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Manual para Ae. Comportamientos Prosociales PDF
Manual para Ae. Comportamientos Prosociales PDF
Directora General Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
Elvira Forero Hernández Regionales Boyacá, Quindío y Nariño
Secretaria General Centros Zonales Armenia, Pasto y Tunja;
Rosa María Navarro Ordóñez Educadores Familiares, Madres Comunitarias,
Jardineras y Profesionales
Directora Técnica
Ministerio de Educación Nacional
Martha Liliana Huertas
Secretarías de Educación
Subdirectora de Lineamientos y Estándares
Armenia, Pasto y Tunja
Gloria Stella Gutierrez Ortega
Docentes de preescolar y profesionales
Grupo para la Convivencia Familiar
Alcaldías Municipales
Coordinadora Nacional del Proyecto Armenia, Pasto y Tunja.
María Teresa Mojica Rivadeneira
Coordinación editorial Autora
Henry Matallana Torres Clara Inés Torres Méndez
Consultora Componente Educación
y Atención al Ciudadan o Unidad de Gestión Convenio BID-ICBF
Diseño carátula
y Atención al Ciudadano
Impresión
Procesos Digitales Ltda.
ISBN: 978-958-623-094-0
Promoción de comportamientos prosociales para la identif icación y prevención de la agresión en la primera infancia
Manual para Agentes Educativos Socializadores, AES
Segunda edición 2009
Esta publicación se realizó dentro del marco del convenio ATN/JF 7574-CO
suscrito entre el ICBF y el BID.
Los contenidos son responsabilidad de la autora, del ICBF y de las instituciones
que participaron en la validación del documento. La impresión de esta edición se realizó dentro
del marco del convenio suscrito entre ICBF-OIM 357/08.
Capítulo I
Una emergencia necesaria de asumir: La Primera infancia ........................................... 23
Capítulo II
De la agresión a la prevención ...................................................................................... 37
Capítulo III
El aprendizaje social ..................................................................................................... 49
1. ¿Qué es el aprendizaje social y qué relación tiene con el comportamiento de los niños y
las niñas? .......................................................................................................... 51
Capítulo IV
El aprendizaje cooperativo en el preescolar........................................................................ 55
SEGUNDA PARTE:
GUÍA DE ACTIVIDADES PEDAGÓGICAS PARA EL DESARROLLO DE COMPOR-
TAMIENTOS PROSOCIALES EN LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS
Capítulo V
La evaluación de los niños y las niñas ........................................................................... 67
Etapa uno: Evaluación inicial de los niños y las niñas: procedimiento ........................... 69
Etapa dos: Codificación de la información.................................................................... 73
Etapa tres: Autoevaluación de los niños y de las niñas ................................................... 74
Etapa cuatro: Observación al Agente Educativo Socializador en la interacción con los niños
y las niñas......................................................................................................... 74
Etapa cinco: Meta observación ...................................................................................... 75
Anexos: Instrumentos de evaluación.............................................................................. 76
Capítulo VI
Estrategias de acción para la reducción de comportamientos agresivos ....................... 95
Objetivos....................................................................................................................... 97
1. Objetivos de aprendizaje........................................................................................... 97
2. Los comportamientos esperados en los niños y las niñas ........................................... 98
4
4
Capítulo VII
Pasos básicos para el desarrollo de habilidades sociales en el campo de las relaciones
interpersonales ................................................................................................. 109
Objetivos....................................................................................................................... 111
Objetivos y procedimientos ........................................................................................... 111
Actividad 1: Hacer contacto visual y verbal................................................................... 116
Actividad 2: Hablar gentilmente .................................................................................... 117
Actividad 3: Contacto físico suave ................................................................................. 118
Actividad 4: Ayudar....................................................................................................... 119
Actividad 5: Incluir e invitar .......................................................................................... 120
Actividad 6: Hacer con otros ......................................................................................... 121
Actividad 7: Decir NO, rechazar ................................................................................... 122
Actividad 8: Preguntar ¿por qué? ................................................................................... 123
Actividad 9: Decir: me molestas .................................................................................... 124
Capítulo VIII
Pasos básicos para el desarrollo de habilidades de autocontrol .................................... 127
5 5
Capítulo IX
Guía de actividades para el uso de la televisión ............................................................ 163
Objetivos....................................................................................................................... 165
Procedimientos.............................................................................................................. 166
Actividad 1: ¿Cómo funciona la televisión? ................................................................... 167
Actividad 2: Aprendiendo sobre los programas de televisión y mis programas favoritos 170
Actividad 3: Los personajes de la televisión y su influencia en niños niñas .................. 172
Actividad 4: ¿Son reales los personajes que aparecen en la televisión? .......................... 173
Actividad 5: ¿Qué otras actividades divertidas puedes realizar además de ver programas
de televisión? .................................................................................................... 174
Capítulo X
Guía de actividades para el desarrollo de la imaginación de los niños y de las niñas.... 177
Objetivos....................................................................................................................... 179
Actividad 1: ¿Quién eres? ¿Quién soy? .......................................................................... 180
Actividad 2: Mímica. Como si yo fuera.......................................................................... 181
Actividad 3: Concentración ........................................................................................... 184
Actividad 4: Historias “Y luego” .................................................................................... 185
Actividad 5: Plastilina: “los dedos creativos” ................................................................. 187
Actividad 6: Personificación de animales y objetos ....................................................... 188
Actividad 7: Juego fantasioso: “en el teatro, los cuentos de hadas” ................................ 190
Actividad 8: Invención de historias: “el sombrero mágico” ............................................ 191
6
6
Se entrega con el propósito de apoyar con herramientas conceptuales y prácticas a las madres
comunitarias, jardineros y jardineras infantiles del ICBF, así como a docentes de preescolar
de las Secretarías de Educación, para que desde su trabajo cotidiano puedan manejar las
expresiones de agresividad, sustituyéndolas por comportamientos prosociales en los primeros
años de la vida de los niños y las niñas que se encuentran a su cuidado.
Este manual está dirigido a Agentes Educativos Socializadores, AES, tales como: docentes
(maestras), jardineras, madres comunitarias de los niños y las niñas de 4 a 6 años vincula-
dos al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y a las Secretarías de Educación del país,
así como a educadores/as de preescolar en general. De manera similar, el manual puede
ser aplicado en el primer grado de primaria con niños y niñas de 7 años, con el fin de
que haya continuidad del proceso realizado en el preescolar y para lograr sostenibilidad
y afianzamiento de los comportamientos en estas edades y fijar comportamientos a más
largo plazo.
1 INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR (2006). Política Pública por los niños y las niñas, desde la gestación
hasta los 6 años (diciembre del 2006).
Esperamos que la información que proporciona el manual les permita a todos los Agentes
Educativos Socializadores (AES) promover el desarrollo de comportamientos prosociales,
prevenir y disminuir los comportamientos que obstaculizan el desarrollo integral del niño
y la niña.
Con la inclusión del tema de la prosocialidad se espera fortalecer las relaciones más sig-
nificativas y cotidianas en los niños y las niñas y sus familias, para que encuentren la
oportunidad de interactuar de manera constructiva, dado que la primera infancia ofrece
oportunidades únicas para cambiar el curso del desarrollo de los niños y las niñas en si-
tuación de riesgo; dado que consideramos y que, si bien los comportamientos de los niños
pueden ser aprendidos, también pueden ser desaprendidos por un nuevo comportamiento
que lo sustituya.
Paralelamente, durante el pilotaje se trabajó conjuntamente con los padres, madres y/o
cuidadores de los niños y niñas con comportamientos riesgosos por medio de visitas do-
miciliarias para la prevención de la agresión en la primera infancia. De la misma mane-
ra, se desarrollaron habilidades para la construcción de relaciones familiares positivas, el
manejo del conflicto, habilidades para la aplicación de normas límites y reglas con los
niños/as, habilidades de autocontrol para sustituir los castigos inadecuados y el manejo de
la sexualidad infantil.
Al iniciar el pilotaje se evaluó el nivel de riesgo de los 637 niños y niñas arrojando que el
34% de ellos se encontraba en diferentes niveles de riesgo. Después de los 8 meses de im-
plementación de la propuesta contenida en este manual, se realizó una segunda evalua-
2 Torres M. Clara Inés. (2007) Análisis sobre las diferencias entre la Primera y la Segunda Evaluación (antes y después del
pilotaje) de los niños y las niñas y Niñas en las Ciudades de Pasto, Armenia y Tunja y el Análisis sobre el Abordaje a las
10
familias de los Educadores/as Familiares en las ciudades de Tunja, Armenia y Pasto (2007).
10
ción de los niños y las niñas participantes y se encontró que habían bajado los comporta-
mientos riesgosos: el 89,8% y el 98,9% habían incrementado la prosocialidad y casi en las
mismas proporciones sus familias. Sin embargo, se pudo constatar que solo un 10% de los
niños y niñas continuó en situación de riesgo. De acuerdo con la información dada por los
educadores familiares y los Agentes Educativos Socializadores, dato que puede explicarse,
entre otros factores, por la falta de involucramiento de los progenitores; en estos casos se
evidenció que la ausencia de los padres, madres y o cuidadores obstaculizó el avance y
la aprehensión de comportamientos prosociales en los niños y en las niñas; sin embargo,
hubo niños y niñas que a pesar de la no participación de sus familias incrementaron favo-
rablemente su prosocialidad.
Otro aspecto fundamental que nos demostró el pilotaje es que los cambios se dieron más
rápido cuando se trabajaba sincrónicamente en el desarrollo de competencias y habilida-
des tanto con los niños(as) como con las familias. Para esto se trabajó coordinadamente
agentes educativos socializadores y educadores familiares y en ese escenario fue cuando
resaltó favorablemente que la propuesta Promoción de comportamientos prosociales en
familias, de los niños y las niñas de 4 a 6 años, fue y es especialmente sensible y efectiva
para disminuir los comportamientos agresivos3.
Otro factor importante por resaltar es que efectivamente el pilotaje nos demostró, como
lo señala Tremblay (2002), que los cinco primeros años de la vida de un niño son deter-
minantes en su desarrollo psicosocial por cuanto en este periodo éstos viven experiencias
significativas y desafiantes para los padres, cuidadores y maestros. En este sentido, lo que
nos mostraron las evaluaciones es que los niños y las niñas desarrollaron habilidades en el
campo de las relaciones personales, el autocontrol de la agresión y el desarrollo de la crea-
tividad y la imaginación que aunados al trabajo con las familias lograron bajar los niveles
de riesgo e incrementar la prosocialidad.
3 En el informe elaborado por la consultora del componente de educación sobre el Análisis sobre las Diferencias entre la Pri-
mera y la Segunda Evaluación de los niños y las niñas en las ciudades de Pasto, Armenia y Tunja (2007) se encontró que del
total de niños niñas que participaron durante todo el pilotaje el 89,8 % disminuyó el riesgo. Apenas continuaron en riesgo
después del pilotaje 16 niños (3 niñas y 13 niños) para un promedio de 10,19% de todas las ciudades; lo que muestra que
los niños se encuentran más expuestos a presentar comportamientos agresivos que las niñas y que por sus características de
riesgo puede verse afectado su desarrollo psicosocial. En efecto, en la ciudad de Pasto, el resultado arrojó que continúan
en situación de riesgo 6 niños (todos niños), en Armenia 6 (5 niños y 1 niña), y en Tunja 4 (1 niña y 3 niños). En la mayoría
de estos niños que continúan en riesgo, las familias se mostraron renuentes a participar en el proceso, como lo demuestran
los informes de los Educadores/as Familiares y el cruce hecho entre los resultados de la evaluación de los niños y las niñas
y el trabajo con las familias. Lo interesante de este proceso es que afortunadamente se pudo trabajar con la mayoría de las
familias de los niños y las niñas que permanecieron durante todo el pilotaje, a excepción de las familias de los niños y las
niñas que continuaron en riesgo que en su mayoría se mostraron renuentes a participar, tal como lo muestra la relación que
11
se hizo de familias/niños(as).
11
De otra parte, la evaluación externa del Centro de Estudios Avanzados de Niñez y Juven-
tud CINDE – Manizales, concluyó que la “propuesta es altamente pertinente para construir
y fortalecer un escenario de convergencia de redes sociales e institucionales que legitimen
la convivencia social, la formación de comportamientos prosociales en adultos y niños
y niñas en el país, para fortalecer el desarrollo de la sana sexualidad como la base de la
formación integral para los niños y las niñas, así como la convivencia en la familia entre
los géneros y de la sociedad en general”4.
Es importante aclarar que este manual recoge algunos aportes en su concepción metodo-
lógica, en primer lugar, del programa FLUPPYS para Preescolares de la Universidad de
Montreal (2001)5. En segundo lugar, del Proyecto Piloto de Prevención del desarrollo de
comportamientos agresivos en niños y niñas en el preescolar, experiencia de Montreal6
especialmente en lo relacionado con la guía de actividades para disminuir los comporta-
mientos agresivos (segunda parte del manual).
Es de vital importancia trabajar este manual paralelamente con los manuales “La sexuali-
dad también es cosa de niños y de niñas”7, y “El arte de las visitas domiciliarias para cons-
truir relaciones familiares saludables”8. Unido a ello, los objetivos de los tres manuales
enfocan las acciones hacia la identificación, prevención de los comportamientos riesgosos
en los niños, niñas y familias, promoviendo el desarrollo de competencias y habilidades
en los Agentes Educativos Socializadores (AES), en los Educadores/as Familiares, en los
padres, madres y/o cuidadores y por ende, en los niños y las niñas.
4 Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud CINDE - Universidad de Manizales. Informe de Evaluación, Pilotaje del
Proyecto Promoción de Comportamientos Prosociales en Niños y Niñas de 4 a 6 años, en tres ciudades del país. Presentado
al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), HAZ PAZ. Elaborado por María Cristina García Vesga, María Cristina
Palacio Valencia, Francia Restrepo de Mejía, con el apoyo de un equipo de investigación de campo. Febrero del 2007.
5 France Capuano, Ph.D. Flupp program (2001). Social Skills Traning Program For Preschoolers. Translation of Programme
d´entrainement aux habilités socials au préscolaire. Centre de Psycho-Education du Québec. Monteral.
6 Bertrand Lucie, y colaboradores (1984 – 1988). Proyecto Piloto de Prevención del desarrollo de comportamientos agresivos
en niños en el preescolar. Guías de Intervención. Grupo de Investigación Interuniversitaria sobre la inadaptación Psico-so-
cial. Universidad de Montreal. El proyecto fue dirigido por Richard Tremblay de la Escuela de Psicoeducación de la Uni-
versidad de Montreal y subvencionado por el Programa de Subvenciones Nacionales al Bienestar Social del Ministerio de
Salud y Bienestar del Canadá. Véase BERTRAND, Lucie y RECUS PRINCE, Danièle (1998). Libros traducidos por Ernesto
Quitián, para el proyecto BID-ICBF. 2005.
7 Vargas, Elvia (2006). “La sexualidad también es cosa de niños y de niñas”. Manual para Agentes Educativos Socializadores
(AES), Componente de Educación. Proyecto de Cooperación Técnica no Reembolsable No. ATN/JF-7574-CO. BID/ICBF.
8 Torres M. Clara Inés. (2006). El arte de las visitas domiciliarias para construir relaciones familiares saludables. Manual para
Educadores Familiares. Componente de Educación. Proyecto de Cooperación Técnica no Reembolsable No. ATN/JF-7574-
12
CO. BID/ICBF.
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Este manual ofrece amplios ejemplos y fuentes de consulta para el desarrollo de habili-
dades que buscan prevenir la agresión en la temprana infancia. Asimismo, cuenta con
un glosario de términos que facilita su lectura y con un documento marco9 en donde se
encuentran más desarrollados los temas alusivos a la parte conceptual. Cabe advertir que
lo deseable es entregar este manual a los Educadores/as con una inducción previa que
permita mayor claridad sobre los temas por tratar.
Contenido
El manual se ha dividido en dos unidades: La primera parte presenta los fundamentos teó-
ricos y metodológicos en los que se sostiene la propuesta Promoción de Comportamientos
Prosociales para la Identificación, Prevención y Manejo de la Agresión en los niños y las
niñas de 4 a 6 años, que a su vez se divide en cuatro capítulos. En el primero, Una emer-
gencia necesaria de asumir: la primera infancia, se hace una exposición breve y clara del
papel que actualmente se le atribuye al desarrollo de la primera infancia, la prosocialidad
como la vía efectiva para reducir la violencia y sustituirla por comportamientos prosociales
que favorezcan el desarrollo de los niños y las niñas en edad preescolar.
9 Torres M., Clara Inés (2006). Promoción de Comportamientos Prosociales con Familias y niños y niñas de 4 A 6 Años:
Experiencia Piloto en tres ciudades de Colombia. Documento conceptual del componente de Educación. Modelos de
atención para la prevención, detección y tratamiento de la violencia doméstica. Proyecto de Cooperación Técnica No
13
Reembolsable No. ATN/JF-7574-CO. BID/ICBF.
13
los niños y las niñas: ¿A qué edad ocurre la agresión? ¿Qué es lo que hace que un niño se
comporte agresivamente?
El tercer capítulo, El aprendizaje social, aporta fundamentos sobre la relación que existe
con el comportamiento de los niños y las niñas. Además, presenta una de las investigacio-
nes más importantes que explican el aprendizaje.
14
14
El Noveno Capítulo, Guía de actividades para el uso de la televisión, contiene una guía
práctica para que los niños y las niñas comprendan cómo funciona la televisión, aprendan
de sus programas favoritos, analicen cómo actúan los personajes (reales y ficticios) y se
motiven a desarrollar otras actividades fuera de la televisión.
Agradecimientos:
Queremos hacer un reconocimiento especial a la doctora Luz Mila Cardona, Directora Téc-
nica del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, por el total apoyo a la realización del
trabajo. A la doctora Elenita Motta, coordinadora del grupo de Haz Paz, por su apoyo in-
condicional con todos los requerimientos del proyecto. A, la doctora María Teresa Mojica
Rivadeneira, Coordinadora Nacional del Proyecto Modelos de Atención para la detección,
prevención y tratamiento de la violencia doméstica, por su participación en la discusión, su
postura analítica y propositiva, además de sus aportes y orientaciones.
Al, doctor Enrique Chaux Torres, por sus útiles sugerencias conceptuales en el tema de
la agresión infantil y sus comentarios frente a los contenidos de los manuales y del docu-
mento marco del proyecto. A la doctora Elvia Vargas, porque nos clarificó ideas sobre el
componente de sexualidad infantil; A la doctora María Cristina García, por su apoyo en la
elaboración de instrumentos para la monitoria, seguimiento al pilotaje y a la doctora Lucia
León, del MEN, por sus importantes aportes en el tema de competencias ciudadanas en el
preescolar (en las ciudades de Tunja y de Armenia).
A Lydy Yanneth Figueroa, Sandra Escobar y Beatriz Flórez Noguera por el apoyo en la or-
ganización de los grupos de estudio y trabajo, los comités técnicos de apoyo al proyecto,
las coordinaciones interinstitucionales y todo lo relativo al desarrollo logístico del pilotaje
en las tres ciudades.
15 15
A todos los profesionales del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar del nivel nacio-
nal y regional; asesoras, pedagogas, coordinadoras de centros zonales, psicólogos(as) y
trabajadoras sociales, directoras de hogares Infantiles, de las Secretarías de Educación; do-
centes (maestras/os), rectores, profesores, supervisores y todas las personas que estuvieron
al rededor del proyecto apoyando las acciones para hacer posible su realización. Muchas
gracias.
A las demás personas que valoraron la importancia del proceso y fueron sensibles y efica-
ces y dispusieron los medios necesarios para su desarrollo.
Por último, una mención especial para los niños, las niñas y sus familias que le dieron
sentido y contenido a la experiencia.
Glosario:
Los términos de este glosario están definidos específicamente como se entienden en el
marco del proyecto.
16
16
Cognitivo: Este término, utilizado por la psicología moderna, concede mayor importancia
a los aspectos intelectuales que a los afectivos y emocionales. En este sentido se tiene un
doble significado: primero, se refiere a una representación conceptual de los objetos. La se-
gunda, es la comprensión o explicación de los objetos. (Campos Maldonado Rito). Proceso
exclusivamente intelectual que precede al aprendizaje, las capacidades cognitivas solo se
aprecian en la acción, es decir, primero se procesa información y después se analiza, se
argumenta, se comprende y se reproduce. El desarrollo de lo cognitivo en el alumno debe ser
el centro del proceso de enseñanza por parte del docente. (Gonzalo Quiroz Martínez).
Comportamiento agresivo: Un modo de actuar de los niños y las niñas caracterizado por:
Accesos de cólera, actos de desobediencia ante la autoridad y las normas del hogar, ame-
nazas verbales, daños a cosas materiales, deterioros en la actividad social y académica,
episodios de rabias, discusiones con los hermanos, con los padres y otros integrantes de
la familia, gritos, pleitos constantes, molestan a los compañeros y a otros integrantes de
la familia, a veces se muestran iracundos o resentidos. Todas estas características deben
presentarse con alta frecuencia, intensidad y duración para que se constituyan en un com-
portamiento agresivo; de lo contrario, no son comportamientos agresivos.
Conflicto: Situación que genera tensión entre dos o más personas por tener objetivos,
intereses diferentes o iguales. Los conflictos son de orden histórico, social, familiar, polí-
tico, económico, cultural, religioso, entre otros. Por consiguiente, el conflicto sucede en
un espacio específico cuando dos ideas contrarias crean un desacuerdo de sentimientos,
17 17
Educación: La educación (del latín educare, “guiar”, y educere, “extraer”) puede definirse
como: El proceso bidireccional (en doble vía) mediante el cual se transmiten conocimien-
tos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no solo se produce a través de
la palabra, está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Los niños y
las niñas asimilan y aprenden nuevos conocimientos, normas de conducta, modos de ser
y de ver el mundo; además la educación permite construir otras prácticas de socialización
que en el proyecto se materializan mediante una serie de aprendizajes que se traducen en
habilidades, conocimientos, actitudes y valores que producen cambios de carácter social,
intelectual, emocional y cognitivo tanto en los operadores, como en las familias, los niños
y las niñas.
Educadores Familiares, EF: Como su nombre lo indica designa a los agentes sociales cuya
función es desarrollar actividades educativas, de orientación y acompañamiento a las fa-
milias, y forman parte del proyecto de Educadores Familiares del ICBF.
El riesgo: Son todos aquellos periodos, situaciones o circunstancias por las que atraviesan
los niños y las niñas y las familias en el curso de su vida. En esta medida, el riesgo no es
un factor determinante para señalar, marginar y excluir. Por el contrario, el riesgo ocurre
en ciertos periodos de la existencia: son eventos que implican estrés y dificultades y exi-
gen un mayor apoyo por parte de las instituciones responsables de la Primera Infancia, los
profesionales y de su entorno en general.
