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EL DOCUMENTO Q

Jame,,· :H. Robinson


Paul Hojfmann
Joh11 S. Kloppenborg

EDICI.NES PEETERS
S GUEME Pl.~BLISIII-:HS
El Documento Q en griego y en español, Biblioteca
con paralelos del evangelio de Marcos y el evan-
de Estudios
gelio de Tomás. Nos encontramos ante el resulta-
do del trabajo de una generación llevado e/ cabo Bíblicos
por el equipo del Proyecto Internaciona( Q. Ellos
han reconstruido la colección de dichos atribui-
dos a Jesús (y algunos a Juan) que está detrás de
los evangelios de Mateo y Lucas. Este libro pone a
nuestra disposición, de la manera más apropiada,
la fuente más importante para reconstruir el
mensaje de los primeros seguidores galileos de
Jesús, tal como ellos proclamaron, tras la muerte
del Maestro, su anuncio del reino de Dios.

Debido a todo ello, Q es la fuente .singu-


lar más importante para el estudio del Jesús histó-
rico. Imprescindible para todo el que esté seria-
mente interesado en conocer más sobre Jesús.

El volumen presenta, en páginas enfren-


tadas, la reconstrucción en griego y en español del
texto de Q. Va precedido de una sustanciosa intro-
ducción, y completado con la concordancia de Q.•

Han elaborado este libró James M. Ro-


binson, Paul Hoffmann, John S. KlopJenborg
(eds.) y Mi/ton C. More/and (ed, ejecutivo). La·
edición en español ha sido preparada por San-
tiago Guijarro.

EDICIONES
SIGUEME n" 1 O 7
BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS
107

Otras obras publicadas


Por Ediciones Sígueme:
-R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptica (BEB 102)
- G. Theissen-A. Merz, El Jesús histórico (BEB lOO)
- G. Theissen, La religión de los primeros cristianos (BEB 108)
- tJ. Luz, El evangelio según san Mateo 1-III (BEB 74, 103, 104)
- G. Theissen, Colorido local y contexto histórico en los evangelios (BEB 95)
-Ji. Balz-G. Schneider, Diccionario exegético del NTI-11 (BEB 90-91)
- li. Koster, Introducción al Nuevo Testamento (BEB 59)
- R. Bultmann, Teología del Nuevo Testamento (BEB 32)
- J. Jerernias, Palabras desconocidas de Jesús (BEB 14)
EL DOCUMENTO Q
EN GRIEGO Y EN
ESPAÑOL
Con paralelos del evangelio de Marcos y
del evangelio de Tomás

JAMES M. ROBINSON, PAUL HOFFMANN,


JOHN S. KLOPPENBORG (EDITORES)
MILTON C. MORELAND (EDITOR EJECUTIVO)

SANTIAGO GUIJARRO (EDICIÓN ESPAÑOLA)

PEETERS EDICIONES SÍGUEME


LEUVEN SALAMANCA
2002 2002
Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín

Título original: The Sayings Gospe/ Q in Greek and English


with Paral/els from the Gospels ofMarlc and Thomas

Traducción del texto griego: Santiago Guijano


Tradución de la introducción inglesa: Esther Miquel

O Peeters, Leuven 2001


e> Ediciones Sigueme S.A., 2002
García Tejado, 23-37 - E-37007 - Salamanca 1 España
www.sigueme.es

ISBN: 84-301-1464-5
Depósito legal: S. 1.055-2002
Fotocomposición Rico Adrados S.L., Bmgos
Impreso en España 1 UE
Imprime: Gráficas Varona
Polígono El Montalvo, Salamanca 2002
COMITÉ EDITORIAL DEL
PROYECTO INTERNACIONAL Q

Stanley D. Anderson
Robert A. Derrenbacker, Jr.
Christoph Heil
Thomas Hieke
Paul Hoffinann
Steven R. Johnson
John S. Kloppenborg
Milton C. Moreland
James M. Robinson
CONTENIDO

/Jrá/ogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1,us textos de Q en el orden de Mateo ............... 13
1)ivcrgencias respecto del orden de Lucas . . . . . . . . . . . . 17
Introducción (James M. Robinson) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Siglas ........................................ 99
El texto de Q en griego y en español . . . . . . . . . . . . . . . . 103
( 'oncordancias de Q (John S. Kloppenborg) . . . . . . . . . . 203
Lecturas recomendadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
PRÓLOGO

El Documento Q en griego y español con paralelos del evan-


~l'lio de Marcos y del evangelio de Tomás es esencialmente una
versión abreviada y simplificada de The Critica/ Edition of Q:
S¡•nopsis including the Gospels of Matthew and Luke, Mark and
'11wmas with English, German, and French Translations of Q
tllld Thomas, editada por James M. Robinson, Paul Hoffinann, y
.Ioim S. Kloppenborg (Milton Moreland, editor ejecutivo), que
fue publicada en el 2000 por Fortress Press para Norteamérica y
por Peeters Publishers para la Unión Europea. Fortress Press ha
puhlicado también en el2001 un librito titulado The Sayings of
k.ms: The Sayings Gospel Q in English, sin el texto griego.
El texto critico de Q, que es el resultado del trabajo que han
reulizado de forma continuada durante casi dos décadas los
miembros del Proyecto Internacional Q, se presenta aquí en pá-
l!tinas enfrentadas, con el texto griego a la izquierda y su traduc-
ción española a la derecha. Ambos utilizan la versión simplifi-
cuda que ya fue publicada en The Critica/ Edition of Q. Allí
uparecía resaltada en la parte inferior de las páginas de la iz-
quierda para facilitar su consulta. Esta versión libera al lector de
la amplia batería de siglas que fueron necesarias para presentar
In reconstrucción del texto crítico. Por esa razón ahora sólo apa-
recen las siglas necesarias para indicar el grado de certeza del
texto en cada caso (véanse las siglas más adelante, en p. 99).
La Concordancia del vocabulario de Q preparada por John S.
Kloppenborg, que aparece en su versión completa en la Critica/
Hdition oJQ, se reproduce aquí en un formato más asequible, en
el sentido de que sólo se incluye el vocabulario más significati-
vo, aunque se amplía incluyendo la traducción española de cada
término griego.
12 El Documento Q

Las amplísimas bases de datos preparadas por el Intematio-


nal Q Project, en las que se basa la reconstrucción del texto crí-
tico de Q, han sido publicadas en una serie de varios volúmenes,
bajo el título: Documenta Q: Reconstntctions of Q Through Two
Centuries ofGmpe/ Research Excerpted, Sorted, and Eva/uated
(Peetcrs Press, Leuven l996ss).
LOS TEXTOS DE Q EN EL ORDEN DE MATEO

ilCO Duplicado Q (Lucas) Evangelio Página


en Mateo de Tomás
qun 3, [OJ 104
1,1.5 3, 13; ll, IOb 3, 2b-3a 104
'· 7-1<) 7, 19 3, 7-9 104-106
'· 11-1 2 3, 16b-17 106
l.lll '- 16-t7H 3. 5-6: 17, Sb-e 3, (21-22H 106
·1. 1 11 4, l-4. 9-12.5-8.13 108-110
"- ll 4, 16 110
\1-4. 6 4,25 6, 20-21 54;69,2 110-1 12
\11-1 2 6, 22-23 69, la; 68, 1 112

~. 13 14. 34-35 182


~. 15 11,33 33, 2-3 148
~. IK 24, 34a.35.34b 16, 17 184
\15-2 6 12,58-59 170
~ •.12 19,9 16, 18 186
~.Wb -40 5,42b 6,29 114
~. ft41 H 6, [29• +30/Mt 5,41D 114
~.42 5,40 6, 30 95 114
~.44 6, 27-28 112
\45 5,48 6, 35c-d 112
~.47 5,46 6, 34 95 116
\ 4K 5,45 6,36 116
lo,'I-IJ 11, 2b-4 138

1>. 1lJ-2 1 19, 21b 12, 33-34 76,3 162


lt, 22-23a 11,34 24.3 ISO
14 El Documento Q

Mateo Duplicado Q (Lucas) Evangelio Página


en Mateo de Tomás
6,24 16,13 47,2 184
6, 25-33 12, 22b-31 36 162-164

7, 1-2 6, 37-38 116


7, 3-5 6, 41-42 26 118
7, 7-11 11,9-13 92, 1; 94 140
7, 12 22,40 6, 31 6,3 114
7, 13-14 13,24 174
7, 16b 6,43 45, 1 120
7,21 12,50a 6,46 120
7, 22-23 13,2~27 174
7, 24-27 6, 47-49 122
7,28a 7, la 122
8, 5-10.¿13? 15, 21-23a.25-28 7, lb.3.6b-9.¿10? 122-124
8, 11-12 13,29.28 174
8, 19-22 9, 57-60 86 128-130
9, 32-34 12,22-24 11, 14-15 140
9, 37-38 10,2 73 130

10,7-8 4, 17 10,9 14,4c 132


10, JOb-JI 10, 12 10, 7-8 14,4a-b 132
10, 14 10, 10-11 134
10,15 11,24 10, 12 134
10, 16 10,3 39,3 136
10, 19 10,20 12, 11-12 160

10, 24-25a 6,40 118


10,26 12,2 5, 2=6, 5 154
10,27 12,3 33, 1 154
10,28-31 12,4-7 15~158
10,32-33 16,27 12,8-9 158
- 10,34 t2,(49B 10 168

10,34 12,51 16, 1-2 168


Los textos de Q en el orden de Mateo 15

Mateo Duplicado Q(Lucas) Evangelio Página


en Mateo de Tomás
11, 35-36 12,53 16, 3b 168
11,37 19,29a 14,26 55; 101, 1-2 180
11,38 14,24b 14,27 55,2 182
w
11, 16,25 17,33 182
11,40 18, 5 10, 16 136
l. 2-6 7, 18-19.22-23 124
l. 7-10 7,24-27 78 124-126
1,11 7,28 46 126
l. 12-13 16, 16 184
1, 16-19 7, 31-35 128
1, 21-24 ll, 23b.21b; 10, 15 10, 13-15 136
l. 25-27 10,21-22 61,3b 136-138

2. 25-28 ll, 17-20 140-142


2.129) 11, [21-22] 35 142
2,30 ll, 23 144
2, 32a-b 12, 3l.32c 12, 10 44 158
2,33 7, 17.20a; 20b=16a 6,44 45, 1 120
2, 34-35 3, 7b 6,45 45,2-4 120
2. 38-40 16, l.2a.4 ll, 16.29-30 146
2, 41-42 11,32.31 148
2, 43-45 ll, 24-26 144
11, ¿27-28? 79, 1-2 146

3, 16-17 10,23-24 138


3,31-32 13, 18-19 20 172
3,33 13,20-21 96, 1-2 172
5,14 6,39 34 118
6,(3b) 12, (56) 91,2 170
7,20b 21,21 17,6 48 190
K, 6-7 17, 2.1 186
K, 12-13 15, 4-5a. 7 107 188
18, 10.12-14 15, (8-10) 188
K, 15.21 17, 3-4 190
16 El Documento Q

Mateo Duplicado Q(Lucas) Evangelio Página


en Mateo de Tomás
19,28 22,28.30 200
20,(16) 19,30 13,(30) 4,2 176
21,(32) 21, 25c.29 7, (29-30) 128
22,2-10 14,16-18.¿19-20?.21.23 64 178

23, ¿1-2a? 11, ¿39a? 150


23,4 11,46b 152
23,5-7 11,43 150-152
23,(12) 18,4 14, (11) 178
23, l3 11,52 39, 1-2 152
23,23 11,42 150
23, 25.(26a).26b 11, 39b.(40).41 89 150
23,27-28 11,44 150-152
23,29-32 11,47-48 152
23,34-36 ll, 49-51 154
23,37-39 21,9b 13,34-35 176

- 17, (20) ll3, 1-2 190


24, (23) 24,26 17, (21) 113, 3-4; 3 190-192
24,26-27 24,23 17,23 194
24,28 17,37 194
24, 37-39a 17,26-27 196
- 17, ¿28-29? 196
24,39b 17,30 196
24,40-41 24,18 17,34-35 61, 1 196
24,43 12,39 21,5; 103 166
24,45-51 25,21b 12,42-46 166-168

25, 10-12 13,25 174


25, 14-15b.19-29 25, 20-26; 13, 12; 8, 22 19, 12-13.15-24.26 198
DIVERGENCIAS RESPECTO DEL ORDEN
DELUCAS

Suele pensarse que Mateo tuvo tendencia a reorganizar el or-


tl~n de Q con el objeto de elaborar sus largos discursos, mientras
que Lucas trató de mantenerlo. En la preparación de The Critica/
1-."tlltion of Q se examinaron estas divergencias en el orden entre
Muleo y Lucas allí donde se daban. Y ciertamente, en la mayoría
1ll• los casos el orden de Lucas, y no el de Mateo, es el que pare-
dn rctlejar el de Q. En consecuencia, lo normal es seguir el or-
tll'll de Lucas para encontrar un texto en El Documento Q 1• Sin
l'tnnurgo, en aquellos casos en los que resulta evidente que el or-
tlcn de Q es el de Mateo y no el de Lucas, seguiremos esta re-
l'nnstrucción de la secuencia de Q, en lugar de la lucana.
Algunos casos en los que la secuencia lucana no es la de Q
Non los siguientes 2:
Q 4, 5-8: entre Q 4, 9-12 y Q 4, 13.
Q 6, 35c-d: entre Q 6, 27-28 y Q 6, 29.[29+--+JO/Mt 5, 41).30-
32.34.
Q 11, 16: entre Q 11, 17-20.(21-22D.23-26.¿27-28? y Q 11,
29-30.

l. Esta es la justificación de la costumbre ampliamente aceptada a la ho-


1'11de citar Q utilizando el número de capítulo y de versículo de Lucas. Este
modo de proceder fue introducido en la planificación inicial de The Critica/
l:'dition of Q. Cf. James M. Robinson, The Sermon on the Mount!Plain: Work
Shc•et.~for Reconstruction ofQ: SBL SP (1983) 451-452, citado más adelante
en la Introducción.
2. Véase la discusión en: James M. Robinson, «lnstances ofMatthew =
() Ordem, un apartado de: The Sequence of Q: The Lament over Jerusalem, en
R. Uoppe-U. Busse (eds.), Vom Jesus zum Christus: Christologische Studien.
N•.1·tgabejür Paul Hoffmann zum 65. Geburtstag (BZNW 93), De Gruyter, Ber-
lin-New York 1998, 225-260, especialmente 221-232.
18 El Documento Q

Q 11,42: entre Q 11, 34-35.¿39a? y Q 11, 39b.41.


Q 11, 52: entre Q 11, 46b y Q 11, 47-51; 12, 2-3.
Q 12,33-34: entre Q 12,2-12 y Q 12, 22b-31.
Q 13, 29: entre Q 13, 27 y Q 13, 28.[30B.
Q 17, 33: entre Q 14, 26-27 y Q 14, 34-35.
Q 15, 4-5a.7.[8-IOB: entre Q 17, 1-2 y Q 17,3-4.
Q 17, 37: entre Q 17, 23-24 y Q 17, 26-27.

La posición de Q 6, 39 y Q 6, 40 es dificil de determinar.


Convencionalmente se presentan en el orden lucano.
Aquellos textos que se encuentran sólo en Mateo y no en Lu-
cas, y que se piensa que deberían incluirse en Q, se han situado
siguiendo la secuencia de aquellos textos de Mateo más próxi-
mos que tienen en Lucas un paralelo procedente de Q, conside-
rando que esta sería su hipótética posición en Q:
Mt 5, 41: entre Q 6, 29 y Q 6, 30.
INTRODUCCIÓN

James M. Robinson

El propósito de esta Introducción es documentar los momen-


tos más decisivos de la historia de la investigación de Q, a partir
de la cual se configura la situación actual de su estudio. Conce-
demos especial atención a las diversas formas en las que, a lo
lurgo de los años, han sido resueltos los problemas que dificul-
tnn el proyecto de establecer un texto critico de Q 1•
Durante el siglo XIX el estudio de Q se vio favorecido por un
l'lamulo de factores que consiguieron acreditar su existencia co-
mo la solución más viable al así llamado «problema sinóptico»:
¡,cómo explicar el hecho de que Mateo, Marcos y Lucas narren
uproximadamente la misma historia en más o menos el mismo
urden, mientras que Juan utiliza un procedimiento completa-
mente diferente? Respuesta: Mateo y Lucas compartieron dos de
sus fuentes: Marcos y una colección ya desaparecida de dichos
usualmente denominada «Q».
Sin embargo, la manera en la que por primera vez fue formu-
luda esta solución hacía muy dificil concebir siquiera la posibili-
dad de reconstruir un texto critico de Q, ya que el punto de par-
1ida de los estudios sobre Q era el presupuesto de que este
documento había sido elaborado por el apóstol Mateo en arameo,
1. Para una presentación más detallada, cf. J. S. Kloppenborg, Excavating
(J: The History and Social Setting ofthe Sayings Gospel, Fortress, Minneapo-
IIH 2000. Para una presentación más ceñida, centrada en el siglo XX, cf. la di-
M~rtación de su estudiante A. Kirk, Compositiona/ Analysis of Q in the History
of'Scholarship, en The Composition ofthe Sayings Source: Genre, Syncrony,
tmJ Wisdom Redaction in Q (NovTSup 91), Brill, Leiden 1998,2-64. Cf. tam-
luén D. R. Catchpole, Did Q Exist?, en The Quest ofQ, T&T Clark, Edinburgh
1993, 1-59 y Ch. M. Tuckett, lntroduction: The Existence of Q, en Q and the
/listory of Early Christianity: Studies on Q, T &T Clark-Hendrickson, Edin-
hurgh-Peabody MA 1996, 1-39.
20 El Documento Q

una obra de la cual nada habría sobrevivido. Esta suposición,


aunque muy atractiva desde el punto de vista teológico por cuan-
to garantizaba la apostolicidad del escrito, llegó a hacer práctica-
mente imposible el acceso a Q, pues difícilmente podría alguien
acceder, tras los evangelios canónicos de Mateo y Lucas, escritos
en griego, a una fuente aramea puramente hipotética, que, en el
mejor de los casos, estaría sólo atestiguada por algún aramaísmo
ocasional, supuestamente camuflado bajo el texto griego. El tex-
to arameo del propio documento Q habría permanecido indocu-
mentado e inaccesible para siempre. Entendida en estos términos,
Q nunca habría dejado de ser una mera hipótesis, y jamás habría-
mos podido citar realmente su propio texto.
Sólo de forma gradual, y en especial durante la última parte
del siglo XX, este tipo de argumentos -cuya atracción tenaz es-
tribaba en su valor apologético- fueron completamente sustitui-
dos por criterios objetivos basados en la observación empírica de
los rasgos redaccionales de Mateo y Lucas. Pues una vez que es-
tos rasgos han sido inferidos a partir del trabajo redaccional de
ambos sobre Marcos, pueden ser aplicados al análisis de los di-
chos de Q 2•
Ahora ya no es necesario seguir considerando a Q como una
pura hipótesis, como una entidad meramente postulada, escon-
dida de forma inaccesible tras los evangelios de Mateo y Lucas.
El resultado de esto, en épocas más recientes, ha sido la prolife-
ración de las reconstrucciones totales o parciales del texto grie-
go. El Documento Q que aquí presentamos en griego y español
2. Aunque este argumento ha sido ampliamente desarrollado durante la
última generación como resultado de la aplicación de la crítica redaccional, no
es realmente nuevo. Cf. K. Lake, The Date ofQ: The Expositor, Seventh Series
7 ( 1909) 494-507; 495-496: «Si observamos su forma de tratar a Marcos, po-
demos constatar que tanto Mateo como Lucas lo utilizan con un grado consi-
derable de fidelidad, excepto en pequeños detalles de dicción, tales como el
cambio del presente histórico, característico de Marcos, por un tiempo pasado,
más correcto desde el punto de vista literario. Es inusual que ambos alteren a
Marcos en el mismo lugar y de la misma manera, y el número de situaciones
donde esto parece ocurrir debería probablemente quedar reducido de forma
considerable mediante la crítica textual. Por tanto, tenemos buenas razones pa-
ra creer que, normalmente, el texto original de Q está preservado bien en Ma-
teo, bien en Lucas, y una crítica inteligente debería hacemos capaces de acer-
tar a la hora de elegir entre los dos».
Introducción 21

~·Ntúbasado en la colaboración de un equipo de investigadores


IIIIC,desde 1985, han estado trabajando juntos bajo la denomi-
rutción de «Proyecto Internacional Q».

1. Los logia arameos de Papías

Existen dos términos, con una misma raíz, que frecuente-


mente han sido considerados como referidos a los dichos de Je-
Nlls: logia (en griego, A.óyLa; sing., A.óywv), y logoi (en griego,
l..úym; sing., A.óyo~). Puesto que uno de ellos, logia, fue utiliza-
do a principios del siglo II por Papías en referencia a Mateo, se
Nupuso inicialmente que con él se estaba designando a Q. Fue a
purtir del descubrimiento del Evangelio de Tomás, en el que se
denomina logoi a los dichos de Jesús, cuando comenzó a aban-
donarse la tendencia a utilizar logia para designar a Q. Esta cues-
t iún resultó ser mucho más que un debate insignificante sobre
terminología, ya que tras ella se escondía un interés apologético,
11 saber, el origen mateano, y por tanto apostólico, de Q.

11) Los logia de Papías como colección aramea de dichos de


Jesús atribuidos a Mateo. Friedrich Schleiermacher

En 1832, Friedrich Schleiermacher interpretó los textos de Pa-


pías, escritos a comienzos del siglo II 3, asumiendo que el térmi-
no logia (A.óyLa) se refería a los dichos de Jesús. Papías, en efec-
to, había escrito una obra titulada Aoyí.wv X'UQLax&v E~TÍYTJOL~,
que Schleiermacher identificó como un escrito titulado Exégesis
ele los dichos del Señor. En ella, Papías declara que Ma'titaio~
flFV ouv •EJ3gatbL bLaAÉX'tq> 'ta AóyLa auve'tá~am, ~Q¡..ti¡veu­
n~::v &' au'ta w~ ~V buva'tO~ EXUO'tO~, lo cual fue interpretado
por Schleiermacher así: «Mateo compuso los dichos en el dialec-
to hebreo [= arameo], y cada uno los interpretó como pudo».
Schleiermacher defendió la tesis de que la fuente aramea no era

3. Eusebio, Hist. ecc/. 3, 39, 16. Los textos de Papías son ahora accesibles
en Synopsis Quattuor Evangeliorum (Deutsche Bibelgesellschaft 15), ed. Kurt
Aland, Stuttgart, redivierte Aufl. 1996, 2. korrigierter Druck 1997, 547.
22 El Documento Q

lo mismo que el evangelio canónico de Mateo (como Papías ha-


bía erróneamente supuesto), sino una fuente perdida, escrita por
el apóstol y subyacente al actual evangelio canónico de Mateo
(otorgándole, así, el nombre y la autoridad del apóstol). Dicha
fuente estaría formada por «logia>>, término erróneamente enten-
dido por Schleiermacher, quien creía que se refería a «dichos»:
Mateo escribió una colección de dichos de Jesús, que conte-
nía bien sentencias individuales, o discursos más extensos, o
ambas cosas a la vez, sin duda lo más probable; ya que la
propia expresión de Papias no puede haber querido decir otra
cosa 4 •

Puesto que Schleiermacher creyó que la colección de dichos


de Mateo no había sido utilizada en los demás evangelios canó-
nicos y, consecuentemente, tampoco por Lucas 5, no puede ser
considerado el descubridor de Q. Sin embargo, al fundamentar
su tesis en un testimonio patrístico tan antiguo, inevitablemente
sugirió que la colección tenía origen apostólico. Dificilmente
puede exagerarse el peso que este argumento ha tenido a lo lar-
go de todo el siglo XIX. Fue también él quien empezó a utilizar
el término logia, procedente de Papías, como término técnico
(inexacto) para designar lo que mucho después llegarla a cono-
cerse como Q.

b) «El auténtico Mateo» que también utilizó Lucas.


Christian Hermann Weisse

En 1838, el filósofo de Leipzig Christian Hermano Weisse pre-


sentó por vez primera el argumento sobre el que se fundamenta la
existencia de Q, a saber: que tanto Mateo como Lucas utilizaron,
además del evangelio de Marcos, una colección de dichos:
Si aceptamos en relación con la obra mencionada [el evange-
lio de Lucas] que se sitúa respecto a Marcos en una relación
similar a la del evangelio de Mateo; y que, como éste último

4. F. Scheleiermacher, Ueber die Zeugnisse des Papias von unsern beiden


ersten Evangelien: TSK 5 (1832) 735-768, aquí 738.
5. /bid., 757.
Introducción 23

[Mateo], sólo que con más libertad y buscando un cierto prag-


matismo en la narración, entreteje en la trama de la narración
de Marcos los l..óyw de Mateo además de un impresionante
número de otras informaciones adicionales, permaneciendo
sin embargo a lo largo del proceso completamente indepen-
diente de nuestro evangelio de Mateo así como [Mateo] se
mantiene independiente respecto de [Lucas], se constatará
que, en la medida en que esta tesis no contradice los testi-
monios históricos sobre el evangelio de Lucas, tampoco es
necesaria ninguna justificación preliminar externa de la mis-
ma. En las palabras iniciales de su obra, el propio Lucas nos
dice que ha utilizado testimonios externos sobre el itinerario
vital del Redentor, los cuales estarían más cerca de la primera
fuente [Marcos] ... Pero, después de todo lo que hasta ahora
hemos ido haciendo notar, el supuesto de que entre las fuentes
por él utilizadas se encuentran los escritos de Marcos y el au-
téntico Mateo [es decir, Q] resulta tan verosímil que debería-
mos sorprendernos extraordinariamente si ese no fuera el ca-
so. Por tanto, podemos avanzar confiadamente por el camino
que hemos emprendido en relación también con Lucas, con la
conciencia de que precisamente de esta forma damos cuenta
de los testimonios históricos del mejor modo posible 6•

Esto nos conduce a reflexionar brevemente acerca de la rela-


ción entre los otros dos sinópticos al margen de su conexión co-
mún con Marcos. Como previamente hemos indicado, pensa-
mos que dichas relaciones son independientes, entendiendo por
ello que cada uno de los dos evangelistas usó las fuentes comu-
nes de forma independiente, no que cada uno de ellos recurrie-
ra, en toda o la mayor parte de su obra, a fuentes no utilizadas
por el otro. Nuestra convicción más firme es que, no sólo Mar-
cos, sino también la colección de dichos de Mateo es fuente co-
mún para ambos 7•

6. Ch. H. Weisse, Die evange/ische Geschichte kritisch und philosophisch


hmrbeitet (2 vols.) 1, Breitkopfund Hiirtel, Leipzig 1838, 55-56.
7. /bid., 83. Este es el decisivo pasaje en relación al origen de la hipóte-
~is Q citado por W. G. Kümmel, Das Neue Testament: Geschichte der Erfor-
.~chung seiner Probleme (Orbis Academicus 3.3: Problemgeschichten des Wis-
Ncnschaft in Dokumenten und Darstellungen), Karl Alber, Freiburg-München
1958, 185.
24 El Documento Q

e) «A» (L) para A.óyLa. Heinrich Julius Holtzmann

En 1863, Heinrich Julius Holtzmann presentó una compara-


ción detallada entre los dichos de Mateo y Lucas de un modo tan
convincente que consiguió la aceptación general de Q 8 • En efec-
to, a pesar de la persistencia de algunos puntos de vista minorita-
rios, la hipótesis que afirma la existencia de esta fuente continúa
siendo hasta hoy la posición predominante, aunque, evidente-
mente, a lo largo de todos estos años haya sido perfeccionada en
varios aspectos.
Holtzmann, todavía por deferencia a los logia de Papías, lla-
mó a esta fuente de dichos «A» (L):
Más bien nos adherimos a la hipótesis, perfectamente sencilla, de
que existe otra fuente griega compartida por Mateo y Lucas. En
lo sucesivo, y en espera de que se demuestre cuál es su naturale-
za precisa, designaremos dicha fuente con la sigla A {Aóyt.a) 9•

2. Los A.óym del Evangelio de Tomás

a) P. Oxy. l. Bernhard P. Grenfell y Arthur S. Hunt

En 1897, la publicación realizada por Bernhard P. Grenfell y


Arthur S. Hunt del P. Oxy. 1, formado por fragmentos proceden-
tes de una colección desconocida de dichos (en la que ahora re-
conocemos al Evangelio de Tomás), con el título de AOriA IE-
l:OY, ilustra hasta qué punto se había extendido el uso del
término A.óyLa para designar estas colecciones de dichos. En la
reedición de la obra, un año después, los autores resumían la re-
cepción inicial de aquella publicación:
Finalmente, respecto a las cuestiones sobre los orígenes y la
historia, declarábamos en dicha edición nuestro convencimien-
to en relación a cuatro puntos: 1) que estamos en presencia de
una colección de dichos, no de extractos procedentes de una na-
rración evangélica; 2) que no son dichos heréticos; 3) que son

8. H. J. Holzmann, Die synoptischen Evangelien: lhr Ursprung und ge-


schicht/icher Charakter, Engelmann, Leipzig 1863.
9. /bid., 128.
Introducción 25

independientes de los cuatro evangelios en su forma actual; 4)


que son anteriores al año 140 d.C. y podrían incluso retrotraer-
se hasta el siglo l. Como es natural, estas afirmaciones, espe-
cialmente la primera, han sido calurosamente discutidas. Se ha
intentado mostrar que los «Logia» son extractos del Evangelio
de los Egipcios (Harnack), del Evangelio de los Hebreos (Ba-
tiffol) o del Evangelio de los Ebionitas (Zahn); y, a partir de di-
ferentes puntos de vista, se han descubierto en ellos tendencias
místicas, ebionitas o terapéuticas. Por otro lado, nuestra posi-
ción ha recibido el apoyo general de críticos tales como Swete,
Rendel Harris, Heinrici y Lock; y, hasta el momento, la discu-
sión ha tendido a confirmarnos en nuestra opinión original 10 •

h) Recordando los A.óyta 1 A.óym de Jesús.


J. Rendel Harris y Walter Lock
Evidentemente, P. Oxy. 1 provocó una discusión considera-
ble. J. Rendel Harris llamó la atención sobre la fórmula de intro-
ducción repetida en cada uno de los dichos, Myet 'I(TJOOü)~.
1dcsús dice», relacionándola con la fórmula de Hch 20, 35:
llVTJI!OVE'ÚELV 'tE 'tOOV A.óywv 'tOÜ X'UQLO'U 'ITJOOÜ O'tL aÜ'to~ ei-
rrrv, «para recordar las sentencias de Jesús, el cual dijo ... >>. Da-
do que prácticamente la misma fórmula aparece también en 1
t'lcm 13, 1; 46, 7 y Poi. Fil. 2, 3, Rendel concluía:
Aquí encontramos la misma peculiaridad, es decir, una cita-
ción de Logia, que no proceden de nuestros evangelios, junto
con un prólogo que hace referencia al recuerdo de lo que Él
dijo. Además, hemos visto que este fenómeno se repite cuatro
veces. Concluimos que dicho prólogo fue la fórmula intro-
ductoria del libro, el cual empezaría seguramente de un modo
parecido a este: «Debemos recordar qué cosas dijo nuestro
Señor en sus enseñanzas, pues Él dijo ... » y, a continuación,
vendría probablemente el primer Logion 11 •

10. B. P. Grenfell-A. S. Hunt, AOriA IIU:OY: Sayings ofour Lord,


Henry Frowde for the Egypt Exploration Found, London 1897, vuelto a publi-
car como: ''l. AOrlA IIU:OY», en The Oxyrhynchus Papyri 1, Egyptian Ex-
ploration Fund, London 1898, 1-3, aquí 2.
1 l. J. R. Harris, The Logia and the Gospels: Contemporary Review
( 1R97) 346-348, aquí 348.
26 El Documento Q

Aunque la fórmula de recuerdo resultó estar ausente de la


primera línea del Evangelio de Tomás, Rendel Harris tenía razón
al intuir que la fórmula estándar mediante la cual se introduce
cada dicho había sido tomada de esa frase inicial. No reparó, sin
embargo, en el hecho de que esa fórmula de recuerdo sólo habla
de A.óym, nunca de A.óyta (aunque Poi. Fil. 2, 3 no usa ninguno
de los dos términos). Walter Lock, también bajo el estímulo de
P. Oxy. 1, defendió ese mismo año una tesis muy parecida en la
que, sin embargo, conjeturaba con más coherencia que el título
del escrito debía ser Aóyot 'lfiOO'Ü:
Además, existen dos puntos en los que yo introduciría un ca-
veat, un caveat que la historia de la discusión parece hacer ne-
cesario. Pienso, en primer lugar, que deberíamos adoptar una
posición flexible en relación al título exacto Aóyta. No digo
que sea incorrecto, pero es preciso recordar que carece de
cualquier autoridad como título de este documento. A muchos
puede parecerles una sugerencia muy probable, sin embargo,
teniendo en cuenta que la frase A.óyta 'h¡ooü no aparece en
ninguna parte, que el término A.óyta o 'ta Aóyta con E>eoü o
'tO'Ü KuQÍ.OU o KuQtaxá, parece significar en la mayor par-
te de los casos, tanto en el siglo 1 como en el 11, bien el Anti-
guo Testamento bien la totalidad del mensaje evangélico, y
considerando pasajes tales como Hch 20, 35; Ap 21, 5, Clem.
Rom. XIII y los JtW'tOL Aóym de las Epístolas pastorales, me
parece al menos igualmente probable que el título real fuera
Aóym 'h¡ooü. De cualquier forma, si Logia fuera correcto,
«dichos» seria una traducción poco adecuada. La expresión
«sentencias solemnes» u «oráculos» reproduciría mejor las
connotaciones autoritativas del término 12 •

e) Petición de principio en el uso de A.óyta.


J. Armitage Robinson
Partiendo de aquí, ya en 1902 Armitage Robinson rechazó el
uso del término A.óyta para Q por considerarlo una «petición de

12. W. Lock, Ch. 3. Interpreta/ion ofthe Text, en W. Lock-W. Sanday,


Two Lectures on the «Sayings ofJesus» Recently Discovered at Oxyrhynchus,
C1arendon, Oxford 1897, 15-27, aquí 16.
Introducción 27

Jll'lncipim>, ya que sugería que Q debía ser identificado con los


lo~ia de Mateo mencionados por Papías:

Querría dar aquí un aviso extremadamente necesario en rela-


ción a la confusión introducida por el intento de dar un nom-
bre a este documento perdido ... No tenemos ninguna eviden-
cia de que alguna vez haya existido un libro titulado Logia, y
aplicar este nombre al documento que estamos considerando
supone cometer una petición de principio y prejuzgar nuestro
estudio. Debemos conformarnos con hablar de nuestro docu-
mento perdido como el documento griego no-marcano utili-
zado por san Mateo y san Lucas. Logia es un nombre carga-
do de presupuestos. Desearía que no volviéramos a oírlo en
conexión con esto 13 •

1\sta crítica a la etiqueta logia, como título que presupone


111111petición de principio, ha sido repetida con tanta frecuencia 14,
liiiC entre los estudiosos de lengua inglesa ha dejado de utilizar-
He por completo en referencia a Q. En Alemania, sin embargo,
nlm continúa en uso.

ti 1 P. Oxy. 654: A.óyoL


La publicación en 1904 del P. Oxy. 654, en el que se conservan
has palabras introductorias de la misma colección de dichos ya
testimoniada por P. Oxy. 1 (demostrando con ello que se trataba
del Evangelio de Tomás), hizo que el rechazo de A.óyw. a favor de
).óym resultara insoslayable 15 • En efecto, la fórmula con la que

13. J. A. Robinson, The Study ofthe Gospels, Longmans-Green & Co.,


l.undon-NewYork-Bombay-Calcuta 1902, quinta reimpresión (citada en el ori-
¡¡lnlll inglés) 1909, 68-70.
14. El argumento de la «petición de principio» fue repetido por B. W. Ba-
wn, A Turning Point in Synoptic Criticism: HTR 1 ( 1908) 55; Id., Studies in
M1111hew, Henry Holt, London 1930, 92, en su critica a los exegetas alemanes,
I(Uienes presuponían que la frase de Papías O'Úvtal;~ 'tWV A.oyí.wv se refería a
<), designándola como una colección de dichos (Spruchsammlung). Cf. tam-
hién, más abajo, J. C. Hawkins, Horae Synopticae, Clarendon, Oxford 1899,
MClJUnda edición revisada y aumentada 1909, reimpreso 1968, 107.
15. En realidad, dicha conclusión se vio dificultada por dos errores del
copista que habrían podido oscurecer la naturaleza del comienzo: 01-
TOIOIOIAOfOIOI( ... ], es decir, o<Ú>'tot oL{ot} A.óyot ot ( ... ). Cf. B. P.
28 El Documento Q

comienza P. Oxy. 654 utiliza A.óym: o<Ú>'tm ol {m} A.óym ol


(arcÓKQUcpOL o'Ü~ eA.á-]ATJOEV 'IT](aou)~ Ó ~<ÚV ... («Estos son
los dichos [secretos] [que] Jesús [dijo ... ] el Viviente»). Enterados
de esto, y ante los argumentos de Rendel Harris y Lock, Grenfell
y Hunt se retractaron formalmente del uso que habían hecho del
término logia en el título de su primera publicación:
Existe un considerable parecido entre el esquema de 11, 1-3,
«las palabras ... que dijo Jesús ... y dijo» y la fórmula emplea-
da para introducir algunas de las citas más antiguas de los di-
chos de nuestro Señor.
. . . Al tratar la serie presente de dichos, todas las cuestiones
concernientes al significado de este último término [logia]
deben quedar al margen 16 •

Kirsopp Lake 17 manifestó inmediatamente su apoyo a este


cambio de terminología:
... Pocas veces la critica ha estado tan absolutamente justificada.
Se ha descubierto el título y ha resultado ser Logoi, no Logia.

Enseguida, Adolf Hamack propuso como título de Q: Aóym


'tOU KUQLOU 'ITJOOU, «Dichos del Señor Jesús» 18 •

Grenfeii-A. S. Hunt, New Sayings ofJesus and Fragment ofa Lost Gospe/ from
Oxyrhynchus, Henry Frowde-Oxford University Press American Branch, Lon-
don-New York 1904, vuelto a publicar como 654. New Sayings ofJesus, y 655.
Fragment of a Lost Gospe/, en The Oxyrhynchus Papyri, Part IV, Egyptian Ex-
ploration Fund, London 1904, 1-22, 22-28. Grenfell y Hunt transcribieron erró-
neamente: {ol} 'tOLOL ol Aóym ol [ ... ].
16. B. P. Grenfell-A. S. Hunt, New Sayings ofJesus and Fragment of a
Lost Gospe/from Oxyrhynchus, 13.25; Id., The Oxyrhynchus Papiri, Part IV
(donde se usa el original griego A.óyOL en vez de una traducción inglesa), 13.
17. K. Lake, The New Sayings ofJesus and the Synoptic Prob/em: HibJ 3
(1905) 332-341, aquí 333. Para una cita completa de esta casi definitiva decla-
ración, cf. J. M. Robinson, The ((/ncipit» ofthe Sayings Gospe/ Q: RHPR 75
( 1995) 9-33, aquí 23-24.
18. A. Harnack, Sprüche und Reden Jesu: Die zweite Que/le des Mat-
thaus und Lukas (Beitriige zur Einleitung in das Neue Testament, 2), Hinrich-
s 'sebe Buchhandlung, Leipzig 1907, 132. Hamack señala que esta posición ya
había sido anticipada por R. Harris y Lake, 132, nota l. A. Polag, Fragmenta
Q: Textheft zur Logienque//e, Neukirchener Verlag, Neukirchen-Vluyn 1979,
2 1982, 28, sigue en este punto a Hamack. l. Havener, Sayings ofthe Lord Jesus,

en Q: The Sayings ofJesus. With a Reconstruction of Q by A thanasius Po lag


Introducción 29

,. 1 muso en el siglo 1: A.óym = «dichos»


Podemos resumir como sigue toda la información que posee-
llllls procedente de la segunda mitad del siglo 1 en relación con
In ulilización del término A.óym, nunca A.óyw, para designar di-
rhos de Jesús:
l. En la conclusión del Sermón Inaugural de Q (Q 6, 47-49),
donde esperaríamos encontrar algo semejante a un título o una
llnsc introductoria apropiada, aparece la exhortación no sólo a
I'Ncuchar, sino también a guardar los A.óym de Jesús (1ta¡; ó
t'txoúwv f..t01J 'tOU¡; A.óyou¡; xal, [f..til) 3tOUi>V au'to'Ú¡; ... , «todo el
que escucha mis palabras/dichos y [no] los pone en práctica ... »).
1 'Juramente se refiere a los «dichos» inmediatamente preceden-
les que componen el Sermón Inaugural. Esta fórmula se mantie-
lll' como conclusión en el Sermón del Monte de Mateo (Mt 7,
M-27) y en el Sermón del Llano de Lucas (Le 6, 47-49).
2. La fórmula de Q 7, 1 (xal, eyÉvE'tO O'tE E3tAi¡QWOEV 'tOU¡;
A.úyou¡; 'to'Úmu¡;, «y sucedió que cuando terminó estos di-
dios»), adoptada por Mateo como conclusión estereotipada en
lrcs de sus cinco grandes discursos (Mt 7, 28; 19, 1; 26, 1), uti-
lil.n el término A.óym para designar esas colecciones de dichos
de Jesús. La escena que viene inmediatamente a continuación en
(), «La fe del centurión en la palabra de Jesús»>, destaca la fe del
centurión en la autoridad del A.óyo¡; de Jesús (Q 7, 7).
3. Pablo ( 1 Tes 4, 15) utiliza A.óyo¡; en la fórmula introduc-
loriu de un dicho que atribuye al Señor (ev A.óycp xugí.ou, «en un
ti il:ho del Señor»).
4. Hch 20, 35 hace uso del término A.óym en lo que parece
huberse convertido en una fórmula estereotipada, que se utiliza
Jlura introducir dichos de Jesús: f..I.VfJf..tOVE'ÚELV 'tE 't&v A.óywv
to'Ü 'K1JQÍ.01J '1 TJOO'Ü O'tL au'to¡; ElJtEV («recordar los dichos del
Señor Jesús, que Él dijo ... »). Reaparece en 1 Clem 13, 1: f..I.Ef..I.VTJ-
ItfvOL 'tÜ>V A.óywv 'tO'Ü xugí.ou 'lfJOO'Ü, o'Ü¡; eA.áA.rJOEV («recor-
dando los dichos que pronunció el Señor Jesús»), seguida de la
exhortación a obedecer los «dichos santos» de Jesús (mi:¡; á.yto-

(UNS), Michael Glazier, Wilmington DE 1987; reimpresión Liturgical Press,


<'ullegeville MI 1990, 123.
30 El Documento Q

:1tQE:7tÉOL A.óymc;; 1 Clem 13, 3), donde de nuevo el autor se re-


fiere a los dichos de Jesús como sus A.óym. Lo mismo ocurre en
1 Clem 46, 7: J.lvrl<rlh'Jte t<i>v A.óywv toü 'X'UQÍ.O'U 'lfl<JOÜ («Re-
cordad los dichos del Señor Jesús»).
5. Ap 22, 6 se refiere a la revelación de Cristo resucitado:
Kat ebtév J.lOL" oÚtoL oí A.óym motot xat Ó.ATJ'Íhvoí. («Y me
dijo: Estos dichos son dignos de fe y verdaderos»).
6. Didajé 1, 2-3a obtiene su título a partir del uso que hace
en la frase inicial de una fórmula introductoria de dichos (desig-
nados como A.óym) seguida de su interpretación (en este caso su
~tbax.~. «enseñanza»). En efecto, la Didajé comienza con el nú-
cleo fundamental de los dichos de Jesús (A.óym) que, según Did
1, 2, consiste en la combinación del amor a Dios y al prójimo
(Me 12, 30-31) con la versión negativa de la regla de oro (Q 6,
31 ). A continuación viene la fórmula: to'Útwv ~e t<i>v A.óywv ~
~L~ax.~ eotLV a'Ütfl, «ahora bien, la enseñanza de estos dichos
es esta» (Did 1, 3a). Es prácticamente la misma fórmula que en-
contramos en el dicho introductorio del Evangelio de Tomás, co-
locado en una posición similar: [oc; üv ti]v ÉQJ.lflVEL]av t<i>v
A.óywv to'Út(<i>v eügn ... ] 19, «quienquiera que [encuentre] la [in-
terpretación] de estos dichos ... » 20 • La traducción latina de Rufi-

19. La restauración de la laguna está asegurada por la traducción copta,


aquí completa (Nag Hammadi 11, 2, 32.13), en la cual el término griego
ÉQJLTJVEla es utilizado como palabra prestada y el témino copto cyue pro-
porciona la traducción sahídica estándar de la palabra M>yo~. Ambos aparecen,
por ejemplo, aquí y en la propia introducción, lugares donde también se con-
serva en P. Oxy. 654 el término griego M>yw.
20. Cf. también Me 4, 34, donde el término sinónimo btí.A.uo~ está pre-
supuesto y se entiende como <<resolución», es decir, como la explicación de las
«parábolas» oscuras de Jesús: XWQU; M JtaQafJol..it~ oux el..ái..Et au"toi;, xa"t'
i.blav bf: "toi; ¡Laihj"tai; btÉI..uev Jtána («Y no les hablaba sin parábolas,
pero en privado les explicaba todo a sus discípulos»). El término técnico
JtUQQTJOla se usa para expresar este tipo de franqueza o libertad de palabra en
su grado más elevado (Me 8, 32): xat JtUQQTJOLq "tOV l..óyov el..ái..Et («y les
decía estas palabras con toda claridad»). Jn 16, 25.29 emplea un contraste aná-
logo entre l'tUQOLJLLa («adivinanza») y JtUQQTJOLa («franqueza», «claridad»)
para referirse a los dichos oscuros de Jesús y su interpretación. La fórmula her-
menéutica que aparece en la exégesis pesher de Qumrán es similar. El papel
que en el género de Jos evangelios juega esta idea de interpretar los dichos de
Jesús ha sido discutida en el prólogo (Einleitung) a la obra de J. M. Robinson,
Messiasgeheimnis und Geschichtsverstiindnis: Zur Gattungsgeschichte des
Markus-Evangeliums (TB 81), Chr. Kaiser, München 1989, V-IX, aquí IX.
Introducción 31

1111 1lcl término 6t6axi), que aparece en la primera línea de la Di-


,¡,,¡,:, es justamente interpretatio 21 •
l. El comienzo de P. Oxy. 654 (Evangelio de Tomás) per-
h•lll'l~C claramente a esta lista en razón del uso que hace del
11\nuino A.óym: o<Ú>tot ot {ot} A.óym ot [a:rtóxeu<pot oü<;
H.úiiA.tJUEV 'IT]{aoü)<; ó t;wv ... («Estos son los dichos [se-
lll'los que pronunció] Jesús el Viviente»), inmediatamente se-
IJlllldo de la frase donde se invita a buscar su «interpretación»
1iotJiliiVEta). Esta formulación se repite, probablemente como
111111nción consciente, en el comienzo del Libro de Tomás (el
t 'ompctidor) (Código de Nag Hammadi 11, Tratado 7). Pues, en
,,l~cto, empieza con: «Los dichos secretos que el Salvador dijo
''.ludas Tomás, los cuales yo, también yo Marias, anoté mientras
lhu cuminando, oyéndoles hablar entre SÍ>). En ambos casos se
llll'nciona el nombre del escriba. El comienzo del Baruc grie-
jlO, prácticamente contemporáneo, es parecido: Kai. oÚtoL ot
~t'lym tO'Ü ~L~ALOU, oÜ<; eyempev Baeoux ULO<; NT]QLOU ULO'Ü
Mwwmou.
X. El Cristo resucitado de Le 24, 44 utiliza una fórmula casi
hl~·nlica a la de P. Oxy. 654: oÚtot ot A.óyot ~ou oÜ<; eA.áA.T]aa
lll'Ú~ 'Ú~d<; EtL WV crUV 'Ú~LV.
El uso frecuente de A.óyot durante el siglo 1, en este sentido
1'11nsi técnico, junto con la total ausencia del término A.óyta en
rrlcrcncia a los dichos de Jesús, indica con claridad que debe-
mos hablar de Q como A.óyot y no como A.óyw.

1) Uso en el siglo 11: A.óyta = «oráculos»

Por su parte, se usa A.óyta en su sentido habitual (Liddell-


Scutt: «Oráculo, especialmente cuando se ha preservado desde
tiempos antiguos ... , más frecuente en plurab)) en Rom 3, 2; Hch
7, 38; Hb 5, 12; 1 Pe 4, 11 -y presumiblemente también en Pa-
plas 22-. Dieter Lührmann ha demostrado claramente que Papías

21. Eusebio, Hist. eccl. 2, 2, 253.


22. J. C. Hawkins, Horae Synopticae, p. XIII, traduce la referencia de Pa-
tlhlll como: «Mateo compuso los oráculos ... >>. K. Lake traduce: <<Interpretación
1lc los oráculos del Señom, <<Mateo recopiló los oráculos .. ,)), en Eusebius: The
l:'l'desiastical History wilh an English Translation 1 (LCL, 2 vols.), Heine-
32 El Documento Q

no reprodujo con su término A.óyLa la terminología original; más


bien lo que hizo fue dar un significado nuevo a los dichos de Je-
sús, y de ahí que utilizara también una terminología nueva.
La tesis de este estudio es que, en los inicios de las investiga-
ciones sobre Q, se produjo un malentendido debido a la inter-
pretación que Schleiermacher dio a los comentarios de Papías
sobre los evangelios de Mateo y Marcos. A lo largo del siglo
XIX, la hipótesis de las dos fuentes fue desarrollada, en parte,
de forma independiente respecto a dicha interpretación, y en
parte, apelando a ella. Al final del siglo XIX rompió definiti-
vamente toda vinculación con la misma, viéndose, sin embar-
go, ahora sustentada en buena medida por el descubrimiento
de nuevos evangelios apócrifos ...
Pero, en la medida en que Papías entendió los dichos de Jesús
como A.óyta, según el sentido estricto del término, les otorgó
a ellos, no a la palabra griega A.óytov, un significado nuevo.
Papías se sitúa, así, como iniciador de una tradición que po-
demos retrotraer hasta el siglo 11 ...
Papías fue el primero en entender los dichos de Jesús como si
fueran oráculos preservados desde la antigüedad. Pero al no
encontrar para ellos en toda la tradición anterior más que tra-
ducciones y/o interpretaciones pobres, a veces incluso falsas,
y teniendo en cuenta que un oráculo requiere siempre una in-
terpretación, quiso proporcionarles él mismo una 23 •

De hecho, esto se hace evidente en el uso del propio Papías. En


efecto, utiliza A.óym cuando se refiere a dichos, sean estos de los
presbíteros ('tOU'!; 'tOOV 3tQEO~U'tÉQOOV UVÉ'XQLVOV J..óyOU'!; [«in-
dagué en los dichos de los presbíteros»]), de los apóstoles ('tOU'!;
~ 'tWV a1tomóA.oov A.óyou'!; [«los dichos de los apóstoles»]) o la
interpretación que hace Aristón de los dichos de Jesús ('toov toi:í
xugí.ou A.óyoov ~LfJyrlOEL'!; [«interpretaciones de los dichos del
Señor))]) 24 • Papías cambia luego al uso de A.óyLa cuando dice que

mann-Harvard University Press, London-Cambridge MA 1926, reprint 1959


(aquí citada), 291.297.
23. D. Lühnnann, Q: Sayings of Jesus or Logia?, en R. A. Piper (ed.),
The Gospel behind the Gospels: Current Studies on Q (NovTSup 75), Brill,
Leiden 1995, 97-116, aquí 97-98.108.111.
24. Eusebio, Hist. ecc/. 3, 39, 4. 7 .14.
Introducción 33

111 Pedro, ni por tanto Marcos, introdujeron orden alguno en los


tll'l\culos del Señor (oux &mteQ uúvtastv 'toov xugtaxoov nowú-
t••·v,,~ A.oyí.wv [«sin introducir, por así decir, orden alguno en los
ttrú~:u los del Señor»]) 25 • Puesto que, con toda seguridad, los A.óyta
,¡,.Marcos no se refieren solamente a los dichos de Jesús, lamen-
' ·tún que sigue inmediatamente, relativa a la recopilación efectuada
por Mateo ('ta A.óyta ouvE'tása'to [«coleccionó los oráculos>>]),
no debe entenderse tampoco referida sólo a dichos, sino a la tota-
lhlnd del evangelio de Mateo 26 • El libro de Papías, al que Eusebio
menciona por su título Aoyí.wv xugtaxoov esrtrr1oew¡;; («<nter-
ttrctación de los oráculos del Señor») 27, no limitaba su contenido a
11ichos de Jesús, sino que incluía también «hechos maravillosos y
otros pormenores» 28 tales como, por ejemplo, la resurrección de un
l'ndúver en relación con las hijas de Felipe, otro milagro asociado
con Justo Barsabás, y un mileniarismo que disgustó profundamen-
ll' u la inteligencia de Eusebio 29 • Por tanto, el vocabulario de Papías
1111 proporciona ningún fundamento válido para pensar que su refe-
l'encia al evangelio de Mateo como escrito formado por A.óyta sea
d resultado de haberlo confundido con lo que seguramente era una
referencia a una colección anterior de dichos. En resumen, Papías
no proporciona evidencia alguna a favor de que A.óyta fuera utili-
lmlo como un término técnico para designar los dichos de Jesús en
el cristianismo primitivo, lo cual habría podido justificar el empleo
de dicho término en la investigación moderna para designar la
thente de dichos utilizada por Mateo y Lucas.

l. Qpara designar Quelle, <<fuente»

11) Q en vez de A.óym


En la práctica, sin embargo, ni el descubrimiento realizado
por Rendel Harris y Lock de la fórmula de rememoración de los
25. /bid.,3,39,4.15.
26. /bid., 3, 39, 16.
27. /bid., 3, 39, l.
28. /bid., 3, 39, 8: 3tUQábo!;á 'tLVa UrtOQEl xai alla.
29. /bid., 3, 39,9-13.
34 El Documento Q

A.óyot de Jesús, ni el hallazgo por parte de Grenfell y Hunt de la


introducción a la colección de A.óym contenidos en P. Oxy. 654,
que es, realmente, la introducción del Evangelio de Tomás, ni
tampoco la propuesta defendida por Harnack de elevar A.óym al
rango de término incluido en el título de Q, condujo a la sustitu-
ción de Logia por Logoi como término técnico entre los estudio-
sos. En su lugar se impuso la designación Q como alternativa pa-
ra reemplazar la sigla A de Holtzmann (la cual, sin embargo,
hubiera podido redefinirse como una abreviación de Aóym).
«Q.» (con un punto, cuya función es dejar claro que debe en-
tenderse como una abreviatura de Que/le, «fuente») se utilizó por
primera vez en 1880 30, pero «Q» no fue usada simplemente como
un símbolo hasta la década de los 90, a partir de Johannes Weiss:
... una dependencia respecto al Marcos primitivo (A) está ex-
cluida, pues aquí Lucas no refleja en absoluto a Marcos. En
general, ambos siguen otra fuente común, a saber, Q31 •

30. F. Neirynck ha estudiado la historia de la designación Q en pugna con


otras designaciones sugeridas: The Symbol Q (= Que/le): ETL 54 ( 1978) 119-
125; Once More: The Symbol Q: ETL 55 (1979) 382-388, ambos artículos han
sido de nuevo publicados en su colección de ensayos Evangelica: Gospel Stu-
dies-Études d 'Evangile, Peeters and Leuven University Press, Leuven 1982,
683-689.689-690. En ellos Neirynck retrotrae el uso de Q a J. Weiss en 1890; en
un escrito posterior, Note on the Siglum Q, incluido en el segundo volumen de
la colección de ensayos Evangelica 11: 1982-1991, Leuven University Press and
Peeters, Leuven 1991,474, lo retrotrae hasta el artículo de E. Simons publica-
do en 1880, Hat der dritte Evangelist den kanonischen Matthiius benutzt?, Uni-
versitiits-Buchdruckerei von Carl Georgi, Bonn. Simons utilizó la sigla como
una abreviación de Que/le en una disertación en la Kaiser-Wilhelm-Universitiit
de Estrasburgo, con la que consiguió persuadir a su profesor H. J. Ho1tzmann
para que abandonara su teoría del Urmarkus: H. J. Ho1tzmann, Lehrbuch der
historisch-kritischen Einleitung in das Neue Testament, Freiburg i.B. 2 1886,
357.363-365. Neirynck cita a Simons para aclarar que este usa normalmente A,
sobre todo cuando discute la posición de Ho1tzmann. Sin embargo, cuando la
posición de B. Weiss aparece implicada. Simons utiliza a veces «A (resp. Q.)»
(p. 29), «A (Q)» (p. 30), o simplemente «Q. (Die apostolische Quelle nach W.)»
(p. 22), «die W.'sche Q.>> (p. 95), o simplemente «Q.>> (p. 68). Esto podría indi-
car que B. Weiss ya habría introducido la designación «Q.». Sin embargo, la
fuente a la que se refería Weiss era mucho más extensa de la actual Q, pues in-
cluía, por ejemplo, gran cantidad de material narrativo: «Die Aufstellung der
Matthliusquelle (Q)», en Die Que/len der synoptischen Oberlieferung (TU 32,
3), J. C. Hinrichs'sche Buchhandlung, Leipzig 1908, 1-75.
31. J. Weiss, Die Verteidigung Jesu gegen den Vorwurf des Bündnisses mil
Beelzebul: TSK 63 ( 1890) 557, citado por Neirynck, The Symbol Q (=Que/le),
Introducción 35

M1\H tarde, el símbolo fue aceptado por Paul Wemle en 1899:


ult,•nnminemos a esta -hipotética- fuente Q» 32 •
.Ioim Caesar Hawkins ilustra el proceso por el cual el cambio
11 l'nvnr del uso de «Q» prevaleció sobre el que prefería Logoi.
l1 h•,·tivumente, en 1909 escribía:
La fuente ampliamente utilizada por Mateo y Lucas, al mar-
gen de Marcos. En la primera edición de este libro (1899) el
titulo de esta sección era: «Los Logia de Mateo como una
fuente probable». Desde entonces, los investigadores ingleses
y estadounidenses han seguido mayoritariamente a los alema-
nes en la designación de esta fuente como Q (=Que/le}, pues
ha sido admitido de forma general que denominarla «Los Lo-
gia de Mateo» supondría caer en una petición de principio, ya
que se asumía como algo cierto que Mateo y Lucas utilizaron
el documento mencionado por Papías ... Pero el abandono de
este nombre en favor del símbolo neutral Q no implica nece-
sariamente querer provocar la petición de principio en sentido
contrario, ignorando las razones existentes para seguir mante-
niendo que los dos únicos documentos mencionados por el
autor más antiguo interesado en el problema de las fuentes
son precisamente esos dos que de una forma tan patente se ha-
cen reconocibles en el primer y tercer evangelios 33 •

1>e este texto se desprende con claridad que Hawkins todavía


Identificaba los A.óyta de Papías con Q. La petición de principio
hu quedado simplemente encubierta, disimulada bajo el inofen-
Nivo símbolo objetivo Q. En realidad, todavía en el año 1911
lluwkins seguía abogando por el título Kugtaxa Aóyta, sobre
In base del testimonio de Papías 34 •
ttHh, nota 17. Para entonces el punto ya había desaparecido. Cf. además J.
Wri~s. Die Parabelrede bei Markus: TSK 64 (1891) 291; Id., Die Komposition
dr'r Jynoptischen Wiederkunftsrede: TSK 65 ( 1892) 248; Id., Die Predigt Jesu
~·om Reiche Gones, Vandenhoeck und Ruprecht, Gottingen 1892, 8. Bernhard
y J. Weiss usaron más tarde «Q» en Die Evange/ien des Markus und Lukas
(KEK 1, 2), Vandenhoeck und Ruprecht, Gottingen 8 1892, pp. III-lV.279-283.
32. P. Wernle, Die synoptische Frage, Mohr-Siebeck, Leipzig-Freiburg
l. B.-Tübingen 1899, 44: «Diese -hypothetische- Quelle sei mit Q bezeichnet».
33. J. C. Hawkins, Horae Synopticae, 2 1909.
34. Id., Probabilities asto the so-cal/ed Doub/e Tradition ofSt. Matthew
tmd St. Luke, en W. Sanday (ed.), Studies in the Synoptic Problem: By Members
ol the University of Oxford, Clarendon, Oxford 1911, 95-140, aquí 119.
36 El Documento Q

b) La i"elevancia de Papías

La consecuencia de esta falta de coherencia durante el siglo


XIX ha sido que, medio siglo después, se ha hecho necesario
volver a repetir el debate 35 • En 1965 Roger Gryson dio a conocer
un informe completo de la investigación realizada en tomo a la
cuestión de Papías, que concluía de la siguiente manera:
El resultado de estas observaciones es que el uso del término
).jyyiiYV en los Padres del siglo 11 no podría servir para acreditar
las teorías según las cuales, en el testimonio de Papías sobre
Mateo, las palabras 'ta A.óyw se refieren a dichos de Jesús o a
oráculos del Antiguo Testamento. Por otro lado, sí podría ser
utilizada como argumento por quienes piensan que estas pala-
bras designan el conjunto de material «que puso en orden» Ma-
teo con el fin de componer su evangelio, y que estos A.óyw, así
como los XUQLaXa A.óyw de los que Marcos nos ha dejado re-
cuerdo en su obra, no consisten sólo en dichos del Señor ('ta
A.txMvta [«las cosas dichas»]), sino también en narraciones de
sus obras y acciones ('ta :rtQax{}tv,;a [«las cosas hechas»]) 36.

