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ARQUITECTURA+INFANCIA

OBJETIVOS GENERALES Y
ESPECIFICOS

Objetivo general:

Analizar la vivencia espacial experimentada por


un grupo poblacional infantil a partir de su
interacción con una serie de instalaciones
temporales denominadas como “Módulos
Sensoriales”, para obtener criterios de forma,
tamaño, textura, luz, sombra y color en la
intervención del espacio arquitectónico infantil.

Objetivos específicos:

A. Elaborar un marco teórico basado en el


estudio de la experiencia infantil frente a los
aspectos de forma, tamaño, textura, luz, sombra
y color del espacio arquitectónico.

B. Generar una metodología que determine los


procesos creativos a seguir y permita la
construcción de los “Módulos Sensoriales” de
experimentación.

C. Permitir que los “Módulos Sensoriales”


desarrollados, sean explorados por la población
de estudio.

D. Describir, analizar y concluir la experiencia


vivida por los niños en los “Módulos Sensoriales”,
construidos para identificar algunos criterios de
intervención del espacio infantil relacionados
con los aspectos de forma, tamaño, textura, luz sombra y color.

UNA BREVE LECTURA…


“Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba
"Historias vividas", una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se
tragaba a una fiera.
En el libro se afirmaba: "La serpiente boa se traga su presa entera, sin masticarla.
Luego ya no puede moverse y duerme durante los seis meses que dura su
digestión".
Reflexioné mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y a mi vez logré
trazar con un lápiz de colores mi primer dibujo. Mi dibujo número 1 era de esta
manera:

Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les daba
miedo.
—¿por qué habría de asustar un sombrero?— me respondieron.
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que
digiere un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las
personas mayores pudieran comprender. Siempre estas personas tienen necesidad
de explicaciones. Mi dibujo
número 2 era así:

Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, ya


fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la historia, el cálculo
y la gramática. De esta manera a la edad de seis años abandoné una magnífica
carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos
número 1 y número 2. Las personas mayores nunca pueden comprender algo por
sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez
explicaciones.”
(Saint-Exupéry 1944 p.1)

En “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, se encuentra el relato anteriormente


compartido; una historia breve que narra la frustración encontrada por un niño de
6 años tras intentar explicar a los adultos un dibujo tan sencillo como el de una boa
que se comió un elefante. “Las personas mayores nunca pueden comprender algo
por sí solas” menciona el pequeño dibujante “y es muy aburrido para los niños tener
que darles una y otra vez explicaciones” (Saint-Exupéry 1944 p.1) Al parecer, los
niños ven las cosas de manera diferente a como las ve un adulto y lo que para ellos
representa un elefante dentro de una boa, no es más que un sombrero.

Si recurrimos hoy como adultos a los terrenos de nuestra memoria infantil, podemos
encontrar inmersos varios recuerdos que nos señalan lo mucho que ha cambiado
nuestra interpretación de la realidad; lo que en algún momento fue cueva de
dragones, nave espacial o casa de muñecas hoy solamente es una mesa y las
experiencias infantiles que construimos sobre esa mesa han quedado sepultadas
alejándonos de la posibilidad de pensar nuevamente en ella como niños.

Las huellas de la infancia en ese sentido se desvanecen como polvo entre los dedos
y esas vivencias de niñez que alguna vez estuvieron presentes hoy son solamente
recuerdos que precipitadamente se borran de la memoria permitiendo que la
comprensión de la infancia como una edad de experiencias particulares sea débil.
UNA BREVE LECTURA

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