Está en la página 1de 4

MOTORES MOLECULARES

INTRODUCCIÓN

El increíblemente complejo organismo llamado ser humano abarca un sin número de


procesos y reacciones para llevar a cabo las funciones que le permiten vivir y
desenvolverse en su entorno.

En este trabajo se abarcará la importancia de una función en específico, “la


transportación de moléculas dentro de las células”. Debido a que nos impera conocer el
funcionamiento celular, debemos entender que una célula no es una bolsa llena de
moléculas, proteínas, ADN y enzimas solamente, sino que esta mantiene una
organización muy puntual por la que es muy importante desarrollar formas para trasladar
los componentes necesarios a los organelos o zonas que lo utilizarán.

Por lo tanto, podemos decir metafóricamente que dentro de la célula se encuentra un


sistema constituido por vehículos y caminos; con motores que convierten la energía en
movimiento (y por lo tanto desplazamiento) cumpliendo así procesos tanto en células
eucariontes con la respiración, como en células procariontes con el movimiento (por
ejemplo).

DESARROLLO
Antecedentes

Imitando a la naturaleza, muchos investigadores han desarrollado moléculas capaces de


responder a estímulos externos y producir movimiento. Los primeros pasos hacia la
creación de máquinas moleculares los dio Jean-Pierre Sauvage en 1983, cuando
consiguió vincular dos moléculas circulares para formar una cadena llamada catenano.
El escocés Fraser Stoddart pasó al siguiente nivel en 1991, al desarrollar un rotaxano,
una arquitectura molecular mecánicamente entrelazada que consiste en una molécula
con forma de mancuerna en la que el aro molecular era capaz de moverse a lo largo del
eje formado por otra molécula alargada.
Este descubrimiento dio paso al desarrollo de una especie de ascensor molecular, un
músculo molecular y un chip informático basado en moléculas.
Se trataba del primer motor molecular diseñado por el hombre. Obviamente a todas estas
máquinas les faltaba un elemento clave para su funcionamiento: la energía. Stoddart y
su equipo consiguieron pronto controlar a su antojo el movimiento provocado por una
fuente de calor sobre el rotaxano.
Finalmente, en 1999. Ross Kelly preparó un motor que respondía a una serie de
reacciones químicas y era capaz de girar hasta 120 grados. Ben Feringa preparó un
motor que, al recibir luz ultravioleta, podía llegar a dar un giro completo de 360 grados.
Por este descubrimiento, Ben Feringa recibió en 2016 el Premio Nobel de Química.
Definición

Los motores moleculares son nanomáquinas capaces de convertir energía química -


provista por la hidrólisis de ATP- en trabajo mecánico, esenciales para muchos procesos
de la vida, incluido el transporte intracelular, la división celular y la contracción muscular

Los motores moleculares son proteínas especializadas en transportar diferentes


biomoléculas y componentes celulares a lo largo de los filamentos del citoesqueleto
(actina y microtúbulos) hasta su destino final en el citoplasma.

En contraste con los motores hechos por el hombre, los motores moleculares operan en
un ambiente donde las fluctuaciones debidas al movimiento browniano son significativas.

Existen dos tipos de motores moleculares: los motores moleculares lineales y motores
moleculares rotativos.
Motores lineales

Están involucrados en el transporte intracelular, en la motilidad celular, en la mitosis, en


la organización de la célula, en las contracciones musculares, en los movimientos de
los cilios y flagelos, o en la detección del sonido.

Las propiedades de los motores definen que estas moléculas puedan avanzar
procesivamente a lo largo de los filamentos dando pasos discretos de tamaños
nanométricos.

Existen tres clases de proteína motoras: la miosina, quinesina y dineína.


Mientras quinesina y dineína se mueven a lo largo de filamentos de microtúbulos, la que
se mueve a lo largo de los filamentos de actina es la miosina
Estructura

Básicamente, los motores moleculares se unen a las diferentes cargas a través de uno
de sus extremos, interactuando directamente con la membrana o complejos proteicos
presentes en la misma
En el extremo opuesto, se produce la unión del motor al filamento por medio de dos
dominios globulares que presentan actividad catalítica (dominios motores o cabezas
globulares). Estos dominios son capaces de unir e hidrolizar ATP y, por consiguiente,
son los responsables de generar la energía necesaria para inducir el movimiento a lo
largo del filamento.
La mayoría de los motores involucrados en fenómenos de transporte forman
homodímeros caracterizados por poseer diferentes dominios vinculados estructural y
funcionalmente
Están constituidos por cadenas pesadas que contienen los sitios de unión al filamento y
dominios globulares capaces de unir e hidrolizar ATP. Además, los motores presentan
una cola (tail) de tamaño variable que interactúa con las cadenas livianas y con la carga
Funcionamiento

