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CICLO : VII
NVO.CHIMBOTE-PERU
2017
2016
“SITUACIÓN DE SALUD DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE EN EL ÁMBITO
NACIONAL Y REGIONAL"
MORTALIDAD EN LA NIÑEZ
Por otro lado, hay algunos aspectos que no han tenido cambios significativos, tales
como: la alta prevalencia de desnutrición crónica, la insuficiente asistencia a
educación inicial, la proporción de niños y niñas que no cuentan con partida de
nacimiento y la alta incidencia de violencia familiar que, entre otros, siguen siendo
retos para el país.La reducción de la tasa de mortalidad infantil se relaciona con una
mayor inversión en los servicios sociales básicos, educación a los padres , sobre
todo de los más pobres. Según la ENDES 2011, de cada 1000 nacidos vivos en el
país, fallecían 16 antes de cumplir el año de vida. Si bien esta cifra se ha reducido
significativamente a lo largo de la década, se registran diferencias significativas por
área de residencia y por regiones. Las enfermedades que se asocian comúnmente
con la mortalidad infantil son la diarrea, la neumonía, la desnutrición y las
enfermedades prevenibles por vacunación.
La salud preventiva es un factor clave para enfrentar los riesgos del entorno,
asociados a las enfermedades transmisibles y a no contar con agua segura y
saneamiento adecuado, entre otros. Dos aspectos importantes, en los cuales el
gobierno peruano ha venido fortaleciendo las campañas orientadas a crear una
cultura de salud preventiva, son la vacunación oportuna y el monitoreo regular de
los niños y niñas, especialmente en la primera infancia. Como se verá a
continuación, los resultados en la vacunación oportuna son poco alentadores pero
los asociados a fomentar los controles de crecimiento y desarrollo de los niños y
niñas menores de 3 años han sido positivos en la sierra del país, donde se habrían
concentrado los esfuerzos.
La inmunización ha dado resultados en la protección de las niñas y niños contra las
enfermedades. La posibilidad de que las niñas y los niños se enfermen gravemente
y mueran depende en gran medida de la capacidad de su sistema inmunológico
para luchar contra las infecciones. Varios agentes patógenos, como bacterias y
virus, son los responsables de las principales enfermedades infantiles. Ellos causan
enfermedades como el tétanos, la difteria, la tos ferina, la tuberculosis, la polio y el
paludismo. Con el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), el Perú ha logrado
erradicar la viruela y la poliomielitis, eliminar el tétano neonatal como problema de
salud pública, y controlar otras enfermedades inmuno-prevenibles (tos ferina,
difteria, tuberculosis en sus formas graves), y se espera la pronta erradicación del
sarampión. En la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar-ENDES- que ejecuta
el INEI, se indaga sobre la historia de vacunación para niñas y niños menores de 5
años de edad, así como sobre vacunas para las enfermedades de mayor
prevalencia en el país como son la tuberculosis (BGC), difteria, pertusis o tos ferina
y tétano (DPT), polio y sarampión. La información se captura de los datos obtenidos
de la tarjeta de vacunación que muestra la madre, y aquella proporcionada por la
madre cuando no disponía de la tarjeta. En el año 2011, los resultados de la ENDES
revelan que el 78,3% de las niñas y niños menores de 12 meses tuvo las vacunas
básicas completas para su edad. La cobertura de las inmunizaciones completas es
más elevada en la costa (79,7%), incluyendo Lima Metropolitana, en tanto en la
selva la cobertura alcanza el 70,6%, siendo 9,1 puntos porcentuales menos que la
cobertura del resto de la costa. Al analizar las vacunas de acuerdo a la condición
socioeconómica de los hogares de las niñas y niños menores de 12 meses, se
constata que la vacunación es mucho más alta en el cuarto quintil (85,2%) que en
el quintil inferior (69,0%), con una diferencia de 16,2 puntos porcentuales. Se
observan brechas significativas entre departamentos, por ejemplo, en Loreto, el
48,5% de las niñas y niños menores de 12 meses tuvo las vacunas completas. Esta
baja cobertura de las vacunas guarda estrecha relación con la alta incidencia de
mortalidad infantil en este departamento.
DESNUTRICIÓN CRÓNICA
La desnutrición crónica afecta el desarrollo de la capacidad física, intelectual,
emocional y social de las niñas y niños, por lo que es considerada un indicador
resumen de desarrollo humano. La tasa de desnutrición infantil está determinada
por la falta de acceso por parte de las familias a los alimentos necesarios para la
adecuada nutrición de las niñas y de los niños, así como la falta de acceso a salud
y saneamiento básico. El indicador se determina al comparar la talla de la niña o
niño con la esperada para su edad y sexo. La tasa de desnutrición crónica en niñas
y niños menores de 5 años de edad ha venido cayendo de 25,4% en 2000 a 15,2%
en 201139. Sin embargo, el área rural y aquellas regiones donde la pobreza es alta,
presentan situaciones críticas. Entre los grupos más vulnerables están las niñas,
niños y adolescentes pobres, los que pertenecen a los grupos indígenas y aquellos
cuya madre tiene un bajo nivel educativo. La desnutrición crónica es claramente
mayor en las zonas rurales de la sierra (33,9%) y la selva (27,8%), y en el quintil
inferior de ingresos (36,0%). Según el Patrón de Crecimiento Infantil de la
Organización Mundial de Salud (OMS), la desnutrición crónica afectó al 19,5% de
niñas y niños menores de cinco años de edad, esta situación reflejaría una
tendencia decreciente al observar el año 2007 (28,5%). Lactancia materna exclusiva
La salud del individuo se fundamenta en un buen estado nutricional, el cual es de
suma importancia en los primeros años de vida de las personas. Los infantes sin
una nutrición adecuada no podrán desarrollar un sistema neurológico e
inmunológico apropiado. Esta vulnerabilidad se traducirá en problemas de
aprendizaje y de salud en el futuro, lo cual impedirá su desarrollo integral y les traerá
dificultades más adelante para ingresar competitivamente al mercado laboral. Por
otra parte, la lactancia materna es también un factor protector de afecto y apego
que requiere el recién nacido con la madre, y que se da en los instantes de esta
interacción, lo cual es importante para el desarrollo integral del recién nacido.
