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El lenguaje poético en la obra de Coral

Bracho como escritura femenina

Iliana Rodríguez Zuleta


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

En este texto la obra de la escritora y traductora, Coral Bracho,


puede observarse la desestabilización del lenguaje poético,
patente en recursos tale como las digresiones líricas, el
simultaneísmo y la construcción rizomática. Desde una
interpretación basada en Hélène Cixous y Luce Irigaray, las
digresiones líricas, el simultaneísmo y la construcción rizomática
constituyen ensayos en la construcción de una escritura
femenina, en el sentido en que estas teóricas francófonas le han
dado al término
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El punto de partda de la poesía es el lenguaje, pero también su punto de


llegada. Sobre él se abren los caminos que traza. A él regresan sus
numerosas expresiones y hallazgos. Y de la inago-table capacidad de
sugerencia que encierra, de sus profundas y casi inaprensibles sutlezas,
la poesía extrae sus filos y desen-traña su poder y su fuerza.
Coral Bracho

E
n la obra de Coral Bracho puede obser- interpretación basada en Hélène Cixous y Luce
varse una desestabilización del lenguaje Irigaray, las digresiones líricas, el simultaneísmo
poético, patente en recursos tales como las y la construcción rizomática cons-tituyen ensayos
digresiones líricas, el simultaneísmo y la en la construcción de una escri-tura femenina, en
construcción rizoma-tica. Las digresiones líricas el sentido en que estas teóricas francófonas le han
rompen el discurso lineal de la poesía al introducir dado al término
en una enunciación principal una enunciación
secundaria, para más tarde retomar la primera. El LAS DIGRESIONES LÍRICAS
simultaneísmo, por su parte, ofrece la posibilidad
nunca cumplida de cuajar en el arte temporal de la En Peces de piel fugaz , publicado en 1977,
poesía elementos simultáneos, como si de una su primer poemario, Coral Bracho deja en claro su R
obra de artes espa-ciales se tratara. Asimismo, la preocupación por la construcción de un lenguaje D
construcción rizo-matica permite al lenguaje de artístico, un lenguaje en el sentido de artefacto o G
esta poeta no solamente conglomerar discursos hechura artificiosa que lo distancia —a la manera C
heterogéneos en un poema, sino conglomerar al del lenguaje poético del Barroco— de un lenguaje
poema mismo con otros tipos de discursos, como cotidiano. También acude a sus primeros intentos
el filosófico. La construcción rizomática, por elaborar un lenguaje no lineal, pensado como
efectivamente, le abre a la autora la posibilidad de caminos múltiples. Así, en “Tocan los vitrales
minar la jerarquización en el lenguaje y de ocultos”:
reinventarlo como tubérculo. Desde una

Los grillos (las termitas encubren su discurso escarlata) cimbran por sus nombres los frutos,
los helechos. Tocan los vitrales ocultos (las termitas recorren en silencio los ecos) por el vaho
vigilante, la valla, de altas noches en calma.1

1Coral Bracho, Peces de piel fugaz, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Verdehalago, 2002, p.
29.

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La sensación de haber escuchado/leído una En el ámbito hispánico, este tipo de cons-


producción artística del lenguaje parte aquí de los trucción paralela remite a la literatura barroca,
vericuetos de la sintaxis. Obsérvese la construc- llena de digresiones y pasajes metadiegéticos. En
ción simultánea de “los grillos… cimbran” y “las especial, piénsese en los tercetos del famoso
termitas encubren” y, más adelante, “(los grillos) soneto “Cerrar podrá mis ojos la postrera…” de
tocan” y “las termitas recorren”. Debe conside- Francisco de Quevedo:
rarse también la irrupción de las oraciones entre
paréntesis en otras oraciones.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas (sic)
que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentdo;
polvo serán, mas polvo enamorado.2

Apunta Marie Roig Miranda que los embargo, la simetría del soneto de Quevedo no se
tercetos, “Según José Manuel Blecua, son corresponde con la construcción de Bracho, ya
R correlativos (…). Pero, para que exista la corre- que en esta una oración de mayor jerarquía está
D lación, hay que corregir el v. 12 de la edición interrumpida por otra, entre paréntesis, que parece
G príncipe que dice ‘dejarán’ y leer ‘dejará’”.3 Así
C de menor jerarquía, ya que al terminar continúa la
pues, si se acepta la lectura de Blecua, en los ter- primera oración. Así, el método usado por Bracho
cetos de este soneto de Quevedo se entreveran tres es de digresión lírica y hace pensar en las digre-
senderos sintácticos: el alma su cuerpo dejará siones narrativas de El Quijote. Se trata de un
(versos 9 y 12); las venas serán ceniza (versos 10 método poético que en Bracho puede interpretarse
y 13), y las médulas polvo serán (versos 11 y 14). como neobarroco. Por otra parte, obsérvese cómo
Además, la ceniza tendrá sentido (verso 13). en “Tocan los vitrales ocultos” aún hay jerarquía
En “Tocan los vitrales ocultos”, de Coral en el lenguaje, cuestión que será importante en la
Bracho, sucede algo similar, pues la lectura de una obra posterior de la autora.
oración se interrumpe para dar paso a otra. Sin

2 Francisco de Quevedo, “Cerrar podrá mis ojos la postrera…”, en Poesía original, José Manuel Blecua, editor,
Planeta, Barcelona, 1963, p. 511. Nótese que la pronunciación de “medulas”, hoy médulas, es grave en el
soneto de Quevedo. No debe modernizarse porque cambiaría el ritmo del endecasílabo.
3 Marie Roig Miranda, “Belleza y sentido: el caso de ‘Cerrar podrá mis ojos…’ (BL. 472), de Quevedo”, en Actas
del XV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, vol. II, edición de Beatriz Mariscal, México,
Fondo de Cultura Económica-Asociación Internacional de Hispanistas-Tecnológico de Monterrey-El Colegio de
México, 2007, p. 513.

