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Contexto de cultura: género1


Suzzanne Eggins

1. INTRODUCCIÓN.

Abordar el lenguaje desde una perspectiva sistémico-funcional implica preguntarse,


por un lado, cómo se usa el lenguaje y, por otro, cómo el lenguaje mismo está
estructurado para el uso. Responder estas preguntas demanda el análisis de interacciones
lingüísticas completas (textos) y conduce a reconocer la importancia de los contextos
situacional y cultural para comprender por qué un texto construye un significado
determinado.
En cuanto a la primera cuestión, este capítulo explora el modelo desarrollado por un
abordaje sistémico-funcional para describir cómo el lenguaje es utilizado para alcanzar
metas culturalmente apropiadas, a través del concepto de género. Este capítulo ha sido
elaborado principalmente a partir de Martin (1984, 1985), Hasan (1985) y Ventola
(1987).

2. UNA ILUSTRACIÓN DE GÉNERO

El siguiente texto, breve y auténtico, puede ser usado para ilustrar muchos de los
principios de la teoría de género. Imagínese llegando a la casa de un amigo para cenar.
Se lo invita a pasar y escucha lo siguiente desde una habitación próxima:

Texto 1.

Esteban: Sí, 171 38802 ... Carrera 4 en Albion Park, por favor. Ah, dos a ganador 8. Dos
a ganador 11. Ah, 6, seis por seis. Uhm, 3, diez a los premios. Uhm, 6 diez a
ganador. Ah, quiniela, por favor, 5, 6 y 11 para cuatro a la quiniela. Pienso que
es todo. Gracias... Veinte. Muchas gracias. Hasta luego.

Hablantes nativos pueden fácilmente identificar tres aspectos claves de este texto.
Primero, se puede reconocer rápidamente el tópico, acerca de qué trata el texto: un texto
sobre carreras y apuestas. Cuando hablamos acerca de qué trata un texto, nos referimos
al campo. Es posible descubrir el campo de este texto a partir de los ítemes lexicales.
Por ejemplo, las palabras “ganador” y “quiniela” son una indicación de que el texto trata
sobre carreras de algún tipo. El ítem léxico “Albion Park” es indicial (una palabra que
aparece en un número muy limitado de contextos) y podría indicar a algunos que
Esteban habla acerca de carreras de trote.
En segundo lugar, es posible identificar el papel que juega el lenguaje en la
interacción, la distancia entre los interlocutores: se puede descubrir rápidamente que
ésta es necesariamente una conversación telefónica, que los dos interlocutores no están

1
Este capítulo ha sido publicado como segundo capítulo en Eggins, S. 1994. An Introduction to
Systemic Functional Linguistics. London, Pinter, 1999, pp.25-48.
Traducción: Estela Inés Moyano
2

hablando cara a cara. Cuando hablamos acerca del papel que juega el lenguaje, nos
referimos al modo del texto. Los aspectos del lenguaje que indican el modo en este caso
incluyen el hecho de que sólo tenemos la contribución de un hablante , pero es evidente
que la interacción no es un monólogo, puesto que Esteban hace pausas, indicadas por
puntos suspensivos en la transcripción, por lo cual podemos suponer que es una
conversación telefónica. Otra indicación de que Esteban habla a una persona no
presente es la referencia a “carrera 4 en Albion Park”, en lugar de decir “esta carrera”
(como haría si la otra persona estuviera mirando la carrera con él por TV en ese
momento o si la otra persona estuviera cerca de él mientras señala una guía).
El tercer aspecto del texto que puede deducirse rápidamente es el tipo de relaciones
interpersonales entre los interlocutores, los roles sociales que juegan: Esteban es un
cliente y la persona del otro lado de la línea, un vendedor. Cuando hablamos de las
relaciones interpersonales entre interlocutores nos referimos al tenor de un texto. Las
pistas en el uso del lenguaje que señalan este tenor incluyen el uso de expresiones de
atención formales, como “muchas gracias”, que difícilmente serían usadas en una
interacción con un amigo cercano, así como el uso de órdenes y un formato de lista que
indica su derecho de demandar un servicio de su destinatario.
Lo que hemos hecho es describir el registro de este texto. Registro es un concepto
que no exploraremos en este capítulo. Por el momento, podemos decir simplemente que
el registro describe el contexto de situación inmediato en el que el texto se produce. El
registro que hemos descripto es el de un cliente llamando por teléfono a un vendedor
acerca de una carrera.
Aunque hayamos descripto el texto desde el punto de vista de la situación particular
en la que se produjo, hay todavía algo más que podemos decir acerca de él. Podemos
sugerir el propósito principal o función de la interacción, esto es, podemos sugerir a qué
género pertenece el texto.
Martin ofrece dos definiciones de género. La primera:

un género es una actividad dividida en pasos o etapas, orientada a una meta, con
un propósito definido, en el que los hablantes se relacionan como miembros de
nuestra cultura (1984:25).

Menos técnicamente:

Los géneros son la manera de hacer las cosas cuando el lenguaje es usado para
ello (1985: 248).

Si se define género de esta manera, se acepta que hay tantos géneros diferentes
como actividades sociales reconocibles haya en nuestra cultura. Existen géneros
literarios (cuentos, novelas autobiografías, novelas policiales, baladas, sonetos fábulas,
tragedias, comedias, etc.), géneros populares escritos (manuales instruccionales,
artículos de periódicos, recibos, artículos de revistas, etc.), géneros educativos (clases,
tutorías, ensayos, informes, exámenes, libros de texto). Existe también un extenso
número de géneros cotidianos, géneros en los que participamos en la vida diaria, como
comprar y vender cosas, buscar y dar información, contar historias, hacer adivinanzas,
hacer citas para encuentros, intercambiar opiniones, ir a entrevistas, conversar con
amigos.
Un hablante nativo podría haberse dado cuenta, al leer por primera vez el Texto 1,
de que el género de ese texto es hacer una apuesta. Sabemos que Esteban pretendía
lograr ese propósito cuando levantó el teléfono. Aun cuando no entendiéramos
3

exactamente qué clase de apuesta se llevaba a cabo (caballos, perros, trote), o quién era
la persona a quien había telefoneado (una agencia de apuestas del gobierno, un
apostador privado), o de qué tipo de apuesta se trataba exactamente, podríamos
reconocer el propósito general que intentaba alcanzar. Es posible reconocer esto porque
hacer apuestas es una actividad social conocida en nuestra cultura. Puede que sea una
actividad en la que no participemos, pero tenemos el contexto cultural para darle
sentido.
Parte del modo de reconocer qué género realiza el texto tiene que ver con el efecto
acumulativo de los diferentes tipos de significados que Esteban construye. Por ejemplo,
hay sólo unos pocos propósitos posibles para un hablante al formular palabras como
“carrera”, “premios”, “quiniela”:
 describir una carrera
 proponer una carrera
 contar una historia acerca de una carrera que haya ganado
 especular acerca de quién puede ganar una carrera
 hacer una apuesta
Cuando escuchamos no sólo palabras como éstas, sino una secuencia repetitiva de
cláusulas cortas como “número 6”, “seis por seis”, sabemos que hay pocos propósitos
que el hablante puede tener:
 consultar información acerca de una carrera
 proveer información sobre una carrera
 leer la apuesta de alguien
 hacer una apuesta
Si a esas palabras combinadas con secuencias repetitivas de cláusulas de este tipo le
agregamos expresiones como “por favor”, “gracias”, “hasta luego”, sabemos que sólo
puede haber un propósito en Esteban: hacer una apuesta. Es así como deducimos que
Esteban está haciendo una apuesta y no contando una historia, describiendo una carrera
o especulando acerca de su resultado. Así, parte del modo como descubrimos el
propósito tiene relación con las particulares configuraciones de significado que
construye Esteban.
Pero otra parte tiene que ver con los pasos o etapas (stages) de esta pequeña
interacción. Podemos demostrarlo dando una función a cada uno de los pasos a través
de los cuales Esteban logra hacer su apuesta:

