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Bibliografía
En su afán por curar y preservar la vida la ciencia ha realizado importantes avances en estos
últimos años, prueba de ello, son los avances recientes en genética como en el estudio del
genoma humano y sus posibilidades casi ilimitadas en áreas como: la ingeniería genética, la
inseminación artificial, la fecundación "in vitro", los trasplantes de órganos y otras técnicas.
Sin embargo, cabe preguntarse, si todo lo que técnicamente es capaz de realizar, en nombre del
bienestar y mejoramiento de la vida, es humanamente correcto y éticamente responsable. ¿Le es
lícito a la ciencia todo lo que es capaz de realizar?
• El estatus del embrión: ¿es el embrión sujeto de derechos como persona humana?
• El embrión como persona potencial: ¿puede ser tratado simplemente como una cosa,
o al contrario merece que se trate con todo el respeto y consideración que se debe a la
vida humana?
• Valores supremos de la sociedad: ¿cuáles son los valores supremos que una
sociedad debe guardar, la autonomía de las personas para decidir sobre sus vidas, la
sexualidad, la maternidad; la libertad para tomar decisiones que conciernen a su
patrimonio personal o familiar, el amor y la solidaridad entendidos como, la disposición de
realizar todo lo humanamente posible para resolver problemas relacionados con la
reproducción de la vida?
La valoración ética de las técnicas de reproducción humana, depende mucho de los valores
religiosos y antropológicos, - presentes o no -, a la hora de juzgar la aceptación de las mismas. A
la pregunta anteriormente planteada, de si ¿le es lícito a la ciencia y la técnica hacer todo lo que
tiene capacidad de hacer?, la respuesta es que, no todo lo que desde el punto de vista científico
- médico puede realizarse, es éticamente aceptable. Es necesario con una actitud abierta y
crítica, darnos la oportunidad de discernir entre el rechazo a priori de la tecnología, producto de
la inteligencia humana, y su capacidad para contribuir al bienestar humano, y el abuso de la
misma con finalidades distintas a la preservación de la vida, rechazando aquellas intervenciones
técnicas con finalidades distintas a las reproductivas.
Desde el punto de vista de la Iglesia Católica, todas las técnicas reproductivas distintas a la
relación sexual son inmorales. La Iglesia fundamenta su posición en documentos como
"Humanae vitae" (1968) y "Donun vitae" (1987) alegando razones como:
Sobre los temas de debate citados, por su nivel de complejidad, se requieren los esfuerzos de
interpretación de los diversos sectores y grupos sociales que conforman la comunidad. Las
respuestas no pueden provenir de un solo sector porque corren el riesgo de responder a
intereses, valoraciones o visiones unilaterales excluyentes del resto de la colectividad.
• Desde el punto de vista ético los embriones humanos no son cosas que deban tratarse
como materias de experimentación o manipulación de ningún tipo, sobre todo con fines
distintos a los de la reproducción humana. Deben ser tratados con la misma dignidad y
respeto que se da a la vida humana.
• El respeto a la autonomía de las personas y la libertad para decidir sobre sus vidas
deben ser valores supremos que una sociedad pluralista defienda hasta los últimos
extremos, siempre que los comportamientos derivados de esos derechos no atenten
contra los intereses y los derechos de las demás personas. Pero sobre todo, la defensa
del derecho a la vida humana en todas sus formas y manifestaciones culturales debe ser
el valor que cualquier sociedad defina como valor supremo.
• Desde una óptica secular, no parecen muy convincentes los argumentos de la Iglesia
Católica para rechazar la FIV y otras técnicas, porque producen la separación de las
dimensiones procreativa y amorosa de la relación sexual. Históricamente no hay criterios
que demuestren que ambos aspectos deban necesariamente estar unidos. Más bien
existen rastros de que el "sexo sin amor" está presente a lo largo de la historia como
práctica humana, según lo evidencian algunos relatos bíblicos. Por otra parte, al aceptar
formas de control de natalidad "naturales", tácitamente la misma Iglesia admite dicha
separación.
• Sobre la exigencia de que el nuevo ser nazca en un contexto de amor interpersonal de
naturaleza heterosexual, y no por mediación de requerimientos técnicos, no parece existir
argumentos que demuestren que una pareja que recurre a este tipo de técnicas no vivan
un proyecto de vida común y familiar producto del amor conyugal.
• Sobre el irrespeto a la calidad humana del embrión, hasta ahora, la mayoría de las
sociedades no conceden estatus de personas – como sujetos jurídicos – a los embriones
humanos. Sin embargo, desde el punto de vista ético, todo embrión humano debe ser
tratado con dignidad y respeto y gozar de protección por el sólo hecho de formar parte de
la vida humana.
Existe un tipo de clonación natural: los gemelos. Pregunta típica: “¿garantiza esto que las dos
personas serán luego exactamente iguales?” No, pero tendrán la misma información genética.
Esto es factible realizarlo también por laboratorio: por ejemplo, en Argentina se hace, cuando hay
un óvulo fecundado “in vitro”. Se le divide, para obtener por lo menos tres, y optimizar así las
posibilidades de embarazo, puesto que tres es lo ideal para transferir al útero de la mujer, ya que
si llega a prosperar el embarazo, trillizos es un número soportable, y lo más difícil en este
proceso es la fecundación. Aquí no habría objeción ética realizable, puesto que se está imitando
a la naturaleza
La manipulación genética
La manipulación genética consiste en las técnicas dirigidas a modificar el caudal hereditario de
alguna especie, con fines variables, desde la superación de enfermedades de origen genético
(terapia genética) o con finalidad experimental (conseguir un individuo con características no
existentes hasta ese momento).
Al empezar a actuar sobre el hombre, sus genes y su descendencia es cuando empiezan a surgir
las dudas éticas sobre estas técnicas, sobre si respetan o no la dignidad humana.
Por esto para determinar la licitud de estas actuaciones hay que preguntarse cuál es el fin de las
mismas. Los análisis prenatales sirven para determinar si un embrión lleva o no una falla
genética en familias en las que los padres son susceptibles de transmitir a su hijo cualquier
defecto genético. El estudio puede prevenir futuras actuaciones terapéuticas, en este caso es
éticamente lícito, porque se busca un fin terapéutico en el análisis.
Ahora bien, los diagnósticos prenatales no siempre se usan con esta finalidad. En la mayoría de
los casos se hacen análisis genéticos para decidir sobre si se aborta o no. En estos casos el
diagnóstico genético prenatal se pervierte y por tanto es éticamente inadmisible. Si se reconoce
la intención de abortar, en caso de diagnosticar la posible existencia de un gen defectuoso, el
análisis genético no es admisible porque sería una indicación confirmatoria para una decisión
tomada de antemano.
El problema está en discernir cuál es el límite, y quien lo fija. Esta consideración entremezcla la
manipulación genética con el dilema ético que suscita, más allá de su regulación jurídica
Ingeniería genética
Concepto
Se llama ingeniería genética a una serie de técnicas que permiten la transferencia programada
de genes entre distintos organismos. Consiste en una reunión artificial de moléculas de DNA con
la finalidad de aislar genes o fragmentos de DNA, clonarlos e introducirlos en otro genoma para
que se expresen.
La ingeniería genética se puede describir como la formación de nuevas combinaciones de genes
por el aislamiento de un fragmento de DNA, la creación en él de determinados cambios y la
reintroducción de este fragmento en el mismo organismo o en otro. Cuando los genes nuevos
son introducidos en las plantas o animales, los organismos resultantes pasan a llamarse
transgénicos y los genes introducidos transgenes.
