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Efesios 4:29-32: 29Nunca empleen un lenguaje sucio; más bien digan

palabras que les hagan bien a los que las oyen y los ayuden a madurar.

30No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, con el cual Dios los selló para el
día de la salvación. 31Arrojen de ustedes la amargura, el enojo, la ira, los
gritos, las calumnias y todo tipo de maldad. 32Al contrario, sean bondadosos
entre ustedes, sean compasivos y perdónense las faltas los unos a los otros,
de la misma manera que Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo.

Juan 15:12: 12 Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros,
como yo os he amado.

Lucas 6:31: 31 Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles
también vosotros

1 Juan 4:20-21: 20 Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es


mentiroso. Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo
puede amar á Dios á quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este
mandamiento de él: Que el que ama á Dios, ame también á su hermano.

Mateo 7:12: 12 Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres
hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la
ley y los profetas.

1 Pedro 3:8-12: 8 Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos,


amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables, 9 No volviendo mal
por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo,
sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.
10 Porque El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de
mal, Y sus labios no hablen engaño, 11 Apártase del mal, y haga bien, Busque
la paz, y sígala. 12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus
oídos atentos á sus oraciones: Pero el rostro del Señor está sobre aquellos
que hacen mal.
Romanos 12:10: 10 Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal,
aconsejando con honra los unos á los otros

1 Timoteo 5:1-2: 5 NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á


los más jóvenes, como á hermanos, 2 A las ancianas, como á madres, á las
jovencitas, como á hermanas, con toda pureza.

Colosenses 3:12-14: 12 Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y


amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de tolerancia, 13 Sufriéndoos los unos á los otros, y
perdonándoos los unos á los otros si alguno tuviere queja del otro: de la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre
todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.

Mateo 6:14-15: 14 Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os


perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial. 15 Mas si no
perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas.

1 Pedro 3:1-22: Así mismo, esposas, obedezcan a sus esposos, para que al
obedecerlos, si alguno de ellos no cree en la palabra pueda convencerlo el
comportamiento de ustedes más que sus palabras, 2al ver ellos su conducta
honesta y respetuosa.3No busquen ustedes la belleza externa que producen
adornos tales como peinados exagerados, joyas de oro y vestidos lujosos.
4Procuren más bien la belleza pura, la que viene de lo íntimo del corazón y
que consiste en un espíritu afectuoso y tranquilo. Ésta es la que tiene valor
delante de Dios. 5Ese era el adorno de las mujeres santas en el pasado, las
que confiaban en Dios y obedecían a sus esposos.6Sara, por ejemplo,
obedecía a Abraham y lo llamaba su señor. Si ustedes hacen el bien y no
tienen miedo de nada, es que son hijas de ella.7En cuanto a ustedes,
esposos, sean comprensivos con sus esposas. Trate cada uno a su esposa con
respeto, ya que como mujer es más delicada y comparte, junto con ustedes,
la herencia de la vida eterna. Al hacer esto nada estorbará sus oraciones.
8En fin, vivan ustedes en armonía unos con otros. Compartan sus penas y
alegrías, ámense como hermanos, tengan compasión y sean humildes. 9No le
hagan mal al que les hizo mal ni insulten al que los insultó. Al contrario,
bendíganlo, porque Dios los eligió a ustedes para que reciban bendición.

10«El que quiere amar la vida y pasar días felices, cuide su lengua de hablar
el mal y sus labios de engañar. 11Apártese del mal y haga el bien; busque la
paz y sígala, 12porque el Señor cuida a los justos y sus oídos están atentos a
sus oraciones, pero está en contra de los que hacen el mal».

13¿Quién les va a hacer mal si ustedes se esfuerzan siempre en hacer el


bien? 14Pero si sufren por hacer lo que es justo, ¡dichosos sean! No le tengan
miedo a nadie ni se asusten. 15Más bien, honren en su corazón a Cristo como
Señor. Estén siempre listos para responder a todo el que les pida
explicaciones sobre la esperanza que ustedes tienen.

16Pero háganlo con amabilidad y respeto, de tal forma que a ustedes les
quede la conciencia limpia. Así, los que hablan mal de la buena conducta de
ustedes como creyentes en Cristo, se avergonzarán de sus palabras. 17Si Dios
así lo quiere, es mejor sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.

18Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por
los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo,
pero el Espíritu hizo que volviera a la vida. 19Por medio del Espíritu fue y
predicó a los espíritus que estaban presos, 20a los que desobedecieron a
Dios en los días de Noé, cuando Dios esperaba con paciencia mientras se
construía el arca. Sólo ocho personas en total, que son muy pocas, se
salvaron por medio del agua. 21Y esa agua representa el bautismo que ahora
a ustedes también los salva. El bautismo no es para limpiar nuestro cuerpo,
sino para comprometernos con Dios a tener una buena conciencia. Esta
salvación es posible por la resurrección de Jesucristo, 22que subió al cielo y
tomó su lugar a la derecha de Dios. A él, a Jesucristo, están sometidos los
ángeles y todos los seres espirituales que tienen autoridad y poder.
1 Pedro 2:17: 17Traten a todos con respeto. Amen a los hermanos, honren a
Dios y respeten al rey.

Santiago 2:1-13: 1Hermanos míos, ustedes que creen en nuestro Señor


Jesucristo no deben favorecer más a unas personas que a otras. 2Por
ejemplo: un hombre con anillo de oro y ropa elegante entra en el lugar
donde ustedes se reúnen. Al mismo tiempo entra un pobre con ropa muy
gastada. 3Si ustedes atienden bien al que lleva ropa elegante y le dicen:
«Siéntese aquí, en el mejor lugar», pero al pobre le dicen: «Quédate allí de
pie» o «Siéntate en el suelo, a mis pies», 4¿acaso no están ustedes
favoreciendo más a uno que a otro y mostrando así las malas intenciones con
las que juzgan?

5Escuchen, hermanos queridos: Dios ha escogido a los que son pobres según
el mundo, para que sean ricos en fe y reciban como herencia el reino que él
prometió a quienes lo aman. 6¡Pero ustedes desprecian al pobre! ¿No son los
ricos quienes los explotan a ustedes y los arrastran ante los tribunales? 7¿No
son los ricos los que insultan el buen nombre del Señor a quien ustedes
pertenecen?

8Ustedes hacen muy bien si de veras obedecen la ley más importante de la


Escritura: «Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo». 9Pero si ustedes
favorecen a una persona más que a otra, pecan y son culpables de no
obedecer la ley. 10El que obedece toda la ley pero falla en un solo punto, es
culpable de haberla desobedecido toda. 11Dios dijo: «No cometas adulterio»,
y también él mismo dijo: «No mates». Si no cometes adulterio, pero matas,
ya has violado la ley. 12Ustedes hablen y compórtense sin olvidar que van a
ser juzgados por la ley que nos da libertad, 13pues al que no ha tenido
compasión se le juzgará sin compasión. Y el que ha mostrado compasión
triunfará a la hora del juicio.

1 Corintios 13:4-13: 4El amor es paciente, es benigno; el amor no es


envidioso; el amor no es presumido ni orgulloso; 5no se comporta con rudeza
ni es egoísta ni se enoja fácilmente ni guarda rencor; 6al amor no le gustan
las injusticias y se regocija cuando triunfa la verdad.

7El amor disculpa todos los errores, siempre confía en la persona amada,
espera de ella lo mejor y todo lo soporta.

8-9Un día se dejará de profetizar y de hablar en lenguas, y el saber ya no será


necesario, pues sabemos muy poco y profetizamos imperfectamente, pero
siempre existirá el amor. 10Y cuando Dios nos haga perfectos, lo que es
imperfecto desaparecerá.

11Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como niño; pero cuando
alcancé madurez en la vida, dejé a un lado las cosas de niño: 12De la misma
manera, nuestros conocimientos son ahora muy limitados, como si
estuviéramos viendo una figura en un espejo defectuoso; pero un día
veremos las cosas como son, cara a cara. Mis conocimientos son ahora
imperfectos, pero en aquel día podré conocer tal y como él me conoce a mí.

13Tres virtudes hay que ahora permanecen: la fe, la esperanza y el amor.


Pero la más excelente de ellas es el amor.

Mateo 7:3-5: 3¿Cómo te atreves a mirar la paja que está en el ojo de tu


hermano, si tienes una viga en el tuyo? 4¿Cómo le pedirás a tu amigo que te
deje sacarle la paja que tiene en su ojo, si la viga que tienes en el tuyo no te
deja ver? 5¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en tu ojo, para que
puedas ver bien cuando estés sacando la paja del ojo de tu hermano.

Romanos 10:12-13 12Pues el mismo Señor que es Señor de todos no hace


diferencia entre el judío y el que no lo es. Él bendice generosamente a
quienes se lo piden.

13Por eso la Escritura dice:

“Todo aquel que busque la ayuda del Señor será salvo.”

1 Juan 3:18: 18Hijitos míos, que nuestro amor no sea sólo de palabra ni de
labios para afuera, sino que amemos de veras y demostrémoslo con hechos.
1 Corintios 13:13: 13Tres virtudes hay que ahora permanecen: la fe, la
esperanza y el amor.

Pero la más excelente de ellas es el amor.

