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UNIVERSOS PARALELOS

La paradoja cuántica del «gato de Schrödinger» vista desde el punto de vista de la


interpretación de los universos múltiples.

En esta interpretación cada evento involucra un punto de ramificación en el tiempo, el gato


está vivo y muerto, incluso antes de que la caja se abra, pero los gatos «vivos» y «muertos»
están en diferentes ramificaciones del universo, por lo que ambos son igualmente reales, pero
no pueden interactuar el uno con el otro.[1]

Los universos paralelos forman parte de una hipótesis de la física en la que entran en juego
otros mundos o universos simultáneos.

Universos paralelos es el nombre de una hipótesis física en la que entran en juego la existencia
de varios universos o realidades relativamente independientes. El desarrollo de la física
cuántica y la búsqueda de una teoría unificada (teoría cuántica de la gravedad), conjuntamente
con el desarrollo de la teoría de cuerdas, han hecho entrever la posibilidad de la existencia de
múltiples universos paralelos conformando un multiverso.

Universos paralelos o términos similares también se encuentran como temáticas de la


literatura, particularmente en lo que por ejemplo se refiere al género literario fantástico.
Universos paralelos en físicaEditar

Interpretación de los universos paralelosEditar

Una de las versiones científicas más curiosas que recurren a los universos paralelos es la
«interpretación de los universos múltiples» o «interpretación de los mundos múltiples» (IMM),
de Hugh Everett.[2] Dicha teoría aparece dentro de la mecánica cuántica como una posible
solución al «problema de la medida» en mecánica cuántica. Everett describió su interpretación
más bien como una metateoría. Desde un punto de vista lógico la construcción de Everett
evade muchos de los problemas asociados a otras interpretaciones más convencionales de la
mecánica cuántica. Recientemente, sin embargo, se ha propuesto que universos adyacentes al
nuestro podrían dejar una huella observable en la radiación de fondo de microondas, lo cual
abriría la posibilidad de probar experimentalmente esta teoría.[3]

El problema de la medida es uno de los principales «frentes filosóficos» que abre la mecánica
cuántica. Si bien la mecánica cuántica ha sido la teoría física más precisa hasta el momento,
permitiendo hacer cálculos teóricos relacionados con procesos naturales que dan 20 decimales
correctos y ha proporcionado una gran cantidad de aplicaciones prácticas (centrales nucleares,
relojes de altísima precisión, ordenadores), existen ciertos puntos difíciles en la interpretación
de algunos de sus resultados y fundamentos (el premio nobel Richard Feynman llegó a bromear
diciendo «creo que nadie entiende verdaderamente la mecánica cuántica»).

El «problema de la medida» se puede describir informalmente del siguiente modo:

1.De acuerdo con la mecánica cuántica, un sistema físico ―por ejemplo un conjunto de
electrones orbitando en un átomo― queda descrito por una función de onda. Dicha función de
onda es un objeto matemático que supuestamente describe la máxima información posible que
contiene un estado puro.

2.Si nadie externo al sistema ni dentro de él observara o tratara de ver como está el sistema, la
mecánica cuántica nos diría que el estado del sistema evoluciona determinísticamente. Es decir,
se podría predecir perfectamente hacia dónde irá el sistema.
3.La función de onda nos informa cuáles son los resultados posibles de una medida y sus
probabilidades relativas, pero no nos dice qué resultado concreto se obtendrá cuando un
observador trate efectivamente de medir el sistema o averiguar algo sobre él. De hecho, la
medida sobre un sistema es un valor aleatorio entre los posibles resultados.

Eso plantea un problema serio: si las personas y los científicos u observadores son también
objetos físicos como cualquier otro, debería haber alguna forma determinista de predecir cómo
tras juntar el sistema en estudio con el aparato de medida, finalmente llegamos a un resultado
determinista. Pero el postulado de que una medición destruye la «coherencia» de un estado
inobservado e inevitablemente tras la medida se queda en un estado mezcla aleatorio, parece
que sólo quedan tres salidas:[4]

(A) O bien se renuncia a entender el «proceso de decoherencia», por lo cual un sistema pasa de
tener un estado puro que evoluciona deterministicamente a tener un estado mezcla o
«incoherente».(B) O bien se admite que existen unos objetos no físicos llamados «conciencia»
que no están sujetos a las leyes de la mecánica cuántica y que resuelven el problema.(C) O se
trata de proponer una teoría que explique el proceso de medición, y no sean así las mediciones
quienes determinen la teoría.

