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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

ESCUELA DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


CARRERA DE DERECHO

TEMA V:
Pensamiento Politico de los Pueblos Orientales y Grecomano

PRESENTADO POR:
PEDRO LUIS VALERIO

MATRICULA:
17-7972

ASIGNATURA:
HISTORIA DEL DERECHO Y DE LAS IDEAS POLITICAS

FACILITADORA:
LUZ BRITO

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS


REPUBLICA DOMINICANA
13 AGOSTO 2018
I. Elabore un cuadro con cuatro columnas y realice una comparación
entre: El pensamiento político China, la India, Grecia y Roma:

Pensamiento Político

La organización política china clásica estuvo muy influida por el pensamiento


filosófico, así como la filosofía china estuvo muy acotada por preocupaciones
sociales y políticas, en sus fines y problemas. En el pensamiento político chino
China clásico encontramos dos corrientes principales y muy diferentes entre sí: el
confucianismo (JU-CHIA) y el legalismo (FA-CHIA), que en la praxis política
luego se unieron en una uriosa convergencia.

La India careció de una tradición unitaria y de una burocracia centralizada.


Cada reinado tenía su propia organización, dentro de un modelo tradicional,
del que en realidad poco se sabe. El Rey era jefe titular del Estado y también
jefe del Gobierno. Era el centro de una vasta corte. Su gobierno se basaba en
la sospecha sistemática, que daba trabajo a un ejército de espías y contra-
La India espías, y hasta a una guardia de mujeres armadas, que controlaban el acceso
a las habitaciones privadas. Los ministros formaban un cuerpo de consejeros
y asesores que elegían a los funcionarios inferiores.

El pensamiento filosófico era pensamiento ético y político. Es decir, por primera


vez las normas y valores morales y los principios de ordenamiento de la vida
pública, del poder y del Estado, se pensaron racionalmente. Pensar unas era
Grecia simultáneamente reflexionar sobre las otras. Es totalmente erróneo presentar
el pensamiento ético, el pensamiento político y el pensamiento ontológico (la
preocupación sobre el ser) en la filosofía griega como tres productos
separados.

La vida política en la Antigua Roma se basaba principalmente en el mos


maiorum o su equivalente en plural, mores maiorum, que se traduce como «la
costumbre de los ancestros». De allí se entiende por Mos maiorum a un
conjunto de reglas y de preceptos tradicionales que el ciudadano romano
apegado a la tradición debía respetar.

Las mores eran de hecho las reglas de la comunidad romana arcaica, las
Roma costumbres y usanzas que hacían del romano un cives (ciudadano) si las
seguía con respeto, siendo ésta la mayor herencia dejada por los progenitores
y a transmitir a los descendientes. En su totalidad eran también símbolo de
integridad moral y del orgullo de ser ciudadano romano y por eso, a menudo
se contraponían a las costumbres helenizantes y a las corrientes de
pensamiento asiáticas
Redacte un informe resaltando:

a) La estructura política de la India sobre el régimen de castas y la invasión


de los Bárbaros;

El sistema de castas de la Inda se refiere a una forma de estratificación social


establecida, en forma tradicional y prescriptiva, por el hinduismo (brahmanismo)
en la India, la cual clasifica a las personas dentro de la sociedad en cuatro
grandes castas. En forma general, 'casta' se refiere a cualquier forma de
estratificación que pone énfasis en factores heredados o de nacimiento del
individuo para clasificarlo socialmente.

El asunto social en India es, en gran medida, racial, como herencia de la


invasión indo-aria, en la que los invasores, de procedencia europea y
autodenominados arya, impusieron una segregación racial mediante rígidas
leyes religiosas para evitar el mestizaje con la población aborigen que los
superaba en número, cosa que lograron en gran medida durante 900 años, que
es el tiempo que duró la civilización védica. Así, las castas bajas tienden a ser
de un tono bastante oscuro, mientras que las castas altas, portadoras de más
sangre aria, son de piel más clara y abundan más en rasgos europoides.

