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“SITUACIÓN DE SALUD DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE EN

EL ÁMBITO NACIONAL Y REGIONAL"

DOCENTE: Dra. Carmen Serrano

ALUMNA : MARÍA ALONDRA MENDOZA TORRES

CICLO : VII

CURSO : ENFERMERÍA EN SALUD DEL NIÑO II

NVO.CHIMBOTE-PERU
2017

2016
“SITUACIÓN DE SALUD DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE EN EL ÁMBITO
NACIONAL Y REGIONAL"

INDICADORES DE SALUD A NIVEL NACIONAL

De acuerdo con estimaciones oficiales, al año 2016, en el Perú viven 6 millones


922 mil 109 niñas y niños de 0 a 11 años de edad, de los cuales, el 51,0% son
varones (3 millones 529 mil 982) y el 49,0% mujeres (3 millones 392 mil 127). Lima
es el departamento con mayor población de niñas y niños de 0 a 11 años de edad
con 1 millón 914 mil 740; le sigue Piura 444 mil 88, La Libertad 414 mil 690,
Cajamarca 372 mil 662 y Puno 351 mil 987. Por el contrario, los que tienen menor
población son Madre de Dios 31 mil 718, Moquegua 32 mil 775, Tumbes 48 mil 985,
Tacna 69 mil 210 y Pasco 75 mil 741. El 91,5% de hogares rurales con al menos un
menor de 12 años de edad.

MORTALIDAD EN LA NIÑEZ

El Perú ha logrado avances importantes en los últimos años en la mejora de la


situación de la salud de la primera infancia. Según la ENDES, en la última década
ha aumentado sustancialmente la atención prenatal y del parto y se ha reducido de
forma significativa la mortalidad infantil y la mortalidad en la niñez. La proporción de
madres gestantes que acudieron a por lo menos un control prenatal se incrementó
de 67% en el año 1996 a 91% en el 2004-2006 y los partos atendidos por pro-
fesionales de salud pasaron de 56% a 71% en el mismo período. En lo que se refiere
a la mortalidad infantil y en la niñez, se redujo de 43 por mil nacidos y 59 por mil
nacidos vivos en el año 1996, a 21 y 29 en el 2004-2006, respectivamente. Esto se
ha debido fundamentalmente a las mejoras en cobertura de servicios de salud en el
área rural, reduciéndose la brecha que tradicionalmente ha existido entre los
indicadores de salud urbanos y rurales.

La salud en la niñez es el punto de partida para la acumulación del capital humano


de las personas, pues incrementa los ingresos a futuro y mejora el bienestar en los
hogares. La tasa de mortalidad en niñas y niños menores de 5 años de edad,
indicador más conocido como mortalidad en la niñez, estimada en base a los
resultados de la ENDES Continua del año 2010, es de 23 muertes de niñas y niños
menores de 5 años de edad por cada 1,000 nacidos vivos. Aunque en el país se ha
logrado disminuir marcadamente la mortalidad infantil y la de niñez, los factores
territoriales siguen pesando en los ámbitos geográficos más urbanizados, que por
lo general, han alcanzado un mayor desarrollo socioeconómico; se controlan mejor
los principales factores determinantes de la salud de las niñas y niños, como la
escolaridad de la madre, la cobertura sanitaria y el acceso a servicios de
infraestructura básica.

Por otro lado, hay algunos aspectos que no han tenido cambios significativos, tales
como: la alta prevalencia de desnutrición crónica, la insuficiente asistencia a
educación inicial, la proporción de niños y niñas que no cuentan con partida de
nacimiento y la alta incidencia de violencia familiar que, entre otros, siguen siendo
retos para el país.La reducción de la tasa de mortalidad infantil se relaciona con una
mayor inversión en los servicios sociales básicos, educación a los padres , sobre
todo de los más pobres. Según la ENDES 2011, de cada 1000 nacidos vivos en el
país, fallecían 16 antes de cumplir el año de vida. Si bien esta cifra se ha reducido
significativamente a lo largo de la década, se registran diferencias significativas por
área de residencia y por regiones. Las enfermedades que se asocian comúnmente
con la mortalidad infantil son la diarrea, la neumonía, la desnutrición y las
enfermedades prevenibles por vacunación.