Enfoque ecológico: Mira las interacciones que se establecen entre los diversos contextos de
socialización de los niñas y niñas entre sí y con el ambiente que los rodea (escuela, familia,
comunidad). Comprende la agresión infantil, los comportamientos sexuales inadecuados,
las prácticas educativas coercitivas de las familias desde múltiples causas relacionadas en-
tre sí. Y por demás, posibilita integrar conocimientos, saberes interdisciplinarios, enfoques
teóricos y metodológicos que anudados abren caminos para la acción-reflexión-acción.
18
18
Habilidades sociales: Capacidad para interactuar con las demás personas de manera cons-
tructiva en un contexto social dado, que es captado y valorado por y para los demás como
positivo, y al mismo tiempo es personalmente beneficioso. Hay diferentes habilidades so-
ciales que se desarrollan en las distintas dimensiones del ser humano.
Multicomponente: Abarca varios escenarios de intervención y busca actuar sobre los dis-
tintos factores de riesgo que inciden en el desarrollo infantil, tales como los contextos de
socialización más importantes para la vida del niño y la niña durante su primera infancia
(familia, jardín, escuela y hogar comunitario de bienestar etc.).
19 19
Prevención secundaria: Enfoca acciones para los niños y las niñas y sus familias que están
en mayor riesgo y para quienes más lo necesitan. Es decir, impacta especialmente en los
niños y las niñas que presentan comportamientos agresivos con mayor frecuencia y seve-
ridad y que por sus manifestaciones ameritan mayor atención de los Agentes Educativos
Socializadores, Educador/es Familiares, instituciones, organizaciones que son las respon-
sables de educación de la Primera Infancia.
Prevención temprana: Son todas aquellas acciones educativas que anticipan eventos no
deseados, con el fin de evitar, controlar o disminuir un hecho. Busca actuar en los prime-
ros años de la vida de los niños y las niñas. Las acciones se dirigen a los diferentes con-
textos de socialización como: la familia, escuela/o institución educativa, jardines, hogares
comunitarios de bienestar y comunidad en general, y es una directriz de la política de
primera infancia.
Pilotaje: Poner a prueba una propuesta, proyecto y/o modelo para experimentar su efec-
tividad y validez, antes de implementarlo; de tal manera que pueda ser replicable en un
contexto determinado de acuerdo a los objetivos buscados y a las características pobla-
cionales. En este caso, se puso a prueba la propuesta: Promoción de Comportamientos
Prosociales para la Identificación, Prevención y Manejo de la Agresión en los Niños y las
Niñas de 4 a 6 años mediante la promoción de comportamientos prosociales, con el fin de
afianzar su efectividad antes de ponerlo en ejecución.
10
Rubiano, N., Hernández, A., Molina, C., y Gutiérrez, M. 2003. “Conflicto y violencia intrafamiliar. Diagnóstico de la
20
violencia intrafamiliar en Bogotá, D. C”. Universidad Externado de Colombia y Alcaldía Mayor de Bogotá. Págs. 32 y 33.
20
ENFOQUE
CONCEPTUAL
Una emergencia
necesaria de asumir:
La Primera Infancia
En este capítulo se recogen conceptos básicos que hacen parte del enfoque conceptual,
metodológico y operativo de este manual. Además, proporciona explicaciones para com-
prender y poner en práctica los elementos que dan vida al enfoque pedagógico para la ges-
tión educativa de los Agentes Educativos Socializadores (AES)11 y / o de los educadores/as
de preescolar en general.
Comencemos por comprender algunos conceptos que están presentes en todo el manual y
hacen parte fundamental de todas las acciones. Sin esas comprensiones es muy probable
que nuestras acciones, por interesantes que sean, puedan distanciarnos de los objetivos
específicos de este manual. Cabe advertir que estos conceptos y las actividades que apa-
recen en el manual complementan y enriquecen los proyectos pedagógicos tanto del ICBF
como de las Secretarías de Educación12.
La Política de Primera Infancia (2006) nos proporciona una mirada al desarrollo infantil
desde la perspectiva de derechos. Esta postura se enmarca en la Convención de los De-
rechos de la Infancia frente a la cual Estados como el colombiano, a través del Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar, han venido trabajando desde hace muchos años15. Esta
11 En la introducción asumimos el término “Agentes Educativos Socializadores, AES” para designar a las Docentes y/o Maes-
tras de la Secretarías de Educación, Madres Comunitarias y Jardineras(os) del Instituto colombiano de Bienestar Familiar.
12 Las educadoras, expresaron durante el pilotaje del 2006 que las actividades de este manual enriquecieron los proyectos
pedagógicos de las dos instituciones: ICBF y Secretaría de Educación.
13 REPÚBLICA DE COLOMBIA: Colombia por la Primera Infancia (2006). Política Pública por los niños y las niñas, desde la
gestación hasta los 6 años. Documento final.
14 Congreso de la República, Ley 10 98 del 8 de noviembre de 2006, “por la cual se expide el Código de la Infancia y la
Adolescencia”, aprobado en Segundo Debate en la Sesión Plenaria de la honorable Cámara de Representantes del día 14
de diciembre de 2005, según consta en el Acta 221.
15 En el documento de la política pública de Primera Infancia del ICBF (2006), el tema de la primera infancia es colocado en
el ámbito de lo público, cuando antes se restringía al terreno de lo privado. En este orden de ideas, el cumplimiento de los
derechos de la primera infancia es un asunto que le atañe no solo a la familia sino también a la sociedad y al Estado. En
este documento se recogen las conclusiones del Foro Internacional Primera Infancia y Desarrollo; subraya la importancia
25
del desarrollo infantil temprano sobre el posterior desarrollo de las personas. Ratifica que el desarrollo humano también
25
Por su parte, Peralta (2003: 37-138), especialista en desarrollo infantil, connota precisa-
mente a “la infancia como una construcción social” en donde la garantía de derechos es
indispensable y fundamental para el desarrollo de la primera infancia y para elevar la cali-
dad de vida en el proceso hacia la universalización del ejercicio de los derechos, bajo los
ideales de equidad, justicia e inclusión social”16.
Otro aspecto fundamental es que la Primera Infancia ha sido objeto de investigaciones y dis-
cusiones en las últimas décadas. Los estudios provienen de diferentes campos y disciplinas
que se relacionan con la salud, el aprendizaje y la conducta. Las evidencias científicas nos
proporcionan explicaciones de por qué los primeros años de vida son fundamentales, y nos
muestran cómo las experiencias tempranas influyen en el futuro desarrollo del individuo.
Tal como lo ejemplifica el debate actual sobre la Primera Infancia, este es el periodo más
rápido en la vida humana. A pesar de que los niños y las niñas se desarrollan individual-
mente a su propio ritmo, todos ellos y ellas pasan por secuencias identificables de cambio
en el desarrollo físico, cognitivo y emocional. De manera similar, es el periodo que va
desde el nacimiento hasta los seis años, nos ofrece oportunidades únicas para cambiar el
curso del desarrollo futuro de los niños y las niñas. El enfoque del desarrollo infantil tem-
prano se basa en el hecho comprobado por numerosos investigadores de que los niños y
las niñas pequeños responden mejor cuando las personas que los cuidan tienen mayores
habilidades, específicamente para estimular el paso al siguiente nivel de desarrollo.
tiene que ver con el desarrollo competente para la vida, de niños y niñas en armonía, alegres, que disfruten y recreen el
patrimonio cultural y el mundo simbólico y resalta los derechos de los niños y las niñas como una preocupación de todos
los países por la primera infancia.
16 PERALTA, María Victoria (2003), nos presenta un marco amplio sobre fundamentos disciplinares como la filosofía, psi-
cología, la neurociencia, la ecología y la educación destacando los alcances, implicaciones y beneficios de las nuevas
pedagogías. Solicita a todos los educadores/as tener en cuenta la concepción del niño y la niña como un sujeto social con
derechos. El niño y la niña desde la concepción de sujeto es más que la suma de sus partes, no es simplemente una estruc-
tura viviente, sino un sujeto de interacciones que comporta la capacidad de aprendizaje a través de los vínculos, sociales,
26
afectivos y de lenguaje.
26
que influyen sobre el desarrollo cerebral en los primeros años de vida también afectan la
capacidad de afrontar y resolver problemas y tienen implicaciones en la salud física y men-
tal17. En este sentido, en los primeros años de vida es cuando los niños y las niñas aprenden
más que en cualquier otra etapa, son más receptivos frente al aprendizaje y posibilitan la
intervención temprana para su desarrollo cognitivo, emocional, social y lingüístico (Pérez:
2006), en particular cuando se les suministra amor, afecto, atención y se les estimula men-
talmente.
Para esto, es fundamental que los niños y las niñas participen en programas de preescolar
bien diseñados y orientados en el marco de las exigencias del desarrollo de la Primera
Infancia, ya que eso facilita que el niño y la niña adquieran habilidades para pensar, esta-
blecer relaciones y desarrollar al máximo su potencial. En caso contrario, el niño y la niña
pueden presentar comportamientos riesgosos que ya se manifiestan desde la Primera In-
fancia18. Por tanto, “garantizar el desarrollo infantil saludable es una inversión en la futura
población activa del país y en su capacidad de progresar económica y socialmente”19.
17 Para FRASER MUSTARD (2003. 85-95), en los 3 primeros años de vida proliferan conexiones neuronales conocidas como
sinapsis. Por ejemplo, en caso de la visión. Si las señales del ojo no llegan a las neuronas ubicadas en la corteza occipital,
el niño y la niña no logra desarrollar una visión normal; otros circuitos son los sensoriales básicos para el desarrollo del
lenguaje y lo cognitivo, e igualmente importantes para los estímulos emocionales. Asimismo, el estrés altera la conducta
del sistema nervioso autónomo, relacionado con la respiración y las funciones cardiovasculares. A través de estos circuitos,
afirma el autor, afecta el cuerpo humano; por ejemplo el maltrato infantil puede afectar el circuito de la serotonina, incre-
mentando las probabilidades de ocurrencia del estrés en la edad adulta.
18 Para Tremblay (1987) el riesgo de un adulto de incurrir en una conducta antisocial ya se manifiesta en la niñez.
19 Para Mary Eming YOUNG, Especialista en desarrollo Infantil, los beneficios del desarrollo infantil apoyan la mayor equidad
social. Los programas integrados para los niños y las niñas pueden modificar los efectos de las inequidades socioeconó-
micas y de género, que son algunas de las causas más arraigadas de la pobreza. La autora ratifica que dichos programas se
consideran exitosos en todo el mundo por los siguientes componentes: Compromiso político y sostenibilidad financiera,
capacidad y compromiso local con el desarrollo infantil temprano, programas que se generan de “abajo hacia arriba”,
27
flexibilidad en los programas y en el apoyo, sentido de apropiación local, compromiso y participación de los padres.
27
Lo anterior indica que los programas de desarrollo infantil temprano deben incorporar ne-
cesariamente servicios tales como apoyo a los padres, cuidado pre y postnatal, programas
de nutrición, capacitación permanente en habilidades y destrezas en el manejo de com-
portamientos saludables en los niños y las niñas y en los padres-madres o cuidadores.
Desde esta perspectiva, el concepto de niño y de niña se hace más importante, pues
reafirma su carácter de persona-sujeto con derechos, pensamientos, necesidades; como
también fortalezas y muchas potencialidades, donde ellos-ellas tienen un rol central en los
procesos de aprendizaje y construcción social. Lo anterior nos obliga a asumir una postura
más respetuosa, que nos invita a dar un salto desde el concepto tradicional hacia un nuevo
concepto más claro y consecuente con los mandatos de la Política de Primera Infancia y de
la Ley 1098, por la cual se expide el Código de la Infancia y la Adolescencia.
28
28
Para resumir: Nos acogemos a las palabras de Heckman (2007)20, premio Nóbel en eco-
nomía: “Es necesario invertir en donde tendríamos mayor ganancia; y si me preguntaran
en donde tendríamos mayor ganancia, yo diría: “Invertir en la Primera Infancia” porque
allí hay una interacción muy fuerte y propicia para el desarrollo de habilidades sociales.
La ganancia es alta cuando se invierte en las primeras etapas de la vida de los niños y
las niñas porque el desarrollo de “habilidades engendran habilidades, la motivación en-
gendra motivación”. Si se pierden los primeros años también se pierden las habilidades
que ayudan a autogenerar otras. Hay que enseñar a los niños a controlar las tendencias
agresivas y evitar que se conviertan en adultos violentos. Por todo ello, es que decimos
que la primera infancia es una emergencia de asumir.
2. Prosocialidad
El concepto de prosocialidad es considerado como la vía más efectiva y eficaz para reducir
la violencia y la agresividad, y es muy apropiada para construir reciprocidad y solidaridad
entre los seres humanos en la medida en que permite la convivencia armónica entre las
personas, grupos, colectividades y países21. La prosocialidad surge cuando las consecuen-
cias de los comportamientos son positivas y beneficiosas en las interacciones con los otros.
Es por ello que la prosocialidad mejora las relaciones interpersonales especialmente en las
familias y en las aulas. En este sentido cobra importancia cuando comúnmente decimos
que los maestros y educadores/as en general se constituyen en modelos positivos y/o ne-
gativos colectivos para la formación de los niños y las niñas.
Con la inclusión del tema de la prosocialidad se espera fortalecer las relaciones más signi-
ficativas y cotidianas de los niños y las niñas y de sus familias con el fin de que encuentren
la oportunidad de interactuar de manera constructiva y positiva, ya que la Primera Infancia
20 James J. Heckman obtuvo el Premio Nóbel de Economía en 2000, compartido con Daniel L. McFadden, por desarrollar
unas teorías y métodos de análisis de datos estadísticos que son actualmente utilizados ampliamente para estudiar compor-
tamientos individuales en economía y en otras ciencias sociales.
21 Roberto Rocha (2004). Aprendizaje, Servicio y Prosocialidad. Universidad Autónoma de Barcelona (teleconferencia). Re-
29
cuperado marzo 2007 (actas _2-2 prosocialidad. pdf).
29
propone oportunidades únicas para cambiar el curso del desarrollo de los niños y las niñas
en situación de riesgo, y que si bien los comportamientos pueden ser aprendidos, también
pueden ser desaprendidos por un nuevo comportamiento que lo sustituya.
3. Comportamientos prosociales
Son aquellos comportamientos esperados y deseados en donde los niños y las niñas en-
cuentran en sus relaciones más significativas y cotidianas la oportunidad de interactuar de
manera constructiva. Se puede observar en aquellos niños y niñas que ayudan y ofrecen
ayuda a otras personas; comparten, cooperan, trabajan con otros, juegan y participan en
diferentes juegos, hacen tareas o actividades; intercambian a menudo sonrisas con las per-
sonas con las que hablan y con las que juegan; fácilmente escuchan y aceptan las sugeren-
cias de los adultos; felicitan, halagan, agradecen y miran a los ojos; tienen capacidad de
intercambiar con otras personas; expresan verbalmente su satisfacción o su aprobación de
lo que hacen los otros, tienen gestos afectuosos con las personas que los rodean. General-
mente estos niños y niñas afirman sus derechos y hacen solicitudes o rechazan peticiones
sin gritar o amenazar, pueden proponer otras soluciones, se cuidan a sí mismos, muestran
buen desempeño en sus cuidados personales, son capaces de expresar lo que sienten (sen-
timientos positivos y negativos) con respecto a las personas y las situaciones.
30
30
Desde esta perspectiva, las habilidades sociales son aquellas capacidades, destrezas,
prácticas y experiencias para interactuar con las demás personas de manera constructiva
en un contexto social dado. Estas capacidades son captadas y valoradas por y para los
demás como positivas, y al mismo tiempo son personalmente beneficiosas. Por ende, los
adultos, los niños y las niñas socialmente habilidosos/as generalmente tienen relaciones
interpersonales en donde expresan los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y de-
rechos.
Vale la pena aclarar que las habilidades se adquieren a través del aprendizaje y de las ex-
periencias que van modelando la vida de los niños y las niñas. Raramente nos podemos
escapar de los efectos de las relaciones sociales. Una interacción placentera en cualquier
contexto relacional nos produce alegría y bienestar tanto en los adultos como en los niños y
las niñas, pero también una interacción negativa nos puede producir tristeza y desagrado.
Entonces surge la pregunta: ¿Cómo adquirir habilidades sociales para que estas interac-
ciones sean placenteras y agradables? Cualquier intento por responder esta pregunta nos
implica empezar por reconocer:
22 Rodríguez, Luz Helena y Sánchez Lozano) Carlos (2001). El fomento de la Competencia Comunicativa: Entrevista a Carlos
31
Lomas. En: Revista Actualidad Educativa. No. 19. Colombia.
31
En el cuadro siguiente presentamos una síntesis sobre los tipos de competencias y habili-
dades por desarrollar específicamente con los niños y las niñas.
23 Para Ruiz y Chaux, las competencias integradoras, como por ejemplo: tomar decisiones morales, no basta simplemente
con tener una disposición o inclinación a favor de los demás; son necesarias diversas competencias que se pueden trabajar
individualmente y que requieren integración y articulación. Por esta razón los programas educativos que se concentran
exclusivamente en recalcar la importancia de unos valores sobre otros pueden ser muy limitados con respecto a lo que
realmente se necesita para tomar decisiones complejas en la vida cotidiana.
24 Para Torres Méndez (2007) un factor importante por resaltar es que efectivamente el pilotaje para implementación del pro-
yecto “promoción de comportamientos prosociales con familias, niños y niñas” nos demostró, como lo señala Tremblay
(2002), que los cinco primeros años de la vida de un niño son determinantes en su desarrollo psicosocial por cuanto en
este periodo viven experiencias significativas y desafiantes para los padres, cuidadores y maestros. En este sentido, lo que
nos muestran las evaluaciones sobre el antes y después del pilotaje es que los niños y las niñas desarrollaron habilidades
en el campo de las relaciones personales, el autocontrol de la agresión y el desarrollo de la creatividad y la imaginación
que al aunado trabajo con las familias, los niños lograron disminuir en un 90% los niveles de riesgo y escalonar de manera
ascendente la prosocialidad en casi un 100% de los niños y niñas que participaron en el pilotaje. (Informe de evaluación)
25 Para las personas interesadas en el tema de las competencias ciudadanas pueden consultar el libro Competencias ciudada-
nas de los estándares al aula (2004) de Enrique Chaux, Juanita Lleras y Ana María Velásquez. Asimismo, el libro Formación
32
de competencias ciudadanas (2005) de Alexánder Ruiz Silva y Enrique Chaux.
32
33 33
Fuente: Síntesis interpretativa elaborada para el proyecto “Promoción de comportamientos prosociales con
34
familias, niños niñas: experiencia piloto en tres ciudades de Colombia”.
34
35 35
De la agresión
a la prevención
Cabe que el término agresión se asume en este manual bajo el marco de los comporta-
mientos riesgosos que los niños y las niñas de cuatro a seis años presentan.
La segunda hace referencia a los comportamientos sexuales de los niños y las niñas que
son entendidos como la expresión de la sexualidad humana que, por sí mismos, no son
problemáticos, sino que pueden implicar riesgos para el desarrollo integral de la niñez.
Desde esta aproximación la sexualidad es uno de los aspectos característicos del ser hu-
mano que diferencia a unas personas de otras y que las hace únicas e irrepetibles. Estas
39 39
26 Elvia Vargas en el Manual para Agentes Educativos Socializadores “La sexualidad también es cosa de niños y de niñas”.
Proyecto de Cooperación Técnica no Reembolsable No. ATN/JF-7574-CO. BID/ICBF. Febrero, 2006. Este manual acompa-
ña las acciones del componente de educación.
27 En el informe de Juanita Henao Escobar, 2005, Consultora del Proyecto en su primera fase, se representa una revisión bi-
bliográfica sobre teorías de la agresión temprana, a partir de la cual se concluye que en las relaciones e interacciones que
progresivamente los niños y las niñas van estableciendo con los demás, el comportamiento agresivo aparece muy tempra-
namente. Importantes investigadores como Landy y Peters (1992) reportan manifestaciones de agresión en respuesta a emo-
ciones intensas en bebés de cinco meses (por ejemplo, halar el pelo). Lewis & colaboradores (1996, citados por Tremblay,
2002) mostraron que las reacciones de cólera pueden ser observadas a los dos meses de edad. De acuerdo con Tremblay
(1999), a los 17 meses cerca de la mitad de los niños y las niñas que ellos estudiaron empujaban a otros y el 25% daba
patadas. A los dos años, alrededor del 80% de los niños y las niñas había sido alguna vez físicamente agresivo con otros.
De esta forma, se considera que la agresión es común en la primera infancia. Además hay deficiencias que predisponen
estos comportamientos.
28 Para Enrique Chaux (2005) el Programa de Montreal es uno de los que han demostrado mayor éxito a escala mundial en
prevención de la delincuencia y la violencia. Durante los grados segundo y tercero de primaria, los estudiantes más agresi-
40
vos participaron en una intervención que tenía dos componentes: por un lado, se llevaron a cabo diversas actividades para
40
las teorías 4 y 5 porque nos permiten abordar el problema desde un enfoque ecológico e
integral.
Esto nos obliga a comprender que la agresividad es una de las formas de conducta que
se aprenden por observación y por imitación (teoría del aprendizaje social, Bandura) y en
donde las relaciones dentro de la familia y la sociedad ejercen una influencia en su gene-
ración y mantenimiento.
Por otro lado, cuando los niños y las niñas muestran comportamientos agresivos en su pri-
mera infancia y crecen con ellos, estos se vuelven parte de su comportamiento habitual; se
convierten en adolescentes y adultos con serios problemas de interrelación personal que
pueden generar comportamientos antisociales: alcoholismo, dificultades en la adaptación
al trabajo y a la familia, y en el peor de los casos llegan a desarrollar una conducta criminal
y a sufrir afectaciones severas en su comportamiento (Richard Tremblay, 2005)29.
Sin embargo, también tempranamente el contexto social socializa a los niños y las niñas
para controlar sus comportamientos agresivos y contribuir a que desarrollen competencias
y habilidades y para que incrementen su capacidad de regular sus emociones y desarrollar
comportamientos alternativos a la agresión. Cuando los niños y las niñas, por diversas ra-
zones no desarrollan estas competencias y habilidades, presentan un déficit considerable
en sus relaciones sociales con sus cuidadores, maestros/as, padres, madres y pares30.
Los estudios disponibles sobre el desarrollo de la agresión física durante los años preesco-
lares muestran que en la mayoría de los niños y las niñas la frecuencia de agresión física
se incrementa durante los treinta primeros meses después del nacimiento. Presenta su pico
más alto a los dos años y medio, y posteriormente declina a los cuatro años. Los niños al-
canzan los niveles más altos de agresión y las niñas tienden a reducir la frecuencia de su
comportamiento agresivo más temprano (Tremblay 2002). De esta forma, se considera que
desarrollar sus competencias y habilidades sociales. Estas ocurrían en grupos pequeños compuesto por uno o dos niños
agresivos y varios niños prosociales. Por otro lado, las familias de los niños fueron visitadas repetidamente durante dos años
con el fin de ayudarles a desarrollar habilidades para la crianza de sus hijos, tales como manejar constructivamente crisis
y conflictos familiares, administrar incentivos y hacerles seguimiento a los hijos.
