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Bruzzone, Félix - 76 PDF
Bruzzone, Félix - 76 PDF
FÉLIX BRUZZONE
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Con dos nuevos relatos agregados. esta reedici ón de 76 de Félix Un clásico + dos nuevos cuentos
Bruzzone vuelve a instalar preguntas y desafíos a la hora de contar
cómo se experimentan los efectos de la última dictadura militar
argentina en los cuerpos y en los afectos. Bruzzone se desdobla , y su
dolor perplejo es un virus o una nube sanadora que adquiere la forma
de raras congregaciones domésticas. encuentros efímeros, amores
descascarados y pequeñas cargas de dinamita sobre los dilemas de
la identidad . Un niño que evoca el cuerpo de su madre desaparecida
en gastadas revistas eróticas luego es un hombre dejado a pie en
medio de la ruta por un camión Unimog que bien pudo haber sido
vehículo de las epopeyas transformadoras de sus padres. Y es otro:
la historia tiene una estructura curva y agujereada . Un parque de
diversiones futurista anuncia la imposible reconciliación entre verdad ,
memoria y futuro. Dos señoras escapadas de un cuento de Puig tejen
un relato con aroma a vermouth y a sueños borrosos. Chicas que
evocan a los muertos como si fuesen estrellas de rack , hijos que se
enamoran de travestís que intuyen sangre de su sangre. Una atmósfera
inquietante sobrevuela a este libro. algo que se opone a la melancolía.
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Félix Bruzzone
76
Félix Bruzzone
ÍNDICE
Unimog 31
76 + dos nuevos cuentos! Bruzzone, Félix - Nueva Ed.
Buenos Aires: Momofuku, 2014.
209 pp.; 12 x 19 cm. Otras fotos de mamá 47
ISBN 978-987-33-5511-0
Lo que caber en un vaso de papel 61
Chica oxidada 77
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FÉLIX BRUZZONE
EN UNA CASA EN LA PLAYA
vos también, dale un poco más que no alcanza. voz de la vendedora, ¿qué ibas a llevar? Play...
La voz de Ramiro, en un momento, se quiebra. Play... para mi tío, me la pidió para... una
¿Duda? No, tienen miedo, ¿por qué no la revista para la playa. La vendedora pone cara
compran ellos? Pero ellos enseguida me miran, de no saber de qué hablo y se acerca al dueño.
ojos abiertos, amenaza, y Ramiro dice sos un Le habla al oído. El hombre me mira. Vení, me
cagón, si no volvés con esa revista te matamos. dice. Me hace pasar atrás del mostrador. Se
No creo que vayan a matarme, pero si la acuclilla. ¿Qué querés?, pregunta. Play... repito,
compro seguro que me dejan verla, por lo idiota, así no te van a vender ni un chocolate,
menos un poco, son más grandes que yo pero mi tío me dijo que... Y como ya no me salen más
seguro que me van a dejar. Además es mejor palabras él estira un brazo, mete la mano entre
pedirla entre toda esta gente, ese marica de una pila de revistas y saca una que no puedo
Nahuel, cuanta más gente menos te miran, ver bien; la enrosca, la mete en una bolsa y me
como cuando esa ola me hizo perder el dice andá, llevala, y cuando le pago sigue: te la
barrenador y nadé tanto para buscarlo que casi doy para vos, que no la miren esos dos que te
me ahogo. La playa y el mar llenos de gente esperan afuera.
y casi nadie se dio cuenta de nada. Sólo una
señora llamó al bañero, pero cuando el tipo ***
bajó de la sillita yo ya empezaba a volver sin la
ayuda de nadie, eso es arreglárselas solo. Mientras volvemos a la casa nadie habla.
Hay que esperar. En la cola, delante de mí, Ramiro y Nahuel ya tienen la revista, caminan
una mujer joven que lleva a su hija de la mano rápido, y yo tengo que dar algunos saltitos
me pisa sin querer. Perdón, dice. La nena me para no quedarme atrás. Al llegar entramos sin
mira. Qué linda nena. ¿Cuántos años tendrá? hacer ruido. Subimos las escaleras, ¿las viejas
¿Lo pisaste?, le pregunta la mamá. No es nada, todavía duermen?, y caminamos en puntas
digo, y mientras la mujer pide un diario y un de pie sobre el piso de madera: si cruje mucho
chupetín, miro la revista que tengo que pedir y se despiertan, si se despiertan nos descubren.
practico en silencio, mi tío me pidió una revista Llegamos a la cama de Ramiro y nos sentamos.
Play... Play algo, para ver en la playa. Ramiro me mira sin decir nada. Abro bien
Afuera, Ramiro y Nahuel esperan apoyados grandes los ojos. ¿Qué mirás?, vos no pusiste
contra un poste. Ramiro me vigila, atento, ahora, plata, dice, ¿vas a poner algo?, si no... Yo sabía.
dice con los labios, te toca a vos, y escucho la Nahuel, desde atrás, dice que es cierto, y que
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no sólo no puse plata sino que seguro le dije al algo más? Pero entonces Ramiro estira un
dueño del kiosco que la revista era para ellos, brazo y coloca la revista frente a mí. ¿Ves?, ¿te
que algo raro le dije. No dije nada, lo prometo, gusta?, y mientras la da vuelta sigue: bueno, ya
lo juro por mi mamá, digo. No grités, dice la viste, para vos por hoy ya es bastante, ahora
Ramiro, y no jures por algo que no tenés. Hijo andate que Nahuel y yo vamos a ver el resto.
de puta, me dan ganas de pegarle. No, mejor
morderlo, total si después se vengan el dolor ***
de la mordedura no se lo saca nadie y la marca
le queda para siempre. Además él tampoco Al día siguiente está nublado y nadie quiere ir
tiene mamá, pero N ahuel sí. Igual, si llego a a la playa. Mi abuela propone ir al Centro y la
decir algo como eso me pegan, seguro. Ahora de Ramiro dice que a ella le duelen un poco las
no porque tendrían que hacer mucho ruido y piernas y que prefiere quedarse. Juguemos a las
mi abuela podría despertarse, y la de Ramiro, cartas, dice, y al principio nadie quiere jugar pero
pero después en la playa me matan. También después Ramiro y Nahuel sí quieren y entonces
pienso: yo compré la revista, tendrían que dejar mi abuela y yo nos quedamos en el sillón del
que la mire, aunque sea un poco. living y miramos cómo el viento mueve las
Ramiro se levanta la remera, saca la bolsa, de copas de los árboles. Al rato ella me dice: ¿por
la bolsa saca la revista, envuelta en otra bolsa qué no vamos nosotros? Después me mira y no
que no deja ver nada, y la abre. En la tapa, una habla más, como si repitiera en silencio muchas
chica casi desnuda, morocha, labios gruesos veces esa misma pregunta. Bueno, vamos, digo,
y brillantes, toda la piel como de damasco, y ella agrega que de paso podemos comprar
suavecita, los ojos estirados que te miran, algo rico para antes del almuerzo.
grandes como los de los dibujitos japoneses, En el camino me pregunta por qué ayer a
recostada sobre una cama de barrotes dorados, la tarde, después de la siesta, no fui a la playa.
brillantes como ella, sábanas plateadas y todas Tenés que hacerte amigo de los chicos, si no te
revueltas. ¿Quién destendió la cama?, alguien vas a quedar solo el resto de las vacaciones.
tiene que haberla destendido. Y ella, ¿recién se No contesto. Ella vuelve a hablar. Trato de no
despierta? No, te mira a los ojos y los de ella escucharla pero no puedo. En un momento
son grandes, no son de recién despierta, qué dice escuchame, sordo, vos siempre igual,
ojos, qué tetas. ¿Habrá más fotos adentro?, y habla de los vecinos de carpa, también
porque acá sólo se ven las tetas, ¿mostrarán podrías hacerte amigo de ellos. Y después dice
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que Ramiro es tan parecido a mí que él y yo cosas mucho más lindas, digo. Esperá un poco,
deberíamos llevarnos mejor. Sí, claro, llevarnos ¿por qué no te comprás algo en el kiosco?, y
mejor, digo, pero su amigo es Nahuel, por algo de paso traeme cigarrillos, andá que mientras
lo invitó. No seas así, insiste, y vuelve con eso tanto yo pregunto algunas cosas en este local,
de que Ramiro y yo tenemos tantas cosas en mirá qué lindas lámparas. Ella abre la cartera,
común que es una lástima que nos peleemos saca un billete, Parliament, dice, no te olvidés,
por cualquier cosa. Una lástima, repite, y se y antes de que yo diga algo para no ir al kiosco,
para en una esquina desde donde pueden verse tengo ganas de hacer pis, me clavé una astilla,
el mar y la banderita roja de prohibido bañarse. ella entra al local de artesanías y empieza a
Mirá, dice, el año en que murió José Luis hablar con la chica que atiende.
alquilamos aquella casa, y señala una casa de Para colmo hay poca gente. ¿Por qué un día
techos bajos, o que se ve baja porque está cerca de sol esto se llena y un día feo no viene nadie?
del fondo del médano, vos no debés acordarte Debe ser por la hora. Cuando la gente está de
porque eras muy chico, los cuartos tenían vista vacaciones siempre hace todo al revés. Tendría
al mar. Después habla de mi abuelo: ese verano que haberme quedado. Las cartas no son tan
él te llevaba en la moto para todos lados, te aburridas y siempre quedaba la esperanza de
compraba barquillos, te llevaba al mar sobre los que la abuela de Ramiro saliera a comprar algo,
hombros, ¿te acordás?, y yo digo que lo único a regar, cualquier cosa, y entonces los chicos se
que me acuerdo del abuelo José Luis es de una pusieran a ver la revista y me dejaran ver un
vez en que me llevó a comprar un helado, o poco más, o al menos que pudiera ver dónde la
garrapiñadas, algo rico, yo iba en el triciclo y tienen escondida.
él venía atrás, o al costado, y yo no podía verlo Entro al kiosco. Por suerte el dueño no está.
pero igual sabía que él estaba conmigo. La vendedora, subida a una caja, cuelga pistolas
de agua y barrenadores de un piolín que va de
*** una pared hasta la otra. Un alfajor y un paquete
de Parliament, le digo rápido antes de que ella
Seguimos caminando y al poco tiempo se de cuenta de que soy el de la revista. ¿Vos
llegamos al centro comercial donde compré fumás?, pregunta sonriente. Y cuando estoy por
la revista. Mi abuela para a mirar artesanías explicar que los cigarrillos son para mi abuela,
frente a una vidriera. No paremos acá, ma, desde abajo del mostrador, ¿también acomo-
sigamos, seguro que en el Centro encontramos daba mercadería?, sale el dueño y me saluda.
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reten a ellos; y después les saco la revista, sí, la levanta los hombros. ¿Qué te pensás que
escondo, toda la revista para mí, el kiosquero somos?, dice Ramiro, decí dónde está la revista
me dijo que era para mí. o vas a escupir arena el resto de las vacaciones.
No digo nada pero pienso que no creo, hoy
*** va a ser el último día de sol así que a la playa
no volvemos, eso seguro, y en la casa mucha
Como hoy el viento molesta mucho para arena no hay, van a tener que amenazarme con
tomar sol en las reposeras o para leer, las viejas otra cosa. Además, aunque el tiempo mejore,
deciden salir a caminar por la playa. Vamos que igual va a seguir mal una semana, y en
nosotras solas, dice mi abuela, vos quedate una semana ya nos tenemos que ir, no pienso
con los chicos, dale, pórtense bien que después decir nada. O sí, mejor les miento: está en el
llamamos al barquillero. Se ve que la abuela cuartito del fondo, el de las herramientas, digo
de Ramiro ya se siente bien. Hoy, después de y Nahuel pone cara de que no me cree. ¿Vos
desayunar, nos hizo un truco con las cartas, sos mogólico?, dice Ramiro, ¿no sabés que ese
elegíamos una cada uno, ella las metía en el cuartito se llueve?, ¿y si la revista se moja?
mazo, mezclaba, y nos hacía sacar tres, sin Después dice que los tengo que acompañar,
mirar, y entonces sacábamos las que habíamos vamos, y al principio no me larga pero cerca
elegido, se la veía contenta. Y ahora, antes de del restarán hay que subir un poco y Ramiro
salir a caminar, estira las piernas, mueve la sin querer me suelta el cuello y afloja la otra
cintura en redondo y me mira: tiene cara de mano: me zafo, corro al mar y llego a la orilla
ángel guardián, como mi abuela, pero no tanto. más agitado que cuando estuve por perder el
Cuando se van trato de acercarme a los de barrenador. El pecho me hace cosquillas y des-
la carpa de enfrente, que juegan a enterrarse en pués me duele, tendría que seguir corriendo
la arena, pero antes de eso Ramiro me agarra pero ellos al final seguro que me alcanzan, y
del cuello y me aprieta fuerte abajo de la nuca. en cambio si me meto al mar ellos no van a
¿Dónde está la revista?, dice mientras con la animarse, tan adentro como yo no se animan,
otra mano me dobla un brazo sobre la espalda. puedo esperar entre las olas hasta que vuelvan
No contesto. Decinos o te hacemos comer las viejas.
arena, dice Nahuel. ¿Aprendió a hablar? Yo
qué sé, digo, si se la esconden entre ustedes yo ***
qué vaya saber. Se miran entre ellos. Nahuel
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Los días pasan y apenas puedo levantarme en el agua tanto tiempo, y peor: por qué me
para ir al baño. Ramiro, cada tanto, se sienta en metí al mar si ella ya me dijo mil veces que para
su cama y me mira. No dice nada pero es como meterme con la bandera de mar dudoso tenía
si me pidiera perdón o como si hablara con que pedir permiso. Entonces hace silencio y
él mismo durante horas; después se levanta pone cara de qué mal, qué mal, y después me
y se va. Al rato vuelve y otra vez lo mismo. dice: ¿no te habrán obligado los chicos, no?, no
Nahuel, en cambio, no siente lástima ni nada, tengas miedo, a mí podés decirme. No, má, no
creo que si hubiera sido por él yo no salía del pasó nada. Ella dice: pero ellos se reían, ellos
agua en dos días enteros. Yo estaba ahí, en lo te veían temblar y se reían, ¿podés decirme lo
hondo, muerto de frío y ellos en la orilla con que pasó? Digo: sí, se reían, supongo que fue
los brazos cruzados. ¿Cuánto tiempo pasó?, algo gracioso. Pero ella vuelve a hacer silencio
¿dos horas? Yo me hacía masajes con los dedos y repite qué mal, qué mal, y no me cree.
arrugados para no tener calambres, que igual
tuve, y trataba de no tragar agua salada, que ***
igual tragué y no sé qué es peor, si tragar o
que sea salada. Y yo quería salir pero las viejas Llueve. Además del ruido de la lluvia en el
no volvían nunca. Y Nahuel también viene, techo y en las copas de los árboles sólo puedo
pesado, y se sienta al lado mío. No habla, lo oír que abajo todos juegan a las cartas. Cada
único que quiere es que le diga dónde está la tanto enciendo la tele pero se ve que la tor-
revista. Me mira como diciendo dale, si nos menta hace difícil la transmisión o rompió la
decís dónde está nosotros te dejamos verla. Y antena porque apenas se ven manchas y rayas
en un momento lo dice, pero Ramiro le pega de colores, no se escucha nada. Cuando mi
en la cabeza, callate, ¿no te das cuenta de que abuela sube a traerme la comida me toma la
si las viejas nos escuchan se van a dar cuenta fiebre y dice que mañana ya voy a estar bien,
de todo? Y decirles no es mala idea, a la revista ojalá, pero que igual debería quedarme en la
al final tuve que esconderla rápido entre los cama hasta que me cure del todo, me da un beso
troncos de la parrilla y no pude ver nada, sólo en la frente y vuelve a bajar. Ramiro, no sé por
la tapa, esa morocha que... y si llega a llover, qué, también sube, habrá quedado eliminado
como dijeron en la tele, seguro que se arruina. en el partido de cartas, y se sienta al lado mío y
Mi abuela, antes de acostarse, se acerca y empieza a hablar. Dice que el día está horrible,
me pregunta una vez más por qué me quedé que el agua se junta en las bocacalles y que
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contó lo de mamá, que ella y la mamá de partes pegadas, pedazos de cuerpos desnudos
Ramiro eran tan amigas, que averiguar lo que sin cara, sin piernas.
les pasó es muy difícil pero hay que hacerlo, Ramiro pasa las páginas y dice lo que
que hay tiempo, que tengo toda la vida para había en cada una hasta que llegamos a una
eso, yo me puse así, nervioso, porque toda la con muchos colores y dibujos. Acá había una
vida puede ser algo muy largo. Y ahora Ramiro historieta, dice, ¿ves?, todavía se ven algunos
así, cruzado de brazos, no sólo está nervioso cuadritos. Mira de cerca lo que queda y sigue:
sino que es como si me volviera a decir lo que Nahuel dice que para que las minas de los
me dijo esa vez que hablamos de mi mamá y de dibujos te calienten tenés que pensar que
la de él: callate, enano, mi mamá se murió en son las mismas minas de las fotos. Después
un accidente, la tuya no sé. Así que me quedo empieza a contarme: una mina conoce a un
callado un rato. Él se rasca una pierna, se frota tipo en la calle, es de noche, llueve, ella le
un brazo, y al final le digo el trato es que te pregunta por una dirección y el tipo le dice
digo donde está la revista pero vos tenés que cómo ir y después la acompaña porque va
dejarme verla porque la revista también es mía, para el mismo lado y al final resulta que van
no la pagué pero es mía, vos sabés... Sí, dice al mismo edificio. Cuando llegan no hay luz
rápido, está bien. Y por cómo lo dice habría que y él tiene que forzar la puerta para entrar. Ella
creerle, está más pálido que la remera blanca en el camino ya se fijó en él, había globitos de
que se puso. Igual, le doy un minuto, si tardás pensamiento donde ella pensaba qué brazos
más le cuento a mi abuela y chau revista, digo. fuertes, qué ojos. Y él también se fijó en ella,
Entonces señalo el despertador de la mesita de pero pensaba en cómo el vestido aguantaba el
luz y digo empiezo a contar, corré. tamaño, la presión de las tetas, todas cosas así.
Cuando entran justo vuelve la luz y para ellos
*** es como una señal. Ella está a punto de volver
a salir para tocar el portero eléctrico de la casa
La tapa se borró casi toda. De la morocha de la amiga adonde iba pero él abre la puerta
quedan sólo los ojos, el pelo y parte de una del ascensor y le pregunta a qué piso y suben
teta. El pelo ya no está revuelto sino que parece juntos. Después vuelve a cortarse la luz y el
lavado y lacio, como el de mamá en las fotos ascensor se queda entre dos pisos. Mientras
que hay en casa. Adentro hay muchas hojas subían ya se habían mirado fijo y entonces
arruinadas: fotos con chorreaduras de tinta, cuando quedan atrapados él se acerca y le dice
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EN UN A CASA EN LA PLAYA
no tengas miedo y le da un beso, la empieza algo se ve. ¿Ves?, dice, imaginate a la morocha
a acariciar, primero en los hombros y después en esa posición, en cuatro patas pero en el
mete las manos entre la ropa. Después ascensor con el tipo ese, una locura, ¿no? Y
empiezan a desvestirse y ahí pasa todo, en el la verdad es que yo entiendo todo y digo sí,
ascensor, ¿te cuento más? sí, pero llega un momento en el que no hace
Ramiro me mira, ¿te gusta, no?, y cuando falta revista ni nada y cierro los ojos y un
mira las sábanas dice: mirá cómo se te paró, tren supersónico pasa por mi cabeza y borra
enano. Y a mí me da un poco de vergüenza pero todo, y cuando vuelvo a abrirlos Ramiro, con
entonces Ramiro dice que a él también, mirá, el pantalón un poco manchado y la cara algo
y se baja un poco el pantalón y me muestra el desencajada, dice guardá, guardá todo que
pito: enorme, duro y... doblado. A mí nunca sube Nahuel.
se me dobló, ¿será así mi pito cuando sea más
grande? Después él se empieza a tocar, tocate, ***
dale, ¿nunca te hiciste la paja? Y no, la verdad
que no, aunque en las trepadoras de la plaza Dos días después llega el momento de irse y
muchas veces se me paró y tuve una sensación hay que preparar todo para dejar la casa como
que por lo que sé debe ser como hacerse una la recibimos. Ayer mi abuela dijo que hoy se
paja. Así, mirá, dice Ramiro, que con una mano terminaban las vacaciones y hoy ya lo repitió
se sacude el pito y con la otra pasa unas páginas dos veces más. Igual la que más insiste con
y encuentra una foto en bastante buen estado. eso es la abuela de Ramiro: hay que dejar todo
¿Esa es la morocha de la tapa?, pregunto. limpio y ordenado, dice, acá va a venir otra
Claro, dice él, y el pito se me pone tan duro que familia. Y yo, que todavía no me curé del todo,
nccesi to mover un poco las sábanas. Tocate así, por lo menos ayudo haciendo mi bolso.
dice, y me muestra cómo mover la mano. Lo Ramiro y Nahuel casi no se hablan y
tengo muy chico, digo. Entonces tocate con los tampoco me hablan a mí. Cuando me lo cruzo,
dedos, enano, mirá, la mejor parte para tocar Nahuel pone cara de odio y yo lo miro con la
es esta, dice, y me muestra un lugar cerca de cara de no me importa que estos días practiqué
la punta que en el pito de él es bastante visible en el espejo del baño. Igual me gustaría que
pero en el mío casi no se ve. Después pasa la Ramiro me dijera algo, pero él sólo habla con
página y aparece el póster de la morocha, que su abuela o con la mía: ellas le dicen todo lo
no está tan bien como la otra foto pero igual que hay que hacer y él va y lo hace.