Saludo
Esteban, sí.
Identificación de sí mismo
171 38802 ...
Identificación de la carrera
Carrera 4 en Albion Park, por favor.
Apuesta 1
Ah, dos a ganador 8.
Apuesta 2
Dos a ganador 11.
Apuesta 3
Ah, 6, seis por seis.
Apuesta 4
Uhm, 3, diez a los premios.
Apuesta 5
Uhm, 6 diez a ganador.
4

Apuesta 6
Ah, quiniela, por favor, 5, 6 y 11 para cuatro a la quiniela.
Cierre
Pienso que es todo. Gracias...
Costo
Veinte.
Agradecimiento
Muchas gracias.
Despedida
Hasta luego.

Cuando los pasos de la interacción reciben etiquetas funcionales como éstas,


podemos notar:

1. que el orden de estos elementos es significativo. Es obvio que no conviene hacer la


apuesta antes de identificar la carrera. Del mismo modo, no es posible pedir el
precio hasta que toda la apuesta haya sido hecha.
2. que hay un elemento, “Apuesta”, que ocurre más de una vez. A los elementos que
tienen este potencial los llamamos recursivos.

En este análisis hemos tomado las palabras y las estructuras del texto (por ejemplo
las elecciones léxico-gramaticales que hizo Esteban) y a partir de ellas hemos
descubierto acerca de qué estaba hablando (una carrera), quiénes eran los hablantes (un
cliente y un vendedor) y qué medio usaban para hablar (el teléfono). Hemos buscado un
tipo de actividad en nuestra cultura en el que tiene sentido hablar por teléfono a un
vendedor sobre una carrera. Y hemos reconocido que el propósito de esta interacción
era hacer una apuesta. Finalmente, hemos observado cómo este propósito de hacer una
apuesta es alcanzado por Esteban construyendo significados en pasos o etapas.
Pese al sencillísimo tratamiento que le hemos dado a este breve texto, este permite
ver que es nuestro contexto cultural el que permite construir el sentido de un texto:
encontrar un tipo de actividad social en el que el tipo de significados realizados en el
texto tengan un propósito. Sería algo difícil para un extranjero hacer las mismas
deducciones. En ningún momento Esteban utiliza palabras como “apuesta” o “caballos”,
ni siquiera “dinero” o “precio”. La significación de lo que tienen para nosotros los
ítemes léxicos indiciales, como “Albion Park”2, “quiniela”, “premios”, se perderían
para aquellos que no estuvieran familiarizados con la cultura anglófona australiana. Para
ellos, las únicas posibilidades de entender lo que está ocurriendo en el texto son las
palabras “carrera” y “ganador”. Sin embargo, aun cuando los extranjeros puedan
deducir correctamente el registro del texto (que es acerca de una carrera, que tiene lugar
por teléfono y que participan en él un cliente y un vendedor), podrían verse
imposibilitados de descubrir la función fundamental del texto, esto es, su género. Para
hacerlo, necesitan reconocer que los pasos del enunciado de Esteban son los pasos de la
actividad cultural de hacer una apuesta.
En el texto, hemos visto a Esteban usar la lengua con la finalidad de hacer algo y
que esto sólo construye significado si tenemos en cuenta su propósito en la cultura y en
la situación.
Si se hubiera presentado el texto como grabado en una parada de ómnibus, donde
Esteban hubiera estado hablando a un extraño, se presentarían grandes dificultades para
considerarla como una interacción con sentido por dos buenas razones. Primero, porque
2
“Albion Park” es un estadio donde se realizan carreras de trote (N. de la T.).
5

no podría establecerse relación entre las palabras y las estructuras usadas por Esteban en
esa situación (en una parada de ómnibus con extraños esperaríamos una conversación
acerca del tiempo, del horario de los colectivos y, por su puesto, esperaríamos que la
otra persona respondiera). Segundo, porque sería imposible imaginar un propósito que
motivara este enunciado (¿con qué finalidad se siguen esos pasos?). En cambio, tiene
sentido pensar que Esteban está hablando por teléfono a un vendedor.
En consecuencia, estudiar cómo las personas usan el lenguaje fuerza a reconocer,
primero, que el comportamiento lingüístico está orientado a una meta (sólo podemos
construir el sentido de un enunciado si asumimos que tiene un propósito); segundo, que
el comportamiento lingüístico tiene lugar en una situación comunicativa y en el marco
de una cultura, en relación con la cual puede ser evaluado como apropiado o
inapropiado.
Estamos ahora en posición de examinar el concepto de género en mayor detalle.

3. CONTEXTO DE SITUACIÓN Y CONTEXTO DE CULTURA

En la discusión sobre el enunciado de Esteban nos hemos referido a dos diferentes


niveles de contexto. Por un lado, hemos hecho referencia al inmediato contexto de
situación (Esteban hablando por teléfono con un vendedor sobre una carrera). Este
contexto de situación fue descripto en términos de tres variables: sobre qué hablaba
Esteban, la relación entre él y la otra persona y el papel que jugaba el lenguaje en la
interacción. Estas variables son llamadas variables de registro, de modo que al describir
este contexto de situación estamos describiendo el registro del texto. Por otro lado,
hicimos referencias al contexto de cultura, un contexto que da propósito y significado
al hecho de que Esteban estuviera hablando por teléfono a un vendedor acerca de una
carrera. Al describir este propósito general de la interacción y los pasos que Esteban da
para alcanzarlo, describimos el género.
Con el fin de dar sentido a lo que Esteban está haciendo necesitamos hacer
referencia a ambos contextos. Sólo con recoger los diferentes aspectos del contexto de
situación no se garantiza el reconocimiento del propósito de la conversación de Esteban.
Además de las deducciones acerca de él, es necesario relacionar el texto a un contexto
cultural en el que hablar de esa manera pueda adquirir un sentido o un propósito.
Parece, entonces, que para comprender cómo las personas usan la lengua es
necesario considerar el contexto de situación y el contexto de cultura. Hay un sentido,
sin embargo, en el que el contexto de cultura es más general o abstracto que el contexto
de situación. Esto puede ser ilustrado considerando el Texto 2. Éste es también un texto
auténtico, grabado por Eija Ventola (1987:239-240) en un contexto natural. En la
versión presentada a continuación, una palabra fue omitida, por lo cual el contexto
exacto no puede ser determinado.