29 Para el doctor Tremblay (2007), la mayoría de los delincuentes tiene un historial agresivo desde la temprana infancia. Son
difíciles de tratar y tienen ciertas deficiencias lingüísticas, comunicativas, como también dificultades para el aprendizaje.
Al ser rechazados se refuerzan sus comportamientos agresivos, tienen baja capacidad de autocontrol.
30 A juicio de Keenan (2002), los niños y las niñas preescolares que fallan en el desarrollo de competencias que regulan su
agresión están en un alto riesgo de presentar un comportamiento agresivo y antisocial crónico. Afortunadamente, según
Klevens (2000) la mayoría de los niños y las niñas aprende a regular la agresión y solamente alrededor del 5% al 8% no lo
41
logran.
41
En general, los niños y las niñas pequeños tienden a interactuar con sus compañeros y
hermanos de forma pacífica y la agresión no es la única manera con la que ellos y ellas
se relacionan. La “agresión excesiva” que se presenta con mayor frecuencia y severidad,
es predictora de comportamientos riesgosos. Por esta razón, aquellos niños y niñas que
al iniciar y, más aun, al terminar la escuela primaria continúan presentando altos niveles
de agresión física están en alto riesgo de desarrollar comportamientos violentos durante la
adolescencia (Tremblay et al. 2002).
Para evitar esta situación y prevenir la agresión en la Primera Infancia es de vital impor-
tancia el desarrollo de competencias y habilidades comunicativas, que no se limiten al
lenguaje verbal, sino que posibiliten la capacidad de expresión por medio del lenguaje
no verbal como el juego, la pintura, la música, el baile, pues estas actividades recreativas
favorecen los comportamientos orientados hacia metas y contribuyen a disminuir los com-
portamientos riesgosos en los niños y las niñas del preescolar.
Al mismo tiempo, y como parte del proceso de socialización, cuando los padres, madres y
cuidadores/as empiezan a imponer normas y límites a la conducta de los niños y las niñas,
con frecuencia generan en ellos episodios de frustración, molestia y enojo. De esta mane-
ra, algún grado de comportamiento agresivo es común en la Primera Infancia.
Por esta razón, se recomienda que los esfuerzos de prevención tengan como objetivo
frenar la trayectoria de desarrollo hacia la violencia y la delincuencia interviniendo en
los primeros años de vida para reducir la frecuencia con la que niños y niñas recurren a
la agresión física (golpes, empujones, mordiscos) y otros comportamientos con los cuales
manifiestan sus frustraciones y su rabia con el fin de resolver sus conflictos y lograr sus
objetivos. De la misma manera, es necesario aplicar una disciplina consistente para que
los niños comprendan que los comportamientos agresivos son formas inaceptables de ex-
presión de la conducta humana.
31 Para Agudelo (2002) esta última tendencia también se encontró entre niños y niñas de la ciudad de Medellín,
42
Colombia.
42
En palabras de Klevens (2000), los niños/as que presentan comportamientos agresivos uti-
lizan las mentiras o trampas, cometen errores en la interpretación de los estímulos (con
tendencia a atribuirles hostilidad), alta sensibilidad a los estímulos negativos, repertorio
limitado de alternativas frente a la solución de conflictos y percepción de las soluciones
violentas como las más efectivas. Adicionalmente, es frecuente que los niños y las niñas
con problemas de comportamiento agresivo presenten también hiperactividad y déficit de
atención, así como algunos de los trastornos del aprendizaje que inciden en el rendimiento
académico.
En Colombia se realizó en el año 2002 un estudio en la ciudad de Medellín con 714 niños
y niñas de preescolar y primero de primaria, de los cuales un 13% presentaba comporta-
mientos agresivos. Dos años más tarde (2004) en la evaluación de un modelo de preven-
ción temprana de la agresión que se desarrolló en esta ciudad, se encontró que de una
muestra de 699 niños, el 6,2% de aquellos que estaban entre los 3 y 11 años mostraba
predominio de comportamientos agresivos; mientras que en los niños y las niñas de edad
preescolar, de 3 a 5 años, el predominio de la agresión fue de un 4,9%.
En el pilotaje del 2006 que sirvió de base a la presente propuesta en las ciudades de Arme-
nia, Pasto y Tunja fue evaluado un total de 637 niños y niñas de 4 a 6 años32 tal como lo
muestra el cuadro siguiente:
32 Para tal propósito, utilizamos el Cuestionario de Evaluación del Comportamiento en Preescolar (CECP) de Tremblay, R. E.
43
& Desmarais-Gervais, L. (1985) de la Universidad de Montreal. Este cuestionario fue aplicado al inicio del pilotaje en los
43
N° N° N° DE
N° DE N°
DE NIÑOS DE NIÑOS NIÑOS EN
NIÑOS DE NIÑOS
CIUDAD EN NIVEL EN NIVEL SITUACIÓN
EVALUA- PRO-
DE ALTO DE BAJO DE RIESGO
DOS SOCIALES
RIESGO RIESGO
Abril de 2006.
Fuente: Evaluación de los niños y las niñas antes del pilotaje. Noviembre de 2006.
Como puede observarse esta evaluación de las tres ciudades arrojó como resultado que
de 637 niños y niñas, se encontraron194 en diferentes niveles de riesgo equivalente a un
30%, de los cuales un 19.3% de niños y niñas presentaban comportamientos agresivos
de alta frecuencia y severidad y otras características adicionales como el aislamiento y
la inadaptación. Por ciudad el proceso arrojó los siguientes resultados: En Pasto, de 181
niños/as evaluados, se encontraron 71 en riesgo (39%); En Armenia, de 217 evaluados, se
meses de marzo y abril de 2006 y nuevamente fue aplicado al finalizar el pilotaje en el mes de noviembre del mismo año
cuyos indicadores permitieron identificar tanto los comportamientos prosociales como riesgosos en los niños-niñas. El
cuestionario cuenta con indicadores que miden tres aspectos: la agresividad y la hiperactividad, que se mide a través de
13 indicadores. La ansiedad y el aislamiento que se mide con 4 indicadores. La inadaptación se mide con 9 indicadores.
Estos indicadores tienen un puntaje de valoración y la sumatoria nos proporciona un perfil de riesgo. El riesgo está definido
como aquella situación o circunstancia por la que atraviesa un niño y que es susceptible de cambio y de transformación.
Este riesgo por lo general se observa porque el niño/niña tiene tendencia a presentar comportamientos agresivos especial-
mente. De igual forma, el cuestionario presenta indicadores que miden la prosocialidad en los niños. Dicho instrumento
44
requirió algunos ajustes para ser adaptado al contexto colombiano.
44
Para Tremblay y colaboradores, 2005, los niños y las niñas de dos años presentan el pico
más alto de agresión física cuando por cada cuatro interacciones una es agresión física,
con observaciones de media o una hora. Estos niños y niñas, dice el autor, “son pequeños
terrores, como una tormenta de verano, tienen explosiones de ira, enojos inesperados,
pegan y presentan los berrinches más espectaculares.”. Desde esta perspectiva la agresión
física es natural y tanto los individuos como los animales la utilizan como defensa para la
supervivencia. Pero así como los seres humanos utilizan la agresión a manera de meca-
nismo comportamental, también están programados para disminuirla35. Según las investi-
33 Para Torres Méndez (2006), el Análisis sobre las diferencias entre el antes (Primera) y el después (Segunda) evaluación de
los niños y niñas en las ciudades de Pasto, Armenia y Tunja, muestra los efectos del trabajo realizado durante el pilotaje
y el impacto que el proyecto produjo en los niños niñas en tres ciudades de Colombia. Para tal propósito, utilizamos el
cuestionario de evaluación del comportamiento en preescolar (CECP) de Tremblay, R. E. & Desmarais-Gervais, L. (1985)
de la Universidad de Montreal. Este cuestionario fue aplicado al inicio del pilotaje en los meses de marzo y abril de 2006 y
nuevamente fue aplicado al finalizar el pilotaje en el mes de noviembre del mismo año. Para hacer la codificación y valora-
ción se contó con los siguientes instrumentos: 1) Indicadores de evaluación, 2) Instrumento Codificación de evaluación, 3)
Instructivo para la codificación, 4) Procedimiento y valoración. Los instrumentos fueron elaborados para el pilotaje, marzo
2006 a excepción del cuestionario (CECP) de Tremblay, R. E. &. Desmaris-Gervais, L.
34 Para Moffit, T. E. (1993), en la edad escolar muchos de estos comportamientos persisten, pero además aparecen otros como
las trampas, las mentiras, las fugas de institución educativa y el robo. En la adolescencia, los jóvenes se fugan del hogar
comienzan a beber alcohol y/o a consumir drogas, se inician precozmente en la actividad sexual y empiezan a manejar
armas hasta herir a otros.
35 Para Richard Tremblay y colaboradores (2005), los niños de 2 años presentan un pico alto de comportamientos agresivos,
a tal punto que por 4 interacciones 1 era agresiva en periodos de observación de media o una hora. Pero al mismo tiempo,
a partir de los 4 años esta curva empieza a declinar. Es recomendable que los niños y las niñas crezcan en contacto con
45
otros para sentir el placer de ser incluidos y no excluidos de su grupo.
45
gaciones del profesor Tremblay la agresión física se reduce en los niños y las niñas a los
cuatro años y aparece la agresión indirecta o social. Esta se expresa de manera diferente;
es cuando hablan y desacreditan a los demás, es decir la conducta esta disfrazada, no se
hace “cara a cara” sino a espaldas de los compañeros.
Por su parte, Adrian Raine, D. Phil (2007)36 señala que los estudios sobre el desarrollo
cerebral confirman que las emociones provienen del cerebro, y así como podemos con-
trolar los impulsos sexuales en contextos determinados, también podemos controlar los
impulsos agresivos porque los niños y las niñas van adquiriendo autoconciencia y herra-
mientas como el lenguaje para expresar lo que sienten. Cuando en el cerebro hay una
pobre corteza cerebral prefrontal, hay predisposición a la agresión y menores habilidades
lingüísticas. Las capacidades del cerebro están influenciadas por la genética, y el entorno
modela el cerebro humano, que es muy maleable en las primeras etapas del desarrollo. (A
los cinco años, los niños y niñas tienen más o menos el peso del cerebro de los adultos y
desarrollan actividades muy similares a las de los adultos). Pero además el autor señala que
el temperamento es otro factor que incide en la agresión y está determinado por factores
genéticos. En sus palabras, el cerebro tiene dos sistemas activos: uno que permite contener
los comportamientos agresivos (crea miedo, controla, frena), y el otro acelera los compor-
tamientos agresivos.
Las anteriores evidencias señalan que un niño o niña está en alto riesgo de desarrollar un
comportamiento agresivo cuando sus cuidadores responden de manera inapropiada a su
comportamiento, especialmente cuando el niño y la niña tienen un temperamento difícil.
Así, dentro de los factores de riesgo del fenómeno que nos ocupa se encuentran las prác-
ticas de socialización inadecuadas en los cuidadores (especialmente los padres y madres,
aunque también incluye a otros agentes educativos).
Vale la pena aclarar que los factores individuales, como los genéticos y biológicos, cier-
tamente incrementan el riesgo en algunos niños, y el temperamento es señalado como
un factor importante por considerar. Los niños y las niñas que son más impulsivos, des-
atentos e hiperactivos, con frecuencia reciben menos estímulos y apoyo por parte de sus
padres y maestros, y son castigados con mayor frecuencia. Igualmente, los niños y las
niñas que presentan elevados niveles de agresión, especialmente en distintos contextos,
son más propensos a tener una transición difícil en la escuela y dificultades en el apren-
dizaje escolar.
36 Adrian Raine, D. Phil., es el Roberto G. Profesor de Psicología en el Departamento del Programa de Psicología y Neurolo-
46
gía, Universidad de California Meridional.
46
Los padres de niños y niñas con problemas de comportamiento tienen mayores dificulta-
des para manejar el comportamiento de sus hijos. Algunos padres son más permisivos e
inconsistentes en su disciplina, mientras otros son especialmente hostiles y estrictos al mo-
mento de imponer castigos. Estos modos de comportamiento también pueden encontrarse
combinados. Muchos padres que ejercen de forma estricta la imposición de disciplina tie-
nen relaciones con sus hijos que son denominada ciclos coercitivos, en los cuales, ante la
conducta agresiva de los hijos/as, los padres responden de maneras violentas (psicológicas
o físicas) que a su vez contribuyen a aumentar el nivel de agresión.
Por último, señalamos que entre los factores de riesgo que están más asociados con los
comportamientos agresivos y que fueron evidenciados durante el pilotaje se encuentran:
1. Prácticas familiares deficientes relacionadas con falta de afecto materno, inconsistencia
en el establecimientos de límites y de normas, permisividad o severidad inusual excesiva,
pobre supervisión a las actividades de los niños/as y falta de claridad en las expectativas
de los padres con respecto al comportamiento deseado o esperado de los hijos. 2. Altos
niveles de conflicto familiar. 3. Bajos niveles de afecto y presencia del padre en las rela-
37 Para Domitrovich, C. E. & Greenberg, M. T. (2003), aunque los factores individuales (biológicos, características tempera-
mentales como impulsividad e hiperactividad y pobres competencias sociales) juegan un papel importante, las condiciones
del ambiente (familia, contexto social) presentan un gran peso en el desarrollo de problemas de comportamiento, incluyen-
do la agresión.
38 Los planteamientos de Catalano y Millar (1992) se pueden consultar en el marco de referencia del documento conceptual
de la propuesta Promoción de comportamientos prosociales en familias, niños niñas de 4 a 6 años: Experiencia piloto en 3
47
ciudades de Colombia, 2006. Proyecto BID/ICBF, componente de educación. P.45.
47
ciones parentales. 4. Rechazo por parte de los pares o compañeros en el centro educativo.
5. Vinculación de los niños a grupos de pares con comportamientos inapropiados durante
la escolaridad.
Que según investigaciones recientes sobre la agresión temprana, todos estos factores com-
binados en la trayectoria vital pueden desembocar en la adolescencia y causar alto riesgo
de consumo de sustancias psicoactivas (drogas y alcohol) o propensión a la delincuencia
y el fracaso académico, etc.
En general, los niños y niñas con comportamientos agresivos presentan pobres capacida-
des sociales y emocionales que los ponen en riesgo de ser rechazados por sus pares. Por
consiguiente, el comportamiento negativo afecta sus habilidades para construir relaciones
positivas con los otros niños y niñas, con sus maestros/as y con su familia.
Es frecuente que los niños y las niñas con problemas de comportamiento agresivo presen-
ten también hiperactividad y déficit de atención, así como algunos trastornos del aprendi-
zaje que inciden en el bajo rendimiento académico.
Las experiencias de prevención temprana nos enseñan que las intervenciones durante los
años preescolares tienen impacto sobre el comportamiento agresivo antes de que otros
factores de riesgo adicionales se acumulen en la trayectoria hacia los comportamientos
violentos y/o a la reproducción de la violencia intrafamiliar.
48
48
El aprendizaje social
Este enfoque reconoce que los comportamientos son el resultado del aprendizaje. Si al-
guien se comporta de cierta forma, es porque aprendió este comportamiento. O, mejor
aun, porque no aprendió otros comportamientos que podrían ser más apropiados. Las
dificultades en los niños y las niñas son vistas como la ausencia de comportamientos apro-
piados que dan lugar a la presencia de comportamientos inapropiados. Del mismo modo,
así como los comportamientos son aprendidos, también pueden ser desaprendidos por un
nuevo comportamiento que lo sustituya.
La perspectiva del aprendizaje social asume que los comportamientos agresivos y vio-
lentos son respuestas aprendidas ante la frustración, que también pueden ser aprendidas
como instrumentos para la consecución de metas, y que su aprendizaje ocurre al observar
modelos con tales comportamientos. Estos últimos pueden ser observados en la familia,
entre los compañeros, en la comunidad a la que pertenecen, a través de los medios de
comunicación o en pornografía violenta.
Dicho de otro modo, el aprendizaje social identifica dos tipos de mecanismos que influyen
en el comportamiento de los niños y las niñas: la imitación y el refuerzo. La imitación se
refiere a la imitación que hacen el niño y la niña de los comportamientos observados en
otros y que le sirven de modelos; o también a la práctica de comportamientos que le han
sido enseñados.
El aprendizaje social reconoce que cuando los comportamientos son reforzados hay una
alta probabilidad de que estas manifestaciones se repitan, especialmente cuando las con-
secuencias de estos comportamientos han tenido los efectos deseados por medio de apro-
baciones y ganancias. Es entonces cuando se presentan cadenas de interacciones sociales
51 51
que tienen un antecedente, una respuesta y una consecuencia, de modo que nos permite
ver y saber no solamente cómo los comportamientos se aprenden, sino también cómo son
mantenidos por las respuestas del medio (Bertrand, 1988; Parini, G., Pérez, N. y Benavi-
des, 2005).
Por ejemplo: un niño que quiere evitar hacer lo que su madre le pide y discute. Ante este
comportamiento, la madre discute también, a tal punto que desiste de la orden y/o regla
que le dio a su hijo. ¿Qué aprenden los unos y los otros de este episodio? El niño aprende
que discutiendo logra convencer a su madre. Esta ganancia a corto plazo lo refuerza y le
da poder frente a la madre; y además, el niño o la niña se da cuenta de que puede utilizar
esta estrategia para terminar la discusión. Al final del episodio, el niño o la niña se retiran
y terminan sus quejas. La madre, a su vez, desiste y acepta la petición del niño o la niña.
Esto significa que hay una alta probabilidad para que en los próximos altercados tanto el
hijo/a como la madre adopte este mismo tipo de comportamientos.
Como puede observarse, la pauta de discusión del niño o la niña ya se sitúa por sobre la
de la madre porque ya sabe que discutiendo logra convencerla para que haga lo que se le
pide. Entonces, además del refuerzo, el mecanismo de imitación está aquí presente. Si se
suma a esto que la madre está sola para criar a su hijo o hija y que ella misma ha vivido
una infancia llena de carencias y de inestabilidad, estas características corren el riesgo de
volverla más irritable ante este intercambio, y es más difícil no caer en la trampa de la dis-
cusión con el niño, entonces el episodio se vuelve recurrente (repetitivo).
Notemos también que todo este aprendizaje se hace a lo largo de los intercambios comu-
nicativos, en situaciones relativamente insignificantes pero que por su ocurrencia frecuen-
te tienen un efecto cuando se establece un patrón de interacciones hostiles entre los padres
y sus hijos.
Para poder comprender esta Teoría Social del Aprendizaje de Albert Bandura (1973) es de
vital importancia conocer los pasos que se dan para que un comportamiento sea aprendi-
do por un niño o una niña39.
• Atención: para que un niño o niña aprenda un comportamiento debe prestar aten-
ción a las características del comportamiento modelado. Muchos factores con-
39 Para Parini, G., Pérez, N. y Benavides (2005) los comportamientos aprendidos pasan por un proceso y una serie de etapas
en donde están presentes la observación y el modelamiento. La observación hace referencia a la capacidad que tiene el
niño o la niña de prestar atención o no perder de vista ese comportamiento. El modelamiento es el comportamiento que va
52
a ser aprendido mediante los procesos de atención, retención, reproducción y motivación.
52
• La retención: para que un niño o una niña pueda ser influenciado necesita recor-
dar las acciones que fueron modeladas. Recordar estos comportamientos ayuda a
conservar la información, a almacenar los comportamientos que observaron en la
forma de imágenes mentales o de descripciones verbales. De esta manera, puede
el niño o niña recordar la imagen o la descripción más adelante para imitar la ac-
ción con su propio comportamiento.
53
muñeca de Bobo. 26k.
53
Bandura dividió a niños y niñas en tres grupos, y cada grupo miró un video diferente, así:
• El primer video mostró que el adulto era recompensado por su comportamiento.
• El segundo video mostró que el adulto era castigado por su comportamiento.
• El tercer video no mostró ninguna consecuencia para el comportamiento del adulto.
Después de estas observaciones Bandura estudió cómo reaccionaban los niños y las niñas
ante los comportamientos observados en su experimento y las conclusiones fueron diver-
sas. Inmediatamente posterior a la observación de los videos, ubicó a los niños y las niñas
en un cuarto con juguetes atractivos, y les prohibieron tocarlos. Ante ello, los niños y las
niñas se enojaron (el proceso de recordación había ocurrido). Posteriormente condujeron
a los niños y las niñas a otro sitio donde había juguetes idénticos usados en el video de
Bobo y comenzaron a imitar los comportamientos que habían observado en el video. (la
fase de la motivación había ocurrido).
Los resultados mostraron que los niños, en todos los casos, imitaron el comportamiento
visto, más que las niñas. Los resultados también mostraron que los niños y las niñas que
miraron el video en el cual recompensaban al adulto por sus acciones, duplicaban los
comportamientos agresivos, más que cuando castigaron al adulto, o cuando este no reci-
bió ninguna recompensa o sanción. Esta reacción fue constante en los niños y las niñas.
Además, se pudo observar que las niñas también apoyaban y aceptaban este comporta-
miento. Bandura y otros investigadores concluyeron que el 88% de los niños y las niñas
imitaron el comportamiento agresivo. Ocho meses después, el 40% de los mismos niños
reprodujo el comportamiento violento observado en el experimento.
54
54
El aprendizaje
cooperativo
en el preescolar
Introducir a los Agentes Educativos Socializadores y a los niños y las niñas en el uso de
aprendizaje cooperativo en el preescolar resulta una tarea bastante compleja y a la vez
muy interesante, pues aprenden su misión en la práctica, al mismo tiempo que sus niños
y niñas. Por ende, entregarles estas herramientas para la promoción de comportamientos
Prosociales resulta, por una parte, una forma eficaz de desarrollar las habilidades necesa-
rias para el trabajo cooperativo; y por otra, ayuda a aumentar la comprensión de los ele-
mentos concretos y abstractos que están implícitos en el trabajo pedagógico. Esta es una
buena estrategia para capacitar en general a los educadores/as y a las docentes, jardineras,
educadores, familiares y madres comunitarias, en particular.
1. El aprendizaje cooperativo
El enfoque del aprendizaje cooperativo es una estrategia pedagógica cuyo objetivo es pro-
mover el trabajo en grupo que facilite la interdependencia de metas y roles, de informa-
ción y de la consecución de un objetivo final. Este aprendizaje conduce a una visión más
integrada del aprendizaje y se desarrolla por medio de ejercicios concretos al combinar
experiencias previas, con intereses, percepciones y con los conocimientos de los partici-
pantes. Estos elementos se constituyen en el sustento de la actividad ejecutada, pues en
ellos se realiza un conjunto de tareas y actividades con materiales concretos que permiten
simular las fases y procesos propios de la ejecución de un proyecto, y además, permite
afianzar conceptos y prácticas41.
