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13.1. INTRODUCCIÓN
rio internacional, guía aérea, carta de porte aérea, documento de transporte multi-
modal o combinado), la factura comercial, la póliza de seguro, certificados de cali-
dad, origen y otros.
Cabe señalar que los tipos, características y calidades de los documentos a re-
mitir habrán de depender directamente de los que expresamente hayan previsto las
partes y de la modalidad de operación de compraventa que eligieron. Por ejemplo,
si se trata de una compraventa en condiciones CIF (costo, seguro y flete, para el
transporte por agua) o CIP (para otros medios de transporte) será requisito no sólo
la remisión del conocimiento de embarque (o instrumento equivalente) y la póliza de
seguro, sino que ambos deberán presentar una constancia de que el flete y la prima
se encuentran pagados por el vendedor.
Una vez llegados los documentos al banco de la plaza del comprador, aquél se
lo presentará a éste y sólo se los entregará contra el pago previsto del precio de la
compraventa internacional, si la operación es a la vista.
Para cuando se trata de una compraventa a plazo, la entrega de los documen-
tos se practica contra la aceptación por parte del comprador de una letra de cambio
que el vendedor ha librado a su propio beneficio y ha girado contra aquél.
El sistema provee una seguridad en cuanto a evitar la entrega de los documen-
tos si no se efectúa el pago o se acepta la letra, pero no garantiza el pago.
Bien puede suceder que al presentar los documentos al comprador, éste rehúse
aceptarlos, hacer el pago u obligarse en la letra de cambio, o que luego al venci-
miento de la letra no la pague, circunstancia en que al vendedor sólo le quedará ac-
cionar contra aquél por incumplimiento de contrato o ejecutar la letra cuando se
haya suscripto, pero no tendrá ningún banco a quien dirigir el reclamo pues, en este
procedimiento, ningún banco se ha obligado al pago.
Por el contrario, los mecanismos, que se estudiarán más adelante, de aval ban-
cario de letras y de crédito documentario agregan al control bancario sobre la docu-
mentación, la obligación de las entidades al pago. Es decir, a la obligación original
de pago del comprador se adiciona otro u otros obligados bancarios. Es claro que
podría ser cualquier tercero que garantizara el pago de una compraventa internacio-
nal pero la intervención bancaria otorga una mayor contabilidad en la garantía.
El sistema de cobranza documentaría comporta así una sola seguridad: la de
impedir el desprendimiento de la documentación por parte del vendedor hasta el pa-
go (operación a la vista) o aceptación de la letra (operación a plazo).
Esto reviste su importancia pues la entrega del documento de transporte al
comprador cuando está a su orden, se le ha endosado o es al portador, le permite
hacerse de las mercaderías por él representadas.
Las partes intervinientes suelen denominarse: ordenante, banco remitente, ban-
co cobrador o presentador y girado.
El "ordenante" es el vendedor de los bienes que entrega la documentación al
banco de su confianza, en su país. Este banco se denomina "banco remitente" por
ser el que remite los documentos a su corresponsal en la plaza del comprador. El
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corresponsal será el "banco cobrador o presentador" que recibirá el pago (si la ope-
ración es a la vista) o presentará la letra para su aceptación por el comprador (sí la
operación es a plazo). Efectuado el pago o aceptada la letra por el comprador (el
"girado" desde el punto de vista de la cobranza documentaría), el banco cobrador o
presentador le hará entrega de los documentos comerciales y financieros (pues ca-
be aclarar que podría existir una letra de cambio aun siendo la operación a la vista)
comprendidos en la cobranza.
La Cámara de Comercio Internacional (en adelante, CCI) ha realizado una com-
pilación de los usos y reglas uniformes para la cobranza de documentos que dio a
conocer a través de su publicación (brochure nº 322).
