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CAPITULO 9: LA REUNIÓN.

Cuando Lena se adentró bajó la enorme cúpula de Bradley, necesitó aguantar la respiración. El
techo simulaba la mismísima galaxia. Con sus constelaciones, sus planetas y sus satélites. No
pudo más que imaginar que si no aguantaba la respiración se quedaría sin oxígeno suficiente
para soportar aquella maravilla.
No había una sola alma en toda la habitación y la muchacha no sabía muy bien qué debía hacer
o donde dirigirse. Su naturaleza curiosa la hizo asomarse a alguna que otra habitación, con el
recelo de que alguien pudiera haberla sorprendido husmeando donde no debía. Para disgusto
de Lena, todas las puertas se encontraban sorprendentemente cerradas bajo llave, excepto
una. Cuando se disponía a abrirla con mucha cautela, no fuera a haber alguien en su interior,
unos pasos la sobresaltaron alejándose de la puerta por instinto.
- ¿Señorita Cooper?- Un hombre de estatura media, ataviado con un mono de trabajo se
encontraba frente a Lena esperando una respuesta. La chica asintió- Acompáñeme por
favor.
La condujo hacía le fondo de la estancia, cruzando un amplio pasillo bordeado por puertas
idénticas a las que la chica había intentado abrir. Siguieron caminando durante largo rato y
Lena comenzó a perder la cuenta de cuantas habitaciones habían pasado ya. Lo más curioso de
todo era que no se habían cruzado con nadie en ningún momento. Un edificio tan grande, a
ojos de la chica, debería haber estado abarrotado de personas concentradas en sus tareas o de
estudiantes deambulando entre clase y clase. El hombre del mono de trabajo se detuvo de
repente ante una puerta de doble hoja mas grande que las anteriores. En su lateral, un letrero
dorado en el que se podía leer “Sala de Mandos”. Aquel distintivo encendió la curiosidad de
Lena. ¿Qué sería lo que se manejaba exactamente desde aquella habitación? Quizás era una
forma curiosa de denominar al despacho del director. Al fin y al cabo era él quien debía de
recibir a Lena como nueva estudiante del instituto Bradley. Sin lugar a dudas, aquel
recibimiento estaba siendo tan misterioso como su selección. Aún podía sentir en el bolsillo de
su chaqueta el basto sobre en el que le había llegado, como por arte de magia, el anuncio de
su convocatoria a Bradley. El chico del mono de trabajo llamó a la puerta y, tras esperar un par
de segundos de rigor, abrió y dejó al descubierto una estancia que desentonaba en todo los
sentidos con el resto del edificio que la chica había podido conocer. Era una sala enorme,
repleta de pantallas y maquinas de ultimísima generación. Al contrario que el resto, estaba
estaba repleta de gente inmersa en su trabajo que no reparó en la llegada de Lena. El chico
que la dirigía, le hizo un gesto para que le siguiera al interior y la condujo hasta un hombre que
se encontraba de espaldas a los recién llegados. Lena no hubiera podido adivinar si se trataba
de un chico joven o mas adentrado en años. De espaldas, se podría apreciar su altura y
corpulencia y una abundante cabellera castaña clara.
- Señor traigo a la chica nueva.- Dijo el chico del mono de trabajo.
- Gracias Argus.
El hombre siguió de espaldas a la chica varios minutos más y esta aprovechó para ojear mas a
fondo lo que tenia a su alrededor. Lena era adicta a las nuevas tecnologías y sus conocimientos
de informática albergaban niveles que rozaban lo profesional, por lo que la chica se sentía
maravillada ante lo que veían sus ojos. Dejó escapar una pequeña sonrisa. Si su programa de
estudios, del que nadie le había hablado aun, tenía algo que ver con todo aquello no iba a
estar tan a disgusto después de todo.
- Bienvenida Lena, espero que hayas tenido un agradable viaje.
El desconocido continuaba sin darse la vuelta.
- Si… gracias.- Contestó la chica con timidez.
- Supongo que estarás muy intrigada con todo esto. Pero se os explicará todo cuando
lleguen los demás.
La chica se sobresaltó ante el comentario. No sabía que serían más los que estuvieran en su
misma situación aunque después de todo era lo más lógico. No contestó.
- Argus te llevará a tu habitación , alguien te avisará cuando sea el momento.
El chico del mono de trabajo volvió a hacer acto de presencia sin que Lena hubiera visto de
donde había salido. Le indicó con un gesto que le acompañara y la muchacha accedió en
completo silencio. Cuando se hubieron alejado varios pasos, Hector Cooper se dio la vuelta
para echar un curioso vistazo a aquella chica que le interesaba mas que ningún otro de los
elegidos. No había tenido el valor suficiente para dejarse ver pero aquel momento no podría
retrasarse infinitamente.
Las habitaciones se encontraban en el piso superior, pero no utilizaron las escaleras que Lena
había visto con anterioridad sino que en su lugar utilizaron un ascensor de cristales desde el
que se podía ver el jardín del instituto. La chica contempló maravillada la indiscutible belleza
de aquel lugar repleto de verde y con una enorme fuente en su centro. Pudo ver un amplio
invernadero y un campo de tiro con arco. Le pareció diferenciar a una chica entre los arboles
apuntando con un arco. Desde allí no se podía apreciar bien pero hubiera jurado que llevaba
el pelo largo recogido en una coleta. Ver por fin a alguien de su edad por las instalaciones la
tranquilizó. El pasillo ante el que se abrieron las puertas del ascensor era exactamente idéntico
al de la planta baja. El chico del mono de trabajo la condujo hasta una de las puertas laterales y
la abrió para mostrarle su habitación.
- Es aquí- Dijo entrando y descorriendo las cortinas.- Tienes un interfono desde el que
puedes comunicarte con nuestras doncellas. Ellas pueden proporcionarte cualquier
cosa que necesites, toallas, sabanas… Aunque estoy seguro de que te habrán provisto
bien la habitación.-Añadió el chico sonriendo por primera vez.
- Gracias.
El chico abandonó la habitación tras un gesto amistoso y cerró las puertas tras de sí dejando a
Lena sola en lo que sería su hogar en los próximos meses.
La habitación era bastante más grande que una normal y estaba dividida en dos estancias
idénticas. Tenía dos camas, una en cada pared. Cuando la chica se fijó con más atención se dio
cuenta de que también tenia dos escritorios, dos armarios, dos tocadores y una puerta tras la
que encontró un baño. En el baño habían dos duchas, dos lavabos, un inodoro y todos los
útiles que se pudieran necesitar, todo de dos en dos. No era muy complicado imaginar que no
estaría sola por mucho tiempo y no acaba de encajar si aquello sería bueno o malo. Todo
dependería de la persona que le pusieran como compañera. Lena había crecido como hija
única, a pesar de tener un hermano, y no llevaba muy bien lo de compartir pero…. Podría
soportarlo. Decidió echar un vistazo a lo que tenía en la habitación y abrió una cajonera que
había junto a la cama. Se sorprendió al ver que estaba llena de ropa pero se sorprendió aun
mas al ver que algunas prendas llevaban su nombre grabado. Abrió el armario, también estaba
abastecido de ropa, zapatos, una mochila, alguna gorra… Aquello era increíble y lo mejor
estaba sin duda por llegar. Cuando no tenía mas cajones que abrir decidió echar un vistazo al
pasillo. Justo enfrente de su habitación había una con las puertas abiertas de par en par. Era
casi idéntica a la suya pero más masculina. Quiso echar un vistazo más a fondo pero un par de
doncellas asomaron de la habitación y Lena cerró la suya de un portazo.