Texto 2

1 H1 sí, por favor


2 H2 estas dos
3 H1 sí
4 H1 ésta, 45
5 H1 25
6 H2 y tendrá […]...
7 H1 sí
6

8 H2 …ANZAC3.
9 H1 cuántos quiere
10 H2 cuatro, por favor
11 H1 dos de cada uno?
12 H2 qué tiene
13 H1 uh, hay dos diseños diferentes –
14 H2 si, déme dos de cada uno
15 H1 uhum
16 H1 bien .... es un dólar setenta, gracias
17 H1 aquí tiene
18 H2 gracias
19 H1 gracias a usted
20 H1 un dólar setenta: dos, cuatro y uno cinco
21 muchas gracias
22 H2 gracias
23 H1 está bien, yo las preparo en un momento
24 H2 bien

Indudablemente, existe muy poca dificultad para reconocer que el propósito de este
texto es comprar y vender. Es lo que podemos llamar un género transaccional. Nótese
cómo el reconocimiento de la función general es posible aun cuando no está claro qué
es lo que es comprado o vendido. Estamos capacitados para descubrir el propósito
general de la interacción porque tenemos -aunque inconscientemente- una idea acerca
de cómo se produce una transacción de compra-venta en nuestra cultura, los pasos que
tal interacción implica y el tipo de lenguaje que se usa para realizar estos pasos. Cuando
dos personas hablan entre ellas, comenzando con una oferta y la demanda del otro,
seguida por un ofrecimiento y la aceptación del otro, por la exigencia del pago y el pago
mismo, cuando tenemos estos significados construidos en estos pasos, reconocemos la
interacción como un ejemplo de una categoría general de actividad: comprar y vender.
Además, podemos imaginar fácilmente varios contextos específicos en los que un texto
de este tipo adquiere sentido: una confitería, un quiosco, etc. Hacemos deducciones
sobre el texto interpretando el lenguaje en un modo que produzca sentido en nuestra
cultura, y haciendo esto, lo que hemos deducido es el género del texto: el tipo de
actividad realizada mediante el lenguaje, dividida en pasos y con un propósito definido.
Podemos usar el mismo procedimiento de deducción textual para tratar de descubrir
exactamente en qué contexto de situación específico tuvo lugar el intercambio.
Encontramos que la variable tenor es relativamente clara: el hecho de que S1 y S2
juegan los roles de vendedor y cliente está indicado por el hecho de que S2 realiza un
número de demandas, mientras S2 intenta rechazarlas o satisfacerlas. Este
comportamiento no recíproco (cada interlocutor hace diferentes cosas con el lenguaje)
es el que esperamos en una transacción en nuestra cultura.
Es más difícil, sin embargo, determinar el campo del texto, es decir qué es
comprado y vendido, dado que los hablantes no explicitan a qué se refieren con “estas
dos” o “este” o “aquellos”. La razón por la que no nombran los objetos de la transacción
está relacionado con el tercer aspecto de la situación: el modo. Esta transacción debe
tener lugar cara a cara, en presencia. A diferencia del texto de Esteban, esta transacción
no podría tener lugar telefónicamente, porque sería imposible para S1 saber

3
ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps) es la sigla que corresponde a la denominación de
un ejército conjunto de Australia y Nueva Zelanda, cuya primera participación en una batalla tuvo lugar
en la de Gallipolli, durante la Primera Guerra Mundial (N.de la T.).
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exactamente qué quiere comprar S2. El lenguaje está aquí usado para acompañar la
acción, y el texto sólo puede ser completamente comprendido si tenemos acceso a la
naturaleza de la acción que está siendo llevada a cabo.
Para tratar de especificar las dimensiones de la situación en que este texto podría
haber tenido lugar, tenemos que descubrir a partir del lenguaje cuál es el registro del
texto. Y se puede notar que aunque fue sencillo para nosotros identificar el género del
texto como una transacción, sin más especificaciones del contexto no podemos arribar a
la exacta descripción del registro del cual este texto es un ejemplo.
Lo que esto demuestra es que género y registro pertenecen a dos niveles diferentes
de abstracción. Género, o contexto de cultura, puede ser visto como más abstracto, más
general: podemos reconocer un género particular aun cuando no estemos seguros
exactamente de cuál es el contexto de situación. El género, entonces, puede ser pensado
como un marco general que da propósito a interacciones de tipos particulares,
adaptables a muchos contextos de situación en los que son usadas. El género pone de
manifiesto la manera como se alcanza el objetivo de comprar y vender, que puede ser
aplicado (con algunas adaptaciones) si estamos en el banco, en una juguetería o en un
negocio de comidas para llevar.
Podemos ahora considerar el texto completo, con las palabras omitidas y con pistas
para reconstruir el contexto. Inmediatamente se está en condiciones de establecer la
situación precisa en la que el texto tuvo lugar.

Texto 3

1 V sí, por favor


(C avanza un paso)
2 V estas dos
(presenta dos cartas)
3 V sí
(pesa una carta)
4 C ésta, 45
(pesa la otra carta)
5 V ésta, 25
6 C y tendrá sobres del primer día de...
7 V sí
8 C … ANZAC.
9 V cuántos quiere
10 C cuatro, por favor
11 V dos de cada uno?
12 C qué tiene
13 V uh, hay dos diseños diferentes –
(V muestra a C los sobres)
14 C si, déme dos de cada uno
15 V uhum
(V toma las estampillas para las cartas y los sobres)
16 V bien .... es un dólar setenta, gracias
(V pone los sobres en una bolsa; C toma el dinero)
17 V aquí tiene
(V sostiene las estampillas y los sobres; C entrega el dinero a V)
18 C gracias
19 V gracias a usted
8

(V toma el cambio)
20 V un dólar setenta: dos, cuatro, y uno cinco
22 muchas gracias
22 C gracias
(C va a tomar las cartas)
23 V está bien, yo las preparo en un momento
24 C bien
(C se va)

Nótese qué cerca estaban nuestras predicciones y qué importante era la omisión,
aunque pequeña. La palabra omitida en la primera versión era, para los hablantes, un
ítem léxico indicial. Esta palabra sola fijaba firmemente la interacción a una oficina de
correos, ya que proveía una especificación de una variable de registro del texto:

Campo: comprar estampillas


Modo: cara a cara, a través de un mostrador
Tenor: cliente - empleado de correos

Nuestro análisis ilustra suficientemente que escuchando la lengua usada podemos


descubrir muy rápidamente el propósito general del texto: qué hacen estas personas a
través del lenguaje. Era posible reconocer que este ejemplo se parece a muchos
diferentes tipos de interacciones de compra-venta, aunque no podíamos establecer
exactamente qué se vendía. Podíamos identificar el texto como un ejemplo de una
actividad con una finalidad concreta alcanzada mediante el lenguaje: los hablantes
hablan para para hacer algo.
A la vez que reproduce una transacción exitosa (el cliente se va satisfecho), el texto
es también un ejemplo de una transacción apropiada a la situación y al contexto cultural.
No hubiera sido adecuado culturalmente si el cliente hubiera regateado el precio de las
estampillas, puesto que el regateo no es apropiado para las interacciones de servicios
públicos en nuestra cultura. En cuanto al contexto de situación, no hubiera sido
apropiado si el vendedor hubiera, por ejemplo, llamado “nena” a la vendedora (en un
tenor muy familiar), o si de repente ella hubiera comenzado a hablar sobre manzanas
(cambiando el campo) o si hubiera pretendido que hablaran por teléfono (cambiando el
modo).

