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Historia

Francia

Lo que hoy es Francia, antes fue conocido con el nombre de Galia. La Galia estaba poblada por
los galos, pueblo celta de origen indoeuropeo. Sus fronteras quedaron parcialmente estabilizadas
por el norte con el actual Canal de la Mancha, por el oeste con el Golfo de Vizcaya (Océano
Atlántico), por el sur con los montes Pirineos y el mar Mediterráneo, y por el este con el río Rhin
(que lo separaba de la Germania) y los montes Alpes (que lo separaban de Italia). Los celtas
galos protagonizaron las civilizaciones de La Téne y Vix. En el sur de la Galia se establecieron
los griegos (jonios), quienes fundaron Massalia (Marsella), Agde, entre otras (s. VIII- VI a.C.).

Cayo Julio César venció al jefe Galo Vercingetorix en el año 51 A.C., creando un colchón entre
Roma y los pueblos germanos, que con sus migraciones acosaban Roma de forma periódica.
Luego se produjo un genocidio que disminuyó considerablemente a la población gala. Ello
facilitó la rápida latinización, pero también la obra que no mucho tiempo después empezaron a
realizar los primeros misioneros cristianos que progresaban expandiéndose dentro de las
fronteras del imperio romano. Así, la mayor parte de la céltica Galia no tardó en hacerse latina y
cristiana.

Francia fue fundada en el año 420 por el duque Faramundo. En el año 451 Atila, el líder de los
hunos invadió la Galia con ayuda de los pueblos francos y visigodos.[4] Se llama Reino de los
francos salíos. Desde 486 se llama Reino de Soissons. Desde 584 se llama Neustria. Desde 840
se llama Reino franco del oeste. Desde 877 Francia. Francos, Burgundios (Borgoñones),
Vikingos (Normandos), y también Britanos (Bretones), se fundieron con los galos en el crisol
que hoy se llama Francia.

Durante la Edad Media, la primera unión política duradera se realizó con Carlomagno, quien
además conquistó otras tierras formando un Imperio, que luego sus nietos dividieron. En el
periodo carolingio se produjo un notable desarrollo de las artes y la letras, que se conoce como el
"Renacimiento Carolingio".

La Dinastía de los Capetos (o Capetana) llegó a gobernar Francia, que se fue subdividiendo
sucesivamente cada vez más, característica que se ha denominado "Feudalismo clásico". En todo
este periodo el rey hubo de enfrentarse continuamente a los demás nobles de su reino, en teoría
sus vasallos, pero que a veces adquirían demasiado poder como para desafiar abiertamente la
autoridad real. En este periodo se produjeron las Cruzadas y la Guerra de los Cien Años. Francia
inventó el arte gótico, y hubo tiempo en el que con toda Europa fue víctima de la peste bubónica,
epidemia que fue llamada la "Peste negra". También participó del Humanismo que sería
precursor del Renacimiento.

Tras el final de la Edad Media, Francia experimenta su consolidación como nación. Las Guerras
de religión de Francia dominan la vida del país desde el siglo XVI pacificándose internamente
con el Edicto de Nantes (la paz exterior no llegaría sino hasta la primera mitad del XVII, cuando
se celebra la Paz de Westfalia).
Luis XIII (1610-1646) y su ministro el Cardenal Richelieu dirigieron a Francia durante su
intervención en la Guerra de los Treinta Años, arruinando los dominios e influencia de la Casa
de Austria. A Luis XIII y Richelieu, les siguieron la regencia y Mazarino, y luego Luis XIV, con
quien Francia daría a conocer al mundo todo su esplendor.

El siglo XVII está marcado por la instauración de la "Monarquía absoluta" o "Absolutismo", que
se consolida a través de Luis XIV, el "Rey Sol". El intento de imitación o copia en que se
empeñaron los pueblos vecinos y sus gobernantes por la admiración e influjo que Francia
producía condujo al advenimiento del llamado "Despotismo ilustrado". Desde finales del siglo y
durante todo el siguiente el país fue epicentro de tendencias intelectuales que se conocen bajo el
término de la Ilustración, antesala de la Revolución Francesa y la revolución industrial.

Fue un proceso social y político que se desarrolló entre 1789 y 1799 cuyas principales
consecuencias fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República,
eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen. Si bien la organización
política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 75 años después de que
la Primera República cayera tras el golpe de estado de Napoleón, lo cierto es que la revolución
marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la ciudadanía, y
en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el
país.

El Consulado y la primera República cederían su lugar a Napoleón Bonaparte, que se hizo con el
poder en Francia en medio de la Revolución Francesa. Napoleón batallando en Italia y Egipto (a
donde llevó científicos y estudiosos investigadores, inaugurándose así la "egiptología"), pronto
dirigió la contraofensiva francesa ante las potencias europeas que pretendían restaurar el antiguo
régimen, de esta manera, general victorioso convertido en héroe de la revolución, se coronó a sí
mismo Emperador de Francia en 1804, y construyó un vasto Imperio que lideró el continente.
Napoleón, el grande, se enfrentó victorioso en varias guerras a las coaliciones de sus rivales.
Finalmente hubo de ser derrotado por la Europa entera coaligada. Así concluyó este Imperio.
Bonaparte aun volvió, pero las demás potencias europeas, temerosas, no le dieron tregua. Corría
el año 1815.

Napoleón III de Francia, sobrino de Napoleón I, dio un golpe de Estado e instauró un nuevo
Imperio. El nuevo Régimen intentó compaginar un gobierno autoritario y personalista con el
mantenimiento de los principios liberales burgueses. Para restaurar la grandeza de Francia
Napoleón III desenvolvió una activa política imperialista llevando a cabo expediciones hacia
África y Extremo Oriente, venció con Inglaterra a Rusia en la Guerra de Crimea, pero intervino
sin éxito en México al intentar constituir un imperio liberal gobernado por Maximiliano I[5] y
sucumbió tras la derrota sufrida por su ejército en el marco de la guerra franco-prusiana de 1870-
1871.

Durante las últimas décadas del siglo XIX, Francia al igual que las demás potencias europeas se
lanza a colonizar África (ocupando en norte, el Magreb; en el occidente, Sudán y Guinea; en el
centro, el Congo; en el sur, Madagascar; y en el oriente, Somalia) y Asia (en el oeste, Líbano y
Siria; en el sudeste, Indochina), entre otros. La situación dio origen a numerosos conflictos como
el incidente de Fachoda frente a Gran Bretaña por la posesión de una parte del Sudán, que se vio
resuelto a través de la "Entente cordiale", o la Crisis de Tanger frente a Alemania, por la
hegemonía en Marruecos, que también se solucionó favorablemente.

Por sus características, la I Guerra Mundial en parte puede resumirse como una Guerra entre
Francia y sus aliados versus Alemania y sus aliados. Francia resultó vencedora en esta guerra que
se desarrolló entre 1914 y 1918, sin embargo los destrozos materiales dejaron la infraestructura
del país en peor estado que la de Alemania, país que resultó derrotado en el conflicto. Desde
1918 Francia tuvo el control de la región del Sarre hasta que en 1935, tras un plebiscito y
respetando su resultado, se lo devolvió a Alemania.