Habían pasado casi dos horas cuando se oyeron unas voces que provenían del otro lado d la
habitación. Lena aguzó el oido y pudo percibir la voz de Argus, parecía repetir el mismo
discurso de bienvenida a alguien. Las toallas, las sabanas, el interfono… incluso el mismo
monetario sobre que la habitación estaría bien provista. Que original. Cuando el pomo
comenzó a girar la chica retrocedió varios pasos hacía atrás ansiosa por ver quien aparecía tras
la puerta.
A Lena le pareció que la chica que acaba de entrar en la habitación era de lo más normal. Eso la ayudó a
expulsar el aire que había estado almacenando en sus pulmones. Parecía un poco nerviosa, eso sí, s rostro
desencajado mostraba que lo estaba pasando quizás peor que ella. Imaginaba que le habrían dado su
mismo recibimiento. Tan misterioso y desconcertante. Decidió asumir su papel de anfitriona, para algo se
había instalado la primera, y ser cortés con aquella chica.
- Hola.- dijo extendiendo una mano a modo de saludo.- Soy Lena.
La chica le devolvió tímidamente el saludo.
- Mia...Mia Jonhson.
- Bienvenida Mia Johnson. Está es nuestra habitación.- Añadió extendiendo los brazos con un gesto
ceremonial.
Mia soltó su maleta junto a la cama que quedaba vacía y echó una ojeada al resto de la habitación.
Comparada con la de su casa, aquella era un palacio.
- ¿Recuerdas aquello de que no era necesario traer excesivas cosas? No era broma... nos han llenado el
armario de ropa.- Dijo Lena mientras abría las puertas para mostrárselo.
Mia se maravillo con la cantidad de cosas que les habían dejado. Sudaderas, camisetas, pantalones... y
pijamas. Ella adoraba los pijamas y allí habían, por lo menos, una docena.
- Que curioso...- Dijo Mia- Mi ropa es exactamente ... como mi ropa.
- ¿Perdona?- preguntó Lena sin entender.
- La ropa, es del color que me gusta, los pijamas son de unicornios, adoro los unicornios. Mis zapatillas.-
añadió cogiendo unas zapatillas del armario- Son de borreguito.Justo las que yo hubiera elegido.
Lena se dirigió hacia su armario intrigada. Quería comprobar si aquello era solo una coincidencia y sobre
todo rezó para no tener pijamas de unicornios en su armario. Su ropa, al contrario que la de Mia, era
mucho más oscura. Sus pijamas, por suerte, no eran de unicornios si no de cuadros de franela y sus
zapatillas eran de botín. Debía admitir que su ropa estaba bastante personalizada. Y si se fijaba con
atención también las colchas, los cojines, incluso los escritorios eran diferentes para cada chica.
- ¿Nos han investigado?- Preguntó Lena.
- A eso se dedican estas instituciones, ¿no?, a investigar.
- Si quién sabe... Oye, ¿has venido sola?
- No que va. He venido con Ethan, con Dana y con un chico muy extraño, Justin.
- ¿En serio? Y yo que pensaba que era la única...
Unos golpecitos en la puerta sobresaltaron a las chicas que se acercaron para
abrir.
- Hola muñeca. ¡Ehh yo a ti te conozco!
- No puede ser....- Musitó Lena- ¿Qué diablos haces tu aquí?
- Yo podría preguntarte lo mismo, ¿no crees?- Preguntó Justin.
- ¿Os conocéis?
- Lamentablemente me crucé con este paleto hace un par de días Mia. Nunca
hubiera imaginado tener que encontrármelo aquí.
- Te va hacerte la dura, pero flaquearas en cualquier momento.- Justin le
dedicó a la chica una sonrisa picarona que la enfureció aun más.
- No te soporto.
- Le pasa a todas...
- Chicos, chicos, tranquilizaos.
Ethan salió de la habitación de enfrente y se reunió con el resto del grupo.
Saludó a Lena y dedicó una sonrisa a Mia ignorando al otro muchacho con el
que no había hecho muy buenas migas.
- Falta Dana.
- Esa va por libre.
- ¿Os conocéis todos ?
- En realidad no- Contestó Ethan- Hemos coincidido en el tren.
Mia esperaba que Ethan puntualizara algo sobre ellos dos, pero no lo hizo, y
eso entristeció profundamente a la chica.
- Pero nosotros si que nos conocíamos , ¿verdad muñeca?
- Puaj.- Contestó Lena.
Argus apareció por el pasillo seguido de Dana, la chica no abandonaba sus
enormes auriculares. Se acercó a los chicos para avisarles de que les
esperaban en la sala de mandos. Los chicos le siguieron en silencio, miles de
preguntas rondaban sus mentes y por fin estaban a punto de hayan
respuestas.
Lo que no estaba claro era si aquellas respuestas serían las que esperaban.
CAPÍTULO 10: LOS ROLES

Hector Cooper se había estado preparando para aquel momento


durante muchos años. Al menos lo había estado intentando. El creía
que si, estaba convencido de que podría afrontarlo pero las dudas le
invadían. Sentía un sudor frío resbalando por su espalda. Sabía que
aquello no era buena señal. Empezaba a flaquear.Aquel grupo de chicos
perplejos e inseguros le estaban esperando, le necesitaban y el no podía
fallarles. Debía ser más fuerte que nunca, más decidido y no podía
permitirse dudar. Echó un vistazo a la sala y los vio a todos. Se fijó
detenidamente en cada uno de ellos, uno a uno. En sus rostros, en sus
gestos y casi pudo sentir sus miedos. A ella le dedicó algo más de
tiempo. El semblante de la chica parecía aguardar lo que estuviera por
venir, impasible, fuerte… aparentaba poseer toda la fuerza que a el le
faltaba. Era alta, era guapa, era inteligente a juzgar por el informe que
había leído sobre ella. Un as de las tecnologías y la informática.
Carraspeó, las veces necesarias para armarse de un poco más de valor,
y se adentró en la habitación fingiendo, todo lo que le fue posible, que
poseía un valor y una seguridad que eran inexistentes.
- Bienvenidos a todos al Instituto Bradley. Se que estaréis ansiosos
por hacer algunas preguntas.- Un revuelo se apoderó de la sala,
ante lo que Cooper añadió- Millones de preguntas en algunos
casos, ¿verdad?, como decía ya tendremos tiempo de hacer
preguntas, después de todo, que importan algunos minutos más.
