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Los Ecosistemas y Su Funcionamiento
Los Ecosistemas y Su Funcionamiento
En un ecosistema viven una serie de seres vivos (biota) y están relacionados por una serie de
factores abióticos, como la temperatura, la humedad, tipo de suelo o la salinidad.
A grandes rasgos, en zonas secas de mayor a menor temperatura tenemos desde desiertos
calientes a la tundra. En zonas no muy secas suelen habitar pastizales y en zonas de
precipitaciones altas, de mayor a menor temperatura, se forman bosques tropicales, bosques
caducifolios, bosques perennifolios (coníferas) y tundra húmeda.
Los seres vivos se pueden clasificar según sus características de alimentación en dos
grandes grupos según produzcan o consuman materia orgánica.
La materia orgánica es la que proviene de los organismos vivos (carne, leche, hojas secas…)
y la materia inorgánica son los materiales químicos del aire, agua, rocas y minerales. Así, los
seres vivos pueden ser:
▪ Autótrofos: Elaboran su propia materia orgánica a partir de nutrientes inorgánicos y una
fuente de energía del ambiente. Usualmente los autótrofos son plantas verdes que realizan
la fotosíntesis, usando clorofila para absorber la energía de la luz solar.
De forma muy excepcional, también existen bacterias que emplean un pigmento purpúreo
para realizar la fotosíntesis y otro tipo de bacterias quimiosintéticas
que no realizan la fotosíntesis, obteniendo su energía de compuestos químicos
inorgánicos (como el sulfuro de hidrógeno). Los autótrofos son los
llamados productores porque son los únicos organismos que producen materia orgánica
energética (glucosa, C6H12O6) a partir de agua y dióxido de carbono de la atmósfera.
Además, producen oxígeno (O2) que vierten a la atmósfera:
6 CO2 + 6 H2O + Energía Solar → C6H12O6 + 6 O2
Por supuesto, la glucosa producida se combina con minerales (nitrato, fosfato, potasio) que
obtienen del suelo para producir los tejidos vegetales y poder crecer.
Los principios básicos de la sostenibilidad de los seres vivos indican unas propiedades
necesarias para que un ecosistema pueda mantenerse indefinidamente. Estos principios los
cumplen los ecosistemas naturales y no son satisfechos por la mayoría de los ecosistemas
artificiales en donde el hombre vive o donde el hombre ha intervenido demasiado. Podemos
resumirlos a continuación:
1. Los ecosistemas RECICLAN todos sus elementos de modo que se libran de los desechos
y reponen los nutrientes, formando parte de un ciclo coherente. Muchas veces el hombre
establece el flujo (de nutrientes, materiales…) sólo en un sentido provocando problemas de
agotamiento en unos lugares y de contaminación en otros.
Por ejemplo, los residuos de los productos orgánicos que utiliza (basura orgánica), en vez de
devolverlos al suelo (abono) son depositados masivamente en basureros o tirados a las aguas
(ríos y mares) donde contaminan muchísimo (eutroficación). Por otro lado, como las tierras
de cultivo están muy explotadas se requieren abonos y como los anteriores se tiran, se recurre
a abonos químicos que, usados en exceso, contaminan las aguas subterráneas y de ahí gran
parte de la cadena alimenticia, aparte de la contaminación en el lugar de extracción,
transporte… Hay que recordar que con la basura orgánica y con los residuos de las plantas
de tratamiento de las aguas negras se puede hacer el mejor abono, reciclando los nutrientes,
como hace la Naturaleza..
2. Los ecosistemas aprovechan la ENERGÍA SOLAR como fuente de energía.
En cambio el hombre utiliza otras fuentes de energía contaminantes (nuclear, petróleo…),
incluso para la producción de alimentos (basados en la energía solar), para actividades como
preparación de los campos, fertilización, control de plagas, cosechado, procesado,
conservación, transporte…
Recordemos que en la Naturaleza prácticamente el 100% de la energía utilizada se obtiene
del Sol a través de las plantas verdes (productores), que realizan la fotosíntesis usando la
energía solar y otros compuestos (agua, dióxido de carbono, nitrato, fosfato, potasio…) para
crecer. Por otra parte, los consumidores son en la Naturaleza aquellos que no producen
materia orgánica, sino que utilizan la creada por los productores en el proceso
llamado respiración celular por el que devuelven a la Naturaleza el agua y el dióxido de
carbono que almacenaron los productores y utilizan la energía obtenida de esa reacción
química para vivir.
Observe que en la Naturaleza los productores y los consumidores se necesitan para poder
vivir, reciclan entre ambos los materiales y utilizan para todo la energía solar. Esta es una de
las razones más importantes para defender los bosques y crear nuevos. Las plantas limpian
el aire que ensucian los coches, fábricas… ¡anímate a plantar árboles!
3. El TAMAÑO de las POBLACIONES de consumidores debe permitir la regeneración
de los alimentos consumidos (que no haya pastoreo excesivo).
Como vimos antes en la Naturaleza los seres vivos se comen unos a otros excepto los
productores. Estos niveles son llamados alimentarios o tróficos. Pues bien, sólo una pequeña
parte de los alimentos pueden pasar al nivel trófico superior, por lo que en cada nivel trófico
debe haber menos individuos para garantizar la sostenibilidad (debe haber menos leones que
gacelas). Sin embargo, especialmente en los últimos años el hombre está provocando un
desequilibrio global, debido a un crecimiento desmedido de la población humana que
provoca una ingente pérdida de biodiversidad, deforestación, pesca y ganadería excesiva…
en definitiva un consumo excesivo de todo en general.
En particular, el consumo excesivo de carne se hace insostenible al ser tantos humanos
generando ese consumo. En Estados Unidos, la mitad de las hectáreas cultivadas son para
producir alimento para animales (sin contar lo invertido en la alimentación de mascotas
domésticas). Para producir un kilo de carne de vaca se necesitan 16 kilos de granos y forraje.
Dicho de otra forma, los vegetales necesarios para que una persona coma carne vacuna son
suficientes para que 16 personas pudieran mantenerse comiendo directamente esos vegetales.
Esa relación de 16:1 para la carne vacuna, varía en otros alimentos, como el cerdo (6:1), el
pavo (4:1), la gallina (3:1) o los huevos (3:1). Además, para que la carne producida sea barata
se maltrata a los animales (hacinamiento), se les medica en exceso, se les administra alimento
poco natural y se les engorda artificialmente. En general, una alimentación básicamente
vegetariana es más saludable, menos contaminante y evita sufrimientos a los animales. El
consumo abusivo de carne también ha sido criticado con dureza por el poeta y filósofo
español Riechmann y por el prestigioso filósofo de la ética Peter Singer, en su “Ética
Práctica“.
4. La BIODIVERSIDAD debe mantenerse. Cada ser vivo tiene un código genético (ADN)
único (excepto gemelos y clones) que garantiza la variedad y la riqueza de adaptación en
caso de cambiar o alterarse las condiciones de vida. Conforme se reduce una población
concreta, se reducen también las posibilidades de adaptación en el futuro. Incluso, si una
especie es rescatada del borde de la extinción y su número se restablece, tendrá una
uniformidad genética que será muy vulnerable (ante una enfermedad, por ejemplo).
La agricultura moderna, también impone monocultivos que son muy vulnerables ante plagas
y enfermedades, por lo que se abusa de pesticidas contaminantes. Las
variedades transgénicas (OMG, Organismos Manipulados Genéticamente) agravan ese
problema, aparte de generar otros en algunos casos (alergias, daños a otras especies…) y la
dificultad de asegurar su validez y seguridad. Gran parte de los medicamentos proceden de
plantas silvestres y aún quedan por explorar el 98% de la flora. A pesar de todo esto, la
biodiversidad está perdiendo diariamente multitud de especies animales y vegetales.
De ahí la importancia de conservar los bosques, ríos y mares, que es donde se conserva la
biodiversidad natural. Por lo mismo, las autopistas o autovías para coches separan
poblaciones de individuos evitándose las bondades del intercambio genético entre las
distintas poblaciones. En España, por ejemplo, ese es uno de los principales motivos por los
que el Lince Ibérico es el felino con mayor peligro de extinción del mundo.
Se concluye que “los ecosistemas más estables son los que tienen un grado mayor de
biodiversidad. Los sistemas simples, en particular los monocultivos, son inherentemente
inestables”. Por tanto, “conforme reducimos el tamaño de las poblaciones sobrevivientes —
lo que estamos haciendo con innumerables mamíferos, aves y otras especies—, disminuimos
inevitablemente la variación genética de sus fondos y con ello socavamos sus posibilidades
de adaptación en el futuro”, ante cualesquiera cambios inesperados en el entorno. Por
ejemplo, los monocultivos extensivos imponen una uniformidad genética que “es
extremadamente vulnerable a la aparición de plagas y enfermedades”. Más aún, los cultivos
de Organismos Manipulados Genéticamente (OMG), los llamados transgénicos, imponen
aún más esa uniformidad llevando a muchas variedades naturales (de maíz, soja…) a su
extinción. Aparte, hay que sumar otros riesgos (como alergias) derivados del consumo de
alimentos transgénicos.
La brutal pérdida de biodiversidad que se lleva produciendo en los últimos años nos lleva a
perder numerosas posibilidades. Pensemos, por ejemplo, que el 98% de la flora esta aún sin
examinar y que “si esta flora queda destruida antes de examinarla, perderíamos sustancias
medicinales de valor incalculable”.
▪ Seguridad en la vejez: Como en los países pobres no existe la seguridad social, ni las
jubilaciones y los servicios médicos deseables, entonces los ancianos necesitan de los
hijos para ser cuidados.
▪ Mortalidad infantil: Está muy relacionado con lo anterior, ya que si esta mortalidad es
elevada se producen tasas de fertilidad mayores. Tener una alta mortalidad infantil no
estabiliza la población y, por supuesto, es inaceptable.
▪ Explotación infantil: Cuando los niños en vez de ir al colegio contribuyen notablemente
al trabajo familiar, entonces los hijos son vistos como ayudas y no como cargas. En los
países desarrollados los hijos no contribuyen notablemente al bienestar familiar por lo
que son vistos como cargas: alimentarlos, vestirlos, educarlos…
▪ Educación: Es evidente la relación de este factor con el anterior. Cuando los niños van a
la escuela se les retira del trabajo familiar y suponen una carga extra (vestido, material…).
La educación de las niñas es todavía vista como innecesaria en multitud de países. Por
supuesto, la educación ofrece multitud de oportunidades nuevas.
▪ Condición de las mujeres: La discriminación de la mujer (acceso restringido a educación,
a negocios, a la propiedad…) fuerza a que sean vistas casi exclusivamente como
cuidadoras de hijos.
▪ Disponibilidad de anticonceptivos: Los estudios demuestran una fuerte correlación entre
tasas menores de fertilidad y el porcentaje de parejas que los utilizan.
