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CONTENIDO
Prefacio
Primera Parte: Práctica Básica
Etapa preparatoria
Ejercicio básico I
Ejercicio básico II
Ejercicio básico III
Progreso en la contemplación
Ejercicio básico IV
Resumen
Segunda Parte: Práctica Avanzada
¿Cómo se realiza el Nibbana?
El conocimiento de fruición (phala-ñana)
El conocimiento de revisión (paccavekkhana-ñana)
¿Cómo alcanzar las etapas superiores del sendero?
Aviso
Nota especial
El Autor: Venerable Mahasi Sayadaw
Nota del traductor
PREFACIO
Para ilustrar este punto, es necesario dirigir la atención a los hábitos comunes de
la limpieza del cuerpo; la búsqueda incesante de alimentos, vestido y habitación; y el
tremendo progreso tecnológico alcanzado para mejorar el nivel material de vida, para
mejorar los medios de transporte y comunicaciones y para la prevención y cura de las
enfermedades. Todos estos esfuerzos están principalmente relacionados con el cuidado
y mantenimiento del cuerpo. Se debe reconocer que son esenciales. Sin embargo, estos
esfuerzos y logros humanos no pueden de ninguna manera aliviar o erradicar el
sufrimiento asociado con la vejez y la enfermedad, la infelicidad familiar y las
dificultades económicas; en breve, la insatisfacción de deseos y necesidades. Los
sufrimientos de esta naturaleza no se superan por medios materiales; ellos pueden ser
superados solamente por medio de la práctica y el desarrollo mental.
Por lo tanto, queda claro que se debe buscar el camino correcto para entrenar,
estabilizar y purificar la mente. Este camino se encuentra en el Mahasatipatthana Sutta,
un discurso muy conocido de Buddha predicado hace más de 2500 años. Buddha
declaró lo siguiente:
Éste es el único camino para la purificación de los seres, para superar la pena y el
lamento, para erradicar el dolor y el pesar, para alcanzar el recto sendero, para realizar
el Nibbana; es decir los cuatro fundamentos de la atención completa.
Obviamente, este camino debería ser seguido por aquellos que buscan la
felicidad, con el objetivo de eliminar la impurezas de la mente que son las causas del
sufrimiento.
Etapa Preparatoria
Segundo, reflexione sobre todos los seres vivientes como recipientes de su amor;
siéntase fortificado de su amor e identifíquese con todos los seres vivientes sin
distinción, así:
¡Qué yo esté libre de enemistad, enfermedad y pesar. Igualmente que mis padres,
preceptores, maestros, familiares, personas indiferentes y enemigos estén libres de
enemistad, enfermedad y pesar! ¡Qué ellos se liberen del sufrimiento!
Para comenzar la práctica, siéntese con las piernas cruzadas. Usted se podría
sentir más confortable si las piernas no están trabadas sino colocadas en el suelo sin
presionarse una a otra. Si sentarse en el suelo interfiere con la contemplación, entonces
busque una forma más confortable de sentarse. Ahora proceda con cada uno de los
ejercicios de contemplación descritos.
* * * * *
EJERCICIO BÁSICO I
Trate de colocar su mente (no los ojos) en el abdomen. De este modo vendrá a
conocer los movimientos de dilatación y contracción de este órgano. Si estos
movimientos no son claros al comienzo, puede colocar ambas manos en el abdomen
para sentir estos movimientos de dilatación y contracción. Después de algún tiempo, los
movimientos hacia arriba de inspiración y hacia abajo de espiración serán distinguibles.
Luego diga mentalmente, “ascenso” para el movimiento de dilatación, “descenso” para
el movimiento de contracción. La anotación mental para cada movimiento debe ser
realizada mientras éste ocurre. De este ejercicio aprenderá la verdadera manera de los
movimientos de dilatación y contracción del abdomen. Usted no está interesado en la
forma del abdomen. Lo que realmente percibe es la sensación de presión causada por el
ascenso del mismo. Por lo tanto, no contemple su forma y proceda con este ejercicio.
Para el principiante éste es un método efectivo para desarrollar las facultades de
atención, concentración y penetración durante la contemplación. Con la práctica, la
manera del movimiento será clara. La habilidad de conocer cada una de las sucesivas
ocurrencias de los procesos físicos y mentales en cada uno de los seis órganos de los
sentidos se obtiene solamente cuando la contemplación se desarrolla completamente.
