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las emociones y de la volición dominan, en primer plano, el estado mórbido. En contrataste con esto existe un
grupo relativamente pequeño de casos, en los cuales el desarrollo de los desórdenes de la emoción y la volición es
más lento, y la armonía interior de la vida psíquica está considerablemente menos involucrada; en los cuales la
pérdida de la unidad interior está esencialmente limitada a ciertas facultades intelectuales. Los delirios marcados y
la coloración paranoide del cuadro mórbido son comunes a todas estas formas clínicas, que no pueden ser
rigurosamente separadas (la demencia precoz y la parafrenia). Al mismo tiempo, existen anormalidades en la
disposición, pero hasta los últimos períodos de la enfermedad no aparecen ese embotamiento y esa indiferencia que
tan frecuentemente constituyen los primeros síntomas de la demencia precoz. Por último, también la actividad
aparece frecuentemente influenciada mórbidamente, pero esencialmente solo por los contenidos anormales del
pensamiento y por el humor. Solo se observan de tanto en tanto indicios de desórdenes de la volición. El
agrupamiento de estos ataques presenta grandes dificultades, y esto texto consiste en un primer intento de
Kraepelin por hacer la separación. Las parafrenias muestran una mezcla de delirios de persecución y de exaltación
que se desarrollan lenta, pero continuamente. Kraepelin distingue cuatro tipos de parafrenia: la parafrenia
sistemática es la principal, asociadas a ella existen como pequeños grupos, estrechamente relacionadas entre sí, la
forma expansiva y la confabulatoria; mientras que la forma fantástica tiene una presencia excepcional.
PARAFRENIA EXPANSIVA: La forma expansiva de la parafrenia está caracterizada por el desarrollo de una
megalomanía exuberante con humor predominantemente exaltado y excitación leve. La enfermedad comienza, por
regla general, gradualmente, pero también a veces subagudamente. Ocasionalmente parece preceder un período de
ansiedad y depresión. La esencia de la megalomanía es, en la mitad de los casos, erótica: afectaba exclusivamente a
pacientes mujeres. En la otra mitad de los casos se pueden ubicar ideas de exaltación religiosas. Junto con esto
aparecen toda clase de ideas exaltadas.
Alucinaciones: Aparecen casi siempre bastante pronto. Los pacientes tienen numerosas visiones, en su mayor parte
más parecidas a sus seños. Contenidos de pensamiento religioso y erótico se tejen en forma altisonante a partir de
imágenes visionarias que son descriptas por el paciente en parte como sucesos reales, en parte como invenciones.
Ideas de persecución: Invariablemente, de la mano de la megalomanía, hay ideas de persecución, las cuales, sin
embargo, en la totalidad del cuadro clínico, no adquieren una posición de dominio como en la forma precedente.
Los pacientes deben sufrir juicios, deben ser oprimidos, el peligro está amenazando. Se los maltrata, se ríen de
ellos. Aquí también las alucinaciones pueden jugar un papel.
Falsos recuerdos: Durante este desarrollo la percepción, la orientación, la memoria, y la retención no están
esencialmente perturbados en los pacientes, sin embargo, no infrecuentemente ocurren falsos recuerdos. Las
profecías dependen de ellos. No existe una comprensión de la enfermedad.
Humor: Es auto – conciente, alegre, a menudo no es forzado e irresponsable. Los pacientes tienen inclinación a las
bromas y a los chistes, o están radiantes y sonrientes de felicidad. Se intercalan momentos en los que están
irritables, son pretenciosos, presuntuosos o desconfiados, rechazantes. En su conducta parecen razonables,
accesibles, agradables, pero caen fácilmente en una excitación intensa si las personas se ocupan de ellos durante un
tiempo considerable.
Actividades: Los pacientes están a menudo bajo el dominio de sus delirios. Tratan de acercarse al objeto de su
amor o poseer el dinero que se les ha retenido. Aparte de algunos desvíos transitorios, los pacientes pueden parecer
bastante discretos y ocuparse razonablemente. Sin embargo a veces despliegan un comportamiento afectado y
pomposo.
