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BOLÍVAR EN BOLIVIA……………………………………………………………
ATENTADO A SUCRE…………………………………………………………
PRINCIPALES CONCLUSIONES……………………………………………….
ANARQUÍA EN COLOMBIA.....................................................................
LA COSIATA……………………………………………………………………….
LA CONVENCIÓN DE OCAÑA……………………………………………….
LA DICTADURA DE BOLIVAR.............................................................
CONGRESO ADMIRABLE………………………………………………………
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BOLÍVAR RENUNCIA A LA PRESIDENCIA…………………………………..
VIAJE A CARTAGENA……………………………………………………..
ASESINATO DE SUCRE………………………………………………..
LA ÚLTIMA PROCLAMA……………………………………………………….
TESTAMENTO DE BOLÍVAR………………………………
MUERTE DE BOLÍVAR…………………………………………….
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BOLÍVAR EN BOLIVIA
Después de Ayacucho, Sucre siguió hacia el sur; cruzó con sus tropas el río
Desaguadero y ocupó el territorio del Alto Perú cuyas provincias habían
dependido del Virreinato de Río de la Plata. Según el uti possidetis, las
provincias del Alto Perú debían formar parte del gobierno de Buenos Aires. Sin
embargo, este punto de vista no era compartido por todos los sectores políticos
del Alto Perú, entre los cuales había partidarios también de formar con sus
provincias una nueva república. La aspiración de constituirse en república
independiente tomó impulso a raíz de la victoria de Ayacucho; y fue estimulada
además, por la distancia y debilidad de los vínculos de estas provincias con el
gobierno de Buenos Aires.
Ante esta situación política, Sucre convocó por decreto del 9 de febrero de
1825, a las provincias del Alto Perú para que enviaran sus diputados a una
asamblea nacional que decidiera la suerte del país. Por su parte, el gobierno de
Buenos Aires, resolvió dejar en libertad a las provincias para que adoptaran el
régimen político que fuera de la voluntad popular. El Congreso del Alto Perú se
instaló en Chuquisaca, el 10 de julio de 1825, con diputados de las provincias de
La Paz, Chuquisaca, Cochabamha, Oruro y Santa Cruz, declaró la independencia
de las provincias, y formó con ellas una nueva nación que recibió el nombre de
"República de Bolívar". Por último, el Congreso pidió a El Libertador redactara el
proyecto de constitución para el nuevo Estado.
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LA CREACIÓN DE BOLIVIA.
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Aquí le ofrecieron una corona de oro, diamantes y perlas, la cual obsequió a
sucre; y las joyas que había recibido las regaló a sus edecanes.
Lo que más le emocionó a Bolívar fue lo más sencillo. Nunca había oído
Palabras tan bellas y espontáneas como las que dijera en el pequeño pueblo
indígena de Pucará uno de sus moradores, José Domingo Choquehuanca. Cuando
entró a este pueblito, el 2 de agosto de 1825, el orador le recibió así: "Quiso Dios
de salvajes hacer un Imperio, y creó a Manco Capac; pecó su raza y mandó a
Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la América, y os
ha enviado a vos. Sois, pues, hombre de un designio Providencial. Nada de lo
hecho antes que vos se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda
imitaros, será preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado varias
Repúblicas que, en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra
grandeza a donde ninguno ha llegado. Vuestra fama crecerá, así como aumenta
el tiempo con el transcurso de los siglos, y así como crece la sombra cuando el
sol declina". Palabras tan hermosas no podían brotar sino del corazón de un
hombre noble, sencillo. Dijo el Libertador Simón Bolívar.
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ATENTADO A SUCRE.
Países asistentes
Chile
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Argentina
Las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron también invitadas pero
prefirieron no enviar una delegación, aunque el gobierno rioplatense de
Bernardino Rivadavia mostraba cierto interés en alianzas regionales debido a la
Guerra del Brasil por la ocupación de la Provincia Cisplatina.
Pese a dicho interés, la mayor parte de los líderes argentinos desconfiaban de
una desmesurada influencia de la Gran Colombia en el Congreso debido al
poderío bélico y político del que disponía Bolívar de forma directa o indirecta,
prefiriendo también aumentar los lazos comerciales con EE. UU. O potencias
europeas, que eran el principal mercado de las exportaciones rioplatenses.