35. J. M. Robinson, AOfOI ~Oci>QN: Zur Gattung der Spruchquel/e


Q, en E. Dinkler (ed.), Zeit und Geschichte: Dankesgabe an Rudolf Bultmann
zum 80. Geburtstag, Mohr-Siebeck, Tübingen 1964, 77-96, más tarde en una
edición revisada y aumentada en H. Koester-J. M. Robinson (eds.), Entwic-
k/ungslinien durch die Welt desfrühen Christentums, Mohr-Siebeck, Tübingen
1971, 67-106. También en inglés fue revisada, aumentada y publicada como
LOGOI SOPHON: On the «Gattung» ofQ, en J. M. Robinson (ed.), The Futu-
re of Our Religious Past: Essays in Honour ofRudolf Bultmann, SCM-Harper
and Row, London-New York 1971, 84-130, más tarde como LOGOI SOPHON:
On the «Gattung» of Q, en J. M. Robinson-H. Koester (eds.), Trajectories
through Early Christianity, Fortress, Philadelphia 1971 (paperback edition,
1979), 71-113. La sección final, Jewish Wisdom Literature and the «Gattung»
LOGOJ SOPHON, se reimprimió en The Shape ofQ: Signa/ Essays on the Sa-
yings Gospel, 51-58.
36. R. Gryson, A propos du Témoignage de Papias sur Matthieu: Le sens
du mot Aóywv ehez les Peres du second siecle: ETL 41 ( 1965) 530-547, aquí
547. Un punto de vista similar fue repetidamente defendido por J. Kürzinger,
Das Papiaszeugnis und die Erstgestalt des Manhiiusevangeliums: BZ, n.F. 4
( 1960) 19-38; Die Aussage des Papias von Hierapo/is zur literarischen Form
des Markusevangeliums: BZ, n.F. 21 (1977) 245-264; Papias von Hierapolis:
Zu Tite/ und Art seines Werkes: BZ, n.F. 23 (1979) 172-186, aquí 176 (donde ci-
ta el mismo texto de Gryson). Estos escritos han sido reimprimidos en su co-
lección de artículos: Papias von Hierapolis und die Evangelien des Neues Tes-
taments: Gesammelte Auftiitze, Neuausgabe und Übersetzung der Fragmente,
Introducción 37

l'.s decir, el tipo de lenguaje que usa Eusebio (Hist. eccl. 3, 39,
1~) en relación con el evangelio de Marcos: oü J.LÉvtOL tá;et ta
(•nú tou 'KUQÍ.OU ~ AEX'Ü'Évta ~ :JtQaX'Ü'Évta ... oux roo:n:EQ O'Úv-
tcc~IV tG:Jv 'KUQtaxG:Jv :n:oLOÚJ.LEVO~ A.oyí.wv («No, ciertamente,
1'11 orden, las cosas que dijo o hizo el Señor ... sin hacer, dijéra-
lllus, una ordenación de los oráculos del Señor»), parece dejar
dnro que A.óyta incluye tanto AEX'Ü'Évta como :n:Qaxitévta, no
11úlo lo que se dijo, sino también lo que se hizo, y por tanto, cuan-
•lo inmediatamente después se aplica al evangelio canónico de
Mntco, no estaría sugiriendo que se trata de una colección de di-
dios (Eusebio, Hist. ecc/. 3, 39, 16).
Algo, pues, parecido a un consenso ha empezado a producir-
'-'-' en relación a la cuestión de Papías y Q. Wemer Georg Küm-
md lo expresaba en la siguiente conclusión:
Es correcto, a la hora de estudiar las relaciones literarias entre
los evangelios, dejar al margen las referencias a Papías, a pe-
sar de su gran antigüedad 37 •

llclmut Merkel estuvo de acuerdo en que Kümmel «reprodu-


\:c, casi con toda seguridad, la opinión más extendida entre los
pnrtidarios de la crítica histórica» 38 :
Ciertamente, existe hoy total acuerdo en que la interpretación
sobre la fuente de dichos, repetida una y otra vez desde
Schleiermacher, no es exacta; al fin y al cabo, el fragmento
acerca de Marcos también habla de A.óyta XUQLaxá) 39•

Dieter Lührmann coincide con esta opinión:


La solución moderna dada al problema sinóptico se libera así
de la tradición de la Iglesia primitiva ...

Amnmentierte Bibliographie (Eichstiitter Materialien, Abt. Philosophie und


l'hcologie, 4), Pustet, Regensburg 1983: BZ 1960 = 1983, 9-32; BZ 1977 =
IIJIO, 43-67; BZ 1979 = 1983, 69-87, aquí 73.
37. W. G. Kümmel, Einleitung in das Neue Testament, Quelle & Meyer,
llcidelberg 20 1980, 29.
38. H. Merkel, Die Überlieferungen der a/ten Kirr:he über das Verhiiltnis
dc•r Evangelien, en D. L. Dungann (ed.), The Interrelations ofthe Gospels,
Mcrcer University Press, Macon GA 1990, 566-590, aquí 566.
39. /bid., 571.
38 El Documento Q

Hoy nadie argumenta a favor de la existencia de Q a partir de


la cita de Papías transmitida por Eusebio. Para todos los que
aceptan la hipótesis de las dos fuentes, dicha existencia se
desprende del análisis de los evangelios sinópticos 40 •

4. ¿Un documento Q en arameo?

a) Diferentes recensiones de una traducción griega del arameo.


Julius Wellhausen
Entender erróneamente la referencia de Papías como un testi-
monio a favor de un docwnento Q en arameo ha sido en gran me-
dida la causa de la extendida suposición de que sería inútil intentar
reconstruir un arquetipo griego, y mucho menos arameo, de los tex-
tos de Q existentes en las comunidades de Mateo y Lucas. Pero
desde el momento en que Papías ha dejado de ser un factor a tener
en cuenta en el estudio de Q, uno de los obstáculos para dicha re-
construcción ha quedado, a todos los efectos prácticos, eliminado.
Sin embargo, Wellhausen había defendido el origen arameo
de Q, apoyándose menos en la autoridad de Papías que en sus
propios conocimientos de lingüística semítica:
40. D. Lührmann, Q: Sayings ofJesus or Logia?, 101. Lürmann afirma
esto a pesar de estar en desacuerdo (p. 109, nota 20) con la disertación de su
alumno U. H. J. Kortner, Papias von Hierapolis (FRLANT 133), Vandenhoeck
und Ruprecht, Gottingen 1983, quien defendía a partir del comentario de Papias
sobre Marcos que WyLa se refiere no específicamente a dichos, sino también a
hechos. F. Neirynck, Q: From Source to Gospe/: ETL 71 (1995) 421-430, aquí
422, nota 7, aunque está de acuerdo en excluir a Papías de la discusión, señala
que el <<Iladie» de Lührmann es un poco exagerado, y menciona al respecto a H.
Koester, Einftihrung in das Neue Testament, Walter de Gruyter, Berlin-New
York 1989,608 (versión inglesa: lntroduction to the New Testament 11. History
and Literature oJEar/y Christianity [Hermeneia, Foundations and Facets], For-
tress-de Gruyter, Philadelphia-Berlin-New York 1982, 172). Sin embargo, en la
segunda edición inglesa (2000, p. 177), Koester cambia la hipótesis de un do-
cumento Q originalmente escrito en arameo <<con diferentes traducciones grie-
gas» por la de un documento «compuesto originalmente en griego», de modo
que Papías sólo podria estarse refiriendo a tradiciones arameas subyacentes a
Q. Koester, Ancient Christian Gospe/s: Their History and Deve/opment, SCM-
Trinity Press International, London-Philadelphia 1990, traduce normalmente el
título de Papias como «dichos» (pp. 33.189.316), y sólo en una ocasión como
«interpretaciones de los oráculos del Señor» (p. 337, nota 3).
Introducción 39

Si estos dichos derivan de Q, esta fuente tuvo que estar dis-


ponible para ambos evangelistas todavía en arameo. Ade-
más, ambos debieron usar también en gran medida una mis-
ma traducción griega, de ahí que el grado de coincidencia
en la expresión griega fluctúe manifiestamente si se com-
paran perícopas enteras. Esta inusual situación no deja de
parecerme un tanto problemática, incluso suponiendo que
pudiera quedar suficientemente explicada diciendo que en
unos casos los dos evangelistas repiten la traducción griega
disponible según el criterio y la preferencia de cada cual,
unas veces literalmente, otras veces alterándola un poco,
mientras que en otros casos la reemplazan por una nueva
traducción del original arameo 41 •

Wellhausen renunció después a la idea de un texto arameo de


1), e intentó dar mejores razones de esa «situación inusual», co-
nectamente calificada como «un tanto problemática», apelando
recensiones divergentes del texto griego de Q:
11

A pesar de que el grado de acuerdo en las expresiones griegas


fluctúa y de que algunas variantes sólo pueden ser satisfacto-
riamente explicadas a partir de lecturas o interpretaciones di-
ferentes de un arameo original, debemos retener la idea de
que los fragmentos de Mateo y Lucas secuencialmente coin-
cidentes provienen de una misma fuente, es decir, Q. Esta si-
tuación es claramente inusual y requiere una explicación: no
se debe suponer que ambos evangelistas tuvieron delante las
fuentes, una escrita en griego (de aquí los acuerdos) y la otra
en arameo (de aquí las diferencias). Por el contrario, ambos
las conocieron únicamente traducidas al griego. La traducción
griega fue en un principio sólo una, pero luego se diversificó
en distintas recensiones originadas a partir de correcciones ul-
teriores basadas, en parte, sobre el original arameo. Un caso
parecido es, por ejemplo, el de la Septuaginta. Mateo y Lucas
usaron recensiones distintas de Q42 •

41 . J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evange/ien, Reimer, Berlin


111115,68.
42. J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evangelien, 2 l9ll,la se-
llllnda edición revisada y reimprimida con la misma paginación en Evange-
lll•,kommentare, de Gruyter, Berlin-New York 1987, 59-60.
40 El Documento Q

b) (Deficientes) traducciones de una colección oral o escrita


de «chreiai». Matthew Black

La tradición inglesa compartió el supuesto dominante del


origen arameo de Q, incluyendo el recurso a la hipótesis del Q
arameo para explicar las divergencias entre Mateo y Lucas.
Como estudioso representativo de esta posición en la primera
mitad del siglo XX, tenemos a T. W Manson 43 • En la segunda mi-
tad, ha sido Matthew Black quien de forma más autorizada de-
fendió la tesis del origen arameo del documento, manteniendo
que Q reflejaba (deficientes) traducciones de dicha lengua. No
deja, sin embargo, de sorprender hasta qué punto ha reducido
este autor el alcance de sus reivindicaciones a favor de esta te-
sis, a pesar de que, en su momento, fuera su defensor más des-
tacado:
Esta evidencia en Q de «griego no procedente de traducción»
es tan importante como la evidencia de traducción, y denota
algo más que pequeñas mejoras editoriales por parte de los
evangelistas. A la vista de esto, es dudoso que podamos justi-
ficadamente describir a Q como una traducción aramea sin
más. Ciertamente, parece claro que lo máximo que el elemen-
to arameo puede probar es un origen arameo, pero no que es-
temos siempre ante una traducción de un texto original arameo.
Y en cualquier caso, es el factor literario griego el que ha te-
nido la última palabra en la configuración de la tradición Q.
Los datos de los propios evangelios a favor de la existencia de
un documento arameo son necesariamente especulativos 44 •

John S. Kloppenborg extrajo la conclusión de que las diver-


gencias entre Mateo y Lucas en la expresión literaria de Q no
deben ser explicadas apelando a (deficientes) traducciones del

43. H. D. A. Major-T. W. Manson-C. J. Wright, The Mission and Messa-


ge of Jesus: An Exposition ofthe Gospels in the Light of Modern Research,
Dutton, NewYork 1938, 6 1953 (aquí citada), 18.
44. M. Black, «Synoptic Variants from Aramaic», en An Aromaic Approach
to the Gospels andActs, Clarendon, Oxford 1946, 2 1954, 3 1967 (aquí citada), 189-
196, aquí 191 (incluido por primera vez en las «Notas suplementarias» en 2 1954,
270-278, aquí 274, es decir, ausente en 1946); y «Mistranslation and Interpreta-
tion of Aramaic», en ibid., 197-243, que incluye ccThe Source Q», 203-208.
Introducción 41

ni'Umeo, sino a la labor redaccional de los evangelistas. Esta


ronclusión es un elemento constitutivo de los actuales esfuerzos
Jlor reconstruir un texto critico de Q:
Aunque Black ha demostrado de. forma convincente la pre-
sencia de semitismos en Q, la hipótesis de una traducción
deficiente es, en el mejor de los casos, insegura. Más aún,
este tipo de explicación se apoya sobre tantos imponderables
-tales como el supuesto de que tanto Mateo como Lucas
conocían el arameo y que, sin embargo, sólo ocasionalmente
usaron de este conocimiento- que, en comparación con la
solución redaccional, es claramente mucho más engorrosa.
Para ser convincente, una hipótesis de traducción debería ex-
plicar no sólo la variación ocasional, sino también una gran
parte de los desacuerdos entre Mateo y Lucas. Más aún, de-
bería mostrar que no es posible dar razón de las variaciones
mediante una explicación más sencilla, a saber, la de la mo-
dificación redaccional. En ausencia de tales demostraciones
estamos obligados a concluir que, aunque ciertas porciones
de Q dejan ver un estilo griego semitizante y probablemente
delatan un origen en un medio lingüístico arameo, no hay
ninguna prueba convincente de que haya existido una for-
mulación literaria en arameo 45 •

Black respondió a su vez, admitiendo que la existencia de


una fuente aramea, incluso para partes de Q, podría ser inde-
mostrable:
Que esta cuestión complicada resulta dificil de explicar es al-
go acerca de lo que he argumentado en un artículo reciente.
Papías podría perfectamente referirse a una colección hebrea,
es decir, aramea, de chreiai (dichos, etc.) de la que Q sería el
equivalente griego y para el que sería la principal fuente ...
Lo que yo intentaba era determinar aquellas partes de Q que
fueron originalmente compuestas en arameo. Ahora añadiría la
consideración de que estas partes pudieron transmitirse de for-
ma oral o escrita, y que constituirían precisamente la Vorlage

45. J. S. Kloppenborg, ((The Original Language ofQ», en The Formation


ol Q: Trajectories in Ancient Wisdom Col/ections (Studies in Antiquity and
l'hristianity), Fortress, Philadelphia 1987 (reimpresión en Trinity Press Inter-
nulional, 2000), 51-64, aquí 59.
42 El Documento Q

aramea de Q. Quizás no seamos capaces de probar la existen-


cia de una colección aramea de chreiai identificable con par-
tes de Q, pero tampoco podemos, como hace Kloppenborg,
rechazar enteramente la hipótesis 46 •

Kloppenborg ha respondido con la siguiente conclusión:


La tesis de un origen arameo de Q es extraordinariamente dé-
bil. El origen de la especulación, el informe de Papías sobre
Mateo, es, en el mejor de los casos, legendario. Los datos lin-
güísticos empleados para demostrar un origen arameo son es-
casos y lo poco que existe admite explicaciones más sencillas
que evitan la hipótesis de otro documento. Finalmente, la im-
ponente e improbable logística necesaria para explicar que
Mateo y Lucas pudieran ocasionalmente revisar su texto grie-
go de Q recurriendo a una versión aramea escrita, a la que
ambos deberían haber tenido acceso (¡y deberían haber sido
capaces de leer!), reduce casi a cero la posibilidad de demos-
trar la existencia de un Q arameo 47 •

La ruptura con la tendencia a interpretar la referencia de Pa-


pías a los A.óyta «hebreos» como una referencia a los A.óyot de
Jesús en Q, y el cada vez menor número de elementos identifica-
dos como (deficientes) traducciones de un hipotético Q arameo al
cual poder apelar para explicar divergencias de expresión entre
Mateo y Lucas, así como el uso que hace Q de los LXX 48 , ha
conducido al abandono general de la hipótesis de que Q fue ori-
ginalmente escrito en arameo y luego traducido de diferentes
formas al griego. Por el contrario, Q es un texto griego cuyo ar-
quetipo griego, subyacente tras los evangelios de Mateo y Lucas,
bien podría uno intentar reconstruir.

46. M. Black, The Aramaic Dimension in Q with Notes on Lulce 17, 22-
Matthew 24,26 (Lulce 17, 23): JSNT 40 (1990) 33-41, aqul 33-34.36. El autor
se refiere a su artículo The Use of Rhetorica/ Terminology in Papias on Mark
and Matthew: JSNT 37 (1989) 31-41.
47. J. S. Kloppenborg, «The Language of Q», en Excavating Q, 72-80,
aquí 80.
48. S. Schulz, «Die Septuaginta-Benutzung», en Q: Die Spruchquel/e
der Evangelisten, Theologischer Ver lag, Zürich 1972, 27-28.49-50. Para una
recensión crítica del libro de Schulz, cf. P. Hoffinann, BZ 19 (1975) 104-115, y
en relación a la importancia exagerada atribuida a los LXX, 108-109.
Introducción 43

\, Mateo sin Q: Jesús el Apocalíptico

n1 Mt 1O, un texto histórico hasta en sus menores detalles

La consecuencia lógica de rechazar la existencia de Q fue


•llumáticamente ilustrada por Albert Schweitzer, quien consi-
lll•ró la hipótesis de los dos documentos, exitosamente formu-
lndu por su propio profesor de Estrasburgo, Heinrich Julius
lloltzmann, una mera táctica evasiva para soslayar la inevita-
hlc aunque penosa conclusión de que Jesús fue un apocalíptico
l'nnático. En su lugar, Schweitzer prefirió la hipótesis defendi-
lln por Ferdinand Christian Baur en la que se daba prioridad a
Mutco:
Los investigadores se ahorraron tener que percatarse de la am-
plitud y dificultad del problema, en primer lugar porque,
bajo la influencia de la obra de Christian Hermano Weisse,
Die Evange/ienfrage (1858), y de la de Heinrich Julius Holtz-
mann, Die synoptischen Evange/ien ( 1863 ), abandonaron la
opinión de Ferdinad Christian Baur (1792-1860) y la escuela
de Tubinga, según la cual el evangelio de Mateo sería el más
antiguo y primigenio, y consideraron como tal al evangelio de
Marcos. Las preferencias por este evangelio más breve permi-
tieron a los investigadores considerar que el importante mate-
rial ofrecido por Mateo pero no por Marcos no era del todo
válido. Precisamente este material es el que contiene aquellos
discursos y relatos en los que se revela que las ideas de Jesús
se asemejan a la escatología del judaísmo tardío. Se trata so-
bre todo del Sermón de la Montaña (Mt 5-7), el gran discurso
del envío de los discípulos (Mt 10), la pregunta del Bautista y
las afirmaciones de Jesús con ocasión de aquella (Mt 11 ), el
discurso sobre la venida del Hijo del hombre y sobre el juicio
que este tenía que realizar (Mt 25) ...
La cuestión decisiva en la búsqueda del Jesús histórico no es
cuál de los dos evangelios más antiguos es un poquito más an-
tiguo que el otro. Esto es, por lo demás, una cuestión de tipo
literario a la que apenas es posible responder. El problema his-
tórico de la vida de Jesús no se puede reconocer, y mucho me-
nos resolver, a partir de la información fragmentaria de Mar-
cos. Las diferentes narraciones de los dos evangelios más
antiguos son igualmente valiosas, pero la abundancia de Ma-
44 El Documento Q

teo le confiere mayor importancia. Baur y su escuela le con-


cedieron, correctamente, la preferencia 49 •

Aunque Schweitzer fue cauto en sus declaraciones, la posi-


ción que adoptó en relación a las fuentes sólo resulta compren-
sible en el supuesto de que él mismo considerara el evangelio
canónico de Mateo como la obra de un testigo ocular de los he-
chos, lo cual equivale a tratarlo como si procediera indiscuti-
blemente del apóstol Mateo -posición que ha prevalecido siem-
pre en la exégesis precrítica desde Papías-. Schweitzer descartó
simplemente como absurdos los esfuerzos por descomponer en
sus fuentes las «instrucciones para la misión» de Mateo, cuya
detallada historicidad era decisiva para su propia interpretación
del ministerio público de Jesús. Aunque tanto entonces como
ahora se reconoce normalmente que en Mt 1O hay material pro-
cedente del apocalipsis de Marcos interpolado entre las instruc-
ciones para la misión de Marcos y de Q, las cuales están a su vez
mezcladas entre sí, con material especial de Mateo y con el de
otras partes de Q, Schweitzer mantuvo que:
Por lo tanto, este discurso [Mt 1O] es histórico en su totalidad
y hasta en sus menores detalles, precisamente porque, según
la perspectiva de la teología moderna, debe ser considerado
como no histórico ...

49. A. Schweitzer, Von Reimarus zu Wrede: Eine Geschichte der Leben-


Jesu-Forschung, Mohr-Siebeck, Tübingen 1906. La segunda edición, simple-
mente titulada Die Geschichte der Leben-Jesu-Forschung, Mohr-Siebeck,
Tübingen 1913, está considerablemente revisada, especialmente en las sec-
ciones finales que estamos discutiendo aquí. Las referencias son de la pri-
mera edición, pero cuando existe paralelo indicamos también entre parénte-
sis la paginación de la segunda, ambas según 6 1951 y la nueva publicación
como Siebenstem-Taschenbuch 77-78, München 1966. Citamos también aquí
un Vorrede retrospectivo del año 1950, que comenzó a incluirse en la edición
de 1951, 6 1951, pp. VI.XII y 1966, 30.36 (versión inglesa: The Quest ofthe
Historical Jesus: A critica{ Study oflts Progress from Reimarus to Wrede, Mac-
millan, NewYork 1910, paperback edition 1961, reimprimida en 1968, no in-
cluye el prólogo de 1950. Pero sí aparece en la actual traducción inglesa de la
segunda edición: The Quest ofthe Historical Jesus: First Complete Edition, ed.
J. Bowden, SCM-Fortress, London-Minneapolis MI 2000, p. XXXV-XLV, aquí
XXXVI.XL. Existe versión en castellano de los primeros diecisiete capítulos
de la obra, que incluye también el prólogo a la edición de 1950: Investigación
sobre la Vida de Jesús, Edicep, Valencia 1990, 14 ).
Introducción 45

Siendo esto asi, deberíamos considerar con qué derecho la


teología moderna rechaza los grandes discursos de Mateo
como meras «composiciones». Propongo, simplemente, que
alguien intente mostrar cómo el evangelista, mientras daba
vueltas en su cabeza a la tarea de componer un discurso de
envio de los discípulos, mitad con piezas procedentes de di-
chos de la tradición y de la «teología comunitaria», y mitad
inventado, tuvo la curiosa idea de hacer hablar a Jesús acer-
ca de asuntos totalmente inoportunos y nada prácticos, para
luego aportar la prueba de que nunca llegaron a hacerse rea-
lidad 50•

h) La vida de Jesús de Albert Schweitzer


Schweitzer se propuso ir más allá del descubrimiento reali-
tndo por Weiss sobre la naturaleza escatológica de la predica-
l'ión del Reino 51 extendiendo, de forma coherente, esta interpre-
lnción escatológica a toda la «vida y obra» de Jesús (literal-
mente: «conducta y acción») hasta el propio fin de su ministerio
público:
Johannes Weiss demuestra el carácter absolutamente escato-
lógico de la predicación de Jesús sobre el reino de Dios. Mi
contribución consiste fundamentalmente en que, por mi par-
te, he llevado adelante la posición de Weiss haciendo com-
prender que no sólo su predicación, sino incluso su vida y
sus actuaciones estuvieron determinadas por la esperanza
escatológica 52 •

Este proyecto desembocó en la publicación de su propia «vi-


da de Jesús», con la que este autor concluyó su personal Bús-

50. A. Schweitzer, Von Reimarus zu Wrede, 360 (Die Geschichte der Le-
lwn-Jesu-Forschung, 1951, 140 y 1966, 420; versión inglesa: The Quest of the
1/istorica/Jesus, 1 1910, 363; 22000, 330-331).
51. J. Weiss, Die Predigt Jesu vom Reiche Gottes (versión inglesa: Jesus'
l'mclamation ofthe Kingdom ofGod).
52. A. Schweitzer, «Vorrede zur sechsten Auflage», en Die Geschichte der
1.1•hen-Jesus-Forschung, 1951, p. VIII y 1966,32 (versión inglesa: The Quest
ol the Historical Jesus, 22000, 330-331, p. XXXVII; versión cast.: Investiga-
ción sobre la Vida de Jesús, 16).
46 El Documento Q

queda del Jesús histórico. Schweitzer toma como punto de par-


tida la fascinación de Jesús por las parábolas que hablan de la
cosecha:
Si esta interpretación genuinamente «histórica>> del misterio
del reino de Dios es correcta, Jesús debió haber esperado
que el Reino llegaría durante el tiempo de la cosecha. Y es-
to es exactamente lo que esperaba. Esta es, de hecho, la ra-
zón por la que envía a sus discípulos. Deben dar a conocer
en Israel, con toda la rapidez posible, lo que está a punto de
suceder 53 •

Jesús proyectó el envío de los Doce creyendo que sería su úl-


tima intervención antes del final:
Les dice claramente (Mt 10, 23) que no espera volverlos a ver
en el siglo presente. La parusía del Hijo del hombre, que es
lógica y temporalmente idéntica con el amanecer del Reino,
acaecerá antes de que hayan podido completar un rápido re-
corrido anunciándolo por las ciudades de Israel 54 •

Schweitzer describió así «el significado del envío de los dis-


cípulos y el discurso pronunciado en aquella ocasión por Jesús»:
El propósito de Jesús es poner en movimiento el desarrollo
escatológico de la historia, propiciar el cumplimiento de las
últimas catástrofes, la confusión y la lucha, de las que surgirá
la parusía, introduciendo así la fase supra-humana del drama
escatológico 55 •

Schweitzer estaba convencido de que «en el momento de su


envío» Jesús «no esperaba que volvieran antes de la parusía» 56•
Pero eso es precisamente lo que sucedió:

53. A. Schweitzer, Von Reimarus zu Wrede, 355 (Die Geschichte der Le-
ben-Jesu-Forschung, 1951, 405 y 1966, 415; The Quest ofthe Historical Jesus,
1 1910, 358; 22000, 326).
54. /bid., 355 (ibid., 1951,405 y 1966, 416; The Questofthe Historical
Jesus, 1191 O, 358-359; 22000, 327).
55. /bid., 367 (la cita no aparece en la segunda edición ni en las siguien-
tes; The Quest ofthe Historica/Jesus, 11910, 371).
56. !bid., 383 (la cita no aparece en la segunda edición ni en las siguien-
tes; The Quest ofthe Historical Jesus, 11910, 386).
Introducción 47

Ni llegaron los sufrimientos, ni la efusión del Espíritu, ni


tampoco la Parusía del Hijo del hombre. Los díscípulos vol-
vieron sanos y safvos, y llenos de una orgullosa satisfacción
(Me 6,30) 57 •

Schweitzer sacó la consecuencia inevitable:


La historia real desautorizó la historia dogmática sobre la que
se fundamentaba la acción de Jesús. Un acontecimiento de la
historia sobrenatural que debía haber tenido lugar en un mo-
mento particular no ocurrió. Esto fue para Jesús, quien vivia
totalmente inmerso en la historia dogmática, el primer acon-
tecimiento <<histórico», el suceso central que clausuró el ante-
rior periodo de su actividad y confirió al periodo siguiente
una orientación nueva 58 •

El hecho de que el final apocalíptico no llegara antes de que


NC completara la misión debió ser una terrible desilusión para Je-
Nias. Se sintió forzado a cambiar su estrategia:
Este cambio fue motivado por el incumplimiento de las pro-
mesas hechas en el discurso de envío de los Doce. Él había
creído en aquel momento que estaba desencadenando la tri-
bulación final y forzando así la llegada del Reino. Pero el ca-
taclismo no había tenido lugar. Siguió esperándolo todavía
después de la vuelta de los discipulos ...
Al dejar Galilea abandonó la esperanza de que la tribulación
final diera comienzo por sí sola. Si se retrasaba, esto queria
decir que todavía babia algo más que hacer, y que todavía al-
gún otro violento intentarla apoderarse violentamente del rei-
no de Dios. El movimiento de conversión no había sido sufi-
ciente. En el momento en que, de acuerdo con su propia
misión, había decidido enviar a los discípulos con el mensaje,
había arrojado también la rama ardiendo que debía encender
el fuego de las pruebas finales. La llama se extinguió 59 •

57. /bid., 360 (Die Geschichte der Leben-Jesu-Forschung, 1951,411 y


11)66, 421; The Quest ofthe Historica/ Jesus, 11910, 364; 22000, 331).
58. /bid., 355 (ibid., 1951,406 y 1966, 416; The Quest ofthe Historical
.lc•sus, 11910, 359; 22000, 327).
59. /bid., 385-386, (ibid., 1951,434-435 y 1966, 442; The Quest ofthe
lli.~torica/Jesus, IJ 910, 389; 22000, 347-348).
48 El Documento Q

Así pues, Jesús tomó la determinación de ir a Jerusalén por la


Pascua para provocar su propio martirio, como forma alternativa
de forzar a Dios para que trajera el fin:
... su muerte debe, finalmente, forzar la llegada del Reino ...
Pues ahora Jesús identifica su condena y ejecución intrahis-
tórica con las tribulaciones pre-mesiánicas anunciadas. Esta
forma imperiosa de forzar la entrada de la escatología en la
historia es, también, su destrucción; es, simultáneamente, su
afirmación y abandono 60 •

Esta resolución heroica terminó en una segunda y todavía


más dolorosa confrontación con la historia real, que desemboca
en su último grito angustiado: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?».
El Bautista aparece y grita: «Arrepentíos, pues el Reino de los
cielos está a punto de llegan>. Poco después se presenta Jesús,
quien, consciente de ser el Hijo del hombre que viene, se apo-
dera del timón del mundo para poner en movimiento esa últi-
ma revolución que debe llevar a su término la totalidad de la
historia ordinaria. La rueda se resiste y él se lanza sobre ella.
Entonces empieza a girar y le aplasta. En vez de conseguir ha-
cer presente las condiciones escatológicas, las ha destruido.
La rueda sigue girando y el cuerpo destrozado de este único
Hombre inmensamente grande, tan fuerte como para creerse
el guía espiritual de la humanidad y capaz de reorientar el cur-
so de la historia según su propio designio, cuelga todavía de
ella. Esta es su victoria y su Reino 61 •

La investigación posterior se ha apartado con espanto de


esta descripción excesivamente apocalíptica del ministerio pú-
blico de Jesús defendida por Schweitzer. Una imagen seme-
jante de fanático iluso es muy poco atractiva. En su lugar, ha
preferido seguir el ejemplo de Weiss limitando su estudio a la
predicación escatológica de Jesús, posición que quizás esté
ejemplificada de la forma más clara en la obra de Bultmann,

60. /bid., 387-388, (ibid., 1951, 435.437 y 1966, 443-444; The Quest of
the Historica/Jesus, '1910, 390-391; 22000, 348-349).
61. /bid., 367 (The Quest ofthe Historica/Jesus, 370-371 ).
Introducción 49

/,•.m.v 1'2 • Sin embargo, en cierto sentido Schweitzer tenía razón


ni ul'irmar que este mensaje apocalíptico necesariamente tuvo
qm· significar algo en la «praxis real» de Jesús, en su «vida y
lill ohra».
A pesar de todo, la posición de Schweitzer era insostenible
pum la investigación crítica en curso, principalmente porque sus
llll'Supuestos metodológicos, como el de la no existencia de Q,
•·~luhun ya anticuados. Su intento de reconstruir la vida de Jesús
11 purtir del testimonio directo de Mateo sólo sirve para ilustrar el
prl·cio que es necesario pagar por dar un salto atrás como este,
tl'chazando el estudio crítico para volver a una perspectiva más
lmdicional sobre las fuentes; al menos si se está dispuesto a ope-
1'111' con esa coherencia sin miramientos que caracteriza a los ge-
nios como Schweitzer.

t•. La esencia del cristianismo según Q o según el kerigma

n) Adolf Harnack versus Julius Wellhausen

1>espués de que William Wrede excluyera al evangelio de Mar-


cos de la categoría de los informes históricamente exactos sobre
los que sería posible fundamentar con confianza la investigación
llcl Jesús histórico 63 , los investigadores críticos dirigieron su aten-
l'ión de forma natural hacia Q, pues la enseñanza recogida en es-
los dichos de Jesús había sido la base sobre la que AdolfHarnack
hnhla construido su «esencia del cristianismo».

62. R. Bultmann, Jesus (Die Unsterblichen: Die geistigen Heroen der


McnNchheit in ihrem Leben und Wirken mit zahlreichen Illustrationen, 1),
Dcutsche Bibliotek, Berlin n.d. (1926); Mohr-Siebeck, Tübingen 2 1929 y nu-
merosas reimpresiones posteriores (versión inglesa: Jesus and the World, Scrib-
llllr's Sons, New York 1934. En el «Prefacio del traductor» a la nueva edición
de 1958, L. P. Smith y E. H. Lantero explican la razón de la ampliación del ti-
tulo: «Tanto los editores como los traductores consideraron que el título Jesus
""'' the World conseguía expresar una idea más definida del contenido y la
IJCrspcctiva del libro que el título original Jesus. El cambio se realizó con la
n¡nobación del autor>>).
63. W. Wrede, Das Messiasgeheimnis in den Evangelien, Vandehoeck &
ICuprecht, Gottingen 1901 (versión inglesa: The Messianic Secret, Clarke,
1'nrnbridge-London 1971 ).
50 El Documento Q

En cualquier caso, si consideramos la enseñanza de Jesús des-


de una perspectiva general, constatamos que es posible clasifi-
carla en tres apartados. La naturaleza de los mismos es tal que
cada uno de ellos contiene de algún modo la totalidad, que, por
tanto, puede ser íntegramente expuesta a partir de cualquiera
de sus respectivos enfoques.
En primer lugar, el reino de Dios y su venida.
En segundo lugar, Dios como Padre y el valor infinito del al-
mahumana.
En tercer lugar, la justicia superior y el mandamiento del
amor 64 •
Pero el hecho de que todo el mensaje de Jesús pueda reducir-
se a estos dos principios -Dios como Padre, y un alma huma-
na hasta tal punto ennoblecida que puede unirse, y realmente
se une, con él- nos muestra que el Evangelio no es en modo
alguno una religión positiva como las demás; que carece de
elementos estatutarios o particularistas; que es, por tanto, la
esencia misma de la Religión 6 s.

Wellhausen, sin embargo, entendía Q en analogía mucho más


estrecha con el Marcos de Wrede, ya que, según su opinión, Q
era posterior a Marcos y, por tanto, dificilmente más fiable:
Lo más importante a la hora de hacer una comparación es lo
que parece ser una mera diferencia superficial: la fuente [Q],
que sólo aparece de forma muy escueta en Marcos, se hace

64. A. Hamack, Das Wesen des Christentums: 16 Vorlesungen vor Studie-


renden aller Fakultiiten im Wintersemester 1899-1900 an der Universitiit Ber/in,
Hinrichs'sche Buchhandlúng, Leipzig 1900, 33. Un estudiante, W Becker, taqui-
grafió las conferencias que luego Hamack preparó para publicarlas. Fue un in-
mediato best-sel/er: 3 1900, de 11.000 a 15.000 ejemplares; de 45.000 a 50.000 en
1903; de 56.000 a 60.000 en 1908; 70.000 en 1925. Reimpresiones más recien-
tes son: A. Harnack, Das Wesen des Christemtums: Neuaujlage zumjünftiegsten
Jahrestag des ersten Erscheinens mit einem Ge/eitwort von Rudolf Bultmann,
Klotz, Stuttgart 1950; Id., Das Wesen des Christentums: Mit einem Ge/eitwort
von Wolfgang Tril/haas ( Gütersloher Taschenbücher and Siebenstern, 227), Gü-
tersloher Verlagshaus Mohn, Gütersloh 1985; Id., Das Wesen des Christentums:
Herausgegeben und kommentiert von 'JTutz Rendtorff, Kaiser and Gütersloher
Verlagshaus, Gütersloh 1999; 33 ( 1900), 40 ( 1985) y 87 ( 1999) (versión inglesa:
What Is Christianity, Williams and Norgate, London-Edinburgh-Oxford and Put-
nam, New York 190 1, tercera edición revisada [aquí citada] 1904, 52).
65. A. Hamack, Das Wesen des Christentums, 41 (1900), 47 (1985) y 96
( 1999); What is Christianity, 65.
Introducción 51

evidente por todas partes en Mateo y Lucas. Esto es suficien-


te para probar la prioridad de Marcos también respecto a Q66 •

1.n reconstrucción completa y comentada de Q realizada por


1hmmck fue, en gran medida, un intento de refutar a Wellhausen:
Yo, por el contrario, creo poder mostrar en las siguientes pá-
ginas que Wellhausen, en su caracterización de Q, se ha deja-
do influir inconscientemente por las tendencias de san Mateo
y san Lucas, atribuyendo a Q lo que realmente pertenece a es-
tos evangelios, y que, en no pocos pasajes, ha dado prioridad
a san Marcos basándose en fundamentos insuficientes. Por
tanto, las conclusiones a las que he llegado se oponen fuerte-
mente a los resultados de su critica 67 •

No obstante, Hamack mantuvo el presupuesto de un hipotéti-


1'11origen arameo de Q; pues dicho presupuesto estaba implica-
''" en la tesis del origen apostólico mateano del documento, me-
tltnntc la cual se justificaba, a su vez, la autoridad definitiva que
llnrnack atribuía a Q:
Teniendo en cuenta que nuestro evangelio de san Mateo no
pudo haber sido compuesto por un apóstol, y que el testimo-
nio tradicional: Ma'tftai:oc; 'E~Qatbt btaA.6mp 'ta A.óyta
<JUVE'tá;a'to [«Mateo recopiló los dichos/oráculos en lengua
hebrea= aramea»] está datado en tomo ya al año lOO d.C.,
existe una gran probabilidad de que Q sea obra de san Mateo,
pero nada más puede añadirse al respecto ... Pero quienquiera
haya sido el autor, o mejor, el redactor de Q, fue un hombre
digno del mayor respeto. A su reverencia y fidelidad, a su in-
genuo sentido común, debemos esta valiosisima colección de
dichos de Jesús ...
Por un lado, san Marcos -donde, página tras página, el estu-
diante se desespera a causa de las incoherencias, discrepancias
y los elementos increibles de su narración-, sin cuyo evangelio,
sin embargo, careceriamos de cualquier fragmento continuo de
información histórica consistente y concreta relativa a la vida
de Jesús; por el otro, esta recopilación de dichos, la única que

66. J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evangelien, 11905, 84,


nula 1; 2 1911,75, nota 2.
67. A. Harnack.Sprüche und RedenJesu, 136 (TheSayings ofJesus,194).
52 El Documento Q

nos proporciona una idea realmente exacta y profunda de la


enseñanza de Jesús, libre de sesgos apologéticos o de cual-
quier otro tipo, y que, sin embargo, no nos ofrece ningún da-
to de tipo histórico ...
¿Cuál de ellos es el más valioso? Dieciocho siglos de cristia-
nismo han dado respuesta a esta cuestión y su testimonio es fi-
dedigno. El retrato de Jesús ofrecido por los dichos de Q se ha
mantenido en el primer plano ... La colección de dichos y san
Marcos deben seguir manteniendo su posición dominante, pe-
ro la primera tiene la precedencia. Y, lo que es más importan-
te, la tendencia a exagerar el elemento apocalíptico y escatoló-
gico en el mensaje de nuestro Señor, y a relegar los elementos
más puramente religiosos y éticos a una posición subordinada,
encontrará siempre su refutación en Q. Esta fuente es la auto-
ridad para lo que constituye el tema central del mensaje de
nuestro Señor -esto es, la revelación del conocimiento de Dios
y la invitación moral al arrepentimiento y a creer, a renunciar
al mundo y ganar el cielo-, esta y nada más 68 •

Más tarde, en 1911, Wellhausen publicó una segunda edición


de su obra en la que volvía a defender su anterior posición, toda-
vía con más fuerza 69 •
Entre las dos Guerras Mundiales, los críticos de las formas,
Rudolf Bultmann 70 y Martin Dibelius 71 , asumieron ambos la

68. !bid., 172-173 (The Sayings ofJesus, 248-251).


69. J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evange/ien, 2 1911, 170-
176. En un «Corolario» añadido refutó el argumento de K. Lake, The Date of
Q, según el cual Q habría sido escrito no después del 50 d. C.
70. El único ensayo sobre Q escrito por R. Bultmann antes de la primera
Guerra Mundial, sólo dos años después de la segunda edición de Wellhausen,
se apoya explícitamente en este autor en vez de hacerlo en Harnack: Was /iiftt
die Spruchque//e über die Urgemeinde erkennen?: Oldenburgisches Kirchen-
hlatt 19 (1913) 35-37.41-44, aquí 35 (versión inglesa: What the Sayings Sour-
ce Revea/s about the Early Church?, en J. S. Kloppenborg (ed.), The Shape of
Q: Signa/ Essays on the Sayings Gospe/, Fortress, Minneapolis 1994, 23-34,
aquí 23, nota 1: «La siguiente explicación presupone una solución definitiva al
problema sinóptico que, obviamente, no puedo exponer aquí con más detalle.
Refiero al lector a B. Weiss 1908; Jülicher 1904 y Wellhausen 1905, 1911 »). R.
Bultmann, Jesus, 18 (reimpresión 1951, 16): «La traducción de los textos evan-
gélicos sigue frecuentemente la de J. Wellhausem>.
71. M. Dibelius, Die Formgeschichte des Evange/iums, Mohr-Siebeck,
Tübingen 1919, revisada 2 1933, 5 1966 (ed. Günter Bornkamm), 236, nota 1,
Introducción 53

"" hlllcncia de Q, aunque sus puntos de partida estaban, sin embar-


1111, más próximos a Wellhausen que a Harnack, pues fue Well-
hiiiiKcn 72 quien había anticipado la nueva orientación kerigmática:
Es como Crucificado, Resucitado y Retomado como Jesús se
constituye en Mesías cristiano, no como maestro religioso. El
Evangelio real es el Evangelio apostólico que predica la fe en
el Cristo, no el Evangelio de Jesús que prescribe a la Iglesia
su moral. .. Y la expresión a la que intencionadamente se ad-
hiere Hamack, «no el Hijo, sino únicamente el Padre pertene-
ce al Evangelio», es básicamente falsa en tanto en cuanto pre-
tenda reivindicar un hecho y no sea, meramente, la expresión
de un postulado 13 •

llarnack había afirmado, ciertamente, que «el Evangelio, tal


,.,mw .fue proclamado por Jesús, hace referencia solamente al
Hu/re y no al Hijo» 74 • Wellhausen, citándole aparentemente de
a1hlus, omitió la precisión decisiva, a saber, «tal como fue pro-
..¡,,ado por Jesús» 75 • Por supuesto, el «Evangelio» en el que
Wcllhausen pensaba era claramente el de la Iglesia, es decir, el
kcrigma que en el transcurso de la historia llegó a constituir lo

•••mitc a Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evangelien, 11905, 66-67,


1111rn justificar su propio escepticismo en relación a Q (citado más abajo) (ver-
-lbn cast.: La historia de las formas evangélicas, Edicep, Valencia 1984, 231,
1111111 423 ).
72. M. Hengel, en la introducción ( «Einleitung») de Evangelienkommen-
1111'1', p. VI-VII: «Concluye con una áspera crítica a la investigación desarrolla-
aIn durante el siglo XIX en tomo a la vida de Jesús, de alcance mucho mayor
•1uc la de A. Schweitzer, con quien argumenta críticamente. Esta crítica revela
l'ontactos, en muchos aspectos, con Martin Kiihler y la primera teología dia-
l~ctica de K. Barth y R. Bultmann. La influencia del exegeta neotestamentario
Wcllhausen es visible con la máxima claridad en el ámbito de la investigación
l'rltica sobre los evangelios producida entre las dos Guerras Mundiales, a cuya
fructificación contribuyó de forma personal».
73. J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evangelien, 2 1911, 153,
lnmbién citada por Hengel en su «Einleitung», Evangelienkommentare, p. VII.
Lu cita no aparece en la primera edición.
74. A. Harnack, Das Wesen des Christentums, 91 ( 1900), 90 ( 1985) y 154
( 1999); Whatls Christianity, 147.
75. A. Harnack, Das Wesen des Christentums, en las notas finales añadi-
dns a la edición de 1908 (56.000 a 60.000 ejemplares) llamó la atención sobre
cKta omisión que distorsiona el sentido de su planteamiento (en la p. 183 de la
edición de 1950 y en las pp. 154-155, nota 22 de la edición de 1999).
54 El Documento Q

que podríamos denominar «la esencia del cristianismo», expre-


sada, por ejemplo, en el credo Apostolicum y otros credos poste-
riores; mientras que, por el contrario, el mensaje de Jesús fue y
ha seguido siendo ampliamente relegado, aunque de forma oca-
sional haya sido redescubierto por algunas personas, como Fran-
cisco de Asís.

b) Adolf von Harnack versus Karl Barth

El debate entre Wellhausen y Harnack se reprodujo en gran


medida durante 1923, en un debate entre Harnack y Karl Barth.
Es claro en este punto que la teología dialéctica babia creado un
clima intelectual en el que la posición de Wellhausen relativa a la
escasa importancia, por no decir falta de legitimidad, de la fuen-
te Q debía necesariamente prevalecer 76 • Harnack hablaba de «la
conexión estrecha, incluso equivalencia, entre amor a Dios y
amor al prójimo», que constituye «el corazón del Evangelio» 77 ;
a lo que Barth respondía preguntando: «¿Qué otra cosa probarla
con mayor claridad que Dios no da vida sin antes haber aniqui-
lado, que precisamente ese 'corazón' (no del Evangelio, sino de
la Ley)?» 78 • Las sentencias centrales del mensaje de Jesús (Me
12, 28-34 par.) que Harnack exaltaba como «Evangelio» eran,

76. Este intercambio de opiniones fue publicado en Die christliche


We/t, 1923: A. Harnack, Fünfzehn Fragen an die Veriichter der wissenschaft-
/ichen Theo/ogie unter den Theo/ogen, 6-8; K. Barth, Fünfzehn Antworten
an Herrn Professor von Harnack, 89-91; A. Harnack, Offener Brief an
Herrn Professor K. Barth, 142-144; K. Barth, Antwort auf Herrn Professor
von Harnacks offenen Brief, 244-252, y A. Harnack, Nachwort zu meinem
offenen Brief an Herrn Professor Kar/ Barth, 305-306. Este debate se ha
vuelto a publicar en K. Barth, Gesammelte Vortriige 111: Theo/ogische Fra-
gen undAntworten, EvangelischerVerlag, Zollikon 1957,7-31, aquí 7-9.9-
13.13-17.18-30.30-31 (versión inglesa en James M. Robinson [ed.], The Be-
ginnings of Dia/ectic Theo/ogie 1, John Knox, Richmond VA 1968; A.
Harnack, Fifteen Questions to Those Among the Theo/ogians Who Are Con-
temptuous of the Scientific Theo/ogy, 165-166; K. Barth, Fifteen Answers to
Professor von Harnack, 167-170; A. Hamack, An Open Letter to Professor
Karl Barth, 171-174; K. Barth, AnAnswer to Professor von Harnacks Open
Letter, 175-185, y A. Harnack, Postscript to my Open Letter to Professor
Karl Barth, 186-187).
77. A. Harnack, Fünfzehn Fragen, 8 (Fifteen Questions, 165).
78. K. Barth, Fünfzehn Antworten, 11 (Fifteen Answers, 168).
Introducción 55

Jlllr tanto, para Barth «Ley», frente a la cual apelaba al «Evange-


lhm de Dios, que da vida solamente después de la muerte, es de-
rlr, en una relación dialéctica con la muerte. La consecuencia
tk•rivada de la clasificación de Jesús como judío, propuesta por
Wcllhausen 79 y Bultmann 80 desde la perspectiva de la historia de
lns religiones, fue interpretada teológicamente como la dialécti-
rn entre Ley y Evangelio; en este sentido, Q, por definición, no
l'S Evangelio, sino Ley.
Mientras Q se refiere a sus propios dichos con expresiones
wmo «los pobres son evangelizados» (Q 7, 22), Pablo afirma
duramente que cualquier otro Evangelio distinto de su kerigma,
incluso si viniera de un ángel, es anatema (Gáll, 8-9). Esta ten-
Nión se ha mantenido hasta nuestros días como trasfondo teoló-
l!lico del debate sobre si se debe o no dar siquiera el nombre de
ucvangelio» a los «Evangelios de dichos», tales como Q y el
l·.'wmgelio de Tomás 81 •

79. J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evangelien, 1 1905, 113;


1 1Y11, 102: «Jesús no fue un cristiano, sino un judío».
80. R. Bultmann, Das Verhiiltnis der urchrist/ichen Christusbotschaft
mm historischen Jesus (SHAW. PH, Jg. 1960, Abh. 3), Winter, Heidelberg
11)60, 3 1962, 8 (versión inglesa: The Primitive Christian Kerygma and the His-
torical Jesus, en C. E. Braaten-R. A. Harrisville [eds.], The Historica/ Jesus
""d the Kerygmatic Christ, Abingdon, Nashville 1964, 15-42, aquí 19: «He si-
do, además, criticado porque en mi libro Primitive Christianity no he incluido
In predicación de Jesús en el capítulo dedicado al «Cristianismo primitivo», si-
no en el capítulo sobre «Judaísmo», concibiendo, por tanto, a Jesús como ju-
dfo. De forma similar, se ha objetado que en mi Teología del Nuevo Testamen-
to he afirmado que la predicación de Jesús pertenece a los presupuestos de la
teología neotestamentaria. Frente al reproche de que concibo a Jesús como un
judlo y le incluyo en la esfera del judaísmo, debo, en primer lugar, simplemen-
lc preguntar: ¿Fue acaso Jesús -¡el Jesús histórico!- un cristiano? Ciertamente
no, si la fe cristiana es fe en él como el Cristo. E incluso en el caso de que él
hubiera sabido que era el Cristo [«Mesías»] y hubiera realmente exigido fe en
NU propia persona en tanto que Cristo, no habría sido todavía un cristiano y no
debería ser presentado como sujeto de la fe cristiana, aunque sea, sin embargo,
NU objeto»).
81. En relación con la discusión sobre la legitimidad de llamar a Q «Evan-
gelio de Dichos», cf. F. Neirynck, Q: From Source to Gospel: ETL 71 ( 1995)
421-434; J. S. Kloppenborg, «Q as a 'Gospel': What's in a N ame», en Excava-
ting Q, 398-408.
56 El Documento Q

7. Critica de las formas

a) Q como un estrato. Martín Dibelius


También en otros aspectos la crítica de las formas contribuyó
a mermar la importancia de Q. En efecto, el foco de interés había
dejado de situarse en las fuentes escritas incorporadas en textos
más tardíos y se había desplazado a las tradiciones orales someti-
das a la influencia de sus contextos sociales. En consecuencia,
que Q fuera o no un único documento griego susceptible de ser
reconstruido dejó de ser una cuestión relevante.
Dibelius abandonó la idea de un hipotético texto arameo subya-
cente al Q griego, pero, a pesar de ello, era muy escéptico respec-
to a la posibilidad de que Q fuera un documento griego tangible.
El texto usado por Mateo y Lucas era griego, pues de lo con-
trario no se daria la coincidencia que de hecho se da entre
ellos. Pero resulta lógico imaginar este hecho como sigue: los
dichos fueron traducidos muy pronto al griego en el seno de
una comunidad bilingüe y posteriormente esa traducción grie-
ga fue recopilada en territorios de lengua griega. Esta expli-
cación de los hechos resulta más verosímil que la alternativa,
a saber, una primera recopilación de dichos de Jesús en ara-
meo, que habrían sido traducidos luego, como una colección,
al griego. En este caso habría que suponer que la primera ge-
neración realizó ya una actividad literaria considerable, algo
que debiéramos descartar.
Pero la dificultad mayor surge cuando se reflexiona sobre el
género literario de Q. De hecho, no tenemos idea de si es po-
sible y en qué modo podían conformar un libro unos textos
que constituyen por sí mismos piezas independientes ... En to-
do caso, en esta como en otras cuestiones debemos tener cui-
dado para no hablar con demasiada confianza de Q como si
fuera una entidad claramente determinada.
Olvidar esto implica correr el riesgo de imaginar que pode-
mos apoyarnos en esta fuente, en realidad desconocida, con la
misma seguridad con que lo hacemos en el evangelio de Mar-
cos, que existe como realidad tangible ante los ojos, olvidan-
do que en el primer caso se trata sólo de una hipótesis ...
Tal límite metodológico nos obliga a renunciar a la posibili-
dad de reconstruir la fuente Q en toda su amplitud, pues, in-
Introducción 57

cluso en el caso de aquellos textos reconstruibles, debemos


preguntamos con toda seriedad si de hecho pertenecen todos
a la misma «obra». Lo cual resulta muy dudoso y de hecho ha
sido cuestionado. Los conocimientos de que disponemos so-
bre la fuente Q en el estado actual de las investigaciones al
respecto aconsejan hablar más de un estrato que de un docu-
mento. Reconocemos claramente que las comunidades esta-
ban interesadas en reunir dichos de Jesús tal y como los reúne
Q, pero no sabemos si los esfuerzos realizados en este sentido
dieron como resultado uno o más libros; es más, no sabemos
tan siquiera si eran realmente libros 82 •

Según Dibelius, este «estrato» pertenece al género parenético


LJUC prevaleció en la primera generación cristiana, y es anterior
11 In reordenación cristológica de los dichos en un esquema de ti-
JlU más biográfico:
Podemos afirmar, por consiguiente, que desde muy pronto
-y, en concreto, ya en época de Pablo- se llevaron a cabo
recopilaciones de dichos de Jesús, puestos al servicio de la
parénesis ...
Pero conviene hacer dos observaciones: la primera es que en
el conjunto del material de Q que podemos reconocer como
tal no hay referencia alguna a la historia de la pasión; si nues-
tra fuente hubiera tenido una orientación narrativa habría que
esperar en primer lugar una historia de la pasión ... La segun-
da observación es la siguiente: el material de Q llegado hasta
nosotros no revela interés narrativo en sus contenidos esen-
ciales. En relación con la supuesta fuente, sólo podemos con-
cluir la existencia de piezas discursivas que aparecen incluso
las más de las veces como unidades independientes, es decir,
desprovistas de cualquier marco concreto ...
Así pues, en la orientación general de los grupos de materia-
les atribuibles a Q se puede atisbar aún claramente la orienta-
ción original de tales recopilaciones: su pretensión no es la de
narrar hechos de la vida de Jesús, sino transmitir sus palabras
para que sean observadas y sirvan de instrucción 83 •

H2. M. Dibelius, Die Formgeschichte des Evangeliums, 234-236 (versión


11•1.: /,u historia de las formas evangélicas, 229-231).
Hl lhid., 244-245 (versión cast.: ibid.• 237-238).
58 El Documento Q

b) Q, un documento diversamente traducido. RudolfBultmann


Bultmann retuvo la hipótesis del Q arameo defendida por
Wellhausen, pero abandonó el supuesto de una única traducción
griega:
Debemos concluir que Q, originalmente escrita en arameo,
fue traducida de diversas maneras al griego, pues es evidente
que Mateo y Lucas tuvieron ante sí distintas traducciones de
esta fuente 84 •

Por su parte, Bultmann, a diferencia de Dibelius, parece


haber concebido Q no como un mero estrato literario, sino co-
mo un documento singular con un comienzo y una conclusión
diferenciadas:
Q... tiene como prefacio la predicación escatológica de Juan
el Bautista; vienen a continuación las Bienaventuranzas, car-
gadas de conciencia escatológica; forman el final palabras
que hablan de la parusía 85 •

En ambos casos la consecuencia es que, durante todo el perio-


do de la crítica de las formas, no hubo arquetipo griego único de
Q que pudiera esperarse reconstruir. Puesto que Dibelius pensaba
que Q debía ser realmente no un texto único, sino un número in-
determinado de textos separados 86, y que, por consiguiente, era
mejor pensar en él como un estrato en vez de como un texto es-
84. R. Bultmann, Die Geschichte der synoptische Tradition (FRLANT.NF
12), 1921, 2 1931 revisada, 354 (versión cast.: Historia de la tradición sinóptica,
Sigueme, Salamanca 2000, 388-389). En una nota a pie de página, Bultmann se
refiere no sólo a la obm de Wellhausen, Ein/eitung in die drei ersten Evange/ien,
2 1911, 59-60, sino también, y en primer lugar, a A. Jülicher, Einleitung in das

Neue Testament, ed. Erich Fascher, Mohr-Siebeck, Tübingen 7 1904, 340-341. La


importancia de la dependencia respecto a Jülicher y Fascher ha sido puesta de
manifiesto por G. Bomkamm, Evange/ien, synoptische: ROO, 3n1 ed., 2 (1958)
753-766, aquí 755-756; 758-760,756.
85. R. Bultmann, Theo/ogie des Neuen Testaments, Mohr-Siebeck, Tü-
bingen I.Lieferung 1948, 43; 1 1958, 5 1965,44 (versión cast.: Teología del Nue-
vo Testamento, Sígueme, Salamanca 42001, 86).
86. Esta conjetum fue desarrollada hasta sus últimas consecuencias por
W. L. Knox, The Sources ofthe Synoptic Gospels 11. St. Luke and St. Matthew,
Cambridge University Press, Cambridge 1957.
Introducción 59

crito, y Bultmann lo concebía como un texto arameo con varias


traducciones griegas, la posibilidad de una reconstrucción crítica
tle Q parecía haber sido definitivamente descartada.