A diferencia de la primera, la II Guerra Mundial por sus características puede en parte


denominarse Guerra entre Inglaterra y sus aliados versus Alemania y sus aliados. Francia y
Reino Unido declararon la guerra a la Alemania nazi el 3 de septiembre de 1939[6] en virtud de
un tratado suscrito con Polonia, cuyo territorio había sido invadido por la Wehrmacht, ejército
alemán. Francia fue derrotada sucesivamente durante la primera parte de la guerra, lo que llevó a
que la mitad norte del país fuese ocupada por los alemanes hasta casi finales de la guerra en que
los aliados recuperan el norte del territorio francés y las tropas de la "Francia libre" recuperan el
sur que estuvo en poder del gobierno colaboracionista en Vichy.

Francia nuevamente tuvo bajo su control a la región del Sarre, desde 1945 hasta 1957 en que tras
un plebiscito fue devuelto a Alemania. Francia además se convirtió en una de las cinco potencias
con derecho a veto en el Consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), y en una de las cuatro potencias vencedoras ocupantes de Alemania.

Tras terminar la guerra, se forma un gobierno provisional presidido por el general Charles de
Gaulle, que da paso a la Cuarta república. La Cuarta república tuvo que hacer frente a la crisis de
la descolonización, cuyas resoluciones más dramáticas acontecieron en Vietnam y Argelia,
traumática para los colonos pero inmensamente más para los futuros ciudadanos de los nuevos
Estados.

Francia es uno de los seis estados fundadores de las comunidades europeas que dieron origen a la
actual Unión Europea (UE). Desde que en 1950, Robert Schuman, el ministro francés de origen
alemán, pronunció su célebre declaración, ambos países son considerados como el motor de las
comunidades europeas. Dentro de los personajes claves de la Unión Europea, se destacan
franceses como Jean Monnet, Jacques Delors y el propio Schuman.

De 1959 a 1969, vuelve el general De Gaulle, que reformó la constitución para dar mayor
estabilidad a los gobiernos (Quinta República) y tuvo que enfrentar los trascendentales
acontecimientos de "mayo del 68". Francia se convirtió en potencia nuclear, y en el marco de la
guerra fría, Francia se unió a la OTAN. El gobierno socialista de François Mitterrand, se
implantó en Francia desde comienzos de los años 1980, hasta mediados de los 1990, cuando fue
reemplazado por la administración de Jacques Chirac.

Francia apoyo a Estados Unidos en la primera Guerra del Golfo (1990),[7] así como en el
derrocamiento del régimen Talibán, sin embargo después Dominique de Villepin a la cabeza de
la diplomacia francesa, lideró el bloque de países que se opuso a la invasión de Iraq de 2003,[8]
amenazando con utilizar su derecho a veto en el consejo de seguridad, llevando de paso a un
enfriamiento de las relaciones con la administración de George W. Bush.

En 2005, tras la muerte de dos jóvenes musulmanes de origen africano mientras escapaban de la
policía, se produjeron numerosos disturbios por todo el país. El candidato de la derecha
conservadora, Nicolás Sarkozy, ganó los comicios electorales del 6 de mayo de 2007 para ocupar
la Presidencia de la República Francesa, sucediendo a Jacques Chirac.

http://www.monografias.com/trabajos57/historia-francia/historia-francia.shtml#ixzz3V7N9aKnl

Alemania:

Los primeros habitantes de Alemania fueron los celtas, a los que siguieron las tribus germánicas.
En la Edad del Hierro (a partir del 800 a.C. aprox.), las tribus germánicas de la meseta
septentrional alemana y de las tierras altas centrales ocupaban los márgenes de las regiones
celtas, por lo que recibieron la influencia cultural de este pueblo, si bien nunca llegaron a
integrarse en él.

A partir del 100 a.C., las tribus germánicas del este del Rin y los romanos iniciaron una cruenta
lucha por el control del territorio al otro lado del río hasta el año 9 d.C., cuando el general
romano Varius perdió tres legiones (unos 20 000 hombres) en la sangrienta batalla del Bosque de
Teutoburgo y los romanos abandonaron sus planes de extenderse hacia el este. Hacia el 300 d.C.
se habían formado ya cuatro grupos fundamentales: alemanes, francos, sajones y godos.

El reino franco, asentado en la orilla occidental del Rin, se convirtió en el principal poder
político europeo durante la Edad Media. Esto se debió en parte al rey merovingio Clodoveo
[482-511], que unificó las diversas poblaciones. En su época de máximo apogeo, el reino franco
llegó a comprender Francia, Alemania, los Países Bajos y la mitad de la península italiana.

El Tratado de Verdún (843) provocó la progresiva división del reino, y cuando Luis el Niño
[900-911], nieto del hermano de Carlomagno, murió sin descendencia, los ducados francos del
este (es decir, los alemanes) eligieron un rey entre los suyos. Así nació el primer monarca
alemán.

A mediados del s. XII, las tierras situadas al este del río Oder (actualmente la frontera oriental de
Alemania) fueron ocupadas por campesinos y ciudadanos alemanes. En el s. XIII, los caballeros
teutones siguieron avanzando hacia el este, levantando a su paso ciudades fortaleza como
Königsberg (hoy Kaliningrado). En su momento de máximo apogeo, el estado unificado de los
caballeros se extendía desde el Oder hasta Estonia. Más adelante, en el s. XVII, una franja
considerable de estas tierras se convertiría en parte de Brandeburgo-Prusia.

Durante el reinado de Federico I Barbarroja [1152-1190], Aquisgrán se convirtió en capital del


reino, y en 1165, año de la canonización de Carlomagno, se le otorgaron sus derechos de
libertad. Entretanto, Enrique el León, güelfo con especial interés en Sajonia y Baviera, extendió
su influencia hacia el este mediante campañas destinadas a germanizar y convertir a los eslavos
que poblaban buena parte de la actual Alemania oriental, donde hoy en día aún puede
encontrarse una minoría eslava, los sorbios, asentados en la región de Spreewald.

La creación de una Alemania unificada con Prusia al mando era la gloriosa ambición de Otto von
Bismarck (1815-1898), ex miembro de la asamblea legislativa (Reichstag) y primer ministro
prusiano. Bismark, militar de la vieja guardia, se sirvió de complejas artimañas diplomáticas y de
una serie de guerras con las vecinas Dinamarca y Francia para lograr sus objetivos. En 1871 se
unificó Alemania (más tarde que la mayoría de los países europeos) y Berlín se convirtió en la
orgullosa capital del mayor estado de Europa occidental.