Juan 3:16: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna.

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Efesios 5: 1-20 : 1Por tanto, imiten a Dios como hijos amados. 2Y vivan
amando a los demás, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se
entregó por nosotros en sacrificio, como ofrenda de perfume agradable a
Dios.

3Que entre ustedes ni siquiera se mencionen pecados sexuales, o cualquier


forma de impureza o de avaricia. Eso no es propio del pueblo santo de Dios.

4No digan malas palabras, ni tengan conversaciones tontas, ni hagan


chistes groseros. Todo eso está fuera de lugar. En vez de actuar así, sean
agradecidos.

5Sepan esto: Jamás tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios el que sea
inmoral, impuro o avaro (pues ser avaro es lo mismo que ser idólatra).

6No se dejen engañar por los que tratan de excusar estos pecados, porque
por esos pecados el castigo de Dios viene sobre los que son desobedientes.

7No se hagan cómplices de esa clase de personas. 8Aunque ustedes antes


vivían en tinieblas, ahora viven en la luz. Esa luz debe notarse en su
conducta como hijos de Dios. 9Cuando esa luz brilla, produce bondad,
justicia y verdad. 10Traten siempre de saber qué es lo que le agrada al
Señor.

11No participen de las acciones malas de los que viven en oscuridad, las
cuales no traen ningún provecho. Más bien, háganles ver sus pecados. 12Es
vergonzoso aun hablar de muchas de las cosas que ellos hacen a
escondidas. 13-14Pero cuando la luz brilla, pone todas las cosas al
descubierto. Por eso se dice:

«Despiértate, tú que duermes; levántate de entre los muertos y Cristo te


alumbrará».

15Así que tengan mucho cuidado de cómo viven. Vivan como sabios, no
como necios; 16aprovechen bien cada oportunidad, porque los días son
malos; 17no sean tontos, sino traten de entender cuál es la voluntad de
Dios.

18No se embriaguen, pues no se podrán controlar; más bien dejen que el


Espíritu Santo los llene y controle. 19Así hablarán entre ustedes con salmos
e himnos y cantos espirituales, y elevarán al Señor alabanzas y cantos de
todo corazón. 20También le darán gracias siempre y por todo a Dios,
nuestro Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

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1 Juan 4: 17-21: 17Y al vivir en Cristo, nuestro amor se perfecciona cada vez
más, de tal manera que en el día del juicio no nos sentiremos avergonzados
ni apenados, sino que podremos mirarlo con confianza y gozo, sabiendo que
él nos ama y que nosotros lo amamos también. 18No hay por qué temer a
quien tan perfectamente nos ama. Su perfecto amor elimina cualquier temor.
Si alguien siente miedo es miedo al castigo lo que siente, y con ello
demuestra que no está absolutamente convencido de su amor hacia
nosotros.

19Como ven ustedes, si amamos a Dios es porque él nos amó primero. 20Si
alguno dice: «Amo a Dios», pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Si
no ama al hermano que tiene delante, ¿cómo puede amar a Dios, a quien
jamás ha visto? 21Dios mismo ha dicho que no sólo debemos amarlo a él,
sino también a nuestros hermanos.

Efesios 5:25-31 : 25Los esposos, por su parte, deben mostrar a sus esposas
el mismo amor que Cristo mostró a su iglesia. Cristo se entregó a sí mismo
por ella 26para hacerla santa y la purificó lavándola con agua por medio de la
Palabra. 27Lo hizo así a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia
gloriosa, sin manchas ni arrugas ni nada semejante, sino santa e intachable.
28Así deben amar los esposos a sus esposas: como aman a su propio cuerpo.
¡El hombre que ama a su esposa se ama a sí mismo! 29-30Nadie aborrece su
propio cuerpo; antes bien, lo alimenta y lo cuida con esmero. Cristo hace lo
mismo con ese cuerpo suyo del que formamos parte: la iglesia.

31«Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y


los dos serán como una sola persona».

Juan 14:15: 15 Si me amáis, guardad mis mandamientos

Marcos 12:28-31 :28De todos los mandamientos, ¿cuál es el más


importante? 29Jesús le contestó:—El más importante es: “Oye, Israel. El
Señor nuestro Dios, el Señor es uno. 30Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. 31Y el
segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento
más importante que estos.

Isaías 1:1-31: Judá, nación rebelde

2Escuchen, cielo y tierra, lo que dice el SEÑOR:

Los hijos que crié y cuidé por tanto tiempo y tan tiernamente se han vuelto
contra mí. 3Hasta los animales —el burro y el buey— conocen a su amo y
agradecen sus cuidados, ¡pero no así mi pueblo Israel! Haga lo que haga por
ellos, les tiene sin cuidado. 4¡Qué nación tan pecadora! Andan encorvados
bajo la carga de su culpa. También sus padres fueron malvados. Nacidos para
el mal, le volvieron las espaldas al SEÑOR y menospreciaron al Santo de
Israel. Ellos mismos se han alejado de mi auxilio.