3.1. La relación entre género, registro y lenguaje

La relación entre género, registro y lengua sugeridas por los ejemplos discutidos
más arriba se representan en la Figura 1. Este diagrama representa las siguientes
afirmaciones: que el género es uno de los dos niveles de contexto reconocidos; que el
contexto de cultura (género) es más abstracto, más general, que el contexto de situación
(registro); que los géneros son realizados (encodificados) a través del lenguaje; que este
proceso de realizar géneros en el lenguaje es mediado por la realización del registro.
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modo

contexto de
Lengua

campo tenor
situación
Registro

Género contexto de cultura

Figura 1.: Género y registro en relación con lenguaje

Una de las maneras como el registro media la realización del género es haciendo las
especificaciones relevantes para una situación particular de uso del género. Por ejemplo,
el género ensayo universitario (un género expositivo) es un instrumento de evaluación
culturalmente reconocido en varias disciplinas. Podríamos encontrar que un ensayo de
Sociología tiene ciertos rasgos comunes con un ensayo en Psicología o Lingüística o
Historia. Específicamente, todos los ensayos comparten pasos comunes en su
organización o estructura esquemática, por lo que los buenos ensayos comenzarán con
el Establecimiento de la Tesis, seguirán con la Presentación de Evidencias, el Rechazo
de las Evidencias en Contrario, una Síntesis de las Evidencias y puede concluir con una
Reiteración de la Tesis. Y aun así, el campo del registro (acerca de qué trata en ensayo)
determinará que las características de un ensayo varíen en diferentes disciplinas.
Un segundo aspecto en el que el género es mediado por el registro es en términos
del potencial genérico de una cultura particular. Con este término nos referimos a todos
los tipos de actividades realizadas a través del lenguaje reconocidas como significativas
(adecuadas) en una cultura dada. El potencial genérico puede ser descripto como las
posibles configuraciones de las variables de registro permitidas en una cultura dada en
un tiempo dado. Por ejemplo, las siguientes configuraciones de variables de registro
ofrecen géneros que son aceptados en la cultura australiana:

Campo: autos
Tenor: vendedor-cliente
Modo: cara a cara
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Así, nuestra cultura reconoce esta configuración de registro mediante la


institucionalización del género transaccional “comprar y vender autos”. Del mismo
modo, la siguiente configuración de registro puede ser realizada a través del género
pedagógico “clase”:

Campo: estenografía
Tenor: profesor-alumno
Modo: cara a cara

En cambio, las siguientes configuraciones de variables de registro no son viables (por el


momento) para géneros aceptables en muchas de las culturas occidentales:

Campo: bebés
Tenor: vendedor-cliente
Modo: cara a cara

Campo: estenografía
Tenor: profesor- alumno
Modo: telefónico

Así, decir que estas configuraciones de registro no son aceptables en nuestra cultura es
decir que no podemos usar el lenguaje para realizar estas actividades.
La conexión entre el género y lo adecuado culturalmente es experimentado por
viajeros que, aun cuando posean excelentes habilidades para un lenguaje extranjero,
encuentran que tienen dificultades para ajustarse a una cultura ajena. Una gran parte del
choque cultural es de hecho un choque genérico. Un viaje al exterior nos permite ver
que el potencial genérico de dos culturas no es el mismo; no lo es tampoco el modo de
realización de géneros particulares. Una cultura extraña puede tener géneros que nuestra
cultura de origen no tiene. Por ejemplo, los estudiantes australianos que estudian en
Europa o América, tienen que verse con los términos del examen oral, una manera de
ser evaluados nueva para ellos. Contrariamente, géneros familiares para nosotros
simplemente no ocurren en otros lugares (por ejemplo, los mismos estudiantes podrían
no ser llamados nunca para presentar un artículo escrito). Igualmente desorientador es el
hecho de que aparentemente los mismos géneros son de hecho expresados de maneras
muy diferentes, de modo que, por ejemplo, escribir un ensayo sobre sociología en
Francia puede no ser igual que escribir un ensayo sobre sociología en Australia.
La implicación más significativa del esquema presentado arriba es que ambos,
registro y género, son realizados a través del lenguaje. Esto significa que sólo sabemos
que tenemos un género particular o una configuración de variables de registro si
observamos cómo se usa el lenguaje. Es a través de los patrones de significados,
palabras, estructuras y, por supuesto, sonidos del lenguaje, que esas dimensiones
contextuales son expresadas.
Un texto puede ser identificado como perteneciente a un género en particular o la
caracterización de un género particular puede ser hecha a partir del análisis de su
realización a través del lenguaje. Dos dimensiones principales para la realización de los
géneros serán considerados aquí. El primero es el de la estructura esquemática, por la
cual la organización en pasos o etapas y la orientación hacia una meta (propósito) de los
géneros son expresados lingüísticamente a través de constituyentes funcionales en el
texto. El segundo es el de los patrones de realización, mediante los cuales se expresan
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los límites entre pasos o etapas del género y la función de cada uno de ellos a través de
elecciones lingüísticas (discursivo-semánticas y léxico-gramaticales) realizadas en el
texto.

4. ESTRUCTURA ESQUEMÁTICA

Consideremos otra vez la versión completa del texto producido en el correo (Texto
3). En esa interacción, el cliente entraba a la oficina de correos con el propósito de hacer
una transacción. A su vez, el empleado del correo estaba parado detrás del mostrador
con el propósito de llevar a cabo transacciones con los clientes.
Pero para llevar a cabo hacer esto en nuestra cultura es necesario seguir un número
de pasos. No es posible simplemente entrar a la oficina de correos, tirar las cartas al
empleado y salir corriendo. No es posible tampoco que el empleado simplemente
observe la entrada del cliente, le quite las cartas y desaparezca en la parte trasera de las
oficinas. Las convenciones sociales establecen qué hacer paso a paso, es decir,
determinan la organización pautada del género, su estructura esquemática. En
términos de Martin:

La estructura esquemática representa la contribución positiva que un género


hace a un texto: una manera de ir desde A hacia B en el modo en que una cultura
dada lo hace de manera eficaz (exitosa), cualquiera sea el género en cuestión
(1985: 251).

Martin señala que la razón por la cual los géneros tienen pasos o etapas es
simplemente que, normalmente, no se pueden realizar todos los significados a un
tiempo. Cada paso en el género contribuye a una parte del significado completo que
debe ser construido por el género para ser realizado con éxito. Por ejemplo, en el Texto
1 considerado antes, observamos que los pasos dados por Esteban con la finalidad de
alcanzar el propósito general de hacer su apuesta eran Saludo, Identificación de sí
mismo, Identificación de la carrera, Apuesta, Cierre, Precio, Agradecimiento y
Despedida.
Con frecuencia, como hablantes nativos, sólo necesitamos escuchar un paso para
reconocer el género del que proviene. Por ejemplo, “Había una vez...”, nos hace pensar
que estamos a punto de escuchar un cuento maravilloso; ante la expresión “¿Puedo
ayudarlo?” esperamos un género transaccional; “Algo gracioso me ocurrió en el
camino a la oficina” nos hace esperar una narración de una experiencia personal; y
“¿Conocés el de los dos elefantes?” nos predispone a escuchar un chiste.
La descripción de la estructura esquemática de los géneros nos lleva a dos
conceptos fundamentales en el análisis lingüístico: composición y etiquetamiento.
Encontraremos ambos conceptos otra vez cuando comencemos a describir la
organización léxico-gramatical del lenguaje, pero son también importantes para
comprender cómo los géneros están estructurados y, en consecuencia, cómo analizar la
estructura genérica en un texto.

