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El mensaje oculto de la Divina Comedia

La Divina Comedia es considerada una de las grandes obras de la literatura


universal. Su profundidad, complejidad y belleza han fascinado e intrigado al
mundo durante casi setecientos años. Aun hoy no es posible establecer un
análisis definitivo de esta magna obra, pues da lugar a múltiples interpretaciones y
formas de lectura.

En este post se intentará establecer que la obra de Dante corresponde a un


camino iniciático-hermético, que el autor recorrió de manera espiritual, pero no por
eso menos real.
Dante y Beatriz

Es imposible pensar la Comedia sin conocer parte de la vida de Dante y su


relación mística con Beatriz. Dante nació en Florencia en 1265 y a los nueve años
(1274) ve por primera vez a Beatrice Portinari. Este contacto dejó una marca
imborrable en el futuro poeta. Vuelve a verla nueve años más tarde, en 1283. En
el Canto XXIII de “La vida nueva” de ella dice:

Tan noble y tan honesta parece mi dama


cuando a alguien saluda, que toda lengua,
temblando enmudece, y los ojos no se
atreven a mirarla .

Ella morirá a los veinticuatro años (en 1290), habiéndose casado antes con
Simone dei Geri de’ Bardi, pero se mantendrá en la mente del poeta como La
Mujer, aquella por la que debe ser digno.

En la Divina Comedia es ella quien pide y ordena a Virgilio que parta en ayuda del
poeta, es la mujer que baja del cielo para ayudarlo y protegerlo, pues se ha
enterado del difícil momento que vive Dante. Por tanto es la imagen de Beatriz la
que lo impulsa a iniciar el camino de purificación y redención que lo llevará a bajar
al infierno, recorrer el purgatorio y conocer el paraíso.

La Divina Comedia
Según el propio Dante la Comedia puede ser leída en cuatro sentidos diferentes,
estos cuatro sentidos coinciden, según Edy Mingunzzi en El enigma fuerte. El
código oculto de la Divina Comedia, con los cuatro elementos y las cuatro cusas
aristotélicas. “el literal corresponde a la tierra y a la causa material, el alegórico al
aire y a la causa formal, el moral al agua y a la causa eficiente, y el anagógico al
fuego y a la causa final”

El sentido anagógico es el más profundo y complejo de los cuatros, se refiere a un


conocimiento que no puede ser adquirido sino por la experiencia, y que solamente
puede ser transmitido a través de un lenguaje polisémico y simbólico, que permita
al espíritu vislumbrar aquello que la mente es incapaz de comprender.

La interpretación esotérica de la obra de Dante puede sostenerse en la


participación activa en la orden iniciática Fedeli d´Amore. Según los registros el
autor ingresó a esta orden a la edad de 18 años. Consta que fue iniciado en 1º
grado por Brunetto Latini y se desprende de sus obras que alcanzó la dignidad de
Gran Maestre. (Joseph Gallagher). Según Gallagher, el primer soneto de la “Vida
Nueva” fue escrito en honor a la orden. No debe extrañar la escasez de
referencias al respecto, pues esta orden fue mantenida en secreto debido al temor
a la persecución de la Iglesia Católica.

Parte de la filosofía de la orden consistía en criticar el comportamiento de altos


dignatarios eclesiásticos que se preocupaban casi exclusivamente de su poder
terrenal y se alejaban de su deber espiritual de acercar al hombre a Dios y, por
tanto, a la Virtud.

Por otra parte esta orden tenía por finalidad restituir el cristianismo a su primera
pureza para así regenerar la sociedad. MacLennan sostiene que los Fideli
d`Amore “forman una hermandad cerrada dedicada a lograr una armonía entre los
lados sexual y emocional de su naturaleza, y sus aspiraciones intelectuales y
místicas”. No debe malinterpretarse el interés sexual de esta orden, pues su
sistema se basaba en la armonía y equilibrio entre los aspectos masculino y
femenino de cada ser humano, utilizando como medio de ascenso hacia la virtud
al Amor Divino. “Su práctica también incluye la formación de la imaginación para
mantener la imagen del amado en la forma de una dama”.

La relación de Dante con Beatriz, que la transforma en un ideal femenino hasta


llegar al punto de la sublimación, se relaciona, en primer lugar, con la
representación de la mujer en el amor cortés; pero en segundo lugar, se pueden
descubrir ciertas variantes que indican que el amor cortés no explica
completamente esta relación. Entre ellas se presenta la representación de la mujer
como principio activo y creador, pues en el amor cortés la mujer era considerada
un principio pasivo.

Algunos autores han interpretado la Comedia desde una perspectiva puramente


religiosa, pero “mal se puede comprender lo auténticamente iniciático si no se
percibe en ello un nivel más elevado que lo religioso, entendiendo esto en el
aspecto dogmático o devocional” (Gallagher).

Se puede decir que, en este sentido, lo religioso es únicamente consuelo y


soporte, en cambio lo iniciático representa el desenvolvimiento activo espiritual.
Lamentablemente esa interpretación puramente religiosa se debe a la necesidad
que tuvieron los miembros de la orden de ocultar su verdadera corriente doctrinal
esotérica en un lenguaje religioso. Lo anterior se traduce en la existencia
simultánea de un mensaje religioso público y un mensaje simbólico esotérico
vedado a los profanos.

Como ejemplo de este doble mensaje debe mencionarse la existencia de dos


medallas en el museo de Viena, de Dante y del pintor Pedro de Pisa. En ambas se
observa la inscripción FSKIPFT, que ha sido interpretada como las tres virtudes
teologales (Fe, Esperanza y Caridad) junto con las cardinales (Justicia, Prudencia,
Fortaleza y Templanza), pero estas letras tiene también un significado oculto:

“Fidei Sanctae Kadosch, Imperales Principatus, Frater Templaris”


Consagrado de la Fe Santa, Príncipe Imperial, Hermano Templario.

