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COMPORTAMIENTO DE LA

ATMÓSFERA

Jaime A. Moragues
INDICE

1. COMPORTAMIENTO DE LA ATMÓSFERA ..............................................1


1.1 Introducción ...........................................................................................1
1.2 Transporte convectivo vertical...............................................................3
1.2.1 Cambios Adiabáticos .............................................................................4
1.2.1.1 Gradiente adiabático seco ..................................................................4
1.2.1.2 Gradiente vertical adiabático húmedo ...............................................7
1.2.2 Inversiones .............................................................................................8
1.2.2.1 Inversión por radiación ....................................................................11
1.2.2.1.1 Evolución diaria de temperatura en función de la altura de la
atmósfera. ....................................................................................................12
1.2.2.2 Inversión por subsidencia ................................................................16
1.2.2.3 Inversión frontal...............................................................................18
1.2.2.4 Inversiones por advección................................................................20
1.2.2.5 Elementos que Caracterizan una Inversión Térmica .......................21
1.2.2.6 Ejemplo Ciudad de Santiago de Chile .............................................21
1.2.3 Estabilidad Atmosférica.......................................................................22
1.2.3.1 Tipos de estabilidades ......................................................................23
1.2.3.1.1 Condiciones estables..................................................................23
1.2.3.1.2 Condiciones inestables...............................................................25
1.2.3.1.3 Condiciones neutras ...................................................................29
1.2.3.1.4 Estabilidad e inestabilidad condicional......................................30
1.2.3.1.5 Temperatura virtual....................................................................31
1.2.3.2 Clasificaciones de estabilidad ..........................................................32
1.2.4 Capa de mezcla. Altura de mezcla.......................................................36
1.3 Transporte convectivo horizontal ........................................................39
1.3.1 Vientos y rugosidad de la superficie....................................................40

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1. COMPORTAMIENTO DE LA ATMÓSFERA

Vamos a analizar los antecedentes necesarios para comprender la circulación general de


la atmósfera, el comportamiento de las masas de aire según su temperatura y los factores
que regulan los procesos energéticos vitales.

1.1 INTRODUCCIÓN

La difusión de contaminantes en la atmósfera por transporte y dilución en el aire es


causada por el movimiento de las diferentes capas de aire que la conforman. Este
movimiento es controlado por las variables meteorológicas como la dirección y velocidad
del viento, presencia de inversiones de temperatura, presión, temperatura, humedad y
radiación solar. La importancia de las condiciones meteorológicas en el grado de
contaminación atmosférica se reconoce observando las variaciones de la calidad del aire
en una zona determinada de unos días a otros, aún cuando las emisiones permanecen
prácticamente constantes. El perfil de temperatura y la turbulencia atmosférica permiten
obtener diferentes clases de estabilidad que facilitan o dificultan la capacidad de los
contaminantes en la atmósfera.
Las principales variables meteorológicas a considerar por su influencia sobre la difusión
de contaminantes en la atmósfera son:

a. El transporte convectivo vertical, que depende de la estabilidad atmosférica y del


fenómeno de la inversión térmica de las capas de la atmósfera.
b. El transporte convectivo horizontal, que depende de las velocidades y direcciones
del viento.

Transporte convectivo vertical. El principal factor que determina el grado de difusión


vertical de contaminantes es la variación vertical de temperaturas en la atmósfera.
Podemos determinar la capacidad de difusión vertical de contaminantes comparando la
variación vertical de temperaturas de un estrato de aire atmosférico con el gradiente
vertical adiabático del aire, que corresponde a una variación de -1° C por cada 100 metros
de altura. De esta forma se obtienen tres clases diferentes de estabilidad atmosférica en el
estrato, según que la variación de la temperatura con la altura sea mayor, igual o inferior
que la correspondiente al gradiente vertical adiabático.
a. Si en la capa de aire la temperatura desciende con la altura bastante menos de un
grado cada 100 metros, los movimientos verticales del aire están muy limitados
por lo que hay poca o nula dispersión vertical de contaminantes. En estas
condiciones se dice que la clase de estabilidad atmosférica es del tipo estable.
b. Cuando la temperatura del estrato desciende con la altura más de un grado cada
100 metros de altura, la estabilidad atmosférica será del tipo inestable y los
movimientos verticales del aire están muy favorecidos difundiéndose los
contaminantes verticalmente hasta donde alcance la inestabilidad.
c. Por último, tenemos el caso de la estratificación indiferente o nula, que se da
cuando coinciden la variación de temperatura del estrato con la gradiente vertical

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adiabático. En estas condiciones la dispersión vertical de contaminantes no está
limitada.
Transporte convectivo horizontal. El viento, al transportar los contaminantes, produce
su dispersión horizontal y determina la zona que va a estar expuesta a los mismos. Por lo
general, una mayor velocidad del viento reducirá las concentraciones de contaminantes al
nivel del suelo, ya que se producirá una mayor dilución y mezcla.
No obstante, pueden producirse circulaciones cerradas de viento, como en el caso de las
brisas del mar y las de valle y montaña, en las que los contaminantes lanzados a la
atmósfera se incorporan a la circulación del viento con lo que se produce una
acumulación progresiva de contaminantes, que da lugar a un aumento de la concentración
de los mismos en las zonas barridas por este tipo de vientos. Efectos similares se
producen cuando los vientos fuertes inciden perpendicularmente a las crestas
montañosas, a un valle o sobre los edificios altos; en estas condiciones, los efectos
aerodinámicos de estos obstáculos pueden tener consecuencias negativas para la
dispersión de contaminantes, acumulándolos en determinadas zonas.
Cuando la temperatura del aire aumenta con la altura, aparece el fenómeno de la
inversión térmica. Este fenómeno produce una fuerte acción limitadora en la dispersión
de contaminantes. La inversión de la temperatura del aire se puede producir como
consecuencia del enfriamiento del suelo, por la gran irradiación de calor que se produce
en las noches despejadas. El aire se va enfriando progresivamente desde el suelo hacia
arriba, produciendo una fuerte estabilidad atmosférica que impide la difusión vertical de
los contaminantes. La inversión térmica se forma durante la noche y suele desaparecer
progresivamente durante la mañana, cuando la radiación solar calienta de nuevo el suelo
y éste a las capas de aire que están en contacto con él.
Existen otros tipos de inversiones que, generalmente, se producen a más altura y que
actúan como una capa que limita la dispersión de contaminantes en sentido vertical,
incrementando notablemente las concentraciones de contaminantes en los estratos de aire
que quedan bajo ellos.
Estos tipos de inversiones son las llamadas de subsistencia, que tienden a formarse en las
áreas anticiclónicas, y las inversiones frontales, producidas por la superposición de una
masa de aire cálido sobre una de aire más frío. Este último tipo de inversión suele tener
por lo general una permanencia escasa.
Un aspecto interesante de la contaminación atmosférica es el de la micrometereología
urbana. Las grandes ciudades crean al su alrededor un microclima propio, el efecto «isla
urbana de calor», produciendo un penacho térmico que tiene gran incidencia en la
capacidad de difusión de los contaminantes urbanos. A menudo, da lugar a la circulación
de vientos locales que elevan el aire caliente del centro de la ciudad, creando una
corriente compensada de aire frío de la zona rural circundante que penetra en la zona
urbana a niveles bajos.
Las grandes ciudades alteran el clima urbano de muchas formas; por lo general la
temperatura es superior, hay menos viento, menos precipitaciones en forma de nieve, si
bien las precipitaciones totales son ligeramente superiores en la ciudad que en las zonas
rurales circundantes. La radiación solar, y especialmente los rayos ultravioletas, es más

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reducida en la ciudad como consecuencia del efecto pantalla producido por la
contaminación urbana.

1.2 TRANSPORTE CONVECTIVO VERTICAL

El principal factor que determina el grado de difusión vertical de contaminantes es la


variación vertical de temperaturas en la atmósfera.
La relación temperatura-elevación es la causa determinante de la estabilidad atmosférica.
En la Figura 1 se tiene tres curvas de gradientes vertical de temperatura, uno adiabático,
uno superadiabático y uno subadiabático.

Figura 1: curvas de gradientes vertical de temperatura


Podemos determinar la capacidad de difusión vertical de contaminantes comparando la
variación vertical de temperaturas de un estrato de aire atmosférico con el gradiente
vertical adiabático del aire, que corresponde a una variación de -1° C por cada 102 metros
de altura. De esta forma se obtienen tres clases diferentes de estabilidad atmosférica en el
estrato, según que la variación de la temperatura con la altura sea mayor, igual o inferior
que la correspondiente al gradiente vertical adiabático.