Los promedios nacionales de mortalidad infantil ocultan grandes disparidades entre


las áreas urbana y rural. En efecto, para el año 2010, la ENDES informa que
mientras en el área urbana, la tasa de mortalidad infantil fue de 14 por cada 1000
nacidos vivos, en el área rural fue de 22. Los departamentos de Puno y Loreto
presentan las tasas más altas de mortalidad infantil. En Loreto mueren, antes de
cumplir un año de edad, 43 niñas o niños de cada 1 000 nacidos vivos. Le sigue
Puno con 40 defunciones, mientras que Lima, con 11, presenta la tasa más baja de
mortalidad infantil.

Vacunación y control de crecimiento y desarrollo (CRED)

Vacunación y control de crecimiento y desarrollo (CRED)

La salud preventiva es un factor clave para enfrentar los riesgos del entorno,
asociados a las enfermedades transmisibles y a no contar con agua segura y
saneamiento adecuado, entre otros. Dos aspectos importantes, en los cuales el
gobierno peruano ha venido fortaleciendo las campañas orientadas a crear una
cultura de salud preventiva, son la vacunación oportuna y el monitoreo regular de
los niños y niñas, especialmente en la primera infancia. Como se verá a
continuación, los resultados en la vacunación oportuna son poco alentadores pero
los asociados a fomentar los controles de crecimiento y desarrollo de los niños y
niñas menores de 3 años han sido positivos en la sierra del país, donde se habrían
concentrado los esfuerzos.
La inmunización ha dado resultados en la protección de las niñas y niños contra las
enfermedades. La posibilidad de que las niñas y los niños se enfermen gravemente
y mueran depende en gran medida de la capacidad de su sistema inmunológico
para luchar contra las infecciones. Varios agentes patógenos, como bacterias y
virus, son los responsables de las principales enfermedades infantiles. Ellos causan
enfermedades como el tétanos, la difteria, la tos ferina, la tuberculosis, la polio y el
paludismo. Con el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), el Perú ha logrado
erradicar la viruela y la poliomielitis, eliminar el tétano neonatal como problema de
salud pública, y controlar otras enfermedades inmuno-prevenibles (tos ferina,
difteria, tuberculosis en sus formas graves), y se espera la pronta erradicación del
sarampión. En la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar-ENDES- que ejecuta
el INEI, se indaga sobre la historia de vacunación para niñas y niños menores de 5
años de edad, así como sobre vacunas para las enfermedades de mayor
prevalencia en el país como son la tuberculosis (BGC), difteria, pertusis o tos ferina
y tétano (DPT), polio y sarampión. La información se captura de los datos obtenidos
de la tarjeta de vacunación que muestra la madre, y aquella proporcionada por la
madre cuando no disponía de la tarjeta. En el año 2011, los resultados de la ENDES
revelan que el 78,3% de las niñas y niños menores de 12 meses tuvo las vacunas
básicas completas para su edad. La cobertura de las inmunizaciones completas es
más elevada en la costa (79,7%), incluyendo Lima Metropolitana, en tanto en la
selva la cobertura alcanza el 70,6%, siendo 9,1 puntos porcentuales menos que la
cobertura del resto de la costa. Al analizar las vacunas de acuerdo a la condición
socioeconómica de los hogares de las niñas y niños menores de 12 meses, se
constata que la vacunación es mucho más alta en el cuarto quintil (85,2%) que en
el quintil inferior (69,0%), con una diferencia de 16,2 puntos porcentuales. Se
observan brechas significativas entre departamentos, por ejemplo, en Loreto, el
48,5% de las niñas y niños menores de 12 meses tuvo las vacunas completas. Esta
baja cobertura de las vacunas guarda estrecha relación con la alta incidencia de
mortalidad infantil en este departamento.

