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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE

FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA Y LITERATURA
MAGÍSTER EN LITERTURA HISPANOAMERICANA Y CHILENA
NARRATIVAS DE LA AMAZONÍA.

Control de Contenidos

Nombre : Diego Vergara. S.

Profesora : Ana Pizarro.

Fecha : 18 de junio de 2012.


1.-De acuerdo a la Comisión Amazónica señale tres elementos que perfilan la Amazonía?

El primer elemento que podemos distinguir como delimitación es lo estrictamente


geográfico. Con un territorio de cerca de 6200 millones de km. 2, se constituye como uno de los
principales pulmones verdes de nuestro planeta, y uno de los elementos unificadores de las
Naciones de América del Sur, ocupando parte del territorio de ocho de los Estados de la Zona:
Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Guyana, Venezuela, Surinam y la Guayana Francesa.

El segundo elemento que otorga singularidad a la Amazonía, es la enorme biodiversidad


que posee. “Mas hablándose de ríos, con razón pone silencio a todos los demás aquel gran río,
que unos llaman de las Amazonas, otros Marañón, otros el río de Orellana, al cual hallaron y
navegaron los nuestros españoles, y cierto estoy en duda si se llame mar o río…” (Pizarro, 2009).
He aquí un nicho casi inagotable para la investigación de formas de vida que sólo encuentran
cabida en este paradisíaco espacio, donde la variedad incontable de flora y fauna conviertan a la
zona en un punto de observación interesante para la comunidad científica en general. El mar que
se propone en la cita, es un mar de conocimientos y saberes que aún falta por descubrir en una
parte importante.

Finalmente, podemos delimitar este espacio, por medio de la gran diversidad cultural de la
región, caracterizándose en sí misma, como una suerte de continente aparte, donde más de 20
millones de personas de las más diversas etnias y culturas cohabitan en este espacio: “La
diversidad no es sólo biológica o “natural”. También es de hombres y comunidades. (“lenguas,
remanescentes de quilombos, mujeres quebradoras de cocos. Rivereños, estractivistas, migrantes
de toda suerte”). Poblaciones urbanas, oficios, creencias y mitos (los encantados)… Es decir, la
otra estética desde donde emergen las voces (la oralidad) regionales sin intermediarios. Y más;
mucho más, como por ejemplo, los estudios en casi todas las áreas del saber: etnobotánica,
etnofarmacopea, sicotrópicos y pare Ud. de contar, “pues las plantas tienen espíritu”. (Pizarro,
2009, 226).

Estos tres elementos construyen un perfil que delimitan este espacio. Por ello, han de ser
asumidos y puestos a partir del permanente diálogo que sostienen en la vida. Espacio, naturaleza y
cultura son los ejes definitorios de la vida amazónica.
2.- Explique la trayectoria de la imagen de las amazonas.

La amazona, como imagen, es tan antigua como la llegada de los viajeros occidentales. Ya
Colón en su Diario se hace mención de mujeres de fuerte carácter y extraordinaria belleza que
habitaban estos territorios. Segio Buarque de Holanda, por su parte, señala que ya Marco Polo
hablaba de estos seres. Sin embargo, y en términos formales, la amazona aparece por primera vez
en los textos de Fray Gaspar de Carvajal, escribano de la expedición de Pizarro y Orellana en
1541. A partir de estas visiones surge una construcción que dialoga y se ve influenciada por una
serie de elementos culturales que provienen de la cultura clásica de occidente.

El término amazona, guardaría relación con la mutilación de las mamas para manejar el
arco de mejor manera. Esto supone inmediatamente una concepción diferente de lo femenino. La
mujer amazona se caracterizará por una actitud vital muy diferente: será una hábil guerrera, sólo
tendrá sexo ocasional con hombres con fines reproductivos (si el resultado de esa unión es un
hombre, será objeto del desprecio y se le entregará muerto a su padre).

Es este imaginario el que se traslada al continente americano, donde la mujer es


caracterizada de manera similar, probablemente por aquel carácter “salvaje” que asoma, a ojos del
expedicionario europeo; el sujeto indígena. Los cronistas caracterizan a los nativos como una
suerte de “bella ferocidad” que habita la selva, por lo que la imagen de la amazona tradicional se
transforma y los senos ya no aparecen cercenados, en los relatos de los cronistas. Por otra parte,
la instalación de este imaginario en el contexto americano, se explica por medio de la vinculación
de estos sujetos aborígenes con las riquezas del territorio, a saber, el oro, principalmente. Estos
imaginarios coinciden y encuentran un antecedente en las coniupuiaras; mujeres guerreras que
son descritas por los indios en los viajes de Orellana.

