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ALBERDI Y LA GUERRA DEL PARAGUAY

(Polémica Mitre-Alberdi)

“Para gobernar a la República Argentina vencida, sometida,


enemiga, la alianza del Brasil era una parte esencial de la
organización Mitre-Sarmiento; para dar a esa alianza de
gobierno interior un pretexto internacional, la guerra al Estado
Oriental y al Paraguay, viene a ser una necesidad de política
interior; para justificar una guerra al mejor gobierno que haya
tenido el Paraguay, era necesario encontrar abominables y
monstruosos esos dos gobiernos; y López y Berro han sido víctimas de la lógica del crimen de sus
adversarios”. (Juan Bautista Alberdi)

"En nombre de la libertad y con pretensiones de servirla, nuestros liberales, Mitre, Sarmiento y Cía.,
han establecido un despotismo turco en la historia, en la política abstracta, en la leyenda, en la
biografía de los argentinos. Sobre la revolución de Mayo, sobre la guerra de la independencia,
sobre sus batallas, sobre sus guerras ellos tienen un Alcorán, que es de ley aceptar, creer, profesar,
so pena de excomunión por el crimen de barbarie y caudillaje”" (Juan Bautista Alberdi. Escritos
póstumos. Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. Buenos Aires. 1899)

La resistencia de cooperación a Mitre en esa guerra “impopular y odiosa”, provenía del


convencimiento argentino de que las barreras que había que abatir no estaban en Humaitá ni en
Curupayty, sino en el puerto de Buenos Aires. Las provincias interiores necesitaban remover la
coyuntura que desde tiempo inmemorial les imponía una oligarquía portuaria, insensible a los
deberes para la Nación y tan solo preocupada de acrecentar los beneficios de sus injustas
usurpaciones. En esto no había diferencia ente el daño inflingido a Paraguay y el despojo de que
eran objeto las provincias argentinas. (AGN.t.II.p251)

El lenguaje de esa oligarquía explotadora, para calificar a quienes no se sometían a sus designios,
era de motejar de “traición” el disentimiento con sus planes.
El primero a quien trataron de lapidarle, por ese
medio, fue a Juan Bautista Alberdi, a raíz de la
publicación en París, en 1865, de un folleto que
apareció como de autor anónimo:

“Toda la prensa del General Mitre - escribió


Alberdi – ha recibido la consigna de imputarme
el folleto titulado “Les dissensions des
Républiques de La Plata er les machinactions du
Brasil”, como un acto de traición…Que el folleto
precitado sea o no mío, es cuestión de poca
monta, desde que todas sus ideas me
pertenecen” (Albedi: Los intereses argentinos en
la guerra)

Las ideas expuestas en el folleto eran la


propiedad irrenunciable de todos los federales
argentinos, contra cuya libertad y derechos se
lanzaban los escuadrones del liberalismo, pero
la campaña siguió personalizándose en Alberdi
porque su vos era la mas respetable y resonante
de todas las que habían logrado sucumbir de
esa hecatombe.

El ilustre pensador no dejó de presentarles batalla. En 1867 sintetizaba la esencia del


problema: “Luego yo he sido atacado esta vez, no por defender al Paraguay, sino por defensor de
la República Argentina; no por aparaguayado como se dice en Buenos Aires, sino por argentino; es
el patriotismo nacional argentino bien entendido” (Alberdi: Las dos guerras de Plata y su filiación
en 1867. París, mayo de 1867. “El imperio del Brasil”)

Alberdi, atacado en su patriotismo le arrojó este certero dardo a la cara de Mitre, el antiguo
artillero de Caseros: “Si al menos hubiera yo tomado una escarapela, una espadas, una bandera de
otro país, para hacer oposición al Gobierno del mío, como en Monte Caseros lo hizo otro Argentino
contra Buenos Aires, con la escarapela Oriental, como oficial Oriental, bajo la bandera oriental y
alienado con los soldados de brasil..”

El destinatario no podía ser otro que Mitre

“¿Que importa López? – se pregunta Alberdi – Lo que importa a la América republicana, es la


existencia soberana del Paraguay, como garantía geográfica de la revolución Americana. Si López
es un déspota, la geografía lo hace un Libertador” (Alberdi Juan Bautista, Escritos póstumos, IX
pag. 622. Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. Ed. En 16 volúmenes.
Francisco Cruz Editor. Buenos Aires 1891-1901. (Atilio García Mellid, Proceso a los Falsificadores de
la Guerra del Paraguay. T.II. p.211. Buenos Aires 1964)
Alberdi dirá desde Paris: “A las ofertas de una libertad interior - adujo – de que el Paraguay no
sospechaba de estar privado, su pueblo ha respondido sosteniendo a su gobierno, con mas ardor y
constancia a medida que le veía más debilitado y más desarmado de los medios de oprimir, y a
medida que veía a su enemigo más internado en el país y más capaz de proteger la impunidad de
toda insurrección. El Paraguay ha probado de este modo al Brasil que su obediencia no es la del
esclavo, sino la del pueblo que quieres ser libre del extranjero” . (Alberdi Juan Bautista, Prefacio al
“El Imperio de Brasil”, pag. XV. París. Junio de 1869. El Imperio de Brasil ante la democracia de
América. Colección de artículos escritos durante la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza. Ed.
Especial de El Diario. Asunción 1919. (Atilio García Mellid, Proceso a los Falsificadores de la Guerra
del Paraguay. T.II. p.222. Buenos Aires 1964)

Todavía en 1879, en conversación que tuvo en Paris con el doctor Ernesto Quesada, Alberdi le
decía:

“Para consolidar tal ´Redención´ y uniformar el país en ese sentido, los hombres de Buenos Aires se
enfeudaron a la política brasilera, y fomentaron la revolución Oriental de Flores, el escándalo de
Paysandú y terminaron con el tratado de la triple alianza para arrasar al Paraguay y obligar a las
provincias, so capa de la guerra internacional y merced al estad de sitio, a someterse a la política
porteña. Consideré tal guerra como el más funesto error histórico y la mayor calamidad para
nuestra nacionalidad: por eso la combatí desde el extranjero, como lo hicieron Guido Spano y la
mismo Navarro Viola, que como verdadero patriota, debía mostrar a nuestras provincias el abismo
que conducía tan monstruosa guerra, contraria a los intereses verdaderos de Plata y que solo
serviría al Brasil para debilitar a sus linderos del Sud, consolidar su influencia agresivamente
imperialista y legalizar sus usurpaciones territoriales...”( Entrevista celebrada en Paria, el 6 de
junio de 1879. Quesada: La figura histórica de Alberdi)

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