Diferentes físicos han tomado diferentes soluciones a este «trilema»:

1.Niels Bohr, quien propuso un modelo inicial de átomo que acabó dando lugar a la mecánica
cuántica y fue considerado durante mucho tiempo uno de los defensores de la «interpretación
ortodoxa de Copenhague», se inclinaría por (A).

2.John von Neumann, el matemático que creó el formalismo matemático de la mecánica


cuántica y que aportó grandes ideas a la teoría cuántica, se inclinaba por (B).

3.La interpretación de Hugh Everett es uno de los planteamientos que apuesta por la solución
(C).

La propuesta de Everett es que cada medida «desdobla» nuestro universo en una serie de
posibilidades (o tal vez existían ya los universos paralelos mutuamente inobservables y en cada
uno de ellos se da una realización diferente de los posibles resultados de la medida). La idea y el
formalismo de Everett es perfectamente lógico y coherente, aunque algunos puntos sobre
cómo interpretar ciertos aspectos, en particular cómo se logra la inobservabilidad o
coordinación entre sí de esos universos para que en cada uno suceda algo ligeramente
diferente. Pero por lo demás es una explicación lógicamente coherente y posible, que
inicialmente no despertó mucho entusiasmo sencillamente porque no está claro que sea una
posibilidad falsable.

El principio de simultaneidad dimensional establece que dos o más objetos físicos, realidades,
percepciones y objetos no físicos pueden coexistir en el mismo espacio-tiempo. Este principio
tiene correspondencia biunívoca con la teoría de IMM (interpretación de mundos múltiples) y la
teoría de multiverso de nivel III, aunque no ha sido planteado por Hugh Everett, ni tampoco por
Max Tegmark.

Sin embargo, una encuesta sobre la IMM llevada a cabo por el investigador de ciencias políticas
L. David Raub, quien entrevistó a setenta y dos destacados especialistas en cosmología y
teóricos cuánticos, dio los siguientes resultados:[5]

1.Sí, creo que la IMM (interpretación de mundos múltiples) es correcta: 58 %

2.No acepto la IMM: 18 %

3.Quizás la IMM sea correcta, pero todavía no me convence: 13 %

4.No tengo una opinión a favor ni en contra: 11 %

Entre los especialistas que se inclinaron por (1) estaban Stephen Hawking, Richard Feynman y
Murray Gell-Mann. Entre los que se decantaron por (2) estaba Roger Penrose. Aunque Hawking
y Gell-Mann han explicado su posición. Hawking afirmó en una carta a Raub que «el nombre
“mundos múltiples” es inadecuado, pero la teoría, en esencia, es correcta» (tanto Hawking
como Gell-Mann llaman a la IMM, ‘interpretación de historias múltiples’). Posteriormente
Hawking llegó a decir que «La IMM [interpretación de los mundos múltiples] es trivialmente
verdadera».

Por otro lado, Murray Gell-Man ―en una reseña de un artículo del físico estadounidense Bruce
DeWitt (quien es uno de los principales defensores de la IMM)- se mostró básicamente de
acuerdo con Hawking: «Aparte del empleo desacertado del lenguaje, los desarrollos físicos de
Everett son correctos, aunque algo incompletos».
Otros físicos destacados como Steven Weinberg o John A. Wheeler se inclinan por la corrección
de esta interpretación. Sin embargo, el apoyo de importantes físicos a la IMM (interpretación
de los mundos múltiples) refleja sólo la dirección que está tomando la investigación y las
perspectivas actuales, pero en sí mismo no constituye ningún argumento científico adicional en
favor de la teoría.

Los agujeros negros como entrada a los universos paralelosEditar

Visión de un artista de un agujero negro con disco de acreción.

Se ha apuntado que algunas soluciones exactas de la ecuación del campo de Einstein pueden
extenderse por continuación analítica más allá de las singularidades dando lugar a universos
espejos del nuestro. Así la solución de Schwarzschild para un universo con simetría esférica en
el que la estrella central ha colapsado comprimiéndose por debajo de su radio de Schwarzschild
podría ser continuada analíticamente a una solución de agujero blanco (un agujero blanco de
Schwarzchild se comporta como la reversión temporal de un agujero negro de
Schwarzschild).[6] La solución completa describe dos universos asintóticamente planos unidos
por una zona de agujero negro (interior del horizonte de sucesos). Dos viajeros de dos
universos espejos podrían encontrarse, pero solo en el interior del horizonte de sucesos, por lo
que nunca podrían salir de allí.