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En lo que toca al neobarroco, habrá que Más tarde, todo pasaría a ser leído desde el
recordar aquí que Coral Bracho fue incluida en el barroco: el surrealismo, Artaud… El cubismo,
libro Medusario. Muestra de poesía latinoame- arriésgase, sería un barroco”.4 Y más adelante:
ricana, que en 1996 publicaron Roberto Eche- “Es el mismo Sarduy quien lanza en circulación,
varren, José Kozer y Jacobo Sefamí. Esta muestra en un artículo de 1972, el término neobarroco:
—que no antología— reúne a poetas latinoame- disipación, superabundancia del exceso, ‘nódulo
ricanos que los editores consideraron neoba- geológico, construcción móvil y fangosa, de
rrocos. Dice Néstor Perlongher, en su prólogo a barro…’”.5 Justamente de la presencia de un
Medusario, que es “a fines del siglo XIX, cuando fondo movedizo, barroso, en los poetas neoba-
aparece el término ‘neobarroco’ entre las fiori- rrocos, Perlongher parte para la acuñación de su
turas del art nouveau que desafiaban en un remo- término neobarroso:
lino vegetal el utilitarismo contable del burgués.

Si el barroco del Siglo de Oro […] se monta sobre un suelo clásico, el neobarroco carece, ante
la dispersión de es l s contemporáneos, de un plano fijo donde implantar sus garras. Se
monta, pues, a cualquier es lo […]. En su expresión rioplatense, la poé a neobarroca R
enfrenta una tradición literaria hos l, anclada en la pretensión de un realismo de D
profundidad que suele acabar chapoteando en las aguas lodosas del río. De ahí el apela o
G
neobarroso para denominar esta nueva emergencia. Barroco: perla irregular, nódulo de
C
barro.6

En cuanto a Coral Bracho, puede rastrarse Este recurso había sido utilizado en el ám-
otra de sus filiaciones justamente en las vanguar- bito de la literatura hispanoamericana, por ejem-
dias, particularmente en el futurismo y en el cubis- plo, por José Juan Tablada en su “Nocturno al-
mo (relacionado, como se ve, con el Barroco se- terno”. El simultaneísmo consiste en el deseo de
gún cierta interpretación). En el mencionado poe- representar, literariamente y de manera simul-
ma “Tocan los vitrales ocultos” se presenta, en ese tánea —nótese la paradoja—, sucesos, sensacio-
sentido, un afán de simultaneísmo. nes, consideraciones:

4 Néstor Perlongher, “Prólogo”, en Roberto latinoamericana, México, Fondo de Cultura


Echevarren, José Kozer y Jacobo Sefamí, selección Económica, 1996, p. 19.
5 Ibid., p. 25.
y notas, Medusario Muestra de poesía
6
Ibid., p. 30.

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Neoyorquina noche dorada Fríos muros de cal moruna Rector’s champaña fox-trot
Casas mudas y fuertes rejas Y volviendo la mirada Sobre las silenciosas tejas El alma
petrificada Los gatos blancos de la luna Como la mujer de Loth
Y sin embargo es una misma en New York y en Bogotá la Luna…!7

A diferencia del poema de Quevedo, que Como se sabe, la existencia misma del
plantea una sintaxis de complejidad barroca, cubismo poético resulta controversial, pero
Tablada echa mano del recurso del simulta- indudablemente existen puntos de contacto entre
neísmo. En la primera parte del poema, los versos los ejercicios del cubismo plástico y los que llevó
correspondientes a Nueva York y a Bogotá alter- a cabo por entonces la poesía, por ejemplo, los
nan: quedan inconclusos para continuar más notorios en la obra de Guillaume Apollinaire. Blas
adelante. El problema radica, como se verá en Matamoro hace notar que el simultaneísmo surge
seguida, en que la supuesta simultaneidad de los del viejo problema abordado por Gotthold Eph-
hechos consiste más bien en una yuxtaposición raim Lessing en Laocoonte, o sobre los límites de
R que se sucede en el tiempo del discurso-transcurso la poesía y la pintura
D del poema.
G
C
[En el cubismo] Las dos ver e tes, la desaparición del sujeto y la mul plcidad sensible de la
obra pictórica, nos conducen a la categoría de la simultaneidad, que me parece la capital en
la construcción de Apollinaire relacionada con su posible cubismo poé o. Escribe el poeta
en 1913 (Salón d'Automne): “En la pintura todo se presenta a la vez, el ojo puede errar por
el cuadro, volver sobre tal color, mirar, al principio, de abajo hacia arriba, o hacer lo contrario;
en la literatura, en la música, todo es sucesivo y no se puede retornar, azarosamente, a una
palabra o a un sonido”.
He aquí planteado el clásico problema que ya en el XVIII afrontó Lessing: las artes de lo
simultáneo y de lo sucesivo, del espacio y del empo.8

7
José Juan Tablada, “Nocturno alterno”, en Poesía en movimiento. México 1915-1966, Octavio Paz, Alí
Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis, editores, México, Siglo XXI, 2008, p. 455.
8
Blas Matamoro, “Origen e historia del cubismo”, en theCult, 25 de julio de 2010, fecha de consulta: 24 de julio
de 2012, disponible en http://www.thecult.es/Revista -de-arte/origen-e-historia-del-cubismo/Todas -las-
paginas.html.