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Al mediodía ya casi estamos listos y por hay que visitar a no sé quién que acaba de tener
suerte empieza a salir el sol: a las viejas no les un hijo. Sí, dice Ramiro, que después empuja
gusta manejar con lluvia. Vos andá al auto, dice a Nahuel y le dice correteo Correte vos, dice
mi abuela, y cuando ya tengo el bolso cargado Nahuel. Chicos... En ese momento vuelve mi
en la espalda y empiezo a bajar las escaleras abuela, se sienta, mira por el espejo retrovisor y
Ramiro se acerca y me dice tomá, enano, la me hace una seña para que vaya al medio. Dale,
revista quedátela vos. Pero ya no sirve para insiste, en la ventana vas volver a resfriarte.
nada, digo. Él se ríe: ¿estás seguro...? Y mien- Paso sobre las piernas de Ramiro y me siento
tras mete la revista en un lugar del bolso que entre los dos. Ahora sí, dice mi abuela, y
no alcanzo a ver sigue: vos fijate. ustedes no abran mucho las ventanas, ¿eh? Y
Bajo, llego al auto, dejo el bolso en el baúl y pone marcha atrás y salimos. Mientras el auto
me siento atrás. Pienso en todo lo que podría retrocede trato de reconocer, entre el ruido
hacer con la revista. Podría ir a otro kiosco, de cuando pasamos sobre el barro y las hojas
mostrársela al kiosquero y pedirle la misma. húmedas, el de la revista, pero no se puede.
Pero no sé si volvería a animarme. También Cuando llegamos a la calle Ramiro se baja para
podría pedirle al portero de casa que me cerrar el portón. Me fijo si se dio cuenta que
compre una, con él me llevo bien. Aunque allá adelante quedó la revista y si la va a buscar
el tipo puede contarle a alguien, mejor no le pero no. Cuando vuelve al asiento, sin dejar de
pido nada. Además en casa alguien puede mirar para afuera, me da dos palmadas en la
descubrirme, no sé. Lo pienso bastante, pero rodilla.
como no me decido salgo, abro el baúl, busco
la revista, la saco del bolso y la dejo abajo, entre
las ruedas, con las agujas de los pinos nadie la
va a ver y encima cuando arranquemos el auto
va a terminar de destrozarla.
Al rato todos están listos. Mi abuela ya está
al volante y acelera para calentar el motor. Hace
un poco de frío y el auto suena más ruidoso que
de costumbre. Me olvidé los cigarrillos, dice mi
abuela, ahora vengo. Mientras la esperamos, la
abuela de Ramiro dice que cuando lleguemos
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UNIMOG
UNlMOC
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FÉLIX BRUZZONE UNIMOG
no tan viejos se alineaban en hileras desiguales. usa el ejército? Y son irrompibles: este estuvo
¿Cómo habían podido meter tantos camiones en la guerra, sí, fue a Malvinas y volvió así
ahí adentro? Saba guió a Mota entre el apiñado como lo ves, una joya.
lote y le mostró cada camión. Daba algunas Mota miró el camión con detenimiento.
explicaciones: este es una nave, vuela; este no Luego entró en la cabina, se subió a la parte de
gasta nada, una escupida de gasoil y llegás atrás, se tiró abajo. Mientras tanto, Saba decía:
a Brasil; este no se rompe ni aunque lo tires -Acá adentro se salvaron todos, es un camión
montaña abajo; este, en cambio, es un poco encantado. Las bombas caían cerca pero no
más liviano, pero igual anda una barbaridad, le hacían nada. Sólo le quedó esto, ¿ves?, este
hasta podés hacer jetski, ja. En tanto, Saba le agujero de acá que debe ser de alguna bala, la
daba a cada camión unos golpes con la palma única que lo tocó.
de la mano o con los nudillos, lo que al parecer El vendedor hablaba y Mota pensaba en
demostraba la resistencia de cada vehículo. su padre, quien cuando era conscripto -y
O quizá a Saba le gustaba sentir el metal miembro de "Los Decididos de Córdoba",
en la mano, el ruido del metal de todos esos un grupo del ERP- había participado en la
camiones que tenía que vender. toma del Comando 141 de Comunicaciones
Pero Mota no quería gastar tanto, y cuando del Ejército. En esa ocasión él y algunos otros
el vendedor notó que su cliente empezaba habían robado varias ametralladoras, un cañón
a desilusionarse lo hizo pasar a un pequeño antiaéreo, municiones y algunos fusiles; y un
depósito que se ubicaba un poco más atrás. Unimog, que fue lo que usaron para cargar las
Un desarmadero, pensó Mota mientras cosas y huir.
sorteaba pedazos de cigueñal y restos de viejas Mota preguntó:
carrocerías. Entonces Saba abrió un portón y -¿ y antes de Malvinas? ¿Sabe algo más de
señaló hacia adentro: este camión?
-Este no se lo muestro a nadie, eh, -dijo-, y Saba levantó los hombros.
está a muy buen precio. -Una joya -repitió.
Mota se sintió paralizado por un momento. y todavía no empezaba a hablar de otras
Después dijo: características del Unimog cuando Mota dijo:
-Un... un Unimog... -Creo que vaya comprar este.
-Sí, estos los arreglás con un destornillador
y una pico de loro, ¿por qué te pensás que los ***
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Vicky, desde un principio, miró el Unimog con Mota pensó en todo esto durante varios días.
recelo. Pero es cierto que durantre el primer mes Cuando Vicky mencionaba el tema él intentaba
el camión funcionó muy bien. Mota, como Saba no escucharla y ella, que se daba cuenta, dejó
lo había anticipado, arreglaba los pequeños que el asunto empezara a consumirlo. Ya va
desperfectos o desajustes con algunas pocas a pedirme consejos, se decía, y esperaba en
herramientas. El reparto, en efecto, empezaba silencio que él al fin se decidiese a darle la
a crecer. Sólo en el segundo mes empezaron razón.
los verdaderos problemas. Primero el motor Por ese tiempo Mota volvió a relacionar al
se recalentó y hubo que rectificar la tapa camión con su padre. En definitiva, todo lo
de cilindros, limpiar el radiador y cambiar que había averiguado sobre la desaparición
todas las mangueras. Después se quebró lo llevaba, de una u otra manera, a la ciudad
un amortiguador y hubo que reemplazarlo de Córdoba. Le habían hablado del ER~ de
junto a buena parte del tren delantero. Y más: "Los Decididos de Córdoba", de la toma del
problemas con el cardan, la transmisión y otra Comando, de la clandestinidad, del cruce
vez el radiador, que por suerte Mota cambió de calles donde se lo habían llevado. En la
antes de que el motor volviera a recalentarse. adolescencia, cuando empezó a investigar todo
Además, durante todos esos arreglos que aquello, Mota había encontrado con quién
parecían no tener fin, uno de los mecánicos le hablar y con quién no hablar. Había conocido
dijo que la bomba inyectora no iba a aguantar a gente amable, a nostálgicos, a fabuladores; y
demasiado. si bien muchos le habían sugerido que viajara
-El corazón del motor -dijo el hombre-, el a Córdoba, que conociera dónde había estado
corazón de este motor empieza a pedir ayuda. su padre, que exigiera que le dejaran ver los
A partir de ahí Mota empezó a sentir que, supuestos lugares en los que lo habían tenido
por más reparaciones que se hicieran, el secuestrado, él nunca lo había hecho y siempre
camión siempre volvería a fallar, como si el se prometía hacerlo alguna vez. Incluso Vicky,
encantamiento del que había hablado Saba, el ajena a toda esa historia, esperaba que él
que había salvado al Unimog de las bombas, se cerrase esa parte de sus averiguaciones, que
hubiera convertido en un feroz maleficio capaz viera lo que tenía que ver, que borrara lo que
de echarlo todo a perder: como si el Unimog, había que borrar.
después de su aventura en Malvinas, pidiera Una noche, Mota dijo:
descansar para siempre. -Voy a ir a Córdoba con el camión.
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El gordo siguió hablando y Mota empezó empezó a hacer ruido a turbina de avión y al
a preguntarse si su Unimog no habría muerto final dejó de responder y hubo que parar a
en Malvinas. Eso podía ser. Las bombas, como revisarlo. Esperaba que no fuera algo grave.
había dicho Saba, no lo habían alcanzado. ¿Pero N ada roto, ningún desajuste visible: todo,
qué significaba ese orificio, esa marca de bala hasta donde él entendía, estaba bien. Sin
que el camión todavía conservaba en la chapa? embargo, cuando quiso volver a poner el
Sólo cuando el gordo volvió a insistir con que camión en marcha se escuchó un largo chirrido
los Unimogs eran una locura, que esos sí que de bisagra oxidada y algunos golpes como de
eran verdaderos camiones, Mota sintió que el puerta golpeada por el viento. Mota estuvo
de él era uno de esos, que Córdoba estaba a varios minutos así, escuchando el chirrido
unos pocos pasos y que no sería necesario más y los golpes, hasta que alguien se acercó a
que un último impulso para llegar hasta donde preguntarle si necesitaba ayuda.
se había propuesto llegar. Y con esta convicción -Gracias -dijo él, sin advertir que el que se
volvió a la ruta, a la aventura, a la imagen de había acercado era el gordo de la estación de
su padre, ahora frente a él como un gran frasco servicio.
de dulce casero o mejor: casas llenas de dulce. -¡Eh!, ¿no me reconoce? -dijo el gordo-o
Todos los que me vieron una vez después me
*** reconocen.
-Perdone -dijo Mota-, es que este camión a
Al amanecer, a no más de cien kilómetros de veces ...
Villa María, empezaron a iluminarse unas Después el gordo revisó el motor, dio
nubes grandes y oscuras sobre el horizonte. arranque, otra vez el ruido agudo, y sentenció:
Mota podía verlas en el espejo retrovisor: avan- -Es una lástima. Creo que es un problema de
zaban hacia él y amenazaban con desatar una la bomba inyectora, y del arranque, va a haber
lluvia furiosa sobre el camino. Van más rápido que remolcarlo.
que yo, pensó antes de empezar a acelerar. y mientras el gordo explicaba los detalles
También pensó: este camión va a poder, si de una posible reparación Mota recordó las
pudo hasta acá no tiene por qué fallar ahora. palabras del mecánico: "la bomba inyectora,
Pero falló. Al principio Mota aceleraba y el corazón del motor"; las de Vicky: "terminar
el camión respondía. Las nubes no se movían la casa, siempre decís lo mismo, la casa,
o incluso parecían alejarse. Después el motor siempre lo mismo"; y las de Saba: "pico de
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FÉLIX BRUZZONE UNIMOC
loro, destornillador". Sí, una pico de loro y un sentía la cabeza lastimada contra unas piedras.
destornillador para desarmar todo el camión, No se podía levantar. Hacía frío. Lo señaló con
dos, tres herramientas para ver cada parte por el índice, amenaza. El gordo sonrió.
separado, ver todo lo que le pasa ahí adentro, Cuando Mota logró darse vuelta y empezó
lo que pasó, lo que va a pasar. En ese estado a levantarse el gordo ya no estaba. Escuchó el
encaró al gordo y le dijo que se fuera, que él ya ruido del motor del camión, respiró el humo
iba a ver cómo se las arreglaba. Pero como el del escape, lo vio alejarse. Después escuchó los
gordo insistió en ayudarlo y se ofreció a llamar primeros truenos.
a un remolque y a conseguir un buen bombista Otra vez solo, Mota volvió a abrir el capot y
que pudiera solucionar las cosas Mota le dijo: volvió a cerrarlo. Nada. O sí: empezó a atacar
-No, vayasé, no lo necesito, vayasé. al camión con un martillo. Después siguió con
-Mal parido -dijo el gordo por lo bajo. una maza: golpeó el motor, la carrocería, arrojó
-¿Cómo? una por una todas las herramientas contra el
-Eso, eso, malparido Unimog y empezó a gritar:
Mota pensó en una vaca. Él salía de adentro -¡No tenés nada para decir!, ¿eh?- y repetía-
de la vaca y era un ternero, un torito que la vaca ¿Nada...?
dejaba en el pasto y entonces él, ensangrentado, Pero después decidió que era inútil y que
respiraba la bruma de la mañana y un hilito había que terminar de una vez con todo el plan.
violeta, mezcla de sangre y placenta, que le ¿Qué iba a decir Vicky? Nada, ella no podía
colgaba del hocico. Le dolieron los ojos y saltó decir nada porque sobre todo eso nadie podía
sobre el gordo. Se le prendió del cuello, trató de decir nada. Subió atrás y buscó una manguera
voltearlo pero el gordo se lo sacó de encima de y un bidón. Abrió el tanque de gasoil, intentó
un manotazo. sacar un poco. No había mucho, o él no sabía
-¿Qué hacés? cómo sacarlo, así que sólo pudo llenar el fondo
Mota volvió a la carga. Había quedado frente del tacho y rociar con ese poco el motor.
al gordo y ahora lo golpeaba con los puños Las llamas, al principio pequeñas, hacían
cerrados, golpes desordenados sobre el cuerpo pensar que el fuego se iba a apagar rápido.
blando, inmenso. El gordo no tardó en agarrarlo Pero crecieron, ocuparon la cabina y se
de la ropa, levantarlo algunos centímetros del extendieron hacia atrás. Mota sentía la ausencia
piso y dejarlo tirado de espaldas en el asfalto. que se siente frente al espectáculo del fuego,
Mota lo veía desde abajo, respiraba rápido y esperaba que las llamas alcanzaran el tanque y
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OTRAS FOTOS DE MAMÁ
OTRAS FOTOS DE MAMÁ
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FÉLIX BRUZZONE OTRAS FOTOS DE MAivlÁ
claro cuándo habían estado juntos por última ella. En realidad, nada de lo que decía me
vez ni por qué habían dejado de verse. importaba mucho, y me sentía algo inquie-
Más tarde, mientras me alentaba en mi to. Me preguntaba cuántos años podía tener
búsqueda y prometía averiguar entre algunos Cecilia, pero más me preocupaba saber nuevos
conocidos, recordó que una mañana, poco detalles de la mañana en que Roberto había
antes de que nadie supiera más de mamá, se visto a mamá por última vez. ¿Dónde había
habían cruzado por casualidad en una esquina. sido? ¿Cuánto antes de la desaparición? ¿Sería
Él esperaba el colectivo -era invierno pero esa la última noticia que yo tendría de ella o
hacía calor- y cuando de pronto la vio acercarse alguna vez lograría saber algo más? Por otra
su primera intención fue saludarla, pero ella parte, me daba la sensación de que el encuentro
le hizo un ademán para que no lo hiciera y con Roberto había generado más cosas para él
entonces él se quedó en el lugar, casi inmóvil, que para mí. Él, antes de hablar de la tormenta
y se limitó a devolver el gesto. Eso era todo. próxima, había dicho que quería caminar, y
No sabe si ya entonces la perseguían, pero sí yo supongo que sí, que quería, pero también
que él no había tardado mucho en abandonar estoy casi seguro de que caminar, para él, era
el país porque las cosas, para todos, se habían una especie de necesidad, una urgencia tibia
complicado más de lo que esperaban. antes de volver a su casa y organizar algo para
Nos despedimos alrededor de las cuatro. la noche.
Parte del cielo, antes despejado, se había El auto avanzaba lento, así que hablamos
cubierto de nubes negras. Lo último que dijo bastante pero no sé bien de qué porque mientras
Roberto -miraba el techo de vidrio como si Cecilia hablaba yo pensaba en mamá y en esas
sobre él fuera a ocurrir algo importante-, fue cosas que pienso cuando me pongo triste: los
que pronto empezaría a llover. parques llenos de gente, el sol, las sombrillas
Como Cecilia también tenía que salir que tapan el sol y yo que llego cuando ya no
me ofrecí a llevarla. Ella tenía una clase de hay lugar ni sombrilla y que entonces me tengo
pintura y el lugar me quedaba de paso. En que quedar solo a un costado.
el camino hablamos de cualquier cosa. Ella Antes de doblar en la calle donde quedaba
había conocido a Roberto en un corso y vivían el lugar en que Cecilia toma sus clases, ella
juntos desde hacía dos años. Tenía dos hijos recordó que tenía que comprar algo para su
de su primer matrimonio, uno de mi edad hijo menor. Dijo que él jugaba al rugby y que
y el otro, más chico, que todavía vivía con le había pedido el favor de comprar tapones
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para los botines: el domingo tenía un partido café ocupaba una mesa junto a la ventana, que
importante. Y ahora el problema era que ella, al pedía un trago, que el agua sobre el vidrio le
salir, no iba a encontrar nada abierto. Le daba traía recuerdos de sus años en Europa. Roma
pena defraudarlo, él no se merecía algo así. -yo siempre quise ir a Roma-, novia romana,
Entonces le dije que yo podía comprarlos y que pequeña habitación con vista a edificios
ella, después, pasara a buscarlos por casa. Al desteñidos por la luz -yo una vez vi fotos
principio se negó, dijo que ya iba a ver cómo así, la luz odiosa contra las paredes-, amigos
se arreglaba, que con acercarla a su clase era exiliados y, de a poco, la impresión de haber
suficiente, todas cosas así, muy amables, pero salido de una pesadilla en el momento en que
cuando insistí no tardamos en ponernos de despertar sólo añade dolor al dolor, terror a un
acuerdo. Yo iba a estar en casa hasta tarde, pen- terror sin límite.
saba escribir en mi cuaderno de cosas de mamá También recordé mis propias pesadillas.
todo lo que había dicho Roberto y después Mejor dicho, la pesadilla persecutoria que se
emborracharme. Siempre que averiguo algo había repetido durante años. En ella siempre
sobre mamá compro dos o tres botellas de vino alguien, o algo -algo que quizá sólo era la
y las tomo solo en el patio. sensación de ser perseguido-, me acechaba
Pero no hice nada de eso. Sólo compré los desde un lugar invisible. Las calles familiares
tapones, recordé el tiempo en que los compraba se convertían en pasajes estrechos donde los
para mis propios botines de rugby, y esperé edificios, huecos, eran iluminados por una
que llegara Cecilia. oculta fuente de luz. Y yo, en medio de aquella
Cerca de las seis la tormenta adelantó la resolana deforme, corría -mis pasos no hacían
noche. Hubiera sido necesario encender alguna ruido- y nunca giraba para ver si mi perse-
luz pero preferí dejar todo a oscuras. Los dos guidor estaba cerca o lejos. Y por raro que
amigos que viven conmigo habían avisado que parezca, lo que me producía mayor terror no
no iban a dormir en casa y me gustaba oír los era la proximidad sino la distancia. Y entonces,
golpes de las gotas contra el techo sin nada que antes de ser atrapado, y antes de lograr escapar,
me distrajera. Me pregunté en qué pensaría despertaba y me quedaba inmóvil en la cama
Roberto y si él se preguntaría algo sobre mamá durante algunos segundos hasta que me
o incluso sobre mí. Supuse que si él había salido levantaba para ir a la habitación de mi abuela.
a caminar era probable que hubiera tenido que Todo lo que ocurría entre mi cama y la de ella
refugiarse de la lluvia. Imaginé que en algún -mis pasos sobre la alfombra, mi dedo sobre la
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OTRAS FOTOS DE MAt-v1Á
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boca, me hizo creer que ella también guardaba uno llega de afuera, mojado y después de
algún secreto, y que si la dejaba hablar podía haberla pasado mal bajo la lluvia, cualquier
llegar a contármelo. café puede ser delicioso.
y habló, pero no de mamá ni de Roberto Ella, quizá algo incómoda, cambió de tema:
ni de nada de lo que yo esperaba. Por un empezó a hablar de los tapones para los botines
momento yo había llegado a pensar que ella de su hijo. Nunca me hubiera imaginado que
podría revelarme algo fuerte, algo como que una mujer pudiera interesarse por algo como
Roberto era mi padre o que él había tenido eso. Sabía tanto de botines que estuve a punto
algo que ver con la muerte de mamá. Siempre de preguntarle si trabajaba en alguna casa de
que un desconocido me habla de mamá ropa deportiva. Después dijo que estaba feliz
espero ese tipo de historias. Hace poco me por haber podido cumplir con la promesa
contaron una en la que dos policías, por una de comprarlos y habló de su separación, de
denuncia accidental, llegaban a la casa donde cuánto había significado para su hijo, habló
se ocultaban mamá y algunos de los de su de problemas escolares y de la no muy buena
grupo. El temor, el nerviosismo, la estupidez, relación que el chico tenía con Roberto. Supongo
hacían que uno de los de adentro ametrallara al que ella es capaz de hablar de eso por mucho
policía que había tocado el timbre; el otro, que tiempo. En realidad, no sé cuánto tiempo lo
lograba esquivar las balas, pedía refuerzos y hizo, pero sí que en un momento preferí volver
acudían al lugar un carro de asalto, un camión a hablar del café, y en cuanto la lluvia se hizo
lleno de soldados y un helicóptero. La tarea era más débil la acompañé a buscar un taxi.
sencilla: mientras un grupo abría fuego sobre Caminamos hasta la avenida cubriéndonos
la casa, dos o tres se acercaban un poco más bajo las copas de los árboles, aunque a veces
v arrojaban varias granadas que, al explotar, con el viento era peor. En las calles oscuras
dejaban una nube de polvo y humo negro, una la lluvia era un ataque invisible, irreal, del
montaña de escombros y, bajo esos escombros, que no había manera de defenderse. Cuando
los desafortunados cuerpos sin vida de mamá logramos cubrirnos abajo de un toldo estuve
y de sus amigos. por decirle esto a Cecilia, pero en lugar de eso
En lugar de contar algo así Cecilia dijo que el dije que iba a llover el resto de la noche. Ella
café era una delicia y quiso saber cómo estaba esperaba que no, y dijo que no le gusta cuando
preparado. Dije que no era nada especial, que su hijo juega con la cancha llena de charcos y
quizá lo especial era la variedad; y que cuando de barro.
