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PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD

ALCANCES GENERALES SOBRE EL PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD

El Estado es una organización humana, constituida sobre un territorio permanente, donde


existe un poder soberano para la creación, definición y aplicación de normas jurídicas que
garantizan su adecuada existencia como organización y facilitan el bienestar de sus
miembros. (Hugo Palacios Mejía)

El Estado alude a la existencia de una sociedad política, independiente y organizada que


posee la titularidad soberana, abstracta y permanente del ejercicio del poder, y cuyo fin
consiste en el cumplimiento y racionalización de la vida comunitaria, en función de lo cual
establece un orden jurídico coactivo.(Víctor García Toma) parte del derecho constitucional
que, teniendo como presupuestos la supremacía de la constitución sobre cualquier otra
norma del sistema jurídico y la necesidad de someter el ejercicio de la fuerza estatal a la
racionalidad del derecho, se ocupa de garantizar el pleno respeto de los principios, valores
y normas establecidas en el texto fundamental.

En efecto, un estado democrático constitucional comporta no solamente el establecimiento


del equilibrio de los poderes sino además un marco institucional que ponga en movimiento
el sistema dando realce a lo constitucional como garantía para la vigencia de la dignidad.
Ello requiere un verdadero sistema de control que elimine cualquier rastro de arbitrariedad
en el funcionamiento del Estado y en lo que respecta a las relaciones sociales.

Sin duda alguna, el control de la constitucionalidad de las normas significa hoy en día uno
de los instrumentos más importantes de tensión y de armonización del poder, y en ese
sentido, su valoración se da en la medida que en un Estado se preserve el sometimiento del
hombre y de los detentadores del poder al derecho y el derecho eleve a la persona como fin
supremo de la sociedad, tal como estipula el primer artículo de nuestra Carta Constitucional.

Definición: el tribunal constitucional a establecido que, mediante el proceso de


inconstitucionalidad, la constitución política del estado a confiado a este colegiado el control
de constitucionalidad de las leyes y las normas con rango de ley se trata de un control
abstracto de normas que se origina no en función de un conflicto de interés concretos, para
cuya solución sea menester dilucidar con carácter previo el acomodo a la constitución de la
norma de decisión, sino simplemente en una discrepancia abstracta sobre la interpretación
del texto constitucional en relación a su compatibilidad con una ley singular.

Objetivo

Verificar la constitucionalidad de normas legales, que pueden contravenir la Constitución por


el fondo o por la forma. Art. 200º inciso 4 constitución política del Perú 1993).

Así mismo la finalidad del proceso de inconstitucionalidad es la defensa de la constitución


en su condición de ley superior. Pues ya que la constitución ella ostenta el nivel normativo,
por cuanto es obra del poder constituyente ;reconoce los derechos fundamentales del ser
humano; contiene las reglas principales para la convivencia social y política ;además de
crear y regular el proceso de producción de las normas del sistema jurídico nacional

I. LA DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD

La acción de inconstitucionalidad recogida en el artículo 200 inciso 4 de la Constitución


Política, procede contra normas que tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos,
decretos de urgencia, tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales de carácter
general y ordenanzas municipales que contravengan la Constitución en la forma o en el
fondo. Como se sabe este proceso tiene como objeto declarar la inconstitucionalidad de una
norma con rango de ley, se trata de un control abstracto de normas que se origina no en
función de un conflicto de intereses concretos, para cuya solución sea menester dilucidar
con carácter previo el acomodo a la Constitución de la norma de decisión, sino simplemente
en una discrepancia abstracta sobre la interpretación del texto constitucional en relación a
su compatibilidad con la ley singular.
En consecuencia la naturaleza de este proceso es objetiva, ya que los legitimados para
iniciarlo no adoptan la posición procesal estricta del recurrente que llega a la instancia a pedir
la defensa de un derecho objetivo, sino que por el contrario actúan de alguna manera como
defensores abstractos de la Constitución. Es decir, estamos ante un procedimiento unilateral
y no de contienda, que busca fundamentalmente el respeto de la regularidad del
ordenamiento jurídico.