La ingeniería genética como tal no es una ciencia, sino un compendio de técnicas para aislar y
modificar los genes. También se conoce con el nombre de técnica del ADN recombinante. Se
refiere a todos los procedimientos por los cuales una molécula de ADN es cortada en un lugar
determinado y luego "pegada" (con el mismo u otro fragmento) mediante el uso de ciertas
enzimas de existencia natural en microorganismos (enzimas de restricción ligasas); también se
refiere a procedimientos para multiplicar una molécula determinada de ADN (o un fragmento de
ella), mediante su incorporación a elementos autorreproducibles en microorganismos.
Aplicaciones
Las aplicaciones de la ingeniería genética pueden ser divididas en cinco áreas de trabajo. La
ingeniería genética puede usarse:
• En microorganismos
• En las plantas
• En los animales
• En células cultivadas de animales, plantas o humanos
• En humanos
Microorganismos manipulados por ingeniería genética pueden ser usados para fabricar proteínas
humanas para aplicaciones médicas:
• En 1978 se consiguió que una bacteria "programada" fabricara insulina humana, que se
comercializa desde 1982.
• Gracias a esto es posible obtener insulina en grandes cantidades y con bajos costes,
aparte de que es más segura que la insulina que se usaba antes (de cerdo).
• Esto se ha conseguido también con otras proteínas humanas como hormona del
crecimiento, factores de la coagulación
Manipulación genética en línea germinal
Las manipulaciones en línea germinal se realizan en los primeros estadios del desarrollo
embrionario. Implican modificaciones transmisibles a toda la descendencia. Aquí podríamos
incluir la terapia génica en línea germinal, la manipulación genética eugenésica, y cualquier otro
tipo de técnicas con finalidad experimental o de investigación, como la creación de híbridos por
ingeniería genética e incluso la clonación.
En general, esta posible intervención no es aceptada por ningún científico. Aquí entramos en el
terreno experimental en donde la manipulación genética es total.
Como en cualquier acción médica sobre un paciente, son lícitas las intervenciones terapéuticas
sobre el embrión humano, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como
fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual.
Por consiguiente se trata aquí más bien de una manipulación genética que incide sobre las
fuentes de la vida, y no de una terapia genética. La investigación en el terreno concreto de la
experimentación embrionaria lleva implícita la instrumentación de la persona humana
Artículo 10: "Ninguna investigación relativa al genoma humano ni sus aplicaciones, en particular
en las esferas de la biología, la genética y la medicina, podrán prevalecer sobre el respeto de los
derechos humanos, de las libertades fundamentales y de la dignidad humana de los individuos o,
si procede, de los grupos humanos". Con esto se ratifica la ilicitud de las actuaciones
eugenésicas.
Art. 6. "Nadie podrá ser objeto de discriminaciones fundadas en sus características genéticas,
cuyo objeto o efecto sería atentar contra sus derechos y libertades fundamentales y el
reconocimiento de su dignidad"
Convenio para la protección de los Derechos Humanos y la dignidad del ser humano con
respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina.
Artículo 11 indica que se prohíbe toda forma de discriminación de una persona a causa de su
patrimonio genético
Artículo 13.. "Únicamente podrá efectuarse una intervención que tenga por objeto modificar el
genoma humano por razones preventivas, diagnósticas o terapéuticas y sólo cuando no tenga
por finalidad la introducción de una modificación en el genoma de la descendencia"
ARTICULO
Una polémica técnica de manipulación de la línea germinal de óvulos y embriones, que permite
engendrar niños con ADN de tres progenitores, fue aprobada el 3 de febrero de 2015 por la Cámara de
los Comunes del Parlamento Británico.
Se trata de una regulación de la “donación mitocondrial” en el marco de la sección 45(4) de la ley de
Fertilización Humana y Embriología vigente en ese país, a propuesta del Secretario de Estado para la
Salud y que ahora deberá ser tratada por la Cámara de los Lores. Gran Bretaña sería el primer país del
mundo en legalizar esta forma de ingeniería genética.
La técnica supone la fecundación extracorpórea de embriones y presenta dos modalidades:
Donación mitocondrial en óvulos: por un lado, la modificación genética de óvulos, de tal manera que:
1) se recogen óvulos de la mujer requirente, que tiene material mitcondrial dañado, y de una donante
de óvulos que tiene material mitocondrial sano; 2) se remueve el material genético de ambos óvulos;
3) el material genético de la “madre” requirente es insertado en el óvulo de la donante, que luego es
fecundado con espermatozoides.
Donación mitocondrial en embriones: el otro método consiste en: 1) Se recogen dos óvulos, uno de la
“madre” que tiene mitocondrias dañadas, y otro de una donante con mitocondrias sanas; 2) Ambos
óvulos son fecundados con espermatozoides, concibiendo dos embriones ; 3) Los pronúcleos, con la
información genética, son removidos de ambos embriones, pero sólo se conserva el material genético
del embrión proveniente de los “padres”; 4) el pronúcleo del embrión de los padres, se injerta en el
embrión concebido con óvulo de donante y al que se había quitado previamente el núcleo; 5) el
embrión con su nuevo pronúcleo es transferido al seno de la madre requirente para continuar el
embarazo.
La finalidad:
Se afirma que la finalidad es conseguir embriones “sanos” en los casos en que la madre tiene material
mitocondrial defectuoso en sus óvulos que se transmite a su descendencia y que produce algunas
discapacidades y enfermedades. A través de estas técnicas, se procura, por un lado, que el ADN del
núcleo provenga de los “requirentes” de la técnica; por el otro, que el ADN mitocondrial provenga de
una donante de óvulos sana. Por ello se afirma que se trata de hijos con ADN de tres progenitores.
Objeciones bioéticas:
Varias objeciones bioéticas merece la nueva técnica aprobada:
El panorama es estremecedor porque se pretende legalizar una ingeniería genética que fije las
características deseadas de la descendencia. Estamos ante un nuevo paso, como lo es la clonación, la
selección de gametos, el diagnóstico preimplantatorio, en una tendencia biotecnológica eugenésica y
contraria a la dignidad humana y el bien común.
Dada la gravedad de esa impronta eugenésica, la noticia aparece vinculada con una finalidad
pretendidamente terapéutica, como es la existencia de enfermedades que se transmiten por
las mitocondrias a la descendencia. Pero ello no justifica las hondas consecuencias que posee el hecho
de “fijar” las características genéticas de la descendencia.
En el terreno del derecho de familia, no sólo se altera la identidad personal del niño sometido a esta
técnica, sino que se alteran sus relaciones fundamentales de paternidad y maternidad. Está en juego
el derecho a la identidad.
Las técnicas reproductivas han abandonado la lógica de intervenir en casos de infertilidad y se han
trasladado al terreno del deseo reproductivo, bajo una lógica de producción. El hijo deja de ser un don
y se convierte en un producto, que como tal ha de ser “fabricado” bajo estrictos controles de calidad.
Las consecuencias deshumanizantes de esta impronta eugenésica son amplias y preocupantes.
En el caso de la técnica que involucra embriones, la técnica conlleva matar a un embrión para que su
material genético sea injertado en otro embrión, al modo de una “clonación”. El embrión resultante en
el caso de donación mitocondrial en embriones, sería en realidad un tercer embrión, distinto al primero
y al segundo, un clon con la misma información genética nuclear del primero. A los problemas
eugenésicos antes mencionados, se agrega en este caso la inadmisible eliminación de un embrión
humano.
