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Tema:

Tipo De Relación Que Establece Los Dominicanos Con Nuestros Vecinos


Haitianos Y Venezolanos

Materia:
Sociología

Presentado por:
Yelenni Baez Galvez

Matriula:
17-4211

Facilitador:
ELIDA E. ESPINAL PAYANO

Fecha:
19 de Junio del 2018
Nagua, Rep. Dom.
Introducción

Nuestro mundo es muy desigual. Trasladarse lejos de sus lugares de


origen puede llegar a ser la mejor –incluso la única- opción para mejorar la
oportunidad de vida. La migración podría llegar a ser inmensamente efectiva
para mejorar los ingresos, la educación y la participación de los individuos y
familias, y mejorar las perspectivas de futuro de sus hijos.

Pero su valor real es mucho mayor: poder decidir dónde vivir es un


elemento esencial de las libertades humanas. No hay un perfil típico de
inmigrante en el mundo. Quienes cosechan frutas, enfermeras, refugiados
políticos, trabajadores de la construcción, académicos, programadores
informáticos, son todos parte del casi mil millones de personas que se
trasladan tanto dentro de sus países como al exterior.

Es por eso que les hablaremos sobre tipo de relación que establece los
dominicanos con nuestros vecinos haitianos y venezolanos, ha sido punto
clave para la inmigración extranjera, de todo tipo de grupos sociales y
culturales.
Opinión Personal

Tras la complicada situación política y económica que


viven Venezuela y Haití, la República Dominicana ha sido un refugio para
ciudadanos de esas naciones que ven en el país la posibilidad de salir adelante.

Diferentes actividades comerciales son la que estos extranjeros realizan para


poder sobrevivir.

Algunos vendedores expresaron que hay espacio para todo el que quiera
trabajar.

Otros dicen que los venezolanos han sustituido a nuestros vecinos haitianos
en las ventas en los negocios informales.

En los últimos meses la llegada de venezolanos al país se ha incrementado sin


tener hasta el momento una estadística exacta.
Tipo De Relación Que Establece Los Dominicanos Con Nuestros Vecinos
Haitianos.

Desde hace tiempo hemos abogado por la “oficialización” del comercio entre
ambas naciones. Unas relaciones comerciales entre países no pueden basarse
en mercados binacionales dos días a la semana en los que no se pagan
impuestos.

Haití necesita cobrarle a los productos que se comercializan allá para suplir las
necesidades de recursos de su gobierno y así poder satisfacer las necesidades
de ese país, y la República Dominicana necesita hacer lo mismo. Además, era
un paso que se veía venir y que se caía de la mata, como dicen en el campo.

Es algo histórico que hay que comprender, incluso muchos políticos de Haití y
de República Dominicana usan las tensiones entre los dos países para buscar
ventajas electorales", proclamó.

Por igual, sostiene que la mayoría de dominicanos de generaciones en


generaciones, no han podido superar los 22 años de ocupaciones de Haití en
nuestro territorio.

Pero muchos haitianos, sobre todo los de la diáspora, tampoco olvidan, e


incentivan los recuerdos entre la población haitiana de la matanza ordenada
en 1937 por el tirano Trujillo.

"Cuando fue la ocupación haitiana había en el país tres centros escolares de


nivel secundario, dos en Santo Domingo, capital dominicana, y uno en
Santiago, segunda, y a los hijos de los dominicanos se le negaba la educación",
declaró.
Sin embargo, estimó que muchos de los invasores enviaban a sus hijos a
estudiar a Francia, mientras que en esos tres centros escolares recibían
docencia jóvenes procedentes de Haití.

"Son cuestiones históricas bien complejas, sugiero que Haití y República


Dominicana olviden el pasado, busquen un dialogo respetuoso y sincero para
el bienestar de las dos naciones, porque esas confrontaciones con conducen a
nada positivo", significó el sociólogo.

La clase empresarial haitiana no iba a continuar permitiendo que le “robaran”


a sus consumidores. Cada “burguesía” local trata de controlar su mercado. Eso
es correcto y razonable.

