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La creación del mundo feudal

Intentemos seguir los avatares que sufre una familia tradicional desde la disolución del Imperio
Romano hasta la caída del Imperio Carolingio.

Llegado el siglo V, en la zona de Languedoc (lo que hoy es el suroeste de Francia), vivía la
familia Goncourt. Estaba compuesta por 12 miembros, entre los que se hallaba el abuelo, la
abuela, madre, padre y 6 hijos (3 hombres y 3 mujeres).
Todos, sobrevivían gracias a una gran producción de trigo de aproximadamente 10 hectáreas,
que les aseguraba un pasar cómodo durante todo el año, esta extensión había sido heredada
desde tiempos inmemoriales. Como las dimensiones agrícolas eran muy amplias, y las
cosechas muy buenas, la familia contaba con 10 campesinos aledaños a los que también
proveía de cierto margen de lo producido. Pero como esta cantidad de trabajadores no
alcanzaba para cubrir todas las tareas que requería la producción, se decidió ocupar a 8
campesinos provenientes de la región de Piamonte, que vagaban de región en región
buscando lugar saludable donde asentarse.
La influencia del padre de la Familia Goncourt era muy importante en la zona, y esto no solo
se debía a sus extensiones agrícolas o a la cantidad de personas que trabajaban para él, sino
que también otros vecinos recurrían a su persona para resolver conflictos o para pedir auxilio
en momentos de malas cosechas, o simplemente, para recibir sus consejos. Querido por
muchos, se había ganado la simpatía, debido a su personalidad amable y, entre otras cosas,
porque mantenía algún que otro contacto con la Iglesia Romana (su casa siempre era
alojamiento de peregrinos que transitaban por allí)

El mismo año que falleció el padre de la familia Goucourt, su hijo pasó a ocupar su lugar y,
debido a las enseñanzas de su progenitor, gran parte de los vecinos de la región le ofrecían su
respeto y lo utilizaban de la misma manera que lo hacían con su padre. En medio del duelo, la
zona se vio invadida por un conjunto de pueblos visigodos que, más que destruir todo lo que
encontraban en su camino, decidieron entablar conversación con los vecinos más influyentes
del lugar. Entre todos ellos, se encontraba el nuevo jefe de la familia Goncourt que, pese a no
coincidir en el ámbito religioso, el rey visigodo, Ataulfo, decidió que era la única persona a la
que los habitantes del lugar le ofrecían respeto. Por lo cual, formalizaron una alianza, y
firmaron un pacto, al que también se sumaron una serie de personas influyentes de otras
regiones.
La vida allí seguía siendo la misma, aunque con este pacto, al jefe Goucourt, se le abrieron
nuevas puertas y nuevas responsabilidades. Un vecino que se había negado a colaborar con el
rey visigodo, fue acribillado y sus tierras fueron entregadas de inmediato a nuestra familia en
cuestión. En medio de las turbulencias que proponían estas invasiones, nuevas personas se
acercaron en busca de pan para comer y tierras para trabajar. El jefe de la familia fue ubicando
a estas personas en diferentes espacios de sus extensiones y estos, a cambio, entregaban
parte de lo producción.
Pasando el siglo VI, los Goucourt dominaban casi 100 hectáreas de la zona de la Languedoc.
Los campesinos que trabajaban en sus tierras era sumamente abundantes y todos contaban
con su propio espacio de producción, con su vivienda y sus familias, y le seguían retribuyendo
parte de la producción al jefe de la familia. En todos estos años pasados, los jefes de familia
adquirieron más prominencia en el sector, y cuando los francos invadieron a los visigodos,
estos últimos no dudaron en recurrir a la familia Goucourt para que desde su influencia en la
región, conformara un pequeño ejército que mantenga en raya a los invasores francos. Al igual
que a nuestra familia en cuestión, otras muy influyentes actuaron de la misma manera
siéndoles funcional a los reyes visigodos.

En el siglo VII, la familia Goucourt esgrimía la mayor autoridad de la región, eran sumamente
respetados, elogiados, y hasta envidiados por otras familias prominentes del lugar. El Jefe de la
familia en ese momento era una persona con un influjo verdaderamente temeroso, ni siquiera
el rey visigodo se atrevía a contradecirlo. Los campesinos que trabajaban las grandes
extensiones Goucourt, habían tomado por líder al jefe de la familia. Con éste, no solo existía
una relación de común acuerdo por parte de la producción que trabajaban, también se hacía
cargo de la resolución de problemas cotidianos o extraordinarios. En una oportunidad decidió
que era momento de construir una parroquia para los trabajadores, porque consideraba que la
fe católica era necesaria tenerla cerca y al alcance de todos.
A finales de este siglo, el jefe de la familia Goucourt entro en conflicto con el rey visigodo, y a
su muerte, sus hijos también lo harían. La razón se concentraría en la disputa puntual con una
serie de vecinos que habían adquirido tierras linderas por el solo hecho de haber ocupado
cargos administrativos en la corona.

En el siglo VIII todo cambiaría. En un primer momento, La familia Goucourt y cientos de


familias influyentes de la región del Languedoc se vieron invadidos por pueblos musulmanes
que avanzaban desde la península ibérica. Los pequeños ejércitos formados, más que hacerle
frente a un enemigo en común, se disputaron la toma del poder visigodo (ya decadencia). Al
finalizar el siglo, Carlo Martel y su tumultuoso ejército franco, acabaría con los invasores, daría
el golpe de suerte a las dinastías visigodas, y establecería una frontera para un Imperio de
grandísimo tamaño y diversidad de culturas.
Casi cincuenta años después, cuando Carlo Magno reinaba y se convertía en emperador, la
familia Goucourt le prestó juramento al rey franco, creándose un lazo irrompible, un pacto
entre caballeros. El jefe de la familia lo defendería por el resto de los días. Bajo esta misma
consigna, otras personas influyentes hicieron lo mismo, y aunque la autoridad variaba según la
zona se fueron creando lazos de jerarquía y protección entre distintos vecinos.

Cuando Carlo Magno murió, y sus hijos dividieron el Imperio, las familias más influyentes y
con más autoridad de la zona del Languedoc, comenzaron a disputarse el poder regional, sin
reconocer una figura de poder y entrelazando alianzas entre ellos cuando fueron necesarias.
 ¿Qué puede rastrearse en modo general?
Una familia con influencia en una determinada región (Languedoc) que, con el paso del
tiempo aumenta este carácter, relacionándose con las esferas del poder
(emperadores, príncipes, y reyes).

 ¿Qué relación expone con los campesinos?


En un principio, la familia comienza brindando garantía de trabajo y alimentación y,
con el paso del tiempo, manteniendo esa responsabilidad, suma aspectos referentes a
la justicia (resolución de conflictos ordinarios y extraordinarios). Por otro lado, se
continúa absorbiendo campesinos que vagan en busca de estas garantías y refugio de
seguridad ante el caos que propone la Europa del siglo VII

 ¿Cómo se determina la autoridad política?


Frente a los cambios que van suscitando, y los vacíos de poder que deja el Imperio en
decadencia y luego los reinos barbaros en plena desorganización, son estas figuras
influyentes (que la historia denominará señores feudales) los que dominan la potestad
por regiones. A ellos recurren los reyes (como Ataulfo, rey visigodo) para ordenar la
sociedad en las diferentes zonas.

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