El desarrollo de tareas propias del aprendizaje cooperativo, tales como el logro de metas
y roles, la difusión de la información y la interdependencia con otros grupos son ele-
mentos esenciales para llevar a feliz término un objetivo del trabajo en equipo. (Johnson
y Johnson (1984)42 señala que el trabajo cooperativo es una estrategia pedagógica cuyo
objetivo es promover el trabajo en grupo de los niños y niñas, para facilitarles el alcance
de un objetivo común, que no solamente beneficie a cada miembro del grupo en particu-
lar, sino al grupo en general. De manera similar, Díaz y Hernández (1999:57) consideran
que el aprendizaje cooperativo se caracteriza por tener un elevado grado de igualdad en
41 Para Torres Méndez (2007), el enfoque cooperativo durante la capacitación en el pilotaje permitió el desarrollo de compe-
tencias y habilidades tanto en los agentes educativos socializadores como en los niños y las niñas, por medio del desarrollo
de actividades pedagógicas y tareas propias del aprendizaje cooperativo. Pero además, permitió la organización de grupos
de niños y de niñas (1 o 2 niños con comportamientos riesgosos y 4 con comportamientos prosociales). Este trabajo fue
valorado positivamente por todos los educadores/as. Lo que más destacaron fueron las posibilidades que les brindó este en-
foque para el desarrollo de habilidades sociales, como la colaboración, el apoyo mutuo, el trabajo en equipo, el desarrollo
de liderazgo, y especialmente la interdependencia de los grupos de trabajo y la consecución de objetivos.
42 Para Johnson y Johnson (1984), el aprendizaje cooperativo se desarrolla por medio de ejercicios concretos y reales, lo que
facilita la comprensión de los profesores para establecer un vínculo significativo. Asimismo, el desarrollo de tareas propias
del aprendizaje cooperativo, tales como la interdependencia de metas y roles, interdependencia de la información para los
57
grupos de trabajo y la interdependencia con otros grupos para consecución de un objetivo final.
57
el desempeño armonioso del papel que desempeña cada uno de los participantes en una
actividad pedagógica grupal.
Las innovaciones educativas que busquen el desarrollo de habilidades sociales en los ni-
ños y las niñas tendrán más posibilidades de éxito que si se llevan a cabo en ambientes
en donde las decisiones se toman de manera democrática. Es por ello, en palabras de L.
B. Itelson (1990: 205 - 2006)43, que el enfoque cooperativo para trabajar con los niños y
las niñas incide de manera efectiva en las modificaciones básicas de la conducta y en la
actividad del niño y la niña en el proceso de su desarrollo evolutivo.
Otro aspecto que encontraron fue las mejoras en las relaciones interpersonales de los es-
tudiantes que habían participado en situaciones cooperativas. Se incrementaron el respeto
mutuo, la solidaridad, los sentimientos mutuos de obligación y ayuda, y la capacidad de
adoptar puntos de vista ajenos que permitían “ponerse en el lugar del otro”. Un efecto no-
table fue el incremento de la autoestima.
Frente al tamaño del grupo, los investigadores encontraron que a medida que aumenta el
número de estudiantes por grupo, su rendimiento es menor; y por el contrario, cuando los
grupos son pequeños, el aprendizaje es mayor. Por consiguiente, recomiendan la confor-
mación de grupos de trabajo no mayores de seis integrantes por grupo.
Entre los estudiantes de menor edad, el aprendizaje cooperativo es mayor, en grupos más
pequeños (grupos de cuatro estudiantes prioritariamente).
43 Para L. B. Itelson (1990), la esencia del aprendizaje presupone una modificación externa (física) e interna (psíquica) de la
actividad o la conducta que permite lograr determinado objetivo. La esencia del aprendizaje, señala el autor, consiste en la
58
asimilación por parte del ser humano de determinados conocimientos, acciones y comportamientos.
58
Por su parte, Col y Colomina (1990)44 señalan que las relaciones entre iguales pueden
constituir para algunos niños y niñas las primeras relaciones en cuyo entorno tienen lugar
aspectos como la socialización, la adquisición de competencias sociales, el control y/o
manejo de los impulsos agresivos, el reconocimiento de los puntos de vista de otros y el
incremento de las aspiraciones, e incluso el rendimiento académico.
En otras palabras, la misión del Agente Educativo Socializador es incluir a todos los niños
y las niñas en el trabajo educativo, independientemente de sus características y comporta-
mientos. Una actividad muy simple es asignar un rol (responsabilidad) a aquel niño o niña
“complicado.”. Por ejemplo, al niño o niña más inquieto se le da el rol de cartero, al niño
o niña más desordenado/a se le da el rol de observador (para ayudarle a tomar conciencia
de su propia conducta), al niño o niña más autoritario/a se le da el rol de animador o de
líder que debe asegurarse de que todos participen45.
Es muy importante destacar las diferencias de los rasgos (características) de un grupo tra-
dicional frente a un grupo cooperativo. Estos rasgos nos indican que mediante el enfo-
que cooperativo se promueve la responsabilidad individual y grupal, y particularmente el
aprendizaje de habilidades sociales en el campo de las relaciones interpersonales como
por ejemplo, el desarrollo de liderazgo, la capacidad de actuar en torno al beneficio del
grupo y de los objetivos en torno a los comportamientos esperados y deseados en los ni-
ños y en las niñas, y en consecuencia, la creación de un clima de entusiasmo y alegría de
modo que las actividades pedagógicas (incluidas en la segunda parte de este manual) se
practiquen con ellos y estén incluidas en la “planeación de actividades de la educadora”.
44 Véase en Col, C. y Colomina, R. (1990). Interacción entre alumnos y aprendizaje escolar. En: C. Col, Palacios y A. Marchesi
(eds). Desarrollo psicológico y educación II. Madrid: Alianza.
45 Clara Inés Torres (2006) en el pilotaje realizado encontró que las Agentes Educativas Socializadoras al utilizar diferentes ro-
les especialmente con los niños y las niñas en situación de riesgo contribuía positivamente en el desarrollo de liderazgo, en
la cooperación, en la ayuda a los demás y especialmente en la disminución de peleas, golpes y patadas con los otros com-
pañeros/as. Los propios niños y niñas designaron con un nombre a su grupo cooperativo y las mesas en las aulas estaban
dispuestas y cada niño sabía a qué grupo pertenecía. Todas las semanas trabajaban una habilidad social o una habilidad
de autocontrol. El educador/a establecía el sistema de refuerzos y al finalizar los mismos niños y niñas hacían el manejo
del sistema de refuerzos; ellos sabían cuándo podían ser premiados y cuándo no, y entre ellos se controlaban mediante las
59
reglas que establecían para el funcionamiento de los grupos.
59
etc.), situaciones que son nuevas para ellos(as). Aparecen determinados nexos del niño y
la niña con sus pares y la formación de la sociedad infantil. En este etapa van tomando
autoconciencia de su propio yo y dan significado a sus propios actos a partir de actividades
e interrelaciones con los demás.
46 Díaz y Hernández (1999) hicieron distinciones entre las características de los grupos tradicionales y las de los grupos co-
60
operativos, traducidas de la obra de Johnson y Johnson, algunas de las cuales se recogen para este proyecto.
60
Otro aspecto fundamental es combinar o distribuir el uso de tareas en los grupos de apren-
dizaje cooperativo. Aun más, es importante tener en cuenta las características de los niños
y las niñas. Resalta la importancia de hacer positivo el papel que desempeñan aquellos
niños y niñas que son especialmente “difíciles” o inquietos (en riesgo). Esto nos obliga a te-
ner presente la Escala de Valoración Cualitativa de Desarrollo Infantil del ICBF (1992)47, en
sus dimensiones: relación con los otros, relación consigo mismo y relación con el mundo
que le rodea. Este último procura la construcción del conocimiento social y de las relacio-
nes sociales; por consiguiente, es el ambiente propicio por excelencia para el aprendizaje
cooperativo y para formación ciudadana.
Esta escala permite sistematizar e interpretar los avances del desarrollo, reorienta las re-
laciones y prácticas de socialización en el medio familiar y se constituye en un elemento
para impulsar la construcción de nuevas formas de relación en todos los espacios de la
vida social. De la misma manera, incide en los procesos de crianza y educación, de tal for-
ma que crea las condiciones para que sea posible el desarrollo psicológico y el desarrollo
de la vida infantil.
Es importante explicarles a los niños y las niñas que organizarse en grupos genera un espí-
ritu de aprendizaje con sus compañeros, ya que con ello se promoverá mayor aprendizaje
dentro de los grupos y del aula en general. En términos concretos, se realizará una simula-
61
TECCIÓN PREVENTIVA. Escala de valoración cualitativa del desarrollo infantil. Manual. Bogotá, 1992: 7 - 31.
61
Para iniciar cualquier actividad pedagógica es de vital importancia tener en cuenta los
propósitos que se quieren lograr:
Para organizar los grupos cooperativos con los niños y las niñas es necesario tener en
cuenta los siguientes procedimientos:
• Organizar los grupos de trabajo, de tal manera que no sean más de cuatro niños o
niñas. En lo posible que por grupo haya 1 o 2 niños con comportamientos riesgosos
y los demás prosociales, pues esto facilita la asignación de roles y las distribución
de tareas.
• Solicitar a cada grupo que elija el nombre.
• Escribir breves mensajes para la presentación a cada grupo haciendo alusión al
nombre que le pusieron.
• Conversar acerca del cuento, historia o las anécdotas que hayan elegido para tra-
bajar.
62
62
• Escribir y/o dibujar la historia o anécdota elegida por los niños y ponerla en un
lugar visible con el nombre del grupo.
Otro aspecto muy valioso por rescatar es que el educador/a asignará los papeles por cum-
plir, para que los niños y las niñas sean capaces de influir en las personas con las que están
involucrados, desarrollen interdependencia positiva y perciban vínculos con sus compa-
ñeros de grupo, de tal forma que puedan lograr el éxito en sus actividades. De esta manera,
coordinan sus esfuerzos con los otros para realizar la tarea o la actividad, comparten sus
recursos, se apoyan, celebran su éxito y disfrutan del aprendizaje. Estos procesos identi-
fican las características del aprendizaje cooperativo. Es de anotar que este aprendizaje
afianza la comunicación, la capacidad interactiva y la creación de normas.
Por otra parte, es necesario recordar las tareas asignadas, las normas por cumplir, los ob-
jetivos de aprendizaje y las habilidades que se desean desarrollar. Todo ello permitirá el
aprendizaje, ya que al cumplir con la función encomendada estarán haciéndose respon-
sables de su propio trabajo y promoverán el aprendizaje de relaciones sociales positivas,
como también el desarrollo académico. Ambas interactúan de modo tal que hacen muy
eficiente el trabajo de cada grupo.
En el siguiente cuadro se sugieren habilidades por desarrollar por medio del trabajo coope-
rativo centradas en la prevención de la agresión temprana.
63 63
64
64
GUÍA DE ACTIVIDADES
PARA EL DESARROLLO
DE COMPORTAMIENTOS
PROSOCIALES DE NIÑOS
Y NIÑAS DE 4 A 6 AÑOS
La evaluación
de los niños
y las niñas
Objetivos:
• Identificar comportamientos agresivos que los niños y las niñas presentan, así como
los comportamientos prosociales.
• Identificar cuáles son los niños y las niñas que se encuentran en mayor riesgo de
presentar comportamientos agresivos.
• Conocer la percepción que tienen los Agentes Educativos Socializadores (AES) so-
bre el comportamiento de los niños y las niñas.
48 Este cuestionario fue adaptado por Clara Inés Torres Méndez, Consultora del Componente de Educación para ser aplicado
69
por los y las educadoras a los niños de 4 a 6 años. Abril de 2007.
69
Para esta evaluación se utilizará un cuestionario (véase anexo: instrumento No. 1), el cual
fue elaborado especialmente para la valoración del comportamiento de los niños y las ni-
ñas. Para su elaboración se tomó como referencia el Cuestionario de Evaluación del Com-
portamiento en Preescolar (CECP), de los profesores Tremblay y Desmarais-Gervais (1985).
Para el desarrollo de este ejercicio se hicieron adecuaciones (en el lenguaje, en el número
de indicadores, en su inclusión y eliminación, con el fin de que el educador(a) pueda uti-
lizarlo sin mayores inconvenientes y adecuarlo al entorno de la población colombiana49.
Cabe aclarar que este cuestionario se puede ir validando y ajustando para alcanzar cada
vez mayor pertinencia y confiabilidad.
El cuestionario está dirigido a los Agentes Educativos Socializadores, y a los adultos con
conocimientos suficientes del niño o de la niña que les permitan apreciar sus fortalezas y
debilidades. Tiene la ventaja de ser aplicable al empezar y al finalizar el periodo escolar.
Permite un reconocimiento rápido de las características comportamentales y está dirigido
a los niños y niñas de cuatro, cinco, seis y siete años.
Este cuestionario evalúa los comportamientos del niño-niña según dos categorías: la pri-
mera hace referencia a los comportamientos en riesgo (agresivos); y la segunda, a los com-
portamientos prosociales.
49 El cuestionario del profesor Tremblay fue aplicado en el pilotaje (2006), y a pesar de que se le hicieron adecuaciones al
lenguaje, se presentaron dificultades para su comprensión y manejo. Por otra parte, se puede caer en la tentación de estig-
matizar al niño o niña con la información que se utiliza para su evaluación. Por tal motivo, fue necesario hacer acompaña-
miento en este proceso, y hacer la evaluación hasta 2 y 3 veces, por falta de comprensión. Por tal motivo se presenta esta
nueva propuesta de evaluación. En esta se incluyeron nuevos ítems tanto para los indicadores de agresividad como para los
de prosocialidad. Por otra parte, se suprimieron los indicadores de ansiedad y asilamiento y los de inadaptación total, con
70
sus respectivos ítems.
70
De manera similar, es importante tener presente los siguientes indicadores (10, 11, 15,
17, 19, 22, 29, 31, 32, 40, 43 y 48), porque ellos nos están indicando una señal de aler-
ta, y entonces habría que hacer una observación más detenida. Cuando estos compor-
tamientos se presentan con alta frecuencia y severidad es pertinente que los niños sean
también evaluados por la Secretaría de Salud, o por la entidad de salud a la que está
inscrita el niño/niña y su familia con el fin de descartar otros factores que estén afectando
su adecuado desarrollo, como por ejemplo: factores neurológicos, biológicos, nutricio-
nales, entre otros.
Ejemplos: Consuela a un niño(a) que llora o está afligido, aplaude o sonríe si alguien hace
algo bueno en clase, comparte el material usado para una tarea. (Esta información se en-
cuentra en el instrumento de indicadores de evaluación de los comportamientos de los
niños de cuatro a seis años).
Estos comportamientos deben evaluarse de acuerdo con los indicadores, los puntajes y las
normas establecidas para su diligenciamiento. Cabe aclarar que los indicadores nos per-
miten detectar las características del riesgo, como también de la prosocialidad de aquellos
niños y niñas que parecen estar en mayor riesgo.
71 71
Antes de aplicar el cuestionario número 1 es necesario observar a los niños y las niñas
cuidadosamente con el fin de evaluarlos teniendo en cuenta la frecuencia de sus compor-
tamientos. Es decir, si ese comportamiento se repite con frecuencia, algunas veces o no se
presenta (no aplica).
Es muy importante identificar las dificultades de los niños y las niñas en el Centro Educa-
tivo y por tanto, se requiere obtener el máximo de información específica sobre la manera
como los Agentes Educativos Socializadores perciben los comportamientos de los niños y
las niñas y sus procesos de adaptación en el medio preescolar.
4. Los comportamientos que se presentan en lugares como: el patio del recreo, los corre-
dores, el parque, las fiestas, los juegos, etc., que implican relación con todo el personal
del medio escolar.
72
72
Paso 4: ¿Qué otra cosa debemos hacer antes de aplicar el cuestionario de evaluación?
Antes de aplicar el cuestionario de evaluación se deben tener en cuenta las siguientes es-
pecificaciones:
1. Revisar la lista (50) de los enunciados (indicadores) que indican el posible compor-
tamiento de un niño-niña que debe observarse durante las actividades pedagógicas.
2. Marcar en la columna apropiada el comportamiento del niño-niña en el último
trimestre.
3. Responder a cada pregunta tan objetivamente como sea posible.
4. Evaluar cada enunciado. No tenga en cuenta las respuestas a las otras preguntas.
Trate de no dejar influenciar su juicio por impresiones generales cuando evalúe
aspectos particulares del comportamiento del niño o la niña.
5. Marcar la columna titulada “comportamiento frecuente” si el niño o la niña ma-
nifiesta regularmente el comportamiento descrito en el enunciado. Si el niño ma-
nifiesta este comportamiento en ocasiones, marque la columna “comportamiento
ocasional”. Si el niño o la niña no manifiesta nunca tal comportamiento, marque
la columna “no presenta ese comportamiento”.
6. Si por alguna razón tiene dificultades particulares para evaluar este niño o niña,
siéntase cómodo para usar el espacio reservado destinado a los comentarios al
final del cuestionario o consulte con su asesor. (Asegúrese de marcar cada uno de
los indicadores (enunciados).
Después de haber seguido los pasos anteriores y, por supuesto, haber aplicado el cuestio-
nario a cada uno de los niños y las niñas de su grupo:
73 73
Este ejercicio aplicado con los niños y las niñas destaca el nivel de sinceridad de los niños
y la toma de conciencia frente a sus propios comportamientos. Por los efectos de sus resul-
tados, se incluye esta etapa de autoevaluación en el manual como un aporte al proceso de
evaluación, ya que muestra la participación de los niños y niñas en el proceso de evalua-
ción y le aporta mayores elementos a él/la educadora.
Esta etapa de la evaluación hace referencia a las interacciones del educador/a con los ni-
ños y las niñas, y es muy importante porque permite no solo identificar las dificultades del
niño niña durante las actividades pedagógicas, sino que además, permite observar aque-
50 La autoevaluación de los niños y las niñas fue experimentada por la docente Sandra Castellanos, de Tunja. Para la docente,
el proceso de autoevaluación de los niños y de las niñas fue una actividad muy interesante porque encontró cómo los
niños se veían a sí mismos. Se mostraron muy sinceros y expresaron lo que sentían. Este proceso le ayudo a la docente a
74
fortalecer habilidades y especialmente a identificar comportamientos de los niños desde su propia perspectiva.
74
llas respuestas dadas por los agentes educativos socializadores (AES) especialmente a los
niños/niñas que presentan mayores dificultades en sus comportamientos, es decir, con los
que fueron evaluados en situación de riesgo.
Los periodos de observación se realizan de dos formas: En grupos e individual. Cada uno
tiene una duración de treinta minutos: Una sesión durante un periodo de actividad en gru-
po, y otra mientras los niños y las niñas hacen su trabajo individual. El observador externo
se asegura de que en los periodos de observación se incluyan los momentos típicos en los
que los niños y las niñas se comportan de manera inadecuada.
Etapa cinco: Meta Observación: Después de haber observado las interacciones de la edu-
cadora con los niños (y aplicado el instrumento) se realiza un grupo reflexivo en donde
se comparten los diferentes puntos de vista y los sentires en torno a las observaciones
hechas a escala individual y grupal, tomando cada uno de los indicadores del instrumen-
to. Ese proceso le permite a la educadora enriquecer su proceso educativo y sobre todo
las interacciones con los niños y las niñas. Cuando este proceso se hace en grupo genera
dinámicas de reflexión y permite ajustar sistemáticamente la planeación de actividades
pedagógicas.
75 75
Anexos
Instrumentos de evaluación
INSTRUMENTO No. 4.: Recolección de datos del cuestionario de evaluación de los niños
y de las niñas.
INSTRUMENTO No. 5: Escala de valoración con los puntajes de evaluación de los com-
portamientos.
76
76
INSTRUMENTO No. 1:
FECHA:
77 77
Cuestionario de evaluación del comportamiento
de los niños - niñas de 4 a 6 años
78
78
Cuestionario de evalución del comportamiento
de los niños-niñas de 4 a 6 años
79 79
Indicadores de evaluación de los comportamientos
de los niños y niñas de 4 a 6 años.
INSTRUMENTO No. 2:
CIUDAD:
FECHA:
NOMBRE DEL CENTRO EDUCATIVO:
NOMBRE DEL AGENTE EDUCATIVO SOCIALIZADOR:
NOMBRE DEL NIÑO/A:
EDAD:
80
80
Indicadores de evaluación de los comportamientos
de los niños y las niñas de 4 a 6 años
27 Dice mentiras
31 Tartamudea al hablar.
COMPORTAMIENTOS EN RIESGO
40 Llora fácilmente.
81 81
Indicadores de Evaluación de los comportamientos
de los niños y niñas de 4 a 6 años.
82
82
Indicadores de evaluación de los comportamientos
de los niños y las niñas de 4 a 6 años.
83 83
Instructivo para la recolección de datos de la evaluación.
INSTRUMENTO No. 3:
2. Nombre del Agente Educativo Socializador: Escriba el nombre completo del AES.
Ej. Maritza Rocha García.
5. Nombres y apellidos: Escriba el nombre y apellido (s) de cada uno de los niños o
niñas de su grupo. Cada nombre debe ocupar una casilla.
6. Edad: Escriba frente al nombre de cada niño o niña la edad que tiene en años cum-
plidos (no escriba meses). Ejemplo: 4.
84
84
Instructivo para la recolección de datos de la evaluación.
85 85
Recolección de datos del cuestionario de evaluación.
3. CIUDAD:
4. FECHA:
5. NOMBRE Y APELLIDO
10. TOTAL
años cumplidos
8.TOTAL
N.
6. EDAD
10
11
13
15
17
19
21
22
24
27
29
31
32
34
38
40
41
43
45
47
48
12
14
16
18
20
23
25
26
28
30
33
35
36
37
39
42
44
46
49
50
1
4
6
8
2
3
5
7
9
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
86
86
Escala de valoración de los puntajes de evaluación
de los comportamientos.
INSTRUMENTO No. 5:
3. Para definir cuáles niños o niñas con tendencia al riesgo o en riesgo se clasifica
cada valor absoluto (50 para riesgo y 50 para prosocial) con el 100% cada uno.
4. Teniendo como base el punto anterior, entonces hacemos una regla de tres senci-
lla por comportamiento, con base en el puntaje sacado por cada niño o niña. Ej.
Carlos Rosales sacó en comportamientos en riesgo un puntaje de 38 puntos y en
comportamientos prosociales, 23 puntos.
Procedemos de la siguiente forma:
5. Se define que todo niño o niña que esté por encima del 40% presenta comporta-
mientos en riesgo; es decir, por encima de 20 puntos. De allí en adelante, a mayor
puntaje mayor riesgo. Los niños o las niños con comportamiento prosocial por
encima del 40%, es decir, por encima de 20 puntos, tienen la tendencia a este tipo
de comportamiento y a mayor puntaje mayor prosocialidad.