• Si en la capa de aire la temperatura desciende con la altura bastante menos de un


grado cada 102 metros (subadiabática), los movimientos verticales del aire están
muy limitados por lo que hay poca o nula dispersión vertical de contaminantes.
En estas condiciones se dice que la clase de estabilidad atmosférica es del tipo
estable.
• Cuando la temperatura del estrato desciende con la altura más de un grado cada
102 metros de altura (Superadiabática), la estabilidad atmosférica será del tipo
inestable y los movimientos verticales del aire están muy favorecidos

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difundiéndose los contaminantes verticalmente hasta donde alcance la
inestabilidad.
• Por último, tenemos el caso de la estratificación indiferente o nula, que se da
cuando coinciden la variación de temperatura del estrato con la gradiente vertical
adiabático. En estas condiciones la dispersión vertical de contaminantes no está
limitada.

Cuando la temperatura del aire aumenta con la altura, aparece el fenómeno de la


inversión térmica. Este fenómeno produce una fuerte acción limitadora en la dispersión
de contaminantes. La inversión de la temperatura del aire se puede producir como
consecuencia del enfriamiento del suelo, por la gran irradiación de calor que se produce
en las noches despejadas. El aire se va enfriando progresivamente desde el suelo hacia
arriba, produciendo una fuerte estabilidad atmosférica que impide la difusión vertical de
los contaminantes. La inversión térmica se forma durante la noche y suele desaparecer
progresivamente durante la mañana, cuando la radiación solar calienta de nuevo el suelo
y éste a las capas de aire que están en contacto con él.
Vamos a ver en detalle todos estos factores.

1.2.1 Cambios Adiabáticos

La temperatura y la presión atmosférica influyen en la flotabilidad de las porciones de


aire. Mientras otras condiciones permanecen constantes, la temperatura del aire (un
fluido) se eleva a medida que la presión atmosférica aumenta y decrece a medida que esta
disminuye. En lo que respecta a la atmósfera, en la cual la presión del aire decrece con
una altitud mayor, la temperatura normal de la troposfera disminuye con la altura.
Una porción de aire que se vuelve más cálida que el aire circundante (por la irradiación
de calor de la superficie terrestre, por ejemplo), comienza a expandirse a expensas del
consumo de la energía interna, y por lo tanto deriva en una disminución de la temperatura
y se enfría, es también menos densa. Esto hace que la porción se eleve o flote. Al
elevarse, también se expande, con lo cual disminuye su presión y, por lo tanto, también
su temperatura. El enfriamiento inicial de una porción de aire produce el efecto contrario.
Es decir, mientras que el aire cálido se eleva y enfría, el aire frío desciende y se calienta.
El grado en el que una porción de aire se eleva o desciende depende de la relación
existente entre su temperatura y la del aire circundante. Mientras más alta sea la
temperatura de la porción de aire, esta se elevará, mientras más fría, descenderá. Cuando
la temperatura de la porción de aire y la del aire circundante son iguales, la porción no se
elevará ni descenderá a menos que sea bajo la influencia del flujo del viento.

1.2.1.1 Gradiente adiabático seco

Una porción de aire en su mayor parte no intercambia calor traspasando sus fronteras. Por
consiguiente, una porción de aire más cálida que el aire circundante no transfiere calor a
la atmósfera. Cualquier cambio de temperatura producido en la porción de aire se debe a
aumentos o disminuciones de la actividad molecular interna. Estas modificaciones se
producen adiabáticamente y se deben sólo al cambio de la presión atmosférica provocado
por el movimiento vertical de la porción de aire.

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Un proceso adiabático es aquel en el que no se produce transferencia de calor ni de masa
a través de las fronteras de la porción de aire.
En este proceso, la compresión da lugar al calentamiento, y la expansión al enfriamiento.
Una masa de aire que sube en el seno de la atmósfera va alcanzando capas sometidas a
presiones cada vez más bajas. Al entrar en equilibrio de presión con ellas, el aire
ascendente se dilata y, por tanto, realiza un trabajo que, en general, provoca su
enfriamiento. Este enfriamiento se mide mediante la expresión,
- dT/ dZ
que será tanto menor cuanto más calor absorba el aire durante su ascenso. Cuando el aire
sube rápidamente y su contenido de humedad está lejos de la saturación, puede suponerse
que nos encontramos ante un proceso adiabático, puesto que el aire tiene una baja
conductividad calorífica y, además, absorbe escasamente las radiaciones. Se puede
obtener así el coeficiente de enfriamiento por elevación adiabática,
γ = -[dT/dZ]adiabatico

Para determinar γ puede partirse de la ecuación termodinámica para una evolución


adiabática:
Cp = V dp/dT
donde:
p = presión del gas;
V = volumen del gas,
T = Temperatura,
Cp = Calor específico o capacidad calorífica a presión constante (número de Cal/kg que
deben ser absorbido por un material para elevar su temperatura en 1 °C)
El aire varía su presión igualándola a la del ambiente en cada altura z; por tanto, esta
variación de presión será de acuerdo a la ecuación hidrostática:
dp/dz = -ρ g.
donde:
dz = desplazamiento en altura
ρ = la densidad del medio.
g = aceleración de la gravedad (m/seg-2);
Sustituyendo,
Cp dT = - g V ρ dZ = - g dZ

- dT/dZ = g / Cp = γ

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es decir, γ es independiente del estado del aire, y puesto que g varía muy poco, es
prácticamente constante: este valor
γ = 1°C/102 m = 9,8°C/1000m,
se denomina gradiente adiabático del aire seco. Este coeficiente es muy importante como
valor de referencia para la caracterización de la estabilidad atmosférica.

Una porción de aire seco que se eleva en la atmósfera se enfría en el gradiente adiabático
seco de 9,8 °C/1.000 m y presenta un gradiente vertical de -9,8 °C/1.000 m. De manera
similar, una porción de aire seco que se hunde en la atmósfera se calienta en el gradiente
adiabático seco de 9,8 °C/1.000 m y presenta un gradiente vertical de 9,8 °C/1.000 m. En
este contexto, se considera que el aire es seco ya que el agua que contiene permanece en
estado gaseoso.
El gradiente vertical adiabático seco es fijo, totalmente independiente de la temperatura
del aire ambiental. Siempre que una porción de aire seco ascienda en la atmósfera, se
enfriará en el gradiente de 9,8 °C/1.000 m, independientemente de cuál haya sido su
temperatura inicial o la del aire circundante.
Un diagrama adiabático simple Figura 2 demuestra la relación entre la elevación y la
temperatura.

Figura 2: Gradiente vertical adiabático seco

O sea que cuando el comportamiento es adiabático la atmósfera experimenta una


disminución de ~10°C por cada kilómetro de elevación.
En la Figura 3, las líneas punteadas indican el gradiente vertical adiabático seco con
diversas temperaturas al inicio y a lo largo del eje horizontal. Se debe recordar que la
pendiente de la línea permanece constante, independientemente de su temperatura inicial
en el diagrama.

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Figura 3: Gradiente vertical adiabático seco

Es de aclarar que lejos de la superficie de la Tierra el comportamiento de los volúmenes


de aire es adiabático mientras que cerca de la superficie hay intercambio de calor suelo-
aire y por lo tanto el comportamiento es no-adiabático.

1.2.1.2 Gradiente vertical adiabático húmedo

Al elevarse, una porción de aire seco que contiene vapor de agua seguirá enfriándose en
el gradiente vertical adiabático seco hasta que alcance su temperatura de condensación o
punto de rocío. En este punto, la presión del vapor de agua iguala a la del vapor de
saturación del aire y una parte del vapor de agua se comienza a condensar. La
condensación libera calor latente en la porción de aire y, por consiguiente, el gradiente de
enfriamiento de la porción disminuye. La Figura 4 ilustra este nuevo gradiente, conocido
como gradiente vertical adiabático húmedo. A diferencia del gradiente vertical adiabático
seco, no es constante pero depende de la temperatura y la presión. Sin embargo, en la
mitad de la troposfera, se estima un gradiente aproximado de 6 a 7 °C/1.000 m.