La autora Eddy Minguzzi revisa las correspondencias entre la novela neoplatónica


de Marziano Capella “De Nuptiis Philologiae et Mercurii” y la Comedia, y concluye
que “el paralelismo entre estas dos obras nos permite, cuando menos, establecer
de manera irrefutable que Dante escogió su modelo, o uno de sus modelos
narrativos, en el ámbito de la tradición esotérica iniciática pagana, de la cual
extrajo importantes elementos doctrinales —primordialmente platónicos— y
simbólicos”

Simbologia
Ya establecida la influencia esotérico iniciática en Dante podemos revisar la obra
en sí. La estructura de la Divina Comedia nos entrega los primeros elementos que
permiten interpretarla como un viaje iniciático.

La obra está dividida en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso, cada uno de
ellos subdivididos en treinta y tres cantos, además se presenta un primer canto
introductorio. La estructura estrófica corresponde a estrofas de tres versos
endecasílabos.

El número treinta y tres tiene un hondo sentido esotérico, 33 son los grados
masónicos, 33 vértebras tiene la columna vertebral, a los 33 años murió
Jesucristo. Tres veces tres es nueve, nueve círculos posee el infierno y nueve son
los cielos. Además nueve es el número que Dante relaciona con Beatriz; en la
Vida Nueva dice son nueve los cielos móviles y, según la opinión común de los
astrólogos, los citados influyen aquí abajo según su posición conjunta.

"Este número fue ella misma, por similitud digo, y lo entiendo así: el número tres
es la raíz del nueve, ya que, sin ningún otro número, por sí mismo hace al nueve.
Por consiguiente, si el tres es por sí mismo factor del nueve, y el factor por sí
mismo de los tres milagros es tres, a saber, Padre, Hijo y Espíritu Santo, los
cuales son tres y Uno, esta dama fue acompañada del número nueve para dar a
entender que ella era un nueve, esto es, un milagro."

Continuando con la simbología trinitaria, tres son los guías de Dante a través de
su peregrinaje iniciático, el primero es Virgilio, que representa el conocimiento y la
sabiduría clásica, su segundo guía es Beatriz, el impulso motivador del viaje de
restauración de su virtud, y finalmente, el tercer guía es San Bernardo, inspirador
de la Orden del Temple.

Además al principio de su viaje Dante se encuentra con tres animales simbólicos


(la pantera, el león y la loba), tres son los mayores traidores (Judas, Bruto y Casio)
y tres las caras de Lucifer, en oposición a la Trinidad.

Es profundamente simbólico que Dante inicie su viaje un Viernes Santo, pues


coincide con la muerte de Cristo, su descenso a los infiernos y resurrección.

El primer canto de Infierno es considerado un canto introductorio, en el que Dante


explica la situación en que se encuentra antes de iniciar el camino. El autor sitúa
su viaje a la edad de treinta y cinco años, y señala haber extraviado su senda. Su
estado espiritual se presenta sombrío, pues reconoce haber estado dormido, es
decir, sin la voluntad para mantenerse fiel al camino recto, permitiendo que la
realidad, el pecado, la confusión y la ignorancia del mundo dirigieran su devenir.

Es de especial importancia que, en este punto, Dante se dirija hacia un monte y


que al contemplar la cima de éste diga que “ya vestían los rayos del planeta que
lleva recto por cualquier camino”. No debe olvidarse que el autor ya poseía un
conocimiento iniciático y, por tanto, sabía que la forma de abandonar la selva
oscura era el conocimiento, o simbólicamente, subir al monte. Inicia el ascenso,
pero aparecen ante él la pantera, simbolizando a la lujuria, el león, simbolizando la
soberbia y vanidad, y la loba, es decir la codicia, la ambición y el poder.
Estos tres animales simbólicos le impiden el ascenso y deben ser interpretados
como aspectos internos del mismo autor, pues nada externo puede impedir la
evolución del individuo, sólo este mismo puede obstaculizar su camino.

El hermetismo plantea la existencia de dos caminos iniciáticos, la vía activa o “il


corto andare”, que Dante se ve imposibilitado de seguir debido a sus propias faltas
y debilidades, y la vía contemplativa o “l´atro viaggio”, más lento, prolongado y
trabajoso, que es el que Dante debe asumir.

Al tener vedado “il corto andare” debe volver a la fuente de su conocimiento


iniciático, que es representada por Virgilio, a quien reconoce como Maestro, para
así iniciar su camino de redención.

Ya se ha establecido que la Comedia puede interpretarse como un camino


iniciático, y aunque existen diferentes formas de acercamiento en este estudio se
analizará el paralelismo entre la obra y el camino iniciático alquímico.

“La tripartición del viaje dantesco vincula de manera específica el itinerario de


Dante con el alquímico: las tres fases del magisterio, obra al negro, obra al blanco
y obra al rojo, son perfectamente simétricas a la estructura de la Comedia:
Infierno, Purgatorio y Paraíso”

La obra al negro o “nigredo” es la primera etapa del opus alquímicus, en la cual la


conciencia de la creación se encuentra contaminada por el aspecto oscuro del
mundo material. A través de una serie de operaciones iniciáticas el peregrino
deberá enfrentarse al aspecto oscuro de sí mismo y suprimirlo a través de la toma
de conciencia de sí.

El descenso al infierno desde la perspectiva alquímica representa el camino


descendente al interior del yo, en el cual el peregrino debe conocer, enfrentar y
vencer sus propios pecados para, a través de sucesivas desintegraciones, lograr
la purificación.

En la Comedia esto se representa en los nueve círculos infernales, que están


ordenado con una jerarquía inversa, es decir, Dante debe superar sus propias
faltas y solamente después de enfrentar y superar los círculos superiores podrá
acceder a los inferiores, para así continuar con proceso de toma de conciencia y
redención.

“Cada paso de un nivel o estado a de conciencia a otro superior está


simbólicamente representado como una muerte o desfallecimiento, seguido de un
despertar o renacimiento”
En el canto XXXIV del Infierno, al enfrentarse a la visión de Lucifer, Dante dice:

De cómo me quedé helado y atónito,no lo inquieras, lector, que no lo


escribo,porque cualquier hablar poco sería.
Yo no morí, mas vivo no quedé:piensa por ti, si algún ingenio tienes,cual me puse,
privado de ambas cosas.

