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Palomita Blanca

Resumen por capítulos

Cap 1: Palomita Blanca, vidalita de pico rosado

María relata cómo conoció a Juan Carlos. Motivada por su amiga Telma, parten a un festival musical en
Piedra Roja, en Los Domínicos. No quieren demostrar su procedencia social baja , ellas vienen de un cité
en Recoleta, y tratan de aparentar que pertenecen al barrio alto, entre otras cosas, presentándose con
otros nombres; Telma se hace llamar María Ignacia y a la protagonista le dice que se haga llamar Ana
María pues según la primera, esos son nombres más elegantes. En el camino unos jóvenes se ofrecen a
llevarlas en auto, a María le gusta el chofer, aunque después lo pierde de vista entre tanta gente. En este
capítulo además se hace alusión a la vestimenta, hábitos y apariencia de los jóvenes de la época; de
acuerdo a la moda hippie de esos años; blue jeans, collares, barbas y melenas, consigna del amor libre y
uso habitual de “pitos” de marihuana. También se esbozan ciertas diferencias de clases en las
descripciones; hombres rubios, mujeres desinhibidas y de figuras delgadas, en el sector acomodado. El
físico de la protagonista parece calzar con el estereotipo del barrio alto, no así el de su amiga Telma que
es de busto y caderas voluminosas. Así también, María es más recatada y prudente al contrario de Telma
y las muchachas del sector alto que son más avasalladoras, desenvueltas y desenfadadas para
relacionarse con el resto. Los jóvenes, como apelativo general, tratan a todas las muchachas
“palomitas”. María no está muy convencida de estar en el festival, pero no demuestra voluntad de
oponerse a la personalidad de la amiga, dejándose arrastrar por ésta de un lado a otro.

Cap2: Antes te cantaba, vidalita como enamorada

María va haciendo un análisis de todo lo que ve; de la conducta del resto de los jóvenes y de su propia
amiga. Nunca logra sentirse cómoda. Son abordadas constantemente por diversos grupos de jóvenes y
otros no tanto. María se muestra más prudente que Telma que es mucho más inquieta y desinhibida
que su amiga; y va de un lado a otro, arrastrando con ella a María. Pasan la noche junto a un grupo que
les invita café, mantas y marihuana en torno a una fogata. Pero al parecer, ninguna de las dos muchachas
está habituada a la yerba; María sólo le da unas cuantas probadas sin aspirar el humo y trata de advertir
a su amiga sobre los efectos que podría tener en ellas sin embargo, Telma quiere encajar con el ambiente
y pasarla bien sin cuestionamientos como lo está haciendo el resto. María describe que por todas partes
hay parejas besándose o teniendo relaciones sexuales al aire libre o jóvenes manoseando a muchachas
o directamente violando a algunas. Quiere volver a su barrio pero no tiene dinero. Se envuelve en una
manta decidida a evitar cualquier acoso. A la mañana siguiente recuerda vagamente que trataron de
abusar de ella pero que se defendió, Telma duerme la noche de juerga abrazada a un par de jóvenes por
lo que decide marcharse sola. En el camino encuentra al joven que las había acercado en auto; es Juan
Carlos que está junto a otros arrodillado haciendo el “saludo al sol” Invita a María a hacer lo mismo y
ella, por darle gusto, hace y repite lo que su nuevo amigo le pide que diga. Se marchan en el automóvil
de la mamá de Juan Carlos a gran velocidad rumbo a la casa del joven ahí María describe un mundo que
ella no conocía; barrios y casas hermosas y grandes. Sólo Juan Carlos entra a la casa y regresa con algo
de comer para después simplemente enfilar rumbo al mar.

Cap3: Palomita linda, vidalita paloma triste

Juan Carlos lleva a María a la playa; ahí comienza a hablarle de sus inquietudes espirituales, de Silo; la
nueva religión y dios verdadero, de Bruno (el líder espiritual local) y la hace participar de una especie de
“bautizo” entrando desnudos al mar y “venciendo a la carne” para lograr ser puro para Silo. María se
enamora enseguida de este joven de diecisiete años que está totalmente comprometido en esta secta, y
no aunque no entiende nada de lo que éste le habla, no quiere contradecirlo y se deja conducir. Queda
en evidencia además, la distinta procedencia social de cada cual en términos del lugar donde viven y
estudian, los oficios de los padres, el lenguaje y los gustos musicales. De regreso a Santiago, Juan Carlos
lleva a María a su casa en el barrio alto, que a esa hora está sólo con la presencia de dos empleadas que
tratan a Juna Carlos de “señorito”. Todo es muy alucinante para la joven.

