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(Spanish Edition) Terry Eagleton - El Sentido de La Vida (2008, Paidos Iberica Ediciones S A) PDF
(Spanish Edition) Terry Eagleton - El Sentido de La Vida (2008, Paidos Iberica Ediciones S A) PDF
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s RRY EAGLETON
Terry E a g l e t o n es el titular de
la cátedra John Edward Taylor de
filologia inglesa en la Universidad de
Manchester y miembro de la Academia
Británica. Entre sus obras se incluyen
Ideología, La función de la crítica, La
idea de cultura y Las ilusiones del
posmodernismo, todas ellas publicadas
por Paidós.
EL SENTIDO DE LA VIDA
Terry Eagleton
PAIDÓS
Barcelona • Buenos Aires • México
Título original: The Meaning of Ufe
The Meaning of Life was originally published in English in 2007.
This translation is published by arrangement with Oxford
University Press.
El sentido de la vida fue publicado originalmente e n inglés e n 2007.
Esta traducción se ha publicado c o n permiso de Oxford
University Press.
ISBN: 978-84-493-2082-8
Depósito legal: B.53.465/2007
QUEDA PROHIBIDA
LA VENTA, DISTRIBUCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN
—Thomas Jefferson
1. Preguntas y respuestas 13
li
PROLOGO
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Los filósofos tienen la exasperante costumbre de
analizar preguntas en lugar de responderlas, y así
es como también quiero yo empezar aquí.^ La pre-
gunta «¿Cuál es el sentido de la vida?», ¿es verda-
deramente una pregunta o tiene sólo apariencia
de serlo? ¿Existe algo que se pueda considerar una
respuesta a la misma o se trata, en realidad, de
una especie de «pseudopregunta» (como la que, se-
gún cuenta la leyenda, se formuló en un examen de
Oxford con el enunciado «¿Ésta es una buena pre-
gunta?»).
«¿Cuál es el sentido de la vida?» parece, a simple
vista, el mismo tipo de pregunta que «¿Cuál es la ca-
pital de Albania?» o «¿De qué color es el marfil?».
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Pero ¿de verdad lo es? ¿No sería más del estilo de «¿A
qué sabe la geometría?»?
Hay un motivo bastante típico por el que algunos
pensadores consideran que, si de algo carece la pre-
gunta sobre el sentido de la vida, es de sentido algu-
no. Su argumento es que el sentido* radica en el len-
guaje y no en los objetos. Sería, pues, una cuestión
relacionada con nuestro modo de hablar de las cosas,
pero no una característica de las cosas en sí, como
podrían ser la textura, el peso o el color. Así, una col
o un cardiógrafo no tienen sentido por sí mismos;
únicamente lo adquieren cuando los capturamos en
nuestras conversaciones. Según esta teoría, podemos
dar sentido a la vida en aquello que hablamos, pero
ésta no puede tener un sentido por sí misma (no más
que el que pueda tener una nube, por poner u n
caso). Sería absurdo, por ejemplo, referirse a una
nube como verdadera o falsa. En realidad, la verdad
y la falsedad serían funciones de nuestras propo-
siciones humanas acerca de las nubes. Este argumen-
to, como la mayoría de los argumentos filosóficos,
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Figura 1: Ludwig Wittgenstein, por lo común considerado el fi-
lòsofo más grande del siglo xx.
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que las que son difíciles son las preguntas y no las res-
puestas. De sobras conocida es la clase de respuesta
que provoca una pregunta tonta. Plantear la pregunta
correcta puede abrir todo un territorio hasta enton-
ces inexplorado de conocimientos y desencadenar
otro aluvión de preguntas vitales como consecuencia.
Algunos filósofos, de la llamada tendencia herme-
néutica, consideran como realidad todo aquello que
proporciona una respuesta a una pregunta. Y la reali-
dad, que, como un delincuente veterano, no confie-
sa espontáneamente sin antes haber sido sometida a
un intenso interrogatorio, sólo nos responderá en
función de la clase de interrogantes que le planteemos.