Con esta última desintegración iniciática Dante ha superado el “nigredo” y está


listo para comenzar la obra al blanco alquímica, es decir, el camino de la
transmutación.

En la obra al blanco, o "albedo", el peregrino previamente se ha enfrentado y ha


vencido a la oscuridad dentro de sí, su conciencia ya no está ligada al mundo
material y puede, por tanto, comenzar el proceso que condensará su esencia en
un todo purificado.

Esta etapa corresponde al Purgatorio, en él Dante ya se ha liberado de sus


pecados y se ha alejado de la influencia del mundo material. En este punto Dante
toma conciencia de su esencia espiritual. Ha reencontrado su camino.

Ahora debe hacerse digno, no sólo de entrar al Paraíso, sino también de


reencontrarse con Beatriz. No debe olvidarse que en el inicio de su viaje Dante
intentó subir al monte, pero le fue imposible debido a sus propias faltas. En la
tradición iniciática el monte, montaña o elevación, representa al conocimiento.
Ahora Dante es capaz de iniciar el ascenso sin ningún tipo de impedimento, ya
que ha conocido y superado sus faltas.

En la etapa alquímica del albedo se debe producir la unión alquímica entre el


individuo y su opuesto, en este caso se representaría como la unión de Dante y
Beatriz, para la creación del Rebis (res bis), es decir, dos cosas en una, el ser
macho-hembra que evoca la mística unidad primordial edénica o platónica. Pero
Dante modifica esta etapa y no presenta a Beatriz en el Purgatorio, pues la
considera pura y perfecta, por esto ella no necesita recorrer el camino
contemplativo o “l´atro viaggio”, sino que sigue la vía activa o “il corto andare”,
reservada para quienes tienen un conocimiento místico y una pureza especiales.

Debe también mencionarse que en la parte 42 de la Vida Nueva, Dante promete


no hablar más de su “bendita Beatriz” hasta que pudiera hablar de ella más
dignamente.

Luego de recorrer todo el camino de purificación espiritual representado en el


Purgatorio, Dante al fin se encuentra en el estado que le permitirá acceder al Edén
y reencontrarse con Beatriz, con lo que se produce el matrimonio alquímico entre
aire y fuego, masculino y femenino.

Esta unión no es alcanzada en el lugar donde las almas se purgan, sino en el


Edén, el máximo nivel que puede alcanzarse en el universo material. El Paraíso
corresponde a la etapa alquímica obra al rojo o rubedo. En palabras de Doctor “la
obra al rojo es cuando transforma este Conocimiento (adquirido) en acción, ligado
al descubrimiento del corazón y al misterio de la sangre espiritual. Se reencuentra
aquí la misma tríada: oscurecimiento, iluminación y acción”.

Es decir, Dante asume conciencia del todo Armónico y es capaz de ver el plan de
Dios. En el canto XXVI del Paraíso dice:

“Del inefable autor la voz informa, que a Moisés respondió, de sí diciendo: Yo te


haré ver de todo bien la norma”.

Finalmente se ha hecho digno de Beatriz. Ella le indica:

“Abre los ojos y mírame cual soy, has visto cosas que te han dado fuerza
suficiente para sostener mi sonrisa”.

Vemos que Dante ha logrado superar con éxito el largo camino emprendido.
Comenzó perdido, con los ojos cerrados y ahora, al fin, puede abrir los ojos y ver
con el espíritu, conocer las verdades metafísicas y universales que trascienden al
mundo y a sí mismo y se relacionan con la esencia inmortal de todo ser humano.
Luego de superar el sufrimiento se ha reencontrado con Dante.

El camino escogido y representado por Dante en la Divina Comedia es uno de


muchos, no existe sólo una manera de reencontrarse, purificarse y evolucionar,
pero lo trascendente de este viaje místico en particular no sólo radica en sus
raíces herméticas iniciaticas, sino también en demostrarnos que es deber de cada
uno de nosotros, si deseamos trascender espiritualmente, iniciarlo. Debemos
transformarnos en peregrinos.

Dante elige una forma de contarnos su experiencia interna, pero no es requisito


conocer o utilizar el lenguaje esotérico iniciático para comprender y recorrer el
camino, es el espíritu puro el que debe sentir el auténtico deseo de evolucionar,
todo lo que sea necesario para hacerlo llegará a nosotros.
EL INFIERNO

El poeta tiene 35 años cuando se perdido en medio de una selva oscura (pecado),
llena de tupidos árboles que le hacen perder la ruta, aquella de la virtud y la fe. El
primer terceto con que se inicia la obra es el siguiente:

“En medio del camino de la vida.


errante me encontré por selva oscura,
en que la recta vía era perdida” .

Después de muchas horas de angustia, ve a lo lejos la primera luz del alba sobre
una colina cercana que representa la vida virtuosa. Se dirige hacia ella, pero le
obstruyen el camino tres bestias feroces, un león (soberbia), una loba (avaricia) y
una pantera (lujuria). Estos vicios le impiden al hombre salir del pecado y tomar el
camino de la virtud. Sin embargo, se le presenta la sombra de Virgilio (enviado por
Beatriz), el poeta latino que simboliza la razón humana, y le comunica que le va a
servir de guía, pero que para salir de esta selva oscura (pecado), primero tiene
que atravesar el infierno, después el purgatorio para finalmente llegar al paraíso. Y
es así como inician su viaje por los reinos de ultratumba. El primer reino que
visitan es el infierno, que Dante imagina como un inmenso cono invertido, que va
desde la superficie del hemisferio septentrional hasta tocar con el vértice del
centro de la tierra donde se encuentra Lucifer. Al ingresar Dante al infierno, lee
sobre las puertas de este primer reino la siguiente inscripción:

“Por mí, se va a la ciudad doliente


por mí se va al eterno tormento:
por mí se va tras la perdida gente”

El infierno consta de un ante infierno y posteriormente de 9 círculos; el primero de


ellos es el limbo, en los cuatro siguientes se castigan a los incontinentes
(lujuriosos, golosos; avaros y pródigos; iracundos, indolentes, soberbios y
envidiosos). Al otro lado de la laguna del Estigia, se encuentra la ciudad del Dite,
donde son castigados los maliciosos (herejes, violentos, fraudulentos y traidores)
en los siguientes cuatro círculos del infierno y en el centro de la tierra se encuentra
Lucifer, considerado el más grande traidor de la historia.