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Figura 4: Gradiente vertical adiabático húmedo

1.2.2 Inversiones

Normalmente, la temperatura del aire disminuye con la altura, de tal manera que en una
atmósfera normal hay una disminución con la altura de 0,64 a 1 ºC cada 100 metros en la
zona más próxima a la superficie de la tierra, llamada troposfera; por encima de ella la
temperatura disminuye más rápidamente. Este seria el radiante térmico normal, pero bajo
determinadas condiciones orográficas y climatologicas este gradiente puede alterarse de
tal manera que a una determinada altura la temperatura del aire es superior a la de una
altura inferior. El problema que esto crea es impedir la dispersión vertical de los humos y
de otros contaminantes enviados a la atmósfera por las industrias, calefacciones, motores
de explosión, actividades urbanas etc.

Figura 5: Inversión térmica (caso A situación normal)

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La inversión térmica es un fenómeno natural que, en principio, se puede presentar
cualquier día del año y a cualquier hora del día y que debido a su carácter natural, por si
misma no representa ningún riesgo para la salud humana; solamente se vuelve peligrosa
cuando, en la capa atmosférica en la que se encuentre inmersa, existan altas
concentraciones de contaminantes, ya que una inversión térmica es sinónimo de
estabilidad atmosférica, al menos temporal, por lo que no permite la dispersión de los
mencionados contaminantes mientras dure.

Figura 6: Ejemplo de efecto de inversión térmica

La inversión térmica puede producirse a partir del suelo, se dice entonces que es una
inversión en superficie. Cuando la inversión se produce en una capa situada a una altura
cualquiera se denomina inversión en altura.
Una inversión se produce cuando la temperatura del aire aumenta con la altura. Esta
situación es muy común pero generalmente está confinada a una capa relativamente
superficial.
Como veremos luego las plumas emitidas por una chimenea a las capas de aire que
experimentan una inversión (capas invertidas) no se dispersan mucho al ser transportadas
por el viento. Las plumas emitidas por encima o por debajo de una capa invertida no
penetran en ella sino que quedan entrampadas.

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La Figura 7 presenta un ejemplo del gradiente vertical para una inversión. Por lo general,
las altas concentraciones de contaminantes del aire están relacionadas con las inversiones
ya que estas inhiben la dispersión de las plumas.
.

Figura 7: Temperatura de inversión

Las causas que determinan la aparición de una inversión térmica son diversas, pero
normalmente son causadas por uno de los siguientes procesos
• Superposición de masas de aire que se encuentran a diferentes temperaturas. Un
ejemplo característico es el paso de un frente frío o cálido
• Alteración de una masa de aire que originalmente era homogénea, modificándose
la estructura vertical de los niveles bajos de la atmósfera. Este caso es debido
principalmente al enfriamiento de la superficie de la tierra durante la noche.
Por esto es frecuente la aparición de inversiones térmicas en el borde oriental de los
anticiclones, es decir en la costa oeste de los continentes como Los Ángeles en EE.UU.,
Santiago en Chile, Lisboa en Portugal, El Cabo en África del Sur, donde se presentan un
alto numero de inversiones térmicas a lo largo del año, agravado por un alto índice de
polución existentes en estas macrociudades.
Los cuatro tipos de inversión principales se deben a diversas interacciones atmosféricas y
presentan diferentes períodos de duración:
a) Inversión por radiación,
b) Inversión por subsidencia,
c) Inversión frontal,

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d) Inversión por advección.

1.2.2.1 Inversión por radiación

La inversión por radiación es el tipo más común de inversión superficial y se produce con
el enfriamiento acelerado de la superficie terrestre. A medida que la Tierra se enfría, la
capa de aire cercana a la superficie también lo hace. Si este aire se enfría a una
temperatura menor que la del aire de la capa superior, se vuelve muy estable y la capa de
aire cálido impide cualquier movimiento vertical.
Las inversiones por radiación generalmente se producen desde las horas finales de la
tarde hasta las primeras de la mañana, con el cielo despejado y vientos calmados, cuando
el efecto de enfriamiento es mayor. Las mismas condiciones que conducen a las
inversiones nocturnas por radiación, determinan la inestabilidad durante el día. Los ciclos
de inestabilidad a lo largo del día e inversiones durante la noche son relativamente
comunes. Por consiguiente, los efectos de las inversiones por radiación generalmente son
de corta duración. Los contaminantes que quedan entrampados debido a las inversiones
son dispersados por la vigorosa mezcla vertical producida cuando la inversión se
interrumpe después del amanecer. La Figura 8 ilustra este ciclo diurno.

Figura 8: Ciclo diurno

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Figura 9: Inversion témica
Sin embargo, en algunos casos el calentamiento diario que sigue a una inversión nocturna
por radiación puede no ser lo suficientemente fuerte para disminuir la capa de inversión.
Por ejemplo, una niebla espesa puede acompañar la inversión y reducir el efecto de la luz
solar al día siguiente. En condiciones adecuadas, pueden generarse varios días de
inversión por radiación con altas concentraciones de contaminantes. Es muy probable que
esta situación ocurra en un valle cerrado, donde el movimiento nocturno descendente del
aire frío puede reforzar una inversión por radiación y propiciar la formación de niebla.
En los lugares donde las inversiones por radiación son comunes y tienden a estar
relativamente cerca de la superficie, las chimeneas altas que emiten contaminantes sobre
la capa de inversión pueden ayudar a reducir las concentraciones de estas sustancias en el
nivel superficial.
1.2.2.1.1 Evolución diaria de temperatura en función de la altura de la atmósfera.
Estratificación del aire junto al suelo: cerca de la superficie la temperatura del aire está
muy influida por las variaciones diarias del balance de radiación y, en consecuencia, el
gradiente térmico vertical experimenta importantes cambios temporales. Esta inversión es
acentuada en las noches despejadas cuando el suelo se enfría rápidamente.
Veamos la evolución diaria de temperatura en función de la altura de la atmósfera.
En todos las figuras se muestra la línea de desarrollo vertical adiabático (10 °C/km).
Durante la noche, la pérdida de calor del suelo por radiación terrestre enfría también el
aire en contacto con él y origina una inversión térmica, cuyo límite superior aumenta a lo
largo de las horas nocturnas. La atmósfera permanece estable y el descenso de
temperatura conlleva a menudo la saturación del aire y la formación de nieblas,
especialmente intensas en invierno.

Evolución diaria de Z vs. T

Z
La temperatura de la superficie terrestre
disminuye pero en las alturas todavía
conserva el calor transmitido durante las
últimas horas del día produciéndose una
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inversión

T
Figura 10 Gradiente nocturno

Al amanecer la situación cambia. El suelo se calienta por la radiación solar, el calor es


transmitido por conducción térmica a las capas de aire inmediatas y la inversión empieza
a desaparecer.

Evolución diaria de Z vs. T

Z La capa de inversión crece


hasta su mayor valor y a
partir de entonces comienza
a calentarse nuevamente la
Tierra

Amanecer

Figura 11: Gradiente al amanecer

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A lo largo de la mañana y principios de la tarde el gradiente térmico llega a ser
superadiabático, es decir el descenso de la temperatura con la altitud es muy rápido, lo
que hace que el aire sea muy inestable y se eleve a gran altura. El proceso se conoce
como convección térmica.

Evolución diaria de Z vs. T

Z
A media mañana la Tierra calienta
las capas inferiores de la
atmósfera y comienza a repetirse
el ciclo

Media Mañana

Figura 12: Gradiente a media mañana

Evolución diaria de Z vs. T

Z La tierra está muy caliente y


transfiere calor a la
atmósfera cercana, aunque
más alejado se cumple la
condición de gradiente
adiabático seco

Mediodía

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Figura 13 : Gradiente al medio día

Evolución diaria de Z vs. T

Z
La temperatura de la superficie
terrestre disminuye y por lo tanto
entrega menos calor a la
atmósfera y esta se comporta en
forma adiabática

Atardecer

Figura 14: Gradiente al atardecer

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Figura 15: Variación típica del perfil de temperatura a lo largo de un día soleado. La
línea de trazos dibuja la curva de estado promedio

1.2.2.2 Inversión por subsidencia

La inversión por subsidencia (Figura 16) generalmente está asociada con los anticiclones
(sistemas de alta presión). El aire de un anticiclón desciende y fluye hacia afuera con una
rotación que sigue la dirección de las agujas del reloj. A medida que el aire desciende, la
mayor presión existente en altitudes menores lo comprime y calienta en el gradiente
vertical adiabático seco. Por lo general, este calentamiento se produce en un gradiente
más acelerado que el gradiente vertical ambiental. Durante el día, la capa de inversión
resultante de este proceso con frecuencia se eleva a cientos de metros sobre la superficie.
Durante la noche, la base de una inversión por subsidencia generalmente desciende,
quizás hasta llegar al suelo, debido al enfriamiento del aire superficial. En efecto, los días

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despejados y sin nubes característicos de los anticiclones propician las inversiones por
radiación, de modo que se puede producir una inversión superficial durante la noche y
una elevada durante el día. Si bien la capa de mezcla que se encuentra debajo de la
inversión puede variar diariamente, nunca será muy profunda.

