olor a perfume? unas ramitas en el agua y el agua se las llevaba.

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-¿Qué querés, Federico? ***


-Plata.
-¿y para qué querés plata? Helado todavía -Y, es sábado, no puedo sacarle el franco esta
no. noche.
-No es para helado. Allá, mirá, allá viene -Como poder podés.
la chica esa que vende pulseras y le quiero -Tía ...
comprar una a Camila, una que le gusta a ella -Yo a una al principio le daba franco todos
y que ella no se anima a pedirle. los sábados. Una chica hacendosa, prolija,
-A ver ... rápida. Venía de Catamarca, de cuidar cabras.
-Dejá, tía, yo le doy. No sabés lo rápido que aprendía. Llegó sin
-Faltaba más. ¿Vas a ir vos a comprarla? saber lo que era una cocina a gas, un bidet,
-Sí, dale que se va para allá y no la veo. piso de tierra, imaginate, y en menos de un
-Tomá, y traeme el vuelto que lo necesito mes ya sabía todo lo que tenía que saber. Hasta
para. .. Traeme1o, " ¿SI.
'7 se había anotado en un curso de guitarra con
-Qué personaje... unas monjas. Y al principio los sábados salía
-Decí que son chicos, porque eso de meterse feliz de la vida pero después no le gustó tanto
con una prima... y empezó a pedir de quedarse y salir sólo el
-No seas anticuada. Además eso de andar domingo. Iba a ver a unos parientes que tenía
entre primos es de toda la vida, si en las familias en Morón, La Matanza, por ahí.
reales son todos parientes -Pero no salía porque no quería, es distinto.
-Sí, las familias reales ... -Puede ser, sí, pero para mí era mejor. Se lo
-Debe haber razas enteras, tía, si no cómo podés proponer, total no te cuesta nada.
se explica eso de los arios puros. Esos deben -Cuando estemos de vuelta, tía, ahora para
casarse entre sí desde hace siglos. qué.
-Siglos. -Bueno, si Noemí se va vamos a tener
-¿Me pasás el bronceador? que cuidar a los chicos nosotras. Además te
-Tomá, ya queda poco, hoy va a haber que digo: si salen mucho los sábados terminan
comprar. Aprovechemos que también hay que embarazadas. Yo a la mía le había dicho bien
conseguir ese vino ... cómo eran las cosas, punto por punto. A casa
-Tenés razón, hoy hay que elegir uno bueno. con esas historias no; hasta le expliqué cómo
tenía que cuidarse, todo.

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY

-Este de acá es muy bueno. ¿Qué cosecha -¿Te sentís bien?


es? Acá dice. Sí, muy bueno. Llevemos este, -Sí, ya se me pasa.
y también podemos llevar... Mirá este gin, -Tomá, agua con limón.
¿sabés hace cuánto que no veía uno de estos? -Gracias, es que...
Hay que aprovechar, y además Hugo va a estar -Tomalo despacio, tía. ¿Por qué no te recostás?
tan contento... -Por favor.
-¿Vos querés que esta noche termine -Así, a ver, la cabeza así.
borracha? Mirá que sin Noemí va a haber que -Gracias querida, es que ... Una vez a Carlos
cuidar a los chicos. le ofrecieron un terreno por allá, y después
-Los ponemos a dormir, tía. Aparte le dije a vino todo eso de forestar las tierras esas. Pero
Noemí que recién podía salir cuando estuvieran éL.. Vos sabés que no era bueno para los
dormidos. negocios. Esas hectáreas peladas cerca del río
-Ah, bueno, en ese caso ... No, pero mirá si Uruguay en... ¿dónde era? ¿Carmelo? Cerca
llega Hugo, ¿no era que podía llegar hoya la de Carmelo, sí, Uruguay. Son tan buena gente
noche? los uruguayos ... Yo quería el terreno en Punta
-No creo, con esa represa trabajan contra del Este pero él se empecinaba con cada cosa ...
reloj, se puede venir abajo en cualquier Cabezadura como Susana. Y los barcos. Él
momento. Hoy hablé con él y si todo anda sabía de barcos. En Flota Mercante una vez ...
bien va a llegar para los últimos días, así ya se ¿Hay más limón?
vuelve con nosotras. Igual: ¿te pensás que le -Te traigo.
importaría encontrarnos borrachas? Si cuando -Yo no sé por qué se metía en cosas que
nos conocimos... bueno, para qué te voy a no sabía. Esos árboles que al final ... Al final,
contar. si hubiéramos comprado el terreno en Punta
-Contame, hija, ¿cómo fue? del Este ahora tendríamos una casa allá, y
-Esperá, busquemos el agua tónica y los podríamos mudarnos, no sería tanto viaje, se
limones antes de que esto se llene de gente. va y se viene en el día, ¿no? Susana podría venir
Mirá, hacé la cola en aquella caja que yo de visita o vivir con nosotros. Sí. Y tendríamos
mientras busco las cosas. Después te cuento. amigos uruguayos, son tan buena gente ...
-¿Qué decías, tía? Acá está, tomá despacio,
*** ya nos vamos a acostar. No tendría que haberte
dicho nada.

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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUCUAY

-Tan buena gente... Susana tenía unos -¿A las abuelas también les duele la cabeza?
amigos uruguayos, una vez estuvieron en casa. -Claro, igual que a los chicos, o más, porque
También eran amigos del padre de Federico. A él la cabeza es algo que ... Bueno, les puede doler
sí que lo metieron preso, ¿ves? A él sí. También, más, por qué no sé, preguntale a papá que él
con lo que había hecho ... Pero Susana no. Ella sabe.
está en Uruguay. Esos amigos uruguayos eran -Vos siempre igual, mami, como con eso del
una monada. Hablaban con Carlos de política y pitito y lo de la concha.
se entendían muy bien. A él le encantaba. Yo no -Bueno, quedate por acá, no te alejes mucho,
sé por qué tuvo que meterse en eso de forestar. y ya sabés, si tenés alguna pregunta ...
Los barcos para él eran como ... -Sí, papá sabe.
-A ver, tía, dame la mano. -Está tremenda, eh ...
-Hija, el día que vuelva Susana... Ese -Tremenda. Y decime, ¿le duele mucho la
vestido, pobrecita. Él día que se fue llevaba ese cabeza?, ¿desde cuándo le duele?
vestido de embarazada y abajo un almohadón -Desde anoche. También ... No se mide, le
del living de casa, para que no la agarraran. da al gin-tonic como si fuera agua. Igual no es
Imaginate lo que debe haber sido el viaje por eso sólo, estuvimos hablando.
hasta allá. Con esa panza y ese vestido que le -¿Hablaron?
llegaba hasta los tobillos, yesos amigos que la -Sí, ella dice que Susana está en Uruguayo
esperaban o que viajaban con ella, andá a saber. no sé por dónde y no hay manera de que pueda
Yo una vez le encontré en la ropa unos papeles escuchar otra cosa. Para venir acá con nosotros
de tarifas para ir a Uruguay. Por eso te digo, le dejó al portero de su casa vieja una llave del
allá todo es diferente. departamento donde vive ahora, la dirección,
-Vení, por qué no tratás de dormir un poco. todo por si Susana vuelve.
Debe ser como vos decís, debe haber salido -Es increíble que Carlos no le haya dicho
todo bien, tía, ¿por qué iba a salir algo mal si nada.
a Uruguay se va y se viene lo más tranquilo? -Andá a saber. Él tampoco se esperaba algo
Susana no es ninguna tonta, lo que te dije son así cuando me preguntó. Creo que esa tarde
pavadas, en ese diario eran capaces de decirte vino para ver que estuviera todo bien, que
cualquier cosa. yo le diga que Susana estaba presa y que él
iba a poder hacer algo para sacarla. Nunca se
*** hubiera imaginado que se le había muerto la

164 165
FÉLIX BRUZZONE

hija en un enfrentamiento así, de esa manera, lo


pienso y se me pone la piel de gallina. ¿Sabés lo
que debe ser enterarse de que tu hija voló por
el aire?
-Y, sí. ..
-Pensá en Camila. Un horror.
-¡Papá!, ¡papá!, ¡Federico quiere que
vayamos al agua!
-Querida, quieren ir al agua ... FUMAR ABAJO DEL AGUA
-¿Solos?
-Sí, mami, él me cuida, me agarra de la mano
así bien fuerte y no me suelto ni con la ola más
grande de todas.
-Bueno, pero solos no. Vamos a hacer así:
cada uno me agarra fuerte una mano, así. Vení,
Hugo, vení vos tamién.
-Pero yo quiero solos.
-Son muy chicos, Camila. Cuando sean más
grandes sí. Ahora agárrense fuerte y yo no los
suelto. Hugo, agarralo a Pablo.
-A los hombros, campeón, arriba ...
-Ahí está. ¿Ven el mar? Fuerte de la mano,
bien fuerte, y a correr para que la arena no
queme, a ver quién llega primero.