1. Ante infierno
Llamado “el vestíbulo de los cobardes”. Aquí se encuentran los cobardes; aquellas
personas que no se dignaron a hacer el bien ni tampoco el mal. Los cobardes
están condenados a correr eternamente tras una bandera que no tiene ningún
significado, hostigados incesantemente por tábanos y avispas. Atravesando el
ante-infierno, Dante llega a orillas del Aqueronte (alimentado por las lágrimas del
género humano). Para cruzar este río, solicitan los servicios de Caronte, “el
barquero de la muerte”, que transporta a las almas pecadoras a la otra orilla del
Aqueronte.

2. Círculo Primero: Limbo


Después de atravesar el Aqueronte, Dante se encuentra en el primer círculo del
infierno, el Limbo, donde se hallan los muertos sin bautismo (uno de ellos es
Virgilio). No son sometidos a ninguna pena material; pero están privados
eternamente de la Beatitud.

3. Círculo Segundo: Lujuriosos


En el umbral del segundo círculo está Minos, juez infernal, que escucha la
confesión de las almas pecadoras y señala el círculo a donde irán a parar, de
acuerdo al pecado cometido, envolviendo la cola a su cuerpo cuantas veces sean
los círculos que debe descender el alma penitente. Minos quiere impedir el ingreso
a Dante, pero Virgilio le advierte que el poeta es enviado por mandato divino.
Entre los lujuriosos que observa Dante están Cleopatra, Helena, Dido, Aquiles,
Paris y Tristán. Ellos son empujados por un viento impetuoso de aquí para allá;
representación magistral del instinto que domina y arrastra la voluntad del hombre,
haciéndoles perder todo dominio sobre sí mismos. Este viento los empuja y
revuelve; percutiéndolos unos contra otros.

4. Círculo Tercero: Golosos


El guardián del tercer círculo es Cerbero, el perro de las tres fauces siempre
hambrientas. El pecado que se castiga en este tercer círculo es la gula (exceso en
el comer y beber). Los golosos están condenados a engullir por toda la eternidad
una mixtura repugnante, formada por la lluvia negra que ellos reciben y el fango
producido por la tierra.

5. Círculo Cuarto: Avaros y Pródigos


El guardián del cuarto círculo es Plutón, quien al divisar a Dante, intenta con vano
esfuerzo detenerlo. Los avaros y los pródigos durante la vida no pensaron sino en
acumular dinero los unos y en gastarlo desordenadamente los otros, ahora ambos
están condenados a empujarse recíprocamente enormes pesos con el pecho,
gritando cada uno de ellos:

“¿por qué agarras?”, “¿por qué sueltas?".

6. Círculo Quinto: Iracundos e Indolentes, Soberbios y Envidiosos


La laguna de Estigia que circunda la ciudad de Dite a modo de defensa, es el lugar
de pena reservado a los iracundos, que, continuamente, se golpean a sí mismos
ensangrentándose, y a los indolentes que, como en la vida fueron contrarios a
todo trabajo útil, tristes y tediosos, así ahora no hacen más que suspirar bajo
aguas de la laguna. Más allá, cerca de la ciudad de Dite, se encuentran los
soberbios y los envidiosos, cuyos castigos son parecidos a aquellos de los
iracundos. Posteriormente Dante y Virgilio cruzan la laguna Estigia gracias el
barquero Flegias. Llegan a las puertas de la ciudad de Dite, las cuales son
abiertas por un ángel de Dios.

7. Círculo Sexto: Herejes


Una vez en la ciudad de Dite, Dante y Virgilio contemplan el sexto círculo donde
son castigados los herejes, quienes están dentro de sepulcros ardientes, con las
tapas levantadas, formando una corona de fuego alrededor de las murallas
internas de la ciudad.

8. Círculo Séptimo: Violentos


El guardián del séptimo círculo es el Minotauro, monstruo con cuerpo humano y
cabeza de toro. Este séptimo círculo está dividido en tres jirones. En el primer
jirón, se encuentran los violentos contra el prójimo (homicidas, devastadores de
países, corsarios y ladrones de caminos), quienes se hallan sumergidos en el
Flegelonte, río de sangre hirviente, vigilados y flechados por los centauros. En el
segundo jirón, se encuentran los violentos contra sí mismos (suicidas) quienes
están convertidos en árboles que son mordidos por negras perras hambrientas,
provocándoles agudos gritos de dolor. En el tercer jirón se encuentran los
violentos contra Dios (blasfemadores), quienes son expuestos a una continua
lluvia de fuego.

9. Círculo Octavo: Fraudulentos


El guardián del octavo círculo es Gerión, verdadera imagen del fraudulento; tiene
la cara de hombre justo y honesto pero el cuerpo de serpiente. El octavo círculo
está divido en diez fosas concéntricas, llamadas “Bolges” o sacos, donde son
castigados los fraudulentos.

10. Círculo Noveno: Traidores


En el noveno se encuentran aquellos que despreciaron el calor del cariño: los
traidores. Este círculo está divido en cuatro fosas:
a) Fosa Caína: Donde se encuentran los que traicionaron a su sangre (parientes),
quienes están congelados desde los pies a la cabeza en la laguna Cocito.
b) Fosa Antenora: Donde están los traidores a la patria, quienes también se hallan
congelados de los pies a la cabeza.
c) Fosa Tolomea: Que alberga a los traidores a la amistad, los cuales, al igual que
los anteriores pecadores, también están sumergidos en el cocito.
d) Fosa Judeca: En donde se encuentran los traidores a su amo y señor. En el
centro de esta fosa se encuentra Lucifer, quien tiene la mayor parte del cuerpo
congelado; en vez de brazos tiene alas de murciélago, su cabeza tiene tres
rostros: uno de color rojo, que representa el odio, en el cual mastica la cabeza de
judas; el otro color amarillo, que representa la impotencia, en donde mastica el
cuerpo de Bruto, y un último, color negro, que representa la ignorancia, en el cual
mastica el cuerpo de Casio.

