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CONOCER Y PROFESAR LA FE EN FAMILIA

La familia es un ámbito especialmente propicio para crecer en nuestra


comprensión de la fe y para aprender a vivirla. Tanto los padres como
los hijos deben conocer a fondo lo que Dios nos ha manifestado en
Jesucristo. Un medio importante es comenzar por conocer la Biblia,
especialmente los Evangelios. En ese sentido, los padres pueden recibir
una buena introducción a través de los cursos dictados "on-line", en
diversas páginas católicas de Internet, o en las parroquias y
movimientos eclesiales. La lectura de la Biblia no debe ser sólo
informativa (buscando saber qué dice Dios), sino que debe incluir la
pregunta, en forma de oración: ¿qué quiere decirme el Señor con ese
texto? ¿Cómo ilumina mi vida?. Instruidos por la Sagrada Escritura, los
padres estarán preparados para iluminar sus vidas según la Palabra de
Dios, y bien dispuestos para orientar a sus hijos en los caminos del
Plan Divino.

En familia todos pueden ayudarse mutuamente a informarse, incluso


utilizando los medios de comunicación (televisión, radio, internet, redes
sociales, etc.) para aprender sobre su fe y para transmitirla a los demás.
Hoy en día existen muchas herramientas que pueden ser utilizadas para
formarse en la fe. Pero es importante acudir a las fuentes más
seguras de información, y saber "filtrar" lo malo que pueda haber en los
programas o textos que presentan valores trastocados, o que
calumnian a personas o instituciones de la Iglesia, promoviendo
actitudes claramente en contra del Evangelio.

¿Qué pueden hacer los papás? Pueden, por ejemplo, levantar a sus
hijos con una jaculatoria, orar por un breve momento antes de salir a la
escuela o al trabajo, elevar plegarias espontáneas a lo largo del día,
agradecer a Dios por las cosas buenas y sencillas que ocurren (el
nacimiento de un hermano o primo, la superación de una enfermedad,
la aprobación en un examen, el empleo logrado, etc.). Un momento
privilegiado para orar en familia es cuando están juntos en la mesa y se
agradece a Dios por el alimento recibido. También por la noche, antes de
acostarse, es un excelente momento para bendecir a los hijos, pedir
perdón por las posibles faltas, suplicar a Dios su ayuda para los más
necesitados y renovar los buenos propósitos. Así, la familia va
descubriendo que toda la jornada adquiere su sentido último y es
iluminada por la presencia de Dios.

La lectura y el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica es un


excelente medio para crecer en la fe. A veces los padres piensan que la
etapa de "catequización" es sólo la infancia. En realidad, la "catequesis"
es el esfuerzo continuo de la Madre Iglesia por enseñar a todos sus hijos
a conocer, celebrar y vivir las enseñanzas de Cristo. Por lo tanto, hemos
de entendernos siempre en ese camino de formación en la fe, sin
importar la edad. Además, el hecho de conocer las enseñanzas del
Catecismo (disponible en las librerías o en internet) permite a los adultos
entender cómo conciliar la fe y la cultura, su trabajo y la familia,
la oración y la acción, y también corregir los errores o aclarar las dudas
de sus hijos en las cuestiones que ellos, sobre todo en la adolescencia y
en la juventud, suelen plantear.

TESTIMONIAR Y ANUNCIAR LA FE EN FAMILIA

Una fe sin obras es una fe estéril, "muerta", como nos recuerda el


apóstol Santiago. Es sobretodo por la fe actuada, con gestos de
caridad en la verdad, como la familia va descubriendo y madurando en el
Amor de Dios. En la familia, el amor natural y humano -que en sí mismo
es frágil- tiene la oportunidad, cuando se vive desde la fe, de
transformarse en amor cristiano, duradero, capaz de soportar toda
prueba. No cabe duda de que la fe vivida desde el seno de la familia es
una cantera de buenos cristianos, de vocaciones consagradas y
sacerdotales, y de futuros santos.