87 87
Escala de valoración de los puntajes de evaluación
comportamientos
88
88
Escala de valoración de los puntajes de evaluación
comportamientos
Esta actividad debe realizarse en cada uno de los grupos de los niños y niñas (grupo coope-
rativo) y dirigida por el educador/a. Es importante trabajar indicador por indicador y dar el
tiempo necesario al niño o la niña para que tome autoconciencia de su propio comporta-
miento. El niño debe marcar con una X la carita cuando el comportamiento se da siempre,
a veces o nunca (solo se marca una vez por cada indicador).
51 Este instrumento fue elaborado y aplicado durante el pilotaje por la docente Sandra Castellanos, de la ciudad de Tunja,
89
2006.
89
Formato de autoevaluación de comportamientos
prosociales para niños de 4 a 6 años
90
90
Guía de observación al agente educativo socializador
sobre la interacción con los niños y niñas
INSTRUMENTO No. 7:
Después de haber hecho esta actividad, el observador externo realiza un proceso de co-
evaluación con el Agente Educativo Socializador para reflexionar sobre la comunicación
(interacciones) con los niños y las actividades pedagógicas realizadas para alcanzar los
objetivos de aprendizaje.
Cabe anotar que esta actividad debe hacerse ojalá cada 3 meses para que la observación
sea un proceso permanente y provoque reflexión, reconocimiento y un mayor desempeño
del educador/a.
Es importante que la observación sea hecha por un profesional externo del Instituto Co-
lombiano de Bienestar Familiar y/o de la Secretaría de Educación que esté participando
en el proyecto. Además, pueden participar los mismos agentes educativos socializadores
para que mediante un proceso de interaprendizaje y de intercambio de experiencias lo-
gren reflexionar en torno a sus logros, alcances y diflcultades con el fin de enriquecer la
actividad pedagógica con los niños y las niñas; en este caso, el/la observador externo será
un facilitador del proceso educativo.
91 91
Guía de observación al agente educativo socializador
sobre la interacción con los niños y las niñas.
I. DATOS GENERALES
OBSERVACIÓN
+ -
92
92
Guía de observación de agente educativo socializador
sobre la interacción con los niños y niñas.
OBSERVACION
INDICADOR
Apropiado + Inapropiado -
Expresión verbal
Expresión no verbal
Afectuosidad
Comentarios positivos concernientes a la conducta de los
niños
Expresa su aprobación o desaprobación ante manifestacio-
nes de los otros niños y niñas
Expresión facial a los niños/as que indica su aprobación o
desaprobación de una conducta.
Explicación a los niños/as de la actividad que van a realizar
Utilización de la estrategia de economía de fichas
Utilización de refuerzos frente a comportamientos prosocia-
les
Hubo comportamientos inapropiados aprobados por el
Agente Educativo Socializador.
Hubo desaprobación del educador de un comportamiento
apropiado del niño y la niña.
Hubo desaprobación de un comportamiento inapropiado
del niño y la niña.
OBSERVACION
INDICADOR
Apropiado + Inapropiado -
En los niños/as predominan las relaciones de respeto, diálo-
go, amistad y cooperación
Los niños/as saben el porqué o el para qué de las activida-
des que van a realizar en la jornada
Los niños/as participan en las decisiones sobre lo que van a
hacer.
93 93
Guía de observación al agente educativo socializador
sobre la interacción con los niños y las niñas.
OBSERVACION
INDICADOR
Apropiado + Inapropiado -
Los niños/as tienen acceso a los juguetes y materiales peda-
gógicos.
Los niños/as responden a los requerimientos del AES
Los niños/as no obedecen las órdenes del educador (ejem-
plo: desobedece las órdenes, rechaza abiertamente, etc.)
Los niños/as no se concentran en su tarea cuando trabajan
en grupo.
Piden ayuda al profesor sin antes haber dado el esfuerzo
necesario.
El niño/a molesta a los demás durante el trabajo aca-
démico.
Los niños/as no respetan las reglas en un juego en grupo
(ejemplo: hace trampa, cambia las reglas a su acomodo)
Observaciones:
94
94
Capítulo VI
Estrategias de acción
para la reducción
de comportamientos
agresivos
Objetivos
• Definir los comportamientos esperados en los niños y las niñas para orientar las
actividades pedagógicas por seguir en el proceso de aprendizaje.
• Identificar las estrategias de acción por tener en cuenta para la reducción de com-
portamientos inapropiados.
1. Objetivos de aprendizaje
La definición de objetivos es fundamental. Estos deben estar encaminados a disminuir
comportamientos agresivos, desarrollar habilidades sociales, facilitar la productividad en
las relaciones de los niños y las niñas. Por ejemplo, estar atento, escuchar las instruccio-
nes, ejecutar las tareas, son habilidades que les ayudarán eficazmente en los aprendizajes
esperados. Asimismo, los objetivos deben contemplar reglas de funcionamiento, organiza-
ción del tiempo y el espacio, organización del material y el sistema de refuerzos en todas
las actividades del espacio preescolar.
97 97
98
98
En palabras de Amparo Arana, 200652, la organización del tiempo exige como actividad
cotidiana la planeación de lo que se va a realizar y la evaluación de lo que se ejecutó. El
manejo del antes, ahora y después debe estar presente en cada jornada de trabajo con el
fin de posibilitar el desarrollo de las actividades con una secuencia lógica, de tal manera
que los niños y las niñas interioricen y construyan la noción de tiempo y sepan que las ac-
tividades ocurren en un orden establecido. La organización pedagógica en el tiempo de las
actividades con los niños y las niñas se denomina Momento Pedagógico. Cada momento
pedagógico debe ser flexible, se debe ajustar al nivel de desarrollo de los niños y las niñas,
al grado de funcionamiento como grupo infantil, a sus necesidades e intereses. Es impor-
tante resaltar que cada jornada pedagógica diaria debe tener un momento de apertura y
otro de cierre.
La vida grupal para los niños y las niñas es de vital importancia, así como la organización del
espacio de tal forma que el grupo tenga como referencia el lugar donde se realizan las accio-
nes colectivas dentro del aula, lo que le da un sentido de pertenencia. De la misma manera, el
manejo del lugar (áreas interiores y exteriores) muestra un dominio sobre el espacio, y a su vez,
les permite el contacto, la exploración y el conocimiento de lo que les rodea.
52 Véase el taller: Manejo del espacio el tiempo y los materiales (2006), elaborado por Amparo Arana, asesora de la Subdirec-
99
ción de Intervenciones Especializadas del ICBF.
99
Se requiere que el material esté ubicado en un lugar accesible a los niños y las niñas y que
al mismo tiempo sea diferente de su escritorio. Cuando los niños y las niñas participan en
la ubicación y disposición de los materiales, igualmente los ubican y los mantienen en su
lugar después de haberlos utilizado53.
De otro lado, Amparo Arana señala que los materiales son fundamentales para realizar las
actividades y deben organizarse para ser utilizados en cada espacio lúdico. Los materiales
pedagógicos y los juguetes cobran importancia cuando se introducen como soporte de lo
lúdico y dentro de la dinámica del juego, ya que fomentan la creatividad, la imaginación
y la fantasía. La disponibilidad de materiales y juguetes favorece el juego espontáneo en lo
individual y lo colectivo al promover el desarrollo de la autonomía y la interacción social.
A través del juego los niños y las niñas establecen relaciones entre sí, viven conflictos, en-
sayan soluciones y aprenden a compartir.
Cuando los niños y las niñas tienen la posibilidad de estar en contacto, explorar, manipular
materiales y juguetes, hacer comparaciones entre sus características y compartir sus puntos
de vista, se favorece el desarrollo y la consolidación de las capacidades básicas y del desa-
rrollo de los conceptos de forma, espacio, volumen y tiempo. La escogencia de materiales
y juguetes debe responder a ciertas características: ser sólidos, no romperse fácilmente, ser
atractivos y de manejo agradable, proporcionar a los niños y niñas múltiples usos y deben
ser del tamaño adecuado con su edad.
Los materiales pedagógicos y los juguetes tienen un valor psicológico y educativo, ya que
están relacionados con la contribución al desarrollo infantil por el placer del juego espon-
táneo que producen. Asimismo, estos materiales se pueden agrupar de acuerdo con las
actividades y las habilidades que se desean fortalecer y/o desarrollar.
53 Esta disposición se observó durante el pilotaje. Allí las educador/as tenían los lugares de trabajo dispuestos para los niños
100
y las niñas con materiales adecuados y a su alcance. (Los niños/as sabían cómo utilizarlos y cuál era su lugar).
100
Para ayudar a un niño(a) a aumentar sus comportamientos prosociales, el AES debe utilizar
refuerzos. Estos medios son planificados a menudo en forma de:
54 Este ejemplo de economía de fichas fue elaborado por Amparo Arana y fue desarrollado en un taller de capacitación de la
101
ciudad de Pasto. A partir de este ejercicio las educadoras/es crearon sus propio sistemas de refuerzos.
101
Una vez puesto en funcionamiento el sistema, inicialmente se debe reforzar con fichas
cada vez que ocurre el comportamiento deseado para motivar al niño o niña. Cuando el
comportamiento ya está adquirido y es reiterativo, se deberá reforzar de un modo inter-
mitente. Del mismo modo, los intercambios de fichas o puntos deben ser frecuentes en
el inicio de la aplicación del sistema para, posteriormente, retardar de modo gradual el
intercambio.
A tener en cuenta:
• Los niños y las niñas deben tener en un lugar visible del aula las reglas y normas
que deben seguir para alcanzar los comportamientos esperados.
• Debe figurar el número de puntos o de fichas por ganar por la realización de cada
una de ellas en los espacios de tiempo que se establezcan en el sistema.
• La administración de fichas (recepción por refuerzo, retirada por sanción y canje
por refuerzos) no debe interferir en la práctica normal de las actividades. Podría
utilizarse un tiempo exclusivamente dedicado a ello, que bien podría ser la hora
del recreo cuando se trate de administración de fichas con carácter colectivo, o
antes de finalizar la jornada.
• En la administración de fichas con carácter individual se puede realizar durante
la propia dinámica didáctica de la actividad sin necesidad de darle mayor énfasis
o importancia a la entrega de la ficha. Deberá asociarse la entrega de la ficha al
niño/a con un reforzador social (comentario positivo).
102
102
• Cuando un niño/a realice una conducta que figura en el programa de fichas (plas-
mado en un mural en la pared o cartelera del aula) definida como inadecuada,
deberá entregar el número de fichas que se haya establecido (costo de respuesta)
sin que ello ocasione ningún tipo de alteración emocional en él/ella o el AES. Sen-
cillamente se le indicará qué conducta no deseable ha realizado y cuál es su costo
y proceder a la recogida de las fichas.
• Administración frecuente de fichas al inicio del programa.
• Aclararle al niño/a por qué motivo recibe o pierde una ficha con el objeto de que
asocie la relación de contingencia: comportamiento deseable-consecuencia posi-
tiva, y conducta indeseable-consecuencia negativa.
• Las fichas pueden exponerse en un lugar visible a los niños/as pero que no interfie-
ran en las actividades.
• El sistema de fichas puede hacerse más complejo a iniciativa del AES si para ello
introduce una clase de fichas diferente mediante las cuales se pueden obtener otras
fichas de valor superior a las primeras.
• Uno de los principales objetivos del sistema de fichas es habituar gradual y pro-
gresivamente al niño o niña a tolerar demoras en la recepción de fichas conforme
avanza el programa.
• Deberá asignarse un lugar determinado de la clase para el cambio de fichas por
reforzadores.
• Los reforzadores más anhelados por los niños y niñas deberán poseer un valor más
alto en fichas.
• Los reforzadores materiales deben estar expuestos a los niños/as.
• Se debe utilizar algún sistema de registro que esté expuesto a la vista de todos en el
aula cuando se trate de modificar o implementar comportamientos a todo el grupo,
o bien una tarjeta de registro individual para cada niño/a. En el primer caso puede
ser una cartulina donde figuren en columna los nombres de todos los estudiantes y
a su derecha ubicar marcas, calcomanías, chinches, alfileres con cabezas de colo-
res, etc., que indiquen cada ficha conseguida.
• Puede pedirse a los niños/as que traigan de su casa algún juguete u otro material
que no utilicen y “donarlo” para usarlo como reforzador de intercambio.
103 103
Modelo: 1. Descripción de las comportamientos que van a tener un refuerzo positivo (ga-
nancia de fichas) y cuál es el número de ellas por el comportamiento.
104
104
Total de tarjetas en el
Nombre del niño/a Tarjetas ganadas Tarjetas perdidas
tiempo establecido
1. El objetivo de aprendizaje
2. Los comportamientos esperados o deseados
3. Las habilidades por desarrollar (autocontrol y sociales)
4. Las reglas / normas de funcionamiento
5. El espacio, tiempo y materiales
6. Los refuerzos
Recordemos que los objetivos de aprendizaje han sido pensados para disminuir comporta-
mientos agresivos. Para ello hay que desarrollar las habilidades sociales, las habilidades de
autocontrol, las habilidades para el uso de la televisión y para el desarrollo de la imagina-
105 105
ción de los niños y las niñas. Contienen el qué, el para qué y el mediante qué (cómo). En
los capítulos siguientes se encuentran los ejercicios para desarrollar estas actividades.
106
106
Las amenazas de sanciones son también muy empleadas, pero rara vez aplicadas, como
los sermones durante la aplicación de una sanción o aquel que hace muecas para atraer
la atención. En este caso, el AES utiliza advertencias para que cese su comportamiento
interrumpiendo su labor, y el niño o la niña(a) logra obtener la atención que busca. Lo
que debemos hacer es aprender a retirar esta atención cuando el niño/a se comporta de
manera inapropiada, y por el contrario, prestarle atención cuando se comporta de manera
adecuada.
Es importante recordar estos puntos importantes para evitar las sanciones inadecuadas.
Por tal motivo se recomienda el sistema de refuerzos mediante fichas, caritas felices, etc.
• Aclarar las reglas de comportamiento que deben regir ANTES de aplicar la san-
ción.
• El niño o la niña debe estar informado sobre las consecuencias previstas antes de
que la situación se produzca.
• No recurrir a las advertencias, amenazas, etc. La aplicación de la sanción se debe
efectuar desde la primera vez en que el comportamiento se manifiesta.
• La consecuencia prevista debe entrar en acción inmediatamente después del com-
portamiento inadecuado. Se deben evitar sanciones al final del día para una falta
cometida en la mañana.
La pérdida de privilegios. También se considera como una forma de sanción y debe utili-
zarse de manera apropiada. Se refiere a la idea de quitarle al niño/a el acceso a una activi-
dad o a un material que aprecia. Esta pérdida puede ser total o parcial y está relacionada
107 107
Una manera de lograrlo puede ser involucrando a los padres del niño o la niña desde el
inicio del proceso (en el momento de la evaluación de las situaciones problemáticas). Se
debe crear un ambiente de alianza en el que los padres puedan ser solicitados para ayudar
en el proceso. La participación de los padres facilitará el aprendizaje de comportamientos
adecuados, ya que complementará el trabajo de los AES. Los padres pueden participar de
manera activa en el proceso, ya sea en la aplicación de refuerzos en casa, o que sean ne-
cesarios (por ejemplo: tareas suplementarias, suspensión de un privilegio, etc.).
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108
Pasos básicos
para el desarrollo
de habilidades sociales
en el campo
de las relaciones
interpersonales
Objetivos:
Objetivos y procedimientos
El entrenamiento en habilidades sociales pretende ayudar a los niños y las niñas a incre-
mentar su prosocialidad y el éxito en situaciones que requieren contacto social, especial-
mente para cuando presentan déficit en relaciones con los demás (particularmente para
los que muestran comportamientos agresivos con su entorno). Existen algunos comporta-
mientos que nos indican si un niño/a tiene habilidades sociales, tal como lo muestra el
siguiente cuadro:
111 111
¿En qué consiste el modelado? Es una técnica diseñada para el aprendizaje de comporta-
mientos deseados que se hace a través de ensayos correctos en los cuales los comporta-
mientos manifestados coinciden con los deseados. Es decir, en donde se les demuestra a
los niños y las niñas maneras de actuar en un modelo que muestre correctamente la con-
ducta que esté siendo el objetivo del entrenamiento. Esta técnica permite el aprendizaje
por observación a manera de actuación en un juego de rol.
112
112
El modelo puede ser representado por el educador/a o por otro miembro del grupo, y
puede presentarse en vivo o en video. Se ha demostrado que el modelado a través de vi-
deo, es más efectivo cuando los modelos son de edad parecida y del mismo género del
observador. Después de realizada la observación, el niño o la niña debe representarse a
sí mismo(a) en determinada situación con el fin de poner en práctica aquello que ha sido
aprendido a través de la observación.
• En primer lugar, es necesario organizar grupos pequeños (seis niños). Deben ser
heterogéneos: (1 o 2 niños por grupo con comportamientos de agresividad y/o con
dificultades. 4 con comportamientos prosociales). Los niños Prosociales pueden
adoptar el papel de “modelos”.
• En segundo lugar, las actividades se deben llevar a cabo a un ritmo de una o dos
veces por semana. El intervalo entre estas actividades permite a los niños y las ni-
ñas practicar en su vida cotidiana las habilidades que han adquirido en las sesiones
del taller.
¿Cómo desarrollar las actividades? Cada una de las actividades sigue las siguientes etapas:
Etapa 1: Revisión de las tareas prescritas55. Esta fase pone en evidencia los comporta-
mientos practicados por el niño o la niña después del taller anterior. Por turnos, y según el
tiempo disponible, todos los niños y las niñas, o algunos(as), deben describir y contarles
a los demás qué habilidades practicaron y en qué ambiente lo hicieron (lugares, personas
involucradas, comportamientos emitidos, otras ocasiones posibles), etc. El AES debe feli-
citar a los niños y las niñas su práctica, enfatizando en las consecuencias positivas de su
conducta (reacciones agradables de los demás, sentimientos de satisfacción y competencia
percibidos por sí mismos, etc.).
55
Hace referencia a las tareas que se colocan con anterioridad y cuya finalidad es practicar las habilidades desarrolladas en
113
el aula.
113
Etapa 3: El “modelo”. Se debe mostrar a los niños y las niñas el comportamiento apropiado
en diferentes situaciones cotidianas. Esta demostración se debe realizar a través de un mo-
delo (se puede presentar de manera audiovisual o actuada en vivo). Los comportamientos
apropiados para cada una de las diferentes situaciones que se van a simular deben ser cla-
ramente identificados por el AES, ya sea de manera verbal o escrita. En un primer momen-
to, el AES puede adoptar el papel de modelo, con otro niño(a) que sirva de compañero(a).
Es recomendable presentar más de una situación y recurrir a realidades que se acerquen a
las vivencias de los niños y las niñas.
Etapa 4: La práctica guiada. Las situaciones se deben representar por parejas; todos los
niños y las niñas, en algún momento deben adoptar el papel de actor principal para expe-
rimentar directamente el comportamiento deseable. Al finalizar, el AES y eventualmente
los niños y las niñas observadores deben dar una opinión sobre el ejercicio realizado. Si
hay olvido o falta de claridad en la representación, el AES debe incentivar al niño(a) para
que retome la actividad, precisando qué comportamiento falta o es representado de ma-
nera poco conveniente. Las observaciones pueden ser sobre su tono de voz, el contenido
del mensaje verbal, la postura etc., y se deben indicar aquellos ajustes necesarios para una
próxima práctica.
Un segundo juego de rol puede estar basado en la misma temática o introducir gradual-
mente nuevas situaciones en las que la manifestación de los mismos comportamientos
sea apropiada. Es muy importante estimular al niño/a cuando se ha comportado en la
forma deseada durante el juego de rol. La retroalimentación se debe centrar en los com-
portamientos deseados, debe ser dirigida al actor principal y especificar la calidad de su
actuación, por ejemplo: “cuando tocas el hombro de tu compañero(a), y le guiñas el ojo,
es claro que lo estás incentivando” o “te oímos claramente, eres firme y directo(a)” o “es
importante que sigas mirando a tu compañero(a) cuando te está hablando”. También se
debe agradecer al compañero(a) que ha colaborado en el juego de rol.
1. Definir un cierto número de frases para todo el grupo (por ejemplo, esperar el turno
para tomar la palabra) o específicas para algunos niños y niñas (mantén tu silla en
el espacio que está reservado para tal fin). Las frases deben apuntar a comporta-
mientos de escucha y participación.
114
114
Etapa 6: La generalización. Después de los juegos de rol, se debe hacer una revisión final
de las habilidades enseñadas, ya que esto facilita la puesta en práctica de los aprendiza-
jes en la vida cotidiana y las ventajas a las que estos nuevos comportamientos conducen:
complacer a alguien, estar contento consigo mismo, volverse más competente, etc. Es im-
portante resaltarles a los niños y las niñas que el comportamiento socialmente deseable,
generalmente, es más adecuado que otro estilo de comportamiento (por ejemplo agresivo),
ya que consiguen expresarse tranquilamente y conseguir frecuentemente los objetivos que
se han propuesto.
El AES puede promover condiciones más favorables para la aparición de los comporta-
mientos deseados. Por ejemplo, proponer que el tema de la actividad sea el de la semana,
y en un tablero previsto cada niño/a (o de los de los que presente menores comporta-
mientos sociales deseados) tenga la responsabilidad de anotar su desempeño. Una tasa de
frecuencia establecida con anterioridad (por ejemplo, cinco comportamientos descritos)
puede dar derecho a un tiempo libre al final del día, o a una actividad agradable para todo
el grupo al final de la semana.
Además del incentivo del AES, es aconsejable que en la medida de lo posible éste informe
al padre-madre y trabaje coordinadamente con el educador/a familiar sobre los ejercicios
practicados y la manera como podrían ayudarlos con el fin de que ellos mismos en casa
promuevan condiciones más favorables que den lugar a la aparición de los comporta-
mientos deseados y a las estrategias de refuerzo. Esta forma de apoyo puede constituir un
programa complementario, que sin lugar a dudas incrementará el aprendizaje en los niños
y las niñas.
Descripción de las actividades para incrementar las Habilidades Sociales en los niños y
las niñas. A continuación se describen algunas actividades prácticas que se deberán llevar
a cabo teniendo en cuenta las recomendaciones planteadas en esta unidad.
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ACTIVIDAD 1:
Hacer contacto
Introducción del tema. El AES explica a los niños y las niñas: “cuando sientes placer
al estar con otros, cuando te sientes bien, cuando estás contento, lo muestras de una
manera particular. Es decir, tienes una gran sonrisa, miras al otro a los ojos, te haces
al lado de él/ella.” Los niños y las niñas son invitados a traer ejemplos de situaciones
vividas. Por ejemplo, el primer día en que se conocieron. Se les pregunta sobre los
comportamientos no verbales (mímicas, gestos, posturas, proximidad física de ese
día).
Modelo y práctica. El modelo debe realizar la siguiente práctica: Guión para el modelo:
Estás en un parque, otro niño juega lejos y te gustaría jugar con él.