En nuestro continente, la amazona se erige como una imagen de potente perduración, por
lo que no sólo encontraremos relatos de estas mujeres en las crónicas de descubrimiento. Es así
que otros exploradores de la región como Acuña o, posteriormente Raleigh, dan cuenta de esta
imagen, asignándoles territorios específicos e incluso elucubraciones complejas sobre sus modos
de vivir.

El encuentro con la alteridad supone también una alta carga erótica en las descripciones
de estas mujeres, lo que se pudo hacerse extensivo al resto del territorio, al punto de encontrar una
raíz identitaria que abarca el gran territorio de la gran selva septentrional americana.
3.- ¿Qué sentido tiene la presencia histórica de los viajeros científicos?

La presencia de los viajeros occidental por territorio americano, forma parte de una
segunda etapa dentro del proceso histórico de intervención de la Amazonía. La Modernidad
europea instala una conciencia de especialización en la comunidad científica, que mira hacia el
continente americano en busca de nuevas formas de conocimiento, así como respuestas a
problemáticas diversas. Su enorme extensión territorial, su diversa flora y fauna, volvieron a la
región amazónica en una especie de imán para los intereses científicos de la época. Es así, que
desde el siglo XVIII, diversos investigadores se instalan en la zona para comenzar a realizar
indagaciones. La Historia Natural vive un auge sin precedentes; la incursión en territorio americano
cada vez es menos compleja, por lo que la clasificación y observación de las particularidades
naturales de la región se vuelven una actividad que concita gran interés.

En este contexto, surgen nombres como los de Von Humboldt, Darwin o La Condamine,
quienes, a través de un discurso racionalista (positivista incluso) establecen una visión de la
Amazonía que tenderá progresivamente a la explotación de los recursos naturales de la selva. Sin
embargo, estos hombres de ciencia no hacen más que acomodar los paradigmas eurocentristas en
fenómenos que, por razones obvias, no le son competentes. Por otro lado, y en ausencia de
formas de conservación y preservación discursivas de los nativos, la hegemonía escritural del
europeo se perpetuará, provocando el borramiento de los saberes de los indígenas, cuyo
conocimiento surge de la experiencia vital en el territorio.

Se instala entonces, lo que podríamos definir como el imaginario denostativo del indígena.
Este va a ser percibido, ya no de manera pseudomística (los cronistas del descubrimiento,
potencian esta imagen), sino como seres inferiores, cuyo atraso cultural e incluso biológico, se
explicaría por medio de la epistemología europea. La tan reiterada dicotomía civilización / barbarie,
devendrá en este proceso.
4.-De acuerdo a Porto Gonçalves señale la situación actual de la región.

Para Porto Gonçalves “(…) o destino da Amazonia era decidido a revelia de seus habitantes como
se fora uma regiao colonial, vazia de gente (ou de “gente inferior”, como pensam os colonialistas) e
somente portadora de recursos naturais (2001: 13). Históricamente, las decisiones de la región han
sido ideadas, planeadas, ejecutoriadas y corregidas por agentes externos. Por lo tanto, siempre se
ha posado una visión objetiva sobre el territorio. La razón de ello, radica en la eterna colonización
que ha experimentado La Amazonía; lo que ha configurado una imagen derruida de la región; un
lugar de enormes complicaciones para el progreso (por su complejo acceso), un espacio de atraso
cultural en las comunidades y una fuente casi inagotable (al menos así se asume) de recursos
naturales que es necesario explotar.

Esta lógica moderna es que la instala el concepto de primitivismo en la zona. De ahí que, en la
actualidad, aunque no se desconocen los abusos y brutalidades disfrazadas bajo el proyecto de
progreso y civilización, no ha existido jamás una política concreta que apunta al fin de la
explotación racional de la Amazonía, así como a la inclusión real de los habitantes en estos
procesos de intervención. Esta situación se hace patente, tanto en la formas de explotación, como
en la consideración de un discurso del nativo, que plantee una manera de incluirlo de manera
legítima. La razón histórica es clara: los aborígenes y campesinos son incapaces de generar un
proyecto civilizatorio, por lo que el subdesarrollo y la pobreza son situaciones de las que estos
sectores sociales no pueden alienarse por sí solos.