Ahora quiero hablaros de nosotros. Nos dedicamos al estudio del
tiempo y de sus avances, somos quizás el instituto más avanzado
del mundo, pero somos conscientes de que nunca habréis
escuchado hablar de nosotros y eso tiene un motivo, nosotros no
hemos querido que nos conozcáis. Al menos hasta ahora.
Preferimos guardar nuestro trabajo y nuestra labor en el
anonimato y evitar así que nuestra avanzada tecnología pudiera
caer en manos equivocadas.
Cooper deambulaba de un lado para otro, entrelazaba sus manos y las
dejaba caer una y otra vez pero conseguía que su voz se mantuviera
firme y el era lo más importante. Tecleo algunos códigos en el teclado
que tenía junto a él y una enorme pantalla mostró un mapa mundial
que se segmento por colores .
- Este es un mapa donde se refleja nuestra labor- continuó Cooper-
Como veis nos extendemos por todo el mundo. El color morado
muestra los lugares donde tenemos un centro neurálgico idéntico
a este. Para realizar nuestro trabajo necesitamos a personas
destacables en diferentes campos que nos ayuden previa
formación por nuestra parte por supuesto. Creo que ya habrá
quedado claro que os encontráis aquí porque os consideramos
sobresalientes en lo vuestro.
Las caras de los chicos iban cambiando continuamente del asombro a
la expectación.De vez en cuando se miraban entre ellos y se
preguntaban en que materia podría haber sobresalido el otro. La
verdad es que ninguno de ellos parecía ser importante para nada.
El silencio se apoderó de la sala, Cooper volvió a carraspear un par de
veces más y prosiguió.
- Hemos hecho un seguimiento muy exhaustivo sobre cada uno de
vosotros y estamos seguros de que hemos hecho la mejor
elección.
Aquello parecía irónico para alguno de ellos, como en el caso de Justin
que estaba seguro de que lo habían confundido con otro, el no
destacaba en nada, nunca lo había hecho. Incluso Lena estaba
convencida de que con Justin habían cometido un error, aunque en
aquel momento había cosas más importantes que rondaban su mente.
Dana no pudo esperar más y levantó la mano impaciente.
- ¿Si jovencita?
A Dana le hacía gracia la forma de hablar de Cooper. A su parecer se las
intentaba dar de maduro diplomático pero, ¿cuántos años debía tener,
veintiséis, veintisiete?
- Si, em…. Este rollo es muy guay pero ¿qué se supone que voy a
estudiar yo? Creo que me trajeron por error…. Yo no destaco en
nada empollón como ciencias, informática o frikilandia y
sinceramente, paso que te cagas de estudiar todo eso así que me
gustaría retirarme voluntariamente.
- Dana…- la chica se sobresaltó al oír su nombre. No recordaba
haber hablado con aquel hombre nunca y, sin embargo, el sabía
exactamente quien era ella- Puedo asegurarte que tanto tu como
el resto de tus compañeros sois muy destacables en diferentes
disciplinas. En tu caso, eres una luchadora nata. Fuerte, valiente,
decidida… Son cualidades muy importantes para nuestra labor.-
Cooper caminó hasta situarse justo en frente del siguiente
aspirante, Ethan- En tu caso, Ethan, eres un deportista de elite.
Tienes todas las cualidades que un campeón podría necesitar.
Eres un líder. El mundo necesita lideres como tu que ayuden a
que todos alcancen una meta común. Créeme, nuestra meta es
muy importante para el mundo y nadie mejor que tu para guiar a
tus compañeros, y a todos nosotros, hasta ella. Además, me
consta que eres una persona muy independiente eso a veces no
está nada mal. ¿Dónde está Dana? Ah si, ahí estás- Cooper se
acercó hasta la chica que sonreía complacida.- Dana… tu
increíble talento se escapa a mis palabras. Eres inigualable en el
campo de la ciencia, brillante diría yo. Hemos seguido tu trabajo
muy de cerca. Campeona estatal, regional, finalista nacional… y
con solo dieciséis años… diecisiete en breve según mis notas-
añadió mientras ojeaba una carpeta que había cogido de una
mesa cercana- Y Justin…Justin y yo tenemos el placer de
conocernos- el muchacho hizo un gesto de desdén con la cara-
Aunque parezca increíble eres todo un ingeniero en potencia y
nosotros estaremos encantados de contribuir en tu carrera.
- ¿Y yo?- Preguntó Lena.
La voz de la chica puso nervioso a Cooper, sintió como el sudor frío
volvía a caer por su espalda y el ritmo de su corazón se aceleraba .
Debía darse la vuelta, debía contestar. A la chica, tenía que tratarla
como a los demás pero se sentía inmóvil.
- Lena…- Dijo todavía de espaldas.- Por donde empezar.
Cooper caminó lentamente hacía la chica mientras mantenía la mirada
clavada en el suelo. Cuando se hubo posicionado justo enfrente de ella
levantó la mirada aunque intentaba evitar el contacto directo con la
mirada de la chica- lo que más nos interesa es tu dominio de la
informática. La informática es el epicentro de nuestro trabajo y estoy
seguro de que podemos aprender mucho mutuamente.
La chica permaneció en silencio, intentaba encontrar la mirada de
Cooper sin aparente éxito. La tensión que existía entre ambos
comenzaba a hacerse aparente para el resto del grupo.
- Bien mmm os voy a repartir los horarios de vuestras nuevas
clases- Dijo Cooper para romper el incómodo silencio que se
había apoderado de la conversación- Comenzamos cada mañana
a las ocho en punto. Os servirán el desayuno en el comedor, lo
tenéis marcado en el mapa. Se servirán las comidas y las cenas,
en el mismo sitio, a las 2 y a las 9. Si tenéis cualquier duda podéis
hablar con Argus o conmigo mismo. ¿Alguna pregunta más?
Los presentes estaban demasiado ocupados con su lista de clases como
para prestar atención a las palabras de Cooper por lo que este dio por
zanjada la reunión y se dispuso a abandonar la sala no sin antes echar
un último vistazo a Lena.
- ¿Etica moral? ¿En serio?- Preguntó Justin una vez se hubieron
quedado solos.
Lena soltó una falsa risilla.
- A ti no te vendrá nada mal…
- ¿Quieres que te diga lo que no te vendría mal a ti ricura?-
Contestó Justin con un peliagudo meneo de cejas.
- A mi las clases me parecen muy interesantes-añadió Mia-
Informática avanzada, Física y química , tecnología, primeros
auxilios…
- Corta el rollo tía, las clases son una supermierda, un asco.- se
quejó Dana- Si no me gusta la informática por qué me iba a
gustar la informática avanzada, es de coña.
- No creo que esté tan mal.- Ethan había permanecido en silencio
desde que había bajado del tren, observando con detalle todo lo
que se sucedía a su alrededor. A sus compañeros les pilló de
improviso que se inmiscuyera en la conversación- No se vosotros
, pero mi vida empezaba a ser monótona y sin sentido. Quería
dejar el equipo pero no me atrevía. Detestaba estar en mi casa
pero no tenia mas remedio. Para mi estar aquí es escapar de todo
y lo quiero aprovechar.