166
FUMAR ABAJO DEL ACUA

En marzo del 76' desapareció papá. En agosto


nací yo, el 23. Y en noviembre, dos días antes
del nacimiento de mi prima Lola -con quien me
casé a los 27-, desapareció mamá. Mi tío Hugo
-padre de Lola- dice que en el 78' yo, frente a
una TV recién comprada, ya gritaba "tin-tina,
tin-tina". Después de eso, y antes de casarme,
pasaron varias cosas. Mi abuela -la que me crió,
la mamá de mamá- me consiguió una beca en el
colegio privado donde hice el jardín, la primaria
y la secundaria. Durante ese tiempo también
pasaron varias cosas. En tercer grado mi abuela
me mandó a un psicólogo que en una de las
primeras sesiones, cuando le pregunté si sabía
de qué habían muerto mis padres, me dijo que
lo averiguara en casa. Y mi abuela, que hasta
ese momento me había dicho que iba a con-
tármelo cuando yo fuera más grande, me lo
contó. Así que yo en tercer grado ya era grande.
Un día el psicólogo me dijo: "Tengo un velero,
¿querés aprender a navegar?" "Sí", dije, y
juntos navegamos durante casi cuatro años. En
todo ese tiempo, además de pensar en el triste
destino que habían tenido mis padres, me hice
amigo del hijo de mi psicólogo y de otro chico,
también hijo de desaparecidos, que iba a
navegar con nosotros. Un verano, la abuela de
ese chico alquiló una casa en la playa y me
invitó para que fuera con mi abuela. Eso fue
antes de empezar la secundaria. Poco después,
mi psicólogo se murió y yo no navegué más. Ir

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FÉLIX BRUZZONE FUMAR ABAJO DEL ACUA

a su entierro fue como ir al entierro de papá, me causa muchísima gracia. Lola siempre me
sólo que él tenía otro hijo y que, en realidad, él pregunta de qué me río y yo, como ella no
no era mi papá. En la secundaria me cambiaron conoce muy bien esa parte de mi pasado, nunca
de grupo y entonces me hice de nuevos amigos, le digo nada. Después la banda se disolvió. La
y como todos fumaban, aprendí a fumar. Mi novia del bajista había quedado embarazada y
abuela, al principio, me decía que no, que eso él decidió cambiar de vida. El día en que se fue,
no estaba bien y que las chicas iban a mirarme totalmente sobrio -algo sorprendente- repitió
igual. Pero yo fumaba y a ella, al final, le daba lo más de diez veces la palabra "prioridades". Eso
mismo. Los sábados a la noche iba a lo de un me quedó. Yo, a diferencia de él, no tenía
chico que siempre organizaba fiestas en su casa. prioridades. Tenía que estudiar, sí, eso decía mi
Él vivía con su mamá -que viajaba mucho- y abuela, pero yo no quería o no podía, no sé. En
con sus tres hermanas. Su papá era una todo caso, estudiar no era mi prioridad. Así
incógnita. Vivía, pero creo que para mi amigo estuve, sin prioridades, hasta que un día, en un
era preferible que estuviera muerto. Con el programa de TV, vi que algunos hijos de
tiempo, vaciamos toda la bodega de la casa y desaparecidos se habían organizado. Lo
fumamos todos los cartones de cigarrillos que primero que pensé fue en llamar a mi amigo de
la mamá traía de sus viajes. Una vez, una de sus los años de navegación. La abuela me dijo que
hermanas me dio un beso y me enamoré. Pero él ahora vivía con un amigo. Llamé. Antes de
se me pasó: ella le daba besos a cualquiera. En colgarme, el amigo dijo: "mi novio no está".
quinto año, mi tío Hugo me regaló un saxo Pasaron algunos meses. Una tarde, por fin,
tenor. Yo quería uno desde hacía bastante, pero visité la sede de HIJOS de la calle Venezuela,
como a nadie nunca le sobraba tanto dinero, ya donde me interioricé de lo que hacían y, aunque
me había resignado. Tomé algunas clases y no ninguna de las actividades me interesaba
tardé en integrar una banda de funk. Era raro: demasiado, me quedé. En realidad, lo que más
ninguno de los chicos de la banda fumaba. Sólo me interesaba era Gaby. Ella no era hija de
tomaban whisky y aspiraban cocaína. Así que desaparecidos, estaba ahí porque le gustaba
yo también empecé con eso y tuve algunos ayudar. Además, era una experta fumadora de
momentos intensos. Una noche, durante el marihuana, algo que yo no conocía muy bien y
intervalo, representamos una escena de Buenos sobre lo cual ella llegó a enseñármelo todo.
muchachee en el baño. Yo no había visto la Fumábamos juntos y yo me sentía bien. A veces,
película; ahora, cada vez que la veo, la escena cuando salíamos de las reuniones caminábamos

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FÉLIX BRUZZONE FUMAR ABAJO DEL AGUA

hasta la costanera, nos besábamos, y después supongo que estuve por perder la razón para
entrábamos a la reserva y llegábamos al río; y si siempre. Vero, de hecho, la perdió: se enroló en
hacía calor chapoteábamos descalzos en el un grupo zapatista y nunca más supe de ella.
barro. Era absurdo, pero Gaby, que no tenía Otra vez en casa, y con poco para perder, fui al
padres desaparecidos, era capaz de cualquier banco. El oficial de inversiones me ofreció un
cosa por hacer que yo participara cada vez más. terreno en un lugar nuevo, un country con club
Pero no sé si la militancia en HIJOS era para mí, náutico y cancha de golf, y me mostró algunas
supongo que no. Además, por esa época escuché fotos: agua azul, pasto verde, todas cosas que
algo de las indemnizaciones que iba a dar el me hicieron recordar mis años de navegación.
gobierno. Yo no estaba seguro de empezar con Acepté, y todo anduvo bien hasta que me
los trámites, pero en cuanto lo hice, Gaby, que dieron la posesión y descubrí la estafa: el suelo
no estaba de acuerdo con todo eso, me dejó. era inservible, y para rellenarlo había que usar
Mala suerte, pensé, a mí lo que ella llamaba tanta tierra negra que iba a terminar gastando
"migajas" podía servirme. Cuando recibí los más en eso que en lo que había pagado por el
bonos que me dieron los vendí y, sin saber qué terreno. Igual, mientras esperaba que los precios
hacer, me dediqué a salir con los dos o tres subieran para poder vender y hacer alguna
amigos que conservaba de la secundaria. La diferencia, me preocupé por dejarlo tan bien
pasábamos bien, pero siempre me daba la como fuera posible. Así que compré una pala y
sensación de que faltaba algo. Una noche, en un una carretilla y acarreé tierra negra durante
bar, conocí a Vero. A mi abuela Vero le gustaba: meses. Por ese tiempo tuve ganas de dejar de
tenía ideales sencillos, no fumaba y, como era fumar pero no pude. Supongo que el esfuerzo
vegetariana, juntas solían hablar de las dietas de ir y venir con una carretilla impide abandonar
que mi abuela tenía que hacer como cualquier vicio. Después, como todavía me
consecuencia de sus problemas coronarios. quedaba algo de dinero y no quería vol ver a ser
Además, a Vero le gustaba viajar, así que estafado consulté con gente de confianza hasta
viajamos mucho y un día, en Palenque, al sur dar con Sergio, un amigo que había inventado
de México, conocimos una forma de fumar que unos pañales para perros. Algo secreto", me
IJ

nos entusiasmó a los dos. Eso sí que era dijo, y dijo que tenía que tramitar las patentes y
poderoso. Los días pasaban y nosotros encontrar inversores que los produjeran a gran
estábamos en el paraíso. Sin embargo en un escala. Así que pagué todo eso de las patentes y
momento empezamos a volvernos locos y nos sentamos a esperar. Al año siguiente, mi tío