Dado que usted es un principiante cuya atención y poder de concentración son aún
débiles, podría encontrar difícil mantener la mente en cada movimiento sucesivo de
ascenso y descenso cuando éstos ocurren. En vista de esta dificultad, podría pensar:
“sencillamente no se como mantener mi mente en cada uno de estos movimientos.”
Luego, simplemente recuerde que éste es un proceso de aprendizaje. Los movimientos
de ascenso y descenso del abdomen están siempre presentes, y por la tanto no hay
necesidad de buscarlos. En realidad es fácil para el principiante mantener su mente en
estos dos simples movimientos. Continúe con este ejercicio atendiendo completamente
los movimientos de dilatación y contracción del abdomen. Nunca repita verbalmente las
palabras “ascenso”, “descenso” y no piense estos movimientos como palabras. Esté
consciente solamente del proceso real de ascenso y descenso del abdomen. Evite
respirar profunda o aceleradamente con el propósito de hacer los movimientos
abdominales más conspicuos, porque esto causa fatiga que interfiere con la práctica.
Simplemente esté totalmente consciente de los movimientos de dilatación y contracción
mientras estos ocurren durante el período normal de respiración.
* * * * *
EJERCICIO BÁSICO II
* * * * *
EJERCICIO BÁSICO III
Cuando medita por mucho tiempo en una misma posición, sentado o acostado,
posiblemente experimentará intensa fatiga, rigidez en el cuerpo o en los brazos y
piernas. Si esto ocurriera, enfoque su mente en la parte del cuerpo donde estas
sensaciones ocurren y continúe la contemplación notando “cansancio” o “rigidez.” Haga
esto naturalmente, ni muy rápido ni muy lento. Estas sensaciones gradualmente
disminuirán y luego desaparecerán totalmente. Si alguna de estas sensaciones se
intensificara al punto de que la fatiga o rigidez es insoportable, cambie su postura. Sin
embargo, no olvide realizar una anotación mental de la intención, “intención,” antes de
proceder a cambiar la posición. Cada movimiento se debe contemplar en su respectivo
orden.
Si siente comezón en alguna parte del cuerpo, coloque la mente en ese lugar y
haga una anotación mental, “comezón.” Haga esto de una manera regular, ni muy rápido
ni muy lento. Después que la comezón desaparece, continúe con el ejercicio de
observación de la dilatación y contracción del abdomen. Si la comezón continúa y se
intensifica y tiene la intención de rascarse, no olvide realizar una anotación mental,
“intención.” Lentamente levante la mano, notando simultáneamente las acciones de
“levantar” y “tocar” cuando la mano toca la parte que causa la comezón. Rásquese
lentamente y con completa atención. Cuando la comezón ha desaparecido e intenta dejar
de rascarse, sea consciente de esta actividad realizando la usual anotación mental,
“intención.” Lentamente retire la mano, concurrentemente haga una anotación mental de
la acción, “retirando.” Cuando la mano descansa en su lugar habitual tocando la pierna,
“tocando.” Luego dedique su tiempo a observar los movimientos abdominales.
Contemple de esta manera cada vez que consuma una bocado de comida hasta
que termine de comer. Al comienzo de la práctica habrá muchas omisiones. No importa.
No vacile en sus esfuerzos. Si persiste con la práctica, hará menos omisiones. Cuando
alcance el estado avanzado de la práctica, será capaz de observar más detalles que los
mencionados anteriormente.
Progreso en la Contemplación
Después de haber practicado por un día y una noche, podría descubrir que su
contemplación ha mejorado considerablemente y que es capaz de prolongar el ejercicio
básico de los movimientos de dilatación y contracción. En este caso observará que
generalmente hay un intervalo (interrupción) entre los movimientos de dilatación y
contracción. Si está sentado, llene la pausa con una anotación mental de la acción de
estar sentado, de esta manera: “ascenso,” “descenso,” “sentado.” Cuando realiza la
anotación mental de la postura, coloque la mente en la posición erguida del torso.