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OTRAS FOTOS DE MA!'vIÁ
Abajo de ese toldo tuvimos que esperar mitad estuvo afuera él terminó de sacarlo con
bastante. Hablamos de lo inestable del tiempo los dedos. Sonreí. Él sonrió, le ofrecí que tomara
en esta época del año y de lo difícil que resulta y tomó. Después tomó un poco más y volvió a
encontrar un taxi libre los días de lluvia. sonreír. Dijo otras palabras incomprensibles y
Cuando al fin uno se detuvo, nos despedimos me pasó la botella. Tomé un poco, él me miró
y todo fue tan rápido que me olvidé de pedirle como en busca de aprobación. Asentí, tomé
que le recordara a Roberto lo de las fotos. El varios tragos seguidos y él aplaudió. Después
taxista giró en U en medio de la avenida y pen- señaló hacia la calle, supongo que para decir
sé que cuando llueve es más fácil violar las que me quedara hasta que pasara la tormenta.
leyes de tránsito. Luego el taxi se alejó veloz y Entonces fue hasta el fondo del supermercado
antes de que llegara a la plaza lo perdí de vista. y volvió con una silla. Me senté, él bajó las
Debían ser las nueve y la lluvia se hacía más persianas y también se sentó y pronto tomamos
fuerte. Enfrente, a mitad de cuadra, las luces el resto de la botella. Después tomamos la otra
encendidas del supermercado de los chinos me y cuando la terminamos él, siempre sonriente,
hicieron suponer que el lugar seguía abierto. trajo cuatro o cinco más. Supongo que en algún
Crucé y avancé hacia las luces. A esas horas la momento me quedé dormido, que vomité, que
caja la atiende el dueño, un chino bastante gordo me sentí bien y que me sentí mal, muy mal,
que mientras yo elegía los dos vinos que ahora que lloré; y creo que cuando me fui -empezaba
sí quería tomar, me miró con desconfianza. a amanecer y del temporal quedaba sólo una
Después, cuando estaba por pagar, me dijo lluvia suave- el chino, sentado en el suelo,
algo incomprensible, quizá el precio, y como vi apoyado contra una de las góndolas, aún
que afuera la tormenta arreciaba se me ocurrió sonreía.
que tomar algo de vino iba a facilitar el regreso.
Le pedí al chino si tenía algo para abrir una de
las botellas y él metió la mano en un cajón lleno
de papeles, tapitas y corchos. Por un momento
creí que no me había entendido, pero entonces
sacó un trapo, 10 colocó sobre el fondo de la
botella y, luego de sacar el papel de aluminio,
empezó a golpearla contra una columna. El
corcho no tardó en asomar, y cuando más de la
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PRIMAVERA NINJA
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muy cómoda en su escritorio lleno de papeles. eso facilitaba el que pudiéramos hablar sin que
y mientras hablaba, las pequeñas ilusiones que nos importara lo que el otro pudiera pensar.
me habían provocado las palabras de Bárbara Además, cerca de Bárbara yo estaba bien, y
empezaron a caer, una por una: pájaros suici~as creo que ella sentía algo parecido. Quizá los
en un mediodía lento, lleno de sol. La mujer dos teníamos alguna esperanza de llegar a
decía que todo era muy difícil y mencionaba la convertirnos en algo más que compañeros de
lista de asuntos burocráticos que siempre me aquel grupo y quizá todos se daban cuenta
habían desanimado y que ahora afirmaban mi de aquella posibilidad. Yo incluso notaba que
decisión de terminar la carrera cuanto antes algunos, en cierta forma, nos alentaban para
para poder dedicarme a cualquier otra cosa. que concretáramos algo. Pero siempre estaba
Yo asentía, qué más podía hacer, y cada tanto eso de que ella tenía que irse al Narte, a ese
miraba a Bárbara, que se concentraba en las lugar, y que yo, que recién venía de terminar
palabras de la mujer como si fueran el camino una relación de varios años con otra chica, no
o el principio del camino hacia algo muy pero estaba en condiciones de empezar nada nuevo;
y Bárbara, se entiende, era de esas chicas con
muy importante.
Más tarde, mientras esperábamos a los que las que yo hubiera empezado algo serio y si no
se habían retrasado -tomábamos mate en el nada.
balcón, un piso ocho, creo, y mirábamos hacia Bárbara siempre hablaba mucho, contaba
enfrente: muchos obreros construían una torre- cosas de todo tipo y a mí me gustaba escuchar
Bárbara, con la misma expresión concentrada todas esas historias en silencio. Una vez, por
de antes, dijo que era un buen momento para ejemplo, me contó cómo había muerto su pa-
irse. No sólo por la carrera, dijo, sino también dre. Un accidente horrible. Ella sabía que mis
por esa torre que en poco tiempo más iba a tapar padres habían desaparecido en la dictadura
la vista a todas las ventanas del departamento. -decir eso suele ser mi carta de presentación-
La monografía avanzó sin dificultades y la y supongo que me contó lo de su padre para
terminamos bastante rápido, incluso antes del que yo sintiera que teníamos algo en común. Y
plazo estipulado por la profesora. Los días de lo teníamos. Yo a papá no lo había conocido, y
reunión la pasábamos muy bien y todos los Bárbara tampoco al de ella. Además, por cómo
del grupo llegamos a tener bastante confianza contaba las cosas, el hombre había sido víctima
entre nosotros. Teníamos edades diferentes y de una especie de asesinato. Él volvía de un
éramos de carreras distintas, y supongo que supuesto viaje de negocios, era de noche, llovía,
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Una compañera habló de cómo su hijo, por casi nos besamos. O nos dimos un beso corto
accidente, se había cortado el prepucio y que no entraba en la categoría de beso. Fue
habían tenido que sacárselo. Dijo que ahora eso y un abrazo largo que por cómo ella me
todos los que lo vieran desnudo iban a pensar apretaba contra su cuerpo quizá significaba
que era judío y ella estaba muy orgullosa. Un que quería invitarme a subir. Era como si
compañero que trabajaba en un instituto para Bárbara, con el abrazo, quisiera arrastrarme, y
chicos mogólicos contó de la vez en que uno de hecho perdimos el equilibrio, trastabillamos
de los chicos había aparecido con un perro del y si yo no pongo la mano en el piso nos caemos.
cual no se desprendía por nada del mundo. Después nos quedamos ahí, sentados. Nos
Dijo que el mogólico decía que amaba al animal miramos un buen rato. O no, a lo mejor pareció
y que le hablaba más que a cualquiera de sus un rato largo porque cuando me fui -ya era
compañeros, y que todo anduvo bien hasta que tarde-, el colectivo tardó casi una hora en llegar
descubrieron que la intensidad de la relación a la parada.
tenía que ver con que el chico había descubierto Dos meses después nos encontramos en
algo para él antes desconocido: a espaldas de la Facultad. Yo había empezado un curso de
todos, el mogólico mantenía relaciones sexuales verano y ella iba a buscar libros en la biblioteca
con el perro. Bárbara casi no hablaba, y yo, para apurar lo de la tesis. Nos saludamos como
que veía mi caudal de anécdotas ampliamente amigos de muchos años y fuimos a tomar
superado por todas aquellas historias -y que cerveza a una plaza. Ella me dijo que antes iba
además no iba a inventar ninguna, no miento-, a esa plaza con su ex novio, que iban de noche y
no terminaba de explicarme cómo habíamos que a veces veían parejas que hacían el amor en
llegado a hablar de cosas como esas. lugares oscuros. Bárbara señalaba esos lugares
Lo cierto es que cuando terminamos de que aún a pleno sol parecían oscuros y me
cenar nos despedimos y cada uno se fue para invitó a sentarme en el pasto a la sombra de un
su lado. Yo estaba algo borracho, acompañé a árbol. Empezamos con la cerveza. Hablamos
Bárbara hasta la puerta de su edificio y antes de muchísimo. Todo volvía a fluir y a mí lo del
saludarla hablamos bastante, no sé de qué pero viaje al Norte ya no me importaba. Incluso
mientras tanto nos tocábamos los hombros mientras tomábamos la segunda botella pensé
como empujándonos. Decíamos cosas que nos que podría acompañarla o compartir, al menos,
hacían reír y ella en un momento me agarró la una parte de su estadía allá. Así que poco a
mano, qué tirás, tiro, no tirés. Nos besamos. O poco me acerqué, le acaricié el pelo, las manos
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y terminamos tendidos en el pasto, ella sobre conocí en la calle y salimos dos o tres veces;
mí, y con ganas de que la noche llegara rápido le encantaba dormir sobre mi pecho, era muy
para ir a uno de esos lugares oscuros dónde buena conmigo, pero la relación no prosperó
escondernos de los que pasaban. Igual, después porque roncaba demasiado y yo odio que algo
de besarnos fuimos a su departamento y me me despierte en la mitad de la noche. A una
quedé hasta el día siguiente. Varias veces uno de las dos le hablé de mis padres y ella llegó a
de sus compañeros golpeó fuerte la puerta del confiarme alguna tragedia familiar, algo como
cuarto, como si quisiera asustarnos, y también que su hermano había estado en una granja
escuché una voz de mujer que decía algo así de rehabilitación o que su madre intentaba
como "yo no sé cómo alguien puede estar reestablecer su relación con los hijos de su
con esa escuálida". Después de eso le conté primer matrimonio. Yo estaba con ellas, y la
a Bárbara de unos conocidos que buscaban a pasaba bien, pero sentía que no era suficiente.
alguien para que fuera a vivir con ellos: ella Hasta que un día -de esto me acuerdo muy
se mostró bastante interesada. Le dije que me bien, debe ser mi recuerdo más intenso de
llamara, que yo iba a averiguar el número y aquellos meses-, mientras trabajaba en Once -
que llamara, que no dejara de llamar. Insistí un vecino me pagaba por repartir unos volantes
con eso, claro, y con otras cosas sobre nuestro o panfletos: no sé cómo llamarlos porque por
futuro que ella, sonriente, la luz de la mañana el tamaño eran volantes pero el contenido era
en los ojos, escuchaba. panfletario, algo relacionado con promover
Pero pasó el tiempo y Bárbara no llamó. Yo una nueva religión similar al cristianismo
lo hice varias veces pero siempre contestaba pero basada en una mezcla de doctrinas del
alguien que decía que iba a dejarle un mensaje cercano y del lejano oriente-, sentí mucha sed.
pero que evidentemente nunca se lo dejaba. Hacía frío y recién empezaba mi día de trabajo,
Me cansé. Terminé el curso de verano y decidí pero por alguna razón mi cuerpo pedía algo
no volver a la Facultad hasta el cuatrimestre refrescante, como si de golpe mi estómago o
siguiente, necesitaba trabajar y ganar algo de todo mi aparato digestivo -la sensación era
muy extendida- hubiera empezado a arder y
plata.
En todo ese tiempo estuve con otras dos necesitara ser sofocado cuanto antes. Camino a
chicas, una era la amiga de un amigo que un kiosco escuché la sirena de una autobomba:
desde mi pelea con mi novia llamaba, cada tuve ganas de que alguien descargara un
tanto, para vernos. A la otra, casi gorda, la matafuegos en mi garganta; a los pocos
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segundos, cuando vi pasar el ruidoso camión y sonrió. Entonces le di toda la plata que tenía,
rojo -dos o tres bomberos viajaban colgados le dije que se quedara con lo que sobraba _
de la parte de atrás- quise que pararan y alguna moneda- y salí, rápido, a tomar mi vaso
abrieran varias mangueras en mi boca. Pero de naranja en algún lugar tranquilo.
el camión pasó y yo, ya en el kiosco, pedí un A pocos metros del kiosco me senté sobre
refresco grande, lo más grande que tuvie- un cantero ubicado en la entrada de un
ran, y me ofrecieron botellas de plástico o de edificio. El lugar estaba sucio, oscuro, y parecía
vidrio de hasta dos litros y medio de gaseosas abandonado. Pero no: desde adentro venían
casi congeladas, pero como el dinero no me voces y ruidos de máquinas. Pensé que el
alcanzaba pregunté si no tenían algo suelto, edificio podía estar tomado o que adentro
algo que me pudieran dar en vasos de plástico funcionaba un taller o una fábrica clandestina.
o papel. Y sí, tenían: la empleada me ofreció Sí, eso podía ser, y en eso estaba -yo ya había
cualquiera de los tres tamaños de vasos de papel empezado a tomar mi naranja- cuando creí
que se alineaban sobre una repisa. Elegí el más escuchar la voz de Bárbara. ¿De dónde venía?
grande y pedí que lo llenaran con la gaseosa ¿Bárbara trabajaba en aquel lugar o ... ? Imposi-
que estuviera más fría. La chica sacó de una ble: la voz no parecía venir del edificio sino del
heladera una botella de Tai o Pritty o Sweety vaso. Dejé de tomar -quedaba muy poco-, y me
de naranja -no Mirinda, no Fanta- y empezó a dediqué a prestar atención. ¿Qué podía haber
llenar el vaso. No sé cuánto tiempo tardó, no hecho que la voz de Bárbara sonara como en el
mucho, pero mientras ella trabajaba me pareció interior de aquel vaso? Las palabras, confusas,
que en el vaso podía entrar todo el contenido habían sido suaves y ásperas, como de alcaucil,
de esa botella y el de todas las botellas del dóciles en el centro y duras por fuera; y al
local. Y también podían entrar otras gaseosas, escucharlas yo había captado el sentido de
todas las demás gaseosas y también todos la voz: avanzaba desde adentro hacia afuera
los jugos, cervezas con y sin alcohol, leches partía del suave corazón y llegaba a la rigidez
enteras, descremadas, cultivadas, chocolata- de las hojitas de la superficie.
das, yogures y hasta shampooes, cremas de Estuve algunos instantes sin saber qué hacer.
enjuague, no sé. En un momento me pareció Bárbara podía estar cerca, el vaso podía ser
que la chica se había dado cuenta de lo que una especie de antena. N o, eso era ilógico. Pero
yo pensaba: antes de que le pagara dijo que el también mi sed había sido ilógica, y muchas
vaso estaba bien lleno, que no podía quejarme, otras cosas: ¿qué hacía repartiendo volantes
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de una nueva religión? Volví a escuchar la voz sueño; pero después de desayunar las ganas
de Bárbara y volvió la sed, mucha sed, y de un se me habían ido y encima llegó mi vecino -el
solo trago vacié el resto del vaso y me fui. de los volantes- y me dijo que iba a ampliar el
Al llegar a casa, tarde, habían cortado la luz reparto y quería que yo fuera algo así como
así que cociné y comí en silencio, sin el ruido coordinador de volanteros. Habló de cosas
de la TV ni el de los chamamés que escuchan espirituales y de que la lluvia de anoche había
los formoseños de al lado: y pensé, a pesar del sido una señal, como el cometa para los Reyes
silencio -o a causa del silencio-, que Bárbara Magos o la zarza incendiada para Moisés. Me
estaba conmigo. Después me fui a dormir asomé a la ventana: en efecto, había llovido.
-creo que nunca necesité tanto de un buen Supongo que él pensó que mi verificación tenía
descanso- y soñé que afuera estaba nublado que ver con que yo creía en su plan mesiánico.
y que empezaba a llover. Todo era mu? real: Pero cuando le dije que no quería saber nada
sacaba la mano afuera, el agua me mojaba, y más con sus volantes se sorprendió tanto que
la sensación era la misma a la de cuando era empezó a hablar, como poseído por una fuerza
chico y me hacía pis dormido: el agua bajaba extraña, y a decir muchísimas cosas sin sentido.
desde la mano hacia todo el cuerpo y no me Quizá él era el Salvador, sí, pero como no me
molestaba estar ahí, tan húmedo, a la espera de importaba lo acompañé hasta la puerta y le dije
que llegara mi abuela para bañarme con agua que en la semana iba a pasar a buscar la plata
caliente. y cuando me sentí mojado empecé a que me debía.
llorar, y todo era tan real que no sabía si lloraba . Por fin, una mañana, justo antes de algo
de verdad o si el llanto era parte del sueño. Lo Importante, creo que antes de una reunión con
que sí estaba claro era que el llanto era a causa de alguien que podía darme un trabajo bien pago,
la lluvia, y que era un llanto de felicidad, como Bárbara llamó. Escucharla en el teléfono me
esas veces que uno llora porque después de pareció algo lejano: la voz de un explorador
mucho tiempo se encuentra con alguien al que en el Polo o en la luna o en cualquier planeta
no ve hace mucho, como si esa lluvia hubiera de cualquier galaxia que no fuera la nuestra.
caído después de un verano pesado, pastoso, ¿Llamaba desde su excavación en el Norte
del que algo o alguien venía a rescatarme. desde el pozo donde ya había empezado ~
Al día siguiente -la luz ya había vuelto- me trabajar? No, Bárbara había terminado de
sentía liviano, limpio, y tenía ganas de llamar pelearse con sus compañeros de vivienda
a Bárbara para contarle lo del vaso y lo del y quería el número de esos conocidos míos
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que el tío no se asomara. Primero en la cama, del living eso se veía bien; más que nada en el
pegada a la ventana, y después en el piso. portarretratos grande, que era el testimonio
Mientras estábamos en el piso la agarré del más visible de sus años de modelo. Varias fotos
pelo. Pará, me dijo, me despeinás, ahora tengo con vestidos y sombreros y peinados onda
años setentas. Las fotos de esa época de mi
una reunión.
A los pocos días el tío se murió. En el velorio, mamá eran más bolche. Ella había sido cheta
su mujer, que siempre le decía: vos sos más pero la militancia en agrupaciones guevaristas:
boludo que tu hijo, estaba rodeada de amigas hasta terminar en el ERB habían cambiado su
que se sentaban en una suerte de ronda. Ell~, vestuario radicalmente. Yo no sé: la mamá de
en el centro, estaba eufórica, casi feliz, en medio F era demasiado amable conmigo, yeso a lo
de una reunión que era triste, pero apenas. mejor tenía que ver con que yo no tenía mamá,
La única que lloraba, de hecho, era la mamá ni papá, y entonces bueno, la compasión.
de F (hermana del tío, únicos hermanos). La Eso pensaba. Como si ella se propusiera
consolaban su marido y un gordito simpático, venir a reemplazar algo. En ese caso, F y yo
amigo de toda la vida. Yyo, que en un momento habríamos si?o hermanos. Y algo así pasaba,
le di la mano y ella entonces me la acarició un en realidad. Eramos como hermanos y por eso
nos peleábamos todo el tiempo; y las cosas,
buen rato.
La mamá de F era maestra, como F y como después de casi cinco años de novios, iban
yo. Cada tanto nos daba consejos para manejar mal. Pero ahora, en retrospectiva, supongo que
a nuestros respectivos grupos de alumnos, y podría haber pasado algo con la mamá. Unos
siempre que lo hacía me miraba fijo, una mirada besos, unas tocaditas. Después podíamos ver.
que no era intensa pero sí pegajosa, como de A veces me imagino llegando una de esas veces
dulce de leche entre los dedos, o de miel. Sus en que F no estaba, la mamá duerme la siesta
ojos eran los que había heredado F, enormes y yo me meto en la cama. ¿Qué hacés?, dice.
y azules, y tenía la voz ronca por los años de Dale, dale, digo. Entonces empezamos, le meto
docencia. Creo que yo le gustaba. Alguna vez los dedos, la chupo toda.
me hizo subir cuando F no estaba. Esperala Pero no, yo a F la amaba. Un amor para
acá, nos tomamos unos mates mientras ella siempre. De hermanos, ya dije. De hecho,
llega. Era alta, ni flaca ni gorda, una mujer con cuando al final me dejó, le escribí una hoja en
curvas, como se dice, y todavía se notaba que la que todo lo que decía era "te amo te amo
de joven había tenido buen cuerpo. En las fotos te amo", de un lado y del otro del papel, dos
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intenso, porque parece que se había cogido a una zona bastante oscura y despoblada, vi a
su chica travesti en el asiento de atrás y ella se la chica de mis sueños. Yo venía en velocidad,
había cagado encima. El pibe la había sacado a pero frené. Ella era flaca, casi sin tetas, con
las patadas, y se había tenido que enjuagar en curvas suaves. La piel, blanquísima; y los ojos
el lago del Rosedal. También contaba de otro pintados de gris, terminaciones en punta, y en
amigo, uno que había ido un par de veces a un los párpados un celeste pastel iluminado por
boliche fiestero donde parece que los sillones un poco de brillantina que se escondía entre las
estaban cubiertos con unos plásticos, y donde cejas. Todo era muy delicado, como virgen, y
todo era resbaloso. Ese sí había estado dos o ella salía así, de la oscuridad, alumbrada por
tres veces con travestis, y cada vez que hablaba las luces del auto. Iba a seguir para lo de F pero
del tema parecía más grande, como hinchado, no pude, y me quedé ahí. Es decir: me quedé en
y otro amigo le decía, pero es un chabón, igual esas cuadras, dando vueltas, sorteando autos y
es un chabón. Y bueno, decía él, en pedo no te chicas, para asegurarme de volver a encontrar
a mi sirena, piernas de alquitrán, pegajosas, y
das cuenta.
