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La melancolía.

La melancolía. Semiología y Psicopatología


Mi única enfermedad es estar solo,
soy animal, soy monstruo,
no me gusta la luz, la compañía,
y en ello tengo la desgracia mía.
..........................
Mis alegrías son puras naderías,
pues nada es tan divino como la melancolía.

Trocaría mi estado por el del infeliz


que traigas de la cárcel o mazmorra;
no han remediado mis penas, infierno son.

Mi tormento vivir ya no me deja.


Aborrezco la vida, de tan desesperado:

Dejadme, pues, la soga o el cuchillo.


Todas mis penas son, ante esto, alegrías,
no hay maldición más grande que la melancolía".

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miedo,..., tristeza y desesperación"
En homenaje al erudito Robert Burton.
Temor y temblor por doquier, terror por doquier, por doquier temor.
Miedos, temores y terrores por todas partes, en cualquier tiempo y estación .
Al igual que los zapateros, cuando llevan los zapatos a casa, se lamentan siempr
e de
que el cuero esta cada vez más caro, otro tanto podría yo hacer con estos síntomas
melancólicos, pues los que provoca la desesperación son sumamente violentos, trágicos
y
graves, superiores a todos los otros, y sólo puede describírseles en forma negativa,
como
privación de toda felicidad y, por tanto, insoportables.
«Pues ¿quién sostendrá el ánimo abatido?» ¿Qué otra cosa hizo Timantes en su retrato
de Ifigenia, sino representar el momento en que iba a ser sacrificada? Cuando ya
había
pintado el duelo de Calcas, la tristeza de Ulises y el sumo pesar de Menelao, cu
ando había
mostrado todo su arte en la expresión de una gran variedad de afectos, «cubrió con un
velo
la cabeza de Agamenón, el padre de la muchacha, y dejó que cada espectador imaginase
sus sentimientos», pues ese padecimiento auténtico y ese dolor extremo que el padre
sentía,
ningún arte podría describirlos.
Lo que el pintor hizo con su retrato es lo que yo quiero hacer al describir los
síntomas
de la desesperación.
¡¡Imagina lo que puedas: miedo, pesar, rabia, padecimiento, dolor, terror,
angustia lóbrega, horrible, tediosa, irritante, etc., nada será suficiente, todo será
poco,
no hay lengua que pueda describirlo, no hay corazón que pueda concebirlo.
Es un epítome del infierno, un extracto, una quintaesencia, un compuesto y una
mezcla de todas las enfermedades mortales, de todas las torturas tiránicas, de tod
as las
plagas y perplejidades.
No hay apenas enfermedad a la que no procure algún remedio la medicina.
Para cualquier llaga, la cirugía proporciona una cura. La amistad ayuda en la pobr
eza;
confiar en obtener libertad alivia en la prisión; la petición de ayuda y protección po
ne fin a
los destierros, y la autoridad y el tiempo hacen desaparecer los reproches.
Pero ¿qué medicina, qué cirugía, qué fortuna, favor o autoridad pueden aliviar,
ayudar a soportar, amenguar o eliminar una conciencia atormentada?
Un espíritu en paz lo cura todo, pero no puede confortar un alma abatida.
¿Quién puede acallar la voz de la desesperación? nos dice Burton-
Cuanto resulta específico de otros tipos de melancolía -«horrible, cruel, pestilente,
atroz, fiero» aparece en ésta. Es más que melancolía en el mayor de los extremos. Es una
fiebre ardiente del alma, dice Giachini, (*) causada por tal miserable estado; s
egún este
autor, miedo, tristeza y desesperación son los síntomas más habituales de la melancolía.

Los afectados sufren enormemente y sus espíritus se llenan de horror, tienen el al


ma
extraviada, están inquietos, sobrecogidos de temores permanentes, de preocupacione
s,
tormentos Y ansiedades, Y no pueden ni comer, ni beber, ni dormir, ni descansar.