Cuando está acostado, debería contemplar de la siguiente manera: “ascenso,”
“descenso,” “yaciendo.” Si esto es fácil, continúe observando estas tres secciones. Si
descubriera que una pausa ocurre tanto al final del dilatación como de la contracción,
luego continúe de esta manera: “ascenso,” “sentado,” “descenso,” “sentado.” O cuando
está acostado: “ascenso,” “yaciendo,” “descenso,” “yaciendo.” En el caso de que no
fuera fácil hacer una nota mental de tres o cuatro objetos, como ha sido descrito
anteriormente, regrese al procedimiento inicial de notar sólo dos secciones, “ascenso” y
“descenso.”
* * * * *
SEGUNDA PARTE: PRÁCTICA AVANZADA
Si a veces el meditador ve imágenes de todo tipo como con sus propios ojos; por
ejemplo, Buddha se aparece con su divino resplandor; una procesión de monjes en el
cielo; pagodas e imágenes de Buddha; encuentro con los seres queridos; árboles o
bosques, cerros o montañas, jardines, edificios; cuerpos hinchados o esqueletos; nuestro
cuerpo hinchado, cubierto de sangre, desecho en pedazos y reducido a un mero
esqueleto, las entrañas y órganos vitales y aun gusanos; los habitantes del infierno y del
cielo. Éstas no son otra cosa que criaturas de nuestra imaginación, agudizada por la
intensa concentración. Estas visiones son similares a aquellas que ocurren en los sueños.
Ellas no deben ser ni bienvenidas y disfrutadas ni debe asustarse de ellas. Estos objetos
que aparecen durante el curso de la contemplación no son reales, son meras imágenes o
imaginaciones; en cambio, la mente que conoce estos objetos es real. Pero, los procesos
puramente mentales, inconexos con los cinco sentidos, no son fáciles de distinguir con
claridad y detalle. Por lo tanto, atención principal se debería dar a los objetos de los
sentidos que pueden ser fácilmente observados y a aquellos procesos mentales que
ocurren en conexión con las percepciones de los sentidos. Entonces, el meditador debe
observar cualquier objeto que aparece, repitiendo mentalmente, “viendo,” “viendo,”
hasta que desaparece. El objeto se alejará, desaparecerá o se desvanecerá. Al comienzo,
esto requerirá varias observaciones, digamos de cinco a diez. Pero cuando se ha
desarrollado la concentración, el objeto desaparecerá después de un par de
observaciones. Sin embargo, si el meditador desea disfrutar el objeto visual o mirarlo
detenidamente o, por lo contrario, si se asusta del mismo; es probable que el objeto
permanecerá por algún tiempo. Si el objeto se origina deliberadamente; luego, a causa
del placer, éste durará por mucho tiempo. Entonces, se debe tener cuidado de no pensar
o inclinarse hacia objetos externos cuando la concentración es buena. Si tales
pensamientos aparecen, deben ser observados y eliminados inmediatamente. Es el caso
de algunas personas que no experimentan objetos o sensaciones extraordinarias; y
mientras contemplan de la manera usual, sienten pereza. Ellos deben observar la pereza:
“pereza,” “pereza,” hasta que se elimina. En esta etapa, ya sea que se experimenten
objetos o sensaciones extraordinarias o no, los meditadores distinguen claramente la
fase inicial, intermedia y final de cada observación. Al comienzo de la práctica, durante
la observación de un objeto, tenían que dirigir la atención hacia la ocurrencia de un
objeto diferente; no distinguían con claridad la desaparición del objeto previo. Ahora,
después de observar la desaparición de un objeto, ellos notan el nuevo objeto que surge.
De esta manera, tienen un conocimiento claro de la fase inicial, intermedia y final del
objeto observado.
Los procesos materiales y mentales son una cantidad de veces más rápidos que
un parpadeo o un relámpago. Pero, si el meditador continúa simplemente observando
estos procesos, puede comprender completamente cuando éstos ocurren. La atención
completa es muy firme. En consecuencia, la atención completa aparece como si se
arrojase hacia el objeto que surge. El objeto también aparece como encontrándose con la
atención completa. Uno comprende cada uno de los objetos clara e individualmente. El
meditador después comprende: “Los procesos materiales y mentales son realmente muy
rápidos. Ellos son tan rápidos como una máquina o un motor. Y aún, ellos pueden ser
observados y comprendidos. Tal vez, no hay nada más que conocer. Aquello a ser
comprendido ha sido comprendido.” Él piensa de esta forma porque conoce por
experiencia directa lo que antes ni había soñado.
