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Diagnóstico Común PDF
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Coincidimos en que el Estado mexicano gobierna en contra del pueblo y desvía el poder
público en beneficio de intereses privados utilizando la violencia y el terror como método de
ocupación del territorio y contención de la resistencia. Coincidimos y muchos de nosotros
fuimos parte del proceso de diagnóstico construido por miles de víctimas de la violencia de
Estado, que se llevó a cabo al amparo del Tribunal Permanente de los Pueblos, ahí
pudimos entretejer nuestras experiencias y conocer la causa de las causas que nos ha
orillado a la situación de emergencia que estamos viviendo.
Nos queda claro que debemos empeñarnos en frenar el desastre y coincidimos en que la
democracia simulada de los partidos políticos no representan una opción para el pueblo.
Por tanto, se nos presenta como reto inmediato construir una alternativa por fuera de las
estructuras establecidas. Las divisiones al interior de los procesos organizados, las
traiciones, la compra de líderes y la ingeniería de conflicto sembrada por el Estado nos
debilitan y obstruyen la construcción de procesos de unidad desde el pueblo.
A lo largo de nuestra historia los que han derrotaron al gobierno son los pueblos que
conservan sus lazos de comunidad, y al día de hoy las comunidades indígenas, son los
guardianes de esa sabiduría popular de resistencia.
Estamos ciertos que tenemos que fortalecer una cultura de la solidaridad, fraternidad y
sororidad, capacidad de entendernos como hermanos, y para eso privilegiamos la unidad
con los pobres, con el pueblo, con las víctimas. No la de las organizaciones, grupos o
partidos.
Reconocemos que hemos cometido errores. En parte, las incapacidades que hemos tenido
para enfrentar los problemas del país están relacionadas con errores que debemos exponer
y reconocer críticamente para que no se vuelvan a repetir.
4. Grandes desafíos
Nos mueven grandes desafíos y ellos, junto con la situación tan grave que vivimos, son los
puntales que nos llaman a la unidad. Aspiramos a una nueva sociedad y para ello
reconocemos la necesidad de quitar del poder a los que están y lograr que el pueblo
gobierne para sí mismo. Para ello nuestra lucha debe prefigurar desde ya, la nueva
sociedad: priorizando la defensa y la reconstrucción de los vínculos comunitarios y
poniendo, por encima de todos nuestros propósitos, la vida de nuestras hermanas y
hermanos, así como la vida de la tierra. El pueblo gobernando, armado con un pensamiento
político recto y ético, en verdadera democracia, decidirá para qué y cómo usar sus recursos.
5. Hacia la unidad
Hay la necesidad de entramar una unidad del pueblo en torno a un proyecto común
construido desde el propio pueblo que tenga una estrategia política unificada. En este
sentido es necesario reconocer que hemos tenido dificultades para articular la unidad
porque hemos caminado con distintas formas y estrategias que no abonan a ese propósito.
Por lo mismo, esta unidad debe debe articularse respetando la diversidad.
La verdadera unidad ha de forjarse desde los pueblos, tierras, colonos, y barrios; desde las
grandes mayorías; incluso debe darse desde “los acarreados”, desde los pobres que cada
vez que hay elecciones, son movilizados como clientela.
Los partidos no presentan un horizonte que vaya más allá de las elecciones. Articular
un proceso de unidad desde el pueblo, que vaya configurando un proyecto común es la
única posibilidad que tenemos para trascender la coyuntura electoral. Pero ¿cómo lo
hacemos? Un primer paso es reaprender de los pueblos y de sus formas de organizarse,
de representarse y articularse territorialmente. También revisar los esfuerzos que hemos
hecho hasta ahora, qué hicimos, qué no hicimos, qué nos falta por hacer; reconocer que
tenemos una gran riqueza de experiencias y fortalezas que es necesario entretejer;
comprender que las luchas sectoriales y gremiales son insuficientes en tanto no se
comprenda que la lucha general es por toda la nación, por todo el pueblo. Tenemos que
tejer vínculos de solidaridad entre las luchas del pueblo, nuestras luchas; tomar con
seriedad la construcción de análisis y propuestas.
La unidad solo se puede construir a través de un proyecto que surja del movimiento, de los
sentimientos y de las necesidades del pueblo. En este proyecto todos podemos aportar. El
cambio solo se puede lograr si nos complementamos y nos enriquecemos. Si avanzamos
en esto, podemos encontrar un accionar conjunto durante este año, trazar una
articulación, algunos acuerdos y agendas comunes, basándonos en principios firmes
y sin perder nuestra identidad.
Se hicieron varias propuestas de trabajos puntuales que pueden ser asumidas por los
diversos actores.
● Necesidad de vincular y fortalecer los sistemas comunitarios de agua
● Comités de defensa del agua: autogobierno del agua y campaña por el agua en los
estados: ley del agua (democratización del agua)
● Paro nacional de pago de impuestos
7. Acuerdos de seguimiento