Cuando Dante observa a Lucifer no puede soportar tan horrible espectáculo y está
a punto de desfallecer, Virgilio aprovecha que Lucifer extiende las alas para cruzar
hacia el otro lado. A lo lejos, distinguen una montaña que emerge sobre el mar,
representación alegórica del purgatorio.
Debe tenerse en cuenta que el recorrido de Dante por el infierno es en forma
descendente, desde el pecado más leve hasta el pecado más grave, simbolización
magistral de la degradación del hombre.
EL PURGATORIO
Dante y Virgilio han logrado salir de las entrañas del infierno y ahora contemplan el
Purgatorio, reino que Dante coloca en una isla situada en las antípodas de
Jerusalén.
Una isla en forma de montaña, en la cual se pueden distinguir los círculos o
colinas de los pecadores, en donde las almas penitentes purifican sus espíritus a
través del arrepentimiento. Este segundo reino está también dividido como el
infierno en nueve partes: Antepurgatorio, los siete círculos y el Paraíso terrenal. El
guardián del Purgatorio es Marco Poncio Catón.

1. Antepurgatorio
El primer lugar que Dante y Virgilio visitan es el antepurgatorio, donde las almas
llegan en una barca impulsada por el ángel Nauta que viene desde el Tíber. Las
almas del Antepurgatorio pertenecen a aquellos que se arrepintieron del pecado a
última hora y su castigo consiste en tener que quedarse esperando al pie del
Monte por un tiempo más o menos largo. Después de haber atravesado el
Antepurgatorio, Dante y Virgilio se encuentran ante la Puerta del Purgatorio,
delante de esta puerta el poeta observa tres escalones que representan los grados
teologales de la penitencia, el primero de mármol blanco (arrepentimiento), el
segundo, color rosa (confesión) y el tercero, color rojo vivo (el ardor de la caridad y
el amor después de la confesión). Sobre el tercer escalón, está sentado el Ángel
Portero delante del cual Dante, postrándose y golpeándose el pecho, pide
misericordia para que le abra la puerta. Al ingresar al Purgatorio, un ángel dibuja
en la frente de Dante siete letras “p” (siete pecados capitales).

2. Círculo primero: Soberbios


Han entrado y sus pasos son lentos por el cuidado que se tiene al caminar. Hay
esculturas esculpidas de los orgullosos, la condición de sus tormentos los hace
inclinarse hacia el suelo como gusanos.
Una hermosa criatura viene al encuentro de ellos, les muestra el camino para subir
unas gradas, ahí agita sus alas sobre la frente de Dante, al subir por la escalera
Dante se siente más ligero y su guía le explica que a medida que vayan borrando
las “P” en su frente sus pies le obedecerán tan sumisamente a su voluntad y
Dante nota que en su frente quedan seis

3. Círculo segundo: Envidiosos


Llegan a lo alto de la escalera y inician su recorrido, cuando sienten que a su
alrededor vuelan espectros que no ven. Rogaron a María a Pedro y a todos los
santos por ellos.
Dante siente un resplandor que lastima sus ojos, y su guía le dice que se trata de
un mensajero del cielo que viene a invitarlo a subir al siguiente círculo.
4. Círculo Tercero : Iracundos
Encuentran espíritus que van desatando la ira y que estaban envueltos en una
nube de humo. Al salir de la nube de humo, se interrumpen las visiones de Dante,
el examinar el lugar donde él se encuentra. Hay un espíritu divino que se oculta en
su propia luz aquí en este círculo, se purifica el amor del bien que no ha cumplido
su deber.

5. Círculo Cuarto: Perezosos


Continua la teoría del amor cuando el alma ha sido creada con predisposición al
amor y se lanza a todo lo agradable y también se comienza a hablar de la pereza.

6. Círculo Quinto: Avaros y Pródigos


Aquí nos relata las facetas de los avaros y de los que en vida fueron pródigos
aparece una sombra la cual saluda a los viajeros, les comienza a preguntar pero el
guía de Dante explica la razón por la cual fue sacado del infierno

7. Círculo Sexto: Golosos


Están presentes las almas que se entregaron al vicio de la gula y la pena que
arrastran continúan los glotones contando sus desventuras, aparece el segundo
árbol de la tentación

8. Círculo Séptimo: Lujuriosos


Espíritus andando por las llamas, encuentran almas que dan paso a la lujuria
gritando “Viva Sodoma y Gomorra”, se presenta el ángel de la castidad y Dante se
encuentra en el alumbrar del paraíso y se le explica toda la belleza extraordinaria
del lugar, por medio de Matilde una mujer solitaria.

9. Paraíso Terrenal:
La presencia de siete candelabros y veinticuatro personajes vestidos de blanco
coronados con azucenas cuatro animales coronados de hojas verdes y cada uno
tenía seis alas con plumas llenas de ojos, un carro triunfal sobre dos ruedas
llevando por un grifo y tres mujeres danzando al lado de la rueda derecha roja y la
otra color esmeralda y la tercera como la nieve y a la izquierda cuatro danzando
gozosas vestidas de púrpura seguidas de siete ancianos coronados de rosas y
vestidos de blanco.
Beatriz continua con sus reproches, los remordimientos de Dante ante la
infidelidad, la procesión nuevamente se aleja, Beatriz se queda como guardián del
carro de la iglesia, Beatriz le da una serie de advertencias a Dante y también
explica las vicisitudes que sufrió el carro de la iglesia y Dante se dispone a subir a
las estrellas.
EL PARAISO
Dante imagina el Paraíso según el sistema cósmico de Ptolomeo, con un planeta
al centro y nueve planetas más girando a su alrededor.
Dante, junto a Beatriz, va a visitar estos nueve planetas o cielos, en los cuales
habitan los ángeles de Dios, quienes gozan de la paz y beatitud que le otorga el
Creador. Los diez planetas que visita Dante son los siguientes:

1. Primer Planeta: Luna. (Las almas que no cumplieron sus votos).


Dante nos advierte que por el agua donde sigue jamás fue recorrida, Minerva
sopla en su vela y Apolo lo conduce a las nueve musas que le enseñan las osas,
también manifiesta la maravillosa sensación de penetrar en la luna refiriéndose a
esta como una margarita que lo recibió dentro de sí. Beatriz explica que las
manchas que presenta la luna son las diferentes virtudes.
Dante ve imágenes debilitadas y creyendo que no existirán continuo su camino
junto con su guía (Beatriz) pero ella le dijo que en realidad eran sustancias que
habían faltado a sus votos y le dijo que les creyera todo cuanto le dijeran pues la
verdadera luz que las acogía evita que tuerzan sus pasos. Aquí las almas se
encuentran en una esfera muy lenta y a estas almas la virtud de la calma las
calma. Dante comprende ahora porque todo en el cielo es paraíso y pregunta ¿ si
es posible satisfacer un voto con alguna buena obra? A lo cual Beatriz responde
que si cree que puede hacer buen uso de lo que ya ha ofrecido, es como si
quisiera hacer una buena obra con una cosa mal adquirida y Dante encuentra a un
alma resplandeciente que le habla y que se esconde dentro de su mismo fulgor.

2. Segundo Planeta: Mercurio. (Las personas que practicaron el bies por conseguir
honor y fama.)
Nos habla de algunos personajes que encaminaron con sus palabras a la
verdadera fe y como Dios los ayudaron a realizar grandes obras y Beatriz explica
a Dante porque el hombre necesitó que Dios mandara a su hija para salvarnos del
pecado.

3. Tercer Planeta: Venus. (Las almas que estuvieron sujetas al amor).


En este cielo se menciona al amor, Dante al pasar a este cielo ve más hermosa a
Beatriz, habla de porque los hijos tienen diferentes caracteres a los de los padres,
que si el hombre se apoyara en los cimientos de la naturaleza habría mejores
habitantes en él y de las maldiciones de los papás que solo piensan en el dinero.

4.Cuarto Planeta: Sol. (Las almas de los sabios)


Nos muestra la gran sabiduría de Dios al crear el mundo, Dante asciende al sol y
Beatriz le dice: da gracias al sol de los ángulos que por su bondad te ha elevado a
este sol sensible. Aquí hay mas espíritus vivos y triunfantes.
Dante encuentra a unas santas luces que cantaban y danzaban después de
terminar se refirieron a ellos, felicitándose de pasar de uno a otro lado y que los
hombres no deben aventurarse a los juicios. Nos manifiesta el gozo y el
resplandor después de la resurrección de la carne, se dice que cuando nos
revistamos de la carne gloriosa y santa nuestra persona será mucho más grata a
Dios y que el que toma su cruz y sigue a Cristo todo será mejor.

5. Quinto Planeta: Marte. (Las almas que ha combatido por la fe).


Dante se complace al encontrar a su tatarabuelo al que le pregunta por su
infancia, le pide que le aclare a su futuro destierro, le dice que abandonará todas
las cosas que más ame y que este será el primer dardo que arroje al arco del
destierro, probará cuán duro camino es el pan ajeno y lo que mas grabará se
espaldas será la compañía estúpida y malvada pero agrega: Tu primer refugio
será la cortesía de Lombardo. Beatriz le dice a Dante que son bienaventurados los
espíritus que allá abajo antes de venir al cielo alcanzaron gran renombre con sus
acciones. Dante se da cuenta que el hombre que obro bien advierte que de día en
día el aumento de su virtud. Dante vio unas luces que formaron cinco veces siete
vocales y consonantes formando la siguiente frase “Diligite Jiatitiam” y las ultimas
fueron “qui judacatis terram” y después estas mismas luces al chocar formaron la
cabeza y el cuello de un águila y los demás bienaventurados terminaron por
formar el cuerpo del águila, todo esta formación provino de que la M final se
transforma en flor de lis y águila imperial.

[6. Sexto Planeta: Júpiter. (Los justos y piadosos).


El águila imperial le dice a Dante que por haber sido justo y piadoso está aquí
exaltado hasta esta gloria y que no se deja vencer por el deseo y sigue diciendo;
que en la tierra dejo tal memoria de él, que los hombres más perversos la
recomiendan pero no siguen el ejemplo. Dante hace hincapié sobre que sin fe y
sin obras no hay salvación.
Después de haber visto las brillantes luces que adornaban la sexta estrella el
águila real le explica las diferentes almas que forman su ojo - pupila está en medio
y fue el cantor del espíritu santo encargado de transportar el arco de ciudad en
ciudad, de los cinco que forman el arco de mi ceja el más próximo al pie conoce
cuan caro cuesta no seguir a Cristo, el que le sigue en la parte superior de la
circunferencia conoce que los eternos juicios de Dios son invariables aunque una
ferviente oración consigue allá abajo que suceda mañana lo que debería suceder
hoy, el otro guiado por una buena intención que produjo malos frutos conoce que
el mal resultado de su buena acción no le es nocivo por mas que haya sido su
destrucción, el que esta en el declive del arco conoce ahora el amor del cielo hacia
un rey justo y lo manifiesta por el resplandor que lo rodea.
También se le dice que Dios abrió sus ojos a nuestra redención futura y le
menciona a las tres mujeres que estaban junto a la rueda derecha del carro le
bautizaron mas de mil años antes de que se instituyera el bautismo

7. Séptimo Planeta: Saturno. (Los contemplativos).


Dante cada vez que ve el rostro de su amada lo ve mas bello, ella le explica que
brillara mas su rostro cuando mas se ascienda por las gradas del eterno palacio.
Después el observa una escala del color del pro y tan elevadas que no podrían
sus ojos seguirla y por ahí bajaron muchos resplandores, el que se quedo cerca
de ellos comenzó a resplandecer mucho y él pregunta ¿quién es? Y comienza a
decirle que era Pedro Damián el cuenta su vida y se hace una crítica del lujo y
malicia de los prelados.
Cuando su guía observó cien esferas tenía miedo preguntar cuando la mayor de
las perlas se adelanto hacía Dante para detener su curiosidad, ella habla de la
caridad y señala a unos fuegos que fueron hombres contemplativos es decir
aquellos que abrazan aquel ardor que hace nacer las flores y frutos santos, Dante
le pide ver su rostro descubierto pero el le explica que solo su deseo se realizará
en la última esfera donde todos son perfectos, maduros y enteros. Se menciona la
corrupción de los monasterios.