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Así pues, en el “Nocturno alterno” de Por su parte, en el poema “Tocan los vitrales
Tablada, como en otros poemas vanguardistas que ocultos”, de Coral Bracho, se podrá percibir un
usaron el recurso del simultaneísmo, se encuentra afán de simultaneísmo y una notoria plasticidad
el problema inicial de que el poema, en tanto que en el lenguaje. Sin embargo, como apunta Mata-
producción verbal, discurre en el tiempo: compor- moro, la simultaneidad en la poesía —él habla en
ta sucesión temporal. Los caminos quedan yuxta- términos generales— resulta aparente, ya que,
puestos, se interrumpen, se entretejen… pero tam- aunque las oraciones se entreveran y quedan en la
bién se suceden. memoria para completarse después, se suceden en
el tiempo. Sobre tal cuestión apuntó Octavio Paz:

[El simultaneísmo] Fue una poé a originada en el cubismo y en el futurismo. Una de las
ideas centrales del cubismo era la presentación simultánea de las diversas partes de un
objeto (…) y mostrar las relaciones entre ellas. (…) Los futuristas (…) añadieron a esta esté a
intelectualista dos elementos: la sensación y el movimiento. También el nombre:
simultaneísmo. (…) El simultaneísmo poé o del siglo XX tuvo que enfrentarse a (…) la R
representación simultánea de la sucesión. Los futuristas italianos, al proclamar una esté a D
de la sensación, abrieron la puerta a la temporalidad. Por la puerta de la sensación entró el G
empo; solo que fue un empo disperso y no sucesivo: el instante. La sensación es C
instantánea. 9

El anhelo de capturar el instante plantea la El mismo Octavio Paz, en su “Nocturno de


paradoja de plasmar en un arte temporal (el poe- San Ildefonso”, abordó la plasmación de dos ins-
ma) un hecho temporal (el instante), pero per- tantes, simultáneos en la literatura, aunque distan-
cibido no en su dimensión evanescente sino como tes en el tiempo:
petrificado, calidad más adecuada para las artes
espaciales o de lo simultáneo.

El muchacho que camina por este poema, entre San Ildefonso y el Zócalo, es el hombre que lo escribe:
esta página también es una caminata nocturna.10

9
Octavio Paz, “El ocaso de la vanguardia”, “El ocaso de la vanguardia”, en La casa de la presencia. Poesía e
historia. Obras completas, vol. 1, México, Fondo de Cultura Económica-Círculo de Lectores, 1994, p. 174.
10
Octavio Paz, “Nocturno de San Ildefonso, 3”, en The Collected Poems of Octavio Paz, 1957-1987, Eliot
Weinberger, editor, New York, New Directions Publishing, 1991, p. 418.

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Quizá para resolver la paradoja del simul- En otro poema de Peces de piel fugaz de
taneísmo (la plasmación temporal de lo espacial), Coral Bracho, “Percepción temporal”, justamente
Paz acudió, más que a frases intercaladas, a una se aborda la noción del tiempo. En primer lugar,
construcción metapoética: el poeta que escribe este poema resulta ampliamente experimental, ya
acerca del poeta, a la manera del pintor Velázquez que mezcla varios tipos de discurso: el pseudo
que se representa pintando en Las Meninas. científico, el simultaneísta, el metafórico. En ese
Obsérvese cómo las vanguardias y el Barroco se sentido, funciona como un collage o contiene
tocan en este pasaje del poema de Paz, igual que voces, perspectivas y planos poéticos distintos.
posteriormente lo hicieran en la obra de Coral Además, la letra impresa se despliega gráfi-
Bracho y otros neobarrocos. camente en la página como para dilatar la percep-
ción. En la primera parte:

La mosca baja, abruma con suaves toques la delgada corteza del espacio, hunde la cabeza,
pega las antenas al fondo (Hunde, como un alambre vibra, como una noche) —rompe—
R
D pierde un segundo, gira, vuelve al emp , al contacto del humus. (un momento de textura

G fluvial) La mosca se incorpora, busca su forma, fija su contorno, como la hiedra se acomoda
C y se plasma, luego ex ende las alas, y reposa.11

Vale la pena notar los verbos corres- disposición tipográfica, en especial, los espacios
pondientes al sujeto (la mosca): baja, abruma, en blanco. De manera similar al Torero de Juan
hunde, pega, hunde, vibra, rompe, pierde, gira, Gris, la mosca aparece en una suerte de síntesis
vuelve, incorpora, busca, fija, acomoda, plasma, cubista.
extiende, reposa. Algunos de ellos indican Como se recordará, el cubismo pictórico
movimiento; otros, reposo. La mosca se des- ha sido clasificado por los críticos de arte en dos
pliega en múltiples acciones contradictorias, que vertientes: el cubismo analítico —el primero en
se expresan en una sintaxis fragmentada por los aparecer— y el cubismo sintético. El cubismo
paréntesis, los guiones largos, las comas y la analítico

Se desarrolla entre los años 1909 y 1912. (…) Se caracteriza por una creciente
descomposición de la forma y la división estructurada de la misma. Se representan en la tela

11
Coral Bracho, op. cit. p. 31.

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varios aspectos del objeto, que aparece quebrado, desplegado por una serie de cubos que
se unen entre sí, pretendiendo dar una visión completa que se ajuste a la idea que de él se
en , y además, conseguir la cuarta dimensión en pintura, el movimiento. El objeto aún es
iden f ab . 12