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FÉLIX BRUZZONE FUMAR ABAJO DEL ACUA

Hugo me dijo que Lola, que había estudiado del otro los diques, los restoranes que le gustan
economía, conocía de un intercambio estudiantil a Lola-, comenzó a llover y entonces me imaginé
a unos jóvenes empresarios extranjeros que -todavía no puedo explicarme cómo: el inventor,
estaban dispuestos a invertir en algo como lo entre nosotros, era Sergio- un cigarrillo que no
nuestro. Era nuestra oportunidad. Lola, a quien se apagara con la lluvia. Las luces de la ciudad,
yo no veía desde su fiesta de 15, me contactó del borde de la ciudad, se reflejaban en el agua
con esa gente, y luego de algunas conversaciones de lluvia y en la del río y en la de los diques. La
acordamos que mi amigo y yo recibiríamos un sola idea de poder asomarme por la baranda,
porcentaje de cada venta. A Lola la excitó el de mojarme, de fumar, me llenaba de emoción.
descuido, la seguridad, la indolencia de mi Un aditivo especial para el tabaco, un envoltorio
forma de encarar la negociación. Ella piensa, que fuera como el papel, pero impermeable. Él
hasta el día de hoy, que yo tenía todo lo desarrolló, yo lo ayudé. Tardamos casi dos
absolutamente calculado: cada acento, cada años, y unos días antes del nacimiento de mi
leve movimiento de los dedos. Y yo, a decir segundo hijo todo estuvo preparado. Los
verdad, tampoco tardé en enamorarme de inversores -Lola siempre hace bien su trabajo-
aquella chica emprendedora. Todo anduvo no tardaron en llegar. Cigarrillos para fumar
bien. En el amor: casamiento con Lola, bajo la lluvia. Eso sí que era un invento. Así que
nacimiento de nuestro primer hijo. En los en adelante, con las cosas al fin ordenadas, todo
negocios: Lola me ayudó a vender mi terreno, y fue planear un futuro de felicidad. Ahora, por
con eso más las buenas ganancias de lo que ejemplo, quiero acondicionar el velero -mejores
hacíamos con Sergio, compramos un equipos, velas más fuertes- para llevar a mi
departamento en Puerto Madero, un velero, familia a dar una vuelta alrededor del mundo.
una amarra y una pequeña cupé donde pude ir Sí, y durante el viaje, en alguna noche de lluvia,
a visitar a mi abuela hasta el día en que, olvidada cuando todos duerman, salir a cubierta,
de sus dietas, "prefiero vivir bien", decía, murió encender uno de esos cigarrillos que inventamos
de un ataque cardíaco masivo. Y Sergio siguió y recordar, mientras fumo, todo lo que pasó,
con sus inventos, sí, todos inservibles, pero que pensar mucho en todo eso, sí; y en todo lo que
de una u otra forma nos hacían soñar con cosas los jóvenes de mi generación, durante todo este
en verdad importantes. Hasta que un día, tiempo, fumamos.
mientras los dos fumábamos en el balcón
terraza del departamento -de un lado el río y

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2073

Las máscaras cuelgan del techo, horizontales


o verticales, los ojos hacia el frente, hacia
arriba o hacia abajo, todas con las bocas
abiertas, la lengua afuera, los dientes llenos
de emplomaduras y algunas mandíbulas con
los apliques que estaban de moda en los 40':
reproducciones de los colmillos de los tigres
dientes de sable o de los colmillos de los últimos
mamuts descongelados. Miguel dice todas
estas las hicieron con caras de verdad, todos
NN. Enciende un cigarrillo, se asoma a una de
las ventanas y empieza a jugar con el humo.
Mirá, dice -siempre le gusta ver cómo el humo
se deshace en la lluvia, creo que es capaz de
quedarse así durante horas-, estos son nuevos,
Porteño, la lluvia no los apaga, los hacen con
una pólvora refinada que se enciende hasta
abajo del agua, cigarrillos para la intemperie.
Los conozco. En Buenos Aires los ofrecen en
las terrazas: uno se sienta a comer y junto con
el plato vienen la cigarrera y algunos de esos
cigarrillos de colores. A Lukra le encantan. Ella
es capaz de gastarse en cigarrillos todo lo que
le pagan en la agencia, hasta el último centavo;
y también es capaz de pedir adelantos, de
endeudarse, porque para ella fumar, tener
siempre a mano el pequeño calor de un
cigarrillo, es la clave para sentirse aislada, para
ilusionarse con que la lluvia no existe, para
borrarla, como si las décadas de tormentas
continuas fueran un fantasma del medioevo o

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FÉLIX BRUZZONE 2073

de mucho antes, de la edad antigua, como si ***


todavía viviéramos en los tiempos anteriores al
diluvio universal. En la casa del Peludo las paredes parecen de
Miguel termina de fumar y cierra la ventana, vidrio. Él dice está todo construido con placas
enciende el compresor de humedad, se sienta de hormigón imantado, el agua rebota como si
en un rincón. Porteño, dice, el Peludo, vos te fuera granizo; las gotas caen, golpean toda la
acordás, el del kiosco, conoce un galpón; es estructura y la casa parece que tiembla pero no,
en las sierras, un poco más abajo de Carolina, no tiembla, ni se mueve, en Buenos Aires esto
allá estas máscaras las pagan a precio de oro, ya no se ve, ¿no? No. Miguel le pide un vaso de
desde que reinstalaron la mina pagan todo con ginebra. ¿Y...?, dice, ¿vos pensás que se puede
oro y con aleación para ultralivianos. Podemos hacer? Suena el timbre. El Peludo atiende a un
conseguir que nos den algo de aleación y cliente y al volver dice que sí, que se puede,
encargarle al Peludo que nos arme un avioncito, pero que las versiones sobre lo que hay ahora
él sabe cómo encastrar las piezas y todo, trabaja en el Batallón son muy diferentes. Dicen que es
con un mecánico de Río Cuarto, uno que a un museo o un basural o que nadie se acuerda
veces contrabandea polvo deshidratante, lo y que entonces las plantas crecen como sapos
trae de Embalse o de Córdoba, allá los reactores amarillos. También dicen que instalaron una
todavía funcionan, vos sabés. cúpula y que la gente no sólo va a tomar sol
No sé qué decir. La última vez que vine a sino que compra y vende pasajes a destinos
Villa Mercedes Lukra me dijo cuidado, que ese prohibidos, y que como todos están desnudos
Miguel no te salga con una de sus historias, las autoridades no sospechan. Confiar en gente
lo de tomar ese Batallón o lo que sea, eso fue desnuda, pienso. Pero Miguel me mira a los
hace como cien años, no se puede vivir en el ojos, pide otra ginebra, y dice mentira, eso de
pasado para siempre. Igual, hace décadas que que nadie se da cuenta es chatarreo, si vas a
dice lo mismo, la que se quedó en el pasado cruzar una frontera desnudo, como andan esos
es ella. Y Miguel me habló otra vez de papá, lagartos, te cagan a palos, huevón, para entrar
de la toma del Batallón 141, hace cien años, de a Córdoba hay que por lo menos vestirse de
los traidores, de los que murieron por todo eso, camalote.
de los que deberían haber muerto después, y O volar entre las nubes, a oscuras. Y ese es
quedamos en que había que hacer algo cuanto nuestro plan, algo arriesgado, pero tres ilegales
antes, así que ahora digo bueno, vamos. no podrían pasar de otra manera.

