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Te peINTRODUCCIÓN

“Architectura sine Luce NULLA Architectura est, quiere decir, que ninguna
arquitectura es posible sim la LUZ. Sin ella, tendríamos apenas simples
construcciones. Faltaría un material imprescindible.” 3
Capítulo 1– SOBRE LA LUZ

1.1. Nociones Históricas

“(…) Al principio las paredes eran gruesas. Protegían al hombre. Entonces el


hombre sintió deseo de libertad e del prometedor mundo allá afuera. Primero hizo
una abertura tosca. Entonces explico a la infeliz pared que al aceptar la abertura, la
pared debía seguir una orden mayor de arcos y pilares, con elementos nuevos y de
valor (…)No en tanto, los arquitectos de hoy en día, cuando piensan en edificios
olvidan su fe en la luz natural. Contando con la presión de un dedo sobre un
interruptor, les basta la luz estática, y se olvidan de las cualidades infinitamente
cambiantes de la luz natural, con la cual un edificio es un edificio diferente a cada
segundo del día.”

Desde el inicio de los tiempos, luz y arquitectura están profundamente relacionadas.


Esta preocupación era ya manifestada en los tiempos egipcios, griegos y romanos,
correspondiendo a cada época una manera particular de empleo de la luz en la
arquitectura. Problemas con la utilización de la luz en la arquitectura permanecieron
ye evolucionaron hasta a las más variadas cualidades formales, espaciales y
materiales. La exploración de la luz y de sus cualidades se refleja a través de la
preocupación con la correcta orientación solar y en el uso de la luz con el objetivo
de enaltecer determinada obra de arte. Este proceso era impulsado por las
creencias religiosas, que asociaban a la luz un fuerte simbolismo de veneración y
exaltación de los dioses, haciendo con que numerosas civilizaciones adoptasen la
estética “claritas”. Por consiguiente, en la arquitectura la luz represento divinidades,
seres superiores e intocables, el poder y sus organizaciones, la democracia, la
trasparencia, la honra y la verdad, el avance tecnológico, la proximidad y el respeto
por la naturaleza.

La luz es un material esencial para la creación de la arquitectura, una vez que todos
los espacios tienen necesidad de utilización de la luz natural o artificialmente,
particularmente por cuestiones funcionales y/o decorativas, la luz puede entrar a
través de una ventana o brillar de una lámpara para iluminar papeles de una mesa,
obteniendo la función de simple iluminación de una tarea visual o de un acto
creativo.

En cambio, al principio de nuestros antepasados la predilección era por olvido, por


el mítico. Por mucho tiempo, una arquitectura de piedra y barro, pequeñas
aberturas en las paredes no eran sólo una consecuencia de las condicionantes
constructivas, una vez que no se tornaba solo difícil atravesar una pared con rasgos
de grande dimensión, pero también tenía como intención proteger el interior.

Por lo tanto, la pregunta que se impone no es de qué forma la luz estuvo presente
en la disciplina arquitectónica, más si de que forma la arquitectura “se hace valer
“de la luz natural a través de una historia de convivencia. El uso de la luz, el uso de
nuevos materiales, desarrollo de nuevos sistemas constructivos, la definición de
nuevos programas o reinterpretación de los ya existentes provocan alteraciones de
la forma como la luz fue siendo utilizada. Por lo tanto, la definición de un estilo
arquitectónico puede traer consigo las características de un determinado tipo de luz.

1.1.1. Luz primitiva

La historia de la arquitectura comienza en la prehistoria, siendo la arquitectura


rupestre la primera en surgir. En aquel momento, las casas fueron utilizadas a penas
como refugios, donde la luz pasaba para segundo plano, no sólo por razones de
clima, también por seguridad. Por lo tanto, había dos formas distintas para la
obtención de estructuras primitivas: el primero por bloques fangosos o con piedras
apiladas y el segundo con estructuras esqueléticas donde pusieron capa ligera,
como paja o de piel. La luz sólo fue permitida en la apertura de la puerta o un agujero
en la tapa. Sin embargo, la arquitectura prehistórica adquiere mayor relevancia en
la época del Neolítico, mediante la construcción del gran círculo de piedra de

Stonehenge, en el sur de Inglaterra, enteramente dedicado al sol. Con el fin de


estructura completamente religiosa.
Grande círculo de Stonehenge, vista frontal Grande círculo de Stonehenge, vista superior

Así, se puede decir que el esfuerzo para permitir que la luz del día en el interior de
un edificio, tanto en forma simbólica, como atmosférica, comenzó en las culturas
antiguas. De esta manera, la luz unió fuerzas para expresar los valores religiosos y
culturales.

1.1.2. Luz en la antigüedad

"¿No será la luz de la razón de ser de la arquitectura? No es la historia de la


arquitectura; ¿la búsqueda, la comprensión y el dominio de la luz? ¿No es el
Romance de un diálogo entre las sombras y las paredes y la luz que penetra como
un cuchillo en su interior? (...) "

En Egipto, edificios en forma de pirámide fueron masas megalíticas que


representaban volúmenes puros dirigidos al cielo, en forma de veneración en el Dios
Rá – Dios del Sol, elemento del Cosmos. Los templos, orientados hacia el este,
obedecieron una orden que divide en tres partes ortogonales – patio con columnas,
sala epístola y Santuario- y en el eje del sol creaban ilusiones en los lugares y
representaban la eterna ruta de peregrinación. La puerta de entrada, impulsado por
la primavera, es una metáfora de la "puerta al cielo", la habitación principal
normalmente estaba iluminada por un tragaluz central fue utilizado generalmente
como una sala de conferencias y, como ellos van viajando a través de la
construcción, los espacios adquirían dimensiones siendo cada vez más reducidos,
al final del curso en un compartimiento cerrado del Santuario. A medida que se iba
avanzando, las divisiones iban hasta la penumbra, obteniendo la luz un carácter
esencialmente simbólico.

En la arquitectura clásica de la antigua Grecia, la luz natural pasa a ser utilizado


como una definición de la forma. Los edificios fueron estudiados para acentuar el
efecto de la luz, sombra y color. Las columnatas servían como un filtro de luz entre
el exterior y la cella. Arquitectónicamente el templo griego busca una concepción
espacial, se marca como un típico ejemplar de no-arquitectura, debido a la enorme
brecha de espacio interior cerrado para sí mismo, no siendo diseñado como la casa
de los fieles, más si cómo morada impenetrable de los Dioses. De esta manera,
apenas “a raros privilegiados era permitido el acceso a la obscura cella, e las
ceremonias religiosas se efectuaban, en regla, en altares elevados del lado de
afuera, sirviendo la fachada como un telón de fondo.”

Ya los romanos tratan el espacio como una sustancia de modelo y una altura de
escala monumental, obtenida a través de grandes proyectos estructurales de
ingeniería. La luz deleitaba a su plasticidad, integrada, mejorado a través de la forma
y las relaciones espaciales. Así, el espacio interior se convierte de gran calidad
debido a la gran vía escénica y dirección del manejo cuidadoso de la luz. En cuanto
a edificios públicos, luz natural era una referencia simbólica fuerte e innegable,
caracterizada por una masa construida que encierra un interior estático, materializa
el hilo de luz que se mueve al largo de los días.

El Panteón de Roma (118-128 d.C.) es uno de los ejemplos más emblemáticos. La


sala cupulada posee un óculo central por el cual la luz natural entra, a medida que
el sol va rotando a lo largo del día. Los rayos de luz pintan paredes y andares de
una manera espectacular, revelando el detalle y el color de las superficies internas
del edificio y creando un espacio que es totalmente cubierto y habitado por luz.

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