En los países en desarrollo se ha creado, según estos científicos, un círculo vicioso entre
pobreza, degradación ambiental y fertilidad elevada. Los países ricos salieron de ese ciclo
gracias a la mejora paulatina de la sanidad y a que los excedentes demográficos emigraron a
América, Australia… En los países en desarrollo la rápida mejora en sanidad ha reducido la
mortalidad infantil sin dar tiempo a las parejas a adaptarse a esa concienciación.
Incluso, las empresas de alimentos infantiles han fomentado sus productos en países en
desarrollo, lo que hace que se pierda la alimentación materna y con ello aumenta la
posibilidad de que la madre quede nuevamente embarazada, aparte de que el uso de esos
alimentos con agua sin esterilizar hace aumentar las enfermedades infantiles. Se demuestra
que tan sólo el crecimiento de la riqueza no reduce todos estos problemas y, además, ese
crecimiento suele dejar al margen a la mayoría de la población. La Conferencia de El Cairo
de 1994 estableció también la necesidad de parar el crecimiento demográfico a través de los
factores expuestos. Lewis Preston, que era presidente del Banco Mundial resume: “si no nos
ocupamos del rápido crecimiento demográfico no vamos a reducir la pobreza y el desarrollo
no será sostenible”. El Fondo para la Población de las Naciones Unidas (UNFPA) participa
activamente en la solución de esos problemas, pero aún queda mucho por hacer.
Curvas demográficas
Las curvas demográficas pueden ser básicamente de dos tipos: En J, de rápido crecimiento
y caída brusca, y en S (S tumbada o sinusoidal), de crecimientos y bajadas suaves. La curva
en J se da cuando una población se desarrolla tan rápidamente que agota los recursos que
necesita (desarrollo insostenible). La curva en S es la normal en la naturaleza en la que el
hombre apenas haya influido y denota un sistema sostenible. Un ejemplo lo tenemos en la isla
de San Mateo de 330 Km2 en el mar de Bering. En 1944 una manada de 29 renos (5 machos)
se introdujeron en la isla, en la que no tenían depredadores. En 1963 se calculó que había
unos 6000 renos bastante desnutridos pues habían agotado casi todos sus recursos
alimenticios. Esto se conjugó con un invierno riguroso entre 1963 y 1964 provocando la
muerte de casi toda la manada. En 1966 había sólo 42 supervivientes. La gráfica de esta isla
es de tipo J. Por desgracia hay muchos más
casos como el de esta isla y casi siempre está detrás la mano del hombre. El crecimiento
demográfico de los humanos tiene, actualmente una curva en forma de J por lo que muchos
científicos han pedido que se apliquen políticas que estabilicen el crecimiento de nuestra
población o, nos pasará como a los renos de San Mateo.
La causa fundamental del hambre
Una conclusión importante que fundamentan estos autores es que “la causa fundamental del
hambre es la pobreza. Nuestro planeta produce suficientes alimentos para todos los seres
humanos de la actualidad. La gente que sufre de hambre o desnutrición carece de dinero para
comprar comida, o de tierras adecuadas para cultivar. Si por algún milagro la producción
mundial de alimentos se duplicara el próximo año, la situación de casi todos los que padecen
de hambre y extrema pobreza no cambiaría (…), [porque] los alimentos (…) fluyen en la
dirección de la demanda, no de las necesidades nutricionales”. Además, afirman que “no
hacen falta ciencias ni tecnologías nuevas para aliviar el hambre y al mismo tiempo promover
la sostenibilidad cuando cultivamos nuestro sustento”.
El problema radica en que existe una globalización económica desigual por la que los países
ricos venden libremente productos a los pobres y los productos de los países pobres tienen
problemas para ser vendidos en los países ricos ya que éstos últimos imponen aranceles o
subvencionan sus propios productos.
Según el biólogo Garret Hardin la ayuda a los pobres no debe ser en forma de alimentos ya
que “al repartir los alimentos. sólo estaremos fomentando el escalamiento de la población”.
Según Hardin, si queremos ayudar, debemos dirigir nuestros esfuerzos a abatir el crecimiento
demográfico. Existen organismos ambientales que tienen ese objetivo como prioritario.
Contabilidad ambiental y economía ecológica
Los autores de este libro muestran la exigencia de abrir una contabilidad ambiental en la que
se estime el costo de los recursos naturales, como la erosión de la tierra, la salinidad, la
contaminación por fertilizantes y pesticidas de las aguas superficiales y profundas y los
costos de salud. Cuando se hace de esta manera, las prácticas de conservación de recursos
recibirán el crédito que se merecen y es más probable que se llegue a la sostenibilidad. Lo
peor es que hay pocos incentivos para emplear este método de contabilidad.
El científico estadounidense Herman Daly es un gran estudioso de la Economía Ecológica
y sostiene que el gobierno de EE.UU. (y de muchos países) eleva sus ingresos gravando el
trabajo (el impuesto sobre la renta), en tanto que los recursos naturales son tratados como si
fueran gratuitos. Si no existieran tantos impuestos sobre la renta, la gente trabajaría por
menos dinero. Por esta situación las empresas reducen el trabajo al mínimo y manejan los
recursos como si fueran desechables. Consecuencias: Paro, contaminación y leyes para
regularlas. Daly plantea que cumpliríamos los propósitos de la sostenibilidad con más
facilidad si los gobiernos aumentaran sus ingresos gravando no el trabajo, sino el uso y el
agotamiento de los recursos naturales. Ejemplo: Los agricultores no pagarían impuesto sobre
la renta, pero pagarán si producen erosión o contaminación. Inicialmente los ingresos de los
agricultores podrían ser los mismos, pero tendrían un poderoso argumento para reducir los
impactos negativos al medio ambiente. Igualmente, también habría que poner un impuesto al
transporte de alimentos, para fomentar que se consuman productos locales.
El control de las plagas y el fracaso de los pesticidas
Para terminar esta parte, se expone la importancia del agua y su ciclo y cómo en multitud
de sitios de todo el planeta se consume más agua de la recomendable. Ejemplo: la Catedral
de Ciudad de México y otros grandes edificios de la ciudad presentan un manifiesto
hundimiento, causado por el agotamiento de los mantos freáticos (agua subterránea). En
multitud de lugares costeros ese agotamiento provoca la salinización de los pozos, efecto
que también se produce por la creación de embalses en los cauces de los ríos que impiden
que llegue el agua necesaria para mantener a salvo tal salinización. Además, los ríos aportan
nutrientes al mar y al reducirse drásticamente también se reduce la pesca. El ejemplo más
dramático de esto es la presa de Asuán en Egipto, un derroche económico que ha traído más
problemas que ventajas.
Es necesario respetar el agua y consumir la justa. Para ello en numerosos sitios se están
empleando las aguas grises, las ligeramente sucias de fregaderos, bañeras y lavadoras para
usarlos en los váteres o escusados, riego de césped o del jardín, lavado de coches… Para ello
es necesario disponer de un depósito colector de aguas grises.
3. Contaminación: de aguas, de aire, cambio climático…
Eutroficación: Es el proceso que ocurre cuando se vierten a las aguas (ríos, pantanos…)
desechos ricos en nutrientes orgánicos. Esos desechos pueden provenir de las aguas negras
de las casas de las ciudades o de las aguas subterráneas contaminadas con fertilizantes de la
agricultura. Especialmente, los detergentes con fosfatos aumentan el riesgo de eutroficación.
Este enriquecimiento de nutrientes, que puede ser positivo, para la tierra, es muy negativo
para el agua ya que facilita el crecimiento de fitoplancton (plantas microscópicas que flotan
en el agua) y esto hace que las aguas se vuelvan turbias en vez de cristalinas. Esta turbiedad
hace que las plantas del fondo (flora béntica sumergida) no reciban la suficiente luz para
realizar la fotosíntesis y acaban muriendo. Esta pérdida implica que se pierde también
grandes fuentes de alimentos, y hábitat, además de oxígeno disuelto (como resultado de la
fotosíntesis). Todo eso implica la pérdida de muchas especies animales, principalmente peces
y crustáceos. Hay que aclarar que la fotosíntesis del fitoplancton sólo abastece de oxígeno la
superficie. Al morir el fitoplancton se deposita en el fondo creando depósitos espesos de
detritos, que propician la proliferación de descomponedores, principalmente bacterias que,
además, agotan el poco oxígeno disuelto y que despide un olor fétido de los productos de
desecho de esas bacterias.
Por tanto, si vemos una masa de agua turbia, con poca vida podremos asegurar que la
eutroficación es la causa. A pesar de ella, pueden existir peces que vivan adaptados a la
superficie viviendo a costa del fitoplancton. A parte de reducir la biodiversidad, la
eutroficación hace que el agua sea poco atractiva para nadar, remar… y pierde mucha calidad
para llegar a ser consumida por el hombre.
Para evitar la eutroficación es necesario depurar las aguas negras de las ciudades antes de
verterlas al mar o a los ríos. De esta depuración, además podemos obtener un abono rico en
nutrientes que devuelva a éstos a su ciclo natural. Para simplificar esa depuración es muy
importante no verter a las aguas residuales de las vivientas (lavaderos, váteres…) productos
no biodegradables (pinturas, colillas, disolventes…) y otros contaminantes (plomo, mercurio,
cadmio, cromo…).
Por otra parte, en este apartado de contaminación requiere especial atención aquella
producida por productos químicos peligrosos. En cada etapa del ciclo de vida de estos
productos, desde su extracción hasta su eliminación, pasando por su transporte o su
utilización, el producto químico o el artículo que lo contiene puede contaminar el medio
ambiente poniendo en peligro la salud de los seres humanos. Hay multitud de ejemplos de
esto y algunos son, por desgracia, famosos a nivel mundial: El derrame de petróleo en Alaska
del buque Exxon Valdez en 1989, la enfermedad de Minimata (Japón) por intoxicación por
mercurio de principios de la década de 1970, el caso del DDT citado anteriormente, el
incendio del río Cuyahoga (EE.UU.) que propició la Ley de Aguas Limpias de 1972, el caso
de Love Canal (Nueva York) en el que un viejo vertedero se usó para construir viviendas
cuyos inquilinos resultaron envenenados, produciendo intoxicaciones, abortos, defectos
congénitos…
Como dato curioso podemos anotar que la Agencia de Medio Ambiente de EE.UU. (EPA)
tiene una lista de casi 1300 sitios peligrosos que hay que inspeccionar regularmente y sólo se
suelen tomar medidas si existe amenaza para la salud humana.
El libro explica la existencia de racismo ambiental en el mundo en general y en EE.UU. en
particular. En ese país expone 3 ejemplos en los que los sitios elegidos para una incineradora
y dos rellenos sanitarios de residuos peligrosos, son lugares habitados en sus cercanías por
minorías: negros, latinos e indios de la tribu chaeta.
La solución a estos problemas que proponen estos científicos es la misma que a otros de
similar naturaleza: Evitar consumir productos que requieran algún tipo de contaminación. En
síntesis, evitar el consumismo, pero además, detallan 4 medios para enfrentarnos a estos
problemas de contaminación: (1) Prevención. (2) Reciclado. (3) Tratamiento para reducir la
peligrosidad. (4) Descargas seguras, para evitar la contaminación durante el almacenamiento.