En el caso del Perú el órgano de control constitucional encargado de resolver en única y


definitiva instancia las acciones de inconstitucionalidad contra las normas con rango de ley
es el Tribunal Constitucional, La identidad de los órganos o personas que interponen la
demanda y su domicilio legal y procesal. Lo importante es que no debe confundirse al
legitimado con quien lo representa.
Ordena que se señale la identidad del órgano o la persona legitimada para interponer el
proceso de inconstitucionalidad, es decir, la del Presidente de la República, del Fiscal de la
Nación, Defensor del Pueblo, la de los 30 congresistas, del Presidente de la región o del
alcalde provincial, si se trata de órganos. La entidad de las personas legitimadas, sería la de
los cinco mil ciudadanos o del uno por ciento de los ciudadanos el respectivo ámbito
territorial, cuando se trata de una ordenanza municipal que, en nuestra opinión, por razones
prácticas, basta con el anexo que se adjunta a la demanda, o el nombre del decano del
colegio profesional que corresponda.
1. La indicación de la norma que se impugna en forma precisa. Como el objeto de la
demanda es declarar la inconstitucionalidad de una norma con rango de ley, el petitorio debe
señalar en forma precisa y concreta cuál es la norma o las normas que se impugnan.

2. Los fundamentos en que se sustenta la pretensión. Los fundamentos siempre son de puro
derecho. No quiere decir que basta con señalar las normas formales que son de aplicación,
sino la doctrina y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que sustentan la pretensión.

3. La relación numerada de los documentos que se acompañan. Los documentos que se


anexan, además del documento nacional de identificación del demandante, son los que se
mencionan en el artículo 102° del Código y cualquier otro que se entienda oportuno presentar
para mejor ilustración de los magistrados del Tribunal Constitucional.

4. La designación del apoderado si lo hubiere. El presente inciso es una proyección práctica


de lo establecido en el artículo 99° del Código que establece las reglas de la representación
procesal de los legitimados activos.
5. Copia simple de la norma objeto de la demanda, precisándose el día, mes y año de su
publicación. El requisito de la demanda que aquí se establece parece innecesario, pues el
Código establece el principio de que el Juez conoce el derecho. La explicación puede
encontrarse en razones prácticas; facilitar a los magistrados el conocimiento inmediato de la
norma que va a ser objeto de análisis y estudio de constitucionalidad.

ANEXOS DE LA DEMANDA

1. Certificación del acuerdo adoptado en Consejo de Ministros, cuando el demandante sea


el Presidente de la República.
El Presidente de la República no puede interponer la demanda de inconstitucionalidad sino
cuenta con el acuerdo del Consejo de Ministros.
2. Certificación de las firmas correspondientes por el Oficial Mayor del
Congreso si los actores son el 25% del número legal de Congresistas. Los congresistas no
pueden interponer demanda de inconstitucionalidad si el Oficial Mayor del Congreso no
extiende certificación de la autenticidad de sus firmas.
3. Certificación por el Jurado Nacional de Elecciones, en los formatos que proporcione el
Tribunal, y según el caso, si los actores son cinco mil ciudadanos o el uno por ciento de los
ciudadanos del respectivo ámbito territorial, conforme al artículo 203° inciso 5) de la
Constitución.
Es necesario acreditar la autenticidad de las firmas cuando al demanda es interpuesta por
cinco mil ciudadanos, o en el caso de una ordenanza municipal por el uno por ciento de los
viven en el ámbito territorial correspondiente, conforme al inciso 5) del artículo 203° de la
Constitución.
4. Certificación del acuerdo adoptado en la Junta Directiva del respectivo Colegio
profesional; o El Decano del respectivo colegio profesional debe acreditar que tiene
aprobación de su Junta Directiva.

5. Certificación del acuerdo adoptado en el Consejo de Coordinación Regional o en el


Consejo Provincial, cuando actor sea Presidente de región o Alcalde provincial,
respectivamente De igual manera, el Presidente de la expectativa región tiene que acreditar
que goza del acuerdo del Consejo Regional para interponer la acción de inconstitucionalidad.
Así mismo el Alcalde Provincial de su Consejo Municipal respectivo.

El presente artículo y sus incisos se leen conjuntamente con el artículo 99° y el 103°. Los
legitimados para interponer el proceso de inconstitucionalidad deben anexar a la demanda,
el documento que acredita el cumplimiento del requisito que exige a cada uno de ellos el
artículo 99° del Código y constituye un requisito de admisibilidad por mandato del artículo
103°.

INADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA

La inadmisibilidad es una medida transitoria que consiste en el rechazo de la demanda


cuando le falta algún requisito que puede ser subsanable en el plazo de ley. A diferencia de
la regulación de la inadmisibilidad de la demanda en el Código Procesal Civil, en que vencido
el plazo de diez días, si la omisión subsanable no se cumple el Juez rechaza la demanda y
archiva el expediente, el Código Procesal Constitucional concede un plazo de cinco días
para subsanar lo omitido y, si vencido el plazo no se subsana, entonces en resolución
debidamente motivada e inimpugnable, el Tribunal Constitucional declara la improcedencia
de la demanda y la conclusión del proceso.
Se deduce del artículo 103° que la demanda de inconstitucionalidad será declarada
inadmisible cuando:
a) Se haya omitido algunos de los requisitos que necesariamente debe contener la demanda:
1) La identidad de los órganos o personas que interponen la demanda y su domicilio legal y
procesal;
2) La indicación de la norma que se impugna en forma precisa;
3) Los fundamentos en que se sustenta la pretensión;
4) La relación numerada de los documentos que se acompañan;
5) La designación del apoderado si lo hubiere; y
6) Copia simple de la norma objeto de la demanda, precisándose el día, mes y año de su
publicación.
b) Cuando no se acompañan los anexos que debe contener la demanda:

1. La certificación del acuerdo adoptado en Consejo de Ministros, cuando el demandante


sea el Presidente de la República;

2. Certificación de las firmas correspondientes por el Oficial Mayor del Congreso si los
actores son el 25% del número legal de congresistas;

3. Certificación por el Jurado Nacional de Elecciones, en los formatos que proporcione el


Tribunal, y según el caso, si los actores son cinco mil ciudadanos o el uno por ciento de los
ciudadanos del respectivo ámbito territorial, conforme al artículo 203° inciso 5 de la
Constitución;

4. Certificación del acuerdo adoptado en la Junta Directiva del respectivo colegio profesional;
o

5. Certificación del acuerdo adoptado en el Consejo de Coordinación Regional o en el


Consejo Provincial, cuando el elector sea Presidente de la Región o Alcalde provincial,
respectivamente.
Se trata de exigencias de orden formal que condiciona el inicio del proceso, pero dado que
los Jueces no se conducen de modo mecánico, la resolución que rechaza la demanda por
inadmisibilidad debe estar debidamente motivada. Aun cuando el proceso orgánico de
inconstitucionalidad se lleva a cabo en instancia única y definitiva, la resolución motivada
constituye un instrumento de pedagogía, al servicio de la comunidad jurídica en general que
puede tomar conocimiento sobre la forma en que el Tribunal Constitucional ha procedido y
los motivos, por muy formales que sean, que lo han llevado a proceder de esa manera y no
de otra.
El artículo 5 de la ley 28301, Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, tiene establecido que
para declarar la inadmisibilidad de una demanda de inconstitucionalidad requiere de cinco
votos conformes.

IMPROCEDENCIA LIMINAR DE LA DEMANDA.

1. Cuando la demanda se haya interpuesto vencido el plazo previsto en el art.100 del código
procesal constitucional, El plazo que se cuenta desde la fecha de publicación, como ya se
sabe, es de seis años cuando se trata de normas con rango de ley, y de seis meses cuando
se trata de tratados.
2. Cuando el Tribunal hubiere desestimado una demanda de inconstitucionalidad
sustancialmente igual en cuanto al fondo; Es este inciso una aplicación del principio de cosa
juzgada. Cuando con anterioridad el Tribunal Constitucional a declarado la compatibilidad
del tratado o norma con rango de ley en un proceso sustancialmente idéntico. El principio de
la cosa juzgada no opera, sin embargo, cuando la demanda desestimatoria impugnaba la
norma amparándose en vicios de forma. En tal caso, se puede interponer nueva demanda
si se fundamenta en una inconstitucionalidad de fondo.