¿Cómo vivir la fe? Para encontrar una respuesta, una buena sugerencia
puede ser acudir a lo que nos enseña la Palabra de Dios, con la vivencia
de los Mandamientos, entendidos desde el doble mandamiento del Amor
y lo que la Iglesia nos invita a vivir por medio de las 14 Obras de
Misericordia (corporales y espirituales) , llevando el cumplimiento de la
ley de Dios a su plenitud por medio de la caridad.
Un cristiano auténtico vive la caridad de forma concreta. Comienza a
hacerlo desde casa, por la forma como se tratan mutuamente
los esposos, los padres e hijos, los hermanos, así como todos los
parientes e incluso entre los vecinos. Se vive a través del servicio -
especialmente para con las personas más necesitadas, el perdón
(incluso a los enemigos), la escucha, la acogida, la compañía, la
renuncia al egoísmo, la abnegación, la templanza, la humildad, el pudor,
la paciencia es decir, de muchas formas. Cuando los niños ven a
los adultos viviendo la caridad, son capaces de ver el Evangelio hecho
vida en ellos, y descubrir que el Amor de Cristo no es una utopía,
sino que es real, salvador y reconciliador.

Finalmente, es importante vivir en familia el camino de la conversión.


Cuando los padres toman la valiente decisión de no educar "según la
corriente" ("porque todos lo hacen"), los hijos también se nutren de valor
para vivir y dar testimonio del Evangelio en cualquier circunstancia.
Unida en el Señor, la familia es capaz de hacer presentes los valores del
Evangelio en su medio social, laboral, en sus centros de estudio o de
trabajo. También es capaz de hacer frente a las tentaciones y luchar
contra el pecado, viviendo la prudencia y el discernimiento de los
caminos de Dios.

Los miembros de la familia, por convivir unos con otros de una forma
intensa, pueden ayudarse en la vigilancia personal, en la ascética de los
momentos difíciles y de renuncia al excesivo confort y bienestar. Pueden
apoyarse mutuamente en la resolución de los buenos propósitos, hacia
una conversión cada vez más profunda. De esa forma, en oración y
en amistad, la familia puede ser un signo patente de la fuerza del Espíritu
Santo en el mundo, que renueva todas las cosas, y se vuelven
"misioneras", comunicando con alegría su fe viva en el Señor Jesús.
Mi hijo tiene un TDH/TDA ¿Qué hago?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Está actualmente


conceptualizado como un trastorno del desarrollo neurológico
caracterizado por una falta de atención, hiperactividad e impulsividad.

Las causas pueden ser múltiples e influyen varios factores. Entre los
síntomas tenemos:

 Factores heredo-familiares. Un tercio de las personas con TDA tienen un


familiar con el trastorno, es decir, existe una probabilidad de dos a
cuatro veces más que la población general.

 Factores Neuroquímicos: Existen neurotransmisores como la Dopamina


y la Nor-adrenalina, que regulan las funciones cerebrales de la atención,
motricidad e impulsividad. Incluso puede ser que el cerebro de los niños
con TDA sea más pequeño.

 Factores Psicosociales: Este puede ser fomentado cuando el niño con


TDH carece de normas y reglas en su entorno familiar y social e incluso
por estrés en la escuela.

Los niños con este trastorno pueden tener los siguientes síntomas:

1. Inatención: Le cuesta trabajo concentrarse, no presta atención a


los detalles, se le olvidan las cosas y no hace caso a instrucciones,
se distrae con facilidad y brinca de actividad a actividad.
 Frecuentemente tiene dificultad para mantener la atención en tareas o
actividades de juego.

 Frecuentemente no parece escuchar cuando se le habla directamente.

 Frecuentemente no sigue las instrucciones y no termina la tarea escolar


o deberes.

 Frecuentemente evita, le disgusta o es renuente a comprometerse en


tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.

 Frecuentemente comete errores de descuido en la tarea escolar u otras


actividades.

2. Hiperactividad: No puede estar quieto, se mueve y se levanta de


su asiento constantemente, corre y salta en forma excesiva,
parece que tiene motor y habla en exceso.
 Frecuentemente gesticula con manos y pies, y no se queda sentado en el
asiento.
 Frecuentemente se para de su silla en el salón de clases o en otras
situaciones en las que se debe permanecer sentado o quieto.

3. Impulsividad: Parece que actúa sin pensar, no espera su turno e


interrumpe constantemente, es impaciente y se expone a riesgos.
 Frecuentemente responde de forma abrupta a las preguntas antes de
que se termine de formularlas.