En esas normas se indica que "cobro" significa el manejo por los bancos, según
las instrucciones que reciban, de los documentos financieros (letras de cambio, pa-
garés, cheques, etc.) y comerciales (facturas, documentos de embarque u otros do-
cumentos que no sean financieros) con el fin de entregar documentos comerciales
contra aceptación y/o pago, y que "cobranza documentada" significa tanto el cobro
de documentos financieros acompañados de documentos comerciales o de docu-
mentos comerciales no acompañados de documentos financieros.
Mediante este mecanismo un banco (puede ser más de uno) viene a garantizar
el pago del precio de la compraventa internacional avalando la obligación de pago
del comprador plasmada en la aceptación de una letra de cambio.
Usualmente derivada de una cobranza documentaria que podrá ser total o par-
cialmente a plazo (por la parte al contado, el pago se realizará a la vista por el com-
prador), por el monto financiado por el vendedor, el banco garantiza el pago avalan-
do la aceptación del comprador de una letra de cambio contra él girada.
El vendedor, que ha librado la letra a su propio beneficio, cuenta así con dos
obligados cambiarios solidarios: el comprador que ha aceptado la letra de cambio y
el banco que la ha avalado.
La letra, avalada de este modo, constituye un título de crédito susceptible de
descuento, que le permite al vendedor financiarse durante el plazo que ha otorgado
para el pago (pues el aval de un banco reconocido facilita el descuento en otra insti-
tución financiera).
aceptando una letra) siempre y cuando le sea presentada dentro de un término de-
terminado la documentación que se detalla.
Con esta relación triangular queda configurado el esquema básico del crédito
documentario.
El Banco abridor practica una asunción acumulativa de la deuda, es decir, su
obligación se acumula a la del comprador sin que éste quede desobligado.
De ello, habrán de derivarse importantes principios, como que la falta de pago
por parte del banco abridor de la carta de crédito no exime al comprador de su obli-
gación de pago.
Cuenta así el vendedor con dos obligados al pago contra los que dirigir sus ac-
ciones: el comprador y el banco.
Pero el banco abridor, sito normalmente en la plaza del comprador / ordenante,
usualmente habrá de recurrir a los servicios de un banco corresponsal (que podrá
ser otro banco o una filial del mismo banco abridor) con ubicación en la plaza del
vendedor / beneficiario de la carta de crédito.
Este banco corresponsal podrá cumplir diversas funciones. Entre ellas podrá ci-
tarse la de notificar al beneficiario la apertura de la carta de crédito (banco notifica-
dor) o la de recibir en su momento, y por cuenta del banco abridor, la documenta-
ción pertinente para que éste la revise o para revisarla por cuenta de éste y conside-
rar que está conforme con los requerimientos de la carta de crédito. Ninguna de es-
tas funciones le atribuirá al banco corresponsal una obligación de pago.
Pero si el banco corresponsal agrega su confirmación a la carta de crédito, en-
tonces actuará también con la función de "banco confirmador" quedando, en este
caso, obligado hacia el beneficiario de la misma manera en que lo está el banco
abridor.
El beneficiario / vendedor vendrá, de esta manera, a contar con tres obligados
al pago: el comprador, el banco abridor y el confirmador.
La confirmación importa una nueva asunción acumulativa de deuda, no pudien-
do ninguno de los tres obligados excusar su cumplimiento sobre la base del incum-
plimiento de los otros.
Si el banco abridor no recibe los fondos del ordenante no podrá decir al benefi-
ciario que no paga por esta circunstancia, o no podrá negar el reembolso al banco
confirmador por lo que hubiera pagado. Igual situación habrá de darse si el orde-
nante cae en quiebra o solicita su concurso de acreedores, siempre que el crédito
documentario hubiera sido notificado al beneficiario antes de estas circunstancias.
Si banco abridor y confirmador cayeran en quiebra igualmente, restará al benefi-
ciario, como vendedor, su acción contra el comprador.