El término hindú para casta, varna, significa "color", y se distinguía entre


el Aryavarna (literalmente, "color noble") claro y asociado a la nobleza, de los
invasores blancos y rubicundos, y el oscuro Dasavarna (literalmente "color
enemigo") de los aborígenes pre-indoeuropeos, llamados
los dasyu o dasas ("enemigos"). Las castas eran totalmente impermeables y
sólo procreaban entre ellas. Las familias más nobles constituían las castas altas,
mientras que las familias "plebeyas" y los descendientes de los indígenas
sometidos, constituían las castas bajas.

Estos aborígenes eran pueblos australoides extremadamente primitivos que


eran considerados subhumanos, espiritualmente impuros y animalizados por
los arios, y que se hallaban sobre todo en las selvas del sur de India.

El sistema de castas fue desafiado por el budismo, la principal disidencia


del hinduismo, y flexibilizado (reciéntemente en el siglo XX) por los movimientos
de derechos sociales. La prédica del Mahatma Gandhi contribuyó a una
sociedad no dependiente de los preceptos religiosos.
b) La importancia del pensamiento político de Confucio sobre la
familia y el Gobierno;

El Confucionismo es el conjunto de doctrinas morales y religiosas predicadas por


el filósofo chino Confucio (551-479 a.C.). El nombre en chino de su escuela
podría ser traducido como Escuela de los Letrados. El confucianismo ha ejercido
una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón. Fue la religión oficial
de China hasta el siglo VII.

Su pensamiento fue introducido en Europa por el sacerdote jesuita Matteo Ricci


(1552-1610), que fue la primera persona en latinizar el nombre como “Confucio”.
El canon de la filosofía confuciana lo componen sus cuatro libros. Podemos
entender su figura como uno de los más grandes humanistas que han existido.
Confucio fue llamado el «Aristóteles chino» y como hizo en su momento Santo
Tomás con el filósofo griego, dada la importancia de sus ideas y conceptos, se
procedió a la cristianización de las ideas del sabio chino.

¿Quién fue Confucio y qué importancia tienen sus enseñanzas?

Hablar de Confucio es referirnos a uno de los más grandes maestros; fue un


pensador, educador y político. Confucio (Kôngzî o K’ung-fu-tzu, que se traduce
literalmente por Maestro Kong) fue un filósofo chino nacido en 551 a.C. y una de
las figuras más influyentes de la historia china.

Procedente de una familia noble arruinada, vivió en una época llena de caos y
corrupción, ejerció tanto de maestro como de funcionario. Vio la necesidad de
que la sociedad se rigiera bajo una moral de respeto, honestidad, educación,
bondad y dándole mucha importancia a las relaciones familiares. Las
enseñanzas de Confucio han llegado a nuestros días gracias a las Analectas,
(Las Analectas recogen una serie de charlas que Confucio dio a sus discípulos
así como las discusiones que mantuvieron entre ellos).

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El título original en chino, Lún Yǔ, significa “discusiones sobre las palabras” [de
Confucio]. Escritas durante el periodo de primaveras y otoños, las Analectas son
el mayor trabajo del confucianismo. Siguen teniendo hoy en día influencia entre
los chinos y también en algunos países asiáticos, y contienen algunas de las
discusiones que mantuvo con sus discípulos.

La recopilación de sus Conversaciones (Analectas) es un amplio abanico de


consejos referidos a los asuntos humanos. Basaba toda su filosofía moral en el
ren (jen), que es la virtud de la humanidad, y a su vez está basada en la
benevolencia, la lealtad, el respeto y la reciprocidad. Todos estos aspectos
deben existir en toda relación humana, desde el gobierno de las naciones y la
dirección de empresas, hasta el trato social, las relaciones entre amigos y de
familia, y el auto-conocimiento.