Una posibilidad igualmente interesante son los universos Reissner-Nordström y de Kerr-


Newman. Este último universo es una solución posible de las ecuaciones de Einstein que puede
ser continuada analíticamente a través de una singularidad espacial evitable por un viajero. A
diferencia de la solución completa de Schwarzchild, la solución de este problema da como
posibilidad la comunicación de los dos universos sin tener que pasar por los correspondientes
horizontes de sucesos a través de una zona llamada horizonte interno.
Los universos paralelos en la ficciónEditar

Artículo principal: Universos paralelos en ficción

La temática de los universos paralelos y de otras dimensiones es muy frecuente en la ficción. Si


bien es la ciencia ficción la que más se ha destacado, también se utiliza en el género del terror
(H. P. Lovecraft y Brian Lumley, por ejemplo), en la fantasía (C. S. Lewis, por ejemplo) e incluso
en el drama histórico (Harry Turtledove, Vladimir Nabokov, entre otros).

Isaac Asimov, en su novela Los propios dioses propone la idea de universos paralelos muy
diferentes donde las constantes universales han colapsado en diferentes valores dando
características únicas a cada universo. Asimismo, propone la idea de la posible interacción entre
estos universos a través del intercambio espontáneo de partículas elementales resultando, a
largo plazo, en el equilibrio termodinámico entre estos universos al terminar en el equilibrio del
valor de las constantes fundamentales en los universos que han logrado interactuar.

En algunos casos, un universo paralelo es similar al nuestro pero con eventos históricos
diferentes. En cambio en otros casos ―frecuentemente en historias de horror― otro universo
es un lugar sombrío e infernal repleto de formas de vida monstruosas; por ejemplo:

◾En la cinta The Mist (de Frank Darabont, basada en el cuento La niebla, de Stephen King).

◾En la película Event Horizon.

◾En el largometraje Doom.

◾En la serie televisiva de Netflix Stranger Things, etcétera.

Véase tambiénEditar

◾Multiverso
◾Universo holográfico

◾Agujero negro

◾Agujero de gusano

◾Brana

◾Interpretaciones de la mecánica cuántica

◾Gravitón

◾Hiperespacio

◾Universo oscilante

◾Teoría de los universos fecundos

ReferenciasEditar

1.↑ Bryce Seligman DeWitt (1970): «Quantum Mechanics and Reality: Could the solution to the
dilemma of indeterminism be a universe in which all possible outcomes of an experiment
actually occur?», artículo en inglés en revista Physics Today, 23 (9), págs. 30-40; septiembre de
1970.

«Every quantum transition taking place on every star, in every galaxy, in every remote corner of
the universe is splitting our local world on earth into myriads of copies of itself», 24 (4), págs.
38-44; abril de 1971.

2.↑ Interpretación de universos múltiples de Hugh Everett.

3.↑ «Quizás haya otros universos en otras burbujas», artículo del 8 de agosto de 2011 en el sitio
web BBC Mundo (Londres). Consultado el 8 de agosto 2011.

4.↑ Galindo, A.; y Pascual, P. (1989): Mecánica cuántica (pág. 453-454). Barcelona: Eudema,
1989. ISBN 84-7754-042-1.
5.↑ Penrose, Roger (2006): El camino de la realidad. Madrid: Debate, 2006. ISBN 978-84-8306-
681-2.

6.↑ Hawking & Ellis, 1973, págs. 149-161.

BibliografíaEditar

◾Hawking, S. W.; y Ellis, G. F. R. (1973): The Large Scale Structure of Space-time. Cambridge:
Cambridge University Press, ISBN 0-521-09906-4.

◾Roger Penrose (2006): El camino de la realidad. Madrid: Debate, 2006. ISBN 978-84-8306-
681-2.

◾Kaku, Michio (2005): Universos paralelos. Madrid: Atalanta, 2008. ISBN 978-84-935763-3-2.

Enlaces externosEditar

◾Artime, Miguel (2007): «Un estudio sugiere que los universos paralelos existen», artículo
publicado en español en septiembre de 2007 en el sitio web Maikelnai.

◾Barrau, Aurelién: «La idea de múltiples universos es más que una fantástica invención»,
artículo en español publicado el 8 de diciembre de 2007 en el sitio web Tendencias 21 (Madrid).

◾Rodríguez, Ángel (2015): «La física de los universos paralelos», artículo publicado en febrero
de 2015 en el sitio web Ciencia o Ficción (España).

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