En tanto, el cubismo sintético se origina de la realidad. (…) El nacimiento del collage es


cuando, “en el otoño de 1911, Braque y Picasso inminente”.13 Más adelante, con la intervención
comprenden que no pueden avanzar más en el de Juan Gris se completa la acuñación del cubi-
cubismo analítico. El espacio del cuadro (…) se smo sintético
halla en el punto de acoger elementos relevantes
:
Con respecto al cubismo analí c , el cubismo sinté o de Gris se diferencia en que sus
objetos están libres de toda deformación, ya que contrapone a una descomposición de po
formal, puramente descrip a, un proceso intelectual teórico de síntesis. Para ello usa la
perspec a, uniendo en la tela una serie de puntos de vista diferentes. En una encuesta (…)
aclara: “Trabajo con los elementos del intelecto. Intento transformar en concreto lo que es
R
abstracto. Mi camino es par r de lo general para llegar a un hecho real. Mi arte es de síntesis
D
G
y de deducción.” 14
C
En el caso de “Percepción temporal” de rísticas del cubismo, en general, se presentan en
Coral Bracho, se encuentra una afinidad con el dicho poema.
cubismo sintético, por el uso del collage y de la Según The New Princeton Encyclopedia of
síntesis de la mosca. De hecho, varias caracte-
Poetry and Poetics,

Si bien no es posible elaborar una lista de caracterís as “cubistas” que estarán presentes
en cada poema “cubista”, es posible decir que a lo largo del espectro de interpretaciones
analí as y sinté as, la poesía cubista se caracteriza probablemente por una alta
autoconciencia de su propia modernidad; la atención a la forma visual (...); una ruptura de

12
Juan José Junquera, coordinador, Historia universal de la pintura. 4. El siglo XX. Extremo oriente, sin lugar,
Espasa, 2001, p. 886.
13 Ibid., p. 887.
14
Ibid., p. 889.

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las formas poé as y semán as tradicionales, y una preocupación temá a con múl pl s
perspec as, que da lugar a un cues onami nto de la representación misma.15

The New Princeton Encyclopedia apunta Así pues, en un sentido amplio, “Percepción
también que la poesía cubista puede, en estricto temporal” es un poema cubista. O neocubista o
sentido, entenderse como la que se escribió neomodernista, si nos atenemos al término
especialmente entre 1912 y 1919, o bien, la acuñado por Sefamí.
típicamente publicada en Nord-Sud, una revista Aquí vale la pena traer a colación una de las
editada por Reverdy. 16 Pero el término poesía características de los poetas neobarrocos latinoa-
cubista también “se extiende a obras marcadas por la mericanos que apunta el mismo Jacobo Sefamí:
fragmentación visual, como la de Cummings y “3) uso de múltiples registros del lenguaje,
Zukofsky, a obras obsesionadas por la percepción, accediendo a códigos que vienen de la biología,
como ‘Trece maneras de mirar un mirlo’ de Stevens, o las matemáticas, la cibernética, la astrología, etc.,
a obras constituidas por múltiples voces y capas
y a la vez usando jergas dialectales, palabras
temporales, como la Tierra baldía de Eliot”.17
R soeces, neologismos, cultismos”.18 En el siguiente
D En “Percepción temporal” se presentan,
fragmento de “Percepción temporal”, por ejem-
G además de la síntesis de perspectivas inicial, la
plo, se escuchan voces pseudo científicas después
C multiplicidad de voces y de planos temporales, así
de una secuencia lírica:
como una autoconciencia de la propia modernidad
del texto y de los problemas de la representación.

Omnívora esfera opaca, el empo fluye. […] Las áreas principales son cuatro:

El núcleo: Cavidad imantada que transforma y devora los compuestos; asimila los restos, los
despojos, que antes, en áreas precedentes, integraron las formas que ella tritura ahora y
elimina.

15 Preminger, Alex and T.V.F. Brogan, editors, The New Princeton Encyclopedia of Poetry and Poetics,
Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1993, pp. 260-261. Traducción mía.
16 Ibid., p. 260.
17 Traducción mía. Ibidem.
18 Jacobo Sefamí, “Neobarrocos y neomodernistas en la poesía latinoamericana”, en Actas del XIII Congreso
de la Asociación Internacional de Hispanistas. Madrid, 1998, vol. III: Hispanoamericana. Lingüística. Teoría
literaria, Florencio Sevilla y Carlos Alvar, editores, p. 420.

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El humus: Área que soporta existencias que crecen del contacto; es lisa, fluida, no presenta
corpúsculos, es indiferenciada, cubierta por una sustancia adherente, atrac a y viscosa, que
llama y desencadena la ins nta integración del ser que la completa.19

Luego siguen, por el estilo, las definiciones En el título da la clave para la interpretación, que
del borde y el halo de la esfera del tiempo. Este se hermana con las obsesiones futuristas por el
discurso, que parece científico, realmente instante que menciona Paz en La casa de la
constituye un pastiche y contribuye a la elabo- presencia.
ración del collage de raigambre cubista. Al final, regresa el motivo de la mosca:
Ahora bien, nótese que el tema de esta obra
es justamente el tiempo, la percepción temporal.