De soberano a súbdito: benevolencia, que incluye espíritu público y piedad filial.

De padre a hijo: rectitud, que comprende valor, fraternidad, integridad y pureza.

De hermano mayor a hermano menor: corrección, que abarca respeto, solicitud,


humildad y deferencia.

De esposo a esposa: conocimiento, que incluye conocimiento de la naturaleza


humana, de la Naturaleza en sí y del destino.

De amigo a amigo: buena fe, que comprende verdad, sencillez, sinceridad y


honestidad.

Confucio es una de las grandes figuras de la historia del pensamiento humano,


un pionero de la pedagogía, crítico social e investigador de la política

Una de sus grandes influencias habría sido Zi Zhaan, primer ministro de Cheng,
quien introdujo el primer código jurídico en China. También influyó en Confucio
el escepticismo de su época en lo concerniente a la religión, pues a causa de
haber sufrido muchas guerras se había perdido la fe en los dioses.

A los 50 años, Confucio empezaría sus enseñanzas. Viajaba solo de un lado a


otro instruyendo a los contados discípulos que se reunían en torno a él.

Su fama como hombre de saber y carácter, con gran veneración hacia las ideas
y costumbres tradicionales, pronto se propagó por el principado de Lu, y luego a
toda China.

A partir de la Dinastía Han, diversos emperadores se inspiraron en la obra de


Confucio para organizar la sociedad china. En los siglos posteriores sus
enseñanzas ejercieron una poderosa influencia tanto en la filosofía china como
en toda historia de China.

Confucio es una de las grandes figuras de la historia del pensamiento humano,


un pionero de la pedagogía, crítico social e investigador de la política. Se
consagró al estudio de las antiguas tradiciones y de los ritos y tratados religiosos
contenidos en los Cánones o King, y se propuso recuperar las antiguas normas
de buenas costumbres morales, sociales y de convivencia.
c) Las ideas de los pensadores Lao Tse y de Mo Ti acerca de la
justicia social:

El Tao es un libro para quienes no confían en las palabras; un libro que se lee,
relee y disfruta durante toda una vida. Un libro de consulta que cambia con los
años, como el vino, destilando nuevos sabores, pensamientos no descubiertos.

Lao Tse nació en una pequeña aldea del reino de Tch’en (sur de China), en el
siglo VI a.C., así que fue contemporáneo de Buda, Zoroastro, Mahavira,
Pitágoras y varios de los filósofos presocráticos. No podemos determinar ni el
año de nacimiento ni el de su muerte, ni siquiera con una aproximación de varios
años. La única fecha que conocemos de su vida es el encuentro con Confucio,
en el que tuvo lugar un eclipse de sol. El cálculo nos da un eclipse de sol en el
518, visible desde China. Presumiblemente, Confucio tenía alrededor de treinta
y cuatro años, y Lao Tse unos cincuenta más, así que nació alrededor del 600
a.C.

De este encuentro con Confucio nada de cierto se sabe. Solo queda el


comentario de Confucio: “Los pájaros vuelan, los peces nadan, los cuadrúpedos
corren. Al que corre se le agarra con la red, al que nada con un anzuelo, al que
vuela con un arco. En cuanto al dragón, que se eleva hacia el cielo llevado por
el viento y las nubes, no sé yo cómo se le podrá coger. He visto a Lao Tse, hoy
he visto un dragón”. Aclaramos que en China el dragón no es terrestre sino
celeste, del espíritu.

Lao Tse (palabra que significa viejo maestro) fue bibliotecario en la corte de los
Chou. Un bibliotecario no era en la antigua China lo que hoy corresponde a ese
título. Le estaba encomendado un cargo sacerdotal y su misión consistía en
consultar los archivos, los oráculos, e indagar el sentido de la existencia, del éxito
y la decadencia: era un sabio de la antigua tradición.

“El propósito de las palabras es transmitir las ideas.

