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TRABAJO PRÀCTICO N º 3

Argentina no puede aislarse de la crisis fiscal imperante ni del deseo del reequilibrio
económico global. La crisis fiscal a nivel mundial afecta a todas las economías –que
derivan en mayores impuestos, menos gastos, subas en las tasas de interés, creciente
tensión política y social- generando dudas sobre la solidez institucional de la
integración europea.
Dada la inmensa importancia de Europa en la economía global (casi el 25% del
producto bruto mundial, del comercio internacional y de las reservas monetarias
mundiales) sus dificultades se extenderán al resto de la economía mundial. Lo que está
en juego es mucho más que Grecia y quizás más que Europa. Los contratiempos
actuales están comenzando a crear dudas respecto a la solidez y la viabilidad del
proceso de globalización económico en curso. (Diario Clarìn, 29/05/10)
La incertidumbre no muestra un panorama positivo ya que los problemas europeos están
a la vista así como la escasa recuperación de EE. UU y un Japón estancado y
deflacionista. También hay signos de que el veloz crecimiento chino de los últimos dos
años podría comenzar a flaquear.
Argentina se suma al previsible deterioro en los términos de intercambio y a la escasez
de crédito internacional. Las dificultades para concretar el canje de la deuda impaga con
los bonistas y el embargo sobre los depósitos del Banco Nación en Nueva York son
datos a tener en consideración. Además, la feroz devaluación del euro y el gradual
debilitamiento del real amenazan la competitividad de nuestras exportaciones y
repotencian los conflictos comerciales que ya están ocurriendo con China, Brasil y la
UE.
Para el año que viene los argentinos tenemos elecciones presidenciales y un ajuste
macroeconómico de magnitud que ocurrirá en el marco de un escenario internacional
adverso y de un gobierno que ha perdido popularidad y legitimidad. La estrategia
gubernamental de usar un dólar semifijo y controles de precios, tarifas e índices
oficiales como instrumento para estabilizar las expectativas inflacionarias se está
agotando. Vivimos con una inflación oculta y reformas económicas inconclusas,
Si bien el actual gobierno considera necesario proteger la industria nacional, con cierres
de importaciones o aranceles, esto es anacrónico, inviables, si es focalizada, ya que es
importante la inversión, el desarrollo y la integración de los sectores productivos y las
regiones. Sólo con una economía desarrollada la industria tendrá una protección que
hoy no tiene, ya que la incorporación de tecnologías, una infraestructura eficiente y
producción en escala son los factores que elevarán la competitividad industrial del país.

2- El reequilibrio económico es más bien una ilusión del neoliberalismo. En el caso de


Argentina es irrisorio disminuir la importación y aumentar la exportación ya que el país
no está en condiciones de realizarlo, no hay recetas para lograr un cambio en la
económica y que afecte positivamente a la sociedad. Hoy por hoy vivimos las
consecuencias de las políticas de ajuste estructural impuestas por los organismos
internacionales y aceptadas por las nuevas clases al mando de cada región y que,
obviamente, dio como resultado una creciente pauperización e incrementó la injusticia
social.
Las condiciones en la que se encuentra la economía actual deben ser puestas a la luz, y
no tergiversada como lo hace el gobierno a través del Indec
El reequilibrio económico es la continuidad del ajuste macroeconómico impulsada por
el neoliberalismo y por el proyecto de globalización norteamericano (Helmi Sharawy),
el cual es sobre todo ideológico.
Tanto el FMI como otros organismos internacionales, cuyo objetivo prioritario fue la
“estabilidad”, el consenso de Washington como las reformas en America latina han
coadyuvado a la profundización de la inestabilidad de la región en un marco
democrático. Como sostiene Giron, la democracia y su significado en el sendero de la
reorganización económica, política y social, no ha dado oportunidades a la gran mayoria
de la población, que no se ha visto beneficiada por la rearticulación de los países en el
proceso de globalización. Según el autor la democracia en muchas ocasiones es
centralizadora del poder económico y político en beneficio de un grupo pequeño.
La primera década del siglo XXI si bien se caracteriza por estabilidad no evidencia
crecimiento económico. Actualmente se vive una década de profundización financiera.
Argentina sigue con endeudamiento externo, representando el mayor monto. En algunos
países las reformas financieras tuvieron éxito pero en otros significo una perdida de
soberanía crediticia.
En cuanto a las inversiones productivas y al papel de la inversión extranjera, America
Latina no fue favorecida en la conformación del nuevo orden económico. Las
características del financiamiento al desarrollo económico en América Latina han sido
contrarias a los intereses de un proyecto de nación a partir de la extranjerización de los
servicios financieros.