K. Q en la secuencia lucana

11) Burnett Hillman Streeter y T. W. Manson

Durante este tiempo la tradición inglesa permaneció en gran


parte al margen de la crítica de las formas y, por tanto, continuó
manteniendo su alto grado de confianza en la existencia de un
documento fiable de Q, posición esta a la que Hawkins había
llegado ya a comienzos del siglo 87 • Este planteamiento fue de-
tmrrollado por Bumett Hillman Streeter 88 , alcanzando su forma
estándar y su máxima difusión con la obra de T. W. Manson, Los
dichos de Jesús, donde se incluía un comentario a Q 89 • Sin em-
bargo, el comentario de Manson no está basado en un texto crí-
tico de Q, sino únicamente en los textos de Mateo y Lucas im-
presos en columnas paralelas, detrás de los cuales, de alguna
manera, debe esconderse Q.
Respecto a la secuencia de Q, había una gran confianza en
que coincidía con el orden de Lucas, pues existía una tradicional
falta de confianza en la secuencia de Mateo, basada en la idea
que entonces se tenía sobre el uso que Mateo hace de Marcos 90 •

87. J. C. Hawkins, Horae Synopticae, 1899, 2 1909, y Probabilities asto


the So-cal/ed Double Tradition ofSt. Matthew and St. Luke, 1911.
88. B. H. Streeter, «On the Original Order ofQ» y «The Original Extent
uf Q», ambos en Studies in the Synoptic Problem, 141-164, 185-208; y The
l·hur Gospe/s, Macmillan, London 1924, reimpreso en 1951.
89. H. D. A. Majar-T. W. Manson-C. J. Wright, The Mission and Message of
.lesus. El escrito The Sayings of Jesus de Manson constituye el libro 11 de esta
obra, 301-639: <<3. The Sources: (a)The Document Q», 307-312; «Text and Com-
mcntary: l. The Document Q>>, 331-440. La contribución de Manson a este volu-
men fue publicada separadamente como The Sayings ofJesus as recorded in the
Gospe/s according to St. Matthew and St. Luke arranged with introduction and
commentary, SCM, London 1949, reimpresa en 1971: «3. The Sources: (a) The
Document Q», 15-21; «Text and Commentary: l. The Document Q», 39-148.
90. Esta opinión relativa a la secuencia constitula la hipótesis de trabajo
y la conclusión del estudio básico de Streeter, «On the Original Order of Q»,
145-147.
60 El Documento Q

Al margen de otros presupuestos anticuados, como pensar que


Marcos relata acontecimientos «según su orden histórico», o que
Q es <<Una colección informal de dichos», el precedente del uso
de Marcos por parte de Mateo («reordenó completamente la se-
cuencia de prácticamente todas las secciones de los seis prime-
ros capítulos de Marcos»), sobre el que se basa la hipótesis de
trabajo, no es un argumento adecuado. Realmente Mt 12-28 si-
gue el orden de Marcos sin apenas excepciones, al menos con
tanta fidelidad como Lucas. Donde no ocurre esto es en Mt 3-11
(de ahí el reordenamiento mateano de Me 1-6). La razón es que,
dentro de esta primera gran unidad redaccional de su obra, Ma-
teo dirige la atención no tanto a Marcos como a Q, en cuyo tex-
to inserta material marcano (así como bastante material posterior
de Q; e f. Mt 5-7; 1O) cada vez que resulta útil para desarrollar el
programa de Q 91 •

b) Vincent Taylor
Vincent Taylor hizo avanzar un paso más el argumento a fa-
vor del orden lucano aportando la que consideraba nueva e irre-
futable evidencia en relación a la coincidencia de dicho orden
con el de Q, siendo su objetivo colocar la hipótesis Q sobre ba-
ses sólidas 92 • Según este autor, al construir Mateo cada uno de
sus cinco discursos (y, por supuesto, también al componer el
«resto de Mateo»), habría recorrido cada vez todo el material de
Q en su propio orden, extrayendo presumiblemente los dichos
que se adecuaban al tema tratado (aunque en muchos casos la re-
lación con un «tema» unificador es dificil de detectar). Puesto
que, según la tesis de Taylor, el material de Q en cada discurso
sigue la secuencia lucana, esta quedaría confirmada como la se-
cuencia de Q.
Sin embargo, la enorme cantidad de excepciones a una tesis
tan sencilla hace que su esquematismo resulte muy poco fiable,

91. J. M. Robinson, The Matthean Trajectory from Q to Mark, en A. Y.


Collins (ed.), Ancient and Modern Perspectives on the Bible and Culture: Es-
says in Honor ofHans Dieter Betz, Scholars, Atlanta 1998 (1999), 122-154.
92. V. Taylor, The Order ofQ: JTS n.s. 4 (1953) 27-31, reimpreso en Id.,
New Testament Essays, Eerdmans, Grand Rapids MI 1972,90-94.
Introducción 6/

11pesar de un segundo ensayo en el que se intenta aportar argu-


mentos más detallados a su favor 93 . Cuando en muchos casos la
regla resulta realmente imposible de aplicar, incluso admitiendo
que Mateo podría haber recorrido Q varias veces en la composi-
dún de un solo discurso, Taylor explica las divergencias en el or-
den utilizando argumentos variados: la preferencia por la posi-
ción de Marcos; o la preferencia por la posición de M (en la que
se piensa como una fuente escrita y, por tanto, con un orden fi-
jo); o la omisión de algunos dichos utilizados en discursos ante-
riores; o, simplemente, la interpretación mateana. Aunque algu-
nos de estos argumentos son, sin duda, explicaciones correctas
de las excepciones a la regla, todos ellos acumulados resultan
poco convincentes.
Hoy el punto de partida continúa siendo la secuencia lucana,
pero sin que exista prejuicio alguno en su favor. El orden de Q es
una cuestión abierta que debe ser establecida en cada caso par-
licular94. Más arriba, inmediatamente después del Prólogo, he-
mos reproducido «Los textos de Q en el orden de Mateo» y las
«Divergencias respecto del orden de Lucas».

9. Proclamación y redacción

a) La revitalización de los estudios sobre Q.


Martin Dibe/ius y Günther Bornkamm

La revitalización del estudio de Q después de la Segunda


Guerra Mundial se produjo fundamentalmente en Heildelberg
bajo la dirección del sucesor de Dibelius, y discípulo de Bult-
mann, Günter Bornkamm. Bornkamm fue uno de los fundado-
res de la crítica redaccional, innovación exegética característica

93. Id., The Original Order ofQ, en A. J. B. Higgins (ed.), New Testa-
ment Essays: Studies in Memory of T. W. Manson, /893-1958, Manchester Uni-
versity Press, Manchester 1959, 246-269, reimpresa en V. Taylor, New Testa-
ment Essays, 95-118.
94. J. M. Robinson, The Sequen ce of Q: The Lament over Jerusa/em, en
R. Hoppe-U. Busse (eds.), Von Jesus zum Christus: Christologische Studien.
Festgabejür Paul Hoffmann zum 65. Geburstag (BZNW 93), Walter de Gruy-
ter, Berlin-New York 1998, 225-260.
62 El Documento Q

de la época de posguerra, que fue inaugurada con su análisis


crítico-redaccional de la escena de la tempestad calmada en Mt
8, 23-27:
Pero esta caracterización del relato de la tempestad calmada
como un «milagro de la naturaleza» no agota su significado
en Mateo. Este le da un sentido nuevo, que no aparece todavía
en los otros evangelistas, por la inclusión en un contexto de-
terminado y por su misma presentación ...
Si esta observación es correcta, significa que Mt no sólo es
transmisor del relato, sino también su más antiguo exegeta,
y de hecho el primer intérprete que relaciona la travesía de
los discípulos con Jesús y el hecho de calmar la tormenta
con el seguimiento y, de este modo, con el pequeño barco de
la Iglesia 95 •

El enfoque de la crítica redaccional hizo que la reconstruc-


ción del texto crítico de Q resultara metodológicamente más fac-
tible, ya que permite utilizar los rasgos distintivos sintácticos,
terminológicos y teológicos (en sentido amplio) de Mateo y Lu-
cas, identificados mediante el análisis de sus respectivas formas
de redactar el material tomado de Marcos, como criterios obje-
tivos con los que identificar luego sus intervenciones redaccio-
nales en Q. Estas «huellas» distintivas de Mateo y Lucas sobre
los dichos de Q facilitan la reconstrucción del texto crítico, por
cuanto permiten identificar y eliminar los efectos de la redac-
ción mateana o lucana. Esto sirve para hacer salir a la superficie
el texto crítico del propio Q.
Martín Dibelius ya había anticipado el método de la crítica
redaccional en el caso de Q al distinguir entre el grueso del ma-
terial más primitivo y las adiciones posteriores incorporadas en
las redacciones de Q:

95. G. Bornkamm, «Die Stunns.tillung im Matthiiusevangelium», en


Wort und Dienst: Jahrbuch der theologischen Schute Bethel, NF 1 ( 1948) 49-
54, reimpreso en G. Bornkamm-G. Barth-H. J. Held, Oberlieferong undAusle-
gung im Matthiiusevangelium (WMANT 1), Neukirchener Verlag, Neukirchen
1960,48-53, aqui 49.51 (versión cast.: La tempestad calmada en el evangelio
de Mateo, en R. A. Monasterio-A. R. Carmona [eds.], La investigación de los
evangelios sinópticos y Hechos de los apóstoles en el siglo XX, Verbo Divino,
Estella 1999, 193-199, aquí 195.196).
Introducción 63

Con todo, se puede admitir que la colección utilizada por Ma-


teo y Lucas revela ciertas huellas de desarrollo: parece, en
efecto, que en ella han sido asumidos textos que, aunque de
origen muy diverso, desempeñan en este contexto la misma
función, a saber, interpretar la tradición de los dichos de Jesús
para revelar quién era aquel cuyas palabras se habían recopi-
lado en la comunidad ...
Todo ello respondía no a un interés histórico o biográfico, si-
no práctico. Sólo que ese interés práctico fue más allá de los
límites del interés que, como hemos visto, había presidido la
recopilación de dichos de Jesús; lo que se pretende ahora no
es sólo deducir de las palabras de Jesús soluciones y reglas
para la propia vida, sino que se quiere encontrar además en
ellas una respuesta a la pregunta por la naturaleza de quien las
había pronunciado ... Tampoco puede excluirse totalmente
que tales características de la denominada fuente Q tuvieran
su origen en un influjo del evangelio de Marcos. No podemos
afirmar nada cierto al respecto, ya que desconocemos total-
mente la época en que nació la fuente Q y la cronología de su
desarrollo 96 •

De hecho, Dibelius había compartido la hipótesis, entonces


dominante, que fijaba el origen de los materiales de Q en torno a
la mitad del siglo 1 o incluso antes:
Probablemente existió más de una colección de dichos; en
cualquier caso, la existencia de colecciones semejantes a la
contenida en nuestro supuesto documento Q es totalmente
probable, incluso en la época en la que Pablo estaría recibien-
do instrucción misionera de quienes le habían precedido en la
fe, es decir, en la década de los treinta o al comienzo de la de
los cuarenta del siglo I d.C. 97

Al datar las colecciones contenidas en Q incluso antes del


año 50 d. C. y su redacción en una fecha probablemente posterior

96. M. Dibelius, Die Formgeschichte des Evangeliums, 245-247 (versión


cast.: La historia de /as formas evangélicas, 238-239).
97. Id., Die Bergpredigt, en G. Bornkamm (ed.), Botschaft und Ge-
.vchichte: GesammelteAufsiitze 1: Zur Evange/ienforschung, Mohr-Siebeck, Tü-
bingen 1953, 79-174, aquí 97-98 (versión inglesa: The Sermon of the Mount,
Scribners, New York 1940, 28-29).
64 El Documento Q

a la de Marcos, es decir, al año 70 d.C. o incluso más tarde (ha-


ciendo, por tanto, de alguna forma justicia tanto a Hamack como
a Wellhausen), Dibelius invitaba a hacer el esfuerzo de distinguir
entre la tendencia operativa en la última redacción y la tendencia
operativa en las colecciones primitivas originales. La crítica re-
daccional de Q se había hecho inevitable.

b) El mensaje distintivo de la comunidad Q. Heinz Eduard Todt


La tesis doctoral de Heinz Eduard Todt en Heidelberg el año
1956 centró la atención en el problema relativo a la falta de di-
chos relacionados con la muerte y resurrección de Jesús en Q:
Harnack subraya correctamente una y otra vez que la concep-
ción de la pasión de Jesús presente en el evangelio de Marcos,
el así llamado paulinismo de Marcos, está ausente de Q. ¿Có-
mo es posible entender esta ausencia en un material transmiti-
do por una comunidad que, en cualquier caso, debía estar fa-
miliarizada con el tema de la pasión de Jesús? 98 •

Todt reconoció que la deducción lógica de los estudiosos de


la crítica de las formas conducía a subrayar la centralidad del ke-
rigma y, en consecuencia, reducir la importancia de los dichos
de Jesús, considerando de este modo a Q como secundaria:
Los maestros del método de la crítica de las formas, Bult-
mann y Dibelius, establecieron ambos, cada uno a su modo, la
prioridad teológica del kerigma comunitario de la pasión so-
bre el material de Q.
. . . La fe de los primeros cristianos consistía en creer que lapa-
sión y resurrección significaba el comienzo de una nueva era.
En consecuencia, vivían en la expectativa de un final inmi-
nente. El punto de referencia desde el que orientaban sus vi-
das era, exclusivamente, lo que Dios había realizado en la
cruz y la resurrección. Sólo después de que se hiciera eviden-
te el retraso del fin, los cristianos comprendieron que necesi-

98. H. E. Todt, Der Menschensohn in der synoptischen Überlieferung,


Gütersloher Verlaghaus Mohn, Gütersloh 1959, 217 (versión inglesa: The Son
of Man in the Synoptic Tradition, SCM-Westminster, London-Philadelphia
1965, 237).
Introducción 65

taban instrucciones morales válidas con las que regular sus vi-
das en el mundo. Así, en esta etapa más tardia, los dichos fue-
ron recopilados como suplemento secundario del único nú-
cleo central de la fe, el kerigma de la pasión 99 •

Esta etapa tardía en que se formó Q, en contraste con el kerig-


11111,no requería una fecha tan avanzada como la que le había
nsignado Wellhausen, pues se trataba básicamente de una posi-
l'ión lógica, es decir, teológica, en razón de la cual Q era secun-
llnria respecto al kerigrna. En efecto, si Dibelius había subrayado
In presencia de dichas colecciones parenéticas ya en la experien-
rin de Pablo, también Bultmann había atribuido Q a la comuni-
tlnd primitiva: «Me parece que la fuente de dichos (Spruchque-
/11') utilizada por Mateo y Lucas es la fuente más cercana a la
comunidad primitiva» 100• Más aún, Todt tenía la impresión de
'luc, en realidad, Bultmann había postulado la existencia de una
nnnunidad Q, pues esta era la consecuencia lógica de haber ad-
mitido que, desde sus propios orígenes, la comunidad primitiva
utilizó los propios dichos de Jesús como contenido de la pro-
l"lumación.
Un paso decisivo en la comprensión adecuada de este mate-
rial de Q fue el dado por Bultmann. Bultmann fue conscien-
te de que la comunidad primitiva conservó la proclamación
de Jesús y siguió proclamándola. Y, de hecho, existen nume-
rosos pasajes cuya conservación y recopilación pueden fácil-
mente entenderse como resultado de la urgencia por realizar
semejante tarea. Evidentemente esta idea está en contra de la
tesis dominante, según la cual el mensaje central y más anti-
guo de la proclamación fue sólo el kerigma de la pasión. En
su lugar, asume la existencia de una comunidad que habría
aceptado como misión central propia la transmisión del men-
saje de Jesús 101 •

99. /bid., 218 (The Son ofMan in the Synoptic Tradition, 238).
1OO. R. Bultmann, Was liijJt die Spruchque/le über die Urgemeinde er-
kennen?, 35 (versión inglesa: What the Sayings Source Revea/s about the Early
Church, 23).
101. H. E. TOdt, Der Menschensohn in der synoptischen Tradition, 225-
226 (The Son of Man in the Synoptic Tradition, 247. La preferencia de la tra-
ducción inglesa por la expresión (deachings of Jesus», totalmente ausente en el
66 El Documento Q

Pero fue el mismo Todt el primero en extraer las consecuen-


cias de haber reconocido que Q no era simplemente el material
parenético de una Iglesia primitiva monolítica, subordinado, por
tanto, a su kerigma oficial 102 • Por el contrario, en Q se nos ofre-
cería el mensaje central de una comunidad Q concreta cuyo «ke-
rigma» sería precisamente el conjunto de dichos de Jesús:
Existen dos ámbitos de tradición que se distinguen entre sí
tanto por sus contenidos como por su historia. El centro de
uno de ellos es el kerigma de la pasión; el centro del otro es la
intención de hacerse cargo nuevamente de la proclamación
del mensaje de Jesús. El material de Q pertenece a este se-
gundo ámbito ... Las concepciones que conforman el kerigma
de la pasión permanecieron al margen del mismo. Queda, por
tanto, probado que el material de Q es una fuente indepen-
diente de conocimiento cristológico 103 •

A partir de Todt el estudio sobre Q no ha dejado de tener con-


notaciones sociológicas: el grupo Q, las consecuencias -a las
que antes no se les prestaba atención- del impacto de Jesús en
sus oyentes y beneficiarios en Galilea.

e) El mito de la Sabiduría en Q. Ulrich Wilckens

La tesis doctoral de Wilkens en Heidelberg, también en 1956,


hacía especial énfasis en la orientación claramente sapiencial de
muchas partes de Q:

original alemán, oscurece la tesis de Todt, para quien el mensaje de Jesús es,
por sí mismo, un tipo de proclamación y no únicamente enseñanza ética para
catecúmenos cuyo bautismo tendría como fundamento su fe en el kerigma de
la cruz y la resurrección).
102. Para esta posición estándar cf., por ejemplo, T. W. Manson, The Mis-
sion and Message of Jesus, 308: «La explicación más probable es que no hay
historia de la pasión porque no resulta necesaria, pues Q es un libro para la ins-
trucción de quienes ya son cristianos y saben de memoria la historia de la cruz>>.
103. H. E. Todt, Der Menschensohn in der synoptischen Über/ieferung,
244-245 (The Son qf Man in the Synoptic Tradition, 268-269. La traducción in-
glesa de «Verkündigung der Botschaft» como «teaching of what Jesus had
taught» oscurece de nuevo el énfasis de TOdt en el hecho de que fue la misma
proclamación de Jesús lo que continuó siendo proclamado como una alternati-
va al kerigma pascual y no como una aplicación ética o catequética del mismo).
Introducción 67

El tema de la Sabiduría que abandona la tierra se encuentra


también en un dicho de Q, la amenaza de Jesús a Jerusalén:
Mt 23, 37-39 par. Le 13, 34-35. En Mateo, este dicho sigue a
otra amenaza dirigida, en esta ocasión, contra «esta genera-
ción>>, Mt 23, 34-36; Le 11, 49-51. Mateo ha retenido de Q la
secuencia de los dos dichos, pero Lucas ha conservado del
primero únicamente la introducción (bui müto xat ~ oo<pta
1:0ü -fteoü e'&tev [«Por esto, también la Sabiduría de Dios di-
jo ... »]). Por tanto, el dicho de Mt 23, 37ss debió ser original-
mente en Q un dicho de la Sabiduría que Mateo puso en boca
de Jesús ... Se manifiesta claramente aquí un eco del mito na-
rrado en 1 Henoc 42: la Sabiduría, resignada, se retira de nue-
vo al cielo. Había deseado reunir en tomo suyo a los habitan-
tes de Jerusalén como si de sus propios hijos se tratara, pero
ellos no quisieron. Ahora se aleja de ellos, los abandona a su
propia suerte hasta la parusía del Mesías Hl4.
Se da una situación similar en relación con el dicho de Mt ll,
16-19 (Le 7, 31-35) ... Estos «hijos de la Sabiduría» son ver-
daderamente los suyos, son quienes, en contraste con la mas-
sa perditionis de «esta generación», se han vuelto hacia ella.
La Sabiduría ha encontrado reconocimiento entre ellos, mien-
tras que, entre los demás, se la rechaza desde todas partes. Pe-
ro ¿cómo se explica que aparezca aquí la Sabiduría cuando,
en definitiva, el discurso trata de Juan y de Jesús? Bien, Juan
y Jesús son sus mensajeros, son los que la representan y a tra-
vés de los cuales ella habla. Igual que en Sab 7, 27, la Sabi-
duría, «una generación tras otra, entra en almas santas y las
hace aptas para ser amigos de Dios y profetas» 105 •

Algo muy similar ocurre en Mt 11,25-27 = Q 10,21-22:


... Jesús habla como revelador, como la Sabiduría ... La perí-
copa, por tanto, tiene una relación muy estrecha con las espe-
culaciones sobre la Sabiduría de los libros de Ben Sira y Sabi-
duría ... Mt 11, 25ss puede considerarse incluido sin ninguna

104. U. Wilckens, Weisheit und Torheit: Eine exegetisch-religionsge-


'~"hichtliche Untersuchung zu l. Kor. 1 und 2 (BHT 26), Mohr-Siebeck, Tübin-
I!ICn 1959, 163-164. Cf. también su artículo oocpía: TWNT 7 (1964), 465-529,
cKpecialmente ((Die Logienquelle», 515-518 (versión inglesa: TDNT 7 [ 1971 ],
465-526, especialmente ((The Logia>>, 515-517).
105. Id., Weisheit und Torheit, 197-198.
68 El Documento Q

dificultad en esta tradición. En nuestro contexto sólo interesa


el hecho de que aquí se ha producido una fusión entre la per-
sona de Jesús y la figura de la Sabiduría ul6.

Por esta razón yo, que participé en este debate de Heidelberg


mientras disfrutaba de un año sabático entre 1959-1960, sugerí
que el género literario de Q podría ser el género sapiencial 107 •

d) La visión deuteronomista de la historia. Odil Hannes Steck

Odil Hannes Steck, en su tesis doctoral de 1965 defendida en


Heidelberg (donde era también asistente), mostró que la huella
de la perspectiva deuteronomista de la historia estaba presente
en la totalidad de la Biblia. Tal perspectiva servía para mostrar la
inocencia de Dios en relación con todos los desastres sufridos
por Israel, especialmente la caída de Jerusalén en el año 856
a.C., interpretándolos como la consecuencia inevitable del asesi-
nato de los profetas que Dios había enviado. Esta visión deute-
ronomista de la historia surgió en el judaísmo, de forma especial
en aquellos textos sapienciales que fueron más tarde incorpora-
dos al cristianismo primitivo. Entre estos últimos, se la reconoce
sobre todo en Q 6, 23c; 11, 49-51; 13, 34-35:
Le 6, 22-23; Mt 23,29-31 [Q 13, 34-35] y Le 11,49-51 mues-
tran que esta relación no se limita al tema aislado del destino
violento de los profetas. En Mt 23, 29-31 se incorpora tam-
bién la relación conceptual de este elemento con la tradición
deuteronomista de la historia del judaísmo tardío 108 ; en Le 6,
22-23 la coherencia entre la noción del sufrimiento de los jus-
tos y las afirmaciones deuteronomistas sobre los profetas

106. /bid., 198-200 (Wilkens incluye aqui Mt 11, 28-30, a pesar de que,
por faltar en Lucas, no parecía pertenecer a Q).
107. J. M. Robinson, Basic Shifts in German Theo/ogy: lnterpretation 16
(1962) 76-97, aquí 82-86, y «LOGOI SOPHON: On the 'Gattung' ofQ)), en
Trajectories through Ear/y Christianity, 71-113.
108. La expresión «judaísmo tardío)) ha sido incorrectamente utilizada
hasta hace poco para designar el judaísmo contemporáneo de la «antigüedad
tardía>>, como si se tratara él mismo de un judaísmo tardío (cf. el caso anterior
de A. Schweitzer). Pero en realidad, durante la «antigüedad tardía» lo que se
tiene es el judaísmo primitivo.
Introducción 69

apunta al contenido conceptual de esta esfera de la tradición;


y en Le 11, 49-51 encontramos una unidad tradicional clara-
mente formulada que se deriva de ella 109 •

Aun que Q 11, 49 está efectivamente introducido como si fue-


In un dicho de la Sabiduría, y el envío de emisarios desde la
ncución del mundo no se adecua a un orador humano, ni siquie-
11111 Jesús, es realmente en Q 13,34-35 donde el lenguaje presu-
pone con más claridad a la Sabiduría personificada. Steck mos-
tró que, como en el caso de Q 11,49-51, sus raíces se hallan en
In literatura sapiencial judía:
Por tanto, después de todo, creo poder concluir, junto con mu-
chos estudiosos, que la Sabiduría personificada era el sujeto
original del dicho ... ¡El sujeto del dicho sobre Jerusalén es,
pues, la Sabiduría de Eclo 24 que habita en Jerusalén, el lugar
que Dios le ha concedido como residencia, y que se identifica
con la ley! De aquí que Le 13, 34-35 muestre cómo -yendo
aún más allá de 11, 49-50- esta forma de entender la Sabiduría
ha sido ahora conectada con la visión deuteronomista de la his-
toria Si ya en Eclo 24 el mito de la Sabiduría juega un papel
en el hecho de que la Sabiduría. tras ser despreciada por las de-
más naciones, encuentra un lugar de residencia precisamente
en Israel, de nuevo vuelve a jugarlo en Le 13, 35ba [«no me
volveréis a ver ... »]. Pues, en definitiva. en el trasfondo de es-
ta declaración está la imagen de la Sabiduría que claudica y as-
ciende al cielo. Por tanto, en el dicho sobre Jerusalén se pro-
duce un avance en el desarrollo de la tradición de Eclo 24,
mucho más radical de lo que parecía posible imaginar: es pre-
cisamente la Sabiduría. que carece de morada entre las nacio-
nes, pero que ha encontrado residencia en Israel, la que ahora
se dispone a abandonar también Israel 110 •

Según Steck, esta forma drástica de aplicar las consecuencias


!le la visión deuteronomista de la historia sólo encaja en el con-
109. O. H. Steck, Israel und das gewaltsame Geschick der Propheten:
lllff¡•rsuchungen zur Oberlieferung des deuteronomistischen Geschichtsbildes
lm .4/ten Testament, Spiitjudentum und Urchristentum (WMANT 23), Neukir-
chcnerVerlag, Neukirchen-VIuyn 1967,286.
11 o. /bid., 230-232
70 El Documento Q

texto del sitio de Jerusalén, tiempo en el que también otras fuen-


tes judías hacen predicciones parecidas:
¿Es acaso posible concebir en la tradición judía un anuncio
de juicio tan horrendo como este? Las dificultades para en-
tender los dichos como una creación cristiana, así como el
resultado de nuestro análisis en términos de la historia de
las tradiciones, según el cual existe una conexión entre las
tradiciones sapiencial y deuteronómica en sus formulacio-
nes tardías, y el hecho de que no se detecte un solo elemen-
to específicamente cristiano, señalan, definitivamente, en
esta dirección. Este anuncio judío de juicio, que arranca to-
da esperanza de futuro al propio pueblo, resulta más com-
prensible si pensamos que debió ser pronunciado bajo la
impresión inmediata de ver la catástrofe cerniéndose sobre
Jerusalén ...
Consecuentemente, todo parece corroborar la hipótesis de que
el dicho sobre Jerusalén es un anuncio judío de juicio pronun-
ciado entre los años 66 y 70 d. C. en el interior de Jerusalén o
sus cercanías. Si se examinan los paralelos mencionados, el
supuesto de que se podria tratar de un vaticinium ex eventu re-
sulta innecesario e, incluso, tiene hechos históricos claros en
su contra. Si se pasa revista a las distintas facciones presentes
en Jerusalén durante el tiempo de la guerra judía, comproba-
mos que el autor del dicho no pudo encontrarse entre los ze-
lotas ni, en general, entre los partidarios de la guerra; por el
contrario, debió seguramente pertenecer al grupo de los parti-
darios de la paz, quienes veían en el movimiento de resisten-
cia la razón para temer el juicio de Dios, que se baria realidad
en la captura y destrucción de la ciudad. El análisis de la si-
tuación en términos de la historia de las tradiciones sugiere
que Le 13, 34-35 nació en los mismos círculos, liderados por
maestros de sabiduría, que el dicho de juicio recogido en Le
11, 49-59, anterior a él en el tiempo 111 •

Esto condujo a Steck a la conclusión, hasta cierto punto ex-


traña, de que Mt 23, 37-39 par. Le 13, 34-35 no pudo haber per-
tenecido a Q, ya que, a pesar de que el alto grado de coinciden-
cia verbal entre Mateo y Lucas habría conducido en otras

111. /bid., 237-239.


Introducción 71

l'il'cunstancias a esta conclusión, la datación tradicional situaba a


1) en época mucho más temprana:
Ponemos aquí entre paréntesis el dicho sobre Jerusalén, pues,
a pesar de la amplia coincidencia entre las formulaciones de
Mateo y Lucas, su relación con la fuente de dichos no es cla-
ra ... La razón por la que el dicho fue incorporado en la tradi-
ción cristiana pudo ser la expectación ante la caída de Jerusa-
lén, de la que también habrían participado los cristianos
palestinos, los cuales se habrían apropiado del dicho y lo ha-
brían puesto en boca de Jesús 112 •

Más aún, la revitalización de la visión deuteronomista de la


historia en el tiempo inmediatamente anterior al sitio de Jerusa-
lcn ofreció a Steck la idea clave para entender Q:
Admitimos que la visión deuteronomista de la historia, en la
formulación que de ella hace el judaísmo tardío, no está como
tal temáticamente presente en Q. Pero, como ciertamente ocu-
rre en el caso de la tradición judía tardía, puede estar, a modo
de conocimiento implicito, sólo en el trasfondo de la presen-
tación y, sin embargo, haber sido también presupuesta como
marco conceptual comprehensivo en el que se situarían las
sentencias individuales, y con cuya estructura conceptual es-
tarían relacionadas 113 •

e) La redacción de Q. Dieter Lührmann

Aunque Steck no había hecho extensivo a otros textos de Q


{con la excepción de Q 6, 23c 114 ) el tipo de análisis que su hipó-
tesis de trabajo avalaba, Dieter Lührmann (profesor asistente en
llcidelberg entre 1965-1968), en su habilitación de 1968 dedica-
da a Bornkamm, elevó la tesis de Steck a la categoría de Tendenz
curacterística de toda la redacción de Q 115 • Lührmann constató
que, dado el alto grado de coincidencia verbal entre Mt 23, 37-

112. /bid., 283, nota 1


113. /bid., 286.
114. /bid., 257-260.
115. D. Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle (WMANT 33 ), Neu-
kirchcner Ver1ag, Neukirchen-V1uyn 1969.
72 El Documento Q

39 y su paralelo Le 13, 34-35, su exclusión de Q era inaceptable.


«Sus argumentos (ausencia de contexto, datación tardía) nada di-
cen sobre la posibilidad o imposibilidad de que pertenezca a
Q» 116 • Por el contrario, sería preferible modificar la datación ha-
bitual de Q, fijada a mediados del siglo 1 o incluso antes, para
ajustarla a un marco temporal posterior 117 • Pero incluso Lühr-
mann sólo pudo avanzar con mucha cautela en esta dirección,
aunque forzado por la necesidad: «Todas estas observaciones in-
dican que la redacción de Q no debería datarse en fecha dema-
siado temprana, sino, más bien, en el contexto de la comunidad
helenística de los años 50 o 60» 118•
El desplazamiento gradual de la datación de Q que ha tenido
lugar a lo largo de la última generación, desde su supuesta loca-
lización en tomo al año 50 d.C. hasta alrededor del 70 d.C., ha
conseguido de forma sutil que algunas de las perennes cuestiones
problemáticas de la investigación de Q hayan sido nuevamente
sopesadas. Si Q no fue compuesta en la generación anterior a
Marcos, sino que los dos escritos son contemporáneos, entonces
el uso de Q por parte de Marcos sería, consecuentemente, menos
probable 119• Más aún, esta datación tardía de la redacción de Q
haría aún más necesario suponer la existencia de colecciones an-
teriores insertas en Q; tal como había argumentado Dibelius.
Este periodo de intensa investigación en tomo a Q alcanzó
sus conclusiones preliminares en 1972, con la monografia sobre
Q publicada por Siegfried Schulz 120• Este autor consideró Q co-
mo un texto escrito en griego y mostró que era razonable com-

116. /bid., 44, nota 5.


117. Representativo de las muchas fechas que pueden proponerse es T. W.
Manson, The Mission and Message of Jesus, 312: «About the middle of the
first century, probably rather before than after A. D. 50»
118. D. Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle, 88.
119. El estudio reciente más exhaustivo en tomo al uso de Q por parte de
Marcos es el de H. T. Fleddermann, Mark and Q: A Study ofthe Overlap Texts
(BETL 122), Leuven University Press-Peeters, Leuven 1995. Pero la <<valora-
cióml del mismo realizada por F. Neirynck y publicada en el mismo volumen,
262-307, y la recensión de J. Verheyden, Markand Q: ETL 72 (1996) 408-417,
refutan los detalles de la argumentación con suficiente consistencia, para con-
cluir desechando esta temía como opinión minoritaria.
120. S. Schulz, Q: Die Spruchquelle der Evangelisten, 5. El autor decla-
ra que su trabajo se basa en los seminarios sobre Q dirigidos por él desde 1960.
Introducción 73

purar la probabilidad de la redacción mateana de Q con la luca-


1111,en cada uno de los casos donde se presenta una divergencia
1ll• vocabulario:
Así como las sorprendentes coincidencias de vocabulario en el
material de Q nos permiten inferir una fuente en forma de co-
lección escrita en griego, del mismo modo, el orden de las se-
cuencias y la existencia de dobletes nos llevan a pensar en una
fuente escrita que Mateo y Lucas tuvieron ante los ojos. Cuál
de los dos evangelistas, Mateo o Lucas, ha preservado el texto
original de Q, es algo que no puede saberse con antelación, si-
no que debe ser verificado en cada caso particular, básicamen-
te con la ayuda de un estudio estadístico de vocabulario 121 •

Desgraciadamente, Schulz no siguió adelante con una re-


l'onstrucción del propio texto de Q 122 •

1) El inicio de la investigación católica sobre Q.


Athanasius Polag y Paul Hoffmann

Durante esta etapa se constata por todas partes un renovado


interés por Q. Pero es especialmente en el ámbito de la Iglesia
( 'utólica romana donde resulta más evidente, una vez que la en-
ciclica Divino ajjlante Spiritu, publicada en 1943 y seguida de
lu Constitutio dogmatica de divina revelatione «Dei Verbum»,
permitiera a los estudiosos utilizar el presupuesto de la existen-
cia de Q 123 • El trabajo de Athanasius Polag sobre Q, en Trier,
quedó recogido en una tesina de licenciatura en 1966 y una te-
sis doctoral en 1968 124 • La habilitación de Paul Hoffmann en

121. /bid., 41.


122. Id., Griechisch-deutsche Synopse der Q-Oberlieferungen, Theolo-
~ischer Verlag, Zürich 1972, es un folleto impreso de forma independiente co-
mo complemento de la monografla, pero sólo reproduce los textos paralelos de
Mateo y Lucas, como ya había hecho Manson con anterioridad.
123. Ciertamente, había habido algunos precursores, como J. Schmid,
Mutthiius und Lukas: Eine Untersuchung des Verhiiltnisses ihrer Evangelien
! BibS[F] 23, 2-4), Herder, Freiburg i.B. 1930.
124. A. Po lag, Der Umfang der Logienquelle (escrito mecanografiado en
1966) y Die Christo/ogie der Logienquel/e (mecanografiado en 1968); Id., Die
Christologie der Logienquel/e (WMANT 45), Neukirchener Verlag, Neukir-
74 El Documento Q

Münster, en 1968, estudió de forma aún más sistemática las di-


mensiones teológicas de Q 125.
Del impresionante número de los primeros estudiosos de Q
que publicaron sus resultados entre los años 50 y principios de
los 70, Hoffmann es el único que ha continuado hasta hoy in-
vestigando de forma consecuente sobre el tema, y el único cu-
yos puntos de vista han avanzado de acuerdo con el progreso
general de la investigación. Al principio expresó sus dudas
acerca de la viabilidad de una teoría redaccional, pues todavía
daba por supuesta una datación temprana de Q, según la cual
no sólo había menos tiempo disponible, sino también menos
necesidad de una redacción distinta de la habitual recopilación
informal de dichos en conglomerados más pequeños de tradi-
ción 126 • Sin embargo, con el tiempo Hoffmann se ha converti-
do en un defensor de la teoría redaccional de Lührmann, así
como de la datación tardía de Q:
Mi trabajo actual en la historia de la redacción es, al mismo
tiempo, un intento de corregir un error cometido en mi «Ha-
bilitationsschrift», Studien zur Theologie der Logienquel/e ...
Me distanciaría, sin embargo, de mis propios argumentos en
Studien por el hecho de que juzgo correcta la referencia de
Steck a la situación de la guerra judeo-romana ...
La cuestión de la antigüedad y el origen de los auténticos di-
chos HH [Hijo del hombre], reunidos sobre todo en Q 17, ne-
cesita de una investigación más exhaustiva en este contexto.
Al hacer esto, deberíamos desembarazamos del presupuesto,
demasiadas veces asumido como evidente, de que en los di-
chos HH nos encontrarnos con la tradición cristiana más anti-
gua o, incluso, con la propia tradición prepascual. En este
punto, deseo corregir expresamente mi propia posición 127 •

chen-VIuyn 1977; y, finalmente, Id., Fragmenta Q: Textheft zur Logienquel/e.


Gran parte del contenido de Fragmenta Q ha sido traducido al inglés en l. Ha-
vener, Q, The Sayings ofJesus, With a Reconstruction ofQ by Athanasius Po/ag.
125. P. Hoffinann, Studien zur Theologie der Logienquelle (NTAbh.NF
8), Aschendorff, Münster 1972, 2 1975, 3 1982.
126. En esto consistía la crítica a Hoffinann que hacía D. Lührmann, Die
Redaktion der Logienquel/e, 8.
127. P. Hoffinann, QR und der Menschensohn: Eine vorliiufige Skizze,
en F. van Segbroek-C. M. Tuckett-G. van Belle-J. Verheyden (eds.), The Four
Gospels 1992: Festschrift Frans Neirynck (3 vols.) 1, Leuven University Press-
Introducción 75

La consecuencia es una nueva forma de entender la teología


11~ Q en relación con esa situación tardía:
El dicho [Q 13, 34-35] recapitula los esfuerzos inútiles en fa-
vor de Israel y refleja la expectación ante la inminente des-
trucción de Jerusalén o, quizás, el hecho consumado, en el
marco de la visión deuteronomista de la historia, entendién-
dola como la consecuencia del rechazo de los enviados ...
Si asumimos que este es el contexto de la RQ [redacción de
Q], algunos elementos característicos de la misma encuen-
tran una explicación plausible. Mencionaría, ante todo, la in-
tensificación de la expectación ante lo inminente ... Parece
más plausible relacionarlos con la fase final de la guerra ju-
día contra los romanos. En la situación de crisis política vivi-
da en el interior de los círculos judíos, especialmente los ze-
lotas, pero también en los grupos cristianos, como lo prueba
la tradición palestina reelaborada que encontramos en Me 13,
esta fase originó la expectativa de la inminente irrupción del
final de los tiempos ... La recepción cristiana de las declara-
ciones en parte tradicionales de Q, caracterizadas por dicha
expectación ante lo inminente, no es tanto el legado de un
fervor escatológico, cuya actualidad se habría prolongado
durante décadas, cuanto la señal de un resurgir de la primiti-
va expectativa cristiana en respuesta al reto producido por
una situación de crisis sociopolítica general al final de la dé-
cada de los 60. Esto se correspondería mejor con la intuición
general de la sociología de la religión, según la cual las ex-
pectativas apocalípticas se originan, generalmente, en olea-
das y son reacciones a situaciones concretas de crisis.
La tradición palestinense del tiempo de la guerra judeo-roma-
na preservada en Me 13, que -aparte de Q- representa la pri-
mera evidencia de la recepción cristiana de la expectativa del
HH [Hijo del hombre] de Dn 7 (aunque ya transformada), sir-
ve también ahora para iluminar la cuestión relativa a la apari-

l1eeters, Leuven 1992, 421-456, aquí 421, 451, nota 50, 452, nota 56. Reim-
preso en su recopilación de artículos, Tradition und Situation: Studien zur
.lesusüberlieferung in der Logienquelle und den synoptischen Evange/ien
(NTAbh.NF 28) Aschendorff, Münster 1995, 243-278, aquí 243, 273, nota 51,
274-275, nota 57 (versión inglesa: «The Redaction ofQ and the Son ofMan: A
preliminary Sketch)>, en The Gospel Behind the Gospels: Current Studies on Q.
159-198, aquí 159, 191-192, nota 50, 193, nota 56).
76 El Documento Q

ción de los dichos HH en Q ... No menos importante, la apari-


ción paralela de este tipo de expectativa en Me 13 y en RQ
podría indicar que la noción del HH adquirió especial signifi-
cación para los círculos cristianos durante esta fase tardía de
la transmisión de Q, es decir, en el periodo en torno al año 70,
y que fue entonces cuando tuvo lugar su recepción e integra-
ción teológica en el material tradicional de Q, que no se había
caracterizado previamente por la referencia a él. ..
La «datación tardía» de RQ aquí propuesta podría, finalmen-
te, explicar el uso de la noción de HH en los círculos cristia-
nos de la segunda mitad del siglo 1...
Las consideraciones precedentes presuponen una considerable
proximidad, tanto en el espacio como en el tiempo, respecto al
evangelio de Mateo. Si suponemos el periodo en torno al año
70 para RQ y al 80 para RMt [redacción de Mateo], estaríamos
ante una diferencia temporal de diez o, como máximo, veinte
años. Por tanto, se hace nuevamente evidente que RQ represen-
ta realmente sólo una «etapa intermedia» en el desarrollo de la
tradición cristiana desde el Jesús de la historia hasta el evange-
lio de Mateo. Esta es, quizás, una de las razones por las que Q
no ha sobrevivido como documento independiente, sino única-
mente como tradición recibida por los grandes evangelistas 128 •

La definición de «redacción de Q» utilizada por Lührmann


ha conseguido hoy la aceptación general de los especialistas, y
constituye el presupuesto de la siguiente etapa de la historia de la
investigación de Q 129 •
128. P. Hoffinan, QR und der Menschensohn: Eine vorliiufige Skizze, 451-
453.456 (Tradition und Situation 273-274.276.278; «The Redaction ofQ and
the Son ofMan: A preliminary Sketch», 192-193.195.197). La hipótesis de que
la redacción de Q tuvo lugar después de la Guerra Judía, en tomo al año 75, ha
sido defendida por B. L. Mack, The Lost Gospel: The Book ofQ and Christian
Origins, Harper San Francisco, San Francisco 1993, 177 (versión cast.: El
Evangelio perdido, Martínez Roca, Barcelona 1994), y M. Myllykoski, The So-
cial History ofQ and the Jewish War, en R. Uro (ed.), Symbols and Strata: Es-
says on the Sayings Gospel Q, The Finnish Exegetical Society-Vandenhoeck
und Ruprecht, Helsinki-Gottingen 1996, 144-199, aquí 199.
129. J. S. Kloppenborg, The Sayings Gospel Q and the Quest ofthe His-
torical Jesus: HTR 89 ( 1996) 307-344, aquí 321, nota 66, ha ofrecido una lis-
ta impresionante de todos cuantos aceptan la tesis redaccional de Lühnnann.
Dicha lista incluye a la mayoría de los investigadores importantes que actual-
mente se dedican al estudio de Q.
Introducción 77

1O. Orígenes sapienciales de Q y del Evangelio de Tomás

n) Un evangelio de sentencias sapienciales en el trasfondo de


Q y EvTom. Helmut Koester
Helmut Koester, inicialmente alumno de Bultmann 130, fue
luego asistente de Bornkamm en Heidelberg entre 1954-1956,
donde completó su habilitación en 1956 y continuó como profe-
sor hasta 1959. Por estas fechas ya residía en Harvard, donde ha-
hia llegado como profesor invitado en 1958, llevándose consigo
lu tradición de la investigación de Q existente en Heidelberg:
El precedente literario de la recopilación y transmisión cristia-
na de un tipo particular de dichos de Jesús fue el «Gattung» /o-
goi sophon, que se había desarrollado fundamentalmente den-
tro del movimiento sapiencial judío. Esta forma literaria en uso
sirvió como foco de cristalización para la conservación de un
aspecto particular de la manifestación y obra histórica de Jesús,
a saber, el de su enseñanza. No es posible discutir aquí las com-
plejas cuestiones relativas a los dichos o grupos de dichos, au-
ténticos y primitivos, que conformaron estas colecciones tem-
pranas, más antiguas que Q y los evangelios. Es, sin embargo,
altamente probable que en tales colecciones, al igual que en la
propia enseñanza de Jesús, predominaran las sentencias sa-
pienciales, enunciados legales (crítica de la conducta tradicio-
nal y afmnaciones relativas a una nueva conducta), dichos pro-
féticos (entre los que se incluirían algunos de los dichos en
primera persona, bienaventuranzas y amenazas) y parábolas.
Como se desprende en parte de Q, los dichos en los que se pre-
dice la pasión, muerte y resurrección de Jesús, así como el ma-
terial que refleja el desarrollo de una evaluación cristológica de
su persona, estaban aún ausentes; tampoco formaban parte de
estas colecciones primitivas las predicciones apocalípticas de-
talladas, como las que encontramos en Me 13, o regulaciones
específicas para la vida de la Iglesia (Gemeinderegeln).
¿Cuál era la orientación teológica de dichas colecciones de lo-
goi'? La respuesta a esta cuestión depende totalmente del mar-

130. La tesis doctoral de Koester en Marburg, en 1954, había centrado ya


la atención en la tradición no canónica de dichos: Synoptische Oberlieforung
hei den apostolischen Viitem (TU 65), Akademie-Verlag, Berlín 1957.
78 El Documento Q

co cristológico pospascual al que en cada caso estuvieran su-


bordinadas. Q «domesticó» los logoi mediante un tipo de con-
cepción apocalíptica en la que se identificaba a Jesús con el
Hijo del hombre futuro. Marcos (y por consiguiente Mateo y
Lucas) encontró el modo de incorporar los logoi en el «evan-
gelio» desarrollado sobre la base del primitivo kerigma hele-
nístico (paulino). Ninguna de estas tendencias parece, sin em-
bargo, haber afectado a la tradición de logoi que desembocó
en el Evangelio de Tomás. El criterio que controla los logoi de
Tomás parece estar íntimamente conectado con el propio prin-
cipio interno de este Gattung, por su capacidad para encauzar
la transmisión de los dichos de Jesús: la autoridad de la pala-
bra de sabiduría como tal, fundamentada sobre el supuesto de
que la Sabiduría está presente en el maestro de la palabra 131 •

Apoyándose en la posición de Philipp Vielhauer, según la


cual los dichos sobre el Hijo del hombre apocalíptico no proce-
den del propio Jesús 132 , Koester sostuvo que eran tardíos en la
trayectoria de Q (y totalmente ausentes en el Evangelio de To-
más) y que sólo servían para oscurecer la orientación sapiencial
previa de Q:
A pesar de que su principio fundamental no tiene relación al-
guna con la confesión de fe en la pasión y resurrección de Je-
sús, la base del Evangelio de Tomás es una colección de di-
chos más antigua que los evangelios canónicos. Su principio,

131. H. Koester, GNOMA/ D/APHOROI: The Origin and Nature of Di-


versifica/ion in the History ofEar(v Christianity: HTR 58 ( 1965) 279-318, aquí
300-301 (versión alemana: GNOMAI DIAPHOROI: Ursprung und Wesen der
Mannigfaltigkeit in der Geschichte der frühen Christentums: ZTK 65 [1968]
160-203, aquí 184-185. El texto alemán fue publicado de nuevo en Entwic-
klungslinien durch die Welt des Frühchristentums, 107-146, aquí 129-130. El
texto inglés ha sido de nuevo publicado en Trajectories through Ear/y Chris-
tianity, 114-157, aquí 137-139, de donde procede la cita, ligeramente modifi-
cada en la última frase con el fin de hacerla más literal).
132. /bid., 138, nota 66: «Es muy dudoso que en esta etapa existiera al-
gún dicho apocalíptico sobre el Hijo del hombre. Cf. Philipp Vielhauer, «Got-
tesreich und Menschensohn in der Verkündigung Jesu», en Festschrift for
Günther Dehn, 1957, 51-79; Id., Jesus und der Menschensohn: ZThK 60
( 1963) 133-177; ambos artículos han sido reimprimidos en Aufsiitze zum
Neuen Testament (Theologische Bücherei, 31 ), 1965, 55-91.92-140. Cf. tam-
bién N. Perrin, Rediscovering the Teaching ofJesus, Harper & Row, New York
1967, passim».
Introducción 79

sin embargo, no es de naturaleza menos teológica. Entiende la


fe como el acto de creer en las palabras de Jesús, un creer que
hace presente y real para el creyente aquello que Jesús procla-
mó. El catalizador que provocó la cristalización de estos di-
chos en un «evangelio» es la convicción de que el Reino está
presente de forma única en la predicación escatológica de Je-
sús y que en sus palabras se desvela una sabiduría eterna acer-
ca del auténtico ser del hombre ...
La relación de este «evangelio de dichos», a partir del que se
ha desarrollado el Evangelio de Tomás, con la fuente sinópti-
ca de dichos Q es, todavía, una cuestión abierta. Sin ninguna
duda, la mayor parte de su material son dichos de Q (a los que
habría que añadir algunos dichos de Marcos), pero de una ver-
sión de Q en la que faltaría la expectativa apocalíptica del Hi-
jo del hombre y cuyos temas dominantes serían la escatología
radical del Reino predicada por Jesús y la revelación de la sa-
biduría divina en sus mismas palabras 133 •

l') Dos ediciones de Q. John S. Kloppenborg

Esta revitalización básicamente alemana de los estudios so-


hrc Q que tuvo lugar hace más de una generación, una vez trans-
plantada a América volvió a convertirse en centro de atención,
~racias, sobre todo, a la síntesis realizada por John S. Kloppen-

133. H. Koester, One Jesus and Four Primitive Gospe/s: HTR 61 (1968)
l113-247, aquí 229-230, reimpreso en Trajectories through Ear/y Christianity
(114uÍ citado), 158-204, aquí 186. El texto alemán fue publicado en H. Koester-
J. M. Robinson, Entwicklungslinien durch die Welt des Frühchristentums, 147-
1110, aquí 172-173. En su libro más reciente, Ancient Christian Gospels: Their
1/istory and Development, SCM-Trinity Press lnternational, London-Philadel-
l'hia 1990, Koester analizó con más detalle la relación existente entre «Tomás
y la Fuente sinóptica de dichos (Q)» (pp. 86-95), concluyendo: «Por tanto, el
/o.'¡•cmge/io de Tomás, o depende de la versión más antigua de Q o, con más pro-
huhilidad, comparte con el autor de Q una o varias colecciones muy antiguas de
dichos de Jesús» (p. 95). Ch. M. Tuckett presenta una crítica a esta posición en
V and Thomas: Evidence ofa Primitive « Wisdom Gospel»? A Response to H.
~oester: ETL 67 ( 1991) 346-360; S. J. Patterson la respalda en su exposición
Wisdom in Q and Thomas, en L. G. Purdue-B. B. Scott-W. J. Wisemann (eds.),
In Search ofWisdom: Essays in Memory ofJohn J. G. Gammie, Westminster-
Juhn Knox, Louisville KY 1993, 187-221. Cf. también más abajo la síntesis de
un argumento en favor de un pre-texto de Q para el fragmento Q 12, 22b-31
(Libres de ansiedad, como los cuervos y los lirios).
80 El Documento Q

borg en su tesis doctoral leída en Toronto, el año 1984 134 • Este


autor construye su teoría a partir de la identificación del redactor
de Q, debida a Luhrmann, mi identificación del género literario
sapiencial y la importancia atribuida por Koester a las fuentes
subyacentes a Q y a Tomás. Ciertamente, este último se ve obli-
gado a retrasar la redacción de Q hasta las inmediaciones del año
70 d.C. en la medida en que resulta necesario explicar de algún
modo la existencia de lo que parecerían ser colecciones pre-re-
daccionales (no deuteronomistas) de material de tipo sapien-
cial135. Ya el propio Lührmann había llamado accidentalmente la
atención sobre tales colecciones arcaicas:
Esta forma de coleccionar dichos existe en otros lugares de la
tradición sinóptica lo mismo que en Q, por ejemplo, en el dis-
curso programático que constituye la base del Sermón del Lla-
no de Lucas y del Sermón de la Montaña de Mateo (Le 6, 20-
4911 Mt 5, 1-7, 29), en Q 12,22-32.33-34, en Q 12,2-7, o en
Le 11, 33.34-36 ... Ejemplos de este tipo pueden multiplicarse.
La presencia de tales colecciones sugiere que Q es ya el re-
sultado (provisional) de un largo proceso de transmisión y
que, consiguientemente, su contenido no es homogéneo. Por
el contrario, como ocurre en otras partes de la tradición si-
nóptica, Q refleja varias etapas del proceso de asimilación de
la predicación de Jesús por parte de la Iglesia primitiva 136 •

Sin embargo, Lührmann, apoyándose en Steck, situaba la


tendencia sapiencial de Q lo más cerca posible de la redacción
final, donde la sabiduría aparece personificada de acuerdo con el
modelo del mito de la Sabiduría:
Un conjunto de dichos claramente influenciados por la litera-
tura sapiencial judía es justamente el último estrato, es decir,

134. J. S. Kloppenborg, The Formation ofQ: Trajectories inAncient Wis-


dom Col/ections.
135. La tensión resultante entre las colecciones arcaicas y la redacción
reclama un estudio crítico profundo; cf. J. M. Robinson, The Critica/ Edition of
Q and the Study ofJesus, en A. Lindemann (ed.), The Sayings Source Q and
the Historical Jesus (BETL), Peeters, Leuven 2001,27-52.
136. D. Lührmann, Die Redaktion der Logienquel/e, 84 (versión inglesa:
«Q in the History of Early Christianity», en The Shape of Q: Signa/ Essays on
the Sayings Gospe/, 59-73, aquí 59).
Introducción 81

el estrato que está más próximo a la redacción final de Q des-


de el punto de vista cronológico, aunque no necesariamente
desde el histórico-tradicional. A primera vista, este dato po-
dria no parecer sorprendente, pues la influencia de esta co-
rriente en la predicación de Jesús es reconocible en otros lu-
gares de la tradición sinóptica. Sin embargo, la frecuencia y el
carácter especial de estos dichos, así como la estructuración
global de Q según el modelo de un género literario propio de
la literatura sapiencial, indica que esta influencia ha tenido
una importancia considerable en la transmisión de Q 137 •

Por otra parte, Kloppenborg prefirió identificar como etapa


primitiva básica de Q no los discursos de la Sabiduría personifi-
cada, sino seis «discursos sapienciales» que, según él, habrían
"ido agrupados en un primitivo estrato escrito de Q, pues es en
ellos donde habría sido interpolado el material posterior que re-
tlcja una redacción deuteronomista, y no a la inversa:
Junto con los grandes complejos en los que se hacen patentes
los motivos del juicio y la polémica, hay importantes unidades
cuya orientación redaccional básica es parenética, exhortativa
e instructiva, y que, en virtud de su estructura, podrian equipa-
rarse con la «instrucción», género literario ampliamente atesti-
guado de la literatura sapiencial. Entre estas unidades estarían:
l. Q 6, 20b-23b.27-35.36-45.46-49;
2. Q 9, 57-60.(61-62); 10, 2-11.16;
3. QII,2-4.9-13;
4. QI2,2-7.11-12;
5. Q 12, 22b-31.33-34, y probablemente
6. Q 13, 14; 14, 26-27; 17, 33; 14,34-35.
Puesto que algunos de estos bloques contienen interpolacio-
nes secundarias que expresan el punto de vista polémico de la
redacción, es razonable asumir que la instrucción exhortativa
es literariamente anterior al material polémico y que, en algún
momento del desarrollo de Q, el material de tipo instructivo
fue reelaborado de acuerdo con esta otra perspectiva 138 •

137. !bid., 97-98 (The Shape ofQ, 69).


138. J. S. Kloppenborg, «The Sayings Gospel Q: Literary and Stratigra-
phic Problems», en Symbols and Strata: Essays on the Sayings Gospel Q, 1-66,
nquí 48.
82 El Documento Q

Se ha dicho 139 que la tesis de Kloppenborg es una entre otras


formas posibles e independientes de expresar el presupuesto,
ampliamente aceptado, de que los agregados por él identificados
son agregados primitivos, compuestos con anterioridad a la re-
dacción final de Q:
Tres de estos están entre las primitivas «colecciones» pre-re-
daccionales mencionadas por Lührmann 140 • Cinco pertenecen
a la lista de los que, según Siegfried Schulz, pueden retrotraer-
se al «kerigma de las comunidades Q más antiguas, situadas
en las zonas limítrofes entre Palestina y Siria» 141 • Cinco están
incluidos en la lista confeccionada por Dieter Zeller de los
«seis grandes grupos de dichos que podrían haberse desarro-
llado en tomo a un núcleo de exhortaciones» 142 • Cuatro están
entre las colecciones previas a Q, formadas por dichos aforís-
ticos de estructura similar, señalados por Ronald A. Piper en
su tesis presentada en Londres 143 • Cuatro están en el Sermón
del Monte, que Dieter Betz data en tomo al año 50 por consi-
derarlo una consecuencia del concilio de Jerusalén 144 •

Es sorprendente que estudios tan divergentes en metodología


y orientación tiendan a un acuerdo tan amplio en relación a la

139. J. M. Robinson, The Q Trajectory: Between John and Matthew via


Jesus, en B. A. Pearson (ed.), The Future of Early Christianity: Essays in Ho-
nor ofHelmut Koester, Fortress, Minneapolis 1991, 173-194, aquí 185-189.
140. D. Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle, 84: unidades 1, 4
(sóloQ 12,2-7)y5.
141. S. Schulz, Q: Die Spruchquelle der Evangelisten, 57-175: unidades
1 (exceptoQ6,43-49),3,4(sóloQ 12,4-9),5y6(sóloQ 16, 17-18).
142. D. Zeller, Die weisheitlichen Mahnsprüche bei den Synoptikern (fzb
17), EchterVerlag, Würzburg 1977, 191: unidades 1 (excepto Q 6, 34-35a.37b-
38a.39-40), 2 (excepto Q 9, 57-62; 10, 8b.llb, pero con Q 10, 12), 3 (excepto Q
11, 9-13), 4 (exceptoQ 12, 11-12, pero con Q 12, 9-10), 5. Sin embargo, Zeller no
ha hecho suya la teoría de Kloppenborg sobre la existencia de una primera edición
sapiencial de Q. Cf. D. Zeller, Redaktionsprozesse und wechselnder «Sitz im Le-
ben» beim Q-Material, en J. Delobel (ed.), Logia-Les paro/es de Jésus-The Sa-
yings ofJesus: Mémorial Joseph Coppens (BETL 59), Peeters-Leuven University
Press, Leuven 1982, 395-409; D. Zeller, Eine weisheitliche Grundschrift in der
Logienquelle?, en The Four Gospels 1992: Festschri.ft Frans Neirynck 1, 389-401.
143. R. A. Piper, Wisdom in the Q Tradition: The Aphoristic Teaching of
Jesus: unidades 1 (excepto Q 6, 20b-23b.46-49), 3 (excepto Q 11, 2-4 ), 4 (aña-
diendo Q 12, 8-9), 5 (excepto Q 12, 33-34).
144. H. D. Betz, The Sermon on the Mount (Hermeneia), ed. Adela Yabro
Collins, Fortress, Minneapolis 1995: unidades 1, 3, 5 y 6 (sólo Q 13, 24-27).
Introducción 83

I'Kistencia de estos agregados sapienciales en una etapa primiti-


vn del desarrollo de Q. Los dos más relevantes, Q 6, 20-49 (el
Sermón inaugural) y Q 12, 22b-31 (Libres de ansiedad como los
,·ucrvos y los lirios) están, incluso, en todas estas listas.
Kloppenborg ha acogido esta «observación relativa a la con-
vergencia entre los resultados obtenidos por Zeller, Kloppen-
horg y Pipen> 145 , y él mismo ha incluido a Heinz Schürmann en
In lista:
Se podría también señalar que Schürmann, a pesar de sus du-
das a la hora de aceptar el modelo estratigráfico de Kloppen-
borg, reconoce ahora la importancia que tienen en la compo-
sición de Q esos seis discursos de instrucción, organizados
según temas, y está de acuerdo con que tales «discursos» fue-
ron unidades «completas» con anterioridad a la redacción fi-
nal de Q 146 •

Incluso a su pesar, Migaku Sato puede ser también incluido


l'n esta lista de defensores de los agregados primitivos:
Las colección aquí mencionadas -dicho sea, más que nada,
como una concesión- son precisamente las que Zeller y Klop-
penborg han identificado como las colecciones sapienciales 1,
2, 3 y 5 de la primera edición de Q 147 .