Así que entre la homofobia de mis amigos torso de bella durmiente, antes de que alguien
y el amor a F, la calle Thames y toda esa zona la levantara, porque era obvio que alguien la
eran, para mí, como una vidriera: intocable. iba a levantar. Era hermosa, una especie de
Una tarde, al final, F vino a casa y me dijo ángel de la ciudad: líquida como las napas
de tomarse un tiempo. Lo normal. Bueno, me subterráneas, los arroyos entubados, el mismo
desesperé. Hice lo de la carta, siempre que podía río de la Plata, no tan distante, y dura, maciza
pasaba por su casa para ver si la encontraba, y bien moldeada con el cemento de las torres
todas esas cosas. Hasta que una noche que vecinas, en constante crecimiento. No sé cuánto
volvía de no me acuerdo dónde pasé otra vez tiempo estuve dando vueltas, pero después de
por Thames, como para ir a lo de F, llegar a la varias pasadas me puse atrás de los dos o tres
esquina de su edificio, esperar un rato para autos que ya paraban a preguntarle, y cuando
verla llegar, o salir. Hacía tiempo que no pasaba llegó mi turno bajé la ventanilla.
por ahí y el paisaje me sorprendió un poco. Al Bucal veinte pesos, completa cincuenta, dijo.
principio incluso me molestó tener que esperar Hasta ese momento, por dos o tres segundos,
en los cuellos de botella que se formaban en estuve a punto de hacerla subir, aunque fuera
las esquinas. Pero después, más adelante, para pasear, hablar un poco. Pero me quedé
pasando Córdoba, a una o dos cuadras, en mirándola un rato. Era una chica en verdad
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auto de la madre, que como estaba a nombre de nos desnudábamos yo pensaba puede ser,
un hermano de ella no fue a remate y entonces sí, puede ser, pero la verdad era que lo único
el padre empezó a usarlo para trabajar de que yo quería era estar solo con ella, juntos
para siempre. Ella, yo, mis pasteles. Nuestros
remisero. pasteles. Nuestra pastelería que podía llamarse
Ahora que lo pienso, todo cambió tan
rápido que fue como acostarse feliz despu~s así: "Nuestros pasteles". Pero al día siguiente,
de regar las plantas y despertarse en medio cuando nos despertamos y ella me preparó el
de una inundación. Igual, como me resultaba desayuno, tostadas calientes que al principio
difícil saber por dónde empezar a deprimirme, quemaban y después no, era obvio que para
seguí adelante. Mi abuela siempre me .h~bía Ramina, si íbamos a seguir, teníamos que
dicho: vos, nene, con todo lo que viviste, compartir algo más.
tenés que mirar siempre para adelante. A~í Ella me decía: ellos te van a ayudar, haceme
que para sobrevivir me dediqué a lo ~ue tenIa caso, son buenos, ¿por qué te creés que voy?,
más cerca: conservar los clientes de mi abuela. para ayudarte, ¿no te das cuenta? Y era verdad:
Tenía su agenda de trabajo, sus equipos, sabía Ramina me quería tanto que, teniendo padres a
usar las mangas, enharinar los moldes, hacer los que quería, militaba en una organización de
las mezclas, el mazapán y el glasé, tiempos personas sin padres. El dato no es menor, claro.
de cocción, horno en mínimo, en máximo, En su casa, con todos los problemas que tenían,
sólo faltaba recorrer las confiterías donde ella la noticia debe haber caído bastante mal. Y
entregaba los pedidos, presentarme, soy el hijo aunque ella dijera que no, supongo que buena
de Lela, decir, la de las tortas, y listo. N o fue parte de su decisión de irse a vivir con Ludo, su
mejor amiga en HIJOS, tuvo que ver con eso. O
difícil. a lo mejor no. El papá de Ramina, después de
Ramina también estaba bastante mal.
Nos veíamos poco. Un día hablamos de eso un tiempo de ir y venir con su remís, se cansó y,
y ella me dijo que me quería.. ayu~ar, que casi sin avisar, se fue a Miami. Para la mamá de
ayudarme era ayudarnos. Lo dIJO aSI: te voy Ramina el tipo, cuando llamó desde Ezeiza, ya
a ayudar para ayudarnos. Lo de tu abuela te estaba muerto. Para Ramina no tanto.
hace mal, dijo, estás muy solo, ya vas a ver. Era una ronda de nueve o diez personas.
y al día siguiente trajo papeles y libros y me Todos, menos uno, hablaban bastante y
dijo que había empezado a militar en HIJOS. discutían sobre cosas organizativas. Yo me
Es por vos, porque te amo, dijo, y mientras quedé mirando al que no hablaba: tenía unas
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celeste -el bebé, cuando salía, era varón-; pero podía hacer nada. Entonces, para despejarme
igual todo terminaba mal-mal para m~- cu.ando un poco, contraté a alguien que pudiera
a la cama de Ramina se acercaba un tipo Joven ocuparse de mi trabajo al frente de la pastelería
_y canoso- a quien el bebé le estiraba los brazos -una especie de gerente- y me dediqué a
viajar. Recorrí Latinoamérica. En cada lugar
y, con total claridad, le decía ho~a papá. /
Al día siguiente, algo nerVIOSO, desayune investigaba sobre la repostería de la región con
tres cafés seguidos y estuve por llamar a la idea de volver y abrir una cadena de pasteles
Ramina para decirle que si tanto quería abortar multiétnica con capacidad de distribución en
que llamara al verdadero padre del bebé y qu~ toda la capital. Pero la variedad de recetas,
le pidiera la plata a él. Pero en vez de eso fUI ingredientes y pequeños trucos resultó ser tan
al banco, saqué lo que ella iba a necesitar y la grande que iba a ser imposible hacer justicia
llamé para encontrarnos en un bar. Sentados a con todos, así que abandoné el proyecto antes
una mesa que daba afuera ella pidió agua y yo de la mitad del camino. Igual, por lo que pasó
más café. No me sentía bien y fui varias veces después, llevarlo a cabo hubiera sido imposible.
al baño, sin éxito. A ella en cambio se la veía Fue así: en Honduras conocí a una chica
contenta y hasta pudimos hablar del pronóstico del lugar que al tiempo de andar juntos por
del tiempo. Todavía me lo acuerdo: templado playas de arena blanca y ruinas precolombinas,
en la mañana y desmejorando hacia tarde, con en su dialecto apenas comprensible para
descenso de temperatura Y probabilidad de mí, me dio a entender que Ramina podía no
lluvias de variada intensidad. Poco alentador, haberse hecho el aborto. Pesadillas. Medusas,
algas, montañas de animales acuáticos se
pero al final había estado lindo. ..
Por ese tiempo salieron las indemnIzacIones acumularon cada noche sobre mi espalda,
de papá y mamá. Yolas había tramitado cuando herida contra una barrera de coral. Eso V el
mi abuela vivía y los años habían pasado efecto de la distancia, que me traía recuerdos
sin novedades hasta que un día llegaron los de Lela, de mi infancia en Moreno, de lo que
papeles, firmé, y todo estaba terminado. Como Lela me contaba de papá y mamá, cosas así,
ya no iba más a HIJOS no tuve que enfrentarme me hicieron volver. Y al llegar, malas noticias:
a los que no estaban de acuerdo con cobrarlas, y mi gerente había desmontado la pastelería y se
los pocos a los que seguía viendo pensaban que la había llevado a otro lado: todos mis clientes
aceptarlas estaba bien o que, en todo caso, era le compraban a él. Esto podía pasar, pensé.
una decisión personal y que contra eso no se Igual, más importante era encontrar a Ramina.
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Llamo a su casa, no contesta. Voy a su casa: voy a ir a buscar a Ramina? Curzar el océano
cerrada y en venta. Voy a HIJOS. El tipo de sí, hundirse y flotar, miles de medusas intenta~
los ojos con manchitas blancas me dice hola, pegarse al casco recién pintado pero no pueden,
tanto tiempo, qué sorpresa, pasá, y otras cosas el espejo negro y brillante las ahuyenta y quedan
amables, muchas cosas -se ve que los ratones atrás, mareadas por la velocidad y los remolinos
le devolvieron la lengua y no puede parar de de las hélices. Antes de quedarme dormido
hablar, y hasta las manchitas de los ojos parecen -o desmayarme, no sé- yo también me mareo.
más chicas, o tenues-, y cuando entramos, en un Después sueño con cosas que no todavía no
pasaron pero que van a pasar, seguro. Ramina
pasillo, me encuentro con Ludo y le ~regu~to
por Ramina. Ramina se fue a Espana~ dice. es mesera en un restarán que da al mar y cuando
llego en mi barco todos los comensales se
¿España? Sí, alguien le dio para el pasaje y se
asoman a ver. Me siento un héroe. Soy un héroe.
fue. Estiro un brazo, le apoyo una mano en un
hombro. Ella cree que la vaya abrazar y me la Ella me tiende una mesa y me sirve algo fresco:
saca. España o Italia, dice, no sé, el avión hacía debés estar cansado, mi navegante. Sí, fue un
escala en Madrid y cuando fui a despedirla ella largo viaje. Después cenamos juntos y ella me
no se decidía por dónde quedarse. No te iba a cuenta todo lo que pasó como si fuera una gran
abrazar, digo. ¿Qué?, dice, no jodas, nene, ya aventura, habla de la suerte que tuvimos de
volver a encontrarnos y de muchas otras cosas
jodiste bastante.
Salgo lo más rápido que puedo. El de las que como las dice en otros idiomas --ella en el
manchitas, mientras me voy, me pregunta, ¿y?, sueño tiene don de lenguas, yo no- no entiendo
¿volvés? Sí, sí, digo. Al principio camino rápido pero que por cómo las dice son cosas buenas,
pero después no: trote, carrera, como si con eso seguro. y mi hijo no está pero en alguna parte
fuera a encontrar a Ramina, a mi hiio, a alguien. tiene que estar, claro, de un momento a otro se
Sin darme cuenta llego al Puerto y a unos va a oír su llanto, sus primeras palabras, ta, ta,
astilleros y a un submarino en reparaciones que ta, tao Y como el restarán está en venta pienso
por alguna razón me detiene, o es el cansancio. rápido y le vendo el submarino a la parejita de
El casco del submarino es negro, recién pintado, la mesa de alIado -nos vamos de luna de miel
y se escuchan los ruidos de los martillos y las dicen al unísono antes de hacerse a la mar-.
soldadoras que trabajan adentro. ¿Cuántos compro el restarán, y nos quedamos a vivir ahÍ,
son?, ¿cuánta gente trabaja a jornada completa, a una familia de tres, de cuatro, de cinco, de seis,
doble jornada, para dejar listo el barco en el que todo siempre crece, todo siempre puede crecer.
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que él quería probar suerte allá y ella también pasillo al fondo, y fui a lavarme las manos y
porque las meseras allá ganan bastante. Bueno, la cara. Hacía mucho calor y yo había ido en
dije, que les vaya bien, y antes de que se fu~~a bicicleta. Exterminados, pensé. Esa palabra
pensé en ofrecerle algo mejor que aquel VIaje la había escuchado en referencia a los judíos,
pero qué, yo no tenía nada y además nunca nunca para hablar de alguien de mi familia,
miento, no me gusta, si miento es sin querer, pero por lo que dijo Daría mis padres habían
sin darme cuenta. De hecho, la mayoría de las sido exterminados. ¿Cuántos en el ERP eran
veces sólo me miento a mí mismo. judíos?, ¿cuántas cosas idiotas pensé mientras
Volví al azar, letra O: Ojo, Daría. ¿Quién era? intentaba refrescarme? Después levanté la tapa
Una anotación entre paréntesis, algo borrosa, del inodoro, me incliné, di dos o tres arcadas
derivaba a otra página: "(ver Antrop...)". que no llegaron a impulsar lo poco que había
Antropólogos Forenses, supuse mientras re- almorzado ese día hasta que un baboso líquido
trocedía hasta la A. Sí, era eso, Daría Ojo era transparente se deshilachó desde los labios
el hombre de Antropólogos Forenses a quien hasta la losa; tuve que usar las manos para
yo había recurrido para conseguir alguna terminar de desprenderlo.
información sobre los años de mis padres en
el ERP. Cuando llegué a la A lo confirmé: ahí ***
estaba el número de teléfono, la dirección, la
flecha que iba desde el recuadro subrayado al Durante los días siguientes la agenda quedó
nombre y los datos de la persona que me había sobre una pila de ropa sucia y pensé en todo
hablado de ellos. Un departamento antiguo ese asunto del exterminio de mis padres, en lo
sobre avenida Rivadavia. Puertas y ventanas poco que sé, y pensé en mi tía Rita, que habla
y pisos de madera. Techos altos, blancos. con los animales y dice que nada sucede porque
Luz de sol hasta en el baño. Grandes mesas sí. Una vez me prestó un libro: El éxito no llega
como de arquitectos. Posters en las paredes. por casualidad. También tiene varios de Arme
Música de fondo, del altiplano. Una secretaria Crysler y uno de Cony Mendez: Piensa lo bueno
delgada, anteojos redondos y vestido negro y se te dará, que una vez hojeé y me pareció
y en un momento Daría que me dice: los que amable pero demasiado optimista. Cuando yo
estaban en el ERP fueron muy exterminados, estudiaba en la facultad un profesor siempre
siempre es difícil encontrar algo, y mientras él empezaba sus clases diciendo que para ser
anotaba algunos datos yo pedí de ir al baño, optimista hay que estar mal informado. Igual,
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debe ser un desafío incluso para un monta- A esa hora el sol empezaba a bajar y ya
ñista experimentado- hasta el tanque de no era tan fuerte. Además, el hecho de haber
agua. Yo no lo sabía, pero junto al tanque mi estado junto al tanque de agua -a pesar de
tío había construido una pequeña pieza con que entonces nos encontrábamos sobre la
conexión de agua y letrina. En el lugar, ahora membrana caliente- daba idea de frescura, de
invadido por cajas llenas de cosas inútiles, que la casa y el barrio, de un momento a otro,
podían entrar fácil una cama y algunas otras podían convertirse en algo líquido, cosas que
cosas: una garrafa con calentador, una mesa. por esos días eran más que suficientes para
Rita señaló la letrina, la canilla, el desagote: sentirse bien.
si alguien recibía comida desde afuera podía En la caja había fotos. Rita la abrió, buscó
pasar ahí adentro todo el tiempo que quisiera. adentro como si buscara restos de carne entre
El lugar me resultaba familiar pero Rita me lo los huesos de un pollo, una tarea muy trabajosa
mostraba como si yo nunca lo hubiera visto. pero que a ella le gustaba. Cada tanto hablaba
Abrí una caja: una bonita araña de bronce sin de alguna, nombraba a los que se veían en ella,
cables ni bombitas, y una lámpara de aceite a los que habían estado ese día, al que había
que yo, fuera de los dibujos de Aladino, jamás hecho el asado. En algunas estaba mamá y
había visto. De hecho, siempre había pensado Rita dijo que mi tío las había guardado porque
que la lámpara del Genio era una tetera y que para él eran algo valioso, que hasta el día de
llamarla lámpara podía ser uno de esos errores su muerte había preguntado por ellas y que
de traducción que se cometen con los cuentos conservarlas, para él, había sido una forma de
orientales. Rita, de pronto, se subió a una de las conservar a su hermana viva en aquella pieza
cajas, la aplastó -algo crujió adentro-, y alcanzó junto al tanque de agua.
otra que había entre las tablas de lo que debió Yo las conocía todas. También la que Rita
haber sido una biblioteca. buscaba y quería mostrarme: un borde de luz
La caja, de madera, tenía una cerradura que brillaba sobre las caras de mamá y papá, él
ya no funcionaba, así que se abría con cada tenía la piel quemada por el sol y ella los ojos
golpecito que Rita le daba al moverla. algo caídos, como de recién despierta.
-Bajemos -dijo-, esto es un desorden. -Mirá esta -dijo, y me pareció que iba a decir
y aunque el resto de la casa no era mucho algo más pero no.
mejor, bajamos. -Ya la conozco.
-Acá -dijo otra vez en la terraza. La foto era de cuando ellos vivían en Paso
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-Sí, sí -dije-, estuve ahí hace mucho pero... me hacían recordar que esos números ya los
-Claro, no pudimos ayudarte, me acuerdo había escrito.
que... -Esperá -dije antes de escribir el último
-Sí -dije-, igual quedó pendiente lo de las número-, tengo más información.
fotos, vos me habías hablado de una mujer
que vive en Bahía Blanca, que iban a darle ***
unas fotos de mamá, que pudieron estar presas
juntas en Campo de Mayo ... L~ tarde era fría, soplaba viento del sur y habían
Daría me pidió que lo esperara. En el ?Icho q~e a partir de la noche la temperatura
teléfono, la música del altiplano. Iba a bajar todavía más.
-Bueno -dijo después de unos minutos-, acá -Vamos en el auto -dijo Rita-, manejá vos _y
está todo, ¿no te habíamos confirmado lo de las en menos de media hora ya estábamos en la
fotos? autopista rumbo a Moreno.
-No sé, ustedes iban a mandárselas a esa Durante el viaje volví a hablarle de
mujer y si ella reconocía a mi mamá iba a Antropólogos Forenses, le dije que al llamar a
llamarme. Yo ahora sólo quiero saber si ustedes Daría me había acordado de algunas cosas, le
tienen algo nuevo, pasó mucho tiempo pero hablé de la supuesta compañera de cautiverio
bueno, estas cosas, ustedes ya saben. de mamá y de que Daría iba a averiguar sobre
-Sí, lo que acá figura es que ustedes ya las granadas pero que ellos sobre eso no tenían
tendrían que haberse encontrado -carraspeó nada y la verdad era que no lo veían como un
un poco, ruido a boca reseca, o dientes sucios-o hecho demasiado probable.
Ella vio las fotos de tu mamá y la reconoció, -Igual tiene que ser -dijo Rita-, la visión fue
supuestamente iba a llamarte, ¿no llamó? Acá muy real, muy impresionante, cuando es así no
también dice que te pasamos el número de ella, puede fallar.
¿no lo tenés? La ruta, algo congestionada, me hacía sentir
-No sé, que yo me acuerde no -dije mientras que las palabras de Rita rebotaban contra los
revisaba el margen de la agenda en busca de autos de alrededor, mezcladas con el eco de
alguna anotación adicional. las bocinas y los motores en marcha. En un
-Te lo paso. momento hubo que parar y vi que ella miraba
y mientras yo lo anotaba, cada curva de la el parabrisas como si afuera, pegado al vidrio,
birome en el papel, cada rayita, cada espacio, hubiera algo sorprendente, un pájaro, las
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vísceras de un pájaro estrellado contra el vidrio volantes y los recibos y facturas del comercio.
y especialmente dispuestas para que Rita La empleada también nos dijo que el primer
leyera el futuro, el pasado, lo que haríamos al dueño había muerto y que uno de los hijos
llegar a Moreno y lo que había ocurrido en el del señor Lee había heredado el negocio.
lugar donde ese supuesto ataque con granadas Podría habernos preguntado si veníamos
había matado a mamá. de la Municipalidad, de Rentas o de alguna
Después de pasar la casilla del peaje le inmobiliaria, pero supongo que ni Rita ni yo
pregunté por la pieza junto al tanque de agua. parecíamos funcionarios ni empleados, y la
Ella dijo: mujer entonces nos preguntó si veníamos por
-Primo, toda tu vida jugaste a esconderte en lo del agua. Lo dijo así: "por lo del agua", como
ese cuarto. A tu tío le enfermaba que te metieras si aquél fuera un tema conocido en el barrio y
ahí. ¿También te olvidaste de eso? su tintorería siempre tuviera problemas con los
y después me contó la historia del lugar: vecinos por ese motivo.
que lo había hecho mi tío para que mamá y -No -dijo Rita, que para ese momento
papá se escondieran pero que ellos nunca ya había tomado de la mesada un ticket de
lo usaron, que mamá era una cabezadura y devolución de ropa y empezaba a frotarlo
que papá se dejaba llevar, que a veces mi tío, como si de él fuera a desprenderse algo que
cuando se bañaba, por la desesperación, daba nos llevara adonde queríamos llegar. Después
golpes contra los azulejos o contra la pared, y preguntó: -¿Dónde mandan a imprimir los
que después se sentaba a comer con las manos tickets?, ¿siempre los mandaron al mismo lu-
rojas, inflamadas. gar?
Sin darme cuenta bajé de la autopista, tomé
una avenida y doblé en varias calles como si ***
siguiera un itinerario conocido.
-Doblá acá -dijo Rita en un cruce de calles. Mientras Rita frotaba el ticket y seguía lo que ella
A mitad de cuadra, atrás de un tilo apestado llamaba "el rastro de la tinta" yo me pregunté
que había levantado parte de la vereda, una si lo que hacíamos tenía alguna relación con
tintorería. Bajamos. Rita dijo que no iba a hacer mis padres. ¿Por qué Rita recién en aquella
falta preguntar nada pero igual preguntamos. tarde, y en la anterior, se había preocupado por
El lugar atendía desde hacía treinta años. acompañarme en esto? Sincronicidad, pensé.