Sus compañeros guardaron silencio durante varios minutos. Las
palabras de Ethan les había hecho pensar. Todos y cada uno de ellos
venían de una vida poco motivadora, nada interesante y monótona.
Quizás, después de todo, si que fuera una buena oportunidad para
romper con la rutina.
- Pues también es verdad. Mi vida era un mierdecilla… me apunté
al equipo de lucha para no tener que ir tan pronto a casa… Daba
mil rodeo a la hora de volver y sacaba unas notas de mierda así
que … quiero estar aquí. Y tu colega…- Dijo refiriéndose a Mia-
La verdad es que no eras lo que se dice popular.
Mia sonrió tímidamente aceptando la razón de Dana pero prefirió no
añadir nada mas. Justin se levantó de donde estaba sentado y se
dispuso a abandonar la habitación cuando Lena lo increpó.
- ¿Y tu dónde crees que vas?
Justin se dio la vuelta divertido.
- ¿A caso quieres acompañarme?
- Eso sería lo último que haría, créeme. Pero estoy segura de que
tu vida no era mejor que la nuestra y que necesitas estar aquí
tanto como nosotros, así que no lo estropees.
Justin soltó una risilla perturbadora y continuo su camino dejando a
los demás en la habitación.
- Ese tío es un puto coñazo.
- Creo que aun no hemos descubierto lo coñazo que puede llegar a
ser Dana. Es un presentimiento. – Dijo Lena.
- Bueno y …¿qué se supone que tenemos que hacer ahora?-
Preguntó esta.
- Son casi las nueve, así que por qué no cenar, por ejemplo.-
Contestó Ethan.
- Buena respuesta colega, ¿alguien sabe donde queda el papeo?
- A mi se me da bien seguir un mapa, y este es bastante sencillo,
creo que podría llegar fácilmente- Contestó Mia tímidamente.
- Genial Mia, adelante, te seguimos.
La muchacha no pudo evitar sonrojarse aun mas ante la idea de que
Ethan estuviera dirigiéndose a ella, ademas la había llamado por su
nombre y eso había hecho sentir a Mia como en una montaña rusa en
la que estas apunto de caer de la bajada mas empinada.
CAPÍTULO 11: LAS CLASES

Tras su primera noche en el instituto el grupo volvió a encontrarse en


el comedor para desayunar. Mia y Lena habían sido las primeras en
llegar y ocuparon una mesa juntas. Ethan fue el siguiente, pero prefirió
sentarse solo en una mesa apartada de las chicas. Cuando Dana llegó,
echo un vistazo a la sala y barajó durante algunos segundos las
posibilidades para tomar asiento decidiéndose finalmente por las
chicas.
- ¿Qué pasa Peña?
La chica tenía aun el sueño reflejado en su rostro y los ojos casi
pegados por las lagañas que no se había lavado. Sus compañeras de
mesa se miraron reprimiendo una risa tonta y pasaron a la chica el
zumo de naranja.
- ¿Qué tal has dormido Dana?- Preguntó Lena.
- Dabuti- Contestó la chica con la boca llena.
- ¿Oye tu no compartes la habitación con nadie?
- No…
- Vaya que suerte- Mia le dedicó una mirada de sorpresa a su
compañera de habitación tras lo que la chica intentó rectificar-
Bueno quería decir que quizás para ella sea agradable…
Para intentar desviar la atención de su metedura de pata se levantó
para servirse algo más de cereales dejando a Mia y a Dana a solas. Mia
quería conseguir ser sociable y aquella chica parecía la opción más fácil
para practicar.
- ¿Te has fijado en las clases deportivas que tenemos?
Dana no contestó a la pregunta de la chica sino que en su lugar siguió
comiendo sus cereales. Mia sonrió tímidamente sin darse por vencida.
- Creo que te resultarían muy interesantes. Hay tiro con arco,
gimnasia y defensa personal.
- ¿En serio?- la chica por fin había logrado captar la atención de
Dana. El hecho de que pudiera volver a practicar lucha, de alguna
manera, lo cambiaba todo.
La chica cogió su horario de clases y echó una ojeada. Tenían defensa
personal todos los días de la semana a las doce. Sonrió con ilusión
esperanzada de que aquello pudiera ser mas llevadero después de todo.
- ¿Y a esta que le pasa?- preguntó Lena mientras tomaba asiento
de nuevo junto a sus compañeras.
Mia se encogió de hombros mientras sonreía, sus sonrisa se había
convertido ya en su gesto de identidad.
Una campana comenzó a sonar justo a las ocho menos cinco. Debía de
ser la señal que indicaba el comienzo de las clases así que los chicos se
dirigieron con desidia al aula que albergaría la primera asignatura del
día, física y química.
Cuando llegaron a clase descubrieron que Justin ya esperaba sentado
en un pupitre por lo que los demás tomaron sus asientos pero no eran
los únicos alumnos de clase. Con la profeso encargada de dirigir la
asignatura, llegaron tres personas mas. Dos chicos y una chica. A
juzgar por los rasgos que guardaban en común, como unos preciosos
ojos azules y brillantes, debían ser familia, quizás hermanos. Los chicos
tomaron asiento al final de la clase sin decir ni una palabra y la
profesora comenzó con su verborrea sobre la formulación inorgánica y
los compuestos binarios.
Dana comparo varias veces la clase con estar muerto en vida y no dejo
de bostezar en los cincuenta eternos minutos que duró el calvario.
Justin se dedicó a dibujar garabatos sin sentido en una hoja de papel e
Ethan puso todo su empeño en enterarse de algo sin mucho éxito. Solo
Mia parecía disfrutar como un niño con caramelos sentada junto a
Lena, que parecía llevarlo mejor que los demás. Los nuevo agregados al
grupo eran aun un misterio.
La siguiente clase no fue mas divertida, tecnología avanzada, donde,
como era de esperar, Lena tomo el liderazgo seguida muy de cerca por
Justin que resultó ser un auténtico manitas. En la clase de tiro con arco
todos se quedaron maravillados con las actitudes de la chica nueva y,
cuando por fin fue el turno de defensa personal, Dana se quedó
frustrada al descubrir que no se le daba también como esperaba y, que
encima, habían compañeros que le sacaban ventaja. Cuando por fin
llegó la hora de comer los chicos estaban exhaustos y apesadumbrados
ante la dificultad de las materias que tenían que preparar.
Justin visualizó a las chicas en una mesa y se acercó a ellas:
- Hola chicas, ¿criticando a la nueva?
- ¿Cómo sabes que estamos hablando de ella? Preguntó Mia
inocentemente.
- Así sois las pivis.
- Que conste que yo no participo en la conversación. No soy tan
chunga. – dijo Dana.
- Eh, que sólo comentábamos por encima- se quejó Lana.