145. J. S. Kloppenborg, The Sayings Gospel Q: Líterary and Stratigra-


f'hic Problems, 52.
146. /bid., 53-54. Kloppenborg se refiere al artículo de H. Schürmann,
lur Kompositionsgeschichte der Redenquel/e: Beohachtungen an der lukani-
schen Q-Vor/age, en C. Bussmann-W. Radl (eds.), Der Treue Gottes trauen:
Hcitriige zum Werk des Lukas: Für Gehard Schneider, Herder, Freiburg 1991,
326-342, aquí 327-328.332.
147. J. M. Robinson, Die Logienque/le: Weisheit oder Prophetie? Anfra-
~en an Migaku Sato, Q und Prophetie: EvT 53 (1993) 367-389, aquí 385. Cf.
M. Ebner, Jesus-ein Weisheitslehrer? Synoptische Weisheitslogien im Tradi-
tionsprozess (HBS 15), Herder, Freiburg 1998, 32: «Además, Robinson ha
conseguido mostrar que Sato -aunque sin mencionarlo en su proyecto global-,
en el caso de las composiciones sapienciales que él mismo identifica como eta-
pas preliminares de su libro profético, se aproxima mucho a los seis 'discursos
sapienciales' que, según Kloppenborg, constituyen el contenido básico más an-
tiguo de Q -por cierto, ya seleccionados por Zeller en 1977-: discurso progra-
mático (Q 6), discurso de misión (Q 10), instrucción sobre la oración (Q 11 ),
invitación a liberarse de la ansiedad (Q 12) y, para terminar, una exhortación fi-
nal (Q 13-14)».
84 El Documento Q

Kloppenborg desarrolló ulteriormente su argumentación afir-


mando que estas colecciones sapienciales fueron reunidas en lo
que podría considerarse una primera edición de Q, anterior a la
redacción deuteronomista:
Teniendo en cuenta las técnicas de interpolación e inserción,
es razonable suponer que los «discursos sapienciales» existían
ya de forma escrita cuando fueron glosados. En caso contra-
rio, deberiamos encontrar un mayor grado de homogeneidad y
menor cantidad de transiciones abruptas 148 •

Este es el aspecto de la tesis de Kloppenborg que ha encon-


trado mayor resistencia, oscureciendo a veces el consenso casi
total conseguido en relación a la existencia de los agregados
sapienciales primitivos. Esto se debe, en parte, a la idea am-
pliamente extendida de que el periodo inicial estuvo dominado
por las ideas apocalípticas y fue únicamente el retraso de lapa-
rusía, con el consiguiente debilitamiento del «entusiasmo»
apocalíptico, lo que habría hecho necesario, en una segunda
etapa, el reconocimiento de las realidades corrientes de la vida
cotidiana 149 •
Este tipo de consejos banales para la vida cotidiana es lo que,
de forma bastante poco critica, se ha asociado en los estudios so-
bre Q con el término «sapiencial» 150 • Sin embargo, semejante
idea de lo sapiencial, para el marco temporal que nos ocupa, ha
sido superado por los estudios de G. Gammie 151 sobre lastra-
yectorias seguidas por la literatura sapiencial judía. A partir de
dichos estudios Kloppenborg extrae la siguiente conclusión:

148. J. S. Kloppenborg, The Forma/ion ofQ, 244.


149. Debe señalarse la crítica a esta posición expresada por TOdt y
Hoffinann.
150. Para un resumen de la literatura especializada en la que se señalan los
errores de esta deducción y se ofrece documentación sobre los dichos sapien-
ciales de Q, cf. J. M. Robinson, Die Logienquelle: Weisheit oder Prophetie?,
374-377.
151. J. Gammie, The Sage in Sirach y From Prudentialism lo Apocalyp-
ticism: The Houses ofthe Sages Amid the Varying Forms ofWISdom, ambos en
J. Gammie-L. G. Perdue (eds.), The Sage in Israel and the Ancient Near East,
Eisenbrauns, Winona Lake 1990,355-372.479-497, y J. Gammie, Paraenetic
Literature: Towards the Morpho/ogy of a Secondary Gen re [within wisdom li-
terature], en Paraenesis: Act and Form (= Semeia 50 [1990]), 41-77.
Introducción 85

Aunque algunas formas literarias adoptadas por los sabios


-por ejemplo, la instrucción- demostraron poseer una ex-
traordinaria estabilidad a lo largo de todo un milenio o inclu-
so más, el contenido de la tradición sapiencial es significati-
vamente diverso y adaptable ...
Por tanto, caracterizar Q como escrito «sapiencial» no signi-
fica que esto implique una imagen de Jesús como maestro de
sabiduría intrascendente, prudencial; menos aún, que impli-
que un mundo intelectual absolutamente impermeable a las
influencias de la escatología y de las tradiciones proféticas y
narrativas de Israel 152 •

Al margen de cómo se explique el oscurísimo origen de la


comunidad Q, Kloppenborg insiste en que su análisis es de ca-
rácter literario y no está necesariamente vinculado a deducciones
o presupuestos históricos:
Afirmar que los componentes sapienciales estuvieron en los
orígenes de Q, y que los oráculos proféticos de juicio y los
apotegmas que presentan a Jesús en conflicto con «esta gene-
ración» son secundarios, nada implica acerca del origen histó-
rico-tradicional último de ninguno de los dichos. Es cierta-
mente posible, incluso probable, que algunos materiales de la
segunda fase de la composición sean prepascuales o, por lo
menos, muy antiguos; y que algunos de los elementos presen-
tes en los orígenes de Q sean, desde el punto de vista de la au-
tenticidad o de la historia de la tradición, relativamente re-
cientes. La historia de la tradición no es convertible en historia
literaria, y es esta última la que aquí estamos estudiando IS3.

Kloppenborg concluye su reciente y detallado informe sobre


la investigación de Q como sigue:
Tal vez no sea demasiado pretencioso sugerir que, junto al
acuerdo general propiciado por las investigaciones de Lühr-
mann, a saber, que la polémica contra «esta generación» y los
anuncios de juicio constituyen los elementos temáticos confi-
guradores de un cierto nivel redaccional del Evangelio de di-
chos, un segundo punto de consenso ha tomado forma: Una

152. J. S. Kloppenborg, Excavating Q, 385.388.


153. Id., The Formation ofQ, 245.
86 El Documento Q

clave esencial para comprender la formación de Q es recono-


cer la presencia de grandes bloques de dichos sapienciales, te-
máticamente organizados, en cada uno de los cuales todos los
dichos exhiben una estructura, «Sitz im Leben» e intención
retórica similar 154 •

d) El error de un escriba en el trasfondo de Q.


T. C. Skeat, James M. Robinson y Christoph Heil
Uno de los agregados sapienciales que aparece en todas las
listas arriba mencionadas, la exhortación a vivir libres de ansie-
dad como los cuervos y los lirios (Q 12, 22b-31), ha sido identi-
ficada en un texto escrito en griego, anterior al texto arquetipo
de Q utilizado por Mateo y Locas 155 • Dicho texto se encuentra
en Evangelio de Tomás 36, en la versión de P. Oxy. 655, donde
ha sido preservada una forma muy antigua de este pequeño agre-
gado de dichos. En efecto, este papiro fragmentario atestigua la
lectura o ]u ~a[í.]vet, «no carda», libre, por tanto, del error de co-
pista que encontramos en el texto canónico de Mateo 6, 28, don-
de se lee au~ávouow, en el paralelo Locas 12, 27: au~áVEL,
«crece». El único lugar donde está atestiguada la lectura correc-
ta es en la lectura original del Códice Sinaítico, en Mt 6, 28 (ou
~Évouow, itacismo por ou ~aí.vouatv 156 ), que fue sin embargo
borrada por el primer corrector, el cual prefirió la lectura matea-
na habitual au~áVO'UOLV (es decir, «DO cardan>) fue «corregidO))
y sustituido por «crecen>)) 157 •

154. Id., The Sayings Gospe/ Q: Literary and Stratigraphic Prob/ems, 55.
155. T. C. Skeat, The Lilies ofthe Fie/d: ZNW 37 (1938) 211-214.
156. T. C. Skeat, en una carta fechada en abril de 1999, explicó por qué el
cambio de -m- a -E- en el caso de ou ~Évoumv debe considerarse una fluctua-
ción oral normal, mientras que el cambio de ou a au- y de -al- a -á- en el ca-
so de ou ~alvet, que se convierte en au~ávet, son errores de copista: «Cier-
tamente, las vocales no se intercambiaban descuidadamente, sino que eran
escritas de modo que reflejaran la pronunciación. En el caso de au~ávet y ou
~atVEL, es claro que au y ou no se pronunciaban de forma idéntica, como tam-
poco m y a. Sin embargo, m y E se pronunciaban, con toda seguridad, de for-
ma idéntica, como ocurre en griego moderno, lo cual explica que el escriba del
Sinaítico escribiera ~Evoum en lugar de ~mvoum».
157. J. M. Robinson-Ch. Heil, Zeugnisse eines schrift/ichen. griechischen
vorkanonischen Textes: Mt 6, 28b a*. P. Oxy. 655 l. 1-17 (EvT 36) und Q 12.
Introducción 87

Un examen más atento muestra que en P. Oxy. 655, el dicho


]6 del Evangelio de Tomás tampoco presenta otros rasgos que la
investigación crítica de todo el siglo XX (sin haber consultado el
papiro) había venido identificando correctamente como intru-
siones secundarias en este agregado antiquísimo, más tarde in-
corporado en Q 158 :
l. Según Q 12, 22b, Dios proveerá de la comida y el vestido
necesarios, como en el ejemplo de los cuervos (Q 12, 24) y los
lirios (Q 12, 27). Sin embargo, Q 12, 23 interrumpe el desarrollo
lógico del pensamiento en el seno de este pequeño agregado al
degradar la comida y el vestido en favor de valores más eleva-
dos, a saber, el «alma/vida)) y el «cuerpo)) ('\jJux~ y <J<Úf..ta), ex-
presando una estructura de valores espirituales en modo alguno
ejemplificados por los cuervos y los lirios. De aquí que Q 12, 23
y las referencias a '\jJUX~ y <J<Úf..ta hayan sido consideradas adi-
ciones secundarias, y, de hecho, ¡resulta que están ausentes del
dicho 36 del P. Oxy. 655!
2. El versículo Q 12, 25, donde se expresa de forma sombría
nuestra incapacidad para elevamos por encima de la «suela de los
propios zapatOS)) (literalmente: «aumentar la propia estatura)), o
«incrementar la duración de la propia vida))), no sólo se interpo-
ne entre la mención de los lirios (Q 12, 27) y la de los cuervos (Q
12, 24) en la secuencia de Q, haciendo necesario re introducir el
contexto original mediante la inserción del versículo redaccional
Q 12, 26, sino que además contrasta fuertemente con la esplén-
2 7: ZNW 89 ( 1998) 30-44. Para una crítica a este ensayo, cf. J. Schroter, J-ór-
.~ynoptische Uberlieferung aufP. Oxy. 655? Kritische Bemerkungen zu einer er-
neuerten These: ZNW 90 ( 1999) 265-272. Cf. la réplica a esta crítica en J. M.
Robinson-Ch. Heil, Noch einmal: Der Schreibfehler in Q 12. 2 7: ZNW 92
(2001) 113-122.
158. J. M. Robinson-Ch. Heil, The Pre-Q text ofthe (Ravens and) Lilies:
Q 12. 22b-31 and P. Oxy. 655 (Gos.Thom. 36), en S. Maser-E. Schlarb (eds.),
Text und Geschichte: Facetten theologischen Arbeitens aus dem Freundes- und
Schülerkreis. Dieter Lührmann zum 60. Geburtstag (MTSt NF 50), 1999, 143-
180; un resumen más fácil de leer puede encontrarse en J. M. Robinson, A
Written Greek Sayings Cluster 0/der than Q: A Vestige: HTR 92 (1999) 61-77.
Cf. también los últimos artículos y el «Excursus on the Scribal Error in Q 12,
27», en The Critica/ Edition ofQ, pp. XCIX-CI, así como J. M. Robinson-Ch.
Heil, The Lilies ofthe Field: Saying 36 ofthe «Gospel ofThomas» and Secon-
daryAccretions in Q 12, 22b-31: NTS 41 (2001) 1-25.
88 El Documento Q

dida confianza en la providencia de Dios que caracteriza al agre-


gado en su conjunto. En P. Oxy. 655, sin embargo, el dicho 36
continúa ininterrumpidamente con el tema de la confianza en
Dios: «¿Quién podría aumentar tu estatura? ¡Ese mismo te pro-
porcionará el vestido!».
3. El clímax del mensaje original-que vuestro Padre os pro-
veerá de las necesidades básicas de comida, bebida y vestido-
reaparece en Q 12, 29.30b de forma apropiada formando una in-
clusión con el punto de partida, en Q 12, 22b. Sin embargo, va
seguido de un segundo clímax, en Q 12, 31, donde por primera
vez se introduce en el agregado una referencia al reino de Dios y
que, por lo tanto, ha sido considerado un añadido secundario.
¡Esta anticlimática referencia al Reino también está ausente de
P. Oxy. 655!

11. La edición critica de Q

a) El texto mínimo de Q

Lo que ha permitido que una edición crítica de Q pareciera al


menos una posibilidad ha sido el desvelamiento progresivo del
documento como texto escrito originalmente en griego, cuyas
redacciones mateana y lucana es posible detectar y eliminar apli-
cando los métodos y resultados de la crítica redaccional, a saber,
mediante la identificación de los rasgos redaccionales de Mateo
y Lucas a partir de sus respectivas formas de tratar a Marcos.
Sin embargo, el propio plan de trabajo, concebido según el
modelo de la papirología y la crítica textual, ha procurado man-
tener su imparcialidad en relación al particular status quaestio-
nis de la interpretación de Q en la época en la que fue inicial-
mente asumido por el Proyecto Internacional Q. Su intención es
que la Edición crítica de Q y El Documento Q puedan ser uti-
lizados como instrumentos básicos de nuestra disciplina 159 por

159. Evidentemente, los que rechazan de forma global la existencia de Q


no pueden quedar satisfechos: M. Goulder, /s Q a Juggernaut?: JBL 115
(1996) 667-681; Id., Self-contradiction in the IQP: JBL 118 (1999) 506-517. El
Proyecto Internacional Q se ha abstenido de entrar en debates interminables
Introducción 89

estudiosos de todas las tendencias 160• Por esta razón su método


no ha presupuesto ningún punto de vista particular relativo a la
estratificación del texto de Q, ni tampoco en relación con el
ltrado o manera en que dicho documento pueda reflejar senten-
~ias del propio Jesús y/o de una comunidad Q. El único presu-
puesto, del que depende la posibilidad misma del proyecto, es el
resultado conclusivo general de la historia de la investigación de
<), a saber, la existencia de un texto de Q escrito en griego, que
hizo la función de arquetipo en relación a las copias disponibles
en las comunidades mateana y lucana, que fueron las utilizadas
por sus evangelistas. Es justamente este arquetipo lo que la Edi-
ción crítica de Q ha intentado reconstruir y El Documento Q
t¡uiere hacer más fácilmente accesible a los estudiosos.
La empresa empezó como un proyecto de investigación titu-
lado Q: Una colección perdida de dichos de Jesús, que se inició
conjuntamente en el Instituto de Antigüedad y Cristianismo en
1983 161 y en la reunión anual de la Sociedad de Literatura Bíbli-
ca (1983-1984), como un «estudio de los informes sobre Q». Uno

acerca de la existencia de Q con el fin de concentrar su energía (Goulder: <<Su


enorme dedicación)), p. 506) en reconstruir el texto de Q, asumiendo que, al fi-
nal, esto será el argumento más útil y convincente a favor de su existencia. Cf.
la respuesta de R. A. Derrenbacker Jr.-J. S. Kloppenborg, Self-Contradiction in
the IQP? A Rep/y to Michae/ Gou/der: JBL 120 (2001) 57-76.
160. La opinion actual está, evidentemente, muy dividida: «Der Entwurf
von J. M. Robinson und H. Koster und die darauf aufbauende amerikanische
Position)) es el título de una subsección de la obra de J. Schroter, Erinnerung an
Jesu Worte: Studien zur Rezeption der Logienüber/ieferung in Markus, Q und
Thomas (WMANT 76), Neukirchener Verlag, Neukirchen 1997, 132-136, don-
de se recoge uno de los puntos fundamentales de la polémica. Una postura has-
ta cierto punto similar es la de R. A. Horsley y J. A. Draper, Whoever Hears You
Hears Me: Prophets, Performance, and Tradition in Q, Trinity Press Interna-
tional, Harrisburg PA 1999. La posición opuesta está representada por T. Z6c-
kler, Jesu Lehren im Thomi:lsevangelium, E. J. Brill, Leiden 1999, 2, nota 4:
«Ciertamente, Schroter trata solamente una parte de los dichos de Tomás, pe-
ro discute a fondo la historia de la investigación de Tomás y de Q en conexión
con la cual emite algunas críticas aceradas en contra de las propuestas de in-
vestigación de Koester y Robinson. Realmente, es a esto último hacia lo que
está decididamente orientada la obra)). Según M. Ebner, Jesus - ein Weisheits-
lehrer? Synoptische Weisheits/ogien im Traditionsprozess, 31, «suponer la exis-
tencia de un núcleo sapiencial de Q nos parece la solución más plausible y la
que hace más justicia al texto)).
161. «New Project Launched)), Bulletin ofthe lnstitute for Antiquity and
Christianity 10.4 (1983) 6.
90 El Documento Q

de los primeros acuerdos adoptados se ha convertido hoy en


práctica general dentro del ámbito de la investigación de Q, a sa-
ber, el de citar a Q haciendo uso de la numeración correspon-
diente al capítulo y a los versículos lucanos 162 • Los informes se
convirtieron en un «Seminario sobre Q» ( 1985-1989) que, a su
vez, fue elevado al rango de «Proyecto Internacional Q» por el
Comité de investigación y publicación de la Sociedad de Litera-
tura Bíblica (SLB) en 1989 163 • Con la ayuda de LeifVaage y Jon
Daniels, por entonces investigadores asociados para el Proyecto
Q del Instituto de Antigüedad y Cristianismo, se preparó un bo-
ceto (titulado Pap. Q) con el que se inauguró el Proyecto en la
reunión anual de la SLB en Anaheim (California), en noviembre
de 1985. Contenía, letra por letra, el texto compartido por Mateo
y Lucas (aunque hubo de hacerse con transliteración, pues aún
no se disponía de procesadores de texto en griego), con siglas
que identificaban las lagunas producidas por las divergencias en
la redacción de Mateo y/o Lucas. Una breve introducción expli-
caba los criterios de la reconstrucción:

162. J. M. Robinson, The Sermon on the Mount!Piain: Work Sheets for


the Reconstruction ofQ: SLB.SP 22 (1983) 451-454, aquí 451-452: «Podría-
mos adoptar la norma de citar a Q de la siguiente manera: Q 6, 20 (en lugar de
Le 6, 20 par., o Le 6, 20 //, o Mt 5, 3 // Le 6, 20). Esta práctica indicaría que
parte del contenido de Le 6, 20 se considera proveniente de Q (aunque no im-
plica necesariamente que sea Lucas quien preserva la redacción o el orden de
Q, en vez de Mateo o alguna otra forma de expresión parcialmente divergente
de ambos). Este sería un modo novedoso de referimos a Q como entidad exis-
tente por sí misma que, a su vez, evitaría el problema de numerar los dichos de
Q con un sistema diferente al de Lucas (como ocurre, por ejemplo, con la nu-
meración de los 114 dichos del Evangelio de Tomás). Así, podríamos referimos
a un versículo concreto sin necesidad de decidimos prematuramente sobre un
sistema de numeración que pronto podría volverse anticuado, ni tener que es-
tar constantemente cambiando de numeración (problemas que ya han surgido
en el estudio del Evangelio de Tomás)». De hecho, entre todos los sistemas de
numeración propuestos para Q, sólo este, basado en Lucas, ha tenido acepta-
ción general.
163. Para una exposición más detallada de los comienzos del proyecto,
cf. J. M. Robinson, The Sayings of Jesus: Q: The Drew Gateway 54.1 (1983
[1985]) 26-38, aquí 35-37; Id., A Critica/ Text ofthe Sayings Gospel Q: RHPR
72 ( 1992) 15-22 (ponencia presentada en el encuentro de SNTS de 1991 ); y F.
Neirynck, The lnternational Q Project: ETL 69 (1993) 221-225, reimpreso en
su Q-Synopsis: The Double Tradition Passages in Greek, Revised Edition with
Appendix, Leuven University Press-Peeters, Leuven 1995, 75-79.
Introducción 91

Las páginas que siguen son una simulación moderna de la es-


critura de un papiro muy estropeado, donde las letras recono-
cibles están insertas en una trama de siglas que simulan las fi-
bras deterioradas de las /acunae. Como si se tratara de un
papiro único, este boceto contiene exclusivamente los restos
de lo que habría sido la colección perdida de dichos de Jesús,
familiarmente conocida como Q.
Al reelaborar de diferente manera el texto con el fin de incor-
porarlo a sus respectivos evangelios, Lucas y Mateo hicieron
un papel análogo al de la polilla y el orin en el proceso de co-
rrupción de un papiro. Pues cada vez que uno de los dos ha-
cía un cambio, creaba para nosotros una situación engorrosa:
efectivamente, en aquellos lugares donde la semejanza entre
los dos evangelios obliga a suponer una dependencia común
respecto a Q, pero en los que, sin embargo, Lucas y Mateo di-
vergen en algunos detalles de orden o vocabulario, no es po-
sible determinar con claridad quién ha alterado y quién ha
conservado el texto de Q. De aquí que ambas lecturas se vuel-
van sospechosas, resultando un texto fragmentado semejante
a un papiro acribillado de lacunae. Mediante el arduo proceso
de analizar la sintaxis, el vocabulario y la teología de los
evangelios canónicos de Mateo y Lucas y del evangelio pre-
canónico Q, es, sin embargo, posible intentar rellenar esas /a-
cunae, de forma análoga a como se procede en la edición de
un papiro 164 •

Este «texto mínimo de Q» fue considerado como punto de


partida del trabajo subsiguiente:
Es de esperar que esta impresión del Pap. Q pueda ser reem-
plazada por sucesivos bocetos de Q, a medida que el trabajo
avance desde su punto de partida en la etapa análoga al papiro
agujereado, hacia un texto crítico capaz de ser constantemen-
te perfeccionado 165 •

164. J. M. Robinson-L. Vaage-J. Daniels, Pap. Q, The Institute for Anti-


quity and Christianity, Claremont CA 1985. La Introducción (pp. 1-2) está
escrita por Robinson, mientras que la transcripción del texto mínimo de Q
afectado de /acunae (pp. 3-20) es obra de Vaage y Daniels. La Introducción
comienza con el párrafo citado, 1.
165. /bid., 2.
92 El Documento Q

Sin embargo, ya desde sus comienzos, este ejercicio de in-


vestigación especializada fue proyectado dentro de un contexto
mucho más amplio e importante, pues a través de él se abría una
nueva forma de acceso a Jesús y a sus primeros seguidores:
El texto crítico resultante se distancia del propio Jesús en (al
menos) una etapa; pues los dichos que en él se le atribuyen
(junto con Juan) fueron, en realidad, proclamados en nombre
de Jesús por sus seguidores galileos. Este texto crítico estará,
sin embargo, más cercano a Jesús que Mateo y Lucas, en la
medida en que casi todos los dichos atribuidos a Jesús por es-
tos evangelistas son reelaboraciones del texto Q. Un texto crí-
tico de Q es, por tanto, algo indispensable para avanzar en
nuestra comprensión de Jesús, de sus inmediatos seguidores y
de los evangelios de Mateo y de Lucas. Esta dificil, pero no
imposible, tarea crítica lleva asociadas, por tanto, consecuen-
cias de importancia incomparable, pues resulta a todas luces
evidente que el impacto ejercido por el movimiento de Jesús
se revela con mucha más frescura cuando aparece libre de la
«envoltura acolchada» con que lo rodeó la generación si-
guiente 166 •

b) El Proyecto Internacional Q

Una «Sección Q», dirigida a un público amplio, se ha mante-


nido sin interrupción como parte del propio programa anual de la
SLB, mientras que los miembros del Proyecto Internacional Q,
codirigidos por James M. Robinson y John S. Kloppenborg, se
han venido reuniendo anualmente, durante uno o dos días de tra-
bajo intenso, justo antes de las sesiones anuales de la SLB ( 1989-
1996) 167 , así como también una o dos veces cada verano en algu-
no de los centros del Proyecto (1991-1994) 168 • Los editores

166. !bid., l.
16 7. A la reunión celebrada en Anaheim el 17.11.89 asistieron 21 miem-
bros, 23 a la de Nueva Orleans del 16.11.90, 24 a la de Kansas City del
22.11.91, 24 a la de San Francisco del20.11.92, 29 a la de Washington D. C. del
18-19.11.1993, 26 a la de Chicago del 17-18.11.1994, 23 a la de Philadelphia
dell6.11.1995 y 25 a la de Nueva Orleans del23.11.1996.
168. A la reunión celebrada en Claremont los días 12-14.7.1991 asistie-
ron 15 miembros, 15 a la de Claremont los días 31. 7-2.8.1992, 19 a la de To-
Introducción 93

~enerales también se han reunido regularmente ( 1995-1999) 169


pura revisar y editar el texto crítico de Q.
En 1992 Paul Hoffinann propuso crear una ramificación ale-
mana del Proyecto Internacional Q en la Universidad de Bam-
hcrg. Desde la primera reunión organizativa allí celebrada (del
21-25.6.1993), los miembros de Bamberg no han dejado de par-
licipar en las sesiones del Proyecto Internacional Q.
En 1994 la editorial Peeters Press se ofreció para publicar las
hases de datos, evaluaciones y texto crítico resultantes del pro-
~rcso del Proyecto Internacional Q. A este efecto se firmó un
contrato en Bamberg, en 1995. Esta serie, titulada «Documenta
<): Reconstructions of Q Through Two Centuries of Gospel Re-
Ncarch Excerpted, Sorted, and Evaluated», ha publicado ya cinco
volúmenes 170 y otros nuevos continuarán apareciendo.
El trabajo realizado en la Edición crítica de Q y El Documen-
to Q ha sido especialmente estructurado con el fin de minimizar
loda posible influencia subjetiva y alcanzar un nivel global de ob-
jetividad. Para proteger los resultados frente al subjetivismo de
los investigadores particulares, se adoptaron medidas de control y
equilibrio consistentes en requerir la colaboración de más de cua-
renta especialistas para establecer la primera versión 171 , así como

mnto 6-8.8.1993, 15 a la de Claremont del23 al27.5.1994 y 16 a la de Rat-


lenbach, Alemania, del 22-26.8.1994.
169. Los editores generales se reunieron en las siguientes fechas y luga-
res: 1-10.6.1995 (Bamberg), 16.11.1995 (Philadelphia), 11-21.8.1996 (Bam-
herg), 22.11.l996 (Nueva Orleans), 20-25.7.1998 (Bamberg) y 27-31.7.1999
(Bamberg).
170. Q JI, 2b-4 (The Lord's Prayer), 1996; Q 4, 1-13.16: The Tempta-
tlons ofJesus- Nazara, 1997; Q 12, 49-59: Confossing and Denying- Speaking
ugainst the Holy Spirit- Hearings before Synagogues, 1997; Q 22, 28.30: You
Wi/1 Judge the 1'welve Tribes of Israel, 1998.
171. Casi cada año, desde 1990 hasta 1997, el Proyecto Internacional Q
ha ido publicando en el fascículo de octubre de JBL aquellos dichos cuyo tex-
to critico había establecido el año precedente: 109 (1990) 499-501; 110 (1991)
4'>4-498; 111 (1992) 500-508; 112 (1993) 500-506; 113 (1994) 495-499; 114
( 1995) 475-485; 116 (1998) 521-525. Estos informes no contienen los dichos
en el orden reconstruido de Q, sino en el que las correspondientes bases de da-
los y evaluaciones se hacían disponibles, eran discutidas y finalmente votadas.
l,or tanto, aunque las decisiones relativas al orden de los dichos en Q estaban,
evidentemente, implicadas en el proceso, si había desacuerdo en este aspecto
entre Mateo y Lucas no se las incluía en los informes anuales.
94 El Documento Q

el posterior trabajo conjunto de los tres editores generales, en-


cargados de perfeccionarlo y convertirlo en el texto definitivo.
Este es el texto que ha sido publicado con todos los pormenores
en la Edición crítica de Q, y aquí, en un formato simplificado,
con el título de El Documento Q. El texto critico tiene también la
ventaja de no ser el producto exclusivo de una única generación
de investigadores, pues, en la medida en que la base de datos uti-
lizada se extiende retrospectivamente hasta el descubrimiento de
Q en 1838, contrarresta, de alguna forma, el peligro inherente a
enfatizar demasiado la perspectiva actual.
Mientras que en las generaciones anteriores la tendencia pre-
dominante era dejar sin determinar la expresión exacta de los di-
chos de Q, dando únicamente la referencia de los versículos
evangélicos tras los que se ocultaban, durante el tiempo en el que
el Proyecto Internacional Q ha estado trabajando se ha produci-
do, incluso al margen de su contexto, un asombroso incremento
de los esfuerzos encaminados a reconstruir las expresiones exac-
tas del documento.

e) La traducción española

El estilo de la traducción pretende reflejar el del propio tex-


to de Q. Se ha evitado enmendar el texto con el fin de mejorar
su estilo, pretensión esta que ya se hace manifiesta en Mateo y
Lucas, y cuya influencia sigue siendo visible en la cadencia li-
túrgica de la mayoría de las traducciones. Lo que aquí se tradu-
ce es la misma fuente Q. Inversamente, lo que podamos conje-
turar que quiso decir Jesús, Juan o aquellos que estuvieron
implicados en la transmisión oral tampoco condiciona la tra-
ducción (véase, por ejemplo, Q 3, 16b más abajo). Esta sólo in-
tenta reflejar los dichos tal como el redactor de Q parece ha-
berlos entendido.
Ofrecemos una traducción fresca, en la que hemos intentado
evitar un tipo de lenguaje tan familiar (a veces, tan ofensivo) que
anule el interés por escuchar lo que el texto tiene que decir, pe-
ro también hemos huido de una forma de expresión tan provoca-
dora que pueda atraer la atención del lector sobre sí misma en
Introducción 95

perjuicio del contenido 172 • Se busca, en definitiva, hacer accesi-


hlc la intención del propio texto: «Todo aquel que escucha mis
Jlltlabras y las pone en práctica ... » (Q 6, 47).
Se ha preferido el lenguaje inclusivo, procurando, de nuevo,
que la atención no quede prendida del propio lenguaje y que se
respeten, al mismo tiempo las limitaciones culturales del texto
recibido. No se asume, a este respecto, que Jesús o el movimien-
lo Q hubieran sido capaces de superar intelectualmente las limi-
luciones de su propia cultura 173 • Por eso, las referencias patriar-
cales a Dios como Padre benevolente se han dejado tal como
están (Q 6, 35c.36; 10,21 bis.22 tris; 11, 2b.l3; 12, 6.30), y no
se ha sustituido, por ejemplo, el comienzo del padrenuestro por
una invocación políticamente más correcta: «Madre-Padre» o
((Progenitor».
Las designaciones aplicadas a Jesús plantean sus propios
problemas. Hemos mantenido la traducción «Hijo del hombre»
(Q 6, 22; 7, 34; 9, 58; 11, 30; 12, 8.10.40; 17, 24.26.30), en lu-
gar de la forma «Hijo de la humanidad». Sólo escribimos «Hi-

172. Como ejemplo ilustrativo, cf. R. J. Miller (ed.), The Complete


Gospels. Annotated Scholars Version, Polebridge, Santa Rosa CA 1992, edi-
~:ión revisada y aumentada, tercera edición(= primera de Harper Collins pa-
perback edition, Harper San Francisco, San Francisco 1994). Esta obra in-
duye un pequeño pero valioso comentario (p. 448) en el que se explica el
aiterio seguido para traducir ¡.taxáQLO~ y ouaí. por «Congratulations» y
«Damn»: es únicamente el «lenguaje performativm> el que debe traducirse
wn los equivalentes modernos, no el lenguaje tradicional, que es un «len-
l(Uaje arcaico hoy prácticamente vacío de sentido». Sin embargo, puesto que,
u1 menos en este caso, el lenguaje novedoso y provocativo se ha convertido
en el centro de atención y en el foco de la discusión, distrayéndolas del sig-
nificado que el texto intenta transmitir, se tiende a evitar, cada vez más, este
tipo de traducciones.
173. L. Schottroff,ltinerant Prophetesses: A Feminist Ana/ysis ofthe Sa-
l•ings Source Q (Occasional Papers, 21 ), Institute for Antiquity and Christia-
nity, Claremont CA 1991; Id., Wanderprophetinnen: Eine feministische Ana/y-
.1'1' der Logienquel/e: EvT 51 ( 1991) 332-344. H. Melzer-Keller, «Jesus und die
Frauen in der Logienquelle», en Jesus und die Frauen: Eine Verhiiltnisbestim-
mung nach den synoptischen Oberlieferungen (HBS 14), Freiburg, Herder
1997, parte 4, 330-353; Id., Frauen in der Logienquelle und ihre Triigerkreis:
l.~t Q das Zeugnis einer patriarchatskritischen, egalitiiren Bewegung?, en S. H.
Brandenburger-T. Hieke (eds. ), Wenn Drei das Gleiche sagen ... Studien zu den
asten drei Evangelien (Theologie 14), Lit, Münster 1998, 37-62; Id., Wie
/rauenfreundlich ist die Logienquelle?: BK 54 ( 1999) 89-92.
96 El Documento Q

jo del hombre» con mayúscula cuando el dicho en cuestión su-


giere un personaje sobrehumano (Q 12, 40; 17, 24.26.30), en
analogía con la mayúscula de «Dios» y de «Padre». También
mantenemos «Hijo» en las referencias al Hijo de Dios (Q 3, 22;
4, 3.9; 10, 22 tris).
Normalmente, XÚQLO~, según el uso judío corriente (LXX),
se refiere a Dios como «Señon> (Q 4, 12.8; 10, 2.21; 13, 35; 16,
13). En otros casos, sin embargo, la referencia es un «dueño»
humano, como el cabeza de familia o el dueño de un esclavo (Q
12, 42.43.46; 13, 25; 14, 21; 19, 16.18.20), o también el maes-
tro (Q 6, 46; 9, 59), aunque sin duda tales designaciones huma-
nas adquirieron de forma progresiva un grado indeterminado de
contenido teológico de carácter cristológico.
El término «Espíritu» plantea problemas similares: Si Q 3,
16b conservara una tradición antigua sobre el Bautista, la ex-
presión ev :rtveú~an áyí.c:p xai. :rtUQÍ., estaría referida a la acción
apocalíptica de Dios y podría haber significado «con viento
santo y fuego», es decir, con huracanes devastadores y relámpa-
gos, entendidos como acciones divinas en el contexto del juicio.
Sin embargo, teniendo en cuenta que Q interpreta este dicho en
referencia a Jesús, a quien señala como «el que viene» (Q 7,
19.22), la frase ev :rtVEÚ~a'tL indicaría el Espíritu presente en
Jesús y sus seguidores (Q 4, 1; 12, 10.12). Con todo, este senti-
do no está tan desarrollado como las connotaciones trinitarias
sugeridas por el término «Espíritu santo». Por tanto, elegimos
una traducción intermedia: «con Espíritu santo» y «el Espíritu
santo». La mayúscula no se usa nunca en relación con otras
fuerzas sobrehumanas, tales como espíritus malignos (Q 11,
24.26), demonios (Q 7, 33; 11, 14 bis.IS bis.l9.20) o ángeles
(Q 4, 10; 12, 8.9).

d) El Documento Q en griego y en español

No pretendemos que El Documento Q en griego y en español


sea algo definitivo. Los avances tecnológicos en el uso del orde-
nador hacen cada vez más posible la asimilación de grandes can-
tidades de datos, lo que implica a su vez nuevos avances en la
Introducción 97

metodología 174 • Como ha quedado claro a partir de los dos siglos


de investigación sobre los evangelios que los miembros del Pro-
yecto Internacional Q han seleccionado, clasificado y evaluado,
usl como del aparato critico incluido en la misma Edición crítica
d" Q, los esfuerzos del pasado por reconstruir el texto de Q han
l'Stado siempre acompañados por importantes diferencias de opi-
nión entre los investigadores. Sin ninguna duda, esta diversidad
continuará existiendo en el futuro, aunque también se producirán
uvances capaces de obtener la aceptación general.
El Documento Q así como la Edición crítica de Q quieren
ser, en virtud de su presentación y formato, instrumentos que
faciliten el estudio de Q y que, por consiguiente, estimulen es-
te proceso en curso. De forma análoga, la colección «Docu-
menta Q», donde se publican las bases de datos y las evaluacio-
nes, mostrará con claridad cómo se fueron consiguiendo los
ucuerdos sobre criterios presupuestos en El Documento Q y ha-
rá accesible al público una gran cantidad de material producido
u lo largo de aproximadamente dos siglos, en tres o más len-
guas, y con frecuencia disperso en revistas inaccesibles o libros
agotados. Por tanto, cabe esperar que el proceso de perfeccio-
namiento del texto de Q continúe en la colección «Documenta
Q» y en otros lugares con ritmo acelerado, de forma que cada
poco tiempo vuelva a ser aconsejable realizar una revisión elec-
trónica y/o impresa de la presente obra.

174. Ya se han publicado algunas herramientas metodológicas creadas


con ordenador: P. Hoffinann-T. Hieke-U. Bauer (eds.), Synoptic Concordance:
A Greek Concordance to the First Three Gospels in Synoptic Arrangement, sta-
tistically evaluated, including occurrences in Acts; Griechische Konlwrdanz zu
den ersten drei Evangelien in synoptischer Darstellung, statistisch ausgewer-
tet, mil Berücksichtigung der Apostelgeschichte, 4 vols., de Gruyter, Berlin-
New York 1999-2000. Cf. la recensión de F. Neirynck en ETL 75 ( 1999) 407-
418. Por el contrario, la disertación de T. Bergemann, Q aufdem Prüfstein: Die
Zuordnung des Mt/Lk-Stoffes zu Q am Beispiel der Bergpredigt (FRLANT
158), Vandenhoeck & Ruprecht, Gottingen 1993, a pesar de recurrir a la re-
ciente tecnología informática, se limita a estadísticas de palabras y no puede
considerarse un avance metodológico. Cf. A. Denaux, Criteria for ldentifying
Q-Passages: A Critica/ Review of a Recent Work by T. Bergemann: NovT 37
( 1995) 105-129; así como la recensión de T. Hieke en BK 54 ( 1999) 95-96; y J.
S. Kloppenborg, Excavating Q, 62-66.
SIGLAS

La compleja batería de siglas que aparece en la Edición Crí-


tica de Q es indispensable para poder entender la discusión sobre
la que se ha establecido el propio texto critico. Pero, en atención
u quienes centran su interés en el texto de Q así establecido y no
en el proceso por el que se ha llegado a establecer, el texto criti-
co de Q ha sido reproducido aquí como un texto continuo, sin di-
chas siglas.
Las únicas siglas utilizadas aquí son aquellas que indican el
~rado de certeza atribuido al texto, ya que esto parece importan-
te para cualquiera que desee utilizarlo:
[ ] Los corchetes dobles se colocan a ambos lados de nú-
meros de versículos o de un título, cuando toda una sección es-
tá implicada, así como de palabras individuales en griego o espa-
"ol para indicar que a esos versículos, secciones o palabras se
les atribuye un grado de certeza {C}, en una escala descenden-
te que va desde {A} hasta {D} (y donde {U} expresa indeter-
minación).
« » Las comillas angulares se utilizan en el texto griego pa-
ra indicar que un fragmento determinado del texto Q aparece só-
lo en un evangelio y que, por tanto, no se puede establecer una
versión critica del mismo mediante la comparación usual entre
los dos evangelios. Este es el caso de Q 6, [29-30/Mt5, 41]; 10,
7.8; 12, 33.[49]; 14, 21; 15, [8-10]; 17, [21b]. En la traducción
española, los dobles corchetes angulares señalan también la
esencia o desarrollo de un pensamiento, o los términos más pro-
bables de una traducción, en aquellos casos en que, a pesar de no
poderse reconstruir el texto griego, la conjetura parece muy
plausible. Este es el caso de Q 4, 2; 6, 37.42; 7, [29-30]; 10, 21;
11, [21-22].41.48. [54], [55]; 14, ¿18?.¿19?; 17, [21]. Al mismo
100 Siglas

tiempo, esta sigla identifica aquellas palabras que han sido in-
troducidas debido a la necesidad de expresar el texto en un espa-
ñol correcto, a pesar de que no existe un equivalente explícito en
el original griego.
Los tres puntos señalan un texto que no puede ser re-
construido y del que ni siquiera pueden sugerirse ideas acerca de
lo que podría ser su contenido o intención.
.. Los dos puntos indican que quizás existía ahí un texto im-
posible de reconstruir, aunque incluso esto es incierto.
¿? En aquellos casos en los que incluso la existencia de un
texto es dudosa, los números de los versículos y, si se trata de
toda una sección, el título de la misma se colocan entre signos de
interrogación con el fin de llamar la atención sobre el alto grado
de incertidumbre del caso, por ejemplo, Q 11, ¿27-28? ¿Escu-
char y guardar la Palabra de Dios?
< > Los corchetes angulares simples señalan una corrección
en el texto.
- Un guión que apunta en las dos direcciones indica la lo-
calización de un dicho de Q que no aparece en Lucas y que, por
tanto, no puede ser identificada mediante la numeración de los
capítulos y versículos lucanos. En su lugar se escriben antes y
después del símbolo los versículos de Lucas que estarian antes
y después del dicho, de modo que su ubicación en Q quede to-
talmente determinada, y luego se añade la referencia mateana
del texto: Q 6, 29-30/Mt 5, 41.

Los textos paralelos del Evangelio de Marcos y Tomás han si-


do reproducidos debajo de cada sección de Q. La traducción es-
pañola de los paralelos marcanos se basa en la de La Casa de la
Biblia. Pero, tanto en el caso de Marcos como en el de Tomás se
ha adaptado el lenguaje con el fin de acomodarlo a la traducción
de Q; de modo que lo que es igual en griego se ha traducido de
forma idéntica en español y lo que diverge en griego se ha ver-
tido de forma diferente en español. Esto facilita la comparación
rigurosa entre Q, Marcos y Tomás, incluso en sus respectivas tra-
ducciones españolas.
Los fragmentos griegos del Evangelio de Tomás contenidos
en P. Oxy. 1, 654 y 655 se reproducen en el griego de los textos
Siglas 101

ull~otinales. En estos casos se utilizan las siglas usuales para la


l•&lición de papiros:
1 ] Indica una laguna. Las letras restauradas se colocan entre
lm1 corchetes.
Se coloca un punto debajo de las letras cuyo reconoci-
miento visual es ambiguo.
( ) Los paréntesis rodean las expresiones que en el texto grie-
wu original aparecen abreviadas, pero que la transcripción ha
wmpletado. Tal es el caso de los nomina sacra, por ejemplo,
'l(ltooü); en la forma habitual de citar.
< > Los corchetes angulares señalan la corrección del editor
&ll' una omisión o error del escriba: EvTom 33, 1 (P. Oxy. 1) en Q
ll, 3.
Todo cuanto no aparece en el texto copto original pero que es
necesario añadir para que la traducción al español resulte fluida
"l' inserta entre paréntesis.
El texto completo del Evangelio de Tomás se ha preservado
nasi íntegramente en la traducción copta del Códice 11, Tratado 2
&le Nag Hammadi. El texto griego que aquí presentamos es la re-
lroversión realizada por la Berliner Arbeitskreis für koptisch-
wnostische Schriften.
Las abreviaturas en las referencias a la literatura académica
Non las del Handbook ofStyle: For Ancient Near Eastern, Bibli-
r·al, and Early Christian Studies, ed. Patrick H. Alexander et al.,
llcndrickson, Peabody MA 1999, complementado con el IATCJl
en caso de necesidad.
ELTEXTODEQ
EN GRIEGO Y EN ESPAÑOL
104 El Documento Q

El texto de Q
en gnego
con los paralelos de los Evangelios de Marcos y de Tomás

Q3,<0>
<Incipit>
Mt3,0 Le 3, O
[< .. .'IT)oou ... >D

Q 3, 2b-3a
Presentación de Juan
Mt 3, 1-6 Le 3, 2b-3a
2b < ... > "IooáVVYJ ...
3a < ... > rtÜ<JU ... TJ .. 3tEQÍ.XOOQO ... 'tO'Ü "logbávou < ... >.

Me 1,4
EYÉVE'tO "IwávvTJ<; ó j3a:rttí.~wv EV tñ EQ~1.u:p xat XTJQ'Úoowv j3á:rt-
'tL<J¡.ta J..I.E'taVOLU<; d<; ac:pEOLV á¡.tUQ'tLOOV.

Q 3, 7-9
Juan anuncia el juicio
Mt 3, 7-10 Le 3, 7-9
7 [drtevD tot; [egxDo¡.tÉvo<L>; [ÜXAOL;D ~arttLo[8f\vmD·
yevv~¡.tata EXLbv<i>v, tí.; ÚrtÉbeL;ev Ú¡.tiv qmyeiv arto tf\;
¡lEAAOÚ<JT); OQyf\;;
8 3tOL~<JatE OUV XUQ3tOV a;LOv tf\; ¡.tEtavoí.a; XUL ¡.ti] bó;T)-
'tE MyeLv ev Éautoi;· rtatÉQa EXO¡.tEV tov "A~gaá¡.t. AÉyoo
yó.Q Ú¡.tiv O'tL búvatm ó iteo; EX t<i>V AÍ.itoov tOÚ'tOOV eyeiQm
tÉxva tcp •A~gaá¡.t.
El texto de Q en griego y en español 105

El texto de Q
en español
con los paralelos de los Evangelios de Marcos y de Tomás

Q3,<0>
<lncipit>
Mt3,0 Le 3, O
~· ... Jesús ... >D

Q 3, 2b-3a
Presentación de Juan
Mt 3, 1-6 Le 3, 2b-3a
lb< ... > Juan .. .
Ja < ... >toda ... la .. región ... del Jordán< ... >.

Me 1,4
Apareció Juan el Bautista en el desierto, predicando un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados.

Q 3, 7-9
Juan anuncia el juicio
Mt 3, 7-10 Le 3, 7-9
7 Dijo a la [gente que venía aD ser bauti[zadaD: raza de víbo-
ras, ¿quién os advirtió para huir de la cólera que se acerca?

8 Dad, pues, un fruto digno de conversión y no os gloriéis di-


ciendo en vuestro interior: Tenemos por padre a Abrahán.
Porque os digo que Dios puede sacar de estas piedras hijos
de Abrahán.
106 El Documento Q

9 i\bTJ be TJ a;Í.VTJ 3tQO~ t~V QÍ.~av t<i>V bévbQWV XEitm· 3tclV


oiJv bévbQov 1.1.~ 1towüv xaQ3tOV xaA.ov exxó3ttnm xat E~
3t'ÜQ ~áA.A.Etm.

Me 1, 5
xat €;EnOQEÚEto n:Qo~ airrov xñoa ~ 'Ioubata X<Í>Qa xat ot 'IE-
QOooA.ui.LLtaL :JtávtE~, xat E~aJttí.tovto {m' autou Ev te{> 'loQbávn
n:otaflc{> €;oflol..oyoÚf.1EVOL tó.~ ÓflOQtÍ.a~ aúroov.

Q 3, 16b-17
Juan y el que viene detrás
Mt 3, 11-12 Le 3, 16b-17
16b ey<i> J.l.eV ÚJ.I.cl~ ~a3t'tt~(l) [evD iíbatL, ó be C)Jtto(l) J.I.OU EQ-
)CÓJ.I.EVO~ t<JXUQÓtEQÓ~ J.I.OÚ emtv, o'Ú oux Ei.t-tt txavo~ t[aD
Ú3tOb~J.I.at[aD [~amáDom· auto~ ÚJ.I.cl~ ~a3t'tÍ.OEL EV 3tVEÚJ.I.U'tL
[ áyi.q>Dxat 3tUQÍ.·
17 o'Ú 'tO 3ttÚov Ev tñ )CELQt autoü xat btaxa{}aQLEi 't~V
aA.rova auto'Ü xat ouvá;EL 'tOV OL'tOV EL~ 't~V U3tO'fhíXTJV
autoü, 'tO be U)CUQOV xataxaÚOEL 3tUQt ao~éO't<p.

Me 1, 7b-8
7b EQXEtaL ó i.oxuQÓtEQÓ~ flOU oxí.ow flOU, oú oux Ei.¡tt txavo~
XÚ'Ijm~ A'ÜOaL tOV Lf.lávta t<i>V imobr¡flÚ'tWV autoü.
8 Eyw E~á:Jtttoa Úflcl~ übatL, auto~ be ~an:tÍ.OEL Úflcl~ Ev :JtVEÚflO-
tL áyí.q>.

Q 3,<21-22>
[El bautismo de JesúsD
Mt3, 13.16-17 Le3,21-22
[21D [ .. 'lrJoou .. ~a3ttto{}E ... vE<p)C~ ...o:.. ovQavo ...•D
[22D [xat .. 'tO 3tVE'ÜJ.I.a ... E3t' autóv· ... uL. .n
El texto de Q en griego y en español 107

41 Yu está puesta el hacha junto a la raíz de los árboles. Y todo


1\rhol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

Me 1, 5
\' acudía a él toda la región de Judea y todos los habitantes de Je-
lusulén, y eran bautizados por él en el río Jordán después de reco-
uoccr sus pecados.

Q 3, 16b-17
Juan y el que viene detrás
Mt 3, 11-12 Le 3, 16b-17
16b Yo os bautizo [conll agua, pero el que viene detrás de mí
es más fuerte que yo. Yo no soy digno de [quitarlell las sanda-
lias. Él os bautizará con Espíritu [santoD y fuego.

17 Tiene su bieldo en la mano y aventará su parva, y reunirá el


trigo en su granero, pero la paja la quemará en un fuego que
no se apaga.

Me 1, 7b-8
7b Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo no soy digno
de inclinarme para desatar la correa de sus sandalias.
XYo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu
Santo.

Q 3,<21-22>
[El bautismo de Jesúsll
Mt 3, 13.16-17 Le 3, 21-22
[21ll [ .. Jesús ... bautizado, se abrió el cieloll
[22ll [y .. el Espíritu ... sobre él ... Hijo .... n
'roD<pQ Dl.A.~lt
100 ~1{l.D1 .<J.>1'J-D i\31!],3 1DX 9
A<,!>1'J-D AD~<;>Q i\~1 1DX C\OTI
-o<;>x 0.01 5DJ3'(1DDg 5J?1 5no~u <!>1lJ.D A1DMXJ3Q 1nx [ADJ"(
"'<?"(l.t.tftq.D 5oog 5Ja 5o"(og~q 9 A<?1'J-D 13A~gTin"(nonu 1nx s
·n.oo "'93.(} A<?1 A01o¡;tx 513D~rnaux~
X'J-O .m1unoA.~A. .5o.ool.t.¡, 9 <!>1lJ.D A31t],3 [~a.g.1oxou~D 1nx ZJ
•C\OD DQ<;>lt A<?1 i\0-Q.
-J"( 5qou 5Utft<;>xooou a1oui¡I.Ti 'ao AJoo.oo~ AQ>rnaX 1u~ 1nx 11
Q.OD
1oau 1D113"(3l.A.~ Q.01lJ.D 5!o1 119. OJ?A. m1unoA.~A. o1
510"(~JJ..~
.(l)1~XA<?1ctD30 3"(~g '(!.03-Q. {!.01}3 5<nct p
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~ -
C\01 A01AC\0311t 0111!3 A01C\D i\3Dl.t.lD3
~- 1 \ ' ' \ li "

1DX TI~"(DDC\0031, 5]3 [50"(0g~1Q 9D A<?1'J-D 13A~gTID"(DODlt 6


·5ouroo.g.A~ 9 1n1ao~¡t:¡ <hA<;>Ti <h1o~
,u~ XlJ.O 119. m1unoA.~A. .5o.ool.t.¡, 9 [<<!>>1'J-DD l.t..g.Joxau~ 1nx t
·muroA~A. 1010~ 1012-o 10-Q.J"( 10
DAl ~lt]3 'o.oa.g. 0.01 p 5<nn. p .5o"(og~1Q 9 <!>1'J-D A31t],3 1nx E
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.A<;>1c:tD 5'¡3 AOA!DgD1D'X AJ?031D103lt S<p Dti!)3Alt Q11D'X SQ.OADOc:tO
SQ-01 SnoA~O':l1XD A3Q}3 So1nqg. !)01 x~ AOOAJDgnA¡¡> S'HJ-c:t31DX 01
·noA
-Al)>OOI, Qlt'} AUAJ)>QOOI, AQ1 5'¡3 ~1ltDg~ 1D'X SDJD"(("(D.J S~ 1~0
-n':lDN qu¡¡> S!)oouL A3.g.'(~ Smo~lf 5!n1SmApx~ A~ o13A~Á~ 1D}I6

ll-6 'l :lW

0 OIWJrun:JO(J 1'3 flOl


El texto de Q en griego y en español 109

Me 1, 9-11
1) Por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bau-
tizado por Juan en el Jordán.

1OY en cuanto salió del agua vio rasgados los cielos y al Espíritu
descender sobre él como una paloma.
11 Y se oyó una voz desde los cielos: Tú eres mi Hijo amado, en ti
me complazco.

Q 4, 1-4.9-12.5-8.13
Las tentaciones de Jesús
Mt 4, 1-11 Le 4, 1-13
1 Jesús fue llevado [alB desierto por el Espíritu

2 [para serB tentado por el diablo. Y «no comió nada» durante


cuarenta días, .. sintió hambre.
3 Y le dijo el diablo: Si eres Hijo de Dios, manda que estas
piedras se conviertan en panes.
4 Y Jesús [leB respondió: Está escrito: No sólo de pan vivirá el
ser humano.
9 [El diabloB le llevó a Jerusalén y le puso en el alero del tem-
plo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, tírate abajo.

10 Pues está escrito: Dará órdenes a sus ángeles sobre ti.

11 y te tornarán en sus manos, para que tu pie no tropiece con


la roca.
12 Y Jesús le [respondióB diciendo: Está escrito: No pondrás a
prueba al Señor tu Dios.
S Y el diablo lo llevó a un monte [muy altoB y le mostró todos
los reinos del mundo y su gloria

6 y le dijo: Todo esto te lo daré


JIO El Documento Q

7 M.v :rtQoaxuvrían~ f..lOL.


8 xai. [a:rtoxQt'frei.~] ó 'ITJaou~ EmEv m~rt<p· yéyQa:rt'tm· xú-
QLOV 'tOV 'frEóv aou :rtQoaxuv~aEt~ xai. a\mp f..lÓV<p AU'tQEÚ-
OEL~.

13 xai. ó btáf3oA.o~ a<pÍ.TJOLV UU'tÓV.

Me 1, 12-13
12 Kat drfro~ tO JtVEÜ~-ta autov ex~áAAEL d~ ti)v EQT]!A-OV.
13 xat ~v ev
tñ EQtl!A-4> tEOOEQáxovta ~!!ÉQa~ JtELQa~ó~-tevo~ tmo
toü oatava, xat ~v ~-teta tG:lv th)Qiwv, xat ot ayyeA.m OLTJXÓvouv
autcp.

Q4, 16
Nazará
Mt4, 13 Le 4, 16
< ... > Na~aQá < ... >.

Me 6,1
Kat e;i'jA.'fi'ev EXEL'fi'EV xat EQXEtm d~ ti¡v JtUtQLOa autoü, xat
CtXOAOU'fi'OÜOLV autcp OL ~-tathJtaL UUtOÜ.

Q 6, 20-21
Dichosos los pobres, los hambrientos y los afligidos
Mt 5, 1-4.6 Le 6, 20-21
20 < ... > xai. [btáQ]U~ m[u~ o<p'fraA.t..toil~] UU'tOU [d~ 'tOU~]
on
t..tU'frTJ'tÓ.[~] UU'tOU .. A.Éy ... · f..lUXÚQLOL ot Jt't(l))(OÍ., [Úf..lE'tÉ-
QU] ea'ti.v ~ f3amA.Eí.a 'tOU 'frEOií.
21 f..lUXÚQLOL ot JtELVOOV'tE~. O'tt XOQ'taa~a[w'frE]. f..lUXÚQLOL
ot [:rtEv'fr]o[ií]V'tE~, O'tt [:rtaQaXATJ'fr~a<w'frE>].
El texto de Q en griego y en español 111

7 si te postras ante mí.


HY Jesús le [respondióD diciendo: Está escrito: Ante el Señor
lu Dios te postrarás y sólo a Él le darás culto.

13 Y el diablo le dejó.

Me 1, 12-13
12 A continuación, el Espíritu lo impulsó hacia el desierto.
13 Y estuvo en el desierto cuarenta días tentado por Satanás; esta-
ha con las fieras y los ángeles le servían.

Q4, 16
Nazará
Mt4, 13 Le 4, 16
< ... > Nazará < ...>.

Mc6, 1
Salió de allí y fue a su pueblo, y le seguían sus discípulos.

Q 6,20-21
Dichosos los pobres, los hambrientos y los afligidos
Mt 5, 1-4.6 Le 6, 20-21
20 < ... >Y [levanDtando sus [ojos haciaD sus discípulos dijo:
Dichosos los pobres, porque [vuestroD es el reino de Dios.

21 Dichosos los que tenéis hambre porque [seréisD saciados.


Dichosos los [que estáis afligidosD, porque [seréis consoladosD.
112 El Documento Q

EvTom 54 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'Irrooü¡;· J.LaXáQLOL ot 3t'trox;oí., (m Ú!J.E'tÉQa eo'ttv ~ ~aotkía
'tOOV OUQQVOOV.

EvTom 69, 2 (Nag Hammadi 11 2)


J.LaXáQLOL ot n:ELVOOV'tE¡;, í:va XOQ'ta<Tftñ ~ xmA.í.a 'tOÜ ittA.oV'to¡;.

Q 6,22-23
Dichosos los perseguidos
Mt 5, 11-12 Le 6, 22-23
22 llaX.áQLOÍ. eote otav oveL~Howmv 'Ú!lñ~ x.ai [bub;Dwmv
x.ai [etn:Dwmv [n:avD n:ovr¡QOV [x.ait'D 'Úiloov evex.ev toü uí.oü
tOÜ aV'ftQ<.Í>1tOU.
23 xaí.Qete x.ai [ayaA.A.LñoiteD. OtL ó llLoitO~ 'Ú!lOOV :JtOAU~ ev
tcp ovQavcp· oütw~ yó.Q [ebí.w!;avD tou~ :rtQo<piJta~ tou~
:rtQO 'Ú!lOOV.

EvTom 69, la (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'h]ooü¡;· J.LaXáQLOL ot ~E~LroY!J.ÉVOL €v 'tÜ xaQ~ÍQ au'toov.

EvTom 68, 1 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 1rrooü¡;· J.LaxáQLOÍ. EO'tE o"tav J.LL<J1Íoromv ÚJ.Léi¡; xai. ~t.W!;romv
ÚJ.Léi¡;.

Q 6, 27-28.3Sc-d
Amad a vuestros enemigos
Mt 5, 43-44 Le 6, 27-28.35e-d
27 aya:rtñtE tou~ EXitQOU~ 'Ú!lOOV
28 [x.aiD :rtQOOE'ÚXEOitE 'Ú:rtEQ toov [bLwx.Dóvtwv Ú!lñ~,
3Sc-d o:rtw~ yévr¡oite uí.oi toü :rtatQO~ 'Ú!lOOV, OtL tov i\A.wv
autoü avatÉAAEL e:rti :rtOVT]QOU~ x.ai [ayaitoiJ~ x.ai ~QÉXEL
e:rti bLx.aí.ou~ x.ai abí.x.ou~D-
El texto de Q en griego y en español 113

EvTom 54 (Nag Hammadi 11 2)


1>ice Jesús: Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de los
ricios.

EvTom 69, 2 (Nag Hammadi 11 2)


Dichosos los que tienen hambre, pues se saciará el vientre del que
desea.

Q 6, 22-23
Dichosos los perseguidos
Mt5, 11-12 Lc6,22-23
22 Dichosos vosotros cuando os insulten y os [persigan] y di-
gan [contra] vosotros [toda clase de] maldades por causa del
Hijo del hombre. ·
23 Alegraos y [exultad], porque vuestra recompensa será
grande en el cielo; pues así [persiguieron] a los profetas ante-
riores a vosotros.

EvTom 69, la (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: Dichosos los perseguidos en su corazón.

EvTom 68, 1 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: Dichosos vosotros cuando os odien y os persigan.

Q 6, 27-28.35c-d
Amad a vuestros enemigos
Mt 5, 43-44 Le 6, 27-28.35c-d
27 Amad a vuestros enemigos
28 [y] orad por los que os [persiguen],
35c-d así seréis hijos de vuestro Padre, que hace salir su sol so-
bre malos y [buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos].
114 El Documento Q

Q 6, 29-30
Renunciar a los propios derechos
Mt 5, 38-42 Le 6, 29-30
29 [o~<>D oe [Qaní.~eLD et~ t~v mayóva, otQÉ'tpov [aut<PD
x.ai. t~v ÜAATJV" x.ai. [t<'¡> tMA.ovtí. om X.QL-6-t;vm x.ai.D tov
X.Ltoová OO'U [A.a~eiv, a<pE~ aut<PD x.ai. to Lf..LÚtLOV.
[29-30/Mt 5, 41D [«x.ai. O<Jtl~ OE ayyaQE'ÚOEL f..LLALOV Ev,
ünaye f..LEt' autoü 6úo.»D
30 too ahoüvtí. oe 6ó~. x.ai. [anoD t[oü 6avL<~of..LÉvou> taD
a[aD f..l~ an[aheLD.

EvTom 95 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) [ AÉyEL 'lrJuoü¡;]· Eó.v EI(T)'tE <ÍQY'ÚQLOV, ¡.t~ bavEL~ETE,
a
(2) á/.J.. btbOTE (aUTO) 3taQ' OlJ OUX. Ó3tOA'IÍ!J.'WEU'ftE OU'tÓ.

Q6,31
La regla de oro
Mt 7, 12 Le 6, 31
x.ai. x.a-froo~ {}éf...etE LVa JtOLOOOLV Úf..LLV OL av-frQWJtOL, o'ÜtW~
JtOLELtE autoi~.

EvTom 6, 3 (P. Oxy 654)


(x.al Otl !J.LU]ELTE !J.~ 3tOLELt(e·]

EvTom 6, 3 (Nag Hammadi 11 2)


'K.OL O TL !J.LUELTE !J.~ 3tOLEL'tE.
El texto de Q en griego y en español ll5

Q 6, 29-30
Renunciar a los propios derechos
Mt 5, 38-42 Le 6, 29-30
19 ~A quien te abofeteeD en la mejilla, presénta[leD también la
olra; y [al que quiera llevarte a juicio para quitarteD la túnica,
~daleD también el manto.
19 [29~30/ Mt 5, 41D [«Y si alguien te obliga a acompañarle
una milla, ve con él dos>>.D
.lO Al que te pide, dale; y [a quien te pida prestadoD no le re-
clames [lo tuyoD.