Karl Marx señaló en una ocasión de un modo un tan-
to críptico que los seres humanos sólo se plantean
problemas que pueden resolver, con lo que quizá
pretendió indicar que, si disponemos del aparato con-
ceptual para formular la pregunta, significa que conta-
mos ya, en principio, con los medios para encontrar-
le una respuesta.
Eso se debe, en parte, a que las preguntas no se
formulan en el vacío. Es verdad que no llevan sus res-
puestas atadas a la cola (con lo cómodo que eso re-
sultaría para nosotros), pero sí insinúan, más o me-
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Figura 2: Una concentración «neoerista».
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Figura 4: El sufrimiento y el éxtasis: un aficionado deportivo.
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Figura 5: Michael l'alin en el papel de un empalagoso vicario anglicano en la película El seutiiio
de la vida, de los Monty l'ython.
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«¿Cuál es el sentido de la vida?» es una de esas raras
preguntas en las que casi todas las palabras emplea-
das resultan problemáticas. Y esto incluye, para em-
pezar, a la primera de ellas, ya que para los millones
de personas que son creyentes de una religión, el
sentido de la vida no se responde con un «cuál» o un
«qué», sino con un Quién. También un nazi entrega-
do a la causa podría haber estado igualmente de
acuerdo con esa idea, aunque según su particular
modo de ver, ya que él habría hallado el sentido de la
vida en la persona de Adolf Hitler. Desde el punto de
vista religioso, el sentido de la vida sólo podría ser-
nos desvelado en el fin de los tiempos y en forma de
un Mesías que parece estar tomándose su tiempo
para llegar. O también podría ser que el universo no
fuese más que un átomo de la uña del pulgar de al-
guna especie de gigante cósmico.
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Figura 6: John Gieigud en el papel de un aterrado Macbeth.
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Figura 7: Arthur Schopenhauer, tan adusto como su vision de la
Vida.
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Pensemos en este breve diálogo extraído de la obra
Las tres hermanas de Anton Chéjov:
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Figura 8: Vladimir y Estragon, de la obra de Samuel Beckett Espe-
nvìdo a Godot.
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Hasta el momento, hemos examinado más el sentido
que la vida. Pero la palabra «vida» es tan problemá-
tica como la palabra «sentido» y no es difícil darse
cuenta de por qué. Y es que ¿no podría ser que el mo-
tivo por el que no podemos hablar de un sentido de
la vida es que no exista eso que llamamos vida? ¿No
estamos, como diría Wittgenstein, hechizados en
este punto por nuestra gramática, capaz de generar la
palabra «vida» en singular, como también lo es de
generar la palabra «tomate»? Puede que disponga-
mos de la palabra «vida» únicamente porque nuestro
lenguaje es intrínsecamente cosificador. «La esencia
se expresa en la gramática», apuntó Wittgenstein.^
¿Cómo puede ser que alguien considere que todo lo
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Figura 9: Estatua del filósofo griego Aristóteles.
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Figura 12: El Buena Vista Social Club.
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1. Aristóteles y la ética de la virtud
El texto más relevante de Aristóteles para este libro es
la Ética a Nicómaco, disponible (en inglés) en la co-
lección de Penguin Classics en una edición a cargo
de Jonathan Barnes (Nicomachean Ethics, Harmonds-
worth, 1976 [trad, cast.: Ética a Nicómaco, Madrid,
Alianza, 2007]). Jonathan Barnes también ha publi-
cado una útil introducción a Aristóteles dentro de
la serie «Very Short Introduction» (Oxford, 2000),
aunque en ésta apenas se toca su pensamiento ético.