Para lograr este tipo de técnicas, se experimenta usualmente con embriones humanos y se los
descarta. Es una de las expresiones más graves de la cultura del descarte que considera a la vida como
material biológico disponible.
En otro orden, se trata de técnicas experimentales que pueden tener consecuencias desconocidas. Por
aplicación del principio de precaución no correspondería avanzar en este tipo de experimentos. Se
afirma que estas técnicas salvarían los problemas de transmisión de enfermedades por
las mitocondrias, pero hay muchos científicos que presentan reparos sobre ello, como por
ejemplo Maureen L. Condic, profesora asociada de Neurobiología y Anatomía de la Universidad de
Utah Facultad de Medicina. Condic afirma: “Todos los métodos propuestos para “tratar” la
enfermedad mitocondrial introducen una disparidad permanente e innatural entre el genoma nuclear y
el genoma mitocondrial que será heredado por todas las generaciones posteriores. Esto constituye
una experimentación desctructiva, sin ética, en seres humanos, sin ninguna garantía de resultados, ya
sea para el “paciente” (el embrión clonado producido) o cualquiera de los descendientes”.
Subsisten, además, los reparos éticos que conciernen a la intermediación técnica en la procreación
humana.
La cuestión en Argentina: En el caso de la Argentina, el nuevo Código Civil y Comercial prohíbe estas
experimentaciones en el artículo 57 que dispone: “Prácticas prohibidas. Está prohibida toda práctica
destinada a producir una alteración genética del embrión que se transmita a su descendencia“.
Informe de Jorge Nicolás Lafferriere
Algunos creen que lo importante es tratar a todos los pacientes hasta sus últimas consecuencias,
pero también hay quienes han defendido que lo importante era cuidar a las personas hasta el
final. Ese cuidado debe ser proporcionarles confort al enfermo y a la familia. El cuidado como
medio y la calidad de vida son la finalidad y objetivos que debemos tener los cuidadores durante
la fase final de la vida, el alivio del sufrimiento y el restablecimiento de la salud están
íntimamente relacionados con la enfermería.
La muerte es un tema que suele evitarse; incluso cuando es inminente, suele negarse. El
cuidado de pacientes con enfermedades terminales y el comportamiento y consuelo de sus
familiares, sea por muerte repentina o después de una enfermedad prolongada, es unas de las
situaciones más difíciles en la práctica de la medicina.
“Etapa psicoemocional de la persona con enfermedad terminal”
La comunicación de la enfermedad
Al paciente:
Al momento de comunicar a una persona un diagnóstico fatal es una difícil situación, No hay una
forma única de hacerlo y el profesional debe tener siempre presente los derechos del enfermo y
respetarlos y saber individualizar en cada caso. El paciente tiene derecho a saber la verdad, pero
en ocasiones también a no saberla, se tiende a decir toda la verdad entre otras cosas para evitar
responsabilidades legales. Siempre hay que tener en cuenta si la persona quiere más
información, qué es lo que quiere saber y si está preparada para recibirla. Se debe investigar
mediante preguntas abiertas todo lo que ya sabe (incluido informaciones de otros profesionales),
lo que piensa o lo que le está preocupando en esos momentos. Preparar previamente la
situación procurar estar en un ambiente agradable sin interrupciones y utilizar un lenguaje
sencillo verificar que entiende lo que se está diciendo, aguardar en silencio respetando el tiempo
necesario para que reflexione; contestar las preguntas y ofrecer disponibilidad para todas las
futuras dudas que van a ir surgiendo. Hay que valorar el equilibrio psicológico del paciente y es
útil para ello investigar reacciones previas ante situaciones difíciles, Puede que la información
provoque un choque emocional. En cualquier caso la comunicación de la verdad debe darse de
forma paulatina. Hay que mantener siempre en el enfermo una esperanza realista, por ejemplo
esperanza de disminuir los dolores, de ser bien cuidado, etc.
A la familia:
Estimular al paciente a que, dentro de sus posibilidades físicas, siga realizando actividades
laborales, recreativas, sociales, de la vida cotidiana lo más cercano posible a como lo hacía
hasta enfermar; o en su defecto, buscando nuevas actividades motivadoras; incluso dentro del
hogar, si no pudiera trasladarse.
Evaluacion familiar
El duelo es un proceso por el que se atraviesa tras la pérdida de un ser querido, algo inesperado
por el cual un individuo jamás se siente preparado para semejante perdida. He ahí donde pasa
por diferentes etapas o emociones hasta lograr la aceptación de la perdida.
La etapa del desconcierto: personas que actúan como si nada abriese pasado mientras que
otras aceptan la situación. Se trata de un estado protector que sirve para dar tiempo a asumir la
información recibida, que puede durar horas o incluso algunos días.
Después viene la etapa de rabia o agresividad: se puede sentir la falta de seguridad y la baja
autoestima he incluso enojarnos con aquellas personas que consideramos responsables de la
perdida, también suele aparecer un sentimiento de injusticia y desamparo, justo con los
problemas de insomnio, pesadillas o sueño no reparador, nuestro apetito también se afecta y
resulta muy difícil disfrutar de una actividad cotidiana.
Después nos encontramos con la etapa de desorganización o desesperanza: tomamos
conciencia que nuestro ser querido no volverá. “sienten la presencia” del familiar fallecido
sobretodo en momentos de somnolencia o relajación.
Este momento se caracteriza por la sensación de desorganización al no estar presente ese ser
querido, lo cual es habitual experimentar tristeza desinterés o incluso romper los esquemas de
nuestro estilo de vida personal habitual, algunas personas tienen impulso de llevar a cabo
cambios radicales en su vida. Cambios de casa, trabajo de lugar. etc.
Aquí llegaremos a la etapa de reorganización poco a poco afrontamos la nueva situación y
reorganizamos nuestra propia existencia.
(Aquí nuestro ser querido empieza a transformarse una reparación reparadora)
La vida ya no es la misma porque la perdida deja un vacío irremplazable, cada uno tiene que
seguir su camino y su propio tempo consiente que es un proceso que precisa de nuestro
esfuerzo.
El objetivo conseguir avanzar en la reconstrucción de una nueva vida con un nuevo significado
que nos servirá de ayuda en la maduración y el crecimiento personal.
Hay cinco etapas por las que pasan la mayoría de las personas cuando saben que van a morir,
las cuales son: Cada paciente reacciona de manera diferente ante la noticia de que sufre una
enfermedad terminal. En general, casi todos los pacientes pasan por cinco etapas hasta aceptar
su dramática situación.
Los Cuidados que el equipo de salud brinda a las personas afectadas por enfermedades
crónicas, avanzadas o progresivas como el cáncer u otras (patologías neurodegenerativas,
insuficiencia renal, etc.), que están destinados a garantizar el alivio del dolor y del sufrimiento y
una digna calidad de vida.
Tratar los síntomas de este tipo de dolencias, los problemas psicológicos, sociales y espirituales
que conllevan las mismas y los efectos secundarios de los tratamientos, son algunos de los
objetivos de este enfoque, que busca el bienestar no sólo de los pacientes, sino también de sus
familiares y cuidadores.