EvTom 95 (Nag Hammadi 11 2)


{ 1) HDice JesúsD: Si tenéis dinero, no prestéis a interés.
{2) Dad, más bien, a quien no os lo devolverá.

Q 6,31
La regla de oro
Mt 7, 12 Le 6, 31
Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros.

EvTom 6, 3 (P. Oxy 654)


[y] no hagáis [lo que] odiáis.

EvTom 6, 3 (Nag Hammadi 11 2)


Y no hagáis lo que odiáis.
JJ6 El Documento Q

Q 6,32.34
Amad sin condiciones
Mt 5, 46-47 Le 6, 32.34
32 .. e[i.D .. ayan[d)te t'OUS ayami>vtas Ú¡.tds, t'Í.va ¡.ti.0'6-ov
exne; ouxt xat ol t'EA<i>Vat t'O aut'o 3tOLOÜOLv;
34 xat Eó.v [bavÍ.OTJt'E naQ' Ó>v eA.3tí.~ne A.af}etv, t'Í.<va ¡..tto-
-6-ov exe>teD; ouxt xat [ol e-6-vtxDoi. t'O aut'o 3tOLOÜOLv;

EvTom 95 (Nag Hammadi 11 2)


(1) [AÉyEL 'hJOOÜ(;]' Eó.v EX'I'JtE agyúQLOV, !.l.fJ bavEi~EtE,
(2) a"A.f...ó. bibotE [auto] JtaQ' o'Ó OUX a:rtOA~!J.'\jiEcrftE autá.

Q6,36
Sed compasivos como vuestro Padre
Mt 5, 48 Le 6, 36
[yí.vDeofte oi.xt'í.Q¡.toves ws .. ó nat'i)Q Ú¡.t&v oi.xt'í.Q¡.toov emí.v.

Q 6, 37-38
No juzguéis
Mt 7, 1-2 Le 6, 37-38
37 .. ¡.ti) XQLVE't'E, ... ¡.ti) 'XQttnit'E' [ev q> yó.Q 'XQL¡.tat't 'XQLVE't'E
XQtfrrloeofte,D
38 [xai.D ev q> ¡.tÉt'Q<p ¡.tE't'QELt'E ¡.tE't'QTJfrrlOE't'at Ú¡.ttv.

Me 4, 24b-e
~"A.ÉJ'tEtE tL axoÚEtE. EV 4> !J.ÉtQq> !J.EtQELtE !J.EtQ'I'J'fhlOEtaL Ú!J.LV xai.
J'tQOotE'fhlOEtaL Ú!J.LV.
El texto de Q en griego y en español 117

Q 6, 32.34
Amad sin condiciones
Mt 5, 46-47 Le 6, 32.34
32 .. Si amáis a los que os aman, ¿que mérito tenéis? ¿Acaso
no hacen lo mismo los publicanos?
34 Y si ![prestáis a quienes esperáis que os devuelvan, ¿qué
mérito tenéis?D ¿Acaso no hacen lo mismo (los gentilesD?

EvTom 95 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) [Dice Jesús]: Si tenéis dinero, no prestéis a interés.
(2) Dad, más bien, a quien no os lo devolverá.

Q6,36
Sed compasivos como vuestro Padre
Mt 5, 48 Le 6, 36
Sed compasivos como .. vuestro Padre es compasivo.

Q 6,37-38
No juzguéis
Mt 7, 1-2 Le 6, 37-38
37 No juzguéis «y» no seréis juzgados. [Pues seréis juzgados
con el criterio con que juzguéis.)
38 RYB os medirán con la medida con que midáis.

Me 4, 24b-e
Prestad atención a lo que escucháis: Os medirán con la medida con
que midáis, y se os añadirá más.
118 El Documento Q

Q6,39
Un ciego que guía a otro ciego
Mt 15, 14 Le 6, 39
¡..ti¡tt búvatm tuq¡A.o~ tuq¡A.ov ÓbT'JYEiv; ouxi a¡..t<pÓtEQOL et~
~ó-thJvov :rteooüvtm;

EvTom 34 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyet 'Ir¡ooü~· 'tmpA.o~ Eó.v :rtgoáyn 'tu<pA.óv, a!l<pÓ'tEQOL :rtí.:rt'tou-
otv et~ j3óthJvov.

Q 6,40
El discípulo y el maestro
Mt 1O, 24-25a Le 6, 40
oux eottv ¡..taih]ti¡~ Ú:rtEQ tov btbáoxaA.ov· [O.Qxetov t<'¡>
¡..taih]tñ tva yÉvr¡]ltm Ó>~ ó btbáoxaA.o~ autoü.

Q 6,41-42
La mota y la rama
Mt 7, 3-5 Le 6, 41-42
41 tL bE ~AÉ:rtEL~ to XáQ<pO~ to EV t<'¡> oq¡fl-aA.¡..t<¡> tOÜ abeA.-
q¡oü OO'U, ti¡v bi: EV t<P o<¡> oq¡fl-aA.¡..t<¡> boxov ou xatavoe~;
42 :rt&~ ... t<'¡> abeA.q¡<¡> oou· aq¡e~ f:x~áA.w to XÚQ<pO~ [f:xD
t[oüD oq¡fl-aA.¡..t[oüD OO'U, xai tbou ~ boxo~ Ev t<'¡> oq¡fl-aA.¡..t<'¡>
oou; Ú:rtOXQLtá, ex~aA.e TtQWtOV EX tOÜ oq¡fl-aA.¡..toü OO'U ti¡v
boxÓv, xai tÓte bta~AÉ'PEL~ EX~aJ..eiv tO XÚQ<pO~ ... t ...
oq¡fl-aJ..¡..t... tOÜ af>eA<pOÜ OO'U.

EvTom 26, 2 (P. Oxy. 1)


[... ] xat 'tÓ'tE ÓLaj3A.É1pEL~ €xj3aA.EtV 'tO xág<po¡; 'tO EV 't<fl o<pttaA.f.L<fl
'tO'Ü UÓEA<pO'Ü oou.
El texto de Q en griego y en español J/9

Q 6,39
Un ciego que guía a otro ciego
Mt 15, 14 Le 6, 39
¡',Acaso puede un ciego mostrar el camino a otro ciego? ¿No
rucrán los dos en el hoyo?

EvTom 34 (Nag Hammadi 11 2)


1>ice Jesús: Si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el hoyo.

Q6,40
El discípulo y el maestro
Mt 1O, 24-25a Le 6, 40
Un discípulo no está por encima del maestro. RLe basta al dis-
cípulo llegar a serB como su maestro.

Q 6, 41-42
La mota y la rama
Mt 7, 3-5 Le 6, 41-42
41 ¿Cómo es que ves la mota que hay en el ojo de tu herma-
no, y no te das cuenta de la rama que hay en tu propio ojo?
42 ¿Cómo «puedes decir» a tu hermano: Deja que saque la
mota RdeB tu ojo, mientras tienes la rama en tu propio ojo? Hi-
pócrita, saca primero la rama de tu ojo, y entonces podrás ver
claramente para sacar la mota del ojo de tu hermano.

EvTom 26, 2 (P. Oxy. 1)


[ ... ]y entonces podrás ver claramente para sacar la mota del ojo de
tu hermano.
120 El Documento Q

EvTom 26, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEt 'IT)<JO'ü~· 'tO XÚQqJO~ 'tO Év 'tqJ oq¡-6-aAf.l.qJ 'tO'Ü abEAqJO'Ü
oou f3A.é:n:E~, 'tlJV be boxov 'tlJV EV 'tqJ oq¡-6-aA.f.I.<P oou ou f3A.É:n:E~.
(2) O'taV exf3áA.n~ 'ti]v boxov EX 'tO'Ü oq¡-6-aA.f.l.oü oou, 'tÓ'tE btaf3A.é-
'\jJE~ exf3aA.Eiv 'tO XÚQqJO~ EX 'tO'Ü oq¡i}aAf.LO'Ü 'tO'Ü abEAqJO'Ü oou.

Q 6, 43-45
El árbol se conoce por sus frutos
Mt 7, 15-20; 12, 33-35 Le 6, 43-45
43.. oií<x> ecrnv t>év6gov xaA.ov 3totoüv xag1tov oa1tgóv,
ou6f: [3táA.tvD t>év6gov oa3tQOV 3tOLO'ÜV XUQ3tOV xaA.óv.
44 ex yó.g 'tO'Ü xag3to'Ü 'tO t>év6gov ytv<Í>oxnm. ¡.n]'tt ou-
A.A.éyouotv es axavfrmv oüxa ~ EX 'tQt.{3óA.oov mac:puA.[á~D;
45 ó ayaito~ avfrgoo3toc; EX 'tO'Ü ayaito'Ü th]oaugoü exf3áA.-
A.et ayaitá, xat ó 3tOVTJQO~ [avfrgoo3to~D EX 'tO'Ü 3tOVTJQO'Ü
[th]oaugoüD exf3áUet 3tOVTJQÚ" EX yó.g 3tEQLOOEÚf.LU't0~ xag-
6í.a~ A.aA.ei 1:0 mÓf.La [au'toüD.

EvTom 45, 1-4 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEt 'ITJOOü~· ou 'tQUYOOOLV e; axav-6-oov maq¡uA.a~ oUbe
ouA.A.Éyoumv oüxa a:n:o 'tQtf3óA.oov· ou YÓ.Q btMamv XaQ:n:Óv.
(2) aya-6-o~ av-6-Q00:7t0~ :7tQOqJÉQEL aya-6-óv 'tL EX 'tO'Ü -6-T)oaUQO'Ü
aumü.
(3) xax[o~] av-6-Q00:7t0~ :7tQOqJÉQEL :7t0VTJQÓ. EX 'tO'Ü -6-T)oaUQO'Ü
au'toü Toü xaxoü, o~ (emtv) ev Tñ xaQb~ au'toü, xat A.aA.Ei
:7t0VTJQÚ.
(4) EX yó.Q 'toü :7tEQWOEÚf.1a'to~ "tij~ xaQbí.a~ :7tQOqJÉQEL :n:OVT)Qá.

Q6,46
No basta con decir ¡Señor, Señor!
Mt 7, 21 Le 6, 46
'tL .. f.LE XUAEL'tE" XÚQLE XÚQLE, xat OU 3tOLEL'tE (i A.Éyoo;
El texto de Q en griego y en español 121

EvTom 26, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


11 ) Dice Jesús: Ves la mota que está en el ojo de tu hermano, pero
no ves la rama que está en tu propio ojo.
1l.) Cuando saques la rama de tu ojo, entonces podrás ver clara-
lllcnte para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Q 6,43-45
El árbol se conoce por sus frutos
Mt 7, 15-20; 12, 33-35 Le 6, 43-45
43 .. No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni [tampocoD árbol
malo que dé fruto bueno.
44 El árbol se conoce por el fruto. ¿Acaso se cosechan higos
de los espinos, o uvas de los abrojo[sD?
45 El hombre bueno saca cosas buenas del tesoro bueno, y el
(hombreD malo del mal [tesoroD saca cosas malas, pues de la
ubundancia del corazón habla [suD boca.

EvTom 45, 1-4 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: No se recogen uvas de los espinos, ni se cosechan
higos de los abrojos, pues no dan fruto.
(2) Un hombre bueno ofrece lo bueno de su tesoro.

(3) El hombre malo ofrece lo malo del tesoro malo que está en su
corazón y dice maldades.

(4) Pues de la abundancia del corazón ofrece maldades.

Q6,46
No basta con decir ¡Señor, Señor!
Mt7,21 Lc6,46
¿Por qué .. me llamáis: Señor, Señor; y no hacéis lo que digo?
122 El Documento Q

Me 3, 35
o~ yÓ.Q av JtOL~O'[J 'tO fliAT]f.Hl 'tOÜ -6-wü, O~'tO~ abEA<pÓ~ f..lOlJ xai.
abeA.<p~ xai. f..l~'tT]Q É<TtLV.

Q 6,47-49
Las casas edificadas sobre roca y sobre arena
Mt 7, 24-27 Le 6, 47-49
47 JtÜ<; Ó Ó.XOÚWV J!OU t ... f...óy ... XUL JtOUÚV aUtOÚ<;,
48 OJ!OLÓ<; EOtLV avfrQÓmq,>, oc; <{>xobÓJ!TJOEV [auto'Ü t~vD
otxí.av EJtL t~v JtÉtQav· xat xatÉ~TJ ~ ~QOX~ xat ~A.itov ot
JtotaJ!OL [xai EJtveuoav ot ÜVEJ!OLD xat JtQOOÉJteoav tfi
otxí.~ heí.vn, xai oux EJteoev, teitEJ!EAÍ.ooto yó.Q EJti t~v JtÉ-
tQav.
49 xat [Jtac;D ó O.xoúwv [J!ou toilc; A.óyouc;D xai J!~ Jtmoov
[autoilc;D OJ!OLÓ<; EatLV O.vitQ<.Ímq,> oc; <{>xobÓJ!TJOEV [auto'Ü
't~vD ol.xí.av EJtL t~v ÜJ!J!OV" xat xatÉ~TJ ~ ~QOX~ xai ~A.itov
ot JtotaJ!OL [xat EJtveuoav ot ÜVEJ!OLD xai JtQOOÉxo'tpav tfi
otxí.~ ExeLVU, xat eui}ilc; EJtEOEV xat ~V [~ JttÜlOL<;D autfl<;
J!Eyá[A.TJD.

Q 7, 1.3.6b-9.¿10?
La fe del centurión en la palabra de Jesús
Mt 7, 28a; 8, 5-10.13 Le 7, 1.3.6b-10
1 [xai EyÉveto oteD E[JtA.iJQwDoev .. toilc; A.óyouc; toútouc;,
el.oflA.itev de; Ka<paQvaoÚJ!.
3 <>fít..itev aut<iJ éxatóvtaQx[oDc; JtaQaxaA.wv autov [xat
A.Éywv·D ó Jtai:c; [J!OU xaxwc; ex<eL>. xat A.ÉyeL aut<iJ• EymD
EA.itwv iteQaJteúa[wD autóv;
6b-c xat Ó.JtOXQL'fretc; ó ÉxatóvtaQxoc; EcpTJ· XÚQLE, oux ELJ!L
txavoc; tva J!OU imo t~v otÉYTJV doéA.i}nc;,
7 aA.A.ó. eme A.óycp, xat tai}iJ[twD Ó Jtai:; J!OU.
El texto de Q en griego y en español 123

Me 3, 35
Fl que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y
mi madre.

Q 6,47-49
Las casas edificadas sobre roca y sobre arena
Mt 7, 24-27 Le 6, 47-49
47 Todo aquel que escucha mis palabras y las pone en práctica
48 se parece a un hombre que edificó [su] casa sobre la roca;
cayó la lluvia, vinieron las riadas, [soplaron los vientos] y se
abatieron sobre aquella casa, pero no se derrumbó, porque es-
taba cimentada sobre la roca.

49 Y [todo] el que escucha [mis palabras] y no [las] pone en


práctica se parece a un hombre que edificó [su] casa sobre la
arena; cayó la lluvia, vinieron las riadas, [soplaron los vien-
tos] y sacudieron aquella casa, y enseguida se derrumbó, y
fue muy grande su [ruina].

Q 7, 1.3.6b-9.¿10?
La fe del centurión en la palabra de Jesús
Mt 7, 28a; 8, 5-10.13 Le 7, 1.3.6b-10
1 [Y cuando] .. terminó estas palabras entró en Cafamaún.

3 Se acercó a él un centurión que le rogaba [diciendo: Mi]


chico [está mal. Y él le dijo]: ¿Tengo que ir [yo] a curarlo?

6b-c El centurión le respondió diciendo: Señor, yo no soy dig-


no de que entres bajo mi techo,
7 pero di una palabra, y mi chico [quedará] curado.
124 El Documento Q

8 xat yÓ.Q eyoo avftgom:Ó~ ELJU {m;o E!;OUOLUV, EXWV {m;'


EJ.I.UU'tOV O'tQU'tL<Írta~. xat Aiyro 'tothqr 1tOQE'Ú'ft'l'tL, xat 11:0-
QEÚE'taL, xat aUqr EQXOU, xat EQXE'taL, xat 't<'¡> boúA.q> J.I.OU"
1tOL'l00V 'tO'Ü'tO, xat 1tOLEt.
o
9 &xoúoa~ be 'I11ooü~ E-f}aÚJ.Laoev xat ehtev 'tO~ &xo-
A.ou{}oümv· J..iyro ÚJ.LtV, oube Ev 't<'¡> 'logai¡). 'tOOaÚ't'lV 1tLO-
T
'tLV EUQOV.
¿10? <..>

Me2, 1
Kat eloe>.:thhv JtáA.tv El~ Kaq:¡aQvao'ÍlJ.& bt' TJJ.&EQ<i>v i)xoúoih¡ (m
EV OLX<p EOtÍ.V.

Q 7, 18-19.22-23
Pregunta de Juan sobre el que ha de venir
Mt 11, 2-6 Le 7, 18-19.22-23
18 .. o .. 'Iroávv11~ [&xoúoa~ 1tEQL 1táV'trov 'tOÚ'trov] 1tÉJ.L'tV-
[a~] bLa 't<i>v J.La~'t<i>v au'toü
19 [ehtev] au't<'¡>· ail ei o EQXÓJ.I.EVO~ ~ [E'teg]ov 1tQOobo-
K<i>J.LEV;
22 xat MOKQL{}et~ ehtev au'tOt~· 1tOQEU{}ÉV'tE~ a¡¡;ayyetAa'tE
a
'Iroávvn &xoúne xat PA.É1tE'tE" 'tUqJAOl &vaPAi1tOUOLV xat
xroA.oL 1tEQL1ta'toümv, A.rngoL xa{}agttoV'tm xat xroq¡ot &xo-
úoumv, xat VE'KQOL EYELQOV'taL xat 1t'tWXOl euayyeA.ttoV'taL"
23 xat J.I.UKáQLÓ~ EO't'LV o~ eav J.I.TJ oxavbaA.wfrñ EV EJ.LOL

Q 7, 24-28
Más que un profeta
Mt 11, 7-11 Le 7, 24-28
24 'tOÚ't(l}V be a1teA.{}ÓV't(l}V i¡g!;a'tO AÉYELV 'tOt~ OXAOL~ 1tEQL
'Iroávvou· 'tL e!;~A.{}a'te E~ 'tTJV EQ'lJ.I.OV {}eáoaa{}m; xáA.a-
J.I.OV Ú1to avÉJ.LOU aaA.euÓJ.LEvov;
El texto de Q en griego y en español 125

H Pues también yo estoy sometido a autoridad, y tengo solda-


llos bajo mi mando, y le digo a uno: Ve, y va; y a otro: Ven, y
viene; y a mi esclavo: Haz esto, y «lo» hace.

'1 Al oír esto Jesús se quedó admirado y dijo a los que le se-
~uían: Os aseguro que ni siguiera en Israel he encontrado una
le corno esta.
¡,10? < .. >

Me 2, 1
( 'uando entró de nuevo en Cafarnaún, al cabo de algunos días se co-
rrió la voz de que estaba en casa.

Q 7, 18-19.22-23
Pregunta de Juan sobre el que ha de venir
Mt 11, 2-6 Le 7, 18-19.22-23
18 Juan, [al oír hablar de todas estas cosasD, envió a algunos
de sus discípulos
19 [para preguntarD1e: ¿Eres tú el que ha de venir, o hemos de
esperar a otro?
22 Y él les respondió diciendo: Id y contadle a Juan lo que es-
táis viendo y oyendo: los ciegos recobran la vista, los cojos ca-
minan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muer-
tos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia.
23 Y dichoso el que no se escandalice de mí.

Q 7, 24-28
Más que un profeta
Mt 11, 7-11 Le 7, 24-28
24 Cuando éstos se marcharon comenzó a hablar a la gente
acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña
zarandeada por el viento?
126 El Documento Q

25 a'f...'f...a tÍ. e~i)'f...t}atE ibeiv; ávftQW1tOV EV J.tUAUXOL<; TJJ.tq:JLEO-


J.tÉVOV; tboit o[ tó. J.ta'f...axó. q:>OQO'ÜVtE<; €v toic; otxmc; t<i>v
~am'f...éwv eioí.v.
26 a'f...'f...a tÍ. e(;iJ'f...ftatE ibeiv; 1tQO<pfttfJV; VaL f...éyoo 'ÚJ.tLV, xai
1tEQLOOÓtEQOV 1tQO<pfttOU.
27 oÚtÓ<; eottv n:EQL oú yéyQan:tav tboit [eywD an:ooté'f...'f...w
tov ayye'f...óv !J.OU n:QÜ n:QOOÓmou oou, 8<; xataoxeuáoet
t~v óbóv oou E!J.n:Qooftév oou.
28 'f...éyw 'Ú!J.iv· oux eyiJyeQtm €v yEVVfJtOi<; yuvmx<i>v !J.EL-
~wv 'lwávvou· ó bE: J.tLXQÓtEQO<; €v tft ~am'f...eí.c.cx toü fteoü
!J.EL~WV autoü E<JttV.

Me 1,2
Ka-6wc; yÉyQa:n:t'at ev 'tcfl 'Hoat<;t 'tcfl :7tQO<JlTJ'tTI" tboiJ a:n:oO"téi.. A.w
'tOV ayyEAÓV !J.OU :7tQO :7tQOO<Ímou 00'\J, oc; Xa'taOXElJÓOEL 'tTJV
oóóv oou·

EvTom 78, 1-3 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) AÉyEL 'l'llOO'Ü<;" ( bu'l) 'tL ESTJA'6at'E EL<; 'tOV ayQóv; '6Eáoao-6at
xáA.a!J.OV OaAEUÓ!J.EVOV u:n:o 'tO'Ü UVÉ!J.OU;
(2) xat '6Eáoao-6at av'6QW:7tOV !J.aA.axa L!J.Ó'tLa EXOV'ta [roe; ol] ~a­
OLAEic; [U!J.WV] xat ol !J.EYLO"távm U!J.WV;
(3) o'Úwt exoumv 'ta L!J.Ó'tta 'ta ~J.aA.axa xat ou buviJooVt'at
yvú:Jvat 'tTJV UATJ'6ELUV.

EvTom 46 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEL 'IT]OO'Ü<;" a:n:o 'Aba!J. !J.ÉXQL 'Iwávvou t'O'Ü ~a:n:'tLOt'O'Ü Ev
YEVVT]t'Oic; yuvmxwv !J.ELl;wv 'Iwávvou 'tO'Ü Ba:n:'tLOt'O'Ü oubElc; EO-
'tLV, i:va !ltl ... olo<p-6aA.~J.oi au'toü.
(2) Ehtov bé· OOt'L<; !J.LXQoc; yEVTJOE'tat h U!J.LV 'tTJV ~amA.Elav
yvwonm xat !J.ELl;wv 'lwávvou ÉO"tat.
El texto de Q en griego y en español 127

1~ Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido lujosa-


tncnte? Mirad que quienes llevan vestidos lujosos están en los
palacios de los reyes.
16 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Yo os digo que
Ni, y más que un profeta.
17 Este es aquel de quien está escrito: He aquí que yo envío
mi mensajero por delante de ti, el cual preparará tu camino
ante de ti.
28 Yo os digo: No ha surgido entre los nacidos de mujer uno
mayor que Juan; pero el más pequeño en el reino de Dios es
mayor que él.

Me 1, 2
Según está escrito en el profeta Isaías: He aquí que envío mi men-
sajero por delante de ti, el cual preparará tu camino.

EvTom 78, 1-3 (Nag Hammadi II 2)


( 1) Dice Jesús: ¿Para qué salisteis al campo? ¿Para ver una caña
agitada por el viento,
(2) y para ver a un hombre con vestidos lujosos [como vuestros] re-
yes y vuestros notables?
(3) Estos llevan vestidos lujosos y no podrán conocer la verdad.

EvTom 46 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: Desde Adán hasta Juan el Bautista no hay, entre
los nacidos de mujeres, nadie mayor que Juan el Bautista, para
que sus ojos no ...
(2) Pero yo dije: El que entre vosotros se haga pequeño, conocerá el
reino y será mayor que Juan.
128 El Documento Q

Q 7,<29-30>
[A favor y en contra de JuanD
Mt 21, 32 Le 7, 29-30
[29D [«~J.:frev yag "IroávvTJc; Jtgoc; 'Ú¡.tiic;», .. oí .. 'tÚ..<i>vm xai
... L.oav ...D
[30D [ ... be ... au1:....D

Q 7, 31-35
Esta generación y los hijos de la sabiduría
Mt 11, 16-19 Le 7, 31-35
31 LLVL .. Ó¡.tOLWO(l) 'tTJV yeveav 'taÚ'tTJV xai. 'tLVL e<m>i.v
Ó¡.tot<a>;
32 Ó¡.tota EO'tLV Jtmbtmc; xaih]¡.tévmc; EV ['taic;D ayog[aic;D éi
JtQOO<provoüv'ta ['toic; hégDmc; Aéyoumv· TJUA:ríoa¡.tev 'Ú¡.tiv
xai OU'K wgx.T)oaotte, eftQTJVTJOa¡.tEV xai. OU'K E'KAaÚoa'tE.
33 ~)..ftev yag "JroáVVTJ<; f.LTJ .. eofttwv f.LTJ'tE JtLVWV, xai AÉyELe·
bm¡.tóvtov EX,EL.
34 ~AftEV Ó ULO<; 'tOÜ avftQÓ>JtOU eofttrov xai. JtLVWV, xai. AÉ-
YE'tE. tbou avttgroJtoc; <páyoc; xai OLVOJtÓ'tTJ<;, 'tEAWV<i>V <pL-
AO<; xai. á¡.taQ'tWA<i>v.
35 'KQL ebtKm<Í>'fh] ~ OO<pta UJtO 'tWV 'tÉ'KVWV QU'tfl<;.

Q 9,57-60
Seguimiento radical
Mt 8, 18-22 Le 9, 57-60
57 xai e&cév 'tL<; au'tip· axoA.outti)oro OOL OJtOU Mv aJtÉQXTI·
58 Kai e'lJtev au'tip Ó "ITJOOüc;· aÍ aA<Í>JtEKE<; <pWAEOU<; EX,OU-
OLV 'KQL 'ta JtE'tELVÓ. 'tOÜ OUQQVOÜ 'KQ'tQO'KTJVWOEL<;, Ó be UÍO<;
'tOÜ avttg<Í>JtOU OU'K EX,EL JtOÜ 'tTJV 'KE<paA.T]v 'KALVTI.
59 ihegoc; be e&cev au'tip· KÚQLE, EJtLLQE'PÓV f.LOL JtQW'tOV
aJteA.tteiv xai ttá..pm 'tOV Jta'tÉQa ¡.tou.
El texto de Q en griego y en español 129

Q 7, <29-30>
[A favor y en contra de JuanD
Mt 21, 32 Le 7, 29-30
129~ [«Porque vino a vosotros Juan» .. , ... los publicanos y ...
ll· crcyeronD
~.10~ [pero «las autoridades religiosas» lo «rechazaron».D

Q 7, 31-35
Esta generación y los hijos de la sabiduría
Mt 11, 16-19 Le 7, 31-35
.11 .. ¿A qué compararé esta generación? ¿A qué <se> parece?

.12 Se parece a unos niños sentados en [laD plaza, que provo-


can [a otrosD diciendo: Os hemos tocado la flauta y no habéis
hailado; hemos entonado endechas y no habéis llorado .
.13 Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y decís: Tiene un
demonio.
34 Y vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Es
un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.

35 Pero la sabiduría es justificada por sus hijos.

Q 9,57-60
Seguimiento radical
Mt 8, 18-22 Le 9, 57-60
57 Uno le dijo: Te seguiré adondequiera que vayas.
58 Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros
del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recli-
nar la cabeza.
59 Otro le dijo: Señor, permíteme que vaya primero a enterrar
a mi padre.
130 El Documento Q

60 ei3tEV 6e autcp· axo/..oÚitEl f.I.Ol xai a<pE<; toiJc; VEXQOU<;


itá1pm toilc; éaut&v vexgoúc;.

EvTom 86 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEL 'h¡ooü~· [at aA<ÍntE'X.E~ EXOU]mv t'OU~ [q¡ooi..Eou~ aimov]
xal. Ta :rtETEtva EXEL [Ti¡v] xaTaoxiJvoomv aimov,
(2) ó be uto~ t'OÜ av6-Q<Ímou OU'X. EX:El J'tOÜ Ti¡v 'X.E<pal..i¡v aut'OÜ
x.Aí.vn xal. ava:rtaúor¡mt.

Q 10,2
Trabajadores para la mies
Mt 9, 37-38 Le 10, 2
.. A.eye ... toic; f.I.U'fhltaic; autou· ó f.I.EV ttEQlOf.I.O<; 3tOA.úc;, OL 6e
egyátm o/..iym· 6ei)itT]tE oi'ív tOU XUQLOU tOU itEQlOf.I.O'Ü
omoc; ex~á/..n egyátac; ele; tOV itEQlof.I.OV auto'Ü.

EvTom 73 (Nag Hammadi II 2)


AÉyEL 'llJOOü~· ó ¡.tev 'DEQlO¡.tO~ J'tOAÚ~, ot be EQYÓ'tat OA.í.yOL'
bETJ'6TJTE be Toü xuQí.ou tva Ex~ál..n EQyáTa~ d.~ Tov 'DEQto¡.¡.óv.

Q 10,3
Ovejas en medio de lobos
Mt 10, 16 Le 10, 3
Ú3táyetE' l6oiJ U3tOatéA.A.w Úf.t<l<; me; 3tQÓ~ata Ev f.I.Éo<p
A.úxwv.

EvTom 39, 3 (P. Oxy. 655)


[Ú¡.tEL~] be yEí.[vEO'DE <pQÓVl]¡.tOL Ú>[~ O<pEl~ xal. a]XÉQat[OL Ú>~ J'tE-
QLOt'E]Qa[í.].
El texto de Q en griego y en español 131

flO Y él le dijo: Sígueme y deja que los muertos entierren a


NUS propios muertos.

EvTom 86 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: [Las zorras tienen sus madrigueras] y los pájaros
t icnen sus nidos.
( 2) Pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza para
descansar.

Q 10,2
Trabajadores para la mies
Mt 9, 37-38 Le 10, 2
Dijo a sus discípulos: La mies es abundante, pero los trabaja-
dores son pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies para que
mande trabajadores a su mies.

EvTom 73 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos;
rogad, por tanto, al Señor para que mande trabajadores a la mies.

Q 10,3
Ovejas en medio de lobos
Mt 10, 16 Le 10, 3
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como ovejas en me-
dio de lobos.

EvTom 39, 3 (P. Oxy. 655)


[Vosotros], por tanto, [sed astutos como serpientes, y] sencillos [co-
mo palomas].
132 El Documento Q

EvTom 39, 3 (Nag Hamrnadi 11 2)


ÚJ.l.Ei~ bf: y(vEO'&E q>QÓVLJ.l.OL oo~ ol Óq>E~ xal. axÉQatOL oo~ al :rtE-
QLO'tEQaL

Q 10,4
Sin provisiones
Mt 10, 9-10a Le 10,4
J.lil pam:át;e'te [paA.A.ávnovD, J.lil rrt]Qav, J.lil úrrobiJJ.la'ta,
J.lTJbE Qápbov· xat J!TJbÉVa xa'tó. 'ti]v óbov aorrá<JT)otte.

Me 6, 8-9
8 xal. :rtaQTjyyEIÁEV a\rto~ LVa J.l.T)bEv aLQWOLV E~ óOov EL J.l.~ QÚ~­
bov J.l.ÓVOV, J.l.~ aQ'tOV, J.l.~ :rtTjQaV, J.l.~ E~ ~V l;Ó>VTJV )(aAXÓV,
9 alla ú:nobEbEJ.lÉVOU~ oavbáA.ta, xal. J.l.~ EvMOTJO'&E Mo
xmova~.

Q 10, S-9
Cuando entréis en una casa o en una ciudad
Mt 10, 7-8.10b-13 Le 10, 5-9
S ei.c; ~v b'd.v ei.oéA.ih)'te oi.xí.av, [rrQ<i>'tovD A.éyne· ELQTJVTJ
['tq> OLK<p 'tOÚ't<pD.
6 xat EÓ.V J!Ev EKEi Ti uí.Oc; ELQTJVT)<;, eA.itá't(l} ~ ELQTJVTJ ÚJ!OOV
err' mhóv· e[i.D bf: J.lTJ, ~ ELQTJVTJ ÚJ.lOOV [eq¡'D ÚJ!Ü<; [EJtLO-
'tQaqJTJ't(l}D.
7 [ev au'tñ be 'tñ oi.xí.Q.D J!ÉV[eD,;e «EoitÍ.OV'tE<; xat JtÍ.VOV'tE<;
'tÓ. JtaQ' mh<i>V))' a!;wc; yáQ ó EQYÚ'tTJ<; 'tOU J.lLOitou mhou.
[J.li] J.lE'tapaí.ve'te e!; oi.xí.ac; ei.c; oi.xí.av.D
8 xat ei.c; ~v d.v rróA.tv ei.o[ÉQXTJO'lteD xat béxrov,;m ÚJ.ld<;,
[«eoití.ne 'tÓ. rraQa'tt'ltÉJ!eva ÚJ!iv»D
9 xat iteQaJtEÚE'tE mue; EV au'tñ aottev[ouv,;ac;D xat A.éye'te
[au'toic;)· .. i¡yytxev eq¡' ÚJ.ld<; ~ pamA.eí.a 'tOU iteou.
El texto de Q en griego y en español 133

EvTom 39, 3 (Nag Hammadi 11 2)


Vosotros, por tanto, sed astutos corno las serpientes, y sencillos co-
rno las palomas.

Q 10,4
Sin provisiones
Mt 10, 9-10a Le 10,4
No llevéis [bolsaD, ni alforja, ni sandalias, ni bastón; y no sa-
ludéis a nadie por el camino.

Me 6, 8-9
X Les ordenó que no tomaran nada para el camino, excepto un bas-
tón; ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja,
9 sino que calzaran sandalias. Y no os pongáis dos túnicas.

Q 10,5-9
Cuando entréis en una casa o en una ciudad
Mt 10, 7-8.10b-13 Le 10,5-9
5 En la casa en que entréis decid [primeroD: Paz [a esta casaD.

6 Y si allí hay un hijo de paz, que vuestra paz venga sobre él.
Y si no, que vuestra paz [vuelva aD vosotros.

7 Quedaos [en esa casaD, «comiendo y bebiendo lo que ten-


gan», pues el trabajador merece su salario. [No vayáis de casa
en casa.D
8 Y en la ciudad en que entréis y os reciban, [«comed lo que
os pongan»D
9 y curad a los enfermos que haya en ella, y decid(lesD: El rei-
no de Dios ha llegado a vosotros.
134 El Documento Q

Me 6, 10b-c.12-13
1Ob-e O:rtOU EaV EWÉA:thp:E E~ oi.xí.av' EXEi JLÉVE'tE f(l)~ av E~ÉA.{h¡­
tE EXEi-6-Ev.
12 Kai. E~EA.itóvtE~ EXTJQU~av rva JLE'taVOWOLV,
13 xai. baLJLÓVta :noA.A.a E~É~aMOV, xai. iíi..Eupov eA.aí.c:p :noA.A.ou~
CtQQÓ>O"tOU~ XOL E-6-EQá:rtEUOV.

EvTom 14, 4a-e (Nag Hammadi 11 2)


( 4a) xai. omv ELOÉQXlJ0-6-E Ei.~ :naoav yijv xai. :rtEQt:rtaTfíTE ev mi~
X<Í>Qa~.
(4b) Otav :rtaQabÉXWvtaL 'ÚJ.ta~. eo-6-í.EtE tO :rtaQatt-6-ÉJ.LEVOV 'ÚJ.tiV
(4c) (xai.) '6-eQa:rtEÚEtE tou~ ao-6-eve~ Ev autoi~.

Q 10,10-12
Respuesta al rechazo de una ciudad
Mt 10, 14-15 Le 10, 10-12
10 eL~ ~V b'av 1tÓALV eL<JÉA-ftlj'tE XUL J.li'J bÉXWV'tat 'ÚJ.lÜ~,
el;E[QXÓJ.lEVOL el;wD 't[fl~ 1tÓAEW~ EXELVTJ~D
11 ex'ttvál;a'tE 'tOV xovLOQ'tov 'trov 1tobrov 'ÚJ.lrov.
12 AÉyw 'ÚJ.lLV [onD ~obÓJ.lOL~ aVEX'tÓ'tEQOV E<J'tat Ev 'tÜ
~J.lÉQ~ EXELVU ft 'tÜ 1tÓAEL EXELVU.

Me 6, 11
xal. 8~ av t'Ó:rto~ !Ltl bÉ~lj'taL 'ÚJ.tcl~ J.tljbE axoÚOOOOLV 'ÚJL{i>v, EX:rtO-
QEUÓJLEVOL exei-6-ev EX'ttvá~au TOV xoüv TOV ú:noxáToo t&v :no-
b&v 'ÚJLWV E~ JLOQtÚQLOV OUt'Oi~.
El texto de Q en griego y en español 135

Me 6, 10b-c.12-13
1Oh-e Cuando entréis en una casa, quedaos allí hasta que os mar-
l'héis de ese lugar.
12 Ellos marcharon y predicaban que se convirtieran.
1·' Expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos
t•nfermos y los curaban.

EvTom 14, 4a-c (Nag Hammadi 11 2)


(4a) Y si entráis en cualquier tierra y recorréis los campos,

(4b) si os acogen, comed lo que os pongan.


(4c) Curad a los enfermos que haya entre ellos.

Q 10,10-12
Respuesta al rechazo de una ciudad
Mt 10, 14-15 Le 10, 10-12
1OEn la ciudad en que entréis y no os reciban, salid fuera [de
eliaD
11 y sacudid el polvo de vuestros pies.
12 Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que
para esa ciudad.

Me 6, 11
Si en algún sitio no os reciben ni os escuchan, salid de allí y sacu-
did el polvo de la planta de vuestros pies, como testimonio contra
ellos.
136 El Documento Q

Q 10,13-15
Maldición contra las ciudades de Galilea
Mt 11, 21-24 Le 10, 13-15
13 o'Üat oot, Xogal;(v· o'Üat ooL, Brrftoa"t6á· on EL f.v TÚQ<p
xat l:t6oovL f.yevi]th]oav at 6uváf.1E~ aí. yevÓf.LEVm f.v Úf.LiV,
náA.m av EV oáxx<p xat ono6q> f.LEtEVÓTJOav.

14 nA.i]v TÚQ<p xat l:L6oovt avex.tÓtEQOV eatm f.v tñ XQLOEL


ll Úf.LiV.
15 xat aú, KmpagvaOÚf.L, llll ero¡; o'Ügavo'Ü Ú'l'ro'fhlon; ero¡;
toü (i6ou x.ata~~on.

Q 10,16
El que os recibe a vosotros a mí me recibe
Mt 10,40 Le 10, 16
ó 6exóf.1evo¡; Úf.Ldl!; Ef.LE Mxetm, [xai.B ó Ef.LE 6exóf.1evo¡; 6é-
XEtm tov anootetA.avtá f.LE.

Me 9, 37
8~ liv Ev toov toto'Útrov l'tatbí.rov bi;TJtm El'tL t(i> oVÓf.Latí. ¡.tou, EIJ.E
bÉXEtm· xat 8~ liv e¡.tE bÉXTJ'taL, oux EIJ.E bÉXE'tat oJJ..i:J. 'tOV cll'tO(J-
tEíAavtá IJ.E·

Q 10,21
El misterio revelado a los sencillos
Mt 11,25-26 Le 10,21
EV ... ebtev· e;of.LOAOYO'Üf.LaL OOL, JtátEQ, 'X.ÚQLE tO'Ü o'Ügavo'Ü
xat ti¡¡; yfj¡;, OtL E'X.QU'Pa¡; "ta'Üta ano oocpoov xat OUVEtOOV
xai. anexáA.u'l'a¡; a'Üta VTJ1ttm¡;· vat ó nat~Q, otL oütro¡;
e'Ü6oxta f.yéveto Ef.11tQO<rftÉv oou.
El texto de Q en griego y en español 137

Q 10,13-15
Maldición contra las ciudades de GaUiea
Mt 11,21-24 Le 10, 13-15
13 ¡Ay de ti Corozaín! ¡Ay de ti Betsaida!; porque si los por-
tentos realizados en vosotras se hubieran realizado en Tiro y
en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido con saco y
cemza.
14 Por eso, el día del juicio será más llevadero para Tiro y Si-
dón que para vosotras.
15 Y tú, Cafamaún, ¿acaso te elevarás hasta el cielo? Bajarás
hasta el infierno.

Q 10,16
El que os recibe a vosotros a mi me recibe
Mt 10,40 Le 10, 16
El que os recibe a vosotros me recibe a mí, [y] el que me re-
cibe a mí recibe al que me ha enviado.

Me 9, 37
El que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y
el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado.

Q 10,21
El misterio revelado a los sencillos
Mt 11,25-26 Le 10, 21
En «aquel tiempo» dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cie-
lo y de la tierra, porque has ocultado todas estas cosas a los
sabios e inteligentes, y se las has revelado a los sencillos. Sí,
Padre, porque así te ha parecido bien.
138 El Documento Q

Q 10,22
Sólo el Hijo conoce al Padre
Mt 11, 27 Le 10, 22
n:ávta ¡.tOL 3tUQE6Ófrr) {mo 'tOU 3tU'tQÓc; ¡.tO'U, xai. o\Jbei.c;
YLVÓ>OXEL 'tOV 'ULOV EL ¡.ti) ó 3tU'tTJQ, oube 'tOV n:a'tÉQa [nc;
YLVÓ>OXEL] d ¡.ti) ó ui.oc; xai. <P Eó.v ~O'ÚAfl'taL ó ui.oc; cmoxa-
A.út¡Jm.

EvTom 61, 3b (Nag Hammadi 11 2)


:rtaQEM'fhl ¡.tot ex 'trov 'toii :rtat'QO~ ¡.tou.

Q 10,23-24
Dichosos los que veis
Mt 13, 16-17 Le 10, 23-24
23 ¡.taXÚQLOL oÍ. oq¡'fraA.¡.toi. oÍ. ~AÉ3tOvtEc; á ~A.É3tE'tE .. .
24 A.ÉyW yÓ.Q Ú¡.tLV (m 3tOAAOi. 3tQOqJ'ij'taL xai. ~aatAeic; ...fiOUV
L6ELV á ~A.É3tE'tE xai. OUX EWUV, xai. UXOUOUL á UXO'ÚE'tE xai.
oux i¡xouaav.

Q 11, 2b-4
La oración de Jesús
Mt 6, 7-13 Le 11, 2b-4
2b [(hav] 3tQOOE'ÚX[T]]O'frE [J..ÉyE'tE]' 3tÚ'tEQ, áytaa{}T)'tW 'tO
ovo¡.tá OO'U' EA'frÉ'tW TJ ~am.A.eí.a OO'U'
3 'tov aQ'tov iJt-t&v 'tov i:n:toúmov boc; iJ¡.tiv aT)¡.teQov·
4 xai. a<pEc; TJJ.tLV 'tÓ. OqJELATJ¡.tU'ta TJJ.tWV, wc; xai. T]¡.tEtc;
aq¡T)xa¡.tEV 'toic; OqJELAÉ'tatc; TJ¡.t&v· xai. ¡.ti) daevéyxnc; TJ¡.tác;
ELe; 3tELQUO¡.tÓV.
El texto de Q en griego y en español /39

Q 10,22
Sólo el Hijo conoce al Padre
Mt 11,27 Le 10,22
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo si-
no el Padre, y tampoco conoce al Padre nadie sino el Hijo, y
uquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

EvTom 61, 3b (Nag Hammadi 11 2)


Me lo han entregado de las cosas de mi Padre.

Q 10,23-24
Dichosos los que veis
Mt 13, 16-17 Le 10, 23-24
23 Dichosos los ojos que ven lo que veis ...
24 Pues os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo
que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís y no
lo oyeron.

Q 11, 2b-4
La oración de Jesús
Mt 6, 7-13 Le 11, 2b-4
2b ffCuandoD oréis, ffdecidD: Padre, que tu nombre sea santifi-
cado; que venga tu reino.
3 Danos hoy el pan necesario;
4 y perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos
a los que nos deben; y no nos pongas en tentación.
140 El Documento Q

Q 11,9-13
Pedid y se os dará
Mt 7, 7-11 Le 11, 9-13
9 /..éyw ú~tv, al.tet'tE xai 6ofrríae'tm ú~tv, ~T]'tEL'tE xai
EÚQTJOE'tE, XQOÚE'tE xai. UVOLYTJ<JE'tat Ú~tv·
10 Jt<l'!; YÓ.Q Ó aLtOOV /..a~~ÚVEL xai. Ó ~T]'tOOV EÚQÍ.<JXEL xai. t<'¡>
XQOÚOvtL UVOLyTJ<JEtat.
11 .. tÍ.'!; e<JtLV e; ú~oov <iv6-QCJJ1t0'!;, ov al.ti]<JEL ó 'UlO'!; autoü
<iQtOV, ~i) /..í.ttov en:L6Ó><JEL aut<¡>;
12 ~ xai txfrilv ahi]<JEL, ~i) O!pLV em6Ó><JEL aut<'¡>;
13 EL o'Üv Ú~EL'!; 1tOVT]QOi OVtE'!; ot6atE 6ó~ata ayattó. 6L6ó-
vm tOL'!; tÉXVOL'!; ú~oov, n:ómp ~0./../..ov ó n:ati)Q e; OUQUVOÜ
6Ó)(JEL aya'fta tOL'!; aLtOÜ<JLV autÓV.

EvTom 92, 1 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyeL 'ITJOOü~· tTJtEL'te xai EÚQT]oen.

EvTom 94 (Nag Hamrnadi 11 2)


(1) [AÉye)L 'ITJOOü~· Ó tTJtOOV EÚQ'IÍOEL,
(2) [tq> XQOÚOvtL) UVOL'{'fJOEtaL.

Q 11, 14-15.17-20
Jesús no actúa con el poder de Belcebú
Mt 9, 32-34; 12, 25-28 Le 11, 14-15.17-20
14 xai e[<;é>D~a/..[<ev>D 6m~ÓVLOV xw<póv· xai ex~/..1]-ftév­
tO'!; toü 6at~OVÍ.O'U EJ..á/..T]<JEV ó XCJJ!pO'!; xai ettaú~aaav OL
ox/..m.
15 tLVE'!; 6e e'ln:ov· h Bee/..~e~oiJ/.. t<'¡> <iQxovtL toov 6m~o­
ví.wv ex~á/..f..EL tó. 6m~óvLa.
17 d6ci>'!; 6e tÓ. 6LavoT]~ata autoov e'ln:ev autOL'!;" n:aaa ~a­
<JLAEÍ.a ~EQL<Jttetaa [xatt'D ÉautT]['!;D eQT]~Oütm xai n:aaa
otxí.a ~EQL<Jttetaa xatt' ÉautT]'!; ou atafrríaetm.
El texto de Q en griego y en español 141

Q 11,9-13
Pedid y se os dará
Mt 7, 7-11 Le 11, 9-13
9 Yo os digo: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, lla-
mad y se os abrirá.
1OPorque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al
que llama se le abrirá.
11 .. ¿Quién de entre vosotros, si su hijo le pide pan, le dará
una piedra?
12 ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente?
13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a
vuestros niños, ¿cuánto más vuestro Padre del cielo dará co-
sas buenas a quienes le piden?

EvTom 92, 1 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: Buscad y encontraréis.

EvTom 94 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) [Dice] Jesús: El que busca encontrará,
(2) [al que llama] se le abrirá.

Q 11,14-15.17-20
Jesús no actúa con el poder de Belcebú
Mt9,32-34; 12,25-28 Le 11,14-15.17-20
14 Expulsó un demonio mudo, y una vez expulsado el demo-
nio, el mudo habló, y la gente se quedó admirada.

15 Algunos decían: Con el poder de Belcebú, príncipe de los


demonios, expulsa los demonios
17 Sabiendo lo que pensaban, les dijo: Todo reino dividido in-
ternamente queda devastado, y toda casa dividida interna-
mente no podrá subsistir.
142 El Documento Q

18 xat d ó cratavéic; ecp' Éa'UtOV EJ.LEQÍ.O"frr¡, Jtooc; atafuícretaL


~ ~am.A.eí.a auto'Ü;
19 xat ei. eyoo EV BeeA~E~OUA E'K~ÚAAú> tó. OaLJ.LÓVL<l, o1 'ULoL
ÚJ.LOOV Ev tÍ.VL E'K~ÚAAO'UOLV; OLÓ. tO'ÜtO autot 'KQLtat EOOvtaL
ÚJ.LWV.
20 d OE EV oaxt'ÚAq> tteoü eyoo E'K~ÚAAú> tó. OaLJ.LÓVLa, ÜQa
ecpttacrev Ecp' ÚJ.Léic; ~ ~aOLAEia tO'Ü tteo'Ü.

Me 3, 22-26
22 Kai OL YQU!J.!J.U'tELI; ot OJ'tO 'IEQOOOA.'Ú!J.OOV XU'ta~ávte~ e"i..Eyov
o'tt Bee/...~e~ou/... exet xai O'tt h 't([l aQxovn 'toov óm~J.oví.oov
ex~á/.../...et 'tU Óat!J.ÓVta.
23 Kai J'tQOOXUAEOÓ!J.EVO~ UU'tOU~ Ev J'tUQU~o/...at~ e"i..Eyev UU'to~·
nw~ óúva'tat oa'taVfi(; oa'tavav ex~á/.../...etv;
24 xai EUV ~aot/...eí.a ecp' ÉU'IJ't~V !J.EQt0'6-ñ, ou ÓÚVU'tat O'ta-6i;vm T¡
~aot/...eí.a exetvrr
25 xai EUV OLXla ecp' ÉalJ't~V !J.EQtO{l-fi, ou ÓUVTJOE'tat T¡ OtXla EXEÍ.-
VTJ ma-tn;vm.
26 xai eL ó OU'tUVfi~ avÉO'tTI ecp' ÉalJ'tOV xai E!J.EQÍ.O'fhl, ou óúva-
'tat O'tijvm a/.../...u 'tÉAO(; EXEt.

Q 11, <21-22>
[Saquear al fuerteD
Mt 12, 29 Le 11,21-22
[21D [< >D
[22D [<>D

Me 3, 27
aM' ou ÓÚVU'tat oUóei~ E~ 't~V OtXlaV 'tOU LoxlJQOU etoe/...'ftoov 'tU
oxeú11 au'tou ótaQnáom, euv 11~ :TtQW'tov 'tov taxuQov óiJon, xai
'tÓ'tE 't~V olxí.av au'tou ÓtaQnáoet.
El texto de Q en griego y en español 143

1HY si Satanás está dividido internamente, ¿cómo podrá sub-


sistir su reino?
19 Y si yo expulso los demonios con el poder de Belcebú,
vuestros hijos ¿con qué poder los expulsan? Por eso, ellos se-
rún vuestros jueces.
20 Pero si yo expulso los demonios con el dedo de Dios, en-
lonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Me 3, 22-26
22 Los maestros de la ley que habían bajado de Jerusalén decían:
Tiene dentro a Belcebú. Y también: Con el poder del príncipe de los
demonios expulsa los demonios.
23 Él los llamó y les propuso estas comparaciones: ¿Cómo puede
Satanás expulsar a Satanás?
24 Si un reino está dividido internamente, ese reino no puede
subsistir.
25 Y si una casa está dividida internamente, esa casa no podrá
subsistir.
26 Y si Satanás se ha rebelado contra sí mismo y está dividido, no
puede subsistir, sino que ha llegado su fin.

Q 11, <21-22>
[Saquear al fuerteD
Mt 12, 29 Le 11,21-22
[21D [«La casa de un hombre fuerte no puede ser saqueada».D
[22D [«Pero si otro más fuerte le vence, será saqueadm>.D

Me 3, 27
Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear su
ajuar, si antes no ata al fuerte; sólo entonces saqueará su casa.
144 El Documento Q

EvTom 35 (Nag Hammadi 11 2)


(1) Atyet 'IT)<Joüc;;· oü búvam( TL<;; ei.aei.:Deiv de; T~v oi:xí.av 'tOU
i.axuQo'O ~Lál;e<J'frm aÜTov d ll~ b'tÍan Tac;; xeiQac;; aÜTOu.
(2) 'tÓ'tE 't~V oi.xí.av aU'tOU J.~Etafrrl<JEL.

Q 11,23
Conmigo, o contra mí
Mt 12, 30 Le 11, 23
ó J.l.il &v J.I.E't' EJ.I.O'Ü xa't' EJ.I.O'Ü E<J't'LV, xat ó J.l.il ouváyoov J.I.E't'
EJ.I.O'Ü <J'XOQ3tL~EL.

Me 9, 40
oc;; yaQ OU'X E<J'tLV xa-6' ~IJ.OOV, Ú:ltEQ ~IJ.OOV E<J'tLV.

Q 11,24-26
El regreso del espíritu impuro
Mt 12,43-45 Le 11, 24-26
24 O'taV 'tO axá-6-aQ'tOV 1tVE'ÜJ.I.a ef;ÉA.-6] ano 'tOU av-6-QÓ>rtou,
OLÉQXE'tat Ot' av'ÚOQOOV 'tÓ1tOOV ~TJ'tO'ÜV avánaumv xat oux
E'ÚQÍ.<JXEL. ['tÓ'tED A.Éyet· E~ 'tOV OLXÓV J.I.O'U btt<J'tQÉ'tpoo o-6-ev
ef;ijA.-6-ov·
25 XaL EA-6-0V E'ÚQÍ.<JXEL <JE<JaQOOJ.I.ÉVOV XaL XEXOOJ.I.TJJ.I.ÉVOV.
26 'tÓ'tE 1tOQE'ÚE'tat xat naQaAaJ.I.~ávet J.I.E-6-' éaumü éma
E'tEQa nvE'ÚJ.I.a'ta 1tOVTJQÓ'tEQa éau'to'Ü xat doeA.-6-óV'ta xa-
'totxet EXEL' xat yÍ.VE'tat 'tU eoxa'ta 'tO'Ü av-6-QÓ>rtOU EXEÍ.VOU
XELQOVa 'tWV 1tQ<Í>'tOOV.
El texto de Q en griego y en español 145

EvTom 35 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: Uno no puede entrar en la casa del fuerte para for-
zarle si no le ata las manos.
(2) Entonces despojará su casa.

Q 11,23
Conmigo, o contra mí
Mt 12, 30 Le 11, 23
El que no está conmigo está contra ·mí; y el que no recoge
conmigo desparrama.

Mc9, 40
Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Q 11,24-26
El regreso del espíritu impuro
Mt 12, 43-45 Le 11, 24-26
24 Cuando el espíritu impuro sale de una persona, deambula
por lugares áridos buscando descanso, pero no lo encuentra.
[EntoncesD dice: volveré a mi casa de donde salí.

25 Y al regresar la encuentra barrida y limpia.


26 Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que
él, y entra para quedarse a vivir allí. Y la situación final de
aquella persona es peor que la del principio.
146 El Documento Q

Q 11, ¿27-28?
¿Escuchar y guardar la Palabra de Dios?
Le 11, 27-28
¿27-28? ..

EvTom 79, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


~aa­
(1) E1n:Ev a\rc<p yuvtí tLC; EX tO'Ü oxA.ou· ¡..t.aXaQÍ.a T¡ xml..í.a T¡
táaaaá <JE xal ot ¡.tamal ot itQÉ'ljlavtÉ~ <JE.
(2) EIJtEV aut[ñ]' ¡..t.aXÚQLOI. ot axoúaavtE~ tOV Aóyov tO'Ü Jta-
tQO~ (xal) aJ.:r¡ttw~ qml.á;avtE~ autóv.

Q 11, 16.29-30
El signo de Jonás para esta generación
Mt 12, 38-40 Le 11, 16.29-30
16 ·nve~ [be] .. El;,~'touv :rtaQ' au'toü aT]¡..tetov.
29 [ó] be .. [e&tev] .. · ~ yeveó. aÜ'tT] yeveó. :rtOVT]QÚ .. E<J'tLV'
<JT]¡..tELOV l;,T]'tEL, xai <JT]¡..tELOV OU bo{}~<JE'tat aU'tÜ EL ¡..t~ n)
<JT]¡..tELOV 'lwvü.
30 [xa{}]<b~ yó.Q EyÉve'to 'Iwva~ 'tot~ Ntveuhm~ <JT]¡..tEtov,
OÜ'tú>~ E<J'tat [x.at] ó 'ULO~ 'tOÜ av{}Qómou 'tÜ yeveQ. 'tUÚ'tn.

Me 8, 11-12
11 Kal esflA.itov ot <l>aQLaai:m xat ~Qsavto au~r¡tEiv aütép,
~T]tO'ÜvtE~ :rtaQ' autoü <JT]¡..t.ELOV alto tO'Ü OUQaVO'Ü, JtELQÚ~OvtE~
autóv.
12 xat avaatEVása~ t(il :TtVE'Ú¡..t.atL a'Ótoü AÉyEL' tí. T¡ YEVEÓ. aütr¡
~T]tEL <JT]¡..t.Ei:ov; U¡..t.TJV AÉyw 'Ú¡..t.i:v, EL ~o'fttíaEtaL tñ YEVEQ. ta'ÚtTI
OT]f!ELOV.
El texto de Q en griego y en español 147

Q 11, ¿27-28?
¿Escuchar y guardar la Palabra de Dios?
Le 11, 27-28
;,27-28? ..

EvTom 79, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Una mujer de entre la gente le dijo: Dichoso el vientre que te
llevó y los pechos que te alimentaron.
(2) Él le dijo: Dichosos los que han escuchado la palabra del Padre
(y) la han guardado de verdad.

Q 11, 16.29-30
El signo de Jonás para esta generación
Mt 12, 38-40 Le 11, 1.6.29-30
16 Algunos .. le pedían un signo.
29 Y.. [él dijo] .. : Esta generación es una generación .. mala;
pide un signo, pero no se le dará otro signo que el signo de
Jonás.
30 Pues así como Jonás fue un signo para los ninivitas, así
[también] el Hijo del hombre lo será para esta generación.

Mc8, 11-12
11 Se presentaron los fariseos y comenzaron a discutir con él, pi-
diéndole un signo del cielo para ponerlo a prueba.

12 Y «él», dando un profundo suspiro, dijo: ¿Por qué pide un signo


esta generación? Os aseguro que a esta generación no se le dará
ningún signo.
148 El Documento Q

Q 11,31-32
Más que Salomón y que Jonás
Mt 12,41-42 Le 11, 31-32
31 ~aoí.A.tooa VÓ'tOU eyeQ'fi1íOE't<IL EV 'tÜ XQLOEL f.LE'tcl 't'ií~ ye-
ve{i~ 'taÚ'tfl~ xat xa'taXQLVEL a\mív, on
~/.:6-ev ex 'tWV :rte-
Qá'twv 't'ií~ Y'ií~ axoüom 'tTJV omptav l:oAOf.LWVO~, xat t6ou
:rtAELoV l:oAOf.LWVO~ ti:J6e.
32 av6QE~ NLVEUL't<IL avaO'tftOOV't(lL EV 'tÜ XQLOEL f.LE'tcl 't'ií~
yeveñ~ 'taÚ'tfl~ xat xa'taXQtvoümv a'Ü'tftV, on
J.I.E'tEVÓf1oav
E~ 'tO XftQUYf.LU 'lwvñ, xat t6ou :rtAELoV 'loov{i ti:J6e.

Q 11,33
La lámpara sobre el candelero
Mt 5, 15 Le 11, 33
oü6et~ xat<et> A.úxvov xat 'ttfrrjmv a'Ü'tov [et~ XQ'Ú:rt'tfiVD
aAA.' E:rtL 'tTJV A.uxviav, [xat Aáf.L:rtEL :rtdmv 'tO~ Ev 'tÜ otxí~D.

Me 4, 21b-e
J.l.fÍTL EQJCE't'm ó A.úx.vo~ iva imo Tov ¡.tMLOv TE'ftñ ft 'Ú'1to TTJV
XALVfiV; oux. iva E'1tL TTJV A.ux.vtav TE'ftñ;

EvTom 33, 2-3 (Nag Hammadi 11 2)


(2) OMEi~ yaQ A.úx.vov éi'l'a~ Tí:&r¡<JLv 'Ú'1to Tov ¡.tóbLOv oMe El.~
XQÚ'1t'tl}V,
(3) aA.A.' E'1tL 't'TJV A.ux.vtav ú&r¡<JLV, iva '1táV't'E~ OL EL0'1tOQE\JÓ¡.tEVOL
xat ol EX'1tOQEl!ÓJ.I.EVOL ~A.émo<JLv 1:0 q¡ro~ auToü.
El texto de Q en griego y en español 149

Q 11,31-32
Más que Salomón y que Jonás
Mt 12,41-42 Le 11,31-32
J1 En el día del juicio la reina del Sur se levantará contra es-
ta generación y la condenará, porque vino desde los confines
de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay
algo mayor que Salomón.
32 En el día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán
contra esta generación y la condenarán, porque se convirtieron
por la predicación de Jonás, y aquí hay algo mayor que Jonás.