En el s. XVIII, la Ilustración dio nueva vida a Alemania e inspiró a multitud de príncipes


autócratas la construcción de magníficos palacios y jardines por todo el territorio alemán. El
Schloss Charlottenburg de Berlín, el Sanssouci Park de Potsdam y el Zwinger de Dresde son
buenos ejemplos del espíritu de aquella nueva era. Entretanto, se dieron a conocer Johann
Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel, y una ola de Hochkultur (hipercultura) se apoderó de
la minoritaria clase alta, mientras el pueblo llano seguía siendo analfabeto.

En 1848, Berlín, como casi todo el suroeste, se convirtió en un nido de revueltas que incitaron a
los líderes alemanes a reunir en la iglesia de San Pablo (Paulskirche) de Frankfurt a la primera
delegación parlamentaria elegida libremente. Entretanto, Austria se escindió de Alemania y
elaboró su propia constitución, aunque no tardó en volver al monarquismo. En plena
efervescencia revolucionaria, en 1850 el rey prusiano Federico Guillermo IV redactó una
constitución que permanecería en vigor hasta 1918.
Primera guerra mundial

Los avances tecnológicos y el fortalecimiento de Europa por medio de sus imperios coloniales
hicieron del primer enfrentamiento mundial cualquier cosa menos una “gran guerra”. El conflicto
se inició con el asesinato del heredero al trono austro-húngaro, el archiduque Franz-Ferdinand,
en Sarajevo en 1914, pero pronto se amplió a Europa y Oriente Medio: Alemania, Austria-
Hungría y Turquía contra Gran Bretaña, Francia, Italia y Rusia. En 1915, el ataque de un
submarino alemán a un buque de pasajeros británico causó la muerte de 120 ciudadanos
estadounidenses; dos años después, EE UU había entrado también en la guerra.

Las semillas de acritud y humillación que más tarde darían lugar a la Segunda Guerra Mundial se
sembraron en las condiciones de paz de la Primera Guerra Mundial. Rusia, paralizada por la
revolución, aceptó de Alemania unos términos de paz ignominiosos, y esta, destruido su ejército,
al borde de la revolución y atrapada entre la monarquía y la democracia moderna, firmó el
Tratado de Versalles (1919), que la hacía responsable de las pérdidas sufridas por sus enemigos.
Se retrajeron sus fronteras y se vio obligada a afrontar elevadas compensaciones económicas.
Para facilitar las negociaciones, se nombró un canciller que por primera vez debía responder ante
el parlamento. En 1919, un motín de marineros en el bullicioso puerto de Kiel desencadenó una
revuelta obrera y una revolución en Berlín, amargo fin del emperador alemán, que abdicó del
trono y huyó a los Países Bajos.

El gobierno de la llamada República de Weimar (1919-1933) estaba formado por una coalición
de partidos de izquierdas y de centro presidida por Friedrich Ebert del Sozialdemokratische
Partei Deutschlands (SPD; Partido Socialdemócrata Alemán) hasta 1925 y después por el
mariscal de campo Paul von Hindenburg, valeroso monárquico de 78 años. Sin embargo, la
república no complacía ni a los comunistas ni a los partidarios de la monarquía.

El nuevo gobierno sufrió su primer golpe en 1920, cuando los militantes de derechas ocuparon
por la fuerza el barrio gubernamental de Berlín durante el fallido “Kapp Putsch”. En 1923, la
hiperinflación sacudió a la república. Ese mismo año, Adolf Hitler (1889-1945), voluntario
austriaco del Ejército alemán en la Primera Guerra Mundial, preparó el “golpe de Munich” con
ayuda de los miembros de su Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP).
Hitler terminó en prisión, donde cumplió una condena de dos años, que dedicó a escribir su obra
nacionalista y antisemita: Mein Kampf. Al salir, empezó a reconstruir el partido.

La dictadura nazi había empezado. A la muerte de Hindenburg un año más tarde, Hitler fusionó
los cargos de presidente y canciller para convertirse en Führer del Tercer Reich.

En agosto de 1939, Hitler y la URSS de Stalin firmaron un pacto de no agresión por el que el eje
Tokio-Berlín-Roma se expandía para incluir a Moscú (Hitler ya había firmado acuerdos con
Italia y Japón). Un protocolo secreto soviético-alemán que dividía el este de Europa en esferas de
interés garantizaba la neutralidad soviética.

A finales de agosto, el falso ataque a una emisora de radio alemana en Gleiwitz (Gliwice,
Polonia) organizado por las SS proporcionó a Hitler una excusa para invadir Polonia, incidente
que desencadenó la Segunda Guerra Mundial: tres días después, el 3 de septiembre de 1939,
Francia y el Reino Unido declararon la guerra a Alemania.

A petición de Hitler, en la Conferencia de Wannsee (Berlín) de enero de 1942, se ideó un


protocolo envuelto en jerga administrativa por el que se sentaban las bases del asesinato de
millones de judíos. El Holocausto nazi fue un genocidio sistemático, burocrático y
meticulosamente documentado, llevado a cabo por 100 000 alemanes, pero con el acuerdo tácito
de muchísimos más.

Ante el avance soviético sobre Berlín, el Führer, derrotado y paranoico, y su nueva novia, Eva
Braun, se suicidaron el 30 de abril de 1945 en el búnker berlinés de Hitler, y el 7 de mayo de
1945 Alemania capituló; la paz se firmó en el cuartel general estadounidense de Rheims y de
nuevo en Berlín en el actual Museum Berlin-Karlshorst.

En la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y


Joseph Stalin acordaron dividir Alemania y Berlín en cuatro zonas de ocupación controladas por
el Reino Unido, EE UU, la URSS y Francia. En julio de 1945, Stalin, Clement Attlee (que
reemplazó a Churchill tras una sorprendente victoria electoral) y el sucesor de Roosevelt, Harry
S. Truman, se reunían en el Schloss Cecilienhof de Potsdam (Brandeburgo) para detallar
cuidadosamente el plan. Por insistencia de Stalin, Francia recibió su pedazo de territorio, y las
zonas situadas al este de los ríos Oder y Neisse.
El Muro de Berlín, el símbolo más notable de la Guerra Fría, dividió Berlín en dos mitades la
noche del 12 de agosto de 1961. La frontera interna de Alemania quedó vallada y minada.
El nivel de vida nacional alcanzó el máximo del bloque de países del Este y la RDA se convirtió
en su segunda mayor potencia industrial (después de la URSS). El Muro de Berlín cayó en la
noche del jueves 9 al viernes 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción.

La Alemania unificada de hoy, con sus 16 estados (cinco de los cuales se encuentran en el este
de Alemania, los llamados “nuevos estados”), se logró tras un fugaz debate político nacional y
una serie de tratados para la supresión de las zonas de ocupación resultantes de la Segunda
Guerra Mundial. Los días de ocupación de las cuatro potencias pasaron a la historia. Berlín
adquirió su estatus actual de ciudad estado independiente, e inmediatamente después de la
reunificación, el 3 de octubre de 1990, recuperó la capitalidad de Alemania.

http://www.lonelyplanet.es/destino-europa-alemania-8-historia.html

España:

Los mas antiguos yacimientos arqueológicos encontrados en España se consideran entre al


30.000-50.000 a. C. (caso de las pinturas rupestres más emblemáticas), como el caso del hombre
de Orce, el Arte Rupestre, etc. Entre los restos mas importantes encontrados en España podemos
mencionar los de Atapuerca (en la provincia de Burgos, la Cueva de Las Grajas (en Archidona,
Málaga), la Cueva de Altamira (en la provincia de Santander), Cova Negra (en Játiva) y Pinar
(en la provincia de Granada).