Cuando el Tribunal carezca de competencia para conocer la norma impugnada. En estos


casos, el Tribunal en resolución debidamente motivada e inimpugnable declara la
improcedencia de la demanda. El Tribunal Constitucional no es competente para
pronunciarse sobre la compatibilidad con la Constitución y la ley de los reglamentos, las
normas administrativas, las resoluciones y los decretos de carácter general, cualquiera que
sea la autoridad de la que emanen. En estos casos la autoridad competente es la Sala
correspondiente de la Corte Superior del distrito judicial al que pertenece el órgano emisor
si la norma infralegal es de carácter regional o local; y la Sala correspondiente de la Corte
Superior de Lima, en los demás casos.
La nueva Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, la ley 28301, en su artículo 30, sostiene
que en ningún caso se puede promover contienda de competencia o de atribuciones ante el
Tribunal Constitucional respecto de los asuntos que le son propios de acuerdo con la
Constitución. El mismo artículo de su Ley Orgánica dispone que el Tribunal Constitucional
resuelva de oficio su falta de competencia y atribuciones.
La declaración de improcedencia por falta de competencia para conocer la norma
impugnada, supone un rechazo de la demanda. Por razones de debido proceso el Código
obliga a que la resolución se encuentre debidamente motivada.

IMPROCEDENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES.


La media cautelar no puede admitirse en el proceso de inconstitucionalidad por la naturaleza
del control abstracto de constitucionalidad y por los electos que la sentencia habrá de tener
en el tiempo y en el espacio. Ya se sabe que la norma se presume constitucional y son
válidos todos sus efectos hasta que no haya sido declarada incompatible con la Constitución.
En el proceso de inconstitucionalidad, la sentencia es constitutiva, produce anulabilidad y no
nulidad como sucede en el caso del llamado control difuso.
En consecuencia, mal podría admitirse una medida cautelar que suponga suspender la
aplicación de la ley, ya que una disposición de esa naturaleza no se condice con las
características del control abstracto, que parte en primer lugar del principio de presunción de
constitucionalidad de la ley y de que los efectos de tiempo de la sentencia son pro futuro, o
sea que los actos efectuados con anterioridad a la declaratoria de inconstitucionalidad son
válidos, sin posibilidad de declararlos inexistentes. Y en cuanto a los efectos de la sentencia
en el espacio, sus alcances generales, erga omnes, harían de la medida cautelar un
verdadero despropósito jurídico, pues suspender la aplicación de una ley que se presume
constitucional, generaría inseguridad jurídica, invadiría los fueros del parlamento al adelantar
a priori lo que habrá de ser el pronunciamiento de fondo y supondría en la práctica el
establecimiento de un control cuasi preventivo de la ley, que no está considerado en nuestro
modelo de jurisdicción constitucional.
Bajo este orden de ideas, en los procesos de acción popular la medida cautelar que
suspende la eficacia de una norma considerada vulneratoria por la sentencia de primer
grado, de conformidad con el artículo 94°del código procesal constitucional, sólo puede
admitirse si la Sala correspondiente de la Corte Superior entiende que el hecho ilegal o
inconstitucional conlleva una nulidad, tal como lo ordena el artículo 81° del Código procesal
constitucional. Pero un pronunciamiento de esta índole sólo podrá admitirse, si el vicio de la
norma es actual y tremendamente perjudicial en la práctica, al punto que hagan necesaria
conceder la media cautelar, la que sólo deberá admitirse, en consecuencia, si la sentencia
declara la nulidad de la norma con efectos pro pretérito. Nunca cuando se trata de
anulabilidad con efectos pro futuro.

EFECTO DE LA ADMISIÓN E IMPULSO DE OFICIO.

El respecto de la Constitución constituye un bien de interés público, que obliga al Tribunal


Constitucional a impulsar el proceso de oficio, aún sí las partes no muestran interés en
continuar con su tramitación. El Tribunal Constitucional debe adoptar de motu proprio las
medidas que sea necesarias para evitar que el proceso se paralice por incuria o desinterés
de las partes. No interesa ya lo que éstas puedan esperar del resultado final, sino que una
vez interpuesta la demanda el Tribunal Constitucional se avoca a su conocimiento por la
importancia de garantizar la supremacía de la Constitución. Es éste artículo una proyección
a la ley del principio ya consagrado doctrinaria y jurisprudencialmente de que el Tribunal
Constitucional no sólo es el intérprete, sino también el guardián de la Constitución.
En tal virtud, el proceso de inconstitucionalidad sólo puede terminar por sentencia firme. No
cabe el allanamiento ni el reconocimiento, la conciliación, el desistimiento, la transacción
judicial ni el abandono.