Q 11,33
La lámpara sobre el candelero
Mt 5, 15 Le 11,33
Nadie enciend<e> una lámpara y la pone [en un lugar ocultoB,
sino sobre el candelero, [y alumbra a todos los que están en la
casal

Me 4, 21b-c
¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o deba-
jo de la cama? ¿No es para ponerla sobre el candelero?

EvTom 33, 2-3 (Nag Hammadi 11 2)


(2) Nadie prende una lámpara y la pone bajo el celemín o en un lu-
gar escondido,
(3) sino que la pone sobre el candelero, para que todos los que en-
tran y los que salen vean su luz.
150 El Documento Q

Q 11,34-35
El ojo malo oscurece todo el cuerpo
Mt 6, 22-23 Le 11, 34-35
34 ó A.úxvo~ 'tO'Ü a<Ó¡..tCl'tÓ~ EO'ttV ó oqrfraA.¡..tó~ .... av ó oqrfraA.-
¡..tÓ~ aou á.TtAO'Ü~ n. oA.ov 'tO aw¡..tá aou q:>W'tEtvóv ea-c[tvD·
... av M: ó oq;'fraA.¡..tó~ aou .1tOVT]QO~ ñ.
oA.ov 'tO aw¡..tá aou
OXO'tEtVÓV.
35 EL ouv -co q;w~ -co ev aoi. axó-co~ ea-cí.v, -co axó-co~ .Ttóaov.

EvTom 24, 3 (P. Oxy. 655)


[<p<iJ~ EO]ttV [EV CtV'ftQ<Í>mp <p]W'tELVcp, [xat <pW'tLSEL 'tcp X]ÓOf.L<p
[oA.<p· Eó.v f.Lfl cpwtil;]n. [tón: oxoTEtvó~ e]mtv.

EvTom 24, 3 (Nag Hammadi II 2)


cpoo~ EO'tLV Ev avttgúm<p <pW'tELVcp, xat cpwtí.l;Et 'tcp XÓOf.L<p OA<p'
Eó.v f.Lfl cpwTil;n. oxo'tEtvó~ emtv.

Q 11, ¿39a?.42.39b.41.43-44
Maldiciones contra los fariseos
Mt 23, 1-2a.5-7 .23.25.26b-28 Le ll, 39.41-44
¿39a? ..
42 ouai. 'Ú¡..tlV [wt~D <l>aQtaaí.ot[~D. O'tt a.TtobEXCl'tO'Ü'tE 'tO
~búoa¡..tov xai. -co avT]'frov xai. -co xú¡..ttvov xai. [aq;i)xa-cd
't~V XQÍ.atV xai. 'tO EAEO~ xai 't~V .TtÍ.anv· 'ta'Ü't(l bE ebEt
.Ttotf\am xáxEtva ¡..t~ [aq;tiDvm.
39b ouai 'Ú¡..tlV, [<-c>ot<~>D <l>aQtaaí.ot[<~>D, O'tt xa'fraQÍ.~E'tE
'tO e;w'frEV 'tO'Ü .1tO'tT]QÍ.OU XClÍ. 'tf\~ .1tClQO'tiJÍ.bo~, EOW'frEV bE
yÉ¡..t[ouatvD es áQ.Ttayf\~ xai. UXQClOÍ.Cl~.
41 [xa'fraQÍ.a<a-cE>D .. -co ev-co~ -coü .TtO'tTJQÍ.ou, .. xai .. -co ex-
-co~ au-coü xa'fraQóv ...
El texto de Q en griego y en español 151

Q 11,34-35
El ojo malo oscurece todo el cuerpo
Mt 6, 22-23 Le 11, 34-35
34 La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu
cuerpo [estáD iluminado. Pero si tu ojo es malo, todo tu cuer-
po «está» a oscuras.

35 Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué grande la os-


curidad!

EvTom 24, 3 (P. Oxy. 655)


Hay [luz en una persona] iluminada, [e ilumina al] mundo [entero.
Si no ilumina, entonces] está a oscuras.

EvTom 24, 3 (Nag Hammadi 11 2)


Hay luz en una persona iluminada, e ilumina al mundo entero. Si no
ilumina, está a oscuras.

Q 11, ¿39a?.42.39b.41.43-44
Maldiciones contra los fariseos
Mt 23, 1-2a.5-7.23.25.26b-28 Le 11, 39.41-44
¿39a? ...
42 Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la menta,
del eneldo y del comino, pero [descuidáisD la justicia, la mi-
sericordia y la fidelidad. Estas cosas habría que hacer sin des-
cuidar aquellas.
39b Ay de vosotros, fariseos, que purificáis por fuera la copa
y el plato, pero por dentro están llenos de rapiña y ambición.

41 [PurificadD .. el interior de la copa... y ... su exterior ... puro.


152 El Documento Q

43 OUUL ÚJ.I.LV 'tOL<; cl>UQLO'UÍ.OI.<;, (m <piÁ<Et'tE> ['tTJV TtQOO'tO-


'X.AtOÍ.UV ev 'toic; beí.rtvotc; xatD 'ti]v TtQ<O'toxafl'EbQí.av ev 'taic;
<J'Uvaywyaic; xat 'tOU<; aartaOJ.I.OU<; EV 'taic; ayogaic;.
44 ouat ÚJ.I.LV, [<'tOi<;> cl>UQLOaim<c;>,D O'tL [eaD-re [wc;D 'tU
J.I.VTJJ.I.Eia 'tU abTJAU, xat OÍ. av'fi'QWTtOL OÍ. TtEQLTtU'tO'ÜV'tE<;
ertávw OU'X. otbamv.

Me 12, 38b-39
38b ~A.É1tE'tE ano 'tWV YQUf.l.f.l.U'tÉWV 'tWV tteA.óV'tWV EV O'tOAat¡; 1tE-
QL1tU'tELV xai. ao:JtaOf.l.OUI!; EV mt¡; ayoQat¡;
39 xai. 1tQoo'toxattEbQí.a¡; Ev mt¡; ouvaywyat¡; xai. 1tQW'toú.. wí.a¡;
Ev 'tOl¡; beí.1tvot¡;,

EvTom 89, 1 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'ITJOO'ÜI!;' (blil) 'tÍ. ví.1t'tE'tE 'tO e!;wttfv 'tO'Ü 1tO'tTJQÍ.OU;

Q 11, 46b.S2.47-48
Maldiciones contra los maestros de la ley
Mt 23, 4.13.29-32 Le 11, 46b-48.52
46b [xatD ouat ÚJ.I.LV 'tOic; [VOJ.I.LXDoic;, O'tt [bEOJ.I.EÚD<E'tE> <pOQ-
'tÍ.U ... [xat ETtL'tí.fl'D<E'tE> [ertt 'tOU<; OOJ.I.OU<; 'tOOV avfl'g<ÍmwvD.
au'tot (beD 't(p bax'tÚ).{p ÚJ.I.WV ou [fl'éA.D<E'tE> [xtvfjamD au'tá.
52 ouat ÚJ.tiV 'tOi<; [VOJ.I.LXDoic;, O'tL 'X.AEÍ.E'tE ['tTJV ~amA.eí.avD
't[<oü fl'eoü> EJ.I.TtQOO'fi'EV 'tOOV avfl'gómwvD· ÚJ.I.Ei<; oux
ELatíA.fl'a'tE (oubeD 'tOU<; ELOEQXOJ.I.ÉVO'U<; a<pÍ.E'tE eLaeA.fl'eiv.
47 ouat ÚJ.I.LV, O'tt otxobOJ.I.EL'tE 'tU J.I.VTJJ.I.Eia 'tOOV TtQOqJTJ'tOOV,
oí. M Tta'tÉQE<; 'ÚJ.I.OOV artÉX'tELVUV UU'tOÚ<;.
48 ... J.I.UQ'tUQ[Ei'tE Éau'tOi<; O'tt ui.oí.] ea'tE 'tWV rta'tÉQOOV
ÚJ.I.OOV ...
El texto de Q en griego y en español 153

43 Ay de vosotros, fariseos, que <os> gusta Rel mejor asiento


en los banquetes) y el puesto de honor en las sinagogas, y los
saludos en las plazas.
44 Ay de vosotros, RfariseosD, porque Rsois comoD los sepul-
cros ocultos, y las personas que caminan sobre ellos no lo
saben.

Me 12, 38b-39
38b Guardaos de los maestros de la ley que buscan pasearse lujosa-
mente vestidos y los saludos en las plazas,
39 y los puestos de honor en las sinagogas y los mejores asientos en
los banquetes.

EvTom 89, 1 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: ¿Por qué laváis por fuera la copa?

Q 11, 46b.S2.47-48
Maldiciones contra los maestros de la ley
Mt 23, 4.13.29-32 Le 11, 46b-48.52
46b RYD ay de vosotros, Rmaestros de la leyD, que RatáisD pesa-
dos fardos ... lfy los colocáis sobre las espaldas de los demás,
peroD vosotros no movéis el dedo para RJlevarDlos.
52 Ay de vosotros, Rmaestros de la leyD, que cerráis Rel reino
<de Dios> para los demásD. Ni entráis vosotros, RniD dejáis en-
trar a los que quieren entrar.
47 Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas,
aunque vuestros padres los mataron.
48 ... dais Rtestimonio contra vosotros mismos de que sois hi-
josD de vuestros padres ....
/54 El Documento Q

EvTom 39, 1-2 (P. Oxy. 655)


(1) [A.éyet 'I(TJooük ot $aQtoatot xat ot YQOJ.I.J.I.OTEI~] EA.[a~ov
ta~ xA.etba~] tfJ~ [yv<Í>OEW~.
aumt E]XQU1p[av autá~.
(2) O'ÚtE) dofJI..[{}ov, O'ÚtE tOU~) ElOEQ[XOJ.I.ÉVOlJ~ aq>fJ)xav
[doeMtetv].

EvTom 39, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEt 'ITJOOü~· ot $aQLOOLOL xat ot YQOJ.I.J.I.OTEL~ eA.a~ov ta~
xi.Etfla~ tfJ~ yv<Í:IoEw~. EXQU1pav auTá~.
(2) O'ÚtE doT¡A.{}ov xat TOU~ {}él.oVTa~ el.oeA.{}etv aq>Tjxav.

Q 11,49-51
Juicio de la Sabiduría contra esta generación
Mt 23, 34-36 Le 11, 49-51
49 btil 'tO'Ü'to xat ~ oocpta .. é&tev· anooTEA.w [nQo¡;D au'toil¡;
nQOcpTJ'tUI!; xat oocpoú¡;, xat e; UU'tÜJV anOX'tEVOUOLV xat
btw;ouotv,
so rLvaD EX~ll't'llfrñ 'tO at¡.ta náV't(l)V 'tÜJV nQOcpll'tÜJV 'tO Ex-
XEXUflÉVOV ano xa'ta~ol.:fJ¡; xóo¡.tou ano 'tfi¡; yevea¡; 'ta'Ú-
't'll~·
51 ano ULflU'tO~ "A~EA f(l)~ at¡.ta'to~ ZaxaQLOU 'tOU anoA.o-
¡.tÉVOU flE'ta;u 'tOii frumao't'llQLOU xat wii otxou· vat Aéyw
'Ú¡.ttv, EX~llTllthlOE'taL ano 'tfi¡; yevea~ 'tU'Ú't'll~·

Q 12,2-3
Todo secreto será conocido
Mt 10,26-27 Le 12, 2-3
2 oubev xexa/..u¡.t¡.tÉVOV EO'tLV 8 oux anoxat..ucpth}oE'taL xat
XQUn'tOV 8 OU yvoooth}OE'taL.
3 8 Aéyw 'Ú¡.ttv ev Tñ oxo'tL~ eiJta'te Ev 'tql cpw'tt, xat 8 el.~ 'tO
olí~ axo'ÚE'tE XllQ'Ú;a'tE ent 'tÜJV bw¡.t<Í'tWV.
El texto de Q en griego y en español /55

EvTom 39, 1-2 (P. Oxy. 655)


( 1) [Dice Jesús: Los fariseos y los escribas recibieron las llaves] del
1~.:onocimiento. Ellos] las han escondido.
(2) [Ni han] entrado, [ni han] dejado [entrar a los que iban a entrar].

EvTom 39, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: Los fariseos y los escribas recibieron las llaves del
~.:onocimiento y las han escondido.
(2) Ni han entrado, ni han dejado a los que querían entrar.

Q 11,49-51
Juicio de la Sabiduría contra esta generación
Mt 23, 34-36 Le 11, 49-51
49 Por eso, también la Sabiduría .. dijo: Les enviaré profetas
y sabios, y a algunos de ellos los matarán y los perseguirán.

50 De modo que se le pedirá cuentas a esta generación de la


sangre de todos los profetas derramada desde el comienzo
del mundo.
51 Desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que
pereció entre el altar y la morada. Sí, os lo aseguro, se le pe-
dirá cuentas a esta generación.

Q 12,2-3
Todo secreto será conocido
Mt 10, 26-27 Le 12,2-3
2 No hay nada escondido que no vaya a ser revelado, ni nada
oculto que no vaya a ser conocido.
3 Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; y lo que
escucháis al oído, proclamadlo sobre los tejados.
156 El Documento Q

Mc4, 22
ou yáQ EO'tLV XQU3tt'OV eav ¡.ti] tva cpaVEQ<.o'ftñ, oMle eyÉVEt'O ártó-
XQUCJlOV a/J.' LVa EJ..-&n E~ cpaVEQÓV.

EvTom 5, 2 (P. Oxy. 654)


o
[ou yáQ eo]Ttv XQUrtTov ou cpavE[Qov yEvi¡oETat], xai. i}Ei}a¡.t-
o
¡.tévov o[ux eyEQiH)OETat].

EvTom 6, 5 (P. Oxy. 654)


[oMlev yáQ Em:t]v a[rt]OXEXQ[U¡.t¡.tÉVOV o ou cpaVEQOV em:m].
EvTom 33, 1 (P. Oxy. 1)
AiyEL 'I(TJOO'Ü)~· <o> axoÚEL~ [E]~ 10 €Y W1Í.OV QQU, W['Üt'O XftQU·
~ov ... ]

EvTom 5, 2=6, 5 (Nag Hammadi 11 2)


5, 2=6, 5 ou yáQ em:tv XQUTtt'OV o ou cpavEQOV yEvi¡OEt'at.
EvTom 33, 1 (Nag Hammadi 11 2)
AÉyEL 'ITJOOü~· O UXOÚOE~ E~ t'O o'Ú~ OOU, E~ t'O WJ.o o'Ú~ XftQU·
~ov erti. Trov bc.o¡.táTc.ov ú¡.trov.

Q 12,4-5
No temáis a los que matan el cuerpo
Mt 10, 28 Le 12, 4-5
4 xat flTJ cpof3Ei:OitE arto "CWV U:rtOX'tE[vDvóV'tWV 'tO OWfJ.U,
'tTJV 6E 1puxi]v fJ.TJ 6uvaf.1Évwv ci:rtox'tEi:vm·
S cpof3Ei:ottE 6E .. 'tOV 6vváf.1EVov xat 1puxi]v xat o&fJ.a ci:rto-
A.Éom f.v 't<ñ> yEÉvvu.
El texto de Q en griego y en español 157

Mc4, 22
l'ucs nada hay oculto si no es para ser manifestado; ni hay nada es-
rondido si no es para que se haga manifiesto.

EvTom 5, 2 (P. Oxy. 654)


!Pues nada hay] oculto que no vaya a hacerse manifiesto, ni ente-
rmdo que [no vaya a ser resucitado].

EvTom 6, 5 (P. Oxy. 654)


!Nada hay] escondido [que no vaya a hacerse manifiesto].

EvTom 33, 1 (P. Oxy. 1)


1>ice Jesús: <Lo que> escuchas en uno de tus oídos, [proclámalo ... ]

EvTom 5, 2=6, 5 (Nag Hammadi 11 2)


5, 2=6, 5 Nada hay oculto que no vaya a hacerse manifiesto.

EvTom 33, 1 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: Lo que escuchas en tu oído, proclámalo al oído de otro
sobre vuestros tejados.

Q 12,4-5
No temáis a los que matan el cuerpo
Mt 10,28 Le 12,4-5
4 Y no temáis a quienes matan el cuerpo, pero no pueden ma-
tar el alma.
5 Temed, más bien, .. al que puede hacer perecer el alma y el
cuerpo en la Gehenna.
158 El Documento Q

Q 12,6-7
Vosotros valéis más que los pájaros
Mt 10,29-31 Le 12,6-7
6 ouxt [:rtévreD O'tQOU'fi'La :rtWAO'ÜV'taL aaaaeL[wv búoD; 'X.ai
Ev E~ aU'tOOV ou :rtEOEL'taL E:rtl 'ti]V Yl\V aveu 'tO'Ü [:rta'tQO!!;
u~wvD.
7 u~oov [beD 'X.al a[ 'tQLXE!!; •11¡;; 'X.E<paA.l\¡;; :rt<iom ~QL'fi'~TJ[~évm
eLOLV]. ~ll <po~eia'fre· :rtOAAWV O'tQOU'fi'LWV bLa<pÉQE'tE u~ei¡;;.

Q 12,8-9
Dar testimonio de Jesús
Mt 10,32-33 Le 12, 8-9
8 :rt<i¡;; o¡;[av] ó~oA.oy~a[nD EV E~Ol E~:rtQOO'frev 'tOOV
av'frecimwv, 'X.a[t ó uto¡;; 'toü av'frecimouD ó~oA.oy~a[eLD ev
au't<¡> E~:rtQOO'fi'EV 'tOOV ayyéA.wv .:
9 o¡; b' av UQV~OTJ'tUL ~E E~:rtQOO'frev 'tOOV av'frecimwv'
UQVTJ[~aE'tmD E~:rtQOo'frev 'tOOV ayyéA.wv...

Me 8, 38
óc; yó.Q f.ó.v EJtmoxuv'6-ñ !J.E xat •ove; E!J.ouc; A.óyouc; f.v •ñ yeveQ.
mÚ'tU •ñ !J.OLXOALOL xat Ú!J.OQ'tWAlp, xat Ó utoc; 'tOii av'6-Q<Ímou
eJtmoxuv&iJoE'tm au•óv, <hav eA.{}u f.v •ñ Msn •oii Jta'tQoc;
OU'tOU !J.E'tÓ. 't<i>V ayyÉAWV 't<i>V áytWV.

Q 12,10
Hablar contra el Espíritu
Mt 12, 32a-b Le 12, 10
'X.Ul o¡; Ea.V el:rtn Aóyov el.; 'tOV uí.Ov 'tOU av'freómou U<pE~OE­
'taL au't<¡>· o¡; b' av [el:rtltn el.; 'tO aywv :rtVE'Ü~a OU'X. U<pE~OE­
'taL au't<¡>.
El texto de Q en griego y en español 159

Q 12,6-7
Vosotros valéis más que los pájaros
Mt 10, 29-31 Le 12, 6-7
6 ¿Acaso no se venden [cinco] gorriones por [dos] ases? Y ni
Lmo de ellos cae sobre la tierra sin que lo permita [vuestro
Padre].
7 Pues también todos los cabellos de vuestra cabeza están con-
tados. No temáis, vosotros valéis más que muchos gorriones.

Q 12,8-9
Dar testimonio de Jesús
Mt 10,32-33 Le 12, 8-9
8 Todo aquel que dé testimonio de mí delante de los hombres,
también [el Hijo del hombre] dará testimonio de él delante de
los ángeles ..
9 Pero el que me niegue delante de los hombres, [será negado]
delante de los ángeles ...

Me 8, 38
Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta genera-
ción adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonza-
rá de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

Q 12,10
Hablar contra el Espíritu
Mt 12, 32a-b Le 12, 10
A aquel que hable contra el Hijo del hombre le será perdo-
nado. Pero al que [hable] contra el Espíritu santo no le será
perdonado.
'A01A~ «;l1 DTlQ.3Alt «;l1 'CJ'Y.'f9 531AQ.O'Y,D'Y,]O 513Tl'} 31.0~ O~A Q-0
.3113'Y,D'Y, 01(!.01 DO(!} Y,1 llA13'X~ A~ Alrl'} ~oq A'CJ~ CJ ,'Y.'Y,f} '31lwl,t'Y,D'Y,
11 31'9ATl103tiOOlt ~ti '531A9919DOD1t 5'9Tl'} A1000A'9 AD1Q 1D'X I I
'A01'Y,
-~MDQ-3 «;>1 1DAI!.g.Xnol.tx 139 A01Q.>Olt l.t~~ rJ1 DU~lt Sp 1D'X 01
·5:!o1c;tn A010¡;t1onrl Sp aorl~ A3'X3A~ 3.g.D3D(,t.g.nw
AOO~'Y,1DDg 1D'X AOOA91i3A~ 11t~ 1D'X 3.g.D3DI,tonq SrJÁOOADAnD Sp 1D'X
D109~AnD Sp 5'9Tl'} A1Dnoocpqnonlt .5¡;t01nD~ 513Tl'} ~q 3131t~'Y,9 6

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-q>OgA'f} AQ.>1 S:!O]n S:!011D13D(,t.g.3<hf} DU~lt 11(] Alrl'} (l)A~ A~Tly, 8Z

6Z-8Z 'f :lf-J


i) o¡uawn:JOa ¡:;¡ 091
El texto de Q en griego y en español 161

Me 3, 28-29
28 Os aseguro que todo les será perdonado a los hijos de los hom-
bres, los pecados y cualquier blasfemia que digan,
29 pero el que blasfeme contra el Espíritu santo no tendrá perdón
jamás, sino que será reo de pecado eterno.

EvTom 44 (Nag Hamrnadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: al que blasfeme contra el Padre le será perdonado.

(2) Y al que blasfeme contra el Hijo, le será perdonado.


(3) Pero al que blasfeme contra el Espíritu santo, no le será perdo-
nado ni en la tierra ni en el cielo.

Q 12, 11-12
Comparecer ante la sinagoga
Mt 10, 17-19 Le 12, 11-12
11 Cuando os hagan comparecer ante las sinagogas, no os
preocupéis de cómo «vais a hablam ni qué vais a decir.
12 Pues [el Espíritu santo os enseñaráD en aquel.. momento lo
que tenéis que decir.

Me 13,9-11
9 Cuidad de vosotros mismos. Os entregarán a los tribunales, seréis
azotados en las sinagogas y tendréis que comparecer ante goberna-
dores y reyes por mi causa para dar testimonio ante ellos.
1O Pero es preciso que antes se anuncie la buena noticia a todos los
pueblos.
11 Y cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis antes de lo
que vais a decir. Decid aquello que os sea dado en aquel momento,
pues no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu santo.
162 El Documento Q

Q 12,33-34
Acumular tesoros en el cielo
Mt 6, 19-21 Le 12,33-34
33 «Jltl itT]oaUQÍ.~ELE: ÚJ.LLV -ftr¡oaUQOU~ EJtL 'tfl~ Yfl~, 03tOU
oi]~ xai ~QÜ>OL~ ac:pavÍ.~EL xai 03tOU XAÉ3t'taL OLOQ'ÚOOOUOLV
xai xA.Ért'tOUOLV'» itr¡oauQÍ.~E'tE be ÚJ.LtV itT]oaUQO... ev
O'UQ<lV[<QD, 03tOU oihE oi]~ OlJTE ~QÜ>OL~ aq¡avÍ.~EL xai. 03tOU
XAÉ3t'taL oü OLOQ'ÚOOOUOLV OUOE XAÉ3t'tOUOLV'
34 ortou yáQ EO'tLV ó itT]oauQÓ~ oou, exet EO'taL xai ~ xaQ-
oí.a oou.

Me 10, 21b
EV OE ÚO't'EQEL' ihtaye, ooa EXE~ ltOOAt')OOV xat M¡; tot¡; lt'tWXOL¡;,
xat E~E~ itt')O<lUQOV f:v OUQavq>, xat bEÜQO axol.oúitEL f..I.Ol.

EvTom 76, 3 (Nag Hammadi 11 2)


~t')'tEL'tE xat Uf..I.EL¡; 'tOV -ftt')oaUQOV (lU'tOÜ 'tOV aVÉXAELlttOV (xat)
f..I.ÉVOV'ta 03tOU ou ffil¡; el¡; ~QOOOLV f:yyí~EL oub€ OXÓ>At')~ Ct<paví~EL.

Q 12, 22b-31
No andéis preocupados
Mt 16, 25-33 Le 12, 22b-31
22b Oul 'tO'Ü'tO AÉyw ÚJ.LLV' JlfÍ JlEQLJ.LV<l'tE 'tÜ '4JUJCÜ ÚJ.LÜ>V 'tí.
c:páyr¡TE, J.LT]OE 't<Q o<Í>Jl<l'tL ÚJ.L<'i>V TÍ. evo'Úor¡oite.

23 oüxi ~ '4Juxt1 rtA.eióv eOTLv Tfl~ 't'Qo<pfl~ xai 'to o<'i>J.La Toií
EVO'ÚJl<l'tO~;
24 X<l't<lVOfÍO<l'tE 'tOU~ XÓQ<lX(l~ O'tL oü 03tELQOUOLV oüoe ite-
QÍ.~OUOLV OUOE ouváyoumv EL~ arto{ti]xa~, xai ó -freo~ 'tQÉ-
qJEL aÜ'to'Ú~· oüx ÚJ.LEL~ J.L<lt.Aov OLa<pÉQE'tE T<i>v rtE'tELV<i>v;
25 'tÍ.~ OÉ es ÚJ.LÜ>V JlEQL¡.lVÜ>V O'ÚV<l'taL 3tQOOitetvm E3tl 'ttlV
~A.txí.av au't'Oií rtf]x;uv .. ;
El texto de Q en griego y en español 163

Q 12,33-34
Acumular tesoros en el cielo
Mt 6, 19-21 Le 12,33-34
33 «No atesoréis tesoros sobre la tierra, donde la polilla y la
herrumbre corroen, y donde los ladrones abren boquetes y ro-
ban». Atesorad más bien tesoros ... en el cielo, donde ni lapo-
lilla ni la herrumbre corroen, y donde los ladrones no abren
boquetes ni roban.
34 Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.

Me 10, 21b
Una cosa te falta: vete, vende lo que tienes y dáselo a los pobres; así
tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

EvTom 76, 3 (Nag Hammadi 11 2)


Buscad también vosotros su tesoro imperecedero, que está donde la
polilla no puede llegar para devorarlo, ni el gusano «lo» corroe.

Q 12, 22b-31
No andéis preocupados
Mt 16, 25-33 Le 12, 22b-31
22b Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida
«pensando» qué comeréis, ni por vuestro cuerpo «pensando»
con qué os vestiréis.
23 ¿Acaso no es más importante la vida que la comida, y el
cuerpo que el vestido?
24 Fijaos en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni acumu-
lan en graneros, y Dios los alimenta. ¿Acaso no valéis voso-
tros más que los pájaros?
25 ¿Quién de vosotros, a fuerza de preocuparse, puede añadir
un codo a su estatura?
164 El Documento Q

26 xai. 3tEQL evb'Ú!lU'tO~ 'tÍ. JA.EQLJ.lVéi'tE;


27 Xa'ta[!l<ÍttE)ttE 'tcl XQÍ.Va mó~ ausávi[Et)· ou xon¡j[(iD oube
vT)tt[EtD· "J...tyw be Ú!lLV, oubE :lliAO!lWV EV náon l'ñ bósn
a'ÍJ'toü 1tEQLE~áA.no w~ EV 'tO'Ú'tWV.
28 Ei. be ev ayQ<P 'tov XÓQ'tov oV'ta OTJ!lEQOV xai. aÜQtov Ele;
xA.í.~avov ~aA.A.ó!lEvov ó ttEo~ oÜ'tw~ Ü!l<pli[vvumvD, ou
noA.A.q> !léillov Ú!léi~, oA.tyónt<J'tOt;
29 1-1~ [ofívD 1-LEQL!lvTJOTJ'tE "J...tyoVl'E¡;· 'tÍ. <p<ÍYW!lEV; [~D· 'tÍ. ní.w-
J.t.EV; [~D· 'tÍ. 1tEQ~aA<Íl!lEtta;
30 1t<ÍV'ta yaQ 'tU'Ü'ta 'tQ EttvTJ E3tL~TJ'tO'Ü<JLV" oibEV [yaQD ó
na't~Q Ú!l<i'>v O'tt XQÚ~El'E 'tO'Ú'twv [ánáV'twvD.
31 ~TJ'tEL'tE be 't~v ~aotA.Eí.av au'toü, xai. 'ta'Ü'ta [náV'taD
1tQO<J'tE{}T)<JE'tat Ú!lLV.

EvTom 36, 1 (P. Oxy. 655)


[AiyEL 'I(TJOO'Ük J.l.fJ J.l.EQLJ.l.VÜ'tE &]no 3tQOOL E[oo¡; O'ljJÉ, J.l.TJ't]E aq>'
eon[ ÉQa¡; too¡; n ]QooÍ, J.l.TJ'tE ['tÚ 'tQO<pñ ú]J.l.OOV 'tÍ q>á[YlJ'tE, J.l.TJ'tE] 'tñ
m[o>..ñ ÚJ.l.OOV] 'tÍ f:vM[OTJ]O'ttE.

EvTom 36, 1 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'llJOO'Ü¡;· J.l.fJ J.l.EQLJ.LVU'tE cl3t0 3tQOOL Eoo¡; O'ljJE xat a<p' EonÉQa¡;
Eoo¡; nQOOL 'tÍ evMoEOttE.

EvTom 36, 4 (P. Oxy. 655)


'tí¡; <'iv 3tQ00'6<Eí>r) f:nt 'tfJV EÜ..LXLaV ÚJ.l.OOV; au'to[~ b]<Í>OEL ÚJ.l.dV
'tO EvbuJ.ta ÚJ.l.OOV.

EvTom 36, 2-3 (P. Oxy. 655)


(2) [no>..]>..<¡> XQEÍ[ooov]É¡; t[mE] 'tOOV [xQí]voov, éht[va o]U !;a[í]vEL
o-Mf: v[i)ft]EL.
(3) ';t[at] ev E~QV't[E¡; E]vb[u]J.ta, 'tÍ f:v[o .. ]m ÚJ.l.Ei¡;;
El texto de Q en griego y en español 165

26 Y por el vestido, ¿por qué os preocupáis?


27 [Observad) cómo crecen los lirios. No se afanan ni hilan, y
sin embargo os digo que ni Salomón en todo su esplendor se
vistió como uno de ellos.
28 Y si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se
echa al horno, Dios la viste así, ¿acaso no hará mucho más
por vosotros, hombres de poca fe?
29 [Por tantoD, no andéis preocupados diciendo: ¿Qué come-
remos? [O:D ¿Qué beberemos? [O:D ¿Con qué nos vestiremos?
30 Pues todas estas cosas las buscan los gentiles. Ya sabe
vuestro Padre que tenéis necesidad de todas ellas.
31 Buscad, más bien, su Reino y (todasB estas cosas se os da-
rán por añadidura.

EvTom 36, 1 (P. Oxy. 655)


[Dice Jesús: No andéis preocupados] desde la mañana hasta [el
anochecer, ni] desde la tarde [hasta] la mañana; ni [por la comida]
«pensando» qué vais a comer, [ni por] el vestido «pensando» con
qué [os vais] a vestir.

EvTom 36, 1 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: No andéis preocupados desde la mañana hasta el ano-
checer y desde la tarde hasta la mañana «pensando» con qué os
vestiréis.

EvTom 36, 4 (P. Oxy. 655)


¿Quién puede añadir algo a vuestra estatura? Ese os dará vuestro
vestido.

EvTom 36, 2-3 (P. Oxy. 655)


(2) [Vosotros sois mucho] más valiosos que los [lirios], que [no] te-
jen ni [hilan].
(3) Y, teniendo un vestido, ... ¿Qué ... vosotros ... ?
166 El Documento Q

Q 12,39-40
El Hijo del hombre llegará como un ladrón
Mt 24, 43-44 Le 12, 39-40
39 [Ex.etvDo 6E: yLV<baxete ott ei. ñ6eL ó oi.xo6ean:ótr¡c; n:ot~
qmA.axñ ó xAÉn:tr¡c; EQXEtm, oux liv [etaaDev 6LOQ'UX'frilvm
\ ,.. !' -
tOV OLXOV autO'U.
ñ
40 xai 'Ú!J.EL<; ytvea'fre EtOL!J.OL, otL ou 6oxei:te WQQ. ó uioc;
tO'Ü av'frQómou EQXEtm.

Me 13, 35a-b
YQTJYOQEL'te o'Üv· oux otbate yó.Q nÓ'te ó XÚQLO~ ti'j~ oi.xí.a~ EQXEtaL,

EvTom 21,5 (Nag Hammadi 11 2)


btó. toüto Myw· El. J.Lav6ávet ó oi.xobeonÓtTJ~ otL EQXEtat ó
XA.É3t'tTJ~ YQTJYOQ'IÍOEL 3tQLV eA.{teiv autov xal. oux E<ÍOEL autov bLO-
QÚ!;m 't'i]v OLXLaV QU'tOÜ ti'j~ f3aotAELa~ QU'tOÜ 'tOÜ QLQELV 'tÓ. OXEÚTJ
' -
autou.

EvTom 103 (Nag Hammadi 11 2)


AéyEL 'ITJOOü~· J.LaX<ÍQLO~ ó ava-QW3t0~, 8~ olbev [noi<p) J.LÉQEL oí.
ATIO'tal. ELoÉQXOV'tat, tva avaO'tÓ.~ ouvayáytJ 't~V f3aotAELaV autoü
xal. 3tEQL~<Í>OU 't~V OO<puv autoü 3tQLV ELo3tOQEÚEo{)-QL QU'tOÚ~.

Q 12,42-46
El siervo fiel y el infiel
Mt 24,45-51 Le 12,42-46
42 ttc; UQa eativ ó n:tatoc; 6oiiA.oc; [xai.D (J)QÓVL!J.O<; óv xa-
tÉatr¡aev ó XÚQtoc; en:i tilc; OLXEtEtac; autoii toii 6o[ii]lvm
[autotc;D ev
xaLQ(i) ti]v tQO(J)Í]v;
43 !J.aXÚQLO<; Ó 60'ÜAO<; EXELVO<;, ÓV EA'frOOV Ó XÚQLO<; aUtO'Ü
EÚQÍ]OEL OÜtW<; JtOLO'ÜVta·
El texto de Q en griego y en español 167

Q 12,39-40
El Hijo del hombre llegará como un ladrón
Mt 24,43-44 Le 12, 39-40
39 Sabed esto: Si el dueño de la casa supiera a qué hora de la
noche va a llegar el ladrón, no le permitiría hacer un boquete
en su casa.
40 Estad vosotros también preparados, porque a la hora que
menos penséis llega el Hijo del hombre.

Me 13, 35a-b
Así pues, velad, pues no sabéis cuándo va a llegar el dueño de la
casa.

EvTom 21,5 (Nag Hammadi 11 2)


Por eso os digo: Si el dueño de la casa averiguara que el ladrón va
a llegar, estaría en vela antes de que éste viniera, y no le permitiría
hacer un boquete en la casa de su reino para llevarse sus bienes.

EvTom 103 (Nag Hammadi Il 2)


Jesús dice: Dichoso el hombre que sabe por qué parte van a entrar
los ladrones, de modo que se levantará y reunirá su reino, y se ce-
ñirá la cintura antes de que ellos entren.

Q 12,42-46
El siervo fiel y el infiel
Mt 24, 45-51 Le 12, 42-46
42 ¿Quién es, pues, el siervo fiel [y] sensato al que el señor ha
puesto al frente de su servidumbre para que [les] dé la comi-
da a su tiempo?
43 Dichoso aquel siervo, a quien su señor encuentre haciendo
esto cuando vuelva.
168 El Documento Q

44 [a¡.t~vD Aiyoo Ú¡.tiv O'tL e:rd :rtdmv 'tOi; Ú:rtÚQXOUOLV aihoü


xa'taO'tTJOEL mhóv.
45 Eó.v be EÜtU ó boüA.o<; exEivo<; ev 'tÜ xagbt~ mhoü· XQO-
vitEL Ó X'ÚQLO<; ¡.tOlJ, xat clQl;T'I'tat 't'Ú:rt'tELV 'tOU<; [ouvbo'ÚAOU<;
mhoüD, e<rlH[nD be xat :rttv[n ¡.tna 't<i>vD ¡.tEfru[óV'toovD,
46 i\l;EL ó X'ÚQLO<; 'tO'Ü boúA.ou E'X.Etvou ev 'ÍJ¡.tÉQ~ Ti ou :rtgoo-
box(i xat Ev WQ~ Ti ou ytv<Í>oXEL, xat bLXO'tO¡.tTJOEL au'tÓV
xat 'tO ¡.tÉQO<; aU'tO'Ü ¡.teta 'tOOV a:rtLmOJV 'fhíoEL.

Me 13,36
1.1.~ eA.-&oov e~aÍ.q:>VYJ¡; EÜQTI 'Ú!J.a¡; xa-&Eúbovta¡;.

Q 12, <49>.51.53
Los hijos contra los padres
Mt 10, 34-36 Le 12, 49.51.53
[49D [«:rt'ÜQ ~A.itov fJaA.Eiv e:rtt 't~V yfjv, xat 'tt itéA.oo El. ~b11
aviJ<p~.»D
51 [boxEi~E (m ~A.itov fJaA.Eiv ELQTJVT'IV e:rtt 't~V yfjv; oux
~A.itov fJaA.Eiv ELQTJVT'IV &Ua ¡.táxmgav.
53 ~A.itov yag btxáom ui.Ov [xa'taD :rta'tg[o<; xatD fruya'tÉQa
[xa'taD 'tfj[<;D 1-'T'I'tQ[o<;D au'tfj<;, [xatD v'Ú¡.t<pllv [xa'taD 'tfj[<;D
:rtEvitEQd[<;D au'tfj<;.

Me 13, 12
XUL 3tUQabÓJ<JEL CtbEAq:>O¡; al>EAqJOV Ei.¡; -&ávm;ov XUL 3tU't~Q 'tÉX-
VOV, XUL E3tUVU<J'ttl<JOvtaL 'tÉXVa tni. yovEic; xai. -&ava'tÓJ<JOU<JLV
aÜ'toú¡;·

EvTom 1O (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'lrJaou¡;· E~aA.ov ni:íQ El¡; 'tOV xÓO!J.OV. xat ibou 'tl'JQOO aÜ'tÓ,
EW¡; av nUQOi.
El texto de Q en griego y en español 169

44 Os aseguro que le pondrá al frente de todas sus propiedades.

45 Pero si ese siervo dice en su corazón: Mi señor tarda. Y co-


mienza a golpear a [sus compañerosB, «y se pone a» comer y
a beber [con losB borra[chosB,
46 llegará el señor de ese siervo el día que no lo espera y a la
hora que no conoce, lo castigará severamente y le hará correr
la suerte de los incrédulos.

Me 13,36
No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos.

Q 12, <49>.51.53
Los hijos contra los padres
Mt 10, 34-36 Le 12,49.51.53
[49B [«He venido a arrojar fuego sobre la tierra, y cómo de-
searía que hubiera prendido ya>>.B
51 [¿PenBsáis que he venido a arrojar paz sobre la tierra? No
he venido a arrojar paz, sino espada.
53 He venido a dividir al hijo contra el padre, [yB a la hija
[contraB su madre, [yB a la esposa [contraB su suegra.

Me 13, 12
El hermano entregará a la muerte a su hermano, y el padre al hijo; y
se levantarán los hijos contra los padres y los matarán.

EvTom 1O(Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: He arrojado fuego en el mundo, y lo guardaré hasta
que arda.
170 El Documento Q

EvTom 16, 1-2.3b (Nag Hammadi 11 2)


( 1) AÉyEL 'll"JOO'Ü<;" 'táxa boxoümv ot ÜvitQw3toL O'tL ~A:frov ~aA.etv
ELQTJVl"JV E3tL 'tOV XÓ<J¡..LOV.
(2) xat oux otbamv O'tL ~A:ftov ~aA.etv bLa¡..LEQL<J¡..LOU<; tnt rijv yi'jv,
3t'ÜQ, ¡..LáXOLQOV, 3tÓAE¡..LOV ....
(3b) ó na'ti¡Q tnt 'tqJ ulq> xat ó ulO<; tnt 'tqJ na'tQL

Q 12, <54-56>
[Discernir el tiempo]
Mt 16, 2-3 Le 12, 54-56
[54] [ ... O'tVLa~ YEVO!-!ÉVTJ~ AÉyete· eubta, JtUQQá~EL yó.Q ó
ougavód
[55] [xat ngwt· ai¡llEQOV XEL!-!<.ÓV, JtUQQá~et yó.Q muyvá~wv
ó ougavó~·]
[56] [to JtQÓO'WJtOV tOÜ OUQaVOÜ OLbatE btaXQLVELV, tOV
xmgov be oü búva0"6e;]

EvTom 91, 2 (Nag Hammadi 11 2)


A.ÉyEL au'toü;· 'tO 3tQÓ<JW3tOV 'tO'Ü OUQOVO'Ü xat ti¡<; yi'j<; 3tELQátetE,
'tOV bE Xa'ta 3tQÓ<JW3tOV Ú¡..L<i>V OUX otba'tE xat 'tOV XOLQOv 'tO'Ü'tOV
OUX OLbO'tE 3tELQátELV.

Q 12,58-59
Líbrate de tu adversario
Mt 5, 25-26 Le 12,58-59
58 [ew~ otou] ... llEtÓ. tOÜ avnbtxou oou Ev tñ ób<p, bo~ EQ-
yaatav U3tTJAAáxitm &.i( aütoü, lltl3tOtÉ O'E nagab<p [ó avtL-
btxo~] ti¡> XQttñ xat ó XQtt'i]~ ti¡> ÚJtTJQÉtU xat [ó
<ÚJtTJQÉtTJ~> oe] ~[a]A[et] e~ q:JU/..axi¡v.
59 /..éyw aot, oü llil E~É/..itn~ Exetitev, ew~ to[v] eoxatov
[xobgávtTJV] a:rwbi¡>~.
El texto de Q en griego y en español /71

EvTom 16, 1-2.3b (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: Tal vez piensan los hombres que he venido a arrojar
paz sobre el mundo.
(2) Y no saben que he venido a arrojar división sobre la tierra, fue-
go, espada, guerra ...
(3b) El padre contra el hijo y el hijo contra el padre.

Q 12, <54-56>
RDiscernir el tiempoD
Mt 16, 2-3 Le 12, 54-56
[54D [ ... Cuando llega el atardecer decís: Buen tiempo, pues
el cielo está rojizo.D
[55D [Y por la mañana: Mañana hará mal tiempo, pues el cie-
lo está rojizo y cargado.D
[S6D RSabéis discernir el aspecto del cielo. ¿Y no podéis «dis-
cernir» este tiempo?D

EvTom 91,2 (Nag Hammadi 11 2)


Les dijo: Examináis el aspecto del cielo y de la tierra, pero no co-
nocéis al que tenéis delante de vosotros, y no sabéis examinar este
tiempo.

Q 12,58-59
Líbrate de tu adversario
Mt 5, 25-26 Le 12,58-59
58 [MientrasD vas de camino con tu adversario, procura li-
brarte de él, no sea que [tu adversarioD te entregue al juez, y el
juez al alguacil, y Rel <alguacil> teD meta en la cárcel.

59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el úl-


timo RcordanteD.
172 El Documento Q

Q 13,18-19
El grano de mostaza
Mt 13,31-32 Le 13, 18-19
18 'tÍ.VL ÓJ.LoÍ.a emi.v T) ~amA.Eí.a 'tO'Ü tteoü x.ai. 'tÍ.VL Óf.LOUÍ>aro
a\m]v;
19 Óf.LOÍ.a EO'tLV x.óx.x.q> <JLVáJteroc;, 8v A.a~wv avttQOOJtoc;
E~aA.ev ei.c; [x.fíJtDov mhoü· x.ai. TJ'Ü;TJ<JEV x.ai. eyÉVE'tO ei.c;
bévbQov, x.ai. 'ta JtE'teLva mü OUQavoü x.a'teax.i]vroaev ev
m te; x.A.ábmc; aumü.

Me 4, 30b-32
30b :rtooc; ÓJLOL<Ílaoo~v 't~v ~am.A.dav mü tl-wü fJ f:v 'tÍ.Vt au't~v
:TtUQU~OAÜ tl-OOJLEV;
31 <Í>c; XÓX.X.<p mvárceooc;, oc; O'tUV OJ'tUQÜ EJ'tL 'tfíc; yilc;, JLLX.QÓ'tEQO'V
OV :rtáV'tOOV 'tOOV OJ'tEQJLÚ'tOOV 'tOOV EJ'tL 'tijc; yilc;,
32 x.at O'tUV OJ'tUQÜ. ava~aÍ.VEL x.at yÍ.VE'taL JLEil;,ov :rtáV'tOOV 'tOO'V
A.axávoov x.at :rtoLEi: x.A.á~ouc; JLEyál..ouc;, oome Mvam'tm Ú:rto ~v
OX.LÓ.V aumü 'tcl J'tE'tELVÓ. 'tOÜ OUQUVOÜ X.U'tUOX.TJVOÜV.

EvTom 20 (Nag Hammadi 11 2)


(1) E'l::rtov ol JLatl-fJ'tat 'tlP 'ITJcroü· ei.:rte ftJLLV, 'tÍ.VL ÓJLoí.a emtv it ~a­
aLI..eí.a 'toov o'ÓQavoov.
(2) e'l::rtev au'toi:c;· ÓJLOÍ.a EO'tLV x.óx.x.<p mvá:rteooc;.
(3) JLLX.QÓc; EO'tLV :rtaQÓ. :rtáV'ta 'ta cr:rtÉQJLam.
( 4) omv ~E :rtÉO'[J e:rtt 't~V yilv 't~V EQyal;oJLÉ'VTJV, :rtoLEi: x.l..á~ov JLÉ-
yav x.at ytve'tat ax.É:rtTJ mi:c; :rtE'tELVoi:c; 'toü o'ÓQavoü.

Q 13,20-21
.La levadura
Mt 13,33 Le 13,20-21
20 [x.ai. JtáA.tvD· 'tÍ.VL Óf.LOLC.Óaro 1:-ilv ~aaLA.Eí.av 'tO'Ü tteoü;
21 Óf.LOÍ.a E<J'ti.v ~'Úf.LTI, f1v A.a~oüaa yuvil EvÉX.Q'Ut¡Jev ei.c;
aAe'ÚQO'U <Já'ta 'tQÍ.a eroc; olí E~'Uf.LlÍY&r] oA.ov.
El texto de Q en griego y en español 173

Q 13,18-19
El grano de mostaza
Mt 13, 31-32 Le 13, 18-19
18 ¿A qué se parece el reino de Dios, y con qué lo compararé?

19 Se parece a un grano de mostaza, que un hombre toma y


echa en su [campoD. Creció y se convirtió en un árbol, y los
pájaros del cielo anidaron en sus ramas.

Me 4, 30b-32
30b ¿Con qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola
lo expondremos?
31 Es como un grano de mostaza, que cuando se siembra en la tie-
rra es la más pequeña de todas las semillas de la tierra.
32 Pero, una vez sembrada, crece, se hace mayor que todas las hor-
talizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden ani-
dar a su sombra.

EvTom 20 (Nag Hammadi 11 2)


( l) Los discípulos dijeron a Jesús: Dinos, ¿a qué se parece el reino
de los cielos?
(2) Él les dijo: Se parece a un grano de mostaza.
(3) Es la más pequeña de todas las semillas.
(4) Pero cuando cae sobre la tierra cultivada, echa una gran rama y
se convierte en refugio para los pájaros del cielo.

Q 13,20-21
La levadura
Mt 13, 33 Le 13,20-21
20 [Y «dijo» tambiénD: ¿Con qué compararé el reino de Dios?
21 Se parece a la levadura que una mujer tomó y ocultó en
tres medidas de harina hasta que todo fermentó.
174 El Documento Q

EvTom 96, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


(1) A[Éye]t 'Ir¡ooü~· ~ ~amA.e(a toü n:atQO~ ó¡.w(a eottv yuvmx(
[ttVL).
(2) i!A.a~EV f..lLXQÓV tL ~'Úf..l'YJ~ (xat) E'XQU['tpev] aut~V d~ UAEUQOV
(xat) E3tOL'YJOEV auto UQtOU~ f..lEYÚAOU~.

Q 13,24-27
No os conozco
Mt 7, 13-14.22-23; 25, 10-12 Le 13,24-27
24 daéJ..:6an: bu1 'ti]~ an:vi]~ -6úQa~. O'tl n:oA.A.ol. ~r¡'tt]aoumv
daeA.-6eiv xal. 6A.tym [dal.v OL <EtOEQXÓf..lEVOl bl'> au'ti]<~>D.
25 aq¡' oií av [eyeQ'ftñD ó [oixobean:ó1:r¡~D xal. xA.eta[n 1:]1i¡[vD
-6úQa[v xal. aQ;r¡a-6e ~t;w Éatávm xal. XQOÚElV 't~V -6úQavD
A.éyov'tE~ XÚQlE, Civm;ov ~f..lLV, xal. an:OXQl-6Ei~ EQEL 'Úf..lLV'
oux oiba 'Úf..l<l~.
26 'tÓ'tE aQ;ea-6e AÉYElV' E<páyOf..lEV Ev<Í>móv (J01J xal. E3tLO-
f..lEV xal. EV 'tai~ n:Aa'teLUl~ ~f..lOOV ebtba;a~·
27 xal. EQEL A.éywv 'Úf..lLV' oux oiba 'Úf..l<l~· an:ÓO'tll'tE an:' Ef..lO'Ü
[otD EQya~Óf..lEVOl 't~V Ó.VOf..lLUV.

Q 13,29.28
Vendrán muchos de oriente y occidente
Mt 8, 11-12 Le 13, 28-29
29 [xal. n:oA.A.ol.D ano ava'toAoov xal. bUOf..lOOV i];oumv xal.
avaXAl{}TJOOV'tal
28 f..lE'ta 'A~Qaaf..l xal. 'Iaaax xal. 'Iaxw~ ev 'tft ~amA.d~
'tO'Ü -6eo'Ü, ['Úf..l<Ei>~D be. ex~A.[r¡{}Tja<ea-6e> EL~ 'tO OXÓ'tO~ 'toD
e;w[tEQOvD· EXEL EOÚll ó xA.aUOf..lO~ xal. ó ~QUYf..lO~ 'tOOV
obÓV'tWV.
El texto de Q en griego y en español 175

EvTom 96, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Jesús [dice]: El reino del Padre se parece a [una] mujer.

( 2) Tomó un poco de levadura, la ocultó en harina, (e) hizo con ella


grandes panes.

Q 13,24-27
No os conozco
Mt 7, 13-14.22-23; 25, 10-12 Le 13,24-27
24 Entrad por la puerta estrecha, porque muchos tratan de en-
trar y [sonD pocos [los <que entran por> ellaD.
25 Pues cuando [se levante el dueño de la casaD y cierre la
puerta [y empecéis a llamar a la puerta desde fueraD diciendo:
Señor, ábrenos. Él os responderá diciendo: No os conozco.

26 Entonces empezaréis a decir: Hemos comido y bebido


contigo, y has enseñado en nuestras plazas.
27 Y él os dirá: No os conozco. Apartaos de mí, malhechores.

Q 13,29.28
Vendrán muchos de oriente y occidente
Mt 8, 11-12 Le 13, 28-29
29 [Y muchosD vendrán de oriente y de occidente y se sentarán

28 con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios, pero [vo-


sotros seréisD expulsados [a las tinieblas deD fuera. Allí será el
llanto y el rechinar de dientes.
176 El Documento Q

Q 13,<30>
Los últimos serán los primeros
Mt 20, 16 Le 13, 30
[ .. eoovtm OL E<JXU'tol JtQ<irtot xai. OL JtQ<irtol E<JXU'tOt.D

Me 10,31
:nolloi. bf: E<JOvtaL :ltQ<Í>tOL eoxatOL xai. ot eoxm:ot :ltQ<Í>tOL.

EvTom 4, 2 (P. Oxy. 654)


OtL :noi..A.oi. E<JOvtaL :n[Q<i>tOL eoxatOL xai.] oí E<JXUtOL :ltQ<Í>tOL,

EvTom 4, 2 (Nag Hamrnadi 11 2)


ott :nolloi. eaovtm :JtQ<i>tm eoxatot,

Q 13,34-35
Lamento sobre Jerusalén
Mt 23,37-39 Le 13,34-35
34 'IEQO'U<JUA~J.l 'IEQO'U<JUA~J.l, f¡ <Í:rtOX'tEÍ.VO'U<Ja 'tOU¡; JtQO-
qJ~'ta¡; xai. A.dtot3oA.oüoa 'tou¡; á:rte<J'taAJ!Évov¡; :rtQo¡; au't~v,
:rtooáxt¡; T¡ttéAT)<Ja emovvayayetv 'ta 'tÉxva oov, 8v 'tQÓ:rtov
ÜQvt¡; e:rtl<J'Uváyet 't(aD voooí.a au'tfl¡; ú:rto 'ta¡; :rt'tÉQvya¡;, xai.
OUX i¡tl-EA~<JU'tE.
35 ibou a<pÍE'tm 'ÚJ.ltv ó oixo¡; 'ÚJ.l<'i>V. Aéyoo .. 'ÚJ.lLV, ou J.l~ i:bTJ-
'tE J.lE eoo¡; [T\;et (heD E'iJtTJ'tE" EUAOYTJJ.lÉVo¡; ó EQXÓJ.lEVO¡; EV
OVÓJ.lU'tl X'UQÍ.O'U.

Me 11, 9c
eul..oyru..tévoc; ó EQXÓJ.lEVoc; Ev OVÓJ.lUtL XUQÍOU"
El texto de Q en griego y en español 177

Q 13,<30>
[Los últimos serán los primerosD
Mt 20, 16 Le 13, 30
1.. Los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos.D

Me 10, 31
Pues muchos primeros serán últimos, y los últimos primeros.

EvTom 4, 2 (P. Oxy. 654)


Porque muchos [primeros] serán [últimos, y] los últimos primeros.

EvTom 4, 2 (Nag Hammadi 11 2)


Porque muchos primeros serán últimos.

Q 13,34-35
Lamento sobre Jerusalén
Mt 23,37-39 Le 13, 34-35
34 Jerusalén, Jerusalén, que mata a los profetas, y apedrea a
los que le son enviados. Cuántas veces he querido reunir a tus
hijos, lo mismo que la gallina reúne a sus polluelos bajo sus
alas, y no habéis querido.

35 Por eso se os quitará vuestra casa. Os .. digo que no me ve-


réis hasta [que llegue «el momento» en queD digáis: Bendito
el que viene en nombre del Señor.

Me 11, 9c
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
178 El Documento Q

Q 14,<11>
[El que se exalta será humiUadoD
Mt 23, 12 Le 14, 11
[nd~ Ó 'Ú'\jHÚV ÉaU'tOV 'tU3tELVOO'fhíOE'taL, xai. Ó 'tU3tELVOOV eau-
'tOV 'Ú'\jJoo-fhíoe-rm.D

Q 14, 16-18.¿19-20?.21.23
Los invitados a la gran cena
Mt 22, 1-14 Le 14, 15-24
16 av-6-goonÓ~ n~ E3tOLEL bei3tvov [¡..tÉya, xai. EXÚAEOEV
noA.A.oiJr;D
17 xai. anÉO'tEtAEV -rov boüA.ov au-roü [-rñ rogq. 'tO'Ü beí.nvouD
ElJtELV 'tO~ xexA.r¡¡..tÉVOLt;" EQXE0-6-E, on i¡br¡ ELOL¡..tá EO'tLV.
18 ... aygóv, ..
¿19? ..
¿20? ..
21 «xai. < > ó boüA.o~ < > -r<p xugí.c:p au-roü -rau-ra.» -róu
ogyto-6-Ei.~ ó otxobeonó-rr¡r; ebtev -rcp boúA.c:p au-roü·
23 e;eA.-6-e d~ 'tU~ óboiJ~ xai. ooou~ eav E'Üg<n~> xaA.éo<ov>
tva ye¡..ttofrñ ¡..tou ó oixor;.

EvTom 64 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEL 'lrtooü~· avttQÚ>Jt<p nvi. ~ÉvOL ~oav· xai. ÉT04J.Úoar; 'tO
OELJtVOV aJtÉ<TtEIÁEV "COV OOÜAOV auwü tva xaAéon wur; ~Évour;.
(2) ~Attev JtQOt; 'tOV JtQÜ>TOV (xai.) EUtEV au'tq>· Ó XÚQI.Ót; ¡.tOtl xa-
AEI OE.
(3) e&tev· CxQy'ÚQLa eoávewa E¡.tJtÓQOLc;, o'L EAEÚOOV'tm 'tTJt; ÉoJtÉ-
Qar;· JtOQEÚOO¡.taL EJtL'tÚOOELV au'toic;, JtUQaLTOÜ¡.taL JtEQL "COÜ OEÍJt-
VOtl.
(4) EAttwv JtQOt; hEQOV EUtEV au'tq>· ó XÚQLÓc; ¡.tOtl EXÚAEOÉV OE.
(5) EUtEV au'tq>· OLXLUV ~YÓQaOa xai. ahoüOLV ¡.tE ~¡.tÉQav· OUX
EUXULQÜ>.
(8) EAttwv JtQO~ E"CEQOV EUtEV au'tq>· ó XÚQI.Ór; ¡.tOtl XUAEL OE.
El texto de Q en griego y en español 179

Q 14,<11>
[El que se exalta será humilladoD
Mt 23, 12 Le 14, 11
[Todo el que se exalta a sí mismo será humillado, y el que se
humilla a sí mismo será exaltado.D

Q 14, 16-18.¿19-20? 21.23


Los invitados a la gran cena
Mt 22, 1-14 Le 14, 15-24
16 Un hombre preparó una [granD cena [e invitó a muchosD.

17 Y envió a su siervo [a la hora de la cenaD para decir a los


invitados: Venid, porque ya está preparada.
18 «Uno se excusó a causa de su» campo.
¿ 19? «Otro se excusó a causa de sus negocios».
¿20? ..
21 «Y el siervo <regresó y dijo> todo esto a su señof)). En-
tonces, el dueño de la casa, muy enfurecido, dijo a su siervo:
23 Sal a los caminos y llama a los que encuentres para que se
llene mi casa.

EvTom 64 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: Un hombre tenía huéspedes, y cuando hubo prepa-
rado la cena envió a su siervo para que invitara a los huéspedes.
(2} Fue al primero (y) le dijo: Mi señor te invita.

(3) Él dijo: He prestado dinero a unos comerciantes, que vendrán


por la tarde. Iré para darles instrucciones. Me excuso de «asistir» a
la cena.
(4) Fue a otro y le dijo: Mi señor te ha invitado.
(5) Él le dijo: He comprado una casa y me requieren un día. No
podré «im.
(8) Fue a otro y le dijo: Mi señor te invita.
180 El Documento Q

(9) EUtEV a\mp· X<.Í>J.LfiV ftYÓQaoa (xai) 1toQEÚOJ.LaL A.ajMv ,;ov


J.LUJ'ftóv· OU buvi)OOJ.LaL EAikLV, :JtUQUL"tO'ÜJ.LaL.
(6) EQXÓJ.LEVO~ :JtQO~ E"tEQOV EUtEV au,;q>· ó XÚQLÓ~ J.LOU xaA.Et OE.
(7) EUtEV au,;q>· ó <pí.A.o~ J.LOU YUJ.LTJOEL xai eyw bEi:n:vov 3t0LTJ00)"
ou buvr]ooJ.Lat ÉA.itEiv, :n:aQat"tO'ÜJ.Lat :JtEQL ,;oü bEÍJrVou.
(10) ÉQXÓJ.LEVO~ ó boüA.o~ EUtEV "tql XUQÍ.<p UU"tO'Ü" oü~ exáA.Eoa~
E~ ,;o bEt:n:vov :n:aQn"ti)oavw.
(11) EUtEV ó XÚQLO~ "tcp boúA.<p au"toü· e;EA.itE e;ro E~ "ta~ Mou~
(xai.) 000\J~ EUV EÜQn~ doáyayE LVa bEL:JtVTÍOOOOLV.

Q 14,26
Odiar a la propia familia
Mt lO, 37 Le 14, 26
[<oc;>] OU J.I.LOEi 'tOV 3tU'tÉQU 'X.UL 't~V J.I.TJ'tÉQU OU <bÚVU'tUL
elvuí> J.I.OU <J.I.Uih¡'t~c;>, 'X.UL [<oc;>] <ou J.I.LOEi> 't<o>v ULOV
x.ut 1:<~v> &uyu'tÉQU ou búvu'tat Elvut J.I.OU J.I.Uih¡'t~c;.