4.1. Composición

Composición significa, simplemente, que las cosas están hechas de o constituidas


por otras cosas. Composición refiere a las relaciones parte/todo entre los elementos de
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una totalidad. Por ejemplo, una casa está hecha de ladrillos y cemento, un libro está
compuesto por un número de capítulos, etc.
Muchas cosas están en realidad hechas de capas de constituyentes. Por ejemplo, un
libro está compuesto por un número de capítulos, y cada uno de ellos está compuesto
por un número de párrafos, y cada párrafo está compuesto por un número de oraciones y
cada oración por un número de palabras, etc.
Del mismo modo, un género está compuesto por constituyentes en etapas, los
“pasos”4 discutidos más arriba. Cuando describimos la estructura esquemática de un
género, lo que estamos describiendo es su composición estructural o estructura de
constituyentes, la estructura mediante la cual el todo, la completa interacción, está
compuesta por partes. En términos muy generales, los pasos de un género son Inicio,
Medio y Fin.
El propósito de nuestra descripción es identificar las partes que constituyen el todo
y, preferentemente al mismo tiempo, explicar cómo las partes se relacionan entre ellas
para componer el todo. Este objetivo puede ser alcanzado mediante un etiquetamiento
funcional en la descripción genérica.

4.2. Etiquetamiento funcional

Una vez que comenzamos a pensar en dividir un texto en sus constituyentes,


debemos considerar sobre qué base estableceremos que dos partes de un texto
conforman pasos separados. Hay esencialmente dos clases de criterios que podemos
usar (Tabla1):

1.- Criterio formal: es posible dividir un texto en pasos /partes de acuerdo con la
forma de los diferentes constituyentes. Este abordaje pone énfasis en la similitud,
en la medida en que dividimos el texto de modo que cada unidad/paso sea un
constituyente del mismo tipo.

2.- Criterio funcional: podemos dividir el género en pasos/partes según la función


de los diferentes constituyentes. Este acercamiento enfatiza las diferencias, en la
medida en que dividimos el texto según las diferentes funciones de cada paso.

Tabla 1.: Criterio formal vs. criterio funcional

Criterio formal Criterio funcional


Se pregunta cómo se relaciona Se pregunta cómo se relaciona
formalmente cada constituyente con el funcionalmente cada constituyente con
todo. el todo.
Por ejemplo: ¿Qué clase de ítem es éste? Por ejemplo: ¿Qué función juega este
ítem?

El ejemplo de la Figura 2 puede hacer más clara esta diferencia:

4
Se traduceel inglés stages como “pasos” o “etapas” para enfatizar el concepto de género como proceso,
más que como producto. El término “estamento”, que en este pasaje se adecuaría a la comparación con las
“capas” (layers) de constituyentes, propone un sentido muy “estático” para lo que, en realidad, Martin
considera como actividad social que se desenvuelve en el tiempo (Cf., por ejemplo, Martin, J.R. 1985).
En este sentido, “pasos” o “etapas” parecen buenas metáforas. (N. de la T., con agradecimiento a Cecilia
Colombi, U.C. Davis)
13

Pasos formales Pasos funcionales

Libro libro

cap. 1 cap. 2 cap. 3 introducción cuerpo conclusión

párr.1 párr. 2 párr. 3 propósito contexto argumento evidencias

Figura 2.: Etiquetamiento formal vs. etiquetamiento funcional de los constituyentes

La misma distinción puede ser observada cuando prestamos atención a los géneros.
Si tomamos un abordaje formal para el análisis de los constituyentes de un género,
podemos dividir la conversación en el correo (Texto 3) en turnos de participación de los
hablantes, y cada turno en oraciones, cada oración en palabras, etc. Mientras este
abordaje aporta ciertamente algo acerca de la clase de ítems lingüísticos que ocurren en
una transacción, no resuelve las cuestiones que nos interesan, orientadas hacia la
función, como por ejemplo, de qué manera cada paso del género contribuye a alcanzar
el propósito general.
Por esta razón tomamos el segundo abordaje para el análisis genérico y dividimos el
texto en constituyentes funcionales. Por ejemplo, reconocemos como pasos solo
aquellos turnos o grupos de turnos que cumplen una función en relación con el todo. Por
lo tanto, sólo consideramos que existe un paso cuando podemos asignarle una etiqueta
funcional.
Al asignar etiquetas, el propósito es describir qué hace una etapa, en relación con el
todo, en términos tan específicos para el género como puedan ser encontrados. Deben
ser evitadas las etiquetas vacías de contenido, tales como Comienzo, Medio, Fin, o
Introducción, Desarrollo, Conclusión, dado que no son específicas de un género (todos
ellos tienen comienzo, medio y fin). Para encontrar etiquetas apropiadas, hay que
preguntarse, por ejemplo, qué es exactamente lo que se hace en este comienzo del texto
o qué se hace en el cuerpo de un ensayo, diferente de lo que se hace en el cuerpo de un
género transaccional, etc. Para el Texto 3, por ejemplo, Ventola (1987) identifica los
siguientes pasos (nótese que las etiquetas para los distintos niveles de la estructura están
escritas con mayúsculas)5:

Inicio de la venta
1 V sí, por favor
(C avanza un paso)
Solicitud
2 V estas dos
(presenta dos cartas)
Acuerdo
3 V sí
Precio
( pesa una carta)
5
Para una discusión detallada acerca de cómo identificar y etiquetar los pasos estructurales de un género,
ver también Hasan, R. 1985, pp 59 – 69.
14

4 C ésta, 45
(pesa la otra carta)
5 V 25
Solicitud
6 C y tendrá sobres del primer día de...
7 V sí
8 C … ANZAC.
Aclaración
9 V cuántos quiere
10 C cuatro, por favor
11 V dos de cada uno?
12 C qué tiene
13 C uh, hay dos diseños diferentes –
(V muestra a C los sobres)
Compra
14 C si, déme dos de cada uno
15 V uhum
(V toma las estampillas para las cartas y los sobres)
Precio
16 V bien .... es un dólar setenta, gracias
(V pone los sobres en una bolsa; C toma el dinero)
Pago
17 V aquí tiene
(V sostiene las estampillas y los sobres; C entrega el dinero a V)
Agradecimiento
18 C gracias
19 V gracias a usted
(V toma el cambio)
Cambio
20 V un dólar setenta, esto es dos cuatro y uno cinco
21 muchas gracias
Cierre de la compra
22 C gracias
(C va a tomar las cartas)
23 V está bien, yo las preparo en un momento
24 C bien
(C se va)

Una descripción más compacta de la estructura esquemática de este texto puede ser
hecha escribiendo las etiquetas en una secuencia lineal con el símbolo ^ entre ellos para
indicar que los pasos están ordenados. Así, una descripción del Texto 3 sería la
siguiente:

Inicio de la venta ^ Solicitud ^ Acuerdo ^ Precio ^ Solicitud ^ Aclaración ^ Compra


^ Precio ^ Pago ^ Agradecimiento ^ Cambio ^ Cierre de la compra

Esta es la descripción de la estructura genérica de un texto real. Pero recuérdese que


hemos reconocido ese texto como transaccional, un ejemplo de un género particular,
antes de que supiéramos exactamente cuál era la situación particular de este ejemplo.
Esto sugiere que hay ciertos elementos de la estructura que están definidos de alguna
15

manera por el género, algunos elementos que son la clave para reconocer qué tipo de
transacción es la que se realiza. Para descubrir cuáles son elementos obligatorios,
definitorios del género podemos preguntar qué pasos podrían ser eliminados sin que el
texto deje de ser transaccional. Así, la transacción mínima puede consistir sólo de las
etapas Solicitud, Acuerdo, Compra, Pago y Cierre de la compra.
Para describir la estructura de un género en particular, podemos partir de la
descripción de un texto. Para ello usamos los símbolos que figuran en la tabla 26.