Véanse también D. S. Hutchinson, The Virtues of Aris-
totle, Londres, 1986, y Jonathan Lear, Aristotle: The
Desire to Understand, Cambridge, 1988 (trad, cast.:
Aristóteles: el deseo de comprender, Madrid, Alianza,
1994).
Se pueden encontrar estudios más genéricos so-
bre ética, pero también relevantes para el argumento
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EL SENTIDO DE LA VIDA
2. Schopenhauer
La obra principal de Schopenhauer (y la única a la
que se hace referencia en este estudio) es El mundo
como voluntad y representación (trad. cast.: Madrid,
Akal, 2005), de la que hay edición en inglés en 2 vo-
lúmenes a cargo de E. F. J. Payne, The World as Will
and Representation, Nueva York, 1969. También en-
contrará útiles introducciones a Schopenhauer en
Patrick Gardiner, Schopenhauer, Harmondsworth, 1963
(trad. cast.: Schopenhauer, México, D. F., Fondo de
Cultura Económica, 1975), y Brian Magee, The Philo-
sophy of Schopenhauer, Oxford, 1983. Asimismo figu-
ra una explicación más breve en Terry Eagleton, The
Ideology of the Aesthetic, Oxford, 1990, capítulo 7.
214
BIBLIOGRAFÍA SELECTA
3. Nietzsche
Las obras de Nietzsche citadas en este estudio son
The Will to Power, Nueva York, 1975, Más allá del bien
y del mal (trad. cast.: Madrid, Alianza, 1971) y El na-
cimiento de la tragedia (trad. cast.: Madrid, Alianza,
1973). Hay versiones en inglés de estas dos últimas
en la recopilación de Walter Kaufmann, Basic Writings
of Nietzsche, Nueva York, 1968, una práctica selección
de textos del filósofo alemán. Introducciones clási-
cas a su pensamiento son las de Walter Kaufmann,
Nietzsche: Philosopher, Psychologist, and Antichrist,
Nueva York, 1950; R. J. Hollingdale, Nietzsche: The
Man and his Philosophy, Londres, 1964, y Arthur C.
Danto, Nietzsche as Philosopher, Nueva York, 1965.
Véanse también Keith Ansell Pearson, Nietzsche,
Londres, 2005, y Michael Tanner, Nietzsche, Oxford.
Para un estudio más enjundioso, véase Richard
Schacht, Nietzsche, Londres, 1983.
4. Wittgenstein
El Tractatus logico-philosophicus (trad, cast.: Madrid,
Tecnos, 2002), publicado por vez primera en Londres
en 1961, está disponible (en inglés) en edición con-
densada en Anthony Kenny (comp.), The Wittgens-
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EL S E N T I D O DE LA VIDA
216
BIBLIOGRAFÍA SELECTA
5. Modernismo y posmodernismo
A lo largo del libro aparecen diversas alusiones a esos
dos movimientos culturales, que puede que el lector
quiera aclarar un poco más. Para el modernismo,*
merece la pena sumergirse en la monumental Mo-
dem Times, Modern Places, Londres, 1998, de Peter
Conrad. Un excelente estudio teórico es el de Marshall
Berman, All that is Solid Melts into Air, Londres, 1982
(trad, cast.: Todo lo sòlido se desvanece en el aire: la ex-
periencia de la modernidad, Madrid, Siglo xxi, 1988).
Véanse también Raymond Williams, The Politics of
Modernism, Londres, 1989, y T. J. Clark, Farewell to an
Idea, New Haven y Londres, 1999.
