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Atte.
Equipo Multidisciplinario 2017
Equipo Multidisciplinario
Colegio San Antonio Colina
“Jóvenes, hoy se celebra en todos los colegios de Chile el Día de la Convivencia Escolar… y este año
el concepto que trabajaremos en nuestro liceo es: la no violencia. Para adentrarnos en el tema
conoceremos la historia de Hanan Al Hroub, una profesora palestina que generó un cambio en la
forma de ver y practicar la educación en contextos difíciles y violentos como la guerra. Pero, ¿qué
es la violencia? ¿Qué significa para ustedes la violencia? (Dar espacio para opiniones)”
“La violencia se produce cuando alguien utiliza su fuerza o posición de poder para lastimar
a otro a propósito, no accidentalmente. La violencia incluye amenazas de violencia y
acciones que podrían lastimar a otro, así como aquéllas que efectivamente llegan a
lastimarle. El daño puede afectar la salud mental de la persona, a su cuerpo y bienestar en
general.”
Leer en conjunto con los alumnos el reportaje adjunto: “Hanan Al Hroub, maestra
palestina: Educar para la paz en un mundo de violencia”. Se puede complementar la
lectura con el video “La mejor profesora del mundo que enseña la no violencia en
Palestina”, disponible en: http://www.24horas.cl/internacional/la-mejor-profesora-del-
mundo-visita-chile-2090599
Luego de conocer la historia de Hanan Al Hroub, realizar una reflexión grupal (se sugiere
en círculo) sobre el rol de Hanan, el fenómeno de la violencia y su implicancia en los
distintos contextos en que el ser humano se desenvuelve. Para ello se adjuntan algunas
preguntas orientadoras:
*Finalmente, como curso, ¿cuál es el desafío que nos propondremos para generar un
ambiente libre de violencia? La respuesta a esta pregunta debe ser escrita en una
cartulina de color y pegada en el diario mural del curso (o en la puerta).
Para finalizar la actividad, se construirán a modo simbólico mil grullas de papel. Para ello
adjuntamos la siguiente contextualización sobre la leyenda:
La cultura de Japón relaciona a las grullas con la buena suerte y longevidad. Una antigua leyenda japonesa cuenta que, a
quien consiga hacer mil grullas de origami, le será concedido un deseo por parte de una grulla real.
Esta leyenda, tan vieja como el tiempo, revivió en la mitad del siglo XX y fue Sadako Sasaki, una niña japonesa quien se
encargó de hacerlo. Sadako tenía dos años cuando estalló la bomba de Hiroshima, ciudad en la que vivía.
A Sadako le afectaron las radiaciones y nueve años más tarde le diagnosticaron leucemia; en su lucha contra la enfermedad
decidió hacer mil grullas para curarse.
No consiguió terminarlas, murió en 1955 después de haber plegado 644 grullas. Sus amigos prosiguieron la simbólica tarea
de completar las mil grullas con la esperanza de que se acabaran las guerras en el futuro.
El parque de la paz de Hiroshima recuerda a Sadako y a sus amigos con esculturas donde puede leerse: Éste es nuestro
grito, ésta es nuestra plegaria; paz en el mundo.
El 6 de agosto de cada año, Día de la Paz, llegan miles de grullas de papel a Hiroshima, desde los puntos más alejados del
planeta. Los niños de la ciudad cuelgan las grullas en el monumento de Sadako, con la esperanza de transmitir este mensaje
a todo el mundo.
La escuela pública Samiha Khalil, ubicada en la ciudad de Al Bireh, cercana a Ramallah (al norte de
Jerusalén), es el escenario donde esta profesora ha puesto en marcha una singular metodología,
que combina el juego y el aprendizaje, con un solo propósito: educar para la paz. Una tarea
titánica en una zona de tiroteos y violencia constante. Sus esfuerzos la han hecho merecedora del
“Global Teacher Prize 2016”, el premio más importante en el ámbito de la educación.
“Su salón pintado de colores brillantes, situado en el segundo piso de la escuela Samiha Khalil,
rompe profundamente con el aula tradicional de escritorios bien alineados. En clase de aritmética,
los niños corren con números del 1 al 9, juntándose en parejas que sumen 10. Después lanzan
pelotas con números impares a la boca de un conejo para aprender pares e impares. A la hora de
los cuentos, Hroub se pone una peluca arcoiris y una nariz de goma roja, para leer el cuento de
una traviesa araña llamada “Sha-sha-sha-ban”.
Este relato, publicado en el diario “New York Times”, es de un periodista alemán que asistió a una
de las clases de la profesora palestina Hanan Al Hroub, en la escuela pública en la que trabaja, en
la ciudad de Al Bireh, cercana a Ramallah (al norte de Jerusalén).