Algunos de estos motores obtienen su energía de la hidrólisis del ATP, por esto se les
llama proteínas ATP, la molécula encargada de transportar energía química en las
células es capaz de almacenar energía por periodos cortos de tiempo. Una molécula de
ATP es bastante inestable, ya que cuenta con dos cargas negativas bastante cercanas
y que producen una tensión por fuerzas de repulsión, como consecuencia de la hidrólisis
se rompe un enlace químico y como resultado se producen ADP y Pi, moléculas con un
menor contenido energético. La energía obtenida por el enlace roto se puede aprovechar
por un motor para generar motricidad.

Motor rotativo
los motores rotatorios son máquinas multiprotéicas muy grandes, con una serie de
subunidades similares en un arreglo de anillo. Los cuales se mueven en una serie de
pasos discretos, con cada paso rotacional estrechamente emparejado a una reacción de
liberación de energía. Estas son típicamente la hidrólisis del ATP o el transporte de un
ion a través de una membrana gracias a un gradiente químico.

La evolución ha generado una amplia variedad de motores rotacionales. Dos de los


ejemplos más estudiados son el motor del flagelo bacteriano y la ATP sintasa (un enzima
transmembranal que cataliza la síntesis de ATP a partir de ADP, un grupo fosfato y la
energía suministrada por un flujo de protones).

El flagelo bacteriano es como un pequeño propulsor impulsado por el gradiente de iones


hidrógeno a través de la membrana bacteriana. Esta operación continua del motor
requiere que el gradiente sea repuesto por bombas de protones consumidoras de ATP.
El flagelo en sí es un filamento helicoidal extremadamente largo (10 µm) unido en su
base al aparato motor. El motor está incrustado en el interior de la membrana bacteriana
y anclado a la pared celular con un eje que pasa por la membrana externa. Una célula
bacteriana puede tener un solo flagelo (como la Vibrio cholerae, causante del cólera),
puede también tener varios, distribuidos por la superficie bacteriana (como la E. coli) o
incluso arreglos mucho más complicados.

Cuando el motor rota, induce un movimiento rotatorio en el flagelo, que impulsa a la


bacteria en su entorno altamente viscoso. Interesantemente, el motor del flagelo
bacteriano utiliza un gradiente iónico como la base de su ciclo mecánico (en vez de
utilizar ATP). En particular, el motor es impulsado por un flujo de iones hidrógeno debido
al gradiente de concentración entre el interior celular y el espacio entre las dos
membranas bacterianas.

El movimiento resultante tiene una tasa de unas 100 rotaciones por segundo (100 Hz).
Una característica particular bastante curiosa de este motor es que puede invertir su
dirección de rotación sin invertir la dirección del flujo de iones.

CONCLUSIÓN
Los motores moleculares existen en la naturaleza desde hace millones de años,
interviniendo en procesos esenciales para mantener con vida a un organismo como es
la respiración.

El proceso de transporte es realizado por 2 tipos de motores escencialmente, el lineal y


el rotacional teniendo cada uno cualidades especificas para movilizar vesículas,
orgánulos, cromosomas o filamentos. El motor lineal se encarga de transportar lo antes
mencionado por afinidad química entre los dos cabezales y las vías de transporte
formadas por microtúbulos o microfilamentos específicos; por otro lado, el motor
rotacional desplaza como resultado del movimiento causado por un gradiente de iones
hidrógeno, ejemplos de esto son el flagelo de algunos unicelulares y los
espermatozoides. Ambos procesos utilizan el ATP como combustible y la hidrolisis como
mecanismo para obtener energía y efectuar dicho movimiento.

De esta manera convertimos una magnitud escalar como es la energía en forma de ATP
a una magnitud vectorial como es el movimiento.

Conociendo estos procesos tan esenciales se aspira a diseñar robots diminutos que se
puedan inyectar en un tejido e introducir fármacos en una célula determinada o detectar
células cancerígenas, mejorando así en un futuro el diacnóstico, control y mejora de
padecimientos que amenacen nuestra calidad de vida

También podría gustarte