 Frecuentemente se le dificulta esperar su turno.

 Frecuentemente molesta a los demás

 Se entromete en conversaciones o juegos.

Es importante saber que el TDA no se manifiesta de igual manera en


todos los niños, algunos sólo presentan falta de atención, otros son
hiperactivos, y otros incluso presentan las tres características
mencionadas con anterioridad. No existen pruebas de laboratorio o
exámenes radiológicos, electroencefalogràficos o de resonancia para su
detección, la única vía debe ser realizada por un profesional en Salud
Mental quien deberá realizar una evaluación clínica.

Como padres es importante informarse, en la mayor medida posible,


sobre este trastorno para ayudar a su hijo a salir adelante. Lo más
importante es no perder tiempo, seguir las indicaciones del médico y
generar un ambiente familiar propicio para la exitosa recuperación del
niño. Es importante asesorarse con un especialista y no generar
sentimientos de culpa, ya que como padres, podemos caer en esa
sensación de falla, cuando lo importante es poner manos a la obra y
seguir las indicaciones de los doctores, quienes tienen todas las
herramientas necesarias tanto para tratar a su hijo como para orientar a
la familia sobre la mejor manera de acompañarlo en su manejo.

Recuerde que en internet existe mucha información sobre este


trastorno, lo más indicado es leer a profundidad los sitios de la web que
seas confiables (páginas oficiales de las dependencias de salud, la
Organización Mundial de la Salud, el Instituto Nacional de Psiquiatría, la
Asociación Americana de Psiquiatría, etc.).

Hoy, gracias a los avances de medicina, el TDH es totalmente


controlable, siempre y cuando sea diagnosticado y tratado a tiempo por
un médico especialista.

Conflictos en los adolescentes


La adolescencia, descrita por varias personas quienes ya pasaron por
esta etapa, es la época mas bella e intensa de la vida humana. Es el
período en el que crecemos definitivamente tanto físicas como
intelectuales y espiritualmente, es decir, evolucionamos como seres
humanos.
Queremos compartir con ustedes esta frase de Stanley Hall: "El
adolescente es un ser extraño, inocente como un ángel, orgulloso como
un principe, valiente como un héroe, vanidoso como un pavo real,
perezoso como un asno, indomable como un toro, irritable como una
damisela."
Uno de los aspectos que mas destacan en cuanto al periodo de la
adolescencia en cuanto al crecimiento de la persona, es el aumento de
las relaciones sociales, ya que nuestro circulo amistoso aumenta y se
forman lazos de amistad mas duraderos y fuertes.

al conocer a nuevas personas, es común y muy probable que al


profundizar en su conocimiento haya algunos aspectos de esa persona
que no nos guste, como algunos de sus intereses (llámese intereses
políticos, deportivos, culturales, etc.) y opiniones, que pueden ser
contradictorios a los nuestros; cuando queremos imponer nuestras
ideas contra las de la otra persona, surge el conflicto; pero tenemos que
saber que en esta etapa que vivimos los conflictos no son dañinos, al
contrario, nos ayudan a madurar y crecer para ser adultos
sanos mentalmente e independientes (esperamos que con todo lo
desarrollado en el blog esta idea puede entenderse mejor al final).
Ya que a esta edad no solo nos relacionamos con otros jóvenes, si no
que tambíén con gente de otras edades, pueden aparecer conflictos no
solo entre adolescentes, si no entre adultos, generando lo que ya
habíamos estudiado tiempo atrás en la clase de OPV en el
colegio, "conflicto generacional".
Nacemos en una familia. Crecemos en ella. Llegamos a la adolescencia y
empezamos a vernos como seres independientes de nuestros padres.
Construimos así nuestra estructura de la personalidad, nuestra visión de
nosotros mismos. Con ella salimos al mundo y empezamos a
relacionarnos, como adultos, con los demás.
Ese proceso de crecimiento, no siempre ha sido fácil. A veces, hemos
tenido que atravesar por circunstancias difíciles que hemos resuelto de
la mejor forma posible. Muchas veces, a costa de reprimir, ocultar o
ignorar una parte de nosotros mismos. Estas partes desconocidas, que
quedan fuera de la conciencia, las rechazamos luego cuando las vemos
en los demás. Entonces, nos enfrentamos a ellos sin saber que en
realidad nos estamos enfrentando a una parte de nosotros mismos.
El caso mas común es el conflicto entre padres e hijos,
sólo pongámonos a pensar, ¿cuando no nos hemos peleado o enojado
con nuestros papás? De seguro hemos chocado en intereses o ideas de
la vida con ellos.