Tabla 2.: Símbolos usados para describir la estructura esquemática

Símbolo Significado
X^Y El paso X precede siempre a Y (orden fijo)
*Y Y no tiene orden fijo
(X) X es opcional
X X es recursivo (puede ocurrir más de una vez)
{X^Y} X e Y son recursivos como secuencia en ese orden fijo

A partir del ejemplo del Texto 2, entonces, podemos definir la estructura de los
géneros transaccionales de la siguiente manera:

(Inicio de la venta) ^ {Solicitud ^ Acuerdo ^ (Precio) ^ Solicitud ^ Aclaración ^


Compra ^ (Precio)} ^ Pago ^ (Agradecimiento) ^ (Cambio) ^ Cierre de la compra

Esta fórmula permite inferir, además de los pasos mínimos necesarios para que una
transacción exista, que puede haber más de una Solicitud y que cada una puede ser
resuelta por los pasos Compra y Precio, mientras habrá solo un Inicio de la compra, un
Pago y un Cierre de la compra por transacción.
Usamos esta distinción entre elementos obligatorios y opcionales de una estructura
para definir cómo está constituido un género en particular. Un género es, así, definido
en términos de los elementos obligatorios de su estructura esquemática. Variantes de un
género son aquellos textos en los que están realizados los elementos obligatorios así
como también algunos de los opcionales. Mientras una interacción que realice
solamente los elementos obligatorios es considerada un texto transaccional, la inclusión
de elementos opcionales ofrece variaciones del género. Así, es posible reconocer la
diferencia entre lo que Hasan (1985: 63-4) llama la estructura genérica potencial de
un género en particular y la estructura genérica de un texto en particular.
Como hemos indicado en la descripción de la estructura esquemática, el orden de
los elementos de la estructura es una restricción significativa. En muchos géneros, como
en el transaccional, muchos elementos tienen un orden fijo de ocurrencia. Por ejemplo,
el paso Pago sólo puede ocurrir después del Acuerdo, y, por supuesto, Cambio sólo
después de Pago.
Aunque las descripciones lineales de la estructura esquemática son particularmente
útiles para describir la estructura de textos monológicos, son menos adecuadas para los
géneros interactivos, ya que la fórmula lineal no capta la dinámica de la negociación
realizada a través de este tipo de estructura. El uso que hace Ventola (1987) de
diagramas de flujo para graficar la estructura esquemática de los géneros interactivos en
6
El uso del asterisco (más que el de una comilla) y el de la flecha de líneas rectas para indicar
recursividad (en lugar de una flecha curva) son modificaciones hechas por Ventola y Hasan. Estas
modificaciones fueron sugeridas con el fin de adoptar símbolos de fácil reproducción con teclados de
PCs.
16

términos de las decisiones de cada participante ha dado una técnica muy útil para este
tipo de análisis.

5. REALIZACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE LA ESTRUCTURA ESQUEMÁTICA

Aunque identificar la estructura esquemática de un género es lo fundamental para el


análisis de género, éste no puede ser llevado a cabo sin un análisis de las realizaciones
de cada uno de sus elementos. Por “realización” se entiende la manera como un
significado es encodificado o expresado en un sistema semiótico. Relacionar los
elementos de la estructura esquemática con sus realizaciones lingüísticas es el
procedimiento central del análisis genérico.
Los análisis realizados hasta aquí en este capítulo pueden parecer intuitivos y
subjetivos. Quizá se podrían proponer diferentes pasos, o diferentes límites entre ellos.
Pero para que el análisis genérico tenga alguna validez debe ser posible establecer una
justificación objetiva para las afirmaciones como, por ejemplo, que el Acuerdo de
compra es un elemento diferente de la estructura de las Aclaraciones o que la Compra
comienza y termina donde se ha señalado. Es obvio que todo con lo que contamos para
avanzar en el análisis de género es el lenguaje: las palabras y las estructuras que usa el
hablante. Técnicamente, podemos decir que los géneros son realizados a través del
lenguaje.
Lo dicho tiene dos claras consecuencias. Primero, si los géneros son diferentes
maneras de usar el lenguaje, entonces debemos encontrar que los hablantes hacen
diferentes elecciones léxico-gramaticales. Por ejemplo, los tipos de palabras y
estructuras usadas en los géneros transaccionales no serán las mismas que las usadas en
los géneros narrativos o en los que implican intercambios de opiniones. Esto es, los
patrones de realización difieren entre géneros.
Segundo, si cada género está constituido por un número de pasos diferentes
relacionados funcionalmente, entonces deberíamos encontrar que los diferentes
elementos de la estructura esquemática presentarán diferentes elecciones léxico-
gramaticales. Por ejemplo, deberíamos encontrar que los tipos de palabras y estructuras
utilizados en el paso Iniciación de la compra no serán los mismos que los usados en el
paso Compra y el lenguaje de ambos diferirá del de Agradecimiento. Entonces, los
patrones de realización difieren entre los pasos de la estructura esquemática.
De todos modos, como tenemos una sola lengua para realizar estos diferentes pasos,
no habrá palabras o estructuras totalmente diferentes de uno a otro. En todo caso,
podríamos esperar encontrar que los diferentes pasos usan diferentes configuraciones de
palabras y estructuras, diferentes grupos de patrones. Los patrones de realización
pueden ser ejemplificados mediante la referencia a un género escrito muy sencillo: la
receta de cocina.

5.1. Realización de la estructura esquemática en la receta de cocina

Es posible, como hemos visto, describir un género a partir del análisis de un texto.
Veamos ahora cómo el hablante nativo puede predecir la estructura esquemática y la
realización de un texto. Como hasta el momento hemos analizado textos orales para la
descripción, trabajaremos con un género escrito para la predicción y la comparación de
las predicciones con ejemplos auténticos.
Antes de seguir leyendo, tome notas sobre la estructura esquemática que usted
podría predecir para una receta de cocina. Luego, lea la siguiente receta, que constituye
17

un texto auténtico. Decida si los estamentos predichos por usted son apropiados para
describir este texto.

Texto 4.

Risoto con Espinaca

Este tradicional plato de origen greco-chipriota es una comida


vegetariana, económica pero sustanciosa.

3 cucharadas de aceite de oliva


2 cebollas picadas
1-2 paquetes de espinaca
375 g de tomates pelados
2 cucharadas de extracto de tomate
1 taza de agua
1 taza de arroz
vino blanco (opcional)
sal y pimienta

Corte las raíces de las espinacas. Separe los cabos de las hojas. Lávelos.
Corte los cabos en juliana y las hojas en tiras.
Caliente el aceite en una sartén grande. Fría la cebolla hasta que esté
transparente. Agregue los cabos de espinaca y fríalos hasta que estén
tiernos. Añada las hojas cortadas y cocínelas unos pocos minutos. Luego
agregue los tomates y el extracto. Revuelva la preparación lentamente y
cocine aproximadamente 10 minutos. Agregue el agua, el vino, sal, pimienta
y el arroz. Cocine hasta que el arroz haya absorbido el líquido (10-15
minutos).
Sirva con ensalada griega y tostadas de pan con salvado.
4 porciones.

Si seguimos el abordaje funcional desarrollado en este capítulo, veremos que para


describir este texto es necesario reconocer los siguientes pasos:

Título: Risoto con espinaca

Este paso consiste en el nombre del plato a preparar. Obviamente, tiene como
función diferenciar cada receta de las otras.

Persuasión: Este tradicional plato de origen greco-chipriota es una comida


vegetariana, económica pero sustanciosa.
El propósito de este paso es sugerir por qué alguien debería interesarse en preparar
el plato.