Me 10, 29b
oubEú; EO"tLV o~ a<pfjXEV otxí.av i\ abEA<pOU~ i\ abEA.<pa~ i\ J.Lfl'tÉQa
i\ :n:a'tÉQU i\ 'tÉxva i\ ayQOU~ EvEXEV EJ.LO'Ü xai EvEXEV 'tO'Ü Euayye-
A.í.ou,

EvTom 55 (Nag Harnmadi 11 2)


{1) AÉyEL 'lr¡ooü~· OO"t~ ou J.LwTJOEL 'tOV :n:a'tÉQa au'toü xai 'ti]v
J.Lfl"tÉQa auwü ou buvr]oE'tat Elvaí. J.LOU J.Laitr¡,;i)~.
(2) xai OO"t~ ou J.LwTJOEL 'tOU~ abEA.<pou~ aU"tO'Ü xai 'tU~ abEA.<pa~
aU'tO'Ü xai ou f3aO"táOEL 'tOv O"tUUQOV UU"tO'Ü 00~ eyoo, ou YEvTJOE-
"taÍ. J.LOU a;LO~.

EvTom 101, 1-2 (Nag Harnmadi 11 2)


{1) UÜO"t~ ou J.LLoTJOEL ,;ov :n:a["tÉQa] auwü xai ,;i]v J.Lfl"tÉQa au'toü
00~ ty<.Í> OU buvi)oE'tat ElvaÍ. J.LOU J.L[aitr¡'t)TJ~·
(2) xai OO"t~ [ou] <pLATJOEL ,;ov [:n:a"tÉQa] au,;oü [xa]i "ti]v J.Lfl"tÉQa
UU'tO'Ü 00~ eyoo ou buvi)OE'tat Elvaí. J.LOU J.L[aitr¡'ti)~].
El texto de Q en griego y en español 181

(9) Él le dijo: He comprado una aldea (y) voy a recibir las rentas.
No podré ir. Me excuso.
(6) Fue a otro y le dijo: Mi señor te invita.
(7) Él le dijo: Se casa mi amigo y prepararé una cena. No podré ir.
Me excuso de «asistir» a la cena.
( 10) El siervo regresó y dijo a su señor: Los que habías invitado a la
cena se han excusado.
( 11) El señor dijo a su siervo: Sal fuera a los caminos (y) trae a los
que encuentres para que cenen.

Q 14,26
Odiar a la propia familia
Mt 10, 37 Le 14,26
a<El que>D no odia a «SU» padre y a «SU» madre no <puede
ser discípulo> mío, y [<el que>D <no odia> a «SU» hijo y a
«SU>> hija no puede ser discípulo mío.

Me 10, 29b
Nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o pa-
dre o hijos o campos por mí y por el evangelio ...

EvTom 55 (Nag Hammadi 11 2)


(1) Dice Jesús: Todo aquel que no odie a su padre y a su madre no
podrá ser discípulo mio.
(2) Y todo aquel que no odie a sus hermanos y a sus hermanas, y no
toma su cruz como yo, no será digno de mí.

EvTom 101, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Todo aquel que no odie a su [padre] y a su madre como yo, no
podrá ser [discípulo] mío.
(2) Y todo aquel que [no] ame a su [padre y] a su madre como yo,
no podrá ser [discípulo] mío.
/82 El Documento Q

Q 14,27
Tomar la propia cruz
Mt 10, 38 Le 14, 27
.. o~ ou AUJ.l~clVEL 'tOV O'taUQOV aU'tOU xai. clXOAOU'ftEt
o3tÍ.ow J.I.OU, ou búva,;m eivaí. J.I.OU J.tafuJ,;T)~.

Me 8, 34b
EL 'tL~ itÉI..EL (míow IJ.O'U axoA.ouiteiv. a:rtUQVTJOáoitw ÉaU'tOV xai.
UQÚ't(l) 'tOV <Tt'U'UQOV aÜ'tOÜ xai. axoA.ouitehw IJ.OL.

EvTom 55, 2 (Nag Hammadi 11 2)


xai. O<Tt~ oü IJ.LOEL 'tOU~ abeA.q¡ou~ aÜ'tOÜ xai. 'tCt~ abeA.q¡a~ aÜ'tOÜ
xai. oü ~amá~EL 'tOV <Tta'UQOV aÜ'tOÜ Ó>~ eycb, oüx YEvilOE'taÍ IJ.O'U
a; LO~.

Q 17,33
Ganar o perder la propia vida
Mt 10,39 Le 17,33
[óD EÚQ[<i>vD Ti¡v '\jJuxilv au'tOU a3to/..ÉOEL au,;T)v, xai. [óD a3to-
Mo[a~D 'tllV '\jJU)(llV aU'tOU [EVEXEV EJ.I.OUD EÚQTJOEL au'ti)v.

Me 8, 35
8~ yaQ ECtV 6-éA.n 'tTJV 'IPUXTJV aÜ'tOÜ o&om a:rtOA.ÉOEL aÜ'ti¡v· o~ b'
av a:rtOA.ÉOEL 'ti¡V 'IPUXTJV aÜ'tOÜ EVEXEV EIJ.OÜ xai. 'tOU eüayyeA.íou
ocboEL aiJ1:i¡v.

Q 14,34-35
La sal que pierde su sabor
Mt 5, 13 Le 14, 34-35
34 [xaA.ovD ,;o aA.a~· eav be ,;o aA.a~ J!O>Qav-ftñ, ev
,;Í.vL
[ clQ'tU D-fti)oE'tm;
35 oihE E~ yijv ou'tE E~ X03tQÍ.av [Eu-ftE'tÓv emLvD, [!;w ~áA.­
A.oumv au'tÓ.
El texto de Q en griego y en español 183

Q 14,27
Tomar la propia cruz
Mt 10, 38 Le 14, 27
.. El que no toma su cruz y viene detrás de mí, no puede ser
discípulo mío.
Me 8, 34b
Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que
cargue con su cruz y que me siga.

EvTom 55, 2 (Nag Harnmadi 11 2)


Y todo aquel que no odia a sus hermanos y a sus hermanas, y no to-
ma su cruz como yo, no será digno de mí.

Q 17,33
Ganar o perder la propia vida
Mt 10,39 Le 17,33
[El que encuentre] su vida la perderá, y [el que] pierda su pro-
pia vida [por mí] la encontrará.
Me 8, 35
Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su
vida por mí y por la buena noticia, la salvará.

Q 14,34-35
La sal que pierde su sabor
Mt 5, 13 Le 14, 34-35
34 [Buena] «es» la sal. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué
la [salarán]?
35 No [vale] ni para la tierra ni para el estiércol. La tiran fuera.
184 El Documento Q

Me 9, 49-50a
49 llc'i~ yaQ 1t'UQL áA.LO'Di¡oE'taL.
50a xaA.ov t'o &A.a~· Mv tl€ t'O &A.a~ avaA.ov yÉVT]t'm, ev t'LVL miTo
CtQt'ÍJOEt'E;

Q 16,13
Dios o Mammón
Mt 6, 24 Le 16, 13
ou6ei.~ 6úva'taL 6uol. XUQÍ.oL~ 6ouAeÚELV" ~ yaQ t'OV EVa
J.LL<JTÍOEL xal. t'OV E'tEQOV aymt~<JEL, ~ Évo~ avfré1;E'taL xal. 'tOÜ
É'tÉQOU xa'tal:pQOV~<JEL. ou 6úvaoite itecp 6ouA.eúetv xal.
J.LaJ.LooV(i.

EvTom 47,2 (Nag Hammadi 11 2)


xat oil Mvat'm tloüA.o~ tluot XUQLOL~ A.at'QEÍletv. i1 t'OV eva
t'LIJ.ftOEL xat t'OV ETEQOV Ú~QLOEL.

Q 16,16
Desde Juan se anuncia el reino de Dios
Mt 11, 12-13 Le 16, 16
ó .. VÓJ.LO~ xal. oí. 3tQOI:pf\t'aL [Ew~D 'Iwávvou· arro 'tÓ'tE ~ ~a­
oLM:í.a 'tOÜ iteoü ~LÚ~E'taL xal, ~La<J'taL clQ3tÚ~OU<JLV aÜ't~V.

Q 16,17
La ley no pasará
Mt 5, 18 Le 16, 17
[euxomÍ>'tEQOV 6é emtv 'tovD oÜQavo[vD xal. ['ti)vD yf\[vD rra-
QEA.{}[etv ~ i.oo'ta EV ~D J.Lí.a[vD XEQaí.a[vD 'tOÜ VÓJ.LOU [rreoetvD.
El texto de Q en griego y en español 185

Me 9, 49-50a
49 Todos van a ser salados con fuego.
50a Buena es la sal. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la
salaréis?

Q 16,13
Dios o Mammón
Mt6, 24 Le 16, 13
Nadie puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará
al otro; o se pegará a uno y despreciará al otro. No podéis ser-
vir a Dios y a Mammón.

EvTom 47,2 (Nag Hammadi 11 2)


Y no puede un siervo reverenciar a dos señores, pues honrará a uno
y afrentará al otro.

Q 16,16
Desde Juan se anuncia el reino de Dios
Mt 11, 12-13 Le 16, 16
.. La ley y los profetas «llegan» [hasta] Juan. Desde enton-
ces el reino de Dios sufre violencia y los violentos tratan de
apoderarse de él.

Q 16, 17
La ley no pasará
Mt 5, 18 Le 16, 17
[Antes] pasarán el cielo y [la] tierra, [que se pierda una letra
o] una coma de la ley.
186 El Documento Q

Me 13,30-31
30 'Af.tTJV Myw 'Úf.ti:V O'tL ou f.tTJ :7taQÉA.itrJ ~ yEvEÓ. aün¡ f.I.ÉXQtc; o'Ú
'tU'Ü'tU J'tÓV'ta yÉV1'J'taL.
31 ó ouQavo~ xat ~ yii l'tUQEAE'ÚooV'tm, ol M A.óym f.tOU ou f.I.TJ
J'tUQEAE'ÚOOV'taL.

Q 16,18
El repudio provoca adulterio
Mt5,32 Le 16,18
J't<'i~ Ó a:rtoA:Úwv "tTJV yuvaixa aumu [xat yaJ!&V <aA.A:r1v>D
J.I.OLXEÚEL, xai Ó cl:JtOAEAUJ.lÉVfiV yaJ!WV J.lOLx[EÚELl

Me 10, 11b-12
llb o~ av cmoA.úon 'tTJV yuvai:xa UU'tO'Ü xat YUf.t~OTI aAA1'JV
f.tOLXO'taL El't' aut~v·
12 xat Eó.v auti] cmoA.'Úoaoa 'tOV aVÓQa autii~ YUf.t~OTI aA.A.ov
f.tOLXO'taL.

Q 17,1-2
No escandalizar a los pequeños
Mt 18, 7.6 Le 17, 1-2
1 &.váyxrJ eA.ftetv "tU oxáv~aA.a, :rtA.T]v ouat ~L' oú EQXE'taL.

2 A.umteA.et au"t<'iJ [dD A.tfto~ J.l'UALXO~ :rtEQtXeL·taL :rtEQi tov


tQáX'YJAOV autou xat EQQL:Jt"taL d~ ti]v ftáA.aooav ii tva
oxav~aALOTJ t&v J!LXQWV to'Únov eva.

Me 9, 42
Kai o~ av oxavóaA.í.<Jn eva 'tOOV f.tLXQOOV 'tO'Ú't(JJV 'tOOV J'tLO'tEUÓV'tWV
E~ Ef.tÉ, xaA.óv EO'tLV aut<¡> f.I.ÜAAOV EL J'tEQLXEL'taL f.t'ÚAO~ OVLXO~ J'tE-
Ql tov tQáxr¡A.ov autoü xat ~é~A.rttm d~ ti]v -6áA.aooav.
El texto de Q en griego y en español 187

Me 13,30-31
30 Os aseguro que no pasará esta generación antes de que todo es-
to suceda.
31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Q 16,18
El repudio provoca adulterio
Mt 5, 32 Le 16, 18
Todo el que repudia a su mujer [y se casa con <otra>D comete
adulterio, y el que se casa con una repudiada comete adulterio.

Me 10, 11b-12
11 b El que repudie a su mujer y se case con otra comete adulterio
contra ella;
12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Q 17, 1-2
No escandalizar a los pequeños
Mt 18, 7.6 Le 17, 1-2
1 Es inevitable que haya escándalos, pero ay de aquel que los
provoca.
2 Sería preferible [queD le ataran alrededor del cuello una pie-
dra de molino y le arrojaran al mar, antes que escandalizar a
uno de estos pequeños.

Me 9, 42
Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más
le valdría que le ataran alrededor del cuello una piedra de molino y
lo echaran al mar.
188 El Documento Q

Q 15,4-Sa.7
La oveja perdida
Mt 18, 12-14 Le 15,4-7
4 'tÍ.<; < > avfi'Qwn:oc; e; Ú¡..twv < > ex< > Éxa'tOV 1tQÓ~a'ta
xai [an:oA.éoac;D ev e; mhwv, ou[xi aqn]oDeL 'tcl evevr]xoV'ta
evvéa [en:t 'ta OQTJD xat n:oQeu['freic; ~TJ'tetD 'to [an:oA.wA.óc;D;
Sa xat eav YÉVTJ'taL EÚQELV au'tÓ,
7 A.éyw Ú¡..ttv O'tL xaí.QeL en:' aU't(i> ¡..tñllov ~ en:i 'tOLe;
EvEvTJXOV'ta evvéa 'tOLe; ¡.ti] n:en:AaVTJ¡..tÉVOL<;.

EvTom 107 (Nag Hammadi II 2)


(1) AéyEL 'ITJOOüc;· T¡ ~aot.I..Eí.a Ó¡.toí.a EO'tLV avftQÓ>:Jt<p :rtOL¡J.ÉVL
exovn EXa'tOV l'tQÓ~a'ta.
(2) ÉV Ev aU'tOi.c;, 'tO IJ.ÉYL<nOV, e:rtA.avi]th']. Xa'tÉALl'tEV 'tcl EvEvTJXOV-
'ta evvéa (xat) el;ÍJ'tTJOEV 'tO EV, eooc; EÜQTI aU'tÓ.
(3) XO:rti.Úoac; EmEV 'ti¡) l'tQO~Ú't<fl" iM/..oo OE :rtaQcl 'tcl EvEVTJXOV'ta
evvéa.

Q 15,<8-10>
[La moneda perdidaD
Le 15, 8-10
[8) [«~ 'tí.c; yuvi] exouoa Mxa l>Qax¡..tac; eav an:oA.éon
l>QaX¡..ti]v ¡..tLaV, OUXl U1t'tEL kÚXVOV xai. <JaQOL 'ti]V OLXLaV xai.
~TJ'tEL ewc; EÜQU;»D
[9) [«xai eÚQoüoa xaA.et 'tac; cpí.Aac; xai yehovac; A.éyouoa·
xáQTJ'tÉ ¡..tOL, O'tL e'ÚQOV 'ti]v l>Qax¡..ti]v f¡v amoA.eoa.»D

[10) [«o'Ü'twc;, A.éyw Ú¡..ttv, yí.ve'tm xaQa <e¡..tn:Qoo{}ev> 'tWV


ayyÉAWV en:i Évi á¡..taQiwA.(i> ¡..tE'taVOOÜV'tL.»D
El texto de Q en griego y en español 189

Q 15, 4-5a.7
La oveja perdida
Mt 18, 12-14 Le 15,4-7
4 ¿Quién de entre vosotros que tenga cien ovejas y [pierdaD
una de ellas, no deja las noventa y nueve [en el monteD y va a
[buscarD la [perdidaD?
5a Y si resulta que la encuentra,
7 os digo que se alegrará por ella más que por las noventa y
nueve que no se extraviaron.

EvTom 107 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: El reino es semejante a un pastor que tenía cien
ovejas.
(2) Una de ellas, la más grande, se extravió. Él dejó las noventa y
nueve, (y) la buscó hasta que la encontró.
(3) Cansado, dijo a la oveja: Te quiero más que a las noventa y
nueve.

Q 15,<8-10>
[La moneda perdidaD
Le 15, 8-10
[8D [«¿0 qué mujer que tenga diez dracmas, si pierde una
dracma, no enciende una lámpara y barre la casa, y busca has-
ta que la encuentra?»D
[9D [«Y cuando la encuentra llama a sus amigas y vecinas, y
les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la dracma
que había perdido».D
[10D [«Os digo que del mismo modo los ángeles se llenan de
alegría por un pecador que se convierte>>.D
190 El Documento Q

Q 17,3-4
Perdonar al hermano que te ofende
Mt 18, 15.21-22 Le 17, 3-4
3 eav ÚJ.laQ't~OTI [d~ oeD Ó abú.c.pó~ oou, btt'tÍ-Jlrtoov au'tq>,
xal. eav [f.lE'tavo~onD. ac.pe~ au'tq>.
4 xal. eav É:rt'tÚXL~ 'tij~ 'IÍJ.lÉQa~ ÚJ.laQ't~on d~ OE xal. É:rt'táx~
ac.p~OEL~ aU'tq>.

Q 17,6
Fe como un grano de mostaza
Mt 17, 20b Le 17, 6
EL EXE'tE 3tÍ.O'tLV 00~ xóxxov OLVÚ3tEW~, EA.ÉyE'tE av 'tÜ ouxa-
J.lÍ.Vq> 'taÚ'tTI' EXQL~OO-th)'tL xal. c.pu'teÚ-th)'tL ev 'tÜ -6-aA.áoon· xal.
Ú3t~XOUOEV av ÚJ.lLV.

Me 11, 22b-23
22b ÉXE'tE J'tL<TtLV ~EOÜ.
23 U!J.TJV A.éyw 'Ú!J.LV O'tL o¡; av ElrtTI 'tlP OQEL 'tO'Ú't<p' ÜQ-th]'tL xai
BA.~-th]'tL d¡; 'tTJV ~áA.aooav, xai !lTJ bLaXQL'frñ EV 'tÜ XaQbLQ au'tOÜ
aA.A.O. J'tL<TtE'ÚU O'tL o AOAEL YLVE'taL, É<TtaL au't<P.

EvTom 48 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'ITJOOü¡;· EUV Oúo ELeTJVE'ÚOWOLV Ev aA.A.~A.OL¡; EV !J.L(i xai 'tÜ
au'tñ OLXLQ, EQOÜOLV 'tlP OQEL' !J.E'tÚ~a xai !J.E'ta~~OE'taL.

Q 17,<20-21>
[El reino de Dios está dentro de vosotrosD
Mt 24,23 Le 17,20-21
[20D [« 'ErtEQW'trt-6-el.~ be rtó'te egxe'tm 1Í ~amA.eí.a 'tou -6-eou
anexgí.-th] aU'tOL~ xal. ehtev· oux EQXE'taL 1Í ~aOLAEÍ.a 'tOU
-6-eou f.lE'ta naga't'TIQ~oew~,»D
El texto de Q en griego y en español 191

Q 17,3-4
Perdonar al hermano que te ofende
Mt 18, 15.21-22 Le 17,3-4
3 Si tu hermano peca [contra ti], repréndele, y si [se arrepien-
te], perdónale.
4 Y si peca contra ti siete veces al día, perdónale siete veces.

Q 17,6
Fe como un grano de mostaza
Mt 17, 20b Le 17,6
Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta mo-
rera: Arráncate y plántate en el mar. Y os obedecería.

Me 11, 22b-23
22b Tened fe en Dios.
23 Os lo aseguro, el que diga a este monte: Quítate y arrójate al
mar, y no dude en su corazón, sino que crea que va a suceder lo que
dice, le sucederá.

EvTom 48 (Nag Hammadi II 2)


Dice Jesús: Si dos están en paz entre ellos en una misma casa, dirán
al monte: Quítate de ahí, y se quitará.

Q 17, <20-21>
[El reino de Dios está dentro de vosotros]
Mt 24, 23 Le 17, 20-21
[20] [ «Preguntado sobre cuándo vendría el reino de Dios,
les respondió diciendo: El reino de Dios no vendrá aparato-
samente».]
192 El Documento Q

[21D [ .. tbou robe ~· ... , «l.bou yaQ ~ ~am.Ada ,;oü iteoü f:v-
,;o~ -u 1..u:Ov eonv.»D

Me 13,21
Kat 'tÓ'tE Eáv ·n~ Úfli:V etnn· Lbe O>be ó XQL<nó~. tbe Éxet, Jltl 1tLO-
'tEÚetE'

EvTom 3, 1-3 (P. Oxy. 654)


(1) AÉYEL 'l[TJ(Ooü)~· eav] OL EA'XOV'tE~ <Ú>f.1d~ [eÜtOOOLV Úf.'LV'
tbou] tí ~amA.eí.a ev OUQa[vq>, Úfld~ qyfhíoe'tm] 'tU 1tt'tELvu 'toü
ouQ[avoü·
(2) f:av ¿)' EÜtOOOLV o]'tL Ú3t0 'ttlV y~v EOt[Lv, eLOEAeÚOOV'taL] OL
txtroe~ 't'fj~ -ftaA.á[OOTJ~ 1tQo<p-6áoav]'te~ 'ÚJ.Ld~·
(3) xat tí ~ao[ LA.eí.a 'tO'Ü -fteoü] EV'tO~ ÚJ1Ü>V [EO]'tL [ xax'tóc;.]

EvTom 3, 1-3 (Nag Hammadi II 2)


(1) AÉyEL 'ITJOOü~· EUV ot lÍYOÚf.'EVOL ÚJ.liic; emOOOLV 'ÚJ1LV' tbou tí
~amA.eí.a Ev Tq> OUQavq> EO'tLV, <p{híoe'tm 'Úf.'d~ 'tU 3tE'tELVU 'tO'Ü
OUQctVO'Ü.
(2) f:uv (b') emoomv ÚJ1LV' EV 'tñ -oa'A.áoon EO'tÍ.V, <p{híOOV'taL ÚJ.ld~
ot txtroe~.
(3) aA.A.u tí ~aoLA.eí.a EV'tO~ Úf.1Ü>V EO'tLV xal E'X'tO~ Úf.'WV.

EvTom 113 (Nag Hammadi II 2)


(1) Ehtov au'tq> ot J1ct-6Tj'taL aU'tO'Ü' 3tOÍ.~ ~f.'ÉQ~ EQXE'taL tí ~am­
A.eí.a;
(2) oux EQXE'taL f.'E'tU a¡¡;oxaQa¿)oxí.a~.
(3) oux ÉQoümv· t¿)oiJ O>be fJlliou f:xei:.
(4) aA.A.u tí ~amA.eí.a 'tO'Ü Jta'tQO~ EO'tQWJ.LÉVTJ EO'tLV E3tL 'tfi~ Yii~
xat OL av'ftQ003tOL OU ~Xi3tolJOLV aU't~V.
El texto de Q en griego y en español 193

[21D [«Y no dirán:» ¡Mira, aquí «está»!, o: «¡Allí está! Porque


el reino de Dios está dentro de vosotros».D

Me 13,21
Si alguno os dice entonces: ¡Mira, aquí está el Mesías! ¡Mira, «es-
tá» allí! No lo creáis.

EvTom 3, 1-3 (P. Oxy. 654)


(1) Dice Jesús: [Si] los que <os> engañan [os dicen: Mirad,] el reino
«está» en el cielo, «entonces» los pájaros del cielo [os precederán].

(2) [Si os dicen] que está debajo de la tierra, los peces del mar [en-
trarán precediéndo]os.
(3) Pues el reino [de Dios] está dentro de vosotros [y fuera.]

EvTom 3, 1-3 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: Si vuestros guías os dicen: Mirad, el reino está en el
cielo, «entonces» los pájaros del cielo os precederán.

(2) Si os dicen: Está en el mar, los peces del mar os precederán.

(3) Pero el reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros.

EvTom 113 (Nag Hammadi 11 2)


(1) Le dijeron sus discípulos:¿Qué día vendrá el reino?

(2) No vendrá con espectación.


(3) No dirán: ¡Mirad, aquí «está»!, o: ¡Mirad, allí «está»!
(4) Sino que el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los
hombres no lo ven.
194 El Documento Q

Q 17,23-24
El Hijo del hombre llegará como un rayo
Mt 24, 26-27 Le 17, 23-24
23 ea.v ElJt(l)<JLV ÚflLV' tbou ev tñ EQTJflq> EOtÍV, fl~ E;éJ.:fhltE'
tbou Ev tois taf!Eíms, fl~ btó>;TJtE'
24 &mtEQ yó.g tí UOtQU3t~ E;ÉQX,Etm ano
avatoA.<i>v xat q>aí-
VEtm ews bUOflWV, O'Ütws EOtaL [óD uí.O[sD tO'Ü av-6-gc:.ímou
[Ev tñ tífléQ~ autoüD.

Me 13, 21
Kat 'tÓtt Eáv tL~ Ú¡..tiv ELltTI' 'Lbt eMe ó XQLO'tÓ~, tbe EXEI, 1-1.~ ltLO-
tEÚEtE'

EvTom 3, 1-2 (P. Oxy. 654)


(1) f.i.ytt 'I[rt(ooük Mv] ot eA.xovtt~ <ú>¡..ta~ [E'Lmomv Ú¡..tiv·
l.bou] ~ ~amA.Ei.a Ev ouQa[vcp, Ú¡..ta~ cp'fhíoetm] ta ltttttva toü
ouQ[avoü·
(2) EclV b' EL3t<OOLV o]tt ÚltO ~V y~v Eot[tv, ELOEAEÚOOvtat] ot
l.x&úe~ tfJ~ -3aA.á[oort~ ltQocp-3áoav]tt~ Ú¡..ta~·

EvTom 3, 1-2 (Nag Hammadi 11 2)


(1) Aéytt 'Irtooü~· Mv ot ~yoú¡..tevot Ú¡..ta~ dmomv Ú¡..tiv· l.bou ~
~amA.Eta Ev 'tcp ouQavcp Eottv, cp-3~ot'tat Ú¡..ta~ ta ltttttva toü
OUQUVOÜ.
(2) Eav (b') e'tltoootv Ú¡..tiv· EV tñ -3aA.áoon Eotí.v, cp'fhíoovtm ú¡..ta~
ot l.x&úe~.

Q 17,37
Los buitres alrededor del cadáver
Mt 24,28 Le 17,37
onou to nt<i>fla, EXEi ouvax.{}i)oovtm oí. ÜEtoí..
El texto de Q en griego y en español 195

Q 17,23-24
El Hijo del hombre llegará como un rayo
Mt 24, 26-27 Le 17, 23-24
23 Si os dicen: ¡Mirad, está en el desierto! No salgáis. ¡Mirad,
está dentro de casa! No vayáis detrás.
24 Porque así como el relámpago brilla desde occidente has-
ta oriente, así aparecerá el Hijo del hombre [en su día].

Me 13,21
Si alguno os dice entonces: ¡Mira, aquí está el Mesías! ¡Mira, está
allí! No lo creáis.

EvTom 3, 1-2 (P. Oxy. 654)


( 1) Dice Jesús: [Si] los que <os> engañan [os dicen: Mirad,] el
reino «está» en el cielo, «entonces» los pájaros del cielo [os pre-
cederán].
(2) [Si os dicen] que está debajo de la tierra, los peces del mar [en-
trarán precediéndo]os.

EvTom 3, 1-2 (Nag Hammadi II 2)


(1) Dice Jesús: Si vuestros guías os dicen: Mirad, el reino está en el
cielo, «entonces» los pájaros del cielo os precederán.

(2) Si os dicen: Está en el mar, los peces del mar os precederán.

Q 17,37
Los buitres alrededor del cadáver
Mt24, 28 Le 17,37
Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres.
196 El Documento Q

Q 17' 26-27.¿28-29? .30


Como en los dias de Noé
Mt24, 37-39 Le 17,26-30
26 .. (xa-6-ci>~D .. [eyÉvno ev-cDaii~D ~JlÉQal(~D NooE, oihoo~
EO'taL [ev -c<ñ> ~J1ÉQ<~>D 'tO'Ü UÍ.O'Ü 'tO'Ü av-6-Q<Ímou.
27 [Ó>~ yaQ ~oav ev -cai~ ~JlÉQm~ exdvm~D 'tQ<Í>yov-cE~ xai.
:n:tvov-cE~, yaJ10'ÜV'tE~ xai. yaJ1tl;[ov-cE~D. ÜXQL ~~ ~JlÉQa~
doijA.-6-Ev NooE El.~ -c~v xtf3oo-cóv, xai. ~A.-6-Ev ó xa-caxA.uoJ1Ü~
\ T e1

xm TJQEV a:n:av-ca~,
¿28-29? ..
ñ
30 o{hoo~ EO'taL xai. ~JlÉQ~ ó uí.O~ 'tO'Ü av-6-Q<Í>:n:ou a:n:oxa-
A.'Ú :n:'tE'tm.

Q 17,34-35
A uno se lo nevarán y a otro lo dejarán
Mt 24, 40-41 Le 17, 34-35
34 A.Éyoo ÚJ1iV, E<JOV'taL b'Úo [ev
-cq> ayQq>], E~ :n:aQaAaJ1f3á-
VE'taL XaL' EL~
T
a<:pLE'taL"
' '

35 b'Úo aA.~-6-ouom Ev -cq> Jl'ÚA<p, J1La :n:aQaAaJ1f3ávE'taL xai.


JJ.La acptE-cm.

Me 13, 16
xat 6 EL~ 'tOV ayQOV ¡.t~ btt<nQE'ljlá'tro d~ 'tU 03tL(J(O dQaL 'tO í.¡.tá-
'tLOV mJ'toü.

EvTom 61, 1 (Nag Hammadi 11 2)


AÉyEL 'ITJOO'Ü~· Mo av~JtaÚ<JOVtaL e:n:l. XALVTJ~, 6 E~ a:n:o'ftavEi'taL,
6 E~ t~<JE"taL.
El texto de Q en griego y en español 197

Q 17, 26-27.¿28-29?.30
Como en los días de Noé
Mt 24,37-39 Le 17,26-30
26 .. [Como sucedió en losB días de Noé, así será [en el díaB
del Hijo del hombre.
27 [Pues así como en aquellos díasB comían y bebían, se ca-
saban y se entregaban en matrimonio, hasta el día en que Noé
entró en el arca, y llegó el diluvio y se los llevó a todos.

¿28-29? ..
30 Así será también el día en que el Hijo del hombre se ma-
nifieste.

Q 17,34-35
A uno se lo llevarán y a otro lo dejarán
Mt 24, 40-41 Le 17, 34-35
34 Os lo aseguro: Estarán dos [en el campoB; a uno se lo lle-
varán y a otro lo dejarán.
35 «Estarán» dos moliendo en el molino; a una se la llevarán
y a otra la dejarán.

Me 13, 16
El que esté en el campo, que no regrese para tomar su capa.

EvTom 61, 1 (Nag Hammadi 11 2)


Dice Jesús: Dos descansarán en el lecho; el uno morirá, el otro vivirá.
198 El Documento Q

Q 19, 12-13.15-24.26
El dinero confiado a los siervos
Mt 25, 14-30 Le 19, 12-26
12 .. civftQ003tÓ~ 'ti; 03tObTJJ.U:OV
13 exá.A.Eoev béxa boúA.ou~ EU'U'tO'Ü xat éboo'X€\' ain:o~ béxa
J1Vd~ [xat ebtev aÜ'to<i>~· n;gayJ1a'teúoacrf}e f:v 4> ÉQXOJ1at).
15 .. (J1E'taD .. [n;oi.:uv xgóvovD egxum ó xúgw~ 't<i>v
boúA.oov exeivoov xat O'Uvaí.Qet A.óyov J.LE't' aÜ't<i>V.
16 xat [<~>A.ikev>D ó 3tQOO'tO~ A.éyoov· XÚQLE, 1Í J1Vd oou
béxa 3tQOOTJQYá.oam J1Vd~.
17 xat ebtev aÜ'tql' dí, aya-6-e boüA.E, E3tL óA.í.ya ~~ 3tLO'tÓ~,
en;t rtoA.A.<i>v oe xa'taO'tiJooo.
18 xat ~A'frev Ó [bEÚtEQo~D A.éyoov· XÚQLE, TJ J1Vd OO'U
E3tOLTJOEV 3tÉV'tE J1Vd~.
19 ebtev [au'tDq>· [elí, aya-6-e boüA.E, en;t óA.í.ya ~~ rttO'tó~.D
en;t n;oU<i>v oe xa'taO'tiJooo.
20 xat ~A.-6-ev ó E'tego~ A.éyoov· XÚQLE,
21 [eyvwvD oe fut axATJQO~ el avftgoon;o~, -6-egí.t;oov on;ou oüx
É03tELQa~ xat O'Uvá.yoov Oftev oü bteaxÓQmoa~, xat <po~[TJ-
-6-e~ an;eA.-6-ci>VJ EXQ'U'tl'a [<ti]v J1Vdv> oouD EV [tñ YñD· tbleB
exe.; to oóv.
22 A.éyet autqr 3tOVTJQE boüA.e, ñbet~ OtL -fregí.t;oo 03tO'U oüx
E03tELQU xat O'Uvá.yoo o-6-ev oü bteoxógmoa;
23 [ébet oe olív ~aA.eivD J10'U t[a) agyúgL[a to~D 'tQU3tE-
t;[ha.;D, xat eA.-6-ci>v eyci> EXOJ1LOÓ.J1TJV av to EJ10V oilv tÓXq>.
24 clQUtE olív an;' aütoü ti]v J1Vdv xat bóte t<P EXOV'tL ta~
béxa J1Vd~·
26 t<P [yagD exoV'tt n;aV'tt bo-6-TJoum, toü be J1TJ exoV'to~
xat o EXEL ag-6-TJoetaL art' aütoü.

Me 13,34
'Q~ av6Q0>3t0~ clJtÓbTJJ.LO~ cl<JlE~ ri)v OLXLaV Ull'tOÜ XUL bou~ 'tOLe;
boúA.ou; aÜ'tO'Ü 't~V e;ouoí.av Éxáonp 'tO EQYOV aU'tOÜ xat 'tlp
&ugwg<p EVE'tEí.A.a'tO í:va YQTJYOQñ.
El texto de Q en griego y en español 199

Q 19, 12-13.15-24.26
El dinero confiado a los siervos
Mt 25, 14-30 Le 19, 12-26
12 .. Un hombre, al marcharse de viaje,
13 llamó a diez siervos suyos y les dio diez minas IIY les dijo:
Negociad hasta que regrese.D
15 .. [Al cabo de mucho tiempoD viene el señor de aquellos
siervos y les pide cuentas.
16 [VinoD el primero diciendo: Señor, tu mina ha producido
otras diez minas.
17 Y él le dijo: Bien, siervo bueno, has sido fiel en lo poco, te
pondré al frente de mucho.
18 Vino el [segundoD diciendo: Señor, tu mina ha dado cinco
minas.
19 Él [IeD dijo: [Bien, siervo bueno, has sido fiel en lo poco,D
te pondré al frente de mucho.
20 Y vino el otro diciendo: Señor,
21 [sabíaD que eres un hombre duro, que cosechas donde no
has sembrado y recoges de donde no has esparcido, y, por
[miedo, fuiD y escondí [tu minaD en [la tierraD. Aquí tienes lo
tuyo.
22 Él le dijo: Siervo malo, sabías que cosecho de donde no he
sembrado y que recojo de donde no he esparcido.
23 [Por eso tendrías que haber dadoD mi dinero [a los cambis-
tasD. y al volver yo habría recibido lo mío con los intereses.
24 Así pues, quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez
minas.
26 [PorqueD a todo el que tiene se le dará, y al que no tiene se
le quitará hasta lo que tiene.

Me 13,34
Es como aquel hombre que se marchó de viaje dejando su casa, y
encomendó a cada uno de los siervos su tarea, y encargó al portero
que vigilase.
200 El Documento Q

Mc4, 25
oc; yó.Q EX,EL, bo'fhí<JE'tat atl't<p· xat oc; oüx EX,EL, xat o EX,EL
Ó.Q'fhí<JE'tat 03t' aÜtOÜ.

EvTom 41 (Nag Hammadi 11 2)


(1) AÉyEt 'hJooüc;· omtc; EX,EL ev tñ X.ELQL aütoü, bo'fhíoE'tat aÜ't<p·
(2) xat O<J'ttc; oüx EX,EL, xat 'tO J.tL'XQOV oEX,EL ag'fhíoetat ó.3t' aütoü.

Q 22,28.30
Vosotros juzgaréis a las doce tribus de Israel
Mt 19, 28 Le 22, 28-30
28 'Ú~J.EL~ .. oí. axoA.outh]oavtÉ~ IJ.OL
30 .. xaft~oeofte e:rd. ftQÓV[ou~] XQLVOvtE~ ta~ 6ci>6exa
q¡uA.a~ toü 'loQa~A..
El texto de Q en griego y en español 201

Mc4, 25
Pues al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo
que tiene.

EvTom 41 (Nag Hammadi 11 2)


( 1) Dice Jesús: A aquel que tiene en su mano, se le dará.
(2) Y a aquel que no tiene, incluso lo poco que tiene se le quitará.

Q 22,28.30
Vosotros juzgaréis a las doce tribus de Israel
Mt 19, 28 Le 22, 28-30
28 .. Vosotros, los que me habéis seguido
30 .. os sentaréis sobre tronos para juzgar a las doce tribus
de Israel.
CONCORDANCIA

Introducción

Esta concordancia recoge sólo el vocabulario más significati-


vo de Q que aparece en El Documento Q en griego y en español,
excluyendo los artículos definidos, las preposiciones, las partícu-
las, los pronombres personales y los pronombres relativos. Todos
los verbos van precedidos de la sigla v. antes de la traducción es-
pañola. No se ha tratado de ofrecer un elenco completo de los
significados de bastantes términos griegos. Tales listas pueden
encontrarse en Frederick William Danker, A Greek-English Lexi-
con of the New Testament and Other Early Christian Literature
(tercera edición, basada en W. Bauer, Griechisch-deutches Wor-
terbuch zu den Schriften des Neuen Testaments und der früh-
christlichen Literatur, sexta edición; ed. Kurt Aland y Barbara
Aland, con Victor Reichmann, así como en las ediciones inglesas
anteriores de W F. Arndt, F. W. Gingrich y F. W. Danker, The Uni-
versity ofChicago Press, Chicago-London 2000), o bien en H. G.
Liddell-R. Scott-H. S. Jones, A Greek-English Lexicon Clarendon
Press, Oxford 1968. En español puede consultarse H. Balz-G.
Schneider (eds.), Diccionario exegético del Nuevo Testamento,
2 vols. (BEB 90-91 ), Sígueme, Salamanca 22001 y 22002.
La presentación de la concordancia permite una fácil identifi-
cación visual de los diversos tipos de vocabulario presentes en Q:
3, 7 Las citas en negrita se refieren al vocabulario que se
encuentra al mismo tiempo en Lucas y en Mateo, y
por tanto constituye el vocabulario «mínimo» de Q.
Sin embargo, esto no significa que necesariamente
las palabras en negrita aparezcan en el mismo caso o
tiempo en Mateo y en Lucas.
204 El Documento Q

3, 7 El tipo normal se utiliza para el vocabulario que se


encuentra en Mateo o en Lucas, y que el Proyecto In-
ternacional Q ha asignado a Q con una probabilidad
de {A} o {B}.
[3, 7D Las citas entre corchetes dobles designan el vocabu-
lario con probabilidad {e} que se encuentra en El
Documento Q en griego y en español, y por tanto en
la concordancia. Ahora bien, como puede suceder
que un verso completo sea asignado a Q con probabi-
lidad {e} y al mismo tiempo Mateo y Lucas coinci-
dan en el uso del mismo lexema, hay algunos casos
en los que el número aparece en negrita entre cor-
chetes, por ejemplo, "A.éyw Q [12, 54D. En este caso,
tanto en Mateo como en Lucas, encontramos "A.éyE'tE,
pero debido a que el verso en su conjunto no se asig-
na con seguridad a Q, aparece entre corchetes [ D.
«12, 33» Este tipo de comillas señala el vocabulario de las fra-
ses que parecen haber tenido su origen en Q, pero que
ahora sólo reflejan el sentido general de lo que conte-
nía Q. Esta sigla se utiliza normalmente para frases y
versículos que se encuentran sólo en un evangelio
([«Q!Mt 5, 4h>]; «12, 33»; [«12, 49))]; «14, 21a));
[«15, 8-10))]; «17, 20.21b))). Aunque parece que el
versículo o la frase proceden de Q, es imposible re-
construir el texto completo o determinar con un cier-
to grado de probabilidad la formulación exacta de Q
que subyace a la redacción del evangelista.
3, 7 Las citas en cursiva designan el vocabulario que no se
encuentra en Q, debido a que se le ha asignado una
probabilidad {D} o {U}. No distinguimos entre el vo-
cabulario tipo {D} y {U}, pero el lector de El Docu-
mento Q en griego y en español puede determinar con
facilidad si ellexema en cuestión se encuentra sólo en
Mateo o en Lucas, puesto que su lugar estará señalado
en la columna de Q con ( ) si el texto se encuentra só-
lo en Mateo, y con [ ] si se encuentra sólo en Lucas.
Los pasajes {U}, puesto que son indeterminados, es-
tán señalados con [( )] en la columna de Q cuando
Concordancia 205

existe texto tanto en Mateo como en Lucas. En estos


casos, el vocabulario mateano y lucano del tipo {D}
se incluye en la concordancia, así como las palabras
de Mateo y de Lucas en el caso de vocabulario del ti-
po {U} cuando existe texto en Mateo y en Lucas.
La decisión de incluir el vocabulario {D} y {U}, a
pesar de que obviamente se corre el riesgo de incluir
datos redaccionales en la concordancia, puede ser un
exceso de inclusividad, pero esta opción es preferible
a la de excluir ambos grupos de vocabulario. Hay al-
gunos casos en los que el sentido de Q es bastante
claro, a pesar de que el Proyecto Internacional Q no
ha sido capaz de decidirse entre Mateo y Lucas. Por
ejemplo, en Q 4, 2, Mateo dice V'T)<rtEÚoa; (ayunan-
do), mientras que Lucas dice OU'X ecpayev ouf:lev (no
comió nada). El PIQ no encontró argumentos para de-
cidir entre las dos opciones, y en consecuencia regis-
tró la variante como {U} en el texto de Q. Ahora bien,
puesto que hay un acuerdo básico entre Mateo y Lu-
cas en el significado, parece preferible incluir ambos
grupos de vocabulario en la concordancia en lugar de
excluirlos, porque esto implicaría excluir una coinci-
dencia básica de sentido.
< 16, 18> Los editores de El Documento Q en griego y en espa-
ñol han considerado a veces necesario proponer lec-
turas hipotéticas, que aparecen en el texto crítico de
Q y en la concordancia entre corchetes angulares. En
la mayoría de los casos dichas lecturas poseen cierta
base en Mateo o en Lucas. Por ejemplo, en Q 16, 18,
Mateo no posee un texto válido, mientras que Lucas
dice Él:ÉQaV, que es probablemente un término luca-
no. En este caso, se ha propuesto como lectura hipo-
tética de Q <aA.A.T)v>, y por ello <16, 18> aparece en
la concordancia bajo aA.A.o;.
206 El documento Q

Concordancia

"A~ü(Abel) a6uw; (injusto)


Q 11, SI Q[6, 35]
'A~QUUJ.I. (Abrahán) aetó; (buitre)
Q 3, 8; 3, 8; I3, 28 Q 17,37
&.ya·M; (bueno) &-6-etÉU> (v. rechazar)
Q [6, 35]; 6, 4S; 6, 4S; 6, 4S; Q[l. 30]
11, I3; 11, 13; I9, I7; [19, al1.1.a (sangre)
19] Q 11, SO; 11, SI; 11, SI
ayallLám (v. exultar) atQoo (v. tomar, llevar, quitar)
Q[6, 23] Q 4, 11; 17, 27; I9, 24; I9, 26
&.ya:náoo (v. amar) ai.tÉm (v. pedir)
Q6,27;6,32;6,32; I6,I3 Q 6, 30; 11, 9; 11, IO; 11, 11;
ayyaQE'ÚU> (v. obligar) 11, I2; 11, I3
Q [6, 29+-+30/Mt 5, 41] &.xá-6-aQto; (impuro)
ayye/..o; (ángel, mensajero) Q 11,24
Q 4, IO; 7, 27; 12, 8; 12, 9; axav-6-a (espinas)
[« 15, 10») Q6,44
áyLá~oo (v. santificar) &.xo/..ou-6-Ém (v. seguir)
Q 11,2 Q7,9; 9,S7; 9,60; 14, 27; 22,28
ayw; (santo) &.xo'Úoo (v. oír, escuchar)
Q [3, 16]; [3, 22]; I2, IO; [12, Q 6, 47; 6, 49; 7, 9; [7, 18]; 7,
12] 22; 7, 22; [7, 29]; IO, 24;
&.yoQá (plaza) IO, 24; 10, 24; 11, 28; 11,
Q 1, 32; 11,43 3I; 12,3
&.yoQá~oo (v. comprar) axQaoí.a (ambición)
Q 14, 18; 14. 19; 17, 28 Q 11,39
ayQÓ; (campo) a/..a; (sal)
Q I2, 28; I4, I8; [17, 34] Q 14, 34; I4, 34
&.6e/..q¡ó; (hermano) __. al..euQOV (harina)
Q6,41;6,42;6,42; I7,3 Q 13,2I
Übl]/..o; (oculto) 0./..tí-6-m (v. moler)
Q 11,44 Q I7,3S
{i6l]; (Hades) allá (pero)
Q IO, IS Q1, 7; 7,2S; 7,26; 11,33; 12,S1
Concordancia 207

a>J..o~ (otro) avex'tó~ (soportable, llevadero)


Q6,29;7,8;<16, 18> Q 10, 12; 10, 14
aA.rov (era, parva) ave¡.to~ (viento)
Q3, 17 Q [6, 48); [6, 49D; 1, 24
aA.ó>JtfJ~ (zorra) ÜVfJ'ftov (eneldo)
Q9,58 Q 11,42
á¡.taQ'távro (v. pecar) n'VftQ (varón)
Q17,3;17,4 Q 11,32
á¡.taQ'troA.ó~ (pecador) Üv'ftQOOJtO~ (hombre, ser humano)
Q7,34;[«15, IO»D Q 4, 4; 6, 22; 6, 31; 6, 45; [6,
a¡.teMro (v. descuidar) 45B;6,48;6,49;7,8;7,25;
Q 14, 18 7, 34; 7, 34; 9, 58; 11, 11;
a¡.tiJv (amén) 11, 24; 11, 26; 11, 30; 11'
Q[l2, 44D 44; [11, 46D; [ti, 52); 12, 8;
a¡.t¡.to~ (arena) [t2, 8D; 12, 9; 12, 1o; 12,
Q6,49 40;13,19;14,16;15,4;17,
a¡.tq¡tivvu¡.tL (v. vestir) 24; 17, 26; 17, 30; 19, 12;
Q 7, 25; [12, 28) 19,21
tl¡.tqJÓ'tEQOL (ambas, las dos) avtmr¡¡.tt (v. levantarse)
Q6,39 Q 11,32
ava~M:nro (v. mirar) avotyro (v. abrir)
Q7,22 Q [3, 2tD; 11, 9; 11,10; 13,25
aváyxf] (necesidad, ser necesa- avo¡.tí.a (anomia)
rio) Q 13,27
Q 14, 18; 17, 1 aV'téxro (v. adherirse, ser fiel a)
aváyro (V. llevar, conducir) Q 16,13
Q[4, ID tlV'tí.aL'X.O~ (adversario)
avaxA.tvro (V. sentarse) Q 12, 58; 112, s8D
Q 13,29 avu~QO~ (árido, seco)
avá:nauo~ (descanso) Q 11,24
Q 11,24 a~l'VfJ (hacha)
aváJt't(l) (v. encender, prender) Q3,9
Q [«12, 49»D U~ LO~ (digno)
ava'téA.A.ro ( v. levantar, hacer Q3, 8; 10,7
subir) a:nayyéA.A.ro (v. anunciar)
Q6,35 Q7,22
ava"tOA.ft (oriente) <l:nm'téro (v. reclamar)
Q 13, 29; 17' 24 Q[6, 30D
208 El Documento Q

emaUáoooo (v. librarse) an:oatél..l..oo (v. enviar)


Q 12,58 Q 1, 21; 10, 3; 10, 16; 11, 49;
<'in:a~ (todo) 13,34; 14,17
Q (3. 21]; (12, 30]; 17,27 <'in:too (v. encender)
WtÉQXOfJ.at (v. marcharse) Q [« 15, 8»B
Q 7, 24; 9, 57; 9, 59; 14. 18; ñQa (por tanto)
[19, 21) Q 11, 20; 11. 48; 12,42
(btLO'to~ (incrédulo) aQyúQLOV (dinero)
Q 12,46 Q 19,23
án:l..oü¡; (simple, sano) clQL-6-!J.ÉOO (v. contar)
Q 11,34 Q 12,7
aQXE"tÓ~ (suficiente)
emooexmóoo (v. pagar el diezmo)
Q[6, 40D
Q 11,42
emobT)IJ.ÉOO (v. ausentarse, mar- clQVÉO!J.at (v. negar)
charse)
Q 12, 9; 12,9
áQn:ayi¡ (rapiña)
Q 19, 12
Q 11,39
an;o~LbOOIJ.L (V. pagar, devolver)
áQn:á~oo (v. apoderarse, arrebatar)
Q12,59
Q 16, 16
an:o'fhlXTJ (granero)
ÜQ"tO~ (pan)
Q 3, 17; 12,24 Q4,3;4,4; 11,3; 11,11
an:oxál..un:too (v. revelar, descu- &Qtúoo (v. salar)
brir) Q(l4, 34]
Q 10, 21; 10, 22; 12, 2; 17, 30 ÜQXO!J.at (v. comenzar)
WtOXQÍ.VOfJ.at (v. responder) Q 1, 24; 12, 45; [13, 25B; 13,
Q 4, 4; [4, 8); (4, 12]; 7, 6; 7, 26; 14. 18
22; ll. 29; 13, 25; [«17, UQXOOV (príncipe, jefe)
20»B Q 11,15
Q3tOXtEÍ.VOO (v. matar) U~EOtO~ (inextinguible)
Q 11,47; 11. 48; 11,49; 12,4; Q3, 17
12, 4; 13,34 ao'6-EVÉOO (V. estar enfermo)
an:ÓI..A.U!J.L (v. destruir, matar, Q[IO, 9]
perder) _. aon:á~OfJ.aL (v. saludar)
Q 11, 51; 12, 5; [15, 4); [15, Q 10,4
4B; [« 15, 8»B; [« 15, 9»); 17. Q03tUOIJ.Ó(; (saludo)
29; 17,33; 17,33 Q 11,43
emol..úoo (V. despedir, divorciarse) QOOÚQLOV (as (moneda romana])
Q 16, 18; 16, 18 Q12,6
Concordancia 209

Ó.<TtQa3ti¡ (relámpago) 52; 12, 31; 13, 18; 13, 20;


Q 11,24 13, 28; 16, 16; 1«17, 20»B;
auAioo (v. tocar la flauta) [« 11, 2ü»D; [« 17, 2I»B; 22.
Q7,32 30
au~ávoo (v. crecer) ~ao!Mú¡; (rey)
Q 12, 27; 13, 19 Q 7, 25; 10,24
aÚQLOV (mañana) ~aoí.A.woa (reina)
Q 12,28 Q 11,31
a<paví.~oo (V. corroer) ~a<Ttá~oo (v. llevar)
Q (( 12, 33»; 12, 33 Q 3, 16; 10, 4; 11. 27
a<pí.ru.u (v. dejar, abandonar, per- BEEA~E~oúA. (Belcebú)
donar) Q 11, 15; 11, 19
Q 4, 13; [6, 29B; 6, 42; 9, 60; Br¡-Doa"ibá(v) (Betsaida)
11, 4; 11, 4; [11, 42); [11, Q 10,13
42); 11, 52; 12, 10; 12, 10; ~l.á~oo (v. hacer violencia)
13, 35; 15, 4; 17, 3; 17, 4; Q 16,16
17,34; 17,35 ~UlOTJÍ~ (violento)
a<pí.<J'tTJI.LL (V. apartarse) Q 16, 16
Q 13,27 ~M:n:oo (v. mirar, ver)
<'íXUQOV (paja)
Q 6, 41; 7, 22; 10, 23; 10, 23;
Q3, 17
10,24
~ó-Duvo¡; (pozo, hoyo)
~aA.A.ávnov (alforja, bolsa)
Q6,39
Q[10, 4]
~ouA.~ (decisión)
~áA.A.oo (v. arrojar, echar, invertir)
Q 3, 9; 4, 9; 12, 28; [« 12, 49»); Q(7, 30)
~oÚAOJ.I.aL (v. querer, elegir)
12, 51; 12, 51; 12, 58; 13,
19; 14, 35; [19, 23D Q 10,22
~oii¡; (cabeza de ganado, toro)
~rutTÍ.~oo (v. bautizar)
Q 3, 7; 3, 16; 3, 16; [3, 21D; [3, Q 14, 19
21D; (3, 2IB; (7, 29B; [7, JOB ~QÉXOO (v. llover, hacer llover)
~á:n:TLOJ.I.a (bautismo) Q [6, 35B; 17, 29
Q[7. 29D ~QOX~ (lluvia)
~aQÚ¡; (profundo) Q6, 48; 6, 49
Q 11,46 ~QUYJ.I.Ó¡; (rechinar)
~aov..Eí.a (reino, dominio) Q 13,28
Q 4, S; 6, 20; 7, 28; 10, 9; 11, ~QWO~ (polilla)
2; 11, 17; 11, 18; 11, 20; 11' Q «12, 33»; 12, 33
210 El Documento Q

raA.V..aí.a (Galilea) yQa¡J.¡J.a'te'Ú~ (escriba)


Q(3, 21) Q JJ, 16
ya¡J.éoo (v. casarse) yQáq>oo (v. escribir)
Q 14, 20; (16, 18]; 16, 18; 17, Q 4, 4; 4, 8; 4, 10; 4, 12; 7, 27
27 yuviJ (mujer, esposa)
ya¡J.Í.~oo ( v. dar en matrimonio) Q 1, 28; 11, 27; 13, 21; 14, 20;
Q 17,27 [« 15, 8»]; 16, 18
yéEVVa (Gehenna)
Q 12,5 ba4!ÓVLOV (demonio, espíritu)
ydtoov (vecino) Q 1, 33; 11, 14; 11, 14; 11, 15;
Q («15, 9»] 11,15;11,19;11,20
báX't\JAO~ (dedo)
YE!J.Í.~oo (v. llenar)
Q 14,23 Q 11' 20; 11, 46
bav(e)í.~oo (v. prestar)
YÉ!J.W ( v. estar lleno)
Q 11,39 Q 16, 30); [6, 34D
bei (v. ser necesario, tener que,
yeveá (generación)
deber)
Q7,31; 11,29; 11,29; 11,30;
Q 11,42; [19, 23)
11, 31; 11, 32; 11, 50; 11,
beí.xvu¡J.L (v. mostrar)
51
Q4,5
YÉVVTJ!J.a (raza)
beiJtvov (cena, banquete)
Q3, 7 Qlll, 43); 14, 16; [14, l7D
YEVVTJ'tÓ~ (nacido)
béxa (diez)
Q7,28 Q[«15, 8»D; 19, 13; 19, 13; 19,
yfj (tierra) 16; 19,24
Q 10, 21; 11, 31; 12, 6; «12, bévbQOV (árbol)
33»; («12, 49»); 12, 51; 14, Q 3, 9; 3, 9; 6, 43; 6, 43; 6, 43;
35; 16, 17; (19, 21) 6, 43; 6, 44; 13, 19
yí.vo¡J.at (v. ser, llegar a ser, su- bÉo¡J.aL (v. pedir, rogar)
ceder, acontecer) Q 10,2
Q [3, 21D; 4, 3; 6, 35; (6, 36]; beo¡J.E'Úoo (v. atar)
(6, 40); (7, 1); 10, 13; 10, Q [11, 46B
13; 10, 21; 11, 26; 11, 27; beO¡J.OO't'IÍQLOV (cárcel)
11, 30; 11, 41; 12,40; (12, Q 7,18
54); 13, 19; 15, 5; 1«15, be'Ú'tEQO~(segundo)
to»D; [17, 26B; 17, 28 Q[19, 18)
ytvÓ>oxoo (v. conocer, reconocer) béxo!J.at (v. recibir, acoger)
Q 6, 44; lO, 22; ll o, 22D; 12, 2; Q 10, 8; 10, 10; 10, 16; 10, 16;
12,39; 12,46;(19,21D lO, 16; lO, 16
Concordancia 211

ouxfU..im.t> (V. ver claramente) OLÓ>xoo (v. perseguir)


Q6,42 Q [6, 22); [6, 23); [6, 28); 11,
otáf3oJ..os (diablo) 49; 17,23
Q 4, 2; 4, 3; 4, 5; [4, 9); 4, 13 OoxÉoo (v. parecer, creer, suponer)
ouxxa-6-aQÍ.~oo ( v. limpiar, aven- Q 3, 8; 12, 40; [12, 51]
tar) oox41á~oo (v. examinar)
Q3, 17 Q 14,19
OtaXQÍ.Voo (v. juzgar, distinguir) ooxós (rama)
Q[I2, 56D Q 6, 41; 6, 42; 6, 42
OLaVÓT]¡.¡.a (pensamiento) Oó¡.¡.a (regalo, don)
Q 11, 17 Q 11,13
OtaOXOQJtÍ.~oo ( v. esparcir, despa- M;a (gloria)
rramar) Q4,5; 12,27
Q 19, 21; 19,22 ooul..fúoo (v. servir, ser esclavo)
OLa<pÉQOO ( v. llevar, ser diferente, Q 16, 13; 16, 13
ser más valioso) ooüA.os (esclavo)
Q 12, 7; 12, 24 Q 6, 40; 6, 40; 1, 8; 12, 42; 12,
otbáoxaA.os (maestro) 43; 12, 45; 12, 46; 14, 17;
Q6,40; 6,40 «14, 21»; 14, 21; 19, 13; 19,
OLOáoxoo ( v. enseñar) 15; 19, 17; (19, 19); 19,22
Q 12, 12; 13, 26 OQaX!J.1Í (dracma [moneda grie-
OLOOOIJ.L (v. dar) ga])
Q 4, 6; 6, 30; 11, 3; 11, 9; 11, Q («15, 8»D; [«15, 8»D; [«15,
13; 11, 13; 11, 29; 12, 42; 9»)
12,58;19,13;19,24;19,26 Oúva¡.¡.m (v. poder, ser capaz)
OLÉQXOIJ.aL (v. pasar, andar errante) Q3,8; 6, 39; 6, 42; 12, 4; 12, 5;
Q 11,24 12,25; (12, 56); 14, 20; <14,
oí.xmos (justo) 26>; 14, 26; 14, 27; 16, 13;
Q(6, 35D 16,13
OLxmóoo (v. justificar) Oúva¡.¡.u; (fuerza)
Q [7, 29); 7, 35 Q 10,13
OLOQÚoooo (v. abrir un boquete) Oúo (dos)
Q «12, 33»; 12, 33; 12,39 Q [16, 29-30/Mt 5, 41); [12,
OLXá~oo (v. separar, dividir) 6); 16, 13; 17, 34; 17,35
Q 12,53 OucrfkícrtaX'tOS (pesado)
OLXato¡.¡.ioo ( v. castigar, partir un Q 11,46
trozo) ouo¡.¡.T) (occidente)
Q 12,46 Q 13,29; 17,24
212 El Documento Q

O<.ÓOexa (doce) 8»); (« 15, 10»]; 14. 18; 16,


Ql2,30 13; 16, 13; 16, 17; 16, 17;
O<i>¡.ta (terraza, tejado) 17,2;17,34; 17,34; 17,35;
Q 12,3 17,35
etCJÉQXOIJ.aL (v. entrar)
Eáw (v. dejar, permitir) Q 7, 1; 7, 6; 10, 5; [10, 8]; 10,
Q [12, 39] 10; 11, 26; 11, 52; 11, 52;
EYYL~oo (v. acercarse, estar cerca) 11, 52; 13, 24; 13, 24; <13,
Q10,9 24>; 17,27
E:yeí.Qoo (v. levan~, alzarse) eimpÉQW (v. llevar, introducir)
Q 3, 8; 7, 22; 7, 28; 11, 31; (13, Q 11, 4; 12, 11
25] Éxa-cóv (cien)
EYXQ'Ún:-coo (v. esconder, ocultar) Q 15,4
Q 13,21 Éxa-cÓVTaQxo~(centurión)
eit'VLXÓ~ (pagano, gentil [adj.]) Q7,3; 7, 6
Q[6, 34]
Ex~áA.A.oo (v.
expulsar, echar)
eitvo~ (pagano, gentil [n.])
Q 6, 42; 6, 42; 6, 42; 6, 45; 6,
Q 12,30
45; 10,2; 11,14; 11,14; 11,
ehtov (v. decir [aoristo])
15; 11, 19; 11, 19; 11, 20;
Q [3, 7]; 4, 3; 4, 3; 4, 6; 4, 8; 4,
13,28
9; 4, 12; [6, 22); 6, 42; 7, 7;
7, 9; [7, 19]; 7, 22; 9, 57; 9,
E:xei (allí)
58; 9, 59; 9, 60; 10, 21; 11,
Q 1O, 6; 11, 26; 12, 34; 13, 28;
15; 11, 17; 11, 27; 11, 28; [17, 21); 17,37
[11, 29]; 11, 39; 11, 49; 12, E:xeith:v (de allí)
3; 12, 10; [12, 10]; 12, 11; Q 12,59
12, 12; 12, 45; 12, 54; 13, E:xeivo~ (aquel)
25; 13, 27; 13, 35; 14, 17; Q 6, 48; 6, 49; 10, lO; 10, 12;
14, 18; 14, 19; 14, 20; 14, ·~ 12; 1~ 21; 11,26; 1l
21; («17, 20>>]; [17, 21]; 17, 12; [ 12, 39]; 12, 43; 12, 45;
23; 19, 12;[19, 13119, 17; 12,46;[17,27]; 19,15
19, 19 ex~r¡-cÉw (v. buscar)
e[Qi}vr¡ (paz) .- Q 11' 50; 11, 51
Q 10, 5; 10, 6; 10, 6; 10, 6; 12, E:xxón:-coo (v. cortar, talar)
51; 12, 51 Q3,9
E~ (uno [numeral]) E:xn:ei.Qá~oo (v. poner a prueba,
Q [6, 29+-+ 30/Mt 5, 41 ]; 12, 6; tentar)
12, 25; 12, 27; 15, 4; [«15, Q4, 12
Concordancia 213