Sin embargo, no tenemos que preocuparnos: según los expertos, es casi


"normal" que un adolescente tenga conflictos con sus padres: esto se
debe al proceso de cambio que sufrimos en esta etapa, ya que nuestros
intereses e ideales van cambiando (ya hablaremos mas a fondo de los
intereses personales).

Algunos de los indicadores mas fuertes de un conflicto de un


adolescente con los padres son:
-Menos afectividad hacia los padres, ya que sentimos que los padres
intervienen en nuestra privacidad e independencia.
-Irrespeto a los valores y reglas que nos imponen los padres por pensar
que van en contra de nuestros ideales.
-Regresiones a conductas que no son propias de los adolescentes
(infantiles) en respuesta a las reglas que nos imponen los padres:
algunos de nosotros hemos hecho algún berrinche alguna vez a nuestros
papás.

Debemos recordar que en esta etapa nosotros vamos buscando nuestra


identidad, ser únicos, y nuestros padres nos pueden ayudar a tal fin.
Otra fuente de conflicto de los adolescentes en la familia son los
hermanos, y quienes tenemos hermanos sabemos que esto puede ser:
-Invasión de la privacidad por parte de nuestros hermanos.
-Conflicto por el uso de los recursos del hogar (quién usa la televisión, la
computadora, el teléfono, etc).
-En algunos casos, conflicto por que los hermanos nos roban la atención
de los padres (aunque nos es tan común en adolescentes mayores).
Por otra parte, los adolescentes no solo en la familia tienen conflictos:
los tiene también en el colegio, en la colonia; en fin, en cada lugar en que
nos desarrollemos en la vida. Pero ahora nos enfocaremos en otro
ámbito de las relaciones adolescentes que más nos generan
conflictos: Los conflictos por noviazgos adolescentes.

En la adolescencia se empieza a experimentar el sentimiento del amor


de pareja; pero debido a los cambios emocionales que sufrimos, al haber
un desacuerdo entre los novios se puede generar un conflicto que
genere un gran desequilibrio emocional que nos lleve a depresiones,
tristezas e incluso a un episodio de violencia; estos se generan por:
celos, desconfianza, supuesta insatisfacción de necesidades, etc.
Hay adolescentes que por su corta madurez y experiencia ven en el
primer amor el único y por eso tienden a acrecentar los conflictos que se
dan en esa relación, y cuando termina sus sentimientos quedan heridos.

También pueden haber conflictos en el propio adolescente.

Según expertos, hay otros factores que contribuyen al conflicto en


adolescentes:
a) Conflicto entre conductas infantiles que nos gustan o acomodan, o
que usamos como método de defensa ante la angustia, y la madurez que
deberíamos tener como pequeños adultos.

b) Conflicto entre el sentimiento individualista adolescente y el amor a la


comunidad o grupos.

c) Conflicto entre el deseo de iniciar la vida sexual y las normas o


costumbres de su familia o la sociedad, ya que el adolescente siente el
deseo sexual pero los padres o la religión nos dicen que el sexo es válido
hasta el matrimonio.

d) Conflicto entre las ideas religiosas y la nueva concepción del mundo


que tenemos, por lo que muchos adolescentes se alejan de la Iglesia y
viven como si Dios no existiera.

e) Conflicto entre el idealismo "mundo de imaginación" y la realidad


social, es decir, a los adolescentes nos gusta fantasear sobre todo pero
la realidad es dura y diferente.

Ahora que ya hemos hablado un poco de los conflictos en los


adolescentes, cabe preguntarse:
¿Qué factores inciden en la aparición de conflictos? ¿Cuales son los
resultados que nos traen los conflictos? ¿Como jóvenes los conflictos
pueden marcar nuestra vida?¿Sirven de algo los conflictos en la vida?

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