Ingredientes:
3 cucharadas de aceite de oliva
2 cebollas picadas
1-2 paquetes de espinaca
18

375 g de tomates pelados


2 cucharadas de extracto de tomate
1 taza de agua
1 taza de arroz
vino blanco (opcional)
sal y pimienta

La función de este paso es indicar lo que será necesario tener para preparar esta
comida.

Método:
Corte las raíces de las espinacas. Separe los cabos de las hojas. Lávelos. Corte los
cabos en juliana y las hojas en tiras.
Caliente el aceite en una sartén grande. Fría la cebolla hasta que esté
transparente. Agregue los cabos de las espinacas y fríalos hasta que estén tiernos.
Añada las hojas cortadas y cuézalas unos pocos minutos. Luego agregue los tomates y
el extracto. Revuelva la preparación lentamente y cocine aproximadamente 10 minutos.
Agregue el agua, el vino, sal, pimienta y el arroz. Cocine hasta que el arroz haya
absorbido el líquido (10-15 minutos).
Sirva con ensalada griega y tostadas de pan con salvado.

El propósito de este paso es decir cómo se prepara el plato.

Cantidad de porciones: 4 porciones

Este paso tiene como función informar a cuántas personas se podrá dar de comer
con esta preparación.

La estructura esquemática de este texto, expresada linealmente, es la siguiente:

Título ^ Persuasión ^ Ingredientes ^ Método ^ Cantidad de porciones

Ahora, la estructura esquemática de un texto como este podría diferir de la que


hemos propuesto. En particular, se podría incluir un paso adicional para la oración Sirva
con ensalada griega y tostadas de pan con salvado. Después de todo, esta oración se
presenta como un párrafo independiente en el texto original, de modo que podría recibir
una etiqueta funcional independiente. Por ejemplo: “Sugerencias”. Para resolver la
cuestión acerca de cuántos pasos reconocer en el texto, es necesario considerar los
patrones léxico-gramaticales realizados en cada uno de ellos. En otras palabras, es
necesario observar con detalle cómo se ha usado la lengua en la receta.
Estamos limitados en este punto por el hecho de que todavía no compartimos un
vocabulario técnico común para hablar acerca de los patrones léxico-gramaticales. Si
solo usamos algunos términos gramaticales de uso corriente, podremos ver que cada
uno de los pasos del género “receta de cocina” puede ser asociado con patrones de
realización claramente distintos.
El Título es realizado por lo que podemos llamar un grupo nominal o frase
nominal, no por una cláusula completa. El grupo nominal típico contiene una secuencia
de sustantivos (dos en este caso), más que un adjetivo y un sustantivo.
El paso Persuasión, a diferencia del Título, es realizado por una oración completa.
Es una cláusula con el verbo “ser”, en la que “este plato” es descripto con valoraciones
19

positivas, como “tradicional”, “económico”, “sustancioso”. (Imagine qué disuasivo sería


introducir en este paso una cláusula como “Este revulsivo plato llevará largas horas de
cocción”).
En el paso Ingredientes se vuelve a los grupos nominales como patrón, pero en esta
oportunidad contienen números y medidas (por ejemplo, 2, 375 g). El sustantivo núcleo
modificado por estos términos que expresan medida es, obviamente, el nombre de un
alimento.
El paso Método se expresa mediante cláusulas (no solo frases o grupos) en modo
imperativo (expresadas como órdenes). Hay circunstanciales de lugar (“en una sartén
grande”), tiempo (“aproximadamente 10 minutos”) y modo (hasta que esté
transparente). Las cláusulas están relacionadas lógicamente en una secuencia temporal
(Luego...), aunque no esté explícitamente encodificada (“luego” ocurre sólo una vez).
Los verbos usados son verbos de acción: “corte”, “revuelva”, “agregue”, etc.
Cantidad de porciones es un paso realizado por una declarativa elíptica: una parte
de una cláusula. La cláusula completa podría ser “Esta preparación alcanzará para
cuatro porciones”. La cláusula es declarativa, no imperativa: ofrece información, no
expresa órdenes.
Es este último patrón de realización el que ayuda a determinar la ubicación en la
estructura esquemática de la oración “Sirva con ensalada griega y tostadas de pan con
salvado”. Gramaticalmente, esta es una oración imperativa (expresa una orden), con un
verbo de acción (“servir”) y un circunstancial que informa acerca de la manera como el
proceso debería ser realizado (“con ensalada griega y tostadas de pan negro”). Este
patrón es el mismo que el de las oraciones de Método. Por lo tanto, siguiendo un criterio
gramatical, podríamos considerar esta cláusula como parte del estamento Método, no
uno separado en sí mismo ni parte de Cantidad de porciones, en el que el patrón es otro
tipo de cláusula7.
Como se ha visto, cada paso de la estructura esquemática está asociada claramente
con un número de rasgos gramaticales y léxicos. Mediante una descripción tan detallada
como sea posible de los patrones gramaticales de cada parte del texto, es posible
determinar, por un lado, cuántos pasos lo componen y, por otro, cuáles son los límites
entre ellos.
La misma conexión entre pasos y realización se aplica a cada texto que se analice,
ya sea oral o escrito. En la apuesta de Esteban, por ejemplo, podemos ver claramente
que el lenguaje del paso Identificación es muy diferente del lenguaje usado en
Apuesta: el primero tiene sólo grupos nominales con un número, mientras el segundo
consiste en un conjunto de estructuras imperativas elípticas. Del mismo modo, la
descripción gramatical del texto en la oficina de correos mostrará que los patrones en el
estamento Pedido (cláusulas interrogativas modalizadas)8 son diferentes de los patrones
de la Aclaración (interrogativas no modalizadas).
Los textos presentados permiten observar que hay diferentes tipos de patrones de
realización. Algunos pasos tienen realizaciones rituales o convencionales. Por ejemplo,
las expresiones que realizan los pasos Agradecimiento o Saludo son limitados y
predecibles. Otros pasos son realizados por un rango limitado de estructuras
lingüísticas. Por ejemplo, la realización de Solicitud de servicios en un género

7
Este análisis no impide otro posterior, una descripción más delicada (detallada), en la que el paso
Método pueda estar subdividido en dos sub-etapas: Procedimiento y Sugerencias, con patrones de
realización relacionados con los verbos (tomar, mezclar, etc. vs. servir).
8
En los ejemplos en inglés, las cláusulas del paso Pedido son interrogativas con verbos could/can,
mientras para la traducción hemos usado el futuro o el potencial, en oposición al indicativo de las
interrogativas en Aclaración (N. de la T.).
20

transaccional puede darse a través de varias (pero limitadas) estructuras alternativas: por
ejemplo, declarativas modalizadas (Me daría 5 manzanas, por favor), imperativas
(Déme 5 de aquellas manzanas, por favor), interrogativas modalizadas (¿Podría darme
5 de esas manzanas, por favor?).
En cambio, otras etapas son realizadas por un grupo de selecciones lingüísticas
particulares. Un ejemplo es el Método de la receta, cuyos patrones fueron descriptos
arriba; otro podría ser el paso Acción en un relato, típicamente realizado por la
combinación de conjunciones temporales sucesivas, procesos de acción (verbos como
fue, corrió, etc.), participantes específicos (generalmente humanos), circunstanciales de
tiempo, modo, lugar (frecuentemente en primera posición dentro de la cláusula).
Finalmente, es posible que algunos pasos se realicen de modo no verbal. Por
ejemplo, el Pago de un género transaccional es muy frecuentemente realizado de esta
manera.
Hasta el momento, nuestra discusión sobre las realizaciones léxico-gramaticales de
los pasos genéricos es muy limitada porque no tenemos un metalenguaje compartido,
necesario para poder completar la descripción de cualquier género, mediante la
especificación de los patrones gramaticales y discursivo-semánticos. Pero en este punto,
es importante destacar que el análisis de la estructura esquemática no es intuitiva ni ad
hoc. Cada vez que reconocemos un elemento de la estructura debemos estar en
condiciones de argumentar a favor de esta determinación y sus límites, reflejados en la
realización lingüística.