DESNUTRICIÓN CRÓNICA
La desnutrición crónica afecta el desarrollo de la capacidad física, intelectual,
emocional y social de las niñas y niños, por lo que es considerada un indicador
resumen de desarrollo humano. La tasa de desnutrición infantil está determinada
por la falta de acceso por parte de las familias a los alimentos necesarios para la
adecuada nutrición de las niñas y de los niños, así como la falta de acceso a salud
y saneamiento básico. El indicador se determina al comparar la talla de la niña o
niño con la esperada para su edad y sexo. La tasa de desnutrición crónica en niñas
y niños menores de 5 años de edad ha venido cayendo de 25,4% en 2000 a 15,2%
en 201139. Sin embargo, el área rural y aquellas regiones donde la pobreza es alta,
presentan situaciones críticas. Entre los grupos más vulnerables están las niñas,
niños y adolescentes pobres, los que pertenecen a los grupos indígenas y aquellos
cuya madre tiene un bajo nivel educativo. La desnutrición crónica es claramente
mayor en las zonas rurales de la sierra (33,9%) y la selva (27,8%), y en el quintil
inferior de ingresos (36,0%). Según el Patrón de Crecimiento Infantil de la
Organización Mundial de Salud (OMS), la desnutrición crónica afectó al 19,5% de
niñas y niños menores de cinco años de edad, esta situación reflejaría una
tendencia decreciente al observar el año 2007 (28,5%). Lactancia materna exclusiva
La salud del individuo se fundamenta en un buen estado nutricional, el cual es de
suma importancia en los primeros años de vida de las personas. Los infantes sin
una nutrición adecuada no podrán desarrollar un sistema neurológico e
inmunológico apropiado. Esta vulnerabilidad se traducirá en problemas de
aprendizaje y de salud en el futuro, lo cual impedirá su desarrollo integral y les traerá
dificultades más adelante para ingresar competitivamente al mercado laboral. Por
otra parte, la lactancia materna es también un factor protector de afecto y apego
que requiere el recién nacido con la madre, y que se da en los instantes de esta
interacción, lo cual es importante para el desarrollo integral del recién nacido.
Diversos estudios han mostrado que los mayores valores de la tasa de desnutrición
infantil se concentran en aquellos hogares de nivel socioeconómico más bajo. Al
año 2011, el 70,6% de las niñas y niños de seis meses de edad tuvieron lactancia
materna exclusiva. Por área de residencia se constata que la lactancia materna es
más común en el área rural (82,5%) que en el área urbana (64,0%), lo que entre
otras causas se explica por el consumo de productos sucedáneos. Con respecto a
los neonatos que reciben lactancia materna dentro del primer día de nacido, se tiene
que a nivel nacional los hace el 92,0%, por nivel educativo las mujeres sin educación
son las que tienen el porcentaje más alto (97,5%); y en el quintil inferior fue de
96,3%. El nivel socioeconómico de las madres influye en la lactancia materna
exclusiva, así entre las más pobres (quintil inferior), el 85,5% dio de lactar de manera
exclusiva a sus hijos, mientras que entre las del quinto quintil (quintil superior) sólo
el 34,4%. La proporción de mujeres pobres que cría a sus hijos con lactancia
materna exclusiva se ha venido incrementando a lo largo de los años, mientras que
ocurre el caso contrario con las mujeres con mejores recursos económicos. Igual
sucede cuando se desagrega la información por regiones: aquellas con mayores
niveles de pobreza como la selva y la sierra, tienen porcentajes mayores de
lactancia materna que la costa. Por departamentos, Apurímac y Junín presentan los
índices más altos.

Niño (de 6 a 11 años)


Uno de los principales problemas de salud de los niños y niñas de este grupo etáreo
es la anemia. A nivel nacional el 32% de los niños y niñas de 10 a 14 años presenta
anemia y a nivel departamental se dan brechas significativas, Pasco tiene la mayor
tasa de anemia con 52%, seguido por Puno con 49%, mientras San Martín y
Lambayeque presentan las menores tasas con 12% y 14%, respectivamente según
el INEI (2011).
Desnutrición crónica y anemia
Como se mencionó anteriormente, la desnutrición y el déficit de micronutrientes
limitan la capacidad socio-emocional, física, y de aprendizaje de los niños y las
niñas. En esta sección se analizan algunos indicadores que nos aproximan a la
situación de nutrición de la niñez, uno es el de desnutrición crónica en los niños y
niñas de 6 a 9 años de edad y el segundo el de anemia en niños y niñas de 10 a 14
años.