Una ansiedad perpetua que no cesa ni a la hora de comer, un descanso delirante y


sueños furiosos les angustian.
Ni en el lecho, ni en la mesa siquiera procura descanso la desesperación.
El miedo acaba con la alegría, seca la sangre, destruye la médula, altera el
comportamiento. Incluso «en medio de los mayores placeres, cuando cantan, danzan o
se
divierten, esta enfermedad -señala Lemmens-tortura enteramente el alma de los
afectados».
Les consume hasta la destrucción total. «Me asemejo al pelícano del desierto -dice
David de sí mismo, temporalmente afligido-, soy como búho entre las ruinas ( ...) po
r tu
indignación Y tu ira».
«Me tiembla el corazón dentro del pecho, asáltanme terrores de muerte ... »
y «toda comida les producía náuseas, estando ya a las puertas de la muerte».
Su descanso, si alguna vez logran tenerlo, es intranquilo Y sujeto a temibles su
eños y
terrores. Pedro, en su cautiverio, dormía profundamente, porque sabía que Dios le pr
otegía
y Cicerón prueba la inocencia de Roscio Amerino con el argumento de que no podía hab
er
matado a su padre porque dormía profundamente.
Los mártires de la Iglesia primitiva se sentían felices y animosos en medio de las
persecuciones. ( Donatistas ). Pero es muy distinto lo que ocurre con estos hombres,
a la
deriva en un océano, siempre sin descanso ni resuello, incapaces de pensar en nada
grato:
«su conciencia no les permite ocuparse de nada más», viven en estado permanente de tem
or
y ansiedad. Si aún no les han apresado, tienen temor permanente de que así lo hagan,
y
están siempre a punto de traicionarse, al igual que Caín, que pensaba que todo el mu
ndo
quería matarlo, dan «rugidos por la conmoción de su corazón», como hacía David, Y
también como Job: «¿A qué dar la luz al desdichado, dar la vida al amargado de alma, a l
os
que esperan la muerte y no les llega, y la buscan más que exploradores de tesoros;
los que
saltarían de júbilo y se llenarían de alegría si hallasen un sepulcro».
Tales personas están, por lo general, hartas de vivir, su corazón tiembla, su espíritu
se entristece y no hallan apenas descanso.
Temor y temblor por doquier, terror por doquier, por doquier temor .
Miedos, temores y terrores por todas partes, en cualquier tiempo y estación .
«Muchos de ellos se niegan a comer y beber, no pueden descansar, agravan cada vez
más sus culpas y las imaginan donde no las hay», como dice Wier (1).
La cólera terrible de Dios consume su alma y, a pesar de sus continuas oraciones y
súplicas a Jesucristo, no experimentan alivio o descanso alguno y, por el contrari
o, padecen
en sus conciencias insoportable tortura e insufrible angustia.
Esto les lleva en numerosas ocasiones a perder la paciencia y murmurar contra Di
os,
a encolerizarse, a blasfemar, a volverse ateos y violentos contra sí mismos. y «a la
mañana
dirás: ¡Oh, si fuese de noche! Y a la noche dirás: ¡Oh, si fuese de día!, por el miedo que
se
apoderará de tu corazón y por lo que tus ojos verán»'
Marin Mersenne, en su comentario sobre el Génesis, habla de la
desesperación de un amigo suyo al que fue a visitar en compañía de otros para exhortar
le a
tener paciencia, pero prorrumpió en blasfemias ateas demasiado terribles para repr
oducirlas
aquí; cuando le pidieron que tuviera confianza en Dios, «¿quién es Dios -dijo-para que
tenga yo que servirle? ¿De qué me servirá rezarle? Si existe, ¿por qué no me ayuda, por qué
no me libera de esta prisión, de esta hambre y esta miseria que me consume? ¿Qué he
hecho yo? ¡Lejos de mí semejante Dios!». Otro amigo suyo, a raíz de la muerte de su
esposa, prorrumpió igualmente en blasfemias ateas, se encolerizó y juraba contra tod
o sin
importarle lo que decía o hacía.
Lo mismo ocurre con la mayoría de estas personas: en su mayor parte, dado el
extremo de su desgracia, creen ver visiones y escuchar gritos, hablan con demoni
os, se
atormentan, se creen poseídos y piensan que están en el fuego del infierno, ya conde
nados
y abandonados de Dios.
No sienten su gracia ni su misericordia, no tienen esperanza de salvación; conside
ran
que su sentencia de condena está ya firmada y no puede revocarse, que el demonio s
e
apoderará de ellos con toda certeza.
Jamás ser vivo alguno ha sufrido nunca tal tormento, nunca ha llegado a
situación tan desgraciada, nadie ha tenido nunca tan abatido su espíritu.
No hay para ellos esperanza ni fe, nada puede curarles, se sienten perdidos, ten
tados
siempre de poner fin a su vida.
Hay voces que les hablan, y sienten el olor del fuego y del azufre.
Sólo pueden blasfemar, incapaces como son de arrepentirse, de creer o tener un bue
n
pensamiento.
Han llegado a tal extremo, «que se ven forzados a albergar pensamientos impíos
incluso contra su voluntad -como dice Felix Platter (3) -, a blasfemar contra Di
os, a
cometer horribles acciones, a mortificarse físicamente ... ».
En sus arrebatos de locura y en su humor desesperado ejercen violencia contra ot
ros,
en ocasiones contra familiares y amigos queridos, o incluso contra desconocidos,
por
motivos nimios o sin fundamento, pues quien no se preocupa de sí mismo se siente d
ueño
de la vida ajena.
Albergan malos pensamientos contra su voluntad; cuanto ellos mismos aborrecen es
lo que necesitan pensar, hacer y decir. Platter refiere el ejemplo de un pacient
e suyo a
quien, siempre que rezaba, le sobrevenían malos pensamientos y meditaciones perver
sas.
Cita también el ejemplo de una mujer que se sentía a menudo tentada de maldecir a Di
os,
blasfemar y suicidarse. En ocasiones, el demonio (según dicen) se les presenta y l
es habla,
y a veces creen que está en su interior y, desde dentro, habla y conversa con ello
s como les
ocurre a los posesos.
Así era como Apolodoro, según Plutarco, creía que su corazón hablaba dentro de él.
Tenemos también el caso memorable de Francesco Spiera, un abogado de Padua
que, en el año 1545, había caído en la desesperación y no encontraba alivio ninguno en l
os
consejos de los sabios; sentía en su alma -según decía-las penas del infierno y, aunqu
e en
los demás asuntos se comportaba con absoluta cordura, en éste era sumamente insensat
o.
Bellocato y otros médicos excelentes no pudieron lograr que comiera, ni bebiera, n
i
durmiera; no había palabras que lograran aliviarle. No ha habido jamás hombre alguno
que
haya hablado en su propio favor como éste lo hacía en contra suya; y así acabó muriendo
de desesperación.
El cardenal Crescenzi dice Burton-también murió de desesperación en Verona:
creía que un perro negro le perseguía hasta su lecho de muerte y que nadie lograba
apartarle. «Mientras escribía el presente tratado -indica Montalto-, una monja ha ve
nido a
pedirme ayuda; se encontraba bien en todo lo demás, pero su conciencia llevaba tur
bada
cinco años. Estaba casi loca, y era incapaz de soportarlo. Cree que ha ofendido a
Dios, y
que se ha condenado sin remedio».
Felix Platter recoge numerosos ejemplos de personas que se creen condenadas y
abandonadas de Dios. Una de ellas no se atrevía a ir a la iglesia, ni a acercarse
al Rin por
miedo de arrojarse al agua, pues se sentía fuertemente tentada a ello. Estos síntoma
s y otros
semejantes se vuelven más o menos evidentes según la propia intensidad de la enferme
dad.
Hay personas que acceden a escuchar buenos consejos, pero otros no; algunos dese
an
recibir ayuda, pero otros la rechazan completamente y no quieren dejarse aliviar
.
Terapia de la melancolía: Presocráticos y Estoicos. Teoría de la consolatio .
Mortales inmortales, inmortales mortales,
vivos con respecto a al muerte de los mortales,
muertos con respecto a la vida. .
Epicureo (341 adC Ática-270 adC): Exhortaciones.
-El correcto conocimiento de que la muerte no es nada para nosotros hace placent
era la
mortalidad de la vida, no porque añada un tiempo ilimitado, sino porque elimina el
ansia de inmortalidad.
-"La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está,
yo
no."
-Los cuatro miedos del hombre: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el m
iedo al
dolor y el miedo al fracaso en la búsqueda del bien:
- Límite de la grandeza de los placeres es la eliminación de todo dolor. Donde exista
placer, por el tiempo que dure, no hay ni dolor ni pena ni la mezcla de ambos".

Séneca. (4 adC-Córdoba-65dC)
Escritos estoicos, Teoría de la consolación, sobre la brevedad de la vida .

-Teméis todas las cosas como mortales y todas las deseáis como inmortales.
-Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la bo
ca
para caer en ella.
-El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.

