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WILLIAM SHAKESPEARE

La escena inglesa en tiempos de Shakespeare


A finales del siglo XVI, durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, se
construyeron en Londres los primeros teatros públicos y estables. Los
teatros isabelinos eran construcciones de forma octogonal o circular,
hechos de madera, con un patio central a cielo abierto y galerías
circundantes. Tenían aproximadamente 25 metros de diámetro exterior y unos diez de altura.

En el patio, los espectadores permanecían de pie. Sobre la plataforma del escenario, en un piso
superior sostenido por columnas, se encontraban las dependencias para la maquinaria de
efectos especiales y demás accesorios de la tramoya. Aunque la acción dramática se
desarrollaba principalmente en el escenario, una galería situada al fondo del mismo era
empleada cuando la escena incluía un balcón (como en Romeo y Julieta) o lo alto de una
muralla (como en Macbeth). En algunos teatros, una segunda tribuna más pequeña estaba
destinada a los músicos.

Al fondo del escenario, dos puertas permitían la entrada y salida de los actores. En los teatros
más evolucionados se situaba entre ellas un segundo espacio, de reducidas dimensiones,
denominado escenario interior. Separado de la plataforma principal por una cortina, este ámbito
servía para recrear ambientes específicos, como dormitorios o cuevas. Por medio de las
trampillas distribuidas en el suelo del escenario principal se representaban diversos efectos,
como sepulcros o apariciones.

Entre los teatros que se construyeron destacan The Theatre (1576), The Rose (1587), The Swan
(1595) y The Globe (1599), que en su forma original o bien reconstruidos permanecieron
abiertos en la primera mitad de la centuria siguiente. Hacia 1609 la compañía de Shakespeare
se estableció en el teatro privado de Blackfriars, aunque siguió representando en El Globo. Este
último, destruido por un incendio, fue edificado de nuevo en 1614.

La obra de Shakespeare Dentro de ese contexto de renacimiento del teatro europeo, la figura
teatral indiscutible en Inglaterra fue William Shakespeare. En su trayectoria pueden
distinguirse cuatro etapas. A la primera de ellas (hasta 1598 aproximadamente) pertenecen una
serie de piezas juveniles en las que Shakespeare se ciñó a las modas vigentes, adaptando los
temas al gusto del público. En este período practicó diversos géneros, desde la comedia de
enredo (La comedia de los errores) hasta la tragedia clásica de influencia senequista (Tito
Andrónico), pasando por el drama histórico (El rey Juan, Ricardo III, Enrique IV). Otras obras
de este momento inicial, como El mercader de Venecia, La fierecilla domada, Romeo y
Julieta o El sueño de una noche de verano, marcan el inicio de una fase de mayor
creatividad.

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