Acceso a los servicios de salud


La ENAHO 2006 permite aproximar el acceso a los servicios de salud entre los niños
y niñas de 6 a 11 años de edad en el país a partir de un reporte que da cuenta de
los niños y niñas que accedieron a un servicio de salud cuando —de acuerdo con
ellos o sus familias— lo necesitaron. La necesidad de atención pudo haberse
generado por un accidente, enfermedad, malestar o recaída de alguna enfermedad
crónica que el niño o su familia consideró suficientemente serio como para acudir a
un servicio de salud. A nivel nacional sólo un 44% de los niños y niñas que necesitó
atención en salud la recibió. El 41% de los niños y niñas que reside en zonas rurales
y un 48% de los que reside en zonas urbanas recibió dicha atención.
Afiliación a un seguro de salud
En el Perú, el 77% de los niños y niñas de 6 a 11 años cuenta con algún seguro de salud
al año 2009 y la mayoría (58%) se encuentra afiliado al Seguro Integral de Salud - SIS. A
pesar de los importantes avances en la afiliación a un seguro de salud, en particular al SIS,
aún más de 800 mil niños y niñas entre los 6 y 11 años (26%) no cuenta con un seguro de
salud al año 2009.

Adolescencia (de 12 a 19 años)

En este grupo etáreo el problema de anemia sigue siendo importante. Como se


mencionó anteriormente, entre los niños y niñas de 10 a 14 años la anemia afecta
al 32% a nivel nacional, y entre los adolescentes de 15 a 19 años afecta al 35%,
cifra que en el área rural es de 39%. Las diferencias se hacen más evidentes cuando
comparamos entre departamentos. San Martín es el que presenta la tasa más baja
(20%), menos de la mitad de la tasa que se presenta en Pasco y Puno (50%).

AFILIACIÓN A UN SEGURO DE SALUD

De manera análoga a lo observado entre los niños y niñas de 6 a 11 años, la mayor


parte de los y las adolescentes (70%) de 12 a 17 años cuenta con un seguro de
salud. No obstante, aún cerca de 1.1 millones de adolescentes carecen de uno.
Como se señaló anteriormente,
la afiliación a un seguro de salud se ha extendido de manera acentuada durante los
últimos años, en especial, debido a la expansión focalizada del SIS en las zonas
más pobres del país. La relativamente amplia afiliación a un seguro de salud entre
los y las adolescentes rurales (81%), indígenas (entre 63% y 85%), pobres extremos
(81%) y no extremos (74%), se explica por la presencia del SIS, en la mayor parte
de los casos. La afiliación entre estos grupos de adolescentes es mayor a la de sus
pares urbanos (62%), de lengua materna castellana (68%) y los no pobres (66%);
lo que da cuenta de una reversión en las brechas de acceso a un seguro de salud.

VIH-SIDA y las Infecciones de Transmisión Sexual


En el Perú, entre los años 1983 y 2010, el Ministerio de Salud ha notificado 26,566
casos de SIDA y 41,638 casos de VIH51. No obstante, el número de personas
viviendo con el VIH-SIDA sería mayor al registrado, ascendiendo a 76 mil personas,
según ONUSIDA52. Es importante señalar que, la transmisión del VIH-SIDA en el
Perú es casi exclusivamente sexual (97%), ya que la transmisión perinatal y
parenteral53 es de 2% y 1%, respectivamente (MINSA, 2010).
Entre los casos registrados hay una alta incidencia de personas jóvenes: 1 de cada
3 personas con VIH tiene entre 20 y 29 años (MINSA, 2006). Considerando que una
vez contraído el VIH pueden pasar varios años antes de que éste sea detectado y
que la edad mediana en que es detectado es de 31 años, es esperable que una
importante proporción de los jóvenes con VIH-SIDA lo haya contraído durante la
adolescencia. Existe una alta incidencia de jóvenes con VIH-SIDA de 20 a 29 años. Una
vez transmitida la infección del virus VIH pueden pasar varios años antes de manifestarse
como SIDA, siendo posible que una proporción importante de estos jóvenes hayan
contraído el virus durante la adolescencia. En este contexto, cabe destacar el poco
conocimiento del VIH-SIDA que tienen las mujeres entre 15 y 19 años. Así, por ejemplo,
mientras casi el 10% afirmó no haber oído sobre el VIH-SIDA, el 25% manifestó conocerlo
pero ignoraba la forma de evitar la infección según la ENDES2004-2006.