13.2.6.1.2. Reglamentación
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Las UCP-400 resultan de aplicación no sólo para los casos de créditos docu-
mentarios abiertos como consecuencia de una compraventa internacional, sino que
alcanzan a las cartas de crédito stand-by, en la medida en que sus normas sean
compatibles con ellas (art. lº, UCP-400).
Las cartas de crédito stand-by actúan garantizando prestaciones a cumplir en
otros negocios internacionales y constituyen también una forma de asumir por par-
te del banco abridor o banco confirmador la obligación de abonar determinada su-
ma contra el cumplimiento de determinados requisitos de documentación. La su-
ma a abonar podrá tener su origen en una prestación comprometida en relación
con contratos de obras públicas, proyectos a largo plazo de contratos de construc-
ción, cesiones de participaciones sociales y otros.
El negocio jurídico base motiva la apertura del crédito documentario, pero éste
es independiente de aquél.
Siguiendo con el análisis, sobre el caso típico de utilización de este instituto pa-
ra el pago de mercancías, podrá verse que la compraventa internacional es la que
origina que el comprador solicite la apertura de un crédito documentario pero, una
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Ello, sin perjuicio de las acciones que el comprador podrá intentar contra el
vendedor (cuando aquél rescindió el contrato por un incumplimiento esencial) para
recuperar lo que debió rembolsar al banco abridor que, igualmente, se vio obligado
a pagar al beneficiario.
Examen de los documentos: Los bancos deben examinar todos los documen-
tos con razonable cuidado para comprobar que aparentemente están de acuerdo
con los términos y las condiciones del crédito (art. 15, UCP-400).
El principio es la doctrina del estricto cumplimiento.
Si falta alguno de los documentos o si no reúnen los requisitos previstos en el
crédito, se rechazarán y el pago bancario no habrá de realizarse.
El análisis que el banco debe practicar respecto de los documentos previstos
en la apertura de la carta de crédito debe consistir en determinar si "en apariencia”
se encuentran conformes con las condiciones y términos previstos. Esto implica
que si el documento fuera falso, pero desde el punto de vista de su "apariencia",
observa las características de un documento verdadero, el banco abonará adecua-
damente la carta de crédito contra su presentación y, a su vez, el ordenante debe-
rá rembolsar al banco lo pagado en esa forma.
El ordenante podrá tener una acción para reclamar al beneficiario que cobró
sobre la base del documento falso e incluso, cuando cupiera, contra la empresa
que dolosamente o por ligereza hubiera permitido la emisión de esos documentos
(por ejemplo, conocimiento de un embarque o una póliza de seguro falsos), pero
carecerá de defensas para no rembolsar al banco que pagó contra su presenta-
ción.
El artículo 17 de las UCP-400 dice que los bancos no asumen ninguna obliga-
ción ni responsabilidad respecto de la forma, la suficiencia, la exactitud, la autenti-
cidad, la falsificación o el valor legal de ningún documento, ni respecto de las con-
diciones generales y/o particulares que se indiquen en los documentos, o que se
agreguen a ellos; tampoco asumen obligación ni responsabilidad alguna por la
descripción, cantidad, peso, calidad, estado, embalaje, despacho, valor o existen-
cia de las mercancías representadas por los documentos, ni aun respecto de la
buena fe o de los actos y/u omisiones, la solvencia, cumplimiento de las obligacio-
nes o la reputación de los despachadores, transportistas o aseguradores de la
mercancía o de cualquier otra persona, quienquiera que sea.
Sin embargo, cabe señalar que esta disposición sólo puede ser entendida en
concordancia con las otras regulaciones de las R.U.C.D. Su interpretación armónica
permite sostener que si el banco realizó un cuidadoso análisis de la documentación,
conforme a las prácticas bancarias usuales, y en apariencia los documentos resulta-
ban conformes, no podrá responsabilizárselo por los contenidos de los mismos, sus
falsificaciones o por el incumplimiento de las prestaciones por parte de los emisores.
