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Un Curioso Enredo
Un Curioso Enredo
Además de la utilización de la hipérbole, que puede ser vista a lo largo del texto,
una herencia de la obra original del Quijote que el autor supo utilizar muy bien.
Tan bien que cada paraje de él es tan bizarro y has cierto punto incomprensible.
Esta obra quizá fue hecha como una reflexión a todos los cambios sociales,
políticos y económicos de la época, una protesta a las acciones y los hábitos que
eran imitados de culturas extranjeras. Una enfermedad de tales dimensiones que
en nuestros días aún sigue arraigada, contaminando y llevando al abismos a las
almas que se dejan seducir por aquel paraíso que promete a los descarriados, que
no encuentran en sí mismos la fortaleza para decir que no, aquellos débiles de
alma, sin coraje, que se refugian en el seductor veneno que jamás les dará
libertad, sólo un breve momento de bienestar. Este paraíso psicotrópico que ha
sido fuente de inspiración de escritores, poetas, cineastas y dramaturgos más
destacados.
Al final tendremos que pagar la deuda contraída con creces, tendremos que
empeñar a nuestro futuro, a la juventud mexicana, ella será la afectada, será ella
quien pague las consecuencias de nuestros actos.
Esta curiosa historia de enredo podría producir una nueva, los tiempos que
vivimos ahora en México son tan variados en tantos aspectos que se puede dar
vida a una historia incluyendo a personajes modernos, para representarla, para
darle vida y para poner a reflexionar a cada hombre y mujer que seguro
identificará algo de su patria o tal vez traer a alguien del pasado para que trate de
interpretar nuestro presente.
Imaginen una historia tan rebuscada al estilo de Lewis Carol y tan dolorosa como
“Los Miserables”. Se imaginan a Romeo y Julieta en esta época, donde la historia
de desarrolle entre dos familias rivales de narcotraficantes, los Arellano Félix y los
Carrillo Fuentes, una historia llena de amor, drogas y plomo. Ni Shakespeare lo
habría imaginado así. O quizá a Peña Nieto con un libro “Leer o no leer, es la
cuestión”, le robaría protagonismo a Hamlet.
Proverbio hindú