EXQL~Óoo (v. arrancar de raíz) €!;oott~::v (de fuera)


Q 17,6 Q 11,39
ex·nvácrcroo (v. sacudir) el;<Í>tEQOc; (exterior)
Q 10, 11 Q [13, 28D
extóc; (exterior) EJta-6-QOÍ.~oo (v. reunir)
Q 11,41 Q 11,29
exxé:oo (v. derramar) EJtaí.Qoo (v. levantar, alzar)
Q 11, so Q [6, 20D; 11. 27
€~..€oc; (misericordia) btEQOOtáoo (v. pedir)
Q 11,42 Q [« 17' 20»)
H..Jtí.~oo (v. esperar) e1ttbí.boo¡.tt (v. dar)
Q[6, 34] Q 11, 11; 11, 12
EJ.l1tOQí.a (negocios) E1tL~fltÉoo ( v. buscar)
Q 14, 19 Q 12,30
€vbu¡.ta (vestido) EJtL-6-u¡.tÉoo (v. desear)
Q 12, 23; 12, 26 Q JO, 24
evbúoo (v. vestir) E1tLOÚatoc; (necesario)
Q 12,22 Q 11,3
EVEVJÍXOvta (noventa) EJttatQÉ<poo (v. volver)
Q 15,4; 15,7 Q [10, 6); 11, 24
evvÉa (nueve) EJttauváyoo (v. reunir)
Q 15, 4; 15,7 Q 13, 34; 13, 34
evté:lloo (v. mandar, dar órdenes) btttí.-6-fl¡.tt (v. colocar, poner)
Q4, 10 Q[I1,46D
evtóc; (dentro) EJtttt¡.táoo (v. reprender)
Q 11, 41; [«17, 21»] Q 17,3
el;ÉQ'X.OJ.I.aL (V. salir, marcharse) ExLtQÉJtOO (V. permitir)
Q 1, 24; 7, 25; 7, 26; 10, 10; Q9,S9
11, 24; 11, 24; 12, 59; 14, Émá (siete)
18; 14,23; 17,23; 17,24; Q 11,26
17,29 Émáxtc; (setenta)
E!;O¡.tOAOyÉoo (V. confesar, reco- Q 17,4; 17,4
nocer) EQyá~o¡.tm (v. trabajar)
Q 10,21 Q 13,27
e!;oucrí.a (autoridad) EQyacrí.a (ocupación, ganancia)
Q7,8 Q 12,58
€!;oo (fuera) EQyátTtc; (trabajador)
Q [10, lOD; [13, 25D; 14,35 Q 10, 2; 10, 2; 10, 7
214 El Documento Q

EQTJJ.&O~ (solitario, desierto) eMta (buen tiempo)


Q4, 1; 7,24; 17,23 Q[12, 54)
EQTJJ.&ÓW (v. devastar) eMoxta (beneplácito, confianza)
Q 11,17 Q 10,21
EQXOJ.&aL (v. ir, venir) d)-fte,;o~ (apto, adecuado)
Q [3, 7]; 3, 16; [3, 22]; 4, 16; Q [14, 35D
6,48;6,49;<7,3>;7,3;7, dr6ú~ (enseguida)
8; 7, 8; 7, 19; [7, 29]; 7, 33; Q6,49
7, 34; 11, 2; 11, 25; 11, 31; euxon:o~ (fácil)
12, 39; 12, 40; 12, 43; [« 12, Q [16, 17]
49»]; 12,51; 12,51; 12,53; euA.oyÉw (v. bendecir)
13,35; 14, 17; 14, 20; 17, 1; Q 13,35
17, 1; [«17, 20»]; [«17, EÚQLoxW (v. encontrar)
20»]; 17,27; 19, 13; 19, 15; Q 1, 9; 11, 9; 11, 10; 11, 24;
[<19, 16>]; 19, 18; 19, 20; 11, 25; 12, 43; 14, 23; 15, S;
19,23 [«15, 8»]; [«15, 9»]; [«15,
EQW"táw (v. preguntar) 9»]; 17, 33; 17,33
Q 14, 18; 14, 19 ex-ftQó~ (enemigo)
eotl-í.w (v. comer) Q6,27
Q [4. 2]; 7, 33; 7, 34; 10, 7; exlhva (víbora)
[10, 8]; 12, 22; 12, 29; 12, Q3, 7
45; 13, 26; 17, 28 E"JCW (v. tener)
E<JXa"to~ (último) Q 3, 8; 6, 32; 7, 3; 7, 8; 7, 33; 9,
Q ll, 26; 12, 59; [13, 30]; [13, 58; 9, 58; 14, 18; 14, 18; 14,
30D 19; 15, 4; [«15, 8»]; 17, 6;
eow-ftev (desde dentro) 19, 21; 19, 24; 19, 26; 19,
Q 11,39 26; 19,26
E"tEQO~ (otro)
Q [7, 19D; [7, 32D; 9, s9; 11, ZaxaQta~ (Zacarías)
26; 14, 19; 14, 20; 16, 13; Q 11,51
16,13; 19,20 ~áw (v. vivir)
hoLfJ.O~ (preparado) Q4,4
Q 12, 40; 14, 17 ~EÚYTJ (yugo)
dí (bien) Q 14, 19
Q 19, 17; [19, 19] ~TJTÉW (v. buscar)
EUayyEAL~(l) (V. anunciar buenas Q 11, 9; 11, 10; 11, 16; 11, 24;
noticias) 11, 29; 12, 31; 13, 24; [15,
Q7,22 4]; [« 15, 8»D
Concordancia 215

~ÚJ.I.TJ (levadura) -fteó~ (Dios)


Q 13,21 Q 3, 8; [3. 22]; 4, 3; 4, 8; 4, 9;
~Uf..LÓ<o (v. fermentar) 4, 12; 6, 20; 7, 28; [7. 30];
Q 13,21 [7. 30]; 10, 9; 11, 20; 11,
20; 11. 28; 11. 49; <11,
TjllTJ (ya, ahora) 52>; 12. 8; 12. 9; 12, 24;
Q 3, 9; («12, 49»); 14, 17 12, 28; 13, 18; 13, 20; 13,
~b1ÍOOf..LOV (menta) 28; 16, 13; 16, 16; [«17,
Q 11,42 20»]; [« 17' 20»); [« 17'
ijxro (v. llegar) 21»]
Q 12, 46; 13, 29; [13, 35] -ftEQwtEÚro (v. curar, cuidar)
~A.txí.a (edad, estatura) Q7,3;10,9
Q 12,25 -ftEQÍ.~ro (v. cosechar)
ijl..w~ (sol) Ql2,24; 19,21; 19,22
Q6,35 -fteQLOf..I.Ó~ (cosecha)
~f..I.ÉQa (día) Q 10, 2; 10, 2; 10,2
Q 4, 2; 10, 12; 12, 46; 17, 4; -ftTJI..á~ro (v. amamantar)
[17, 24]; 17, 26; [17, 26]; Q 11.27
[17,27]; 17,27; 17, 28; 17. -ftTjoauQÍ.~ro ( v. atesorar)
29; 17,30 Q «12, 33»; 12, 33
-ftTjoauQÓ~ (tesoro)
-ftál..aooa (mar) Q 6, 45; [6, 45]; «12, 33»; 12,
Ql1,2; 17,6 33; 12,34
-ftá3t'tro ( v. enterrar) -ftQTJVÉro (v. cantar endechas)
Q9, 59; 9,60 Q1,32
-ftauJ.Lá~ro (v. admirarse, maravi- -ftQíl; (cabello, pelo)
llarse) Q 12,7
Q 1, 9; 11,14 -ftQÓVo~ (trono)
-fteáoJ.Lm (v. ver) Q22,30
Q1,24 -ftuyá'tTJQ (hija)
-fte'Lov (sulfuro) Q 12, 53; 14, 26
Q 17.29 -ftúQa (puerta)
-ftél..ro (v. querer, desear) Q 13, 24; 13, 25; [13, 25]
Q (6, 29]; 6, 31; JO. 24; [11, -ftuotaCJ't'IÍQLOV (altar)
46]; [«12, 49»]; 13, 34; 13, Q ll, 51
34
-ftEJ.LEALÓro (v. cimentar) 'laxÓ>~ (Jacob)
Q6,48 Q 13,28
216 El Documento Q

i.áo~m (v. curar) 'IroávvT)c; (Juan)


Q1, 7 Q 3, 2; [3, 21]; 7, 18; 7, 22; 7,
LbE (¡mira!) 24; 7, 28; [7, 29]; [7, 29]; 7,
Q [19, 21] 33; 16, 16
LbLOc; (propio) 'Irovñc; (Jonás)
Q 14, 18 Q 11, 29; 11, 30; 11, 32, 11, 32
i.l'Joú (he aqui, he ahí) i.oow (iota [letra griega])
Q (3, 22]; 6, 42; 7, 25; 7, 27; 7, Q 16, 17
34; 10,3; 11,31; 11,32; 11,
41; 13, 35; [17, 21]; [«17, xaitagí~ro (v. limpiar, purificar)
21»); 17, 23; 17,23 Q 1, 22; 11, 39; RI 1. 41]
LEQÓV (templo) xaitagóc; (limpio)
Q4,9 Q 11,41
'IEgouoal.:r]~ (Jerusalén) xáitf)~m (v. sentarse)
Q 4, 9; 13, 34; 13, 34 Q 1, 32; 22,30
'IT)ooüc; (Jesús) xaitÍO'tTJ~L (v. poner, colocar)
Q (<3, O>); [3, 21]; (3, 21]; 4, Q 12,42; 12,44; 19, 17; 19, 19
1; 4, 4; 4, 8; 4, 12; 7, 1; 1, 9; xaitooc; (como)
9,58; 11,39 Q 6, 31; [11, 30]; [17, 26]; /7,
lxavóc; (v. ser digno, capaz) 28
Q3, 16; 7,6 xmgóc; (tiempo, momento)
~á'tLOV (túnica, vestido) Q JO, 21; 12, 42; [12, 56]
Q6,29 xaí.w (v. quemar, prender)
tva (para) Q 11, 33
Q4,3; 6,31; 6, 37; [6, 40]; 7,6; xaxooc; (de mala forma)
11, 41; [11, SO]; 14, 23; 17, 2 Q(7, 3]
'logl'JávT)c; (Jordán) xál..a~oc; (caña)
Q 3, 3; [3, 21] Q7,24
'loaáx (Isaac) xal.kro (v. llamar, invitar)
Q 13,28 Q 6, 46; [14, 16]; 14, 17; 14,
'Iogm]l.. (Israel) 23; [<« 15, 9»>]; 19, 13
Q1,9; 22,30 xal..óc; (bueno, hermoso)
LcrtTJ~L (v. colocar, poner) ,.. Q 3, 9; 6, 43; 6, 43; 6, 43; 6,
Q4,9; 11, 17; 11,18;[13,25] 43; [14, 34]
i.<Jxugóc; (fuerte, poderoso) xal..ú:n:'tro (v. ocultar)
Q3, 16 Q 12,2
i.x-fhíc; (pez, pescado) xagl'Jía (corazón)
Q 11,12 Q6,45; 12,34; 12,45
Concordancia 217

XUQJtÓ<; (fruto) XEt{lm (v. poner, estar puesto)


Q 3, 8; 3, 9; 6, 43; 6, 43; 6, 43; Q3,9
6,43;6,44 XEQai.a (coma)
xáQq>oc; (brizna, mota) Q 16,17
Q 6, 41; 6, 42; 6, 42 XEq>aA.iJ (cabeza)
xat"a~ai.voo (v. descender, bajar, Q9, 58; 12,7
derramar) xfJxoc; (jardín)
Q 6, 48; 6, 49; 10, 15 Q[l3,t9D
xat"a~oA.iJ (fundación, principio) XfJQUY!J.U (anuncio, proclamación)
Q 11,50 Q11,32
xat"axaíoo (v. consumir) XTJQÚoooo (v. proclamar, anun-
Q3,17 ciar)
xat"axA.UO!J.Ó<; (diluvio) Q 12,3
Q 11,27 x~oot"Ó<; (arca)
xat"UXQÍ.voo (v. condenar) Q 17,27
Q 11, 31; 11,32 xtvioo (v. mover)
xat"aA.Ei.xoo (v. abandonar) Q(tl,46B
Q4,16 xA.áboc; (rama)
xat"a~J.avfi'ávoo (v. aprender) Q 13,19
Q[l2, 27) xA.ai.oo ( v. llorar)
xat'avoioo ( v. observar, conside- Q7,32
rar) xA.aU'6!J.Ó<; (llanto)
Q6,41; 12,24 Q 13,28
xat'aoxEuá~oo (v. preparar) xA.Ei.oo ( v. cerrar)
Q7,27 Q 11, 52; [13, 25D
xat"aOXTJVÓoo (v. anidar) xA.ÉJtt'TJ<; (ladrón)
Q 13,19 Q «12, 33»; 12, 33; 12,39
xat"aoxiJvooou; (nido) xA.ÉJtt"oo ( v. robar)
Q9,58 Q «12, 33»; 12, 33
xat"aq>Qovioo (v. despreciar) xA.i.~avoc; (horno)
Q 16,13 Q 12,28
xat"otxioo ( v. habitar, quedarse a xA.i.voo ( v. reclinar)
vivir) Q9,58
Q 11,26 xobQáVt"TJ<; (cordante [moneda
xát"oo (debajo) romana])
Q4,9 Q [12, 59D
Kaq>aQvaoÚ!J. (Cafarnaún) xóxxoc; (semilla, grano)
Q 1, 1; 10,15 Q 13, 19; 17,6
218 El Documento Q

xoiAí.a (vientre) XÚQLO~ (Señor, señor, dueño)


Q 11,27 Q 4, 8; 4, 12; 6, 40; 6, 40; 6,
xo¡.¡.í.l;oo (v. recibir) 46; 6, 46; 7, 6; 9, 59; 10, 2;
Q 19,23 10,21; 11, 39; 12,42; 12,
XOVLOQtÓ~ (polvo) 43; 12, 45; 12, 46; 13, 25;
Q 10,11 13,35; «14, 21»; 16, 13; 19,
xoJtLáoo (v. trabajar, cansarse) 15; 19,16; 19,18; 19,20
Q 12,27 xoo<pó~ (sordo)
XOJtQí.a (estiércol) Q 1, 22; 11, 14; 11, 14
Q 14,35
XÓQa; (cuervo) A.aA.iw (v. decir, hablar)
Q 12,24 Q 6, 45; 11, 14; 11, 39
xoo¡J.ioo (v. limpiar, ordenar) A.a¡.¡.~ávoo (v. recibir)
Q 11,25 Q [6, 29D; [6, 34); 11, to; 13,
xóo¡.¡.o~ (mundo) 19; 13, 21; 14, 27
Q4, 5; 11,50 A.á!JJtoo (v. alumbrar, dar luz)
XQí.¡.¡.a Guicio, disputa) Q[ll,33D
Q(6, 37D A.aó~ (pueblo)
XQÍ.VOV (lirio) Q(3, 21); [7. 29D
Q 12,27 A.a'tQEÚoo (v. servir, dar culto)
XQÍ.Voo (v. juzgar) Q4,8
Q (6, 29B; 6, 37; 6, 37; (6, 37); Aiyoo (v. decir, hablar)
[6, 37D; 22,30 Q 3, 8; 3, 8; [3. 22D; 6, 42; 6,
XQÍ.OL~ Guicio, justicia) 46; [7, 3D; [7, 3D; 1, 8; 1, 9;
Q 10, 14; 11, 31; 11, 32; 11, 7, 24; 7, 26; 7, 28; 7, 32; 7,
42 33; 7, 34; 10, 2; 10, 5; 10, 9;
XQLnl~ Guez) 10, 12; to, 24; [ll, 2D; 11. 9;
Q 11, 19; 12, 58; 12, 58 11, 24; 11, 27; 11, 39; 11,
XQOÚoo (v. llamar, golpear) 51; 12, 3; 12, 22; 12, 27; 12,
Q 11, 9; 11, 10; [13, 25) 29; 12, 44; [12. 54D; [12,
XQÚJtn¡ (lugar oculto) S4B; 12, s9; 13, 25; 13, 26;
Q[11,33D 13, 27; 13, 35; 15, 7; [«15,
XQUJttÓ~ (oculto) 9»D; [«15, lO»D; 17, 6; 11.
Q 12,2 34; 19, 16; 19, 18; 19, 20;
XQÚJt'tW (v. ocultar) 19,22
Q 10, 21; 19,21 AEJtQÓ~ (leproso, enfermo de la
XÚ!J.LVOV (comino) piel)
Q 11,42 Q1,22
Concordancia 219

A.í.av (mucho) f.Laat~ (pecho)


Q[4, 5] Q 11. 27
A.tfi'o~o/.iw (v. lapidar, tirar pie- f.LáxaLQa (espada)
dras) Q 12,51
Q 13,34 f,Liya~ (grande)
A.í.fi'o~
(piedra, roca) Q 6, 49; 7, 28; 7, 28; (14, 16)
Q3,8;4,3;4,11; 11, 11; 17,2 f.LEttúw (v. emborracharse, estar
A.óyo~ (palabra) borracho)
Q 6, 47; (6, 49); 7, 1; 7, 7; 1/, Q[I2,45D
28; 12, 10; 19, 15 f,LiUw (v. estar a punto de)
A.úxo~ (lobo) Q3, 7
Q 10,3 f,Livw ( v. permanecer)
A.uom:Aiw (v. ser preferible) Q 10,7
Q 17,2 f.LEQí.t;w (v. dividir)
A.uxví.a (lámpara) Q 11, 17; 11, 17; 11,18
Q 11,33 f.LEQ4J.Váw (v. preocuparse)
A.úxvo~ (luz, lámpara) Q 12, 11; 12, 22; 12, 25; 12,
Q 11, 33; 11, 34; [«15, 8») Z6; 12,29
Aórt (Lot) f.LÉQ~ (parte, herencia)
Q 17, 28; 17, 29 Q 12,46
f,Lioo~ (medio)
f.La&rrri¡~ (discípulo) Q 10,3
Q 6, 20; 6, 40; [6, 40D; 1, 18; f.LE'ta~aí.vw (v. ir, cambiar de
10,2; 11, 39;<14,26>; 14, lugar)
26; 14,27 Q[IO, 7D
tJ.aXáQtO~ (dichoso) f.LE'ta~AOf.Lat (v. lamentar)
Q 6, 20; 6, 21; 6, 21; 6, 22; 7, Q[7. 30B
23; 10, 23; 1/, 27; 11, 28; f.LE'tavoÉw (v. arrepentirse)
12,43 Q 10, 13; 11, 32; («15, IO»D;
tJ.aA.axó~ (lujoso) II7,3D
Q7,25; 7,25 f.LE'távota (conversión)
f.LclAAOV(más) Q3,8
Q 11, 13; 12, 5; 12, 24; 12, 28; f.LE'tQÉW (medir)
15,7 Q 6,38; 6,38
f.Laf.LWVci~ (Mammón, dinero) f.LÉ'tQOV (medida)
Q 16,13 Q6,38
f.LaQ't'UQÉW (v. dar testimonio) f.LTJbÉ (ni)
Q[ll,48) Q 10,4; 12,2Z
220 El Documento Q

J.LT]bt~ (nadie) Na~aQá (Nazará, Nazaret)


Q 10,4 Q4, 16
J.L~:rtOTE
(no sea que, a no ser que) vat (sí)
Q 4, 11; 12,58 Q7,26; 10,21; 11,51
IJ.~TE (ni) VEXQÓ~ (muerto)
Q 7, 33; 7,33 Q 1, 22; 9, 60; 9, 60
J.LTJT~Q (madre) ~tl-w (v. hilar)
Q 12, 53; 14, 26 Q 12,27
J.L~TL (no) ~:rtLO~ (niño)
Q6, 39; 6, 44 Q 10,21
J.LLXQÓ~ (pequeño) VTJ<TtEÚW (v. ayunar)
Q7,28;17,2 Q(4, 2)
J.LíALOv (milla [romana]) NLVE"ULTTJ~ (Ninivita)

Q (6-29-30/Mt 5, 41) Q 11' 30; 11, 32


VOJ.LLXÓ~ (experto en la ley)
J.LWÉw (v. odiar)
Q 14, 26; <14, 26>; 16, 13 Q (7, 30); (11, 46); (11, 52]
VÓJ.LO~ (ley, costumbre)
J.LWtl-Ó~ (salario, recompensa)
Q 16, 16; 16,17
Q 6, 23; 6, 32; [<6, 34>); 10, 7
voootov (polluelo)
J.LVá (mina [moneda griega])
Q 13,34
Q 19, 13; 19, 16; 19, 16; 19,
vóTo~ (sur)
t8; t9, t8; (<19, 2t>D; t9,
Q 11,31
24; 19,24
VÚJ.Lq>TJ (novia, esposa)
J.LVTJJ.LELoV (tumba) Q 12,53
Q 11, 44; 11,47 Nrot (Noé)
J.LOLX«A~ (adúltero)
Q 17, 26; 17,27
Q 11,29
J.LOLXEÚW (v. cometer adulterio) óbTjyéw (v. guiar, mostrar el ca-
Q 16, 18; (16, 18D mino)
J.LÓVo~ (solo) Q6,39
Q4,4; 4,8 óbó~ (camino, senda)
J.LUALXÓ~ (piedra de molino) Q 1, 27; 10, 4; 12, 58; 14, 23
Q 17,2 . Moú~ (diente)
J.LÚAo~ (molino, piedra de molino) Q 13,28
Q 17,35 Otl-tv (de donde, por tanto)
J.LWQatvw (v. desvirtuarse, perder Q 11, 24; 19, 21; 19, 22
sabor) olba (v. saber)
Q 14,34 Q (7. 30D; 11, 13; 11, 17; ti,
Concordancia 221

44; 12, 30; 12, 39; (12, 56); 6velbí.l;w (v. insultar)
13, 25; 13, 27; 19,22 Q6,22
obu:ní.a (esclavos domésticos) OVOIJ.a (nombre)
Q 12,42 Q 11, 2; 13,35
otxí.a (casa) o:rtou (donde, allí donde [con
Q 6, 48; 6, 48; 6, 49; 6, 49; 10, Mv])
S; (10, 7D; (10, 7D; (10, 7D; Q 9, 57; «12, 33»; «12, 33»;
11, 17; [11, 33D; [«15, 8»D 12, 33; 12, 33; 12, 34; 17,
otxo&:<mÓtTJ<; (dueño de la casa) 37; 19, 21; 19,22
Q 12,39; (13, 25); 14,21 o:rtwc; (para que)
otxo&>f.'iw (v. construir, edificar) Q 6, 35; 7, 3; 10,2
Q 6, 48; 6, 49; 11, 47; 11, 48; ÓQáw (v. ver, mirar)
17,28 Q 1, 25; 7, 26; 10, 24; 10, 24;
oixoc; (casa) 13, 35; 14, 18
Q 1, 25; (10, SD; 11, 24; 11, 51; ÓQyi¡ (ira, cólera, furia)
12, 39; 13, 35; 14, 23 Q3, 7
OLX'tLQIJ.WV (compasivo) <>Qyí.l;w (v. enfadarse, enfurecerse)
Q6, 36; 6, 36 Q 14,21
OQVL<; (pájaro)
otvo:rtó'tf¡c; (borracho)
Q 13,34
Q7,34
OQoc; (colina, montaña)
óA.tyÓ:rtL<Ttoc; (de poca fe)
Q4, S; (15, 4)
Q 12,28
OQXÉO!J.W (v. bailar, danzar)
6/J.yoc; (poco, pequeño)
Q7,32
Q 10, 2; 13, 24; 19, 17; [19,
Ü'tav (cuando)
19)
Q6,22; (11, 2); 11,24; 11, 34;
oA.oc; (todo, completo)
12, 11
Q 11, 34; ll, 34; 13,21 O'tE (cuando)
OIJ.OLO<; (semejante, como) Q (7, IB; [13, 3SD
Q 6, 48; 6, 49; 7' 31; 7' 32; 13, o'tL (que, porque)
18; 13, 19; 13,21 Q 3, 8; 4, 4; 4, 10; 6, 20; 6, 21;
Ó!J.OLÓw (v. parecerse, ser como) 6, 21; 6, 23; 6, 35; JO, 9;
Q7,31; 13,18; 13,20 [10, 12); 10, 13; 10, 21; 10,
Ó!J.oÍO>c; (de forma semejante) 21; 10, 24; 11, 31; 11, 32;
Q 17,28 11' 39; 11, 42; ll' 43; 11,
Ó!J.OAoyÉoo (v. confesar, hablar en 44; ll, 46; 11, 47; (11, 48);
favor de) 11, 48; 11, 52; 12, 24; 12,
Q 12, 8; 12,8 30; 12, 39; 12, 40; 12, 44;
222 El Documento Q

12, SI; 13, 24; 14, 17; 15, 7; ov~ (oído, oreja)
(«15, 9»); 19, 21; 19,22 Q 12,3
ou, oux, oux (no) o'Ú'tE (y no, ni)
Q 3, 16; (4. 2); 4, 4; 4, 12; 6, Q 12, 33; 12, 33; 14, 35; 14,
37; 6, 40; 6, 41; 6, 43; 6, 46; 35
6, 48; 7, 6; 7, 28; (7. 29]; 7,
oÚ'to~ (este)
32; 7, 32; 9, 58; 10, 24; 10,
Q 3, 8; (3. 22); 4, 3; 4, 6; 7' 1;
24; 11, 17; 11, 24; 11, 29;
7, 8; 7, 8; (7, 18); 7, 24; 7,
11' 44; 11, 46; 11, 52; 12, 2;
27; 7, 31; (10, 5); JO, 21;
12, 2; 12, 6; 12, 10; 12, 24;
12, 24; 12, 27; 12, 28; 12, 10, 21; 11, 19; //, 27; 11,
33; 12, 39; 12, 40; 12, 46; 29; 11, 30; 11, 31; 11, 32;
12, 46; 12, 51; [12, 56); 12, 11, 42; 11, 49; 11, 50; 11,
59; 13, 25; 13, 27; 13, 34; SI; 12, 12; 12, 22; 12, 27;
13, 35; 14. 20; 14, 26; 14, 12, 30; 12, 30; 12, 31; /4,
26;<14,26>;14,26;14,27; 20;«14,21»; 17,2;17,6
14,27; 16,13;(«17,20); 19, oÜ'too~ (así, de esta forma)
21; 19,21; 19,22; 19,22 Q 6, 23; 6, 31; 10, 21; 11, 30;
ouat (¡ay de!) 12, 28; 12, 43; («15, 10»);
Q 10, 13; 10, 13; 11, 39; 11, 17, 24; 17, 26; 17, 30
42; 11, 43; 11, 44; 11, 46; ouxt(no)
11,47; 11,52; 17,1 Q 6, 32; 6, 34; 6, 39; 12, 6; 12,
oMé (y no, ni) 23; [15, 4); («15, 8»)
Q6. 40; 6,43; 7, 9; [7. 30D; to, Ó<pELA.é'tTJ~ (deudor)
22; (11, 52); 12, 24; 12, 24; Q 11,4
12,27; 12,27; 12, 33;(/~
Ó<pEí.A.r¡¡.ta (deuda)
21)
Q 11,4
oME4; (no, ninguno, nadie, nada)
o<pita).¡.tó~ (ojo)
Q (4. 2); 10, 22; 11, 33; 12, 2;
Q(6, 20); 6,41; 6,41; 6,42; 6,
16,13
42; 6, 42; 6, 42; 10, 23; 11,
ovv (así que, por tanto, pues)
Q 3, 8; 3, 9; [7. 31); 10, 2; 11, 34; 11,34; 11,34
13; 11, 35; [12, 29); [19, O<p~ (serpiente)
23B; 19,24 Q 11,12
OUQavó~ (cielo) oxA.o~ (muchedumbre, gentío)
Q (3, 21 B; 6, 23; 9, 58; 10, IS; Q (3, 7D; 7, 24; 11, 14; 1 l. 27;
10,21; 11, 13; 12,33; (12, JJ, 29: ll. 39; 112. 54D
54B; 112, 55); (12, 56); 13, cYt¡¡w~ (atardecer)
19; 16, 17; /7, 29 Q(12, 54]
ConcordancÚl 223

Jtatbí.ov (niño) 7;12,8;1l,l7;1l,30;[12,


Q7,3l 31); ll, 44; (14, 11); 14.
Jt«Ls (criado, chico) 18; 16, 18; 17. 29; 19, l6
Q 7, 3; 7, 7 Jt«nlQ (padre)
JtáA.aL (hace tiempo, antigua- Q 3, 8; 6, 35; 6, 36; 9, 59; 10,
mente) ll; 10, ll; 10, ll; 10, U;
Q 10,13 10, 2l; 11, l; 11, 13; 11, 47;
JtáAI.v (además, por otro lado) 11, 48; (12, 6); ll, 30; ll,
Q(6, 43]; (13, 20] 53; 14,26
Jt<lQ(lyíVOJ.WL (V. venir, llegar, pre- JtEtváoo (v. estar hambriento, te-
sentarse en) ner hambre)
Q(3. 21] Q4,l; 6, 21
Jt«Qabíboo¡.u. (v. entregar, confiar) JtELQátoo (v. tentar, probar)
Q 10, ll; ll, 58 Q4,l
Jt«QaL'tÉOJJ.aL (v. preguntar, soli- JtELQ«OJJ.Ó~ (tentación, prueba)
citar) Q11,4
Q 14. 18; 14. 18; 14. 19 3tÉJ.L3too (v. enviar)
Jt«QaxaA.Éoo (v. invitar, pedir, con- Q1, 18
fortar, consolar) JtEV"fteQá (suegra)
Q [6, 21); 7, 3 Q ll,SJ
Jt«QaAaJJ.~ávoo (v. recibir, llevar- JtEV6-Éoo ( v. estar triste, lamentar-
se, traer) se por, estar de luto)
Q4, 5; 11,26; 17,34; 17,35 Q[6, 21)
Jt«Q«nlQTJ~ (ostentación) JtÉv'tE (cinco)
Q [«17, 20») Q(l2, 6); 14. 19; 19,18
JtaQa'tí:t}TJJJ.L (v. proponer, pre- JtÉQa~ (fin, límite, frontera)
sentar) Q 11,31
Q(IO, 8) JtEQ~álloo ( v. echar alrededor,
Jt«QÉQXOJ.LaL (v. pasar, pasar de poner, vestirse)
largo) Q 11, 27; 12, 29
Q 16,17 JtEQÍ'XELJL«L (v. estar colocado al-
Jt«QO'\jlí.c; (plato) rededor, ser rodeado por)
Q ll,39 Q(l7, 2)
mi~ (todo, cada) 3tEQL3ta'tÉoo (v. caminar, pasear)
Q 3, 3; 3, 9; 4, 5; 4, 6; (6, 22); Q 1, 12; 11, 44
6, 47; (6, 49); (7, 18); (7. JtEQÍOOEUJJ.a (abundancia, pleni-
29); 10, ll; 11, 10; 11, 17; tud, exuberancia)
11, 17; [11, 33); 11, 50; ll, Q6,45
224 El Documento Q

J'tBQLOOÓ'tBQOt; (más grande, ma- nvéoo (v. soplar)


yor, más) Q [6, 48]; [6, 49]
Q7,26 noLÉoo (v. hacer, realizar, prepa-
l'tBQÍ.XOOQOt; (área, región) rar, ganar)
Q3,3 Q 3, 8; 3, 9; 6, 31; 6, 31; 6, 32;
J'tE'tBLVÓV {pájaro) 6, 34; 6, 43; 6, 43; 6, 43; 6,
Q9,58; 12,24; 13,19 43; 6, 46; 6, 47; 6, 49; 7, 8;
rtÉ'tQa (roca, cimiento) 7, 8; 11, 42; 12, 43; 14, 16;
Q6,48; 6, 48 19, 18
rttíQa (alforja, bolsa) nóA.tt; (ciudad)
Q 10,4 Q 10, 8; 10, 10; [10, 10]; 10,
rti]')(Ut; (codo) 12
Q 12,25 noA.út; (mucho, más)
rttvoo (v. beber) Q 6, 23; 10, 2; 10, 24; 11, 31;
Q 1, 33; 7, 34; 10, 7; 12, 29; 11, 32; 12, 7; 12, 23; 12, 28;
12,45; 13, 26; 17,27; 17, 13, 24; [13, 29]; [14, 16];
28 [19, 15t 19, 17; 19, 19
rtÍJt'too ( v. caer, derrumbarse) rtOVTJQÓt; (malvado, malo, malig-
Q 6, 39; 6, 48; 6, 49; 12, 6; no)
[16, 17] Q 6, 22; 6, 35; 6, 45; 6, 45; 6,
rtLO'tBÚoo ( v. creer) 45; 11, 13; 11, 26; 11, 29;
Q [7, 29]; [7, 30] 11, 34; 19, 22
rttO'ttt; (fe, creencia, confianza) J'tOQEÚOf.LaL (v. ir, partir)
Q7,9; 11,42; 17,6 Q 1, 8; 7, 8; 7, 22; 11, 26; 14,
J'tLO'tÓt; (creyente, fiel) 19; 15,4
Q 12,42; 19, 17; [19, 19] rtÓQVTJ (prostituta)
nA.aváoo (v. extraviar, descarriar) Q [7, 29]
Q 15,7 nooáxtt; (¿cuántas veces ... ?, ¿con
nA.a'tELa (plaza, calle ancha) qué frecuencia ... ?)
Q 13,26 Q 13,34
nA.tív (pero, mas, sin embargo) nóoot; (¿cuán grande?, ¿cuánto?)
Q 10, 14; 17, 1 Q 11, 13; 11, 35
l'tATJQÓOO ( v. cumplir, llev1Jt a tér- rto'taf.LÓt; (río, corriente, riada)
mino) Q 6,48; 6,49
Q [7, 1] rtÓ'tE (¿cuándo?)
rtVE'Üf.La (espíritu, viento) Q[«l7,20))D
Q 3, 16; [3, 22]; 4, 1; 11, 24; rtO'tlÍQLOV (copa, cáliz)
11,26; 12,10;[12, 12] Q11,39; 11,41
Concordancia 225

:n:oü (en alguna parte) :rtQW'toxa-&EbQía (primer puesto,


Q9,58 lugar de honor)
:n:oú~ (pie) Q 11,43
Q 4, 11; 10, 11 :n:QW'tOXAL<JÍO (primer asiento [en
:n:QayJJ.a'tEÚOJ.I.aL ( v. negociar, ha- la mesa], lugar honorífico)
cer negocios) Q[ll, 43]
Q 19, 13 :n:Q<i:J'to~ (primero)
:rtQój3a'toV (oveja) Q 6, 42; 9, 59; [lO, 5]; 11, 26;
Q 10, 3; 15,4 11. 41; [13, 30]; [13, 30];
:n:Qoaboxáw ( v. estar a la expec- 14. 18; 19, 16
tativa, esperar) :n:'tEQÚytov (pináculo, punta)
Q 1, 19; 12,46 Q4,9
:n:QO<JEQyá~OJ.I.aL ( v. aproximarse, :n:'tÉQU~ (ala)
venir) Q 13,34
Q 19, 16 :n:'tÚov (pala para aventar, bieldo)
:rtQO<JEÚXOJ.I.aL (v. orar, rezar) Q3, 17
Q 6,28; 11,2 :rt'tcilJ.I.a (cadáver)
:n:QO<JXÓ:rt'tW (v. golpear, apalear, Q 17,37
maltratar) :n:'tcil<J~ (derrumbamiento, caída)
Q4, 11; 6, 49 Q [6, 49]
:n:QoaxuvÉw ( v. adorar, reve- mwxó~ (pobre, mendigo)
renciar, doblegarse, someterse) Q 6,20; 7, 22
Q4, 7; 4,8 :n:'ÜQ (fuego)
:rtQO<J:n:ÍJt'tw (v. caer, arremeter) Q 3, 9; 3, 16; 3, 17; [«12, 49»];
Q [6, 48] 17.29
:n:QO<J'tÍ'fhlJ.I.L (v. añadir, conceder) :n:\JQQá~w (v. estar rojo)
Q 12, 25; 12, 31 Q [12, 54); [12, 55]
:rtQO<J<pwvéw ( v. llamar, dirigirse :n:wl..éw (v. vender)
a alguien) Q 12, 6; 17, 28
Q7,32 :n:<i:J~ (¿cómo?)
:rtQÓaw:n:ov (cara, rostro) Q 6, 42; 11, 18; 12, 11; 12,27
Q 1, 27; [12, 56]
:rtQO<Jl"Í'tTI~ (profeta) {láj3bo~ (bastón, vara, cetro, palo)
Q6,23; 7,26; 7,26; 10,24; 11, Q 10,4
47; 11, 49; ll, 50; 13, 34; (la:n:í~w (v. golpear, abofetear)
16,16 Q [6, 29]
:n:Qwt (de madrugada) (lí~a (raíz)
Q [12, 55] Q3,9
226 El Documento Q

QÍJt'too (v. arrojar, tirar) (J')(.OQ:rtí.too (v. dispersar)


Q 17,2 Q 11,23
oáxxo~ (sayal, vestido de tela CJXO'tELVÓ~ (oscuro, oscurecido)
de saco) Q 11,34
Q 10,13 (J')(.O'tta (oscuridad)
oai..Eúoo (v. agitar, sacudir) Q 12,3
Q7,24 (J')(.Ó'to~ (oscuro, oscuridad)
CJwtQÓ~ (podrido, malo) Q 11, 35; 11, 35; 13, 28
Q 6, 43; 6, 43; 6, 43; 6, 43 Uobó¡.ta (Sodoma)
oaQÓOO (v. barrer) Q 10, 12; 17, 29
Q 11, 25; («15, 8») l:oA.o¡.toov (Salomón)
CJa'tavci~ (Satanás) Q 11, 31; 11, 31; 12,27
Q 11,18 oocpí.a (sabiduría)
oá'tov (medida) Q 1, 35; 11, 31; 11, 49
Q 13,21 oocpó~ (sabio)
CJT]J.l.ELov (signo) Q10,21; 11,49
Q 11, 16; 11, 29; 11, 29; 11, o:rteíeoo (v. sembrar)
29; 11,30 Q 12, 24; 19, 21; 19,22
míJA.EQOV (hoy) o:rtobó~ (ceniza)
Q 11, 3; 12, 28; [12, 55) Q 10,13
mí~ (polilla, gusano) CJ'taUQÓ~ (cruz)
Q «12, 33»; 12,33 Q 14,27
otayoov (mejilla) O'tacpuA.iJ (racimo de uvas)
Q6,29 Q6,44
~oov (Sidón) O'tÉYTJ (tejado, techo)
Q 10, 13; 10, 14 Q1,6
oí.va:rtt (mostaza) CJ'tEVÓ~ (estrecho)
Q 13, 19; 17,6 Q 13,24
CJL'tO~ (grano, trigo) CJ'tÓ¡.ta (boca)
Q3, 17 Q6,45
(J')(.avbaAU;,oo (v. escandalizar, ha- CJ'tQa'tLÓ>'tTJ~ (soldado)
cer tropezar) Q1,8
Q7,23; 17,2 .· CJ'tQÉcpoo (v. cambiar)
oxávbaA.ov (escándalo, tropie- Q6,29
zo) CJ'tQou-6-í.ov (gorrión)
Q 17,1 Q 12, 6; 12,7
CJXATJQÓ~ (duro) CJ'tUyvátoo (v. entristecerse)
Q 19,21 Q[12, 55]
Concordancia 117

ouxáJ.uvo~ (morera) -c~, -cí. (¿quién? ¿qué?)


Q 17,6 Q 3, 7; 6, 32; 6, 34; 6, 41; 6,
O'ÜXOV (higo) 46;7,24;7,25;7,26;7,31;
Q6,44 7,31;11,11;11,19;12,11;
oulliyoo (v. recoger, reunir) 12, 12; 12, 22; 12, 22; 12,
Q6,44 25; 12, 26; 12, 29; 12, 29;
ouváyoo (v. congregar) 12, 29; 12, 42; («12, 49»];
Q 3, 17; 11, 23; 12, 24; 17, 37; 13, 18; 13, 18; 13, 20; 14,
19, 21; 19,22 34; 15, 4; 1« 15, 8»D
ouvayoo'fll (sinagoga, asamblea) "tÓXO~ (interés)

Q 11, 43; 12, 11 Q 19,23


ouva(Qoo (v. rendir cuentas) -có:rto~ (lugar)

Q 19, 15 Q 11,24
oúvbouA.o~ (consiervo)
-cÓ-cE (entonces)
Q[12, 45) Q (3, 21B; 6, 42; [11, 24D; 11,
26; 11, 39; 13, 26; 14, 21;
ouvE'tÓ~ (sabio, inteligente)
16, 16
Q 10,21
"tQa:rtEtí."t'fl~ (banquero, cambis-
o&J.La (cuerpo)
ta)
Q 11, 34; 11, 34; 11, 34; 12, 4;
Q[l9, 23)
12,5; 12,22; 12,23
"tQáXTJAO~ (garganta, cuello)
Q 17,2
-caJ.Leiov (almacén, interior) "tQEL~ (tres)
Q 12, 3; 17,23 Q 13,21
"tO:rtELVÓOO (v. humillar) "tQÉc:poo (v. alimentar, nutrir)
Q (14, liD; [14, liD Q 12,24
-ctxvov (niño, niíia) -cg~oA.o~ (cardo, abrojo)
Q 3, 8; 7, 35; 11, 13; 13,34 Q6,44
-cEAOOvrJ~ (publicano, recaudador "tQÓ:rto~ (modo, manera)
de impuestos) Q 13,34
Q 6, 32; [7, 29]; 7, 34 -cgoc:piJ (alimento, comida)
"tEOOEQáxov-ca (cuarenta) Q 12, 23; 12,42
Q4,2 "tQÓ>yoo (v. comer, masticar)
-cí:&T]J.LL (v. poner, situar) Q 17,27
Q 11, 33; 12,46 -cúmoo (v. pegar, golpear)
-c~, "tL (alguien, algo) Q 12,45
Q 9, 57; [lo, 22D; 11, 15; 11, Túgo~ (Tiro)
16; 11, 27; 19, 12 Q 10, 13; 10, 14
228 El Documento Q

nHpA.ó~ (ciego) «<taQwai.o~ (fariseo)


Q 6, 39; 6, 39; 7, 22 Q [7. 30D; 11. 16; n, 39; 11,
42; 11. 43; [11, 44D
üOwQ (agua) q¡eúyw (v. huir)
Q3, 16 Q3, 7
utó~ (hijo) fP1Íf.1L ( v. decir)
Q 4, 3; 4, 9; 6, 22; 6, 35; 7, Q7,6
34; 9, 58; 10, 6; 10, 22; 10, q¡-ttávw (v. anticiparse, preceder,
22; 10, 22; ll, ll; ll, 19; llegar)
n, Jo; [11, 48D; [12, sD; Q 11,20
12, lO; 12, 40; 12, 53; 14, q¡.Uw (v. amar, gustar)
26; 17,24; 17,26; 17,30 Q 11,43
ÚJtáyw ( v. partir, ir) q¡í.A.o~ (amigo)
Q [6, 29+-+30/Mt 5, 41]; 10, 3; Q 1, 34; [«15, 9»B
12.58
q¡o~Éw (v. temer)
ÚJtaxoúw (v. obedecer, escuchar)
Q 12, 4; 12, 5; 12, 7; 19, 21
Q 17,6
qJOQÉW ( v. llevar, vestir)
ÚJtáQXW (v. poseer, tener, existir)
Q7,25
Q 12,44
qJOQ'tLov (carga, peso)
ÚltTJQÉl:TJ~ (siervo, asistente)
Q 11,46
Q 12, ss; [<12, ss>D
<pQÓVLf.tO~ (prudente, sabio)
ÚJtOOeí.xvu~ (v. mostrar, indicar)
Q3, 7
Q 12,42
q¡uA.axi¡ (cárcel, prisión)
ÚJtOOf¡f.ta (sandalia)
Q3, 16; 10,4 Q 12, 39; 12, 58
ÚJtOXQL'ti¡~ (hipócrita, farsante)
q¡uA.áoow (v. guardar, vigilar, de-
Q6,42 fender)
ÜO"tEQO~ (último) Q 11.28
Q 4. 2; [7. 30D q¡uA.i¡ (tribu)
Ú'\jiTJAÓ~ (elevado, alto) Q 22,30
Q [4, SB qJU'tEÚW (V. plantar)
Ú'tjlów (v. exaltar, engrandecer) Q 17, 6; 17. 28
Q 10, 15; [14, nD; [14, l!i q¡wA.eó~ (madriguera)
Q9,58
q¡áyo~ (glotón, comilón) q¡wvi¡ (voz, sonido)
Q7,34 Q 11.27
q¡atvw (v. brillar, iluminar) q¡oo~ (luz)
Q 17,24 Q 11,35; 12,3
Concordancia 229

<pW'tEtvóc; (resplandeciente, ra- XÓQ'toc; (hierba)


diante) Q 12,28
Q 11,34 XQÍJ~w (v. tener necesidad de)
Q 12,30
xaí.Qw (v. alegrarse, regocijarse) XQOVÍ.~w ( v. retrasarse, tardar)

Q 6, 23; 15, 7; (<15, 9>D Q 12,45


xaQá (gozo, alegría) XQÓvoc; (tiempo)
Q(l9, 15D
Q («15, IO»B
xwA.óc; (cojo)
XELJ.uÍ>v (mal tiempo, invierno)
Q7,22
Q(l2, 55D
'ljJUXTJ (alma, vida)
xeí.Q (mano)
Q 12, 4; 12, 5; 12, 22; 12, 23;
Q3, 17; 4,11
17,33; 17,33
xeí.Qwv (peor, más grave)
Q 11,26 wbe (aquí)
xmov (túnica, capa) Q 11,31; 11,32; (17, 21D
Q6,29 OOfW<; (hombro)
XoQa~í.v (Corozaín) Q[ll, 46D
Q 10,13 WQa (hora)
XOQ'tá~w ( v. alimentar, saciar) Q JO, 21; 12, 12; U, 40; 12,
Q6,21 46; [14, 17D.
LECTURAS RECOMENDADAS

Hay una extensa bibliografía en otras lenguas, especialmente


alemán, que se omite aquí. Sólo se incluye una selección de las
obras en inglés así como las traducciones al español. Para una bi-
bliografía completa puede consultarse F. Neirynck-J. Verheyden-
R. Corstjens, The Gospel ofMatthew and the Gospel Source Q: A
Cumulative Bib/iography 1950-1995 (BETL 140, 2 vols.), Leu-
ven University Press- Peeters, Leuven 1998; o D. M. Scholer, Q
Bibliography, 1Wentieth Century, en Documenta Q: Supp/emen-
tum, Peeters, Leuven 200 l.
Para el texto de Q en griego y en inglés en el contexto de una
sinopsis de los evangelios, véase J. M. Robinson-P. Hoffinann-J.
S. Kloppenborg (eds.)-M. C. Moreland (ed. ejec.), The Critica/
Edition of Q: Synopsis, inc/uding the Gospe/s of Matthew and
Luke, Mark and Thomas, with English, German, and French
Translations of Q and Thomas, Peeters-Fortress Press, Leuven-
Minneapolis 2000.
Para las bases de datos utilizadas en la reconstrucción de la
edición crítica de Q, véase la colección «Documenta Q», James
M. Robinson, Paul Hoffinann, John S. Kloppenborg (gen. eds.),
Stanley D. Anderson, Sterling G. Bomdahl, Shawn Carruth, Ro-
bert Derrenbacker, Christoph Heil, Thomas Hieke y Steven R.
Jonson (vol. eds.), Peeters, Leuven 1996ss.

Aland, K., (ed.), Synopsis Quattuor Evangeliorum (Deutsche Bi-


belgesellschaft, 15), Stuttgart edición revisada 1996, corre-
gida 2 1997.
Allison, D. C., The Jesus Tradition in Q, Trinity Press Intematio-
nal, Valley Forge PA 1997.
232 El Documento Q

Asgeirsson, J.-Kristin de Troyer-Meyer, M. W. (eds.), From


Quest to Que/le: Festschrift James M. Robinson (BETL
146), Peeters, Leuven 1999.
Catchpo1e, D. R., The Questfor Q, T & T C1ark, Edinburgh 1993.
F1eddermann, H. T., Mark and Q: A Study of the Over/ap Texts
(BETL 122), Leuven University Press-Peeters, Leuven 1995.
Harnack, A., The Sayings of Jesus: The Second Source of St.
Matthew and St. Luke (New Testament Studies, 2), trad. J.
R. Wilkinson, Williams & Norgate-G. P. Putnam's Sons,
London-NewYork 1908.
Havener, 1., Q: The Sayings of Jesus (Good News Studies 19),
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Jacobson, A. D., The First Gospel: An lntroduction to Q, Pote-
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Kirk, A., The Composition of the Sayings Source: Genre, Syn-
chrony, and Wisdom Redation in Q (Supplements to Novum
Testamentum, 91), E. J. Brill, Leiden 1998.
Kloppenborg, J. S., The Formation of Q: Trajectories in Ancient
Wisdom Collections (Studies in Antiquity and Christianity),
Fortress, Philadelphia PA 1987; reimpresión Trinity Press
Intemational, Harrisburg PA 2000.
- Q Parallels: Synopsis, Critica/ Notes, and Concordance
(Foundations and Facets: New Testament), Polebridge, So-
noma CA 1988.
- (ed.), The Shape ofQ: Signa/ Essays on the Sayings Gospel,
Fortress, Minneapolis 1994.
-y Meyer, M. W.-Patterson, S. J.-Steinhauser, M. G. (eds.), Q
Thomas Reader, Polebridge, Sonoma CA 1990.
- (ed.), Conjlict and lnvention: Literary, Rhetorical, and Social
Studies on the Sayings Gospel Q, Trinity Press Intematio-
nal, Valley Forge PA 1995.
-y Vaage, L. E. (eds.) Early Christianity, Q and Jesus (Semeia
55), Scholars Press, Atlanta GA 1991.
- Excavating Q: The History and Setting of the Sayings Gospel,
T & T Clark-Fortress, Edinburgh-Minneapolis MN 2000
(en preparación la edición española, Sígueme, Salamanca).
Lecturas recomendadas 233

Mack, Burton L., The Lost Gospe/: The Book of Q and Christian
Origins, Harper San Francisco, San Francisco 1993; versión
cast.: El Evangelio perdido, Martínez Roca, Barcelona 1994.
Piper, R. A., Wisdom in the Q-tradition: The Aphoristic Teaching
of Jesus (SNTSMS 1), Cambridge University Press, Cam-
bridge-NewYork 1989.
- (ed.), The Gospel behind the Gospels: Current Studies on Q
(Supplements to Novum Testamentum, 75), E. J. Brill, Leiden
1995.
Robinson, J. M.-Koester, H., Trajectories through Early Christia-
nity, Fortress Press, Philadelphia PA 1971; paperback 1979.
Theissen, G., Social Rea/ity and the Early Christians: Theo-
/ogy, Ethics, and the World of the New Testament, trad. M.
Kohl, Fortress Press, Minneapolis MN 1992; T & T Clark,
Edinburgh 1993.
Tuckett, Ch. M., The Reviva/ of the Griesbach Hypothesis: An
Analysis and Appraisa/ (SNTSMS 44), Cambridge Univer-
sity Press, Cambridge-New York 1983.
- Q and the History of Ear/y Christianity: Studies on Q, T & T
Clark-Hendrickson, Edinburgh-Peabody MA 1996.
Uro, R., Sheep among the Wolves: A Study on the Mission Ins-
tructions of Q (Annales Academiae Scientiarum Fennicae.
Dissertationes humanarum litterarum, 4 7), Suomalainen
Tiedeakatemia, Helsinki 1987.
- (ed.), Symbols and Strata: Essays on the Sayings Gospel Q,
Suomen Eksegeettisen Seuran Julkaisuja. Publications of
the Finnish Exegetical Society ofHelsinki, Finnish Exegeti-
cal Society, Vandenhoeck & Ruprecht, Gottingen 1996.
COLECCIÓN «BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS»

Colección dedicada al estudio de la Sagrada Escrituro. Se


compone de obras clásicas de exégesis. comentarios a los
libros principa/e.~ de la Biblia y estudios monográficos so-
bre temas mediante investigaciones fundamentales. Inició
su andadura el año 1973 con la publicación de la obra Re-
surrección de Jesús y mensaje pascual, de X. Léon-Dufour.

l. X. Léon-Dufour, Resurrección de Jesús y misterio pascual


2. J. Jeremias, Teología del nuevo testamento
4. H. Schlier, La carta a los gálatas
11. G. von Rad, Teología del antiguo testamento 1
12. G. von Rad, Teología del antiguo testamento 11
13. G. Bornkamm, Jesús de Nazaret
14. J. Jeremías, Palabras desconocidas de Jesús
23. S. Herrmann, Historia de Israel
24. G. Bornkamm, Pablo de Tarso
26. L. Coenen, Diccionario teológico del nuevo testamento 1-II

28. L. Coenen, Diccionario teológico del nuevo testamento lll-IV


30. J. Jercmias, Abha. El mensaje central del nuevo testamento
32. R. Bultmann, Teología del nuevo testamento
35. G. Bornkamm, Estudios sobre el nuevo testamento
36. W H. Schmidt, Introducción al antiguo testamento
41. E. Schweizer, El Espíritu santo
43. R. E. Brown, La wmunidad del discípulo amado
44. M. Noth, Estudios sobre el antiguo testamento
46. X. Pikaza, Hermanos de Jesús y servidores de los más pequeños
49. R. E. Brown-J. A. Fitzmyer, María en el nuevo testamento

52. H. J. Kraus, Teología de los salmos


53. H. J. Kraus, Los salmos 1 ( 1-59)
54. H. J. Kraus, Los salmos 11 (60-150)
55. J. Gnilka, El evangelio según san Marcos 1
56. J. Gnilka, El evangelio según san Marcos 11
57. W. Schrage, Ética del nuevo testamento
58. E. Schweizer, La carta a Jos colosenses
59. H. Koster, Introducción al nuevo testamento
60. G. Barth. El bautismo en el tiempo del cristianismo primitivo
61. U. Wilckens, La carta a los romanos 1

62. U. Wilckens, La carta a los romanos 11


63. O. Cullmann. Cristología del nuevo testamento
65. G. Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos
68. X. Léon-Dufour, Lectura del L'Vangelio de Juan 1
69. X. Léon-Dufour, Lectura del evangelio de Juan 11
70. X. Léon-Dufour, Lectura del evangelio de Juan III
71. H. Schlier, La carta a los efesios
73. N. Brox, La primera carta de Pedro
74. U. Luz, El evangelio según san Mateo I
15. X. Pikaza, El evangelio. VIda y pascua de Jesús
78. M-Y. MacDonald, Las comunidades paulinas
79. A. Vanhoye, Sacerdotes antiguos, sacerdote nuevo según el NT
81. J. Lambrecht, Pero yo os digo ...
82. J. Schlosser, El Dios de Jesús
83. J. Becker, Pablo el apóstol de los paganos
85. F. Bovon, El evangelio según san Lucas 1
86. F. Bovon, El evangelio según san Lucas 11
88. L. Schenke, La comunidad primitiva
89. J. Maier, Entre los dos testamentos
90. H. Balz-G. Schneider, Diccionario exegético del nuevo testamento 1
91. H. Balz-G. Schneider, Diccionario exegético del nuevo testamento 11
92. O. Cu11mann, La oración en el nuevo testamento
93. S. Vidal, Escritos origúulles de /Q comunidad del discípulo «amigo» de Jesús
94. X. Pikaza, Pan, casa, palabra. La Iglesia en Marcos
95. G. Theissen, Colorido local y contexto histórico en los evangelios
96. X. Léon-Dufour, Lectura del evangelio de Juan IV
97. R. E. Brown, Introducción a la cristología del nuevo testamento
98. La Misná, C. del Valle (ed.)
99. H. W. Wo1ff, Antropología del antiguo testamento
100. G. Theissen-A. Merz, El Jesús histórico
1Ol. F. Contreras, La nueva Jerusalén, esperanza de la Iglesia
102. R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptica
103. U. Luz, El evangelio según san Mateo II
104. H. Simian-Yofre, Metodología del antiguo testamento
105. M. Karrer, Jesucristo en el nuevo testamento
106. U. Luz, El evangelio según san Mateo 111
107. El Documento Q, J. M. Robinson-P. Hoffmann-J. S. Kloppenborg (eds.)
108. G. Theissen, La religión de los primeros cristianos

• • •
l. G. Strecker-U. Schnelle, Introducción a la exégesis del nuevo testamento
2. E. Schweizer, Jesús, parqbola de Dios
3. R. Schnackenburg, Amistad con Jesús
4. E. Schweizer, El sermón de la montaña
5. H. Ba1z, Vocabulario griego del nuevo testamento

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RUDOLF BULTMANN

HISTORIA DE LA TRADICIÓN SINÓPTICA

Introducción (X. Pikaza)


l. El libro: historia y actualidad
2. Bultmann pensador
3. Bultmann hermeneuta
4. Bultmann teólogo
5. Bultmann, libro abierto

l. La tradición de las palabras de Jesús


A. Apotegmas
B. Palabras del Seftor
l. Logia
2. Palabras proféticas y apocalípticas
3. Palabras sobre la ley y reglas de la comunidad
4. Sentencias del <<)'O»
5. Símiles y formas afines
11. La tradición del material narrativo
A. Historias de milagros
B. Narración histórica y leyenda

111. La redacción del material de la narración


A. Material de discursos
B. Material narrativo y la composición de los evangelios

Epilogo (G. Theissen)


l. Teoría y método de la historia de las formas
2. Investigación de las formas menores
3. Investigación sobre la recopilación de la tradición

«Libro clave de la historia cultural del occidente, donde se combinan y fe-


cundan: análisis filológico de los evangelios, reconstrucción histórica de Jesús
y búsqueda religiosa de la modernidad» (Xabier Pikaza).
«La aportación más importante del siglo XX en el campo de la literatura so-
bre los evangelios» (Gerd Theissen).

Biblioteca de Estudios Bíblicos, 102-496 páginas- ISBN: 84-301-1307-3

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GERD THEISSEN- ANNETTE MERZ

EL JESÚS HISTÓRICO

l. LAS FUENTES Y SU EVALUACIÓN


l. La historia de la investigación en tomo a la vida de Jesús
2. Fuentes cristianas sobre Jesús
3. Las fuentes no cristianas sobre Jesús
4. El uso de las fuentes

Il. EL MARCO DE LA HISTORIA DE JESÚS


5. El marco histórico y religioso de la vida de Jesús
6. El marco cronológico de la vida de Jesús
7. El marco geográfico y social de la vida de Jesús

III. LA ACTIVIDAD Y LA PREDICACIÓN DE JESÚS


8. Jesús, carismático: Jesús y sus relaciones sociales
9. Jesús, profeta: la escatología de Jesús
1O. Jesús, salvador: los milagros de Jesús
11. Jesús, creador literario
12. Jesús, maestro: la ética de Jesús

IV. PASIÓN Y PASCUA


13. Jesús, fundador cultual
14. Jesús, mártir: la pasión de Jesús
15. Jesús, resucitado: la pascua y sus interpretaciones
16. El Jesús histórico y los inicios de la cristologia

Estamos acostumbrados a oponer «.Jesús histórico)) y «Cristo de la fe)), pa-


ra decir que sabemos muy poco del primero y que las afirmaciones sobre el se-
gundo son una creación eclesial. De esta manera la investigación histórica so-
bre Jesús se había reducido a una cuestión hermenéutica.
Este manual expone con la mayor objetividad y claridad posibles los resul-
tados de la investigación científica sobre el Jesús histórico. Elaborado en for-
ma didáctica, con numerosos esquemas y tablas, y con sugerencias para la re-
flexión hermenéutica. ··
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