Una mosca se impregna, se adhesiona, pliega su boca al cauce que la adopta, una mosca baja
vibra, pierde un segundo, vuela, (¿pierde un segundo?) atraviesa los cuartos, las ventanas,
palpa las formas cubre las distancias —una mosca camina en las paredes.20 R
D
G
Con el titubeo puesto entre paréntesis —
EL RIZOMA C
“(¿pierde un segundo?)”—, se sugiere un traspiés Coral Bracho rompe con el discurso lineal
del tiempo. O de la percepción temporal. Resulta desde su primer poemario. En su segunda obra, El
plausible creer que en ese segundo, en ese ser que va a morir (1982, Premio de Poesía
instante, la mosca entra a la esfera omnívora y Aguascalientes), la autora va más allá en su explo-
opaca de un tiempo que fluye. La mosca se mete ración de la dislocación del lenguaje. Claramente
en una especie de rizo del tiempo, que la regresa aborda ahora el modelo del rizoma planteado por
al instante anterior, o que parece regresarla al Gilles Deleuze y Félix Guattari en la introducción
instante anterior. Como puede observarse, el de Mil mesetas. De hecho, la poeta tradujo dicha
poema “Percepción temporal” abunda en recursos introducción y la dio a conocer en 1977 —el
cubistas, incluida la preocupación por la mismo año de la publicación de su primer libro—
distribución visual. en la Revista de la Universidad Nacional.

19 Coral Bracho, op. cit., p. 33.


20 Ibid., pp. 35-36.

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En el poema “Sobre las mesas: el destello”,


de El ser que va a morir, la poeta introduce el si-
guiente epígrafe:

El rizoma, como tallo subterráneo […] tene, en sí mismo, muy diversas formas: desde su extensión
superficial ramificada en todos sentdos, hasta su concreción en bulbos y tubérculos. El deseo es un
creador de realidad […] produce y se mueve mediante rizomas. Un rasgo intensivo comienza a actuar
por su cuenta… Deleuze y Guatari, Rizoma.21

El epígrafe da la pauta de lectura del poema, difiere, asimismo, del modelo de la raicilla o la
que de otra manera parecería, en algunos pasajes, raíz fasciculada: “En este caso, la raíz principal
un poema surrealista, de escritura automática. ha abortado o se ha destruido en su extremidad; en
Pero aquí se trata de otra práctica escritural: se ella viene a injertarse una multiplicidad inmediata
trata del rizoma. y cualesquiera de raíces secundarias que adquie-
Definido por el Diccionario de la Real ren un gran desarrollo. La realidad natural aparece
R Academia de la Lengua como “Tallo horizontal y ahora en el aborto de la raíz principal, pero su
D subterráneo, como el del lirio común”,22 el unidad sigue subsistiendo como pasado o futuro,
G rizoma, para Deleuze y Guattari constituye una como posible”.24 El tercer modelo —el retomado
C manera de conocer —y una forma del libro—, y por Coral Bracho en su poema “Sobre las mesas:
también un conglomerado presente en la realidad el destello”— es el del rizoma: “Un rizoma como
(en su explicación, se habla tanto del conoci- tallo subterráneo se distingue radicalmente de las
miento como del mundo mismo). El rizoma se raíces y de las raicillas. Los bulbos, los tubérculos,
distingue del árbol: “el Árbol o la Raíz en tanto son rizomas”.25
que imagen, no cesa de desarrollar la ley de lo El rizoma constituye un conglomerado hete-
Uno que deviene dos, dos que devienen cuatro... rogéneo. Se trata, en tanto que forma de conoci-
(…) Ni qué decir tiene que este pensamiento miento, de una manera compleja de interrela-
jamás ha entendido la multiplicidad”.23 El rizoma cionar materiales, en un modo no jerárquico ni de

21 Coral Bracho, Huellas de luz, México, Era-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2006, p. 80. Cito la
edición de El ser que va a morir incluida en Huellas de luz.
22 Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23ª ed., edición del tricentenario, t. II, México,
Espasa, 2014.
23 Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, traducción de José Vázquez Pérez,
Valencia, Pre-Textos, 2002, p. 11.
24 Ibidem.
25 Ibid., p. 12.

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oposición binaria. El primer y el segundo papa. Lo demás aparece o forma parte del paisaje:
principios del rizoma, enunciados por Deleuze y búsquese en él lo alusivo a la libido de los
Guattari, son los de conexión y de heteroge- caballos”.31 De hecho, la nota alude al primer y
neidad: “cualquier punto del rizoma puede ser segundo principios: la interconexión de elementos
conectado con cualquier otro, y debe serlo”.26 Los heterogéneos, en este caso, la perdiz y la célula de
materiales relacionados son de diverso origen: papa. En cuanto al paisaje, parece aludir al sexto
“eslabones semióticos de cualquier naturaleza se principio: el rizoma responde al mapa, no a la
conectan en él [el rizoma] con formas de codifi- calca. Y el buscar en este “corte de rizoma” lo
cación muy diversas, eslabones biológicos, polí- referente “a la libido de los caballos” también
ticos, económicos, etc., poniendo en juego no sólo parece aludir a que todo punto del rizoma puede y
regímenes de signos distintos, sino también esta- debe conectarse con cualquier otro punto. Por otra
tutos de estados de cosas”.27 El tercer principio es parte, la nota entera parece una tomadura de pelo,
el de la multiplicidad: “sólo cuando lo múltiple es una ironía. Puede serlo: no obstaría para que esto
tratado efectivamente como sustantivo, multipli- sea un rizoma. La ironía se agregaría como un
cidad, deja de tener relación con lo Uno como elemento más del conglomerado.
sujeto o como objeto”.28 El cuarto principio es el Se trata de un poema ampliamente R
de la ruptura asignificante: “Un rizoma puede ser experimental, como “Percepción temporal”. Pero D
roto, interrumpido en cualquier parte, pero siem- va más allá: representa un tipo de poesía mucho
G
pre recomienza según ésta o aquella de sus líneas, más abigarrada (rizomática), interconectada, con
C
y según otras”.29 El quinto y el sexto principios líneas de fuga, heterogénea, que rompe con la
son el de la calca y el de la cartografía: “[La calca] linealidad y la jerarquización del lenguaje. Si nos
Consiste, pues, en calcar algo que se da por hecho, atenemos a la reflexión de Deleuze y Guattari,
a partir de una estructura que sobrecodifica o de “Percepción temporal” se quedaría en el modelo
un eje que soporta. […] El mapa es abierto, de la raicilla o la raíz fasciculada, pues aunque
conectable en todas sus dimensiones, desmonta- tiene multiplicidad por sus distintas perspectivas,
ble, alterable, susceptible de recibir constante- todas ellas responden a una unidad de la obra
mente modificaciones. 30 (desde otra perspectiva, ya se comentó, el poema
La nota que Coral Bracho le adjunta al título se muestra afín al cubismo). En cambio, “Sobre
de su poema dice: “Esto es un corte de rizoma las mesas: el destello” constituye propiamente un
visto al microscopio; la perdiz es una célula de rizoma: disperso por heterogéneo, funciona a la