Diversos estudios han mostrado que los mayores valores de la tasa de desnutrición
infantil se concentran en aquellos hogares de nivel socioeconómico más bajo. Al
año 2011, el 70,6% de las niñas y niños de seis meses de edad tuvieron lactancia
materna exclusiva. Por área de residencia se constata que la lactancia materna es
más común en el área rural (82,5%) que en el área urbana (64,0%), lo que entre
otras causas se explica por el consumo de productos sucedáneos. Con respecto a
los neonatos que reciben lactancia materna dentro del primer día de nacido, se tiene
que a nivel nacional los hace el 92,0%, por nivel educativo las mujeres sin educación
son las que tienen el porcentaje más alto (97,5%); y en el quintil inferior fue de
96,3%. El nivel socioeconómico de las madres influye en la lactancia materna
exclusiva, así entre las más pobres (quintil inferior), el 85,5% dio de lactar de manera
exclusiva a sus hijos, mientras que entre las del quinto quintil (quintil superior) sólo
el 34,4%. La proporción de mujeres pobres que cría a sus hijos con lactancia
materna exclusiva se ha venido incrementando a lo largo de los años, mientras que
ocurre el caso contrario con las mujeres con mejores recursos económicos. Igual
sucede cuando se desagrega la información por regiones: aquellas con mayores
niveles de pobreza como la selva y la sierra, tienen porcentajes mayores de
lactancia materna que la costa. Por departamentos, Apurímac y Junín presentan los
índices más altos.
SITUACIÓN REGIONAL
ANEMIA EN NIÑAS Y NIÑOS
Al 29,7 por ciento de niñas y niños menores de cinco años de edad residente en
Áncash, se le detectó anemia en el año 2012. Esta proporción fue menor a la
observada en el año 2009 (39,3 por ciento). Según tipo de anemia, el 18,5 por ciento
tenía anemia leve, el 11,0 por ciento anemia moderada y el 0,2 por ciento anemia
severa.
Según área de residencia, la anemia fue más frecuente entre niñas y niños
residentes en el área urbana (30,1 por ciento). En el área rural el porcentaje
correspondió al 29,3 por ciento.
el 15,5 por ciento de mujeres en edad fértil tenía anemia leve, el 2,0 por ciento
presentaba anemia moderada y la anemia severa afectó al 0,1 por ciento de las
mujeres en edad fértil.
Según área de residencia, el porcentaje fue mayor en el área urbana (19,7 por
ciento) que en el área rural (15,2 por ciento), siendo el área urbana la que ha
presentado un mayor incremento (4,0 puntos porcentuales) con respecto al año
2009 frente a lo observado en el área rural que descendió (2,6 puntos porcentuales).
Desnutrición crónica
La desnutrición crónica, es un indicador del desarrollo del departamento y su
disminución muestra la mejora de la capacidad física, intelectual, emocional y social
de las niñas y niños. Se determina al comparar la talla de la niña o niño con la
esperada para su edad y sexo.
En el año 2006 se difundió, a nivel internacional, el Patrón de Crecimiento Infantil
de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este nuevo patrón de referencia fue
elaborado sobre la base de un conjunto de niñas y niños residentes en un entorno
óptimo para el crecimiento: prácticas de alimentación recomendadas para lactantes,
niñas y niños pequeños, buena atención de salud, madres no fumadoras y otros
factores relacionados con los buenos resultados de salud. De otro lado, el patrón de
referencia del National Center for Health Statistics (NCHS), se basaba en datos de
una muestra limitada de niñas y niños residentes en los Estados Unidos, por lo que
carecía de una base sólida para la evaluación del indicador de desnutrición crónica
en los países.
El presente informe presenta la medición con ambos patrones a fin de mostrar la
tendencia del indicador.
Según el patrón de la OMS, la desnutrición crónica afectó al 24,7 por ciento de niñas
y niños menores de cinco años de edad, en el año 2009 el 28,2 por ciento de la
población infantil, tenía una talla menor para su edad.
Según área de residencia, la desnutrición crónica afectó en mayor proporción a
niñas y niños del área rural (36,6 por ciento), es decir, 26,0 puntos porcentuales más
que en el área urbana (10,6 por ciento).
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EN EL ADOLESCENTE