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La corteza cerebral es el centro superior del encéfalo y, como tal, percibe las sensaciones, ordena los
movimientos especializados, proporciona conciencia a las emociones, es necesaria para la memoria, el
pensamiento, las aptitudes para el lenguaje, y todas las restantes funciones superiores.
La corteza cerebral alcanza su máximo desarrollo en el ser humano. Contribuye aproximadamente con la
mitad del peso total del encéfalo y consta de una capa de neuronas en un área 1,2 rn 2, está plegada formando
circunvoluciones, observándose solamente un tercio de la neocorteza en la superficie, ya que el resto está
sepultado en los surcos entre las circunvoluciones. La cresta de cada pliegue recibe el nombre de
circunvolución (gyrus) y la hendidura que separa las circunvoluciones adyacentes se denomina surco o
cisura. Existen tres tipos de corteza cerebral: la neocorteza, la paleocorteza y arquicorteza. La neocorteza
apareció en último lugar en la evolución y constituye el 90 % aproximadamente de la corteza cerebral total.
La paleocorteza se limita a la base de los hemisferios cerebrales y se asocia con el sistema olfativo. Mientras
que la arquicorteza, la corteza más antigua desde el punto de vista filogenético, constituye la formación
hipocámpica. Tanto la paleocorteza como la arquicorteza forman parte del sistema límbico.
I. CARACTERÍSTICAS HISTOLÓGICAS
Las investigaciones realizadas a mediados del siglo XIX por Hanover, Von Gerlach, Ramon y Cajal, entre
otros posibilitaron un conocimiento de la organización histológica de la corteza cerebral. Esto produjo tres
consecuencias importantes:
1. Se consolidó la idea de la organización laminar de la corteza cerebral.
2. Se hicieron los primero mapas citoarquitectónico de la corteza, dividiéndola en determinado número
de áreas funcionales.
3. Consolidar la teoría neuronal propiciada por Ramón y Cajal.
Los dos tipos principales de neuronas son las células piramidales y las granulosas. Las células piramidales
tienen un soma en forma de pirámide con una gran dendrita apical dirigida hacia la superficie de la corteza y
varias dendritas basales gruesas que efectúan un recorrido horizontal desde la base de la célula. El axón
avanza desde la base de la célula y, en la mayor parte de casos, abandona la corteza para alcanzar otras áreas
corticales o los núcleos subcorticales. Las células piramidales son las principales neuronas eferentes
corticales.
Las células granulosas o estrelladas son las principales interneuronas de la corteza y superan
considerablemente el número de células piramidales. Estas pequeñas células poseen numerosas dendritas
cortas que se extienden en todas direcciones y un axón breve que se arboriza con otras neuronas adyacentes.
Las células granulosas existen en número elevado en todas las áreas corticales y son especialmente
numerosas en las áreas sensoriales y de asociación.
Histología funcional
Las neuronas de la neocorteza están dispuestas en seis capas. La más superficial es la capa molecular (1),
pobre en células; y la capa más profunda es la multiforme (VI). Entre estas capas se encuentran alternantes
las capas granulosas externa e interna (II y IV), y las piramidales (III y V), cada una de las cuales se
denomina de acuerdo con su tipo celular promedio.
La organización columnar fue propuesta por Mountcastle en 1957, introduciendo electrodos verticales en
la corteza cerebral de gatos y monos, pudo observar que la corteza respondía “verticalmente” a los mismos
estímulos. A pesar de que las neuronas de la corteza están dispuestas en seis capas paralelas a la superficie,
las unidades funcionales de la actividad cortical están organizadas en grupos de neuronas perpendiculares a
la superficie. Estas unidades funcionales verticales reciben el nombre de columnas verticales y contienen
miles de neuronas interconectadas en dirección vertical. Están reconocidas como formadoras de entidades
anatómicas separadas que dan lugar a funciones casi independientes. Estas columnas podrían ser la unidad
fundamental de organización de toda la evolución. Las columnas tienen forma y tamaño parecidos no solo
dentro de cada especie sino en todas ellas.