SITUACIÓN REGIONAL
ANEMIA EN NIÑAS Y NIÑOS
Al 29,7 por ciento de niñas y niños menores de cinco años de edad residente en
Áncash, se le detectó anemia en el año 2012. Esta proporción fue menor a la
observada en el año 2009 (39,3 por ciento). Según tipo de anemia, el 18,5 por ciento
tenía anemia leve, el 11,0 por ciento anemia moderada y el 0,2 por ciento anemia
severa.
Según área de residencia, la anemia fue más frecuente entre niñas y niños
residentes en el área urbana (30,1 por ciento). En el área rural el porcentaje
correspondió al 29,3 por ciento.
el 15,5 por ciento de mujeres en edad fértil tenía anemia leve, el 2,0 por ciento
presentaba anemia moderada y la anemia severa afectó al 0,1 por ciento de las
mujeres en edad fértil.
Según área de residencia, el porcentaje fue mayor en el área urbana (19,7 por
ciento) que en el área rural (15,2 por ciento), siendo el área urbana la que ha
presentado un mayor incremento (4,0 puntos porcentuales) con respecto al año
2009 frente a lo observado en el área rural que descendió (2,6 puntos porcentuales).

Desnutrición crónica
La desnutrición crónica, es un indicador del desarrollo del departamento y su
disminución muestra la mejora de la capacidad física, intelectual, emocional y social
de las niñas y niños. Se determina al comparar la talla de la niña o niño con la
esperada para su edad y sexo.
En el año 2006 se difundió, a nivel internacional, el Patrón de Crecimiento Infantil
de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este nuevo patrón de referencia fue
elaborado sobre la base de un conjunto de niñas y niños residentes en un entorno
óptimo para el crecimiento: prácticas de alimentación recomendadas para lactantes,
niñas y niños pequeños, buena atención de salud, madres no fumadoras y otros
factores relacionados con los buenos resultados de salud. De otro lado, el patrón de
referencia del National Center for Health Statistics (NCHS), se basaba en datos de
una muestra limitada de niñas y niños residentes en los Estados Unidos, por lo que
carecía de una base sólida para la evaluación del indicador de desnutrición crónica
en los países.
El presente informe presenta la medición con ambos patrones a fin de mostrar la
tendencia del indicador.
Según el patrón de la OMS, la desnutrición crónica afectó al 24,7 por ciento de niñas
y niños menores de cinco años de edad, en el año 2009 el 28,2 por ciento de la
población infantil, tenía una talla menor para su edad.
Según área de residencia, la desnutrición crónica afectó en mayor proporción a
niñas y niños del área rural (36,6 por ciento), es decir, 26,0 puntos porcentuales más
que en el área urbana (10,6 por ciento).