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Pero esto no implica dar inmunidad al banco por la negligencia en que incurran sus
dependientes en el análisis de la documentación en cuanto a que la forma aparente
de los mismos sea conforme a los requerimientos de¡ crédito.
Tipos de documentos: ¿Cuáles son los documentos que usualmente aparecen
previstos al abrir un crédito documentario?
Como se ha visto, estos están estrechamente vinculados a la operación base
que determina la apertura de crédito, y cuando ésta es una compraventa internacio-
nal, los documentos estarán dirigidos a demostrar el cumplimiento de las prestacio-
nes a cargo de¡ vendedor de la mercadería. Estas prestaciones resultarán variables
de acuerdo con la modalidad de compraventa internacional que las partes hubieran
elegido.
En este sentido, la brochure 460 (Incoterms) de la Cámara de Comercio Inter-
nacional provee interpretaciones a los términos de uso habitual en estos contratos
(FOB, CIF, CFR, FAS, CFIT, CIP, FCA y otros), donde surgen una serie de presta-
ciones que acompañan la principal a cargo del vendedor de las mercaderías, que es
la entrega y transferencia de la propiedad de las mismas. Entre estas prestaciones
están las referidas al transporte, seguro, carga y descarga de la mercadería, docu-
mentos relativos a las certificaciones de calidad y origen, derechos aduaneros de
importación o exportación, gastos y trámites aduaneros de importación y exportación
y otros.
La modalidad de compraventa internacional elegida determinará cuándo y con
qué alcance alguna de estas prestaciones y de los documentos que acrediten su
cumplimiento, se encuentran a cargo del vendedor.
Podrá ser, por ejemplo, que el vendedor de los bienes deba proveer un docu-
mento de transporte sin que se requiera la constancia en el mismo de que el precio
por el servicio ha sido abonado (caso de la compraventa FOB o FCA) o bien que es-
ta circunstancia deba estar comprobada (modalidades CFR, CIF, CPT, CIP). Otro
tanto podrá resultar respecto de la póliza de seguro que podrá estar simplemente
contratada o también abonada su prima.
En el documento de transporte marítimo podrán observarse casos en los que los
gastos de carga o descarga estén en cabeza del vendedor de los bienes, así como
los de estibaje y nivelación, dando lugar a conocimientos de embarque con variadas
cláusulas como: LIFO, FILO, FISLO, LINER, etc.
El tipo de contratación de seguro, de acuerdo con la cobertura elegida, por
ejemplo, en el transporte marítimo comprenderá las situaciones libres de avería par-
ticular, con avería particular y contra todo riesgo.
Todas estas circunstancias deben ser especificadas por el ordenante de la carta
de crédito a fin de que se precisen con la mayor exactitud los documentos requeri-
dos.
Básicamente los documentos resultan ser: los referidos al transporte de la mer-
cadería, las facturas comerciales, los relacionados con el seguro, los certificados de
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origen, calidad, peso y otros, pero podrán agregarse todos aquellos que las partes
prevean adecuadamente.
Todas las instrucciones para emitir créditos y los créditos mismos deben especi-
ficar con precisión el documento o los documentos contra los cuales se efectuará el
pago, la aceptación o la negociación (artículo 22, inc. al, UCP-400).
Se deben evitar expresiones como "primera clase", "bien conocido", "calificado",
"independiente", "oficial", para designar a quienes emiten los documentos exigidos
en un crédito, y si tales expresiones fueran igualmente incorporadas, los bancos
habrán de aceptar los documentos respectivos como les sean presentados, siempre
que en apariencia estén de acuerdo con los términos y condiciones del crédito (artí-
culo 22, fine. bl, UCP-400).