5-6 Oh pueblo mío, ¿no han recibido suficiente castigo? ¿Por qué obligarme a
azotarlos una y otra vez? ¿Es su intención ser rebeldes toda la vida? De la
cabeza a los pies están enfermos, débiles y desfallecidos, cubiertos de
magulladuras, verdugones y heridas infectadas, sin ungir ni vendar. 7Su
patria está en ruinas, sus ciudades incendiadas. Mientras ustedes se la pasan
mirando, los extranjeros destruyen y saquean cuanto ven. 8Y ahí se quedan
ustedes, indefensos y abandonados como si fueran una de esas chozas
inútiles que usan los vigilantes en el campo luego de terminada la cosecha,
pero cuando el producto de la cosecha ya ha sido saqueado y robado.

9Si el SEÑOR todopoderoso no hubiera intervenido para salvar a unos


cuantos de nosotros, habríamos sido destruidos como lo fueron Sodoma y
Gomorra. 10¡Es una buena comparación! Escuchen, jefes de Israel, hombres
de Sodoma y Gomorra, como ahora les llamo. ¡Escuchen al SEÑOR! ¡Escuchen
lo que les dice! 11Sus sacrificios me tienen harto, no me los traigan más. No
quiero sus carneros engordados, no quiero ver la sangre de sus ofrendas. 12-
13¿Cómo he de querer los sacrificios de ustedes si ni siquiera son capaces de
sentir dolor por sus pecados? El incienso que me traen hiede en mis narices.
Sus santas celebraciones de la luna nueva y el sábado, y sus días de ayuno
especial —aun sus más santas reuniones—, ¡todo es fraude! No quiero nada
más con ellos. 14Los detesto a todos, no puedo verlos ni pintados. 15De
ahora en adelante, cuando oren con las manos levantadas al cielo, no miraré
ni escucharé. Por más oraciones que hagan, no escucharé, porque sus manos
son manos de asesinos, están manchadas con la sangre de víctimas
inocentes.

16¡Oh, lávense, límpiense! Que no les vea yo nunca más cometer esas
maldades; dejen sus malos caminos. 17Aprendan a hacer el bien, a ser justos
y a ayudar a los pobres, a los huérfanos y a las viudas.

18¡Vengan y aclaremos las cuentas! —dice el SEÑOR—, por profunda que sea
la mancha de sus pecados, yo puedo quitarla y dejarlos tan limpios como la
nieve recién caída. ¡Aunque sus manchas sean rojas como el carmesí, yo
puedo volverlas blancas como la lana! 19Si me dejan ayudarlos, que me
puedan obedecer, yo los enriqueceré. 20Pero si continúan volviéndome las
espaldas y negándose a escucharme, morirán a manos de sus enemigos. Yo,
el SEÑOR, se los aseguro.
21¡Oh Jerusalén, que fuiste mi fiel esposa, ahora eres una ramera! ¡Corres
tras otros dioses! Fuiste «La Ciudad de la Justicia», pero hoy eres guarida de
asesinos. 22Fuiste como plata purificada, pero ahora estás mezclada con ruin
aleación. Fuiste muy pura, pero ahora estás diluida como vino aguado. 23Tus
caudillos son rebeldes, compinches de ladrones; todos son sobornables y no
defienden a las viudas ni a los huérfanos. 24Por tanto, así dice el Señor, el
SEÑOR todopoderoso, el Poderoso de Israel, dice: ¡Derramaré mi ira sobre
ustedes, enemigos tuyos! 25Yo mismo los derretiré en la fundición y les
sacaré la escoria.

26Y después les daré buenos jueces y sabios consejeros como los que antes
tenían. Entonces nuevamente la ciudad de ustedes se llamará «La Ciudad de
la Justicia» y «La Ciudad Fiel». 27Los que regresen al SEÑOR deben ser justos
y buenos, y entonces serán redimidos. 28Pero todos los pecadores serán
totalmente aniquilados, porque rehúsan venir a mí. 29Los cubriré de
vergüenza, y enrojecerán pensando en aquellas ocasiones en que
sacrificaban ante los ídolos en sus bosques de encinas «sagradas».
30Perecerán como lo hace un árbol marchito o un huerto sin agua. 31Los
más fuertes de ustedes desaparecerán como paja en el fuego; sus maldades
son la chispa que enciende la paja, y nadie podrá apagarla.

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