A pesar de las dificultades, los dos autores concluyen que “hay todas las razones para creer
que podemos gozar de los beneficios de la tecnología moderna sin contaminar y destruir la
sostenibilidad de nuestro ambiente”. Sobre el consumismo también habló magistralmente el
escritor Joaquín Araújo en su libro “Ecos… Lógicos, para Entender la Ecología“, aparte de
otros temas como la ecologización de la economía, la tortura pública de toros, la importancia
de los bosques y, en síntesis, el significado del “ser ecológico”.
Contaminación atmosférica
Con respecto a la contaminación del aire es fácil saber la procedencia principal de esa
contaminación: Combustión, procesos industriales y transportes. Normalmente la
temperatura disminuye con la altura y como el aire caliente tiende a subir se lleva la
contaminación a capas superiores de la atmósfera. Sin embargo, la inversión térmica se
produce de noche cuando, al no calentar el sol, cesa la corriente ascendente y se forma una
región en la que la temperatura superior es mayor que la inferior, evitando que los gases
contaminantes asciendan y se dispersen. Normalmente, al día siguiente el proceso se
normaliza y se dispersan los gases de nuevo, pero si por un día nublado la inversión térmica
dura más de lo normal, los gases quedan atrapados provocando un exceso de contaminación
peligrosa para la salud humana que ha causado ya miles de muertos, aparte de otras
enfermedades (bronquitis…). Ejemplos típicos son las ciudades de Donora y Ciudad de
México, pero el caso más alarmante ocurrió en 1952 en la ciudad de Londres que provocó
4000 muertos. También se producen daños en la vegetación que está muriendo en grandes
zonas cercanas a las ciudades por este motivo. Por ejemplo, en algunas zonas de California
ya no es posible cultivar cítricos y en multitud de áreas del mundo el rendimiento agrícola
disminuye.
Los efectos de este tipo de contaminación son acumulativos y producen efectos sinérgicos si
se combinan con otros tipos de intoxicaciones. Por ejemplo, está ya muy demostrado que
“los fumadores que viven en ambientes contaminados padecen una incidencia mucho mayor
de enfermedades pulmonares que quienes respiran aire limpio”. Pero aclaran que “el tabaco
causa más muertes y sufrimiento entre los adultos que cualquier otro material tóxico del
ambiente”. Todo esto explica porqué dejar de fumar es tan recomendable.
La solución, desde luego es compleja pero pasa por dos medidas urgentes. Una es la
reducción de las emisiones peligrosas en procesos industriales (fábricas, incineradoras…).
Para ello es necesario aplicar diversos mecanismos, entre los que se encuentran el uso de
dispositivos que filtran el humo que sale de las chimeneas evitando verter al aire las partículas
más peligrosas. Una segunda medida urgente es reducir el uso de transporte a base de
gasolina y, por supuesto, obligar a que esta gasolina sea sin plomo en todo el mundo. Para
ello es necesario fomentar el transporte público y la bicicleta, como ya se han visto obligados
a hacer en ciudades como Tokio. En Portland (Oregón) se desechó la construcción de
autovías para apostar por un sistema de trenes que aligeró el tráfico en las vías que llevan al
centro de la ciudad. Según estos autores, está demostrado que la construcción de autovías o
vías rápidas en las ciudades, lejos de solucionar el problema lo agravan, porque fomenta el
uso del automóvil y porque al final esas vías, que pretendían ser la solución, acaban también
colapsadas. Los automóviles eléctricos son una buena solución si esa electricidad es
producida mediante fuentes de energía renovable, ya que si no es así tan sólo conseguimos
trasladar la contaminación de un sitio a otro.
Contaminación en interiores: En tu casa, en tu trabajo…
Se ha demostrado que en muchas ocasiones el aire de los interiores está contaminado porque
diversos materiales emiten compuestos orgánicos volátiles (alfombras, tapicerías, plásticos,
fibras artificiales…), además de la contaminación química de limpiadores, insecticidas,
pegamentos, pinturas y barnices…
La solución para evitar respirar aire contaminado es más fácil de lo que parece:
Bill Wolverton, ingeniero ambiental de la NASA estudió a comienzos de los setenta el
problema de mantener limpio y saludable el aire en los vehículos espaciales.
Comenzó estudiando las plantas domésticas y resultaron mucho mejores de lo que había
esperado. A partir de niveles “peligrosos” de varios compuestos orgánicos volátiles,
Wolverton encontró que algunas plantas reducen la contaminación a niveles no detectables
en 24 horas. Dos de las más eficaces fueron los cleomes y los filodendros (philodendron,
género con más de 250 especies de la familia de las aráceas ornamentales), que también se
encuentran entre las plantas domésticas que son más fáciles de cuidar: toleran casi cualquier
condición de iluminación, basta regarlas 1 ó 2 veces por semana, son resistentes a las plagas
y no tienen flores que provoque alergias. Además, se plantan con facilidad: los filodendros
de esquejes y los cleomes de los numerosos estolones que echan. Estas plantas pueden ayudar
también a limpiar la contaminación del aire en el interior de las viviendas. Ponga plantas en
su vida y regálelas, parece un buen lema para respirar mejor.
En los países industrializados, el control de la contaminación es una industria creciente “que
provee millones de empleos y es una parte importante de la economía”. Pero lo más
importante son los inmensos “costos evitados” tanto en gastos sanitarios (que pueden
medirse) como en salud (que no puede medirse).
La lluvia ácida
Las dos últimas soluciones son las más adecuadas pero requieren cambios bruscos en las
políticas energéticas. Por una parte se trata de fomentar las fuentes de energía alternativa
(solar, eólica…) y por otra, reducir el consumo de electricidad que es, sin duda, “la mejor
medida, y ha sido llevada a cabo en algunas aplicaciones”.
En 1993, el geoquímico James W.C. White escribió en la revista Nature: “Si la Tierra
viniera con instrucciones, el capítulo sobre el clima empezaría con una advertencia de que el
sistema fue ajustado de fábrica para la mayor comodidad y que no hay que tocar los botones”.
Como ocurre con un invernadero, la energía luminosa del sol pasa por la atmósfera y es
absorbida por la Tierra que se calienta y emite su calor en forma de radiación infrarroja. Parte
de esa radiación escapa al espacio exterior, pero otra parte no puede escapar ya que existen
una serie de gases en la atmósfera que se lo impiden. Son los llamados gases de invernadero:
dióxido de carbono (CO2), vapor de agua, metano (CH4), óxido nitroso, CFCs y otros
halocarburos y otros gases menos importantes. Estas emisiones se han llamado emisiones de
lujo, “porque son en buena medida el producto de un estilo de vida que está vedado a la
mayoría de los países”.
El dióxido de carbono es el más preocupante ya que desde la revolución industrial el hombre
está generando grandes cantidades de este gas. Estados Unidos y Canadá producen el 25%
del total mundial y Europa genera el 18% (datos de 1992). La pérdida de bosques influye
también: Por una parte al quemarse emiten mucho dióxido de carbono y por otra los árboles
vivos ayudan a eliminar grandes cantidades de este gas. El metano es un producto de las
reacciones microbianas de fermentación y lo emiten las minas de carbón, tuberías de gas,
pozos petroleros… y también se forma en el estómago de los rumiantes, por lo que se piensa
que la ganadería es causante de mucho del aumento de este gas en la troposfera.
Por tanto, el efecto invernadero está provocando un calentamiento global de todo el planeta.
Pero, ¿cómo estar seguros de que el incremento de tales gases causará un aumento
permanente de la temperatura promedio de la Tierra? La respuesta que dan estos autores es
clara: “no podemos estar seguros”, pero “todas las pruebas examinadas hasta ahora apuntan
a una fuerte probabilidad de que, conforme aumentan los niveles de los gases de invernadero
en la troposfera, la temperatura del planeta ascienda y produzca grandes cambios climáticos.
Los científicos han llegado a un consenso en este punto, como lo hizo público el Grupo
Intergubernamental sobre el Cambio Climático”.
Resumiendo mucho, los efectos del calentamiento global son: cambios climáticos
regionales, en Europa los vientos se han vuelto cálidos y secos, el efecto conocido como El
niño, crecerán la intensidad de las tormentas y la frecuencia de los huracanes hasta el punto
de que las compañías aseguradoras se han interesado por este fenómeno debido a las grandes
sumas que ya han pagado. También se está produciendo una disminución del hielo en los
polos, un retroceso de los glaciares y un ascenso en el nivel del mar con el consiguiente
impacto en los ecosistemas, incluyendo el humano (mucha gente tendrá que emigrar tierra
adentro y tengamos en cuenta que las ciudades costeras son el hogar de más de la mitad de
la población mundial).
En síntesis, las soluciones que indican estos autores son: establecer un tope en las emisiones
de dióxido de carbono (como dice el protocolo de Kioto que EE.UU. se niega a cumplir),
estimular la energía nuclear si se resuelven las cuestiones acerca de los costos, la fiabilidad
y el gasto de combustibles y los desechos nucleares, eliminar los CFCs, detener la pérdida de
bosques y plantar árboles en áreas deforestadas, tasar con impuestos cada vez más rígidos el
carbono de los combustibles siguiendo la norma de que “el que contamina, paga”, y por
último, invertir en energía renovable.
Deterioro de la capa de Ozono (O3)
Como también dijo Carl Sagan en su libro “Miles de Millones” este es un buen ejemplo para
la humanidad, aunque aún no está todo solucionado. “No sufrimos más efectos nocivos de
los rayos ultravioleta [del sol] porque la capa de ozono de la estratosfera absorbe casi toda
esa radiación (más del 99%)”.
Diversos gases de origen humano, principalmente los CFCs (clorofluorocarbonos)
reaccionan con el ozono haciendo que la cantidad de este gas se reduzca drásticamente. Ese
gas no es el único: “como fumigante del suelo y pesticida, se piensa que el bromuro de metilo
es la causa del 10% de la pérdida del ozono de la estratosfera”. El principal agujero de esta
capa de ozono está en el polo Sur que afortunadamente no está habitado por el hombre. En
Australia el problema es más serio y se calcula que en Queensland, donde la capa de ozono
es más delgada, 3 de cada 4 australianos padezcan cáncer cutáneo. Pero los datos revelan
tendencias claras a la baja de ozono en todo el mundo y más notables en Europa y América
del Norte que en Asia oriental, por ejemplo.
Algunas de las lecciones que según estos autores debemos aprender de este problema es que
“el Protocolo de Montreal (de 1987 para la prohibición de gases CFCs) fue redactado antes
de que se señalara con tanta claridad a los CFCs como causantes de la destrucción de la capa
de ozono”. Posteriormente se hicieron diversas enmiendas (en 1990 y 1996) y “casi todos los
países del mundo estuvieron de acuerdo en emprender medidas costosas con el fin de proteger
un recurso mundial: la capa de ozono”. Pero “incluso con la prohibición, hay tales cantidades
de CFCs en automóviles, refrigeradores y acondicionadores de aire que el deterioro normal
de las unidades seguirá contribuyendo a los niveles de CFCs durante algunos años”. En 1995
se concedió el premio Nobel de química a 3 científicos por sus descubrimientos en este
campo, por su posterior lucha política y por “salvarnos de un problema ambiental que pudo
haber sido de consecuencias catastróficas”.