Cap4: Que poco te queda, vidalita de lo que antes fuiste

Juan Carlos lleva luego a María a su casa en un cité de Recoleta. A ella le da vergüenza y no quiere que el
vea la pobreza y suciedad de las calles pero él parece no reparar en ello. Pasa el tiempo y no vuelve a
saber del joven salvo un día en que le desliza un papel por la puerta donde la conmina a guardar el
secreto sobre Silo. María entretanto sólo piensa en él y comienza a irle pésimo en la escuela; quiere
dejar el colegio para ponerse a trabajar y ayudar en su casa pero su madrina se lo impide porque aspira a
que la joven termine sus estudios de humanidades. En este capítulo se da cuenta del ambiente de
pobreza y marginalidad de María y de cómo ésta fue abusada por “el tío Beno” pareja de su madre
alcohólica, cuando era una niña de siete años. Por eso está al cuidado de su madrina y no con la madre
que vive junto al tío Beno y sus hermanitos, en un campamento más pobre y miserable aún que donde
vive ella con su madrina,.

Cap5: Palomita flaca, vidalita de piquito hambriento


Es época de candidaturas presidenciales y la mamá de María –siempre en estado de ebriedad- se
aparece de vez en cuando para llevarla a las concertaciones de Allende, aunque la madrina que es
partidaria de Alesandri; se opone. La joven no sabe a quién hacerle caso pero piensa que la opción de su
madre no es malar porque su candidato –de acuerdo a su madre- promete sacarlos de su pobreza y
darles casa y ella también sueña con poder sacar a sus nueve hermanitos de la pobreza en la que viven,
especialmente al más chico al que llaman, “el Porotito” y que al que María más quiere. Después de una
larga ausencia, un día cualquiera Juan Carlos vuelve por María para llevarla a una reunión de Silo.

Cap6: Todas las plumitas, vidalita te las llevó el viento

Juan Carlos se va mostrando en mayor dimensión como un joven de humor variable; a veces cotiza a
María, a ratos la ignora o parece enojado con ella de la nada. Ella jamás recrimina nada porque
continuamente trata de agradarlo y no contradecirlo. María se prepara como quien va a una cita
romántica, para ella que lee novelas de amor, esa es la única fijación que tiene con Juan Carlos pero éste
no parece interesado en esas cosas, sólo le interesa Silo y su iglesia y ser fiel a sus preceptos de pureza.
En la reunión a la que la invita escuchan y conoce al tal Bruno. La joven ni entiende ni se motiva por lo
que ve y escucha pero no se atreve a manifestarlo a Juan Carlos quien le habla de ser aceptada en la
secta después de pasar una prueba que consiste en hacer –o hablar- frente a los demás miembros, lo
que más vergüenza le cause. María piensa en el abuso que sufrió de niña y se asusta. Afortunadamente
Bruno dice que aún no está lista para la prueba. Hasta entonces, María pensaba que Silo no era real; se
atreve a preguntarle a Juan Carlos si Silo realmente existe, pero por toda respuesta éste se ofende y la
deja de regreso en su casa sin dirigirle la palabra. Ella, que sólo desea complacerlo, queda muy triste.

Cap7: Es un viento malo vidalita, un viento frío

María sigue acompañando a su madre a las concentraciones pro Allende; describe nuevamente la
miseria en la que viven su madre y hermanitos, sobre todo su favorito, “el Porotito” que ni ropa ni
zapatos tiene. Un día se vuelve a aparecer Juan Carlos y la lleva a pasear por Providencia, ahí la joven
constata que en esos barrios mayoritariamente son Alesandristas (apoyan a Alesandri) o Tomicistas (los
que apoyan a Tomic) y no quiere reconocer que ella apoya a Allende por temor a contradecir a Juan
Carlos. Sin embargo, éste le explica que Silo llama a la abstención porque ninguno de los tres candidatos
es puro. Por primera vez le menciona su apellido y contactos familiares de alta alcurnia como si fuera lo
más natural para la joven. Aparecen muchos amigos y amigas de Juan Carlos y hasta un hermano mayor
de éste, Juan Carlos que trata a María de “esa negra”. Juan Carlos es muy voluble, de pronto se va a
conversar con su grupo de amigos y se olvida de la muchacha. María se debe devolver a pie a su casa
pues no tiene dinero siquiera para la locomoción. En vez de enojarse con Juan Carlos, lo justifica ya que
“él cómo iba a saber que ella no tenía dinero para devolverse”