8. Octavo Planeta: Cielo Estelar. (Triunfo de Cristo).


Dante y Beatriz se encuentran en la legión del triunfo de Cristo y todo el fruto
recogido de la rotación de estas esferas. Dante sigue maravillado con la belleza de
Beatriz y no percibe el hermoso jardín que florece bajo los rayos de Cristo por lo
cual ella le llama la atención así mismo Cristo y la Virgen María se remontan al
Empíreo. Se le hace un examen de fe a Dante comenzando por preguntarle

¿que es la fe? Es la sustancia de las cosas que se esperan y el argumento de las


que no aparecen a nuestra mente, pero él sigue preguntando ¿por qué la colocan
entre las sustancias y no entre los argumentos? Porque las cosas que aquí se
manifiestan claras y patentes en la creencia sobre que se funda la alta esperanza
por eso se toma el nombre de sustancia. Dante sale bien de la prueba y es
bendecido.

Santiago apóstol examina a Dante sobre la esperanza, a lo que el contesta, La


esperanza es una expectación cierta de la vida futura, producida por la gracia
divina y los meritos anteriores. Hay una aprobación general y Dante trata de ver el
cuerpo del santo ( San Juan ) lo que momentáneamente siega a Dante a pesar de
que Beatriz esta a su lado.
Nuevamente es examinado pero ahora sobre la cavidad, recibe el aplauso de los
elegidos y recobra la vista aquí encuentra a Adán dándose una explicación del
porque fue desterrado no por comer la fruta del árbol prohibido si no por haber
infringido la orden. Los bienaventurados cantan un himno, se menciona la
corrupción general del hombre y sus causas.

9. Noveno Planeta: Cristalino. (Dios y los Angeles)


Menciona que simultáneamente fue creado y establecido el orden de las
sustancias, el producido en acto puro están en la cima del mundo, y el inferior es
destinado a la potencia pura y el medio unió a la potencia y acción, la causa del
que mora ahí en el centro de la tierra fue el orgullo. (Aquí Beatriz lo abandona y
acude en su ayuda San Bernardo, quien lo guía al Empíreo)

10. Décimo Planeta: Empíreo. (Dios, Angeles y Bienaventurados)


Ha desaparecido el punto luminoso y los coros angélicos desisten de seguir
cantando la belleza de Beatriz. Ya han salido del mayor de los cuerpos celestes
para subir al cielo que es pura luz. Aquí el amor tranquiliza , Dante siente elevarse
de un modo superior a sus fuerzas. Dante contempla la viva luz, y voltea a ver a
su dama, pero en su lugar hay un anciano vestido como la familia gloriosa, el le
indica que vea el tercer circulo a partir de la grada superior y ahí esta Beatriz que
por su merito ha ocupado este trono. Dante la invoca pidiéndole le mantenga su
alma sana, el anciano que es San Bernardo le dice que el lo llevara a feliz termino
de su viaje, Dante ve como mil ángeles festejan , ve sonreír una beldad, el anciano
explica la distribución de los elegidos en la Rosa, debajo de Maria se encuentran
en el orden que forman los terceros puestos, Raquel, Beatriz, Sara, Rebeca,
Judith y la bisabuela del cantor y desde la séptima grada para abajo se suceden
las Hebreas, dividiendo las hojas de la flor y en la parte en que están provista de
todas las hojas están los que creyeron en la venida de CRISTO y en los
semicírculos interrumpidos por huecos, están los que creyeron en él después de
haber venido y en los otros escaños inferiores que forman gran separación esta
Juan siempre santo que sufrió la soledad y el martirio y debajo de el esta
Francisco y debajo de éste Benito y otros varios y en la grada que corta por mitad
ambas filas hasta bajo nadie se sienta por su propio merito porque son espíritus
desprendidos de la tierra. Aquí en este reino los asientos no son dados por
casualidad, tampoco cabe la tristeza la sed ni el hambre. Le dice que en los
primeros siglos bastaba con tener la inocencia y la fe de los padres para salvarse.
Maria es glorificada por Gabriel y los demás ángeles.
San Bernardo hace una plegaria a la Virgen para que Dante pueda contemplar el
sumo placer, y su plegaria ha sido escuchada y Dante fija su mirada en la luz
divina.

SIGNIFICADO DE LA OBRA
Cabe señalar que el objeto de esta obra fue el inducir a la humanidad a meditar
más seriamente sobre el pecado y sobre el modo de librarse de él, a fin de poder
gozar de la paz del alma en la tierra y ser digno de la beatitud en el cielo. Este
epopeya fue denominada “Comedia” por su autor, porque, como en las comedias,
todo llega a feliz término: el encuentro de Dante con Beatriz, y posteriormente, con
Dios.

Se trata, al mismo tiempo, de una realidad actual y de una profecía que sólo la
teología- y, dentro de ella, la cábala- puede explicar simbólicamente. Dante ha
comprendido pero no sabe exactamente qué. Y ello es natural puesto que ha
comprendido por revelación, es decir, sin intervención del pensamiento y esto no
puede, por lo tanto, reproducir- pues sería absurdo- una operación no realizada
por él. Puede, en cambio, tratar de transmitirnos mediante imágenes y símbolos lo
transmisible de la revelación, y lo hace en una serie de ellas y ellos, tan admirable
o más que los copiados, con la que termina su tercera y última cantiga.