Iberos fue el nombre que los griegos dieron a los habitantes originarios de la Península Ibérica.
Se trataba de diversos pueblos diferenciados. Evidencias arqueológicas, antropológicas y
genéticas estiman que llegaron a la península en el periodo Neolítico (5000-3000 años a.C.). Hay
corrientes que estiman que procedían de las regiones mediterráneas situadas más al este y otras
que consideran que formaban parte de los habitantes originales de Europa occidental (Irlanda,
Gran Bretaña y Francia), los creadores de la gran cultura megalítica sobre la que tantas muestras
se conservan aún en España.

Los fenicios llegaron a la Península Ibérica hacia el 1104 a. C. Después comenzarían a fundar
ciudades como Onuba (hoy Huelva) y factorías comerciales para apoyar sus frecuentes
relaciones comerciales con este pueblo, como Gadir (hoy Cádiz) en el s. VIII a.C., Malaca ( hoy
Málaga) y Abdera (hoy Adra, Almería) en el s. VII a.C.

Los griegos se instalan más al norte de la costa, en Rhodes (Rosas) y Emporion (Ampurias), en
la actual Cataluña, encontrando a los iberos y dando las primeras referencias de este pueblo.
También fundan la ciudad Akra Leuka (Alicante).

Con la derrota de Tiro a manos sirias, los fenicios que habían fundado la ciudad de Cartago se
independizan fundando el Estado Púnico. A partir de aquí comenzarían una campaña imperialista
dirigida al dominio del Mediterráneo, algo que significaría el fin de la independencia de los
pueblos iberos y de la alta civilización de Tartessos.

En el siglo III a. C., los cartaginenses inician en la Península Ibérica un proyecto imperialista
mediterráneo, en el que fundan Qart Hadasht (Cartagena), que se convierte rápidamente en una
importante base naval.

Cartago y Roma entrarán finalmente en una serie de guerras (Guerras Púnicas) por la hegemonía
en el Mediterráneo occidental. Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago intenta
resarcirse de sus pérdidas de Sicilia, Cerdeña y Córcega, incrementando su dominio en Iberia.

Después de que Roma hubiera derrotado por completo a Cartago, también invadió sus colonias
en España, terminando por conquistar la península casi por completo.

Así aparece en la historia la provincia de Hispania, que llegó a formar parte del imperio romano
adquiriendo gran importancia dentro del mismo, incluso dos emperadores romanos Trajano y
Adriano nacieron en ella, en la provincia de Sevilla.

España absorbe por completo la cultura romana y adopta su lengua. Numerosas ciudades
romanas en la Península Iberica son prueba del esplendor que el pais vivió en esas fechas.

En el 406 los vándalos, suevos, y alanos invadieron el imperio romano. En el 409 cruzaron los
pirineos para invadir la Península Ibérica.

Mientras tanto, los visigodos, que habían tomado Roma hacía dos años, llegaron a la región en el
412, fundando el reino de Toulouse, en el sur de Francia, y extendieron su influencia
gradualmente hacia la Península, desplazando a los vándalos y alanos al norte de África.

Luego, tras la conquista de Toulouse por los francos y la pérdida de gran parte de sus territorios
en Francia, trasladaron la capital del reino visigodo a Toledo.

El matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, (los Reyes Católicos), en 1469,
herederos de los dos reinos más importantes del Norte, cambió definitivamente el polo de la
Reconquista. Así, tras la última derrota en 1.492 en que Granada se incorpora a España, se inicia
un nuevo capítulo en la historia: La Unificación de todo el territorio español bajo una única
corona y una única religión, la católica.

En esta decisión de recristianización aparece uno de los capítulos más negros de la historia
española, se decide la expulsión de los judíos o musulmanes que no quisieran convertirse al
catolicismo y nace la Inquisición.

El mismo año de la toma de Granada, Cristóbal Colon llega por primera vez a América con sus
naves. A ello le seguiría la carrera expansionista para la conquista de las tierras americanas, a las
que posteriormente otros países como Portugal, Francia e Inglaterra se le unirían. Toneladas de
plata y oro se trajeron del nuevo continente, y España se convierte en una de las naciones más
poderosas del mundo.
Cuando el último rey de la dinastía de los Habsburgo murió sin descendencia, Felipe de Borbón,
sobrino del rey de Francia, Luís XIV, le sucedió en el trono.

Como consecuencia de la Revolución Francesa, España declaró la guerra a la nueva república,


pero fue derrotada. Napoleón tomó el poder y envió sus tropas contra España en 1808,
imponiendo a su hermano José en el trono. Los españoles mantuvieron una Guerra de
Independencia que duraría 5 años. Tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, en 1815,
Fernando VII vuelve al trono de España y comienza un sistema de rígido absolutismo.
El siglo comienza con una gran crisis económica y la subsiguiente inestabilidad política
desembocó en el Golpe de Estado del general Primo de Ribera, que estableció una dictadura
militar hasta 1930, en que presentó su dimisión al rey y marchó a París donde murió.

Las elecciones de 1931 conocieron la victoria de las izquierdas, y a la vista de los resultados el
rey renunció al trono y abandonó el país. Se proclamó la II República. A ello siguió una época de
grandes crisis políticas y disturbios. Las elecciones de Febrero de 1936 dieron de nuevo el
triunfo a las izquierdas en el llamado Frente Popular. El 13 de Julio fue asesinado Calvo Sotelo,
jefe del Bloque Nacional, que agrupaba a monárquicos de Renovación Española y a los
tradicionalistas.

El 1 de Octubre el general Franco era nombrado jefe de Estado de la zona nacional y reconocido
como tal por Alemania e Italia. El apoyo alemán sobre todo y también por parte de Italia fue
mucho más decisivo que el soporte ruso a la España republicana, por lo que en 1939 termina la
guerra con la victoria de los nacionalistas.

A pesar de que Franco mantuvo al país neutral en la II Guerra Mundial, su dictadura militar
condujo a un aislamiento internacional de carácter político y económico. En 1956 Marruecos
adquiere su independencia y se pone en marcha un plan de estabilización económica del país. En
1969 Franco nombra a Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, príncipe de España, su
sucesor a título de Rey.

Franco murió en 1975, estableciéndose una Monarquía Constitucional. Tras las primeras
elecciones democráticas Adolfo Suárez, del partido de Centro Democrático, fue elegido
presidente, introduciéndose importantes reformas políticas e iniciándose las negociaciones para
la entrada de España en las Comunidades Europeas.

Tras su dimisión en 1981, en la misma ceremonia de investidura de su sucesor Calvo Sotelo,


tuvo lugar un intento de golpe de Estado, que fue abortado en un día.

