La teoría del conocimiento es una parte importante de la filosofía. Pero es
difícil saber cuál es su objetivo y más aún cuáles son los resultados a los que se ha llegado con ella, sin indicar de antes que nada desde qué postura, o concepción filosófica se está hablando. Según Axel Honneth la experiencia de la injusticia es parte de la esencia del hombre y que la humillación es la negación del reconocimiento por parte de la sociedad. Para Honneth el hombre que era despreciado, humillado y sin reconocimiento, pierde su inegidad, derechos, su autonomía personal y su autonomía moral. Honneth decía que los conflictos sociales son una lucha por el reconocimiento. En esta teoría existen dos tipos de conocimiento, el CIENTIFICO, y el NO CIENTIFICO. En la filosofía es normal referirse a distintos tipos de conocimiento y establecer una ´jerarquía´ entre ellos. Empezando por el llamado sentido común, se pasa inmediatamente al científico y después se señalan otras formas de conocimiento como el artístico, el filosófico, el religioso o el teológico, de los cuales el teológico suele ser el más perfecto. En este ´esquema´ es fácil ver un movimiento hacia el irracionalismo, a partir del cual el conocimiento científico nos solo ocupara un lugar mínimo en la escala jerárquica antes mencionada, de las formas de conocimiento, sino que además podría aparecer como un desconocimiento. Dentro de esta perspectiva que llamaremos conservadora, adquieren pleno significado los planteamientos ciertamente metafísicos respecto a la posibilidad, límites y esencia del conocimiento. Desde una perspectiva racionalista, sin embargo, el modelo de cualquier forma de conocimiento es el conocimiento científico. Si esta posición se lleva hasta su extremo puede llegarse a negar que haya otra forma real de conocimiento que no sea el científico. La postura más adecuada es la racionalista, pero siempre y cuando se mantenga respecto a la ciencia una postura suficientemente critica. De acuerdo con esto no parece que tenga mucho sentido hablar de conocimiento religioso o artístico, y mucho menos considerar a estas ´formas de conocimiento´ como más perfectas que el conocimiento científico. La misma idea de perfección no tiene mucho sentido aplicada al conocimiento, salvo para declarar que es perfectible. Y esto cuadra bien ante todo con el conocimiento científico. Otra cuestión es que los aspectos afectivos, emotivos, etc. Que figuran en el arte o la religión cumplan también un determinado papel en la ciencia y que, por consiguiente, la separación de esta con respecto a esas otras formas de pensamiento o de conciencia históricamente dadas sea más bien relativa.
La posibilidad del conocimiento es un problema filosófico sin solución
definitiva que enfrentamos todos aquellos que tratamos de explorar, describir, explicar, interpretar o comprender cualquier realidad. Dicho problema se puede resolver, con conocimiento o desconocimiento del hecho, utilizando distintos supuestos filosóficos (dogmatismo, escepticismo, relativismo) que dependen de la facultad o facultades (la razón y/o los sentidos) que el sujeto cognoscente ponga en práctica cuando pretenda conocer determinado fenómeno. La facultad o facultades (razón y/o sentidos) que el sujeto ponga en juego, cuando pretenda problematizar un objeto de estudio, dependerá o dependerán, a su vez, de los intereses ontológicos del investigador. Dichos intereses se refieren, en el ámbito filosófico, a pretender que la realidad se mueva (subjetivismo, relativismo), que esté inmóvil o en estados intermitentes entre el movimiento y la quietud. Relativismo: se dice que rechaza toda verdad absoluta y declara que la verdad o, mejor dicho, la validez del juicio depende de las condiciones o circunstancias en que es enunciado. En segundo lugar, se dice de la tendencia ética que hace el bien y el mal dependientes asimismo de circunstancias. Estas circunstancias que condicionan la validez en el primer caso y los valores morales en el segundo pueden ser internas o externas. Tanto Sócrates como Platón se manifestaron totalmente en contra del relativismo. Lo hicieron porque consideraron que no sólo era un planteamiento absurdo sino también porque dificultaba sobremanera el poder llevar a cabo lo que es el conocimiento del mundo.
Dogmatismo: Filosóficamente, en cambio, el vocablo 'dogma'α,
significó primitivamente "opinión". Se trataba de una opinión filosófica, esto es, de algo que se refería a los principios. Por eso el término 'dogmático' significó "relativo a una doctrina" o "fundado en principios". Ahora bien, los filósofos que insistían demasiado en los principios terminaban por no prestar atención a los hechos o a los argumentos, especialmente a los hechos o argumentos que pudieran poner en duda tales principios. También se dice que incurre en dogmatismo aquel que pretende que sus aseveraciones sean tenidas como inobjetables cuando estas carecen de comprobación práctica o demostración real, de lo cual se desprende el uso despectivo de la palabra.
Escepticismo: el escepticismo es una doctrina del conocimiento según
la cual no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse nunca ninguna opinión absolutamente segura. La negativa a adherirse a ninguna opinión determinada (se conoce como) la suspensión del juicio. El escéptico duda de todo, incluso de su propio juicio. Por esto, es característico del pensamiento escéptico no dar por cierta, de buenas a primeras, ninguna verdad ni aceptar dogma alguno, bien se refiera a la religión, bien a los valores sociales establecidos, o bien a fenómenos de otra índole. De allí que presente una postura opuesta al dogmatismo. El relativismo es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino sólo una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia. En general, las discusiones sobre el relativismo se centran en cuestiones concretas; así, el relativismo gnoseológico considera que no hay verdad objetiva, dependiendo siempre la validez de un juicio de las condiciones en que este se enuncia. Dogmatismo, doctrina epistemológica, opuesta al escepticismo, que afirma la posibilidad del conocimiento humano, y la validez de principios que la razón reconoce como evidentes. Aceptación y profesión de una doctrina sin examen crítico y en virtud de una autoridad que no corresponde al valor intrínseco de tal doctrina. El escepticismo niega toda posibilidad de conocer la verdad. Es necesario distinguir el escepticismo como corriente filosófica que surge y se desarrolla en el mundo antiguo, y el escepticismo como teoría filosófica, atractiva para muchos filósofos además de los de la corriente citada. El escepticismo mantiene que no es posible el conocimiento. Del mismo modo que ocurre con el relativismo, cabe ser escéptico de un modo radical o aceptar el escepticismo respecto de ciertas regiones de realidad y la posibilidad de adquirir ciencia o conocimiento respecto de otras.