Los cuidados paliativos suponen la atención integral de las personas en su realidad total:
biológica, psicosocial y espiritual a lo largo de todas las fases de la enfermedad oncológica:
desde la prevención y el diagnóstico hasta el tratamiento de los síntomas, comprendiendo
también los cuidados del final de la vida.
En cada uno de esos diferentes momentos los cuidados paliativos pueden ayudar a aliviar el
dolor, enfrentar problemas respiratorios, agotamiento, falta de apetito, dificultades para dormir,
depresión, así como también a recibir apoyo y acompañamiento para garantizar el mayor
bienestar y autonomía en las decisiones acerca de la salud y de la vida.
se orientan a brindar respuestas integrales a las personas afectadas por patologías oncológicas,
los cuidados paliativos requieren la conformación de equipos multidisciplinarios (integrados por
médicos, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales), cuya labor esté basada en la garantía
de derechos humanos esenciales: el alivio del dolor y del sufrimiento y la dignidad de las
personas
Cuidados paliativos
Objetivo principal
El objetivo del cuidado paliativo es reducir el sufrimiento y optimizar la calidad de vida de los
pacientes con enfermedades terminales .y reafirmar la vida y concebir la muerte como un
proceso natural ,el no acelerar ni posponer la muerte ,así también como el alivio del dolor la
angustia y el sufrimiento ,brindarle un apoyo psicológica y espiritual, para aliviar su dolor ,y que
en lo posible ,tenga el apoyo familiar.
Mantener al paciente cómodo y aliviar su dolor. También posibilitar que goce de una buena
calidad de vida durante el resto que le queda por vivir
El cuidado del paciente en etapa terminal ve a la muerte como un resultado inevitable en el caso
le dan al paciente con edad terminal, plazo de 6 meses de vida el cuidado está formado por el
equipo de salud tanto de enfermeros bajo liderazgo de un medico
Valoración física:
Alimentación
Hidratación
Oxigenación
El confort
Prevención de caídas
Contención y apoyo psicológico
Cercanía de familiares y amigos
El cuidado de enfermería es primordial con el paciente ya que es el personal de enfermería el
que se encuentra las 24 horas del día por eso debemos mantenerlo tranquilo dándole sensación
de seguridad y control, escucharlo facilitarle el apoyo espiritual informarle sin quitarles esperanza
de vida y siempre mantener un respeto digno.
L a relación del paciente con su familia debemos permitir su participación en los cuidados físicos
y emocionales permitir despedidas dándole espacio y intimidad necesaria ya que la familia es el
soporte fundamental en el proceso de muerte por eso la valoración familiar incluye mucho
La relación del paciente con los aspectos sociales: incluyen desde lo económico hasta la persona
presencia de una red social de apoyo para el cuidado físico y soporte emocional del paciente y la
familia
Dando seguridad al paciente de que sus derechos serán respetados y a nosotros como
profesionales de que nuestros deberes están regulados y que llevados y aplicados con ética y
profesionalismo nos darán aún más seguridad en la aplicación de técnicas y herramientas en pro
de dichos pacientes.
Para poder comprender este tema es necesario e indispensable que se definan los conceptos
utilizados:
Muerte digna: es la muerte con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos
humanos posibles.
Ortotanasia: es la muerte en buenas condiciones, con las molestias aliviadas. Es la
muerte a su tiempo, sin acortar la vida ni alargarla artificialmente mediante medios
extraordinarios o desproporcionados. También llamada ‘muerte digna’, es la exigencia
ética, que atiende a la forma de morir, y el derecho con el que cuenta todo ser humano
para elegir o exigir, para sí o para otra persona a su cargo, una muerte a su tiempo.
Distanasia: es la muerte con adopción de medidas desproporcionadas para mantener las
funciones vitales de un paciente moribundo. Es la prolongación exagerada del proceso
de morir de un paciente, resultante del empleo inmoderado de medios terapéuticos
extraordinarios o desproporcionados, que linda con el ensañamiento, encarnizamiento o
furor terapéutico.
Adistanasia: es la omisión o retirada de medios extraordinarios o desproporcionados
para prolongar artificialmente la vida a un enfermo terminal. Consiste en dejar morir en
paz, y como consecuencia de su enfermedad, al paciente que no tiene esperanzas de
sobrevivir de un modo natural. Se contrapone a la Distanasia.
Encarnizamiento terapéutico: es la aplicación de tratamientos inútiles; o, si son útiles,
desproporcionadamente molesto o caro para el resultado que se espera de ellos.
Suicidio asistido: es la facilitación al enfermo terminal y desahuciado, de la medicación
letal, que el mismo decide cuando utilizar para terminar con su vida. El propio enfermo
ingiere o se administra la droga que le va a provocar una muerte rápida y sin sufrimientos.
Es donde el propio paciente quien, estando en condiciones físicas de hacerlo y actuando
bajo su propia responsabilidad, recurre a medios letales, que le son proporcionados por
un médico, para suprimir su vida.
Testamentos en vida o testamento vital: son los documentos o declaraciones legales
firmados ante testigos en los cuales un adulto, en su sano juicio, libremente informa al
personal médico acerca de su deseo de que no le administren o le retiren medios
extraordinarios de conservación de la vida en ciertas circunstancias, es decir, si se
encuentra en los últimos momentos de su vida y si en dichos momentos no está
capacitado para tomar la decisión por sí mismo.
Las cuestiones éticas que pueden surgir al final de la vida giran en torno sobre tipo de
actitud clínica, paliativa o curativa; ubicación del paciente para los cuidados; intensidad de
las intervenciones como algunas de las que se enumeran a continuación:
Diálisis (Riñón artificial) La diálisis es un tipo de terapia de reemplazo renal usada para
proporcionar un reemplazo artificial para la función perdida del riñón debido a una falla renal. Es
un tratamiento de soporte vital y no trata ninguna de las enfermedades del riñón. Cuando son
sanos, los riñones eliminan los productos de desecho de la sangre y también quitan exceso de
líquido en forma de orina.
Los tratamientos de diálisis tienen que duplicar ambas funciones, eliminación de desechos (con
diálisis) y eliminación de líquido (con ultrafiltración). En todos los tipos de diálisis, la sangre pasa
en un lado de una membrana semipermeable, y un líquido de diálisis pasa en el otro lado.
Alterando la composición del líquido de diálisis, las concentraciones de solutos indeseados,
(principalmente potasio y urea), en el líquido son bajas, pero los solutos deseados, (por ejemplo
sodio), están en su concentración natural encontrada en la sangre sana, o en el caso de
bicarbonato, mayor, para neutralizar la acidosis que está presente a menudo.
La diálisis puede ser usada en pacientes: -.que han perdido repentinamente su función renal
(falla renal aguda) -.para pacientes absolutamente inestables que han perdido permanentemente
su función renal (enfermedad renal en estado terminal).
Es un término propuesto en 1972 por Jennett y Plum el cual corresponde a un diagnóstico clínico
que se debe diferenciar de otras alteraciones del nivel de conciencia (coma, muerte encefálica,
enclaustramiento, mutismo acinético y fases terminales de demencia). Las personas en EV
mantienen espontáneamente las funciones vitales, el ritmo sueño-vigilia y carecen de actividad
voluntaria (2). Las causas más frecuentes de EV son los traumatismos craneoencefálicos,
trastornos cerebrovasculares, tumores cerebrales, encefalitis isquémico-anóxicas, entre otras
Es una modificación de varios artículos de la ley 26.529 de los Derechos del Paciente en su
relación con los profesionales e instituciones de salud.
