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Globalizazción y Literatura en América Central. Editores y Editoriales. Magda Zavala PDF
Globalizazción y Literatura en América Central. Editores y Editoriales. Magda Zavala PDF
A manera de prólogo
Llegué a los estudios literarios por la literatura que se dice en voz alta, la que se
hace saber a otros por la oralidad. Mi abuelo Laudencio González Prendas, nacido
en fecha imprecisa en la última década del siglo XIX, era un excelente narrador
de historias. Por él aprendí el arte verbal y el gusto por los juegos de lenguaje,
cuando nos deleitaba con anécdotas y relatos salpicados de refranes en la pampa
guanacasteca, lejana del Valle Central, en Costa Rica. La escuela y la Biblioteca
Municipal de mi pueblo me enseñaron la escritura y el arte literario escrito,
mientras que en la calle encontré una banda de lectores de revistas ilustradas y
novelas del oeste (estadounidense), con los que integré una cofradía de
solidaridad, a la que caracterizaba la lealtad en el canje y préstamo de estos
libros. Con las amigas, conocí los textos de Corín Tellado, que luego fueron
familiares en las revistas “femeninas”. Supe desde entonces las distancias y
proximidades de las tres esferas1 de producción literaria.
(hacia Costa Rica en el caso de los nicaragüenses y hacia los Estados Unidos, en toda América Central).
Mientras, los sectores gobernantes muestran uno de sus peores momentos, en cuanto a que pierden capacidad
de respuesta autónoma frente a los organismos internacionales y los países regentes de la globalización y se
dedican, en mucho, a promover privatizaciones aceleradas e incautas.
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“(...) el espectáculo moderno era ya, esencialmente: el dominio autocrático de la economía mercantil que
había alcanzado un status de soberanía irresponsable y el conjunto de técnicas de gobierno que acompañan
ese dominio” (Debord: 1999:14).
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En ese período, todavía escasamente estudiado desde el punto de vista de la teoría de la institución literaria,
derechas e izquierdas establecían cada cual su propio canon, sus instituciones de apoyo y sus redes de
alianzas internacionales. En estas condiciones, los conflictos y la lucha por las posiciones eran prácticas
cotidianas. Igualmente, el desarrollo de solidaridades y alianzas.
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Las editoriales ligadas a los Estados, antes y después del período de guerra,
merecen un capítulo aparte, que está por escribirse. La Editorial Costa Rica, por
ejemplo, tiene en sus manos la posibilidad de crear el canon literario del país, pero
no cuenta con los criterios, las políticas y los procedimientos para garantizar la
calidad de su selección. Así, los grupos de escritores formales e informales, y sobre
todo estos últimos, gracias a influencias diversas, mantienen el control de la
institución. Es claro que muchos autores deben recurrir a pequeñas editoriales para
ver sus libros editados. Además, la publicación en una editorial del Estado tampoco
es garantía de circulación ni de reconocimiento, dada la heterogeneidad cualitativa
de los textos publicados y el escaso alcance de la distribución.
“El éxito literario ya no depende solamente de la calidad del texto, sino también de
las técnicas de mercadeo y publicidad, así como de la capacidad “maquiavélica” del
escritor y de sus promotores para capturar premios literarios, que se convierten en
un medio de aumentar las ventas.(...) Si bien la crítica siempre fue el lado más débil
de la literatura latinoamericana, ahora simplemente dejó de existir. Fue sustituida por
la reseña periodística, el elogio, el ataque o la simple publicidad (Alvarez, 2000:
250)”.
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Costa Rica presenció, a fin de siglo XIX, una fuerte polémica entre nacionalistas y cosmopolitas, en la que
parecen haber vencido los nacionalistas. Al acabar el siglo XX, sin duda los resultados serían diferentes, si
consideramos la capacidad de respuesta de la clase política de los intelectuales ante el discurso neoliberal.
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El libro de Laura Esquivel La ley del Amor(1995) y Afrodita(1998) de Isabel Allende nos ofrecen
ejemplos paradigmáticos.
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En este contexto, un sector importante del arte, y del campo artístico, renuncia a la
marginalidad activa y denunciante que había marcado el período anterior y desea
aprovechar las posibilidades individuales que ofrece el mundo internacionalizado.
Esta tendencia se muestra claramente en las Artes Plásticas o Visuales y empieza
a tener manifestaciones en lo literario.
Globalización literaria
Cea), en Honduras (Roberto Sosa, José Antonio Funes) y Guatemala (Ana María
Rodas, Francisco Morales Santos), entre otros.
De manera simultánea, empiezan a quedar atrás los temas políticos del presente.
Entre La mujer habitada (1998) y Sofía de los presagios (1992), de Gioconda
Belli, existe una distancia significativa en el orden de la escritura y sus intenciones.
Mientras la primera se asienta en los conflictos políticos del pasado remoto y los
propios de la segunda mitad del siglo XX en Nicaragua, la segunda novela los
ignora casi por completo. El tema político vuelve a cobrar vigencia cuando se le ve
con distancia, en memorias y otros relatos autobiográficos, tal y como ocurre en El
país bajo mi piel(2001) de Belli. Un salto cualitativo ha ocurrido.
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“ ASTAC y el Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador (IEJE), así como varias asociaciones de mujeres
promueven concursos de testimonios con el propósito de grabar en la memoria del país lo que la historia oficial
busca olvidar.”(Castrillo: 1997: 6). Los escritores que se encuentran en esta tarea asumen que la superación de la
guerra no se da con un simple olvido colectivo, con la desmemoria, sino con la evaluación ponderada y ética de
las causas que llevaron a la violencia política.