La Comedia es, ante todo, una aventura intelectual del hombre en busca de su
salud, es decir, de Dios, origen y meta de todas las cosas- según la concepción,
no sólo cristiana, sino también neoplatónica y cabalística del mundo- y muy en
particular de la humanidad, que ocupa en él un papel de mediador entre Dios y su
creación.
No estamos ante un poema místicamente intuitivo, en el que sobraría toda
especulación, sino ante una obra en la que una de las imaginaciones más
portentosas que jamás haya habido aborda el conocimiento poético de la verdad.
No se trata de poner una serie de datos históricos, filosóficos, iniciáticos y
teológicos al servicio de una imaginación exaltada, sino, muy al contrario, de poner
esa misma imaginación al servicio de una verdad considerada como la más alta, y
la única capaz de acallar la sed intelectual del cristiano.

A lo largo del viaje dantesco, la verdad se le va revelando al poeta


progresivamente, y Dios mismo, suprema verdad, se le irá presentando bajo
aspectos distintos, pero no contradictorios; y el perfeccionamiento de tal revelación
se consumará, precisamente, en el Paraíso. Por ello, no es mera pedantería que,
por ejemplo, Dante se haga examinar, y a las puertas del Empíreo por San Pedro,
Santiago y San Juan Evangelista. La aprobación del examen sobre la fe, la
esperanza y la caridad es la que verdaderamente le franquea su última visión. Ello
sucede porque el autor no podía dejar de ser un intelectual ni en los momentos
supremos de su ascensión en los que otros muchos autores se han mostrado
como místicos exaltados y puramente intuitivos. Dante escribe, hablando de la
beatitud de los coros angélicos:

Cómo el gozar beatitud se funda


en el acto que se ve, verse aquí puede,
no en el que ama, que luego lo secunda.

lo que quiere decir que el amor- incluso el de los ángeles - es una consecuencia
del conocimiento; afirmación, esta, que parece una clave para la comprensión de
la Comedia y para la justificación poética de cuantas disquisiciones filosóficas y
teológicas, tan insoportables para los espíritus no especulativos, se encuentran en
ella.

Pero hay más: en un estudio sobre el papel estructural de las metamorfosis en la


Comedia, se ha puesto de relieve que la propia teología de Dante es en ocasiones
poética, es decir, que se basa en la intuición artística, y puede que en otras
fuentes aún más ocultas, que en los presupuestos de la escolástica de su tiempo,
lo que hace inútiles los intentos de concordar estrechamente una y otra
concepción. También resulta baldío el esfuerzo por hacer concordar la teoría de
los profetas con la generalmente admitida en el pueblo hebreo con anterioridad a
su aparición. Esto es interesante porque las intenciones de Dante al escribir el
poema tienen muchos puntos de contacto con las que mostraron en su día los
iluminados del Antiguo Testamento.

Los materiales poéticos especulativos que tanto llaman la atención en el Paraíso,


son, como ya se ha dicho, los mismos que se encuentran en el Infierno y en el
Purgatorio; con la diferencia de que su distribución y organización son distintas. Si
nos atenemos a un punto de vista ayuda a evitar la monotonía y la uniformidad. Si
los conceptos filosóficos y teológicos van aumentando de una a otra cantiga,
mientras los épicos- históricos muestran la tendencia contraria , no hay que
olvidar, sin embargo, que estos últimos se hallan siempre perfectamente
armonizados con los primeros en una relación de estrecha interdependencia.

Dante, cuando está en el Paraíso, tiene siempre presente al mundo mortal y al


resto del ultramundo, de la misma manera que el cielo se encuentra presente en el
Infierno (bajo aspecto de la justa venganza divina) y en el Purgatorio(como
esperanza cierta). Así, las imágenes poéticas de los infiernos se hallan idealmente
sostenidas de las de los cielos; de tal manera, además que el tema del fuego
parece haberse trasladado, gracias a un insólito juego poético del bajo mundo a
las alturas: son más almas envueltas en fuego que encontramos en el Paraíso que
las que ya habíamos visto en el Infierno; claro que el ardor de las primeras es de
felicidad y el de las segundas de condenación.

Se produce, pues, entre las tres partes de la Comedia una unidad que depende de
la identidad de la materia- contemplada bajo sus diversos aspectos- y de la
identidad de propósitos del poeta. Ahora bien, los materiales aportados por éste se
hallan organizados de tal manera que, mientras en el Infierno nos hallamos ante
un mundo espiritualmente estático- lo que se compensa, en términos poéticos, con
una frecuente incidencia de temas épicos o narrativos-, en un mundo congelado(y
quizás por sentirlo así el poeta se valió poco del fuego, cuya naturaleza es
dinámica, en esta cantiga), y mientras en el Purgatorio hay un lento pero inefable
movimiento ascensional, la del Paraíso, como ha observado Malagoli, es “una
poesía del movimiento y de la luz”. Este movimiento es, precisamente, el que logra
un equilibrio estético según el cual las disquisiciones teológicas, que podrían crear
una sensación de lentitud, se hallan literalmente envueltas por el arrebatado giro
de las esferas, los ángeles y las almas de los bienaventurados.

De esta manera, poesía y teología, no sólo son compatibles en la Comedia, sino


que la última depende en gran parte de la primera. Admitir esto es uno de los
presupuestos esenciales para la comprensión del poema dantesco. La lectura
moderna, por otra parte está superando muchas de las contradicciones que
dificultaban esta comprensión.

PERSONAJES
Dante: .- No se mencionan características físicas del personaje solo habla de las
características espirituales donde él se presenta como hombre sabio de mediana
edad que se deja guiar y aconsejar por sus diferentes guías a lo largo de su viaje.

Virgilio:.- Es un espíritu en el cual Dante ve reflejado al maestro que lo llevo a la


poesía, primer guía que tiene éste a lo largo de la obra al cual menciona como el
símbolo de la razón.

Beatriz:- Es un espíritu en el cual Dante ve reflejado el amor de su vida al cual


describe como el símbolo de la fe.

San Bernardo:- Es el espíritu de un anciano vestido como la familia gloriosa que


acompañara a Dante al termino de su viaje.

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