Cuando el meditador puede notar con claridad estos pares (objeto y mente) sin
interrupción, las partes específicas como cuerpo, cabeza, mano, pierna ya no son
aparentes y se le manifiesta la idea de que todo está desapareciendo, desvaneciéndose.
En esta etapa, es probable que piense que su contemplación no es enteramente
satisfactoria. Pero en realidad no es así. La mente, por regla general, se regocija
demorándose en los partes específicas y las formas. Debido a la ausencia de las mismas,
la mente está buscando satisfacción. En realidad, esto es la manifestación de progreso
en la meditación. Al comienzo, son las partes específicas las que se notan con claridad,
pero ahora su desaparición se nota primero, debido al progreso en la meditación. Sólo
después de una reiterada reflexión, las partes específicas aparecen de nuevo; pero si
ellas no son observadas el hecho de la disolución reaparece y permanece. Entonces,
descubre por experiencia directa la verdad del dicho: “Cuando un nombre o una
designación se manifiesta, una verdad yace oculta; cuando la verdad se revela, el
nombre o la designación desaparece.”
Cuando puede contemplar bien en diversos objetos, aun si no observa los objetos
con vigor, comprende que lo que oye desaparece, que lo que ve desaparece, sin
continuación entre ellos. Esto es comprender las cosas como realmente son. Algunos
meditadores no ven claramente lo que está ocurriendo porque la disolución es tan rápida
que ellos piensan que el sentido de la vista está empeorando o que están mareados. Pero
no es así. Simplemente carecen del poder para notar lo que está ocurriendo antes y
después; el resultado es que ellos no distinguen las partes específicas o las formas. En
este caso, deberían relajarse y suspender la contemplación. Pero los procesos materiales
y mentales continúan ocurriendo, y la mente espontáneamente continúa observándolos.
El meditador podría decidir dormir, pero no se duerme; y permanece en buen estado y
alerta. No debe preocuparse por la pérdida de sueño porque a causa de esto no se sentirá
indispuesto o enfermo. Debería continuar observando con vigor y comprobará que su
mente es capaz de percibir completa y claramente los objetos.
Cuando, debido a este conocimiento, siente disgusto con respecto a cada objeto
observado, experimentará el deseo de abandonar o liberarse de estos objetosxvii[17]. Ver,
oír, tocar, reflexionar, pararse, sentarse, doblar, extender, notar; desea liberarse de todos
ellos. Debería notar este deseo. Ahora anhela liberarse de los procesos materiales y
mentales. Reflexiona: “Cada vez que los observo, encuentro que se repiten; estas
repeticiones son todas malas. Es mejor que deje de observarlas.” Debería tomar nota de
tal reflexión.
A veces las formaciones ocurren rápidamente y las observa bien. Podría sentir
ansiedad con respecto a que es lo qué le ocurriría. Debería observar esta ansiedad. Si
piensa que está progresando, debería observar este pensamiento. Si espera progresar en
la contemplación, debería observar estas expectativas. Debería notar constantemente
cualquier objeto que ocurre. No debería usar demasiado esfuerzo ni relajarse. En
algunos casos, debido a la ansiedad, a la alegría, al apego o a las expectativas la
observación se vuelve laxa y retrógrada. Aquellos que piensan que el objetivo está muy
cerca contemplan con gran energía. Mientras esto ocurre, la observación se vuelve laxa
y se retrocede. Esto ocurre porque una mente agitada no se puede concentrar
correctamente en las formaciones. De esta manera, cuando la contemplación va bien, el
meditador debe continuar sin parar; esto significa que no debería relajarse ni poner
demasiado esfuerzo. Si continúa sin cesar, rápidamente realizará el fin de las
formaciones y el Nibbana. En el caso de algunos meditadores, ellos podrían, en esta
etapa, levitar y caer una y otra vez. Deberían no desesperarse sino continuar con
determinación. Se debe prestar atención a cualquier objeto que se presenta en las seis
puertas. Sin embargo, cuando la observación procede fácil y calmamente, la
contemplación extendida de esta manera no es posible. Entonces, la observación
debería comenzar ganando ímpetu hasta que se vuelve fácil y calmada.