Cap8: Te dejó sin plumas,vidalita y el buche vacío

Mirta, amiga y compañera de colegio de María le advierte que los jóvenes del barrio alto sólo usan a las
muchachas como ellas para divertirse. María, para defenderlo argumenta que él es “religioso” lo que da
más argumentos a su amiga para rechazar al joven hijito de papá y “momio” es decir, de derecha. Telma,
al contrario, la anima a que “lo trabaje bien” esto es; que logre que éste se case con María antes de
quedar embarazada para que no le pase lo que a ella; que debió enfrentar sola un aborto, cuando el
teniente con quien creía tenía un futuro, arrancó al saber de su estado. Juan Carlos aparece un día con
dos amigos, de Silo, drogados con marihuana. Van a Providencia donde se reúnen con más gente de Silo
y comienzan a lanzar panfletos, rayas muros y lanzarle piedras a los autos. Luego, Juan Carlos saca un
arma y lanza tres tiros hacia los vehículos. María se sorprende y asusta por esto y aunque no entiende
nada tampoco cuestiona al joven. Según Juan Carlos, el ataque era contra “católicos momios de Fiducia”,
encabezados por su hermano José Luis. María se entristece cuando Juan Carlos le comenta que ojalá
hubiese matado a su hermano. Entre tanto, el hermano menor de María “el Porotito” se enferma por
comer tallarines crudos, pero la mamá de María, ebria como siempre, insiste que está “ojeado” por los
Alesandristas. María trata de llevar a su hermanito a la Asistencia Pública pero la madre no la deja y
hasta la golpea. Finalmente Porotito muere sin haber recibido asistencia médica.

Cap9: Palomita sonsa, vidalita de piquito bobo

Es el día de las elecciones, hay un ambiente convulsionado y altamente polarizado. La madrina de María
se niega a ir a votar para quedarse a acompañar a María que está muy deprimida por la muerte del
Porotito y también preocupada por Juan Carlos, imaginando que podría meterse en un lío ahora que
sabe que anda armado y lo sabe arrebatado. En la tarde ya se sabe que ha ganado Allende y, aunque
está pendiente la ratificación por parte del Congreso, hay ambiente de fiesta en el cité donde ellas viven
y en los campamentos.

Cap10: Cuida de tu nido, vidalita que anda suelto el lobo

Nuevamente aparece Juan Carlos, está muy alterado; relata a María cómo su familia, y las familias
cercanas, está asustadas con el triunfo de Allende, que algunos están vendiendo sus autos de lujo y casas
para mudarse de país, que amenazan caos e intervención militar para impedir que el Congreso lo
ratifique. Juan Carlos no comparte esos miedos, porque para él nadie, ni su familia, ni los políticos, ni los
curas son relevantes; para él sólo existe Silo y éste es quien cambiará el país. El hermano de Juan Carlos
trata despectivamente a María y Juan Carlos la defiende peleándose con él. Le habla entonces del doble
estándar de su familia; la madre católica devota que engaña al padre con un socio d ela empresa a
sabiendas de todo el mundo, el padre haciendo como que no sabe, preocupado sólo por los negocios y
hermanos con los cuales tampoco se entiende, salvo con una hermana que es del MIR. Para él sólo Silo y
sus exigencias de pureza son reales y es lo único que tiene. Juan Carlos está muy alterado y por primera
vez le hace un gesto a María que ella interpreta como algo romántico cuando el joven le hace ver que
además de Silo, ella podría ser alguien más en quien creer.

Cap11: Pobre palomita, vidalita de vuelo perdido

Juan Carlos comienza a buscar de manera habitual a María, llevándola siempre a pasear por el barrio
alto, sobre todo Providencia. María se consigue ropa con su amiga Telma, aunque nunca se siente
cómoda en ese ambiente ni aceptada por las amistades del joven, a veces se burlan de ella, la tratan de
“Cuma”. Se describe un ambiente de superficialidad y desinhibición en el grupo de jóvenes acomodados.
María siempre sueña con situaciones rampanticas leídas en las novelas de Corin Tellado y otras, pero
nunca Juan Carlos se comporta como ella espera; a veces la ignora a veces la busca y ella se deja llevar
sumisamente ante todo lo que él diga o haga. Las reuniones de estos grupos terminan siempre con todos
drogados. Al final de este capítulo, María debe llevarse a rastras al auto a un Juan Carlos totalmente
drogado para evitar que los lleven detenidos.