- A ver, se llama Alexandra, es hermana de esos dos y, agarraos,
hija del director del instituto, así que tiene pase VIP.
- Vaya, veo que alguien ha hecho bien los deberes, ¿ya te has
camelado a la nueva?
- ¿Celosa?- preguntó Justin con su típica sonrisa de conquistador
toca narices. Ante el gesto de desdén de Lena añadió- Me lo ha
dicho Argus.
- Yo creo que me voy a ir a la habitación chicos- interrumpió Mia-
Estoy muy cansada, siempre me cuesta dormir los primeros días
fuera de casa.
- Espera me voy contigo . No pienso quedarme aquí con este- dijo
Lena mientras le dedicaba una mirada de desprecio a Justin.
Cuando las chicas se marcharon, seguidas de Dana, Justin buscó a
Ethan con la mirada. Pensó en acercarse a él para pasar el rato peo el
muchacha estaba leyendo algo con detenimiento y Justin decidió
marcharse también a la habitación.
Alexandra que había estado observando al grupo desde lejos se fijó en
el chico que se había quedado solo y decidió acercarse a el.
- ¿Ocupado?- preguntó la chica al llegar juntó a Ethan.
El muchacho dio un respingo en su asiento, no esperaba que nadie se
acercara a el y aun menos la muchacha. Le dedicó una sonrisa amistosa
a modo de respuesta y Alexandra la tomo como un ofrecimiento a que
se sentara.
- ¿Cuál es tu virtud?
- ¿Mi virtud?- preguntó el muchacho a modo de respuesta.
- Por lo que estás aquí, ya sabes, tu punto fuerte.
El muchacho se encogió de hombros. Se había preguntado muchas
veces por qué estaba allí. Cooper había dicho que era un buen
deportista y que como tal era todo un líder , un ganador. Pero el no se
sentía así ni de lejos.
- Si estás aquí es porque destacas en algo. Todos estamos aquí por
eso. Bueno yo porque estoy enchufada y porque soy buenísima
con el arco. Así que tu debes ser bueno en algo.
- Me parece que conmigo han cometido un error.
- ¿Estas de coña? Hector Cooper nunca comete un error, te lo
aseguro.
La chica lo miró fijamente esperando alguna respuesta por su parte. El
chico comenzó a sentirse algo intimidado.
- Soy buen deportista supongo. Rápido, esquivo…
- No me lo digas… quaterback del instituto. ¿Novio de la
animadora guapa y tonta? ¿Esa morenita que estaba sentada con
la empollona y la rarita quizás?
Ethan se sonrojó ante el comentario aunque intentó disimularlo con
todas sus fuerzas.
- ¿Te refieres a Lena? Ella no estudia conmigo, no la conocía en
realidad… hasta ahora.
- Oh… entiendo.
- Pero si, soy el quaterback de mi instituto aunque no es algo que
me interese demasiado últimamente.
- Vaya… un rebelde, me gustan los rebeldes.
- Alexandra Nos vamos.
La chica miró hacia atrás. Sus hermanos se habían puesto de pie y la
esperaban junto a la puerta. Era un fastidio. No quería irse cuando la
conversación con él guaperas del grupo se había puesto tan interesante.
Volvería a interceptarlo en cualquier momento eso seguro.
- Me tengo que marchar. Mis guardaespaldas me reclaman pero
espero que podamos retomar nuestra conversación pronto.- dijo
la chica con una insinuosa sonrisa que dejó a Ethan sin habla y
casi sin respiración.

CAPÍTULO 12: LOS EQUIPOS

Los días se sucedían en Bradley con toda la normalidad posible, en un


instituto de sus características, al menos. Las habilidades del grupo
iban aumentando como habría cabido esperar aunque unos más
rápidos que otros. Lo que no creció tanto fue la afinidad entre ellos.
Mia y Lena, quizás por su obligación de compartir habitación, andaban
más juntas que el resto, aunque no hablaban de nada más allá del día a
día, no habían profundizado en absoluto. Lena era amable, cordial y
una buena compañera de habitación, pero no era demasiado
conversadora ni demasiado dada a hablar de su vida privada fuera de
los muros de Bradley. Los chicos eran un caso a parte. Justin seguía en
su papel de don Juan, tocando las narices a diestro y siniestro, e Ethan
prefería mantenerse al margen y seguir su camino. Con quien si se le
había podido ver era con Alexandra, la chica cada vez que podía
despegarse de sus hermanos, los cuales no hablaban con el resto, no
perdía la oportunidad de pegarse a Ethan. El chico le había caído en
gracia o quizás le interesaba un poco más allá. Dana seguía siendo un
bicho raro a ojos de los demás pero, con respecto al principio, se dejaba
ver mas con las chicas.
Llevaban un mes de clases en Bradley y casi se habían habituado a la
rutina , nada sencilla, de aquella institución. Clases intensivas, deberes
extras y los fines de semana para preparar sus materias y descansar en
la medida de lo posible. A algunos les había venido un poco mas grande
aquel cambio tan brusco, otros, como Dana, se encontraban en la gloria
pues, aunque socializar no se le diera demasiado bien, estudiar era algo
que dominaba. Lena había demostrado estar bastante avanzada, era
trabajadora y constante. Ethan nunca había destacado en los estudios
pero ya había demostrado que era inigualable si se trataba de actividad
física y que tenía una gran facilidad para adaptarse a cualquier deporte.
Dana seguía retrasada en cuanto a los demás, pero Cooper tenía la
certeza de que no se había equivocado con ella. Esa chica demostraba
coraje y no se venía abajo ante situaciones que, como aquella, le venían
grande y eso era algo que él valoraba con ahínco. Los hermanos
Mackenzie demostraban cada día que habían crecido entre aquellas
paredes y que dominaban cada una de las disciplinas moviéndose como
pez en el agua. Habían despertado la curiosidad y los cuchicheos de sus
compañeros, quienes ya se habían percatado del especial interés que
Alexandra mostraba por uno más que por otros. Sus hermanos también
se habían dado cuenta, Mathew se sentía responsable de sus hermanos
y había llegado a reprochar a la chica que se mostrara tan interesada en
Ethan pero Alexandra siempre había sido independiente y terca, así
que contra mas se quejaba su hermano mas crecía su interés.
- Chicos, hoy vamos a trabajar un aspecto fundamental para
vosotros. La confianza.- Dijo la profesora Grey- Construir la
confianza dentro del grupo es importante, tanto para fomentar
las actitudes de solidaridad y la propia dimensión del grupo,
como para un trabajo en común. Antes de comenzar a trabajar en
equipo, el grupo debe conocerse, y para eso os traigo una serie de
juegos que ayudarán a conseguirlo.
- ¿No somos un poco mayores para verdad o atrevimiento?-
Interrumpió Justin.
El comentario del chico consiguió desatar una carcajada del resto
que a la que se sumó la propia Grey.