Autonomía de la voluntad.
Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a intervenir en los términos de la Ley 26.061 (Ley
de protección al niño) a los fines de la toma de decisión sobre terapias o procedimientos médicos
o biológicos que involucren su vida o salud.
En el marco de esta potestad, el paciente que presente una enfermedad irreversible, incurable o
se encuentre en estadío terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación,
informado en forma fehaciente, tiene el derecho a manifestar su voluntad en cuanto al rechazo
de procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital
cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación con la perspectiva de mejoría, o
produzcan un sufrimiento desmesurado. También podrá rechazar procedimientos de hidratación
o alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de
ese estadio terminal irreversible o incurable.
No es más que el recordatorio de la independencia del paciente; que aun en caso de enfermedad
grave, este posee sobre las decisiones que se tome sobre su cuerpo, enfermedad y tratamiento.
Incluidos en estos los pacientes menores de edad, que de acuerdo a su edad y capacidad de
entendimiento y toma de decisiones también pueden opinar sobre que tratamiento recibir o no.
Esto no es más que el recordatorio al personal profesional de enfermería el deber de respetar las
decisiones de nuestros pacientes.
Sin perjuicio de la aplicación del párrafo anterior, deberá garantizarse que el paciente en la
medida de sus posibilidades, participe en la toma de decisiones a lo largo del proceso sanitario.
De la misma manera este artículo nos recuerda que todas y cada una de las acciones de
médicos y personal de salud, como enfermería, debe estar acatado al consentimiento informado
aceptado y firmado por el paciente o tutores.
Consentimiento Informado:
Es la declaración de voluntad suficiente efectuada por el paciente, o por sus representantes
legales en su caso, emitida luego de recibir, por parte del profesional interviniente, información
clara, precisa y adecuada con respecto a su estado de salud; el procedimiento propuesto; sus
beneficios, riesgos, molestias y efectos adversos previsibles; la especificación de los
procedimientos alternativos y las consecuencias previsibles de la no realización del
procedimiento propuesto o de los alternativos especificados.
a) Su estado de salud.
b) El procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos.
c) Los beneficios esperados del procedimiento;
d) Los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e) La especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y
perjuicios en relación con el procedimiento propuesto;
f) Las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los
alternativos especificados.
g) deberá dejarse constancia de la información por escrito en un acta que deberá ser
firmada por todos los intervinientes en el acto.
Al tomarse alguna decisión y ser bajo consentimiento informado, dicho documento debe
ser firmado por todo los integrantes del equipo de trabajo
Instrumentación. El consentimiento será verbal con las siguientes excepciones, en los que será
por escrito y debidamente suscrito:
a) Internación;
b) Intervención quirúrgica;
c) Procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos;
d) Procedimientos que implican riesgos según lo determine la reglamentación de la
presente ley;
e) Revocación.
Casos:
a) Cuando mediare grave peligro para la salud pública;
b) Cuando mediare una situación de emergencia, con grave peligro para la salud o vida
del paciente, y no pudiera dar el consentimiento por sí o a través de sus representantes
legales.
Directivas anticipadas. Toda persona capaz mayor de edad puede disponer directivas
anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determinados tratamientos médicos,
preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las directivas deberán ser aceptadas
por el médico a cargo, salvo las que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas, las que se
tendrán como inexistentes.
EUTANASIA
Clasificaciones de eutanasia
Se distingue entre la eutanasia como acción y la eutanasia como omisión (dejar morir). Su
equivalente sería eutanasia activa y eutanasia pasiva, respectivamente. También se utilizan, en
forma casi sinónima, las calificaciones de positiva y negativa respectivamente.
Eutanasia directa: Adelantar la hora de la muerte en caso de una enfermedad incurable. Esta a
su vez posee dos formas:
Activa: Consiste en provocar la muerte de modo directo. Puede recurrirse a fármacos que
en sobredosis generan efectos mortíferos.
Pasiva: Se omite o se suspende el tratamiento de un proceso nosológico determinado
(por ejemplo una bronconeumonía), o la alimentación por cualquier vía, con lo cual se
precipita el término de la vida. Es una muerte por omisión.
Distanasia y Ortotanasia
Los profesionales de la salud se enfrentan constantemente con situaciones que deben
tomar decisiones difíciles, y muchas veces esto tiene que ver con enfermos que se encuentran
muy graves ya sea en el hospital o en alguna otra institución.
Precisamente, para estas situaciones, se ha creado una rama de la Ética que estudia los asuntos
que se presentan al final de la vida, o dicho de otra forma, cuando la vida de una persona está en
peligro y por más esfuerzos que se hagan, la posibilidad de que se recupere la persona es muy
baja.
Pongamos como ejemplo la situación en que una persona tiene una enfermedad en fase
terminal (como pueden ser muchos casos de cáncer o enfermedades muy avanzadas del
corazón o del cerebro), en la que cualquier tratamiento ya no es efectivo y donde el sufrimiento
es constante tanto para el paciente como para la familia que lo acompaña. En esta situación
surgen las siguientes preguntas: ¿Se puede hacer algo para que esa persona ya no siga
sufriendo? Cuando la muerte es inminente y el sufrimiento insoportable ¿puede acelerarse el
proceso de morir y evitar el momento desagradable? La Ética ha estudiado estas situaciones y
se han creado algunos conceptos para facilitar su comprensión.
Siguiendo este mismo punto, el estudio de la Ética al final de la vida ha evolucionado, y
ahora se habla de otros dos conceptos: la “ortotanasia” y la “distanasia”.
La ortotanasia se refiere a permitir que la muerte ocurra “en su tiempo cierto”, “cuando
deba de ocurrir”, por lo tanto los profesionales de la salud están capacitados para otorgar al
paciente todos los cuidados y tratamientos para disminuir el sufrimiento, pero sin alterar el curso
de la enfermedad y por lo tanto el curso de la muerte.
El concepto de distanasia, por el contrario, se refiere a la prolongación innecesaria del
sufrimiento de una persona con una enfermedad terminal, mediante tratamientos o acciones que
de alguna manera “calman” los síntomas que tiene y tratan de manera parcial el problema, pero
con el inconveniente de estar prolongando la vida sin tomar en cuenta la calidad de vida del
enfermo.
Estos temas en la actualidad son motivo de debate, pues hay quienes creen que el ser
humano no tiene el derecho a decidir sobre la vida humana y, por otro lado, hay quienes se
promulgan a favor de la vida y en contra del sufrimiento. Podemos concluir que se trata de
conceptos en la Ética que sólo se han legalizado y llevado a la práctica en Holanda y Bélgica,
mientras en otros países como el nuestro no se han aprobado aún y muchos son los progresos
que hay que hacerse en esta materia.
La Iglesia y la eutanasia
Es sabido que la iglesia no acepta ningún acto que atente contra la vida humana, por ello
queremos dejar ver su punto de vista con respecto a la práctica de la Eutanasia.
El pecado de la eutanasia
La eutanasia es "uno de los síntomas más alarmantes de la cultura de la muerte", y debe
ser distinguido de la decisión de evitar "el ensañamiento terapéutico" y de la aceptación de los
tratamientos contra el dolor que puedan acelerar el deterioro de la salud del enfermo. Estas dos
últimas conductas son lícitas, aunque la encíclica alabe el valor moral de quien rechaza los
analgésicos para seguir sufriendo.