Figura 16: Inversión por subsidencia

Figura 17: Inversión por subsidencia

17
Figura 18: Inversión por subsidencia

A diferencia de las que se producen por radiación, las inversiones por subsidencia tienen
una duración relativamente larga. Esto se debe a su relación tanto con los anticiclones
semipermanentes centrados en cada océano como con los anticiclones migratorios de
movimiento lento.
Cuando un anticiclón se estanca, los contaminantes emitidos dentro de la capa de mezcla
no se pueden diluir. Como resultado, es probable que las concentraciones de
contaminantes se eleven durante algunos días. Los casos más graves de contaminación
del aire en Estados Unidos se han producido o bien por un anticiclón migratorio
estancado (por ejemplo, el de Nueva York en noviembre de 1966 y el de Pensilvania en
octubre de 1948) o bien en el límite este del anticiclón semipermanente del Pacífico (Los
Ángeles).

1.2.2.3 Inversión frontal

Cuando un frente frío avanza, la cuña de aire frío se mete por debajo del aire caliente. Es
decir que en un primer momento, el aire frío llegará a las capas bajas de la atmósfera,
mientras todavía aire más caliente ocupa los niveles más altos. Por lo tanto en algún
punto del sondeo tendremos una inversión de temperatura. (Figura 19). Es decir una capa
en donde la temperatura en lugar de continuar descendiendo subirá con la altura. Figura
20.

La fuerza de la inversión depende de la diferencia de temperatura entre las dos masas de


aire. Como los frentes se mueven horizontalmente, los efectos de la inversión
generalmente duran poco y la falta de movimiento vertical suele compensarse con los
vientos relacionados con el paso frontal.
Sin embargo, cuando los frentes se vuelven estacionarios, las condiciones de inversión
pueden prolongarse.

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Figura 19: Inversión frontal (frente frío)

Figura 20: Gradiente de temperatura en una inversión frontal


Este tipo de inversión es difícil de identificar por distintos factores que señalaré a
continuación:

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• Una masa de aire raramente carece de alguna estratificación; debido a la
subsidencia, la cortante vertical, la turbulencia y la advección que se manifiestan
como irregularidades en el sondeo.
• Los movimientos verticales dentro de las dos masas de aire distorsionan el
contraste original de temperatura a través del frente, especialmente en el caso de
frentes fríos.
• La subsidencia usual dentro del aire frío a menudo crea una o más inversiones o
discontinuidades en el sondeo bajo la zona frontal. Estas discontinuidades más
bajas pueden ser fácilmente confundidas con la zona frontal verdadera, donde sólo
resulta evidente una profunda capa estable.

Una capa relativamente estable o isotérmica delgada es la indicación más común de un


frente bien definido.

1.2.2.4 Inversiones por advección

Advección: es la transferencia de calor debida al movimiento horizontal de un flujo tal


como el aire o el agua.
Las inversiones por advección están relacionadas con el flujo horizontal del aire cálido.
Cuando este se mueve sobre una superficie fría, los procesos de conducción y convección
enfrían el aire más cercano a la superficie y conducen a una inversión basada en la
superficie (Figura 21). Este tipo de inversión es más común durante el invierno, cuando el
aire cálido pasa sobre una superficie cubierta de nieve o extremadamente fría.

Figura 21: Inversión por advección basada en la superficie


Otro tipo de inversión por advección se produce cuando el aire cálido es impulsado sobre
la parte superior de una capa de aire frío. Este tipo de inversión es común en las
pendientes del este de las cordilleras (Figura 22), donde el aire cálido del oeste desplaza
al aire frío del este.
Ambos tipos de inversiones son verticalmente estables pero pueden presentar vientos
fuertes bajo la capa de inversión.

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Figura 22 Advección basada en el terreno

1.2.2.5 Elementos que Caracterizan una Inversión Térmica

Espesor: Es la diferencia de altura que existe entre la cima y la base de la inversión.


= Altura de la Cima – Altura de la base.
Intensidad: Se define como intensidad a la diferencia entre la temperatura de la cima y la
temperatura de la base.
= Temperatura de la cima – Temperatura de la base
Temperatura de Ruptura: Es la temperatura que se requiere para que la temperatura de
la cima de la inversión se equilibre con la temperatura de superficie, con la cual se rompe
la inversión. El valor de este parámetro puede ser pronosticado, para tener una idea de a
que hora comenzará la dispersión de los contaminantes, si es que nos referimos a
cuestiones ambientales.
Hora de Ruptura: Este es un valor que puede ser pronosticado también, con la idea de
lo que ya se indicó en el párrafo anterior, correspondiendo a la hora en la que se alcanza
la temperatura de ruptura.

1.2.2.6 Ejemplo Ciudad de Santiago de Chile

La inversión térmica en Santiago de Chile varía con las estaciones del año. En líneas
generales, en invierno ésta se sitúa a muy baja altura y en verano se eleva por efectos del
calentamiento atmosférico. En promedio, en el invierno se ubica alrededor de los 400
metros sobre el nivel del mar; y en verano en torno a los 1.000 m.s.n.m. La ciudad se
encuentra en un plano inclinado que comienza en los 1.000 m en la precordillera y
desciende suavemente hacia el poniente hasta llegar alrededor de los 400 m.s.n.m.

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En invierno, cuando la radiación solar es débil, la altura de la capa de mezcla no supera
los 400 m. Los gases y partículas contaminantes pueden dispersarse en la capa de mezcla,
pero su transporte vertical está limitado por la presencia de la inversión de subsidencia.
Además, como el tope de la capa de mezcla está aún por debajo de la altura de los cerros
que cierran la cuenca de Santiago, no es posible que los contaminantes salgan de la
cuenca lateralmente.

1.2.3 Estabilidad Atmosférica

Relacionada tanto con la turbulencia atmosférica como con el gradiente vertical de


temperatura y las situaciones de inversión térmica, aparece el concepto de estabilidad
atmosférica. El grado de estabilidad atmosférica se determina a partir de la diferencia
de temperatura entre una porción de aire y el aire circundante. La aproximación de
incompresibilidad que habitualmente se supone cuando se aborda la descripción de la
dinámica atmosférica dentro de la capa límite tiene sus limitaciones, dado que,
evidentemente, las variaciones de la densidad del aire debidas a las variaciones de presión
y temperatura pueden influir en determinados movimientos atmosféricos. Sin embargo, si
no se aplicase la condición de incompresibilidad las ecuaciones resultarían aún más
complejas, y sería preciso aplicar otras aproximaciones para abordar su resolución. Por

22
ello, clásicamente, se incluye la variación de la densidad de las masas de aire mediante el
concepto de estabilidad de estratificación.

1.2.3.1 Tipos de estabilidades

La variación de temperatura de la atmósfera puede causar el movimiento vertical de la


porción de aire (esto es, su elevación o caída). Este movimiento se caracteriza por tres
condiciones básicas que describen la estabilidad general de la atmósfera.
a) En condiciones estables, el movimiento vertical se inhibe. Cuando las condiciones
son extremadamente estables, el aire frío cercano a la superficie es "entrampado" por
una capa de aire cálido sobre este. Esta condición, denominada inversión,
prácticamente impide la circulación vertical del aire. Estas condiciones están
directamente relacionadas con las concentraciones de contaminantes en el aire
ambiental. La contaminación atmosférica está altamente influida por estos procesos
de inversión térmica.
b) En condiciones inestables la porción de aire tiende a moverse continuamente hacia
arriba o hacia abajo.
c) Las condiciones neutrales no propician ni inhiben el movimiento del aire después del
gradiente de calentamiento o enfriamiento adiabático.
Veamos como varía la estabilidad del aire en función de la altura. Definimos una
condición estable como aquella en la cual los movimientos verticales tienden a disminuir
en el tiempo. Una condición inestable en cambio, es aquella en la cual los movimientos
verticales se amplifican en el tiempo. Los movimientos verticales de los que hablamos
pueden ser producidos, entre otras razones, por el efecto en el viento (flujo en la
dirección horizontal) que producen los obstáculos en la superficie (desde piedras a
montañas). Debemos recordar es que la densidad de aire (masa / volumen) depende
fuertemente de su temperatura: a mayor temperatura decrece la densidad del aire (en
forma alternativa: un volumen fijo de aire es más pesado cuando el aire esta frío y se hace
más liviano a medida que el aire se calienta).
1.2.3.1.1 Condiciones estables
La Figura 23 describe condiciones atmosféricas estables. Nótese que cuando se elimina la
fuerza de elevación, el carro regresa a su posición original. Como el carro resiste el
desplazamiento de su posición original, se trata de un ambiente estable.

