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El Exito a la manera de Dios

Una de las palabras que mas definiciones podría tener es “éxito”, para cada uno de nosotros el
éxito es un anhelo con rostro diferente, para muchos podría ser tener mucho dinero y
posesiones, es un deseo bastante común, para otros el tener una familia sana, feliz y
numerosa, suena un poco mas sensato y emotivo, ganar el campeonato, ser el mejor
estudiante, etc etc.

Sea cual sea la definición de éxito que tengamos, algo en común en todos nosotros es que lo
deseamos ardientemente, ser exitoso definitivamente es un deseo innato en todos nosotros.

En el ámbito cristiano el éxito tiene dos facetas, por un lado encontramos lo que yo llamaría
con el perdón de quien se sienta aludido “viejos odres”, permitame describir un poco a estos
hermanos en la fe, los podemos encontrar los domingos camino a la iglesia muy bien vestidos
de traje y corbata impecables acompañados por su familia notoriamente numerosa (aun
quieren seguir repoblando el planeta sin importar las circunstancias), una esposa muy sobria a
quien solo le faltaría el velo que recomienda Pablo a la iglesia de Corinto, lógicamente
acompañados por sus hijos todos y cada uno biblia bajo el brazo, casi siempre los veremos
caminando hasta el templo ya que tener auto es un lujo que ni pueden darse ni se lo
permitirían, total, para que nos dio Dios piernas sino para caminar!, en resumen, estos
hermanos tienen la firme convicción de que el dinero es algo que no debe contemplarse en el
mundo cristiano, definitivamente se toman muy en serio eso de que el amor al dinero es el
principio de todos los males (pensamiento totalmente bíblico y que comparto absolutamente! 1
Tim 6:10).

Por otro lado tenemos los hermanos que predican a diestra y siniestra que son hijos del Rey de
Reyes y que por lo tanto ellos deben vivir como príncipes, estos hermanos no claman a Dios,
exigen que les cumpla, no piden por su sustento, reclaman promesas (donde quiera que este
escrito en la biblia sea promesa o no si es de dar algo ellos lo reclamaran), y si acaso no tienen
la posición y posesiones que todo príncipe debería tener entonces algo esta mal con Dios, no
con ellos, Dios debe estar equivocado en algo porque el cristiano tiene que ser prospero.

Si ninguno de estos dos puntos es bíblicamente acertado, entonces cual es el absoluto que
declara la biblia?

Primero veamos si en verdad a Dios le importan nuestro éxito o no.

Antes de continuar debemos dejar en claro que éxito y prosperidad no son en lo absoluto
sinónimos de riqueza y posesiones, y es aquí justamente donde usualmente encontramos el
mayor numero de confusiones al respecto.

Si un cristiano esta pasando por un momento difícil generalmente tendemos a pensar que debe
estar en pecado o debe tener alguna cuenta pendiente con Dios, de lo contrario porque Dios
permitiría que un hijo suyo pasara por esta o aquella dificultad?. En palabras de nuestro primer
cristiano “aaaahhhh la vida del cristiano es sufrida hay que soportar como buen mártir!” y
contrastando tenemos las palabras de nuestro segundo hermano “debe ser que no tiene
suficiente fe”.

Este par de opiniones son las que usualmente escuchamos, pero como en la mayoría de
nuestras opiniones y creencias, no tomamos en cuenta la opinión y el propósito de Dios.
Veamos entonces que dice la biblia respecto al éxito, la prosperidad, las riquezas y las
posesiones. Para ello demos un vistazo por la vida de hombres exitosos, prósperos tanto en
riquezas materiales como espirituales y lo que tienen para enseñarnos.
En primer lugar visitemos al hombre mas prospero y rico de toda la biblia, por supuesto se trata
de un rey, el rey Salomón, para que nos hagamos una idea de lo vasto de sus riquezas
podemos leer el 2do libro de Crónicas Cap. 9:13-22, donde podemos encontrar una buena
descripción de sus riquezas.

Como podemos ver a Dios no le molesta ni le incomoda que tengamos posesiones, siempre y
cuando nuestro corazón le pertenezca a El, (Mateo 6:24) el problema entonces no son la
cantidad de riquezas que tengamos, el problema es nuestra actitud hacia ellas.
De modo que, es claro que no es antibiblico el tener posesiones y riquezas, pero si advierte
claramente la biblia acerca del amor a estas riquezas, el problema de recibir las bendiciones de
Dios, es agradarnos demasiado de las bendiciones y olvidarnos del dador de las mismas.
Tenemos la grave tendencia a buscar las manos de Dios en lugar de buscar El Rostro de Dios.

Muchas veces las mejor forma de “dañar” un cristiano es colmando sus deseos materiales,
debemos recordar siempre que Dios conoce nuestro corazón y sabe bien donde lo tenemos
puesto, si las riquezas y posesiones van a hacer que nos distraigamos del propósito de Dios
para nuestras vidas, tenga la plena certeza de que Dios cuidara de nosotros negándonos esos
caprichos que finalmente podrían mas perjudicarnos que bendecirnos.