- Quiero dejar claro que sería un error que comenzarais a competir
entre vosotros intentando ganar . Aquí no gana nadie, en todo
caso gana quien consigue forjar los lazos de confianza de los que
venimos hablando. Así que pasaremos a explicar la primera
actividad de la clase. Nos vamos a poner por parejas, quiero que
sean parejas desproporcionadas así que mejor si son mixtas.
Nadie en clase se movió de posición, la profesora recorrió uno a uno los
rostros de sus alumnos esperando, pacientemente, que alguno de ellos
reaccionara para formar una pareja. No sucedió.
- Esta bien… veo que necesitáis un pequeño empujón. Veamos…-
recorrió varias veces a sus alumnos de lado a lado pensando en
como emparejarlos de manera que pudiera conseguir el efecto
que deseaba. -Justin y Mia. Mathew y Lena… Ethan y Alexandra
y vosotros dos- añadió señalando a Dana y al menor de los
Mackenzie.
Alguno de los chicos mostró la desaprobación en su rostro, Dana
odiaba tener que ir con aquel pijito enchufado. Sin embargo Alexandra
estaba encantada con la elección y corrió a colocarse junto a su
compañero guiñándole un ojo.
- Debéis colocaros uno enfrente del otro juntando las puntas de
vuestros zapatos y agarrando a vuestro compañero de la mano.
Se trata de que vayáis dejándoos caer hacia atrás obligando al
otro a sujetaros de manera que logréis un equilibrio. Lo
repetiremos un par de veces.
La profesora Grey dio comienzo al ejercicio observando de cerca a las
diferentes parejas que intentaban, a duras penas, compaginarse de
manera que pudieran realizar el ejercicio correctamente. Justin ofreció
a Dana que fuera ella quien se dejara caer en primer lugar y la chica
aceptó sonrojándose ante la idea de tener que mantener contacto físico
con el chico. No le apetecía nada tener que dejar en manos de su
compañero el no acabar de bruces contra el suelo pero no podía hacer
nada a respecto y debía aceptar. Se dejó caer lentamente hasta
conseguir la inclinación necesaria y se mantuvo así durante varios
segundo que le parecieron eternos hasta que la profesora dio la señal
para invertir los papeles. Cuando fue el turno de Justin el muchacho la
sujetó firmemente por las muñecas y se dejó caer tal como ella había
hecho en un primer momento. Mia comenzó a sentirse tan ruborizada
por el contacto físico del chico, quizás mas firme de lo que la esperaba,
y comenzó a temblar desproporcionadamente hasta que, los nervios y
una mala coordinación de manos y muñecas, soltó a Justin quien se
propinó un sonoro golletazo contra el suelo.
- ¿Pero que coño…?- Se quejó el muchacho quedando tumbado
sobre el suelo.
La profesora Grey, y también alguno de sus compañeros, se apresuró a
acercarse al chico para asegurarse de que no había sufrido ninguna
lesión, más allá del golpe que se había llevado cortesía de su
compañera. La muchacha, quien se sintió aun mas ruborizada y
arrepentida a la vez, pidió disculpas al menos una docena de veces.
- Justin vas a ir a que la enfermera te mire ese golpe en la cabeza.
No parece nada grave pero más vale prevenir.- Dijo mientras
conducía al muchacho hacia la puerta de clase. Cuando este hubo
desaparecido del aula la mujer se giró para dirigirse al resto de
sus alumnos.- Chicos debéis tener mucho cuidado con estos
incidentes. En este caso no ha sido mas que una caída tonta pero
debéis pensar que practicáis disciplinas muy delicadas que
requieren de vuestra máxima atención. – la mujer se acercó a
Mia que seguía escondiendo el rostro con sus manos- Mia si no
estás concentrada al cien por cien, si hay algo que te resta
atención… prefiero que no entres en mis clases.
La muchacha, que no fue capaz de contestar, sintió un enorme nudo
que crecía en su estomago. Ella, que solo estaba acostumbrada a las
felicitaciones y a los halagos que le dedicaban sus antiguos profesores
sintió que quizás el instituto Bradley le estuviera grande incluso a ella.
Buscó el consuelo de Lena, lo más parecido a una amiga que tenía allí o
incluso en cualquier parte, y la encontró sentada en los vestuarios. Se
colocó juntó a ella y la soledad del recinto facilitaron que un par de
lagrimones resbalaran por sus mejillas.
- Vamos Mia… ese idiota se lo merecía.- Le dijo la chica pasándole
un brazo por los hombros.
Dana no fue capaz de aguantar tal gesto de cariño y rompió a llorar
como si de un crió al que han robado un caramelo se tratara. Y quizás si
que le fueran a robar algo ya que desde que había llegado al instituto
sentía que no sobresalía tanto como antes y que quizás no era tan
brillante después de todo.
La señal que indicaba la hora del almuerzo comenzó a llegar desde
todos los altavoces del centro. Lena se puso de pie y tendió una mano a
su compañera que la aceptó haciendo un esfuerzo por levantarse.
- ¿Vamos a comer? No hay nada como una buena hamburguesa
para olvidar las penas.
- No tengo mucha hambre… creo que prefiero irme a la habitación.
- ¿En serio?... Puedo llevarte algo de comida si quieres.
- Vale… gracias.
Mia se desvió del camino que su compañera seguía hasta el comedor y
cogió el ascensor para subir a los dormitorios. Se preguntaba si Justin
estaría bien y si no la tomaría con ella después de lo sucedido. Aquel
muchacho podía llegar a ser tremenda mente hiriente con sus
comentarios y hasta el momento ella se había librado de sus aguijones.
No se sentía con fuerzas de lidiar con alguien como el en aquellas
circunstancias. Quizás para su compañera de habitación no fuera un
problema, ella era tremendamente fuerte y era tan guapa y tan segura
de si misma que esas minucias nunca le afectarían. Mia era distinta, era
otra cosa. Una presa fácil de acorralar.
En el camino hacia las habitaciones la chica se despistó por un
segundo y encaminó el ala que no debía en dirección a unas
habitaciones que no eran la suya. Cuando intentó abrir la puerta que le
correspondía se dio cuenta, extrañada, de que estaba cerrada con llave.
- Que extraño…
Forcejeó con la cerradura sin éxito alguno y fue entonces, una vez se
dio por vencida, cuando oyó las voces que provenían de alguna otra
puerta cercana. Fue tanteando una a una, intentando escuchar alguna
palabra desde el otro lado de las puertas, hasta que por fin dio con la
estaba buscando. Tuvo mucho cuidado de no apoyarse, pues estaba
entreabierta, y pudo vislumbrar en su interior a dos personas que
mantenían una conversación.
- El condensador está preparado. Dejé el informe sobre tu mesa
ayer, Albin se ha encargado de hacer las pruebas necesarias y to
está a punto. – Dijo uno de los individuos.
- El condensador no es el problema, el problema son nuestros
viajeros, ¿crees que están preparados?
- Yo no sería capaz de evaluar algo así jefe… Eso es cosa tuya.