Comportamientos por manifestar:
• Acercarse.
• Mirarlo a los ojos.
• Sonreírle.
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar es-
tos comportamientos en la semana, en la casa o la institución educativa, con los adultos,
los semejantes o los hermanos/as.
116
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ACTIVIDAD 2:
Hablar gentilmente
La revisión de las tareas. El AES revisa con los niños y las niñas su práctica: ¿qué practicas-
te?, ¿dónde, cuándo, con quién?, ¿era agradable?, ¿estás contento/a contigo mismo?
Introducción del tema. El AES explica que hablar gentilmente es expresar cosas agradables,
con un tono de voz suave y claro y mirando a los ojos. Se pide a los niños y las niñas que ci-
ten palabras que les gustan y a partir de sus ejemplos, el AES identifica las formas de expresar
afecto, aprobación por los agradecimientos, felicitaciones, incentivos y cumplidos.
Modelo y práctica: Guión para el modelo. Tu amigo llega con un nuevo saco. Tú le dices:
“me gusta eso, el dibujo en tu saco”.
• Ámbito Pedagógico: Felicitas a un amigo que tuvo una buena calificación, o que
acaba de hacer un gol en fútbol. “Bien por tu nota”, “¡Felicitaciones! ¡Bien, qué
golazo!”. En caso de que no haya sido así, incentivas a tu compañero/a que acaba
de cometer un error en el juego. “No es grave, continúa”.
• Casa: Agradeces a tu padre/madre que te da un permiso especial: “me encanta ir a
jugar al parque, ¡gracias!”
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Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos en la semana, en la casa o en la institución educativa, con los adul-
tos, los semejantes o los hermanos/as.
ACTIVIDAD 3:
Contacto físico suave
La revisión de las tareas. (Hablar gentilmente).
Introducción del tema. El AES precisa que se trata de gestos en los que hace contacto con
el otro. Cuando lo hacen bien hay que hacer una distinción entre:
Los niños y las niñas aportan ejemplos de contactos agradables. Estos gestos acompañan
o se hacen en lugar de las palabras para felicitar, agradecer, expresar su afecto, su aproba-
ción, su alegría, su sorpresa, hacer una solicitud.
Modelo y práctica. Guión para el modelo: Tu amigo/a no se ha acercado para jugar con
el grupo. Lo invitas a venir.
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118
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos en la semana, en la casa o en la institución educativa, con los adul-
tos, los semejantes o los hermanos/as.
ACTIVIDAD 4:
Ayudar
La revisión de las tareas. (Contacto físico suave).
Modelo y práctica. Guión para el modelo: Luis tiene un gran afiche para fijarlo en el muro
y tiene dificultad para ponerlo.
119 119
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos en la semana, en la casa o en la institución educativa, con los adul-
tos, los semejantes o los hermanos/as
ACTIVIDAD 5:
Incluir, invitar
La revisión de las tareas. (Ayudar).
Introducción del tema. El AES dice: “Es difícil cuando se siente olvidado o excluido. Es
más agradable participar en los juegos, ser aceptado en un equipo, poder ser ayudado por
un amigo/a cuando no se sabe qué hacer”. Los niños y las niñas expresan lo que sienten
en uno u otro caso.
Modelo y práctica. Guión para el modelo: Hay un grupo que debe hacer un trabajo ma-
nual alrededor de una mesa. Lucas llega tarde y no tiene puesto.
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Generalización. Revisión de las habilidades. Abrir un puesto para otro es mostrar que
aprecias su presencia, es una buena forma de conocerse mejor, de hacerse apreciar.
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos en la semana, en la casa o en la institución educativa, con los adul-
tos, los semejantes o los hermanos/as
ACTIVIDAD 6:
Hacer con...
La revisión de las tareas. (Incluir, invitar, abrir un puesto).
Introducción del tema. El AES presenta esta actividad como la continuación directa de
las dos precedentes. Una vez que se ha propuesto ayudar o que se ha abierto un puesto a
otro, ¿cómo colaborar de manera armoniosa? Es importante entenderse en las maneras de
proceder, de hacer propuestas, de estar de acuerdo. Los niños y las niñas sugieren ocasio-
nes en las que es más fácil y más rápido actuar si se trabaja en pareja o en grupo, para una
misma tarea o una misma actividad y el placer que se siente.
Modelo y práctica. Guión para el modelo: Tu amigo Juan está de acuerdo en que tú le
ayudes a poner el afiche.
121 121
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos en la semana, en la casa o en la institución educativa, con los adul-
tos, los pares o los hermanos/as.
ACTIVIDAD 7:
Decir NO, rechazar
La revisión de las tareas. (Hacer con…).
Introducción del tema. El AES insiste en el hecho de que uno tiene derecho a decir NO a
una solicitud que no conviene, ya sea porque no es el momento adecuado, o porque no lo
desea, y de que hay maneras de decirlo, claramente, firmemente, sin enfadarse. Los niños
y las niñas aportan ejemplos en los que se sintieron cómodos o poco capaces de tomar
una posición.
Modelo y práctica. Guión para el modelo: Un amigo quiere pedirte prestada tu nueva
bicicleta.
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Generalización. Revisión de las habilidades. Hay muchas ventajas cuando se dice franca-
mente lo que se piensa, cuando se explica por qué clara y calmadamente. La otra persona
puede así entender nuestras necesidades, aceptar que sea diferente de lo que buscaba, se
mantiene la relación de amistad en buenos términos.
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos en la semana, en la casa o en la institución educativa, con los adul-
tos, los semejantes o los hermanos/as.
ACTIVIDAD 8:
Preguntar ¿por qué?
La revisión de las tareas. (Decir no, rechazar).
Introducción del tema. El AES justifica por diferentes razones el hecho de hacer una
pregunta:
• No estoy seguro de haber entendido.
• Necesito explicaciones complementarias porque estoy sorprendido o apenado.
123 123
• Los niños y las niñas aportan ejemplos de situaciones en los que necesitan saber más.
Modelo y práctica. Guión para el modelo: Los niños y las niñas de la clase se alistan para
el descanso, un amigo/a te llama: ¡Oye, Marcos, ¿quieres venir a ayudarme?!
Generalización. Revisión de las habilidades. Cuando una situación no es clara, uno de los
medios para saber más es preguntar, ¿cómo?, ¿por qué?
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos durante la semana, en la casa o en la institución educativa, con los
adultos, los semejantes o los hermanos/as.
ACTIVIDAD 9:
Decir: me molestas
La revisión de las tareas. (Preguntar por qué).
Introducción del tema. El AES explica que cuando un amigo hace algo molesto, uno se lo
dice sin gritar ni empujar, sin quejarse. Por el contrario, se hace de manera firme. Los niños
y las niñas aportan ejemplos de lo que consideran molesto.
124
124
Generalización. Revisión de las habilidades. El AES retoma situaciones en las que el niño
o niña siente irritado, encolerizado o frustrado e insiste en la manera de expresarse que no
hiera al otro, que le dé la posibilidad de detenerse o cambiar su comportamiento.
Tareas. El AES prevé con los niños y las niñas las ocasiones que tendrán para practicar
estos comportamientos durante la semana, en la casa o en la institución educativa, con los
adultos, los compañeros o con los hermanos/as.
125 125
Pasos básicos
para el desarrollo
de habilidades
de autocontrol
Objetivos:
Procedimientos: Las habilidades de autocontrol hacen posible enseñar a los niños y las
niñas una manera adecuada de enfrentar los diferentes conflictos interpersonales que pue-
den vivir en su cotidianidad.
129 129
Las actividades que se proponen a continuación no pretenden entrenar a los niños y niñas
en tipos particulares de comportamiento, sino más bien enseñarles cómo pensar, reac-
cionar y escoger los comportamientos más adecuados. En el caso de los niños y las niñas
agresivos/as, las explosiones de rabia, pérdida de control y discriminación son reacciones
que interfieren en el desempeño de comportamientos prosociales. Las actividades están
dirigidas principalmente a estos niños y niñas.
Las estrategias: Modelo, socialización y generalización son las mismas del capítulo an-
terior; sin embargo, en este se añaden dos estrategias particulares: el desarrollo de habi-
lidades cognitivas y el pensamiento en voz alta. El proceso cognitivo permite al niño o
niña aclarar la situación a la que se ve enfrentado(a), examinar lo que entiende y lo que
siente; razonar sobre las diferentes alternativas de acción y sus consecuencias, tomar
una decisión sobre la conducta por ejecutar, incrementar su confianza en una posibili-
dad de cambio; y finalmente, valorar de manera positiva o negativa el comportamiento
que ha manifestado.
Etapas:
1. Identifico lo que sucede, lo que siento.
2. Pienso en lo que puedo hacer o decir.
3. Escojo una solución apropiada.
4. Actúo y aprecio lo que hice.
Estas etapas deben ser expresadas por el niño y la niña en voz alta: deben repetirlas una
por una y relacionarlas con el tema de cada situación.
Desarrollo de una actividad-tipo. Cada actividad sigue las mismas etapas de desarrollo
anterior: La revisión de las tareas asignadas, la introducción del tema, la demostración de
las etapas, la práctica, el sistema de refuerzo por la participación en la actividad y la pre-
sentación de tareas que permitan la generalización. Recordemos las etapas:
130
130
Etapa 1: Revisión de las tareas asignadas. El AES retoma la práctica de los comportamien-
tos trabajados en la actividad anterior.
Etapa 2: Introducción del tema. El AES presenta a los niños y las niñas las situaciones en
las que puede ejercer el comportamiento deseado, explicando las ventajas que tiene en la
vida real. Se pide a niños y niñas que aporten ejemplos que hayan vivido en su cotidiani-
dad y que se relacionen con el tipo de situación que se está trabajando. La descripción del
comportamiento puede ser escrita en un tablero visible para todos.
Etapa 3: La demostración de las etapas. A partir de una de las situaciones del tema, el AES
enseña a los niños y las niñas las diferentes etapas del proceso de aclaración y selección
de la acción. Estas son:
1. Identifico.
2. Pienso.
3. Escojo.
4. Actúo.
5. Hago una valoración de lo que hago.
El AES invita a los niños y las niñas a concretar cada una de las etapas, con un ejemplo de
la vida real. En el tercer paso, aporta diferentes alternativas de acción evaluando colec-
tivamente las consecuencias de las diferentes alternativas de comportamiento. Luego se
representará en una actuación a modo de juego de rol.
El actor principal puede repetir en voz alta el proceso y luego actuar sin hablar nada. La
última actuación debe representar el comportamiento apropiado según las instrucciones
dadas por el AES.
131 131
autoevaluarse y a expresar lo que recuerda de esta práctica. Debe insistir en que el niño o
la niña tenga interés en volver a practicar para sentirse más cómodo/a en futuras interac-
ciones.
Etapa 5: La Generalización. El AES debe ayudar a los niños y niñas a planificar la tarea
individual de lo que han aprendido en la actividad.
ACTIVIDAD 1:
Pongo atención, escucho
• Palabras de bienvenida.
• Presentación de los participantes y del AES.
• Precisión de cómo se desarrollarán las actividades.
• Presentación de la frecuencia, duración y lugar de las actividades.
• Breve periodo de intercambio con los niños y las niñas para responder las pregun-
tas y suscitar algunas observaciones.
Introducción del tema. El AES dice: “El tema de la primera actividad trata acerca del com-
portamiento que hay que practicar regularmente en nuestras relaciones con nuestra pro-
fesora, nuestros padres, nuestros amigos/as. Se trata del comportamiento de ESCUCHAR
o de PONER ATENCIÓN a lo que nos dicen cuando alguien nos habla. Es importante es-
cuchar y mostrar al otro que entendimos bien, es decir, que lo escuchamos. Es importante
porque cuando escucho, sé muy bien lo que me piden, también entiendo la información
que podría necesitar y por qué la persona que me habla está complacida de saber que la
escucho”.
Hay varias maneras de mostrar que estamos atentos con la persona que nos habla. Al
mismo tiempo que reconocemos lo que nos dice, que le hacemos saber por medio de ges-
tos como expresiones de la cara, sonrisas, acercándonos si se está alejado, mirando a la
persona que nos está hablando. Se puede, igualmente, hacer un comentario o hacer una
pregunta después de lo que acabamos de escuchar.
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“Hoy vamos a practicar comportamientos juntos y maneras de demostrar que sabemos es-
cuchar bien. Todos conocemos seguramente muchos comportamientos que muestran que
sabemos escuchar. Vamos a demostrarlos en pequeñas etapas, como lo veremos ahora”:
3. Escojo lo que voy a hacer para escuchar mejor: ¿Cuáles son los mejores medios para
escuchar y comprender lo que me dice?
Luego, al interior de un juego de rol, el AES hace el modelo de la situación y del proceso
ligado al comportamiento de ESCUCHAR, usando la técnica de hablar en voz alta. La
presentación de DIBUJOS identificables con cada etapa también puede ayudar a la identi-
ficación y a la descripción de las etapas del juego de rol.
Práctica. La práctica del juego de rol es actuada por turnos y por parejas de los niños y las
niñas. La situación anterior y otros guiones pueden ser utilizados traídos por los niños y las
niñas o los siguientes ejemplos:
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Con tus amigos y amigas: Un amigo/a explica las reglas de un nuevo juego con balón en
el patio. En casa: Mi mamá me hace el resumen de un programa de televisión que acabo
de perderme. En casa: Durante la comida, mi papá me habla de las actividades que se lle-
varán a cabo en el circo el fin de semana.
Con los amigos/as. En grupo, en una comida, en la cafetería, un amigo/a cuenta la película
que vio en cine.
La práctica del juego de rol incluye la ilustración de las cuatro etapas del comportamiento
de ESCUCHAR.
A) Identifico que alguien habla o me habla.
B) Pienso en lo que se dice.
C) Escojo lo que voy a hacer para escuchar mejor.
D) Lo hago y aprecio mi acción.
• La primera reacción puede venir del modelo que ha hablado: ¿Se sintió escuchado/
a?, ¿por qué?, ¿qué comportamientos percibió?, ¿fue agradable hablar con Camilito
en estas condiciones?
• Los observadores identifican los comportamientos de cada etapa y opinaron sobre
la actuación de los modelos.
• El educador/a refuerza el seguimiento de las etapas del proceso sobre los aspectos
específicos del juego de rol, tal como en las diferentes etapas del proceso con la
ayuda de dibujos.
• Habla sobre el tono de voz, los gestos, la postura, la expresión de la cara.
• El Educador/a refuerza igualmente todos los comportamientos y actitudes de escu-
cha presentes durante el desarrollo de la actividad.
• El modelo que ha sido “escuchado/a” también es reforzado y apreciado por su co-
laboración al actor principal.
• El actor o actriz principal aporta su comentario.
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Tareas. El educador/a explica a los niños y niñas en qué otras situaciones pueden practicar
lo aprendido (en la casa, en el barrio o en el aula).
ACTIVIDAD 2:
Me informo
antes de actuar
Revisión de las tareas. (Pongo atención, escucho).
El educador/a retoma con algunos niños y niñas un ejemplo de lo que han experimentado
desde la última actividad:
• ¿Qué pasó?
• ¿Qué hicieron el niño y la niña?
• ¿Qué reacción suscitó por parte de las otras personas involucradas?
• ¿Cómo se sintió al final de esta situación?
• ¿Cómo pueden seguir practicando este comportamiento?
Introducción del tema. Hoy vamos a hablar sobre la importancia de hacer preguntas y de
informarse antes de actuar. Vamos a presentar ejemplos de preguntas por hacer. Normal-
mente se hace una pregunta cuando:
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Supongamos que tu amigo/a te pide que vayas a su casa. Antes de responderle que quieres
ir o que puedes ir, vas a preguntarle:
• ¿Cuándo quieres que vaya? (hoy, después del almuerzo, el sábado en la mañana,
etc.);
• ¿ Dónde quieres que nos encontremos antes? (aquí mismo, en tu casa);
• ¿Quién más va a ir? (sólo yo, otros amigos, mis vecinos, etc.).
Todas estas respuestas te van a ayudar a decidir si te interesa ir. También van a ayudarte
a pedir permiso a tu mamá (quien probablemente te hará las mismas preguntas). ¿Alguien
me puede dar un ejemplo de situación en la que hizo una pregunta antes de actuar? ¿Cómo
hiciste?, ¿cómo resultó?, ¿cómo te sentiste?, ¿cómo reaccionó la otra persona?
Y al no informarte:
• A veces te puedes perder de cosas importantes que hayas entendido mal.
• Otras veces puedes entender mal lo que se espera de ti y no hacer las cosas correc-
tamente.
• Puede ser que la gente piense que entendiste, aun si no es el caso.
• Aún puedes preguntarte si escuchaste verdaderamente, o qué decidiste hacer.
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Para el AES: aquí se retoma uno de los ejemplos aportados por los niños y las niñas para
mostrar cómo se ha debido actuar en una situación en particular.
Demostración de las etapas. Nota para el educador/a: a partir del ejemplo (o situación),
hacer participar a los niños y las niñas para que aporten elementos de contenido para cada
etapa.
Situación modelo (por el educador/a): una jardinera dice que la tarea de escritura debe ser
entregada el viernes en la mañana y que deben hacer los ejercicios de la página 24 (ejem-
plo: 1, 2, 3). Abres tu cartilla en la página 24 y te das cuenta de que hay 5 números (1, 2,
3, 4 y 5). ¿Qué debo hacer?
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4. Escoges un buen -Es cierto, si haces la pregunta ahora en clase, la jardinera puede
momento y un buen pensar que te diviertes y que hablas por nada.
lugar para hacer tu -Pero si esperas mucho, corres el riesgo de olvidarlo.
pregunta. -Puedo esperar a estar solo con Ana, o a que la jardinera haya
terminado la clase.
-Decides preguntarle a Ana justo antes de salir al descanso.
5. Lo hago y estoy -Te acercas a Ana mirándola y le dices: “Hola, Ana, no entendí
contento de mí mis- muy bien la tarea de escritura: ¿tenemos que hacer los ejercicios
mo. 4 y 5?”.
Haces la pregunta. -“¡Gracias!”
Luego, dos de los niños o niñas experimentarán el mismo juego de rol, con la posibilidad
de modificar la manera de hacer siempre y cuando las características del comportamiento
sean presentadas. Luego, los otros niños ejecutarán otros juegos de rol, a partir de otra
situación.
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• Retroalimentación de los otros niños y niñas a partir de cada una de las etapas,
destacando las etapas seguidas en voz alta e insistiendo específicamente en las tres
características del comportamiento:
- Atraer la atención del otro.
- Hablar con tono firme y cortés.
- Formular una pregunta útil.
• Socialización del AES.
• Comentarios del niño o la niña al actor o actriz.
Las tareas. El AES ayuda los niños y las niñas a identificar las ocasiones en las que podrán
informarse mejor a lo largo de los días que siguen. La actividad termina con un refuerzo al
grupo, a manera de ejemplo, por su participación en la actividad.
ACTIVIDAD 3:
Sigo las reglas y las
consignas en los jue-
gos, en el ámbito peda-
gógico y en la casa.
Revisión de las tareas. (Me informo antes de actuar). Enfocarse en el comportamiento de
“hacer preguntas”. Mirada y cercanía, tono de voz firme, preguntas apropiadas.
Introducción del tema. Hay muchas situaciones en las que hay reglas por seguir:
• Cuando caminamos en la calle debemos permanecer en el andén y nos detene-
mos ante un semáforo en rojo.
• Cuando jugamos con amigos/as decidimos cómo vamos a jugar, cuáles son las
reglas que vamos a seguir. Ejemplo: cuando jugamos a “la lleva”, si me tocan, yo
soy “la lleva”.
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• En casa también hay reglas para seguir: A qué hora me acuesto, o hasta qué hora
puedo ver televisión.
• En la clase, levanto la mano para hablar; hablo cuando me toca, etc.
• Las reglas están ahí para:
- Estar seguros.
- Entendernos bien y evitar las peleas.
- Saber qué tenemos que hacer.
- Aprender nuevas formas de hacer las cosas.
• ¿Puedes dar un ejemplo de una situación en la que hayas seguido una regla?,
¿cómo te sentiste?
• ¿Recuerdas una vez en la que jugabas con tus amigos/as y alguien no seguía las
reglas?, ¿cómo te sentiste?
• Es importante aprender a seguir las reglas y las recomendaciones que recibimos.
Esto quiere decir:
- Escuchar bien la regla o la recomendación.
- Preguntar y verificar si se entendió bien.
- Reformular en sus propias palabras.
- Dar seguimiento a lo que se pide.
Demostración de las etapas. Situación modelo (por el AES): son las 2:30 p. m. Al regresar
del descanso, el profesor dice: “es hora de educación física, hagan la fila.”
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3. Escojo. Decido si voy Ya tengo mis tenis, voy a preguntarle al profesor si me puedo
a seguir estas reglas y sequedar aquí dos minutos más.
lo hago saber a otra per- Tengo todo: mi morral está listo para el final de la clase. Voy a
sona. tomar mi lugar en las filas ya.
Recojo las cosas de mi pupitre. No hablo con nadie mientras
me preparo.
Me repito a mí mismo Me digo que me voy a mi puesto en la fila. Espero a que el pro-
las instrucciones por se- fesor se dé cuenta de que hice bien esto.
guir. Me ubico en la fila.
Lo hago y estoy conten- Aprecio lo que hice.
to de mí mismo. Paso a
la acción haciendo lo
que me pidieron.
Práctica.
• En el ámbito pedagógico: El AES nos pide que discutamos en grupo para organizar
los juegos del descanso.
- Decidimos dividirnos en 3 grupos (quién va en cada equipo).
- Decidimos qué juego vamos a jugar.
- Damos las reglas.
• Con los amigos: Jugamos fútbol juntos en la calle. Nos entendemos todos con las
mismas reglas (dónde están las metas, cuáles son los límites del juego y no dar gol-
pes, etc.). No cambiamos las reglas durante el partido.
Socialización
• Para el actor principal: ¿entendió la consigna y les dio el seguimiento a los pasos?
• Para otros espectadores se les pregunta (niños y niñas y educador): ¿qué vieron
en los comportamientos del actor principal? ¿Escuchó, verificó, reformuló, hizo
seguimiento?
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ACTIVIDAD 4:
Me controlo
Revisión de las tareas. (Sigo las reglas y las consignas). El educador/a retoma con los niños
y las niñas la práctica del comportamiento ejercitado en la última actividad:
• ¿Qué paso?
• ¿Qué hizo?
• ¿Qué reacción(es) pudo observar?
• ¿Cómo se sintió?
• ¿Cómo puede seguir practicando este comportamiento?
Por ejemplo:
• En la casa riegas el vaso de leche que te acaban de servir
• Un amigo/a te empuja mientras haces la fila.
• Unos niños y niñas se ríen de ti porque te pusiste el saco al revés.
• Papá aplaza para mañana la ida a cine prevista para esta tarde.