Las siguientes elecciones de 1982, trajeron la victoria del Partido Socialista, con Felipe González
como presidente, que se mantendría en el poder durante las tres siguientes legislaturas. En 1985
España entra en la OTAN y en 1986 ingresó en la Comunidad Europea. En 1992 España aparece
de forma llamativa en el escenario internacional con la celebración de los Juegos Olímpicos en
Barcelona, la declaración de Madrid como Ciudad Cultural Europea, y la celebración en Sevilla
de la Exposición Universal EXPO' 92.

Italia:
La historia de Italia comienza entre los años 2.000 y 1.000 a. C. cuando la península itálica
recibió el aporte de pueblos indoeuropeos provinentes de Europa Central. Entre los más
importantes se encuentran los celtas, los íberos, los pelasgos y, sobretodo, los etruscos que
extendieron gradualmente su influjo por el norte del país. A partir del siglo VIII a. C. las colonias
griegas se instalaron en el sureste de la península, transformándose en ciudades-estado que en su
conjunto fueron conocidas como Magna Grecia.

La primera forma de gobierno de Roma fue una monarquía electiva limitada por un Senado y una
asamblea de los clanes. Los orígenes son imprecisos, si bien la mitología vincula el origen de
Roma y de la institución monárquica al héroe troyano Eneas. Durante esta etapa, la historia de
Roma empezó sus pasos expansionistas a lo largo de la península itálica y el Mediterraneo. Con
el rey Tarquino el Soberbio, acabó la monarquía romana en el año 510 a. C.

El nacimiento del Imperio Romano (Imperium Romanum) viene precedido por la expansión de
Roma por todo el Mediterraneo , sin duda un hecho clave en la historia de Italia. Por un lado, los
dominios de la república se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por
el senado. Y por otro lado, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la
autoridad sobre las tropas. En este contexto, Julio César, al volver victorioso de la Galia, se alzó
como mandatario absoluto en Roma , haciéndose nombrar Dictator (dictador). Sin embargo, fue
Octavio Augusto quien se erigió como primer emperador de Roma en el año 27 a. C. (Imperator
Caesar Augustus).

A la muerte de Teodosio (395), el Imperio se dividió en el de Occidente y el de Oriente. Aún así,


las disputas e intrigas de la realeza desembocarían en la destrucción final del Imperio Romano y
en 476 cayó Rómulo Augústulo, el último emperador romano.

Con la caída del Imperio Romano y las invasiones bárbaras, Italia se sumió, durante varios
siglos, en constantes luchas por el control de la península italica. El final del siglo V se
caracterizó por las invasiones mongolas y de otras tribus del norte. A mediados del siglo VI los
lombardos conquistaron el norte de la península. Por otro lado, desde el traslado de la capital
imperial a Bizancio, los obispos romanos se presentaron como una alternativa de poder. Así, en
el año 754 el Papa Esteban II pidió ayuda a Pipino el Breve y en reciprocidad lo coronó rey de
los francos. Luego de derrotar a los lombardos, Pipino entregó al Papa el centro de Italia y creó
los Estados Pontificios. Carlomagno, hijo de Pipino, fue coronado rey y emperador de Roma en
el 800, pero las invasiones musulmanas de mitad de siglo dejaron a la región nuevamente sin
gobierno.

Italia fue la cuna del Renacimiento. Las raíces podemos encontrarlas ya en el siglo XII, a medida
que surgían en el norte de la península ciudades-estado emprendedoras y competitivas.
Posteriormente, el surgimiento de los grandes mercaderes durante el siglo XIII culminó en el
Renacimiento del siglo XV. En Italia comenzó en la Toscana, en las ciudades de Florencia y
Siena. Luego tuvo un importante impacto en Roma, que fue ornamentada con algunos edificios
en el estilo antiguo. La cumbre del movimiento se dio a fines del siglo XV, mientras los
invasores extranjeros sumían a la región en el caos. Sin embargo, las ideas e ideales del
Renacimiento se difundieron por el resto de Europa.
El Renacimiento italiano es bien conocido por sus logros culturales. Esto incluye creaciones
literarias con escritores como Petrarca, Castiglione y Maquiavelo; obras de arte de Miguel Angel
y Leonardo da Vinci, y grandes obras de arquitectura, como la Iglesia de Santa María del Fiore
en Florencia y la Basílica de San Pedro en Roma.

El emperador francés abolió el poder temporal de los papas y deportó a Pío VII a Savona. En
1800, después de la batalla de Marengo, el Piamonte fue incorporado a Francia y la República
Cisalpina cambió su nombre por el de República Itálica, que en 1806 se convirtió en Reino de
Italia, bajo el cetro de Napoleón I.

Después de la caída de Napoleón (1814) comenzó a despertarse en Italia el espíritu


revolucionario y siguió una era de agitaciones y tentativas de insurrección nacional fomentadas
por los reyes de Sardegna, Víctor Manuel I y Carlos Humberto.

Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Italia se mantuvo neutral, pero ante las presiones
de sectores nacionalistas y de izquierda, terminó declarando la guerra (1915) a sus viejos aliados
de la Triple Alianza, Austria y Alemania. En el referéndum de 1946, se selló el fin de la
monarquía y el comienzo de la república, entrando en vigor una nueva constitución en 1948. En
1949 Italia se adhirió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y en 1955 se unió a las
Naciones Unidas.

Durante la década de los años 70 Italia sufrió una crisis política, debido a grupos revolucionarios
defensores de la lucha armada, que llegó a su apogeo en 1978 con el asesinato del líder
cristianodemócrata Aldo Moro por las Brigadas Rojas.

La hegemonía de la Democracia Cristiana finalizó en 1983 con los nombramientos del


republicano Giovanni Spadolini (1981) y del socialista Bettino Craxi (1983). Con la elección de
Massimo D’Alema en 1998 se formó una coalición de centro-izquierda que incluía a los
comunistas por primera vez en cincuenta años. Sin embargo, en abril de 2000 D’Alema dimitió
tras unos resultados decepcionantes en las elecciones regionales. En las elecciones generales
celebradas en mayo de 2001 Silvio Berlusconi, líder del partido de centro-derecha Forza Italia y
magnate de los medios de comunicación, venció, convirtiéndose en el nuevo presidente del país.

Turismo:

Según la OMT (Organización Mundial de Turismo), Francia (1), España (4), Italia (5), Reino
Unido (7), Alemania (8) y Austria (10) son los países europeos que mayor tráfico de turistas
disfrutan cada año. El top ten mundial lo completan, EEUU (2), China (3), Turquía (6) y México,
exaqueo junto a Austria en la décima posición.

Francia tiene en la romántica París, el secreto de su éxito. Ella sola reúne a 26 de los 79 millones
de viajeros que visitan anualmente el país galo. Una ciudad hecha por y para enamorarse,
grandiosa, histórica y monumental. Y es que no hay rincón en Paris que no ofrezca una postal
digna de la mejor película, aspecto que le proporciona situarse delante de otras grandes urbes
como Londres, Roma o Nueva York.