23
Figura 23: Condiciones de estabilidad

Analicemos esto en detalle de acuerdo a la Figura 24 .

Figura 24: Estabilidad en una inversión térmica


Consideremos un pequeño volumen de aire, originalmente a una altura H1 sobre el suelo
y una temperatura T1. Supongamos que el volumen es desplazado verticalmente hasta
una altura H2 (H2>H1), donde la temperatura ambiental es T2. Si el desplazamiento fue
rápido (algunos minutos), el volumen no cambia su temperatura (T1). Así, cuando el
volumen llega a H2, su temperatura es menor que la del ambiente (pues T1< T2) de
forma que su densidad es mayor que la del ambiente, y por la tanto el volumen tenderá a
descender hacia su posición original (H1). Consideremos ahora que el mismo volumen es
desplazado verticalmente hacia abajo hasta una altura H3 (H3 < H1) donde la
temperatura ambiental es más baja que la que se registra a la altura H1. Nuevamente
suponemos que el descenso es rápido, de manera que la parcela arriba a H3 con una

24
temperatura T1> T3. En este caso, la parcela es más liviana que el aire a su alrededor y
nuevamente tiende a regresar hacia su posición original.
En consecuencia, en una capa de inversión térmica los movimientos verticales no crecen
en el tiempo, sino que por el contrario, estos tienden a amortiguarse. Las inversiones
térmicas son entonces regiones de estabilidad atmosférica. En efecto, entre mayor sea el
incremento de la temperatura en una capa, mayor será la atenuación de los movimientos
verticales en su seno.
Veamos ahora lo mismo considerando el gradiente vertical ambiental respecto al
gradiente vertical adiabático
Cuando el gradiente vertical ambiental es menor que el gradiente vertical adiabático (se
enfría a menos de 10 °C/1.000 m), o sea capa de inversión térmica, el aire es estable y
resiste la circulación vertical. Este es un gradiente vertical subadiabático. El aire que se
eleva verticalmente permanecerá más frío y, por lo tanto, más denso que el aire
circundante. Una vez que se retira la fuerza de elevación, el aire que se elevó regresará a
su posición original (Figura 25).
Las condiciones estables se producen durante la noche, cuando el viento es escaso o
nulo.

Figura 25: Condiciones estables

1.2.3.1.2 Condiciones inestables


La Figura 26 describe condiciones inestables. Una vez que se ha ejercido una fuerza
sobre el carro, este continúa moviéndose incluso después de que se ha eliminado la
fuerza.

25
Figura 26: Condiciones inestables

Veamos en detalle por que ocurre esto según la Figura 27. Una porción de aire que está
en el punto de altura H1 a temperatura T1 asciende a altura H3 (H3>H2). Si el
desplazamiento fue rápido (algunos minutos), el volumen no cambia su temperatura (T1).
Como el elemento de volumen está más caliente que el aire en H3 (T3<T1), su densidad
es menor que la del aire que lo circunda y por lo tanto no tratará de volver, se queda allí.
Consideremos que el elemento de volumen desciende de H1 a H2 donde la temperatura
T2 es mayor. La temperatura del elemento de volumen es menor que el aire que lo rodea,
luego su densidad es mayor y no tenderá a subir, se queda donde está.

Figura 27: Capa en que la temperatura decrece con la altura

26
En este caso la amplificación de los movimientos verticales será mayor cuanto más
pronunciada sea la disminución de la temperatura con la altura.
Un caso extremo de inestabilidad ocurre por ejemplo cuando se calienta una olla con
agua. Como el calor se aplica en el fondo de la olla, la temperatura del agua disminuye
rápidamente hacia el tope de la olla, y nuestra experiencia nos indica que en este caso se
producen fuertes movimientos verticales. Esta forma de movimientos verticales
energéticos y distribuidos al azar se denomina turbulencia. Algo similar puede ocurrir en
la capa superficial de la atmósfera durante el día, dependiendo del tipo de superficie y de
la cantidad de energía solar. La energía del sol atraviesa la atmósfera casi en su totalidad
y es absorbida en la superficie terrestre (Al igual que en una olla, el sol calienta el
"fondo" de la atmósfera). La superficie calienta el aire en contacto con ella, y si este
calentamiento es suficientemente grande, la atmósfera también experimenta turbulencia.
Analicemos esta condición considerando los gradientes térmicos del ambiente y el
adiabático.
Una porción de aire que empieza a elevarse se enfriará en el gradiente adiabático seco
hasta que alcance su punto de rocío, en el que se enfriará en el gradiente adiabático
húmedo. Esto supone que la atmósfera circundante tiene un gradiente vertical mayor que
el gradiente vertical adiabático (con un enfriamiento a más de 10 °C/1.000 m), de modo
que la porción que se eleva seguirá siendo más cálida que el aire circundante. Este es un
gradiente superadiabático. Como se indica en la Figura 28, la diferencia de temperatura
entre el verdadero gradiente vertical de temperatura del ambiente y el gradiente vertical
adiabático seco en realidad aumenta con la altura, al igual que la flotabilidad.
A medida que el aire se eleva, el aire más frío se mueve por debajo. La superficie
terrestre puede hacer que se caliente y empiece a elevarse nuevamente. Bajo estas
condiciones, la circulación vertical en ambas direcciones aumenta y se produce una
mezcla vertical considerable. El grado de inestabilidad depende de la importancia de las
diferencias entre los gradientes verticales ambientales y los adiabáticos secos. La Figura
29 muestra condiciones ligeramente inestables y condiciones muy inestables.
Las condiciones inestables más comunes se producen durante los días soleados con
vientos de bajas velocidades y fuerte insolación. La Tierra absorbe rápidamente el calor y
transfiere parte de este a la capa de aire superficial. Si las propiedades térmicas de la
superficie son uniformes, es posible que exista una masa flotante de aire, o numerosas
porciones de aire si dichas propiedades varían. Cuando el aire se calienta, se vuelve
menos denso que el aire circundante y se eleva.
Otra condición que puede conducir a la inestabilidad atmosférica es la producción de
ciclones (sistema de presión baja), caracterizados por aire ascendente, nubes y
precipitación.

27
Figura 28: Aumento de la flotabilidad relacionado con la inestabilidad
(gradiente vertical superadiabático)

Figura 29: Condiciones inestables

28
1.2.3.1.3 Condiciones neutras
La Figura 30 describe condiciones neutras. Cuando se ejerce una fuerza sobre el carro,
este se mueve mientras la fuerza se mantenga. Cuando esta es eliminada, el carro se
detiene y permanece en su nueva posición. Esta condición representa la estabilidad
neutra.

Figura 30: Condiciones neutras

Cuando el gradiente vertical de la temperatura del ambiente es el mismo que el gradiente


vertical adiabático seco, la atmósfera se encuentra en estabilidad neutra (Figura 31). Estas
condiciones no estimulan ni inhiben el movimiento vertical del aire. La condición neutra
es importante porque constituye el límite entre las condiciones estables y las inestables.
Se produce durante los días con viento o cuando una capa de nubes impide el
calentamiento o enfriamiento fuerte de la superficie terrestre.

29
Figura 31: Condiciones neutrales

1.2.3.1.4 Estabilidad e inestabilidad condicional


En la discusión previa sobre la estabilidad y la inestabilidad, hemos asumido que una
porción de aire ascendente se enfría en el gradiente vertical adiabático seco. Sin embargo,
muchas veces la porción de aire se satura (alcanza su punto de rocío) y empieza a
enfriarse más lentamente en el gradiente vertical adiabático húmedo. Este cambio en el
gradiente de enfriamiento puede modificar las condiciones de estabilidad. La
inestabilidad condicional se produce cuando el gradiente vertical ambiental es mayor que
el gradiente vertical adiabático húmedo pero menor que el gradiente seco. La Figura 32
ilustra esta situación. Las condiciones estables se producen hasta el nivel de
condensación y las inestables, sobre este.