Paraguay
Brasil
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Sudamérica. En el caso brasileño Bolívar prefirió remitir la invitación a la corte
imperial de Río de Janeiro sólo para halagar a Gran Bretaña (principal aliada de
Brasil y preocupada por el aislamiento de éste), pero resultaba evidente que la
desconfianza de las repúblicas hispanoamericanas (y del propio Bolívar) hacia
Brasil influiría en las decisiones del Congreso.
Países europeos
Bolívar acordó también invitar a dos países europeos como observadores, por
causa de sus intereses comerciales en Hispanoamérica: Gran Bretaña y los Países
Bajos; la invitación al gobierno de Londres buscaba estimular la asistencia de los
gobiernos chileno y rioplatense, que tenían en los británicos a su principal socio
comercial. Gran Bretaña aceptó la invitación y envió un observador, Edward
James Dawkins, pero este ya tenía órdenes precisas del ministro George
Canning: limitarse a buscar acuerdos comerciales, y disuadir a la Gran Colombia
y México de apoyar expediciones a Cuba o Puerto Rico para independizarlas de
España.
El delegado de los Países Bajos, Jan Van Veer, fue enviado para proponer la
mediación neerlandesa entre las repúblicas hispanoamericanas y España, pero
no tuvo la acreditación necesaria; a esto se unió que la corona no había
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reconocido la independencia de ninguna república hispanoamericana, por lo
cual el delegado neerlandés fue recibido sólo a título individual.
PRINCIPALES CONCLUSIONES.
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Los resultados prácticos del Congreso de Panamá fueron casi nulos, pues la
mayoría de los Estados presentes no se encontraban en condiciones políticas ni
económicas de cumplir con sus acuerdos. Por otra parte, las divisiones y
rivalidades entre las naciones americanas generaron numerosos conflictos
fronterizos que terminaron en guerra.
OPINIÓN DE BOLÍVAR.
ANARQUÍA EN COLOMBIA.
Conspiración de Páez y Santander.
El general Páez, jefe superior de Venezuela, fue acusado ante el congreso por la
municipalidad de caracas, debe haber cometido actos arbitrarios contra la
población al ordenar a la tropa allanar los hogares y reclutar por la fuerza a los
ciudadanos.
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ULTIMO VIAJE DE BOLÍVAR A VENEZUELA.
LA COSIATA.
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cargos en su contra. Páez entregó el cargo; se negó a comparecer ante el Senado
y tomó una actitud de abierto desacato a la autoridad nacional.
En 1827 Bolívar regresó a Bogotá. La guerra civil se había evitado pero la idea de
separación quedaba latente. Páez quedaba al mando del departamento de
Venezuela.
LA CONVENCIÓN DE OCAÑA.
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LA DICTADURA DE BOLIVAR.
El 1 de setiembre de 1823 desembarca Simón Bolívar en el puerto del
Callao. La gente lo recibe apasionadamente. A los diez días, el Congreso le otorga
los máximos poderes tanto en el campo militar como en el político. La dictadura
es respaldada por todos ante la crisis y el caos por la lucha contra los españoles.
El Congreso decide conservar como presidente a Torre Tagle.
El Libertador envía una carta a Riva Agüero donde le exige que renuncie a
todos sus poderes. Riva Agüero es apresado en Trujillo por el coronel Gutiérrez
de la Fuente y se le acusa de traición. Más tarde, Bolívar haría lo mismo con el
otro presidente Torre Tagle. Ante tanto descontrol, los realistas vuelven a
ocupar la capital.
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El Libertador firma un decreto convocando a elecciones para un nuevo
Congreso que deberá reunirse el 10 de febrero de 1826. El número de los
diputados titulares es de 96; el de los suplentes, de 56. Ayacucho cuenta con la
mayor cantidad de representantes: 12 escaños, seguido por Arequipa 12, Cusco
19, Huánuco 15, Lima 12, La Libertad 12 y Puno 12. Contra el deseo de Bolívar
salen elegido varios liberales: Javier de Luna Pizarro, Francisco de Paula
González Vigil, entre otros, que exigen que las sesiones del Congreso sean
públicas, que dos comisiones revisen las actas de los Colegios Electorales y que
el Parlamento sea constituyente y no constitucional.
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CONGRESO ADMIRABLE.
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BOLÍVAR RENUNCIA A LA PRESIDENCIA.