TRAMITACIÓN.

Recuérdese que por disposición del artículo 147° del Código Procesal Civil no se consideran
para el cómputo de los plazos los días inhábiles. De manera que la parte demandada tiene
más de treinta días naturales para contestar la demanda. Asimismo, si los emplazados son
varios, el término diez a que empieza a contarse desde la última notificación. Si el último día
del plazo, es decir, si el término diez días que coincide con un día inhábil, el plazo se prorroga
hasta el primer día hábil siguiente.
El Tribunal emplaza con la demanda:
1. Al Congreso o a la Comisión Permanente, en caso de que el Congreso no se encuentre
en funciones, si se trata de leyes o reglamento del Congreso. El Código declara que el
Congreso de la República es el legítimo pasivo en los procesos de inconstitucionalidad
contra su Reglamento y contra las leyes formales, es decir, las aprobadas por el Congreso
ya sea que se trate de leyes orgánicas, ordinarias o de desarrollo constitucional. En nuestra
opinión, el Congreso también debería ser emplazado cuando modifica decretos legislativos,
convalida decretos de urgencia o sustituye artículos que son materia de regulación a través
de decretos leyes. Las razones son obvias. El Congreso debe defender la constitucionalidad
de lo que aprobó, modificó o sustituyó.
Así lo ha entendido el Tribunal Constitucional cuando declaró al Congreso en rebeldía por
no contestar la demanda de inconstitucionalidad que la Defensoría del Pueblo interpuso
contra el Código de Justicia Militar, que fuera aprobado mediante un decreto ley, pero
modificado ulteriormente por leyes del Congreso en repetidas oportunidades.

2. Al Poder Ejecutivo si la norma impugnada es un Decreto Legislativo o Decreto de Urgencia


El Decreto Legislativo, como se sabe, es la ley material que expide el Poder Ejecutivo, previa
delegación de facultades por el Congreso, sobre materia específica y plazo determinado
establecido en la ley autoritativa. El Decreto de Urgencia, en cambio, es una norma con
fuerza de ley que el Presidente de la República aprueba en materia económica y financiera,
cuando así lo requiere el interés nacional, sin necesidad de autorización por parte del Poder
Legislativo. Ambas clases de normas se expiden con cargo de darse cuenta al Congreso a
fin de que este, en quien descansa por preponderancia la función legislativa, ejerza el
respectivo control. El Código sólo exige el emplazamiento del Poder Ejecutivo, pero también
es este caso pensamos que el Congreso debería ser emplazado, porque ha consentido en
los probables vicios de inconstitucionalidad, al no disponer en su momento su modificación
o derogación.

El artículo 32° de la derogada Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, establecía que en
el caso de los decretos legislativos y de urgencia, el parlamento podía apersonarse al
proceso de modo potestativo.

3. Al Congreso, o a la Comisión Permanente y al Poder Ejecutivo, si se trata de Tratados


Internacionales.

Ya se sabe que el Código no hace diferencias entre tratados que han sido aprobados a
través del procedimiento de , reforma constitucional, de los convenios internacionales cuya
materia es reservada al parlamento derechos humanos, soberanía, dominio, integridad del
estado, defensa nacional, obligaciones financieras del estado, los que crean, modifican o
suprimen tributos y los que exigen modificación o derogación de alguna ley, así como los
que requieren medidas legislativas para su ejecución como tampoco de los llamados
tratados simplificados que aprueba el Poder Ejecutivo sin participación del Congreso. En
todos ellos, se emplaza con la demanda de inconstitucionalidad tanto al Congreso o a la
Comisión Permanente, si aquel está en receso, como el Poder Ejecutivo.

4. A los órganos correspondientes si la norma impugnada es de carácter regional o


municipal.