Si el meditador comienza con los movimientos del abdomen o con algún otro
objeto corporal o mental, descubrirá que está ganando ímpetu. Luego la observación
procederá fácil y tranquilamente por sí misma. Ocurrirá que observa con facilidad el
cese y la desaparición de las formaciones. A este punto, su mente está libre de todas las
impurezas. Por más agradable y tentador que el objeto sea, no es así para él. A la
inversa, por más desagradable que un objeto sea, no es así para él. Él simplemente ve,
oye, huele, gusta, siente el tacto y conoce. Con los seis tipos de ecuanimidad descritos
en las Escrituras observa todas las formaciones. No es consciente aun del tiempo en que
está dedicado a la contemplación. Ni reflexiona de ninguna manera. Pero si no
desarrolla el suficiente progreso en la contemplación para alcanzar el “conocimiento del
sendero y su fruición” (magga y phala) en dos o tres horas, la concentración se vuelve
laxa y sobreviene la reflexión. Por otra parte, si está haciendo buen progreso, podría
anticipar mayor progreso. Se sentirá tan satisfecho con su resultado que experimentará
un retroceso. Debe eliminar tales expectativas o reflexiones por medio de la simple
observación. La continua contemplación alcanzará nuevamente progreso con facilidad.
Pero si aún no se ha alcanzado suficiente poder de concentración, ésta nuevamente se
vuelve laxa. Algunos meditadores progresan y retroceden de esta forma una y otra vez.
Aquellos que están informados de las distintas etapas del progreso en la meditación por
medio del estudio (o por haber oído) encuentran estos altibajos. Por lo tanto, no es
bueno para el estudiante que medita bajo la supervisión de un maestro, interiorizarse
con estas etapas antes de comenzar la meditación. Es para el beneficio de aquellos que
tienen que meditar sin la ayuda de un maestro que estas etapas han sido aquí descritas.
Las observaciones son ahora más lúcidas que las que ocurrieron inmediatamente
antes de la realización. Después de la última observación, la cesación de las
formaciones y la realización del Nibbana son evidentes. Por esta razón aquellos que han
realizado el Nibbana dirían:
Los objetos observados y la conciencia que los observa cesan completamente; o los
objetos y las observaciones se cortan como la enredadera que se corta con un cuchillo; o
los objetos y las observaciones se desprenden como aquél que se despoja de una pesada
carga; o los objetos y las observaciones se separan como aquello que uno está asiendo
se descompone en partes; o los objetos y las observaciones son repentinamente libres
como fuera de una prisión; o los objetos y las observaciones se extinguen como una
vela que se apaga de repente; o desaparecen como si la oscuridad hubiera reemplazado
la luz; o se liberan como de un embrollo; o se hunden como en el agua; o abruptamente
se detienen como una persona corriendo que se detiene por un violento golpe; o cesan
completamente.
Debemos dar aquí una nota de cautela. El meditador debería decidir a priori
sobre la rápida entrada y duración del conocimiento de fruición. No debería dirigir su
atención a la decisión una vez que ha comenzado a notar los procesos corporales y
mentales. Antes de alcanzar la madurez de la contemplación, mientras observa
correctamente las formaciones, podría experimentar piel de gallina, bostezos, temblores
y sollozos y perder el ímpetu en la contemplación. Mientras sus observaciones ganan
fuerza, podría anticipar con placer el objetivo y de ese modo perder el control de la
contemplación. No debería pensar en ninguna otra cosa aparte de la contemplación y si
piensa inadvertidamente en algo, debe notar este pensamiento extraño. Algunos
alcanzan el conocimiento de fruición solamente después de haber perdido algunas veces
el impulso de la contemplación. Si la concentración es débil, la entrada en el
conocimiento de fruición es lenta, y cuando ocurre no dura por mucho tiempo. Ésta es la
descripción del conocimiento de fruición.