Dentro de cada columna cortical la capa granulosa interna (IV) es la principal capa aferente y recibe fibras
aferentes de los núcleos del tálamo. Las capas infragranulosas (V y VI) están destinadas a las eferencias, y la
capa V da lugar a fibras destinadas al cuerpo estriado, tronco cerebral y médula espinal. La capa VI proyecta
fibras hacia el tálamo. Las capas supragranulosas (I, II y III) son asociativas y conectan con otras partes de
la corteza cerebral.
II. CONEXIONES CORTICALES
Las conexiones de cada columna cortical son de cuatro tipos: intracorticales, de asociación, comisurales y de
proyección (subcorticales).
1. Fibras intracorticales.- Las conexiones intracorticales son muy cortas y tienen lugar principalmente
a través de las neuronas horizontales de la capa I y de las arborizaciones horizontales de los axones
de las células piramidales.
2. Fibras de asociación.- Las conexiones de asociación se producen de circunvolución a
circunvolución y de lóbulo a lóbulo en el mismo hemisferio. Las fibras cortas de asociación también
denominadas fibras arqueadas o asas, conectan circunvoluciones adyacentes, y las fibras largas de
asociación forman haces que conectan circunvoluciones más distantes. Los principales haces de
asociación largos son el fascículo longitudinal superior y su componente temporal: el fascículo
arqueado; el fascículo occipitofrontal inferior y el uncinado, y el cíngulo. El fascículo longitudinal
superior se localiza por encima de la ínsula y conecta el lóbulo frontal, el parietal y el occipital.
Posteriormente a la ínsula se encuentra el fascículo arqueado, que forma un arco desde el fascículo
longitudinal superior en el lóbulo temporal, por lo que conecta el lóbulo frontal y el temporal. El
fascículo occipitofrontal inferior pasa por debajo de la ínsula, por lo que interconecta los lóbulos
frontal, temporal y occipital. El fascículo uncinado une la parte orbitaria (inferior) del lóbulo frontal
con el lóbulo temporal. El cíngulo se localiza por debajo de las circunvoluciones cingular y
parahipocámpica, componentes del sistema límbico. Las fibras de asociación se originan
principalmente a partir de las neuronas piramidales en las capas II y III.
3. Fibras comisurales.- Estas se producen entre áreas análogas de ambos hemisferios. Existen dos
haces principales: el cuerpo calloso y la comisura anterior. El cuerno calloso se divide, desde la
parte anterior a la posterior, en pico, rodilla, tronco y esplenio o rodete. El pico y la rodilla
interconectan la parte anterior del lóbulo frontal. El tronco interconecta la parte posterior del lóbulo
frontal, todo el lóbulo parietal y la parte superior de! lóbulo temporal. El rodete interconecta los
lóbulos occipitales. Las fibras, que forman un arco anteriormente desde la rodilla y el pico,
constituyen el fórceps menor o frontal. Las fibras que se arquean posteriormente desde el rodete
forman el fórceps mayor u occipital. Las conexiones corticales de la comisura anterior incluyen las
circunvoluciones temporal, inferior y media. Las fibras comisurales se originan a partir de células
piramidales, principalmente en las capas II y III.
4. Fibras de proyección.- Conectan la corteza cerebral con los núcleos subcorticales y se clasifican
como corticófugas o eferentes, si transmiten impulsos desde la corteza, o corticópetas o aferentes, si
transmiten los impulsos hasta la corteza. Las fibras de proyección corticófugas se distribuyen hasta
el cuerpo estriado y los núcleos a todos los niveles del tronco encefálico y la médula espinal. Las
fibras de proyección corticópetas se originan predominantemente el tálamo y se denominan
radiaciones talámicas. Estas radiaciones pueden distribuirse hasta áreas corticales específicas o
diseminadas. En la mayoría de casos, las conexiones entre los núcleos talámicos y la corteza cerebral
son reciprocas.