30
Figura 32: Estabilidad condicional
.
1.2.3.1.5 Temperatura virtual
Aunque indirectamente, el desarrollo previo relativo a la estabilidad atmosférica ha sido
realizado sin tener en cuenta el contenido en humedad del aire. Esta omisión es
intencionada, puesto que se puede abordar la estabilidad en el aire húmedo de manera
totalmente análoga al estudio realizado sobre aire seco, si se considera ahora como
temperatura la temperatura virtual, Tv, de una masa de aire húmedo, que se define como
la temperatura del aire seco que, a la misma presión, tiene la misma densidad. Puesto que
el factor que condiciona directamente la estabilidad en la atmósfera es la densidad del
aire, no su temperatura, la utilización de la temperatura virtual en lugar de la temperatura
a secas permite obtener los mismos resultados. En los sondeos meteorológicos se mide la
presión, p, la temperatura, T, y la humedad relativa, h (en tanto por cien); a partir de estos
datos se puede obtener la temperatura virtual para cada nivel según la expresión,

siendo (Tv)sat la temperatura virtual del aire saturado a la presión p y la temperatura T.

31
1.2.3.2 Clasificaciones de estabilidad

El comportamiento de la baja atmósfera, donde discurren las emisiones de contaminantes


procedentes de focos puntuales, está determinado por la capacidad de dispersión o
dilución de los contaminantes.
Esta capacidad es función de la turbulencia que, bien de origen térmico como mecánico,
posibilita una mayor o menor dispersión. Para definir de manera operativa esta capacidad
es útil trabajar con el concepto de estabilidad atmosférica y su definición cualitativa
como es el de categoría de estabilidad.
Las categorías de estabilidad son indicadores de turbulencia atmosféricos. La turbulencia
de la atmósfera se caracteriza en base a un parámetro que se denomina "clase de
estabilidad", que es función de la turbulencia térmica y de la turbulencia mecánica.
Las categorías de estabilidad en cualquier momento, van a depender entonces de la:
a) estabilidad estática (relacionada al cambio de la temperatura con la altura)
b) turbulencia térmica (causada por el calentamiento del aire a nivel del suelo)
c) turbulencia mecánica (una función de la velocidad del viento y la rugosidad de la
superficie).
Como se señaló anteriormente, la estabilidad de la atmósfera depende de la diferencia de
temperatura entre una porción de aire y el aire que la rodea. Por consiguiente, se pueden
producir diferentes niveles de estabilidad según cuán grande o pequeña sea la diferencia
de temperatura entre la porción de aire y el aire circundante.
Es necesario tipificar las posibles infinitas situaciones de capacidad de dispersión de la
atmósfera en un número discreto. La aplicación del concepto de estabilidad atmosférica
en los modelos de difusión atmosférica se realiza, como veremos en su momento, de
manera diferente a su desarrollo conceptual; pero esta aplicación, basada generalmente en
las categorías de estabilidad, parte de estas mismas ecuaciones. Las categorías de
estabilidad de Pasquill- Gifford (ver Tabla 1) aunque presentan las desventajas de
cualquier tratamiento discontinuo de un fenómeno natural, siguen utilizándose
profusamente dado que hay un gran número de correlaciones de parámetros atmosféricos
basados en ellas, y son una solución de compromiso cuando no se dispone de sistemas de
medida que proporcionen información más concreta sobre estos parámetros (por ejemplo,
la turbulencia atmosférica).
Como se mencionó, la atmósfera puede ser estable, neutra, o inestable. Sin embargo, para
estimar la dispersión y los propósitos del modelo, estos niveles de estabilidad se
clasifican en seis clases basadas en:
cinco categorías de velocidad del viento superficial,
tres tipos de insolación diurna y
dos tipos de nubosidad nocturna.
Se identifican 6 tipos de estabilidad atmosférica según las categorías de Pasquill-
Gifford, que se calculan en función de la información meteorológica de temperatura,
dirección y velocidad de viento y radiación solar. Para condiciones de atmósfera inestable

32
las clases de estabilidad pueden ser A, B o C, para condiciones neutras D, y para
condiciones estables pueden ser E o F. Para cielos totalmente cubiertos, tanto de día
como de noche, debe considerarse clase de estabilidad D.
Tabla 1: Categorías de Estabilidad de Pasquill
A: muy inestable
Día B: inestable
C: ligeramente inestable
D: Neutra
Día/noche
E: ligeramente estable
Noche F: estable

Se clasifica las estabilidades en base a las observaciones efectuadas en las estaciones


completas del Servicio Meteorológico Nacional, fundándose en que la estabilidad cerca
del suelo depende esencialmente de la radiación solar neta y de la velocidad del viento.
La insolación durante el día en ausencia de nubes, depende de la altura del sol sobre el
horizonte. La existencia de nubosidad origina una disminución de la energía entrante y
saliente, dependiendo esta además, del espesor de las nubes. Durante el día la insolación
estimada por la altura solar es modificada por las condiciones de nubosidad, mientras por
la noche se tiene en cuenta exclusivamente la nubosidad total.
En la Tabla 2 se sintetiza la definición de las clases de estabilidad para condiciones
diurnas y nocturnas, según la radiación solar incidente, para todos los rangos de
velocidad de viento.

33
Tabla 2 : Turbulencia de la atmósfera. Clases de estabilidad

Día Noche (2)


Velocidad del Radiación solar incidente (1)
viento (m/s) a
10 m de Fuerte Moderada Débil 4/8≤Nubosidad≤7/8 Nubosidad≤3/8
altura
mayor que entre 25 y Menor que
50 cal/cm2h 50 cal/cm2h 25 cal/cm2h

<2 A A–B B F F

2-3 A-B B C E F

3-5 B B–C C D E

5-6 C C-D D D D

>6 C D D D D

(1) Las unidades de radiación solar se expresan en cal/cm² (Langleys) o en kWh/m²,


donde 1 cal/cm² = 0,0116 kWh/m².
(2) La noche se define como el período desde una hora después de la puesta del sol,
hasta una hora antes de la salida del mismo.
La nubosidad se mide en octavos, lo cual significa lo siguiente:
0/8 ------------ Cielo despejado
4/8------------- La mitad del cielo cubierto
8/8------------- Cielo totalmente cubierto.

Como puede verse en la Tabla 2 las estabilidades A, B y C representan las horas diurnas
con condiciones inestables. La estabilidad D, los días o noches con cielo cubierto con
condiciones neutras. Las estabilidades E y F, las condiciones nocturnas estables, y se
basan en la cantidad de cobertura de nubes. Por consiguiente, la clasificación A
representa condiciones de gran inestabilidad y la clasificación F, de gran estabilidad
No siempre se dispone de datos de radiación solar, por ello, según la cantidad y altura de
las nubes y el ángulo de elevación solar, se puede calcular el nivel de radiación solar
incidente, de acuerdo al cuadro siguiente.

34
Tabla 3: Nivel de radiación solar incidente en función de la nubosidad

Ángulo de elevación solar (α)


Nubosidad
60° < α 35° < α ≤ 60° 15° < α ≤ 35°

Nubosidad ≤ 4/8 Radiación


o Radiación fuerte Radiación débil
moderada
Nubosidad a más de 4.800 m

5/8≤ Nubosidad ≤ 7/8


Radiación Radiación débil Radiación débil
y
moderada
Nubosidad entre 2.100 y 4.800 m

5/8≤ Nubosidad ≤ 7/8


y Radiación débil Radiación débil Radiación débil
Nubosidad debajo de 2.100 m

La altura solar (α) (elevación angular por encima del horizonte) es el ángulo que forman
el ojo del receptor y el sol respecto a la superficie.
Depende de
¾ la latitud del observador (ф),
¾ la declinación solar (δ) y
¾ el ángulo horario del sol (H).
Así pues depende de la situación geográfica de la zona, la época del año y la hora del día

Viene dada por la siguiente expresión: sen α= sen ф sen δ + cos ф cos δ cos H

35
1.2.4 Capa de mezcla. Altura de mezcla

La mayor parte de los residuos volátiles no llegan a ascender más de unos cuantos
centenares de metros. El aire en estas zona de la atmósfera está en contacto con la
superficie terrestre y su movimiento está afectado por la rugosidad de ésta. Ello da lugar a
que se produzcan turbulencias y en consecuencia que tenga lugar una mezcla constante
de los componentes atmosféricos. Es por esta razón que a esta zona más baja de la
atmósfera terrestre se denomina capa de mezcla. La capa de mezcla puede interpretarse
como el espesor de atmósfera en que se difunden (se mezclan) los contaminantes. El
espesor de la capa de mezcla dependerá de las condiciones de la atmósfera, en particular
de la clase de estabilidad, de la radiación solar, de la velocidad del viento y del tipo de
terreno.
Consideremos una analogía de una porción de aire con un globo. La Figura 33 indica tres
maneras en que el gradiente adiabático influye en la flotabilidad. En cada situación se
asume que el globo se infla con aire a 20 °C en el nivel del suelo y luego es impulsado
manualmente a una altura de 1 km (por ejemplo, por el viento sobre la cresta de una
montaña). El aire del globo se expandirá y enfriará a aproximadamente 10 °C. La
elevación o caída del globo debido a la descarga depende de la temperatura y la densidad
del aire circundante. En la situación "A", el globo se elevará porque permanece más
cálido y menos denso que el aire circundante. En la situación "B", se hundirá porque es
más frío y denso. En la situación "C", no se moverá porque tiene la misma temperatura y
densidad que el aire circundante.

