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Hasta nuestros días han prevalecido múltiples versiones erróneas, una que
todavía se promueve como “verdad de Perogrullo”, es la supuesta expresión de
Portes e Infantes en el recibimiento de Duarte en marzo de 1844: “Salve Padre de
la Patria”, hoy 169 años después de aquellos acontecimientos, apoyado en la
investigación histórica afirmamos que esa expresión nunca fue pronunciada. No la
recogen: Rosa Duarte, Juan Isidro Pérez, José María Serra, Félix María Delmonte,
José Gabriel García, el padre Meriño, ni en ningún documento o testimonio
fehaciente de la época. Esta frase se registra por primera vez en 1894 en el
documento “Monumento a Duarte”, cuya redacción se atribuye a Emiliano Tejera.
Se apunta: “El prelado lo abrazó cordialmente: ¡Salve, Padre de la Patria!”.
Cuando ocurrieron estos acontecimientos Tejera contaba con tres años de edad,
no fue testigo. No podemos negar que aportó múltiples documentos para el
análisis de la vida de Duarte, pero en este caso no indicó la fuente y/o el
testimonio que sustenta la información. Por lo tanto no tiene ningún asidero
histórico. No existe vinculación positiva fidedigna entre Duarte y Portes en ese
periodo, Rosa Duarte se limita a aclarar que Portes no fue el padrino de su ilustre
hermano. La locución “Salve Padre de la Patria” fue creada por Tejera y difundida
por Balaguer y Troncoso Sánchez en sus respectivas biografías noveladas de
Duarte. Es significativo que Monseñor Meriño en su “Geografía física, política e
histórica”, (cuya primera edición la envió a Duarte en Caracas) no menciona la
célebre “recepción” de Portes e Infantes, además en un discurso de apoteosis en
1884 aseguró que al retornar Duarte en 1844 desde Curazao”… pisando el suelo
de la patria libre y saludado por entusiastas aclamaciones”. Tampoco mencionó la
susodicha “ovación”. (Meriño. Obras. 1960. P. 96).