La eutanasia, consecuencia "absurda e inhumana" de una sociedad hedonista en la que
el sufrimiento ha perdido todo el valor positivo que la Iglesia le atribuye, se define así como la
acción u omisión que, "por su naturaleza y en la intención, causa la muerte para evitar el dolor".
Este pecado se comete, según la encíclica, tanto si el enfermo consiente como si no ya que, en
el primer supuesto, habría una cooperación al suicidio. La muerte es lícita, en cambio, si
sobreviene como consecuencia previsible de la suspensión de un tratamiento que resulte
desproporcionado con las esperanzas de curación del enfermo, "o bien por ser demasiado
gravoso para el enfermo o para su familia".
La parte "positiva" de la encíclica de Juan Pablo II contiene un llamamiento explícito a la
rebelión silenciosa, bajo el principio de que la eutanasia es un crimen que ninguna ley humana
puede pretender legitimar" y fuente de "una precisa obligación de oponerse mediante la objeción
de conciencia" (...) "La sociedad tiene el deber y el derecho de protegerse de los abusos.
El Santo Pontífice Juan Pablo II hace un llamado a la objeción de conciencia contra la Eutanasia
"síntomas alarmantes" del avance de una "cultura de la muerte".
ARTICULO
http://www.infobae.com/2015/07/08/1740302-la-diferencia-muerte-digna-y-eutanasia-clave-del-fallo-
testigo/
Hay diferencias sustanciales entre eutanasia y muerte digna o natural: una la permite y la otra la
provoca. El paciente M.A.D que falleció horas después de conocido el fallo forzó a la Corte
Suprema a ampliar la mirada sobre la ley vigente en la ArgentIna. Infobae ahondó el tema con la
Iglesia y la ciencia.
El debate alrededor de los derechos del paciente en estado terminal y sobre la llamada muerte
digna entrecruzan en la Argentina y en el mundo posiciones y sentimientos encontrados que en
general persiguen una pregunta que no encuentra respuesta y que posiblemente no la encuentre
nunca:
¿Quién tiene potestad sobre la muerte? ¿Dios? ¿La ciencia? ¿Cada persona?
El derecho avanzó con mesura y consenso sobre esta materia y brinda marcos y andamiajes
legislativos para asirse e intentar tomar decisiones a medida que la vida real las pone sobre la
mesa. Pero que claramente no agotan el debate, sino todo lo contrario.
La Corte Suprema de Justicia reconoció ayer al mediodía el derecho a la muerte digna del
paciente llamado M.A.D para preservar su identidad (luego se conoció públicamente su nombre
como Marcelo Diez) avalando la voluntad expresada por sus familiares para que se suspendan
las medidas que desde hace más de 20 años prolongan artificialmente su vida. Y quien como
consecuencia de un accidente automovilístico se encuentra postrado desde 1995, con
desconexión de ambos cerebros, destrucción del lóbulo frontal y otras severas lesiones.
La situación paradojal fue que Marcelo Diez murió antes de que llegue a aplicarse el fallo.
El pronunciamiento de la Corte echó a correr como reguero de pólvora dos conceptos que son en
realidad contrapuestos, pero que aún hoy no están claros para la sociedad: la muerte digna o
natural y la eutanasia.
En el propio fallo de la Corte Suprema se entremezclan como en un laberinto varios aspectos del
derecho; y así entran en conflicto derechos constitucionales como el derecho a la vida y el
derecho a la autonomía personal.
El fallo que avala la muerte digna fue firmado por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de
Nolasco y Juan Carlos Maqueda. El magistrado Carlos Fayt no firmó la resolución al estar en
desacuerdo con el voto mayoritario
En ese sentido el fallo del Supremo Tribunal argentino sostiene que un sujeto puede en
determinadas circunstancias adoptar decisiones que tengan como fin previsible la culminación de
su vida, en tanto se trata de cuestiones que se encuentran dentro de la zona de reserva que
asegura el derecho a la autonomía personal.
Una de las partes más relevantes que exhiben los fundamentos del fallo es que el individuo es
dueño de hacer elecciones sobre su propia vida sin intromisión del Estado en tanto no afecten la
moral, el orden público, ni a terceros. Aseguró que esas decisiones libres hacen a la dignidad de
la persona y al pleno ejercicio de la libertad.
Consultado por Infobae, el presbítero Rubén Revello, director del Instituto de Bioética y de la
Facultad de Ciencias médicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio su opinión: "La
sentencia de la Suprema Corte de Justicia es cuanto menos contradictoria: dice que la ley de
derechos del paciente veda las prácticas eutanásicas y se esfuerza por aclarar que el presente
fallo "no se trata de un caso de eutanasia", pero autoriza a retirar la hidratación y la alimentación
que siguen siendo médicamente proporcionadas"
Estatus legal
La ley vigente en la Argentina para dar marco a los derechos del paciente está basada
originalmente en la Ley 26.529 del año 2009 Derechos del Paciente en su Relación con los
Profesionales e Instituciones de la Salud y luego modificada hasta la actualidad por la ley 26742
que procura asegurar el goce del derecho a la autonomía personal en la etapa final de la vida y
que ese derecho se plasma en la posibilidad de aceptar o rechazar determinadas terapias o
procedimientos médicos o biológicos.
Y justamente aquí aparece una de las objeciones más rotundas de parte de los expertos en
bioética, ya que el fallo con un criterio ampliatorio de la actual Ley 26.742 vigente autorizó la
suspensión de la alimentación e hidratación artificial del paciente M.A.D.
Lo que objetan los expertos en bioética es que el agua y la comida no son tratamientos médicos,
se trata de asistencia humanitaria y que su suspensión encubre una eutanasia pasiva; que no
está contemplada por la ley argentina.
La letra de la ley 26.742 vigente garantiza la formación de un consentimiento informado por parte
del paciente y prevé la posibilidad de que en determinados casos esto sea otorgado por los
representantes legales del mismo, dependiendo de sus condiciones físicas, médicas y psíquicas.
En diálogo con Infobae, la doctora Vilma Tripodoro, especialista en cuidados paliativos e
investigadora del Instituto Lanari de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y miembro de la ONG
Pallium Latinoamérica, consideró: "La dignidad no se pierde por enfermar, hay que entender que
la muerte es parte de la vida. El término muerte digna es equivocado y confuso, porque se puede
malentender que una muerte digna necesita de un fallo judicial para ocurrir o creer que la
dignidad se persigue a través de nuevas legislaciones. Y esto no es así, la dignidad implica
aliviar los síntomas y tratar a las personas humanamente hasta el último momento".
Entre la muerte digna y la euthanasia
Para Tripodoro, "la muerte digna es una construcción periodística. Lo peor es que para muchos
es un sinónimo de la eutanasia. La muerte digna permite morir a una persona que no tiene
ninguna posibilidad de recuperación. Hay situaciones que son irreversibles, y permitir morir es
aceptar la muerte como parte de la vida".
El término eutanasia, que según su etimología quiere decir "buen morir", no guarda la dureza en
su significado pero aún no logra consenso entre la ciencia, la iglesia y el común de los mortales.
Arranquemos con el más duro: se trata de un suicidio asistido. Allí se limita el esfuerzo
terapéutico, el rechazo de tratamiento y para algunos la sedación paliativa. La eutanasia no está
contemplada en la legislación argentina.