Los dominicanos, por nuestra parte, como suplidores naturales de nuestros


vecinos, tenemos que fomentar las relaciones formales y ayudar a establecer
canales que permitan a ese país mejorar sus condiciones de existencia.
Mejores canales formales fomentarán mejores relaciones a largo plazo y
mayor entendimiento.

Por tanto, lo que tenemos que hacer es ayudar a los pueblos fronterizos a
buscar otras formas de mantener sus logros económicos, pero no basados en
la informalidad. Ojalá que la actitud no sea de protesta ni de boicot, sino de
buscar nuevas avenidas de progreso.

Aunque Haití y la República Dominicana comparten una misma isla, no podrían


ser más distintos. Un ejemplo de ello es la infraestructura: "En la República
Dominicana existe una red de carreteras razonable, que permite viajar sin
mayores problemas de un lugar a otro. En Haití, sin embargo, se necesitan
muchas horas para recorrer unos pocos kilómetros”, dice el experto en
América Latina Heinz Oelers, de la organización católica Misereor. Igualmente
opuesta es la situación en otros sectores. Según las Naciones Unidas,
solamente un 50 por ciento de la población haitiana sabe leer y escribir,
mientras que en el país vecino el porcentaje llega a un 90 por ciento. La tasa
de mortalidad infantil en Haití es casi tres veces mayor que en la República
Dominicana.

Debido a que ninguna ciudad de Haití tiene un abastecimiento regular de


electricidad, para muchos haitianos la fuente principal de energía es la madera.
En gran medida, esta es una de las razones por la cual los bosques del país han
desaparecido. En consecuencia, las fuertes lluvias provocan deslizamientos
por las empinadas montañas ya sin árboles, debilitando así aún más los medios
de subsistencia de la población local que, a diferencia de la República
Dominicana, está densamente ubicada en las zonas rurales.

Desde entonces, las relaciones entre las dos pequeñas naciones caribeñas han
sido tensas, aunque en ocasiones mejoran, pero nunca hay acuerdos
favorables.

El 2 de octubre de 1937, el régimen del dictador dominicano Rafael Leónidas


Trujillo, ordenó una matanza en contra de haitianos residentes en este país.
Aunque se manejan varias cifras en relación a las víctimas, el gobierno haitiano
de entonces, calculó en 5,000 el número de muertos.

En este momento, la tensión se siente en la frontera dominico-haitiana con


mayor fuerza desde que el gobierno haitiano decidió prohibir el acceso por vía
terrestre de 23 productos de origen dominicano, y ayer recrudeció la medida
al decomisar los artículos que compraron en el mercado binacional los pocos
haitianos que entraron al municipio dominicano de Dajabón para comprar en
la feria común productos no incluidos.
Tipo De Relación Que Establece Los Dominicanos Con los Venezolano

Durante los últimos 63 años República Dominicana y Venezuela han


mantenido unas relaciones diplomáticas fortalecidas en algunos casos y
débiles en otros, las cuales han dependido del nivel de amistad entre los
gobernantes de turno y permitido las firmas de decenas de acuerdos en
beneficio de ambas naciones.

Esas relaciones han tomado fuerza durante los gobiernos actuales, Leonel
Fernández, del país, y Hugo Chávez, de Venezuela, quien en la actualidad se
recupera en Cuba luego de ser operado de un tumor cancerígeno.

Los principales convenios firmados durante la historia diplomática de ambas


naciones han girado en torno al petróleo, la electricidad, el comercio y la
educación, todos destinados al desarrollo de los dos países, aunque en un par
de ocasiones han roto las relaciones.

La primera vez que ambas naciones rompieron relaciones fue el 24 de junio de


1960, después que el dictador Rafael Trujillo Molina intentara matar a su
homólogo de Venezuela, Rómulo Betancourt, en un atentado con una bomba
que explotó mientras transitaba por una avenida de Caracas resultando el
mandatario con quemaduras en las manos y otras partes. Una vez muerto
Trujillo, se restablecieron las relaciones y en 1962 se firmó un acuerdo para
que los venezolanos y dominicanos pudieran visitar ambas naciones sin
necesidad de visas.