Contaminación y política: Las leyes en defensa de la Naturaleza
“En las sociedades democráticas la responsabilidad última por las políticas ambientales es de
los ciudadanos”. Thomas Jefferson afirmó: “No conozco otro lugar más seguro para depositar
los poderes de la sociedad que el propio pueblo; y si creemos que carece de luces suficientes
para ejercer su control en la forma más discreta, el remedio no es despojarlo del poder, sino
ilustrarlo”.
Es evidente que el medio ambiente merece ser protegido por el bien común: “Millones de
muertes y la difusión de muchas enfermedades se deben en última instancia a la degradación
del ambiente”.
Estados Unidos, el país más contaminante del planeta es también uno de los que más y
mejores leyes de protección medioambiental tienen. Aunque parezca una demostración de
que el mundo está “al revés”, como dijo Galeano en su libro “Patas Arriba“, en realidad es la
consecuencia de una sociedad moderna y sus empresas son extremadamente competitivas.
Su excesiva contaminación es debida al sistema de vida que llevan y al exagerado
consumismo de su sociedad, que tampoco dista mucho del de otros países ricos como Canadá
o Europa, y que se estudiará más adelante. No faltan quienes se quejan de las limitaciones
que exigen las leyes de protección ambiental: “Quienes se quejan del sistema actual de
restricciones no se fijan en el pasado, cuando libre empresa significaba la libertad de amasar
fortunas a costa del ambiente”.
“Se podrían citar numerosos casos de pérdidas de empleos originadas por las
reglamentaciones ambientales”, pero la protección ambiental “es una de las que más empleos
crean, tienen más ganancias y generan más ventas”. Un riguroso estudio de Roger Bezdek
en Environment (1993) llevaba a la conclusión de que los estados con reglamentos más
estrictos tienen mayores tasas de crecimiento del empleo y de desempeño económico. Según
el estudio, los patrones atribuyeron a causas relacionadas con la protección del ambiente sólo
el 0.1% de los despidos.
Estos autores sugieren que “quizá no sea coincidencia que en los antiguos países comunistas
de Europa, donde se suspendieron las medidas ambientales para favorecer la industria, las
economías y los ecosistemas sean zonas de desastre”. “Las preocupaciones por la eficiencia
energética, el control de la contaminación y la conservación de los recursos han estimulado
a las empresas para que modifiquen sus tecnologías de manera que las hagan más
competitivas”.
Así, un buen control legal en defensa del medio ambiente no es sólo necesario para la
sostenibilidad sino que tiene ventajas económicas tarde o temprano. “Las políticas
ambientales no disminuyen la riqueza de las naciones, sino que la transfieren de los
contaminadores a quienes controlan la contaminación y la generan menos”. Enriquecerse a
costa de dañar la Naturaleza puede ser beneficioso para el que se enriquece, pero es nefasto
para la sociedad. Una sociedad próspera debe por tanto tender a un desarrollo sostenible que
cuide su riqueza natural.
En el tema de las políticas legales hay que responder a dos cuestiones:
Virus 4.000
Bacterias 4.000
Hongos 72.000
Protozoarios 40.000
Algas 40.000
Plantas 270.000
Nematodos 25.000
Artrópodos Crustáceos 40.000
Artrópodos Arácnidos 75.000
Artrópodos Insectos 950.000
Moluscos 70.000
Cordados (procordados y vertebrados) 45.000
Otros 115.000
TOTAL 1.750.000
Extinción de especies
En los últimos años está sucediendo una extinción masiva de especies causada por el
hombre y sus actividades. Por ejemplo, “en Estados Unidos se han extinguido por lo menos
500 especies de plantas y animales y cientos más están en peligro”. En ese país se creó el U.S.
Fish and Wildlife Service para proteger la biodiversidad. En su lista oficial de especies
amenazadas o en peligro de extinción hay cientos de especies y deberían estar más, pero los
trámites son lentos. Sólo en Hawai se estima que más de 400 especies se extinguirán o sus
respectivos hábitats quedarán tan reducidos que su desaparición será inevitable antes de que
las inscriban en la lista. “Se calcula que sólo en los bosques tropicales las pérdidas llegan a
17.000 especies al año”, aunque, por otro lado esta extinción catastrófica se basa en buena
parte en especies que nadie ha clasificado.
“Algunos ecologistas comparan la mengua de la biodiversidad con un vuelo en un avión al
que le quitamos continuamente los remaches. ¿Cuántos remaches podemos quitar?.”
¿Qué valor tiene una especie para que merezca ser conservada? Básicamente, hay dos tipos
de valores: Valor utilitario, por el beneficio que aporta esa especie (alimentación,
compañía…) y valor intrínseco, que es un valor menos antropocéntrico y quizás por eso más
difícil de justificar. Concretando un poco más el valor de las especies naturales podemos
dividirlo en cinco categorías:
1. Recursos para la agricultura, silvicultura, acuacultura y ganadería: Las poblaciones
silvestres tienen muchos rasgos de resistencia a los parásitos, la competencia, la
tolerancia a las condiciones adversas y otras formas de vigor. En la agricultura se tiende
a perder esos rasgos porque la selección es en el sentido de la producción, no del vigor.
En muchas ocasiones, los cultivadores buscan en las poblaciones silvestres relacionadas,
los rasgos que desean para introducirlos en el cultivar. La pérdida de plantas no sólo hace
perder esta posibilidad sino que, además, perdemos nuevos cultivares. Actualmente,
trigo, maíz y arroz satisfacen el 50% de la demanda mundial de alimentos. Esta limitada
diversidad es poco adecuada para la producción en condiciones ambientales variadas.
También la riqueza en la biota es un mecanismo para el control de plagas, como vimos
anteriormente.
2. Recursos medicinales: También hablamos anteriormente del inmenso potencial de la
biota para producir medicinas. La pérdida de muchas especies nos bloquea el descubrir
sus propiedades.
3. Valor comercial: El ecoturismo es un sector en alza y para muchos países en desarrollo
es su principal fuente de ingresos. Costa Rica, por ejemplo, es un país que ha sabido sacar
partido de sus maravillas naturales sin sacrificarlas, manteniendo gran biodiversidad.
4. Valor recreativo, estético y científico: Pesca y caza deportiva, excursionismo,
observación de animales… son también importantes, a parte del hecho de conocer la
existencia de animales aunque nunca se vaya a verlos (ballenas, pandas…). También el
estudio científico es un valor importante.
5. Valor intrínseco: Muchos afirman que los humanos no tienen derecho a acabar con
especies, pero este argumento tienen dificultades, como la defensa de los agentes
patógenos y los parásitos. Otros buscan argumentos religiosos (en el Antiguo Testamento
Dios expresa su preocupación por las especies cuando las crea, y el Corán proclama que
proteger el ambiente alaba al creador).
Motivos de la pérdida de biodiversidad
Alteraciones en el hábitat: Dentro de esta categoría distinguimos los siguientes motivos:
▪ Conversión: Las áreas naturales se convierten en zonas humanizadas (casas, puertos,
industrias…).
▪ Fraccionamiento: “Determinadas formas de urbanización (por ejemplo las autopistas)
que fraccionan los territorios y evitan el paso [de especies] de un segmento al otro hará
que la población desaparezca si ninguna de las regiones es capaz de sostener su número
crítico”.
▪ Simplificación: El hombre tiende a simplificar los ecosistemas. Los bosques explotados
sólo albergan una o pocas especies, perdiéndose además las especies de plantas y
animales que dependen de los árboles menos favorecidos. También el canalizar ríos y
arroyos supone daños al ecosistema. Muchas veces se llama “limpiar” a quitar troncos
viejos y hojarasca que es la casa de muchas especies.
Factor demográfico: La expansión de la población humana es, como ya vimos, culpable de
gran parte de la pérdida tanto de ecosistemas como de biodiversidad. “El deseo de la gente
de una vida mejor, la pobreza desesperada de las poblaciones rurales y el mercado mundial
de madera y otros recursos naturales son fuerzas poderosas que van a seguir agotando la
riqueza biológica. (…) Una clave para impedir la pérdida de la biodiversidad radica en
detener el crecimiento demográfico”.
Contaminación: También de esto hemos hablado anteriormente. Los “efectos catastróficos
del calentamiento mundial” se producen porque la mayor parte de las especies se adaptan
con lentitud y, como vimos, el hombre está provocando cambios muy rápidos.
Especies exóticas: Son aquellas que son introducidas en zonas donde no existían de forma
natural, tanto de forma voluntaria como involuntaria. “Las especies exóticas son los
principales agentes de la desaparición de las nativas y se calcula que son causantes del 40%
de las extinciones desde 1600”. Por poner un ejemplo curioso, “los 60 millones de gatos
domésticos y silvestres de Estados Unidos son muy eficaces para atrapar pájaros y mamíferos
pequeños”. Existen multitud de ejemplos documentados de cómo una especie introducida
acaba extinguiendo a otras especies que antes vivían en armonía.
Abuso: Una “combinación de codicia económica, ignorancia y desesperación” producen una
sobreexplotación de los recursos naturales. La caza y la pesca descontroladas producen
muchos daños a la biodiversidad a pesar de que en muchas ocasiones las especies están
protegidas legalmente. El tráfico de especies y sus productos es un buen negocio porque no
faltan clientes sin escrúpulos capaces de comprar muebles de maderas tropicales (ébano…),
mascotas exóticas, pieles de animales salvajes, supuestas medicinas de órganos animales
(cuerno de rinoceronte, huesos de tigre…), alfombras de osos, patas de elefante y rinoceronte,
productos de marfil, zapatos y bolsas de piel de reptiles… El comercio de especies exóticas
para mascotas es especialmente grave: peces, reptiles, aves y plantas. “En muchos casos,
estas especies se toman de sus poblaciones naturales de reproducción y, cuando esto ocurre,
da lo mismo que estén muertas en términos de conservación de la especie”.
El World Wildlife Fund (WWF) (y su filial española WWF), “una organización privada
internacional, mantiene una unidad atenta al comercio de vida silvestre”, pero la labor es de
todos si queremos que la vida salvaje continúe viviendo.
Ecosistemas bajo presión
En gran parte de África, los bosques van desapareciendo para utilizarse “como leña por
aldeanos cuyo número aumenta con uno de los índices de crecimiento demográfico más
acelerados del planeta”. Este desértico panorama hace que el agua de lluvia no cale en el
suelo y se arrastre llevándose consigo la fertilidad del suelo hasta el mar. Una excepción
es Kenia con gran variedad de árboles nativos y frutales. Se han plantado muchos árboles
gracias a la iniciativa de Wangari Maathai que inició el movimiento Cinturón Verde.