Salvo que en el crédito se hubiera estipulado de manera contraria, los bancos
habrán de aceptar los documentos que estén producidos por sistema de fotocopias,
por copias mediante papel carbón o por sistemas automatizados o de computación,
siempre que estén señalados como originales y que, cuando fuere necesario, tales
documentos parezcan haber sido autenticados (artículo. 22, inc. c], R.U.C.D.).
Las UCP-400 tienen disposiciones generales para cualquier tipo de documento,
como las que se han venido mencionando, y previsiones específicas relativas a los
documentos de transporte, de seguro y facturas comerciales.
Cuando en el crédito documentario se exijan otros documentos distintos de esos
tres básicos (transporte, seguro y factura), debe estipularse quién deberá ser su
emisor y el texto o contenido detallado de los mismos. A falta de tal estipulación, los
bancos habrán de aceptar los documentos así como les sean presentados, siempre
y cuando permitan relacionar las mercancías o servicios a que se encuentren referi-
dos con los del crédito (artículo. 23, UCP-400).
Entre esos documentos pueden destacarse certificados varios como los de ori-
gen, peso, análisis, empaque, calidad y agreaje (certificado de conformidad que co-
múnmente se practica en el lugar de embarque por una persona de confianza del
comprador).
Salvo que existiera una estipulación contraria, los bancos habrán de aceptar do-
cumentos que lleven fecha de emisión anterior a la del crédito, siempre y cuando
dichos documentos se presenten dentro del plazo pertinente fijado en el crédito o en
las normas supletorias de las UCP-400 (artículo 24 de las mismas).
Una tolerancia en exceso o defecto del 10 % es permitida sobre el valor, la
cantidad o el precio unitario cuando se utilicen expresiones como "alrededor de"
(about) o "aproximadamente" (circa).
Asimismo, salvo cuando el crédito estipula la cantidad en un número determi-
nado de unidades de embalaje o de partidas individualizadas o cuando específi-
camente disponga que la cantidad de las mercancías no debe ser superada o dis-
minuida, se tolera una diferencia del 5 % en exceso o en defecto. Sin embargo, en
este caso esa diferencia en la cantidad de las mercancías no puede exceder el va-
lor total del crédito (artículo 43, UCP-400).
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Los tipos de cobertura posibles del seguro deben ser especificados en el crédi-
to, existiendo diversas alternativas conforme a los riesgos que queden amparados.
Pueden señalarse, así, las cláusulas WPA (con avería particular), FPA (libre de ave-
ría particular), "contra todo riesgo" (all risks), etc. Si no existieran instrucciones es-
pecíficas en el crédito, los bancos deberán aceptar los documentos de seguro tal
como les sean presentados, sin asumir ninguna responsabilidad por cualquier riesgo
no cubierto (artículo 38, R.U.C.D.).
Los documentos de seguro deben estar expresados en la misma moneda del
crédito documentario y ser emitidos y/o suscriptos por compañías de seguros, ase-
guradores o por sus agentes, no aceptándose las notas de cobertura emitidas por
corredores. El valor mínimo de cobertura deberá ser el CIF o CIP más un 10 %. Si
no se pudiera determinar ese valor, los bancos aceptarán como valor mínimo el de
la factura o el del crédito documentario, el que fuere mayor (artículos. 35 y 37,
R.U.C.D.).
Los documentos de seguro que tengan una fecha posterior a la fecha de em-
barque, de despacho o de toma a cargo de las mercancías, indicada en el documen-
to de transporte serán rechazados, salvo que indiquen que la cobertura será efectiva
a partir de entonces (artículo 3, R.U.C.D.).
den con el crédito, habrá de obligar a éste. Por el contrario, si el banco que recibe
los documentos está actuando como un mero intermediario (banco remitente) cuyo
servicio consistirá simplemente en remitirlos al banco abridor; la conformidad con los
documentos deberá ser expresada directamente por el banco emisor o, en su caso,
el confirmador.
El banco emisor dispone de un tiempo razonable para examinar los documentos
y para decidir si aparentemente están conformes con los términos y condiciones del
crédito (artículo 16, R.U.C.D.).