Curso posterior de la enfermedad: El cuadro mórbido solo cambia lentamente. Los pacientes se mantienen
razonantes y lúcidos, pero adhieren firmemente a sus delirios, los cuales se tornan más absurdos y más
incoherentes. Son locuaces, verborrágicos, distraídos; pero también vivaces, accesibles y dóciles. Muestran un
humor cambiante. No aparece una demencia profundos ni una desintegración de la personalidad. Los pacientes que
forman este cuadro son en su mayoría mujeres. La enfermedad suele comenzar a los treinta y cinco años. No se
haya presente ninguna tara hereditaria ni causas externas de la enfermedad.
Delimitación: Se distinguen de la demencia precoz por el daño llamativamente leve de la personalidad psíquica,
después de una duración de muchos años. También se distinguen por la ausencia de todo desorden volitivo
autónomo aparte de la afección que está conectada con las ideas exaltadas. En la parafrenia, las alucinaciones
auditivas y las influencias corporales como sucesos delirantes ocupan un segundo plano, detrás de las alucinaciones
visuales, las interpretaciones y los falsos recuerdos. Esto también sirve para separarla de la parafrenia
sistematizada. Pero a esto se agrega el desarrollo frecuentemente más rápido de la enfermedad y especialmente del
humor permanentemente exaltado a pesar de las ideas de persecución que aparecen igualmente, y el
comportamiento accesible, agradable y natural. Los pacientes no están para nada tan atormentados como los
perseguidores perseguidos. La intromisión continua en su vida está ausente en estos pacientes.
PARAFRENIA CONFABULATORIA: esta forma esta relacionada con la anterior, e incluye un número pequeño
de casos. Se distingue por el papel dominante que los falsos recuerdos desempeñan en ella. El comienzo parece ser
un cambio en la conducta de los pacientes: se tornan callados, irritable, se enojan, se aíslan; y luego salen
gradualmente con una narración de experiencias muy extraordinarias en el sentido de delirios de persecución y
exaltación. Se sienten abandonados, son perseguidos, por todas partes hay señales sospechosas. Muchos de los
pacientes escuchan voces, a veces remontan la persecución a la niñez. Todas estas experiencias son narradas con la
más exacta descripción de los detalles, como sucesos que hubieran ocurrido muy recientemente.
Megalomanía: Las fuentes fabulatorias de la megalomanía fluyen abundantemente. Los pacientes exponen con
convicción un motón de historias extraordinarias, bajo la forma de experiencias personales. Informan con detalles
precisos sucesos que se remontan a décadas atrás. A veces, las a menudo repetidas narraciones, se fijan a la mente
del paciente de modo que se repiten con las mismas palabras. Al comienzo las historias son agrandadas
continuamente con nuevos detalles. Los pacientes se toman a la ligera el hecho de que ellos previamente no han
percibido sus experiencias. La manera en la que los pacientes sacan conclusiones de sus propias narraciones,
atestigua del fácil desplazamiento del poder de la imaginación. Se atribuyen un parte rara en sus relatos: aunque se
les advertía que iban a ser asesinados, no tomaban cartas en el asunto. Si se señala esto a los pacientes, no se logra
causarle mucha impresión. El contenido de los falsos recuerdos no está de ningún modo limitado siempre a los
delirios actuales de persecución y de exaltación, sino que está frecuentemente conectado también con experiencias
personales más remotas y con sucesos cotidianos. Frecuentemente los falsos recuerdos están relacionados con el
ambiente del momento: a los pacientes todo les parece familiar. Además de las ideas mórbidas que están en
relación con los falsos recuerdos existen otros delirios de varias clases.
Conciencia: La conciencia de los pacientes, a pesar de los delirios absurdos, permanece sin perturbación alguna.
Los pacientes están tranquilos, perciben sin dificultad, dan información precisa y coherente, se comportan
razonablemente. Están perfectamente lúcidos de su medio y su situación, sacando los delirios.
Humor: A pesar de las ideas de persecución es alegra y exaltado, totalmente feliz, y temporariamente ansiosos e
irritable. Los pacientes son muy accesible, locuaces, verborrágicos, incoherentes, con una tendencia a juegos tontos
de palabras. Constantemente inventan detalles nuevos de los recuerdos delirantes.