Cuando las ideas se han comprendido, las palabras se olvidan.

¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras?

Con ese me gustaría hablar”.

Dicen que Lao Tse no quería hablar. Quería emprender un viaje hacia las
cordilleras del oeste para acabar sus días en paz. El guardián del paso de Huan-
Ku le observaba, el solitario centinela del paso de las montañas había vivido lo
bastante para conocer que aquel anciano reticente era un sabio: sus ojos lo
delataban, y el gesto de sus manos al sentarse, y la presencia que emanaba de
su cuerpo. Se veía que su casa era el ancho mundo, la tierra su almohada y las
estrellas sus sábanas. El guardián tomó una resolución, y empuñando su arma
le dijo: “No os dejaré marchar si no me dais una parte de vuestra sabiduría”.

Lao Tse, que había intuido hacía rato sus pensamientos, sacó un pincel y
comenzó a trazar caracteres, 5000 ideogramas, sobre la túnica de seda que le
ofreció el soldado, destilando en ochenta poemas una de las experiencias más
sensatas del conocimiento humano: el Tao Te King.

Este es un libro para quienes no confían en las palabras. Desde el inicio su autor
advierte: “El Tao que se puede nombrar no es el verdadero Tao”. Pero Lao Tse
hizo lo imposible, un libro que se lee, relee y disfruta durante toda una vida. Un
libro de consulta que cambia con los años, como el vino, destilando nuevos
sabores, pensamientos no descubiertos. La sabiduría que intenta comunicar Lao
Tse es el modo de ser de la Naturaleza y la manera en que debemos obrar para
asemejarnos lo más posible a ella.

¿Qué es el Tao Te King? Traducido, “el libro del sentido y de la vida”. Es probable
que nos gustase una explicación al estilo occidental: “el Tao es de tal y cual modo
y, en consecuencia, el sabio se comportará de este y aquel modo”. Imposible. El
lenguaje puede ayudarnos a entender un concepto, pero no la experiencia del
Tao. No en vano los filósofos taoístas decían que hay que transmitir lo que
armoniza y trasciende los contrarios mediante el silencio.

El Tao es incognoscible, inefable e infinito. La palabra Tao está compuesta de


dos ideogramas: uno es cabeza, el otro es marchar; puede significar hombre que
camina, ir conscientemente, camino, sentido, logos, vía.

En su sentido original cósmico, el Tao es la realidad última, indefinible y, como


tal, es el equivalente del Brahman hinduista o del Dharmakaya budista. Su
cualidad es intrínsecamente dinámica. Desde el punto de vista chino, constituye
la esencia del universo y es percibido como flujo y cambio continuos.

La confusión sobre esta palabra ha sido grande en Occidente desde que los
primeros jesuitas llegaron a China y la tradujeron con simplicidad por “Dios”, pero
no es ni una personificación de lo divino a semejanza del hombre ni la causa de
lo manifestado, sino que está más allá.

Lao Tse distingue desde el primer capítulo dos estadios diferentes del Tao:

– Eterno, que no tiene nombre, trascendente. Es evidente que el Tao no se


desenvuelve en el tiempo ni en el espacio. Mirándolo no se le ve, escuchándolo
no se le oye, tocándolo no se le siente. Sólo depende de sí mismo. Lo demás
recibe su sentido de algo externo (el ser humano de la Tierra, la Tierra del Cielo,
y el Cielo del Tao).
– Con nombre, madre de todos los seres. En este sentido, el Tao puede ser una
roca, un hombre, un pájaro, un arroyo. Este Tao está en todas las cosas, tanto
nobles como despreciables y tiene el germen de la diversidad.

Dice el Tao Te King: “Del Tao surge el 1, luego el 2, luego el 3 y los 10.000
seres”. Es un proceso de cosmogénesis presente también en filósofos griegos y
helenísticos.