3- El “efecto Zorba” produce en los países la falta de confianza en la moneda. Al


respecto dos premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, galardonado en 2001, y Paul
Krugman, distinguido en 2008 dijeron que "Si Europa no soluciona sus problemas
institucionales fundamentales, el futuro del euro puede que sea muy breve", dijo
Stiglitz. En tanto, Krugman declaró que "si los países en crisis se ven incapaces de
pagar sus deudas probablemente enfrenten graves escapadas de los bancos, lo que
obligará a tomar medidas de emergencia que dejarían abierta la puerta a la salida del
euro". (http://www.elargentino.com/nota-90092). "En definitiva, lo que se está
discutiendo es si la UE se divide o no. Ahí sí, en el caso de que efectivamente la alianza
llegue a su fin también lo hará el euro", dijo el economista especialista en mercados
internacionales Luis Palma Cané.
Las similitudes de la última crisis local con la catástrofe económica griega son
sorprendentes, sin embargo, Grecia no cuenta con una herramienta que sí tuvo
Argentina, la posibilidad de devaluar su moneda. Y mientras se mantenga en la zona
euro le será imposible hacerlo
Lo que trae aparejado este efecto es la idea de que los países avanzados ya no pueden
utilizar préstamos para lograr su prosperidad.

4- Las tres dimensiones de la crisis de la democracia liberal


a- crisis de sobretensión o la brecha creciente entre el objetivo imperial y el alcance
imperial, siendo el ejemplo más notable la presencia empantanada de Estados unidos en
Irak. Esta situación ha llevado a una erosión de su posición estratégica global y ha
hecho que la idea del uso de la fuerza militar americana para disciplinar a gobiernos y
fuerzas recalcitrantes a lo largo y ancho del mundo sea menos creíble de lo que era tres
años atrás.
b- crisis de sobreproducción, sobreacumulación, o sobrecapacidad referida al
crecimiento de la brecha entre la enorme capacidad productiva del sistema capitalista
global y la limitada demanda global de los bienes producidos por este sistema. Los
resultados han sido, a través del tiempo, dramáticas caídas en las tasas de crecimiento de
las economías centrales, estancamiento y crisis de rentabilidad. Desde el proyecto de la
globalización, que más o menos unió a la clase capitalista global de la era Clinton
hemos entrado, a partir de la era Bush, en un periodo de intensa competencia capitalista
nacional o regional. L a administración Bush adhiere al proyecto capitalista en tanto éste
sea el de la gestión de la globalización, que asegure que los intereses corporativos de los
Estados unidos no sean perjudicados, sino que sean los principales beneficiarios del
proceso.
c- crisis de legitimidad de la hegemonía estadounidense vinculada a la crisis del sistema
multilateral de gobernabilidad económica global, la legitimidad, más que la fuerza o el
mercado, es la base de un sistema de relaciones sociales. Otra dimensión de esta crisis
de legitimidad es la crisis de la democracia lockeana, el modelo de gobierno
democrático que Estados unidos ha promovido, tanto en el Norte como en el sur, como
el sistema de autogobierno.

Argentina se vio afectada por la crisis en todas sus dimensiones, sobre todo por la crisis
de legitimidad de la hegemonía estadounidense. Lo que le sucede a EEUU, en
vinculación con otros países, afecta de alguna manera al nuestro, por la interconexión e
interdependencia en un contexto de globalización y de neoliberalismo liderada por ese
país.
En la historia reciente, la crisis argentina de fines de 2001 y principios de 2002 puede
ser entendida como el desenlace de un largo proceso de descomposición de algunos de
los pilares que habían sostenido el orden político y social de la década anterior. El
proceso de desafección social hacia la política, que también influyó en esos
acontecimientos. La autorreferencialidad de la política, las generalizadas sospechas de
corrupción y la falta de decisión política para tomar medidas que contrariaran al
aparentemente todopoderoso "mercado", generaron un clima de apatía o directa
hostilidad hacia los principales partidos políticos, los cuales, con la excepción parcial
del Justicialismo, fueron duramente castigados en los comicios de 2001.
En todos estos fenómenos se ve el retiro del Estado de sus funciones indelegables. La
transformación por este sufrida en los años 90 incluyeron la apertura económica, la
desregulación de los mercados y la transferencia de la responsabilidad de la producción
de bienes y servicios del Estado al sector privado. Estas transformaciones modificaron
radicalmente la relación entre Estado y sociedad.