Cap12: Si no le haces frente, vidalita te deshace el nido

Juan Carlos se ausenta y aparece siempre sin aviso previo; María siempre espera poder verlo. La rutina
siempre es pasear por el barrio alto. En uno de estos nuevos encuentros le relata los rumores de
complot militar que circulan en su familia para que no logre asumir Allende, de la partida del amante de
su madre, el temor de la gente de su clase a que les expropien sus fundos… María sólo lo escucha y en
silencio; todo su interés es romántico pero el joven nunca muestra interés real a ese respecto, sólo le
interesa fumar marihuana con su grupo de amigos o hablar de Silo. A este respecto le cuenta a María
que pronto se reunirá con Silo en la montaña, que sólo Silo es la esperanza para el país. Ella, por
supuesto no puede ir porque aún no está “madura” para pertenecer a la iglesia de Silo.

Cap13: Palomita linda, vidalita palomita fea


Cuando vuelve a ver a Juan Crlos, después del encuentro en la montaña, éste está sucio, desarreglado y
más irritable que lo acostumbrado. Como siempre, María nunca lo confronta le deja hacer por temor a
enojarlo más. De pronto Juan Carlos rompe en llanto: se ha dado cuenta que Silo y Bruno eran una farsa
y se derrumba emocionalmente, para él ahora sólo le queda María.

Cap14: Apronta el piquito, vidalita para la pelea

Juan Carlos, decepcionado con Silo, se muestra más errático y alterado. Entre medio, le relata a María
que toda su familia, a excepción de su hermana del MIR, está participando en una confabulación contra
Allende, que su hermana del MIR alguna vez lo invitó a esa colectividad pero él había preferido a Silo y
ahora que se dio cuenta que eso era una mentira más, pretende seguir con su búsqueda espiritual por
un camino personal.

Cap15: Palomita enferma, vidalita de alita quebrada

Las alteraciones emocionales y el ambiente convulsionado del país parecen detenidos a ratos entre la
banalidad de los jóvenes del sector alto. Hasta Juan Carlos cae a intervalos en ese aspecto, alternado sus
ratos de inestabilidad y ostracismo con las habituales reuniones con sus amistades a fumar marihuana y
beber y visitar todos los sitios de moda del sector alto. Invita a María a bailar a una disco. María siempre
hace lo imposible por conseguirse ropa y prendas para no desentonar en esos lugares y entre esa gente,
nada le importa, ni siquiera que le ha empezado a ir mal en la escuela. Para su alegría, por fin Juan Carlos
la besa mientras bailan.

Cap16:Si no sacas fuerza, vidalita te quedas sin nada

María pasa los días preparándose para las ocasiones en que Juan Carlos la pase a buscar, entre medio
aparece la madre nuevamente; siempre le reclama que su lugar está en la población, le habla de
revolución y justicia pero a María eso no le hace sentido cuando recuerda lo injusta que ha sido su
madre con ella, lo mala madre que ha sido con todos sus hijos; la muerte de su hermanito, el
alcoholismo de la madre que provocó que estuviera tan dormida por lo ebria que no estuvo en
condiciones de defenderla de su pareja cuando éste la abusó teniendo ella siete años; al revés, luego la
culpó y defendió al padrastro. María trata de querer a su madre pero no puede. Más tarde, Juan Carlos
lleva a María para presentarle a su madre pero no contaba con que también estaría el padre. A María no
le agrada cómo éste se la queda mirando. La madre al menos la saluda de manera amable. Juan Carlos le
dice que no quería que conociera al padre y se retiran abruptamente de su casa. Se encuentran
nuevamente con el grupo de amigos de Juan Carlos; hay una conversación que se mueve entre lo banal y
superficial hasta los comentarios de la contingencia política desde el punto de vista de estos jóvenes de
clase alta que acusan a la hermana de Juan Carlos de soplona por ser del MIR. Juan Carlos invita a María
a una fiesta en casa de una ex polola, “la Pilola”