Sobre la eutanasia, Tripodoro es contundente: "Muy por el contrario a la muerte digna, la
eutanasia se trata de una decisión solicitada por la persona con una enfermedad terminal o un
subrogante de esa persona cuyo objetivo claro es provocar la muerte a través de la
administración de una droga letal rápida y efectiva para producir la muerte".
Revello, de la UCA define a la eutanasia: "La eutanasia es toda acción u omisión que por su
naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. La muerte
digna, contrariamente, es permitir que el proceso irreversible de la muerte continúe sin
impedimentos".
"En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia
renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa
de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos
similares -hidratación y alimentación-. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados
no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana
ante la muerte".
Revello cita al papa Juan Pablo II, quien en su tiempo se plantó firme desde la Iglesia católica en
contra de la eutanasia: "La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un
homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y que nunca dio su
consentimiento. Se llega además al colmo del arbitrio y de la injusticia cuando algunos, médicos
o legisladores, se arrogan el poder de decidir sobre quién debe vivir o morir." (Evangelium Vitae,
n°66).
Agrega el Presbítero Ravello: "Cada persona ya tiene posturas tomadas al respecto y la ley
nacional es lo suficientemente ambigua para que cada quien decida cómo la quiere interpretar.
En definitiva la ley injusta no obliga en conciencia, yo creo más en la educación y el conocimiento
de las personas, de modo que la razón objetiva termine imponiéndose con su luminosidad, ante
la confusión de un emotivismo que la ciencia siempre ha tratado de evitar".
Puntualiza Tripodoro: "El retiro del sostén vital de ninguna manera se puede confundir con
eutanasia que significa provocar la muerte y en el país no es legal".
Tripodoro pertenece a una corriente de expertos en cuidados paliativos que prefieren hablar de
muerte natural en vez de muerte digna. Y agrega: "La muerte natural es asegurar si hubiera
algún dispositivo de sostén vital y decidir su suspensión en casos de una enfermedad irreversible
y sin posibilidades de recuperación. Por ejemplo: el retiro de un respirador, nutrición o diálisis
artificial. Justamente el retiro de cualquier sostén vital es permitir una muerte natural
manteniendo la dignidad de esa persona. Los síntomas de un paciente en estas condiciones no
son sólo físicos, sino emocionales y van a ser paliados cuidadosamente, incluso hasta el duelo".
El trasplante se trata del reemplazo de un órgano vital enfermo, sin posibilidad de recuperación,
por otro sano. Es un tratamiento médico indicado cuando toda otra alternativa para recuperar la
salud del paciente se ha agotado. El trasplante de tejidos es un tratamiento médico que consiste
en el reemplazo de un tejido dañado por otro sano. Se trasplantan córneas, piel, huesos y
válvulas cardíacas, provenientes de donantes cadavéricos. La mayoría de las personas puede
donar tejidos.
Los órganos que se trasplantan en Argentina son: riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas
e intestino. Los tejidos: córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas. En ambos casos, los
trasplantes se efectúan a partir de donantes cadavéricos. También se trasplantan células
progenitoras hematopoyéticas –de médula ósea o sangre periférica–, cuya modalidad de
donación es distinta a la de los órganos y tejidos, ya que su extracción se realiza en vida.
Tipos de trasplantes
Leyes reguladoras
En nuestro país actualmente la actividad relacionada con la donación de órganos está regulada
por dos leyes nacionales:
Ley N° 24193 De Trasplante de Órganos y Tejidos (03/1993)
Ley N° 26066 De Trasplante de Órganos y Tejidos, modificación de la Ley N° 24193. (11/2005)
En las que podemos encontrar las condiciones de los profesionales intervinientes, las exigencias
hacia los establecimientos de salud en los que se practicaran. También figura el derecho del
donante y receptor a la previa información médica y el consentimiento informado. En caso de ser
incapaces a su representante legal.
Otros puntos importantes a destacar son los referidos a los actos de disposición de órganos o
tejidos provenientes de personas, en los que podemos encontrar la condición en las que se
puede utilizar un donante vivo, incluyendo edad. Pudiendo revocar en cualquier momento su
voluntad de donar.
Con lo que respecta al donante de órganos y tejidos cadavéricos, es personal la afirmación o
revocación de la voluntad en vida y ningún representante o familiar la puede revocar, si estaba
debidamente expresada por escrito. De no existir voluntad expresa o en los menores de 18 años,
será voluntad de sus familiares según dispone la ley. La manifestación de voluntad debe estar
expresada en los registros de los organismos mencionados en la misma.
Cuando se considera el fallecimiento de una persona, que condiciones deben darse y como debe
elaborarse el certificado.
Otros puntos importantes son las prohibiciones, como por ejemplo:
Queda prohibida la realización de todo tipo de ablación cuando la misma pretenda practicarse:
Sobre el cadáver de quien expresamente se hubiere manifestado en contrario para la ablación o
en su caso, del órgano u órganos respecto de los cuales se hubiese negado la ablación, como
asimismo cuando se pretendieren utilizar los órganos o tejidos con fines distintos a los
autorizados por el causante.
Y las penalidades que varían desde inhabilitaciones, multas a prisión.
Como mencionaremos más adelante el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación
e Implante y sus funciones también son reguladas por la ley.
INCUCAI
En 1977 se dictó la Ley 21.541 que dio nacimiento al Centro Único Coordinador de Ablación e
Implante (CUCAI). El CUCAI, que comenzó a funcionar en 1978, surgió entonces como el
organismo de procuración nacional a cargo de la normatización de la actividad.
En un comienzo se desarrollaron programas de trasplante renal en el área metropolitana de
Buenos Aires. A principios de los ’80, con un marco regulatorio y el control de la
inmunosupresión, se fueron constituyendo organismos de procuración provinciales en Córdoba,
Santa Fe y Mendoza. Luego, se desarrolló el criterio de organización del país en regionales,
cada una con una jurisdicción cabecera que centralizaba las acciones locales, modelo que afirmó
la tendencia de crecimiento.
En paralelo, los programas de trasplante hepático y cardíaco se sumaron a los equipos de
trasplante renal en marcha. En 1980 comenzaron a realizarse trasplantes cardíacos exitosos en
forma sistemática. En 1986 se modificó la Ley 21.541, sancionándose la Ley 23.464. Dos años
más tarde, se realizó el primer trasplante hepático. Durante esta década, Córdoba fue la
provincia que logró el mayor crecimiento, con la obtención de un tercio de los órganos que se
trasplantaron en todo el país.
El incremento más importante, y por ende la consolidación de la actividad, se experimentó en la
década del ‘90 al promoverse desde el Estado políticas sanitarias que impulsaron nuevas
instancias de coordinación. Se crearon organismos jurisdiccionales de procuración en la mayoría
de las provincias argentinas, y de esta manera se optimizó la cobertura territorial. En 1990, con la
sanción de la Ley 23.885, el CUCAI se convirtió en el Instituto Nacional Central Único
Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), pasando a ser un organismo descentralizado
con autarquía y conservando su dependencia del Ministerio de Salud de la Nación.
A principios de los noventa se destacó el crecimiento de la procuración en la provincia de Buenos
Aires, y se puso en funcionamiento oficialmente dentro del sistema público de salud el Centro
Único Coordinador de Ablación e Implante de Buenos Aires (CUCAIBA). En ese momento
comenzó un crecimiento sostenido aunque diverso en las distintas regiones del país.