Nos lo dijo la empleada y lo decían todos los Uno de los libros de Anne Crysler que ella lee
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tiene un capítulo sobre eso: las cosas no pasan Después me hizo una indicación y paramos
porque sí, y un caso especial de sincronicidad en la mitad de una cuadra sin árboles. A un
se produce cuando uno, sin saberlo, hace o lado, galpones. Al otro, la parte de atrás de
piensa lo mismo que otro. Hay muchos casos un supermercado que ocupaba casi toda la
célebres. Crysler cita algunos y demuestra con manzana. Rita dijo que diéramos la vuelta
detalles reveladores la imposibilidad de que y avancé lento -la cuadra estaba llena de
esas personas que desarrollaron pensamientos pozos- hasta dejar el auto en la playa de
iguales se hayan conocido entre sí. ¿Por qué estacionamiento.
Rita no me había hablado antes del ticket, de -Artículos de limpieza -dijo mi tía mientras
Moreno? ¿O sí me había hablado? ¿Cuántas cruzábamos las puertas corredizas de la
veces habíamos ido a Moreno? entrada.
En la mañana yo le había contado a Daría
lo de las granadas y él, cada tanto, volvía a ***
preguntarme cosas que ya le había dicho. Yo, de
hecho, escuchaba mejor la música del altipla- -Esperá -dije.
no, el ruido de las teclas que almacenaban la -¿Qué pasa?
información, que lo que yo mismo decía. Todo Una promotora me había dado un volante
era así, capaz que lo del ataque con granadas con ofertas de servicios telefónicos.
no lo anotó, o que lo anotó dos veces. Supongo -Allá hay unas cabinas -dije-, vení.
que mi adicción al café y a los dulces no lo Pedí un teléfono y me habilitaron uno, me
anotó, eso es algo mío, lo repetí varias veces, encerré en la cabina, y mientras Rita mantenía
en una hasta me reí, pero no creo que a él le los ojos cerrados y presionaba los dedos contra
importe demasiado. el vidrio llamé al número que me había dado
-Doblá en esta -dijo Rita, y empezamos a Daría.
andar por el límite de una villa: un videoclub, Atendió un hombre.
una gomería, un restarán con piso de tierra -Soy Primo -dije-, busco a Claudia.
y una nena jugando al Tetris en un televisor y mientras el hombre empezaba a decir
apoyado sobre cajones de leche y cerveza; a que Claudia ya no vivía más en esa casa, que
lo lejos, una camioneta de la gendarmería. estaba internada en no sé qué lugar, recordé, de
-Acá antes había un baldío -dijo con los ojos golpe, la primera vez en que yo había hablado
cerrados. -Doblá en la próxima. por teléfono con ella. Claudia recién se había
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levantado de una siesta y sus palabras tenían donde un matrimonio discutía con el empleado
la luz que debía entrar por la ventana de su que les había cortado demasiado grueso el
habitación. Habló de los meses de mamá en salchichón primavera y entonces las fetas no
Córdoba, de su participación en la toma del iban a alcanzar para el picnic del día siguiente.
Batallón 141 y de que nadie sabía cómo ella Para mañana está anunciado lluvia, pensé,
había terminado en Campo de Mayo cuando los pero cuando un cliente quiere pelearse con el
secuestrados en Córdoba se quedaban allá, no empleado no hay nada que hacer.
había motivos para traerlos. También recordé Rita caminaba con los brazos extendidos
un segundo llamado: habíamos quedado hacia adelante, las manos abiertas, ni el
encontrarnos en Bahía Blanca porque ella no mínimo temblor, hasta que se paró frente a los
se movía de su casa, estaba enferma; habíamos suavizantes.
dicho que encontrarnos iba a ser importante, -Acá no es -dijo, la mirada perdida en alguna
sí, de lo más importante que podía haber. Pero de las flores o en la boca sonriente o en los
después de colgar yo había leído muchas veces ojos negros del nene de un sachet de recarga
la dirección, anotada en un papel, y había económica.
empezado a sentir frío, a temblar, a frotarme Después siguió hasta el final del pasillo, dio
los brazos, el cuerpo, y en poco tiempo ya me la vuelta y volvió a parar, esta vez, frente a un
había olvidado de todo. conjunto de escobillones colgados.
Ahora intentaba averiguar algo del lugar -Me perdí -dijo-, pero tiene que ser por acá.
donde podía estar Claudia, pero el hombre no La seguí por el resto de los pasillos de la
sabía casi nada. sección -aquel supermercado era enorme-, tomé
-Ella estaba enferma -dijo-, eso es todo lo algunos productos, los cambié de lugar sin
que sé. querer, y mientras tanto Rita se detenía en uno
y como no dije nada más, él, después de y en otro lugar, repetía que se había perdido y
algunos segundos de silencio, colgó. que era necesario seguir con la búsqueda.
Pero al final, después de un período de
*** tiempo difícil de precisar: una hora, quizá
más, no encontramos nada. Yo, mientras Rita
Las góndolas con los artículos de limpieza iba y venía por los pasillos, pensaba en llamar
se ubicaban después del sector de frutas y otra vez a Claudia, podía atender alguien
verduras y de la fiambrería personalizada, que supiera algo más o podían ocurrírseme
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preguntas que antes no se me habían ocurri?o. intenté llamarla por teléfono una operadora me
Antes de irnos, Rita preguntó por alguien decía que la línea estaba fuera de servicio, cosa
que pudiera decirnos algo sobre el lugar de que me hizo repasar varias veces el número
emplazamiento del supermercado. Y como y marcarlo con la mayor lentitud y precisión
nadie sabía nada le dije que podíamos ir a posibles, diciendo en voz alta los números
la Municipalidad o a la Comisaría, que en la anotados, uno por uno, antes de marcar. Pero
Municipalidad seguro tenían los viejos planos siempre contestaba la operadora.
catastrales y que en la Comisaría podría haber No sabía qué hacer. Por momentos me daba
registros del ataque con granadas. la sensación de que Rita se había ido de viaje
-No -dijo Rita- ya es tarde. o que por algún motivo no quería atenderme.
-En la Comisaría pueden atendernos. No sé cuántos días pasaron, pero sí que llamé a
-No. Daría -estaba de vacaciones- y a Claudia, pero
Quizá tenía razón, afuera ya estaba como siempre atendía el hombre con el que
oscuro -una oscuridad densa, grumosa-, la había hablado antes -y yo no sabía qué más
temperatura había bajado bastante y el viento decirle-, le colgaba sin decir nada. Al quinto o
soplaba fuerte. Además, mientras subíamos sexto llamado el hombre, cansado, me insultó,
al auto Rita dijo que en la Comisaría íbamos a pero yo tampoco dije nada y al colgar decidí
perder el tiempo, que no iba a servir de nada que lo mejor iba a ser no llamar más.
-supongo que ella ya había ido- y que era Empecé a fantasear con que nada de lo
mejor volver rápido: había que darle de comer ocurrido desde el encuentro de la agenda había
a la perra y cerrar las ventanas para que el sido cierto. Viajé otra vez a Moreno -esta vez
viento no rompiera los vidrios al golpearlas. en tren- y no me costó encontrar otra vez el
Además, pensé, había que anotar todo lo que supermercado. Claro que ahora había algunas
había pasado, llamar a Daría, decirle lo del modificaciones. Los artículos de limpieza
supermercado, todo, seguro que él iba a saber estaban casi en la entrada y todo el sector carnes
qué hacer. había sido cerrado por refacciones. Al pasar
por la zona tapiada por las obras escuché que
*** una mujer le comentaba a otra de la velocidad
con la que habían reabierto ellugar después de
En los días siguientes pasé varias veces por la la clausura por peligro de derrumbe.
casa de Rita pero ella nunca estaba; y cuando -Ahora pusieron unas vigas nuevas acá
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-dijo señalando una parte del cielorraso, ahora Cuando llegué toqué la puerta y Rita atendió
desmantelado-, Ydicen que reforzaron algunas enseguida.
columnas y los cimientos. Quieren ampliar -Por fin viniste -dijo.
para allá, donde van los autos, y hacer un Me hizo pasar.
estacionamiento subterráneo. En la cocina, varios platos sucios se
amontonaban en la bacha, y por el aspecto de
*** los fideos pegados al fondo de una cacerola las
cosas parecían estar así desde hacía bastante.
Pasaron varios días, y una mañana me quedé -¿Tuviste gente a comer? -pregunté.
dormido y llamaron de la panadería para saber -N o -dijo mientras abría el congelador para
sacar una bolsa llena de pancitos negros-.
si me había pasado algo.
-Me quedé dormido -dije. Estuve de viaje.
_¿y ayer? ¿Y antes de ayer? Rita abrió la bolsa, sacó algunos pancitos
-Ayer ... Bueno, ayer no sé. Y antes de ayer ... y guardó los demás donde los había sacado.
-Primo, por ahora no vengas más. Cualquier Empezó a cortar rebanadas y las puso a tostar.
-¿Querés tostadas?
cosa te llamamos.
Me levanté. Tenía la cara sucia y las uñas -Perdón, no traje nada para comer porque ...
llenas de tierra. En el lavatorio no había -Estuve en Bahía Blanca -dijo-, linda ciudad,
jabón y cuando abrí la canilla el agua salió playa, acantilados, linda gente por allá.
roja, como oxidada. También la losa de la Por un momento me pregunté si Rita en
bañadera estaba manchada de ese color por verdad había estado de viaje o si durante
el goteo de la ducha. Me lavé como pude y las últimas noches se había reunido con sus
fui a lo de Rita. Eran las nueve o las diez. El amigos del grupo de meditación para hacer
cielo estaba despejado, hacía calor y la calle un viaje astral. Y si en verdad se había ido: ¿dé
estaba casi vacía, como si fuera un domingo o dónde había sacado dinero para el pasaje?,
un feriado. ¿Desde cuándo me tocaba trabajar ¿había dejado de pagar el teléfono? Eso podía
domingos o feriados? Igual, se escuchaban ser. Además, por los detalles que daba de la
ruidos de camiones y de motos que pasaban ciudad era posible pensar que sí había estado
rápido, y hasta algunos gritos de gente que yo allá, que sí había visto todos los lugares de
no llegaba a ver pero que estaba ahí haciendo los que hablaba, porque para inventar tantas
sus cosas de todos los días. cosas ... En un momento me preguntó:
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FÉLIX BRUZZONE
-¿Nunca estuviste en Bahía Blanca? -¿Y si no aparecen?, ¿si justo ese día está
_Yo era muy chico, casi no me acuerdo. nublado?
Mientras ella siguió hablando volví a aquel -No importa, es la "Vigilia OVNI mundial"
verano. Habíamos ido mi abuela, una sobrina -dijo-, si no los vemos ese día los vamos a ver
de ella y sus dos hijos. Mi abuela era muy en la próxima fecha, hay todo un calendario
cuidadosa, tanto que un día de lluvia mis pri- de vigilias, hay que tener paciencia, y fe. Vos
mos y yo salimos a jugar en la zanja que pasaba tenés que pensar que los lugares elegidos son
junto a la casa y ella me obligó a ponerme botas los lugares donde más avistamientos hubo en
de goma. Mis primos, en cambio, salieron toda la historia, eso no es poca cosa.
descalzos y chapotearon felices en los char- Me impresionaba la cantidad de temas que
cos. Y yo al principio también, pero las botas Rita podía manejar. Pero más que la cantidad,
enseguida se llenaron de agua y no pude la manera en que lograba relacionarlos. Ella,
seguir. Y al final yo me resfrié y ellos no y me en cierta forma, era una especie de reunión de
dieron ganas de que mi abuela no fuera más mi todos esos temas. Antes de que me fuera, dijo
mamá, que mi mamá fuera mi tía. que había ido a Bahía Blanca porque una amiga
También me acordé de una casa abandonada de una amiga de ella tenía unas tortugas que
que estaba al lado de la nuestra. Tenía los podían comunicarse con las personas, tortugas
vidrios rotos y los postigones se golpeaban ancestrales que aquella mujer usaba para en-
con el viento; y cuando yo a la noche me tablar contacto con el pasado, con el futuro
despertaba me daba miedo pensar que en ese -porque el pasado, el presente y el futuro, para
lugar pudiera vivir alguien. ¿Quién podía vivir Rita, forman parte de un espacio que algunos
en un lugar así? Sólo un monstruo, pensaba yo, individuos pueden comprender en un mismo
momento, como visto desde arriba- y con los
o alguien muy malo.
Pero después Rita cambió de tema y empezó seres extraterrestres que desde siempre habían
a hablar de vida extraterrestre y de un día sido una especie de custodios de la vida en la
internacional de avistamiento de OVNIS. Tierra.
-Eso va a ser en Atalaya o Magdalena, por No sé por qué pero en ningún momento
le pregunté por Claudia. Tampoco sé por qué
ahí, cerca de La Plata.
Dijo que en varios puntos específicos del ella no me dijo nada sobre eso: supongo que
planeta la gente iba a reunirse para esperar la las tortugas la tenían concentrada en otra cosa.
Pero quizá lo de las tortugas tenía algo que ver.
aparición de OVNIS.
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-Vení -dijo en un momento-, no te vayas que nada, guardarla en un lugar seguro, lejos de
quiero mostrarte algo. la humedad, de los insectos que pudieran
Subimos a la terraza. Ahí todavía estaba atacarla, dejar pasar un tiempo y más adelante
la escalera que habíamos usado para ir a la volver a insistir. Pero mientras caminaba
pequeña pieza junto al tanque de agua: las hasta casa, no eran muchas cuadras -el sol
lluvias de los últimos días no parecían haberle pegaba duro-, me dio la impresión de que las
hecho nada. Rita subió primero. baldosas de la vereda, casi blancas, empezaban
-Despacio -dijo. a moverse, como a hundirse, hasta dejar a la
-Sí, despacio. vista sólo el cemento de abajo, manchado,
En la pieza, en una de las cajas, ahora vacías, medio roto. En el cielo, mientras tanto, el brillo
una sábana con restos de lechuga. del sol, quizá algo de humo, formaban una
-Su-sí. .. Su-sí. .. Su-sí. .. -dijo Rita justo antes masa homogénea y brillante, como de cielo
de que, por el caño del desagote, asomara la plomizo que junta calor para una lluvia que no
cabeza una pequeña tortuga. viene nunca. Todo el cielo era una especie de
La caparazón del animal era de un color radiación, como en la época en que fumaba y
cercano al negro y con vetas casi azules, las patas todo mi cuerpo se volvía humo. Corrí, llegué,
chuecas y la cabeza bastante desproporcionada abrí la puerta, entré, di un portazo sin querer y
con relación al resto del cuerpo. las ventanas retumbaron, las paredes creo que
-Su-sí es hija de una de las tortugas de las que también.
te hablé -dijo. -La mujer me la regaló porque y cuando entré a mi cuarto resultó que la
esta nació justo el día de mi cumpleaños. Yeso agenda no estaba por ningún lado. Busqué
no puede ser porque sí, vos lo sabés. entre la pila de la ropa sucia -bastante más baja
Asentí. que la última vez que la había visto-. y traté de
Después bajamos, y mientras estábamos acordarme cuándo había ido al lavadero. Me
con la tortuga casi le digo a Rita algo de lo tiré al piso para ver abajo de los muebles. Nada.
del supermercado, de volver a intentar ir allá, ¿La habría llevado por error a lavar junto con
quizá llevar la tortuga; pero como ella estaba la ropa que faltaba? N o creo, en el lavadero me
tan feliz con su tortuga pensé que mejor no. hubieran dicho algo. ¿Y si no se habían dado
Nos despedimos. Yo quería volver a casa, cuenta?
revisar la agenda una última vez para intentar Revisé la ropa tendida en busca de restos de
sacar algo en limpio; y si no encontraba papel y, en el bolsillo de una camisa de mangas
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-Hugo dice lo mismo, yeso que él fue a la estaba en Flota. Claro, vos eras muy chica,
plaza, todo. te lo debés acordar con la pelada completa.
-¿Cuándo viene Hugo? Fijate vos: en una reunión, no me acuerdo
-Y, está trabajando. Si no viene él vienen los dónde, supongo que también estaba tu padre,
Bedel, esos amigos de ... no sé si no fue en Brasil, a lo mejor era en el
-Sí, Carlos los conoció, decía que eran Consulado... ¿Te acordás de cuando fuimos de
encantadores. visita? Carlos quería hacer unos negocios, ¿te
-Supongo que el fin de .semana, a lo mejor acordás?
un poco antes. -Me acuerdo de la Embajada.
-Me parece bien, así no estamos tan solas, con -No, eso fue un poco después, en Panamá:
estos chicos... Tendrías que decirle a Noemí, ahí también fuimos, pero esto que te digo
imaginate, si sigue así de despistada cuando tiene que ser antes. Tu padre en Brasil recién
llegue esta gente va a ser un papelón, ¿ellos no empezaba la carrera: era agregado naval y ...
tienen chicos? Y si además viene Hugo la mata, Bueno, me acuerdo que hubo una reunión, tiene
directamente. que haber sido ahí, sí, la recepción de alguien,
-Qué exagerada. Ahora porque no hay nada a lo mejor había llegado el nuevo embajador,
para hacer, si no ... una cosa por el estilo. Yohabía tomado un poco
-Es que si fuera por ella nunca habría nada de más, para qué te voy a mentir, y estaba en
para hacer, ¿cuál es ese mozo que decís que le una ronda con Carlos y otros invitados con sus
gusta?, ¿el morocho?, ¿el flaquito? mujeres, y en un momento me fui a servir algo
-No, tía, ese es el que atiende el kiosco, el a una mesa que estaba cerca.
amigo del bañero, yo te hablo del que... -¿No pasaban los mozos ofreciendo?
-Ahora me acuerdo, el pelado. -Sí, pero se ve que yo no había podido
-Sí, y que por eso a Noemí no le gusta, por esperar y el asunto fue que cuando volví a
la pelada. Igual se ve que algo debe gustarle, buscar a Carlos no lo podía encontrar. Claro, de
el otro día en la peatonal preguntó por unos espaldas, tan pelado, no lo reconocía. Tuve que
peluquines, ¿no te fijaste? dar la vuelta a la ronda, imaginate. Después
-¡Qué horror!, un peluquín, ¿no es de otra pensé: qué pelado, y cuando volvimos se
época? lo dije. Pero él nunca usó peluquín, ni se le
-Sí, de la tuya. ocurrió. Estaba orgulloso de tener poco pelo, y
-No te creas, eh, acordate de cuando Carlos de las canas.
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-Sí, igual en esa época se usaban más en Salto Grande nos explicaron todo. Uno está
ahí y lo que menos se imagina es que algún
peluquines que ahora.
-Supongo que sí, son de otra época. Carlos día semejante monstruo no va a servir más. Te
digo, son unas obras faraónicas.
igual no usaba.
-Ahí llega, ¿no te dije?, es una chica -Sí, faraónicas.
-¿Te acordás, Fede, de cuando fuimos a Salto
responsable.
-Perdone, señora, es que tuve que ir al baño Grande?
-Dejalo, tía, están jugando.
para ...
-Si necesitás algo decime, eh, no te sientas -¿Qué jugando?, este se agita todo, come al-
incómoda. Mirá que ahora los chicos van a guna pavada y después en la cena no tiene ham-
bre. Vení acá Federico, dejá de molestar a Pablo.
querer que los acompañes al agua.
-La empezó él, mirá cómo me dejó los
-¿No están en el charco ese?
-Sí, pero viste cómo es Federico, siempre le tobillos.
gusta que lo revuelques un poco en las olas, en -Son unos bestias, basta, Pablo, dejá a tu
primo en paz y andá a guardar los juguetes. Si
la orillitao
no está todo ordenado para dentro de un rato
-Bueno, señora, yo ...
-Está bien, a ver, ayudame a levantarme que no hay papas fritas.
-y vos ayudá, Federico, no te hagás el opa.
si no me mareo, este sol ...
Al final acá la única que se porta bien es Camila,
-Cuidado, señora.
-Bueno, allá están. Vení, Noemí, vamos miren cómo ayuda a Noemí con los platos.
-Tía ...
juntas.
-Te juro, ya no sé cómo decirle a este chico
*** que no moleste, es un hincha, yeso que es el
más grande, debería dar el ejemplo. Pero lo
-¿Hugo ahora trabaja en una represa? peor es que nunca se acuerda de nada, hay
-Sí, en La Pampa, una que tuvo problemas veces que me dan ganas de acogotarlo, no sé
de materiales y hay que reforzarla. para qué uno se esfuerza en que aprenda, en
-¿Cuánto puede durar una represa? que se cultive un poco, si después se olvida la
-No sé. Lo que sé es que tienen una vida útil, mi tad de las cosas.
-Dejalo, tía, es chico.
después no sirven más.
-Qué bárbaro, pensar que cuando estuvimos -Yo averigüé, a lo mejor tiene algún
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-Entonces vendelo, ¿para qué lo querés? -La verdad es que de toda esa etapa me
-Ni loca, es un auto... Es un muy buen acuerdo bastante poco, de joven las cosas de la
auto y además cuando los Riggio nos invitan familia mucho no me importaban. Además era
al campo puedo manejar. Eso sí, despacio: la época de Irán. ¿Qué contacto podía tener yo
Federico se marea, y si no le doy una pastillita con todo eso?
para que no se descomponga se descompone -¿Pero vos no empezaste a trabajar en esa
seguro. Pero él con tal de ir allá cualquier cosa: época?
no sabés cómo lo enloquecen los caballos. -Sí, pero después.