Examinemos brevemente los ecosistemas presionados por el hombre:
Bosques y arboledas: “La mayor amenaza para los bosques no es la mera explotación, sino
la eliminación total. (…) Así, los bosques siempre han sido un obstáculo para la ganadería y
la agricultura convencionales. La primera tarea que emprendieron los colonizadores europeos
del hemisferio occidental fue aclarar los bosques para sembrar”. Las consecuencias de ese
abuso son graves: Se reduce la productividad general (no desde el punto de vista humano) y
las reservas de nutrientes y biomasa, disminuye la biodiversidad, erosión y sequedad del
suelo, alteraciones en el ciclo del agua y pérdida de un gran sumidero de dióxido de carbono.
Desde un punto de vista práctico, el libro expone un conjunto de buenas prácticas para
explotar los bosques conservando sus servicios ecológicos.
En Brasil, los campesinos aclaraban zonas boscosas para sembrar. Como muchos suelos
tropicales no se prestan para la agricultura y se agotan los nutrientes en unos cuantos años,
los campesinos vuelven a las ciudades o toman nuevas tierras, después de vender, a veces,
sus tierras a los ganaderos. Las explotaciones ganaderas destruyen también el bosque, “con
el fin de proveer carne a las naciones industrializadas. En los últimos 10 años, más de 3% de
los bosques tropicales de América Latina se han convertido en campos de pastoreo, otro
ejemplo de que la economía mundial acentúa la explotación de los recursos de los países en
desarrollo”. A todo esto se une que los países en desarrollo suelen malvender sus bosques.
para pagar las deudas externas, a compañías multinacionales que extraen la madera sin
preocuparse por reforestarlos.
Aunque parece que Brasil ha logrado el control de la deforestación, aún hay cosas por hacer,
pero mucho peor está la situación en el sureste de Asia, donde la tala para el mercado
internacional se ha intensificado. Filipinas, Indonesia y Malasia, son ejemplo de ello, pero
también Guyana y Surinam en Sudamérica están sufriendo graves deforestaciones.
Pesca Marina: A mediados de los 70 la ONU amplió el límite de las aguas jurisdiccionales
de las 12 a las 200 millas marinas, de forma que cada país fuera el propietario de más agua y
también el responsable de su explotación. Ya que muchas zonas pesqueras al estar en aguas
internacionales eran explotadas sin control alguno, llegando al agotamiento de sus recursos
pesqueros. Un ejemplo es Grand Banks en Canadá, frente a Terranova, que tuvo que ser
cerrado indefinidamente en 1992, para evitar su total destrucción. “Las pruebas indican que
las reservas se resarcen en cuanto se reducen las presiones de la pesca”.
El problema de la pesca es evidente: “Hay demasiados barcos equipados con alta tecnología
que no dejan escapar muchos peces, ni siquiera los pequeños”. Hay que establecer
mecanismos para permitir que las especies se recuperen. Por ejemplo, en Nueva Zelanda “se
establecen cuotas de captura máxima y los pescadores se las dividen (…) en libertad de
escoger cuándo y cómo tomarán su parte”.
Caza de ballenas: Por la belleza y tamaño de estos animales, su protección es defendida por
la mayoría del planeta. Su historia es larga y penosa. En resumen, fueron muy mermadas
hasta finales de los ochenta. Principalmente los países cazadores son Japón, Noruega e
Islandia. En 1986 la Comisión Ballenera Internacional (CBI) puso una moratoria a la captura
de todas las especies de ballenas pero esos 3 países no respetaron la decisión con la mala
excusa de “caza científica” cuya carne acaba en los mercados de forma evidente. Esta lucha
es quizás una de las más emblemáticas del grupo ecologista GreenPeace. En 1994 se
consiguió crear un santuario de ballenas en el océano Antártico, a partir de los 40 grados de
latitud Sur. Más recientemente, Japón ha comprado votos de pequeños países para imponer
sus criterios, a pesar de las críticas de la comunidad internacional. En todo el mundo crece,
sin embargo, una empresa turística basada en la observación de estos maravillosos cetáceos,
por lo que los japoneses se están quedando solos haciendo el ridículo ante el mundo y ante
la Historia.
Arrecifes de coral: Los corales viven en simbiosis con algas fotosintéticas y, por ende,
nunca prosperan a más de 75 metros de profundidad. Los corales protegen las costas, son
atracciones turísticas, albergan gran cantidad de peces y crustáceos y son una fuente notable
de alimentos. A pesar de todo en los últimos años han sido destruidos y degradados a un
ritmo alarmante, principalmente por temperaturas anormalmente elevadas y por la
eutroficación de las aguas costeras.
Manglares: Se trata de árboles costeros que arraigan en los sedimentos marinos
superficiales, protegiendo la costa de las tormentas y la erosión, creando un criadero y refugio
para muchas especies. Por una parte, están siendo talados en exceso en multitud de países
(Camerún, Indonesia, Bangladesh, Filipinas, países Sudamericanos…). Por otra, se están
destruyendo para construir estanques costeros para la cría del camarón, una “industria
millonaria dedicada a satisfacer la gran demanda de los países desarrollados”, bajo el nombre
de Langostino Tropical. Con esto, las riberas se han erosionado, la vegetación marina se ha
cubierto de cieno junto con los corales y se han arruinado las zonas de pesca tradicionales,
arruinando el sistema de vida de muchos nativos, a favor de empresas que sacan mucho
partido de la destrucción.
Ecosistemas como recursos
Según estos autores, los servicios naturales más valiosos de estos ecosistemas son:
Mantenimiento de los ciclos hidrológico, del oxígeno y del nitrógeno, modificación del
clima, absorción de contaminantes, transformación de sustancias tóxicas, control de la
erosión y formación del suelo, control de plagas y almacenamiento y mantenimiento del ciclo
del carbono. Estamos tan acostumbrados a estos servicios que los damos por hecho hasta que
los perdemos. Por ejemplo, la deforestación en la India es en buena medida el origen del
encenegamiento y las inundaciones en Bangladesh.
¿Por qué tanta destrucción? “Las áreas naturales serán protegidas sólo si el valor que la
sociedad asigna a sus funciones es mayor que el que obtiene de explotar sus recursos“.
Contabilidad ambiental: El fracaso del PNB (o PIB)
“Nuestro sistema económico no contabiliza la pérdida de bienes y servicios ambientales
cuando calcula la riqueza y el progreso. (…) El producto nacional bruto, PNB, es la suma de
todos los bienes y servicios que genera cada país en cierto tiempo y es el indicador más
común de su riqueza y del estado de su economía. (…) Los economistas que hace [más de]
50 años inventaron el PNB como instrumento de medida dejaron fuera de sus cálculos toda
consideración de la depreciación de los recursos naturales, una omisión que ahora es muy
criticada por los economistas ambientalistas. (…) A menudo, proteger los recursos comunes
es un negocio arduo”, ya que lo que es común tiende a ser explotado al máximo, con el
convencimiento de que lo que no explote uno mismo, será explotado por otro. Es lo que el
biólogo Garrett Hardin llamó “la tragedia de los comunes” (1968).
El uso del PNB o PIB también fue criticado por el economista francés
De Jouvenel. (libro de recomendada lectura, junto con el que trata de Georgescu-Roegen).
La Naturaleza como empresa
“Suele decirse que se nos acaba el espacio para ponerla, pero es un error; nos falta espacio
sólo porque los políticos se niegan a tomar decisiones impopulares en cuanto al uso del suelo
y el manejo de los desechos. En buena medida, su negativa a adoptar medidas rigurosas
manifiesta un rasgo irresponsable de nuestra sociedad moderna: nos hace felices comprar los
artículos bien exhibidos en los centros comerciales y con mucha promoción en los medios
informativos, pero somos reacios a aceptar las consecuencias de no deshacernos del todo de
ellos”.
“Con los años, el monto de los desechos municipales sólidos ha venido en constante aumento,
en parte por el crecimiento demográfico pero sobre todo por el cambio en los estilos de vida,
el incremento de los materiales desechables y el exceso de embalajes”. Estados Unidos
genera al día más de 2 kilos de basura por persona. Algunos países facturan a cada domicilio
por volumen y peso de la basura, lo que estimula a los usuarios a reducir la cantidad de basura
que generan.
Todavía en muchos países la forma de deshacerse de la basura son basureros a cielo abierto
donde a veces se queman para reducir su volumen y prolongar la vida del basurero. Esa
combustión genera una contaminación atmosférica excesiva. Los países más avanzados
adoptan una de las siguientes opciones, o varias a la vez:
1. Rellenos sanitarios: Se trata de depositar las basuras en sitios especiales donde se cubren
de tierra, evitando la contaminación atmosférica y las alimañas (ratas…). Cuando el agua se
filtra, es posible que disuelva sustancias químicas y las arrastre. Ese proceso,
llamado lixiviación, puede darse en los basureros y puede llegar a contaminar las aguas
freáticas que circulen por debajo del vertedero, por lo que antes de establecer un vertedero
debe acondicionarse para que ello no suceda. En Florida (EE.UU.) hay más de 200 rellenos
municipales que están contaminando el agua que beben las personas y “costará entre 10 y
100 millones de dólares limpiar cada sitio: demasiado por eliminar desechos baratos”. Otro
problema es que la materia orgánica al estar sin oxígeno se descompone creando biogás (dos
tercios de metano, con hidrógeno y bióxido de carbono), que es muy inflamable. En EE.UU.
“más de 20 casas a distancias de hasta 300 metros de los rellenos” han explotado por
escurrimientos de este biogás. Aparte, este gas envenena las raíces de todas las plantas. Lo
bueno es que el biogás puede emplearse como combustible si se tienen instalaciones
adecuadas para su extracción y conducción. Por otra parte, la descomposición de la basura
es lenta, incluso en materiales biodegradables, pero además existen muchos elementos que
no son biodegradables (plásticos…). El relleno más grande del mundo es el de Fresh Kill,
para Nueva York, y recibe 13.000 toneladas al día de basura. El Estado de Nueva York es el
que más basura exporta fuera de sus fronteras, con 3.8 millones de toneladas anuales y recicla
apenas el 5%. Canadá también exporta miles de toneladas a EE.UU. Estos autores lo dejan
muy claro: “Estamos en un camino insostenible.(…) El tránsito de basura es la última y
ridícula consecuencia (…) de la falta de una política coherente de manejo de los desechos
sólidos”.
2. Combustión y generación de energía: Las ventajas de quemar la basura pueden ser:
Reducir el peso y el volumen, atrapar la mayoría de las sustancias tóxicas del humo con filtros
especiales, aprovechar las cenizas para diversas obras y generar electricidad. Las desventajas
son: Los humos, aunque se limpien, siempre son tóxicos, son plantas caras y con problemas
de ubicación ya que nadie las quiere cerca de su casa. Además, suele ocurrir que las plantas
de combustión exigen cierta cantidad de materia prima o incluso “compiten por materiales
combustibles, como el papel periódico, y representan un gran impedimento para el reciclaje”.