La demandas de inconstitucionalidad contra las normas con rango de ley que expiden los
órganos regionales o municipales, se corren traslado al órgano que lo expidió. Cuando se
trata de los municipios, la norma que puede ser objeto de impugnación es la Ordenanza
Municipal. En cuanto a los Gobiernos Regionales, la Constitución sólo habla de "normas
regionales de carácter general".

Con su contestación, o vencido el plazo sin que ella ocurra, el Tribunal tendrá por contestada
la demanda o declarará la rebeldía del emplazado, respectivamente. En la misma resolución
el Tribunal señala fecha para la vista de la causa dentro de los diez días útiles siguientes.
Las partes pueden solicitar que sus abogados informen oralmente.

Si el emplazado no responde en el plazo de ley, se declara su rebeldía. En el proceso de


inconstitucionalidad, la rebeldía no produce ningún tipo de efecto. Su declaratoria no es por
sí sola un juicio previo de verosimilitud sobre la inconstitucionalidad de la norma, porque el
pronunciamiento final se producirá por el simple mérito de la compatibilidad entre la norma
impugnada con la Constitución. En consecuencia, no es de recibo en sede de los procesos
constitucionales lo dispuesto en el artículo 461° del Código Procesal Civil, en el sentido de
que "la declaración de rebeldía causa presunción legal relativa sobre la verdad de los hechos
expuestos en la demanda".

En la misma resolución que declara la rebeldía del demandado se señala la fecha para la
vista de la causa, la misma que deberá tener lugar dentro de los diez días útiles siguientes.
Si los abogados informan, primero lo hace la parte demandante y luego la parte demandada.
Hay derecho a réplica y duplica. Si alguna de ellas considera que el informe ofrecido en la
vista de la causa ha sido insuficiente, lo contemplará por medio de escrito ulterior.
PLAZO PARA DICTAR SENTENCIA.

El artículo 5 de la ley 28301, Ley Orgánica del Tribunal Constitucional tiene establecido que
para dictar sentencia que declare la constitucionalidad de una norma con rango de ley se
exigen cinco votos conformes. Si no se alcanza el número requerido la sentencia declara
infundada la demanda de inconstitucionalidad.

Si hay votos singulares, se emiten junto con la sentencia. En ningún caso el Tribunal puede
dejar de resolver ni los magistrados abstenerse de votar debiendo hacerlo a favor o en contra
en cada oportunidad. La sentencia, como el propio articulo expresa, debe expedirse dentro
de los 30 días posteriores a la vista de la causa. Se entiende que se trata de días hábiles.

II. LEGETIMACIÓN PROCESAL

El presente artículo establece la legitimación activa y el órgano competente para conocer de


las acciones de inconstitucionalidad. Es una reiteración, o si se quiere un desarrollo del
artículo 203° de la Constitución que establece quienes son los legitimados para interponer
la acción de inconstitucionalidad contra las normas que tienen rango de ley, mientras que el
inciso 1) del artículo 202° señala que el órgano competente es el Tribunal Constitucional, al
disponer que es a éste al que le corresponde "conocer, en instancia única, la acción de
inconstitucionalidad.

Según el artículo 203° están facultados para iniciar el proceso de inconstitucionalidad:

a) El Presidente de la República;
b) El Fiscal de la Nación;

c) El Defensor del Pueblo;

d) El veinticinco por ciento del número legal de congresistas;

e) Cinco mil ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones, si
se tratara de una ordenanza municipal;

f) También están legitimados para iniciar proceso el uno por ciento de los ciudadanos del
respectivo ámbito territorial, siempre que este porcentaje no exceda del número de firmas
antes señalado;
g) Los Presidentes de los Gobiernos Regionales (con el acuerdo del consejo respectivo);

h) Los Alcaldes Provinciales (con el acuerdo de su consejo y en materias de su


competencia); y

i) Los Colegios Profesionales (en los asuntos de su especialidad).

El número de los legitimados para interponer la acción de inconstitucionalidad gravita


enormemente sobre las relaciones entre el parlamento y el Tribunal Constitucional. Cuanto
mayor es el número de los legitimados, hasta llegar a la actio populis, como en Colombia,
mayor es el peso y la preponderancia del Tribunal Constitucional. Pero si el número de los
legitimados sea corta, menor es su gravitación en el control de constitucionalidad de la ley,
pues recuérdese que el Tribunal Constitucional no actúa de oficio, sino debe esperar la
interposición de la acción de inconstitucionalidad para emitir su pronunciamiento.