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Por otra parte, siguen teniendo vigencia en algunos países de la región los grupos
conducidos por guías o maestros generacionales, claramente asociados con los
partidos políticos y las instituciones culturales de los Estados. Estos núcleos mueven
influencias importantes, capaces de construir y destruir escritores y definir modas
estéticas.
La aparición de escritores estrellas, con una difusión espectacular, hace que los
críticos cedan al espejismo y se ocupen casi exclusivamente de ellos. Queda en el
olvido un amplio espectro de escritores, entre los que abundan los que
corresponden a minorías étnicas, mujeres, grupos que reivindican opciones
eróticas diversas, sectores alternativos y otros. De este modo, la crítica es también
víctima y cómplice de las estrategias de publicidad literaria.
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Es así claramente en Cruz de olvido(1999) de Carlos Cortés; había un antecedente de este hecho en Los
compañeros(1976) de Marco Antonio Flores.
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Http://www.librusa.com/entrevista_sergio_ramirez.htm
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Literatura y cibernética.
El uso de las vías virtuales le permite al escritor aspirar a una circulación sin libro
impreso a escala internacional. Sin embargo, el escaso desarrollo de la tecnología
en América Central, presagia a esos escritores una recepción limitada entre los
suyos, si solo usa esta vía, y una todavía poco predecible difusión en otras
latitudes, en que su nombre es desconocido.
Los hechos hasta aquí señalados llevan a los escritores a la aspiración de ocupar
un lugar en la literatura mundial, lo que parece indicar que los campos literarios
internos han dejado de ser un marco de referencia deseable para ellos. La
presencia de consorcios editoriales en América Central es uno de los rasgos que
más dinamizan el presente de la región y se convierte en el medio por el cual los
escritores creen posible conquistar el mercado mundial.
Quizás, el aspecto más relevante de la vida literaria mundial del nuevo período es
la producción mercantil del escritor desde las empresas editoriales
transnacionalizadas. Como nunca antes, las editoriales son condición de
producción, reconocimiento y consagración de los escritores (as). Ellas concentran
todo un amplio proceso que antes tenían en sus manos diversos sujetos sociales:
los talleres literarios y la academia, los cenáculos, las editoriales locales y
regionales y los críticos.
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“Hacia la última década y con el fin de las hostilidades bélicas en la región, la producción literaria se
diversifica, acaban los enfrentamientos descalificadores de tendencias opuestas, aparece con fuerza una
producción literaria de mujeres, especialmente identificada con los valores de la reivindicación de género;
hace irrupción una literatura todavía muy minoritaria, que pregona la diversidad de opción sexual e,
igualmente, otra sensible a la luchas por el medio ambiente. Un componente de relevancia es el surgimiento
de la literatura de autor indígena en la zona maya.
Con todo ello, se muestra el efecto de la corriente epocal de la posmodernidad y de las luchas sociales más
recientes” (Zavala, 1999-2000: 9-10).
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Las empresas condicionan la escritura y la imagen del escritor para ser proyectada
por los medios. Con ello, rápidamente, algunos personajes de los medios de
comunicación llegan a ser escritores.
Estos hechos, y sobre todo, otros, la creación prácticamente “ex nihil” del escritor,
a partir de personajes de los medios (el escándalo de la creación de escritores)13
parecen indicar que se trata de procesos donde se finge que se hace literatura,
yendo mucho más allá de la pretensión tradicional de la literatura, la cual,
mediante fingimientos, crea realidades (ficción, “ficticio”, fingere, fingir) (Marc,
2000: 30). Es decir, se estaría muy cerca de la falsificación.
Esta situación implica que las transnacionales editoras actúan como verdaderos
motores de la actividad literaria. Varios escritores ya trabajan en función de su
potencial acceso al sello editorial. Como derivado de todo lo anterior, tenemos dos
tipos de escritores: los que se promueven por las vías tradicionales, con grandes
dificultades y tropiezos para el logro de reconocimiento, y los que llegan sin
ninguna trayectoria, del anonimato a la cima.
Los objetivos sociales del arte han quedado atrás. El mercado de influencias
(personales, sociales, políticas, familiares, e incluso, religiosas…) es hoy más
evidente que nunca. Los escritores saben que de su uso depende el éxito. Los
consorcios pueden mover premios nacionales y regionales. Es sabido que la
publicación con un sello editorial transnacionalizado garantiza, casi sin duda, el
otorgamiento de premios y otros reconocimientos de parte del conjunto de
instituciones literarias ligadas al Estado nacional. Como es visible, las condiciones
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Sin embargo, el escritor que se propone mezclar las formas de uno y otro modelo, corre el peligro de que
su escritura quede atrapada por las formas más simples, propias del campo masivo, sin ir más lejos. En
América Latina, Manuel Puig logró una síntesis novedosa y atractiva, mientras que algunos de los llamados
escritores “ light” quedan a veces más cerca del mercado que de la literatura.
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Resta una pregunta clave: ¿cuáles son los escritores locales que pueden llegar a
los consorcios? Los que tienen una escritura más apta para la comercialización y
los que cuentan con relaciones (posiciones en sitios de poder, contactos e
influencias) para hacer llegar sus textos, con “valores” adicionales.
Conclusiones
Vivimos todavía en una América Central en donde persisten sitios en los que no se
sabe qué es una máquina computadora. Yo, que hace tiempo la uso para
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BIBLIOGRAFIA