En las raíces del pensamiento y el sentimiento chinos reposa el principio de


polaridad, que no debe confundirse con los conceptos de oposición o conflicto.
En otras culturas están en lucha la luz con la oscuridad, la vida con la muerte, lo
positivo con lo negativo. Para el modo de pensar tradicional chino esto resulta
tan incomprensible como la existencia de una corriente eléctrica sin sus polos
positivo y negativo o como el norte sin el sur. La desaparición de uno es la
desaparición del otro. Las polaridades son estados extremos de una misma cosa,
como las dos puntas de un bastón.

Los chinos llaman a los dos aspectos de la polaridad el yin y el yang, que
literalmente significan el lado umbrío, oscuro de una montaña, y la vertiente
soleada. Representan las polaridades de la realidad sensorial: día y noche,
masculino y femenino, mente y materia, bien y mal, luz y oscuridad, fuerza y
debilidad, cielo y tierra. En el reino del pensamiento, yin es la compleja y
femenina mentalidad intuitiva; yang, el claro y racional intelecto. Yin es la
tranquilidad, la quietud contemplativa del sabio; yang, la fuerte acción creativa
del rey.

Son fuerzas opuestas, pero complementarias, cuya interacción genera el


universo, como la dualidad de Purusha-Prakriti en el hinduismo, o Gea-Uranos
de Homero.

El conocido diagrama del yin-yang es explícito: todo es dual (de ahí las dos
lágrimas, blanca y negra). Los opuestos se complementan, forman un círculo, la
figura sin fin. Además, todo es dinámico. Es una simetría rotacional que sugiere,
de modo muy enérgico, un continuo movimiento cíclico. Y los dos puntos
simbolizan la idea de que cada vez que una de las dos fuerzas alcanza su límite,
contiene en sí misma la semilla de su opuesta.

Esta es una visión del mundo que no se ha tenido en Occidente desde que se
olvidaron las palabras de Heráclito: armonía en la diversidad como el arco y la
lira. No te bañarás dos veces en el mismo río. La noche empieza al mediodía.
No es la lógica aristotélica, las cosas no acaban nítidamente, sino que todo está
en todo. Todo desborda, fluye, cambia, se interpenetra.

La eficacia del Tao reside en su vacío. Sin vacío nada podría producirse. La
utilidad de la vasija no está en la arcilla sino en el hueco, en la falta de material.
Un vaso lleno de tierra no nos permite utilizarlo para beber. En una casa, lo útil
son los vacíos, los huecos, puertas, ventanas, habitaciones. Y en el hombre, lo
útil no son sus horas llenas, sino las vacías, las que tiene para dedicarse a sí
mismo o a otros seres humanos, aquellas en que estamos prestos a servir.

Además de su conformidad con el Tao, el hombre perfecto es rey de sus oídos


y palabras, no tiene egoísmo, ni corazón propio, sino que hace suyos los
corazones de la gente. Es humilde, no se envanece con los éxitos, y es como el
agua. El agua se adapta siempre: cuando está en un hueco se remansa, cuando
llega un plano se desliza, cuando hay pendiente corre y siempre con perfecta
naturalidad. Nada más blando que el agua y, sin embargo, vence lo más duro:
rompe acantilados y erosiona valles.

Cuando el agua está quieta es un espejo. Nadie se mira en aguas turbias. Así,
la mente solo entiende y refleja con precisión el mundo cuando está calmada.

Y nada de virtudes artificiales. Sorprende que Lao Tse critique la justicia y la


caridad. Cuando decayó el Tao aparecieron la caridad y la justicia. Lo que
condena es la sustitución del Tao por el formalismo cultivado artificialmente de
los letrados de su tiempo. “Eliminad a los eruditos, desterrad a los astutos,
ingeniosos en palabras, y el pueblo saldrá ganando con creces”. Rechazó, como
Sócrates, a los sofistas, porque con las falsas virtudes habían pervertido la
simplicidad y honradez de las gentes.