3. Reducir las basuras: Son políticas aplicables tanto desde los gobiernos, como por parte
de las empresas y de los ciudadanos: Reducir los embalajes, aligerar el peso de los envases,
“mantener en uso más tiempo los productos para reducir el volumen de los desechos”,
“reutilizar los artículos”… Las bebidas envasadas en recipientes individuales de usar y tirar
son calificadas por estos científicos como “una excentricidad” de la que “es difícil imaginar
un método más caro y despilfarrador de distribuir los líquidos”. Los productos con envases
desechables son igual de baratos porque ocultan algunos costos: basuras en las calles,
carreteras, playas, campos… daños por vidrios rotos. En algunos estados de EE.UU. existen
leyes que imponen un depósito a todos los envases, tanto retornables como desechables, y
exige a los detallistas que acepten los envases para reutilizarlos o para reciclarlos. La
experiencia demuestra que: “Se ganan más empleos de los que se pierden, los precios no
aumentan, se devuelve un gran porcentaje de las botellas y hay una notable reducción de
botellas y latas en la basura. En 1994, esos 10 estados solos reciclaron la mitad de las 4
millones de toneladas de vidrio de todo Estados Unidos”.
Una medida importante es la “eliminación del correo chatarra”, que consiste en pedir a las
empresas que nos envían publicidad que dejen de hacerlo. También es cada vez más
difundida la campaña de poner en nuestro buzón un letrero que diga “PUBLICIDAD AQUÍ
NO, MUCHAS GRACIAS”. Esto reduce bastante la publicidad que recibimos y que acaba
finalmente en la basura. La ropa se puede donar a organizaciones que la recogen.
4. Reciclar las basuras: El 75% de la basura es reciclable: Papel, vidrio, plástico, metales…
Los metales ahorran hasta el 90% de energía de la que se usa sin reciclar. En particular, el
aluminio ahorra energía, crea empleos y reduce el déficit comercial. Las telas sirven para
fortalecer los productos del papel reciclado. “Dependiendo de su tamaño y su clase, una pila
de un metro de periódicos equivale a la pulpa de un árbol”. Las llantas viejas de neumáticos
se funden o desmenuzan y se incorporan al asfalto de las carreteras. En definitiva, “el
reciclaje es un tema tanto ambiental como económico”. Los programas más exitosos de
reciclaje cumplen las siguientes características: Hay incentivos para reciclar (impuestos a la
basura general y no a los reciclables) que han demostrado una reducción del 25 al 45% en la
basura general, no es opcional (con multas a los infractores), contenedores gratis para
depositar los desechos reciclables, comprometer a las industrias locales… Muchas veces, los
subsidios hacen menos caro el uso de materiales nuevos que los reciclados. “Por otra parte,
la recolección de la basura es un negocio próspero y quienes lo ejercen piensan que el
reciclaje merma sus ganancias”. También pueden ponerse impuestos a los productos que son
difíciles de descartar o reciclar (neumáticos, refrigeradores…) que expresen el precio real de
tales productos.
Con respecto a los plásticos, no hay microbios capaces de digerirlos, por lo que no son
biodegradables. Los tipos de plásticos son clasificados en categorías numeradas, que suelen
figurar en el fondo de los recipientes. Si aparece un número dentro de un triángulo con flechas
indica que es reciclable (el 1 y el 2 son los más usados). Como pueden llevar contaminantes
de los productos originales, los plásticos reciclados no se usan para contener alimentos, pero
sí para fibras para alfombras, telas y ropa, tuberías, cubos…
Los desperdicios de comida y de los jardines sirven para hacer composta para acondicionar
el humus del suelo, un fertilizante natural extraordinario. Esta composta consiste en la
descomposición natural (putrefacción) de materia orgánica en presencia de aire y puede
elaborarse fácilmente en el patio de una casa. Varias empresas lo hacen de forma industrial
utilizando microbios y saprofitos (gusanos, larvas…).
Combustibles fósiles
Para reducir los problemas de la dependencia de los combustibles fósiles “muchos expertos
dicen que debemos dejar de pensar en términos de cómo aumentar el suministro de los
combustibles usuales para que las cosas sigan como están y que en cambio tenemos que hallar
la forma de satisfacer nuestras necesidades con el menor gasto de energía y el mínimo efecto
en el ambiente”. Muchas actuaciones son sencillas: mejorar el aislamiento de las viviendas,
utilizar focos de bajo consumo, electrodomésticos más eficientes… “Las estrategias de
conservación y eficiencia no eliminarán la demanda de energía, pero la hacen más fácil de
satisfacer cualesquiera que sean los medios de proveerla”.
Hay fuertes argumentos contra la energía nuclear. En una primera comparación de la energía
nuclear con el carbón podemos observar que el uso del carbón produce calentamiento global
y lluvia ácida. También degrada las grandes zonas mineras destruyendo el suelo y
provocando lixiviación ácida que puede contaminar acuíferos. El carbón también produce
grandes toneladas de cenizas tóxicas que hay que preservar. Por otra parte, la energía nuclear
también produce contaminación en la extracción del uranio, no requiere chimeneas de humo,
produce contaminación térmica y desechos radiactivos. “La fisión de alrededor de medio
kilogramo de uranio libera la energía equivalente a quemar 50 toneladas de carbón”. Estas
grandes ventajas llevaron a un gran éxito a las centrales nucleares desde los años sesenta
hasta 1975 aproximadamente. Desde ese año, “las compañías dejaron de encargar plantas
nucleares y muchas de las que ya habían pedido se cancelaron”. Incluso, “la construcción se
suspendió después de haber invertido miles de millones”. Un interesante caso es el de la
planta de Shoreham, en Long Island (Nueva York) que se cerró después de sólo 32 horas de
producción de electricidad, con un costo de 5500 millones de dólares.
En EE.UU. se alcanzaron 110 centrales nucleares en 1996, y ya no hay planes de construir
más. “En todo el mundo, sumando las anteriores, operan 430 plantas de energía nuclear y
hay 55 en construcción (de las que muchas no serán terminadas). Su historia es similar a la
de las estadounidenses: tajantes revisiones posteriores, cuando no suspensiones de la
construcción de nuevas plantas”. Hay más datos que demuestran que la energía nuclear está
en decadencia:
Italia abandonó la energía nuclear en 1987 tras un referéndum: Todas sus centrales nucleares
fueron cerradas, Suecia decidió en referéndum cerrar sus 12 centrales nucleares en el año
2010 y España tiene aprobada una moratoria en la construcción de nuevas centrales. “De las
principales naciones industrializadas, sólo Francia y Japón siguen dedicados por completo a
los programas nucleares”. El país más nuclearizado es Francia (con el 72.9% de su energía),
seguido por Lituania y Bélgica (un 60% aprox. cada uno), mientras que en los demás países
es inferior al 50%. “Los franceses producen 16 toneladas de plutonio al año” y “como el
plutonio se purifica y se convierte en armamento más fácil que el Uranio-235”, hay que
contar con la posibilidad de desviarlo para la fabricación de armas nucleares, por parte de
grupos terroristas. El gasto en este tipo de electricidad se ha visto incrementado en Francia,
pues tras el atentado del 11 de Septiembre de 2001, ese país ha reforzado la seguridad de sus
centrales con misiles y fuerzas militares.
La radiactividad producida en una central nuclear es extremadamente peligrosa pues puede
romper moléculas dentro de las células y provocar diversas enfermedades dependiendo de la
radiación recibida que van desde cánceres, leucemia, debilitamiento del sistema inmunitario,
retardo mental, defectos congénitos por dañar el ADN, hasta la muerte en pocos días si la
radiación es excesiva. Sin embargo, se ha demostrado que “la radiación de las operaciones
normales de las plantas nucleares es menor que el 1% de la radiación de fondo” (que es la
que se recibe a diario por diversas fuentes (como los rayos cósmicos del espacio exterior).
Así, ¿dónde están los problemas de la energía nuclear? La respuesta es
doble: a) Almacenamiento y eliminación de los desechos radiactivos y b) la posibilidad de
accidentes. Examinemos estos problemas separadamente:
a) El problema de los desechos radiactivos: Por el funcionamiento de una central nuclear
se producen diversos tipos de isótopos radiactivos. “El tiempo necesario para que se
desintegre la mitad de la cantidad del isótopo radiactivo se llama vida media, que es siempre
la misma para cada elemento radiactivo, cualquiera que sea la cantidad inicial. (…) La
desintegración de un radioisótopo nunca llega al 100%; la radiactividad disminuye a la mitad
en cada ciclo, de modo que siempre queda una parte sin desintegrar. Se dice que la radiación
se reduce a niveles insignificantes después de 10 ciclos de vida media”. Cada isótopo tiene
una vida media característica, que varía muchísimo: Por ejemplo, el Yodo-131 tiene 8.1 días
de vida media, el Cesio-137 tiene 30 años y el Plutonio-239 tiene 24000 años de vida media.
Así, algunos desechos radiactivos pierden su peligrosidad en pocos meses, mientras que otros
requieren ser almacenados hasta por 240000 años (10 veces la vida media del plutonio).
Una planta nuclear puede generar unas 250 toneladas de desechos radiactivos por cada 1000
megawatios de electricidad producida. A esto hay que añadir que desmantelar una central
nuclear “generará más desechos radiactivos que los que produjo en toda su vida útil”,
cuestión que hay que tener en cuenta en los gastos totales.
“La expansión y la dedicación a la energía nuclear avanzaron sin haber resuelto el
almacenamiento a largo plazo. Los defensores de la energía atómica suponían que los
desechos se solidificarían, se colocarían en contenedores sellados y se enterrarían en
estructuras rocosas sólidas y profundas (entierro geológico)”. De hecho, “casi todas las
naciones que aprovechan la energía atómica han optado por los entierros geológicos, pero
ninguna ha dado pasos concretos para ponerlo en práctica y muchas ni siquiera han
encontrado lugares adecuados para ello. Cuando hay sitios elegidos, surgen muchas
preguntas acerca de la seguridad. El problema básico es que ninguna formación rocosa es
posible asegurar que se mantendrá estable y seca durante decenas de miles de años.
Dondequiera que los científicos buscan, encuentran huellas de actividad volcánica o sísmica
o bien de lixiviación de las aguas freáticas en los últimos 10000 años, lo que equivale a decir
que ocurrirá de nuevo en un lapso igual. Si se diera tal acontecimiento, los desechos aún
radiactivos escaparían y contaminarían el agua, el aire o el suelo, con los efectos subsecuentes
en los seres humanos y la fauna”.
“Comoquiera que sea, hay que hacer con la herencia de la energía nuclear algo más que
dejarle el problema a la próxima generación”. El ejemplo de EE.UU. es muy interesante: “los
esfuerzos por hallar un lugar de almacenamiento a largo plazo se han prolongado por 25
años” y se ha encontrado que nadie quiere acogerlos cerca de su territorio, por lo que “varios
estados de la Unión Americana, por presiones de los ciudadanos han aprobado leyes que
declaran ilegal el almacenamiento de desechos en sus territorios”. El problema se quiso
resolver en 1987, cuando “el congreso estadounidense suspendió el debate y eligió en forma
arbitraria un sitio remoto, el monte Yucca al suroeste de Nevada, como el vertedero nuclear
de la nación”. Los residentes se quejaron, pero el gobierno tiene el poder de imponerse,
aunque se han encontrado fallas en el territorio con actividad volcánica de hace apenas 5000
años. Esto supondría, además que “miles de toneladas de residuos radiactivos viajarían en
tren y camión por áreas congestionadas de todo el país”.
