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1. Resumen
La retórica es considerada como parte de los estudios filosóficos por los
Sofistas, dirigida a utilizar las habilidades para exponer y argumentar, en una base
exageradamente formal; de modo de conducir a los oyentes a convencerse de la
tesis sustentada por el expositor, incluso si la misma fuera falsa. Sócrates y Platón
hicieron una fuerte crítica de ello; aunque Aristóteles no la consideró totalmente
negativa.
Estudia y sistematiza el lenguaje utilizado en los diferentes campos de
conocimiento (como las ciencias naturales, la narratología y las ciencias de la
educación), permitiendo que la comunicación en cada ámbito consiga los objetivos
que se plantea, tanto comunicativos como estéticos.
Se dice que la retórica es “el arte del bien decir” o también “la habilidad
técnica para expresarse de la forma adecuada” ya que cuenta con un sistema de
recursos que sirve para la construcción discursiva y el enriquecimiento del
mensaje. Los elementos utilizados en el discurso, a su vez, se encuentra
estrechamente relacionados entre sí.
2. Introducción
Sócrates dice que volverá sobre esta cuestión más tarde. Se continúa con
las preguntas sobre el arte hacia Gorgias. Existe una diferencia entre el arte y la
operación que esta tiene. El trabajo manual resulta ser fundamental en algunas
artes y no se recurre mucho a la palabra. Muchas de ellas no necesitan palabra en
absoluto, puesto que el arte se puede realizar en silencio; por ejemplo, la pintura o
el dibujo. Hay otras artes en las que la palabra se hace mucho más presente como
en la aritmética, la geometría o el álgebra. Estas prescinden del trabajo manual y
aquí se encuentra la retórica.
Sin embargo, ¿se puede decir que la aritmética es ''retórica''?
Evidentemente, no. Entonces Sócrates, tratando de especificar un poco más la
respuesta, dice que si a él le preguntaran contestaría así:
¿Qué es la aritmética?
R: Es un arte que produce su eficacia a través de la palabra.
Así, se explica que si bien, las artes que se valen por medio de la palabra
tienen una misma definición, cuando se pregunta por el objeto de dicho arte, se
produce una diferencia dependiendo de cual sea su objeto de estudio.
Ahora, podemos aplicar la misma respuesta a la Retórica, pero la respuesta de
Gorgias es un tanto distinta.
- ¿Qué es la Retórica?
R: Es un arte que produce su eficacia a través de la palabra.
- ¿Sobre qué objeto?
R: Sobre los asuntos más importantes de este mundo. La respuesta parece
provocar un poco de reticencia en Sócrates y acto seguido, el filósofo comenta a
Gorgias que las cosas más importantes de este mundo son más bien...
1. Tener salud
2. Ser hermoso
3. Ganar dinero sin recurrir al fraude
De esta forma podría decirse que la medicina sería uno de los más
importantes asuntos de este mundo, puesto que se preocupa de la salud. También
se encontraría el maestro de gimnasia que se preocupa de hacer bellos a los
cuerpos y finalmente un banquero que se preocupa de hacer dinero a través de
acciones lícitas.
Entonces, ¿cómo puede la retórica referirse a los asuntos más
importantes del mundo, si no se refiere a la salud, a la hermosura y a la
producción honesta de dinero? Una muy difícil pregunta para el sofista de parte de
Sócrates.
La retórica como poder de persuasión Gorgias, responde diciendo que la
retórica es una de las artes que tiene la capacidad de dar libertad y además, con
este arte se puede dominar a los demás.
¿Cómo? a través de la persuasión... Pensemos en los Tribunales cuando
se tiene que defender a un ciudadano, en una asamblea donde se deliberan cosas
importantes y en toda reunión de asuntos públicos. Así, el médico, el gimnasta y el
banquero, quedarían persuadidos por el poder de la retórica, donde el orador
podrá sacar mucho provecho. La respuesta de Gorgias resulta ser muy ágil e
inteligente, propia de un orador dedicado a la retórica.
En todo caso, Sócrates le dice que no está muy seguro de saber a qué
persuasión se refiere Gorgias y entonces comienza a interrogarlo. En efecto, es
válido preguntar a qué tipo de persuasión se refiere Gorgias porque si
preguntamos a un pintor que tipos de pinturas hace, él te puede decir: pinturas de
animales, pinturas de paisajes, pinturas de personas, etc.
Además hay otras artes que producen persuasión; por ejemplo, el
profesor que enseña matemáticas debe convencer a sus alumnos a través de la
enseñanza y esto también sería un tipo de persuasión. Luego, la retórica no es el
único artífice de la persuasión. Gorgias insiste en que la persuasión a la que él se
refiere, es la persuasión retórica que ocurre en los tribunales y asuntos públicos en
general. Sócrates acepta su posición, pero tratando de elaborar un tipo de
persuasión exclusivamente de la retórica.
Para esto, Sócrates establece dos conceptos que ya ha desarrollado en
otros diálogos, la creencia y el saber. ¿Son lo mismo el creer y el saber? Claro
que no son lo mismo, los dos son distintos.
Por lo tanto, también existen dos clases de persuasión: la que produce
creencia sin saber y la que produce ciencia. Gorgias admite que la persuasión
relacionada con los tribunales y asuntos públicos, es del tipo del que origina
creencia y así lo afirma Sócrates también.
1. Desarrollo
Añade Gorgias, que este uso de la retórica no puede utilizarse para malos
propósitos, al contrario, solo debe usarse para el bien.Una vez comienzan,
Gorgias asegura ser capaz de enseñar retórica a quien quiera aprender. Sócrates
le pregunta si su enseñanza consistiría más en persuadir que en instruir y Gorgias
responde afirmativamente a la primera opción.
“El discurso del orador vale más que el del médico en lo que respecta a la
salud” Ahora ese discurso ¿frente a qué clase de público se puede presentar?
Sócrates diría que solamente se puede presentar a un público ignorante, puesto
que el público inteligente sabe que en temas de la salud, lo que cuenta es el
discurso del médico y no el del orador. Luego, el que no sabe será más persuasivo
en un público de ignorantes.
Conclusión
Se debe hacer lo agradable a causa de lo bueno. (Alimentarse con moderación
para estar bien). La moderación en el alma es mejor que la licencia. El hombre
moderado es absolutamente bueno. El hombre debe buscar el castigo necesario
si quiere ser feliz y limpiar su alma. Cometer injusticia es peor que recibirla.
Debemos precavernos más de cometer injusticia que de recibirla, que si hacemos
algo malo debemos ser castigados, y que se debe hacer uso justo tanto de la
retórica como de cualquier otra actividad o habilidad.