Curso de la enfermedad: Parece ser progresivo. En su mayor parte el crecimiento frondoso de falsos recuerdos
solo constituye un período de la enfermedad relativamente corto, aún cuando las invenciones delirantes son
retenidas por un tiempo considerable, repetidas, y abandonadas un tiempo más. En un año los pacientes pueden
haber empalidecido: ya no quieren saber nada más ni de ellos ni de sus historias. Los delirios se tornan más
absurdos e incoherentes. El humor se vuelve irritable, malhumorado o indiferente, muestra del deterioro psíquico.
Ambos sexos son atacados en partes iguales. Puede aparecer entre los veinte y los cincuenta años.
Delimitación: El comienzo relativamente temprano y la involución psíquica, ciertamente notoria después de
algunos años, indicarían una relación con la demencia precoz. Pero aquí están ausentes las ideas de influencia
corporal y los desórdenes volitivos.
PARAFRENIA FANTÁSTICA: Es un grupo no muy grande de pacientes que se basa en un crecimiento florido de
delirios altamente extraordinarios, desconectados y cambiantes. Coincide con la demencia paranoide, pero
Kraepelin quiere adoptar un nuevo nombre. La enfermedad suele comenzar con mal humor. El paciente se vuelve
debilitado, apocado, deprimido, silencioso, ansioso, sin una vitalidad apropiada, y a veces piensa en el
suicidio. Ideas de persecución: Aparecen luego gradualmente en la superficie.
Alucinaciones auditivas: Aparecen invariablemente. El paciente mantiene conversaciones con las voces. Las voces
lo acusan, lo amenazan, lo alaban, le dictan. También hablan acerca de lo que hace.
Alucinaciones visuales: Habitualmente juegan solo un pequeño papel.
Disestesias o influencia: Por otra parte la cenestesia, y especialmente lo delirios de influencia personal, que están
conectados con ella, ocupan un lugar muy grande en el cuadro mórbido. Los pacientes se quejan de dolores de todo
tipo. Las voces también los influencian especialmente. El paciente siente y ve a otras personas deslizarse dentro de
su cuerpo. A veces las perturbaciones son de naturaleza marcadamente sexual. También sufren de delirio de
exaltación o de persecución; pero en parte se trata de un juego insensato y sin objeto, con las más extraordinarias y
repentinas ideas.
Falsos recuerdos: frecuentemente los delirios revisten la forma de falsos recuerdos. A veces los delirios de esta
forma se relacionan con cada idea surgida por casualidad: el paciente experimentó por sí mismo cada sujeto d la
historia que se menciona en la conversación. Se trata siempre, no de círculos de ideas conectadas y mentalmente
elaboradas, sino de ideas del momento, repentinas, variadas y a menudo cambiantes, algunas de las cuales son
retenidas por un tiempo, pero la mayoría son reemplazadas por creaciones siempre nuevas y igualmente
transitorias. Durante los delirios los pacientes pueden ser increíblemente sensatos, lúcidos y razonables en su
comportamiento; sin embargo, a menudo confunden de un modo alucinatorio lo que lo rodea y a las personas.
Humor: Suele ser exaltado o indiferente, aunque a veces es algo triste, inclinado a la violencia. En las
conversaciones extensas los pacientes suelen excitarse. Los delirios los exponen con fluidez pero de manera
confusa y vaga. Su conducta está afectada y suelen observarse muecas. El habla está salpicada por giros bizarros y
por neologismos. Muchas frases pueden ser completamente inentendibles. Son frecuentes los juegos de palabras
tontos, las rimas absurdas y los chistes. Los pacientes pueden hacerse entender perfectamente. El curso de la
enfermedad es progresivo: con el tiempo, las expresiones se tornan más con fusas e inconexas, y el comportamiento
se torna bizarro. Las emociones llegan a ser embotadas con estallidos de violencia. La enfermedad suele desatarse
entre los treinta y cuarenta años de edad.
Delimitación: El daño a la volición por el proceso mórbido queda completo en un segundo plano. En general, la
actividad mental de los pacientes se conserva llamativamente bien.
Tratamiento: necesitan de la vida institucional y una ocupación adecuada.