Los avances científicos posibilitaron concretar trasplantes pulmonares en Argentina en 1992. Al
año siguiente, se aprobó la Ley 24.193 de Trasplante de Órganos, normativa que rige en la
actualidad con las modificaciones incorporadas por la Ley 26.066. Más tarde, se iniciaron los
trasplantes de páncreas, y luego de intestino. La actividad de ablación e implante experimentó un
crecimiento sostenido hasta 1995, año en que se detuvo la curva ascendente en la procuración
de órganos.
Para revertir esta tendencia, en 2003 el INCUCAI lanzó el Programa Federal de Procuración de
Órganos y Tejidos, con la premisa básica de incrementar la procuración de órganos para
implante de modo que éstos superen la incidencia de ingresos de pacientes en lista de espera.
En ese año comenzó a funcionar en el ámbito del INCUCAI, el Registro Nacional de Donantes de
Células Progenitoras Hematopoyéticas (creado por la Ley 25.392) para dar respuesta a personas
con indicación de trasplante de CPH, conocido popularmente como trasplante de médula ósea,
que no contaran con un donante compatible dentro de su grupo familiar.
En 2005, tras un extenso debate parlamentario, se aprobó la Ley 26.066, modificatoria de la
24.193, que incorporó la figura del donante presunto para las donaciones de órganos. La
normativa, que establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante con
excepción de quienes manifiesten su voluntad con contrario, entró en vigencia en 2006 y permitió
que la actividad de procuración continuara en ascenso.
Familia donante
Participación de Enfermería
Enfermería constituye uno de los profesionales de la salud más indicados para desarrollar sus
funciones en la coordinación de trasplante de órganos, debido a su amplia visión y experiencia
en el funcionamiento de las instituciones y de sus procesos, pero sobre todo por la cercana
relación que tiene con el paciente y sus familiares al otorgar los cuidados de enfermería las 24
horas de cada día
Reconocimiento de:
- Las causas que llevan a la muerte encefálica (ME): ACV hemorrágicos; traumatismos
craneoencefálicos TCE; encefalopatías anóxicas post parada cardíaca y un porcentaje
bajo de tumores primitivos del SNC sin metástasis a distancia; constatación por
neuroimagen de lesión grave en el SNC compatible con ME; tomografía axial computada
para descartar causas metabólicas o tóxicas potencialmente reversibles.
Examen físico
Ausencia de toda respuesta a estímulos nocioceptivos. Ausencia de todos los reflejos integrados
en tronco cerebral. Ausencia de movimientos respiratorios durante la realización del test de
oxigenación apneica.
Un individuo en situación de muerte encefálica tiene ausencia de flujo sanguíneo cerebral con
desarrollo y pérdida definitiva de la homeostasis del organismo. Las alteraciones fisiopatológicas
y hemodinámicas derivadas de esta abolición de las funciones encefálicas, comprometen la
perfusión, oxigenación y viabilidad de los órganos.
Todos estos aspectos convierten al donante multiorgánico en un paciente crítico que debe tener
un control estricto y monitorización adecuada. Por lo tanto, el personal de enfermería debe
asegurar que el individuo mantenga la estabilidad circulatoria, una oxigenación adecuada,
corrección y tratamiento de otros problemas (DBT insípida, arritmias, alteraciones electrolíticas,
prevención de infecciones).
Cuidados de enfermería
- Al donante se le deben proteger los ojos para evitar que se resequen las córneas y
puedan ser transplantadas, mantener siempre húmedos los ojos mediante apósitos
empapados en solución salina y administración periódica de colirios. La tráquea debe ser
aspirada frecuentemente para evitar el cúmulo de secreciones que favorecen la aparición
de atelectasias y neumonías; realizar también lavados orales endotraqueales. La sonda
nasogástrica deberá conectarse a la bolsa para evitar la broncoaspiración.
El receptor
Tan importante resulta el cuidado del paciente donante como de quien va a recibir el órgano o
tejido, es decir del receptor.
Los cuidados deberán extremarse para evitar complicaciones o dilaciones al momento del
trasplante. Los pacientes por lo general se encuentran internados a la espera del posible
donante, y dentro de las instituciones de salud siempre existen riesgos relacionados a
infecciones intrahospitalarios. Por lo que la labor y cuidados de enfermería son imprescindibles y
deben guardar las normas de bioseguridad respectivas.
Pero no solo los cuidados se limitaran al aspecto biológico del paciente sino a todos sus
aspectos emocionales también. El paciente y su familia esperan con impaciencia la posibilidad
de un donante con el temor y la certeza de que el tiempo es escaso y la necesidad grande y
urgente.
Esta situación vuelve vulnerables a las personas que pueden oscilar en periodos de esperanza y
otros de desilusión y resignación.
http://www.incucai.gov.ar/
http://www.incucai.gov.ar/index.php/materiales-y-recursos/profesionales
http://www.incucai.gov.ar/index.php/materiales-y-recursos/docentes-y-estudiantes
¿Qué es el INCUCAI?
El INCUCAI asume las responsabilidades específicas que le han sido asignadas a través de la
legislación vigente, entre las que se incluyen:
El sistema de procuración en Argentina surge como una responsabilidad del ámbito de la salud
para dar respuesta a un problema sanitario concreto: los miles de pacientes que necesitan un
trasplante de órganos o tejidos para tratar su enfermedad. Por este motivo, el INCUCAI,
autoridad nacional responsable, y los organismos jurisdiccionales de ablación e implante, forman
parte de las estructuras de la salud pública nacional y provincial.
La actividad de procuración de órganos comienza a fines de la década del 70, momento en que
predomina un modelo de organización extrahospitalaria en los programas institucionales de
procuración.
La necesidad de hacer frente al aumento de los pacientes en lista de espera en los últimos años
genera un cambio cualitativo en la estrategia nacional, plasmado en el diseño del Programa
Federal de Procuración de Órganos y Tejidos (PDF 230 Kb). Lanzado en 2003, éste plantea la
procuración como una tarea médico asistencial ubicada dentro de la organización
intrahospitalaria, que se suma a las acciones propias de los establecimientos sanitarios.
En esta línea, se implementa la figura del coordinador hospitalario de trasplante, profesional
perteneciente a la institución de salud y responsable de la actividad de procuración en su lugar
de trabajo, a través del seguimiento de subprogramas de garantía de calidad del proceso. En la
mayoría de los casos, este rol es desempeñado por médicos intensivistas, aunque también
abarca enfermeros, técnicos en neurofisiología y psicólogos.
La puesta en marcha del Programa Federal de Procuración requirió la adhesión de las
autoridades sanitarias de cada una de las provincias argentinas, alcanzada a través de
convenios de compromiso entre éstas y nación. Como resultado, se ha logrado un crecimiento de
los trasplantes en nuestro país. La actividad de procuración reflejada en el índice de donantes
por millón de habitantes pasó de 6 en 2002 a 15.1 en 2012 y 13.46 en 2013, posicionando a la
República Argentina entre los primeros lugares en América Latina. Sin embargo, entendiendo la
necesidad de continuar un crecimiento más acelerado de la actividad de procuración y
considerando que en el mundo, los modelos exitosos son los que han logrado incorporar esta
actividad a los objetivos de las instituciones sanitarias, e incorporan la actividad de procuración a
sus tareas asistenciales habituales, se plantea la Estrategia de Hospital Donante, que incorpora
estos objetivos, y que se ve plasmada en la Resolución 229/13 “Programa Hospital Donante”.
ANEXO I