Exhortación al suicidio:
...Hombre necio, ¿de qué te quejas y qué temes? Mires adonde mires hay un fin a los
males. ¿Ves aquel precipicio que abre su boca? Conduce a la libertad. ¿Ves ese
torrente, ese no, ese pozo? La libertad mora en ellos. ¿Ves ese árbol atrofiado, res
eco y
dolido? La libertad cuelga de cada una de sus ramas. Tu cuello, tu garganta, tu
corazón son otras tantas maneras de escapar de la esclavitud ... ¿Preguntas por el
camino a la libertad? Lo encontrarás en todas las venas de tu cuerpo.
(Es una pieza retórica bella y cadenciosa. Pero si la retórica suele ser una protecc
ión
contra la realidad, una armadura verbal que el escritor pone entre el mundo y él,
Séneca llevó sus preceptos a la práctica: se clavó un puñal para evitar la venganza de
Nerón, en otro tiempo discípulo suyo. No menos estoica, su mujer Paulina intentó
morir con él de la misma forma; pero la salvaron.)
-Consejo de Atalo, ascético amigo de Séneca, a cierto Marcelino que sufría de una
enfermedad incurable y contemplaba la posibilidad del suicidio:
No te atormentes, Marcelino , como si estuvieras deliberando sobre una gran
cuestión. La vida es cosa sin dignidad ni importancia. Hasta tus esclavos y tus an
imales
la poseen en común contigo: pero es cosa grande morir con honra, prudencia y valor
.
Piensa cuánto tiempo llevas comprometido en el mismo decurso opaco: comer, dormir
y consentir tus apetitos. Tal ha sido el círculo. No sólo el hombre prudente, el val
eroso
o el desdichado pueden querer morir, sino aun el fastidioso
(Tampoco aquí hay brecha alguna entre la retórica y la realidad.)
Marcelino adoptó el consejo de su amigo y se mató de hambre, respuesta fastidiosa a
la salvaje complacencia de la Roma de Tiberio .
Evolución de la melancolía:
Pronóstico de la desesperación: ateísmo, blasfemias, muerte violenta, etc.
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La mayoría de estas personas acaba con su propia vida; algunos
están locos, blasfeman, juran y niegan a Dios, pero la mayor parte se infiere a sí m
isma
violencia, y en ocasiones, también atacan a otros.
«¿Quién sostendrá el ánimo abatido?». Así fue como Caín, Saúl, Aquitofel y Judas
blasfemaron y murieron.
Beda dice que Pilatos murió desesperado ocho años después de Cristo
Felix Platter ha recogido numerosos ejemplos: «la esposa de un comerciante, que
desde hacía tiempo se sentía angustiada por tentaciones semejantes», se levantó una noch
e
de la cama, se arrojó por la ventana y se rompió el cuello contra el suelo; otra per
sona,
llevada por la desesperación, se arrojó al Rin.
Algunos se cortan la garganta, y son muchos los que se ahorcan. Mas para estas c
osas
no hacen falta ejemplos. Hay quienes plantean la duda siguiente:
¿un hombre que ha ejercido violencia contra sí mismo y muere
desesperado, puede o no salvarse?
-Si muere repentinamente y en completa obstinación, de forma que no tenga
posibilidad de implorar misericordia, cabe temer lo peor, pues ha muerto sin pen
itencia.
-Si la muerte es un poco más pausada y la persona tiene tiempo de implorar
misericordia en su corazón, la caridad emitirá una buena sentencia.
Son numerosos quienes se han salvado en el momento mismo en que se ahorcaban o
se ahogaban, y así reconducidos a la salud de espíritu, se han arrepentido profundam
ente,
han aborrecido su acción, han confesado que se han sentido súbitamente arrepentidos
y que
en sus corazones han suplicado misericordia.
-Si un hombre se da muerte a sí mismo movido por la desesperación, debido a la
locura o la melancolía, y antes de su acción da testimonio de estar regenerado, sign
ifica que
no obra así por voluntad propia, «sino por la violencia de su enfermedad»; debemos
interpretarlo del modo más favorable, como hacen los turcos, que creen que los loc
os y los
insensatos van directamente al paraíso. (Burton dixit).
Excelente descripción clásica de la melancolía suicida.
miedo, tristeza y desesperación son los síntomas más habituales de la
melancolía".
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"Mi tormento vivir ya no me deja.
Aborrezco la vida, de tan desesperado:
Dejadme, pues, la soga o el cuchillo.
Todas mis penas son, ante esto, alegrías,
no hay maldición más grande que la melancolía".
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Inconstante y por tanto desdichada es la condición del hombre.
En un instante, un cañón lo golpea todo,
Lo echa todo por tierra, todo lo derriba.
Una enfermedad nos requiere, nos apresa, nos posee,
nos destruye en un momento,......

¡Oh incontenible calamidad¡


Morimos y no podemos gozar de la muerte
Porque perecemos en el tormento de la enfermedad.
Estamos atormentados por la dolencia, y
no podemos aguantar a que el tormento llegue,
sino que las aprensiones previas, los presagios,
profetizan el sufrimiento que causa la muerte antes de que se produzca.

De modo que ahora no sólo morimos,


Sino que morimos en el potro del tormento.
Morimos en el tormento de la enfermedad;
Y además de ello, estamos atribulados, de antemano,
Con todos esos recelos, suspicacias y aprensiones de sufrimiento.
Ya una mano toma el pulso a la otra, y
Nuestros ojos preguntan a la orina cómo estamos.

El hombre en su propio y solo mundo, se basta a sí mismo,


no sólo para destruirse, y matarse, sino para presagiar su propia ejecución;
para asistir a la enfermedad, anticiparla, hacer la enfermedad más irremediable
con sus tristes aprensiones, como quien azuza el fuego con vehemencia rociando
agua sobre las brasas; como quien protege su ardorosa fiebre con una fría
melancolía, agregando una dolencia artificial -la de la propia melancolía-a su
natural, su innatural fiebre.
Oh¡ confuso desconcierto, oh¡ enigmática destemplanza,
¡oh¡ desgraciada condición del hombre.
Paradojas y devociones. De John Donne. Ediciones Cuatro. Valladolid. 1999.
Ver la cena de las cenizas (evocando el viaje de Giordano Bruno a Londres), y su
tratado sobre el suicidio Biathanatos . Contemporáneo de Robert Burton,
Shakespeare y Quevedo conmigo llevo la tierra y la muerte
Clínica y criterios diagnósticos de las melancolías:
-Pródromos o incubación de la melancolía: antes afable y bondadoso, se
vuelve impaciente e irritable, aversión o indiferencia al trabajo, desatiende sus
ocupaciones habituales, especial afición a la soledad y al silencio .

las negras tintas de la tristeza llevan al delirio, o locura lipemaniaca, el paci


ente
padece un gran pesar por que cree que ha muerto un ser querido, o porque se cree
sumido en la indigencia,... o le atormentan amargos remordimientos por ciertas
faltas o pecados, o bien se cree perseguido por la justicia,.., o se cree conden
ado o
castigado por sus delitos,...,para sus males no encuentra otro remedio que la
muerte,.. .
-Desquiciamiento de la inteligencia.
-Ilusión melancólica, las alucinaciones acomodadas a su pasión triste.
-El insomnio, El delirio nocturno, pannofóbico .
-Voluntad: retraído de toda relación social, completo mutismo. oposición.