Pasear por sus barrios y visitar sus alrededores nos descubren una ville con más matices que
ninguna otra. Napoléon la quiso hacer grande y lo consiguió. Actualmente casi 12 millones de
habitantes ocupan sus largas calles y avenidas convirtiéndola en la tercera capital europea por
ratio de población.

Monumentos y emplazamientos como la Torre Eiffel, la catedral de Notre Dame, el Arco de


Triunfo, la Avenida de los Campos Eliseos, la plaza Charles de Gaulle, la Basílica del Sagrado
Corazón, el distrito empresarial de La Defense, las inmediaciones del Centro Nacional de Arte y
Cultura Georges Pompidou, el ex hospital de Los Inválidos, el Panteón, el arco de la Defensa, la
ópera Garnier, el barrio Latino o el barrio de Montmartre son algunos de los más visitados en
todas las épocas del año. A todo eso hay que unir una oferta cultural y gastronómica
impresionante.

Sin embargo, no solo de París vive Francia. Marsella, Lyon, Aviñón, Montpellier, Lyon, Niza,
Nantes o Toulouse, entre otras muchas ciudades famosas, reúnen innumerables encantos propios
–incluso algunas de ellas, los pueblos medievales mejor conservados- que le hacen merecedoras
de un elevado número de visitantes.

España es el cuarto país con más ingresos por turismo. Cerca de 57 millones la visitan. Según el
Índice de Precios Hoteleros (HPI), por este orden Barcelona, Madrid, Sevilla, Alicante, Valencia,
Málaga y Palma de Mallorca son las ciudades más visitadas en casi todas ellas el Mediterráneo y
sus playas ocupan un papel muy importante.

La arquitectura de la capital condal, la oferta museística madrileña, los encantos de la ciudad


hispalense, la ciudad de las artes y las ciencias valenciana, las impresionantes calas mallorquinas
y la oferta hotelera y de playas de ciudades como Alicante y Málaga, hacen que el conjunto de
todas estas ciudades suponga hasta el 60% del turismo internacional que visita nuestro país.

Británicos, alemanes y franceses son los que más nos visitan aunque son los procedentes de los
países nórdicos, EEUU y Países Bajos los que mayor aumento de turistas están reflejando y por
comunidades, la balear y la valenciana las de mayor crecimiento en 2013, según datos del
informe Frontur del Instituto de Estudios Turísticos correspondientes al mes de junio 2013.

Otra noticia positiva para España. Es el segundo –después de EEUU- en recibir mayores ingresos
por el turismo internacional lo que significa hasta el 11% del PIB (Producto Interior Bruto) total
y aproximadamente más de 40.000 millones de euros anuales.

En Italia, Roma y en Alemania, Berlín

La bella Italia es otra de las naciones europeas más visitadas y también cara al turismo
internacional con 46 millones de curiosos. La ciudad eterna, Roma, es un valor seguro a la hora
de planear un viaje. Es una de las urbes con más bienes históricos y arquitectónicos del mundo y
su pasado, así como su legado, de los más fastuosos del planeta.
Tras ella, Venecia y sus canales, otra oda al romanticismo. La arquitectura de Florencia, el
puerto marítimo de Génova, la rica y costera ciudad de Bari, la juvenil Bolonia, auténticas
ciudades italianas como Palermo o Verona y la, actualmente en auge, Trieste son solo algunas de
las más visitadas.

Al igual que en el caso de Francia y España, la gastronomía italiana, sus bellas playas y sus
entornos naturales conforman un atractivo y completo pack al que pocos turistas internacionales
pueden resistirse.

Tampoco es difícil no acudir a Reino Unido, al menos, una vez en la vida para aquel al que le
encante viajar sea del país que sea. Y sobre todo, Londres, epicentro turístico de esta región del
continente europeo.

Anualmente, 29 millones de personas se trasladan a sus diferentes países como Irlanda, Gales o
Escocia. Pero la capital del Big ben se lleva la palma por atractivos tales como el bohemio barrio
de Camden Town, el Soho, Tower Bridge, London Eye, el palacio de Buckingham, Trafalgar
Square, los paisajes de Hyde Park, Notting Hill, Chinatown, la Catedral de st, Paul, Tate Modern,
el parlamento, museos como el de Madame Tussauds o el de Historia Natural, el parque de san
James o el palacio de Westminster.

Sin olvidar otras conocidas ciudades como por ejemplo Manchester o Liverpool la cuna de los
Beatles o la industrial Birmingham. Los castillos de Edimburgo y los parajes de Irlanda, por
ejemplo, son otros puntos fuertes del conjunto de Reino Unido.

Poco más de 28 millones de turistas internacionales eligen Alemania y alguna de sus más
emblemáticas ciudades como lugar para sus vacaciones. El país germánico también posee una
naturaleza emblemática pero una historia y una arquitectura que no deja indiferente a nadie.
Desde la multicultural Berlín, pasando por la liberal Colonia, la elegante Múnich o la financiera
Frankfurt, muchos son los rincones que merecen la pena ser descubiertos.

Y, compartiendo la décima posición del turismo global junto a México, la pujante Austria con 23
millones de visitantes. Uno de los países con mejor calidad de vida y también, un país importante
para la realización de deportes de invierno que conforman junto a sus grandes montañas y sus
entrañables y típicas casas las mejores estampas que llevar en la mochila de vuelta a casa. La
elegancia de Viena copa más de la mitad de las llegadas internacionales, y su gran apuesta
musical, cultural y gastronómica le dotan de un turismo en auge y de calidad.

Sin embargo, para el Foro Económico Mundial, ser el país más visitado no siempre es sinónimo
de ser el país más amable. Según su último informe sobre Viajes y Turismo Competitivo 2013, la
lista cambia si se evalúa ya no solo el número de turistas si no la calidad de los países a donde
llegan estos turistas. Europa sigue siendo el continente más amable y acogedor, los países mejor
posicionados en cuanto a simpatía son Suiza, Alemania, Austria, España y Reino Unido
provocando la caída en la lista de franceses e italianos.
Referencia: www.euroxpress.es/index.php/noticias/2013/8/15/francia-espana-e-italia-los-paises-
europeos-mas-visitados-por-el-turismo-internacional/

Lugares de interés:

Francia

La Torre Eiffel, es una extraordinaria estructura construida por el ingeniero francés Gustave
Eiffel en ocasión de la Exposición Universal de 1889 en París. A pesar de haber sido muy
criticada en la época en que se inauguró, hoy día es sin duda alguna el monumento insignia del
turismo en Francia.

Con una altura de 300 metros y un peso de 7300 toneladas, desde la cúspide de esta construcción
puede apreciarse toda la ciudad de París y observar la arquitectura de las viviendas que en
algunas zonas se conserva idéntica desde hace 150 años.

