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Atención Primaria de Salud 1

Dolor de garganta: faringoamigdalitis aguda


J. M. Gómez Ocaña, E. Revilla Pascual, M. C. Ruiz Calero

CONTEXTO
Una de las consultas más frecuentes en atención primaria (AP) es el dolor de garganta.
Su manejo sigue siendo controvertido, ya que se trata con antibióticos en más del 80%
de los casos, cuando es sabido que sólo el 20% tiene etiología bacteriana. Sin embargo,
las guías terapéuticas dicen que esta- blecer un buen diagnóstico diferencial entre el
proceso vírico y el bacteriano es muy difícil, teniendo los escores clínicos una
sensibilidad de un 75%. En este capítulo se pretende orientar lo máximo posible esta
decisión.

APROXIMACIóN DIAGNóSTICA INICIAL


El inicio brusco del cuadro, amígdalas con exudado blanquecino y fiebre alta orientan
hacia proceso bacteriano, mientras que un inicio insidioso, síntomas catarrales o
presencia de lesiones vesiculosas en la mucosa faríngea, hacia vírico. Los criterios
clínicos de Centor sirven para descartar el empleo de antibióticos más que para
establecer su uso. Los signos acompañantes como la hepatoesplenome- galia orientan
hacia la mononucleosis infecciosa; la presencia de trismus y asimetría amígdalar, hacia
el absceso periamigdalar, y las membranas grisáceas y el aliento fétido, hacia la angina
de Vincent.

MANEJO CLÍNICO
La mayoría de las veces es suficiente con tratamiento sintomático, y cuando sea
necesario usar tra- tamiento antibiótico sigue siendo de elección la penicilina,
reservando los macrólidos sólo para los alérgicos. Las cefalosporinas de última
generación y algunos macrólidos se pueden usar en dosis úni- cas diarias, lo que
facilitaría la adhesión al tratamiento, pero su amplio espectro hace que sean de se-
gunda elección. La amoxicilina-ácido clavulánico y la clindamicina se aplicarían en casos
de faringitis recurrentes por su acción sobre la flora productora de betalactamasas y
anaerobias, respectivamente.

MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA


Los antibióticos administrados en primera instancia en el tratamiento de la infección
respiratoria aguda inespecífica de la vía superior no aportan beneficio relevante en
cuanto a la clínica ni tampoco en la prevención de complicaciones y sí que pueden
producir efectos secundarios e inducción de resistencias, pero se ha evidenciado que
reducen levemente la duración de los síntomas y previenen las complicaciones
supurativas y no-supurativas de la faringitis estreptocócica. La penicilina durante
10 días sigue siendo el tratamiento de elección, y administrada cada 12 horas es tan
eficaz como en dosis más frecuentes. Pautas más cortas no alcanzan la misma
erradicación bacteriana, y sólo han demostrado su eficacia las cefalosporinas de
segunda y tercera generación y los macrólidos. La pres- cripción diferida no aporta
beneficios si es seguro no usarla, aunque se ha demostrado que conlleva un menor
uso de antibióticos y una menor satisfacción del paciente.

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