6. TIPOS DE ESTRUCTURA GENÉRICA

Nuestra habilidad para hacer predicciones sobre los géneros ilustra que, como
miembros de esta cultura, tenemos saberes adquiridos acerca de cómo la gente usa su
lengua para lograr diferentes propósitos. Llamados a ello, estamos familiarizados no
solo con la estructura esquemática de los géneros cotidianos sino también con sus
realizaciones típicas: los tipos de contenido típicos que se construyen en cada paso de
un género, las palabras y estructuras típicas que habitualmente se usan para expresarlos.
La teoría de géneros consiste en transformar este saber cultural inconsciente en
consciente, mediante la descripción de cómo se usa el lenguaje para hacer cosas.
Los principios y procedimientos del análisis genérico han sido presentados en este
capítulo usando como ejemplos textos cotidianos, familiares, breves. Pero el análisis
genérico es, por supuesto, igualmente aplicable a muchos otros textos, orales y escritos,
y a usos del lenguaje menos comunes y más prestigiosos: manuales de instrucción,
obras dramáticas, ensayos, conferencias, etc. Para estos textos más largos y complejos,
Martin (1992) sugiere la necesidad de identificar el texto completo como un ejemplo de
macro-género en el que es posible reconocer otros géneros como constituyentes. Por
ejemplo, el manual universitario de una cátedra es en sí mismo un macro-género (uso
del lenguaje en pasos, orientado a una meta), pero contiene secciones que ejemplifican
géneros como justificación9 (por qué estudiar una materia), descripción (del curso),
regulación (derechos, responsabilidades, penalizaciones a las faltas).
Siempre que el lenguaje sea usado para alcanzar un propósito reconocido y
establecido culturalmente, habrá un género. Sin embargo, es importante reconocer que
esa estructura esquemática no es siempre realizada en de la manera que se ha mostrado

9
Se prefiere aquí usar “justificación” como traducción para el término “exposition”, a fin de evitar
superposiciones terminológicas con otras teorías que podrían generar confusión sobre el objeto teórico
que funciona como referente en cada caso (N. de la T.).
21

aquí, estructurada en pasos orientados a una meta. De hecho, puede pensarse en ciertas
situaciones de uso del lenguaje que no parecen revelar el tipo de estructura del texto de
la oficina de correos o de la receta. Por ejemplo, en una conversación informal entre
amigos o compañeros de trabajo es a veces difícil detectar una estructura genérica clara.
Esto no es porque la conversación no sea estructurada, sino porque esa conversación
está estructurada de manera diferente. Así, es necesario enriquecer la discusión sobre
géneros distinguiendo entre diferentes tipos de metas o propósitos sociales para los que
se usa el lenguaje.
Para los propósitos del análisis genérico, es útil distinguir entre dos clases de
motivaciones funcionales para las interacciones lingüísticas: motivaciones pragmáticas
y motivaciones interpersonales. Las interacciones motivadas pragmáticamente son
aquellas como la del correo o la receta o la conversación de Esteban con la agencia de
apuestas: la interacción tiene una meta clara, definida, a ser alcanzada. Las interacciones
interpersonales, en contraste, no tienen ninguna meta definida que alcanzar. Son
interacciones motivadas por la necesidad de explorar y establecer relaciones
interpersonales, la creación mutua de buenos sentimientos, de buenos momentos.
Cuando comparamos interacciones motivadas de estas diferentes maneras,
encontramos que también difiere la clase de estructura asociada con cada una. Cuando
las metas sociales a ser alcanzadas por la conversación son principalmente pragmáticas
(hay bienes o servicios para intercambiar, información para transmitir), la conversación
es organizada con el tipo de estructura esquemática que hemos visto en este capítulo.
Tal estructura es completamente apropiada para las interacciones que tienen claros
puntos finales y en las que de hecho la meta de la interacción es alcanzar ese punto
final. Cuando vamos a una oficina de correos a comprar estampillas para nuestras
cartas, no deseamos pasar dos horas en conversación amistosa con el vendedor con el
fin de alcanzar la meta satisfactoriamente.
Pero cuando las metas sociales a alcanzar por la conversación son principalmente
interpersonales, establecer y reforzar relaciones sociales, entonces encontramos otro
tipo de estructuras dominantes: estructuras de final más abierto, sin un punto final claro
que alcanzar y límites menos claros entre pasos. Esta estructura más fluida de la
conversación puede ser observada mediante la división de un texto conversacional en
fases más que en pasos. El término fase, tomado de Gregory and Malcolm (Gregory,
1985; Malcolm, 1985), puede ser usado para indicar un segmento de la conversación
(usualmente una conversación muy interactiva) en la que haya una cierta estabilidad de
patrones de realización pero para los cuales no parezcan apropiadas las etiquetas (la
conversación no es un paso en el camino hacia algún lado). Así, es importante destacar
que mientras la realización más corriente de un género es a través de pasos o etapas, una
estructura de constituyentes, algunos géneros son realizados por diferentes tipos de
estructura, más local.
Reconocer diferentes patrones estructurales no es en ninguna manera objeción a la
tesis central de un abordaje sistémico-funcional acerca de que todas las interacciones
están orientadas a una meta y tienen un propósito determinado. Nunca usamos el
lenguaje si no es para “hacer algo”. Cuando se coloca una etiqueta que exprese aquello
que se está haciendo y se analiza el uso del lenguaje para llevarlo a cabo, se está
describiendo un género.
22

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ventola, E. (1987) The Structure of Social Interaction: a Systemic Approach to the


Semiotics of Service Encounters, London: Pinter.
Gregory, M. (1985) Towards Communication Linguistics: a Framework. In: Benson,
J.D. and Greaves, W.S. (eds). Systemic Perspectives on Discourse, Vol. I: Selected
Theoretical Papers from the 9th International Systemic Workshop, Norwood, NJ:
Ablex, 119-34
Hasan, R. (1985) The Structure of a Text. In: Halliday and Hasan, 1985. Language,
Text and Context. Geelong, Vic.: Deakin University Press (republished by OUP 1989),
70-96.
Malcom, K. (1985) Communication Linguistics: a sample analysis, In: Benson, J.D. and
Greaves, W.S. (eds). Systemic Perspectives on Discourse, Vol. I: Selected Theoretical
Papers from the 9th International Systemic Workshop, Norwood, NJ: Ablex, 136-51
Martin, J.R. (1984) Language, Register and Genre, In: Christie, F. (ed). Children
Writting: reader. Geelong, Vic: Deakin University Press. 21-9.
Martin, J.R. (1985) Process and Text: two asspects of semiosis. In: Benson, J.D. and
Greaves, W.S. (eds). Systemic Perspectives on Discourse, Vol. I: Selected Theoretical
Papers from the 9th International Systemic Workshop, Norwood, NJ: Ablex,: 248-74.
Martin, J.R. (1992) Macro-genres: the ecology of the page. Department of Linguistics,
University of Sydney: mimeo.

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