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FÉLIX BRUZZONE 2073

Llama Lukra, con la voz suave y parca de como que al primer problema con Miguel nos
cuando va a decirme algo importante me volvemos o nos abrimos, que lo del Batallón a
pregunta si vaya volver y le digo que sí, que él le interesa pero no por Miguel o por mí o
en cuanto resolvamos unas cosas vaya volver por papá sino por él. Además, debe acordarse
y la vaya embarazar. No, dice, estoy cansada lo de Tejera y lo de la grúa y todo lo que pasó
de no poder pasar los controles, habría que después. Pero cuando Miguel empieza a hablar
pedirle a alguien que... ¿no se puede tener hijos con uno de los gendarmes el Peludo se acerca y
allá en Mercedes? No sé. La comunicación se les ofrece unas bolsitas del polvo deshidratante
interrumpe. Miguel dice olvidate, Porteño, que contrabandea su amigo y entonces nos
si querés tener un pibe tenés que irte al sur, dejan seguir.
Bagual, Tajo, Arizona, allá nadie controla, o
controlan, sí, pero si vos cada tanto entregás ***
un pibe te dejan tener uno o dos, hasta tienen
escuelas nocturnas, todo medio clandestino, Hace mucho que no venía por acá. Las lluvias
vestido de fábrica, ¿sabés?, pero son escuelas cambiaron todo y la única forma de cruzar las
como las de antes. A Lukra le gustaría, sierras es en vehículos con ruedas de oruga,
pienso. Pero allá los planes no llegan, ¿de así que dejamos el bote y subimos a un ca-
qué viviríamos sin planes? Imposible. Miguel mión donde viajan algunos refugiados del
enciende un cigarrillo. Fumá afuera, dice el Chaco -se les nota el acento-, y dos negras
Peludo. Sos peludo, ¿eh? Sí, pero fumá afuera. embarazadas. Tenemos fecha de parto para la
semana que viene, dice una de ellas, y la otra
*** explica que es mejor dar a luz donde van a
vivir sus hijos porque sino nadie se hace cargo
El canal nos lleva a San Luis, y de ahí hasta las del traslado y esperar a que se los lleven es
sierras hay que pasar por un retén de gendarmes peor porque las multas por retenerlos son muy
que hablan muy rápido y se ponen nerviosos altas. Claro, digo, y me pierdo en el paisaje de
con facilidad. Nos hacen abrir los bultos: dos tosca y árboles caídos que llega hasta el borde
gordos sacan las máscaras y las tratan como si de una pendiente muy alta tras la cual crece
fueran trapos o bandas contaminadas. Rompen una montaña de piedras que parecen huecas y
dos. Miguel, a punto de insultarlos, se contiene. más allá el cielo, siempre gris o negro o rojo.
El Peludo me mira, creo que quiere decir algo Le pregunto a Miguel si acá siempre el cielo es

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FÉLIX BRUZZONE 2073

rojo, y él dice sí. carnívoro que arrasa con todo lo que encuentra.
Como en esa banda que Lukra se robó de ¿Quién contamina esas bandas? Las versiones
la agencia: dos ancianos, quizá una pareja, del futuro de los que logran regresar son cada
viajan día y noche bajo un cielo rojo y verde, vez más apocalípticas. Ilusos saboteadores de
casi siempre colores puros, brillantes -quizá bandas: el futuro debe ser mucho peor, no sé
porque la banda está contaminada-, y a veces, me ocurre qué, pero seguro que mucho peor.
muy pocas, se vuelven oscuros, casi negros. Porteño, mirá, dice Miguel, y señala hacia
Los ancianos no hablan, o no se escucha lo una quebrada inundada, mezcla de laguna y
que dicen -el sonido de la lluvia, mezclado pantano rojizo: rojo arriba y rojo abajo, ¿ves?,
con el de muchos insectos zumbadores y el dicen que por acá todo se va a poner así, tu
de explosiones lejanas, es muy envolvente-, y papá hubiera estado contento.
siempre que la usamos los vemos como desde Durante el viaje suben pasajeros hasta que
una plataforma móvil que se desplaza atrás del el camión se completa. En una esquina, sobre
vehículo en el que ellos viajan. Al final, nunca una caja de bordes luminosos, un hombre se
nos ponemos de acuerdo en si ellos hablan o trenza la barba y se balancea hacia delante y
no. Yo opino que las diferentes coloraciones hacia atrás. Junto a él, un androide emite una
del cielo hablan por ellos, que conforman un canción de cuna. Por un momento pienso
código y que sólo hay que sumergirse en la que es una forma de hablar, que podrían ser
banda, saltar de la plataforma, para descifrarlo; miembros de una conspiración que una vez
pero Lukra nunca quiere saltar porque si en que lleguemos a la mina tome el lugar. Pero no:
verdad la banda está contaminada no va a ser Miguel se acerca al de la barba y le dice Tuco,
algo gracioso. Y es verdad: tengo dos amigos soy Gimenez, ¿te acordás? El hombre levanta la
que pasaron diez años encerrados en una cabeza, y con sólo ver a Miguel empieza a tener
banda, todos los daban por muertos hasta que convulsiones. Abre la boca -en ella un colmillo
un día volvieron con la ropa hecha harapos, de tigre dientes de sable- y la cierra sin control.
tierra bajo las uñas, en los ojos una furia tenaz, Se traga parte de la barba, cae al piso y como
odiosa, y hasta que un juez no los mandó a una nadie puede hacer nada por él dos refugiados
de esas bandas de recuperación ellos no deja- lo alzan y lo tiran afuera. El androide mira lo
ban de decir que el futuro no es lo que prometen ocurrido y se arroja atrás del amo: la canción
en Córdoba, en todas las capitales, decían de cuna cae dando tumbos en un bosque de
que el futuro es una especie de gran helecho pinos azules.

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FÉLIX BRUZZONE 2073

El Peludo agarra a Miguel de un brazo, ¿qué como todos los del carruon que bajaron acá,
te pensás que hacés? Nada, dice Miguel. Ysigue: tendríamos que pagar por esos vestidos que
a estos topos hay que tratarlos así, Peludo, que identifican a los visitantes. Miguel tiene cara
se vayan a espiar a otra parte, a ver si todavía de jirafa, el Peludo una peluda melena beige,
vamos a andar como Raúles cuando se sabe que y yo una máscara-traje, mezcla de oso panda y
al primer cambio de aceite nos hacen grito de canguro, y mis dedos se confunden con los del
monja. Puede ser, dice el Peludo, pero después traje, cinco, siete, nueve dedos en cada mano y
me agarra la mano y me golpea la palma con el algunas feroces uñas de gato montés.
índice, una vez, dos veces, muchas -me parece Después, mientras buscamos ese galpón
que está nervioso-, y me dice al oído Porteño, donde canjear las máscaras, el olor a azufre se
acordate, vos todo esto lo hacés por tu viejo, o hace mucho más intenso y Miguel dice que no
por vos, no por Miguel, y si este llega a ponerse es azufre, que es otra cosa, que mejor no saber,
salvaje vos ya sabés. Yo sé, sí, digo, y cuando y del bolso saca tres filtros y nos dice que si no
el camión pasa sobre unas piedras huecas los usamos vamos a terminar mal.
pierde sustento y da varias vueltas sin control Así vestidos me gustaría mandarle una foto
hasta que logra afirmarse sobre un bloque de a Lukra, pero acá la señal es demasiado fuerte
concreto -supongo que de la vieja autopista- y -debe ser por la cantidad de metales disueltos
entonces seguimos. en el aire o por el calor del piso: por momentos
da la sensación de que nos aproximamos a
*** la cima de un volcán- y sería como cuando
me llegaban las imágenes de ella en su viaje
Miguel enciende dos cigarrillos y me dice tomá, a Monte-Riggi: todas distorsionadas por la
fumate uno. Mientras nos revisan, una ráfaga radiación de los meteoros que ella y los de su
de viento sopla desde la mina. Allá, cerca de grupo de antropólogos habían ido a investigar.
una torre de perforación construida sobre un Si esa vez yo hubiera sido un poco más celoso
plano inclinado, el humo que emerge del pozo me suicidaba. No, algo mejor: a su regreso le
tiene un leve olor a azufre. Sentí, dice Miguel, presentaba a Julieta y a las otras; el fruto más
batata podrida. salvaje de la creación es la venganza.
Caminamos. Para diferenciarnos de
los trabajadores y de los lugareños los del ***
control nos obligan a usar las máscaras. Si no,