A los desechos de las centrales nucleares hay que añadir los de la industria militar, en la
que se han producido, además, algunos de los peores accidentes: “Desechos líquidos de alto
nivel almacenados en plantas de Estados Unidos se han escurrido al ambiente y han
contaminado la fauna, los sedimentos, las aguas freáticas y el suelo. Las actividades en esos
sitios se desenvuelven en secreto; sólo hasta hace poco se desclasificaron y salieron a la luz
pública documentos que revelan accidentes y escapes radiactivos” en más de 20 sitios:
Washington, Ohio, Tennesse, Carolina del Sur… Las fábricas de armas soviéticas fueron aún
más irresponsables, arrojando desechos nucleares al río Techa y al lago Karachay,
produciendo más de 1000 casos de leucemia. Actualmente, “quien se quede una hora a la
orilla del Karachay morirá de envenenamiento radiactivo en una semana. Un verano, el lago
se secó y el viento sopló polvo radiactivo por la comarca y contaminó a 41000 personas. Se
asegura que es el lago más contaminado del planeta, una herencia de la guerra fría y una
fuente enorme de contaminación radiactiva constante”. El fin de la guerra fría trajo el
desmantelamiento de armas nucleares de Estados Unidos y la ex-Unión Soviética, gracias a
los acuerdos entre los presidentes Clinton y Yeltsin, aunque aún hay armas nucleares para
destruir el mundo varias veces. Los componentes radiactivos de las armas hay que colocarlos
en lugares seguros que eviten el contrabando, pero ya se han descubierto varios casos de este
contrabando.
b) El problema de la posibilidad de accidentes: “La industria se empeña en presentar la
energía nuclear como muy segura, con argumentos basados en la poca probabilidad de que
ocurran accidentes. Sin embargo, los accidentes suceden, las probabilidades se convierten en
realidades, y los argumentos son discutibles”. Ejemplos de accidentes nucleares hay
demasiados, pero “Chernobyl se convirtió en el terrible ejemplo de lo que pasa cuando las
cosas salen mal”. Provocó multitud de muertos y grandes aumentos de casos de cáncer
(principalmente de tiroides, porque el Yodo radiactivo tiende a almacenarse ahí). “Se calcula
que los efectos a largo plazo causarán entre 140000 y 475000 muertes de cáncer en todo el
mundo”. Actualmente, “una valla de alambre de púas rodea una zona de exclusión de 2600
kilómetros cuadrados alrededor del sitio del reactor. El suelo está contaminado de
compuestos radiactivos”. Pero, sin embargo, los otros dos reactores del complejo siguen
funcionando.
Según algunos científicos, en occidente no se corre el riesgo de que ocurra otro Chernobyl
por las características de diseño que hacen más seguras las centrales. Naturalmente, “no están
inmunes a los accidentes, de los que el más serio sería que se fundiera el núcleo por la pérdida
total del refrigerante. Nunca ha ocurrido, pero estuvo cerca en Three Mile Island“, uno de
los accidentes más graves, que ocurrió en Pennsylvania (EE.UU.), en 1979. Es importante
constatar que “los trabajos de limpieza han costado tanto como la construcción de una nueva
planta. No hay planes para que las instalaciones vuelvan a funcionar”. Muchos de los
accidentes producidos señalan “los errores humanos como un factor muy importante”. No
obstante, “algunos defensores de la energía nuclear aseguran que contamos con la tecnología
para construir reactores inherentemente seguros, diseñados de forma tal que cualquier
accidente produciría la suspensión automática de la reacción en cadena y la supresión del
calor de la desintegración nuclear. La verdad es que no existen los reactores inherentemente
seguros, pues el concepto implica que no escapará radiactividad en ninguna circunstancia,
algo imposible de creer”. Así, los científicos estadounidenses autores de esta obra señalan
además que “la energía nuclear ya es más cara que cualquier otra forma de generar
electricidad si se descuentan los subsidios del gobierno”.
En EE.UU. se estaba abandonando la energía nuclear antes de Chernobyl, principalmente por
razones económicas. Pensemos que “los sistemas de seguridad protegen a la gente, pero no
previenen que un accidente traiga la ruina económica a la compañía”, como hemos visto que
pasó en Three Mile Island. Además, la vida de las plantas nucleares resultó menor de la
esperada: “en todo el mundo se han cerrado 60 plantas nucleares después de operar 17 años
en promedio”. Esta vida más corta aumenta los costos de la energía producida porque hay
que pagar la inversión en un lapso más breve”. Eso se debe a dos problemas: la fragilidad del
recipiente del reactor y la corrosión en los tubos y otros materiales. Un ejemplo es el caso de
una central en Massachusetts que cerró en 1992, ocho años antes de que expirara su licencia,
para evitar pagar los 100 millones de dólares que costaba reparar el recipiente del reactor.
Otro tipo de reacción nuclear es la fusión, pero “es en el mejor de los casos una opción a la
larga” que “será sobremanera cara, si es que se consigue” y, además, no será limpia del todo,
pues se usa deuterio y tritio (dos isótopos del hidrógeno) de los que el segundo es radiactivo
y no natural (hay que producirlo), aunque tiene la ventaja de tener una vida media corta.
Energía SOLAR y otras fuentes renovables
Usar la energía del sol es básico porque, como vimos, es el segundo de los Principios básicos
de la Sostenibilidad. Por otra parte, respecto a las viviendas, tanto en ambientes fríos como
calurosos, es fundamental un buen aislamiento y usar técnicas de construcción adecuadas
(casas solares). Por ejemplo, el calor del verano se puede evitar con un toldo o un alero que
proteja las ventanas del sol, aprovechando que en verano el sol está más alto. Así, en invierno
el alero no será estorbo para que el sol entre por la ventana calentando la vivienda. Otra
técnica consiste en plantar “árboles caducifolios o enredaderas del lado soleado de la casa,
que bloquean mucho del calor excesivo de verano y lo dejarán pasar en invierno. Un seto de
arbustos perennifolios en el lado sombreado brindará protección contra el frío”. Una crítica
a esto es que se “requiere un sistema de respaldo para los periodos de clima inclemente. El
buen aislamiento es gran parte de la respuesta”, pues “quienes tienen hogares bien aislados
tienen poca necesidad de tal sistema de respaldo”, pero si hace falta basta con un pequeño
horno de leña, por ejemplo. Además, la energía solar térmica, para calentar agua, es
extremadamente simple y bastante barata.
La producción solar de electricidad tiene 2 métodos viables: celdas fotovoltaicas y los
canalones solares. Las celdas fotovoltaicas consisten en placas solares que producen
electricidad y se están usando cada vez más para llevar electricidad a sitios lejanos, pues es
más barato que tender una línea de voltaje de kilómetro y medio. Como no tienen partes
móviles, “las celdas no se desgastan, aunque su vida útil es de unos 20 años a causa del
deterioro por la intemperie”, pero eso depende, naturalmente, de cada clima y en caso de
deterioro sólo hay que cambiar la placa dañada y no el resto del sistema. “El principal
material de las celdas solares es el silicio, uno de los elementos más abundantes de la Tierra,
así que la producción corre pocos riesgos de que se agoten los recursos. Su costo obedece
sobre todo a la complejidad de su construcción y diseño”. Por otra parte, “al hacer la
transición a la energía solar, quizá después de todo no sean necesarias las pilas o los
acumuladores, porque alrededor del 70% de la demanda es en las horas hábiles. Así, para
ahorrar es posible aprovechar los paneles solares de día y acudir a las fuentes convencionales
de noche”, hasta que se decida instalar baterías que acumulen la electricidad de día. “El futuro
más promisorio de esta forma de energía se encuentra en la instalación de sistemas
domésticos en los techos, con lo que se evitan los costos de terreno y transmisión” que
requieren las grandes centrales.
Los canalones solares aprovechan el sol para poner agua en ebullición y con el vapor
impulsar turbogeneradores convencionales. Se trata, resumiendo, de medios tubos
reflectantes que reflejan la luz del sol hacia el centro de los mismos, por donde pasa una
tubería de aceite u otro líquido. Ese fluido circula y pone el agua en ebullición. Aunque hay
más formas de aprovechar la energía del sol, se han desechado, por el momento, por su precio.
La energía solar es “muy barata”, pero para verlo así hay que incluir en las fuentes
tradicionales “los costos ocultos de la contaminación atmosférica, las minas a cielo abierto y
la eliminación de desechos nucleares”. También, “las críticas de que la energía solar requiere
extensiones ingentes de terreno suenan vacías si se considera que cada año se devastan
cientos de hectáreas para extraer carbón o que cabe la posibilidad de que otras áreas queden
inhabitables a resultas de un accidente nuclear. Al hecho de que el sol provee energía sólo
durante el día se replica con el argumento de que el 70% de la demanda de electricidad
ocurren en esas horas”. Por la noche pueden usarse otras fuentes (tradicionales, eólica…) o
bien acumular la energía solar diurna, como se hace para iluminar algunas farolas de Ciudad
de México. Por otra parte, un objetivo debería ser pequeñas centrales en el lugar donde son
necesarias, más que grandes centrales eléctricas en lugares alejados de donde la electricidad
es consumida.
La energía solar aún no resuelve el problema del transporte pues los motores solares tienen
poca potencia. Una solución para el futuro son los coches que funcionan quemando
hidrógeno, que sólo produce agua como residuo y algo de óxidos de nitrógeno. El hidrógeno
abunda en la naturaleza pero enlazado a otras sustancias (como al oxígeno formando agua).
Podemos aislar el hidrógeno del agua invirtiendo más energía de la que obtendremos de su
combustión (por la segunda ley de la termodinámica). Una forma económica y no
contaminante es usar para ello la energía solar: “Hace mucho que la naturaleza halló un
método de descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno mediante la energía solar, pues eso
es lo que sucede en la fotosíntesis”.
Cuando las rocas fundidas del interior de la tierra calientan las aguas freáticas se puede
aprovechar el vapor de agua producido. Es la energía geotérmica. Esto se hace en zonas
volcánicas como Filipinas, Nicaragua, Islandia, Japón, China, Kenia y Nueva Zelanda. Es
una energía inagotable, en principio, pero las aguas freáticas sí son agotables. Además, ese
agua suele estar lleno de contaminantes (azufre…).
La energía mareomotriz requiere construir presas en bahías y montar turbinas allí, que sean
accionadas por la subida y bajada de las mareas. Para que esto sea rentable tiene que haber
suficiente diferencia entre las mareas alta y baja y eso ocurre en pocos lugares, aunque estos
sistemas se están aprovechando en Francia, Canadá, Rusia o Estados Unidos. Sus mayores
problemas son el obstáculo que supone para los peces y la acumulación de residuos.