Si los requisitos no estuvieran cumplimentados deberá rechazar los documentos
notificando inmediatamente al banco remitente o al beneficiario si los documentos le
fueron remitidos directamente por él, indicando las discrepancias que motivan el re-
chazo y poniendo los documentos a disposición del beneficiario o directamente re-
tornándoselos. El silencio del banco emisor le impedirá posteriormente alegar que
los documentos no se conforman a los términos y condiciones del crédito.
El término con que cuenta el banco para aceptar o rechazar los documentos no
debe exceder lo "razonable", y si decide rechazarlos, debe hacer una comunicación
inmediata.
La revisión proyectada de las UCP-400 (futura UCP-500) precisa este término
reiterando que el banco abridor o el confirmador tienen un tiempo "razonable" para
aceptar o rechazar los documentos pero, agregando que no puede exceder los siete
días bancarios siguientes al de su recepción (proyectados artículos. 13 y 14 de las
UCP-500).
Si en el crédito se prevé la utilización de una letra de cambio, su aceptación por
el banco abridor o el confirmador importará, asimismo, la conformidad con los do-
cumentos (dado que si se los rechazaran no se produciría tal aceptación). Si no se
utiliza letra de cambio, podrá expedirse una expresa conformidad con la documenta-
ción o ésta habrá de presumiese a partir de la ausencia de observaciones por el
banco en ese plazo "razonable" (que no podrá exceder los siete días bancarios para
las futuras UCP-500).
13.2.6.1.11. El pago
Si los documentos están acordes con las previsiones del crédito, corresponderá
al banco emisor realizar el pago (a la vista o a plazo, según lo establecido en el cré-
dito). Si existiera un banco confirmador, éste también estará obligado al pago. El
banco emisor debe rembolsar al banco confirmador, o al banco designado para el
pago, las sumas que éstos hubieran adelantado para el pago al beneficiario.
La demora del banco emisor en acreditar los fondos (ya sea para rembolsar a
los bancos confirmador o designado que han practicado el pago o para pagar al be-
neficiario) lo hace responsable por los intereses que se devenguen. Téngase en
cuenta que si la carta de crédito es negociable, no confirmada y a la vista, lo es "a la
vista' del banco abridor, motivo por el cual los plazos habrán de contarse a partir del
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13.2.6.1.12. El reembolso
Reembolso entre los bancos: el banco abridor de la carta de crédito debe rem-
bolsar al banco confirmador o al banco pagador lo que hubieran abonado al benefi-
ciario, siempre que la documentación estuviera en orden y concordancia con el cré-
dito (artículo 16, UCP-400).
crédito acostumbran indicar los accesorios que en este concepto quedan también
comprendidos, aparte del pago principal (conclusiones, impuestos por compraventa
de divisas, gastos de transferencias, diferencias de cambio y otros).
Las garantías del reembolso: cuando el ordenante solicita la apertura del crédito
puede ser que provea anticipadamente los fondos al banco abridor. Pero, usual-
mente, también la existencia de una relación crediticia con el banco tomará innece-
sario este suministro previo de numerario. En ese caso, el banco abridor deberá
tomar las garantías necesarias para asegurarse de que, al vencimiento, habrá de
ser reembolsado por su cliente. A estos fines, podrá requerir prendas con despla-
zamiento sobre acciones o títulos públicos, hipotecas abiertas que garanticen la ge-
neralidad de las operaciones de comercio exterior que se realicen con el ordenante,
o hipotecas específicas que cubren ciertos créditos individualizados u otras garantí-
as personales o reales. En otros casos, el banco abridor se limitará a confiar en la
garantía genérica del patrimonio de su cliente, sin tomar situación privilegiada sobre
bienes específicos.