Para otros el éxito puede radicar en la fama!, dicen que toda persona tiene sus 15 minutos de
fama, y la biblia no es la excepción en cuanto a personajes que hayan tenido gran
reconocimiento, un caso de ello seria Josue, un hombre sencillo con una gran misión, entregar
la tierra prometida al pueblo de Israel, Dios no solamente le prometió estar con el como había
estado con su siervo Moisés (Josue 1:1-9), sino que no bastandole con cumplir su promesa le
fue grato engrandecer a Josue (Josue 3:7).
A quien de nosotros no nos gusta la aceptación y el reconocimiento? lo mas doloroso para una
persona es el rechazo, y lo mas grato la aceptación y el reconocimiento.

Tenemos entonces también que a Dios tampoco le incomoda darnos reconocimiento delante
de los hombres siempre y cuando la Gloria se la demos a EL.

Solo por mencionar un par de ejemplos actuales podemos ver el caso de éxito, reconocimiento
y fama en personajes como Juan Luis Guerra, Ricardo Montaner, o el rapero Gerardo Mejia (a
quien tuve el privilegio de conocer), todos ellos son personajes reconocidos a nivel mundial, la
fama no les ha sido esquiva y continúan así, a mi parecer han aprendido bien la lección, “A
Dios no le molesta engrandecerte siempre y cuando le demos la Gloria a EL”.

Hasta aquí podemos entonces afirmar que Dios es por excelencia un Dios bendecidor,
pero la sabiduría dada a Salomón fue dada a el, al igual que su riqueza, la fama dada a Josue
fue para el también, y que hay de nosotros?. Podemos asumir que al igual que a Josue nos
dará la tierra donde pongamos la planta de nuestro pie? o que al igual que a Salomón nos dará
riquezas?. Lamento decepcionarle si es de los que le gusta dar paseos descalzo alrededor de
ese bello terreno “reclamándolo”, Dios NO ha prometido darte esa tierra, eso fue para Josue en
su momento, Dios NO ha prometido darte riquezas, Dios no ha prometido ni siquiera darte
felicidad, ha prometido Gozo que es diferente, ha prometido cubrir nuestras necesidades
(Mateo 6:33), y por su carácter podemos saber con certeza de que nada nos faltara.

No quiero desanimarlo ni invitarlo a pensar que Dios no puede o no quiere que tenga su casa
propia, o su vehículo o su propio negocio. Si Dios es un Dios bendecidor como ya hemos visto
entonces hay una sola cosa que puede limitar o impedir las bendiciones de Dios. Nosotros
Mismos.

Quiero invitarlo a que lea una vez mas el libro de 1ro Reyes en el capitulo 3 referente a
Salomón, esta vez preste especial atención a los versículos 3 y 4, “Mas Salomón amo a
Jehová…”, lo ve usted? antes de recibir la bendición, Salomón ya tenia su corazón prendado
hacia Dios, la bendición es consecuencia del amor, la obediencia y la honra que demos a Dios,
no podemos esperar bendición de Dios y después bendecirlo por lo recibido, las bendiciones
que Dios nos prodigue inmerecidamente en su misericordia son las añadiduras, recuerde
siempre que la mayor bendición que podemos recibir, ya la recibimos anticipadamente, La
Salvación y Vida Eterna, el resto son y siempre serán añadiduras y cuando tengamos claro y
comencemos a verlas como tales dándole mayor importancia al dador que a la bendición,
entonces!, las bendiciones ciertamente nos seguirán nisiquiera tendremos que buscarlas.
(Salmo 23:6), David lo dice claramente en su conocido salmo, las bendiciones no hay
buscarlas, lo que hay que buscar es el Reino de Dios, complacernos en El, deleitarnos en El
(Salmo 37:4-5).

Vivimos en un mundo que en su mayoría valora las personas por lo que poseen o no, y así
mismo tendemos a valorarnos por nuestras posesiones, cuan fácilmente olvidamos lo valiosos
que somos para el Creador del Universo, tanto, que dio su vida por nosotros, y nosotros
insistimos en subvalorarla por baratijas de este mundo.

Para finalizar y sin dejar de mencionar una vez mas el éxito, quisiera dejarle con algunos
versículos que le puede dar la clave para su éxito personal, cualesquiera que sea su definición.

Josue 1:9 – Dios hace su parte, pero nosotros debemos hacer la nuestra.
1 Cor 16:2 – Sus posesiones y prosperidad son para bendecir a otros.
Rom 12:11, Prov 22:29 – La diligencia y disciplina dan a luz inevitablemente buenos frutos.
Col 3:23 – Ponga el motivo de su esfuerzo en el lugar correcto.

Por ultimo, tenga la plena convicción y seguridad de que Dios desea lo mejor para usted.
Salmo 40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con
nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser
enumerados.

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