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cuenta de nuestros actos, por qué renun¬

ciar al espíritu de libertad, por qué hacer de


la obediencia la puerta misma de la ora¬
ción? Como se ve, San Francisco pedía y
pide mucho, y no nos habla nunca de lo
que se nos dará a cambio. O por lo menos
nos promete la "perfetta letizia" (la perfec¬
ta alegría), algo en que nadie cree ya. Co¬
mo el Cristo de los Evangelios, el Santo no
proporciona reglas seguras de salvación, Wifredo
no suscita en nuestra memoria angustiada
el espejismo de jardines encantados: so¬
mos sólo nosotros los hombres quienes se¬
ñalamos a los demás hombres paraísos te¬
Lam
rrestres que después son un único paraíso
en que todo acaba con la muerte y que
exalta las conquistas visibles.
(1902-1982)
La parte de locura que hay en la predica¬
ción de San Francisco ya no la advertimos,
no nos afecta como afectaba a sus contem¬ ^^
poráneos, asombrados ante su voluntad de ^Kv^'l^H
despojamiento, de desnudamiento. En W\r*'y ^LW
quienes le veían y oían predicar en los cami¬
nos y las plazas producía furor: aquello era Foto © Louis Monier, París
una ofensa al modelo de sociedad de la
época. Pero nosotros ya no la recordamos,
la hemos eliminado. Lo que era una locura,
W^RA alto, descarnado, huesudo: tamente su imaginación plástica. En 1943
la locura de Dios, es hoy una curiosidad, un ri uno de esos hombres a los que se termina su famoso cuadro La jungla, pin¬
jirón desgarrado de nuestra curiosidad. No, J les ve el esqueleto. Como a Don tura mestiza por excelencia en la que las
no es exactamente así; durante setecientos
Quijote. Ese Don Quijote al que él lleva¬ imágenes y los mitos de los cultos sincréti¬
años, si su memoria no se ha perdido, si
ba muy dentro de su corazón, como una cos cubanos (animismo africano catoli¬
desde Dante hasta los últimos escritores
imagen de hombría ideal, y al que había cismo español) se expresan a través de las
que de cuando en cuando se sienten tenta¬
dedicado significativamente su "auto¬ formas del arte europeo de vanguardia,
dos a evocar de nuevo su espírtitu San
Francisco habla a nuestra inteligencia, es
biografía gráfica". Pero, pese a esta apa¬ Con una fuerza y una imaginación explo¬
porque no se ha cerrado ese camino que riencia y este amor por el hidalgo man- sivas que van a provocar un verdadero es¬
temporalmente ha quedado suprimido de chego, Wifredo Lam no venía de España cándalo cuando el cuadro se exponga ese
nuestros itinerarios. (aunque allí hubiera pasado 14 años im¬ mismo año en Nueva York. Lam perma¬
portantes de su vida), sino de las Antillas, necerá en Cuba hasta 1952, año en que
¿Volverá San Francisco? Por ahora nos
vemos obligados a fantasear sobre la posi¬ del Caribe, de Cuba. Y era tropical, anti¬ vuelve a París para quedarse allí definiti¬
bilidad de su vuelta, trastrocando la pre¬ llano, cubano por los cuatro costados. vamente, aunque retornará frecuente¬
gunta en forma de hipótesis: si volviese, si mente a su tierra, sobre todo a partir del
Nacer en Cuba (Sagua la Grande, 1902)
un día llamase a nuestra puerta de papel, triunfo de la Revolución cubana (1959), a
era nacer en el corazón de una región
que deja filtrar un sinfín de otras noticias, la que apoyará desde el principio.
donde el mestizaje de razas y culturas es
de otros mensajes, ¿cómo nos juzgaría? A partir de entonces su pintura adquie¬
algo muy antiguo y decisivo, constituyen¬
¿cuál sería su estupor?
te, "una privilegiada encrucijada geogrᬠre una notoriedad universal: Lam se afir¬
Cuando Francisco llama a nuestra puer¬ ma cada vez más netamente como uno de
fica donde todo se reunía y se
ta, y esto ocurre mucho más frecuente¬ los grandes artistas de ese Tercer Mundo
dispersaba", según sus propias palabras.
mente de lo que pensamos, nos limitamos
Y Lam reunía en sí mismo, por nacimien¬ que por entonces inicia su despertar, co¬
a abrir un resquicio, hacemos entrar en
to, los cuatro elementos esenciales del mo un heraldo de sus culturas oprimidas
nuestra casa su leyenda y dejamos fuera