El conocimiento de revisión (paccavekkhana-ñana)
En estos tiempos, aquellos que son los más dispuestos y dedicados a trabajar
para su propia liberación de los sufrimientos del mundo y para alcanzar magga-phala-
nibbana, el más alto objetivo de la meditación vipassana, a ellos se les aconseja
practicar de la manera antedicha, contemplando el cuerpo, las sensaciones, la conciencia
y los objetos mentales, practicando la meditación Satipatthana. Es un deber para ellos.
Nota especial
*****
EL AUTOR
*****
NOTA DEL TRADUCTOR
Vipassana Práctica es la traducción española del libro Practical Insight Meditation del venerable
Mahasi Sayadaw. En esta traducción no se incluye el apéndice de dicho libro. Se ha usado la edición
publicada en 1979 por el Department of Religious Affairs, Rangoon, Burma. Esta traducción fue terminada en
enero de 1994 y revisada por última vez en diciembre 1996.
Reconocimientos
El traductor desea agradecer a su maestro el venerable U Silananda por sus enseñanzas; a Daw Khin
Khin, Ronald Min y familia de Scotts Valley, California, por su invaluable apoyo; y también al Dr. Alejandro
Córdova C., y Rosa María Martínez E., ambos de Veracruz, México, quienes revisaron la traducción.
*****
¿QUÉ ES VIPASSANA?*
Cuando practica meditación vipassana, elige un objeto en donde enfocar su mente. Este
objeto será el objeto "primario" de meditación. Tradicionalmente, la respiración se
utiliza como objeto. Mantiene su mente enfocada en la respiración y realiza anotaciones
mentales "adentro-afuera-adentro-afuera" junto con la respiración. Durante las
anotaciones de la respiración cuando su mente se pierde o se distrae, realiza anotaciones
de esto también, como "pensando" u "oyendo" o "distracciones" o "emociones," etc. Y
también realiza anotaciones de las sensaciones en su cuerpo. De esta forma, observa
todo lo que le está ocurriendo o lo que se le presenta a través de las seis puertas de los
sentidos.
La belleza de la meditación vipassana radica en el hecho que todas las cosas son objetos
de esta meditación. La respiración es solamente el objeto "primario." Si no hay otro
objeto para notar, simplemente continúe notando su respiración; y si hay otros objetos,
simplemente nótelos. Ya sea que mantenga su mente en la respiración o en otras
distracciones, está meditando bien si es consciente de los objetos.
*****
*
Venerable U Silananda. Material preparado por Bhikkhu Nandisena. Reproducción de la traducción
española con permiso del Venerable U Silananda. Este material puede ser reproducido para uso personal,
puede ser distribuido sólo en forma gratuita. ©CMBT 1999. Última revisión sábado, 30 de diciembre de
2000. Fondo Dhamma Dana.
NOTAS
i[1]
Los ocho preceptos son: abstención de 1) matar, 2) robar, 3) actividad sexual, 4) mentir, 5) alcohol y
drogas, 6) comer después del mediodía, 7) danza, música, espectáculos, perfumes, ornamentos, etc. y 8)
camas y sillas suntuosas.
ii[2]
Hay cuatro noble individuos (ariya-puggala). Ellos han alcanzado un estado de
santidad:
a) El ganador de la corriente (sotapanna) es aquel que se ha liberado de tres de
los diez impedimentos que lo vinculan al plano de los sentidos, es decir, creencia
en la personalidad, duda escéptica y apego a ritos y rituales.
b) El que regresa sólo una vez (sakadagami) ha debilitado el cuarto y quinto
impedimento, apego a los objetos sensuales y el enojo.
c) El que nunca regresa (anagami) se ha liberado completamente de los cinco
impedimentos mencionados o impedimentos menores y no renacerá en el plano
de los sentidos.
d) El Arahant elimina los restantes cinco impedimentos: apego por la existencia celestial, apego
por la existencia inmaterial (existencia mental), vanidad, agitación e ignorancia.
iii[3]
Uno que ha ido a un lugar excelente (Nibbana).
iv[4]
Las 32 partes del cuerpo usadas para la contemplación son: cabellos, vellos, uñas, dientes, piel, carne,
tendones, huesos, médula, riñones, corazón, hígado, membrana, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio,
comida sin digerir, excremento, cerebro, bilis, flema, pus, sangre, sudor, grasa, lágrimas, linfa, saliva,
moco, sinovía, orín.