-Susana cabalgaba, ¿no? -Claro, vos te viniste antes, todavía me
-Igual que Carlos, debe ser hereditario. acuerdo de la carta de tu padre. Me pedía
Iban los dos a Palermo con la yegüita Dolores encarecidamente que te consiguiera trabajo. Me
y paseaban por los bosques. Y después en el acuerdo que escribió esa palabra como cinco
Hípico. Susana llegó a campeona juvenil, le veces, encarecidamente, encarecidamente, qué
encantaba. gracioso ... La carta debe estar por ahí. ¿Sabés
-Sí, yo algo de eso sabía. ¿Otra copa? lo que le insistí a Carlos para que te hiciera
-Por favor, querida. Campeona nacional, entrar en el diario?
mirá cómo son las cosas, ¿no? Y pensá que -Y sí, bueno ...
después ya no pudo seguir porque había que -Él se preocupó muchísimo. Fue dos o tres
tener un caballo mejor, mantenerlo, y todo eso veces a hablar con el director y de paso se fijaba
es muy caro. cómo era el ambiente, todo eso que a tu padre
-Pero los Riggio tienen caballos... tanto le preocupaba, y a Carlos, eso de que no
-En esa época no los conocíamos, y además te fueran a... qué se yo, vos viste cómo son los
se hicieron ricos después, creo que fue con periodistas.
Onganía. Yeso gracias a Carlos y a tu padre. -Ay, tía, a Hugo lo conocí en el diario.
Este Riggio es muy hábil. En cuanto tuvo las -¿Pero él no es ingeniero?
relaciones hizo negocios con esos brasileros, -Bueno, no pasaba por un buen momento, se
eso de la maderera, del papel, ¿te acordás? Tu había divorciado, estaba fundido. Esa historia
padre seguro que se acuerda. alguna vez tengo que habértela contado. ¿No
-Seguro. Tendría que preguntarle, pero él hablamos ayer de eso?
siempre se acuerda de todo. Buen vino, ¿no? -Ya ni me acuerdo. Pero bueno, lo cierto es
-Delicioso. que ... ¿de qué hablábamos?
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-No sé, de Susana ... que ella estaba en ... -Sí, eso. Y entonces ... ¿cómo entra Susana?
que tío Carlos no quería que ... -Servime un poco, por favor.
-¿Hablábamos de eso? -¿Ahí está bien? 1
-Algo de eso, sí. ¿Vos sabés cómo entra -Sí, no mucho que ya me está dando sueño.
Susana en todo ese asunto? -¿Estás muy cansada?
-Bueno, eh... ¿cómo te puedo decir? Vos -Un poco.
viste cómo era Susana, muy idealista, de -Mucha playa para nuestra edad, ¿no es
luchar por las ideas, contra la injusticia, Carlos cierto?
eso nunca lo entendió. A él ponele un caballo -y, yo ya soy una vieja.
adelante y era feliz. Un caballo o un barco. -Tampoco tanto, tía, mirá cómo te mantenés.
¿Sabías que entraba al puerto de Buenos Aires ¿Qué hora será?
sin remolcador? Le fascinaba navegar. Se le -A ver... como la una. ¿Mañana venía Hugo?
notaba en todo el cuerpo. Antes de embarcarse -No... bueno, puede ser.
siempre tenía las manos más firmes, los ojos -Entonces ya podríamos irnos a dormir,
brillosos, respiraba con ruido, te juro, como mirá si llega temprano, o si llegan los Bedel.
un ronquido pero más tranquilo, ¿entendés?, -Antes van a llamar.
para él todo eso era un sueño. Pero que no le -Bueno, por las dudas, es un suponer.
hablaran de política ni de negocios, que no le -Más vino no, entonces...
hablaran de nada. Para él era sólo la Marina -Así está bien.
y nada más. Y en Flota Mercante lo mismo.
Todos esos cocktails lo enfermaban. Siempre ***
eran para pedir o devolver favores, más que
nada para pedir. Tu padre mil veces intentó -¿Un oso?
hacerle ganar dinero con negocios de exportar, -Un oso.
importar, la mar en coche. Pero a Carlos ni le -¿y qué pasó?
interesaba. Y bueno... -Era mi mascota. Se llamaba Coca-Cola.
-Y bueno ... -Tu padre siempre fue un loco, ¿eh?, qué
-Hay otro vino, ¿no? hombre tan especial. ..
-Sí, sí, a ver, acá, mirá este, un Chablis, que -Pero no era para menos, el oso se acostaba
no será gran cosa pero ... y tomaba Coca-Cola del pico de la botella. Se
-Pero es Chablis, para bajar un poco ... acostaba y agarraba el pico entre las manos,
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así, y con las patas levantaba así, ¿ves?, y se la -Bueno, querida, por favor, mi sobrina y yo
iba tomando. Hugo dice que tendríamos que sabemos de sobra que ...
haberlo llevado para hacer una propaganda, -N o seas así, tía.
¿sabés la plata que me hubiera ganado? -Bueno, pero que no te mientan, qué
Imaginate, un oso que toma Coca-Cola. descarada, tan chiquita y ...
-¡Qué maravilla!, ¡qué maravilla! -Mirá, se fue, ¿a vos te parece?
-En Irán era todo así, de lo más insólito. -Y, si no dicen las cosas como son... qué
-¿y qué fue de la vida del oso? vergüenza. Te juro que estas cosas me dan
-Bueno, terminó en un zoológico. vergüenza ajena. Por lo menos que te digan
-Claro, no te lo ibas a traer ... las cosas como son o por lo menos que ...
-Yo estaba chocha con mi oso, el problema como en N ápoles, esos jarrones que tiran al
fue cuando casi se come al Sha. mar y que parecen romanos, unas cosas ... Y
-¡Pero qué disparate! en Grecia ni te cuento, a mí la primera vez
-En serio. Se quiso comer al Shá y lo casi me convencen de comprar una piedra
mandaron a un zoológico. Y suerte que no lo del Partenón, el tipo ya me la había vendido,
mataron, dijeron que era un animal peligroso. si no era por la guía... Es que también, tan
En realidad ahí el sonso fue el Shá. Yo le dije buen mozo, hay que reconocer que estos grie-
que no se acercara, que Coca-Cola sólo dejaba gos tienen una mezcla ... son tan ... Porque
que se acerque la dueña, o sea yo, pero él era el los italianos tienen algo que no termina de ...
Shá. ¿viste?, ¿cómo una nena, porque yo para ¿cómo te puedo decir?
el Shá era una nena, iba a poder acercarse y él -Vos tendrías que haber ido a Irán, tía,
no? Y bueno, casi se lo ... Uy, mirá eso ... allá hay una raza única. Los arios puros, creo
-Bijouterie. que son los soroastros, soroástricos, no me
-Pero son tan reales ... acuerdo.
-Hija, se nota a la legua que son de fantasía. -¿Los arios puros?
-Tienen piedras auténticas, se las dan a mi -No sabés lo que son esos tipos, unos rasgos
mamá y ella hace estos aros y estos anillos y tan finos, tienen la piel así medio cobriza, y los
estos colgantes, todos a muy buen precio, ojos verde ... un verde raro, brillante, y el pelo
pueden probarse y preguntar sin compromiso. es así medio castaño rojizo, así medio ... como
-¿y esto es un diamante? pelirrojo, ¿viste? Y nunca se mezclaron, como
-Un diamante. desde el año ... qué se yo, están así como desde
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el año quinientos; dicen que son los famosos -Miralo a Federico, ¿no es medio peligroso
descendientes de Zaratustra. Zaratustra era de eso que hace con Camila?
por ahí, ¿no es cierto?, como del quinientos. -Vamos a ver, vení, vamos a ver qué pasa,
-¿Antes de Cristo? ponete las sandalias que hasta llegar al mar la
-Y ... arena te mata.
-A Carlos una vez le regalaron un libro, La
raza cósmica, capaz que hablaba de todo eso. ***
-No lo conozco.
-Pero... en realidad no sé, se lo había traído -¿Qué hay para cenar?
un mexicano interesado en no sé que asunto -Le dije a Noemí que comprara espárragos.
de esos de Flota. Una edición bárbara. Pero A los chicos los enloquecen. Y después de
Zaratustra no tiene nada que ver con Mexico, anoche quedó un pan de carne entero y les
¿no es verdad? hacemos un puré, igual cuando llegue Noemí
-Es que ... A ver, a América llegaron desde ella se las arregla.
allá, claro, el hombre llegó desde Asia, así que a -Mirá que a Federico los espárragos...
lo mejor algo que ver tiene, porque si cruzaron -Pero cómo, ¿no era que comía de todo?
el mar ... No sé. Igual te digo que sería una -Espárragos no, no le gustan, y morrón
distancia enorme, eso tiene que haber sido un tampoco porque dice que le da náuseas. Lo de
viaje ... los espárragos es por la vez que tragó vidrio.
- Sí, habría que ver, ¿no es cierto? Y bueno, Eso fue el verano pasado, habíamos alquilado
por eso que Carlos nunca quiso ir, era un viaje esa casa en La Falda y él se llevó por delante
tan largo, mucho lío, los chicos todavía eran un ventanal. Se cortó acá, no sabés la cantidad
chicos. de sangre que le salía... y después en el
-Te digo que si es por raza cósmica esta era hospital nos dijeron que por los vidrios que se
algo muy ... desde el punto de vista energético pudo haber tragado tenía que comer muchos
estos tipos eran algo ... imaginate. Más que nada espárragos porque tienen esa fibra, ¿viste?, Y
por esos rasgos, tan finos, allá que todos tienen se ve que ayuda a que los vidrios no te lasti-
la cara como refregada contra las piedras, con men adentro. Comió espárragos como un mes
tanto desierto ... y medio o dos.
-Me imagino. -¿No será un poco exagerado?
-Sí, emanan una energía que ... -Le encantaban. El primer mes se los comía
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de lo más contento y el médico había dicho mí. Y Carlos, siempre tan preocupado ... Me
dos meses. Después se asqueó y empecé a parece que nos debíamos un reencuentro como
darle zapallo, zapallito, todas cosas con fibra. este. Porque ahora con los chicos, tanta cosa,
Pero de los espárragos quedó asqueado para una no puede moverse, estás como atada.
siempre, no se los come ni loco. -Con los chicos uno no termina nunca.
-Además le deben hacer acordar del día del Desde que me casé que cuido chicos. Es decir,
accidente. desde que nació Cristina, después Susana,
-Puede ser. A ver, Federico, mostrale a tu tía después Horacito. Y ahora este, ¿a vos qué te
dónde te lastimaste. parece?
-¿Ves?, todo acá. -Tomalo como una misión, tía, también me
-Me dieron cinco puntos. cuidaste a mí, acordate de ese año que estuve
-¿Cinco puntos en la cabeza?, ¡qué valiente! en tu casa, y yo que encima venía de ser la
-Sí, igual lloré. hija del embajador... debe haber sido algo in-
-Bueno, ¿quién no llora con cinco puntos? soportable.
Cuando nació Camila me dieron tres y no sabés -Peor fue con tu hermano. En comparación
cómo me dolieron. a los desastres de Daniel los tuyos eran una
-¿y lloraste? delicia. Además vos ya eras grande. Cuando
-Cómo va a llorar, ella ya es grande; Daniel estuvo en casa él apenas tenía doce,
además ... Bueno, andá para allá, andá que te trece, iba a empezar el secundario, ¿sabés lo
llama Camila, y ojo con revolcarla como hoy en que fue eso?
la playa, eh, que se pueden lastimar. -Me imagino.
-¿Te conté que hoy llamaron los Bedel? Al -No te podés imaginar. A veces pienso si
final no vienen. Recién van a poder la semana no ...
que viene y nosotras ya nos vamos. -Yo creo que es tu misión, tía, si no no tiene
-Qué picardía. explicación.
-La verdad. Pero hay que pensar que por algo -y sí, tiene que ser.
debe ser. A lo mejor solas estamos mejor. Nunca
te lo dije, tía, pero desde que estuve aquellos ***
meses en tu casa, cuando volví de Irán, no sé,
siempre sentí que ... ¿cómo te puedo decir? Vos -¿No estudiaba Filosofía y Letras?
en ese momento fuiste como una madre para -Sociología.
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FÉLIX BRUZZONE SUSANA ESTÁ EN URUGUAY
-Ah, yo pensaba que ... está en Uruguay, dicen que allá esta lleno de
-Ni loca, ella decía que eso era para exiliados.
melindres, para debiluchos, como esa amiga -Tía, allá matan gente, igual que acá.
que tenía que venía a casa y hablaba todo en -Bueno, Uruguay, Paraguay, Brasil, a lo
diminutivo, carita, manecita, eso a Susana le mejor se fue a España. Vos pensá que igual si
enfermaba. es en Uruguay tiene que ser diferente, nadie los
-Era más dura, no la convencías fácil. Muy conoce. Además cómo los van a matar. Eso decía
idealista, ¿no? Susana, hablaba de campos de concentración y
-Idealista y cabezadura. Decía que en la qué se yo cuánta cosa, ¿a vos te parece? Hay
organización aprendía más que en la facultad, campos de exterminio, decía.
y por eso dejó. -Tía, al diario llegaban muchas denuncias,
-Bueno, supongo que algo les enseñarían. yo a veces tenía que ... Bueno, una vez que
Yo la última vez que vi a Susana la noté tan llamaron del ERP y dijeron un código yo tuve
cambiada ... que ir a un bar, por el Centro, y en el baño de
-Pero cómo iba a ser así si ni siquiera mujeres habían dejado una nota y una lista de
conocía cosas como... Una vez me preguntó nombres. Todos nombres de gente que había
qué significaba la plusvalía. Eso tiene que ser sido secuestrada. Siempre llegaban cosas así.
algo importante. Vos imagínate que yo mucho -Pero hija, Carlos entendía muy bien todo
más que decirle que ... algo de un plus, de un este asunto. Si hasta habló con ese Almirante ...
plus del valor, pero eso debe ser algo mucho nunca me acuerdo el nombre, le dijeron que
más complejo, ¿cómo no se lo iban a enseñar? nadie sabía nada. Imaginate que si nadie sabía
-Plusvalía, eso es de Marx. nada era porque Susana debe haberse ido.
-Me imagino que sí. Peronistas no eran, ni Además, ¿por qué vamos a pensar lo peor?
locos. Pero en el setenta y tres votaron a Perón, No, eso no hay que pensarlo nunca. Además lo
eh, eso sí. Lo que pasa es que Susana siempre peor sería que esté presa, y si es así por qué no
quiso ser más que los otros, más radical, ¿me nos van a decir el lugar, si es tan fácil. ..
entendés? Sus hermanos eran peronistas y ella -En el diario nos enterábamos de muchas
no, ella tenía que ser algo más, ¿viste?, y les cosas, tía, nos debían muchos favores, de los
lavaban la cabeza y bueno, ahora andá a saber. dos lados.
Desde que llamó ese tal Elsio, Elvio, qué se yo, -Ah sf, fijate un poco. ¿Y vos eras de
nunca supimos nada más. Pero para mí que policiales?
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-Tan buena gente... Susana tenía unos -¿A las abuelas también les duele la cabeza?
amigos uruguayos, una vez estuvieron en casa. -Claro, igual que a los chicos, o más, porque
También eran amigos del padre de Federico. A él la cabeza es algo que ... Bueno, les puede doler
sí que lo metieron preso, ¿ves? A él sí. También, más, por qué no sé, preguntale a papá que él
con lo que había hecho ... Pero Susana no. Ella sabe.
está en Uruguay. Esos amigos uruguayos eran -Vos siempre igual, mami, como con eso del
una monada. Hablaban con Carlos de política y pitito y lo de la concha.
se entendían muy bien. A él le encantaba. Yo no -Bueno, quedate por acá, no te alejes mucho,
sé por qué tuvo que meterse en eso de forestar. y ya sabés, si tenés alguna pregunta ...
Los barcos para él eran como ... -Sí, papá sabe.
-A ver, tía, dame la mano. -Está tremenda, eh ...
-Hija, el día que vuelva Susana... Ese -Tremenda. Y decime, ¿le duele mucho la
vestido, pobrecita. Él día que se fue llevaba ese cabeza?, ¿desde cuándo le duele?
vestido de embarazada y abajo un almohadón -Desde anoche. También ... No se mide, le
del living de casa, para que no la agarraran. da al gin-tonic como si fuera agua. Igual no es
Imaginate lo que debe haber sido el viaje por eso sólo, estuvimos hablando.
hasta allá. Con esa panza y ese vestido que le -¿Hablaron?
llegaba hasta los tobillos, yesos amigos que la -Sí, ella dice que Susana está en Uruguayo
esperaban o que viajaban con ella, andá a saber. no sé por dónde y no hay manera de que pueda
Yo una vez le encontré en la ropa unos papeles escuchar otra cosa. Para venir acá con nosotros
de tarifas para ir a Uruguay. Por eso te digo, le dejó al portero de su casa vieja una llave del
allá todo es diferente. departamento donde vive ahora, la dirección,
-Vení, por qué no tratás de dormir un poco. todo por si Susana vuelve.
Debe ser como vos decís, debe haber salido -Es increíble que Carlos no le haya dicho
todo bien, tía, ¿por qué iba a salir algo mal si nada.
a Uruguay se va y se viene lo más tranquilo? -Andá a saber. Él tampoco se esperaba algo
Susana no es ninguna tonta, lo que te dije son así cuando me preguntó. Creo que esa tarde
pavadas, en ese diario eran capaces de decirte vino para ver que estuviera todo bien, que
cualquier cosa. yo le diga que Susana estaba presa y que él
iba a poder hacer algo para sacarla. Nunca se
*** hubiera imaginado que se le había muerto la
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a su entierro fue como ir al entierro de papá, me causa muchísima gracia. Lola siempre me
sólo que él tenía otro hijo y que, en realidad, él pregunta de qué me río y yo, como ella no
no era mi papá. En la secundaria me cambiaron conoce muy bien esa parte de mi pasado, nunca
de grupo y entonces me hice de nuevos amigos, le digo nada. Después la banda se disolvió. La
y como todos fumaban, aprendí a fumar. Mi novia del bajista había quedado embarazada y
abuela, al principio, me decía que no, que eso él decidió cambiar de vida. El día en que se fue,
no estaba bien y que las chicas iban a mirarme totalmente sobrio -algo sorprendente- repitió
igual. Pero yo fumaba y a ella, al final, le daba lo más de diez veces la palabra "prioridades". Eso
mismo. Los sábados a la noche iba a lo de un me quedó. Yo, a diferencia de él, no tenía
chico que siempre organizaba fiestas en su casa. prioridades. Tenía que estudiar, sí, eso decía mi
Él vivía con su mamá -que viajaba mucho- y abuela, pero yo no quería o no podía, no sé. En
con sus tres hermanas. Su papá era una todo caso, estudiar no era mi prioridad. Así
incógnita. Vivía, pero creo que para mi amigo estuve, sin prioridades, hasta que un día, en un
era preferible que estuviera muerto. Con el programa de TV, vi que algunos hijos de
tiempo, vaciamos toda la bodega de la casa y desaparecidos se habían organizado. Lo
fumamos todos los cartones de cigarrillos que primero que pensé fue en llamar a mi amigo de
la mamá traía de sus viajes. Una vez, una de sus los años de navegación. La abuela me dijo que
hermanas me dio un beso y me enamoré. Pero él ahora vivía con un amigo. Llamé. Antes de
se me pasó: ella le daba besos a cualquiera. En colgarme, el amigo dijo: "mi novio no está".
quinto año, mi tío Hugo me regaló un saxo Pasaron algunos meses. Una tarde, por fin,
tenor. Yo quería uno desde hacía bastante, pero visité la sede de HIJOS de la calle Venezuela,
como a nadie nunca le sobraba tanto dinero, ya donde me interioricé de lo que hacían y, aunque
me había resignado. Tomé algunas clases y no ninguna de las actividades me interesaba
tardé en integrar una banda de funk. Era raro: demasiado, me quedé. En realidad, lo que más
ninguno de los chicos de la banda fumaba. Sólo me interesaba era Gaby. Ella no era hija de
tomaban whisky y aspiraban cocaína. Así que desaparecidos, estaba ahí porque le gustaba
yo también empecé con eso y tuve algunos ayudar. Además, era una experta fumadora de
momentos intensos. Una noche, durante el marihuana, algo que yo no conocía muy bien y
intervalo, representamos una escena de Buenos sobre lo cual ella llegó a enseñármelo todo.
muchachee en el baño. Yo no había visto la Fumábamos juntos y yo me sentía bien. A veces,
película; ahora, cada vez que la veo, la escena cuando salíamos de las reuniones caminábamos
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hasta la costanera, nos besábamos, y después supongo que estuve por perder la razón para
entrábamos a la reserva y llegábamos al río; y si siempre. Vero, de hecho, la perdió: se enroló en
hacía calor chapoteábamos descalzos en el un grupo zapatista y nunca más supe de ella.
barro. Era absurdo, pero Gaby, que no tenía Otra vez en casa, y con poco para perder, fui al
padres desaparecidos, era capaz de cualquier banco. El oficial de inversiones me ofreció un
cosa por hacer que yo participara cada vez más. terreno en un lugar nuevo, un country con club
Pero no sé si la militancia en HIJOS era para mí, náutico y cancha de golf, y me mostró algunas
supongo que no. Además, por esa época escuché fotos: agua azul, pasto verde, todas cosas que
algo de las indemnizaciones que iba a dar el me hicieron recordar mis años de navegación.