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FÉLIXBRUZZONE 2073

Mala suerte: en el galpón de los amigos del sol de la mina es algo animal. Animal, repite
Peludo hay una barrera y un holograma del Miguel, animal, y tararea la melodía durante
funcionario que clausuró el lugar. Ese es el algunas cuadras hasta que nos sentamos a
Britos, dice Miguel. El Britos, dice el Peludo. tomar algo en un bar de techos altos llenos de
Ese es medio pariente nuestro, porteño, cuñado goteras.
de uno de esos hermanastros de mi tío de allá Ahora a la tarde cierra todo, dice el Peludo,
de Paso de las carretas, vos lo conocés. Sí, en van a abrir a la noche así que ... Podemos ir a
Paso de las carretas fue lo de las sandías y lo ver una banda, digo. Huevón, dice Miguel, y
del farol roto en el dique. El dique, sí, eso ya no cuando la mesera se acerca para anotar el pedi-
está más: ahora el lago parece un mar y dicen do él me palmea en la cabeza y le dice mirá a
que hay hasta olas gigantes y que cuando no este oso panda, nena, ¿no lo querés probar?,
llueve tanto la gente va a hacer surf y hasta mirá que viene de lejos, hasta te puede llevar a
una vez hubo un torneo y ganaron unos ver una de esas bandas de la mina, es educado,
mendocinos borrachos. El Peludo toca a Miguel te va a tratar bien. La mujer sonríe: ¿qué van a
en un brazo. ¿Y ahora qué hacemos? Miguel pedir? Ginebra. Ginebra. Para mí, té con limón.
levanta los hombros. Este Britos es un culeado,
dice. Dale, dice el Peludo, ¿qué hacemos? ***
Y, no sé, acá el que sabe de aleaciones y esas
perchas voladoras sos vos. Sí, dice el Peludo, y Mientras Miguel y el Peludo siguen con la
por cómo mira los demás galpones de la zona ginebra les digo ahora vuelvo y vaya ese lugar
supongo que está seguro de que en algún lugar de las bandas. Debe ser uno de esos trucos
vamos a encontrar lo que buscamos. baratos: ¿de dónde van a sacar imágenes
Los galpones se suceden uno atrás del otro verdaderas del sol y del cielo despejado? Seguro
y uno arriba del otro -madrigueras- y no se me que están hechas con escenas de películas viejas
ocurre la cantidad de cosas que deben venderse o recuerdos de mineros muertos.
ni cuántas estafas serían posibles en una ciudad En la casa las paredes negras ahora son
como ésta. En una esquina nos ofrecen entrar a verdes y de ellas se desprenden pequeños
una casa de paredes negras donde deben pasar corazones rojos, juegos de luz que al caer a
bandas clandestinas. En la puerta de la casa, la vereda y tomar contacto con el agua hacen
dos nenas de no más de diez años cantan una múltiples cortocircuitos que dan la sensación
canción de una sola frase: venga a bandear, el de estar caminando sobre un charco vibrador.

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No soy el único que entra al lugar. Una de las hasta la plataforma de visualización. Fácil
nenas va y viene con el cambio de los que ya para todos menos para el viejo, que entra por
pagaron -nunca pagué tanto por una banda- y error en una caverna y sale transformado en
nos hace pasar de a uno. Adelante de mí, una vampiro. Ojalá que los controladores se den
mujer mucho más alta que yo empuja a un viejo cuenta antes de que el sol empiece a subir.
que de tan doblado no saben cómo colocarle La acción es lenta o casi nula. Un grupo de
el arnés. Antes de entrar a la sala, la voz del amigos, en medio de un camino de tierra y
parlante que aconseja no intervenir en la banda piedras, intentan arreglar la moto de uno de
porque, además de los peligros habituales, ellos. Por lo que dicen, todo transcurre poco
el sol no es real y puede ocasionar severas antes del comienzo de las lluvias y viajan desde
lesiones, se parece a la voz de Miguel. No, es el Chaco hacia las zonas altas del Noroeste, así
una mezcla de la voz de Miguel y la mía; o una que la música del altiplano es mejor que los
voz que conozco bien. Me ilusiono: podría ser ritmos caribeños. Por fin los amigos se ponen de
la voz de papá. acuerdo: todos menos dos buscarán ayuda más
Apenas me colocan el arnés me siento adelante, por lo que el resto de la banda es la
liviano y empieza la caída libre. Varios gordos espera de dos motociclistas bajo el sol ardiente
y la mujer alta caen más rápido que yo y pasan del desierto. Hablan de muchas cosas sin
veloces junto a mí. Después paso junto al conexión; buscan, en las peores horas del día,
viejo -no tarda en perderse arriba- hasta que protegerse bajo alguna sombra; buscan agua;
caigo sobre un médano como los de las bandas se defienden de los animales que los atacan; se
de la costa pero lleno de caracoles con forma lamentan por los amores perdidos: las mujeres
de disco. Me llevo varios al oído: boleros, no entienden que la lluvia va a llevarse todo,
guarachas, rumbas y otros ritmos del caribe dicen; uno empieza a llorar y el otro lo toma
que a Lukra le encantarían pero a mí no. Por de la mano; bailan y en un momento pierden
fin me quedo con uno que empieza como un el equilibrio y caen al piso y no puede vérselos
son pero que en realidad está escrito sobre una pero uno se imagina lo que puede ocurrir
melodía del altiplano. Y entonces los médanos porque mientras bailaban se habían mirado
se vuelven rocas y al subir a una mucho más con mucho afecto. Cuánto pudor, dice la mujer
alta que las otras puede verse el amanecer. alta, y corre a verlos atrás de la piedra.
Los lugares seguros no están bien ¡Vengan!, grita, [esta escena es deliciosa!
delimitados pero igual es fácil seguir el camino Pero cuando uno de los gordos está por salir