5- La democracia lockeana en EEUU se encuentra en crisis por el cuestionamiento al


masivo boicoteo de las elecciones por parte de corporaciones financieras, que han
corrompido tanto al partido republicano y demócrata, y por el sistemático menoscabo
del derecho a voto a la gente pobre simbolizada por las elecciones de Florida en el año
2000 y las de Ohio en 2004.
Según Bello, el gobierno corporativo ha alcanzado su apogeo con George W. Bush
haciendo propuestas a la industria estadounidense para sabotear el Protocolo de Kyoto;
premiando a las compañías aliadas de su vicepresidente, como Halliburton, con
contratos sin procesos licitatorios; yendo a la guerra por sus amigos petroleros y
creando un paradisíaco mercado libre para las corporaciones de Estados unidos en Irak.
El establishment militar se ha vuelto incontrolable para sus superiores civiles y la
democracia moderna ha dejado de ser un modelo para el resto del mundo.
Otra razón para entender la crisis de la democracia es que el tipo de democracia
electoral que favorece occidente ha sido vulnerable a ser saboteada por las elites. Las
masas eligen a sus representantes, pero dentro de un limitado grupo de personas, que
pueden pertenecer a diferentes facciones “dentro” o “fuera” del poder, pero que no son
diferentes en términos de sus programas políticos. Desde la perspectiva de la elite, la
belleza del sistema reside en que el pueblo está comprometido periódicamente a realizar
el ejercicio de elegir entre diferentes miembros de la elite, de modo tal que las
elecciones hacen a los votantes activos participantes en la legitimación del statu quo
social y económico. En el caso del tercer Mundo, para dar cuenta del asfixio de la
democracia, Bello añade a la fórmula las políticas draconianas de las poderosas
instituciones multilaterales y la subversión sistemática de los mecanismos democráticos
que realizan las elites locales.
Sus promesas económicas fueron socavadas por las demandas de los actores externos.
Las dictaduras militares estaban colapsando no sólo por las resistencias internas, sino
también porque actores externos claves, como los Estados unidos, la unión Europea, el
banco Mundial y el Fondo Monetario internacional (FMI) les quitaban el apoyo. Otra de
las principales razones era que las dictaduras habían perdido la credibilidad, la
legitimidad y el mínimo apoyo para imponer los programas de reformas económicas,
mejor conocidos como “ajustes estructurales”, demandados por estas influyentes
fuerzas. Dichos programas, promovidos como necesarios para alcanzar la eficiencia
económica, fueron diseñados para abrir estas economías al capital extranjero y al
comercio internacional y para permitir a estos países pagar sus enormes deudas
externas. En Argentina los intereses empresariales habían sido beneficiados por las
políticas laborales represivas impuestas por las dictaduras militares. Al respecto
Argumedo también sugiere que la consolidación de las políticas económicas del
neoliberalismo – que trasladó recursos públicos y sociales hacia los grandes grupos
económicos-financieros locales o extranjeros- – se logró por el ejercicio del terrorismo
de Estado que desarticulo a las naciones.
En argentina, por ejemplo, las instituciones financieras internacionales presionaron al
gobierno de Raúl Alfonsín para que abandonara las políticas neo-keynesianas,
implementara reformas impositivas, liberalizara el comercio y privatizara las empresas
públicas. Cuando el gobierno se mostró dubitativo, el banco Mundial “concluyó que el
gobierno no había realizado los progresos suficientes para llegar a las metas reformistas
y suspendió los desembolsos de un préstamo de ajuste estructural” la democracia
electoral se convirtió en el mecanismo predilecto para la imposición de programas de
estabilización o ajuste estructural en Jamaica, Haití, Filipinas, Perú y Pakistán.
Ciertamente todos estos fueron factores cruciales, pero también lo fue el papel jugado
por el FMI y el banco Mundial, que presionaron a los regímenes democráticos de
benazir bhutto y Nawaz sharif para que impusieran programas de estabilización y ajuste
estructural que contribuyeron significativamente al incremento de la pobreza y la
desigualdad así como también al descenso de la tasa de crecimiento.
Bello también sugiere una reconceptualización o revisión fundamental de la democracia
en varios niveles ya que por mucho tiempo se ha identificado a la democracia con
elecciones, por lo cual una vez que se ha acudido a las urnas y elegido al partido y a los
representantes de nuestra preferencia, se considera que se ha cumplido con nuestras
responsabilidades democráticas. Hoy más que nunca es relevante la advertencia de
Rousseau sobre la corrupción de los sistemas representativos, que hace que éstos
encarnen el deseo corporativo de los representantes por sobre la voluntad popular. Es
verdad la advertencia de Michels en cuanto a que las elecciones pueden pasar a ser
menos una cuestión del pueblo eligiendo libremente a sus representantes y más que
nada una herramienta de los representantes para mantenerse a sí mismos en sus cargos.
Argumedo, se refiere a la democracia desde un recorrido histórico señalando las
características principales del Estado Occidental. Alcira sugiere que la igualdad, libertad
y democracia eran sólo para los franceses blancos. En la edad contemporánea 1945-
1973 recién se produce la revolución francesa en los pueblos periféricos del tercer
mundo, cuestionan los poderes coloniales o neocoloniales y llevan adelante procesos de
liberación nacional y social, cuestionando las raíces mismas del dominio occidental.
Esta situación desfavorable llevará a los Estados Unidos a impulsar una gran
restauración conservadora. De esa manera, se despliegan la ola sincrónica de dictaduras
militares en América Latina. Esto llevo a la creación de un esquema represivo y de
imposición de un terror político militar aberrante, como condición inexorable para la
implantación de los nuevos modelos económicos que terminan en el predominio
neoliberal y sus métodos de saqueo. Este es el marco en el que se genera la revolución
científico- técnico como respuesta de las potencias centrales para revertir las nuevas
relaciones de poder que estaban cuestionando su predominio que conllevan a la crisis de
1973. Argumedo le da especial importancia de la revolución tecnológica que combinada
con la lógica de acumulación caracterizada por la alta concentración y polarización de la
riqueza, genera una inmensa masa de población excedente, supernumeraria e inservible
para los intereses hegemónicos. Son como esclavos.
Los sectores dominantes profundizan las tendencias neoliberales de concentración de la
riqueza y exclusión social. En este marco son importantes: la democratización del
conocimiento que garanticen el acceso a la operación de las nuevas tecnologías y las
universidades articuladas con sistemas científicos tecnológicos.