gobierno. Yo no estaba seguro de empezar con Acepté, y todo anduvo bien hasta que me
los trámites, pero en cuanto lo hice, Gaby, que dieron la posesión y descubrí la estafa: el suelo
no estaba de acuerdo con todo eso, me dejó. era inservible, y para rellenarlo había que usar
Mala suerte, pensé, a mí lo que ella llamaba tanta tierra negra que iba a terminar gastando
"migajas" podía servirme. Cuando recibí los más en eso que en lo que había pagado por el
bonos que me dieron los vendí y, sin saber qué terreno. Igual, mientras esperaba que los precios
hacer, me dediqué a salir con los dos o tres subieran para poder vender y hacer alguna
amigos que conservaba de la secundaria. La diferencia, me preocupé por dejarlo tan bien
pasábamos bien, pero siempre me daba la como fuera posible. Así que compré una pala y
sensación de que faltaba algo. Una noche, en un una carretilla y acarreé tierra negra durante
bar, conocí a Vero. A mi abuela Vero le gustaba: meses. Por ese tiempo tuve ganas de dejar de
tenía ideales sencillos, no fumaba y, como era fumar pero no pude. Supongo que el esfuerzo
vegetariana, juntas solían hablar de las dietas de ir y venir con una carretilla impide abandonar
que mi abuela tenía que hacer como cualquier vicio. Después, como todavía me
consecuencia de sus problemas coronarios. quedaba algo de dinero y no quería vol ver a ser
Además, a Vero le gustaba viajar, así que estafado consulté con gente de confianza hasta
viajamos mucho y un día, en Palenque, al sur dar con Sergio, un amigo que había inventado
de México, conocimos una forma de fumar que unos pañales para perros. Algo secreto", me
IJ
nos entusiasmó a los dos. Eso sí que era dijo, y dijo que tenía que tramitar las patentes y
poderoso. Los días pasaban y nosotros encontrar inversores que los produjeran a gran
estábamos en el paraíso. Sin embargo en un escala. Así que pagué todo eso de las patentes y
momento empezamos a volvernos locos y nos sentamos a esperar. Al año siguiente, mi tío
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Hugo me dijo que Lola, que había estudiado del otro los diques, los restoranes que le gustan
economía, conocía de un intercambio estudiantil a Lola-, comenzó a llover y entonces me imaginé
a unos jóvenes empresarios extranjeros que -todavía no puedo explicarme cómo: el inventor,
estaban dispuestos a invertir en algo como lo entre nosotros, era Sergio- un cigarrillo que no
nuestro. Era nuestra oportunidad. Lola, a quien se apagara con la lluvia. Las luces de la ciudad,
yo no veía desde su fiesta de 15, me contactó del borde de la ciudad, se reflejaban en el agua
con esa gente, y luego de algunas conversaciones de lluvia y en la del río y en la de los diques. La
acordamos que mi amigo y yo recibiríamos un sola idea de poder asomarme por la baranda,
porcentaje de cada venta. A Lola la excitó el de mojarme, de fumar, me llenaba de emoción.
descuido, la seguridad, la indolencia de mi Un aditivo especial para el tabaco, un envoltorio
forma de encarar la negociación. Ella piensa, que fuera como el papel, pero impermeable. Él
hasta el día de hoy, que yo tenía todo lo desarrolló, yo lo ayudé. Tardamos casi dos
absolutamente calculado: cada acento, cada años, y unos días antes del nacimiento de mi
leve movimiento de los dedos. Y yo, a decir segundo hijo todo estuvo preparado. Los
verdad, tampoco tardé en enamorarme de inversores -Lola siempre hace bien su trabajo-
aquella chica emprendedora. Todo anduvo no tardaron en llegar. Cigarrillos para fumar
bien. En el amor: casamiento con Lola, bajo la lluvia. Eso sí que era un invento. Así que
nacimiento de nuestro primer hijo. En los en adelante, con las cosas al fin ordenadas, todo
negocios: Lola me ayudó a vender mi terreno, y fue planear un futuro de felicidad. Ahora, por
con eso más las buenas ganancias de lo que ejemplo, quiero acondicionar el velero -mejores
hacíamos con Sergio, compramos un equipos, velas más fuertes- para llevar a mi
departamento en Puerto Madero, un velero, familia a dar una vuelta alrededor del mundo.
una amarra y una pequeña cupé donde pude ir Sí, y durante el viaje, en alguna noche de lluvia,
a visitar a mi abuela hasta el día en que, olvidada cuando todos duerman, salir a cubierta,
de sus dietas, "prefiero vivir bien", decía, murió encender uno de esos cigarrillos que inventamos
de un ataque cardíaco masivo. Y Sergio siguió y recordar, mientras fumo, todo lo que pasó,
con sus inventos, sí, todos inservibles, pero que pensar mucho en todo eso, sí; y en todo lo que
de una u otra forma nos hacían soñar con cosas los jóvenes de mi generación, durante todo este
en verdad importantes. Hasta que un día, tiempo, fumamos.
mientras los dos fumábamos en el balcón
terraza del departamento -de un lado el río y
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Llama Lukra, con la voz suave y parca de como que al primer problema con Miguel nos
cuando va a decirme algo importante me volvemos o nos abrimos, que lo del Batallón a
pregunta si vaya volver y le digo que sí, que él le interesa pero no por Miguel o por mí o
en cuanto resolvamos unas cosas vaya volver por papá sino por él. Además, debe acordarse
y la vaya embarazar. No, dice, estoy cansada lo de Tejera y lo de la grúa y todo lo que pasó
de no poder pasar los controles, habría que después. Pero cuando Miguel empieza a hablar
pedirle a alguien que... ¿no se puede tener hijos con uno de los gendarmes el Peludo se acerca y
allá en Mercedes? No sé. La comunicación se les ofrece unas bolsitas del polvo deshidratante
interrumpe. Miguel dice olvidate, Porteño, que contrabandea su amigo y entonces nos
si querés tener un pibe tenés que irte al sur, dejan seguir.
Bagual, Tajo, Arizona, allá nadie controla, o
controlan, sí, pero si vos cada tanto entregás ***
un pibe te dejan tener uno o dos, hasta tienen
escuelas nocturnas, todo medio clandestino, Hace mucho que no venía por acá. Las lluvias
vestido de fábrica, ¿sabés?, pero son escuelas cambiaron todo y la única forma de cruzar las
como las de antes. A Lukra le gustaría, sierras es en vehículos con ruedas de oruga,
pienso. Pero allá los planes no llegan, ¿de así que dejamos el bote y subimos a un ca-
qué viviríamos sin planes? Imposible. Miguel mión donde viajan algunos refugiados del
enciende un cigarrillo. Fumá afuera, dice el Chaco -se les nota el acento-, y dos negras
Peludo. Sos peludo, ¿eh? Sí, pero fumá afuera. embarazadas. Tenemos fecha de parto para la
semana que viene, dice una de ellas, y la otra
*** explica que es mejor dar a luz donde van a
vivir sus hijos porque sino nadie se hace cargo
El canal nos lleva a San Luis, y de ahí hasta las del traslado y esperar a que se los lleven es
sierras hay que pasar por un retén de gendarmes peor porque las multas por retenerlos son muy
que hablan muy rápido y se ponen nerviosos altas. Claro, digo, y me pierdo en el paisaje de
con facilidad. Nos hacen abrir los bultos: dos tosca y árboles caídos que llega hasta el borde
gordos sacan las máscaras y las tratan como si de una pendiente muy alta tras la cual crece
fueran trapos o bandas contaminadas. Rompen una montaña de piedras que parecen huecas y
dos. Miguel, a punto de insultarlos, se contiene. más allá el cielo, siempre gris o negro o rojo.
El Peludo me mira, creo que quiere decir algo Le pregunto a Miguel si acá siempre el cielo es
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rojo, y él dice sí. carnívoro que arrasa con todo lo que encuentra.
Como en esa banda que Lukra se robó de ¿Quién contamina esas bandas? Las versiones
la agencia: dos ancianos, quizá una pareja, del futuro de los que logran regresar son cada
viajan día y noche bajo un cielo rojo y verde, vez más apocalípticas. Ilusos saboteadores de
casi siempre colores puros, brillantes -quizá bandas: el futuro debe ser mucho peor, no sé
porque la banda está contaminada-, y a veces, me ocurre qué, pero seguro que mucho peor.
muy pocas, se vuelven oscuros, casi negros. Porteño, mirá, dice Miguel, y señala hacia
Los ancianos no hablan, o no se escucha lo una quebrada inundada, mezcla de laguna y
que dicen -el sonido de la lluvia, mezclado pantano rojizo: rojo arriba y rojo abajo, ¿ves?,
con el de muchos insectos zumbadores y el dicen que por acá todo se va a poner así, tu
de explosiones lejanas, es muy envolvente-, y papá hubiera estado contento.
siempre que la usamos los vemos como desde Durante el viaje suben pasajeros hasta que
una plataforma móvil que se desplaza atrás del el camión se completa. En una esquina, sobre
vehículo en el que ellos viajan. Al final, nunca una caja de bordes luminosos, un hombre se
nos ponemos de acuerdo en si ellos hablan o trenza la barba y se balancea hacia delante y
no. Yo opino que las diferentes coloraciones hacia atrás. Junto a él, un androide emite una
del cielo hablan por ellos, que conforman un canción de cuna. Por un momento pienso
código y que sólo hay que sumergirse en la que es una forma de hablar, que podrían ser
banda, saltar de la plataforma, para descifrarlo; miembros de una conspiración que una vez
pero Lukra nunca quiere saltar porque si en que lleguemos a la mina tome el lugar. Pero no:
verdad la banda está contaminada no va a ser Miguel se acerca al de la barba y le dice Tuco,
algo gracioso. Y es verdad: tengo dos amigos soy Gimenez, ¿te acordás? El hombre levanta la
que pasaron diez años encerrados en una cabeza, y con sólo ver a Miguel empieza a tener
banda, todos los daban por muertos hasta que convulsiones. Abre la boca -en ella un colmillo
un día volvieron con la ropa hecha harapos, de tigre dientes de sable- y la cierra sin control.
tierra bajo las uñas, en los ojos una furia tenaz, Se traga parte de la barba, cae al piso y como
odiosa, y hasta que un juez no los mandó a una nadie puede hacer nada por él dos refugiados
de esas bandas de recuperación ellos no deja- lo alzan y lo tiran afuera. El androide mira lo
ban de decir que el futuro no es lo que prometen ocurrido y se arroja atrás del amo: la canción
en Córdoba, en todas las capitales, decían de cuna cae dando tumbos en un bosque de
que el futuro es una especie de gran helecho pinos azules.
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El Peludo agarra a Miguel de un brazo, ¿qué como todos los del carruon que bajaron acá,
te pensás que hacés? Nada, dice Miguel. Ysigue: tendríamos que pagar por esos vestidos que
a estos topos hay que tratarlos así, Peludo, que identifican a los visitantes. Miguel tiene cara
se vayan a espiar a otra parte, a ver si todavía de jirafa, el Peludo una peluda melena beige,
vamos a andar como Raúles cuando se sabe que y yo una máscara-traje, mezcla de oso panda y
al primer cambio de aceite nos hacen grito de canguro, y mis dedos se confunden con los del
monja. Puede ser, dice el Peludo, pero después traje, cinco, siete, nueve dedos en cada mano y
me agarra la mano y me golpea la palma con el algunas feroces uñas de gato montés.
índice, una vez, dos veces, muchas -me parece Después, mientras buscamos ese galpón
que está nervioso-, y me dice al oído Porteño, donde canjear las máscaras, el olor a azufre se
acordate, vos todo esto lo hacés por tu viejo, o hace mucho más intenso y Miguel dice que no
por vos, no por Miguel, y si este llega a ponerse es azufre, que es otra cosa, que mejor no saber,
salvaje vos ya sabés. Yo sé, sí, digo, y cuando y del bolso saca tres filtros y nos dice que si no
el camión pasa sobre unas piedras huecas los usamos vamos a terminar mal.
pierde sustento y da varias vueltas sin control Así vestidos me gustaría mandarle una foto
hasta que logra afirmarse sobre un bloque de a Lukra, pero acá la señal es demasiado fuerte
concreto -supongo que de la vieja autopista- y -debe ser por la cantidad de metales disueltos
entonces seguimos. en el aire o por el calor del piso: por momentos
da la sensación de que nos aproximamos a
*** la cima de un volcán- y sería como cuando
me llegaban las imágenes de ella en su viaje
Miguel enciende dos cigarrillos y me dice tomá, a Monte-Riggi: todas distorsionadas por la
fumate uno. Mientras nos revisan, una ráfaga radiación de los meteoros que ella y los de su
de viento sopla desde la mina. Allá, cerca de grupo de antropólogos habían ido a investigar.
una torre de perforación construida sobre un Si esa vez yo hubiera sido un poco más celoso
plano inclinado, el humo que emerge del pozo me suicidaba. No, algo mejor: a su regreso le
tiene un leve olor a azufre. Sentí, dice Miguel, presentaba a Julieta y a las otras; el fruto más
batata podrida. salvaje de la creación es la venganza.
Caminamos. Para diferenciarnos de
los trabajadores y de los lugareños los del ***
control nos obligan a usar las máscaras. Si no,
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Mala suerte: en el galpón de los amigos del sol de la mina es algo animal. Animal, repite
Peludo hay una barrera y un holograma del Miguel, animal, y tararea la melodía durante
funcionario que clausuró el lugar. Ese es el algunas cuadras hasta que nos sentamos a
Britos, dice Miguel. El Britos, dice el Peludo. tomar algo en un bar de techos altos llenos de
Ese es medio pariente nuestro, porteño, cuñado goteras.
de uno de esos hermanastros de mi tío de allá Ahora a la tarde cierra todo, dice el Peludo,
de Paso de las carretas, vos lo conocés. Sí, en van a abrir a la noche así que ... Podemos ir a
Paso de las carretas fue lo de las sandías y lo ver una banda, digo. Huevón, dice Miguel, y
del farol roto en el dique. El dique, sí, eso ya no cuando la mesera se acerca para anotar el pedi-
está más: ahora el lago parece un mar y dicen do él me palmea en la cabeza y le dice mirá a
que hay hasta olas gigantes y que cuando no este oso panda, nena, ¿no lo querés probar?,
llueve tanto la gente va a hacer surf y hasta mirá que viene de lejos, hasta te puede llevar a
una vez hubo un torneo y ganaron unos ver una de esas bandas de la mina, es educado,
mendocinos borrachos. El Peludo toca a Miguel te va a tratar bien. La mujer sonríe: ¿qué van a
en un brazo. ¿Y ahora qué hacemos? Miguel pedir? Ginebra. Ginebra. Para mí, té con limón.
levanta los hombros. Este Britos es un culeado,
dice. Dale, dice el Peludo, ¿qué hacemos? ***
Y, no sé, acá el que sabe de aleaciones y esas
perchas voladoras sos vos. Sí, dice el Peludo, y Mientras Miguel y el Peludo siguen con la
por cómo mira los demás galpones de la zona ginebra les digo ahora vuelvo y vaya ese lugar
supongo que está seguro de que en algún lugar de las bandas. Debe ser uno de esos trucos
vamos a encontrar lo que buscamos. baratos: ¿de dónde van a sacar imágenes
Los galpones se suceden uno atrás del otro verdaderas del sol y del cielo despejado? Seguro
y uno arriba del otro -madrigueras- y no se me que están hechas con escenas de películas viejas
ocurre la cantidad de cosas que deben venderse o recuerdos de mineros muertos.
ni cuántas estafas serían posibles en una ciudad En la casa las paredes negras ahora son
como ésta. En una esquina nos ofrecen entrar a verdes y de ellas se desprenden pequeños
una casa de paredes negras donde deben pasar corazones rojos, juegos de luz que al caer a
bandas clandestinas. En la puerta de la casa, la vereda y tomar contacto con el agua hacen
dos nenas de no más de diez años cantan una múltiples cortocircuitos que dan la sensación
canción de una sola frase: venga a bandear, el de estar caminando sobre un charco vibrador.
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No soy el único que entra al lugar. Una de las hasta la plataforma de visualización. Fácil
nenas va y viene con el cambio de los que ya para todos menos para el viejo, que entra por
pagaron -nunca pagué tanto por una banda- y error en una caverna y sale transformado en
nos hace pasar de a uno. Adelante de mí, una vampiro. Ojalá que los controladores se den
mujer mucho más alta que yo empuja a un viejo cuenta antes de que el sol empiece a subir.
que de tan doblado no saben cómo colocarle La acción es lenta o casi nula. Un grupo de
el arnés. Antes de entrar a la sala, la voz del amigos, en medio de un camino de tierra y
parlante que aconseja no intervenir en la banda piedras, intentan arreglar la moto de uno de
porque, además de los peligros habituales, ellos. Por lo que dicen, todo transcurre poco
el sol no es real y puede ocasionar severas antes del comienzo de las lluvias y viajan desde
lesiones, se parece a la voz de Miguel. No, es el Chaco hacia las zonas altas del Noroeste, así
una mezcla de la voz de Miguel y la mía; o una que la música del altiplano es mejor que los
voz que conozco bien. Me ilusiono: podría ser ritmos caribeños. Por fin los amigos se ponen de
la voz de papá. acuerdo: todos menos dos buscarán ayuda más
Apenas me colocan el arnés me siento adelante, por lo que el resto de la banda es la
liviano y empieza la caída libre. Varios gordos espera de dos motociclistas bajo el sol ardiente
y la mujer alta caen más rápido que yo y pasan del desierto. Hablan de muchas cosas sin
veloces junto a mí. Después paso junto al conexión; buscan, en las peores horas del día,
viejo -no tarda en perderse arriba- hasta que protegerse bajo alguna sombra; buscan agua;
caigo sobre un médano como los de las bandas se defienden de los animales que los atacan; se
de la costa pero lleno de caracoles con forma lamentan por los amores perdidos: las mujeres
de disco. Me llevo varios al oído: boleros, no entienden que la lluvia va a llevarse todo,
guarachas, rumbas y otros ritmos del caribe dicen; uno empieza a llorar y el otro lo toma
que a Lukra le encantarían pero a mí no. Por de la mano; bailan y en un momento pierden
fin me quedo con uno que empieza como un el equilibrio y caen al piso y no puede vérselos
son pero que en realidad está escrito sobre una pero uno se imagina lo que puede ocurrir
melodía del altiplano. Y entonces los médanos porque mientras bailaban se habían mirado
se vuelven rocas y al subir a una mucho más con mucho afecto. Cuánto pudor, dice la mujer
alta que las otras puede verse el amanecer. alta, y corre a verlos atrás de la piedra.
Los lugares seguros no están bien ¡Vengan!, grita, [esta escena es deliciosa!
delimitados pero igual es fácil seguir el camino Pero cuando uno de los gordos está por salir
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de la plataforma, una serpiente muy delgada, Miguel hace un veloz reconocimiento del
apenas visible, muerde a la mujer en un tobillo terreno y por cómo mira cada objeto se ve que
y la deja temblando y llena de grandes gotas se siente estafado. Mientras tanto, un empleado
de sudor que pronto se mezclan con las que le explica al Peludo que las chapas que hay, si
empiezan a caer desde el cielo despejado. Los bien algo pesadas, son flexibles y fáciles para
hombres, entonces, salen desnudos de atrás de trabajar. Se usan como fondo cuando diseñan
la piedra y cantan bajo la lluvia. Bueno, hasta las bandas, dice, acá los que más las piden son
acá llego, odio los musicales. Me saco el arnés y los saboteadores, usted las dobla así, ¿ve?, y
lo dejo a un costado. Otra vez en la sala, nadie según el tamaño puede llevarlas en los bolsillos
me presta atención: todos están ocupados en o donde quiera, es fácil pasar los controles, yo
revivir a la mujer alta y en atrapar al murciélago los paso. Pero cuando el hombre hace silencio,
que al ir y venir choca contra todas las paredes antes de que vuelva a intentar vendernos algo
y techos del lugar. que no necesitamos, Miguel dice no digás
carbonadas, albóndiga, acá tenemos unas
*** mascaritas más buscadas que pelo de huevo y
vos nos venís con todo este puré de gaviota, así
Cerca de la mina las calles, anchas, suben y no es, mejor vení, mostrame esas tres motos,
bajan en forma abrupta: deben haberlas cons- ¿son para el agua o también nos vas a vender
truido en el suelo ya erosionado por el agua. ajo sin porro?