Lao Tse nada ha dejado de sus ideas sobre el alma, la libertad o el conocimiento.
Se ha limitado a recomendar la conformidad con el Tao, cuidado de no arriesgar
la vida por la codicia y no gastarla en cavilaciones abstrusas para no enfermar.
Lao Tse, como muchos otros sabios orientales, tiene una única meta: la
transmutación, un aquietamiento físico y mental que facilite el ascenso a los
diferentes niveles de conciencia.
d) La propuesta política de Platón y Aristóteles sobre la estructura de
gobierno, a partir de la RepÚblica y la división del Estado en tres
poderes:

Platón expone su concepción de la organización social y política ideal. Partiendo


de una definición de justicia que considera insatisfactoria propone un análisis de
qué sea “lo justo” en el hombre y en la ciudad, para llegar a una definición
satisfactoria de justicia. Dice que la ciudad surge para dar satisfacción a las
complejas necesidades del hombre, ya que nadie puede bastarse a sí mismo. El
reparto del trabajo se encuentra, así, en la base de toda ciudad.

La República, la mayor obra política de Platón, trata de la cuestión de la justicia


y por lo tanto de las preguntas ¿qué es un Estado justo? y ¿quién es un individuo
justo. El Estado ideal, según Platón, se compone de tres clases. La estructura
económica del Estado reposa en la clase de los comerciantes. La seguridad, en
los militares, y el liderazgo político es asumido por los reyes-filósofos. La clase
de una persona viene determinada por un proceso educativo que empieza en el
nacimiento y continúa hasta que esa persona ha alcanzado el máximo grado de
educación compatible con sus intereses y habilidades.

Es una de las cuestiones más importantes de su pensamiento, ya que, casi


podríamos afirmar que se trata del motor de su pensamiento filosófico.Platón
quiere construir una, sociedad justa de aquí que posteriormente sirva como
modelo para propuestas utópicas.

Platón: como el resto de filósofos griegos, considerará que el hombre es un ser


social por naturaleza; y es este hecho lo que explica la aparición del Estado.
Dada la gran importancia que otorga al Estado en la educación, vida buena y
felicidad del individuo no es extraño que la obra platónica más importante
(“República”) sea principalmente de filosofía política. Pero no fue este su único
escrito sobre los asuntos políticos pues al final de su vida escribió también
“Leyes”.

Aristóteles estudia las cuestiones sociales y políticas en las "Constituciones" y


en la "Política". Más que el diseño de lo que debería ser una sociedad perfecta
o justa, lo que le interesa a Aristóteles es determinar las características del
espacio social en el que se ha de desarrollar la vida del hombre. También
bosquejará tímidamente su sociedad ideal, en los libros 7 y 8 de la "Política";
pero al igual que en otros aspectos de su obra se sentirá más atraído por el
análisis de la experiencia, en este caso, el del experiencia de la vida colectiva o
social del hombre.
Aristóteles se propone analizar su origen y su necesidad. Todos los hombres
buscan asociarse para permanecer vivos, la primera asociación natural es la
familia que es buscada para la procreación; después las familias se asocian entre
sí para asegurar su subsistencia y de estos clanes de familias surge la ciudad
cuando entre los clanes se ponen leyes comunes para la convivencia. El hombre
es un ser social por naturaleza ya que no puede vivir aislado y sin contacto social;
aquel hombre que desprecia la vida en sociedad sólo puede ser supra humano
como un dios o un héroe o infrahumano.

Aristoteles dice que el hombre es un animal político por naturaleza,esto no


significa que el hombre siguiendo la naturaleza se asocie y viva en comunidad
ya que también existen muchos animales sociales, significa que organiza la
ciudad políticamente, dicta quien ejerce el poder, quien obedece, como se ejerce
etc. El hombre si no vive en la polis está incompleto, tiende a formar una sociedad
políticamente organizada.

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