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Ante esta decisión de el Libertador se eligieron el 4 de mayo de 1830 el nuevo
Presidente de la República y Vicepresidente, correspondiendo a Juaquín
Mosquera y Domingo Salcedo, respectivamente, asumir la responsabilidad de
continuar dirigiendo la patria bolivariana.
Estas serían parte de las últimas acciones ejecutadas por Simón Bolívar el
mismo año de su muerte, ocurrida el 17 de diciembre de 1830.
VIAJE A CARTAGENA.
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en San Pedro Alejandrino, una hacienda situada en las cercanías de Santa
Marta, el 17 de diciembre de 1830. Días antes, el 10, había dirigido a sus
compatriotas su última proclama, que es su testamento político.
ASESINATO DE SUCRE.
CAMINO A LA INMORTALIDAD.
La enfermedad que tuvo el Libertador a lo largo de su vida y las muchas crisis
que presentó en los últimos años de ella sin duda tuvieron que influir en alguna
forma en el desarrollo de las guerras de la independencia, el nacimiento de la
república y tal vez mucho más, en la evolución de los hechos que llevaron a la
desintegración de su obra política. Para conocer la secuencia y evolución clínica
de su enfermedad se ha tomado fielmente la mayor información posible de los
diversos autores citados, representativos de la inmensa bibliografía que hay
sobre el Libertador, transcribiendo casi textualmente muchos de sus textos. En
forma somera hemos tenido el cuidado de relacionar los períodos de su
enfermedad con el contexto histórico que se vivía en ese momento, sin embargo
no pretendemos realizar una investigación histórica exhaustiva. Intentamos
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construir y estructurar el conocimiento de la historia clínica y relacionarlo con la
información que conocemos de sus últimos momentos y de la autopsia del
hombre más grande íntimamente ligado a la historia de nuestra América.
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el honró. Le duele la falta de piedad y cariño de quienes creyó podrían ahora
amarle o al menos respetarle. Le duele morir huérfano de amor después de
haber dado integra su vida por la igualdad, la libertad y la justicia en América. La
enfermedad está bastante avanzada, los medios le envían a Santa Marta y llega a
la Hacienda San Pedro Alejandrino y su dueño le ofrece la casa."Reciba usted por
esta generosidad, las gracias más expresivas de mi parte. ... yo pienso seguir por
allá y desde luego hoy acepto seguir por allá y desde luego hoy acepto la oferta
de usted, aunque sea por unos pocos días" .El médico que asiste a Bolívar el Dr.
Reverend, escribe a principios de Diciembre. "El enfermo disimula los
padecimientos, pues sólo ha algunos quejidos. Se le nota un sensible
entorpecimiento de sus facultades mentales".
LA ÚLTIMA PROCLAMA.
Luego, rodeado de sus más íntimos amigos, como José Laurencio Silva, Mariano
Montilla, Joaquín de Mier, Ujueta, Fernando Bolívar, etc., el notario Catalino
Noguera empezó a leer el histórico documento, pero apenas llegó a la mitad,
porque la emoción y el dolor le ahogaron la voz. Continuó la lectura Manuel
Recuero. La última Proclama dice así:
A los pueblos de Colombia:
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tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiábais de mi
desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo
que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de
mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los
perdono.
TESTAMENTO DE BOLÍVAR.
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Marcos Pérez Jiménez lo restituyó a Colombia donde fue depositado en un banco
por la Sociedad Bolivariana hasta que dicha institución lo donó al Museo
Nacional de Colombia el 24 de junio de 1960.3
El documento está constituido por catorce cláusulas en las que Bolívar declara
u ordena elementos de diversa índole, incluyendo su creencia en Dios y la Iglesia
Católica, sus bienes y su destino (las tierras y Minas de Aroa...y unas alhajas), que
se paguen sus deudas y la donación de dos libros que fueron propiedad de
Napoleón a la Universidad de Caracas. También ordena una remuneración para
su mayordomo José Palacios, que se quemen algunos documentos, nombra sus
albaceas, y divide lo que queda de sus bienes en tres partes: una para cada
hermana María Antonia y Juana. La tercera para sus sobrinos: Juan, Felicia y
Fernando Bolívar, para que lo "disfruten con la bendición de Dios.