En ese sentido, la Amazonía, supone un espacio problemático, por cuanto es una suerte de hoyo
negro, donde hay una gran porción del territorio del Brasil que permanece sin explotación formal y
que se asume como la gran esperanza económica del país. He aquí una nueva dimensión del
problema: ¿Cómo reformular la relación con este espacio fundamental y con sus habitantes?
¿Cómo resarcirse de este estigma histórico?.
5.-Apunte dos elementos que considere importantes en la historia del caucho

Existen varios elementos a considerar, a la hora de caracterizar la historia de la explotación


del caucho en la Historia del Brasil y, particularmente, de la Amazonía.

En primer lugar, podemos considerar, por razones obvias, el surgimiento de la explotación


cauchera. Desde la aparición de De La Condamine, quien dio a conocer por primera vez las
propiedades de esta sustancia, basándose en las observaciones entre los indios omagua. Hay en
esto un elemento a tomar en cuenta, y es que los viajes e incursiones científicas en la Amazonía
impulsan políticas de investigación, procesamiento y explotación de una serie de materias primas,
siendo el caucho el de mayor interés. En este panorama, la aparición de Charles Goodyear es
fundamental, pues gracias al descubrimiento del proceso de “vulcanización”, se le da un impulso
definitivo a la explotación de este material: “Desde principios del siglo XIX hasta 1913 la producción
de caucho se ve espoleada por un aumento continuo de su precio en el mercado mundial. Precio y
volumen de producción crecían en progresión geométrica conforme la sociedad industrial que se
estaba gestando en Europa y los Estados Unidos encontraba nuevas aplicaciones al producto”
(Ullán de la Rosa, 2004: 185). Una serie de transformaciones sociales comenzarán a ocurrir en la
región partiendo por una suerte de estratificación de los grupos humanos, según su quehacer
dentro del proceso de explotación.

Esto tendrá como consecuencia un segundo momento: el del surgimiento de una


multiplicidad de discursos que darán cuenta, no sólo del apogeo de la explotación sino también de
los abusos de los empresarios en contra de los indígenas obreros, además de ciertas
confrontaciones por la delimitación territorial de los países productores: “El discurso del caucho,
definitorio de la historia amazónica, tiene en realidad varias voces. Es un discurso que se construye
en movimiento, en oposiciones, en el marco de situaciones aleatorias que lo complejizan y lo
oscurecen, como es el de las diferencias geopolíticas y de delimitación de fronteras entre los
países del área del seringal: Brasil, Colombia, Perú, Bolivia” (Pizarro 2006: 30). En estos discursos
encontraremos, una tríada de voces, que irán construyendo este panorama. Por un lado, los
patrones “barones del caucho” que ejercen mecanismos de opresión y la construcción de una
imagen del indígena derruida, disminuida y sectaria. Por otra parte, estarán los intelectuales que
denuncian e interpretan el estado de las cosas desde la orilla de la academia. Su intervención es
puesta en valor como la documentación de una problemática social más que incentivo a la
explotación. Finalmente, estará el discurso subalterno, dados por testimonios diversos, (recogidos
por los intelectuales) que evidencian la condición de esclavitud del trabajador del caucho, que,
claramente, está lejos de recibir el beneficio del gran negocio de la Amazonía.
Bibliografía

Comisión Amazónica de Desarrollo y Medio Ambiente: No una, sino muchas Amazonías. Tratado
de cooperación económica. 1993

Pizarro, Ana: Amazonía: El río tiene voces. Santiago, Fondo de cultura económica. 2009.

_____________: Voces del seringal: discursos, lógicas, desgarramientos amazónicos. Santiago:


Fondo de cultura económica. (2009).

Porto Goncalves, Carlos (2001). Outras Amazonas: as lutas por direitos e a emergencia política de
outros protagonistas. Sao Paulo.

Ullán de la Rosa, Francisco Javier: “La era del caucho en el Amazonas (1870 – 1920): modelos de
explotación y relaciones sociales de producción”. Anales del Museo de América N°12 . 2004. 183 –
204.

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