Es difícil andar a pie pero tenemos que hacerlo El hombre, al principio algo intimidado,
porque al Peludo en el bar le hablaron de un lu- intenta excusarse. Pero eso dura hasta que de
gar que puede interesarnos: un hombre de ropa entre algunas chapas salen varios androides
muy parecida a la del que se arrojó del camión -se mueven muy rápido, no puedo contarlos-
-deben pertenecer a la misma secta- le dijo, casi que pronto nos rodean. ¿Vuelan? No, parece
en secreto, de un galpón que todavía funciona, que vuelan. En todo caso, vuelan a muy baja
que los vehículos que tienen no son los más ade- altura, o levitan a gran velocidad. La ilusión
cuados pero que probemos porque a lo mejor es perfecta, dice Miguel. No es ilusión, dice el
pueden servirnos. Y cuando llegamos, atrás de hombre, es tensión. Luego chasquea los dedos
una puerta de varias capas de hierro, los perfiles y todos los androides caen al piso y quedan
oxidados, las bisagras a punto de romperse, un desparramados como chatarra. Muy bien, aho-
depósito lleno de chapas y motos viejas. ra vamos a ver las motos, dice por fin el hombre,
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y mientras avanza hacia ellas los androides refugiados del Chaco, ellos van de a pie a
se incorporan y caminan atrás nuestro. Y que todos lados, sí, y cuando hay que nadar, nadan,
esta sea la primera y última vez que alguno de y cuando tienen que ahogarse, se ahogan; las
ustedes reprueba lo que tengo para ofrecerles, nuevas generaciones de esos chaqueños van a
dice. salir con aletas y escamas, ¿quiere que le cuente
Tensión superficial, sí, usted entiende de de cuando estuve con una chaqueña?
esto, ¿verdad? Claro, dice el Peludo, la aguja Bueno, bueno, con una demostración
engrasada que flota en el vaso de agua. Exacto, podemos llegar a un acuerdo, dice el Peludo.
si usted aplica esta laca viscosa a las ruedas de Porteño, vos que tenías una moto, probá una
cualquiera de estas motos logra el mismo efecto: de estas y después vemos.
la moto flota. Además, si lo piensa bien, ¿qué
mejor manera de llegar a Córdoba que por agua ***
y tierra? Ir por aire es peligroso, las noticias no
llegan pero yo y muchos de los que trabajan Todo va bien hasta que mi moto empieza a
para mí sabemos la cantidad de ultralivianos hundirse. El hombre dice más laca, o menos
que derriban por año. En cambio por tierra, por laca, el cálculo tiene que ser exacto porque si
fuera de los caminos habilitados... Piense, ¿qué no van a tener problemas. Y confiamos en él,
mejor que llegar desde el monte? Eso sí, va a pero pasan varias horas hasta que logramos
necesitar una brújula, una carta de navegación estabilizar tres motos con la cantidad adecuada
o algo, yo acá tengo algunas, pero una vez en de laca en las ruedas. Entonces el hombre
el límite de la ciudad, en las primeras calles explica: esto es acá, en nuestros piletones
de los barrios de arriba, esos nuevos que anda de prueba, pero si en algún lugar por donde
haciendo la Municipalidad, nadie le va a pedir vayan ustedes la densidad del agua es distinta,
nada, usted puede dejar las motos y entrar a la si el agua está más fría, o más caliente ...
ciudad de a pie, ¿entiende? Ustedes saben, todo eso influye, siempre hay
"Tensión superficial", repite Miguel, "por que ajustar las proporciones. Yo, hablo por mí,
tierra", "flotar", ¿te pensás que somos pasto?, aconsejo agregar un lastre a la moto, un lastre
desde que empezó a llover que yo no veo una importante que sirva para regular el peso. El
sola moto, ¿ustedes vieron alguna?, para ir de a único problema sería si en algún momen-
pie vamos como vos decís, espejito de colores, to alguno de ustedes tiró demasiada carga y
"de a pie". Bueno, dice el hombre, como los necesita, por las condiciones del agua, algo
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más de peso. Bien, para ese caso están estos motor. Van a ver que la aguja enseguida vuelve
puertos de ingreso de agua de los costados, a marcar. Es por la escasez de nafta, dice, la
¿ven?, con estas llaves del tablero abren los pólvora resistente al agua hace de explosivo:
diferentes puertos y en cuestión de segundos, estos motores, créanme, están preparados para
con el agua que ingresa, llegan al peso deseado. cualquier cosa, y esta pólvora es lo que más
¿Se entiende? No es complicado, todo consiste rinde.
en sacar o agregar, como en los submarinos.
No tardamos en ponernos de acuerdo. ***
Miguel, que nunca manejó una moto, se siente
muy cómodo sobre su chopera de dos escapes en Avanzamos. La velocidad sobre el agua no
L, cromados. El Peludo, en su Muravey de tres sólo genera vértigo sino que exacerba todos
ruedas, parece una langosta a punto de saltar nuestros deseos. Por momentos, avanzar se
al vacío. Y yo, en mi moto cross, pintura verde parece a un sueño o a uno de esos desmedidos
metalizada, puntitos brillantes -plateados y proyectos que imaginamos con Lukra cada vez
dorados- desparramados en toda la superficie, que usamos una banda emotiva. Los golpes
soy el que se ve más joven de los tres. Al al corazón pueden hacer que uno replantee
principio nos reímos, Miguel parece un chico toda su vida en segundos, que esos segundos
con juguete nuevo, un remolino de emoción, exploten en otros y en otros, y entonces todo
de nervios, ansioso por empezar a jugar cuanto el tiempo se puede concentrar en un sólo
antes. El Peludo y yo, en cambio, estamos más instante, como las ideas sobre la muerte en un
concentrados. El hombre, verdaderamente, velorio o la luz en una sala de espejos. Porque
salió ganando: todas nuestras máscaras, años desde que es posible vivir tanto tiempo, y
para conseguirlas, a cambio de unas motos que desde que la natalidad dejó de ser una mera
no sabemos hasta dónde pueden llegar. urgencia tributaria, la muerte pasó a ser una
¿y el combustible?, pregunta el Peludo. especie de bache para la conciencia, una idea
El hombre saca, de entre unos contenedores del pasado, como la idea del castigo divino y la
llenos de candados y placas magnéticas, idea de la buena fortuna durante mi infancia.
cartones de cigarrillos para lluvia. Tomen, dice, Cuando murió la hermana de Lukra, por ejem-
ahora los tanques están llenos, pero cuando la plo, nadie lloró, y hasta seguimos enviándole
aguja llegue a reserva tienen que abrir la tapa mensajes y fotos durante varios meses. A
y tirar varios de estos cigarrillos sin apagar el veces me pregunto si todo esto de ser siempre
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jóvenes, si la promesa de que nadie va a morir a no dejarse engañar con nidos de caranchos,
-si la causa no es violenta- hasta que pasen las no perdamos el hilo que si no terminamos peor
lluvias, hasta que todo vuelva a ser como antes, que relleno de matambre.
no se va a convertir en lo que la esperanza de Dejamos las motos en un pozo. Esto es un
un futuro sin desigualdades era para gente cráter, dice el Peludo. Los últimos ataques,
como papá. dice Miguel. Y al principio no entiendo, pero
¿En qué pensás, Porteño?, pregunta Miguel. al leer en los carteles las advertencias, "campo
En papá, digo. Ah, dice. Después sorteamos minado", "minas antipersonales", recuerdo las
algunas olas que deben haberse generado abajo: historias de Lukra y su grupo de antropólogos,
un escape subterráneo, algo así. Y cuando los lo que ellos dicen de Monte-Riggi y de ese
tres volvemos a acomodarnos sobre las motos, tal Riggi, antes juez, asesino, y ahora artista
me pregunta si voy bien, o si estoy bien, y yo plástico; materiales preferidos: partes de
digo sí, voy bien. hombres y mujeres dispuestos a mutilarse para
que su carne quede integrada en el trabajo del
*** artista; reconocimiento internacional y denun-
cias por canibalismo; "el arte no da de comer",
Cuando estamos cerca de Córdoba es fácil dijo Riggi en una entrevista, "la carne humana
dejarse tentar y empiezo a mandar fotos del es el material más noble jamás conocido". Y
paraíso. Lukra pregunta dónde estoy y yo sólo el cinismo de sus abogados: "Él no hace nada
respondo con fotos. Yo subido a un árbol de malo, alguien coloca las minas alrededor de
inmensas peras maduras, Miguel y el Peludo su villa y cuando los curiosos que se acercan
junto a varias ninfas voladoras, los tres al vuelan por los aires él se limita a recolectar los
caer por una cascada de vibrantes grageas de pedazos y componer con ellos una obra; su
colores, el desaforado paisaje de lunas que estética está llena de dolor, ustedes tendrían
pasan a baja altura ofreciendo bebidas gratis que ver a ese pobre hombre en el durísimo
y bandas de alta seguridad, Miguel montado momento de empezar a concentrarse para
a un león, el Peludo entre acolchonada hierba elaborar esa materia horrorosa".
llena de amantes y briznas, yo un mensaje que Esto no lo sabía: el agua, en Córdoba, corre
se transmite por ondas, de boca en boca, hasta por zanjas vidriadas. Y no sólo por zanjas sino
caer en una fuente de aceites perfumados. Pero también por conductos elevados que no son de
la ilusión dura poco. Miguel me sacude: basta, recolección sino de recirculación. Le pregunto
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al Peludo. Dice: el agua drena hacia depósitos y después de varios minutos de ascenso
bajo tierra y de ahí la bombean a las zanjas y entramos a un salón de fiestas donde a pesar de
a todo el sistema de tubos. Todo para evitar la música estridente, cónica, nadie se mueve.
inundaciones, ¿se entiende?, toda el agua que Todos fuman y sólo se complacen en mirar
cae la reutilizan. Esta es una verdadera ciudad cómo el humo de los cigarrillos se mezcla con
seca. las figuras que emergen de una caja musical.
Pero la lluvia cae, eso no puede evitarse, Después pasamos a un pequeño recinto lleno
y entonces tenemos que refugiarnos en una de cajas. La mujer dice unas palabras, una
cúpula. clave secreta, y de las cajas salen otras mujeres,
todas ellas armadas con látigos o fustas. Miguel
*** sonríe, el Peludo también. Y cuando estoy por
levantar los hombros, la mujer alta se me tira
La gente, desnuda, toma sol y bebe licores encima. Sin poder apartarla, pienso en qué
variados. Hay que averiguar dónde quedaba significará para ella la palabra "batallón".
el Batallón 141, si allí no habrá otra cosa, y
hacer los contactos que nos posibiliten la toma ***
del lugar. Miguel se acerca a una mujer alta y
delgada pero de brazos anchos y fuertes. Habla Nos alimentan y abusan de nosotros. Los
unos instantes con ella y luego se dirige a otra látigos al principio duelen pero después no.
y a otra hasta que al final una lo lleva de la Muchas cosas pueden hacerse con un látigo.
mano hasta donde ahora se ubica la primera. No sé cuánto tiempo nos quedamos en ese lu-
Miguel, desconcertado, no sabe qué hacer y gar. Bastante. Lukra llama varias veces; no le
vuelve con nosotros. Intenta con otra persona, respondo. Pero en un momento una deliciosa
pero vuelven a llevarlo de mano en mano y ter- sirena envuelta en cadenas de plumas y cuentas
mina otra vez donde había comenzado. Antes que se entrechocan empieza a acariciarme y
de irnos, la mujer alta se nos acerca y nos dice nota que alguien me llama, entonces interfiere
los veo preocupados, vengan. la señal: preciosa, tu amigo no está, dice, y su
Afuera, la lluvia de gotas estiradas, voz de ángel, de a poco, se pierde entre los
punzantes, se vuelve agresiva. Subimos unas gritos y el llanto de Lukra.
escaleras. No se resbalen, indica la mujer Por fin, ya derrumbados en una de las
mientras señala los escalones llenos de hongos, esquinas de la habitación, la mujer alta abre
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la puerta y deja entrar a un hombre cubierto maíz rojo. Grandes mazorcas brillantes, granos
con un manto. Al principio él se mueve con rubí, chalas color remolacha. Ya de pie en
suavidad, sin mostrarse. Luego se escucha una medio del maizal, caminamos. Imposible ver
canción de cuna y el hombre deja ver su rostro: más allá de nuestras narices, pero avanzamos.
barba trenzada, moretones en los pómulos, En un momento el Peludo me propone que
odio en los filosos dientes de tigre dientes de me suba a sus hombros, a ver si así llego a ver
sable. Miguel intenta levantarse. ¡Tuco!, grita. hacia dónde conviene caminar. Pero las plantas
El Peludo, que apenas respira, busca algo rojas llegan hasta el horizonte y aún después
para defenderse. Y yo, igual de cansado que de varias horas de andar en la misma dirección
ellos, igual de indefenso, empiezo a quedarme están todas ahí, lejanas, siempre rojas.
dormido. Durante el tiempo en que intentamos llegar a
algún lugar nos alimentamos con las mazorcas
*** -por suerte pueden comerse crudas- y como
a veces llueve juntamos algo de agua y la
Los arneses hacen un poco de presión en tomamos. Pero al cabo de una o dos semanas
las axilas -no puede esperarse algo mejor estamos visiblemente más flacos y,según parece,
del androide que acaba de ajustarlos- y las Miguel empieza a alucinar. El Peludo se pone
palabras de Tuco, dirigidas a Miguel, suenan frente a él y le dice todo esto es por tu culpa.
dulces, amables, un incendio feliz o una danza Miguel dice mi culpa no es, es de los granos, y
de algas. Él explica que la banda es segura, señala hacia un grano de maíz donde dice poder
que una vez que estemos adentro podremos ver con absoluta claridad todo lo que le gustaría
ir adónde más nos guste y que depende de hacer en los próximos años. El Peludo explica: ya
nosotros si queremos volver o no; pero que está con eso, este huevón siempre soñó con ver
si decidimos volver tenemos que considerar el futuro en un grano. Yo no sueño, lo veo, ga-
que las mujeres nos llevarán, dormidos o rrapata, miren ustedes. Y es cierto: en uno de los
desmayados, hasta los límites de la ciudad, y granos de la mazorca que señala Miguel pueden
que nunca más podremos volver a pisarla. verse muchas cosas, imposible enumerarlas, y
No hay opción así que aceptamos. no parece que el futuro vaya a ser tan malo. Por
La caída, lenta, se parece al movimiento en el otra parte, ¿qué significa el haber encontrado,
desierto: nada cambia al caer. Pero no llegamos entre todas estas plantas de maíz, la única que
a un desierto sino a un campo sembrado con tiene esta mazorca y este grano?
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Resulta fácil quedarse a mirar promesas. franco del domingo, dice la contraseña, le
¿Por qué no seguimos?, digo. Andá, ahora abren. Atrás de él -estaban escondidos- varios
te alcanzamos, dice Miguel. Yo voy, dice el jóvenes se precipitan sobre los guardias. Los
Peludo. Y lo dejamos a Miguel con su grano. golpean y los atan. Luego ingresan a uno de
Igual, para que pueda seguirnos, avanzamos los pabellones, toman varios rehenes, cargan
siempre por el mismo surco. Y los días pasan, armas, todo tipo de armas, en la oscuridad no
muchos, y no hay nada peor que dejarlos pasar se alcanza a ver, y se llevan todo en un Unimog
así, hasta que una tarde, justo antes de parar a que abandonan en las afueras. No hay muertos,
descansar, a lo lejos, un hombre sentado, largas no hay sangre. Después sí, habrá muertos y
uñas, largos cabellos llenos de canas, sentado habrá sangre. Papá tiene los días contados.
frente a una planta de maíz. Gritamos pero no Pero la escena sigue, sólo que mucho
responde. Vamos hacia él. El Peludo, excita- después, y los protagonistas somos nosotros,
do, mira al hombre y me mira a mí, muchas que de un momento a otro entramos al grano
veces, me palmea la espalda, llora, aprieta la y quedamos frente al Batallón. A Miguel, el
mandíbula como si una gran emoción vibrara más anciano, le dicen que pase, por caridad. Lo
en su garganta. Ycuando llegamos, la esperanza que no saben es que él, entre sus ropas, lleva
de encontrar al fin a alguien que nos oriente se las armas que inmovilizarán a los guardias.
desmorona: el hombre sentado es Miguel. Reflejos de delgada lagartija, dedos con garfios
y ventosas. Después Miguel nos abre y ahí
*** estamos los tres, el Batallón es nuestro. Pero
tenemos que hacer algo que justifique el haber
Círculos, dice Miguel, y nos muestra, en el venido, el haberlo tomado. Y en eso estamos
grano, un mapa del maizal. Sí, los surcos son cuando alguien nos llama desde el primer
circulares. El Peludo, furioso, le pregunta por pabellón. Al principio la voz me suena conocida
qué no lo dijo antes. Acabo de verlo, alfombra, pero después no, como si algo la interviniera,
dice Miguel. Intento calmar los ánimos. Y podría ser la voz de Miguel cuando era joven
también vi otras cosas, dice. Y nos muestra o la mía. O la de papá. Sí, desde atrás de una
un sector del grano sobre el que comienzan puerta corrediza se asoma una cabeza y parte
a representarse las imágenes de la toma al de un hombro y tiene que ser papá. Pero
Batallón 141. Papá, que en 1973 era conscripto, enseguida dejamos de verlo porque antes que
llega en la madrugada del lunes, después del él, del galpón, salen varios de los del grupo.
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Uno de ellos, seguramente el jefe, dice somos Durante el viaje hasta el lugar de encuentro
"Los Decididos de Córdoba", acabamos de estoy por decirle a papá muchas cosas pero al
tomar el lugar. Miguel, algo desorientado, final no le digo nada. Él maneja como si adelante
está por decir que nosotros también acabamos hubiera un mar revuelto. El volante es un timón
de tomar el lugar cuando papá se sube a un y sus movimientos parecen de agua. Los bra-
Unimog y grita listo, nos vamos, y todos se zos flojos pero tensos a la vez, la mirada vacía
suben atrás, se acomodan entre las armas que pero llena de puntitos brillantes que a lo mejor
se llevan y como queda un poco de lugar nos tienen que ver con haberme encontrado o con
dicen: ¿vienen? algún desperfecto en la banda. Los hombros
duros, sí, resistentes, pero por momentos
*** da la impresión de que con una tanza o con
cualquier hilo delgado podría atravesarlos sin
Calles anchas en la noche de Córdoba, bulevares esfuerzo. Y al llegar, olor a pólvora y fuego,
llenos de espinas duras, filosas, que papá, autos en llamas y, atados a varios postes de
al pasar, toca con las manos como si fueran luz, muchos hombres fusilados. Entonces
de agua. Son blandas, dice, avanzar es fácil, empuñamos las armas y saltamos afuera del
dice, y entonces las armas robadas se vuelven camión. Rodamos sobre la tierra mojada.
canciones de libertad y papá me abraza, Miguel Disparamos sobre todos los hombres iguales a
me abraza, el Peludo nos abraza y los cuatro Tuco parapetados atrás de un terraplén. Balas
somos una especie de final feliz sobre un fondo luminosas, ganas de exterminar. Pero las balas
de pájaros cantores. se desvían y las armas se reblandecen hasta
Después papá dice que más adelante habrá derretirse, como nuestros sueños, en nuestras
que abandonar el camión y cargar las armas en manos. Después, el ejército de hombres iguales
los autos donde nos espera el resto del grupo. a Tuco aplaude nuestra hazaña y Tuco, cuando
Conductores audaces, dice, velocistas que los aplausos cesan, nos dice muy bien, ahora
tendrías que ver para creer. Miguel sonríe, ver pueden elegir continuar con esta historia o
para creer, repite, si vos estás acá con nosotros, salir, sólo yo puedo sacarles los arneses. Miguel
hermano, se puede creer en vacas voladoras. dice seguir, seguir, a vos, Tuco, te voy a hacer
Todos nos reímos. Y cuando Miguel hace puré de higo. Papá, mientras Miguel intenta
otras bromas: más festejos, más abrazos, más otros insultos que no llega a pronunciar -algo
brillantes ideas sobre lo que vendrá. impide que sus palabras puedan escucharse-
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me agarra de un brazo y empieza a correr. Pero algún chaqueño. Puede ser, digo, y quizá hasta
yo, aunque quiera seguirlo, no puedo: el suelo podamos convertirnos en chaqueños. Antes de
me atrapa los pies. El Peludo mira los de él, emprender el regreso, Tuco y las mujeres nos
también empantanados, y no comprendemos despiden con pétalos de rosas negras. Esto es
si la situación es por nuestra indecisión, por definitivo, dice el Peludo. Sí, eso dice Lukra:
las artes de Tuco o por cierta propiedad de la rosas negras, definitivo.
banda. Sin poder mover las piernas, me estiro La llamo. Espero que las imágenes no la
para sujetar a Miguel, pero él no se hunde, y sugestionen. Pero en cuanto la conexión es
después de correr algunos metros cae en la red buena ella empieza a enviar las canciones
que uno de los hombres de Tuco arroja sobre de amor que alguien le canta al oído. Voy a
papá y todos los "Decididos". Papá, adentro de volver, grito, no me hagas esto. Y mientras las
la red, a lo lejos, parece un animal enfermo, una canciones se repiten -la voz es dulce y amplia:
inflamación, copas de árboles sacudidas por el varias voces- ella dice sí, volvé, por favor, volvé.
viento. y después la señal se distorsiona y el Peludo,
Después Tuco viene adonde quedamos que ya se alejó algunos metros, me llama y dice
el Peludo y yo y abre los brazos en señal de allá hay un bote, Porteño, la señora que está
amistad. Mientras espera nuestra respuesta, en aquella piedra viaja al N arte, a su casa, y
atrás de él, a gran velocidad, crecen plantas no puede remar, así que si nosotros remamos
proteicas, mazorcas con olor a carne asada, nos deja ir con ella y cuando lleguemos hasta
adobada, y llueven frutos del mar y jugos puede darnos una balsa, dice que su casa está
dulces enriquecidos con sodio y potasio. El llena de balsas.
Peludo tiembla, enciende un cigarrillo y se lo
apaga en una mano. no hay dolor. Fumamos
durante unos instantes, sin hablar, hasta que yo
digo volvamos.
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FELIX BRUZZüNE, 1976, Buenos Aires.
Escritor, editor, piletero. En 2005 cofundó
la Editorial Tamarisco, dedicada a publicar
autores nuevos y escrituras nuevas. En 2008
publicó el libro de cuentos 76 y la novela
Los topos. En 2010, la novela Bnrrciontto. Sus
libros se tradujeron en Francia y Alemania.
Su breve pero contundente obra lo hizo
merecerdor, en 2010, en Berlín, del preciado
Premio Anna Seghers, que reconoce a un autor
latinoamericano cada año. Publicó cuentos y
crónicas en medios gráficos y virtuales. Tiene
tres hijos y tres perras.