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Cuando estas cosas suceden, generalmente no queremos guardárnoslas sino mostrar nues-
tro enojo gritando y agitándonos. Podemos encontrar medios para detener “la explosión
de ira”. Si logras calmarte, seguramente serás capaz de comportarte bien en una situación
que te disguste, porque estarás más calmado/a si te controlas mejor.
Demostración de las etapas. Situación modelo (por el AES): Jugando escondite acaban de
eliminarme del juego porque me encontraron y estoy decepcionado/a y disgustado/a por-
que fui el primero del grupo al que encontraron.
3. Escojo una o varias for- -Cuento hasta diez antes de hablar o reaccionar.
mas de no perder el con- -Me siento en un banco en el parque por unos minutos.
trol y de no “explotar” -Me digo “no te enojes, no te enojes”.
-Respiro profundo dos veces.
4. Lo hago y estoy conten- -Al pasar al lado de una silla, me siento y me digo “no te
to/a de mí mismo. Tomo el enojes”, “mantente calmado/a”.
mejor medio a mi alcance -Aprecio lo que hice.
y me felicito.
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Práctica. Después de la demostración del ejemplo hecho por el AES, los niños y las niñas
retoman en juegos de rol la práctica de esta situación u otro ejemplo utilizando la técnica
de “hablar en voz alta”.
Retroalimentación.
• Comentarios del actor o actriz principal.
• Percepción de los observadores sobre la identificación de las etapas del proceso
(indicios corporales, las razones que llevarán a una pérdida de control), los medios
de autocontrol disponibles (la utilización de estos medios, el efecto producido,
etc.).
Las tareas. Pedir que los niños y las niñas identifiquen las situaciones en las que observa-
ron tendencia a enfadarse o impacientarse. Reforzar a los niños y las niñas por su partici-
pación en la actividad.
ACTIVIDAD 5:
Estoy enojado, ¿qué
hago?
Revisión de las tareas. (Me controlo)
Introducción del tema. Puedo estar enfadado/a , descontento/a o con rabia, furioso/a por-
que mi papá no me deja ver en la televisión el programa que me gusta.
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¿A ustedes también les pasa, que se enojan?, ¿por qué? Es un sentimiento normal, que cada
uno siente en ciertos momentos.
¿Qué hacer con este sentimiento?
Si me lo guardo, ¿cómo me voy a sentir? Cada vez más enfadado y más triste. Entonces, es
mejor demostrarlo para que me sienta relajado(a).
Cuando estoy enojado, ¿qué debo hacer?: Dejar salir mi rabia sin molestar ni herir a
otros.
1. Identifico
¿Cómo me siento? ¿Por qué? Estoy de mal humor porque quería tener todo bien.
Me lo digo. Mi mirada cambia.
2. Pienso
¿Qué puedo hacer? Hablar de lo Tengo ganas de gritar, llorar y romper mi hoja.
que siento. Voy a ver al profesor: “no me esperaba esto”.
Hacer o pensar en otra cosa. Le digo a un amigo/a: “es difícil aceptar que tuve una
mala nota”.
Pienso en que esta mañana otro profesor me felicitó por
mi lectura.
Pido permiso para salir a tomar agua.
Cierro los ojos y cuento hasta diez.
Respiro profundo.
3. Escojo
Dejar salir mi rabia, sin dañar a Gritar en clase… es molesto.
los demás. Hablar con el profesor o con un amigo/a.
Necesito una solución antes del descanso: salir a tran-
quilizarme en el corredor.
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Práctica. 1. El AES hace la demostración. 2. Dos los niños y niñas ejercen la misma prác-
tica. 3. Con otros guiones, los otros los niños y las niñas hacen juegos que requieran des-
empeñar un papel específico.
Socialización
El actor o actriz secundario/a: ¿sintió la rabia del actor?, ¿la expresó de la manera correcta?
1. Los espectadores: ¿las etapas fueron seguidas en orden?
2. El actor o actriz principal: ¿podrías usar esta solución en la vida real?
Las tareas. Practicar lo que debo pensar en alguna situación cotidiana: Cuando estoy en-
fadado/a dejo salir mi rabia sin hacerles daño a los otros.
146
146
ACTIVIDAD 6:
Cuando me dejan de
lado, cuando no me
quieren cerca, ¿qué
hago?
Introducción del tema. Es agradable tener amigos/as para jugar. Nos sentimos orgullosos
cuando mamá nos pide ayuda. Nos sentimos útiles cuando el AES nos pide un favor. El
contrario de esto, ¿qué es? Mis amigos/as juegan sin mí, no me piden ayuda. Cuando hago
algo correcto, mis padres ni lo notan.
Es difícil de aceptar: me gusta más que me pongan atención, que me inviten. Entonces,
¿cómo puedo reaccionar?
Demostración de las etapas. Situación modelo (por el AES): Voy caminando con Juan y
Pablo. Juan le dice a Pablo: “no lo olvides, mañana a la 1:00 en el parque”.
147 147
1. Identifico
Me hago las siguientes preguntas: -Tengo los puños cerrados.
¿Se olvidaron a propósito de mí? -Tengo calor y estoy tenso(a).
¿No me están poniendo atención? -Me pongo de mal genio.
¿No me quieren allá?
2. Pienso
¿Qué hacer? -Voy a esperar que me inviten.
¡Esperar! -Camino más rápido, los/las dejo.
Me voy -Digo: “¿y yo? Me decepciona que no me
inviten”.
Decir que me molesta. -Repito: “¿van al parque? ¿Puedo ir tam-
Decirles que quiero participar. bién?”
3. Escojo
En función de mostrar que estoy ahí, decir -¡Esperar! Corro el riesgo de esperar mucho
lo que me gustaría, teniendo el control de tiempo, y ellos/ellas no sabrán que tengo
mis gestos y mis palabras. ganas de ir.
-Alejarme. Puede ser que me llamen y me
pregunten qué me pasa.
-Decir que me molesta, me van a decir que
parezco un bebé.
-Voy a mostrarles que oí y que me interesa.
4. Lo hago y estoy contento de mí mismo
Pienso, ¿entonces qué hago?, me felicito y -En vez de criticar, me muestro entusiasta:
estoy contento conmigo mismo. “¡es divertido el parque!”, añado “me gus-
taría ir con ustedes, ¿puedo?”
-Ver las intenciones posibles (aceptación o
rechazo) pero sin insistir, lo importante es
dar el paso.
-Me felicito “en vez de dejar hacer, mostré
lo que quería”.
Práctica.
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Socialización
1. El actor secundario: ¿entendió lo que quería el actor principal?
2. Los espectadores y el AES: ¿las etapas fueron seguidas en orden?
3. El actor principal dice lo que piensa.
Las tareas. Practico las etapas en alguna situación. Recordar que: Si me dejan de lado, si
no me quieren ahí:
ACTIVIDAD 7:
Tengo ganas de
golpear, ¿qué hago?
Revisión de las tareas. (Cuando me dejan de lado, cuando no me quieren cerca, ¿qué
hago?). El AES retoma con algunos los niños y niñas un ejemplo de lo que experimentaron
desde la última actividad:
• ¿Qué pasó?
• ¿Qué hizo la otra persona?
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Introducción del tema. Hoy vamos a hablar de las veces en que sentimos ganas de em-
pujar a nuestro vecino, golpear a nuestra hermano/a, por cualquier razón. Eso nos pasa a
todos y a todas. Estoy seguro de que a ustedes también. Estos momentos vienen después
de enfrentamiento, porque me empujaron, porque me hicieron daño o porque rompieron
algún objeto que me gusta. Cuando me siento así, es el momento de pensar en las ganas
que me dan de golpear, pues una vez dado el golpe, esto arrastra cualquier tipo de con-
secuencias, como una pelea, perder un amigo o una amiga, recibir una sanción, sentir
vergüenza, etc.
Entonces es importante encontrar qué hacer en esos momentos para lograr sentirse mejor
a pesar de las ganas de golpear, porque conozco maneras que me permitirán no golpear y
encontrar una solución más feliz y respetuosa con los otros/as.
Para el AES: Aquí se retoma uno de los ejemplos aportados (preferiblemente por un niño o
una niña) para volver a actuar esta manera de hacer cuando tiene ganas de golpear.
Demostración de las etapas. Situación modelo (por el AES): Un compañero/a choca con-
migo al pasar rápido cerca de mí y me lastima. ¿Qué hacer en esta situación?
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1. Identifico
Primero, saber lo que pasa. -Haciéndome estas preguntas: me lastimó, ¿lo hizo a pro-
pósito? ¿Fue un accidente?
-Aprieto los puños y los dientes.
¡”Se la ganó, le voy a pegar”!
2. Pienso
¿Qué puedo hacer? -Tengo ganas de pegarle, de tirarme al piso y llorar, de gri-
Hablar de lo que siento. tarle que debería tener más cuidado.
Hacer o pensar en otra cosa. -Le digo al AES que lo hizo a propósito para empujarme.
Alejarme del que tengo ga- -Pienso que normalmente él o ella tiene cuidado.
nas de pegarle. -Respiro profundo.
-Cierro los ojos y cuento hasta cinco.
3. Escojo
En función de los comporta- -Puedo decirle o gritarlo/a luego, pero eso es armar pelea.
mientos esperados: -Puedo no decir nada pero realmente me lastimó.
Me detengo. -Voy a mostrarle que yo también lo puedo empujar, pero
Me repito: eso es hacer la guerra.
“no, no le pegaré”. -Me digo: “no lo hizo a propósito”.
Escojo un medio que no las- -Respiro profundo y le digo que me lastimó sin gritarle.
timará al otro. -Llamo al AES y le muestro lo que pasó.
-Evito gritar, repitiéndome: “no le voy a pegar, le voy a decir”.
4. Lo hago y estoy contento de mí mismo/a
Voy a decirle. -Respiro profundo y le digo, sin gritar, pero en un tono cla-
ro, que me empujó, que me lastimó y que me gustaría que
tuviera más cuidado la próxima vez.
Aprecio lo que hice. -Camino un poco para que pase el dolor y para mantener
la calma.
-Me felicito pues logré detenerme, evité pegarle y le dije lo
que pasó sin pelear.
-¡Bien, lo lograste!, puedes estar orgulloso de ti.
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1. Demostración de dos niños o niñas que experimentan el mismo juego de rol. Sigan
los siguientes pasos:
• Me detengo.
• Me digo: “no golpeo”.
• Escojo otro medio para no lastimar al otro.
2. Luego otros niños y niñas ejecutan otros juegos de rol a partir de otras situaciones:
• En el ámbito pedagógico:
- Un compañero/a que pasa por delante en la fila me hace caer.
- Un compañero/a me pisa y me duele.
- Mi compañero/a toma sin permiso mi juguete y lo rompe.
- Mis compañeros/as me quitan los zapatos y se los lanzan entre sí, sin que logre
recuperarlos.
- Un niño(a) más grande se choca conmigo y me dice: “¿no puedes tener mas
cuidado? me muestra el puño y me empuja de nuevo.
- Mi amigo(a) me hala la manga de mi saco aun después de decirle que no lo
hiciera.
• En casa:
- Mi hermano/a se pone delante de la televisión durante mi programa favorito.
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Las tareas. El AES ayuda a cada uno de los niños y las niñas a identificar ocasiones en las
que podrán practicar lo aprendido en la sesión.
ACTIVIDAD 8:
Me toman del pelo,
se burlan de mí, ¿qué
hago?
Revisión de las tareas. (Tengo ganas de golpear, ¿qué hago?)
Introducción del tema. Sucede a veces que nos toman del pelo maliciosamente y deci-
mos que se burlan, porque es hiriente o estresante. Cuando nos ponen apodos o cuando
remedan nuestros gestos o todo lo que decimos, nos sentimos molestos. Muchas veces nos
dan ganas de detenerlo todo pronto. Ciertas burlas son más fáciles de tomar y podemos
verlas con humor. Pero ¿qué hacemos cuando nos sentimos objeto de burla o cuando no
lo tomamos como humor.
En estos momentos apretamos los puños y los dientes, tenemos ganas de gritar que se de-
tengan. A veces nos sentimos avergonzados, queremos llorar, también podemos enfadarnos.
Puedo sentir ganas de golpear a alguien y así perdería un amigo/a. Es desagradable sentirse
objeto de burla de esa forma. Para lograr sentirme mejor, puedo hacer algo, ¿pero qué?
Es el momento de:
153 153
El AES pide a los niños y las niñas que ilustren estas situaciones: ¿Alguien puede darme un
ejemplo de una situación en la que se haya sentido objeto de burla?
- ¿Qué hiciste?
- ¿Cómo resultó?
- ¿Cómo te sentiste?
- ¿Cómo reaccionó la otra persona?
Demostración de las etapas. A partir del ejemplo (o situación), hacer participar a los niños
y las niñas con el fin de aportar elementos de contenido para cada caso.
Situación modelo (por el AES): Me corté el pelo como me gusta, un amigo o una amiga
me ve y me dice: “¿de dónde saliste?
1. Identifico
Primero saber lo que pasa. Haciéndome preguntas: ¿es solamente una
broma o es una burla?, ¿cómo me siento?,
¿es chistoso?, ¿me da pena o estoy enfada-
do/a?
2. Pienso
Puedo hacer. Lo/a ignoro y hago como si no lo oyera.
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155 155
1. Demostración de dos niñas que experimentan el mismo juego de rol, con la posibilidad
de modificar la manera de comportarse, siempre y cuando en los comportamientos estén
presentes las etapas:
• Muestro que me di cuenta, que entendí;
• Respondo que no me gusta eso;
• Manteniendo el control de mis gestos y mis palabras.
2. Otros niños y niñas ejecutan otros juegos de rol, a partir de diferentes situaciones:
Socialización.
• Socialización del actor o actriz secundario/a.
• Socialización de los niños y las niñas a partir de lo que observaron en cada una de
las etapas, enfatizando en las etapas seguidas en voz alta y las características de los
comportamientos (muestro que me di cuenta y que entendí), respondo que algo no
me gusta (manteniendo el control de mis gestos y mis palabras).
• Retroalimentación del AES.
• Comentarios del actor o actriz principal.
Las tareas. La educadora ayuda a los niños y las niñas a identificar ocasiones en las que
pueden practicar lo aprendido en la sesión de taller.
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156
ACTIVIDAD 9:
Me excuso.
Revisión de las tareas. Me toman del pelo, se burlan de mí, ¿qué hago? El AES retoma con
los niños y las niñas experiencias en las que hayan puesto en práctica el tema y los refuerza
por aquello que pudieron hacer.
Entonces es importante.
• Mirar a la persona a la que se le piden disculpas.
• Hablar claramente y con dulzura.
• Decir el nombre de la persona (o escribirlo) a la que se le ofrecen disculpas.
• Decir “yo” porque soy yo y no otro el que se excusa (firmar con el nombre si es un
dibujo o una carta)
• Decir por qué se está excusando. Es necesario que el otro/a sepa por qué se
excusa.
157 157
Demostración de las etapas. Situación modelo (por el AES): Supongamos que estoy senta-
do y me levanto empujando la silla sobre el pupitre de Juanita. Esto hace mover su mesa
mientras está dibujando (u otra situación propuesta por los niños y las niñas).
1. Identifico
Me pregunto: ¿Qué pasó?, ¡Ohh! Juanita no se ve contenta. Parece disgustada conmi-
¿molesté a alguien?, ¿debo go.
excusarme? Yo moví su pupitre y ella estaba pintando. Pienso que no
tuve cuidado y que debo excusarme.
2. Pienso
¿Qué puedo hacer o decir Puedo decir: “perdón y adiós”.
para excusarme? Puedo volver a acomodar su pupitre y decirle “perdón”.
¿Cómo y cuándo? Puedo escribirle una nota: “perdón”, y firmar con mi nom-
bre, para que ella sepa que soy yo el que la manda.
Puedo decirle, mirándola a los ojos y con un tono dulce:
“oye, Juanita, perdóname por haber movido tu pupitre, voy
a tener más cuidado la próxima vez“.
Puedo hacerlo enseguida o después de la clase.
3. Escojo
Lo que debo hacer, cuándo, Escojo decirle: “oye, Juanita, excúsame por haber movido
y haciendo qué para excu- tu pupitre al levantarme, trataré de tener cuidado la próxi-
sarme, de la mejor forma ma vez. ¿Aceptas mis excusas?“.
posible.
4. Lo hago y estoy contento de mí mismo
“Oye, Juanita…” (Mirándola a los ojos y en un tono dul-
ce…). Estoy contento/a conmigo mismo. Hago bien al ex-
cusarme.
Práctica. Dos niñas vuelven a representar la misma situación con otras soluciones hacien-
do énfasis en:
• Cada una de las etapas.
• Contacto visual.
• Tono de voz.
• Palabras o gestos usados.
• Razón de la excusa.
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158
Retroalimentación.
• El actor o actriz secundario/a: ¿cómo recibió las excusas?, ¿estuvieron bien expre-
sadas?
• A los espectadores: ¿siguieron las etapas en orden?
• Al actor principal: ¿podría usar esta solución en la vida real?
Las tareas. El educador/a recuerda las etapas por seguir y recomienda utilizarlas en una
situación particular:
• Me excuso.
• Llamo por su nombre a la persona a la que le doy disculpas y la miro.
• Digo por qué me excuso.
• Digo mi excusa con una voz clara y dulce.
ACTIVIDAD 10:
Digo un elogio.
Revisión de las tareas. (Me excuso.). Preguntar con interés.
159 159
Entonces es importante:
• Decir el nombre de la persona a la que se le hace el elogio.
• Decir “yo” porque soy yo quien hace el elogio (identificarse).
• Decir una palabra amable.
• Decir por qué.
• Mirar a la persona a la que se le hace el elogio.
• Hablar claramente y con un tono dulce.
• Ser sincero y amigable.
• Decir algo verdadero.
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160
Hoy vamos a practicar cómo decir un elogio. ¿Qué decir? ¿Qué hacer?
1. Identifico
¿Qué pasó? ¿Cuál es la Es la última actividad y quisiera hacer un elogio a cada uno
situación?, ¿debo hacer de mis amigos/as.
un elogio?
2. Pienso
¿Qué puedo decir? Puedo decir: “Cristian, me gusta tu sonrisa”.
¿Cómo y cuándo lo voy “Ivonne, gracias por tu participación.”
a hacer? ¿Acerca de qué “Benito, me gusta como te vistes”.
voy a hacer el elogio?
“Mateo, me gusta estar en tu compañía porque escuchas y mi-
ras a los ojos.”
¿Cómo puedo decirlo?: sinceramente, amigablemente, seria-
mente (sería mejor con una sonrisa); con una palmada en la
espalda (no es necesario si estoy mirándolo).
¿Cuándo? Ahora mismo.
3. Escojo
La mejor forma de hacer Escojo decírselo ahora mismo porque mañana será muy tarde,
y decir un elogio. es la última actividad, no los volveré a ver más o voy a olvi-
darlo.
Decirles la verdad.
“Christian, me gusta tu sonrisa”.
“Ivonne, me gustaría decirte que aprecio tu compañía porque
eres juiciosa y escuchas.”
“Martín, me gustaría decirte que siempre hablas claramente”.
“Mateo, me gustaría decirte que siempre haces lo posible para
mirar a los ojos.
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Práctica. El AES hace un cumplido a cada uno de los niños y las niñas. Invita a los niños y
las niñas a decirse cumplidos mutuamente acerca de su participación en la actividad.
Retroalimentación. El AES refuerza a los niños y las niñas en sus juegos de rol evaluando
lo siguiente:
• Contacto visual.
• Tono de voz
• El cumplido escogido: la verdad.
• La sonrisa.
• La actitud amable y sincera.
• Pregunta a los que recibieron un cumplido cómo se sienten.
Las tareas. Hacer un cumplido. Llamar por su nombre a la persona a la que se hace el cum-
plido mirándola a los ojos, con una palabra amable y con un tono de voz claro y dulce.
162
162
Guía de actividades
para el uso
de la televisión
Objetivos:
• Dar a conocer a los niños y las niñas el desarrollo y funcionamiento de los progra-
mas de televisión.
• Permitir espacios de reflexión con los niños y las niñas sobre los diferentes tipos de
programas presentados en la televisión para desarrollar un sentido crítico y respon-
sable frente a estos.
• Reconocer los programas favoritos de los niños y las niñas y reflexionar sobre su
influencia en el comportamiento.
• Enseñar a los niños y las niñas que existen otras actividades que pueden reempla-
zar el hábito de ver televisión.
165 165
Procedimiento
¿Cómo desarrollar las actividades? Algunas actividades estarán destinadas a impartir co-
nocimientos generales al niño(a) acerca de la televisión. Otras actividades se desarrollarán
en tres tiempos:
Las actividades pueden tener una duración aproximada de cuarenta y cinco minutos con
los niños y las niñas. Asimismo, como se ha mencionado en unidades anteriores, la partici-
pación de los padres en el proceso de aprendizaje de sus hijos/as enriquece el efecto de las
sesiones que se trabajan con el AES. Por lo tanto, la unidad también contiene información
que puede ser presentada a los padres a manera de folleto o a través de la información
verbal directa.
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166
ACTIVIDAD 1:
¿Cómo funciona
la televisión?
Presentación. “Hoy vamos a hablar del trabajo hecho por ciertas personas para realizar
un programa de televisión Luego vamos a tratar de comprender juntos cómo funciona la
televisión Veremos cómo es que un programa filmado en cualquier parte aparece en la
pantalla de tu televisor.”
1. La realización de un programa.
Discusión. ¿Sabes desde cuándo existe la televisión? Desde 1948, hace 59 años, y llegó a
Colombia en 1954 como un servicio prestado directamente por el Estado. Su inauguración
se llevó a cabo el 13 de junio de ese mismo año.
• Los que son presentados en la vida real (en directo) como noticias o eventos depor-
tivos
167 167
• ¿Has visto todos los nombres escritos al final de un programa de televisión? Pues
bien, son los nombres de todos/as los que han participado en la realización de este
programa.
2. Funcionamiento de la televisión.
• Cuando un programa está listo para ser filmado, es un camarógrafo el que está a
cargo.
• La cámara cambia la imagen en ondas eléctricas. Las ondas viajan (no se ven) hasta
una torre, luego son transmitidas a la antena de televisión.
• Si ves una imagen muy cerca, verás varios puntos pequeños (en blanco y negro
para la televisión en blanco y negro, y de colores para la televisión a color).
• La cámara no ve una imagen como lo hacen nuestros ojos, ve una serie de peque-
ños puntos en línea. Hay cientos de puntos por línea y 525 líneas en una imagen.
168
168
¿SABÍA USTED...
Ejercicio. Se les pide a los niños y las niñas que escriban en su cuaderno el nombre de sus
actores y actrices favoritos, que expliquen qué es lo que más les gusta de ellos/ellas y que
describan un comportamiento prosocial que se da en esos actores.