A medida que las fibras de proyección efectúan un recorrido entre el tálamo y el cuerpo estriado se
reúnen en una banda visible, denominada cápsula interna. El brazo anterior de la cápsula interna
sirve exclusivamente para las conexiones del lóbulo frontal y fibras de proyección corticópetas desde
los núcleos talárnicos anteriores y mediales, La rodilla y la parte adyacente del brazo posterior
contienen fibras de proyección corticópetas desde el tálamo motor (núcleos ventral anterior y ventral
lateral) que se proyectan hasta las áreas premotora y motora, respectivamente. Posteriormente, el
brazo posterior contiene los fascículos córticonuclear y córticospinal así como radiaciones talámicas
somatosensoriales desde el núcleo posterior ventral.
LÓBULO PARIETAL
La corteza parietal constituye algo más de una quinta parte de toda la corteza cerebral y contiene las cuatro
áreas funcionales siguientes: 1) área somatosensorial primaria, 2) somatosensorial secundaria, 3) gustativa y
4) de asociación.
1. Área somatosensorial primaria.- ocupa la circunvolución postcentral y la parte adyacente del lóbulo
paracentral. Consta de tres áreas longitudinales, el área 3 que incluye el tejido cerebral en el suelo y la
pared posterior del surco central, el área 1 en los dos tercios anteriores de la superficie convexa de la
circunvolución postcentral y el área 2 en el tercio restante de la superficie convexa y la pared anterior
adyacente del surco postcentral. La representación somatotópica es contralateral. El área total asociada
con una región concreta del cuerpo se relaciona directamente con la sensibilidad de dicha región
concreta y no con su tamaño. La estimulación de la corteza sensorial primaria en el ser humano produce
sensaciones contralaterales claramente localizadas, descritas como hormigueos o entumecimientos. Las
lesiones de esta área provocan la pérdida de la discriminación táctil y sensación de la posición en el lado
contralateral. A partir de esta área no puede provocarse dolor ni se produce abolición o alivio tras la
ablación de la misma.
2. Área somatosensorial secundaria.- está compuesta por un haz de corteza que se extiende desde el
opérculo parietal en la parte posterior de la ínsula. El opérculo parietal es el tejido cortical que se
continua con la circunvolución postcentral que forma la pared superior de la cisura lateral. Por
consiguiente, se extiende por encima de la ínsula a la que recubre. La localización somatotópica en esta
área está poco definida y es bilateral. Existen indicios de que en este punto se percibe la sensación de
dolor.
3. Corteza gustativa.- se ubica en el área 43 de la circunvolución post central e incluye la parte más
anterior del opérculo parietal. Se extiende a lo largo de la pared de la cisura lateral hacia la ínsula y es
adyacente a las regiones de la lengua de las áreas sensitivas y motora primaria. Una lesión de esta área
provoca una ageusia contralateral, es decir, la pérdida de la gustación.
4. Área de asociación parietal.- consta de las circunvoluciones parietal superior e inferior. La
circunvolución parietal superior contiene las áreas 5 y 7. el área 5 recibe aferencias principalmente de la
corteza somatosensorial primaria, mientras que el área 7 dispone de conexiones extensas con el área
visual y motora de la corteza. La circunvolución parietal inferior incluye dos áreas: La circunvolución
supramarginal (área 40) y la angular (área 39). Reciben aferencias de otras partes del lóbulo parietal así
como de las áreas de asociación de los lóbulos frontal, occipital, temporal y límbico. Las áreas de
asociación parietal procesan la información táctil y visual, y están íntimamente involucradas en el
conocimiento del propio cuerno y de los objetos que lo rodean.
Estas áreas también son importantes en la ejecución ordenada o secuencial de actividades, en especial las
que incluyen las manos. Las lesiones de estas áreas se asocian con astereognosia y el síndrome de la falta
de reconocimiento (o de negligencia), una alteración perceptiva relacionada con el reconocimiento del
lado contrario del cuerpo y su entorno.