26 Ibid., p. 13. 29 Ibid., p. 15.


27 Ibidem. 30 Ibid., pp. 17-18.
28 Ibid., pp. 13-14. 31 Coral Bracho, Huellas de luz, op. cit., p. 80.

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manera de un conglomerado interconectado, caó-


tico, múltiple, sin unidad:

En la palabra seca, informulada, se estrecha rancia membrana parda ((decir: fina gota de
aceite para el brillo ma nal de los bordes, para la línea bia, transitada que cruza, como un
puro ma z, sobre el vasto crepitar, sobre el lomo colmado, bulbo —una gota de saliva
animal: para las inflexiones, para el alba fecundada (caricia) que se expande a la orilla, como
una espuma, un relieve; un pelaje frutal —una llaga de luz, un hilván: para los gestos
aromados al tacto, a la sombra rugosa, codiciante; una voz, una fibra desprendida —un
vellón— al azar de las gubias, del frote (plectro), Tientos y el idioma capilar de los roces en
el cuenco lobular de los cuerpos.32

A diferencia de Peces de piel fugaz, en El fecundada (caricia)”, “un pelaje frutal”, “los

R ser que va a morir, y particularmente en este poe- gestos aromados al tacto”, la sombra “codiciante”,

D ma, ya no se recurre al simultaneísmo. Ni siquiera “frote”, “Tientos”, “roces”, “los cuerpos”. A esto

G al collage o a las perspectivas múltiples. Tampoco se suma la presencia de la célula de la papa (que
C se juega con los planos temporales. Aquí más bien es una perdiz): “rancia membrana parda”, quizá
se tiene una madeja, una maraña, un caos: un como de una célula. Ahora bien, en este poema-
poema conglomerándose con un texto filosófico: rizoma todo se relaciona con todo, se mezcla, se
la introducción de Mil mesetas. De eso se trata el enreda. Han quedado lejos las características
rizoma. cubistas, que a fin de cuentas se ceñían a una
Obsérvese cómo, si se toma en cuenta la unidad (así sea para ser sometida al análisis o a la
nota a pie de página puesta por la autora, todo esto síntesis). Aquí hay aglomeración: rizoma.
sería “un corte de rizoma visto al microscopio”.33
Se mencionan, como se puede ver, cuestiones UNA ESCRITURA FEMENINA
referentes al lenguaje: “la palabra seca, informu-
lada”; “las inflexiones”; “una voz”, y “el idioma Autoras como Hélène Cixous, Luce Irigaray
capilar”. Otra línea de significación es la de la y Julia Kristeva abordaron en el mundo francó--
libido (de los caballos, según la nota): “el lomo fono, desde diversas perspectivas, la cuestión de
colmado”, “una gota de saliva animal”, “el alba un lenguaje o una escritura femeninos. La escri-

32 Ibidem. 33 Ibidem.

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utilizado por Platón para referirse a lo invisible y Las aportaciones de Cixous, Irigaray y
sin forma aún, a lo innombrable e ininteligible”.40 Kristeva tuvieron su repercusión en el feminismo,
no sin causar polémica. Comenta Guerra:

De manera acertada, [Ann Rosalind] Jones cri a el lugar abstracto y totalizante en que
Cixous e Irigaray adscriben a la escritura, destacando que si bien la jouissance es una
experiencia privada de la mujer con su propio cuerpo, la praxis de la escritura no es
sencillamente un flujo indiscriminado del cuerpo; por el contrario, su producción está
condicionada por receptores específicos, por los problemas de la autoría y la autoridad, y por
los medios de publicación y distribución (73).

Retomando con distancia crítica el concepto mentos están presentes en la obra de Coral
de escritura femenina, a partir de Cixous e Bracho.
Irigaray, así como algunos aspectos de lo semió- Ahora bien, por supuesto la escritura feme-
R tico planteado por Kristeva, lo anteriormente nina en la obra de Coral Bracho no se sustenta en
D dicho en este texto sobre la obra de Coral Bracho una posición abstracta y totalizadora; tampoco
G cobra otras significaciones. concibo su escritura como un flujo indiscriminado
C En primer lugar, los recursos de la digresión del cuerpo. Más bien, retomo el término de escri-
lírica, el simultaneísmo, el rizoma, el uso tura femenina en el sentido de rupturas y de-
heterodoxo de la puntuación y la preocupación sestabilizaciones del lenguaje hegemónico
por la disposición gráfica, entre otros presentes en (masculino) que han estado presentes en varios
su obra, pueden leerse a la luz del concepto de la momentos de la poesía occidental.
escritura femenina. Ya se dijo que, no nece- En cuanto a la autorización literaria que
sariamente producida por mujeres, la escritura menciona Jones en su reflexión sobre Cixous e
femenina puede entenderse como aquella que va Irigaray, a Coral Bracho la crítica literaria le ha
contra el constreñimiento en oposiciones binarias, sido bastante favorable. Su ruptura con el lenguaje
la jerarquización arborescente y el silenciamiento lineal y hegemónico, coincidente con otras rup-
de la mujer. También expresa un regocijo por el turas neobarrocas, ha sido bien recibida por la crí-
erotismo femenino y una expresión fluida que no tica. En lo que concierne a otros caminos de au-
privilegia el sentido de la vista. Todos estos ele- torización literaria, como los premios y las becas,
Coral Bracho ha sido afortunada. Ha ganado dos