169 169
ACTIVIDAD 2:
Aprendiendo sobre
los programas
de televisión y mis
programas favoritos
Presentación. “Hoy vamos a tratar de descubrir qué tipos de programas vemos en televi-
sión y cuáles son sus favoritos”. Se le pregunta a un niño o niña:
Tipos de programas. El EDUCADOR/A les cuenta a los niños y las niñas que existen dife-
rentes tipos de programas:
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170
7. Juegos o programas de concurso: programas que invitan gente para que participe
en juegos y gane premios.
8. Informativos: programas en donde se explican las cosas importantes que pasaron
alrededor del mundo y que son hechos para informar cosas sobre temas actuales.
Ejemplo, los noticieros.
9. Deportivos: programas en los que presentan o se discute sobre los deportes.
10. Programas de variedades: programas en los que se presentan cantantes, bailarines
o invitados.
11. Programas para niños (diferentes de los educativos): los programas hechos para
divertir a los niños y las niñas.
Discusión. Después de que el/la educadora ha mostrado a los niños y las niñas los tipos
de programas de televisión que existen, identifica cuáles son los programas que ven con
mayor frecuencia.
• Entre los programas que nombré, ¿cuáles son los que más ven?
• ¿Cuáles son los que prefieren?
• ¿Por qué prefieren estos programas (decoración, personajes, acción, etc.)
• ¿Saben cuáles son los programas favoritos de los otros miembros de su familia?
Desarrollo. Ahora que ya hablamos un poco de los programas que les gustan, vamos a
conversar sobre los mensajes que estos programas nos dan, destacando las comportamien-
tos prosociales (cooperación, amistad, compañerismo, participación, liderazgo, etc.).
Ejercicio. Los niños y las niñas deben hacer un dibujo que muestre algún comportamien-
to prosocial en alguno de los programas que hayan visto durante la semana, pidiéndoles
apoyo a sus padres, madres.
¿Que los niños, más que las niñas, tienen tendencia a ver los dibujos animados violen-
tos, los programas de aventuras y los programas que tratan de crímenes
¿Que ciertos niños y niñas ven televisión para evitar o remplazar el contacto con los otros
niños y niñas?
¿Que ver televisión excesivamente puede acarrear una disminución de la lectura en los
niños y niñas?
171 171
ACTIVIDAD 3:
Los personajes
de la televisión
y su influencia
en los niños(as).
Discusión. Hablar de los personajes que vemos en televisión. ¿Hay alguno que le guste a
todo el mundo? ¿Que no le guste a nadie? ¿Por qué? ¿Cómo son? ¿Cuál te gusta a ti? (Pre-
guntar a algunos niños y niñas). Ahora van a escribir una lista de personajes conocidos y
van a marcar aquellos que más les gustan).
“A menudo, nos gustan los personajes que parecen ideales por sus características físicas y
cualidades”. Nombrarlos y hablar de sus rasgos. ¿Les gustaría ser como él/ella? A continua-
ción, el Educador/a deberá tener en cuenta, además de los rasgos más superficiales como
popularidad, humor, belleza otros como la gentileza, la generosidad, la alegría, etc.
Después, el educador/a les pedirá a los niños y las niñas que digan algo que su personaje
favorito no haría nunca y después les pedirá que tomen un personaje desagradable y lo
cambien para que sea más amable.
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Ejercicio. Pedirles a los niños y las niñas que inventen un personaje ideal, que lo dibujen
y describan comportamientos como la gentileza, la generosidad y la alegría.
ACTIVIDAD 4:
¿Son reales
los personajes
que aparecen
en la televisión?
Presentación. ¿Todo lo que vemos en televisión existe de verdad? “Hoy vamos a tratar de
ver juntos lo que es verdad y lo que no puede ser verdad en la televisión.”
Discusión. ¿Cuando ven televisión, son siempre personas de verdad las que aparecen en
el televisor? (no: los dibujos animados, marionetas).
¿El Hombre Araña existe en la vida real? (no, es un actor, el que hace el papel de Hombre
Araña). ¿Cómo hacen para saber si lo que ven en televisión es de la vida real o solo una
historia inventada? ¿Pueden darme ejemplos de programas en los que sean actores los que
representan un papel? ¿Hay dibujos animados que hagan cosas que nosotros/as podamos
hacer? ¿Puede pasar que haya dibujos animados que hagan cosas imposibles para noso-
tros/as?
Desarrollo. Deben saber que los actores y actrices hacen un papel. Por ejemplo, el actor
o actriz que hace de Hombre Araña recibe un balazo, no es de verdad, solo actúa, hace
como si le doliera mucho. ¿Ustedes son capaces de jugar a ser actores y actrices?
Hacer actuar a algunos los niños y las niñas los siguientes papeles.
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1. Haces el papel de un señor o una señora muy viejo/a en una película. Caminas
como si estuvieras muy viejo o vieja.
2. Vas a fingir, al saltar de una silla, que estás saltando desde una montaña.
3. Simula que estás en una fiesta donde hay mucha gente que conoces.
¿Es de verdad?
Diferencia entre la realidad y la ficción.
¿SABÍA USTED...
¿Que la televisión puede tener efectos negativos al limitar la utilización del imaginario de
los niños y las niñas?
¿Que los niños y las niñas no perciben los dibujos animados como violentos/as: para ellos/
ellas son cómicos?
¿Que entre más maduran los niños y las niñas empiezan a diferenciar la realidad de la fic-
ción, pero a los cinco – seis años, su comprensión es limitada?
¿Que los niños y las niñas que juegan más a fingir son más hábiles para diferenciar la rea-
lidad de la ficción?
ACTIVIDAD 5:
¿Qué otras actividades
divertidas puedes
realizar, además de ver
programas de televisión?
Presentación. “Hoy vamos a hablar de programas de televisión. Saben que la televisión
existe para divertirse, pero también para ayudarlos(as) a aprender cosas nuevas. Entonces,
juntos, vamos a ver cómo sería posible para ustedes hacer una buena selección de progra-
mas para ver”.
Discusión. ¿Cuál es el tipo de programa que más ven? (Se puede hacer referencia a la lista
de tipos de programas de una actividad anterior).
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¿Estos programas les enseñan cosas? ¿Por qué los ven? ¿Hay programas que ven y que no
les gustan realmente? ¿Qué podrían hacer en lugar de verlos?
Desarrollo. ¿Quién de ustedes juega con su hermano/a después de hacer tareas a las 7:00
de la noche? El educador/a debe enfatizar en que hay muchas actividades divertidas que
dejamos de hacer por dedicarle mucho tiempo a la televisión. Asimismo, deberá sugerir a
los niños y niñas que pueden dedicar tiempo a jugar con sus amigos/as en el parque, leer
cuentos, hacer dibujos, ayudar en las actividades del hogar, entre otras.
Ejercicio. Los niños y las niñas deberán contar qué otras actividades realizaron para reem-
plazar el tiempo que dedicaban a la televisión durante la semana.
¿SABÍA USTED...
¿Que las costumbres de los padres al ver la televisión influyen en la cantidad de tiem-
po que los niños y las niñas pasan delante de este medio, el tipo de programas que
ven, así como la importancia de la televisión en sus vidas? Entonces, entre más vea
televisión un padre/madre, más tiempo verá el niño y la niña.
¿Que la televisión es útil para divertirse, pero es también una herramienta de aprendi-
zaje? Es importante que el niño y la niña puedan ver diferentes tipos de programas.
175 175
Guía de actividades
para el desarrollo
de la imaginación
de los niños y las niñas
Objetivos
• Estimular el imaginario de los niños y las niñas de tal manera que desarrollen com-
portamientos prosociales.
• Sensibilizar a niños y niñas sobre nuevas formas de juego que se caractericen prin-
cipalmente por un contenido prosocial y positivo.
Para desarrollar la imaginación de los niños y las niñas, podemos recurrir a imágenes
fantasiosas y observar el tipo de fantasías que expresan en el juego. Como bien sabemos,
el juego es la expresión directa del imaginario, y se traduce en comportamientos obser-
vables.
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Algunas actividades empiezan con un ejercicio práctico de relajación. Todas las activida-
des contienen ejercicios lúdicos que permiten incentivar la imaginación en los niños y las
niñas. Cada actividad dura alrededor de cuarenta minutos y sigue el mismo procedimiento
de desarrollo.
Relajación –en algunas actividades– (cinco minutos). Al iniciar la actividad, los niños y
las niñas hacen un ejercicio de relajación presentado en forma de juego o imitación (por
ejemplo: imitar un gato que se estira).
ACTIVIDAD 1:
¿Quién eres?
¿Quién soy?
Presentación. En esta actividad, los niños y las niñas y el EDUCADOR/A hacen contacto a
través del recuerdo sobre su niñez, para incentivarlos a presentarse.
“Buenos días, mi nombre es _________________. Pregunta a varios niños y niñas: ¿cómo te
llamas? ¿Cuántos años tienes? Yo tengo ________ años. Yo también tuve tu edad. Cuando
era pequeño, yo…”.
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Hablarles de:
• Familia (yo tenía _____ hermanos y hermanas, perro, gato, etc.).
• Institución educativa (estaba en grado _____, iba a la institución educativa ______
_________, mi profesor se llamaba _______________, la materia que más me gusta-
ba era _______________, la que menos me gustaba era _______________, durante
el descanso yo jugaba a _______________, etc.).
• Amigos/as (tenía _____ amigos, mi mejor amigo/a se llamaba _______________, y
jugábamos a _______________, etc.).
• Actividades (mi juego preferido, lo que me gustaba hacer, lo que no me gustaba
hacer, etc.).
¿Y ustedes? (la idea aquí es estimular a los niños y las niñas para que hablen de sí mismos,
para que se presenten)
“Cuando era pequeño, quería ser _______________, ¿y tú que quieres ser cuando
grande?”
Desarrollo. “Bueno, vamos a utilizar un cuaderno en donde haremos dibujos. Cada vez
que venga a verlos, vamos a hacer algo en el cuaderno. Así podrán recordar lo que ju-
gamos juntos. Hoy me gustaría que hicieran un dibujo en el cuaderno. Me gustaría que
dibujen lo que quieren hacer cuando sean grandes”.
ACTIVIDAD 2:
Mímica:
“como si yo fuera”.
Presentación. Esta actividad consiste en imitar animales y personajes en diferentes accio-
nes. Deben adivinar lo que los demás imitaron. “Hoy vamos a divertirnos fingiendo ser
alguien e imitando algo diferente de lo que somos en la vida real. Pero antes, me gustaría
saber si saben qué es inhalar, qué es exhalar.
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El Educador/a dice: ¿Saben?, cuando queremos estar en forma hacemos ejercicio, pero a
veces es necesario tomarse el tiempo para relajarse. Relajarse es también estar en forma.
Yo tengo pequeños trucos que puedo mostrarles para relajarnos. Para eso vamos a jugar a
relajarnos. Van a ver, nos vamos a sentir bien”.
Desarrollo. Ahora vamos a cerrar los ojos y vamos a imaginar que tenemos en frente una
copa con helado. ¿Qué sabor tiene el helado? Ahora, vamos a hacer mímica. ¿Saben qué
es la mímica? Es cuando imitamos a alguien o a algo haciendo los mismos gestos que hace,
pero sin hablar.
• Ejemplos (el AES hace lo siguiente y los niños y las niñas deben adivinar qué está
haciendo):
- un perrito que tiene sed
- un carpintero que clava puntillas
- alguien que lava las ventanas.
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• “Ahora es tu turno”. (Por turnos pasar adelante a algunos niños y niñas). “Vas a
hacer mímica de lo que te voy a decir”. Entre los demás vamos a tratar de adivinar
lo que estás imitando.
Sugerencias:
• Elefante
• Pájaro
• Rana
• Tiburón
• Alguien que cose
• Alguien que escribe a máquina
• Alguien que maneja un carro
• Alguien que habla por teléfono
• Bailarina
• Levantar pesas
• Bailarina comiendo
• Bailarina leyendo
• Tocar el violín, la guitarra o la trompeta
• Un señor viejo con bastón
• Un bebé
• Barrer, recoger las hojas
• Pintar
Ejercicio. Hacer mímica de canciones. Escoger dos canciones infantiles que tengan per-
sonajes y situaciones a las que se les pueda hacer mímica. Además, los niños y las niñas
deben dibujar la mímica que más les gustó.
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ACTIVIDAD 3:
Concentración
Presentación. En esta actividad el EDUCADOR/A propone a los niños y las niñas diferentes
juegos para conocer mejor las partes de su cuerpo. “Hoy vamos a hacer juegos y ejercicios
para conocer mejor todas las partes de nuestro cuerpo”.
Desarrollo. El Educador/a explica a los niños y niñas las etapas por seguir para lograr re-
lajar todo su cuerpo.
• Relajación de la cabeza.
De pie o sentado, estiramos los brazos hacia arriba y los relajamos. Dejamos caer
la cabeza hacia delante, hacia atrás. Enderezamos la cabeza lentamente y repeti-
mos el movimiento.
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Ejercicios de concentración.
1. Lanzar una cuerda al aire y observar la posición que toma al llegar al piso. Los ni-
ños y las niñas toman luego la cuerda y deben volver a ponerla en la posición en
la que cayó.
2. Observar objetos ubicados en una mesa. Darle la vuelta al niño/a, mover uno o
dos objetos y pedirle al niño/a que mire de nuevo y que encuentre los objetos que
fueron movidos.
3. Poner cinco objetos en una mesa. Algunos niños y niñas deben observar durante
un minuto, luego se tapan los objetos y él/ella debe nombrarlos de memoria.
ACTIVIDAD 4:
Historias: “y luego...”
Presentación. En esta actividad, el Educador/a inventa una historia que debe ser termina-
da por los niños y las niñas. “Hoy vamos a contar historias especiales. Yo voy a contar el
principio y quiero que ustedes continúen contando la historia que yo empecé”.
Cada uno va a contar una pequeña parte de la historia y vamos a ponerlas todas juntas,
vamos a hacer una bonita historia. Vamos a darnos un código, una frase que vamos a decir
cuando hayamos terminado nuestra parte de la historia. Por ejemplo, cuando yo diga “y
luego…”, tú sabrás que te toca continuar. Y cuando digas “y luego…”, seguirá el compa-
ñero o compañera de al lado.
185 185
b) Había una vez un gatito Pumpum que vivía con Pedrito. Un día, mientras Pedrito
estaba en la institución educativa, Pumpum ve la puerta de la cocina abierta. Se
desliza hasta afuera... es la primera vez que sale de la casa, ¿qué ve?
Ejemplos:
Flores de todos los colores
Oye “bzzz”… se esconde y ve una abeja
Pájaros que se pasean en el pasto… trata de atraparlos.
c) Había una vez un niño que, mientras se paseaba en la calle, encontró una cajita.
Entonces la abre, ¿y qué encuentra?
Ejemplos:
Un viejo par de zapatos.
¿A qué se parecen?
Un mensaje, ¿qué dice el mensaje?
d) Había una vez un niño muy, muy distraído… un día ¿qué hizo?
Ejemplos:
¡Puso a cocinar un pollo… en la nevera!
Se puso la ropa al revés… ¿qué dijeron sus amigos, sus padres?
e) Si pudieras decidir qué edad tienes, ¿cuál sería tu edad preferida?, ¿Por qué? Ejem-
plos: bebé, abuelo, papá o mamá.
f) Había una vez un niño cuyos padres habían salido de casa. Estaba solo en la casa,
era de noche y estaba muy oscuro. Entonces se fue la luz… ¿qué pasa entonces?
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Ejemplos:
Oye ruidos afuera. Va a ver, ¿qué hay?
El teléfono suena, ¿quién es?
g) Había una vez un niño que se paseaba en la calle por la noche. De pronto oye un
ruido… ¿qué era?
Ejemplos:
Fuegos artificiales. Hay muchos colores en el cielo. ¿Quién lanzó la pólvora?
Una fiesta de barrio. Se lleva a cabo en la calles, ¿qué ve?
h) Un niño se va de viaje con su mamá. Tomaron el tren. Es la primera vez que toma
el tren… ¿a dónde van?
Ejemplos:
Donde la abuelita que vive en otra ciudad. El tren se va, ¿qué ve el niño por la ventana?
ACTIVIDAD 5:
Plastilina:
“los dedos creativos”
Presentación. En esta actividad los niños y las niñas, con ayuda de la plastilina, imaginan
formas y realizan diferentes objetos. Por ejemplo: “Hoy vamos a hacer trabajar nuestros
dedos con la plastilina. ¿Ya han jugado con plastilina?”
Desarrollo. Hacer dos bolitas del tamaño de una mandarina y una del tamaño de una
nuez. Con una de las bolas del tamaño de una mandarina:
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• Tomarla entre las dos manos y hacerla girar entre las palmas, en un sentido y luego
en el otro.
• Ponerla sobre la mesa, hacerla girar con la palma de la mano derecha, en un sen-
tido, luego en el otro, luego con la otra palma.
• Tomar la segunda bola, hacer el ejercicio con las dos manos: las dos manos girando
en el mismo sentido, a la derecha y a la izquierda y luego en sentido contrario.
• Terminar poniendo las dos manos relajadas sobre cada bola.
Con la bola del tamaño de una nuez: ponerla en la mesa, cada dedo de cada mano la hace
girar. La extremidad del dedo se apoya ligeramente en la mesa y ejecuta un movimiento
de rotación.
Continuamos este ejercicio pidiéndoles a los niños y las niñas que hagan unas palomas.
• Hacemos una bolita, la tomamos entre las dos manos para darle la forma de la
paloma.
• Luego la ponemos en la mesa y con las dos manos se estira ejerciéndole una pe-
queña presión (el movimiento se hace a partir del centro hacia afuera).
• Cuando esté lista la paloma, se le pide al niño o niña que escoja un objeto o un
dibujo y que lo moldee con la plastilina.
Ejercicio. Con la plastilina, hacer un objeto y explicar delante del grupo por qué lo hizo,
y qué es lo que más le gusta de ese objeto. La plastilina puede ser remplazada por greda o
una masa que se solidifica al secarse. (Receta: 2 tazas de harina, ½ taza de sal, ¾ taza de
agua).
ACTIVIDAD 6:
Personificación
de animales y objetos
Presentación. En esta actividad se inventan diálogos entre objetos y animales.
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188
Relajación: el gato. Los niños y las niñas deben estar descalzos y con ropa cómoda. El Edu-
cador/a explica verbalmente las instrucciones y hace el ejercicio y hace al mismo tiempo
que los niños y las niñas. Sólo al principio.
El gato se estira: ponerse en cuatro patas, con las rodillas y las manos en el piso. Curvar
la espalda. Llevar la cola hacia atrás exhalando y volver a curvar la espalda. Todavía en
la misma posición, bajar la cabeza hacia adelante, lo más lejos posible e inhalando. Le-
vantar la cabeza exhalando y curvar de nuevo la espalda. Todavía en cuatro patas, tensar
una pierna hacia atrás, subiéndola lo que más se pueda y estirar el pie. Estirar el cuerpo.
Permanecer unos segundos en esta posición. Traer la pierna al piso. Hacer lo mismo con
la otra pierna.
El gato bebe leche: ponerse en cuatro patas en el piso. Acercar las manos y las rodillas has-
ta que se toquen. Doblarse hacia adelante, subiendo la cola, con los brazos tensos. Sacar
la lengua lo que más se pueda, tratando de tocar el mentón. Regresar hacia atrás y sentarse
en la cola. Relajarse y volver a empezar.
Desarrollo. “Hoy vamos a utilizar un poco nuestra imaginación. Vamos a tratar de imagi-
nar dos objetos que hablan juntos. Por ejemplo, yo voy a mostrarles cómo pienso que se
hablarían una cuchara y un tenedor”.
Cuchara: ¡Ah! Tenedor, te envidio. Me gustaría estar en tu lugar. Odio cuando meten
mi cabeza en la sopa. Siempre siento que me voy a ahogar.
Tenedor: Pues para mí no es mejor. Cuando la gente me usa para picar la comida,
me pego siempre en la cabeza con el fondo del plato. Y además, en el cajón de los
cubiertos, los otros tenedores me pican. Es muy duro.
Tenedor: Es una buena idea…, pero ¿sabes?, es muy difícil tomar sopa con un tenedor.
Tenedor: Pienso que somos útiles tal como somos, lo mejor es que veamos el buen
lado de las cosas.
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Ejercicio. A continuación, el Educador/a les pide a los niños y niñas que armen una con-
versación completa. Escribir en un tablero los siguientes objetos emparejados. Los niños
y las niñas deben escoger los objetos y hacerlos hablar juntos. Si los objetos no alcanzan,
ellos mismos deben inventar qué otros objetos podrían hablar.
ACTIVIDAD 7:
Juego fantasioso:
“en el teatro, los
cuentos de hadas”
Presentación. Relajación: el árbol en el viento. Los niños y las niñas deben estar de pie.
Sus brazos están separados y apuntan hacia arriba imitando el sonido del viento, los niños
y las niñas se deben balancear y seguir el ritmo (viento suave, viento fuerte). La actividad
se termina acostando a los niños y las niñas en el piso (inhalar y exhalar).
“Hoy les voy a contar una historia. Después van a contármela de una manera especial: va-
mos a actuar juntos el cuento, como en el teatro. Cada uno de ustedes tendrá un personaje.
Vamos a fingir que somos los personajes de la historia. El cuento que les voy a contar es
el de los tres cerditos.”
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Desarrollo. El AES cuenta la historia con la ayuda de un libro. Luego, discuten sobre el
cuento: ¿por qué el lobo hizo eso? ¿Qué le pasó después? Con el fin de ver si los niños y
las niñas entendieron el cuento. De ser necesario, se repite.
Ejercicio. Luego se distribuyen los papeles y la puesta en escena del cuento (a menudo es
necesario que el Educador/a narre la historia durante la puesta en escena).
ACTIVIDAD 8:
Invención de historias:
“el sombrero mágico”
• Acostados boca abajo, con las piernas juntas, las manos en el piso al nivel de los
hombros.
• Levantar la cabeza para que el pez vea el cielo.
• Quiere salir del agua: levantar los hombros y el pecho inhalando.
• Permanecer en esta posición sosteniendo la respiración, luego volver lentamente a
la posición inicial. Exhalar.
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• Acostado boca abajo, con las piernas juntas y los brazos a lo largo del cuerpo.
• Llevar los pies a la cola. Coger los pies con las manos. Inhalar levantando la cabe-
za y estirando las piernas.
• Relajar exhalando.
Concentración. El AES pone cinco objetos en la mesa. Los niños y las niñas deben observar
durante un minuto. El Educador/a va añadiendo uno por uno los objetos, y los niños y las
niñas deben identificar por turnos cuál es el objeto nuevo.
Desarrollo. “La última vez que vine les conté una historia. Hoy quiero que ustedes me
cuenten un cuento. Me gustaría que me contaran el cuento de un sombrero mágico. Se les
da un tiempo aproximado de diez a quince minutos y los niños y las niñas deben contar la
historia y al mismo tiempo actuarla.
Ejercicio. Los niños y las niñas deben reunirse en grupos y realizar una actuación de un
cuento inventado por ellos/ellas.
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