En un pueblo muy pero muy pequeño solo existían tres familias, la primera
conformada por tres hermanas: eficiencia, eficacia y efectividad. Ellas siempre
estaban en competencia por ser la mejor, pero efectividad ganaba todas las apuestas por ser la más fuerte. Un ejemplo de esto es que si eficiencia lograba lo que se proponía ella de igual forma lo podía hacer, por otro lado si eficacia lograba su objetivo aun en menor tiempo que eficiencia, efectividad lo podía hacer mucho mejor, su gran virtud era que podía reunir las cualidades de sus dos hermanas. Aunque no todo estaba dicho los otros dos grupos también tenían características peculiares. La segunda familia estaba compuesta por un matrimonio producción (el esposo) y productividad la dama del hogar, este hombre tenía la tarea de ser la cabeza de su hogar. Su trabajo consistía en generar los productos que necesitaban las demás personas del pueblo, para esto tenia maquinas que le ayudaban en su labor, él era capaz de convertir el trigo en arroz, la tela en prendas de vestir, el cuero en zapatos y mucho más productos y servicios. Su esposa lo ayudaba en su trabajo determinando como podían obtener mayor calidad y un método que redujera los tiempos de fabricación de los productos. Ellos eran muy unidos podría decirse la pareja perfecta donde primaba el amor sobre todas las cosas. El último hogar lo constituía una pareja de abuelos muy carismáticos, ellos habían trabajado toda su vida para tener una estabilidad, el abuelo organización un poco gruñón era contagiado de la alegría de la abuela empresa. Ella era muy feliz porque había logrado su objetivo el cual era satisfacer las necesidades de los demás con ayuda de un personal y de maquinarias. En cambio organización se había dedicado a obtener ganancias sociales con ayuda de un grupo de personas que perseguían el mismo objetivo. Aunque las tres familias no tenían una relación cercana un día decidieron reunirse con el motivo de conocerse más y de hablar sobre aquello que les faltaba para ser felices. Era una mañana bastante soleada, todos llegaron a la hora acordada y se saludaron no tan amorosamente, los primeros en tomar la palabra fueron los abuelos, ellos decían que cometieron el error de dejar ir a su única hija quien quería perseguir sus propios sueños y por este motivo tenían un gran vacío en su corazón. Después de miradas de tristeza hablo la pareja, quienes habían perdido a sus tres hijas al haber huido de un pueblo con mucha violencia, las lágrimas fueron inevitables pero las hermanas decidieron seguir con la conversación solo añadiendo que no recuerdan haber tenido padres. En un momento de silencio el abuelo organización dice: ¡somos una sola familia! ¡Productividad eres nuestra hija! y en el momento ella mirando a su esposo dice: ustedes eficiencia, eficacia y efectividad son nuestras hijas, y a una sola voz todos dicen: ¡somos una familia, somos la familia administración!.