Antítesis del maniaco.


-Las pasiones tristes, melancólicas: variantes de la tristeza o dolor moral.
(apocamiento, temor, odio, desconfianza, sospecha, arrepentimiento,...)
-Suicidio: A distinguir en el melancólico:
Reflexión moral vs. Impulso ciego y no razonado. (perversión del instinto)
Por motivos racionales que se apoyan en su delirio:
-Escapar de la afrenta del cadalso
-Sustraerse a la persecución de sus enemigos.
-Reconociendo su sinrazón, aspiran a librar a su familia de infortunios,....

-El hábito exterior: abandono de su pulcritud en el vestir, y aseo


-La vida vegetativa, y cambios digestivos....
-La interpretación patogénica del mundo que le rodea,....
Llevan a Giné y Partagas a pensar en la etiopatogenia de la melancolía y situarla en
las
células nerviosa afectivas , y el producto de las alucinaciones en tálamo.
Tipos de melancolía:
Especies o formas de la melancolía. (sigue a Joseph Guislain (1)).
-Melancolía general o poli-melancolía.
-Melancolías especiales o mono-melancolías.
-Melancolía sin delirio (Etmullero). Melancolía moral, monomanía afectiva y
lipemanía razonadora (Esquirol). Melancolía simple (Henrioth (2))y Frenalgía sin
delirio (Guislain).

Emoción moral morbosa, exagerada: ansiedad, temor, terror.


(con adecuado juicio)

-Melancolía Hipocondríaca. (autores),


Cerebropatía (Georget).
Monomanía hipocondriaca (Dubois d´Aimiens).
Patofobia o Monopatofobia (Guislain).
Dos variedades de melancolía hipocondriaca:
-La corporal:
-La mental: La locura de la duda, y Locura de la causalidad.
(excelentes descripciones clínicas en el texto de Giné Partagas).

-Melancolía Nostálgica: tristeza morbosa, falta de hogar


La nostalgia como terapia en el aislamiento o secuestración de alienados .
-Melancolía Amatoria.
Melancolía por Amor contrariado, que requiere diagnóstico diferencial con:
-la erotomanía (o monomanía erótica de Esquirol), o síndrome de Clérambault.
-La paranoia erótica de Krafft-Ebing,
-Melancolía Misantrópica o antipática (según Heinroth (2)-).
¿compatible con nuestro síndrome de Diógenes actual?.
Subtipo: Con fervor religioso: anacoretas.
-Melancolía pannofóbica.
Lo teme todo, de todo recela, desventuras futuras .
(múltiples objetos de temor).

-Melancolía religiosa:
Temor de haber ofendido a Dios, y merecer castigo eterno .
Sí, oye que es una bruja protestante, que el demonio la aguarda,..
-Melancolía demonofóbica. (transformación de la anterior).
Excesivas lecturas, confesiones frecuentes, miedo a pecar,...
Requiere el diagnóstico diferencial con:
La demonolatría (delirio religioso): el paciente se siente poseído, albergado
por el demonio, se rinde tributo de culto, sin expresar melancolía por ello.
Afectivas, sentimentales o pasionales.
-ver también la Monomanía religiosa, y sus tipo:
-La monomanía, o melancolía mística.
-La Theomanía.
-La Demonopatía, demonolatría, zoantropía, etc. (melancolías).

-Melancolía ansiosa o pneumo-melancolía (Guislain). Angustia precordial


(Flemming). Agitación, ahogos, temores vagos, insomnio, más tristeza morbosa .
-Melancolía desesperatoria.
-Melancolía homicida.
-Melancolía suicida.
-Melancolía sitiofóbica.
-Melancolía con estupor:
Demencia aguda ( Esquirol). Idiotismo (de Pinel) Estupidez (de Georget.)
Según Baillarger: carencia accidental de los medios de expresión del pensamiento .

Clínica de la melancolía con estupor:


-Con delirios vivos (ocultos), ilusiones-alucinaciones y melancolía de base.
-Inmovilidad, mutismo, una estatua , pasividad total.
-Melancolías compuestas, manía-melancólica, o tristomanía.
Con delirio expansivo: mirada atrevida, intolerante, apetito, pulso y color ++.
-La Rabia melancólica (Guislain).
-Locura de doble forma o locura circular:

Dos períodos regulares y sucesivos : uno de excitación mental o manía,


otro de depresión o melancolía.
Subtipos:
-Con intervalo lúcido: locura de doble forma. (Baillarger)
-Si se suceden sin interrupción: locura circular. (Falret, 1.851)
Transición de modo lento o gradual, o brusco o repentino
¡¡todo esto según Giné y Partagas, y J. Giuslain). [revisar nota]
Formas clínicas de la Melancolía .
En homenaje a Emil Kraepelin (1856-1926).
-Nace en Mecklemburgo, estudia medicina en Würzburg. En 1976, realiza curso de psi
cología
experimental en Leipzig , con W. Wundt, marcando su orientación profesiona. --Se f
ormó en la
escuela organicista y neuropatológica alemana del siglo XIX. En 1878, presenta su
tesis en Munich,
El lugar de la psicología en la psiquiatría y fue ayudante de Von Gudden y Flechsig.
-Tras pasar por Dorpat (Estonia), llegó a Heidelberg donde se encontró con Aloïs Alzhe
imer. Por
fin, a partir de 1903, se consagra como catedrático de psiquiatría en Munich, donde
funda el
Instituto alemán de investigaciones psiquiátricas , de fama mundial. (gracias al apoyo
de la
fundación Rockefeller).
-De personalidad reservada, meticuloso, ordenado, y afán clasificador, era un gran
coleccionista y
tenía pasión por la botánica. Gran admirador de Bismarck. Fueron famosas sus excursion
es
botánicas por Munich, con su colegas, apodados como la marcha catatónica . Aficionado a
la
música y poesía, autor de poemas.
-Lo esencial de su obra se recoge en las ocho ediciones del Tratado de psiquiatría (
desde 1883 a
1915), creó la nueva nosología de la Demencia precoz , y preparó el camino para La
esquizofrenia de Bleuler (1913). Delimitó de forma clara y precisa el delirio parano
ide , y las
psicosis maníaco-depresivas . Se contentó con descripciones psicopatológicas, y se ciño a
a
endogeneidad de la psicosis. Kraepelin, a través de su semiología, nos dejó una nosología
homogénea de la psicosis, que dio lugar a las clasificación actual del DSM-IV y CIE-
10. (cita?)