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de la plataforma, una serpiente muy delgada, Miguel hace un veloz reconocimiento del
apenas visible, muerde a la mujer en un tobillo terreno y por cómo mira cada objeto se ve que
y la deja temblando y llena de grandes gotas se siente estafado. Mientras tanto, un empleado
de sudor que pronto se mezclan con las que le explica al Peludo que las chapas que hay, si
empiezan a caer desde el cielo despejado. Los bien algo pesadas, son flexibles y fáciles para
hombres, entonces, salen desnudos de atrás de trabajar. Se usan como fondo cuando diseñan
la piedra y cantan bajo la lluvia. Bueno, hasta las bandas, dice, acá los que más las piden son
acá llego, odio los musicales. Me saco el arnés y los saboteadores, usted las dobla así, ¿ve?, y
lo dejo a un costado. Otra vez en la sala, nadie según el tamaño puede llevarlas en los bolsillos
me presta atención: todos están ocupados en o donde quiera, es fácil pasar los controles, yo
revivir a la mujer alta y en atrapar al murciélago los paso. Pero cuando el hombre hace silencio,
que al ir y venir choca contra todas las paredes antes de que vuelva a intentar vendernos algo
y techos del lugar. que no necesitamos, Miguel dice no digás
carbonadas, albóndiga, acá tenemos unas
*** mascaritas más buscadas que pelo de huevo y
vos nos venís con todo este puré de gaviota, así
Cerca de la mina las calles, anchas, suben y no es, mejor vení, mostrame esas tres motos,
bajan en forma abrupta: deben haberlas cons- ¿son para el agua o también nos vas a vender
truido en el suelo ya erosionado por el agua. ajo sin porro?
Es difícil andar a pie pero tenemos que hacerlo El hombre, al principio algo intimidado,
porque al Peludo en el bar le hablaron de un lu- intenta excusarse. Pero eso dura hasta que de
gar que puede interesarnos: un hombre de ropa entre algunas chapas salen varios androides
muy parecida a la del que se arrojó del camión -se mueven muy rápido, no puedo contarlos-
-deben pertenecer a la misma secta- le dijo, casi que pronto nos rodean. ¿Vuelan? No, parece
en secreto, de un galpón que todavía funciona, que vuelan. En todo caso, vuelan a muy baja
que los vehículos que tienen no son los más ade- altura, o levitan a gran velocidad. La ilusión
cuados pero que probemos porque a lo mejor es perfecta, dice Miguel. No es ilusión, dice el
pueden servirnos. Y cuando llegamos, atrás de hombre, es tensión. Luego chasquea los dedos
una puerta de varias capas de hierro, los perfiles y todos los androides caen al piso y quedan
oxidados, las bisagras a punto de romperse, un desparramados como chatarra. Muy bien, aho-
depósito lleno de chapas y motos viejas. ra vamos a ver las motos, dice por fin el hombre,

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y mientras avanza hacia ellas los androides refugiados del Chaco, ellos van de a pie a
se incorporan y caminan atrás nuestro. Y que todos lados, sí, y cuando hay que nadar, nadan,
esta sea la primera y última vez que alguno de y cuando tienen que ahogarse, se ahogan; las
ustedes reprueba lo que tengo para ofrecerles, nuevas generaciones de esos chaqueños van a
dice. salir con aletas y escamas, ¿quiere que le cuente
Tensión superficial, sí, usted entiende de de cuando estuve con una chaqueña?
esto, ¿verdad? Claro, dice el Peludo, la aguja Bueno, bueno, con una demostración
engrasada que flota en el vaso de agua. Exacto, podemos llegar a un acuerdo, dice el Peludo.
si usted aplica esta laca viscosa a las ruedas de Porteño, vos que tenías una moto, probá una
cualquiera de estas motos logra el mismo efecto: de estas y después vemos.
la moto flota. Además, si lo piensa bien, ¿qué
mejor manera de llegar a Córdoba que por agua ***
y tierra? Ir por aire es peligroso, las noticias no
llegan pero yo y muchos de los que trabajan Todo va bien hasta que mi moto empieza a
para mí sabemos la cantidad de ultralivianos hundirse. El hombre dice más laca, o menos
que derriban por año. En cambio por tierra, por laca, el cálculo tiene que ser exacto porque si
fuera de los caminos habilitados... Piense, ¿qué no van a tener problemas. Y confiamos en él,
mejor que llegar desde el monte? Eso sí, va a pero pasan varias horas hasta que logramos
necesitar una brújula, una carta de navegación estabilizar tres motos con la cantidad adecuada
o algo, yo acá tengo algunas, pero una vez en de laca en las ruedas. Entonces el hombre
el límite de la ciudad, en las primeras calles explica: esto es acá, en nuestros piletones
de los barrios de arriba, esos nuevos que anda de prueba, pero si en algún lugar por donde
haciendo la Municipalidad, nadie le va a pedir vayan ustedes la densidad del agua es distinta,
nada, usted puede dejar las motos y entrar a la si el agua está más fría, o más caliente ...
ciudad de a pie, ¿entiende? Ustedes saben, todo eso influye, siempre hay
"Tensión superficial", repite Miguel, "por que ajustar las proporciones. Yo, hablo por mí,
tierra", "flotar", ¿te pensás que somos pasto?, aconsejo agregar un lastre a la moto, un lastre
desde que empezó a llover que yo no veo una importante que sirva para regular el peso. El
sola moto, ¿ustedes vieron alguna?, para ir de a único problema sería si en algún momen-
pie vamos como vos decís, espejito de colores, to alguno de ustedes tiró demasiada carga y
"de a pie". Bueno, dice el hombre, como los necesita, por las condiciones del agua, algo

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más de peso. Bien, para ese caso están estos motor. Van a ver que la aguja enseguida vuelve
puertos de ingreso de agua de los costados, a marcar. Es por la escasez de nafta, dice, la
¿ven?, con estas llaves del tablero abren los pólvora resistente al agua hace de explosivo:
diferentes puertos y en cuestión de segundos, estos motores, créanme, están preparados para
con el agua que ingresa, llegan al peso deseado. cualquier cosa, y esta pólvora es lo que más
¿Se entiende? No es complicado, todo consiste rinde.
en sacar o agregar, como en los submarinos.
No tardamos en ponernos de acuerdo. ***
Miguel, que nunca manejó una moto, se siente
muy cómodo sobre su chopera de dos escapes en Avanzamos. La velocidad sobre el agua no
L, cromados. El Peludo, en su Muravey de tres sólo genera vértigo sino que exacerba todos
ruedas, parece una langosta a punto de saltar nuestros deseos. Por momentos, avanzar se
al vacío. Y yo, en mi moto cross, pintura verde parece a un sueño o a uno de esos desmedidos
metalizada, puntitos brillantes -plateados y proyectos que imaginamos con Lukra cada vez
dorados- desparramados en toda la superficie, que usamos una banda emotiva. Los golpes
soy el que se ve más joven de los tres. Al al corazón pueden hacer que uno replantee
principio nos reímos, Miguel parece un chico toda su vida en segundos, que esos segundos
con juguete nuevo, un remolino de emoción, exploten en otros y en otros, y entonces todo
de nervios, ansioso por empezar a jugar cuanto el tiempo se puede concentrar en un sólo
antes. El Peludo y yo, en cambio, estamos más instante, como las ideas sobre la muerte en un
concentrados. El hombre, verdaderamente, velorio o la luz en una sala de espejos. Porque
salió ganando: todas nuestras máscaras, años desde que es posible vivir tanto tiempo, y
para conseguirlas, a cambio de unas motos que desde que la natalidad dejó de ser una mera
no sabemos hasta dónde pueden llegar. urgencia tributaria, la muerte pasó a ser una
¿y el combustible?, pregunta el Peludo. especie de bache para la conciencia, una idea
El hombre saca, de entre unos contenedores del pasado, como la idea del castigo divino y la
llenos de candados y placas magnéticas, idea de la buena fortuna durante mi infancia.
cartones de cigarrillos para lluvia. Tomen, dice, Cuando murió la hermana de Lukra, por ejem-
ahora los tanques están llenos, pero cuando la plo, nadie lloró, y hasta seguimos enviándole
aguja llegue a reserva tienen que abrir la tapa mensajes y fotos durante varios meses. A
y tirar varios de estos cigarrillos sin apagar el veces me pregunto si todo esto de ser siempre

