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(Polémica Mitre-Alberdi)
"En nombre de la libertad y con pretensiones de servirla, nuestros liberales, Mitre, Sarmiento y Cía.,
han establecido un despotismo turco en la historia, en la política abstracta, en la leyenda, en la
biografía de los argentinos. Sobre la revolución de Mayo, sobre la guerra de la independencia,
sobre sus batallas, sobre sus guerras ellos tienen un Alcorán, que es de ley aceptar, creer, profesar,
so pena de excomunión por el crimen de barbarie y caudillaje”" (Juan Bautista Alberdi. Escritos
póstumos. Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. Buenos Aires. 1899)
El lenguaje de esa oligarquía explotadora, para calificar a quienes no se sometían a sus designios,
era de motejar de “traición” el disentimiento con sus planes.
El primero a quien trataron de lapidarle, por ese
medio, fue a Juan Bautista Alberdi, a raíz de la
publicación en París, en 1865, de un folleto que
apareció como de autor anónimo:
Alberdi, atacado en su patriotismo le arrojó este certero dardo a la cara de Mitre, el antiguo
artillero de Caseros: “Si al menos hubiera yo tomado una escarapela, una espadas, una bandera de
otro país, para hacer oposición al Gobierno del mío, como en Monte Caseros lo hizo otro Argentino
contra Buenos Aires, con la escarapela Oriental, como oficial Oriental, bajo la bandera oriental y
alienado con los soldados de brasil..”
Todavía en 1879, en conversación que tuvo en Paris con el doctor Ernesto Quesada, Alberdi le
decía:
“Para consolidar tal ´Redención´ y uniformar el país en ese sentido, los hombres de Buenos Aires se
enfeudaron a la política brasilera, y fomentaron la revolución Oriental de Flores, el escándalo de
Paysandú y terminaron con el tratado de la triple alianza para arrasar al Paraguay y obligar a las
provincias, so capa de la guerra internacional y merced al estad de sitio, a someterse a la política
porteña. Consideré tal guerra como el más funesto error histórico y la mayor calamidad para
nuestra nacionalidad: por eso la combatí desde el extranjero, como lo hicieron Guido Spano y la
mismo Navarro Viola, que como verdadero patriota, debía mostrar a nuestras provincias el abismo
que conducía tan monstruosa guerra, contraria a los intereses verdaderos de Plata y que solo
serviría al Brasil para debilitar a sus linderos del Sud, consolidar su influencia agresivamente
imperialista y legalizar sus usurpaciones territoriales...”( Entrevista celebrada en Paria, el 6 de
junio de 1879. Quesada: La figura histórica de Alberdi)