En tanto el banco abridor actúe como un mandatario del ordenante puede rete-
ner los efectos recibidos en virtud de la carta de crédito hasta tanto le sea reembol-
sado lo que ha pagado por ella.
Este derecho de retención, que se ejerce sobre los documentos y la mercadería
por ellos representados, se refuerza si en la solicitud de apertura se prevé que aque-
llos y la misma mercadería quedarán en prenda garantizando el reembolso.
Esto habilitará, para el caso de falta de pago, la subasta de los bienes para, con
su producido, saldar la deuda por el reembolso.
Sin embargo, corresponde ser cauto con esta garantía pues, muchas veces, el
producido de los bienes no alcanzará para cubrir la deuda cuando existen otros cré-
ditos que pueden cobrarse con preferencia, como los derechos aduaneros y los gas-
tos de flete o depósito.
338 COMERCIO INTERNACIONAL
En este sentido, cabe señalar la "cláusula roja", así conocida por una vieja cos-
tumbre de escribirla en forma destacada con ese color. Por la misma, el beneficiario
de la carta de crédito obtiene de¡ banco emisor o confirma un anticipo en descubier-
to, que se le abona contra su simple firma (y sin perjuicio de las garantías que se le
pudieran exigir), pero sin presentación de documentación acreditativa del embarque
y la demás requerida en la carta, atento a que ello deberá cumplimentarse en un
tiempo futuro.
Cuando el anticipo de fondos se solicita sobre documentos provisionales que,
sin bien no acreditan el embarque de la mercadería, demuestran que la misma se
encuentra en depósito (almacenes del puerto u otros, por ejemplo), el mismo debe
estar autorizado en la carta de crédito bajo la cláusula conocida como green clause
(cláusula verde).
Desde el punto de vista de la transmisibilidad del crédito, el mismo puede ser
transferible o intransferible. Para que un crédito sea transferible ello debe estar ex-
presamente previsto, y la transferencia no puede realizarse por más de una vez, si
bien que fraccionada. De esta manera, el exportador transfiere el crédito de que es
beneficiario a su proveedor en forma parcial, reservando un margen para sus gastos
y beneficios y fraccionándolo en caso de tratarse de distintos proveedores (lo que sí
está permitido, a diferencia de las sucesivas transferencias que no son viables). La
transmisión suele realizarse por endoso. Con la misma finalidad económica, pero
distinta instrumentación, debe mencionarse el crédito subsidiario (back to back cre-
dit) en el que el beneficiario original de la carta de crédito se transforma, a su vez,
en ordenante de una nueva carta de crédito (que garantiza con la primera) y cuyo
beneficiario habrá de ser su proveedor.
De acuerdo con las etapas durante las cuales se otorga el auxilio financiero, los
créditos pueden clasificarse en "prefinanciaciones", "financiaciones" y "post finan-
ciaciones".
También en esta etapa, el vendedor, para hacerse de bienes por parte de sus
proveedores, puede recurrir al mecanismo de la "carta de crédito doméstica". Esta
consiste en abrir una carta de crédito interna a favor de esos proveedores y con ga-
rantía en la carta de crédito emitida desde el exterior y de la que el vendedor es be-
neficiario.
A su vez, con la garantía de la carta de crédito doméstica, el proveedor del ex-
portador puede obtener financiamiento en otro banco.
por bancos centrales estatales a esos bancos privados bajo la forma de redes-
cuentos, quedando la relación crediticia con el vendedor entablada con éstos.
Puede ocurrir también que la relación de crédito promocionado sea directa-
mente entre el exportador y el organismo estatal proveedor de los fondos, actuan-
do el banco privado como mero intermediario.
Este tipo de asistencia crediticio también suele presentarse con líneas promo-
cionales, y se garantiza su recupero con el producto de las futuras exportaciones,
pudiendo constituirse fondos de afectación en cuentas del exterior con esos fines
(con esta misma finalidad, el exportador puede recurrir a la emisión de obligacio-
nes negociables).