Medidas para un futuro energético sostenible
Estos científicos concluyen en este libro que es necesario que las fuentes de energía compitan
en igualdad de condiciones y que se deje de subvencionar las fuentes tradicionales
contaminantes, para subvencionar aquellas fuentes que son sostenibles. Además, se deben
subir los impuestos a los que consuman energías contaminantes. En definitiva, hay que
sumar los costos ocultos del consumo de combustibles fósiles (contaminación, destrucción
del entorno en las minas, derrames petroleros, desequilibrios mundiales por la
interdependencia del petróleo, apoyos militares para garantizar el acceso al petróleo…). Es
demostrable que los principales obstáculos para fomentar la energía solar son políticos, más
que tecnológicos o económicos.
Estilos de vida y sostenibilidad
No es difícil ver que el impacto ambiental crece en nuestro mundo. Ello es debido al
continuo crecimiento tanto del tamaño de la población como de su nivel de consumo. Por
otra parte la consideración ambiental también crece pero a menor ritmo. Tampoco es difícil
comprobar que granjas, terrenos de cultivo o hábitats naturales van cediendo espacio al
crecimiento de ciudades. “Desde mediados de los años 80, sólo en Estados Unidos las nuevas
urbanizaciones consumen en promedio 567000 hectáreas de tierras agrícolas al año, así como
una cantidad igual de áreas naturales”. Es curioso constatar que el crecimiento de la
urbanización es brutal si se tiene en cuenta que el crecimiento demográfico de las ciudades
es muchísimo más lento, mientras en los centros de las ciudades disminuye la población.
“La característica más notable —y dañina para el ambiente— de la vida en las ciudades
modernas es nuestra dependencia casi total en los automóviles”, y eso está tan incrustado
“que es casi una extravagancia querer imaginar cómo vivir de otra manera”. Ese estilo de
vida tan destructivo empezó a gestarse tras la II Guerra Mundial, cuando poseer automóvil
se volvió común. Eso lleva a que ya no es necesario vivir cerca del lugar de trabajo,
compras… con lo que mucha gente se mudó a vivir a las afueras de las ciudades,
principalmente en EE.UU., pero exactamente lo mismo sigue ocurriendo en la actualidad en
multitud de países. Además, ese crecimiento explosivo alrededor de las ciudades no sigue un
plan general, sino que crece descuidadamente “por un laberinto de jurisdicciones”
(pueblos…). Esto provoca que las vías de comunicación se congestionen de tráfico que se
soluciona abriendo nuevos caminos o ensanchando los existentes. Esto, a su vez fomenta la
urbanización en lugares más distantes, “porque es el tiempo, no la distancia, el factor
limitante de los conductores”. Así, suele ocurrir que los congestionamientos se repiten, a
pesar de las ampliaciones que se hagan. En Estados Unidos, “la distancia promedio de
traslado se ha duplicado desde 1960, pero el tiempo sigue siendo el mismo”, con lo que el
consumo de combustible se ha disparado. Los científicos autores de este libro se preguntan:
“¿Es sostenible este efecto de bola de nieve?”.
Esta tendencia también ocurre en los países pobres, “cuyos habitantes aspiran a tener
automóvil y adoptar el estilo de vida que depende del vehículo. En consecuencia, también
ahí ocurren fenómenos de asentamientos desordenados conforme la gente tiene suficiente
dinero para comprarse su automóvil. Pero tal estilo dependiente no es sostenible”:
1. Agotamiento de recursos energéticos: Por el uso del automóvil, pero también porque
“los hogares suburbanos aislados requieren de 1.5 a 2 veces más energía que los
alojamientos de las urbes”.
2. Contaminación atmosférica: Por el humo, pero también por el aire acondicionado de
los coches que dañan la capa de ozono al ser “una de las principales fuentes de
clorofluorocarbonos”.
3. Contaminación y degradación del agua: Tanta urbanización lleva a una “disminución
en la filtración en grandes regiones” del agua de lluvia y más escurrimientos con
consecuencias obvias: agotamiento de las aguas freáticas, invasión de aguas salinas,
erosión de las riveras, inundaciones… Por esto, las urbanizaciones con casas individuales
son una amenaza para los acuíferos.
4. Pérdida de áreas naturales y fauna: Las áreas naturales invadidas expulsan a su fauna
que está condenada a morir. Aunque pueda mudarse a otra zona esa población extra de
fauna en la nueva zona es raro que pueda ser acogida sin problemas. Además, las vías
rápidas separan poblaciones e impiden a muchas poblaciones el paso a las fuentes de
agua. También, la ampliación y mejora de las carreteras hace crecer el número de los
atropellamientos, que hace que mueran más animales por esta causa que por las balas de
los cazadores. En España, el lince ibérico está en vías de extinción por estas causas.
5. Pérdida de tierras agrícolas: Estos autores señalan a este problema como “quizá lo más
serio a largo plazo”. Muchos minimizan el problema diciendo que el mundo está lleno de
tierra, ignorando que el 65% de esa tierra son desiertos, tundra o montañas que no son
cultivables, y otro 24% es tierra demasiado seca (sabanas, pastizales…) o demasiado
húmeda (pantanos, lagunas, marismas…). Esto lleva, además, a que los alimentos tienen
que viajar más, con el consiguiente aumento en los costos y en la contaminación. China,
por ejemplo, alcanzó su independencia alimentaria con la Revolución Verde, pero la
urbanización, su crecimiento demográfico y su creciente demanda de carne han hecho
que China dependa de nuevo de las importaciones. “Dado que aparte de todo el suelo
agrícola que se degrada por la erosión y la salificación, además de que las aguas de riego
se agotan, desperdiciarlas en urbanización no parece una dirección responsable en
ninguna parte”.
Esta migración fuera de las ciudades tiene otras consecuencias sociales. Por ejemplo,
“mudarse a los suburbios requiere alguna riqueza” (pagar el piso o la hipoteca, comprar y
conducir un automóvil…), por lo que tal “emigración, en su mayor parte, excluye a los
pobres, los ancianos y los discapacitados”. Esto también aumenta el precio de las viviendas
en los suburbios, con lo que aumentan sus impuestos y, con ellos, mejoran los servicios
locales. A la vez, el valor de las propiedades en las ciudades disminuye con la menor demanda
y se acaban convirtiendo en casas viejas, pero que suelen tener altos impuestos. Esto, a su
vez, anima que “más gente deje la ciudad y se una a los suburbios desordenados, incluso si
no quisieran adoptar el estilo dependiente del auto”. Esta espiral se denomina “deterioro
urbano”.
La emigración de los “ricos” a los suburbios se lleva el capital que mantiene a muchas tiendas
del centro, con lo que no sólo se pierden empleos en el centro, sino también servicios a los
que vivan allí. Los nuevos centros comerciales suelen carecer de transportes públicos y
quedan reservados para los automóviles y la gente del centro se empobrece aún más por esa
“exclusión económica”, que conlleva, además, delincuencia, tráfico de drogas, violencia…
A veces, algunas ciudades rescatan el centro para nuevas tiendas, restaurantes, oficinas
residencias… pero se trata, en general, de sólo una mínima parte de ese centro y a poca
distancia se pueden encontrar casas viejas y abandonadas. De todo esto existen multitud de
ejemplos, como la ciudad de Baltimore. Casi todas las ciudades del mundo expanden sus
dominios de cemento y asfalto, mientras siguen teniendo casas viejas y deshabitadas en
el centro.
“Un futuro sostenible dependerá de detener el crecimiento desordenado de las zonas
metropolitanas y de revitalizar las ciudades”. Se trata de ciudades habitables que dejen los
alrededores para la agricultura y para los ecosistemas naturales. Un estudio sobre las ciudades
más habitables concluye que “(1) mantienen una densidad demográfica elevada, (2)
conservan la heterogeneidad de casas, oficinas, negocios y tiendas, y (3) poseen dimensiones
humanas, la gente se encuentra en la calle, se visita o trata asuntos en un café, sobre la acera
o pasea por las áreas abiertas. En suma, el espacio está destinado a la gente. Por el contrario,
la urbanización de los últimos 50 años se ha concentrado en los automóviles. (…) Las
ciudades más habitables del mundo no son las que brindan un acceso perfecto a todas partes
en automóvil, sino las que han puesto en práctica medidas para aminorar su
desbordamiento, reducir el tránsito de vehículos y mejorar el acceso a pie o
en bicicleta además del transporte colectivo“. Ejemplos: En Ginebra está prohibido
estacionar el vehículo en los sitios de trabajo del centro, por lo que la gente va en transporte
colectivo. En Copenhague no se permite estacionar en las calles del centro. París está
siguiendo líneas similares, así como Curitiba, llamada la ciudad más habitable de América
Latina. “El espacio que se ahorra al no construir calles ni estacionamientos se dedica a los
parques y los paseos arbolados”. Portland (EE.UU.) impone un límite al crecimiento de la
ciudad y se prohiben las nuevas urbanizaciones fuera de ese límite. Además, un sistema
efectivo de transporte colectivo hizo que una antigua vía rápida y un enorme estacionamiento
se convirtieran en un gran parque costero. Es necesario “proporcionar acceso seguro a los
ciclistas y los peatones entre las áreas residenciales y los sitios de trabajo”.
“Muchos ambientalistas respaldan la propuesta de impuestos considerables al precio de la
gasolina” que estimule a la gente a no mudarse cada vez más lejos. Esto son medidas muy
impopulares y hace falta mucho valor para llevarlas a cabo de golpe. El expresidende Clinton
quiso poner un impuesto de 13 centavos de dólar por litro que finalmente se quedó en 1. Los
gobiernos municipales tienen también mucha responsabilidad, pero el gobierno central
también puede establecer ayudas para conseguir ciudades más habitables, como lo hace el
gobierno de Estados Unidos. “La decadencia de nuestras ciudades apresura la
descomposición del ambiente en general” y “sin comunidades humanas sostenibles, el resto
de la biosfera tiene pocas oportunidades de sostenibilidad“.
Como colofón de males, en las zonas residenciales suburbanas suele parcelarse el suelo y
construir viviendas aisladas (chalets o casas adosadas en el mejor caso). Resulta más
respetuoso con el medio ambiente agrupar las viviendas dejando el terreno sobrante como
espacio abierto para otros usos (parques, zonas deportivas…). Las ventajas de este último
tipo son, básicamente, las siguientes: No se pierden tantos bosques ni tierra agrícola, se
reducen la contaminación y los escurrimientos de agua (aumentando la infiltración), menor
gasto en aire acondicionado (25%) y en los servicios públicos (agua, luz…), y también en el
transporte (urbano, escolar, de basura…).
Una buena idea para las ciudades consiste en que los ciudadanos que lo deseen pueden
instalar un pequeño huerto en su espacio exterior (el tejado, por ejemplo), para cultivos
hidropónicos o de otro tipo. Se demuestra que “es posible cultivar casi cualquier verdura en
una capa delgada (7.5 a 10 centímetros) de composta o desechos ligeramente descompuestos.
(…) Las plantas necesitan luz, agua y nutrientes, pero, aunque nos sorprenda, poco o nada de
suelo. En Florida, hay una organización (OIEH o ECHO) que promueve este tipo
de agricultura urbana.