Resumen psicopatológico del texto de Kraepelin.


Clasificación de la melancolía según tipos clínicos y gravedad:

-la Melancolía simple:


Inhibición psíquica simple (sin delirio ni trastornos sensoriales).
Cognición: pensar , embotado, tonto, sin ideas . todo se mezcla. .

Y falta de comprensión (lectura, conversación). no puedo leer, no me centro


Falta de atención, sin memoria.
Fatigado. Abatido, vacío .
Despersonalización: el mundo exterior extraño. ¡falta de tonalidad, de luz, y
color¡. Indiferencia perceptiva, extrañeza ante lo familiar,...
Su propio cuerpo ya no le pertenece, extrañeza en el espejo, como un
autómata.
( Werther de Goethe).
¿cómo es el afecto del paciente con melancolía?.
El humor: abatimiento profundo, con desaliento sombrío.
Agitación ansiosa, o bien quietud y pasividad hacia el entorno. .
Nada le causa placer, sin interés, ni alegría por sus familiares.
Sólo ve lo negro y lo difícil
Temporalidad: Su pasado le parece triste, y sin afecto; su futuro le parece
desesperanzado, y tristes. Sin metas, objetivos a realizar, inalcanzables.
-Lentitud del tiempo: la monotonía, el tiempo detenido, lento, eterno .
Autoestima: No vale nada, ni en el plano físico, ni moral. No sirve.
Auto-acusación: idea de culpa, y de desprecio por la vida, inmerecida .
La muerte: la idea de destruirse. El fin se acerca, como algo fatal e irremediab
le,

o como el alivio de la muerte. ojala no despertara .


- Algo terrible va a ocurrir. Va a suceder algo fatídico
- mejor estaría muerto . no sería una carga,...
Ideas de ....haber robado pan, dinero, de haber matado a alguien,
de haber provocado la muerte con el pensamiento .
La vida sin objeto, un ser superfluo, ya no puede ocupar su lugar en la tierra.
Una desgracia sin nombre. Un desheredado del destino. Duda de Dios .
Disforia: todo le disgusta, todo le irrita, sociedad, música, viajes, trabajo.

Sigue la descripción psicopatológica de la Melancolía simple :


Se añaden:
Ideas obsesivas de todo tipo: agorafobia,
-Fobia de la falta de higiene, temor de haberse hincado una espina bajo la
piel,...

-Ideas obscenas o impuras .


Asociar pensamientos piadosos (crucifijo) con imágenes obscenas.
-No sentarse en una silla, ni dar la mano por miedo a ensuciarse.
-Fobia a los cuchillos, asociado a la idea de matar a alguien.
-Impulsos de robar objetos de toda clase, sin valor para ella y que ella no usab
a.
( un deseo violento, como la sed, nerviosa cuando no podía satisfacerlo ).

-Miedo a morir de una infección en la sangre. (ver hipocondría depresiva)


Nota del autor: Aquí Kraepelin incluye síntomas típicos de ansiedad, aunque los define
como
obsesivos: agorafobia , de fobia de impulsión: fobia a cuchillos (asociado con miedo
impulsivo egodistónico), que pueden darse en la clínica sin melancolía.
Disminución en la facultad de actuar.
( Inhibiciones que se oponen a su acción.)
sin valor y sin voluntad .
-No puede comenzar nada, ni decidirse, ni trabajar. ¡un gran esfuerzo¡
Levantarse, asearse, vestirse.
Las visitas, las cartas, los negocios. Indeciso que dirección tomar.

-Se queda en casa. No puede ver a nadie, ni enfrentar a la gente.


-Renuncia a toda actividad.
Sentado, las manos en las rodillas, rumiando sus pensamientos.
Pocas palabras, en voz baja, monótonas y lacónicas.
Acostados, en la cama. clinofilia . (revisar definicion)
Aunque el deseo de morir sea frecuente, las tentativas de suicidio son escasas.
¡¡Cuando la inhibición ha desaparecido.... y la fuerza de actuar reaparece,
riesgo alto de suicidio.¡¡

ESTUPOR:
Inhibición del pensamiento y trastorno de la voluntad.
Embotados, no perciben ni elaboran las impresiones externas.
Palabras escasas y descosidas.

Ideas delirantes confusas: tienen el cerebro roto, hay ruido debajo de ellos.
No actos voluntarios.

Mutismo, areactividad, catalepsia, u oposición.


Conservan el objeto que se les pone en la mano.
Tragan si se les da de comer en la boca. Están sucios sic.
Acceso de agitación: salta de la cama, estalla en insultos confusos, gritos.

Rápida recuperación, con recuerdos confusos y amnesia de algunos períodos.

Comparar la clínica de melancolía con estupor de Kraepelin con:

Criterios para Trastorno del humor con catatonía.


(Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.)

Episodio depresivo mayor. Maniaco. Mixto. Bipolar I y Bipolar II.


Por enfermedad médica. Por esquizofrenia. Por fármacos.
Al menos DOS de los siguientes:
1). Inmovilidad motora, en forma de catalepsia (incluyendo flexibilidad cérea)
o estupor.
2). Excesiva actividad motora. (sin finalidad, no influenciada por estímulos
externos)
3). Extremo negativismo, con rigidez postural o mutismo.
4). Alt. movimiento voluntario (posturas bizarras), estereotipias, manierismos o
muecas.
5). Ecolalia y ecopraxia.
Veamos a continuación la MELANCOLÍA GRAVE:
-Trastornos sensoriales e ideas delirantes.
No ordeno nada, soy holgazana. No puedo trabajar. sic
-Ideas de auto acusación:
Soy un canalla, un monstruo, lleno de maldad
Hice un falso juramento, falso testimonio, mentí...

Acontecimientos insignificantes, lejanos: mintió a los 12 años, en la comunión,


Robó manzanas y nueces. Pensamientos impuros,...
Hechos antiguos: Echó agua en exceso en el biberón, abortaron, malcriaron al
hijo,

Voy a ir a prisión .
-La religión: El enfermo es un gran pecador, no es capaz de rezar,
ha olivado los diez mandamientos, perdió la fe.
Está dedicado a Satán, forzado a hacer expiación.
Se va a ir al infierno, cargado con todos sus pecados.
-Extensión de la culpa: mi marido va a morir, ellos también están condenados.
todos condenados . mis hijos están enfermos, graves,.. .