v[5]
Algunos puntos de contacto donde la sensación del tacto puede ser observada son donde el muslo y la
rodilla se tocan, la manos tocándose, dedo con dedo, pulgar con pulgar, cerrado de párpados, lengua en la
boca, labios tocándose cuando la boca está cerrada.
vi[6]
Taruna-udayabbaya-ñana. Para las distintas etapas del conocimiento de penetración consultar, The
Progress of Insight por Ven. Mahasi Sayadaw (Editorial The Forest Hermitage, Kandy, Ceylon).
vii[7]
La sección descrita se refiere al “conocimiento analítico del cuerpo y mente” (nama-rupa-
pariccheda-ñana), perteneciente a la “purificación de la concepción (ditthi-visuddhi).”
viii[8]
La sección anteriormente descrita se refiere al “conocimiento del discernimiento de condiciones”
(paccaya-pariggaha-ñaäa), perteneciente a la “purificación de la trascendencia de la duda”
(kaækhavitaraäa-visuddhi).
ix[9]
Los párrafos precedentes se refieren al “conocimiento de la comprensión” (sammasana-ñaäa).
x[10]
Estos fenómenos se denominan “las diez imperfecciones de vipassana” (vipassana-upakkilesa).
Ellos tienen la característica de “imperfecciones” en el sentido que causan apego o presunción. Por
ejemplo, juzgando erróneamente estos fenómenos y sobrestimando sus logros, el meditador cree haber
alcanzado los estados de santidad. Estas “imperfecciones” ocurren durante la fase débil del conocimiento
del surgir y el cesar (taruäa-udayabbaya-ñaäa).
xi[11]
Esto corresponde a la “purificación del conocimiento y visión de cual es el sendero y cual no es el
sendero” (maggamaggañaäadassana-visuddhi).
xii[12]
Se hace referencia a la fase final del conocimiento del surgir y el cesar.
xiii[13]
Éste es el “conocimiento de disolución” (bhaæga-ñaäa).
xiv[14]
Éste es el “conocimiento del temor” (bhaya-ñaäa).
xv[15]
Éste es el “conocimiento de la miseria o del peligro” (adinava-ñaäa).
xvi[16]
Éste es el “conocimiento del disgusto” (nibbida-ñaäa).
xvii[17]
Éste es el “conocimiento del deseo de liberación” (muñcitukamyata-ñaäa).
xviii[18]
Hay diez características de impermanencia, veinte y cinco de sufrimiento y cinco de
impersonalidad.
xix[19]
Esto se refiere al “conocimiento de re-contemplación” (paåisaækha-ñaäa).
xx[20]
Por sugerencia del Venerable Autor se citan las siguientes dos referencias para
explicar cómo se realiza el Nibbana en los distintos senderos:
a. "Aquel que ve el Nibbana se absorbe en el estado de inmortalidad (en
el sentido de fin)..."
"Cuando se realiza el Nibbana por primera vez se denomina “realización
como visión” (dassana). Después de la primera vez se denomina
“realización como desarrollo” (bhavana)."
b."...suponga un hombre que puede ver está viajando por un camino en una noche
nublada. El camino está obscuro. Un relámpago disipa la oscuridad. Debido a la
ausencia de la obscuridad el camino es claro. Esto ocurre en una segunda jornada y
nuevamente en la tercera. Aquí, el hombre que puede ver que comienza la jornada es
como el esfuerzo del discípulo para realizar el sendero de entrada en la corriente. La
eliminación de la obscuridad del camino es la eliminación de la ignorancia con respecto
a las cuatro nobles verdades. El momento cuando el relámpago elimina la obscuridad es
como el momento en que surge la conciencia de entrada en la corriente. Como la
segunda jornada es el esfuerzo para alcanzar el segundo sendero del que regresa un
vez...Como la tercera jornada es el esfuerzo para alcanzar el sendero del que nunca
regresa..."
*****
*
Venerable Mahasi Sayadaw. Traducción al español por Bhikkhu Nandisena. Este
material puede ser reproducido para uso personal, puede ser distribuido sólo en forma
gratuita. ©CMEBC 1999. Última revisión lunes, 13 de marzo de 2000. Fondo Dhamma
Dana.