REPRESENTACIÓN PROCESAL LEGAL.

Antes de interponer la acción de inconstitucionalidad, ciertos legitimados activos deben


contar con algún requisito de admisibilidad, que se adjunta necesariamente como anexo a
la demanda, según lo dispone el artículo 102° del Código Procesal Constitucional. Así
tenemos que:

1. El Presidente de la República requiere del voto aprobatorio del Consejo de Ministros.


Designa a uno de ellos para que suscriba la demanda y lo represente en juicio. El
Ministro designado, como seguramente sucedería en la mayoría de los casos, salvo
que se trate de una ley políticamente importante delegaría la representación en el
Procurador Público que corresponda.
2. El Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo no necesitan de ningún requisito previo
de admisibilidad. Actúan directamente en los procesos de inconstitucionalidad,
aunque la ley los faculta para actuar mediante apoderados.

3. Los Congresistas no actúan intuito persona sino por medio de apoderado nombrado
para el caso.
4. Cuando la demanda es interpuesta por cinco mil ciudadanos, de conformidad con el
inciso 5 del artículo 203° de Constitución, estos confieren la representación a uno de
ellos que deberá hacerse patrocinar por un abogado.

5. Los presidentes de Región requieren el acuerdo previo de sus consejos, al igual que
los Alcaldes Provinciales. Ambos pueden actuar directamente o a través de
apoderado, pero siempre con el patrocinio de abogado.

6. Los Colegios Profesionales requieren el previo acuerdo de Junta Directiva. Son parte
en el proceso a través de sus decanos y requieren también el patrocinio de abogado.

El demandado, es decir, el órgano emisor de la norma con rango de ley, que puede
ser el Congreso, el Poder Ejecutivo, El Gobierno Regional o Local, está obligado a
apersonarse al proceso y debe hacerlo para defender la norma. Lo hace por medio
de apoderado especialmente nombrado para el efecto, pero caben allanamientos,
desistimientos, arbitrajes ni formulas conciliatorias. El alegato es siempre para ofrecer
los fundamentos de puro derecho que sustentan la constitucionalidad de la ley
emitida.

PLAZO PRESCRIPTORIO.

El artículo es claro. El proceso de inconstitucionalidad contra las normas que tienen rango
de ley, se interpone en el plazo de seis años contado desde que la norma ha sido publicada,
con excepción de los tratados en que el plazo sólo se extiende por seis meses. Si el plazo a
vencido ya no hay lugar a la interposición de la acción. El Código dice prescribe la pretensión,
quizá con el propósito de dar a entender que no hay derecho que caduca, pues se trata de
un juicio abstracto y objetivo que se dirige siempre contra la ley y nunca contra el órgano
que la emitió. La caducidad, que por naturaleza extingue la pretensión y el derecho, puede
ser de exacta aplicación a un proceso ordinario, pero no necesariamente en un proceso
constitucional orgánico. Más aún si se tiene en cuenta, que la imposibilidad de impugnar la
inconstitucionalidad de la norma no impide el control difuso, corno el propio Código indica
cuando señala que el vencimiento de los plazos tiene lugar sin perjuicio de lo dispuesto por
el artículo 51° y 138° de la Constitución política del Perú de 1993. El primero consagratorio
del principio de supremacía constitucional y de la superioridad de la ley sobre el decreto; el
segundo, de la potestad de cualquier Juez de preferir, en todo proceso, la norma
constitucional a la ley; la ley a la norma de inferior jerarquía y así sucesivamente. Según el
artículo 203° están facultados para iniciar el proceso de inconstitucionalidad:
a) El Presidente de la República;

b) El Fiscal de la Nación;

c) El Defensor del Pueblo;

d) El veinticinco por ciento del número legal de congresistas;

e) Cinco mil ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones, si
se tratara de una ordenanza municipal;

f) También están legitimados para iniciar proceso el uno por ciento de los ciudadanos del
respectivo ámbito territorial, siempre que este porcentaje no exceda del número de firmas
antes señalado;

g) Los Presidentes de los Gobiernos Regionales (con el acuerdo del consejo respectivo);

h) Los Alcaldes Provinciales (con el acuerdo de su consejo y en materias de su


competencia); y

i) Los Colegios Profesionales (en los asuntos de su especialidad).

El número de los legitimados para interponer la acción de inconstitucionalidad gravita


enormemente sobre las relaciones entre el parlamento y el Tribunal Constitucional. Cuanto
mayor es el número de los legitimados, hasta llegar a la actio populis, como en Colombia,
mayor es el peso y la preponderancia del Tribunal Constitucional. Pero si el número de los
legitimados sea corta, menor es su gravitación en el control de constitucionalidad de la ley,
pues recuérdese que el Tribunal Constitucional no actúa de oficio, sino debe esperar la
interposición de la acción de inconstitucionalidad para emitir su pronunciamiento.

III.-PARAMETRO Y OBJETO DE CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD

El contraste de constitucionalidad se realiza enfrentando y calibrando el texto de la norma


con rango legal y uno o varios preceptos de la Constitución. En términos del artículo 39.2 de
la LOTC, "el Tribunal Constitucional podrá fundar la declaración de inconstitucionalidad en
la infracción de cualquier precepto constitucional, haya o no sido invocado en el curso del
proceso". El parámetro de la constitucionalidad es el texto de la Constitución, lo que ha
llevado al Tribunal Constitucional a rechazar que otro tipo de disposiciones, como los
tratados internacionales, actúen como elemento de juicio para declarar inconstitucional una
norma legal.

No obstante, el modelo descentralizado propio del Estado autonómico en el que el reparto


competencial no se recoge exclusivamente en el texto de la CE y se completa con otra serie
de normas (Estatutos de Autonomía, leyes del art. 150 CE) convierte, a veces, los preceptos
constitucionales en un canon incompleto en la emisión de un juicio de constitucionalidad. El
artículo 28.2 de la LOTC establece que "para apreciar la conformidad o disconformidad con
la Constitución de una Ley, disposición o acto con fuerza de Ley del Estado o de las
Comunidades Autónomas, el Tribunal considerará, además de los preceptos
constitucionales, las Leyes que, dentro del marco constitucional, se hubieran dictado para
delimitar las competencias del Estado y las diferentes Comunidades Autónomas o para
regular o armonizar el ejercicio de las competencias de éstas".

Este conjunto de normas que actúan como canon de constitucionalidad ha sido denominado
"bloque de la constitucionalidad" en la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Aunque la idea ya aparecía en los razonamientos de la 10/1982, se impuso con naturalidad
su uso en los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas
(SSTC 26/1982, 84/1983 y 113/1983) y el Tribunal reafirmó su carácter de parámetro para
los procesos de constitucionalidad en la STC 49/1984 (FJ 2). Por último, recientemente, el
órgano ha recordado que la LOTC no se incluye entre las normas que integran el "bloque de
la constitucionalidad"

Además de estas singularidades, en ciertos procedimientos de control los reglamentos de


las Cámaras legislativas pueden convertirse en normas interpuestas que completen el juicio
de constitucionalidad; especialmente cuando la inconstitucionalidad de la ley se debe a que
su aprobación se ha realizado sin seguir, como manda un precepto constitucional o
estatutario, con regularidad el procedimiento legislativo.

Elementos que componen al parámetro de control de regularidad constitucional.


La Constitución (texto), tratados internacionales, decisiones del Poder Judicial de la
Federación y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos El parámetro de regularidad
implica que el juez no se debe limitar al texto constitucional.
OBJETIVO DEL CONTROL CONSTITUCIONAL

El control de constitucionalidad tiene como objetivo el principio de supremacía constitucional,


esto es que la Constitución de un país es la norma de mayor jerarquía a la cual deben
sujetarse las normas de rango inferior, entendiéndose por tales a las leyes dictadas por
el parlamento, los decretos y demás resoluciones dados por el Poder Ejecutivo o por
entidades autárquicas y las sentencias y demás resoluciones de los jueces, por lo cual las
normas que presuntamente no se ajusten al texto o normas constitucionales serán sometidas
a este procedimiento

IV.-ANALISIS JURISPRUDENCIAL

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFIA

Ley n°28301, ley orgánica del tribunal constitucional 24 de enero 2011

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