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jóvenes, si la promesa de que nadie va a morir a no dejarse engañar con nidos de caranchos,
-si la causa no es violenta- hasta que pasen las no perdamos el hilo que si no terminamos peor
lluvias, hasta que todo vuelva a ser como antes, que relleno de matambre.
no se va a convertir en lo que la esperanza de Dejamos las motos en un pozo. Esto es un
un futuro sin desigualdades era para gente cráter, dice el Peludo. Los últimos ataques,
como papá. dice Miguel. Y al principio no entiendo, pero
¿En qué pensás, Porteño?, pregunta Miguel. al leer en los carteles las advertencias, "campo
En papá, digo. Ah, dice. Después sorteamos minado", "minas antipersonales", recuerdo las
algunas olas que deben haberse generado abajo: historias de Lukra y su grupo de antropólogos,
un escape subterráneo, algo así. Y cuando los lo que ellos dicen de Monte-Riggi y de ese
tres volvemos a acomodarnos sobre las motos, tal Riggi, antes juez, asesino, y ahora artista
me pregunta si voy bien, o si estoy bien, y yo plástico; materiales preferidos: partes de
digo sí, voy bien. hombres y mujeres dispuestos a mutilarse para
que su carne quede integrada en el trabajo del
*** artista; reconocimiento internacional y denun-
cias por canibalismo; "el arte no da de comer",
Cuando estamos cerca de Córdoba es fácil dijo Riggi en una entrevista, "la carne humana
dejarse tentar y empiezo a mandar fotos del es el material más noble jamás conocido". Y
paraíso. Lukra pregunta dónde estoy y yo sólo el cinismo de sus abogados: "Él no hace nada
respondo con fotos. Yo subido a un árbol de malo, alguien coloca las minas alrededor de
inmensas peras maduras, Miguel y el Peludo su villa y cuando los curiosos que se acercan
junto a varias ninfas voladoras, los tres al vuelan por los aires él se limita a recolectar los
caer por una cascada de vibrantes grageas de pedazos y componer con ellos una obra; su
colores, el desaforado paisaje de lunas que estética está llena de dolor, ustedes tendrían
pasan a baja altura ofreciendo bebidas gratis que ver a ese pobre hombre en el durísimo
y bandas de alta seguridad, Miguel montado momento de empezar a concentrarse para
a un león, el Peludo entre acolchonada hierba elaborar esa materia horrorosa".
llena de amantes y briznas, yo un mensaje que Esto no lo sabía: el agua, en Córdoba, corre
se transmite por ondas, de boca en boca, hasta por zanjas vidriadas. Y no sólo por zanjas sino
caer en una fuente de aceites perfumados. Pero también por conductos elevados que no son de
la ilusión dura poco. Miguel me sacude: basta, recolección sino de recirculación. Le pregunto

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al Peludo. Dice: el agua drena hacia depósitos y después de varios minutos de ascenso
bajo tierra y de ahí la bombean a las zanjas y entramos a un salón de fiestas donde a pesar de
a todo el sistema de tubos. Todo para evitar la música estridente, cónica, nadie se mueve.
inundaciones, ¿se entiende?, toda el agua que Todos fuman y sólo se complacen en mirar
cae la reutilizan. Esta es una verdadera ciudad cómo el humo de los cigarrillos se mezcla con
seca. las figuras que emergen de una caja musical.
Pero la lluvia cae, eso no puede evitarse, Después pasamos a un pequeño recinto lleno
y entonces tenemos que refugiarnos en una de cajas. La mujer dice unas palabras, una
cúpula. clave secreta, y de las cajas salen otras mujeres,
todas ellas armadas con látigos o fustas. Miguel
*** sonríe, el Peludo también. Y cuando estoy por
levantar los hombros, la mujer alta se me tira
La gente, desnuda, toma sol y bebe licores encima. Sin poder apartarla, pienso en qué
variados. Hay que averiguar dónde quedaba significará para ella la palabra "batallón".
el Batallón 141, si allí no habrá otra cosa, y
hacer los contactos que nos posibiliten la toma ***
del lugar. Miguel se acerca a una mujer alta y
delgada pero de brazos anchos y fuertes. Habla Nos alimentan y abusan de nosotros. Los
unos instantes con ella y luego se dirige a otra látigos al principio duelen pero después no.
y a otra hasta que al final una lo lleva de la Muchas cosas pueden hacerse con un látigo.
mano hasta donde ahora se ubica la primera. No sé cuánto tiempo nos quedamos en ese lu-
Miguel, desconcertado, no sabe qué hacer y gar. Bastante. Lukra llama varias veces; no le
vuelve con nosotros. Intenta con otra persona, respondo. Pero en un momento una deliciosa
pero vuelven a llevarlo de mano en mano y ter- sirena envuelta en cadenas de plumas y cuentas
mina otra vez donde había comenzado. Antes que se entrechocan empieza a acariciarme y
de irnos, la mujer alta se nos acerca y nos dice nota que alguien me llama, entonces interfiere
los veo preocupados, vengan. la señal: preciosa, tu amigo no está, dice, y su
Afuera, la lluvia de gotas estiradas, voz de ángel, de a poco, se pierde entre los
punzantes, se vuelve agresiva. Subimos unas gritos y el llanto de Lukra.
escaleras. No se resbalen, indica la mujer Por fin, ya derrumbados en una de las
mientras señala los escalones llenos de hongos, esquinas de la habitación, la mujer alta abre

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la puerta y deja entrar a un hombre cubierto maíz rojo. Grandes mazorcas brillantes, granos
con un manto. Al principio él se mueve con rubí, chalas color remolacha. Ya de pie en
suavidad, sin mostrarse. Luego se escucha una medio del maizal, caminamos. Imposible ver
canción de cuna y el hombre deja ver su rostro: más allá de nuestras narices, pero avanzamos.
barba trenzada, moretones en los pómulos, En un momento el Peludo me propone que
odio en los filosos dientes de tigre dientes de me suba a sus hombros, a ver si así llego a ver
sable. Miguel intenta levantarse. ¡Tuco!, grita. hacia dónde conviene caminar. Pero las plantas
El Peludo, que apenas respira, busca algo rojas llegan hasta el horizonte y aún después
para defenderse. Y yo, igual de cansado que de varias horas de andar en la misma dirección
ellos, igual de indefenso, empiezo a quedarme están todas ahí, lejanas, siempre rojas.
dormido. Durante el tiempo en que intentamos llegar a
algún lugar nos alimentamos con las mazorcas
*** -por suerte pueden comerse crudas- y como
a veces llueve juntamos algo de agua y la
Los arneses hacen un poco de presión en tomamos. Pero al cabo de una o dos semanas
las axilas -no puede esperarse algo mejor estamos visiblemente más flacos y,según parece,
del androide que acaba de ajustarlos- y las Miguel empieza a alucinar. El Peludo se pone
palabras de Tuco, dirigidas a Miguel, suenan frente a él y le dice todo esto es por tu culpa.
dulces, amables, un incendio feliz o una danza Miguel dice mi culpa no es, es de los granos, y
de algas. Él explica que la banda es segura, señala hacia un grano de maíz donde dice poder
que una vez que estemos adentro podremos ver con absoluta claridad todo lo que le gustaría
ir adónde más nos guste y que depende de hacer en los próximos años. El Peludo explica: ya
nosotros si queremos volver o no; pero que está con eso, este huevón siempre soñó con ver
si decidimos volver tenemos que considerar el futuro en un grano. Yo no sueño, lo veo, ga-
que las mujeres nos llevarán, dormidos o rrapata, miren ustedes. Y es cierto: en uno de los
desmayados, hasta los límites de la ciudad, y granos de la mazorca que señala Miguel pueden
que nunca más podremos volver a pisarla. verse muchas cosas, imposible enumerarlas, y
No hay opción así que aceptamos. no parece que el futuro vaya a ser tan malo. Por
La caída, lenta, se parece al movimiento en el otra parte, ¿qué significa el haber encontrado,
desierto: nada cambia al caer. Pero no llegamos entre todas estas plantas de maíz, la única que
a un desierto sino a un campo sembrado con tiene esta mazorca y este grano?

