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Fisuras No Estructurales en Elementos de

Hormigón
escrito por Enrique Alario Catalá el 22 enero, 2012 en la categoría Patologías 51

Durante la ejecución de Estructuras de Hormigón o bien una vez finalizadas


éstas, a menudo nos encontramos con pequeñas fisuras en la superficie de un
forjado, o cada cierta distancia en toda la altura de los pilares o haciendo
cuadrícula en una solera de hormigón o en una losa. Aquel que no está metido
en el mundo de las patologías puede no darle importancia a éste tipo de fisuras,
pues no son debidas a causas de fallos estructurales que puedan derivar en un
colapso, pero vamos a ver que si que pueden llegar a tener una cierta
importancia en la durabilidad de los elementos que las sufren.
Como bien dice el Dr. Álvaro García Meseguer en uno de sus libros (ver
referencia al pié) “La fisuración del hormigón es como la fiebre en los
enfermos: nos indica que algo anormal sucede”, así que lo primero que debe
plantearse un técnico cuando se encuentra frente a una fisuración o
agrietamiento en la superficie de un elemento de hormigón será buscar la causa
origen de la fisuración para poder concretar si existe un problema y poder darle
solución si la precisa.
Primero habrá que diferenciar si la fisura es estructural o no estructural, para
lo que habrá que estudiar características que presentan las fisuras encontradas,
teniendo en cuenta entre otros los siguientes aspectos:
 En cuanto a su geometría habrá que estudiar si el trazado de la grieta va ligado a
armaduras, el ancho de la grieta, la profundidad.
 En que momento aparece la fisura respecto al proceso de fraguado y endurecimiento
del hormigón, durante la puesta en servicio de la estructura, al poco de hormigonar,
durante época fría o calurosa…
 La evolución de la fisura, si se ha parado (muerta) o se sigue abriendo (viva), variaciones
que se produzcan en su anchura o longitud.
 La ubicación de la fisura, si tiene fuerte insolación o bien se encuentra en una
orientación fría.
 Las características del hormigón empleado, el árido utilizado, la proporción de agua o
el proceso de ejecución del mismo.
En base a estas características que podamos observar en las fisuras que nos
encontremos, se podrá empezar a definir si se trata de una fisura estructural o
no estructural y empezar a estudiar el tratamiento que le daremos.

Hay que diferenciar grietas de fisuras


Hasta el momento estoy hablando indistintamente de grietas y fisuras, aunque
muchos autores proponen diferentes definiciones para ambas. En unos casos
se dice que se trata de una fisura hasta que ésta alcanza una determinada
dimensión, a partir de la cual se considera grieta. Otros autores, sin embargo,
prefiere denominar fisura a la abertura no causada directamente por esfuerzos
estructurales, llamando grieta a la que afecta a la estructura o es causada por
fallo de la estructura.
Otra diferenciación es la que considera que las grietas se producen en elementos
propiamente estructurales y las fisuras son las que se producen en elementos
no estructurales, como tabiques o revestimientos, aunque puedan estar
ocasionados por la estructura que los sustenta. Para éste post, si no os importa,
voy a seguir utilizando ambos términos indistintamente.

Otra definición que deberíamos tener en cuenta es la que diferencia la fisura


estructural de la no estructural. Entenderemos fisura o grieta estructural a
aquella que es originada por causas mecánicas o de esfuerzos de la propia
estructura, como acciones de compresión o tracción, flexión, cortante, torsión o
punzonamiento.
Entenderemos las no estructurales a aquellas fisuras originadas por los
procesos de fraguado y endurecimiento del hormigón, por una mala
ejecución, incorrecta colocación de armados, escasos recubrimientos,
fallos durante el vertido, el curado y un largo etcétera de circunstancias que
pueden llegar a provocar la aparición de éste tipo de fisuras.

Consecuencias
En principio, mucha gente puede llegar a pensar que las fisuras no estructurales
no tienen por que ser importantes, incluso algunos pueden restarle toda
importancia e incluso no considerar necesario tenerlas en cuenta ni repararlas,
pero nada más lejos de la realidad.

Como todos sabemos, y sino os lo digo yo, uno de los principales enemigos
de las estructuras de hormigón, incluso diria que de las edificaciones en
general, es la presencia de humedad, pues es el agente que provoca gran
parte de los problemas que se pueden presentar.
También sabemos que el hormigón armado ofrece por si mismo una
protección frente a la humedad a los elementos susceptibles de ser afectados
por la misma, es decir, a las armaduras de refuerzo, pues por medio del espesor
de recubrimiento se consigue que la humedad no los alcance o que si lo hace, la
alcalinidad del propio hormigón evite la oxidación del acero.
Ahora bien, ¿que ocurre si el ambiente exterior alcanza al armado de
refuerzo? ¿que ocurre si se carbonata el hormigón? ¿que ocurre si pierde ésta
alcalinidad protectora, si baja su PH?

Este proceso le ocurre al hormigón en contacto con el ambiente exterior, baja


su nivel de PH afectando a la alcalinidad, se carbonata, se vuelve más ácido y
esto hace que, de alcanzar la profundidad donde se encuentra el acero, éste
quede desprotegido y acabe oxidando.
Pues bien, como hemos visto, siempre que el espesor de recubrimiento sea el
adecuado el acero quedará protegido (en principio), pero si se produce una
fisura, por muy superficial y no estructural que sea, ésta puede ser la vía por la
que la humedad se acerque más al armado en el mejor de los casos o incluso
llegue a dejarlos al descubierto en el pero, quedando por tanto desprotegido e
iniciándose por tanto el proceso de corrosión en ese punto.

Ésta consecuencia, por sí misma, creo que podría ser suficiente para considerar
la reparación de las fisuras no estructurales, pues afecta directamente a la
durabilidad del elemento de hormigón, pero además de eso, éstas fisuras nos
están indicando que seguramente algo se ha hecho mal. Puede que los
recubrimientos no sean los adecuados, o que no se haya realizado un correcto
curado del hormigón, o que se haya desencofrado antes de tiempo, pero en
definitiva tienen una causa que normalmente es una mala ejecución o la
presencia de alguna circunstancia que ha hecho que las características del
hormigón acaben por no ser las que deberían y por lo tanto nos deben poner en
alerta.
Bien es verdad que en muchas ocasiones no tienen mayores consecuencias a
corto plazo y se resuelven tapando, pero al menos creo que, antes de tapar sin
más, deberíamos pararnos un poco a pensar si nos están indicando algo más
allá que pueda afectar a la durabilidad final del elemento.

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