Figura 33: Relación del gradiente adiabático con la temperatura del aire
Los mismos principios se aplican para las condiciones reales de la atmósfera cuando una
porción de aire se calienta cerca de la superficie y se eleva, y otra desciende para tomar
su lugar. La relación entre el gradiente vertical adiabático y el gradiente vertical

36
ambiental debería ser visible entonces. Este último controla el grado en el que una
porción de aire puede elevarse o descender.
En un diagrama adiabático, como el de la Figura 34, el punto en el que la porción de aire
que se enfría en el gradiente vertical adiabático seco intersecta la "línea" perfil de la
temperatura ambiental se conoce como altura de mezcla. Este es el nivel máximo al que
la porción de aire puede ascender.
La altura de la capa de mezcla es la altura de la capa de la atmósfera dentro de la cual
es relativamente irrestricta la mezcla vertical, debido al calentamiento radiativo de la
superficie terrestre.
Cuando no se produce ninguna intersección (cuando el gradiente vertical ambiental es
mucho mayor que el gradiente vertical adiabático), la altura de mezcla se puede extender
a mayores alturas en la atmósfera. El aire que se encuentra debajo de la altura de mezcla
conforma la capa de mezclado. Mientras más profunda sea esta capa, mayor será el
volumen de aire disponible para la dispersión de los contaminantes.

Figura 34 : Altura de mezcla

Para la determinación de la altura de capa de mezcla se puede emplear dos


procedimientos alternativos:
1. Basado en los datos correspondientes a los perfiles de temperatura en función de
la altura [i]. Para ello se debe contar con datos de radiosondeo de estaciones de
altura para un período de tiempo coincidente con las mediciones que se realicen
de concentración en superficie. Para el caso de terrenos llano, sin, grandes

37
espejos de agua intermedios, estos datos son válidos en un radio de ~ 250 km.
El Servicio Meteorológico Nacional tiene estaciones de medición de datos de
altura en las ciudades de:
Salta, Resistencia, Córdoba, Mendoza, Buenos Aires (Ezeiza), Santas Rosa,
Neuquén, Río Gallegos, Comodoro Rivadavia y Río Grande (Tierra del Fuego).
Los mismos deben ser consistidos [ii] y modificados, cuando corresponda, con
los datos de temperatura de superficie del lugar donde se realizan la mediciones.
Para calcular la altura de capa de mezcla en forma horaria, se utiliza un método
que consiste en buscar la intercepción de los datos tomados del radiosondeo y la
adiabática seca correspondiente a la temperatura de superficie horaria.

Figura 35: Determinación de la altura de mezcla


Para el caso urbano, se determina una altura mínima, en función de la
temperatura mínima matutina observada más 5° C, y una altura máxima, en
función de la máxima temperatura vespertina observada. Para el caso rural,
debido a la ausencia de edificación no se produce el fenómeno de retención de
calor, por lo que el valor de altura mínima se toma nulo.
2. Cálculo en base a la velocidad de fricción, parámetro de Coriolis y longitud de
Monin Obukhov [iii] [iv].
Se utilizan las siguientes expresiones según los casos:
i. Para condiciones atmosféricas estables h = α u / f.
ii. Para condiciones atmosféricas inestables h = (α u / f) - (u / [f L])1/2
Donde: h = altura de la capa de mezcla.
u = velocidad de fricción = (0,4 uref) / ln (zref/ z0)

38
uref y zref = velocidad y altura de medición del viento
L = longitud de Monin-Obukhov.
α = parámetro igual a 0,35
f = valor absoluto del parámetro de Coriolis = ⎢2 ω sen φ ⎢1)
ω = velocidad de rotación terrestre
φ = latitud del lugar.

Para condiciones estables (clases de estabilidad E y F) se considera la capa de mezcla


ilimitada, y se la fija en 5.000 m.

1.3 TRANSPORTE CONVECTIVO HORIZONTAL

El fenómeno más importante en el transporte de contaminantes a través de la atmósfera es


el viento. El viento, al transportar los contaminantes, produce su dispersión horizontal y
determina la zona que va a estar expuesta a los mismos. Por lo general, una mayor
velocidad del viento reducirá las concentraciones de contaminantes al nivel del suelo, ya
que se producirá una mayor dilución y mezcla.
Este flujo de aire puede dividirse en tres clases: viento medio, turbulencia y ondas.
Cualquiera de ellas puede existir en la capa límite, y el transporte de magnitudes como la
humedad, el calor sensible, la cantidad de movimiento y los contaminantes están
dominadas en la dirección horizontal (advección) por el viento medio, y en la vertical por
la turbulencia.
El viento medio horizontal suele ser del orden de 2 a 15 m/s, aunque disminuye
considerablemente al acercarnos a la superficie. El viento medio vertical es mucho más
pequeño. Esto viene a corroborar la estructura estratificada de la capa límite atmosférica.
La turbulencia puede considerarse como un conjunto de remolinos irregulares
superpuestos. La importancia relativa de las diferentes escalas de remolinos definen el
espectro de turbulencia (Figura 36). Entre los remolinos, se destacan los de mayor
magnitud, en la escala de la altura de la capa límite: estos remolinos generan corrientes
ascendentes y descendentes que afectan a los penachos de contaminantes provocando
serpenteos de los mismos.

1
) f = 9,374 10 -5 seg -1 a 40 ° de latitud

39
Figura 36 . Diversas escalas de remolinos: espectro típico de viento superficial.
No obstante, pueden producirse circulaciones cerradas de viento, como en el caso de las
brisas del mar y las de valle y montaña, en las que los contaminantes lanzados a la
atmósfera se incorporan a la circulación del viento con lo que se produce una
acumulación progresiva de contaminantes, que da lugar a un aumento de la concentración
de los mismos en las zonas barridas por este tipo de vientos. Efectos similares se
producen cuando los vientos fuertes inciden perpendicularmente a las crestas
montañosas, a un valle o sobre los edificios altos; en estas condiciones, los efectos
aerodinámicos de estos obstáculos pueden tener consecuencias negativas para la
dispersión de contaminantes, acumulándolos en determinadas zonas.

1.3.1 Vientos y rugosidad de la superficie

Los vientos locales se asocian a los grandes cuerpos de agua y al relieve, los que generan
desigual calentamiento a lo largo del día y entre éste y la noche. Conocidos como vientos
térmicos, tienen más influencia en el verano ya que la mayor temperatura genera
gradientes más pronunciados y por lo tanto es superior la fuerza o velocidad de ellos
entre los centros locales de alta y baja presión.
Las ciudades ubicadas en las costas, o bajo la influencia del mar, presentan estos vientos
que colaboran a la dispersión de los contaminantes. El relieve influye en este fenómeno,
debido a que un cordón montañoso próximo al litoral puede obstaculizar su normal
desarrollo, imprimiendo a una ciudad un carácter mediterráneo, aunque esté a sólo unas
decenas de kilómetros del mar.

40
Por otra parte, una ciudad localizada en una planicie amplia sin relieves interceptores y
ubicada a cientos de kilómetros del océano, puede recibir vientos de velocidades
adecuadas para la disipación de la contaminación atmosférica.
La rugosidad de la superficie (edificios, sierras, montañas, etc.) funciona como un
“freno” para el viento, generando una turbulencia mecánica que favorece la distribución
de calor en la capa inferior de la atmósfera.
Este efecto aumenta con la velocidad del viento, y es despreciable para vientos calmos.
Las características físicas de la superficie terrestre se denominan rasgos del terreno o
topografía. Los rasgos del terreno, como se podría esperar, afectan sobre todo el flujo del
aire relativamente cercano a la superficie terrestre. Como se indica en la Figura 37, estos
rasgos se pueden agrupar en cuatro categorías: plano, montaña/valle, tierra/agua y áreas
urbanas.