El segundo individuo daba vueltas por la habitación con los brazos
entrelazados. No dejaba ver su rostro pero a Mia le daba la sensación
de que estaba muy preocupado. La voz le resultaba muy familiar pero
no acababa de dar con la persona. Los chicos se habían relacionado con
todos los profesores a diario, y estaba segura de que no era ninguno de
ellos, sin embargo, habían muchas mas personas que formaban el
equipo de Bradley y que en algún u otro momento habían tenido
contacto con el grupo. Por mas que se rebanaba los sesos no daba con
la persona en cuestión.
- El viejo me está presionando demasiado.- Continuó el
desconocido- Tengo miedo de equivocarme. No quiero tomar una
mala decisión por culpa de los nervios.
- Tienes la sartén por el mango jefe. Tienes algo muy valioso con lo
que negociar.
- Lo se…pero la ambición de ese hombre podría cegar su buen
juicio.
El individuo se puso de perfil por lo que casi podía verse su rostro pero
Mia necesitaba un mejor ángulo para ello. Se movió unos centímetros
hacia su izquierda…
- Voy a pedir un informe detallado de cada tutor. Quizás eso pueda
sacarme de dudas. Muchas gracias por tu ayuda…
Mia casi lo tenia, tal fue su ímpetu por conseguir el plano que
necesitaba que chocó contra el marco de la puerta provocando un
sonoro golpe fácil de oír en cualquier punto de la estancia. No quiso
esperar a ver lo que sucedía y salió corriendo en sentido contrario
intentando retomar los pasos hacia su habitación. Justo cuando
alcanzaba a girar por el pasillo vio como los hombres se asomaban al
umbral de la puerta pero ya se encontraba demasiado lejos, y
demasiado ocupada, como para ver de quienes se trataba. No quiso
orar hacia atrás ni una sola vez, por miedo a que le estuvieran
siguiendo los pasos, y cuando por fin llegó a su habitación dio gracias
de dejarse siempre la puerta abierta.
No le dio tiempo a ver lo que tenia enfrente, chocando de plano y
cayendo estrepitosamente hacia atrás. Cuando quedó tendida en el
suelo , de espaldas , pudo ver como su compañera de habitación la
observaba sin comprender y frotándose la frente.
- Esto me va a dejar marca. ¿De donde demonios vienes y por qué
corrías?
- Ay Lena… me equivoqué de habitación, les escuché hablando…
yo no quería que me vieran pero…
- Para, para… ¡Para!- Gritó su compañera cogiéndola por los
hombros- ¿Te estás escuchando?
- Lo siento… estoy nerviosa…
Mia intentó relatarle con todo detalle como había escuchado tras la
puerta la conversación de dos individuos a los que no pudo identificar.
Lena la escuchó sin interrumpirla y ni una vez con expresión divertida.
- Te lo prometo Lena, era una conversación muy extraña… creo
que hablaban en código o algo así.
- ¿En serio?.. ¿Y utilizaban palabras clave y seudónimos?
- Palabras en clave si… pero yo no escuché ningún seudónimo, o al
menos eso creo.
Su compañera rompió en una sonora carcajada que molestó a Mia,
quien frunció el entrecejo y arrugó el morro.
- ¡ Lo sabia! Te estás riendo de mi… no sé para qué te cuento nada.
- Creo que deberías dejar de leer esas novelas que te has traído
amiga, te está dejando loca.
- Lena te lo juro, hablaban de nosotros… de si estábamos
preparados…
- Pero preparados para qué.
- Es lo que no sé. Hablaban de viajar y de un viejo.
- ¿De un viejo?
- Si… decían que el viejo se impacientaba que era exigente y que lo
estaba presionando.
- ¿Presionando a quién?
- ¡Al desconocido Lena!... ¿De verdad que no te parece extraño?
- Lo que me parece extraño es tu comportamiento. Además,
¿desde cuando andas escuchando tras las puertas?- La muchacha
se levantó del suelo y fue a por la comida que había traído para
Mia. Le preparó la mesa con algunos aperitivos y le señaló una
silla- Creo que deberías comer. Has tenido demasiadas
emociones por hoy y es normal que estés un poco paranoica. Mi
abuela dice que no hay nada que no se cure con comida.
Mia se levantó dándose por vencida. Cuando quiso hacer un repaso
mental de todos los acontecimientos se dio cuenta de que realmente
parecía una loca. Pero locura o no a parte, ella sabia lo que había
escuchado, y aunque no fuera con ellos quería saber mas. Estaba
dispuesta a volver a aquella habitación para averiguar a quien
pertenecía.

CAPÍTULO 13: ESTRECHANDO LAZOS

La señorita Grey había preparado un juego de rastreamiento para


mantener al grupo ocupado durante todo el día. Le había prometido a
Cooper que evaluaría la condición de cada alumno con aquella
actividad. El tiempo apremiaba y ella tenia mucha responsabilidad.
Argus y Albus le habían ayudado y todo estaba cuidado al mínimo
detalle.
Los chicos esperaban, ajenos, en el gimnasio , sin saber qué les
depararía el día. Ya habían aprendido a no subestimar aquellas clases,
en las que lo mismo luchaban un combate a muerte que practicaban
yoga. Justin y Ethan lanzaban unas canastas mientras hacían tiempo.
Alexandra les animaba de cerca bajo la atenta mirada de las chicas y la
molesta mirada de su hermano mayor. Ryan era el mas distante y
reservado del grupo. Siempre llevaba un libro a donde quisiera que
fuera y prefería leer a relacionarse con los demás.
- Chicos, escuchadme atentamente- Dijo la señorita Grey entrando
en el gimnasio- Justin deja esa pelota… vamos. Acercaos,
Acercaos.- Los chicos formaron un corro a su alrededor y la
profesora comenzó a explicarles la actividad con detenimiento.-
Hoy realizaremos una prueba de rastreamiento. Esta actividad,
sin duda, agudizará vuestros sentidos y vuestra cabeza… Debéis
encontrar todos los señuelos, debéis tender emboscadas a
vuestros adversarios… y debéis impedir que lleguen hasta el
final. Recordad que contra más factores utilicéis mayor será
vuestra puntuación.
- ¿ Está diciendo que eliminemos al enemigo?- Preguntó Justin
sorprendido- ¿Y cómo se supone que debemos hacerlo?
- Aniquilación…- Añadió Dana con un tono de malicia en su voz.,
arrancando una carcajada de sus compañeros.
La profesora Grey se dirigió hacía un armario que se encontraba en un
lateral del gimnasio sin dar ninguna explicación. Cuando lo abrió,
extrajo de su interior varias armas que parecían ser rifles. Un
murmullo se apoderó de la sala. Los alumnos no daban crédito a lo que
veían sus ojos y pensaron que la profesora se había vuelto
completamente loca.
- ¿Estará de broma verdad?- Preguntó Lena.
La profesora levantó el arma y se la mostró a sus alumnos.
- Rifles de AirSoft …
- ¿Con balas?- Preguntó Justin con recelo.
- Con bolas de pintura.