6- Para comprender las reformas financieras en América Latina, es preciso conocer al


menos los trabajos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Centro de
Estudios Monetarios Latinoaméricanos (CEMLA), del instituto de Economía
internacional y de la Comisión Económica para América latina (CEPAL). En estos
trabajos se presenta el decálogo del Consenso de Washington y cómo se fue aplicando.

7- Rorty sugiere que la democracia se ha convertido en un sistema donde la opinión


pública no es importante, si bien el sistema electoral continúa esto no significa que
exista una amenaza a los poderes constituidos. El sistema es corrupto, censor y
burocrático. Tampoco tiene autonomía ya que depende de instituciones multilaterales.

8-
El desarrollo Sur- Sur tiene que ver con una posible globalización democrática
alternativa que sustituya a la globalización liderada por Estados Unidos, el cual supone
un proyecto ideológico que los intelectuales deben combatir.
Ante la riqueza de materia prima y petróleo del Mundo Árabe y África el imperialismo
americano usa su fuerza militar a través de sus aliados para anular cualquier intento de
independencia, ejemplo en Siria, Pueblo Palestino o destrucción del Líbano.
El papel de los intelectuales del sur es redefinir sus análisis sobre los sistemas
regionales, el estado de desarrollo y los conceptos de soberanía y legitimidad
internacional. Tanbien es preciso repensar y redefinir el concepto de democracia liberal
en el sur, la meta es la reactivación del movimiento tricontinental iniciado en 1965, que
incluye a América Latina, Palestina y Líbano.

OPINION

LA CRISIS COMO ALIMENTO


Organismos multinacionales y dictaduras militares

Según Walden Bello, en la coyuntura histórica de principios de la década del ochenta,


las dictaduras militares colapsaron no sólo por las resistencias internas, sino también
porque actores externos claves, como los Estados Unidos, la Unión Europea, el Banco
Mundial y el Fondo Monetario internacional (FMI) les quitaban el apoyo. A su vez, las
dictaduras habían perdido su credibilidad, legitimidad y el mínimo apoyo para imponer
los programas de reformas económicas, conocidos como “ajustes estructurales”,
demandados por estas influyentes fuerzas. Dichos programas, promovidos como
necesarios para alcanzar la eficiencia económica, fueron diseñados para abrir estas
economías al capital extranjero y al comercio internacional y para permitir a estos
países pagar sus enormes deudas externas. Esa fue la excusa.
Las ajustadas políticas monetarias y fiscales tuvieron oposición no sólo por parte de los
trabajadores y otros grupos de la sociedad civil, sino también de los grupos empresarios
cuyos intereses fueron beneficiados por las políticas laborales represivas impuesta por
las dictaduras militares. No obstante, los círculos de negocios comenzaron a tomar
distancia de los gobiernos represivos cuando las políticas neoliberales fallaron en
cumplir la promesa del crecimiento económico.

