Carrera: Arquitectura Cátedra: Patrimonio Arquitectónico y Urbano
UNIDAD I – CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
1. Definiciones y Conceptos Básicos 1.1. Patrimonio Aunque el término patrimonio está muy vinculado al concepto de lo histórico, lo antiguo y lo heredado, en rigor, se trata de todo aquello con lo que se cuenta en un momento determinado, sea nuevo o acumulado, material o inmaterial, susceptible de ser valuado económica o culturalmente. Esto puede verificarse en el diccionario de la Real Academia Española que, en su cuarta acepción de término, considera al patrimonio como un “conjunto de bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica”. Desde un punto de vista cultural, el patrimonio es entendido como todo aquello que hace a la identidad de un pueblo, lo que refuerza el aspecto intangible del tema, idea sostenida y promovida desde varios ámbitos, entre ellos la UNESCO, que señala que “el patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas desde el alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas”. Estas conceptualizaciones, resumidas en el siguiente cuadro, son suficientes -pese a su brevedad- para exponer la doble dimensión (material e inmaterial) del patrimonio, así como el origen de cada elemento patrimonial (dado por la naturaleza o como producto de la cultura humana): Patrimonio (Clasificación según su naturaleza) Tangible Natural: Elementos bióticos y abióticos del paisaje. Ejemplo: Montañas y ríos. Cultural: Bienes muebles e inmuebles. Ejemplo: Edificaciones. Intangible Natural: Energía y elementos no visibles. Ejemplo: luz solar y aire. Cultural: tradiciones, costumbres, usos, elementos de identidad. Ejemplo: vestimenta. 1.2. Monumento El monumento, como elemento patrimonial, también puede ser clasificado según su naturaleza y origen pero, además, según su dimensión y alcance de interés. De este modo, puede hablarse de monumentos naturales (por ejemplo, Cataratas del Yguazú) o culturales (por ejemplo, Ruinas Jesuíticas de Trinidad) y también de monumentos nacionales (por ejemplo, Panteón Nacional de Los Héroes) o patrimonios de la humanidad (por ejemplo, Ruinas del Machu Picchu). Observando las diversas entradas del término según la Real Academia Española, puede verificarse que todas resaltan el valor y la significación como características de un monumento. 1.3. Restauración Se trata de un término derivado del latín re-staurare, que indica literalmente volver a hacer, o, interpretativamente, volver al origen, a lo que era. Con el transcurso del tiempo, ha adquirido distintos significados que en varios casos se contradicen, según la cultura de un período determinado y la relación de ésta con la historia. Al igual que el término restauración, otro que ha adquirido tantas veces sinónimos como oposiciones respecto al mismo es el término conservación. Según Armando Rossi “el significado atribuido a los términos restauración y conservación varía notablemente dependiendo del autor. Tanto es así que a veces nos encontramos como si fuesen las dos posibilidades de una alternativa y en otra como si fuesen términos intercambiables”. Según la Real Academia Española, para definirla hoy son pertinentes los términos recuperar, recobrar, reparar y renovar aunque, como se verá más adelante, existen distinciones en los usos específicos de todos estos términos. Igualmente, el diccionario considera como segunda acepción el “volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía” e incluso, en la tercera acepción, vincula directamente el término restauración a la producción artística y arquitectónica: “Reparar una pintura, escultura, edificio, etc., del deterioro que ha sufrido”. 1.4. Filosofía de la Restauración ¿Por qué preservar el Patrimonio? Ante las visiones y posturas que desdeñan el pasado y sus productos por los motivos que fueren, la defensa del Patrimonio Histórico, antes que una acción, es una posición. Algunos de sus principales argumentos son que todo patrimonio histórico: a) Es testimonio del pasado; b) Ayuda a entender el presente; c) Es de todos y, d) Es vulnerable. En función a estos puntos, históricamente las discusiones y debates giran en torno a tratar de definir qué merece ser protegido y cómo hacerlo, exceptuando casos donde se cuestiona incluso el porqué proteger o no determinados elementos.