El grupo respiró aliviados, ahora entendían mucho mejor de que iba
todo aquello. Cómo habían podido pensar, ni por un momento, que los
enfrentarían con armas cargadas. Lo cierto es que ya no sabían que
esperar y es que, muchas veces, parecían estar entrenándose en vez de
formándose.
- Vais a coger cada uno de vosotros un traje y un casco de este
armario. Hay de todas las tallas. Necesitareis también un
transmisor, podéis encontrarlo en ese baúl. Tenéis quince
minutos.
La señorita Grey abandonó el gimnasio dejando a los alumnos en la
tarea de prepararse para la actividad. Les habían facilitado mochilas
previstas de agua, brújulas y otros en seres útiles para la excursión.
Algunos estaban emocionados con la noticia de llevar equipos de
paintball para la actividad y otros, como Mia, aterrados.
- ¿De verdad necesitamos brújulas para jugar en el patio del
colegio?- Comentó Justin.
- Te sorprenderías de las dimensiones de este instituto- Contestó
Mathew que había escuchado el comentario del muchacho.
- Chaval no me estaba metiendo con tu casa, tranquilo.
- Tiene razón- Intervino Mia- Bradley tiene más de 5 kilómetros
cuadrados.
Mathew miró a la muchacha sorprendió y Justin quiso restarle
importancia al asunto.
- Si, es una enciclopedia andante la chica. Ya te acostumbraras.
Mia se retiró avergonzada, no había tenido oportunidad de disculparse
con Justin pero le agradaba saber que el muchacho la trataba con
normalidad, al menos con lo que se consideraba normal en el.
Pasados quince minutos hicieron salir al grupo al exterior y los
condujeron hasta una zona alejada en la que nunca antes habían
estado. No se veía mas que naturaleza alrededor, un poco mas
enmarañada y menos cuidada que lo que estaban acostumbrados a ver.
Los edificios habían quedado lejos de aquel punto y la orientación no
iba a ser tan sencilla después de todo. Ahora entendían para que
necesitaban las brújulas.
- Voy a nombraros los equipos y los líderes y a continuación daré
comienzo a la actividad. ¿ Alguien tiene alguna duda?- Nadie
contestó así que la profesora prosiguió- Equipo azul; Alexandra,
Ethan, Dana y Lena. Equipo Amarillo; Mathew, Justin, Ryan y
Mia. Ethan y Mathew, vosotros seréis los lideres. Poneros estos
brazaletes.
La profesora pasó a los chicos unas cintas de colores y estos se la
colocaron en los brazos. La cara de Justin era un poema. Se notaba que
no le había gustado tener a Mathew como líder cuando Ethan era el
líder de su propio equipo. Su compañero de cuarto le parecía una
persona poco resolutiva al lado suya. El debía haber sido el líder y
estaba seguro de que Mathew había sido elegido por su posición
privilegiada.
- Esperó que estar en el equipo del enchufado tenga sus ventajas.-
Comentó Justin cuando Mathew le pasaba por al lado.
El mayor de Mackenzie no iba a dejarse provocar tan fácilmente así
que, simplemente, sonrió ante la ocurrencia.
El equipo azul ya se había puesto en marcha con Ethan a la cabeza y
Alex siguiéndole de cerca. Lena se había quedado mas rezagada, junto
a Dana, pensando en lo desesperaba que se veía la muchacha, cosa que
le parecía ilógico a juzgar por su increíble belleza.
El equipo amarillo Salió en segunda posición en busca de sus primeros
señuelos. Ryan y Mathew iban en cabeza mientras Mia les seguía a
distancia. La muchacha se había dado cuenta de que Justin se había
quedado bastante rezagado y eso le sorprendía . Al muchacho siempre
le gustaba tomar las riendas de la situación y molestar a los demás. Iba
bastante callado para ser él. Intentó encontrar la manera de entablar
conversación con el chico pero era algo que le costaba. Sus recursos
sociales eran más bien pobres a pesar de poseer un amplio abanico
lingüístico. Aminoró el paso para intentar alcanzar a su compañero y
ver si así era el quien daba el primer paso pero Justin parecía no estar
por la labor.
- ¡Eh! Chicos…- Mathew llamó a sus compañeros en la distancia-
¿Tenéis vuestros transmisores? No podemos perder el contacto
nunca.
Mia asintió con un tímido movimiento de cabeza pero Justin ignoró
totalmente a su líder de equipo.
- Justin creo que no has oido bien. ¿Tienes tu transmisor?
El muchacho siguió ignorándole y esto hizo que Mathew se dirigiera
directamente hacía él. Ryan se tensó ante la reacción de su hermano,
este era muy impulsivo e impredecible.
Mathew se situó a escasos centímetros de Justin manteniendo la
mirada clavada en los ojos del chico. Ambos podían notar sus
respiraciones, aceleradas, una frente a la otra. Mia reculó varios pasos,
nerviosa, y observó atentamente la escena que sus compañeros estaban
protagonizando.
- Creo que te he hecho una pregunta muy clara …
- Si, tengo tu estúpido transmisor. ¿Contento?- Preguntó Justin,
pausadamente, mientras retomaba su camino.
Mathew sabía que las cosas no iban a ser fáciles con aquel chico, pero él
podía llegar a ser aun más testarudo que Justin y, lo más importante,
no iba a dejar que nadie le tomara el pelo. Mathew era, con diferencia,
la persona que mas esfuerzo y tiempo había dedicado a prepararse para
aquella lucha y un niñato de instituto, egocéntrico y engreído, no iba a
echar todo su trabajo por tierra.
Alexandra, al contrario que su hermano, estaba encantada con el
equipo que le habían asignado y , sobre todo, con su líder. Ethan y ella
se habían hecho muy buenos amigos en los últimos días aunque no
quedaba claro si el chico quería algo más que una amistad. Ethan se
encontraba absorto con sus clases y dedicaba toda su energía a estar a
la altura del resto de compañeros. Dana y Lena seguían de cerca a la
pareja, preguntándose si realmente habría algo entre ellos o si Ethan
había sido capaz de ignorar las continuas insinuaciones de la chica.
Alexandra no era santo de su devoción, pero la chica tampoco había
intentado en ningún momento relacionarse con las demás así que no se
sentían culpables por pensar lo que pensaban de ella.
- Chicas creo que llevamos bastante ventaja y el próximo señuelo
debe estar por aquí cerca.
- ¿Habéis pensado que iríamos mucho más rápido si nos
dividiésemos?- Preguntó Dana.
- ¡Buena idea…! Divide y vencerás- Contestó Lena.
- No se si están buena idea que el grupo se separe, ¿tu qué piensas
líder?- preguntó Alexandra dedicándole una traviesa sonrisa al
chico.
- Pues no lo veo mal. Nos daría mucha ventaja.¿Alex crees que tu
hermano pensaría en dividir al grupo?
- Ni de coña, mi hermano no delega en nadie. Es un macho alfa.
- ¡Genial! Entonces si que deberíamos hacerlo.

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