MORTALIDAD INFANTIL Y EN LA NIÑEZ


Los resultados obtenidos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del año
2012 no permitieron obtener tasas de mortalidad infantil y en la niñez, debido al bajo
número de casos encontrados, por lo que en este capítulo se vuelve a reproducir
los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del año 2011.
Al igual que en las encuestas anteriores, en la encuesta 2011 se obtuvo la historia
de nacimientos de cada una de las mujeres entrevistadas, en la que se averiguó el
sexo, fecha de nacimiento, edad actual y la condición de sobrevivencia de cada hija
e hijo nacido vivo. En el caso de nacidos vivos que fallecieron, se registraba la edad
a la que había ocurrido el deceso, con tres variantes:
• En días para niñas y niños que murieron durante el primer mes de vida;
• En meses para los que perecieron entre uno y 23 meses; y
• En años para los que fallecieron después de cumplir los dos años.
Estos datos permiten calcular, para períodos determinados, las siguientes
probabilidades de morir:
• Mortalidad neonatal: probabilidad de morir durante el primer mes de vida (MN);
• Mortalidad infantil: probabilidad de morir durante el primer año de vida (0 a 1);
• Mortalidad post-infantil: probabilidad condicional de morir entre el primero y el
quinto aniversario (4 a 1);
• Mortalidad en la niñez: probabilidad de morir antes de cumplir cinco años ,Todas
las tasas de mortalidad se expresan por mil nacidos vivos, excepto la tasa de
mortalidad post-infantil la cual se expresa por mil niños que han alcanzado los 12
meses de edad.
Al igual que las otras variables demográficas, la mortalidad está sujeta a errores de
declaración. La confiabilidad de las estimaciones de la mortalidad depende de los
niveles de omisión de hijas e hijos que han fallecido al poco tiempo de nacer,
especialmente cuando la defunción ha ocurrido bastante tiempo antes de la
encuesta. Es importante, de igual manera, la calidad diferencial de la declaración
de las fechas de nacimiento de hijas e hijos sobrevivientes e hijas e hijos muertos.
Otro error que puede ocurrir es la declaración errónea de la edad al morir o de la
fecha de defunción del infante. En encuestas de otros países, se ha observado una
tendencia en las madres a redondear hacia "un año" (12 meses) como edad de la
hija o hijo al morir, aún cuando la niña o niño hubiera fallecido no exactamente a los
12 meses sino en meses próximos a esa edad. Este redondeo hace que en el mes
12 se produzca una gran concentración de defunciones. Cuando el traslado de las
muertes ocurridas a los 10 u 11 meses de vida, hacia el año, es grande, se origina
una subestimación de la mortalidad infantil y la sobreestimación de la mortalidad
post-infantil.
Especial atención debe prestarse a la mortalidad durante el primer mes de vida
(mortalidad neonatal), pues cuando desciende la mortalidad infantil y en la niñez, se
espera que los riesgos tiendan a concentrarse en el primer mes de vida, por provenir
fundamentalmente, de razones congénitas. En cambio, las causas de las
defunciones .
SALUD DEL NIÑO
La salud infantil ha continuado mejorando en la última década. Sin embargo,
persisten aun problemas que merecen preferente atención, como la presencia de
enfermedades, especialmente la diarrea infantil, los cambios en el esquema de
vacunación, y los diferenciales significativos por nivel educativo, de capacidad
económica o residencia, tanto urbana/rural de la madre. Está demostrado que la
morbi-mortalidad infantil está muy relacionada con las condiciones de vida, la
contaminación ambiental y con patrones culturales que determinan la forma como
se valora la vida de un niño / niña. La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar
2012, presenta en este capítulo, los resultados referidos atemas tales como: peso y
tamaño al nacer, la cobertura de vacunación, y la prevalencia y tratamiento de
ciertas enfermedades de la niñez, especialmente la diarrea e infecciones de las vías
respiratorias. El objetivo básico es identificar los grupos más vulnerables y así
contribuir con la planificación de los programas de salud infantil.
VACUNACIÓN DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS
Como en versiones anteriores, en la Encuesta 2012, se indagó sobre la historia de
vacunación para las
niñas y niños menores de cinco años de edad. Se preguntó por las vacunas usuales
para las enfermedades de
mayor prevalencia, como son la tuberculosis (BCG), difteria, pertussis o tos ferina y
tétano (DPT), polio y
sarampión. La información consignada ha sido obtenida de la tarjeta de vacunación
y aquella proporcionada por la madre cuando no disponía de la tarjeta.
Desde la Encuesta 1986, los indicadores de cobertura de vacunación corresponden
a la población que ha tenido la oportunidad de haber recibido el servicio. La
población de referencia eran las niñas y los niños con edades comprendidas en el
intervalo entre uno y dos años (12-23 meses). Sin embargo, debido a cambios en el
esquema de vacunación de la vacuna anti-sarampionosa (que actualmente se
administra desde los 9 meses a 12- 14 meses de edad), fue necesario calcular las
coberturas para el grupo de 18-29 meses de edad, así como antes de los 18 meses
de edad. En el Cuadro 9.2 se presenta el porcentaje de vacunación por cada tipo
de vacuna para las niñas y los niños en las edades de 18-29 meses y se incluye el
porcentaje de vacunación antes de los 18 meses.
NIVEL DE VACUNACIONES
•El porcentaje de niñas y niños con vacunación completa (75,6 por ciento) fue
superior en 17,2 puntos porcentuales a lo encontrado en la Encuesta 2009 (58,4 por
ciento). En relación con las vacunas específicas, la cobertura de DPT 3 (84,6 por
ciento) fue menor que las otras vacunas, asimismo, el porcentaje fue menor al
registrado en la Encuesta 2009 (84,2 por ciento). La vacuna Polio 3 también muestra
un porcentaje de 89,9 por ciento. Una mayor cobertura muestra la vacuna anti
sarampionosa (91,7 por ciento), registrándose 12,8 puntos porcentuales con
respecto a la Encuesta 2009 (78,9 por ciento).
Vacunaciones por característica seleccionada
• Los diferenciales de niñas y niños de 18 a 29 meses de edad que recibieron las
vacunas BCG y DPT 3 son mínimos. En el caso de la Polio 3, los más altos
porcentajes de vacunación se presentaron en niños que en niñas (96,0 frente a 87,3
por ciento), y cuando el orden de nacimiento es el primero (90,3 por ciento). No se
encontraron mayores diferencias según área de residencia, así los porcentajes
fueron 91,3 en el área rural y 91,0 por ciento en el ámbito urbano.
• En el caso de la vacuna anti-sarampionosa, como última vacuna esencial, no se
encontraron diferencias significativas a la cobertura promedio de 95,1 por ciento. Un
mayor porcentaje se encontró en niños que en niñas (98,0 y 92,8 por ciento,
respectivamente), y entre aquellas y aquellos en el primer orden al nacimiento (97,3
por ciento).
• El porcentaje de niños que recibieron “Todas las vacunas” fue de 79,9 por ciento,
el menor porcentaje
(73,8 por ciento) se encontró en el caso de niñas y niños cuyo orden al nacimiento
fue el primero (73,8 por ciento).
• El porcentaje de niñas/niños cuyas madres presentaron tarjeta de vacunación en
la Encuesta 2012 representó el 86,4 por ciento, mayor en 14,8 puntos porcentuales
a lo encontrado en la Encuesta 2009
(71,6 por ciento). El mayor porcentaje por característica seleccionada, se registró
en el caso de niñas (88,7 por ciento) en comparación con los niños (83,5 por ciento)