Ideas de persecución, ligadas al delirio de autoacusación.


-Deshonrado, espera que le humillen, que se burlen de el.
-Hablan, carraspean, escupen a su paso.
-Ve signos. Aluden a él. ¿Qué van a hacer conmigo?.
-Se le acusa de un crimen de lesa humanidad.
-Peligros amenazantes. Las sirvientas leen sus cartas, automóvil sospechoso,

envenenarlo, llevarlo a la justicia, al patíbulo,

Sus familiares también serán torturados. La familia detenida, la hija asesinada.


Esta arruinado, ....sólo harapos, han vendido sus ropas.
El dinero no alcanza, las monedas son falsas, morirán de hambre.

Melancolía hipocondriaca:

Hipocondría:
Tengo un mal incurable ,.. sic
el pulmón, una lombriz, un cáncer en el cuello,
no puede tragar, no retiene los alimentos, no defeca,...
No tiene sangre en el cerebro, se vuelve loco, al asilo , (esta demente)
Chancro desde el nacimiento, sangre envenenada, contagia, no se le puede tocar.
La masturbación lo volvió impotente. (culpa moral)).
Los de su entorno enferman, se ponen amarillos, emanaciones repelentes que
exhala.

Está muerto a medias. Va a morir,..., ya está muerto.


En el interior del cuerpo todo está muerto, dañado, quemado, petrificado, vacío,
descompuesto.
Una sífilis de 4º grado , el aliento envenenado, contaminó a sus hijos, a la
ciudad entera.
Huesos ensanchados, derretidos, miembros desarticulados,..

El cuerpo no tiene consistencia, se ensancha, se encoge,...


En el cráneo hay excrementos, el cerebro se vuelve líquido.
El corazón no calienta más la sangre, un trozo de carne.
Las venas secas, llenas de veneno, no hay circulación, la savia se fue.
Todo está cerrado, una piedra en la garganta, el estómago y los intestinos han
desaparecido.

En el vientre hay un gusano. En el estómago un animal peludo.


Hay un agujero en la nariz,..., la comida pasa directa al escroto.
Los testículos aplastados, desaparecidos, las partes sexuales se han achicado.
Hay pus y salen cantidades de pus con las heces y la tos. Hiede por la boca.

Hay gusanos bajo su piel. (#delirio dermatozoico)


La piel demasiado corta para cubrir sus hombros .
Hace 11 años que es un espíritu, sólo tiene los órganos internos.
[Excelentes descripciones clínicas del síndrome de Cotard. Ver texto completo.]

Las mujeres presentan delirios de embarazo y alucinaciones genitales.


Seguimos con la MELANCOLÍA GRAVE:
Las ideas de negación:
El enfermo no tiene más nombre, ni país, no nació, no pertenece al mundo
No es más un hombre, no está más, es un espíritu, un aborto, una imagen, un
espectro.
Nada más que una apariencia .

No puedo vivir ni morir, en la tierra para siempre, viejo como el mundo .


¡Tiene 100 años.¡
No me pueden poner en la tumba .
Si me subo en la balanza el resultado es cero .
El mundo se ha destruido . El mar está vacío, no hay más ferrocarril .
No hay más dinero
Todos los hombres han muerto , murieron de hambre, han sido quemados,...
envenenados.
La humanidad entera y el firmamento se incendian
El mundo entero es destruido por una tormenta
[***Comparar las ideas nihilistas descritas en los pacientes de Kraepelin, con e
l
Síndrome de Cotard. Ver citas bibliográficas. **]

Delirios de negación o nihilistas respecto al propio cuerpo o existencia.


-Suicidio, mutilaciones.
-Hipocondría psicótica,
-Ansiedad melancólica.

(No dif. entre sexos, más en ancianos.)


¿Síndrome?: en esquizofrenias, parafrenias, daño cerebral , epilepsia
temporal, etc,
¿Asociación con el S. de Capgras?
Melancolía paranoide:
Se sienten observados, seguidos por espías, amenazados por asesinos
enmascarados.

Oyen una voz en medio de la calle, en la mesa vecina, en el hotel,..,


Que la gente hace comentarios.

Palabras misteriosas, gestos sospechosos, con sentido oculto.


Las voces le amenazan con dispararle con un fusil.
Escapan, huyen de viaje, se mudan,...
No es un verdadero asilo, ¡es una prisión¡, falsos médicos,...

Orientación normal, perciben correctamente, (mala interpretación).


Curso del pensamiento ordenado y coherente, aunque uniforme.
Distraídos, olvidadizos, se cansan fácil,,
Falta comprensión exacta de su enfermedad. ¿introspección?.

Nostalgia irreducible . Insistir sin cesar para volver a su casa.

La actividad del melancólico (según pacientes de Kraepelin)


¿grado de inhibición de la voluntad? y ¿la influencia de las ideas delirantes y
del humor?.
Conductas de abandono, autonegligencia.
Descuidados, no gastan dinero, no comen, no cobran

( no he trabajado, no debo comer ¡)


Se encierran en su casa, inertes, ojos cerrados, o temerosos, asustados al borde
de la cama .

Agitación ansiosa: se escapan, deambulan sin sentido,


,..gritan, se arrodillan, imploran, gimen, piden perdón, desgarran sus ropas,
,...se frotan las manos, alborotan sus cabellos,...

Otros síntoma clínicos, típicos de la melancolía.


-Discurso monótono, repetitivo, o mutismo.
-Voz baja, monótona, dubitativa,
-Escritura con rasgos informes, garabatos, descuidos y duplicación de letras.

Seguimos con la MELANCOLÍA GRAVE y el suicidio.


Excelente descripción clínica del riesgo de suicidio de estos pacientes.
Tendencia al suicidio: Muy frecuente
-Falta de resolución, inhibición,...
-Con frecuencia, un impulso súbito.
-Disimular sus ideas con una alegría exterior,
-Preparar planes, ejecutarlos en el momento justo.

Engañando la vigilancia, ahogarse en la bañera, colgarse del picaporte, ahogarse


bajo las sábanas con una toalla, ..., rociarse con alcohol,..., tragarse objetos
(agujas, cucharas, etc.)

¿Primer signo de la enfermedad. Salvo algunos pródromos vagos.