40 Ibidem.

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tura femenina, para Hélène Cixous, sería aquella falogocentrismo”.37 Luce Irigaray plantea, a partir
que dimana del cuerpo de la mujer y que expresa de esto, un lenguaje de mujer que se relaciona con
su jouissance, su regocijo o goce de cuerpo un entendimiento fluido del erotismo femenino.
entero: “A diferencia del plaisir —que está unido, Ha de ser beligerante, según comenta Lucía
como menciona Roland Barthes en El placer del Guerra: “Una escritura otra implica entrar a una
texto, al goce cultural de la identidad en un economía otra, oscilando en la jouissance de la
movimiento homogeneizante del ego—, la sexualidad femenina para explorar un lenguaje en
jouissance es aquel tipo de placer que disipa y el cual se dará énfasis al tacto y no a la mirada, a
fracciona dicha identidad”.34 La escritura la contigüidad y la simultaneidad, a lo fluido en
femenina, comenta Lucía Guerra en su reflexión una proximidad descentralizadora”.38
sobre Cixous, no necesariamente es producida por Julia Kristeva, por su parte, deslindó lo
la mujer, “aunque ella, por su posición de exclu- simbólico de lo semiótico. Lo simbólico sería
ida, es más afín a escuchar el eco del prelenguaje, todo aquello estructurado en el lenguaje. En
de esa zona aún no regimentada por el orden sim- cambio, lo semiótico sería aquello que antecede a
bólico. Esta escritura es siempre abierta y fluida, lo simbólico, y que queda en sus márgenes. Esta
interminable e inagotable, por lo tanto, indefinible parte no verbal, no codificada, pertenece a lo R
al constituir un exceso para los paradigmas femenino y a lo maternal, específicamente. Lucía D
prevalecientes”.35 Guerra comenta que, para Kristeva, “En el len-
G
Luce Irigaray también abordó la relación de guaje poético, como en el lenguaje de ciertos
C
la jouissance con un lenguaje de mujer (parler casos clínicos, se observan interrupciones y modi-
fêmme). Parte del concepto de especularización, ficaciones como aquellas señaladas por Sigmund
“que consiste en crear una imagen especular a Freud en su monografía sobre la afasia: elementos
través de un espejo que refleja la imagen del logos visuales, auditivos, táctiles y kinestésicos que
masculino”.36 Por el proceso de especularización, responden a energías instintivas y corporales,
“la mujer se convierte, no simplemente en el otro mismas que operan entre lo biológico y lo
de un Absoluto masculino (…), sino en el otro cultural”.39 Kristeva sitúa lo semiótico “en la
como reflejo especular del hombre, o bien, el chora (del griego útero, espacio cerrado), término
negativo que posee los atributos desechados del

34 Lucía Guerra, Mujer y escritura. Fundamentos 36Ibid., p.


teóricos de la crítica feminista, México, Universidad 62.
Nacional Autónoma de México-Programa
Universitario de Estudios de Género, 2007, p. 47. 37 Ibidem.
35 Ibid., pp. 47-48.
38 Ibid., p. 71.
39 Ibid., p. 53.

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premios literarios muy importantes en México: el dernismo y hasta el neobarroso; a su vez, la escri-
Premio Nacional Aguascalientes de Poesía y el tura femenina aglomera en su cuerpo rizomático
Premio Xavier Villaurrutia, y, además de los heterogéneos materiales mencionados.
pertenecer al Sistema Nacional de Creadores, ha
gozado de la beca de la Fundación Guggenheim.
Sus poemarios han sido publicados por la Examinemos el caso de Tierra de entraña
prestigiosa editorial Era. Esto muestra que en la ardiente (1992), el tercer poemario de Coral
actualidad un tipo de escritura disidente como la Bracho. De Tierra de entraña ardiente dice José
de Coral Bracho se recibe bien por el público Sefamí, uno de los editores de Medusario, que en
especializado de la poesía (lo cual no significa que él Bracho casi ha dejado de lado su recurrencia a
se lea su obra como escritura femenina). la digresión y al uso arbitrario de la puntuación.
Como ya se mencionó, la obra de Coral No obstante, justamente en dicho libro sucede un
Bracho ha sido interpretada por la crítica literaria interesante hecho de ecfrasis, que hace pensar en
contemporánea frecuentemente desde de su la fluidez de la escritura femenina.
adscripción en la poesía neobarroca; lectura confi- Para James A. W. Heffernan, la ecfrasis se
gurada, sobre todo, a partir de su inclusión en puede definir como “la representación verbal de R
Medusario. También ha sido interpretada como una representación visual”41, mientras que Leo D
neo(pos)modernista: en realidad, estas lecturas Spitzer la entiende como “descripción poética de
G
son la misma, pues el neo(pos)modernismo se una obra de arte pictórica o escultórica, descrip-
C
filtra como recurso del neobarroco. Sin embargo, ción que implica […] la reproducción, por medio
la interpretación de la obra de Coral Bracho como de palabras, de objets d’art perceptibles sensorial-
neobarroca —como neo(pos)modernista y hasta mente”.42 Para Luz Aurora Pimentel, por otra
como neobarrosa— no excluye una lectura de su parte, ecfrasis significa “la descripción verbal de
obra en tanto que escritura femenina. Al contrario: un objeto plástico”.43 Todas estas definiciones son
en la escritura femenina de esta poeta se reciclan apropiadas para lo que ocurre en Tierra de
esas tendencias. Su obra constituye un entraña ardiente, libro publicado por la galería
palimpsesto en el que al barroco se le superponen López Quiroga que conjuga los poemas de Coral
las vanguardias, el neobarroco, el neo(pos)mo- Bracho con las obras plásticas de Irma Palacios