Arco del Triunfo: Ubicado en la ciudad de París sobre la avenida Champe-Élysées, este famoso
monumento creado en 1806 por el arquitecto Jean Chalgrin por orden de Napoleón con el
objetivo de dedicárselo a sus tropa tras la batalla de Austerlitz tardó 30 años en completarse
(1836). Los 50 metros de alto y los 45 de ancho que tiene el Arco del Triunfo están dedicados a
la gloria militar de Francia. Sobre las caras interiores del monumento pueden leerse los nombres
de 559 generales franceses y sobre las exteriores, los de los revolucionarios franceses y las
victorias militares de Napoleón I. Encima de cado uno de los cuatro pilares del arco se puede
observar una estatua y a sus pies se puede observar la Tumba del Soldado Desconocido, la cual
tiene una inscripción que dice “Aquí yace un soldado francés que murió por la Patria 1914-
1918”. Esta tumba es acompañada por una antorcha simbólica.
Museo del Louvre: Fue una fortaleza, el alojamiento de los reyes de Francia y ahora es uno de
los museos más importantes del mundo. Entre las 300.000 piezas de arte con las que cuenta el
museo del Louvre se encuentran La Gioconda y la Venus de Milo. A estas impresionantes piezas
de arte estables se le suman la infinidad de nuevas piezas que llegan temporalmente al museo en
ocasión de algún tipo de exposición. El museo se divide en varias secciones temáticas: Arte del
Islam y Antigüedades orientales; Antigüedades egipcias; Antigüedades griegas, etruscas y
romanas; Esculturas; objetos de arte; pinturas; artes gráficas; Historia del Louvre y Arte de
África, Asia, Oceanía y las Américas.

Catedral de Notre-Damme: Esta ubicada en la ciudad de París data del año 1163 y está
construida en un estilo gótico que le da una hermosísima apariencia en particular a su fachada
occidental.
El Monte Saint-Michel es una de las atracciones turísticas más impresionantes del país. Se trata
de una isla rocosa que alberga una abadía medieval de una majestuosa arquitectura. Lo
fenomenal del lugar no es únicamente la belleza de la construcción y lo extraño del sitio donde a
sido levantada sino que si usted pasa algunas horas allí podrá ver cómo el trayecto que usted ha
recorrido tranquilamente para entrar a la abadía comienza a ser cubierto por la marea creciente
hasta tapar completamente la isla y dejar la construcción con el aspecto de estar flotando en
medio del océano. No por nada tres millones doscientos mil turistas visitan el Monte Saint-
Michel cada año.

El Palacio de Versalles fue la residencia oficial de varios reyes de Francia y resulta uno de los
palacios más hermosos del mundo. La arquitectura tan particular que presenta y el lujo
extraordinario con que ha sido construido (y mantenido a través de los siglos) dejará
absolutamente impresionado al visitante.

En la colina de Montmartre (París) se encuentra esta basílica construida en homenaje a los caídos
en la guerra franco-prusiana. La construcción de este fabuloso edificio tomó desde 1875 hasta
1919 y es hoy uno de los puntos más visitados de la capital francesa. 80 metros de altura y cuatro
enormes domos expresan con suma elocuencia la belleza de la arquitectura de estilo romano y
bizantino con que fue diseñada. Una característica peculiar de la basílica de Sacré Coeur
(Sagrado Corazón, en español) es que en su interior aloja una campana llamada Saboyarde que
tiene 3 metros de diámetro y pesa 26 toneladas.
http://www.turismoenfrancia.com/sitios-para-visitar-en-francia.asp

Italia

Como es de saberse, Italia es un gran país que encierra en su historia incontables siglos de arte y
cultura, convirtiendose así en una de las más importantes naciones en cuanto a este tipo de
manifestaciones se refiera, pues alberga obras que presentan cierta continuación en el tiempo,
desde épocas antiguas hasta las más contemporáneas. La importancia de elementos
arquitectónicos y escultóricos que conmemoran hechos importantes; y no es para menos, pues
este país cuenta con un gran contenido histórico que es reconocido a nivel mundial.

 Arco de Constantino – El Arco de Constantino es de unos 25 metros de altura,


configurándose como el más alto de la ciudad de Roma; fue construido en la época de
decadencia de Roma.

 Arco de la Paz (Arco della Pace) – Es uno de los monumentos más representativos de
Milán. Su origen reside en el hecho de que Napoleón solicitara la construcción de un arco
conmemorativo de sus victorias.
 Puente de Rialto – Este es el puente más antiguo de Venecia, se encuentra edificado sobre
el Gran Canal y alberga gran cantidad de historia.

Coliseo Romano Coliseo (Roma): construido entre el año 70 y 72 DC y el 80 DC el coliseo es


actualmente la estructura arquitectónica más representativa de la Antigua Roma. En este
magnífico edificio se ubicaban 50000 personas para ver diferentes espectáculos. En ella se
enfrentaban los valerosos gladiadores entre sí o frente a animales salvajes poniendo a prueba su
coraje y exponiendo sus vidas sólo para el deleite de la nobleza. La construcción data del siglo I
a.C. y su deterioro se debió a los constantes cambios geográficos del planeta.
Vaticano (Roma - Vaticano): la Santa Sede es la residencia oficial del Papa. Pero más allá de su
importancia religiosa, el Vaticano presenta una arquitectura fascinante y sorprendente que dejará
boquiabierto al turista. Su plaza Central se proporciones descomunales es lo que funciona como
preámbulo para lo deslumbrante de su interior. Si lugar a dudas, el Vaticano tiene como cereza
de la torta a la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel (algo curioso de la Capilla Sixtina es
que al entrar se entregan unos espejos a los visitantes: como lo más impresionante está en la
cúpula de la capilla y su extensión y bellezas son inabarcables sería sumamente tedioso y hasta
insalubre permanecer horas caminando con el cuello extendido y la cabeza completamente
reclinada hacia atrás, tocando la espalda con la nuca. Los espejos se utilizan para que los
visitantes contemplen el techo dirigiendo la vista "hacia el suelo" y buscando los rincones más
interesantes con el ángulo que les brinda el espejo).

Plaza San Marcos, que viene a ser todo un símbolo histórico para la ciudad; su origen se remonta
al siglo IX, como la placita de la basílica del mismo nombre y desde ahí ha sido el espacio más
concurrido de todo Venecia también por realizarse variados y pintorescos festivales.
La torre de Pisa (Pisa): la famosa torre inclinada de Pisa ya nació inclinada. Claro está que no
deliberadamente, pero desde el comienzo de su construcción en 1173 la torre comenzó a
inclinarse poco a poco. Muchos creen que la torre de Pisa está inclinada a propósito y muchos
otros creen que es un monumento en sí mismo. Ninguna de las dos creencias es cierta, la
inclinación de la torre nunca fue planeada y la torre no está sola sino que es el campanario de la
catedral de Pisa que está a metros de ella pero que no sale en ninguna foto ya que la torre se lleva
todas las miradas. Actualmente, luego de años de trabajo, la torre está abierta al público para que
asciendan por los 294 escalones que atraviesan los 8 pisos hasta llegar al campanario. La torre
también se salvó de la destrucción durante la Segunda Guerra Mundial, además de haber
requerido varios años de restauración y conservación para mantenerla abierta al público.
Los canales Venecia (Venecia): la ciudad que se hunde despierta el interés de todo el planeta,
todos queremos ir a una ciudad cubierta de agua. La hermosura arquitectónica de Venecia, sus
canales y los puentes que los atraviesan son inigualables, únicos y hermosos. Pero, si bien con lo
que sigue no queremos espantar a nadie ya que Venecia es un destino obligado dentro del
turismo en Italia, sería bueno despejar algunos mitos. La parte de Venecia que tiene canales
acuáticos y góndolas es de apenas algunas cuadras, no se trata de una ciudad entera que en lugar
de calles tiene arroyos.