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Resulta fácil quedarse a mirar promesas. franco del domingo, dice la contraseña, le
¿Por qué no seguimos?, digo. Andá, ahora abren. Atrás de él -estaban escondidos- varios
te alcanzamos, dice Miguel. Yo voy, dice el jóvenes se precipitan sobre los guardias. Los
Peludo. Y lo dejamos a Miguel con su grano. golpean y los atan. Luego ingresan a uno de
Igual, para que pueda seguirnos, avanzamos los pabellones, toman varios rehenes, cargan
siempre por el mismo surco. Y los días pasan, armas, todo tipo de armas, en la oscuridad no
muchos, y no hay nada peor que dejarlos pasar se alcanza a ver, y se llevan todo en un Unimog
así, hasta que una tarde, justo antes de parar a que abandonan en las afueras. No hay muertos,
descansar, a lo lejos, un hombre sentado, largas no hay sangre. Después sí, habrá muertos y
uñas, largos cabellos llenos de canas, sentado habrá sangre. Papá tiene los días contados.
frente a una planta de maíz. Gritamos pero no Pero la escena sigue, sólo que mucho
responde. Vamos hacia él. El Peludo, excita- después, y los protagonistas somos nosotros,
do, mira al hombre y me mira a mí, muchas que de un momento a otro entramos al grano
veces, me palmea la espalda, llora, aprieta la y quedamos frente al Batallón. A Miguel, el
mandíbula como si una gran emoción vibrara más anciano, le dicen que pase, por caridad. Lo
en su garganta. Ycuando llegamos, la esperanza que no saben es que él, entre sus ropas, lleva
de encontrar al fin a alguien que nos oriente se las armas que inmovilizarán a los guardias.
desmorona: el hombre sentado es Miguel. Reflejos de delgada lagartija, dedos con garfios
y ventosas. Después Miguel nos abre y ahí
*** estamos los tres, el Batallón es nuestro. Pero
tenemos que hacer algo que justifique el haber
Círculos, dice Miguel, y nos muestra, en el venido, el haberlo tomado. Y en eso estamos
grano, un mapa del maizal. Sí, los surcos son cuando alguien nos llama desde el primer
circulares. El Peludo, furioso, le pregunta por pabellón. Al principio la voz me suena conocida
qué no lo dijo antes. Acabo de verlo, alfombra, pero después no, como si algo la interviniera,
dice Miguel. Intento calmar los ánimos. Y podría ser la voz de Miguel cuando era joven
también vi otras cosas, dice. Y nos muestra o la mía. O la de papá. Sí, desde atrás de una
un sector del grano sobre el que comienzan puerta corrediza se asoma una cabeza y parte
a representarse las imágenes de la toma al de un hombro y tiene que ser papá. Pero
Batallón 141. Papá, que en 1973 era conscripto, enseguida dejamos de verlo porque antes que
llega en la madrugada del lunes, después del él, del galpón, salen varios de los del grupo.

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Uno de ellos, seguramente el jefe, dice somos Durante el viaje hasta el lugar de encuentro
"Los Decididos de Córdoba", acabamos de estoy por decirle a papá muchas cosas pero al
tomar el lugar. Miguel, algo desorientado, final no le digo nada. Él maneja como si adelante
está por decir que nosotros también acabamos hubiera un mar revuelto. El volante es un timón
de tomar el lugar cuando papá se sube a un y sus movimientos parecen de agua. Los bra-
Unimog y grita listo, nos vamos, y todos se zos flojos pero tensos a la vez, la mirada vacía
suben atrás, se acomodan entre las armas que pero llena de puntitos brillantes que a lo mejor
se llevan y como queda un poco de lugar nos tienen que ver con haberme encontrado o con
dicen: ¿vienen? algún desperfecto en la banda. Los hombros
duros, sí, resistentes, pero por momentos
*** da la impresión de que con una tanza o con
cualquier hilo delgado podría atravesarlos sin
Calles anchas en la noche de Córdoba, bulevares esfuerzo. Y al llegar, olor a pólvora y fuego,
llenos de espinas duras, filosas, que papá, autos en llamas y, atados a varios postes de
al pasar, toca con las manos como si fueran luz, muchos hombres fusilados. Entonces
de agua. Son blandas, dice, avanzar es fácil, empuñamos las armas y saltamos afuera del
dice, y entonces las armas robadas se vuelven camión. Rodamos sobre la tierra mojada.
canciones de libertad y papá me abraza, Miguel Disparamos sobre todos los hombres iguales a
me abraza, el Peludo nos abraza y los cuatro Tuco parapetados atrás de un terraplén. Balas
somos una especie de final feliz sobre un fondo luminosas, ganas de exterminar. Pero las balas
de pájaros cantores. se desvían y las armas se reblandecen hasta
Después papá dice que más adelante habrá derretirse, como nuestros sueños, en nuestras
que abandonar el camión y cargar las armas en manos. Después, el ejército de hombres iguales
los autos donde nos espera el resto del grupo. a Tuco aplaude nuestra hazaña y Tuco, cuando
Conductores audaces, dice, velocistas que los aplausos cesan, nos dice muy bien, ahora
tendrías que ver para creer. Miguel sonríe, ver pueden elegir continuar con esta historia o
para creer, repite, si vos estás acá con nosotros, salir, sólo yo puedo sacarles los arneses. Miguel
hermano, se puede creer en vacas voladoras. dice seguir, seguir, a vos, Tuco, te voy a hacer
Todos nos reímos. Y cuando Miguel hace puré de higo. Papá, mientras Miguel intenta
otras bromas: más festejos, más abrazos, más otros insultos que no llega a pronunciar -algo
brillantes ideas sobre lo que vendrá. impide que sus palabras puedan escucharse-

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me agarra de un brazo y empieza a correr. Pero algún chaqueño. Puede ser, digo, y quizá hasta
yo, aunque quiera seguirlo, no puedo: el suelo podamos convertirnos en chaqueños. Antes de
me atrapa los pies. El Peludo mira los de él, emprender el regreso, Tuco y las mujeres nos
también empantanados, y no comprendemos despiden con pétalos de rosas negras. Esto es
si la situación es por nuestra indecisión, por definitivo, dice el Peludo. Sí, eso dice Lukra:
las artes de Tuco o por cierta propiedad de la rosas negras, definitivo.
banda. Sin poder mover las piernas, me estiro La llamo. Espero que las imágenes no la
para sujetar a Miguel, pero él no se hunde, y sugestionen. Pero en cuanto la conexión es
después de correr algunos metros cae en la red buena ella empieza a enviar las canciones
que uno de los hombres de Tuco arroja sobre de amor que alguien le canta al oído. Voy a
papá y todos los "Decididos". Papá, adentro de volver, grito, no me hagas esto. Y mientras las
la red, a lo lejos, parece un animal enfermo, una canciones se repiten -la voz es dulce y amplia:
inflamación, copas de árboles sacudidas por el varias voces- ella dice sí, volvé, por favor, volvé.
viento. y después la señal se distorsiona y el Peludo,
Después Tuco viene adonde quedamos que ya se alejó algunos metros, me llama y dice
el Peludo y yo y abre los brazos en señal de allá hay un bote, Porteño, la señora que está
amistad. Mientras espera nuestra respuesta, en aquella piedra viaja al N arte, a su casa, y
atrás de él, a gran velocidad, crecen plantas no puede remar, así que si nosotros remamos
proteicas, mazorcas con olor a carne asada, nos deja ir con ella y cuando lleguemos hasta
adobada, y llueven frutos del mar y jugos puede darnos una balsa, dice que su casa está
dulces enriquecidos con sodio y potasio. El llena de balsas.
Peludo tiembla, enciende un cigarrillo y se lo
apaga en una mano. no hay dolor. Fumamos
durante unos instantes, sin hablar, hasta que yo
digo volvamos.

***

En el límite de la ciudad, sin las motos, lo


único que podemos hacer es caminar o nadar.
El Peludo dice que quizá pueda ayudarnos

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FELIX BRUZZüNE, 1976, Buenos Aires.
Escritor, editor, piletero. En 2005 cofundó
la Editorial Tamarisco, dedicada a publicar
autores nuevos y escrituras nuevas. En 2008
publicó el libro de cuentos 76 y la novela
Los topos. En 2010, la novela Bnrrciontto. Sus
libros se tradujeron en Francia y Alemania.
Su breve pero contundente obra lo hizo
merecerdor, en 2010, en Berlín, del preciado
Premio Anna Seghers, que reconoce a un autor
latinoamericano cada año. Publicó cuentos y
crónicas en medios gráficos y virtuales. Tiene
tres hijos y tres perras.

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