Quiere morir, que le corten la cabeza, va al bosque a colgarse de un árbol,
,...se rasga las muñecas con un cuchillo, se golpea la cabeza.
Compran trigo envenenado, pasta de fósforo. Se sube al alféizar,...Compra un
revolver.
Posibilidad de suicidio ampliado:
Suprimir a su familia junto con ellos mismos, que estaría más feliz muerta
que viva,....estrangular a su mujer, degollar a su hijo,..., para que no sean
desdichados, para que no caigan en manos de una madrastra,... .
(ver riesgo de suicidio ampliado**).
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Melancolía fantástica: (trastornos sensoriales)
Ve malos espíritus, la muerte, cabezas de animales, humo en la
habitación,..monstruos,.. cachorros de león, una cabeza en el aire. (por la
noche).
Los pájaros silban, hablan,..., hablan en el estómago del enfermo.
Embrujados interiormente, se ven obligados a ladrar, a andar como un animal
rabioso,...

En cuanto a la melancolía:
El duelo: Reacción ante la pérdida de una persona querida, o la pérdida de
alguna abstracción que haya ocupado ese lugar como pueda ser el país de uno, la
libertad o algún otro ideal.
Esperamos que tras un cierto período de tiempo se venza, cualquier intervención en su
normal desarrollo es inútil o incluso perjudicial.
Los rasgos distintivos de la melancolía son aflicción profunda, abandono de
todo interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, inhibición ant
e
cualquier tipo de actividad y disminución del sentimiento de autoestima hasta el p
unto
del autorreproche y el autovituperio que culminan en una delirante expectativa d
e
castigo,...Freud dixit.
El propio ego se experimenta como pobre y vacío.
En el duelo está ausente la perturbación del sentimiento de autoestima, hay una
exclusiva dedicación al duelo que no deja resquicio a otros propósitos o intereses.
El mundo se ha quedado pobre y vacío . (En el duelo).
Peculiaridad singular de la melancolía: su tendencia a transformarse en manía .
¿El contenido de la manía es idéntico al de la melancolía?
-Que sojuzgará al yo en la melancolía, o quedará sometido o apartado por el yo
en la manía.
Todos los estados de alegría, exaltación y triunfo: misma condicionalidad
económica. Superfluo un gasto de energía psíquica, quedando tal gasto de energía
disponible. Así:
- Un pobre diablo, obsequiado por la Fortuna.
- Cuando una larga lucha se ve coronada por el éxito.
- Cuando nos desembarazamos de una coerción que nos atenazaba durante tiempo.
- Intoxicación alcohólica . ( paraísos artificiales )
Ánimo alegre, descarga de alegría e intensa disposición a la actividad.
Antítesis de la depresión e inhibición propias de la melancolía.
-La manía es un triunfo, salvo que el yo ignora nuevamente qué y sobre qué ha
conseguido.
-Suspensión del gasto de energía de represión.
-Ha dominado el yo la pérdida del objeto (o el duelo producido por dicha pérdida o
quizá el objeto mismo), quedando así disponible todo el montante que el doloroso
sufrimiento de la melancolía había atraído del yo y ligado.
-Emancipación del objeto que le hizo sufrir, hambre voraz para nuevas cargas de
objeto.
Qué es y cómo se define la melancolía, según la escuela.
Recurrimos a una descripción de la psicopatología clásica, con interés
fenomenológico, y que permite una adecuada comprensión empática del sentimiento de
tristeza profundo, prolongado y doloroso de los melancólicos.
Estado patológico caracterizado esencialmente por profunda tristeza,
pesimismo generalizado y empobrecimiento de todos los móviles de creación y
progreso
DESCRIPCIÓN. La tristeza del melancólico se aprecia a la primera ojeada en su
actitud de postración, en sus gestos indecisos, cansados, en su facies dolorosa, e
n las
comisuras caídas de los labios, en la mirada hosca, en la frente surcada de arruga
s
profundas, dispuesta a modo de omega. La voz es pálida, monocorde, apenas audible
en
ocasiones.
El discurso está de acuerdo con la apariencia exterior. Es una tristeza
fundamental, independiente en realidad de todas las razones que el enfermo invoc
a para
justificarla; se la ha denominado hipertimia dolorosa, de pasado triste, de humo
r
disfórico, pero con mayor acierto, sin duda, se conoce por dolor moral . Coincide,
de modo bastante paradójico en apariencia, con anestesia afectiva: los sentimiento
s, los
impulsos afectivo se muestran embotados, y el enfermo se lamenta de no poder
interesarse, participar, amar, como antes lo hacía.
Los acontecimientos, importantes o fútiles, producen una repercusión excesiva,
penosa siempre: irritación, impaciencia defraudada ante el incidente más anodino;
enfoque de todo en función de un pesimismo sistemático y de una amplificación
peyorativa desmesurada. Para el melancólico todo es materia de aflicción; aumenta si
n
duda las proporciones de los sucesos adversos y analiza sus consecuencias a la l
uz más
desfavorable. Hasta los hechos afortunados dan pretexto a su tristeza, y la inge
niosidad
morbosa del enfermo se esfuerza por encontrarles una significación desastrosa; su
pesimismo se extiende a todo, a veces de la manera más ilógica e imprevista; jamás se
desarma. Como los sucesos exteriores, las sensaciones provenientes de su propio
cuerpo son para el melancólico motivo de aflicción y de inquietud; dice que se sient
e a
disgusto, se queja de una fatiga a veces extremada y sus órganos son asiento de
cenestesias penosas, que evoca en apoyo de ideas hipocondríacas.
Otro elemento característico de la melancolía, la pérdida de iniciativa, no es, al
menos solamente, una consecuencia lógica de pesimismo; se manifiesta igual en el
dominio de la acción que en el del trabajo intelectual. El deseo de emprender, de
actuar,
de prodigarse, está ausente, o al menos embotado.
Cuando la melancolía es profunda, la consecuencia de ello es una inacción total, que
a veces llega hasta el estupor; en las formas más ligeras el enfermo sigue actuand
o, pero
dice (y esta queja es característica), que «todo lo hace a la fuerza».
-Los contenidos de pensamiento del melancólico se caracterizan por su
monotonía; se mantienen acantonados en un círculo estrecho, el mismo poco más o
menos para todos los enfermos. Habitualmente no se trata de ideas delirantes
propiamente dichas, pues éstas caracterizan una forma particular de melancolía, sino
la
machaconería incoercible y dolorosa en preocupaciones cuya exageración e
inaccesibilidad al razonamiento comprueban el carácter patológico, que quedan más acá
del delirio por su relativa verosimilitud, pero cuyos temas son ya los del delir
io
melancólico:
1) Ideas de culpabilidad y de indignidad: el enfermo es responsable de la
desgracia de los suyos; abulta desmesuradamente tal o cual falta cometida muchos
años
antes; se tiene por un ladrón, un asesino, un individuo indigno de ser estimado, d
e ser
amado, de vivir. 2) Ideas de ruina; está reducido a la miseria; no se atreve a com