En cuanto al posmodernismo, véanse Jean-
François Lyotard, The Postmodern Condition, Minnea-
polis, 1984 (trad, cast.: La condición postmoderna, Ma-
drid, Cátedra, 1984); lhab Hassan, The Postmodern
Turn, Ithaca (Nueva York), 1987; David Harvey, The
Condition ofPostmodernity, Oxford, 1990 (trad, cast.:
La condición de la posmodernidad, Buenos Aires, Amo-
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EL S E N T I D O DE LA V I D A
6. Marx
Las ideas de Marx acerca del «ser de la especie» y de
la naturaleza humana pueden encontrarse principal-
mente en sus Manuscritos económico-filosóficos de
1844 (trad. cast.: Barcelona, Grijalbo, 1975). En in-
glés, aparecen recogidos, entre otros volúmenes, en
L. Colletti (comp.), Karl Marx: Early Writings, Har-
mondsworth, 1975. Véanse comentarios sobre estas
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BIBLIOGRAFÍA SELECTA
7. Freud
Las Introductory Lectures on Psychoanalysis, Har-
mondsworth, 1973, de Freud (trad, cast.: Lecciones in-
troductorias al psicoanálisis [Obras completas, vol. 12],
Barcelona, Orbis, 1988) constituyen una de las mejo-
res vías de familiarización con algunos de sus con-
ceptos generales. Su análisis de la pulsión de muerte
puede encontrarse, entre otros escritos, en Beyond the
Pleasure Principle, traducido al inglés por J. Strachey,
n° 4 de la serie (compilada por E. Jones) Internatio-
nal Psycho-Analytical Library, Londres, 1950 (trad,
cast.: Más allá del principio del piacer, Buenos Aires,
Amorrortu, 1979). Norman O. Brown desarrolla el
tema en su Life Against Death, Londres, 1959 (trad,
cast.: Eros y Tanatos, México, D. R, Joaquin Mortiz,
219
EL S E N T I D O DE LA VIDA
8. Otras obras
Las siguientes son obras a las que también se alude
en este libro:
220
BIBLIOGRAFÍA SELECTA
221
Figura 1. Wittgenstein © Hulton Archive/
Getty Images 21
Figura 2. Una concentración «neoerista»
© Matt Cardy/AIamy 58
Figura 3. Jerry Fai well © Wally McNamee/
Corbis 61
Figura 4. Un aficionado deportivo
© Rex Features 63
Figura 5. Monty Python © Photol2.com/
Collection Cinéma 72
Figura 6. Macbeth © Hulton Archive/
Getty Images 89
Figura 7. Schopenhauer © Hulton Archive/
Getty Images 108
Figura 8. Esperando a Godot © Robbie
Jack/Corbis 132
Figura 9. Aristóteles © Bettmann/Corbis . . . 175
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Nota: los números de página que figuran en cursiva hacen referencia a
ilustraciones.
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I N D I C E ANALITICO Y DE NOMBRES
Sófocles, 33 Übermensch,23
Spinoza, Baruch de, 189 UUses Qoyce), 98-99, 127
Stein, Gertrude, 93-94
Sentido subjetivo, 142 Valor, 154-156
Suicidio, 64n, 109 Verdad, 109
Voluntad (Schopenhauer), 105-
Tánatos, 191 107, 118, 119-120
Teatro, 87-88, 90-92 voluntarismo, 156-159
Teología/teólogos, 15, 16, 64-65
Teoría whig de la historia, 97-98 Weber, Max, 29
Terrorismo, 31-32 Wilde, Oscar, 71
Terrorismo integrista islámico, Will to Power, The («La voluntad
31-32 de poder», Nietzsche), 109
Thackeray, William, 49 Wittgenstein, Ludwig, 17, 105,
Tomás de Aquino, 178 165, 171n, 174, 211
Tortura, 158-159 sobre el lenguaje, 18-20, 21,
Tractatus logico-philosophicus 22, 167
(Wittgenstein), 197-198 sobre el sentido de la vida,
Tragedia, 32-35, 47 111-112, 197-199
Tres hermanas, Las (Chéjov), Woolf, Virginia, 127
123-125, 127
Troilo y Crésida (Shakespeare), Yahvé, 40-41
154-155 Yo/personalidad individual, 23,
Trollope, Anthony, 49 42, 44, 159-161
229
NOTA FINAL
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