Lo primero que le llamó la atención al entrar a su sala fue el ruido de globos que comenzaron a ser
reventados. Él cree que eso se produjo porque “los estudiantes de segundo básico de Hanan Al
Hroub no se concentraron en la tarea de escribir problemas de aritmética en los globos. En
cambio, estaban mirando al intruso, a mí, un alto periodista alemán que había entrado en el salón
para conocer a la “Miss”, que recién había ganado un premio global de educación por un millón de
dólares. Y estaban reventando los globos”.
Y es que los alumnos de Hanan –quien nació en un campo de refugiados de Dheisheh, en Belén-
juegan en clases. Ella inventa todo tipo de actividades: competencias de lenguaje con calcetines
letrados (cada calcetín tiene una letra), funciones de títeres para lo cual acondicionó un viejo
tendedero de ropa como teatro, globos en los que los niños escriben con plumones. Incluso las
baldosas del piso las pintó como un tablero, para que los alumnos avancen cuando respondan bien
las preguntas de alguna asignatura. Siempre al ritmo de canciones, gritos de ánimo y aplausos.
Juego y aprendizaje son para ella dos palabras que se entrelazan, que se potencian mutuamente,
en un marco de confianza, honestidad y respeto. Y así lo dejó expuesto en su libro “We play and
learn”.
En declaraciones al canal de televisión Aljazeera, dijo: “Jugar los hace felices, ellos lo necesitan. En
mis clases me aseguro que mis alumnos lo sean: se entretienen y aprenden. A través de los juegos,
soy capaz de cambiar sus actitudes y el resultado de eso son los logros académicos (…). Me
preocupo especialmente de los niños con necesidades educativas especiales”.
Equipo Multidisciplinario
Colegio San Antonio Colina
En el relato del “New York Times” aludido anteriormente, Hanan le contó al periodista que uno de
los niños allí presente estuvo a punto de ser expulsado por matón. “El padre del niño le rogó a
Hroub que trabajara con él, cosa que ella aceptó a condición de que los padres prometieran no
pegarle. El día del ejercicio con los globos, Hroub lo regañó dos veces, pero también lo colmó de
elogios cuando terminó su trabajo. Cuando agarró un lápiz ajeno y empujó a una niña, ella
amablemente lo sentó junto a uno de los niños mejor portados. “Este niño que ven ahora es
diferente del que entró en mi salón”, declaró”.
Y es que en las aulas de la escuela Samiha Khalil, los alumnos de la profesora palestina se refugian
del convulsionado entorno que se vive en las calles. “Están profundamente afectados por el
ambiente. La violencia de algunos de ellos es justamente una reacción a la violencia que los rodea.
Yo busco entregarles un lugar seguro para el aprendizaje. No puedo influir a gran escala en lo que
ocurre, pero sí en mis alumnos. Ésa es mi filosofía”, señaló hace poco a “The Guardian” y otros
medios de prensa.
De hecho, lo que motivó a Hanan a ser profesora fue la cruda experiencia que vivieron el año 2000
dos de sus hijas y su marido, Omar, cuando se trasladaban en auto desde el colegio. Fueron
atacados por soldados israelíes, en un puesto militar cerca de Belén. Sólo él, que pasó 10 años en
prisiones israelíes por verse involucrado en un atentado en Hebrón, resultó herido en un hombro.
Las consecuencias de aquel episodio fueron inmediatas: las niñas se despertaban gritando en la
noche y se volvieron agresivas. “Los maestros de su escuela no estaban capacitados para lidiar con
eso y yo temía estar perdiéndolas”, ha contado Hanan en reiteradas oportunidades. Entonces, ella
comenzó a inventar juegos que las calmaban, entretenían y les permitían ser más receptivas al
aprendizaje. Luego, optó por aplicar esa metodología a mayor escala y por ello, decidió estudiar
pedagogía. “Si los niños que sufren a causa de la violencia no reciben la ayuda y apoyo que
necesitan, se van a perder”, dijo.
No era la primera vez que cursaba estudios superiores, antes de casarse ingresó a Pedagogía
Básica en la Universidad de Al Quds, pero debió abandonar su carrera cuando las universidades de
Palestina fueron cerradas tras el inicio de la primera intifada contra Israel, entre 1987 y 1993.
Sus esfuerzos la han hecho merecedora del “Global Teacher Prize 2016” -considerado el “Nobel de
la Enseñanza”-, que entrega la Fundación Varkey y es patrocinado por el Vicepresidente de los
Emiratos Arabes Unidos, Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum.