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Codice pereciano

El Códice Peresiano es uno de los cuatro códices mayas


conocidos. Se le llama también
Códice de París, ya que fue
adquirido por la Biblioteca de
París, en 1832 (Diccionario
Histórico Biográfico, 2004).
El documento pasó inadvertido
durante muchos años, hasta que
fue redescubierto en 1859, en los
archivos de la Biblioteca, por
León de Rosny. En su portada se
encontró escrito el apellido “Pérez”, y de ahí surgió el nombre del
Códice Peresiano, que posiblemente se relacione con el filósofo
español Juan Pio Pérez (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
El Códice no está completo, y el fragmento mide 1.45 m de largo
por 22 cm de ancho, formado por 11 hojas escritas en ambos
lados -22 páginas-. Contiene, sobre todo, la secuencia de
los katunes y las ceremonias y ritos asociados a ellos, así como
un almanaque con un aparente zodíaco. De acuerdo con el estilo
de las figuras y de los glifos que reproducen, se cree que puede
haber provenido de Tulum o Mayapán, y su fecha se ubica entre
los siglos XIII y XV (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).

Trocortesiano
El Códice Tro-Cortesiano o Códice de
Madrid (también escrito Tro-Cortesano,
Trocortesiano, Trocortesano o, en latín,
Codex Tro-Cortesianus) es un códice maya.
Está considerado el libro más importante
del Museo de América de Madrid, y una de
las piezas más destacadas de toda la
colección, aunque por necesidades de
conservación lo que se expone al público es
un facsímil y el original permanece
guardado en la cámara acorazada del
museo.
Se trata de uno de los cuatro únicos códices
mayas prehispánicos que se conservan,
junto con el Códice de Dresde (Biblioteca Estatal de Sajonia y de la Universidad de
Dresde, Dresde), el Códice de París o Códice Peresiano (Biblioteca nacional de
Francia, París) y el Códice Grolier, o Códice Sáenz, (Biblioteca Nacional de Antropología e
Historia, Ciudad de México), cuya autenticidad fue por mucho tiempo discutida,1 aunque un
estudio en profundidad publicado en 2016 por un equipo de la Universidad Brown(Estados
Unidos) aseguró que no solamente es auténtico, sino el más antiguo de los conservados

Lugar donde supuestamente se encontraron estos


códices
Había varios libros mayas escritos al tiempo de la conquista de Yucatán en el siglo XVI, pero
casi todos fueron destruidos más tarde por conquistadores y misioneros. En particular, los
encontrados en la Península de Yucatán fueron
destruidos por órdenes de fray Diego de L anda en
julio de 1562. Juntos, los códices son una fuente
de información primaria de la cultura maya, junto
con las inscripciones en piedras y monumentos,
y estelas que sobrevivieron hasta nuestros días y
los frescos de algunos templos. Muchas de las
claves para entender al mundo maya fueron así
destruidas.
Alonso de Zorita escribió que en 1540 que vio esos
libros en el altiplano de Guatemala que “narraban
su historia de más de ochocientos años atrás y que
le fueron interpretados por indígenas muy
ancianos” (Zorita 1963, 271-2). Fray Bartolomé de
las Casas se lamentó cuando descubrió que esos
libros fueron destruidos y escribió: "Estos libros
fueron vistos por nuestros clérigos, y yo aún pude
ver restos quemados por los monjes
aparentemente porque ellos pensaron que podrían
dañar a los indígenas en materia de religión, ya
que se encontraban al inicio de su conversión". Los
últimos en ser destruidos fueron los de Tayasal,
Guatemala, la última ciudad de América en ser
conquistada en 1697.3
Solamente cuatro códices considerados auténticos
sobrevivieron hasta nuestros tiempos. Estos son:

 El Códice de Dresde;4
 el Códice de Madrid, también conocido
como el Códice Tro-Cortesiano;
 el Códice de París, también conocido como el Códice Peresiano;
 el Códice Grolier.
Parecidos en forma y estructura, cada uno está escrito en una sola hoja plegada de casi 7
metros de largo y de entre 20 y 22 centímetros de alto, en pliegos que miden cerca de 11
centímetros de ancho.
La autenticidad del Códice Grolier no fue aceptada por todos los mayistas y por muchos años
se le consideró una falsificación. Solo recientemente, en 2016, algunos expertos a nivel
mundial han concluido que no solo es auténtico, sino que es físicamente el más antiguo de los
cuatro conocidos.5

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