Los actores externos se re(de)forman


El Fondo Monetario Internacional fue creado para facilitar el orden de intercambio
trastocado después de la segunda Guerra Mundial y ha servido para la expansión de las
corporaciones tanto en Europa como en Asia y América Latina. El FMI se constituía
como “prestamista de última instancia” ante la inestabilidad generada por las crisis
financieras durante este periodo. Pero dado los cambios en el mundo y la economía, el
FMI también se reforma. Y no sólo se reorganiza como observador de los mercados sino
también como asesor de los gobiernos para restringir la política monetaria, fiscal y
financiera.
Junto al Consenso de Washington, el capitalismo y sus reformas transforman las
estructuras económicas de los gobiernos, que pasan de regímenes autoritarios y
regulados a sistemas desregulados, democráticos y de mercado. Sin embargo, la
democracia y su significado en el sendero de la reorganización económica, política
y social, no ha dado oportunidades a la gran mayoría de la población que no se ha
visto beneficiada de esta rearticulación de los países en el proceso de globalización. Por
el contrario, el Consenso de Washington y las reformas en América latina han
coadyuvado a la profundización de la inestabilidad en la región en un marco
democrático. En todos los casos, las reformas que fueron la esperanza para los
gobiernos, al menos en América Latina, se aplicaron sin tomar en cuenta las
especificidades de cada país. Muchos gobiernos lo adoptaron como recetas sin
cuestionamiento y sin considerar sus consecuencias.
No sólo no se favoreció el fortalecimiento de los empresarios nacionales frente a la
competencia foránea que invadió el sector industrial y financiero, sino que debilitó
incluso las instituciones públicas. Por ejemplo, la importancia de la banca de desarrollo
en sectores estratégicos de desarrollo en infraestructura fue desdibujada en países como
México; en contraste con Argentina, donde al no poderse vender los bancos públicos
antes de la debacle, posteriormente se sanearon y ahora tienen una alta rentabilidad.
Alicia Giron plantea que el objetivo principal del proyecto del Consenso de Washington
es la desregulación de los mercados financieros, productivos y laborales. En segundo
lugar, cabe mencionar el respeto a la propiedad privada y el énfasis en los procesos de
privatización que significan hacer a un lado al Estado para que las empresas, junto con
la fuerza de trabajo libre, se hagan cargo del proyecto económico nacional e
internacional. además, se plantea la reestructuración de las bases productivas del orden
económico establecido desde finales de la segunda Guerra Mundial, cuando las
instituciones públicas y los sindicatos cumplieron un papel prioritario al favorecer un
Estado benefactor y donde la inversión privada y pública convivían coordinadamente.
En la década de los años ochenta, como una alternativa a la política económica
existente, se plantean como objetivos la desregulación y liberalización, ante los
problemas del modelo existente, la coyuntura de Estados Unidos y los graves problemas
de deuda externa en los países latinoamericanos. la desregulación y la apertura de los
mercados se fueron dando paulatinamente mediante los planes de estabilización que el
FMI imponía a los países después de la crisis de devaluación de sus respectivas
monedas. de esta manera, la apertura a mercados más democráticos se inca sobre las
bases de un mercado donde los actores principales son los grandes conglomerados
inancieros e industriales.

Los organismos financieros internacionales establecen el orden y las condiciones de


manejo de los tipos de cambio para facilitar la penetración y expansión de las
inversiones directas e indirectas. Así, hasta 1971 el capital corporativo tiene una
trayectoria posible de crecimiento a partir de sus bancos y empresas. Justo en ese año
empiezan a resquebrajarse las bases de los acuerdos para iniciar lo que nosotros
llamaríamos la era post-bretton Woods.

Fmi: [...] el sistema monetario internacional tiene como in esencial establecer un marco
que facilite el intercambio de bienes, servicios y capital entre los países y sirva de base a
un crecimiento económico sólido, y que un objetivo primordial es el de fomentar de
modo constante las condiciones fundamentales y ordenadas necesarias para la
estabilidad económica y inanciera; los países miembros se comprometen a colaborar
con el Fondo y entre sí para establecer regímenes de cambios ordenados y promover un
sistema estable de tipos de cambio.

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