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1. Primeramente encomiendo mi Alma a Dios nuestro Señor que de la nada
la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, dejando a disposición
de mis Albaceas el funeral y entierro, y el pago de las mandas que sean
necesarias para obras pías, y estén prevenidas por el gobierno
2. Declaro: fui casado legalmente con la Sra. Teresa Toro, difunta, en cuyo
matrimonio no tuvimos hijo alguno.
3. Declaro: que cuando contrajimos matrimonio, mi referida esposa, no
introdujo a el ninguna dote, ni otros bienes, y yo introduje todo cuanto
heredé de mis padres.
4. Declaro: que no poseo otros bienes más que las tierras y minas de Aroa,
situadas en la Provincia de Carabobo, y unas alhajas que constan en el
inventario que debe hallarse entre mis papeles, las cuales existen en
poder del Sr. Juan de Francisco Martín vecino de Cartagena.
5. Declaro: que solamente soy deudor de cantidad de pesos a los señores
Juan de Francisco Martín y Poules y Compañía, y prevengo a mis Albaceas
que estén y pasen por las cuentas que dichos Señores presenten y las
satisfagan de mis bienes.
6. Es mi voluntad: que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a
nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del
verdadero afecto, que aún en mis últimos momentos conservo a aquella
República.
7. Es mi voluntad: que las dos obras que me regalo mi amigo el Sr. Gral.
Wilson, y que pertenecieron antes a la biblioteca de Napoleón tituladas
"El Contrato Social" de Rousseau y "El Arte Militar" de Montecuculi, se
entreguen a la Universidad de Caracas.
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8. Es mi voluntad: que de mis bienes se le den a mi fiel mayordomo José
Palacios la cantidad de ocho mil pesos, en remuneración a sus constantes
servicios.
9. Ordeno: que los papeles que se hallan en poder del Sr. Pavageau, se
quemen.
10. Es mi voluntad: que después de mi fallecimiento, mis restos sean
depositados en la ciudad de Caracas, mi país natal.
11. Mando a mis Albaceas que la espada que me regaló el Gran Mariscal de
Ayacucho, se devuelva a su viuda para que la conserve, como una prueba
del amor que siempre he profesado al expresado Gran Mariscal.
12. Mando a mis Albaceas se den las gracias al Sr. Gral. Roberto Wilson por el
buen comportamiento de su hijo el Coronel Belford Wilson, que tan
fielmente me ha acompañado hasta los últimos momentos de mi vida.
13. Para cumplir y pagar este mi testamento y lo en el contenido, nombro por
mis Albaceas testamentarios, fideicomisarios, tenedores de bienes a los
Sres. Gral. Pedro Briceño Méndes, Juan de Francisco Martín, Dr. José
Vargas, y el Gral. Laurencio Silva, para que de mancomún et insolidum
entre en ellos, los beneficien y vendan en almoneda o fuera de ella,
aunque sea pasado el año fatal de Albaceazgo pues yo les prorrogo el
demás tiempo que necesiten, con libre franca, y general administración.
14. Y cumplido y pagado este mi testamento y lo en el contenido instituyo y
nombro por mis únicos y universales herederos en el remanente de todos
mis bienes, deudas, derechos y acciones, futuras sucesiones en el que
haya sucedido y suceder pudiere, a mis hermanas María Antonia y Juana
Bolívar y a los hijos de mi finado hermano Juan Vicente Bolívar, a saber,
Juan, Felicia y Fernando Bolívar, con prevención de que mis bienes
deberán dividirse en tres partes, las dos para mis dichas hermanas, y la
otra parte para los referidos hijos de mi indicado hermano Juan Vicente,
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para que lo hayan, y disfruten con la bendición de Dios. Y revoco, anulo, y
doy por de ningún valor ni efecto otros testamentos, codicilos, poderes y
memorias que antes de este haya otorgado por escrito, de palabra o en
otra forma para que no prueben ni hagan fe en juicio, ni fuera del, salvo el
que presente que ahora otorgo como mi última y deliberada voluntad, o
en aquella vía y forma que mas allá lugar en derecho. En cuyo testimonio
así lo otorgo en esta hacienda San Pedro Alejandrino de la comprensión
de la ciudad de Santa Marta a diez de diciembre de 1830.
MUERTE DE BOLÍVAR.
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Mariano Montilla, Fernando Bolívar, José Laurencio Silva, Portocarrero, el
edecán Wilson, Ibarra, Cruz Paredes, José María Carreño...
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