Figura 37: Topografía

La turbulencia mecánica es causada por el viento que fluye sobre objetos de tamaños y
formas diferentes. Por ejemplo, el flujo del viento que rodea un edificio será diferente del
de un maizal.
La turbulencia del viento sobre un terreno plano está limitada a la cantidad de accidentes
de la superficie, ya sean naturales o hechos por el hombre. La Tabla 4 presenta una lista
de los elementos superficiales, desde los rasgos de superficies lisas con poca influencia
friccional hasta los rasgos accidentados con amplia influencia friccional.

41
Tabla 4: Ejemplos de diferentes superficies accidentadas
(en orden de muy lisas a muy accidentadas)

Llanura arcillosa, hielo


Mar en calma
Arena
Planicie, cubierta de nieve
Césped cortado
Césped bajo, estepa
Terreno plano y en barbecho
Césped alto
Bosques con árboles bajos
Bosques con árboles altos
Afueras de la ciudad
Ciudad

Estos rasgos inducen un efecto friccional en la velocidad del viento y producen el


conocido perfil del viento con altura.
La velocidad del viento varía con la altura (Figura 38) y depende fundamentalmente de la
naturaleza del terreno sobre el cual se desplazan las masas de aire. La variación de
velocidad puede representase mediante la siguiente expresión:
α
V 2 ⎡ h1 ⎤
=
V1 ⎢⎣ h 2 ⎥⎦
donde V1 < V2 representan las velocidades del viento a las alturas h1 < h2,
respectivamente. El exponente α caracteriza al terreno, pudiendo variar entre 0,08 (sobre
superficies lisas como hielo, lagunas, etc.) y 0,40 (sobre terrenos muy accidentados).

Figura 38 - Perfil del viento con la altura

En la Figura 39 se muestra un perfil de viento en función de la altura (gradiente de


viento) para tres tipos de rugosidades, área urbana, para sub-urbana y área rural. Z0

42
representa la rugosidad del terreno (índice de rugosidad superficial). La primera tiene
rugosidad 700>Z0>80 cm , la segunda 200>Z0>40 cm y el área rural 4>Z0>0,1 cm
El número del gradiente del viento es el porciento de la velocidad que se tendría con
rugosidad cero. La figura indica que la velocidad del viento aumenta con la altitud en
cada uno de los tres tipos de terrenos representados. Las áreas urbanas con construcciones
densas y edificios altos ejercen una fuerza friccional grande sobre el viento haciendo que
disminuya, cambie de dirección y se haga más turbulento. Por consiguiente, los vientos
de gradiente (esto es, los que no se ven afectados por la fricción) alcanzan mayores
altitudes cuando se producen sobre áreas urbanas que cuando lo hacen sobre el nivel del
suelo.

Figura 39: Ejemplos de la variación del viento según la altura sobre superficies con
diferentes rasgos topográficos (las figuras son porcentajes de los vientos de
gradiente).

La velocidad del viento se acostumbra a medir a 10 metros de altura. Esta velocidad, a


niveles más bajos de 10 metros, se ve reducida notablemente debido a los efectos de
rozamiento. Para niveles distintos de este valor, la velocidad del viento debe corregirse
según la relación

siendo:

uz = Velocidad del viento a la altura de la fuente emisora (m/s)


u10 = Velocidad del viento a la altura de 10 m (m/s)
z = Altura de la fuente emisora (m)
p = Coeficiente exponencial

43
Los valores de p son función de la estabilidad atmosférica y la rugosidad del suelo.

Exponente p

Clase de
Rural Urbana
estabilidad

A 0,07 0,15

B 0,07 0,15

C 0,10 0,20

D 0,15 0,25

E 0,35 0,30

F 0,55 0,30

La turbulencia mecánica en terrenos con montañas y valles siempre depende del tamaño,
la forma y la orientación de los rasgos. Las numerosas combinaciones de terrenos
montañosos o con valles incluyen una sola montaña sobre un terreno plano, un valle
profundo entre montañas, un valle en terreno plano o una cordillera.
Si una inversión de temperatura elevada (aire cálido sobre aire frío) cubre la mayor
elevación, entonces el aire tratará de encontrar su camino por los costados de la montaña.
Cuando el flujo de aire es bloqueado, se produce un entrampamiento o recirculación del
aire. Durante la noche, los cerros y las montañas producen flujos de vientos
descendientes porque el aire es más frío en grandes elevaciones. Por lo general, los
vientos descendientes son ligeros. Sin embargo, bajo condiciones correctas, se pueden
producir vientos más rápidos.
La Figura 40 muestra vientos descendentes y ascendentes que se producen durante el día
y la noche, respectivamente. En el caso de un valle, los vientos descendentes se pueden
producir en las pendientes opuestas del valle, lo que determina que el aire frío y denso se
acumule o deposite en el suelo. Este aire frío se puede descender hacia el valle y causar el
movimiento del aire debido al drenaje de aire frío. Además, como el aire frío desciende al
suelo del valle, el aire en altura se vuelve más cálido.

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Figura 40Turbulencia térmica en el valle (el aire se eleva cuando la Tierra se
ilumina)
En las ciudades, las islas de calor urbano generan la llamada circulación solenoidal. Se
trata de una circulación convectiva a partir del mayor recalentamiento producido por la
masa urbana, generalmente pavimento y edificaciones de cemento en altura. Esta masa en
ascenso, al descomprimirse en altura, se enfría y se desplaza hacia la periferia; en ella
desciende para iniciar nuevamente su trayectoria hacia la isla de calor inicial. Esta
convección puede facilitar la purificación del aire si la periferia no está construida, pero a
su vez, puede generar por compresión áreas de inversión térmica
Las áreas urbanas presentan accidentes adicionales y características térmicas diferentes
debido a la presencia de elementos hechos por el hombre. Cuando el sol se pone, el área
urbana continúa irradiando calor desde los edificios, las superficies pavimentadas, etc. El
aire que este complejo urbano calienta, asciende y crea un domo sobre la ciudad. Este
fenómeno se llama efecto de la isla calórica. La ciudad emite calor durante toda la noche.
Recién cuando el área urbana empieza a enfriarse, sale el sol y empieza a calentar el
complejo urbano nuevamente. Por lo general, debido al continuo calentamiento, las áreas
urbanas nunca recobran condiciones estables.
La turbulencia mecánica sobre las áreas urbanas es muy parecida a la que se produce en
un terreno complejo. Los edificios, separados y en conjunto, alteran el flujo del aire:
mientras más altos sean, más aire se distribuye. Además, las áreas públicas canalizan y
dirigen el flujo de maneras intrincadas. Así como es imposible predecir detalles exactos
sobre superficies con montañas y valles, se carece de una descripción exacta del flujo en
las áreas urbanas.

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Figura 41: Turbulencia térmica y mecánica de las ciudades

Las masas de aire pueden ascender en varias situaciones:

a) Por la presencia de una montaña que actúa de barrera, obligando al aire a fluir por
sus laderas y sufriendo una descomprensión que se traduce en un enfriamiento del
mismo.
b) En un sistema frontal, el aire más cálido por ser menos denso se enfría al ascender
obligadamente por sobre el aire frío que es más denso.

c) En sistemas convergentes, el aire proveniente de las zonas de alta presión choca en la


zona de baja presión, impulsando el aire hacia arriba donde se descomprime y por lo
tanto se enfría.

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d) En el mecanismo convectivo, las burbujas de aire cálido ascienden y se enfrían por
descompresión.

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1. Holzworth, G.C. Mixing heights, win speeds and potential for urban pollution throughout the
contiguous United States, Office al Air Programs Ap-101, U.S.EPA (NTIS PB 207 103), 1972
2. Velasco I. y Necco G. Aplicación de métodos objetivos de control de datos de radiosondeos en
estaciones Argentinas. GEOACTA, Vol II N° 2 (207-218), 1982.
3. Zilintinkevicj S.S.. On the determination of the height of the Ekman Boundary Layer, Boundary layer
meteorology, 3 (141-145), 1972.
4. Zilintinkevich S.S.. Resistance laws and prediction equations for the depth of the planetary boundary
layer, Journal Atmosph eric Science, 32 (741-735), 1975.

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