ENFERMEDADES RESPIRATORIAS AGUDAS Y FIEBRE


Las infecciones respiratorias agudas (IRAs) han sido una de las principales causas
de mortalidad de la niñez. La Encuesta 2012 preguntó a las madres en edad fértil si
sus hijas o hijos menores de cinco años habían tenido tos en las dos semanas
anteriores a la Encuesta. También se indagó si para el tratamiento de las niñas y
niños afectados, se buscó tratamiento por un proveedor de salud y si recibieron
antibióticos para su dolencia. Asimismo, se investigó sobre la prevalencia de fiebre
entre las niñas y los niños, y si la madre acudió a establecimientos o a proveedores
de salud para superar el cuadro febril. Los resultados derivados de estos
indicadores se desagregan por característica seleccionada de la madre.
PREVALENCIA Y TRATAMIENTO DE SÍNTOMAS DE IRA
• El porcentaje de niñas y niños con IRA, en las dos semanas antes de la Encuesta,
fue 18,4 por ciento, ligeramente mayor al encontrado en igual periodo según la
Encuesta 2009 (17,9 por ciento). No se encontraron diferencias significativas según
sexo, no obstante, las niñas muestran 2,8 puntos porcentuales más que los niños.
Sin embargo, se registró diferencias según la edad de niñas y niños de 6-11 meses
en comparación con las y los de 24 a 35 meses de edad (16,2 frente a 21,9 por
ciento).
• Se encontró diferencias entre las niñas y los niños de madres con educación
primaria en comparación con las de educación superior (22,3 frente a 13,6 por
ciento). Con respecto a los quintiles de riqueza, se observó una diferencia de 11,9
punto porcentual entre las niñas y niños cuyas madres pertenecen al quintil inferior
comparado con los del quintil superior (22,2 frente a 10,3 por ciento). De otro lado,
los resultados de la Encuesta 2012 muestran una tendencia clara de relación entre
el combustible usado para cocinar y el nivel de IRA, pues hay niveles mayores de
IRA en los hogares que usan leña, paja o residuos agrícolas (22,3 por ciento) y
aquellas que utilizan electricidad o gas (14,0 por ciento).
PREVALENCIA DE LA DIARREA
• En el año 2012, la prevalencia de diarrea entre niñas y niños menores de cinco
años de edad alcanzó el 14,2 por ciento, porcentaje mayor al encontrado en la
Encuesta 2009 (11,0 por ciento). Se encontraron diferencias entre niñas y niños
(15,4 y 12,9 por ciento, respectivamente). Asimismo, se encontraron algunas
diferencias según la edad. Entre las niñas y los niños menores de 6 meses de edad
(17,7 por ciento), los de 24 35 meses de edad (21,0 por ciento), y entre las niñas y
niños de 48 a 59 meses de edad (4,8 por ciento), porcentaje considerablemente
menor porque las niñas y niños de 4 a 5 años de edad tendrían mayor inmunidad y
un comportamiento de menor exposición a los agentes infecciosos (ej., mano-boca).
• Se observó variación según el nivel de educación de las madres, habiéndose
encontrado un 9,9 por ciento en las niñas y niños de madres con educación primaria
en comparación con el 15,0 por ciento de madres con educación superior. De otro
lado, la prevalencia de la diarrea, fue mayor entre las niñas y niños cuyas madres
pertenecen al quintil intermedio de riqueza (19,1 por ciento) en comparación con el
12,7 por ciento en aquellas y aquellos que pertenecen al quintil superior. Se
encontró una mayor prevalencia de episodios de diarrea en niñas y niños que
residen en viviendas con servicio sanitario compartido, es decir no mejorado (13,7
por ciento) en comparación con aquellas y aquellos que viven en viviendas con
servicio sanitario mejorado o no compartido (13,7 por ciento).
• Según área de residencia, se observó un mayor porcentaje de niñas y niños con
diarrea en el área rural (14,6 por ciento) frente al 13,7 por ciento observado en el
área urbana.
• La diarrea con sangre ocurrió en el 1,1 por ciento de las niñas y los niños, sin
variación importante según diversas características de la madre.

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EN EL ADOLESCENTE

Fecundidad de adolescentes La conducta reproductiva de las adolescentes (15 a


19 años) es un tema de reconocida importancia, no solo en lo concerniente a
embarazos no deseados y abortos, sino también en relación con las consecuencias
sociales, económicas y de salud. En comparación con los cambios observados en
las tasas de fecundidad de los grupos de mujeres de mayor edad debido al uso de
métodos de planificación familiar, la reducción de la fecundidad en las adolescentes
es esencialmente resultado de la postergación de la primera unión. Entre el 2009 y
2014, se observa un descenso de 1,2 puntos porcentuales en las adolescentes
alguna vez embarazadas (15,0% y 13,8% respectivamente.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
 Instituto Nacional de Estadística e Informática INEI.(2011)Estado de la
Niñez en el Perú.Unicef.PERU-LIMA
 Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021.(2012)
Aprobado mediante Decreto Supremo Nº 001-2012-MIMP.
 Estado de la Niñez en el Perú (2008) Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF).
 Encuesta Demográfica y de Salud Familiar Departamento de Áncash (2012)
Instituto Nacional de Estadística e Informática INEI.Peru

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