En septiembre del 2003, el presidente Chávez, volvió a retirar el embajador en


el país y suspender la venta del petróleo, argumentando que desde aquí,
Carlos Andrés Pérez estaba organizando una conspiración para matarlo.

Uno de los acuerdos, el de Petrocaribe, firmado por los presidentes actuales


ha sido el más destacado, por su alcance y las facilidades de pago que ofrece
el gobierno de Venezuela a la República Dominicana.

Se recuerda que en agosto de 1980, el presidentes Antonio Guzmán firmó con


los presidentes de Venezuela y México el Acuerdo de San José, en que ambas
naciones se comprometían a venderle 160 mil barriles a precio preferencial
además de República Dominicana a Costa Rica, Jamaica, El Salvador,
Guatemala, Haití y Barbados.

Como su situación migratoria es irregular, pidió que su identidad fuera


resguardada. Para este hombre de 60 años, fue precisamente su hija de 10
años la motivación principal para que un 31 de octubre de 2016 la familia
tomara un avión y se marcharan de Venezuela a comenzar desde cero.

“Los medicamentos no estaban garantizados, entonces me puse a proyectar


los efectos que eso podría tener a corto plazo, en la medida en que se
agudizara (la crisis), y comprendí que esa no era una situación ideal para que
una niña prosperara, floreciera, estudiara y fuera feliz”, contó a Diario Libre un
hombre delgado, vestido con una gorra, jeans y camiseta gastados.

La salida de venezolanos a pie por la frontera binacional se intensificó desde


entonces, al punto de que Colombia tuvo que activar cuatro centros de acogida
para atender a los migrantes que cruzan la línea fronteriza.

Pero la presión también amenaza a otros países. Una encuesta reciente de la


firma venezolana Consultores 21 señala que 40 % de los entrevistados anhela
irse de Venezuela ante los problemas económicos que invaden a esa nación.
Eso, en números simples, equivale a ocho millones de personas que desean
marcharse de allí, y que muestran predilecciones por posibles destinos:
Colombia, Chile, Estados Unidos y Perú están entre los preferidos.

La República Dominicana solo aparece en la intención del 2 % de quienes dicen


querer marcharse de Venezuela. Es decir, son unos 400,000 venezolanos más
que aspiran llegar a esta nación caribeña de poco más de 10 millones de
habitantes y, aunque su destino final cambie o no todos logren llegar, esa
cantidad representa 16 veces la población venezolana que se calcula que ya
reside en el país.
Conclusión

No hay dudas de que la migración es un fenómeno muy complejo, diverso e


intenso, que está influyendo en la sociedad y la cultura de nuestro país y que
a cada momento nos involucra más a todos, ya sea como sociedades de origen,
destino o receptoras de emigrantes.

Debemos tener presente, que aunque las migraciones tengan sus beneficios,
en cuanto a lo económico y cultural, también tienen sus perjuicios que nos
afecta tanto en lo emocional como lo físico, Por ende hay que tomar medidas
para regular tal situación y mantenerla bajo control.

Las autoridades nacionales deben promover programas con participación del


sector privado, los organismos internacionales y las organizaciones
representativas de las diásporas, que contribuyan a que la migración interna y
externa, pueda ser utilizada como un mecanismo que contribuya al desarrollo
y a la lucha contra la pobreza, entendiendo que aunque esta no acabará con
la exclusión social, si es un importante vehiculo, para paliar y disminuir estos
graves males que aquejan a los países pobres que necesitan políticas que los
ayuden a encaminarse por los senderos del desarrollo y la prosperidad, como
lo es nuestro país, el cual es y ha sido siempre un lugar muy llamativo para
todos aquellos extranjeros que desean salir de su país.

Esperamos que este trabajo haya sido de gran interés y que haya aportado a
sus conocimientos gran e importante información sobre esta situación en la
Rep.Dom.
Bibliografía

https://elpais.com › Contrapuntos

almomento.net/venezolanos-y-dominicanos-raices-historicas-de-una-
hermandad-i-2

www.cdn.com.do/.../venezolanos-y-haitianos-desplazan-a-dominicanos-en-
comercio
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