41 Traducción mía. James A. W. Heffernan, Museum José Porrúa Turanzas-Studia Humanitatis, 1983, p.
of Words. The Poetic of Ekphrasis from Homer to 41.
43 Luz Aurora Pimentel, “Ecfrasis: la representación
Ashbery, Chicago- London, The University of Chicago
Press, 1993, p. 3. verbal de un objeto”, en El espacio en la ficción. La
42 Traducción mía. Joan Cammarata, Mythological representación del espacio en los textos narrativos,
Themes in the Works of Garcilaso de la Vega, Madrid, México, Siglo XXI, Universidad Nacional Autónoma de
México, 2001, p. 113.

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(una obra suya, por cierto, sirve para la portada de pendiente (¿o será al revés, es decir, que el poema
Huellas de luz, que recoge los tres libros anterio- provoque al pintor?).”45 Se trataría de ilustración
res de la poeta). en lugar de ecfrasis, y justamente la duda delata la
En palabras de Sefamí: “Aunque no lo po- íntima fusión de las obras de Bracho y Palacios en
dríamos asegurar, parece que los poemas son una este libro. Se encuentra, pues, un rizoma en otro
lectura de los cuadros. (…) se trata de una in- sentido que en el libro anterior, ya que ahora los
terpretación libre, que va recreando e inventando poemas y las obras plásticas se conglomeran. Se
el espacio pictórico. (…) El poema no es reflejo puede interpretar tal fenómeno como una mani-
fiel del cuadro; se hace independiente, se vuelve festación de escritura femenina en la obra de Coral
la visión que el cuadro necesita para comple- Bracho, pues hay fluidez de identidades, difumi-
tarse”.44 No obstante, al principio de la reseña ha- nación, oblicuidad, indeterminación.
bía dudado: “Pero aquí la pintura sirve como pre- En “Ensanchamiento piramidal” se lee:
texto para inventar otro objeto (el poema) inde-

La densa tenacidad nocturna de la historia. Sus construcciones apretadas. Su


R ensanchamiento piramidal. La maraña profunda de sus brotes confusos, de sus ramajes
D engarzados: sus hendiduras, sus incisiones; sus escapes de luz.46
G
C No hay verbos en el poema. Todo él es esta- las hendiduras, las incisiones y los escapes re-
tismo, inmovilidad. Al igual que en otros textos fieren a una escritura oblicua, femenina en el sen-
de Coral Bracho, se desea plastificar el instante. tido de las teóricas francófonas ya mencionadas.
Además, la “maraña” de los “brotes confusos” de Sobre la escritura femenina señala José Se-
la historia remite nuevamente al rizoma; así como famí, en su reseña a Tierra de entraña ardiente:

Si se piensa en una escritura masculina (aunque no siempre escrita por hombres) como la
que man ne el poder, la que determina jerarquizaciones, la que dice enfá a y
directamente: también habría una literatura femenina (y no siempre hecha por mujeres) que
se encarga de dudar, de cues onar las estructuras impuestas, de elaborar de modo oblicuo
o evanescente. En este sen d , este libro sería femenino y, mas aún, feminista: en lucha

44 Jacobo Sefamí, “Tierra de entraña ardiente de 46 Cito la edición incluida en Huellas de luz. Coral
Coral Bracho e Irma Palacios”, en Vuelta, núm. 200, Bracho, Huellas de luz, México, Era-Consejo Nacional
julio de 1993, pp. 58-59. para la Cultura y las Artes, 2006, p. 118.
45 Ibid., p. 58.

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R
D
con nua —aunque velada y su l y, no por ello menos comba a— por resquebrajar los
G
modelos canónicos (masculinos) con que se ve el mundo.47
C

En general, se le puede aplicar a la escritura traciones de Rafael Barajas, El Fisgón). En ellos


de Coral Bracho los calificativos de femenina y se nota la presencia de una escritura digresiva, si-
feminista, en el sentido apuntado por Sefamí. Si multaneísta, rizomática, ecfrástica, fragmentaria,
bien la obra de Bracho se ha ido transformando oblicua, fluida, múltiple: escritura femenina que
con el tiempo, aun acepta su lectura como escri- ciertamente resquebraja los modelos canónicos
tura femenina. Después de Tierra de entraña masculinos.
ardiente, publicó Ese espacio, ese jardín (2003), La obra de Coral Bracho representa la lucha
Cuarto de hotel (2007) y Si ríe el emperador continua, tenaz y categórica de una de las más
(2010), amén de los poemarios para niños Jardín altas voces poéticas del México contemporáneo
del mar (1993, con ilustraciones de Gerardo Su- por una enunciación femenina.
zan) y ¿Adónde fue el ciempiés?(2007, con ilus-

47 Jacobo Sefamí, “Tierra de entraña ardiente de Coral Bracho e Irma Palacios”, op. cit., p. 58.

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