LÓBULO TEMPORAL
La corteza temporal forma casi una cuarta parte de toda la corteza cerebral y contiene al área auditiva
primaria así como áreas asociadas con las emociones y funciones mentales superiores como la memoria y el
habla.
1. Corteza auditiva primaria.- corresponde a las áreas 41 y 42, está situada en las circunvoluciones
temporales transversas de Heschl que están sepultadas en el suelo de la cisura lateral. El área 41 se encuentra
principalmente en la circunvolución anterior, pero se extiende levemente por la parte adyacente de la
circunvolución posterior. Inmediatamente adyacente al área 41 se encuentra el área 42. la estimulación
eléctrica de esta área origina la percepción de ruidos descritos como zumbidos, murmullos, chasquidos o
susurros. Una lesión unilateral en el área auditiva primaria no provoca, como consecuencia, una pérdida
auditiva significativa gracias a la bilateralidad de las vías auditivas centrales. No obstante, dicha lesión causa
dificultades en el reconocimiento de la distancia y dirección de las que proceden los sonidos, en especial del
oído contralateral a la lesión.
2. Áreas anterior e inferomediaL- estas áreas están sólidamente conectadas con el sistema límbico e
intervienen en mecanismos relacionados con la actividad visceral, emociones, conducta y algunas formas de
memoria. Las partes posteriores del lóbulo temporal parecen registrar y almacenar experiencias. La
estimulación eléctrica en este punto produce ilusiones de acontecimientos pasados que no sólo incluyen las
escenas y sonidos, sino también las emociones asociadas con los mismos. Las lesiones de la corteza temporal
posterior izquierda pueden afectar el aprendizaje o el recuerdo de información con una base verbal, mientras
que las lesiones de la corteza temporal posterior derecha (áreas 20, 21 y 37) pueden interesar el aprendizaje y
el recuerdo de una información con una base visual. Las lesiones bilaterales de las áreas 20 y 2l provocan
prosopoagnosia. que es la incapacidad para reconocer rostros.
3. Ares de Wernicke.- corresponde al área 22, localizada en la circunvolución temporal superior. Esta es el
área sensorial o receptiva del lenguaje, contiene los mecanismos para la comprensión y formulación del
lenguaje Una lesión de esta área se asocia con una afasia receptiva o sensorial, caracterizada como fluente
porque la producción de palabras es normal, pero su utilización es defectuosa. El paciente sustituye una
palabra por otra., introduce palabras sin significado o junta palabras o frases muy largas, pero sin significado.
El paciente con una afasia receptiva es fluente, pero no puede comprender el lenguaje en cualquier forma —
oído, leído o hablado—
LÓBULO OCCIPITAL
La corteza occipital constituye sólo alrededor de una octava parte de toda la corteza y contiene las áreas de
asociación visual y las áreas visuales primarias.
1. Área visual primaria.- corresponde al área 17 de Brodmann, también se le denomina área estriada, recibe
la radiación óptica, y se localiza en las circunvoluciones que forman las paredes de la cisura calcarina. La
cuña forma la pared superior de la cisura calcarían, y aquí está representada la mitad inferior del campo
visual contralateral de visión. La mitad superior del campo visual contralateral está representada en la
circunvolución 1ingua1, que forma la pared inferior de la cisura calcarina. Las lesiones unilaterales de la
corteza visual primaria provocan como consecuencia, una hemianopsia homónima contralateral.
2. Áreas de asociación visual.- corresponde al resto del lóbulo occipital. Consta del área 18 o corteza
paraestriada, y el área 19 o corteza periestriada, que es de mayor tamaño y forma la mayor parte de la
superficie lateral del lóbulo occipital. Estas áreas reciben información visual procedentes de las áreas
estriadas bilateralmente y son importantes en la percepciones visuales complejas relacionadas con el color,
movimiento, dirección de los objetos, etc., las lesiones de las áreas de asociación visual y las partes
adyacentes del lóbulo temporal provocan agnosia visual, es decir, la incapacidad para reconocer objetos y sus
colores.
LÓBULO DE LA ÍNSULA
La corteza de la ínsula en cierto modo participa en funciones tanto somáticas como viscerales; sus
conexiones a través de fibras nerviosas no se conocen completamente. En la esfera somática, la ínsula puede
tener un área motora suplementaria; la estimulación de esta corteza ínsula en un mono puede provocar
movimientos somáticos. Aparentemente la ínsula está asociada con la sensibilidad visceral y con la actividad
motora visceral; la estimulación y la irritación de su corteza (como en ciertos ataques epilépticos) puede
producir sensaciones referidas a muchas vísceras. Quizás la corteza insular tenga un papel menor en
situaciones como las náuseas, la salivación, las alteraciones de la presión sanguínea y en el ritmo
respiratorio, la piloerección, el deseo de orinar y defecar y los eructos.
El término de “dominancia” cerebral se usó con relación al lenguaje, lo que ha llevado a pensar que un
hemisferio prevalezca o domine o sea mas importante que el otro, y también la idea errada de que un
hemisferio cerebral sea poseedor del lenguaje mientras que el otro se convierte en “mudo” o subdominante.
Luego se ha descubierto que la especialización del hemisferio izquierdo, en lo que respecta específicamente
al lenguaje, no se refiere a una verdadera especialización en el lenguaje como tal, sino a una especialización
en el procesamiento y manejo de ciertos parámetros de la información que habitualmente se halla contenida
en el lenguaje. Si se cambian los parámetros pertinentes para el reconocimiento del lenguaje (p.ej. si se
relega a un segundo término el reconocimiento de la composición fonológica de una señal en favor del
reconocimiento de su contenido melódico-entonacional) el hemisferio izquierdo pierde su habilidad al
respecto y el hemisferio derecho predomina paulatinamente.
Al contrario de lo que durante cierto tiempo se creyó, la especialización hemisférica no se refiere
necesariamente a una especialización para el reconocimiento y procesamiento de determinados tipos de
información (verbal contra visuoespacial), sino, más precisamente, al reconocimiento especializado de
ciertos parámetros de la información y el control de algunos aspectos del comportamiento.
Procesamiento doble. Nuestro cerebro es un órgano doble y simétrico, esto determina algunas conclusiones:
a) Un hemisferio cerebral está bastante especializado en la función lingüística, mientras que el otro en
las funciones no lingüísticas.
b) Cada uno de los hemisferios cerebrales puede desempeñar tareas específicas.
c) Las diferencias funcionales entre ambos hemisferios cerebrales no son muy grandes.
d) Parece necesario que ambos hemisferios cerebrales estén activos para que se muestre la superioridad
de uno de ellos.
e) Estos dos procesadores independientes tienen un muy buena comunicación a través de un conjunto
muy efectivo y rico de interconexiones: el cuerpo calloso.
f) A través de sus interconexiones existe una sincronización de funciones, evitando la duplicación y
competición de esfuerzos.
Para los antropólogos el cerebro orgánico se divide en tres partes: el cerebro externo, el cerebro
medio o mamífero inferior, y el cerebro antiguo llamado también reptil por su forma anatómica. De todos
ellos, el que más se relaciona con la mente es el cerebro reptil, porque contiene las emociones primitivas y
los instintos de supervivencia y conquista; además se encuentran en él, entre otras, las funciones primarias
vitales como la respiración y la regulación del calor corporal.