Alemania

Muro de Berlín
Conocido también como el Muro de la Vergüenza, fue levantado como parte de las fronteras
intraalemanas y permaneció en pie desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de
1989, fecha en que derribado, separando a Berlín Oriental de Berlín Occidental y de la RDA.

Catedral de Berlín
Conocida como la iglesia más bella de la ciudad de Berlín, esta es La Catedral de Berlín
(Berliner Dom en alemán) templo de la Iglesia Evangélica en Alemania.
Siegestor (Puerta de la Victoria)

Construido con el fin de conmemorar una guerra por parte de los bávaros, el paso de los años y la
destrucción que sufrió Alemania generó que este monumento sea destruido, sin embargo tras su
reconstrucción se convirtió en emblema de paz dentro de la ciudad de Múnich.

Catedral de Colonia
El Kölner Dom es una de las catedrales más majestuosas del mundo. Se encuentra ubicada en el
centro de la ciudad. Algunos de los tesoros que resguarda en su interior son por ejemplo: la urna
de oro con los restos mortales de los Tres Reyes Magos, el tríptico de Stefan Lochner.
Museo de Historia de Hamburgo
El Museo cuenta con espectaculares muestras y exposiciones que datan desde la época de los
piratas Störtebeker, hasta la historia de los Beatles en el Star Club, además de muestras
interactivas. Lo destacable de los paseos es que incluye leyendas en inglés.

España

España posee, junto con Italia, el mayor número de lugares declarados Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco del mundo, sumando un total de 41. Además, trece ciudades españolas
ostentan el título de Ciudades Patrimonio de la Humanidad también por la UNESCO, entre las
que se incluyen: Santiago de Compostela, Salamanca, Ávila, Segovia, Alcalá de Henares,
Toledo, Cáceres, Mérida, San Cristóbal de la Laguna, Córdoba, Ibiza, Cuenca, Úbeda, Baeza, y
Tarragona, convirtiendo a España en el país con más ciudades galardonadas con esta distinción.

Las Fiestas de Interés Turístico Internacional constituyen uno de los activos turísticos de ámbito
internacional más importantes de España. Entre las más destacadas con mayor número de
visitantes se encuentran las Fallas de Valencia, la Feria de Albacete, el Carnaval de Santa Cruz
de Tenerife, los Sanfermines, las Fiestas del Pilar, la Semana Santa de Málaga o la Feria de
Abril.
MEZQUITA DE CÓRDOBA

Elegida la primera de Europa y la cuarta del mundo, la Mezquita de Córdoba es una de las
grandes maravillas arquitectónicas del arte islámico, declarada Patrimonio de la Humanidad por
la Unesco.

LA ALHAMBRA DE GRANADA

Este mito imperecedero, este palacio de ensueño, el más pregonado y enaltecido de todos los
tiempos, es también un enigmático cofre de leyendas románticas y secretos. Ocupa el puesto 16º
del mundo y el sexto de Europa.

LA SAGRADA FAMILIA DE BARCELONA

El templo más visitado de Barcelona se sitúa en el lugar número 20 del mundo y el noveno de
Europa. De todas las obras de Gaudí en Barcelona, la Sagrada Familia representa mejor que
ninguna la concepción artística de su autor, una arquitectura ‘total’, donde confluyen estructura,
decoración, simbolismo, misticismo y naturaleza.
REALES ALCÁZARES DE SEVILLA

Frente a la Catedral, su construcción se remonta al califato de Abd al-Rahman III, que mandó
edificar una alcazaba como lugar de residencia de sus gobernantes. Tras la conquista cristiana
varios reyes ennoblecieron el alcázar, pero de entre todos destacó Pedro I que promovió la
construcción del gran palacio mudéjar, inspirado en las estancias alhambreñas. Hoy los Reales
Alcázares continúan teniendo uso regio, pero sus estancias y jardines están dedicados a lo largo
del año a acoger exposiciones y actos culturales.

CASA BATLLÓ, BARCELONA

Situado en el señorial paseo de Gracia, es una de las obras más inspiradas de Gaudí. Declarada
Patrimonio de la Humanidad en 2005, resalta por su color y sus formas ondulantes, rematada en
cerámica vidriada y cristales rotos.
PLAZA DE ESPAÑA, SEVILLA

Localizada en el parque de María Luisa, esta plaza se ha convertido en marca de Sevilla por su
luminosidad y su estilo regionalista. Este monumental semicírculo de ladrillo y cerámica de
doscientos metros de diámetro flanqueado por dos inmensos torreones enmarcan un conjunto de
galerías y estanques navegables de estilo ecléctico. Cada cuerpo de azulejos de la plaza está
dedicado a una de las cincuenta provincias españolas.

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Meta de peregrinos, encuentro de amantes del arte, símbolo imprescindible de devotos… La que
para muchos es la catedral más bella del mundo, es motivo suficiente por sí misma para visitar
esta ciudad.
ACUEDUCTO DE SEGOVIA

Es el símbolo más universal de la ciudad castellana. Una grandiosa obra de ingeniería romana
que data del siglo I levantada con enormes bloques de granito unidos sin mortero ni argamasa en
un ingenioso y sabio equilibrio de fuerzas. En 1985 la Unesco le declaró Patrimonio de la
Humanidad junto a la ciudad vieja de Segovia.

MONASTERIO DE MONTSERRAT, BARCELONA

A 50 kilómetros de Barcelona, Montserrat es mucho más que un lugar de peregrinación para


rezar a la Moreneta. Además de su monasterio –habitado por monjes benedictinos y trepado en lo
alto de los riscos–, su entorno, presidido por peculiarísimos macizos de granito y constituido
como parque natural, propone un montón de excursiones.
CATEDRAL DE BURGOS

Desde cualquier lugar del casco antiguo de la ciudad se divisa una magnífica y cambiante
perspectiva de esta armoniosa obra cumbre del arte gótico europeo. Declarada Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco en 1984, en su llamativa silueta destacan las elegantes y caladas
agujas tardogóticas que coronan la fachada principal. Entre los tesoros de su interior, la capilla
de los Condestables, la Escalera Dorada y la bóveda del cimborrio.

http://us.hola.com/viajes/2014062772184/top-10-Espana/

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