mestizaje antillano: africano, europeo e y despreciadas. Y es a través de su mágica
sus verdades que son la paciencia, el per¬
indio (por su madre) y chino (por su imaginación como todo ese mundo de lo
dón, el amor. En el fondo, sólo el amor que
padre). oculto y lo misterioso adquiere luz y for¬
recoge y reúne a todas. ¿Por qué dejamos
fuera de casa su verdad "de amor"? Sim¬ ma de arte, conciencia plena de existir.
Iniciados sus estudios de pintura en La Por eso ha podido decir de La jungla el
plemente porque somos incapaces de ese
Habana, en 1923 se embarca Lam para francés Alain Jouffroy que "constituye la
amor; el régimen de usura y de explota¬
España, donde va a vivir un periodo cru¬ primera declaración plástica revoluciona¬
ción, la regla del "do ut des", la filosofía de
cial de su vida. "Cuando llegué a Madrid ria de un Tercer Mundo que probable¬
vida que de ellos se deriva tienen como ob¬
más tarde el artista era una
jetivo primero el espíritu de amor, ese "bo¬ mente se percataba ya de la necesidad de
especie de campesino que no había visto
num" que inscribimos en nuestras bande¬ poner en común todas las culturas, y el
ras y que en realidad no respetamos. El nada. Mi primera visita al Prado fue un anuncio profético de ese despertar en el
"bonum" es sólo nuestro y hacemos todo impacto". En 1936-37 participa activa¬ ámbito mundial..." Porque "La jungla
lo posible por obtenerlo, por mejorarlo en el mente en la defensa de Madridfrente a las afirma que no hay ninguna contradicción
plano práctico; pero en cambio nunca es tropas franquistas. Y a fines de 1937 se
invencible entre los pueblos y que todo es¬
quisiera San Francisco el de los traslada a París, donde conoce inmediata¬
tá íntimamente entrelazado". Y es que,
otros. mente a Picasso. Este le pone en contacto en efecto, si Lam es un hombre de las An¬
San Francisco ha perdido, como parecen con Breton y el movimiento surrealista, tillas y del Nuevo Mundo, lo es también
haberse fatalmente derrumbado sus sue¬ del que en adelante formará estrechamen¬
íntegramente del Viejo. La explosión de
ños de una comunidad humana desvincula¬ te parte. El encuentro con Picasso y con el lo ancestral afrocubano en su pintura de
da de las duras leyes de la economía; las surrealismo va a resultar decisivo para su la madurez tiene lugar justamente porque
tentativas que se han hecho en otros conti- arte: se formará en la disciplina intelec¬ la ha hecho posible la aventura misma del
' nentes y que se inspiraban en sus más ge¬ tual y plástica de las vanguardias euro¬ arte europeo del siglo XX (recuérdese el
nerosas ambiciones pertenecen a la historia peas y la fusión de esa disciplina con sus
descubrimiento del arte africano "primi¬
escrita y es improbable que vuelvan a mani¬ vivencias antillanas profundamente arrai¬
tivo ' ' por Picasso y Matisse). Mestizo por
festarse en la que está por escribir. gadas cuajará poco tiempo después en sus
La sociedad industrial ha incrementado
su origen, Lam es también mestizo por su
primeras obras maestras.
arte. Y ello le presta un dinamismo in¬
de manera gigantesca las razones de la dis¬
En 1941, huyendo de los invasores na¬ comparable que le mantendrá en revolu¬
cordia social que en tiempos de San Fran¬
cisco tenían un carácter familiar. Pero no zis, se embarca Lam en Marsella en com¬ ción perpetua hasta' el final, rico a la vez
olvidemos que prospectivamente había en¬ pañía de muchos de sus amigos parisien¬ de la alegría y la aventura antillanas y de
ses. Liega en 1942 a La Habana, tras 18 las del arte moderno.
trevisto el Santo la importancia del tema y
según su índole propia lo había resuelto en años de ausencia, y el reencuentro de su Wifredo Lam acaba de morir en París,
sus raíces mismas. c. Bo paisaje natal, de las formas de la cultura un claro día de septiembre de este 1982.
negra en que había nacido, avivan violen- Francisco Fernández-Santos
¿ù oo

Folo Lou Lam SPADEM 1982. Pans

El gallo de la aurora (1975)


Pastel de Wifredo Lam (ver página 27)

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