El cerebro externo o neo-córtex tiene a su cargo la importante función del pensamiento y el
razonamiento intelectual. Pero, aunque muchos saben que este cerebro está compuesto de dos hemisferios
cerebrales, muchos también ignoran que el hemisferio izquierdo maneja la lógica y todo lo relacionado con
ella, mientras que el hemisferio derecho tiene que ver con la emoción y también. con los sentimientos
negativos como los miedos, las culpas y el resentimiento. Sin embargo, esto no significa que una persona con
hemisferio izquierdo dominante -la lógica- no tenga emociones negativas como miedos o culpas. Es
necesario aclarar esto, porque se tiende a pensar que las personas “lógicas” sólo tienen sentimientos y
emociones en permanente equilibrio. Todas las personas tienen un hemisferio dominante; algunas pueden ser
extremadamente lógicas (hemisferio izquierdo), y otras por el contrario pueden ser extremadamente
emocionales (hemisferio derecho). Por supuesto que el equilibrio pasa por la función conjunta de ambos
hemisferios, pero -y éste es el problema-casi todos “manejan” inconscientemente, todo el tiempo, el
hemisferio izquierdo o el hemisferio derecho. Antes de determinar si una persona es hemisferio izquierdo o
derecho, es necesario conocer brevemente las cualidades de cada uno.
Las personas con predominio del hemisferio izquierdo son lógicas, razonan todo paso a paso, se
informan exhaustivamente antes de actuar, y muchas veces no concretan lo que quieren por exceso de
razonamiento. Las personas con predominio del hemisferio derecho son emocionales, intuitivas, poco dadas
a razonar, en algunos casos extremadamente sensibles y perceptivas. Estas personas suelen saca conclusiones
por lo que sienten y no por lo que piensan; pese a ello, cuando siguen la voz de su intuición, generalmente no
se equivocan.
En oriente llaman al hemisferio izquierdo “El día”, porque para las personas con este hemisferio
dominante, todo es claro bajo la luz de la razón; en cambio al hemisferio derecho lo llaman “La noche”,
porque tiene que ver con la intuición, con lo que se siente, y no se puede explica a la luz de la razón. Sin
embargo, para la educación occidental, las personas con hemisferio izquierdo dominante han sido hasta hace
muy poco tiempo valorizadas como genios. Del mismo modo las personas con hemisferio derecho
dominante, donde están presentes emociones y sentimientos, han sido desvalorizadas.
CEREBRO DIVIDIDO
Las propiedades diferenciales de los hemisferios cerebrales se ilustran con los trabajos de Roger
Sperry y sus colaboradores en el Instituto Tecnológico de California (1974). Estos experimentos se realizaron
en un pequeño número de pacientes que habían sido sometidos a un procedimiento quirúrgico para disminuir
sus frecuentes y perturbadoras crisis epilépticas. Estudios similares en los años treinta mostraron que este
tipo de tratamiento no se acompañaba de cambios aparentes en la función Cerebral. El Dr. Lashley, con su
sardónico humor característico, sugirió que tal vez la única función del cuerpo calloso era impedir que los
dos hemisferios flotasen separados en el LCR. En los estudios de Sperry se proyectaban palabras a un solo
hemisferio, se presentaban estimulas visuales en la zona izquierda o derecha del campo visual. Las palabras
proyectadas al hemisferio izquierdo podían ser leídas y comunicadas verbalmente con facilidad. No se
evidenciaron estas capacidades lingüísticas al dirigir la información al hemisferio derecho
Los hallazgos de Sperry no solo confirmaron la investigación anterior con animales, sino que
tuvieron gran relevancia ya que mostraron que solo los procesos que tienen lugar en el hemisferio izquierdo
pueden ser descritos verbalmente por los pacientes. Por lo tanto, el hemisferio izquierdo posee el lenguaje y
los mecanismos del habla en la mayoría de personas. Para nuestro interés actual lo importante es que cada
uno de los hemisferios puede por si mismo procesar y almacenar información sin ninguna participación del
otro.
Estos trabajos fueron criticados por haber sido realizados en pacientes epilépticos, se argumenta que
las aparentes consecuencias de seccionar el cuerpo calloso pueden provenir de cambios en los cerebros
epilépticos.