er
porque no podrá pagar su pensión; su mujer o sus hijos van a morirse de hambre. 3)
Ideas hipocondríacas: está atacado de veinte enfermedades mortales, tiene obstruidos
los intestinos, y se le coagula la sangre en los vasos. 4) Ideas de persecución pa
siva:
ha provocado la legítima reprobación, la cólera o la hostilidad de personas que se
comportan ahora como enemigos, la justicia va a ocuparse de sus quejas y condena
rlo.
Aparte los trastornos del juicio, que entrañan tales figuraciones, se advierte la
retardación de todos los procesos intelectuales, y sobre todo su polarización bajo
la influencia de la perturbación afectiva. Es difícil despertar y fijar su atención; r
ecuerda
bien hechos antiguos, pero suele ser deficiente la memoria de lo sucedido a part
ir del
comienzo del acceso. En conjunto, sin embargo, el dominio intelectual está menos
alterado que el de la afectividad.
La personalidad moral, por el contrario, está profundamente afectada: no halla
acceso a sus modos de existencia más elevados, y aunque el melancólico invoca en tod
a
ocasión la ley moral, es incapaz de ponerla en práctica. Es egocéntrico, su sentimient
o
de responsabilidad se pervierte en una autoacusación estéril; permanece inactivo, inút
il,
parásito, y toda veleidad de conducta positiva termina en dimisión y en abandono. A
veces se percibe un hedonismo efectivo del sufrimiento moral, con matiz visiblem
ente
masoquista.
El humor melancólico rige igualmente la conducta y las reacciones.
El comportamiento del enfermo no es desordenado ni extravagante; en ocasiones
aparece incluso particularmente normal y correcto; pero en todos los casos se im
pone
una desconfianza extremada, pues siempre es de temer un suicidio, a veces impuls
ivo,
en el curso de un paroxismo de dolor moral, pero a menudo premeditado,
minuciosamente preparado y disimulado, y que ejecuta con increíble sagacidad un
sujeto que ha tenido la suprema habilidad de mostrarse más tranquilo, más razonable,
a
fin de adormecer la vigilancia de quienes lo rodean.
La negativa a alimentarse, aunque menos temible que el suicidio, por no ser tan
brutal, es asimismo una reacción frecuente y que conviene advertir cuanto antes.
Determinadas particularidades de la sintomatología a veces observadas, conducen a
individualizar tres formas clínicas distintas de la forma habitual de «depresión
melancólica», que acabamos de describir:
1º. A veces, la disminución de la actividad psíquica y física se exagera hasta dar
lugar a un estado de completa inercia acompañada de mutismo más o menos total y a
veces incluso de demencia : es el estupor melancólico.
2.° En el lado opuesto se sitúa la melancolía ansiosa o agitada; la ansiedad se
manifiesta al despertar, asaltando al enfermo en el momento en que toma concienc
ia o
bien aparece por accesos más o menos largos y repetidos, frecuentemente provocados
por un acontecimiento exterior, una conversación que trae un recuerdo penoso; pero
en
la forma ansiosa, no da tregua al enfermo que vive en un estado perpetuo de «dolor
activo», de desvarío, de desesperación.
3.° En la melancolía delirante las preocupaciones pesimistas comunes a todos
los deprimidos toman una amplitud, una fijeza y una inverosimilitud que hacen de
ellas
verdaderas ideas delirantes, sin alejarse, empero, de los temas habituales:
-la autoacusación conduce al enfermo a reconocerse como un criminal; la ruina es
total y consumada; el médico es un policía o un juez que no puede más que condenar;
los órganos internos se hallan paralizados o podridos.
-Pueden aparecer ideas de negación que se dirigen sobre el cuerpo (ya no hay
estómago, ya no hay sangre en los vasos, ya no hay cerebro), sobre la misma existe
ncia
del enfermo que cree estar muerto, sobre la de sus próximos o sobre el mundo exter
ior
(el universo no existe, la nada está en todas partes); se puede confrontarlas con
las ideas
de condenación, de enormidad, de inmortalidad, especialmente marcadas en el síndrome
de COTARD (ver y revisar apuntes).
-El delirio melancólico se enriquece a veces con alucinaciones o más a menudo con
ilusiones sensoriales: el enfermo oye hablar de él, se dice que va a ser ejecutado
, se
levanta el patíbulo, el espectro de un ser querido viene a reprocharle su conducta
.
Un conjunto de signos físicos completa el cuadro clínico de la melancolía.
Tales signos, por lo demás, no tienen nada de patognomónico: el insomnio es casi
constante, y se manifiesta con predilección en la segunda mitad de la noche; se no
tan a
veces cefaleas y algias diversas, viscerales o periféricas; los reflejos están dismi
nuidos
a veces, y con más frecuencia frenados por un estado de tensión muscular permanente.
Muchas veces hay estreñimiento y un estado digestivo saburral; la circulación está
retardada a nivel de las extremidades, que se hallan frías y cianóticas; el pulso es
débil, y los ruidos del corazón están apagados, pero la tensión arterial suele estar
por encima de lo normal (P. ABÉLY). Finalmente, se observa un adelgazamiento
rápido, y en mujeres, la supresión habitual de las reglas. ......
--------------recordar, texto de 1962,.....................................
Hasta aquí, el saber psicopatológico sobre la melancolía, siguiendo las
grandes figuras de las ciencias y humanidades de la práctica médica.
Recordar, desde le lamento de Robert Burton, a las clasificaciones de
Guislain y nuestro Giné y Partagas, el trabajo seminal de Kraepelin, con su
correlato en la obra de Freud, - duelo y melancolía -y para concluir, una
excelente descripción clínica, actualizada de los tipos de melancolía según la
escuela de H. Ey , por Antoine Porot.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>------------------------------------<<<<<<<<<
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(...)
¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este
mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,
Como si fuera un promontorio o la casa de uno de tus amigos o la tuya
propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta porque
me encuentro unido a toda la humanidad;

Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas;


doblan por ti.
(...)
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>------------------------------------<<<<<<<<<
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

[revisar y modificar]
Bibliografía utilizada en Psicopatología de la melancolía .
1. J. Vallejo, A. Bulbena , A.Gonzalez, A, Grau, J.Poch, J.Serrallonga. Introduc
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2. J.M. Lopez y A. Higueras . Compendio de Psicopatología. Círculo Estudios
Psicopatológicos. 4ªedic. 1.980
3. K. Jaspers. Psicopatología General. F. C. E. México. 2ª edición. 1.996.
3. K. Jaspers. General psychopathology. Volumen I, II. Johns Hopkins University
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