Cap16: Palomita negra, vidalita de piquito rojo

La fiesta en casa de “La Pilola” termina abruptamente cuando llega el padre de ésta; hasta ese momento
se llevaba a cabo siempre con mucha marihuana, y desenfreno. Los amigos comienzan a molestar a
Juan Carlos aludiendo a su virginidad por causa de Silo pero también molestan a María a quien tratan de
manera despectiva como “la negra” o “la Cuma” por las razones contrarias; es decir, que es una
cualquiera, lo que ellos asumen sólo por su condición social. Juan Carlos se muestra ausente. Cuando
abandonan esa fiesta terminan en otra disco pero se apartan del grupo. En el auto, Juan Carlos escribe
en el vidrio “María te amo” y con eso parece que todos los sueños de la joven se cumplieran. Juan Carlos
comienza a divagar nuevamente con su búsqueda espiritual mientras María sólo quiere declararle su
amor, cada quien habla lo suyo hasta que de pronto Juan Carlos, deja de divagar y repara en lo que
María le dice y la lleva a la pieza de un motel para estar por primera vez con una mujer a quien él
considera “digna y pura”, como él.

Cap17: Crece palomita, vidalita sácale los ojos

Pasan los días y María no tiene noticias de Juan Carlos. Va a Providencia y las muchachas le dicen que
lleva días raro, que las ha insultado tratándolas a todas de “putas” y que se ha peleado con todo el
mundo. Nadie quiere saber de él. Lo consideran loco. María recuerda y analiza la noche de la fiesta; que
olvidó todos los consejos de su amiga Telma para simular que perdía su virginidad con él, y que después
de estar juntos, Juan Carlos la dejó sola y ella tuvo que regresar como pudo a su casa. Cuando el joven
finalmente aparece, es precisamente para recriminarle haberle mentido por no ser virgen como él; se
siente traicionado y nuevamente se derrumba emocionalmente, cree que ya nada hay que valga la pena,
que María ha estado con uno o todos los hombres del grupo que frecuentaban. La maltrata
emocionalmente, la amenaza con un arma pidiéndole el o los nombres de quienes estuvieron con ella
pero María no le cuenta su verdad.
Cap18: Crece tus alitas, vidalita crece el corazón

Entre reproches y reproches, Juan Carlos le cuenta a María que se enfrentó a su padre por ella; porque
éste insinuó que María era como las prostitutas que él frecuentaba. Juan Carlos insultó al padre, quien lo
golpeó tanto que su madre y hasta su hermano con quien no se avenía, tuvieron que intervenir para
quitárselo. El padre finalmente echa al hijo de la casa y la madre lo lleva a vivir donde una tía. Juan
Carlos amenaza a su padre diciéndole que en venganza, “va a hacer algo muy grande”. María sabe que
Juan Carlos anda siempre armado y se entera que cada vez está más alterado y extraño y que lo han
visto juntándose con un grupo de “viejos momios”. Cada vez lo ve más delirante, muy lejano al joven
que conoció en el festival de música. Juan Carlos le cuenta que se está reuniendo con otra gente, con la
cual se encargarán de un “pájaro grande”. La lleva a la casa del padre “La Pilola” que está vacía porque el
dueño “arrancó”. Juan Carlos actúa violentamente, fuerza la situación de estar de nuevo con ella casi
como una venganza y luego la golpea y amenaza con el arma. María no se defiende, le suplica que la
mate porque no está dispuesta a contarle lo que le pasó en la infancia, temerosa de que él no la
comprenda o no le crea. A medio andar, Juan Carlos se arrepiente y pide el perdón de María. Las cosas
entre ellos parecen arreglarse; María siente que de nuevo es el joven que se metió con ella al mar. Juan
Carlos la va a dejar a su casa, le regala un crucifijo de plata heredado de su abuela y, con promesas de
amor de ambas partes, se despiden.

Cap 19: Crece palomita, vidalita y volvete halcón

Juan Carlos deja de ir a ver a María. Durante ese tiempo, llega la noticia del atentado al general en jefe
del ejército por parte de un grupo de derecha compuesto por hijos de ricos según los diarios afines al
gobierno electo. María tiene un mal pálpito, hasta se arriesga a ir a la casa de los padres de Juan Carlos
a preguntar por él, la madre la recibe cariñosa pero el padre la culpa, la zamarrea, amenaza y finalmente
la expulsa de la casa. María cae enferma. Cuando se recupera ya Allende ha asumido como presidente y
la joven se entera por los diarios que su amiga Telma le ha guardado, que Juan Carlos junto con otras
personas asesinaron al general Schneider y que por eso está prófugo y escondido en algún lugar dentro
o fuera de Chile.

María cumple 17 años, deja el colegio y se pone a trabajar de vendedora en una paquetería junto a
Telma. Cada día se pasa a la iglesia a rogar por el bienestar de Juan Carlos.

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